Re: La Sombra del Cristal [Aventura] - Capítulo 7
MensajePublicado: 17 Jun 2014, 14:38
por Grey Edge
Estoooooo.... eeeeehmmmm... ¿Hola? Jeje, se que apenas se han tenido noticias mias, tengo mis motivos, en los que se resumen en:
- McDohl: Ocupado ocupado ocupado ocupado ocupado....
- Yo:
Ademas de que estoy ocupadete con asuntos de intricada complejidad (estoy escribiendo un libro sobre procastinacion.... en mi cabeza.... por los agradecimientos.... vale, no lo he empezado....*snif*)
Pero bueno, esto... que no me he olvidado del fic, y menos mal que tengo un latigo de auto-obligarme a transcribir o esto jamas veria la luz XDDD
Bueno, espero que os guste, puesto que, como siempre, hemos puesto todo nuestro empeño en esto.
Parte 1:
------Siguiente mensaje escrito en: 17 Jun 2014, 16:03 . Beep!------
Parte 2:
Y, como siempre tambien, espero que lo hayais disfrutado y recordad que toda critica, apoyo o simplemente decir potato se agradece muchisimo ^^
- McDohl: Ocupado ocupado ocupado ocupado ocupado....
- Yo:
Spoiler:
[youtube]98sijWfMSqw[/youtube]
Ademas de que estoy ocupadete con asuntos de intricada complejidad (estoy escribiendo un libro sobre procastinacion.... en mi cabeza.... por los agradecimientos.... vale, no lo he empezado....*snif*)
Pero bueno, esto... que no me he olvidado del fic, y menos mal que tengo un latigo de auto-obligarme a transcribir o esto jamas veria la luz XDDD
Bueno, espero que os guste, puesto que, como siempre, hemos puesto todo nuestro empeño en esto.
Parte 1:
Spoiler:
-Capítulo 7-
Una locomotora hacía su entrada en la estación de Canterlot y se detenía lentamente ante el andén, lanzando un silbido y un chorro de humo.
-¡Hace entrada el expreso de TallTale con destino a Canterlot! ¡Última parada!
Mientras varios ponis bajaban de los vagones... tres figuras hacían su entrada en la ciudad, observando la llegada del ferrocarril.
-Podíamos haber llegado tranquilos y descansados en uno de esos hace días, ¡pero noooo! El unicornio se empeñó en hacer el trayecto a pata -comentó una voz femenina embutida en una capa que le cubría el cuerpo y que fulminaba con la mirada a su compañero de viaje, que también se cubría el rostro.
"Es una suerte que empiece a hacer frio o sería descaradamente sospechoso ir tan tapados a plena luz del día" pensó la tercera viajera, que si llevaba el rostro al descubierto, mostrando su crin morena recogida en dos coletas.
- Entre los tres, tu eres precisamente la mas sospechosa Shadow, ademas, prefiero evitar problemas con ponis que nos puedan reconocer, porque te recuerdo que no solo intentaste matarme a mi, sino que también fuiste a por varios mas, entre ellos Luna, y precisamente estamos entrando en sus dominios.
El segundo poni, cubierto por una raída capa marrón, parecía nervioso ante tal escena. De por si no le agradaba estar entre semejante gentío, pero el simplemente hecho de recordar que esto lo hacía por su hermana, más que por él mismo o Macdolia, era lo que le daba fuerzas para seguir adentrándose y atravesar la gran puerta de Canterlot.
No demasiados ponis la usaban, pero estaba claro que aunque los años hayan pasado, seguía siendo un gran marco imponente para proteger la ciudad y de paso que se denotara aun más lo ostentosa que era la vida ahí.
Pudieron atravesarla bajo la atenta mirada de los guardas que la cubrían, los cuales no parecían estar de humor para preguntas rutinarias frente al frio que estaba comenzando a hacer.
- Echo de menos la libertad para lanzar magia....
Shadow susurraba eso para si misma, en voz casi inaudible, no iba a mostrarse débil frente a los otros dos, y menos aun ahora que hacia solo unos días en los que se había recuperado del todo, bajo la atenta mirada de sus "compañeros".
Mientras los tres avanzaban, mezclándose entre la muchedumbre, Grey empezó a mostrarse cada vez mas inquieto. Miraba de un lado a otro y mantenía la mirada perdida.
Tardó en darse cuenta unos segundos en que ni Macdolia ni Shadow lo seguían.
El unicornio se quedó petrificado unos segundos. ¿A donde habían ido?
Casi sin tiempo a reaccionar, sintió como algo chocaba contra él. Un montón de bolsas llenas de productos varios empezaron a caerle encima.
-Oh, perdona mis modales, muchacho. Iba charlando y no me fijé.
- No se preocupe, yo también iba distraído, déjeme ayudarle.
Grey levitó las bolsas que estaban por el suelo
para que el poni pudiera recogerlas, con una amable sonrisa en la cara.
El poni que se encontraba frente a Grey, un unicornio de aire refinado y monóculo, iba acompañado de una esbelta unicornio de crin rosa, la cual parecía sorprendida y a la vez resignada.
-Siempre lo mismo, Fancy Pants. ¿Con cuantos transeúntes nos hemos chocado ya?
-No ha sido nada... Mis... -empezó Grey. Pero antes de que pudiese terminar, notó como alguien lo agarraba del flanco.
-Si, disculpen a mi amigo, estaba un poco despistado. ¡Que tengan un buen día!
Una sonriente Macdolia arrastró a Grey hasta una esquina de la calle, que daba entrada a un callejón, donde esperaba Shadow.
-Buf, por los pelos -comentó la poni de tierra.
Grey tardo un par de segundos en asimilar lo que acababa de pasar, pero prefirió dejarlo en cuanto vio que volvía a estar con sus compañeras.
- Menudo poni mas atontado estas hecho, normal que me costara tanto encontrarte la primera vez, seguro que no sabías ni donde estabas hasta que llegamos a cogerte.
Shadow no dudó en aprovechar la oportunidad para mofarse de Grey, puede que no tuviera magia, pero sabía que una lengua afilada dolía a veces más que una herida.
-Puyas ahora no, Shad. Esto es serio.
Macdolia mostró algo a Grey. Era un papel que parecía estar arrancado de algún sitio.
-Si te preguntas donde estábamos, nos hemos detenido cuando hemos visto pasmadas este cartel pegado en la entrada de una de las tiendas.
Grey cogió y se dispuso a leer el cartel que Macdolia le paso, y no pudo mas que sorprenderse cuando lo leyó.
"Se busca: Grey Edge.
Unicornio joven, crin negra y pelaje gris.
Delito de ataque al capitán de la guardia real, Shining Armor.
Hurto de arma reglamentaria de un guarda real.
Visto por última vez cerca del Bosque Everfee.
Atrapar con vida y llevar ante la justicia en Canterlot."
Grey no pudo evitar enfadarse ante semejante noticia y destrozó el cartel con ira, entre un par de improperios.
- ¡No tenía que haber siquiera pisado esta maldita ciudad, no hace más que traerme problemas y malos recuerdos!
Macdolia respiró profundamente.
-Pensaba que el rifirrafe que hubo entre ti y Shining Armor se consideraría un altercado del laberinto. No me imaginaba que llegarían a esto...
Grey arqueó una ceja.
-¿Como sabes lo del altercado?
Macdolia lo miró como el que mira a alguien que ha dicho algo demasiado obvio.
-Tenía mis métodos para enterarme dentro del laberinto de lo que os ocurría a los demás, pero la historia completa me la contó alguien... que viene ¡¿ahora mismo por esa calle?!
Grey se giró rápidamente. A unos metros de distancia, parada en ese instante en un pequeño puesto ambulante, había una unicornio de pelaje esmeralda y crin castaña con una CM bastante peculiar: dos serpientes entrelazadas mordiéndose sus respectivas colas.
-¿No es esa la tipa de los pájaros? Anda que no dolían, los condenados. Si tuviese mi magia ahora...
-...te quedarías quietecita y sin hacer nada -dijo Grey fulminando con la mirada a la asesina-. Macdolia, no puede verme de ningún modo, sácala de aquí ya.
La poni de tierra asintió y salió del callejón. Se fue acercando poco a poco a aquella unicornio procurando que no la viese, hasta que, cuando la tenía lo bastante cerca de espaldas, le tapó los ojos y dijo:
-Cucú, ¿quien soy?
La unicornio dio un respingo y se giró rápidamente.
-¡Macdolia!-gritó, mientras la abrazaba.
-Hola tía Tiny. Como me alegra volver a verte.
Tiny Tales mostraba un aspecto bastante radiante. Nada que ver con las últimas veces que había ido de aventuras con su "sobrina", donde se habían encontrado todo tipo de situaciones estrambóticas y peligrosas.
-¿Que haces por Canterlot? Llevamos bastante tiempo sin saber nada de ti por Ponyville. Wind Art no para de ametrallar a Bookmark con preguntas sobre tu paradero.
"Pobre Padre, a veces pienso que preferiría servirme de escudo ante cualquier ataque antes que quedarse en Ponyville cuando no estoy"
-Bueno, ya sabes, asuntos del tiempo: solucionar cosas aquí y allá sin que Equestria lo sepa y esas cosas.
Tiny bajó la mirada.
-Vaya... pensaba que quizás habías salido a...
Macdolia hizo un gesto rápido con su pata antes de que la unicornio siguiese.
-¡No Tiny! ¿Cual era nuestro acuerdo? No puedes hablarme de acontecimientos...
-... a no ser que los menciones tu primero... cierto, perdón.
La poni de tierra se llevó la pata a la cara.
-Exacto. Porque eso serían "spoilers"... y ¿que te tengo dicho? ¡Que no me pidas perdón!
Tiny se ruborizó.
-También es verdad... Es que me sale sin querer -dijo sacando la lengua.
Estar allí charlando con la unicornio hacía que Macdolia olvidase por un momento sus problemas, pero sabía que no podía quedarse allí todo el día. No cuando un unicornio en busca y captura y una asesina esperaban en un callejón a que la poni de tierra sacase a aquella unicornio de allí.
-¿Como es que estás por Canterlot, Tiny? No sueles venir mucho -"tengo que ver como hacer que se mueva".
-La verdad es que vengo a visitar a mi mentor. Estaba mirando de cogerle algún detalle.
-En ese caso, ¿porque no un artículo mágico? seguro que en las tiendas del sur venden alguno.
La unicornio abrió los ojos.
-¡Buena idea! Iré a buscar uno.
-Cuídate, Tiny. Iré a veros a todos cuando acabe. Dale recuerdos a los pequeños.
-¡Espera! ¿Vas a quedarte en Canterlot mucho tiempo?
Macdolia frunció en entrecejo.
-No sabría decirte... Puede que si o puede que no. Pero quizás tenga que esconderme por aquí, si.
-En ese caso... toma esto.
La unicornio sacó de su bolsa una fiambrera y se la dio a la poni de coletas.
-La preparé ayer, pero recordé demasiado tarde que a mi mentor no le gustan, así que quédatela. Y recuerda que en el bulevar sur hay algunos edificios en desuso. Quizás allí encuentres cobijo.
-Gracias tía Tiny, cuídate -dijo Macdolia mientras abrazaba a la unicornio y la veía partir en dirección a las tiendas del barrio norte.
Mientras tanto, Grey evitaba mirar la escena, sabia que su curiosidad y su amistad con Tiny Tales le harían inevitablemente unirse a la escena, por lo que decidió ir al otro lado del angosto callejón y sentarse ahí, a la sombra.
Shadow le siguió para comprobar si podía seguir atacándole con el mismo método de antes, pero vio que parecía muy atento a algo que estaba escuchando, por lo que se dedicó mirar a los transeúntes, como si esperara que algo cómico pasara por ahí.
Grey de mientras oía con mirada seria una conversación entre dos comerciantes que había cerca, y por lo que se comentaba, tal vez no habría sido tan mala idea entrar en la ciudad.
- ¿Te has enterado de lo que dicen los rumores? De lo del pony de las nieves.
- Pffff... venga ya, primero lo del regreso de Nightmare Moon y ahora un poni de las nieves. Tu te crees todo lo que dicen.
- Admito que casi todas las veces son rumores sin fundamento, pero esta vez no, te lo juro por el calor que nos da Celestia, la vi con mis propios ojos.
- Bueno, vale, mientras no viene nadie, cuenta.
- Habrás leído sobre el misterioso incidente de TallTale, ¿Verdad?
- Siiiiii...¿Y que?
- Pues los días anteriores, se encontró una poni azulina en el bosque cercano, la cual soltaba pequeños destellos blancos por donde caminara.
- Ajam... purpurina, ¿Que mas?
- ¡¿Quieres dejarme contarlo bien?!
- Vale vale, no te exaltes que espantas clientes.
- Hmpf.... bueno, a lo que iba, alguien se acerco a ver que soltaba, y decía que era similar a la nieve, se podía hacer incluso bolas con ello, pero no era fría, sino mas bien tibia a la piel.
- Curioso.
- ¿A que si? Pues el caso es que recientemente se la vio en Canterlot, pero no parecía que lo fuera. no creaba esa "nieve". Pero un par de días después, paso por aquí, al lado de mi puesto, mientras estabas con gripe, y miro un cartel nuevo que pusieron los guardas.
- Mira tu, que coincidencia.
- ¡EJEM!, el caso, resulta que lo arrancó rápidamente, y salió corriendo de cabeza a la salida de la ciudad, dejando aquellos destellos blancos. Mira, aquí tengo unos pocos.
- Neh, paso. ¿Que era, un alicornio o que?
- Nada del otro mundo, de hecho, era solo una potrilla pegaso, lo cual parecía raro, ya que ese cuerpecito azulino no daba la impresión de que fuera el poni de las nieves.
- Wow, pues parece una historia curiosa, ¿Cuando dices que pasó?
- Pues hará media semana que salio pitando. Solo espero que nada malo pase, porque se la relaciona con el incidente de TallTale porque pasó por ahí y a los dos días sucedió el altercado.
- Mas vale tener cuidado.
...
- Hablando de cuidado, han avistado a un delincuente por aquí.
- ¡¿Que?!
- Lo que oyes, un poni gris con una espada de la guardia real, se le reconocerá enseguida, esas armas tienen un esplendor muy característico.
- Esto debe ser obra de ese poni de las nieves.
- Quien sabe...
Grey escuchó con atención aquella conversación, parecía una muy conveniente conversación acerca de que Catleya si estuvo en Canterlot, pero parecía demasiado raro, puesto que ella no tenía aquella habilidad de crear nieve "no-fría".
Pero lo peor llego con el final de la conversación, los guardas reales ya le habían visto y había que esconderse, o no solo él, sino Macdolia y Shadow Mirror estarían en graves problemas, una por asesina y la otra por cómplice.
Rápidamente envolvió su espada en un trapo que encontró cerca y para más incapié en ocultar su arma, la puso debajo de su capa, esperando a su compañera a que volviera.
Macdolia regresó al poco cargando con la fiambrera al callejón, donde encontró a Grey sentado sobre sus cuartos traseros... y esforzándose por esconder algo debajo de su capa, sin evitar que se marcase un poco bajo la misma.
Un pensamiento pasó por la mente de Macdolia, un comentario que su amiga y arqueóloga Aitana Pones habría soltado en una situación así:
-¿Llevas una espada oculta o es que te alegras de verme?
La yegua de coletas se llevó las patas a la boca.
"¡Maldición, lo he dicho en voz alta!"
Grey se quedo extrañado por la pregunta, pero no dudo en intentar aclararlo.
- No, es mi.... ehm.... espera... te la enseño.
No era el mas avispado cogiendo ese tipo de frases, y precisamente aquella le había pillado desprevenido, y sus palabras no ayudaron demasiado precisamente.
- Cerdo.
Tras decir aquello Shadow digo un ligero golpe en la nuca a Grey, como represalia, mientras que este no sabía que pasaba y menos aun, porque había recibido aquel golpe.
- Pero si yo... no es lo que parece, de verdad.
Macdolia se puso roja como un tomate... y descargó una coz en la "espada" de Grey.
-¡Calla estúpido! ¡Lo estás empeorando todo!
Grey no pudo evitar caer al suelo tras recibir aquello por sorpresa. No tenía ni idea de porque estaba recibiendo los golpes y su cara era un batiburrillo de expresiones de dolor y sorpresa muy peculiar, a lo que Shadow no pudo evitar soltar una risa.
- ¡JAJAJAJA! ¡Mírate! En serio, jejeje.... quédate con esa cara y así al menos me divierto un poco mas.
Costó un rato que Grey se recuperara del impacto. Macdolia, a pesar de estar muerta de vergüenza por el numerito que acababa de montar, se dio cuenta de algo.
"Aunque sea con ligera malicia... Shadow parece distinta cuando ríe".
A Grey aun le dolía "la zona del impacto", pero sabiendo la que les caía, prefirió centrarse en lo importante.
- Macdolia, ya nos... bueno, ME están buscando, han visto la espada. Necesitamos largarnos de la ciudad ya.
El unicornio uso un tono que esa fácilmente reconocible. La ciudad de Canterlot, que en su infancia inspiraba esperanza, ahora lo único que le veía era un asqueroso escenario de egoísmo y excentricidad.
La yegua pidió al unicornio que le explicase un poco mas lo que había ocurrido en su ausencia. Cuando Grey terminó, la yegua frunció en ceño.
-No pinta bien la cosa... pero tampoco podemos salir a estas horas de la ciudad: es tarde y venimos de una larga caminata. Te propongo otra cosa: vayamos al bulevar sur y escondámonos allí unas horas. Tengo algo que Tiny me acaba de dar que nos sentará de fábula; podemos aprovechar para descansar y salir de madrugada. Al amparo de la noche, será mas fácil escabullirnos.
Grey asintió al oír el plan.
- Ademas, la guardia de Luna es la que protege las calles por la noche, por lo que tendremos todo mas tranquilo. No creo que sepan de que estamos aquí, y para entonces, nos habremos ido.
Grey se coloco en la salida del callejón y, mirando con el agujero de la capucha, busco cualquier guarda que hubiera cerca, y para gracia suya, la calle parecía despejada, por lo que salio e hizo una seña para que Macdolia y Shadow le siguieran.
El unicornio, desde que se entero de que lo buscaban, parecía algo obsesionado con lo de que le estuvieran buscando. Para él, esa sensación agobiante de que en cualquier momento puedan lanzarse encima suya era detestable, pero debía seguir o ese temor podría convertirse en una realidad.
Al cabo de unos instantes de intranquilo viaje, los tres llegaron al bulevar sur de Canterlot. Compuesto por casas residenciales, esta zona de la ciudad era algo mas tranquila que las demás. Además, tenía una peculiaridad: muchos edificios habían sido abandonados a su suerte tras ciertos incidentes pasados.
Macdolia fijó su vista en uno en concreto. Era perfecto para esconderse y al mismo tiempo, óptimo para descansar.
-Rodeemoslo y entremos por detrás, no creo que nadie se dé cuenta.
Aunque el edificio parecía estar en buen estado, habían detalles que daban a entrever su abandono. El principal de ellos la ausencia de cristales en las ventanas. A los tres no les costó introducirse por una...
Y descubrir lo que había en el interior. Multitud de literas, una al lado de otra, y de un tamaño considerablemente pequeño.
- Vaya, de todos los lugares, tuvimos que parar en uno hecho para críos. Parece un orf-.
- Un albergue, sin duda alguna.
A Shadow no le hizo ninguna gracia que Grey le interrumpiera bruscamente.
- ¿Es que estas ciego? Camas enanas y todas juntas en un mismo sitio, es más que obvio que estamos en...
- ¡En un albergue! ¡Y punto! ¡Que pesada! Voy a mirar si encuentro algo, vosotras haced lo que queráis.
Grey se fue sin mediar mas palabra de la sala con una expresión enfadada, tirando su capa en medio del camino. Macdolia miro severamente a Shadow como si la reprochara, a lo que ella, sorprendida por la reacción repentina, estaba muy confusa.
- ¿Que? ¡Solo quería decir que esto parecía un condenado orfanato por las camas enanas juntas! Ni que esa palabra fuera tabú para alguien que se ha criado en uno.
Macdolia alzó las patas delanteras en una expresión que un humano habría considerado que era alzarse de hombros.
-Una duda que tengo: ¿alguna vez te informaste sobre el unicornio al que perseguías? Es obvio que no, o sabrías que este tipo de edificios no le trae el mejor de los recuerdos.
Sin perder mucho mas tiempo, la poni de tierra dejó sus mochilas en el suelo y sacó algunas cosas.
-Necesitaremos mantas para taparnos un poco... y esto también.
La yegua sacó la fiambrera que le había dado Tiny Tales.
-Ahora, solo tengo que arreglar esto un poco.
Ante la mirada extrañada de Shadow, Macdolia puso un mantel en el suelo, como si estuvieran de picnic.
-¡Grey, vuelve! Come algo antes de seguir mirando, haz el favor.
El unicornio volvió al minuto, notablemente más calmado que antes. Shadow procuró no decir más acerca de que lo que era el lugar y se sentó junto a ellos, y antes de que Macdolia abriese la fiambrera, volvió a abrir la boca, pero esta vez parecía distinto, no parecía que fuera a picar a Grey.
- ¿Alguna vez habéis oído hablar de la expresión "poder sin causa"?
Macdolia asintió.
-Sospecho que consideras nuestra aventura algo así, ¿me equivoco?
Grey permaneció callado ante la pregunta, mientras que Shadow negó con la cabeza.
- Es que... llamadme rara, pero no tener una de esas marcas atrás me hace sentir distinta, y no precisamente para bien. Oí por ahí que reflejan algo así como tu talento único, y si aun sabiendo usar mis "cualidades", no tengo una... ¿Cual vendría a ser mi verdadero poder?
Los dos compañeros parecían muy sorprendidos ante aquella confesión, sobretodo de alguien que lo único que ha dado son problemas en el camino.
- Por eso digo lo de poder sin causa. Lo tengo, pero no se cual es, ni que propósito tiene... es un asco.
Grey se sintió identificado con aquella frase, tenia el mismo sentimiento que ella respecto a su poder, pero a diferencia de Shadow, él prefería no hablarlo con nadie.
- No le des demasiadas vueltas. Tarde o temprano sabrás cual es tu verdadero papel, y viendo lo visto, mercenaria o asesina no es ese talento. Y no lo digo por fastidiar, sino porque sino habría una marca más que "curiosa" en tu grupa.
Macdolia bajó la vista.
-Mi caso curiosamente... es el contrario.
Viendo que Grey y Shadow se extrañaban, Macdolia prosiguió a aclarar aquella frase:
-Mi CM no me salió cuando descubrí mi talento especial. Nací con ella. Sobra decir que no soy una yegua normal y corriente, dadas las cosas que puedo hacer... pero resulta que fui creada con dichos talentos. No soy más que el resultado de un hechizo mal lanzado y las ideas de un escritor de fantasía. Nací con el propósito de cumplir los designios del reloj, mi CM -Macdolia se tocó la marca y el reloj se materializó ante ella- No es que me queje, soy feliz haciendo lo que hago... -la yegua sujetó el reloj con sus patas delanteras y lo miró con un semblante algo triste-; pero a veces pienso como habría sido todo de haber sido una potrilla, de haber podido crecer, descubrir mi talento, recibir mi CM... Tu aun puedes, Shadow, acabarás por descubrirlo.
- Si me quitaras esta cosa de la cabeza tal vez me seria mas fácil.
El rostro de Macdolia se quedó congelado unos segundos, pero acto seguido, sonrió.
-Si haces méritos, estaré encantada, te lo aseguro.
"Y no estás haciendo muchos" pensó. Macdolia se contuvo de lanzar un mohín: había intentado empatizar con la unicornio y ella le había mandado la intención a hacer puñetas.
"En fin, veamos que tiene Tiny para nosotros..."
La yegua abrió la fiambrera y sus ojos se dilataron.
-Oh my Fausticorn...
Grey se quedó mirando el contenido unos segundos.
-¿No es esa una especialidad de los barrios obreros de Manehattan? Maca... algo así.
Macdolia asintió.
-Correcto, pero estos están hechos con una salsa que a Tiny le sale especialmente bien. Son una delicia. Me muero por probarlos.
La yegua, mientras notaba como la boca se le hacía agua, se disponía a atacar la fiambrera... pero se detuvo unos segundos antes.
"Un momento... ¿y si?"
Macdolia le acercó la fiambrera a Shadow.
La unicornio miro extrañada como Macdolia le acercaba la fiambrera con comida que jamas había visto, y ante la duda, mejor prevenir, por lo que se la devolvió a Macdolia suavemente.
- Tu primero.
La yegua soltó una carcajada.
-¿Que te crees, que lo he envenenado? Venga ya. Solo quiero que la estrenes tú. No seas tan desconfiada, que a día de hoy no creo haberte dado motivos para ello. Estrenar algo es un privilegio que solo una persona tiene y lo considero altamente importante.
Grey levitó un poco de la comida cerca de la boca de Shadow, mientras bebía un poco del agua de la cantimplora.
- Así no tendrás que ensuciarte.
Harta de la presión que ejercían sobre ella, Shadow miro la comida. Aun caliente, parecía suculenta, pero probar cosas nuevas no era algo que la agradara, así que la examino detenidamente bajo la atenta mirada de Macdolia, la cual comparaba el "espectáculo" con ver a un potrillo con su primera papilla.
-Si así me dejáis en paz...
Shadow se metió la pasta en la boca y comenzó a masticarla lentamente, la suave textura de la salsa y el punto en el que estaba la pasta eran idóneos, le encantaban, sin duda, pero intento poner su mejor cara de desagrado, pero parecía más una de "Vale, vosotros ganáis, está bueno."
Mientras Macdolia veía como Shadow intentaba, sin éxito, disimular que le estaba gustando de verdad lo que comía, un pensamiento le pasó por la cabeza:
"Si ella hubiese matado a Tiny aquella vez, nada de esto estaría pasando"
La yegua sacudió la cabeza de un lado a otro.
"¿Que hago pensando en estas cosas? No es propio de mí"
Al probar aquella delicia, los pensamientos de Macdolia simplemente se evaporaron.
"Debo de estar agotada, seguro. Descansar me vendrá bien".
Grey siguió levitando partes de la comida hacia sus compañeras mientras el pensaba en donde ir a mirar tras terminar la comida, podrían encontrar algo útil o al menos camas mas grandes.
"Si Catleya esta en Everfree, debo darme prisa, o se adelantaran sus criaturas...."
El contenido se fue reduciendo a gran velocidad gracias a la disimulada hambre de Shadow y Macdolia, pero cuando quedaba casi un tercio del contenido, Macdolia rehusó la fiambrera que Grey le volvía a ofrecer.
-Tú no has comido nada aun.
Grey respondió rápidamente, no tenia ganas de problemas.
- No tengo demasiada hambre, ya me comí una cosa en el mercado.
Macdolia fulminó con la mirada a Grey.
-Sabes lo que ocurre cuando me rechazas algo de comida, ¿verdad? -un ojo de Macdolia brilló con un destello siniestro- ¿VERDAD?
Shadow notó como el ambiente se cargaba de una atmósfera extraña.
"¿Cómo? Es como si una enorme presencia mágica se nos viniese encima..."
- Otra vez no. ¿Vale? No tengo hambre, punto.
El ambiente se desvanecido de un plumazo. Macdolia cerró los ojos y sonriendo, dijo:
-Muy bien. Pues lo guardaré y te lo comerás mas tarde -y añadió por lo bajo- ya lo creo que te lo comerás. Lo ha hecho la tía Tiny; sería un sacrilegio que no lo probaras.
La yegua cogió la fiambrera y después de cerrarla la guardó en su mochila.
Grey se levanto tras aquella escena, y sin mediar más palabra salio de la sala, quedándose solo mientras seguía curioseando por la casa.
Shadow toqueteó un poco el artilugio que tenía en el cuerno por puro aburrimiento, sabía que no se soltaría, ya lo intentó más de una vez cuando no miraban, mientras que Macdolia terminaba de recoger todo.
- Es la primera vez que lo veo enfadado.
-¿Te has dado cuenta tu también? -respondió la poni de tierra mientras cerraba su mochila- Tiene pinta de tener la cabeza obnubilada por otra cosa. Seguramente querría estar fuera, buscando a su hermana y no aquí esperando a que pasen los minutos...
Shadow resopló, estaba harta de oír hablar de eso sin saber nada.
- Vale, admito que no me informaron demasiado bien sobre él, pero bueno, ya dime, ¿Que tiene de especial esa potrilla para él? Es decir, la llama hermana, pero algo que si sé es que no tiene familia.
Macdolia se mordió el labio unos segundos. "¿Debo contárselo? Bueno, tampoco es tan difícil de deducir, supongo..."
-No se si soy la poni adecuada para explicarte toda la historia, pero digamos que a efectos reales, es como si fuera su hermana. Muchas veces hay lazos que nos unen mas allá de la sangre... -Macdolia cerró los ojos. "¿No es así, Mami... Padre...?"
La unicornio se tumbó en el suelo, poniéndose la pata en los ojos para evitar cualquier luz hacia su vista. No comprendía ese vinculo, ni quería saber más, por razones que no quería ni comprender, estaba especialmente vaga, simplemente se comenzó a tocar lentamente algunas de las cicatrices del torso, mientras tenia el rostro serio.
Mientras tanto, Grey subía al primer piso e intentaba mirar las habitaciones, salvo por aquellas que estaban cerradas, las pocas en las que entraba tenían algún que otro peluche o mas camas pequeñas. Por mucho que en su mente quiera evitar pensar la realidad, tuvo que admitirlo, había entrado en un orfanato, y mirarlo detenidamente no ayudaba precisamente.
De vuelta a las yeguas, Shadow se levanto de repente y fue saliendo de la sala, pero no sin avisar a Macdolia.
- No te preocupes, que no pienso escapar, solo voy a ver un poco la zona.
Una locomotora hacía su entrada en la estación de Canterlot y se detenía lentamente ante el andén, lanzando un silbido y un chorro de humo.
-¡Hace entrada el expreso de TallTale con destino a Canterlot! ¡Última parada!
Mientras varios ponis bajaban de los vagones... tres figuras hacían su entrada en la ciudad, observando la llegada del ferrocarril.
-Podíamos haber llegado tranquilos y descansados en uno de esos hace días, ¡pero noooo! El unicornio se empeñó en hacer el trayecto a pata -comentó una voz femenina embutida en una capa que le cubría el cuerpo y que fulminaba con la mirada a su compañero de viaje, que también se cubría el rostro.
"Es una suerte que empiece a hacer frio o sería descaradamente sospechoso ir tan tapados a plena luz del día" pensó la tercera viajera, que si llevaba el rostro al descubierto, mostrando su crin morena recogida en dos coletas.
- Entre los tres, tu eres precisamente la mas sospechosa Shadow, ademas, prefiero evitar problemas con ponis que nos puedan reconocer, porque te recuerdo que no solo intentaste matarme a mi, sino que también fuiste a por varios mas, entre ellos Luna, y precisamente estamos entrando en sus dominios.
El segundo poni, cubierto por una raída capa marrón, parecía nervioso ante tal escena. De por si no le agradaba estar entre semejante gentío, pero el simplemente hecho de recordar que esto lo hacía por su hermana, más que por él mismo o Macdolia, era lo que le daba fuerzas para seguir adentrándose y atravesar la gran puerta de Canterlot.
No demasiados ponis la usaban, pero estaba claro que aunque los años hayan pasado, seguía siendo un gran marco imponente para proteger la ciudad y de paso que se denotara aun más lo ostentosa que era la vida ahí.
Pudieron atravesarla bajo la atenta mirada de los guardas que la cubrían, los cuales no parecían estar de humor para preguntas rutinarias frente al frio que estaba comenzando a hacer.
- Echo de menos la libertad para lanzar magia....
Shadow susurraba eso para si misma, en voz casi inaudible, no iba a mostrarse débil frente a los otros dos, y menos aun ahora que hacia solo unos días en los que se había recuperado del todo, bajo la atenta mirada de sus "compañeros".
Mientras los tres avanzaban, mezclándose entre la muchedumbre, Grey empezó a mostrarse cada vez mas inquieto. Miraba de un lado a otro y mantenía la mirada perdida.
Tardó en darse cuenta unos segundos en que ni Macdolia ni Shadow lo seguían.
El unicornio se quedó petrificado unos segundos. ¿A donde habían ido?
Casi sin tiempo a reaccionar, sintió como algo chocaba contra él. Un montón de bolsas llenas de productos varios empezaron a caerle encima.
-Oh, perdona mis modales, muchacho. Iba charlando y no me fijé.
- No se preocupe, yo también iba distraído, déjeme ayudarle.
Grey levitó las bolsas que estaban por el suelo
para que el poni pudiera recogerlas, con una amable sonrisa en la cara.
El poni que se encontraba frente a Grey, un unicornio de aire refinado y monóculo, iba acompañado de una esbelta unicornio de crin rosa, la cual parecía sorprendida y a la vez resignada.
-Siempre lo mismo, Fancy Pants. ¿Con cuantos transeúntes nos hemos chocado ya?
-No ha sido nada... Mis... -empezó Grey. Pero antes de que pudiese terminar, notó como alguien lo agarraba del flanco.
-Si, disculpen a mi amigo, estaba un poco despistado. ¡Que tengan un buen día!
Una sonriente Macdolia arrastró a Grey hasta una esquina de la calle, que daba entrada a un callejón, donde esperaba Shadow.
-Buf, por los pelos -comentó la poni de tierra.
Grey tardo un par de segundos en asimilar lo que acababa de pasar, pero prefirió dejarlo en cuanto vio que volvía a estar con sus compañeras.
- Menudo poni mas atontado estas hecho, normal que me costara tanto encontrarte la primera vez, seguro que no sabías ni donde estabas hasta que llegamos a cogerte.
Shadow no dudó en aprovechar la oportunidad para mofarse de Grey, puede que no tuviera magia, pero sabía que una lengua afilada dolía a veces más que una herida.
-Puyas ahora no, Shad. Esto es serio.
Macdolia mostró algo a Grey. Era un papel que parecía estar arrancado de algún sitio.
-Si te preguntas donde estábamos, nos hemos detenido cuando hemos visto pasmadas este cartel pegado en la entrada de una de las tiendas.
Grey cogió y se dispuso a leer el cartel que Macdolia le paso, y no pudo mas que sorprenderse cuando lo leyó.
"Se busca: Grey Edge.
Unicornio joven, crin negra y pelaje gris.
Delito de ataque al capitán de la guardia real, Shining Armor.
Hurto de arma reglamentaria de un guarda real.
Visto por última vez cerca del Bosque Everfee.
Atrapar con vida y llevar ante la justicia en Canterlot."
Grey no pudo evitar enfadarse ante semejante noticia y destrozó el cartel con ira, entre un par de improperios.
- ¡No tenía que haber siquiera pisado esta maldita ciudad, no hace más que traerme problemas y malos recuerdos!
Macdolia respiró profundamente.
-Pensaba que el rifirrafe que hubo entre ti y Shining Armor se consideraría un altercado del laberinto. No me imaginaba que llegarían a esto...
Grey arqueó una ceja.
-¿Como sabes lo del altercado?
Macdolia lo miró como el que mira a alguien que ha dicho algo demasiado obvio.
-Tenía mis métodos para enterarme dentro del laberinto de lo que os ocurría a los demás, pero la historia completa me la contó alguien... que viene ¡¿ahora mismo por esa calle?!
Grey se giró rápidamente. A unos metros de distancia, parada en ese instante en un pequeño puesto ambulante, había una unicornio de pelaje esmeralda y crin castaña con una CM bastante peculiar: dos serpientes entrelazadas mordiéndose sus respectivas colas.
-¿No es esa la tipa de los pájaros? Anda que no dolían, los condenados. Si tuviese mi magia ahora...
-...te quedarías quietecita y sin hacer nada -dijo Grey fulminando con la mirada a la asesina-. Macdolia, no puede verme de ningún modo, sácala de aquí ya.
La poni de tierra asintió y salió del callejón. Se fue acercando poco a poco a aquella unicornio procurando que no la viese, hasta que, cuando la tenía lo bastante cerca de espaldas, le tapó los ojos y dijo:
-Cucú, ¿quien soy?
La unicornio dio un respingo y se giró rápidamente.
-¡Macdolia!-gritó, mientras la abrazaba.
-Hola tía Tiny. Como me alegra volver a verte.
Tiny Tales mostraba un aspecto bastante radiante. Nada que ver con las últimas veces que había ido de aventuras con su "sobrina", donde se habían encontrado todo tipo de situaciones estrambóticas y peligrosas.
-¿Que haces por Canterlot? Llevamos bastante tiempo sin saber nada de ti por Ponyville. Wind Art no para de ametrallar a Bookmark con preguntas sobre tu paradero.
"Pobre Padre, a veces pienso que preferiría servirme de escudo ante cualquier ataque antes que quedarse en Ponyville cuando no estoy"
-Bueno, ya sabes, asuntos del tiempo: solucionar cosas aquí y allá sin que Equestria lo sepa y esas cosas.
Tiny bajó la mirada.
-Vaya... pensaba que quizás habías salido a...
Macdolia hizo un gesto rápido con su pata antes de que la unicornio siguiese.
-¡No Tiny! ¿Cual era nuestro acuerdo? No puedes hablarme de acontecimientos...
-... a no ser que los menciones tu primero... cierto, perdón.
La poni de tierra se llevó la pata a la cara.
-Exacto. Porque eso serían "spoilers"... y ¿que te tengo dicho? ¡Que no me pidas perdón!
Tiny se ruborizó.
-También es verdad... Es que me sale sin querer -dijo sacando la lengua.
Estar allí charlando con la unicornio hacía que Macdolia olvidase por un momento sus problemas, pero sabía que no podía quedarse allí todo el día. No cuando un unicornio en busca y captura y una asesina esperaban en un callejón a que la poni de tierra sacase a aquella unicornio de allí.
-¿Como es que estás por Canterlot, Tiny? No sueles venir mucho -"tengo que ver como hacer que se mueva".
-La verdad es que vengo a visitar a mi mentor. Estaba mirando de cogerle algún detalle.
-En ese caso, ¿porque no un artículo mágico? seguro que en las tiendas del sur venden alguno.
La unicornio abrió los ojos.
-¡Buena idea! Iré a buscar uno.
-Cuídate, Tiny. Iré a veros a todos cuando acabe. Dale recuerdos a los pequeños.
-¡Espera! ¿Vas a quedarte en Canterlot mucho tiempo?
Macdolia frunció en entrecejo.
-No sabría decirte... Puede que si o puede que no. Pero quizás tenga que esconderme por aquí, si.
-En ese caso... toma esto.
La unicornio sacó de su bolsa una fiambrera y se la dio a la poni de coletas.
-La preparé ayer, pero recordé demasiado tarde que a mi mentor no le gustan, así que quédatela. Y recuerda que en el bulevar sur hay algunos edificios en desuso. Quizás allí encuentres cobijo.
-Gracias tía Tiny, cuídate -dijo Macdolia mientras abrazaba a la unicornio y la veía partir en dirección a las tiendas del barrio norte.
Mientras tanto, Grey evitaba mirar la escena, sabia que su curiosidad y su amistad con Tiny Tales le harían inevitablemente unirse a la escena, por lo que decidió ir al otro lado del angosto callejón y sentarse ahí, a la sombra.
Shadow le siguió para comprobar si podía seguir atacándole con el mismo método de antes, pero vio que parecía muy atento a algo que estaba escuchando, por lo que se dedicó mirar a los transeúntes, como si esperara que algo cómico pasara por ahí.
Grey de mientras oía con mirada seria una conversación entre dos comerciantes que había cerca, y por lo que se comentaba, tal vez no habría sido tan mala idea entrar en la ciudad.
- ¿Te has enterado de lo que dicen los rumores? De lo del pony de las nieves.
- Pffff... venga ya, primero lo del regreso de Nightmare Moon y ahora un poni de las nieves. Tu te crees todo lo que dicen.
- Admito que casi todas las veces son rumores sin fundamento, pero esta vez no, te lo juro por el calor que nos da Celestia, la vi con mis propios ojos.
- Bueno, vale, mientras no viene nadie, cuenta.
- Habrás leído sobre el misterioso incidente de TallTale, ¿Verdad?
- Siiiiii...¿Y que?
- Pues los días anteriores, se encontró una poni azulina en el bosque cercano, la cual soltaba pequeños destellos blancos por donde caminara.
- Ajam... purpurina, ¿Que mas?
- ¡¿Quieres dejarme contarlo bien?!
- Vale vale, no te exaltes que espantas clientes.
- Hmpf.... bueno, a lo que iba, alguien se acerco a ver que soltaba, y decía que era similar a la nieve, se podía hacer incluso bolas con ello, pero no era fría, sino mas bien tibia a la piel.
- Curioso.
- ¿A que si? Pues el caso es que recientemente se la vio en Canterlot, pero no parecía que lo fuera. no creaba esa "nieve". Pero un par de días después, paso por aquí, al lado de mi puesto, mientras estabas con gripe, y miro un cartel nuevo que pusieron los guardas.
- Mira tu, que coincidencia.
- ¡EJEM!, el caso, resulta que lo arrancó rápidamente, y salió corriendo de cabeza a la salida de la ciudad, dejando aquellos destellos blancos. Mira, aquí tengo unos pocos.
- Neh, paso. ¿Que era, un alicornio o que?
- Nada del otro mundo, de hecho, era solo una potrilla pegaso, lo cual parecía raro, ya que ese cuerpecito azulino no daba la impresión de que fuera el poni de las nieves.
- Wow, pues parece una historia curiosa, ¿Cuando dices que pasó?
- Pues hará media semana que salio pitando. Solo espero que nada malo pase, porque se la relaciona con el incidente de TallTale porque pasó por ahí y a los dos días sucedió el altercado.
- Mas vale tener cuidado.
...
- Hablando de cuidado, han avistado a un delincuente por aquí.
- ¡¿Que?!
- Lo que oyes, un poni gris con una espada de la guardia real, se le reconocerá enseguida, esas armas tienen un esplendor muy característico.
- Esto debe ser obra de ese poni de las nieves.
- Quien sabe...
Grey escuchó con atención aquella conversación, parecía una muy conveniente conversación acerca de que Catleya si estuvo en Canterlot, pero parecía demasiado raro, puesto que ella no tenía aquella habilidad de crear nieve "no-fría".
Pero lo peor llego con el final de la conversación, los guardas reales ya le habían visto y había que esconderse, o no solo él, sino Macdolia y Shadow Mirror estarían en graves problemas, una por asesina y la otra por cómplice.
Rápidamente envolvió su espada en un trapo que encontró cerca y para más incapié en ocultar su arma, la puso debajo de su capa, esperando a su compañera a que volviera.
Macdolia regresó al poco cargando con la fiambrera al callejón, donde encontró a Grey sentado sobre sus cuartos traseros... y esforzándose por esconder algo debajo de su capa, sin evitar que se marcase un poco bajo la misma.
Un pensamiento pasó por la mente de Macdolia, un comentario que su amiga y arqueóloga Aitana Pones habría soltado en una situación así:
-¿Llevas una espada oculta o es que te alegras de verme?
La yegua de coletas se llevó las patas a la boca.
"¡Maldición, lo he dicho en voz alta!"
Grey se quedo extrañado por la pregunta, pero no dudo en intentar aclararlo.
- No, es mi.... ehm.... espera... te la enseño.
No era el mas avispado cogiendo ese tipo de frases, y precisamente aquella le había pillado desprevenido, y sus palabras no ayudaron demasiado precisamente.
- Cerdo.
Tras decir aquello Shadow digo un ligero golpe en la nuca a Grey, como represalia, mientras que este no sabía que pasaba y menos aun, porque había recibido aquel golpe.
- Pero si yo... no es lo que parece, de verdad.
Macdolia se puso roja como un tomate... y descargó una coz en la "espada" de Grey.
-¡Calla estúpido! ¡Lo estás empeorando todo!
Grey no pudo evitar caer al suelo tras recibir aquello por sorpresa. No tenía ni idea de porque estaba recibiendo los golpes y su cara era un batiburrillo de expresiones de dolor y sorpresa muy peculiar, a lo que Shadow no pudo evitar soltar una risa.
- ¡JAJAJAJA! ¡Mírate! En serio, jejeje.... quédate con esa cara y así al menos me divierto un poco mas.
Costó un rato que Grey se recuperara del impacto. Macdolia, a pesar de estar muerta de vergüenza por el numerito que acababa de montar, se dio cuenta de algo.
"Aunque sea con ligera malicia... Shadow parece distinta cuando ríe".
A Grey aun le dolía "la zona del impacto", pero sabiendo la que les caía, prefirió centrarse en lo importante.
- Macdolia, ya nos... bueno, ME están buscando, han visto la espada. Necesitamos largarnos de la ciudad ya.
El unicornio uso un tono que esa fácilmente reconocible. La ciudad de Canterlot, que en su infancia inspiraba esperanza, ahora lo único que le veía era un asqueroso escenario de egoísmo y excentricidad.
La yegua pidió al unicornio que le explicase un poco mas lo que había ocurrido en su ausencia. Cuando Grey terminó, la yegua frunció en ceño.
-No pinta bien la cosa... pero tampoco podemos salir a estas horas de la ciudad: es tarde y venimos de una larga caminata. Te propongo otra cosa: vayamos al bulevar sur y escondámonos allí unas horas. Tengo algo que Tiny me acaba de dar que nos sentará de fábula; podemos aprovechar para descansar y salir de madrugada. Al amparo de la noche, será mas fácil escabullirnos.
Grey asintió al oír el plan.
- Ademas, la guardia de Luna es la que protege las calles por la noche, por lo que tendremos todo mas tranquilo. No creo que sepan de que estamos aquí, y para entonces, nos habremos ido.
Grey se coloco en la salida del callejón y, mirando con el agujero de la capucha, busco cualquier guarda que hubiera cerca, y para gracia suya, la calle parecía despejada, por lo que salio e hizo una seña para que Macdolia y Shadow le siguieran.
El unicornio, desde que se entero de que lo buscaban, parecía algo obsesionado con lo de que le estuvieran buscando. Para él, esa sensación agobiante de que en cualquier momento puedan lanzarse encima suya era detestable, pero debía seguir o ese temor podría convertirse en una realidad.
Al cabo de unos instantes de intranquilo viaje, los tres llegaron al bulevar sur de Canterlot. Compuesto por casas residenciales, esta zona de la ciudad era algo mas tranquila que las demás. Además, tenía una peculiaridad: muchos edificios habían sido abandonados a su suerte tras ciertos incidentes pasados.
Macdolia fijó su vista en uno en concreto. Era perfecto para esconderse y al mismo tiempo, óptimo para descansar.
-Rodeemoslo y entremos por detrás, no creo que nadie se dé cuenta.
Aunque el edificio parecía estar en buen estado, habían detalles que daban a entrever su abandono. El principal de ellos la ausencia de cristales en las ventanas. A los tres no les costó introducirse por una...
Y descubrir lo que había en el interior. Multitud de literas, una al lado de otra, y de un tamaño considerablemente pequeño.
- Vaya, de todos los lugares, tuvimos que parar en uno hecho para críos. Parece un orf-.
- Un albergue, sin duda alguna.
A Shadow no le hizo ninguna gracia que Grey le interrumpiera bruscamente.
- ¿Es que estas ciego? Camas enanas y todas juntas en un mismo sitio, es más que obvio que estamos en...
- ¡En un albergue! ¡Y punto! ¡Que pesada! Voy a mirar si encuentro algo, vosotras haced lo que queráis.
Grey se fue sin mediar mas palabra de la sala con una expresión enfadada, tirando su capa en medio del camino. Macdolia miro severamente a Shadow como si la reprochara, a lo que ella, sorprendida por la reacción repentina, estaba muy confusa.
- ¿Que? ¡Solo quería decir que esto parecía un condenado orfanato por las camas enanas juntas! Ni que esa palabra fuera tabú para alguien que se ha criado en uno.
Macdolia alzó las patas delanteras en una expresión que un humano habría considerado que era alzarse de hombros.
-Una duda que tengo: ¿alguna vez te informaste sobre el unicornio al que perseguías? Es obvio que no, o sabrías que este tipo de edificios no le trae el mejor de los recuerdos.
Sin perder mucho mas tiempo, la poni de tierra dejó sus mochilas en el suelo y sacó algunas cosas.
-Necesitaremos mantas para taparnos un poco... y esto también.
La yegua sacó la fiambrera que le había dado Tiny Tales.
-Ahora, solo tengo que arreglar esto un poco.
Ante la mirada extrañada de Shadow, Macdolia puso un mantel en el suelo, como si estuvieran de picnic.
-¡Grey, vuelve! Come algo antes de seguir mirando, haz el favor.
El unicornio volvió al minuto, notablemente más calmado que antes. Shadow procuró no decir más acerca de que lo que era el lugar y se sentó junto a ellos, y antes de que Macdolia abriese la fiambrera, volvió a abrir la boca, pero esta vez parecía distinto, no parecía que fuera a picar a Grey.
- ¿Alguna vez habéis oído hablar de la expresión "poder sin causa"?
Macdolia asintió.
-Sospecho que consideras nuestra aventura algo así, ¿me equivoco?
Grey permaneció callado ante la pregunta, mientras que Shadow negó con la cabeza.
- Es que... llamadme rara, pero no tener una de esas marcas atrás me hace sentir distinta, y no precisamente para bien. Oí por ahí que reflejan algo así como tu talento único, y si aun sabiendo usar mis "cualidades", no tengo una... ¿Cual vendría a ser mi verdadero poder?
Los dos compañeros parecían muy sorprendidos ante aquella confesión, sobretodo de alguien que lo único que ha dado son problemas en el camino.
- Por eso digo lo de poder sin causa. Lo tengo, pero no se cual es, ni que propósito tiene... es un asco.
Grey se sintió identificado con aquella frase, tenia el mismo sentimiento que ella respecto a su poder, pero a diferencia de Shadow, él prefería no hablarlo con nadie.
- No le des demasiadas vueltas. Tarde o temprano sabrás cual es tu verdadero papel, y viendo lo visto, mercenaria o asesina no es ese talento. Y no lo digo por fastidiar, sino porque sino habría una marca más que "curiosa" en tu grupa.
Macdolia bajó la vista.
-Mi caso curiosamente... es el contrario.
Viendo que Grey y Shadow se extrañaban, Macdolia prosiguió a aclarar aquella frase:
-Mi CM no me salió cuando descubrí mi talento especial. Nací con ella. Sobra decir que no soy una yegua normal y corriente, dadas las cosas que puedo hacer... pero resulta que fui creada con dichos talentos. No soy más que el resultado de un hechizo mal lanzado y las ideas de un escritor de fantasía. Nací con el propósito de cumplir los designios del reloj, mi CM -Macdolia se tocó la marca y el reloj se materializó ante ella- No es que me queje, soy feliz haciendo lo que hago... -la yegua sujetó el reloj con sus patas delanteras y lo miró con un semblante algo triste-; pero a veces pienso como habría sido todo de haber sido una potrilla, de haber podido crecer, descubrir mi talento, recibir mi CM... Tu aun puedes, Shadow, acabarás por descubrirlo.
- Si me quitaras esta cosa de la cabeza tal vez me seria mas fácil.
El rostro de Macdolia se quedó congelado unos segundos, pero acto seguido, sonrió.
-Si haces méritos, estaré encantada, te lo aseguro.
"Y no estás haciendo muchos" pensó. Macdolia se contuvo de lanzar un mohín: había intentado empatizar con la unicornio y ella le había mandado la intención a hacer puñetas.
"En fin, veamos que tiene Tiny para nosotros..."
La yegua abrió la fiambrera y sus ojos se dilataron.
-Oh my Fausticorn...
Grey se quedó mirando el contenido unos segundos.
-¿No es esa una especialidad de los barrios obreros de Manehattan? Maca... algo así.
Macdolia asintió.
-Correcto, pero estos están hechos con una salsa que a Tiny le sale especialmente bien. Son una delicia. Me muero por probarlos.
La yegua, mientras notaba como la boca se le hacía agua, se disponía a atacar la fiambrera... pero se detuvo unos segundos antes.
"Un momento... ¿y si?"
Macdolia le acercó la fiambrera a Shadow.
La unicornio miro extrañada como Macdolia le acercaba la fiambrera con comida que jamas había visto, y ante la duda, mejor prevenir, por lo que se la devolvió a Macdolia suavemente.
- Tu primero.
La yegua soltó una carcajada.
-¿Que te crees, que lo he envenenado? Venga ya. Solo quiero que la estrenes tú. No seas tan desconfiada, que a día de hoy no creo haberte dado motivos para ello. Estrenar algo es un privilegio que solo una persona tiene y lo considero altamente importante.
Grey levitó un poco de la comida cerca de la boca de Shadow, mientras bebía un poco del agua de la cantimplora.
- Así no tendrás que ensuciarte.
Harta de la presión que ejercían sobre ella, Shadow miro la comida. Aun caliente, parecía suculenta, pero probar cosas nuevas no era algo que la agradara, así que la examino detenidamente bajo la atenta mirada de Macdolia, la cual comparaba el "espectáculo" con ver a un potrillo con su primera papilla.
-Si así me dejáis en paz...
Shadow se metió la pasta en la boca y comenzó a masticarla lentamente, la suave textura de la salsa y el punto en el que estaba la pasta eran idóneos, le encantaban, sin duda, pero intento poner su mejor cara de desagrado, pero parecía más una de "Vale, vosotros ganáis, está bueno."
Mientras Macdolia veía como Shadow intentaba, sin éxito, disimular que le estaba gustando de verdad lo que comía, un pensamiento le pasó por la cabeza:
"Si ella hubiese matado a Tiny aquella vez, nada de esto estaría pasando"
La yegua sacudió la cabeza de un lado a otro.
"¿Que hago pensando en estas cosas? No es propio de mí"
Al probar aquella delicia, los pensamientos de Macdolia simplemente se evaporaron.
"Debo de estar agotada, seguro. Descansar me vendrá bien".
Grey siguió levitando partes de la comida hacia sus compañeras mientras el pensaba en donde ir a mirar tras terminar la comida, podrían encontrar algo útil o al menos camas mas grandes.
"Si Catleya esta en Everfree, debo darme prisa, o se adelantaran sus criaturas...."
El contenido se fue reduciendo a gran velocidad gracias a la disimulada hambre de Shadow y Macdolia, pero cuando quedaba casi un tercio del contenido, Macdolia rehusó la fiambrera que Grey le volvía a ofrecer.
-Tú no has comido nada aun.
Grey respondió rápidamente, no tenia ganas de problemas.
- No tengo demasiada hambre, ya me comí una cosa en el mercado.
Macdolia fulminó con la mirada a Grey.
-Sabes lo que ocurre cuando me rechazas algo de comida, ¿verdad? -un ojo de Macdolia brilló con un destello siniestro- ¿VERDAD?
Shadow notó como el ambiente se cargaba de una atmósfera extraña.
"¿Cómo? Es como si una enorme presencia mágica se nos viniese encima..."
- Otra vez no. ¿Vale? No tengo hambre, punto.
El ambiente se desvanecido de un plumazo. Macdolia cerró los ojos y sonriendo, dijo:
-Muy bien. Pues lo guardaré y te lo comerás mas tarde -y añadió por lo bajo- ya lo creo que te lo comerás. Lo ha hecho la tía Tiny; sería un sacrilegio que no lo probaras.
La yegua cogió la fiambrera y después de cerrarla la guardó en su mochila.
Grey se levanto tras aquella escena, y sin mediar más palabra salio de la sala, quedándose solo mientras seguía curioseando por la casa.
Shadow toqueteó un poco el artilugio que tenía en el cuerno por puro aburrimiento, sabía que no se soltaría, ya lo intentó más de una vez cuando no miraban, mientras que Macdolia terminaba de recoger todo.
- Es la primera vez que lo veo enfadado.
-¿Te has dado cuenta tu también? -respondió la poni de tierra mientras cerraba su mochila- Tiene pinta de tener la cabeza obnubilada por otra cosa. Seguramente querría estar fuera, buscando a su hermana y no aquí esperando a que pasen los minutos...
Shadow resopló, estaba harta de oír hablar de eso sin saber nada.
- Vale, admito que no me informaron demasiado bien sobre él, pero bueno, ya dime, ¿Que tiene de especial esa potrilla para él? Es decir, la llama hermana, pero algo que si sé es que no tiene familia.
Macdolia se mordió el labio unos segundos. "¿Debo contárselo? Bueno, tampoco es tan difícil de deducir, supongo..."
-No se si soy la poni adecuada para explicarte toda la historia, pero digamos que a efectos reales, es como si fuera su hermana. Muchas veces hay lazos que nos unen mas allá de la sangre... -Macdolia cerró los ojos. "¿No es así, Mami... Padre...?"
La unicornio se tumbó en el suelo, poniéndose la pata en los ojos para evitar cualquier luz hacia su vista. No comprendía ese vinculo, ni quería saber más, por razones que no quería ni comprender, estaba especialmente vaga, simplemente se comenzó a tocar lentamente algunas de las cicatrices del torso, mientras tenia el rostro serio.
Mientras tanto, Grey subía al primer piso e intentaba mirar las habitaciones, salvo por aquellas que estaban cerradas, las pocas en las que entraba tenían algún que otro peluche o mas camas pequeñas. Por mucho que en su mente quiera evitar pensar la realidad, tuvo que admitirlo, había entrado en un orfanato, y mirarlo detenidamente no ayudaba precisamente.
De vuelta a las yeguas, Shadow se levanto de repente y fue saliendo de la sala, pero no sin avisar a Macdolia.
- No te preocupes, que no pienso escapar, solo voy a ver un poco la zona.
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Parte 2:
Spoiler:
Grey levitó un par de juguetes, estos tenían tallados nombres, seguramente de sus antiguos dueños, los cuales Grey prefirió ignorar por el bien de su cordura.
Shadow subió al primer piso en busca de Grey, y en cuanto le vio, se quedó al marco de la puerta, observándole mientras permanecía parcialmente oculta en el marco.
Grey dejó suavemente los juguetes en el suelo, con mas ira que antes, la cual comenzó a brotar en magia, creando un cristal negro, a la vista de Shadow, la cual se limitó a pensar.
"Lo sabia."
Hacía mucho que Grey no se descontrolaba con su magia, también procuraba no usarla, pero ya ante la situación, aquellos limitadores no hacían mas que poner en peligro la búsqueda de su hermana, y no podía permitírselo, por muy orgulloso que fuera.
Shadow entró en la habitación, a lo que el unicornio instintivamente lanzó el cristal negro hacia ella, afilado como una aguja, pero la unicornio ni se inmuto y dio un pisotón fuerte a un tablón, provocando que se levantara y protegiéndola del cristal.
- No me creía que hubiera alguien, tras tanto tiempo, capaz de crear estas aberraciones.
Grey vio que era Shadow, y aquella frase, lejos de calmarle, solo hizo que quisiera ver a la unicornio fuera de la zona.
- Vete, por favor.
- No, porque aunque casi me engañas haciéndome creer que eras bueno, esto es la prueba del delito.
Shadow tiro el tablón a un lado, con el cristal negro aun clavado, cuyo ruido terminó de alertar a Macdolia, la cual estaba tranquila, toqueteando un poco su reloj, pero al oír los golpes, lo guardó y se fue a ver que pasaba, pero manteniendo las distancias.
- No se tú, Crystal, o Grey, o como sea que te llames, pero ya a estas alturas, no te lo voy a negar. Eres un peligro para este mundo por el simple hecho de poderlos crear.
- Lo sé, nunca pedí esto. ¿Vale? No ha hecho más que darme desgracias.
Shadow sonrió al ver que la conversación iba como quería, pero entonces recordó levemente lo ocurrido en el hospital, y eso hizo que intentara ser mas amable con su tono.
- Aunque tampoco eres maldad pura, todo sea dicho, pero si ni siquiera has podido controlar esa cualidad tuya a lo largo de los años... es posible que seas muy inestable.
- Precisamente por ese motivo, antes de encontrarte de nuevo, decidí apartarme de todos, pero Macdolia apareció, me vi "obligado" a estar con ella, y aunque me gusta su compañía y sé que ella solo quiere ayudarme, sigo pensando que alejarme de todos es la mejor opción, en caso de la cosa sigue así.
- Ningún problema se puede esconder debajo de la alfombra, como si de polvo se tratara. Aunque ya lo que hagas, es elección tuya.
- Lo se...
Shadow se acerco al cristal negro, y tras concentrarse un poco, lo pisó y lo destruyó, dejando nada más que un par de destellos blancos.
"No saben nada..."
- Por cierto, sobre lo del hospital... gracias.
Acto seguido, Shadow Mirror salio de la sala con una pequeña sonrisa en la cara, y viendo a Macdolia, la cual parecía en guardia, simplemente siguió avanzando al piso de abajo.
- Perdona si te he asustado, pero prefiero mi vida antes que ser sigilosos.
La poni de tierra guardó el reloj y tras dirigir una mirada de soslayo a Shadow, entró en la habitación donde estaba el unicornio.
-Grey, por fin te encuentro -empezó la poni de coletas-. Creo que deberías venir abajo y descansar. Esta noche necesitamos estar todos con la cabeza despejada para salir de Canterlot sin que nos despejen y hace días que no descansamos.
- Luego iré, por el momento necesito estar solo.
Grey ni miró a Macdolia al hablarla, estaba claramente decaído por la conversación con Shadow, a pesar del intento de la unicornio de reconfortarle con su agradecimiento, sabia que tenia razón.
Macdolia había escuchado parte de la conversación, pero sabía cuando no había que presionar un tema.
-De acuerdo, te espero abajo. Te dejaré la fiambrera aquí. Harás bien en comer algo, sé de sobras que lo del mercado es mentira.
La yegua depositó la fiambrera en el suelo y antes de abandonar la sala se giró una última vez.
-Recuerda que muerto o solo no le sirves a nadie, Grey. No pocos de los que estamos en este mundo te apreciamos, harás bien en recordarlo. Y nadie está exento de salvación -la yegua salió de la sala, su vista cayó sobre un cuadro bastante deteriorado pero en el que se veía una figura con bastante claridad: una alicornio de pelaje oscuro y crin brillante como una constelación. La voz de la yegua llegó ya desde fuera de la habitación-. Nadie.
Tras irse Macdolia, Grey arranco varios tablones para poder ver bien el cielo. No podía hablar siquiera, pues un nudo en la garganta se lo impedía. Estaba no solo apenado, sino que también estaba dividido.
Por una parte, estaba la parte de él que sabia que Shadow estaba en lo cierto, y que debía volver a desaparecer, mientras que la otra, quería luchar por los mismos motivos que Macdolia, y así obtener un motivo para vivir.
"Si tan solo fuera tan fácil."
El unicornio miró de reojo la fiambrera y la acercó usando su magia, aun estaba caliente. Su estomago no dejaba de rugir desde que subió y no tenia ganas de interrumpir esa calma forzada, mientras le daba la luz de la luna, por lo que se puso a comer.
Hacía tiempo que no comía algo salado, así que se agradeció mucho aquello, de hecho, le estaba encantando, y cuando se quiso dar cuenta, no había nada.
Grey, acercándose a la ventana, se puso a contemplar la calle preocupado por lo que le dijo Shadow, pero otro suceso hizo que aquel pensamiento se fuera a un segundo plano.
Les habían encontrado.
Varios guardias reales de Celestia se encontraban alrededor del edificio, armas listas, y con clara intención de entrar y arrasar, por lo que Grey fue lo mas rápido que puso a alertar a sus compañeras.
- ¡Nos han encontrado! ¡Vamos, subid!
Macdolia se levantó súbitamente. Acababa de echarse una pequeña cabezadita y aquel grito la sacó de un principio de sueño que era poco prometedor... Pero la realidad parecía serlo aun menos.
-¡Shadow, vamos arriba, corre! -dijo mientras sacaba el reloj.
A la unicornio aquello no le pillo por sorpresa.
-¿Vienen por nosotros? ¿Porqué no me sorprende?
Macdolia la agarró por una de las patas.
-Déjate de sarcasmos y vamos -justo cuando salían de la habitación, la puerta del edificio saltó por los aires y varios ponis de pelaje blanco y armaduras doradas empezaron a entrar en la habitación-. ¡Corre!
"¡Los tenemos, van escaleras arriba!"
Grey derribó la puerta del cuarto mas grande que vio al explorar, con más nervios que nunca. Por primera vez estaba en una situación como tal, al margen de la ley, y tratando de huir, pero, tras tanto correr, estaba harto.
Nada más entrar en la habitación, selló la puerta con un muro de cristal, estaban atrapados, pero al menos seguros por el momento.
- ¡Grey Edge! ¡En nombre del capitán de la guardia real, Shining Armor, quedas bajo arresto, entrégate!
Se acaban las opciones, y al ritmo al que golpeaban el muro, este no duraría demasiado en caer. Macdolia miro por la ventana.
- “Tenía que lamentar no volver a ser pegaso en una situación así” -pensó Macdolia mientras se frotaba uno de los muñones.
- Esto no va a acabar aquí... ¡Me niego!
El unicornio desenvainó la espada y se la ofreció a Shadow, para sorpresa de Macdolia, cuya mirada decía claramente que era una locura, pero para sorpresa de ambos, Shadow no la quiso.
- Mi pequeño experimento ha acabado, y su resultado se decide aquí. ¡Preparaos!
Macdolia preparo su reloj, nerviosa, pero no por el combate, sino por lo desesperada que era la situación.
- Esto no pinta nada bien.
Finalmente, un rayo mágico atravesó la espesa capa de cristal, seguido de un guarda que cargó con todas sus fuerzas, espada en alto, con clara intención de ir a por Grey, el cual, ya preparado, no tardó en interceptar el golpe usando su arma.
- Mi arma no te salvara de esta, unicornio del demonio.
Grey se extrañó ante aquella frase, pero en cuanto vio la cara del guarda a los ojos, lo reconoció, era el mismo al que le robó el arma al comienzo de su viaje, y por lo visto, había estado esperando el momento en el que hiciera un paso en falso para acabar con el por la vergüenza que paso.
Y le dio una oportunidad de oro para ello al ir a Canterlot.
Mientras tanto, Macdolia se zafaba como podía de los dos guardas que fueron a por ella, Aunque tratara de meterles una coz entre agarre y agarre, uno de los dos siempre la paraba, lo cual era una situación más que desfavorable para ella.
Mientras tanto, Shadow cerró los ojos mientras que notaba a otro guarda ir a por ella con las mismas intenciones que él que atacó al Grey, lanza en ristre, mando un corte vertical directo a su cabeza, a lo que Shadow simplemente levantó la pata derecha y lo bloqueo completamente, emitiendo un sonido muy agudo que hizo que obtuviera la atención de todos.
No había sangre, ni siquiera pelos cortados, solo un fino polvo blanco en el lugar del impacto que desaparecía con el viento.
Shadow, con una mirada confiada y burlona, miro al guarda, el cual parecía asustado ante la capacidad de la unicornio.
- ¿Sorprendido? Pues ahora me toca.
Inmediatamente al terminar la frase, Shadow apartó la lanza y le propinó un gancho en la barbilla, levantándolo del suelo y, mientras dejaba un polvo blanco que provenía de su pata, el guarda caía inconsciente al suelo.
Macdolia estaba, junto a los dos guardias que la intentaban atrapar, en shock, puesto que aquello era claramente producto de magia, y el aparato que tenia en su cabeza era precisamente algo que anulaba la magia, de hecho, ni siquiera estaba brillando, no uso su cuerno en ningún momento.
De mientras, Grey y el guardia que le tenia tanto odio seguían enzarzados en una lucha con sus armas, mientras que el objetivo del guardia era acabar con la vida del unicornio, el de Grey era simplemente desarmarle, lo cual, a pesar de lo simple que suena, es mucho mas complicado cuando es un unicornio usando su magia y no un poni de tierra o un pegaso.
- ¡Eh! ¡¿Que es ese alboroto?!
El colmo de los males llego a la sala, una patrulla nocturna de la guardia de Celestia había llegado al recibir varias quejas de que había un gran alboroto en el orfanato abandonado, y esos iban a ser un claro problema, si ya tenían problemas con cuatro, los que se les unan lo harán imposible.
Y la previsión se cumplió, poco tardaron en desarmar a Grey entre tres, y ni siquiera Shadow, con aquella inusitada fuerza, pudo superarles estando a una gran superioridad numérica. Macdolia tampoco tardó en caer frente a aquella desventaja.
Mientras esposaban a sus compañeras, Grey era sujetado por dos guardias, a orden de un tercero, que era al que le arrebato la espada en su momento. Sin quitarle la mirada de encima, una sonrisa burlona se creaba en la cara del supuesto defensor de la ley, tras lo cual pego una coz en el costado a Grey, dejándolo jadeando en el suelo.
- Ahora que no te escondes no eres tan gallito eh.
"Han pasado los años, y no habéis cambiado nada..."
Macdolia miraba furibunda la escena, con un sentimiento de impotencia al no poder intervenir, mientras que la mirada de Shadow era tranquila, como si aquello no fuera nuevo para ella.
- Pues que sepas, pillastre de pacotilla, que esto no es nada comparado con lo que te espera.
Desenrollo un pergamino que llevaba encima y, aclarándose la garganta, comenzó a leer.
- "Grey Edge es un unicornio peligroso con un poder oscuro que debe ser aplacado. Usad la fuerza bruta si es necesario. Entre varios cargos, los mas destacables son: traidor a Equestria al aliarse con Nightmare Moon, intento de asesinato del capitán de la guardia real, ahora príncipe, Shining Armor, y robo a un alto cargo de la guardia real." Jejeje... me lo voy a pasar de lo lindo contigo, nos vamos a hacer muy íntimos, ya verás.
El guarda se iba acercando a Grey lentamente, como si esperara una reacción de desesperación, o suplicas por su parte, pero al no llegar, cogió una lanza de un guarda y se dispuso a darle un golpe con el mango, cuando, sin previo aviso, el techo se derrumbó sobre ellos.
Prácticamente toda la sala quedó noqueada, salvo por el guardia que aun lo estaba. Y no hubo más que oscuridad.
Pocos minutos después, Grey pudo abrir los ojos ligeramente, estaba en el aire, y no cayendo precisamente, podía ver la luna, brillando en la noche, sin ninguna nube de por medio.
Pudo oír ligeramente unas palabras antes de quedarse inconsciente, pero no pudo reaccionar de ninguna manera, la oscuridad ya le tragaba de nuevo para dejarle inconsciente.
- No se por qué hacemos esto, pero supongo que ella tendrá sus motivos...
Shadow subió al primer piso en busca de Grey, y en cuanto le vio, se quedó al marco de la puerta, observándole mientras permanecía parcialmente oculta en el marco.
Grey dejó suavemente los juguetes en el suelo, con mas ira que antes, la cual comenzó a brotar en magia, creando un cristal negro, a la vista de Shadow, la cual se limitó a pensar.
"Lo sabia."
Hacía mucho que Grey no se descontrolaba con su magia, también procuraba no usarla, pero ya ante la situación, aquellos limitadores no hacían mas que poner en peligro la búsqueda de su hermana, y no podía permitírselo, por muy orgulloso que fuera.
Shadow entró en la habitación, a lo que el unicornio instintivamente lanzó el cristal negro hacia ella, afilado como una aguja, pero la unicornio ni se inmuto y dio un pisotón fuerte a un tablón, provocando que se levantara y protegiéndola del cristal.
- No me creía que hubiera alguien, tras tanto tiempo, capaz de crear estas aberraciones.
Grey vio que era Shadow, y aquella frase, lejos de calmarle, solo hizo que quisiera ver a la unicornio fuera de la zona.
- Vete, por favor.
- No, porque aunque casi me engañas haciéndome creer que eras bueno, esto es la prueba del delito.
Shadow tiro el tablón a un lado, con el cristal negro aun clavado, cuyo ruido terminó de alertar a Macdolia, la cual estaba tranquila, toqueteando un poco su reloj, pero al oír los golpes, lo guardó y se fue a ver que pasaba, pero manteniendo las distancias.
- No se tú, Crystal, o Grey, o como sea que te llames, pero ya a estas alturas, no te lo voy a negar. Eres un peligro para este mundo por el simple hecho de poderlos crear.
- Lo sé, nunca pedí esto. ¿Vale? No ha hecho más que darme desgracias.
Shadow sonrió al ver que la conversación iba como quería, pero entonces recordó levemente lo ocurrido en el hospital, y eso hizo que intentara ser mas amable con su tono.
- Aunque tampoco eres maldad pura, todo sea dicho, pero si ni siquiera has podido controlar esa cualidad tuya a lo largo de los años... es posible que seas muy inestable.
- Precisamente por ese motivo, antes de encontrarte de nuevo, decidí apartarme de todos, pero Macdolia apareció, me vi "obligado" a estar con ella, y aunque me gusta su compañía y sé que ella solo quiere ayudarme, sigo pensando que alejarme de todos es la mejor opción, en caso de la cosa sigue así.
- Ningún problema se puede esconder debajo de la alfombra, como si de polvo se tratara. Aunque ya lo que hagas, es elección tuya.
- Lo se...
Shadow se acerco al cristal negro, y tras concentrarse un poco, lo pisó y lo destruyó, dejando nada más que un par de destellos blancos.
"No saben nada..."
- Por cierto, sobre lo del hospital... gracias.
Acto seguido, Shadow Mirror salio de la sala con una pequeña sonrisa en la cara, y viendo a Macdolia, la cual parecía en guardia, simplemente siguió avanzando al piso de abajo.
- Perdona si te he asustado, pero prefiero mi vida antes que ser sigilosos.
La poni de tierra guardó el reloj y tras dirigir una mirada de soslayo a Shadow, entró en la habitación donde estaba el unicornio.
-Grey, por fin te encuentro -empezó la poni de coletas-. Creo que deberías venir abajo y descansar. Esta noche necesitamos estar todos con la cabeza despejada para salir de Canterlot sin que nos despejen y hace días que no descansamos.
- Luego iré, por el momento necesito estar solo.
Grey ni miró a Macdolia al hablarla, estaba claramente decaído por la conversación con Shadow, a pesar del intento de la unicornio de reconfortarle con su agradecimiento, sabia que tenia razón.
Macdolia había escuchado parte de la conversación, pero sabía cuando no había que presionar un tema.
-De acuerdo, te espero abajo. Te dejaré la fiambrera aquí. Harás bien en comer algo, sé de sobras que lo del mercado es mentira.
La yegua depositó la fiambrera en el suelo y antes de abandonar la sala se giró una última vez.
-Recuerda que muerto o solo no le sirves a nadie, Grey. No pocos de los que estamos en este mundo te apreciamos, harás bien en recordarlo. Y nadie está exento de salvación -la yegua salió de la sala, su vista cayó sobre un cuadro bastante deteriorado pero en el que se veía una figura con bastante claridad: una alicornio de pelaje oscuro y crin brillante como una constelación. La voz de la yegua llegó ya desde fuera de la habitación-. Nadie.
Tras irse Macdolia, Grey arranco varios tablones para poder ver bien el cielo. No podía hablar siquiera, pues un nudo en la garganta se lo impedía. Estaba no solo apenado, sino que también estaba dividido.
Por una parte, estaba la parte de él que sabia que Shadow estaba en lo cierto, y que debía volver a desaparecer, mientras que la otra, quería luchar por los mismos motivos que Macdolia, y así obtener un motivo para vivir.
"Si tan solo fuera tan fácil."
El unicornio miró de reojo la fiambrera y la acercó usando su magia, aun estaba caliente. Su estomago no dejaba de rugir desde que subió y no tenia ganas de interrumpir esa calma forzada, mientras le daba la luz de la luna, por lo que se puso a comer.
Hacía tiempo que no comía algo salado, así que se agradeció mucho aquello, de hecho, le estaba encantando, y cuando se quiso dar cuenta, no había nada.
Grey, acercándose a la ventana, se puso a contemplar la calle preocupado por lo que le dijo Shadow, pero otro suceso hizo que aquel pensamiento se fuera a un segundo plano.
Les habían encontrado.
Varios guardias reales de Celestia se encontraban alrededor del edificio, armas listas, y con clara intención de entrar y arrasar, por lo que Grey fue lo mas rápido que puso a alertar a sus compañeras.
- ¡Nos han encontrado! ¡Vamos, subid!
Macdolia se levantó súbitamente. Acababa de echarse una pequeña cabezadita y aquel grito la sacó de un principio de sueño que era poco prometedor... Pero la realidad parecía serlo aun menos.
-¡Shadow, vamos arriba, corre! -dijo mientras sacaba el reloj.
A la unicornio aquello no le pillo por sorpresa.
-¿Vienen por nosotros? ¿Porqué no me sorprende?
Macdolia la agarró por una de las patas.
-Déjate de sarcasmos y vamos -justo cuando salían de la habitación, la puerta del edificio saltó por los aires y varios ponis de pelaje blanco y armaduras doradas empezaron a entrar en la habitación-. ¡Corre!
"¡Los tenemos, van escaleras arriba!"
Grey derribó la puerta del cuarto mas grande que vio al explorar, con más nervios que nunca. Por primera vez estaba en una situación como tal, al margen de la ley, y tratando de huir, pero, tras tanto correr, estaba harto.
Nada más entrar en la habitación, selló la puerta con un muro de cristal, estaban atrapados, pero al menos seguros por el momento.
- ¡Grey Edge! ¡En nombre del capitán de la guardia real, Shining Armor, quedas bajo arresto, entrégate!
Se acaban las opciones, y al ritmo al que golpeaban el muro, este no duraría demasiado en caer. Macdolia miro por la ventana.
- “Tenía que lamentar no volver a ser pegaso en una situación así” -pensó Macdolia mientras se frotaba uno de los muñones.
- Esto no va a acabar aquí... ¡Me niego!
El unicornio desenvainó la espada y se la ofreció a Shadow, para sorpresa de Macdolia, cuya mirada decía claramente que era una locura, pero para sorpresa de ambos, Shadow no la quiso.
- Mi pequeño experimento ha acabado, y su resultado se decide aquí. ¡Preparaos!
Macdolia preparo su reloj, nerviosa, pero no por el combate, sino por lo desesperada que era la situación.
- Esto no pinta nada bien.
Finalmente, un rayo mágico atravesó la espesa capa de cristal, seguido de un guarda que cargó con todas sus fuerzas, espada en alto, con clara intención de ir a por Grey, el cual, ya preparado, no tardó en interceptar el golpe usando su arma.
- Mi arma no te salvara de esta, unicornio del demonio.
Grey se extrañó ante aquella frase, pero en cuanto vio la cara del guarda a los ojos, lo reconoció, era el mismo al que le robó el arma al comienzo de su viaje, y por lo visto, había estado esperando el momento en el que hiciera un paso en falso para acabar con el por la vergüenza que paso.
Y le dio una oportunidad de oro para ello al ir a Canterlot.
Mientras tanto, Macdolia se zafaba como podía de los dos guardas que fueron a por ella, Aunque tratara de meterles una coz entre agarre y agarre, uno de los dos siempre la paraba, lo cual era una situación más que desfavorable para ella.
Mientras tanto, Shadow cerró los ojos mientras que notaba a otro guarda ir a por ella con las mismas intenciones que él que atacó al Grey, lanza en ristre, mando un corte vertical directo a su cabeza, a lo que Shadow simplemente levantó la pata derecha y lo bloqueo completamente, emitiendo un sonido muy agudo que hizo que obtuviera la atención de todos.
No había sangre, ni siquiera pelos cortados, solo un fino polvo blanco en el lugar del impacto que desaparecía con el viento.
Shadow, con una mirada confiada y burlona, miro al guarda, el cual parecía asustado ante la capacidad de la unicornio.
- ¿Sorprendido? Pues ahora me toca.
Inmediatamente al terminar la frase, Shadow apartó la lanza y le propinó un gancho en la barbilla, levantándolo del suelo y, mientras dejaba un polvo blanco que provenía de su pata, el guarda caía inconsciente al suelo.
Macdolia estaba, junto a los dos guardias que la intentaban atrapar, en shock, puesto que aquello era claramente producto de magia, y el aparato que tenia en su cabeza era precisamente algo que anulaba la magia, de hecho, ni siquiera estaba brillando, no uso su cuerno en ningún momento.
De mientras, Grey y el guardia que le tenia tanto odio seguían enzarzados en una lucha con sus armas, mientras que el objetivo del guardia era acabar con la vida del unicornio, el de Grey era simplemente desarmarle, lo cual, a pesar de lo simple que suena, es mucho mas complicado cuando es un unicornio usando su magia y no un poni de tierra o un pegaso.
- ¡Eh! ¡¿Que es ese alboroto?!
El colmo de los males llego a la sala, una patrulla nocturna de la guardia de Celestia había llegado al recibir varias quejas de que había un gran alboroto en el orfanato abandonado, y esos iban a ser un claro problema, si ya tenían problemas con cuatro, los que se les unan lo harán imposible.
Y la previsión se cumplió, poco tardaron en desarmar a Grey entre tres, y ni siquiera Shadow, con aquella inusitada fuerza, pudo superarles estando a una gran superioridad numérica. Macdolia tampoco tardó en caer frente a aquella desventaja.
Mientras esposaban a sus compañeras, Grey era sujetado por dos guardias, a orden de un tercero, que era al que le arrebato la espada en su momento. Sin quitarle la mirada de encima, una sonrisa burlona se creaba en la cara del supuesto defensor de la ley, tras lo cual pego una coz en el costado a Grey, dejándolo jadeando en el suelo.
- Ahora que no te escondes no eres tan gallito eh.
"Han pasado los años, y no habéis cambiado nada..."
Macdolia miraba furibunda la escena, con un sentimiento de impotencia al no poder intervenir, mientras que la mirada de Shadow era tranquila, como si aquello no fuera nuevo para ella.
- Pues que sepas, pillastre de pacotilla, que esto no es nada comparado con lo que te espera.
Desenrollo un pergamino que llevaba encima y, aclarándose la garganta, comenzó a leer.
- "Grey Edge es un unicornio peligroso con un poder oscuro que debe ser aplacado. Usad la fuerza bruta si es necesario. Entre varios cargos, los mas destacables son: traidor a Equestria al aliarse con Nightmare Moon, intento de asesinato del capitán de la guardia real, ahora príncipe, Shining Armor, y robo a un alto cargo de la guardia real." Jejeje... me lo voy a pasar de lo lindo contigo, nos vamos a hacer muy íntimos, ya verás.
El guarda se iba acercando a Grey lentamente, como si esperara una reacción de desesperación, o suplicas por su parte, pero al no llegar, cogió una lanza de un guarda y se dispuso a darle un golpe con el mango, cuando, sin previo aviso, el techo se derrumbó sobre ellos.
Prácticamente toda la sala quedó noqueada, salvo por el guardia que aun lo estaba. Y no hubo más que oscuridad.
Pocos minutos después, Grey pudo abrir los ojos ligeramente, estaba en el aire, y no cayendo precisamente, podía ver la luna, brillando en la noche, sin ninguna nube de por medio.
Pudo oír ligeramente unas palabras antes de quedarse inconsciente, pero no pudo reaccionar de ninguna manera, la oscuridad ya le tragaba de nuevo para dejarle inconsciente.
- No se por qué hacemos esto, pero supongo que ella tendrá sus motivos...