Página 4 de 7

Re: La leyenda de Adenror [Adventure]

MensajePublicado: 08 Feb 2015, 23:43
por horwaith
Bonito avance y ya he visto donde narras el cambio que hiciste. Me gusta el cambio pese a que antes no lo vería, es lógico que fuese un reino en vez del ducado que pusiste y como te dije, estaré aquí para cuando pongas nuevos capítulos o dibujos como los de estos temas

Re: La leyenda de Adenror [Adventure]

MensajePublicado: 08 Feb 2015, 23:46
por EdoNova
Veo que ya has iniciado el capítulo 10, a ver como avanza

Re: La leyenda de Adenror [Adventure]

MensajePublicado: 20 Feb 2015, 11:05
por Mishiro
Capítulo 10. Poniéndose en camino (Escena 1)
Spoiler:
El cielo sobre Ponyville empezaba a teñirse cada vez más con los oscuros tonos del crepúsculo cuando el pequeño y colorido pueblo apareció finalmente ante su vista tras aquellas largas y agotadoras horas de viaje. Oculto bajo una capucha que sólo dejaba ver parte de su hocico, aquel pony escrutó con la mirada el valle que se extendía ante él y la villa situada en su centro, en torno al río. Suspiró, un tanto cansado y, en principio, incluso algo decepcionado. No vio nada de particular en Ponyville, que parecía una pequeña aldea como tantas otras había conocido y recorrido a lo largo de su vida por toda Equestria. Era cierto que, recientemente, un misterioso rastro de magia le había conducido hasta allí, pero por muy infrecuente que fuera, tampoco era algo insólito. A pesar de la esperanza que quería albergar, no tenía ninguna confianza en que allí fuera a encontrar lo que tanto tiempo llevaban buscando.

En cualquier caso, tomando aire para el último impulso ante el inminente final de su viaje, retomó finalmente la marcha, haciendo resonar tras él el traqueteante ruido de la carreta de la cual tiraba, cuyas viejas ruedas de madera chirriaban y protestaban según recorrían el polvoriento suelo. Según se iba acercando y cruzaba entre las sinuosas colinas que rodeaban la pequeña llanura en que se alzaba Ponyville, sintió rodeándole los frescos y suaves vientos de una noche primaveral, que arrastraban además el aroma de un cercano campo de manzanas. El pony miró el cielo e intuyó que quedaba poco para que se sucediese el cambio de astro en el cielo, mientras esperaba que pudiera encontrar una posada cerca donde poder hospedarse.

Según avanzaba por el camino se fue internando entre las primeras casas y jardines cercados de las afueras. Vio algunos ponies, pero pocos, por lo que supuso que la mayoría ya estaban resguardados en el seguro interior de sus viviendas. Según veía el lugar más de cerca, se volvió a preguntar que habría en aquel lugar que hubiera podido emitir una energía tan poderosa como la que percibió apenas unos días atrás… Parecía un pueblo típico de Equestria, con sus pintorescas casitas, sus coloridos parques llenos de flores y sus sencillas y humildes calles. Aunque también sabía por experiencia que las apariencias podían resultar muy engañosas…Y su sensibilidad para con la magia nunca le había fallado. Un gran poder debía latir oculto en algún lugar de aquel pueblo.

No tardó mucho en hallar un lugar para hospedarse. La posada de Ponyville era un sencillo y alargado edificio de dos plantas y azuladas paredes. Aquel no era, al fin y al cabo, un pueblo que recibiera grandes cantidades de visitantes. Sólo muy puntualmente acogía a algunos viajeros que hacían escala para descansar allí por sus bajos precios cuando se dirigían o volvían de Canterlot. Ante la fachada del local había una explanada despejada con apenas tres rústicas carretas dejadas allí sin mucho orden y sin vigilancia alguna. Como era típico de los pueblos pequeños, no parecía haber temor alguno a los ladrones. Prefiriendo no preocuparse por ello, aquel pony se acercó a la puerta del establecimiento, para dejar su carro junto a ella antes de quitarse y soltarse el brocado, las riendas y demás. Por fin había llegado a su meta y podría descansar. Se quedó un momento quieto, respirando pausadamente, sintiendo su cuerpo agotado.

Entonces, desde el interior de la carreta, nada más detenerse, le llegaron leves pero claros sonidos de pasos, que tenía muy claro a quién debían pertenecer. Cuando rodeó el carro para ir a la parte trasera, se encontró sobresaliendo el hocico de una curiosa pero medio adormilada potrilla que se asomaba fuera para contemplar con interés el nuevo lugar que se presentaba ante ella, no sin poder evitar un bostezo por el cansancio del largo trayecto. El pony sonrió ante el tierno gesto de la potrilla antes de tomarla suavemente con sus cascos para ayudarla a descender al suelo. La potrilla cubierta con un capa verde y que llevaba sujeto un peluche con una de sus patas, se estiró y anduvo unos cuantos pasos para desentumecer sus patitas y explorar un poco el lugar mientras el otro pony quedó esperando hasta que, unos segundos después, una segunda pequeña aparecía igualmente y a la que asimismo ayudó a bajar a tierra.

La segunda potrilla, que llevaba también una capa, azul en su caso, suspiró con un descontento mal disimulado mientras dirigía una miraba cabizbaja al suelo. Su hermano sacó un pequeño cofre que cargó y acomodó firmemente sobre su lomo mientras las dos potrillas le aguardaban. La más pequeña miraba con gran curiosidad la posada sin dejar de abrazar a su peluche mientras la otra sólo murmuraba palabras ininteligibles, claramente disgustada por tener que estar allí.

Al poco, seguido de ambas, el pony se dirigió a la puerta del establecimiento. La posadera pudo contemplar como un pony embozado con una gran capa roja y una capucha, seguido de dos pequeñas potrillas, entraba en su mesón y se dirigía directamente hacia su mostrador. Le pareció que tenía un aspecto extraño, pero, tal y como solía, buscó lucir la mejor sonrisa posible de cara a su potencial cliente.

-Buenas noches, caballero-le recibió con su saludo más cordial-Bienvenido a mi humilde posada. Espero poder ayudarle. ¿Quería usted solicitar una habitación? Tenemos algunas que, sin duda, serían apropiadas para usted y para sus… -dudó un segundo antes de seguir-…sus hijas-añadió, sonriente.

Sin embargo, la posadera iba a sorprenderse enormemente cuando su interlocutor, en lugar de limitarse a responder sencilla y directamente, lo que hizo fue sacar una pequeña pizarra de debajo de su capa, donde procedió a escribirle una escueta y telegráfica respuesta: <<Una habitación. Dos o tres camas. Para tiempo indeterminado.>>

-Eh… Esto… Por supuesto, señor. Tal y como le iba diciendo, contamos con habitaciones triples muy cómodas y estoy segura de que una de ellas le servirá. Sólo diez bits por noche. ¿Le…interesa?

Nuevamente recibió la respuesta por escrito: <<Sí>>.

-Bien…pues…síganme… Es decir… Si les parece…-vuelve a escrutar con curiosidad al misterioso pony y a sus dos pequeñas acompañantes que, quizá por el cansancio, se limitaban a permanecer calladas y quietas tras aquel.

Tras recibir el mudo asentimiento de su ahora cliente, la posadera emprendió la marcha, subiendo por una escalera que daba a una galería del segundo piso, abierta a la calle a modo de balcón y en cuya pared se sucedían, una tras otra, numerosas puertas, cada una con un número distinto. La hostelera les llevó hasta la que lucía el número 25.

-En fin… Aquí es…-les abre la puerta-Espero que la encuentre apropiada.

La habitación era un sencillo y bien iluminado cuarto, pequeño, pero lo bastante amplio para acoger tres camas. Unas mesitas de noche, un aparador y un armario empotrado completaban el mobiliario de la estancia, que contaba con una segunda puerta que daba a un diminuto y elemental cuarto de baño.

-No tiene grandes lujos…pero…creo que les servirá…-seguía diciendo la propietaria.

El pony entró y no pareció sentir interés por lo que la dueña decía ni por ver cómo era el cuarto. Lo mismo una de las potrillas que venía tras él. Sólo la que lucía la capa verde pareció tener curiosidad, recorriendo con un infantil correteo el poco espacio del sitio, como si le hiciera especial ilusión estar allí.

-¿Es de su agrado, señor?-le preguntó finalmente.

No hubo otra respuesta en la pizarra, únicamente un gesto seco con el que el encapuchado pony depositó diez monedas en el casco de la posadera, que los recogió igualmente en silencio.

-Eh… Bueno… -finalmente decidió despedirse, sintiendo que estaba claradamente de más allí-Eh… Deseo que pasen una buena noche…-le dio la llave de la habitación y se retiró caminando hacia atrás y, tras cerrar la puerta del cuarto, volvió a paso rápido al recibidor-Que tipo más extraño…-murmuró, pensativa, antes de volver a centrarse en sus quehaceres y pensamientos rutinarios.
Capítulo 10. Poniéndose en camino (Escena 2)
Spoiler:
Poco a poco, uno a uno, los libros iban acumulándose, primero sobre la mesa y, cada vez más, arrojados sin cuidado alguno al suelo por una pegaso cuyos nervios iban a peor según corría el tiempo. Llevaba ya varias largas horas revolviendo las estanterías y los volúmenes de la sala principal de la biblioteca de Twilight y lo único que había conseguido había sido vaciar más de la mitad de las lejas sin encontrar entre las cientos de páginas consultadas nada que pudiera serle de la más mínima ayuda.

-¡Nada!-bufó, disgustada, la pony de crin arco iris-Es que… ¡¿Cómo puede ser tan difícil?!-exclamó, como preguntándoselo a su mascota, Tank, que subido a una silla la observaba revolotear de un lado a otro del cuarto, revolviendo sin descanso los tomos de los estantes, y que se limitó a parpadear muy lentamente a modo de respuesta-Bueno… No voy a rendirme tan fácilmente, Daring Do no lo haría... Pero ella siempre encuentra enseguida lo que necesita saber…-miró el reguero de libros dispersos por el suelo a lo largo de toda la habitación-...si Twilight me hubiera hecho caso y estuviera aquí ya habría encontrado lo que necesitamos y le habría demostrado que tenía razón… Pero es una cabezona que no hace caso a nadie, ¿verdad, Tank?-nuevo parpadeo a modo de respuesta-Bueno… Eso.

Rainbow volvió a acercarse a una estantería y cogió otro tomo: “Magia defensiva aplicada a castillos y fortalezas varias” de Wighthor Castlehorse. Como en todos los casos anteriores, revisó el índice con atención y ojeó a vuelapluma el tomo, pasando con rapidez las hojas del libro y fijándose más en las imágenes y en los planos que en el texto. Al terminar volvió a bufar, desencantada. Allí tampoco parecía haber rastro sobre aquel misterioso y peligroso lugar en que a punto habían estado Pinkie y ella de quedar fulminadas.

-¡Tiene qué haber información en alguna parte que demuestre que tengo razón!-gritó, al borde del enfado y ya empezando a estar algo cansada.

Cuando, poco después del encuentro con sus amigas, había decidido buscar por su cuenta una explicación sobre qué era aquella construcción que se escondía en las entrañas de la montaña no había imaginado que le fuera a resultar tan difícil, casi al borde de lo imposible. A pesar de su decisión de demostrar que aquello suponía un peligro, tal y como le había dicho a Twilight, y de que, efectivamente, ella era también una pony inteligente y capaz a la que había que escuchar y hacer caso cuando, como en esta ocasión, tenía total certeza de que estaba en lo correcto, las inesperadas dificultades y la pesadez de la tarea estaban empezando a mermar su determinación. Aquello, en definitiva, le estaba afectando a los nervios…que ya tenía bastante tensos por otra cuestión, la de una carta que llegaba con retraso, con demasiado retraso.

-Vamos, Rainbow… ¡Tú puedes!-se dijo a sí misma, intentando animarse-Lo que buscas está en algún lugar de esta biblioteca. ¡Tiene que estar! ¡Vas a encontrarlo igual que lograste pasar la prueba de acceso con nota! ¡Sí! Porque también sabes que la pasaste con nota… ¿A qué sí, Tank? Spitfire no dijo mucho, pero es que no le gusta sacar a relucir así como así sus impresiones…y sé que a Fleetfoot le gustaron mis piruetas triples… Y me parece que a Soarin también le tengo ganado… ¿No crees, Tank?

Y estaba contemplando a su muda mascota, casi como esperando una respuesta, cuando un ulular resonó por toda la habitación y Owlowiscious descendió del techo, tras entrar por un elevado ventanuco hasta posarse en lo alto de una de las estanterías y volver a echar a la pegaso una severa mirada de censura, mirada que no tuvo demasiado efecto en la pony de crin arco iris.

-Si me echaras una pata…o una garra para encontrar lo que necesito, quizá no habría tanto desorden-se limitó a replicar Rainbow al mudo reproche del auxiliar nocturno de su amiga.

Y estaba a punto de coger otro libro cuando la puerta principal, que había dejado medio abierta, fue empujada lentamente para dejar paso a una no del todo decidida Fluttershy, cuya sombra entró proyectada por la luz de las farolas y que se quedó anonadada al ver el caos que reinaba en el lugar.

-Oh… Esto… Vaya… -recorrió el salón con la mirada, sin saber bien que decir-Parece que has estado… Un poco ocupada, Rainbow… Eh… ¿Puedo ayudarte? Owlowiscious me ha dicho que… Bueno… Que parecías algo tensa…más o menos…

-¡Oh, bien, Fluttershy, llegas justo a tiempo!-le replicó la pegaso, sin haber escuchado a su amiga realmente-Tienes que ayudarme a buscar información sobre esa amenaza de la que os he hablado.

-Eh… Claro, Rainbow… Claro… Pero, antes,… ¿Y si ordenamos un poco este pequeño…eh…despiste? Sin duda no has visto que los libros están algo…descolocados y a Twilight no le gustaría que estuvieran así…-le sugirió con la mejor sonrisa que pudo poner.

-¡No hay tiempo para eso, Fluttershy! ¿No me has escuchado? ¡Ponyville, toda Equestria podría estar en peligro ahora mismo mientras perdemos el tiempo hablando!

-Eh… Sí… Si te entiendo… Tiene mucho sentido lo que dices y yo…también estoy preocupada…-va diciendo según recoge los libros del suelo e intenta dejarlos con algo de orden sobre la mesa.

-¡Eh! ¡No me los mezcles! Que los tengo ordenados.

-Eh… ¿Ordenados?-preguntó extrañada la pegaso.

-Sí, ordenados… Bueno… Que yo me aclaro… Esos de la mesa son los que quizá puedan tener algo útil, los de las sillas son los que no tienen nada útil casi seguro y los del suelo son totalmente inservibles.

-Oh… Entiendo… Pero… Eh… ¿Estás segura de qué sabes lo que estás buscando? ¿Sabes algo de esa…amenaza?

-Si lo supiera no estaría buscando información.

-Eh… Claro… Tienes…razón-le dijo la pegaso mientras seguía intentando poner cierto orden en la estancia.

-¡Oh! ¿Por qué no os podéis dar cuenta de que llevo razón y me ayudáis? Oh… Esto de investigar en ladrillos no va a ninguna parte… Lo que he de hacer es volver al lugar de los hechos… ¡Eso es lo que haría una auténtica aventurera!... Bueno… Mañana, ahora me voy a dormir-dijo y, sin despedirse siquiera ni molestarse en dedicar una ojeada al caos que había causado, se marchó a toda velocidad por una ventana, con Tank siguiéndola a trompicones, chocando contra los estantes y las paredes, antes de desaparecer tras ella.

-Oh... Vaya…-musitó Fluttershy, mirando el desorden que la rodeaba-Eh…No te preocupes, Rainbow…Ya recojo yo…

Re: La leyenda de Adenror [Adventure] (Añadidos 10.1 y 10.2)

MensajePublicado: 20 Feb 2015, 11:10
por EdoNova
Rainbow estudiando, acabásemos, la verdad es que es interesante

Re: La leyenda de Adenror [Adventure] (Añadidos 10.1 y 10.2)

MensajePublicado: 20 Feb 2015, 11:36
por horwaith
[quote="Mishiro";p=254241]
Spoiler:
Rainbow volvió a acercarse a una estantería y cogió otro tomo: “Magia defensiva aplicada a castillos y fortalezas varias” de Wighthor Castlehorse. Como en todos los casos anteriores, revisó el índice con atención y ojeó a vuelapluma el tomo, pasando con rapidez las hojas del libro y fijándose más en las imágenes y en los planos que en el texto. Al terminar volvió a bufar, desencantada. Allí tampoco parecía haber rastro sobre aquel misterioso y peligroso lugar en que a punto habían estado Pinkie y ella de quedar fulminadas.
[/quote]

¿Por qué me suena esto a algo interesante y que puede servir para lo que se esta buscando? Bonito cuarto ha dejado RD, me ha encantado la escena y me gustará saber como se comportan los otros tres del anterior.

Re: La leyenda de Adenror [Adventure] (Añadidos 10.1 y 10.2)

MensajePublicado: 11 Mar 2015, 11:54
por Mishiro
Capítulo 10. Poniéndose en camino (Escena 3)
Spoiler:
Una agradable y alegre melodía, acorde con la decoración festiva, llenaba la habitación con sus animados compases. Música a la que permanecían ajenos los sordos, mudos y ciegos invitados a aquella improvisada fiesta, que “se sentaban” en torno a una mesa repleta de bandejas cargadas de dulces y pasteles diversos mientras su atenta anfitriona les servía, moviendo sus patas, sus caderas y su cola lacia al ritmo de los sonoros compases.

Con aspecto algo crispado, Pinkie iba de un lado a otro, con cambiantes expresiones en su rostro, a veces sonriente, a veces cabreado. Su cola y su crin, habitualmente esponjosas como algodón de azúcar, caían, en ese momento, lisas y apagadas hacia el suelo.

-¿Quiere otro cupcake de cereza y lima, Madame le Flour?-le pregunta a un saco de harina que “lucía” un colorido gorrito de fiesta-“Por supuesto, querida, me encantaría”-se responde así misma hablando con acento francés-“Ya sabía yo que volverían a dejarla abandonada esas pringadas”-cambió a un rudo tono mientras se acercaba a una pila de rocas que, sobre un taburete, “participaba” igualmente de la fiesta-Bueno, Rocky, no hace falta usar ese lenguaje, por favor…-le “replicaba” con fingido tono de afectación-¿Qué va a pensar nuestro nuevo amigo, Mr. Whitesocks?

Añadió, señalando a un gato de peluche negro con patas blancas que, con un cubo lleno de nabos “llamado” Mr. Turnip y una pelusa que “respondía” al de Sir Lintsalot, todos ataviados con gorritos, completaba el repertorio de invitados a aquella curiosa fiesta.

-“Quiero añadir que estoy perfectamente de acuerdo con el señor Rocky. La actitud de sus amigas es despreciable y un sucinto acto de menoscabo a su don y patente buen hacer, querida”-volvió a usar el acento galo, que dejo para adoptar otro distinto, mientras se acercaba a Sir Lintsalot-“Es una grave falta de visión que no sepan valorar su amistad y sus gestos en lo que valen”. ¡Oh, son todos ustedes muy amables!-asentía, con expresión satisfecha-“Con nosotros sí que podrá contar siempre que lo necesite”-“intervino” de nuevo Rocky-“Desde luego, querida”-se sumó en seguida, como los demás, Madame le Flour-Oh… ¡Menos mal que os tengo a vosotros, que sí que sois amigos de verdad!-saltó Pinkie, con mirada perdida y abrazando al peluche del felino-¿Verdad, Mr. Whitesocks? O quizá, ahora que somos mejores amigos, le puedo llamar simplemente Mishi, dado que hay confianza… No le importa, ¿no?-le achucha-“Por supuesto que no, mi querida Pinkie”. ¡Justo como pensaba!-ríe.

Y estaba Pinkie a punto de ofrecer más zumo de fresa a sus “amigos” cuando unos leves golpes en la puerta resonaron por todo el cuarto, sacándola por un momento de su profundo ensimismamiento.

-Oh…-bufó-¿Quién será ahora, quién vendrá a interrumpir nuestra alegre diversión? Espero que no sea ninguna de esas…-murmuró para sí antes de, volviendo a sonreír, dar su permiso al que fuera que llamase-¡Adelante!

Con expresión no desprovista de preocupación procedió a asomarse una cautelosa señora Cake, que contempló el panorama que aparecía ante ella con cierto pasmo. En principio todo parecía lo normal y típico de una fiesta de Pinkie, salvo por sus algo inquietantes “invitados” que habían sustituido a sus amigas de costumbre. La propietaria del Sugarcube Corner llevaba un largo rato preocupada por su empleada, desde que la viera irse a punto de llorar tras, por lo visto, alguna disputa con aquellas ponies de la mesa.

-Eh,…, esto, querida…-buscaba las palabras más apropiadas-¿Puedo preguntarte qué te ocurre, dulzura?

-¿A mí?-le replicó Pinkie-A mí no me ocurre nada. Estoy perfectamente bien. ¿Es que no se nota ya a primera vista? No podría estar mejor. Mis amigos…-señala a los objetos que se sentaban en los taburetes-…y yo estamos haciendo una fiesta de bienvenida para Mr. Whitesocks-le explicó, al tiempo que abrazaba con fuerza al peluche-¿Verdad que sí? “Claro que sí, Pinkie. Nos estamos divirtiendo mucho, sra. Cake. Está fiesta de bienvenida es la mejor que me han hecho nunca”.

-Oh… Esto… Me alegro mucho de oír eso… Pero… Esto… Pinkie… ¿Puedo preguntar qué ha pasado con tus…“otras” amigas? Me refiero a Applejack, Rainbow, Rarity, Fluttershy y Twilight. Desde que ésta llegó a Ponyville habéis parecido siempre muy unidas todas.

-¡Ya no! He descubierto que no me aprecian y que creen que soy frívola o algo así. ¡No se merecen mis atenciones!-exclamó-“¡Bien dicho! Esas pringadas se lo pierden por no saber apreciar la buena amiga que tenían”-“intervino” Rocky en la conversación.

-Oh… Vaya… Lamento mucho oír eso… ¿Y puedo preguntarte qué ha pasado? ¿No hay posibilidad de qué…os reconciliéis?

-No después de lo que me han hecho. “¡Bien dicho!” “¡Es cierto!” “No podría estar más de acuerdo, querida”-le “corearon” sus amigos.

-¿Y qué puede ser tan grave?-insistió su interlocutora, buscando ocultar los nervios que le causaba el comportamiento inquietante de la pony rosa.

-Les he pedido ayuda para organizar una fiesta y me la han negado. ¡Me la han negado!

-Eh… Quizás… No pueden… Quizás estén muy atareadas y no pueden sacar tiempo libre…

-¡No es por eso! Han dejado muy claro que no es por eso. Es porque dicen que no les cae bien Trixie porque tuvieron algunos roces con ella en el pasado. Sólo por eso.

-Bueno, tesoro, no estoy segura de que no sea,…, eh,…, esto… razonable su postura.

-¡Pues no es nada razonable, señora Cake! Y no lo es porque precisamente por eso más ganas deberían tener de ayudarme-replicó Pinkie con firmeza y gran convicción.

-Eh… ¿Precisamente por eso?-no pudo evitar plantearle la cuestión, incrédula ante sus palabras, la señora Cake.

-Exacto. Porque una fiesta es un acto de comunión y armonía en que crece y prospera la amistad y los malos sentimientos se desvanecen ante la alegría. Por eso estoy segura de que la doble fiesta especial de Trixie habría servido para que todos nos lleváramos bien, para reforzar nuestros lazos y para que todo fuera mejor… Por el contrario, al no ayudarme, ocurre todo lo contrario. Y yo sola no puedo alcanzar a preparar todo lo que necesito… Sobre todo porque el sábado por la mañana quedé en hornear galletas con Bon Bon y en ayudar a Rose en su floristería el domingo temprano, entre otras cosas… Y el viernes pasaré buena parte del día ayudando a pintar a los Coffe la nueva cerca… Oh… Cada día más ocupaciones, muchas, tal vez demasiadas para una sola Pinkie…

-La verdad querida, es que te exiges demasiado… Sólo eres una pony, no puedes hacer planes como si fueras veintisiete. Te agotas y te estresas y eso no es nada bueno. Creo que necesitas descansar.

-Tal vez tiene razón, señora Cake… Oh… Si hubiera alguna…-de repente, su mirada pareció perderse en algún punto de la blanca pared mientras su cerebro trabajaba a toda velocidad en su cabeza-Uh… Si hubiera un modo… Podría hacer todo lo necesario y salvar la situación y nuestra amistad…-su crin y su cola empezaron a temblar, cada vez más rápidas-… Sí. ¡Es una idea perfecta la que ha tenido, señora Cake!-saltó a abrazarla al tiempo que volvía a su aspecto cotidiano, con sus algodonadas crin y cola.

-Eh… Esto… No hay de qué, Pinkie…-le respondió la señora Cake, prefiriendo no preguntarle por aquella idea que le rondaba la cabeza y limitándose a alegrarse de que pareciera haber vuelto la animada y jovial Pinkie de siempre.
Capítulo 10. Poniéndose en camino (Escena 4)
Spoiler:
Un paisaje desconocido y anodino se presentó ante su vista cuando finalmente superó las últimas defensas mentales de Knowling y logró adentrarse en su sueño. Inesperadamente, se trataba de una atmósfera onírica bastante amplia, un sueño de gran magnitud… No era algo que encontrase de manera habitual, pero tampoco desconocido para la princesa. Se alegró al verlo. Eso aumentaba las posibilidades de encontrar algo útil en él, algo que quizá impulsara a Celestia a actuar con firmeza de una vez contra quien ella misma reconocía como una amenaza.

La princesa Luna sobrevolaba con cautela lo que pudo entonces interpretar como una especie de versión deformada de Equestria… O lo que apenas podía llegar a reconocer como Equestria, dadas las diferencias que mostraba con la real. Volaba atravesando un cielo oscuro de tonos grises, presidido por un extraño sol de luz plateada que apenas parecía dar luz y mucho menos calor. Aquel sol pendía sobre una Canterlot que, alzada como siempre con sus cimientos firmemente agarrados a su montaña, le parecía irreconocible. Una inmensa fortaleza negra, rodeada de altas torres y agujas de arquitectura palaciega, constituía el corazón de la ciudad, que estaba levantada en torno a ese centro. Más allá, en los alrededores de Canterlot, los valles, bosques y aldeas que normalmente la rodeaban habían sido barridos y ahora la montaña destacaba como una solitaria cima y a gran altura sobre llanuras bajas y cultivadas, divididas en campos cuadrangulares y cercados a modo de campos de trabajo agrícolas. No se le escapó a la vista a la alicornio que Cloudsdale, la ciudad de los pegasos, no se veía por ninguna parte.

La princesa buscaba a Knowling en aquella extraña y, para ella, escalofriante visión de la Equestria soñada del profesor, a resguardo con su magia de cualquier posibilidad de que aquél pudiera percibir su presencia, mientras aprovechaba para seguir explorando con interés el lugar… Al tiempo no podía dejar de pensar en qué debería hacerse para afrontar aquella situación, dándole vueltas a la información que el día anterior había recibido de su hermana. Y cuánto más reflexionaba, menos comprensible le parecía la política Celestia de no afrontar los problemas de forma directa, sino que, por el contrario, acostumbraba a dar rodeos enrevesados y, en opinión de Luna, absurdos e innecesarios… La cuestión de Knowling no era la primera vez que la veía actuar así. Y eso cuando actuaba, puesto que en ocasiones parecía limitarse a fingir que los problemas no existían, como en el caso del imperio de Cristal, del que no se ocupó y en el que no pensaba para nada hasta su reaparición; en la cuestión de que hacer con el caótico Discord ante la posibilidad de que volviera a escapar de su prisión de piedra; la siempre postergada búsqueda de aquella díscola aprendiz que, descontenta con sus estudios, había huido y desaparecido en otra dimensión; los problemas que se daban en Planemare…Eran muchos asuntos guardados en el cajón. Demasiados.

Finalmente, localizó la presencia de Brown en una amplia plaza que se abría ante una de de las fachadas del gran castillo negro que no, no le resultó difícil adivinar, era la sede del poder principal en aquella fantasía. El lugar estaba abarrotado por una abultada multitud de ponies que rodeaba en un círculo casi completo una alta plataforma de madera levantada en el centro del lugar, al tiempo que quedaban bajo la mirada del gran balcón que, en la fortaleza, constituía el palco desde donde Knowling, convertido en alicornio y luciendo corona y manto de armiño, estaba a punto de dirigirse a la población. La princesa también se percato de la numerosa presencia de soldados, cubiertos de cuerno a cascos con una completa armadura negra de aspecto pesado. Cayó entonces en la cuenta de que todos los presentes eran unicornios, lo le que resultaba, cuanto menos, curioso, dado el carácter normalmente cosmopolita y variopinto al que la capital real le tenía acostumbrada.

Brown Knowling presidía aquella curiosa ceremonia, sentado sobre uno de los dos altos tronos que se situaban en el centro del balcón regio, rodeado de algunos unicornios, todos con togas y vestiduras algo extravagantes y ostentosas como Luna no recordaba haber visto ni en las más exóticas embajadas que llegaban a Canterlot desde los reinos más lejanos y remotos de Equestria. Estaba pensando en ello cuando, de repente, casi se quedó congelada por lo que vio aparecer al lado de Knowling. Se trataba de ella misma. No. Realmente no era ella la que se sentó en el segundo trono, luciendo igualmente insignias reales… Era Nigthmare Moon… Eso inflamó su ánimo, enfureciéndola como muy pocas veces había estado en su longeva viva. ¿Qué hacía ese pony atreviéndose a soñar con ella y, además, dándole esa forma…? Aquello le ofendía profundamente y por poco se deja llevar y pone fin al ensueño de Knowling. Sin embargo, para cuando logró controlarse, iba a comprobar que aquello no era lo que peor ánimo le iba a dejar de aquel sueño. Aún quedaba otro aspecto del sueño que iba a golpearle con más fuerza.

Una de las puertas de la fortaleza que daba paso a la plaza se abrió repentinamente y varios guardias salieron, arrastrando algo de lo que tiraban con unas pesadas cadenas de metal. Una alta pony, de un pelaje blanco apenas visible por la suciedad, era arrastrada por los soldados hasta lo alto de la plataforma, ante la mirada muda de todos los presentes. Desprovista de ondulante melena, del cuerno, de sus alas, incluso de su cutie mark, le fue durante un momento difícil a Luna reconocer en esa pony deshecha a su propia hermana, Celestia. Un fervoroso deseo de aplastar a Knowling bajo sus propios cascos la llenó conforme la ira colapsaba su corazón ante semejante espectáculo. Entonces si que requirió de toda su fuerza de voluntad, no para evitar transformar aquel sueño en pesadilla, si no para ir directamente a la casa del unicornio para aplastarle muy “realmente”.

-Yeguas y caballos de primer orden…-empezó a hablar Knowling al público expectante-El día de hoy verá caer el peso de la más firme justicia sobre esta confesa enemiga de la Buena Ley y del armonioso equilibrio que hemos traído a la tierra de Hiponia. Esta pony, esta presunta “Princesa de Equestria”, gobernó faltando a las más elementales normas del orden y la naturaleza, faltando a los principios y diferencias básicas que a todas luces pueden apreciarse entre los ponies, no cumpliendo con el precepto pilar de la justicia que consiste en dar a cada uno lo que por esencia le corresponde. Ignoró los privilegios que son propios de los seres superiores e ignoró los derechos de la elite, permitiendo que el caos campara por la tierra y cada cual hiciera su voluntad al margen del Plan General… Plan General que ni siquiera existía entonces… Pero sus días de despotismo han concluido y con su destierro a perpetuidad, la Nueva Era del Orden comenzará definitivamente bajo nuestro eterno reinado. ¡Qué se vaya con sus disturbios a la Luna y que no la volvamos a ver más!-terminó exclamando y siendo recibido su breve discurso con un aplauso generalizado de los presentes. A Luna le repugnó sobre manera tales pretenciosas palabras y la pomposidad de los laureles que se atribuía Knowling en su ensoñación… Tanto como para marcharse definitivamente de allí, sin ánimo para ver más, saliendo, irritada, de aquella mente antes de decidirse por algo más enérgico.
Capítulo 10. Poniéndose en camino (Escena 5)
Spoiler:
A través de la ventana, la mirada de la unicornio, que permanecía inmóvil en la cama, estaba fija en la Luna, que a su vez la iba enfocando ya con sus últimos haces de luz mientras iba despareciendo tras unas lejanas montañas, cayendo más allá del horizonte. La unicornio bostezó lentamente y se frotó los ojos, perezosa, sin ganas de levantarse pero sin sueño suficiente para seguir durmiendo. Sólo quería estar tranquila y en paz… E intuía que no lo iba a lograr aquel día, en cuanto empezara… Por mucho que intentaba mantener la mente despejada, los pensamientos y las dudas se agolpaban en ella… Y buena parte de la culpa la tenía esa misma habitación en que se encontraba.

Todavía le resultaba algo difícil asimilar aquello. No solamente la habían acogido sin poder esperar nada a cambio, si no que le habían preparado un cuarto para ella, sólo para ella. La hospitalidad de aquella familia ya le había parecido extraña, realmente incomprensible, pero ahora no eran las motivaciones de los Apple lo que le inquietaba, sino sus propios pensamientos y planes… La mañana anterior estaba decidida a que su estancia en Sweet Apple Acres fuera una provisional visita que le sirviera para recuperar fuerzas para volver ante aquella misteriosa puerta con el afán de hallar tras ella el poder que abriera para ella la senda de la venganza. Una determinación… Que ya no estaba nada segura de mantener.

Desde la tarde anterior, cada vez que pensaba en el futuro, sus deseos de volver de nuevo ante aquella entrada eran contestados por todo tipo de argumentos y razones en contra, la mayor parte relativos a la falta de conocimiento que tenía sobre ella y a la infinitud de peligros que se imaginaba podían acecharla tanto antes de abrir la puerta como después, en su interior, y eso en el caso favorable de que lograra superar sus hechizos defensivos y obligarla a darle paso. Una avalancha de dificultades se iban acumulando una a una, ocultando en el fondo que la cada vez más agradable sensación que experimentaba la maga al vivir allí estaba originando un duramente reprimido deseo de permanecer allí…indefinidamente. Una idea que Trixie no dejaba de intentar convencerse a sí misma de lo poco deseable que le parecía a la par que se recordaba que era imposible…aunque la “fastidiosa” hospitalidad y amabilidad de aquella familia pareciera querer engañarle y frustrarle de la peor de las maneras.

Su cabeza era todo un hervidero en que desde la tarde anterior llevaban cociéndose diversos y contrapuestos deseos y pensamientos. Su deseo de ir y buscar aquel poder contra su fantasía de permanecer en su actual y agradable situación en aquella granja, el trato amable de aquellos granjeros contra la devoción y el aplauso de sus antiguos admiradores; las dificultades que encontraría de afrontar los peligros de la caverna con el miedo al rechazo y a que los Apple le tuvieran que dejar claro los límites de su hospedaje; las dudas sobre qué haría si volviera a tener fama con la incógnita de que podría ella aportar y hacer viviendo en un manzanar… Realmente todas aquellas complicaciones y posibilidades la agobiaban sobre manera.

Finalmente, optó por levantarse. Se sentía demasiado inquieta, nerviosa, activa, para permanecer quita. Necesitaba hacer algo que le permitiera calmar su mente y entretenerla en otra cosa, aunque fuera leer alguna de las para ella aburridas novelas de Daring Do, cualquier distracción que alejara su atención de sus circunstancias actuales…

Escuchó algunos apagados sonidos que parecían subir desde el piso de abajo. No le extrañó, sin duda Applejack y su hermano debían estar ya desayunando. Madrugaban mucho… Demasiado para su gusto, pero conocía que era lo típico en un par de granjeros… Al pensar en la comida, le entró hambre. Supuso que era buena idea bajar a tomar algo.
Capítulo 10. Poniéndose en camino (Escena 6)
Spoiler:
El cálido aroma del café recién hecho llenaba la cocina, entremezclado con el de las tostadas y del pan horneado. Applejack se movía con agilidad a lo largo de la encimera, preparando con esmero un buen desayuno mientras su hermano acarreaba algunos troncos y ramas para guardar en la pequeña leñera de la cocina, al fin de contar con bastante para todo el día. Una mañana normal y tranquila en Sweet Apple Acres.

Mientras preparaba la mesa, la pony rubia no podía dejar de pensar en Trixie. Su pasado le había conmovido especialmente por lo que le recordaba al suyo. Ella, tras perder a sus padres, también había querido cambiar de ámbito, buscar nuevos aires, “huir”… Sus pasos la llevaron hasta la casa de sus tíos Orange en Manehattan y por un tiempo había pensando que allí encontraría una nueva vida. Igual que Trixie, intentó alejarse de su pasado…la diferencia es que ella había acabado superándolo y retomando su vida en Sweet Apple Acres mientras que la unicornio había quedado sola y apartada de todas… No pudo evitar pensar qué eso también podría haberle pasado a ella.

-Esto… Big Mac… ¿Puedo decirte algo?-vio como aquel le dirigía una muda mirada de asentimiento-He estado pensando en…tener un gesto con Trixie… Creo que lo ha pasado muy mal… Y estoy casi decidida de hacerle un pequeño regalo… Para animarla…

-Eyup-asintió el semental rojo, más por comprender lo que le rondaba la cabeza a su hermana que por aprobación de la propuesta en sí.

-Sé que no es...necesario, pero… Quiero hacerlo. Una pequeña alegría tras lo de ayer. Le vendrá bien asimismo un poco de distracción… Y… he pensado que venga conmigo luego a ayudarme con el puesto en el mercado.

Al oír aquello, Big Mac, que estaba sirviéndose una taza de café, le dirigió una mirada interrogante.

-Sí…lo sé, lo sé… Sé que al principio a Trixie puede…no gustarle la idea…-reconoció Applejack-Pero es que quiero que el regalo sea una sorpresa… La verdad es que tengo una idea de lo que puedo regalarle que espero le guste mucho… Aunque… No sé… También podría volver a… Deprimirse o… Molestarse… Me preocupa un poco no saber calibrar como reaccionará… ¿Entiendes?

-Eyup-asintió su hermano.

El sonido de unos pasos que descendían por la escalera interrumpió la “conversación”. Sonaban demasiado graves para ser de la pequeña Apple Bloom y marchaban a su vez muy rápido como para corresponder con Granny Smith. Tal como ambos habían podido deducir, segundos después Trixie abría la puerta y entraba en la cocina.

-Eh… Buenos días…-les saludó, un tanto cabizbaja, como evitando mirarles. Applejack supuso que era por lo del día anterior y quiso ser comprensiva:

-¡Buenos días, preciosa!-quiso sonar alegre y amigable-Que pronto te levantas hoy. ¿Quieres que te sirva un café? Bajas a tiempo de tomarte unas tostadas recién hechas.

-Oh…eh…eso…suena bien… La Gran y Poderosa…Trixie te lo agradece…-murmuró más que dijo mientras se sentaba a la mesa.

-No hay de qué…-le replicó la granjera mientras le servía un café y preparaba unas tostadas, untándolas con mermelada de manzana-¿Has dormido bien, Trixie?-quiso entablar conversación, pensando cómo llegaría al punto que le interesaba.

-La Gran y Poderosa Trixie…se encuentra…descansada-asintió aquella mientras daba un primer sorbo a la taza y se fijaba un momento en Big Mac que, mudo y aparentemente ajeno, parecía absorto en sus cosas mientras comía unas tostadas. La unicornio encontraba algo extraña su forma de ser y su perpetuo mutismo… Suponía que era algo… Cortito… Aunque también…

-Me alegra oírlo-las palabras de Applejack interrumpieron la un poco mal disimulada ojeada que la maga le había dedicado al potro, pero la pony rubia no tenía tiempo para pensar en ello, tenía otras cosas en mente-Por cierto… He estado pensando… En algo.

-La Gran y Poderosa Trixie tiene curiosidad por saber qué es ese… “algo”…-replicó poco después, cuando se dio cuenta de que le “tocaba” intervenir.

-Bueno… He pensando que… Te convendría salir, moverte un poco… Y que me podrías ayu…acompañar luego, en unas horas, cuando vaya a Ponyville a vender manzanas. Es miércoles y todos los miércoles hay mercado. Pienso que te sentaría bien.

Por primera vez desde que entrara en la cocina, Trixie miró directamente a Applejack, repentinamente interesada y con curiosidad. Algo le decía que esperaba su ayuda como parte del pago de la hospitalidad recibida… No le sorprendía… Pero… Algo que era inexplicable para ella, no le molestaba tanto como suponía que debía hacerlo… Si una parte de sí quería cuestionar las motivaciones y buenas intenciones de los Apple por ello, otra…deseaba verlo como una señal de integración… “No”…acalló su mente con duro esfuerzo… “Ni lo uno ni lo otro. Es un paseo. Nada más”.

-Vamos, Trixie… Será agradable…-intentó convencerla Applejack sin querer sonar demasiado insistente-Un cambio de aires siempre es bueno…

-Bueno… Ya que se lo pides… La Gran y Poderosa Trixie… Te concederá el honor de acompañarte-le respondió finalmente. Al fin y al cabo, no tenía nada mejor que hacer.

-Gracias, Trixie-le sonrió calidamente, intentando que se sintiera bien y satisfecha de que su plan arrancará a la perfección, mientras le servía un plato con un par de tostadas, que la unicornio empezó a comer lentamente-… ¿Quieres batido de girasol? Está fresquito.

-A la Gran y Poderosa Trixie no le gusta el batido de girasol.

-Eh… ¿Y…de qué te gusta?

-… ¿Tienes batido de avena con extra de heno?

-Pues…la verdad es que no. Pero podemos comprar, claro.

-La Gran y Poderosa Trixie lo sugiere. ¿Cuánto saldremos para Ponyville?-le preguntó mientras se terminaba las tostadas.

-En un par de horas, cuando ya haya salido el sol y haya acabado…

-Entonces la Gran y Poderosa Trixie se irá mientras a darse un baño relajante. La Gran y Poderosa Trixie lo necesita con urgencia-y, sin añadir nada más, la unicornio se marchó a paso ligero de la cocina, dejando a Applejack con la palabra en la boca.

-Bueno… Al menos parece que…va recuperándose bien…-comentó, más por decir algo que por otra cosa.

-Eyup-asintió Big Mac.

-¡Pues eso está muy bien!-intervino asimismo Pinkie, comiendo una tostada con mermelada de manzana junto a la vaquera.

-Así es, Pinkie, así… ¡Pinkie!-saltó la rubia, asombrada por la repentina presencia de la pony rosada, mientras su hermano la mirada también descolocado, alzando las cejas de la impresión.

-¡Hola, Applejack! ¡Hola, Big Mac!-saludó a ambos tranquilamente.

-¿Desde cuándo…cómo…? Oh… Olvídalo…-se relajo poco a poco-Bueno… ¿Se te ofrece algo, terroncito de azúcar?

-Pues…sí…-Y, sin parsimonia ni espera, les mostró una botella de agua vacía y una mochila medio llena-Estoy en una misión muy importante. Necesito suministros. Salí del Sugarcube Corner bien provista pero… Hay que reponer.

-¿Te has bebido todo el agua y comido la mitad de lo que llevabas en el camino desde el Sugarcube hasta aquí?

-No era agua, tontita, era zumo de fresa-le replicó Pinkie con una inocente sonrisa.

-Eh… Bueno… ¿Pero qué es eso de una misión? ¿A dónde vas?

-¿Te gustaría saberlo, eh? ¡Pues no te lo puedo decir, tontilla!-se acercó a su oreja, como para susurrarle-¡Es un secreto!

-Eh… Bueno… Ya veo… Supongo que no me vas a contar nada…

-¡Qué lista eres!-rió.

-¿No irás a intentar nada peligroso, no?

-Tranquila, Applejack. ¡Ya verás! Es una sorpresa especial que… Uh...-se tapó la boca, como para evitar que se le escapará alguna palabra delatora-Ji, ji, ji… Ya lo veréis…-repite.

-Me estás inquietando, Pinkie…-no pudo evitar decir la rubia, provocando otra leve risilla en su amiga-Pero, bueno… Te daré lo que me pides. Pero ve con cuidado por… Bueno, por dónde sea que vayas a ir…

-Tranquila, te lo Pinkie prometo-le replico la alegre pony con un solemne tono de voz.

Re: La leyenda de Adenror [Adventure] (Añadidos 10.3-10.6)

MensajePublicado: 11 Mar 2015, 13:26
por horwaith
buenas preparaciones y siguen gustándome los sentimientos encontrados de Trixie, a ver que sorpresas nos das después.

Re: La leyenda de Adenror [Adventure] (Añadidos 10.3-10.6)

MensajePublicado: 13 Mar 2015, 01:26
por EdoNova
Me ha costado, pero terminé, me ha gustado, pero no podria escoger alguna escena especial, tal vez la de Trixie

Re: La leyenda de Adenror [Adventure] (Añadidos 10.3-10.6)

MensajePublicado: 22 Abr 2015, 14:29
por Mishiro
Capítulo 10. Poniéndose en camino (Escena 7)
Spoiler:
El suave y delicioso aroma del chocolate caliente tardó poco en embriagar toda la amplia cocina de los Sparkle según la unicornio, con diligencia, iba disponiendo y preparando, una a una, las tortitas, de la encimera a la sartén y de la sartén a la fuente. La masa se cocía sobre el aceite mientras chisporroteaba alegre, el batidor se agitaba en el bol preparando nata mientras sobre una cercana tabla de cocina, un ágil y rápido cuchillo cortaba las fresas. Velvet no perdía de vista ninguna parte de aquel proceso mientras, a su vez, usaba también su magia para recoger los platos de la mesa, fregarlos, ir pasando la bayeta por la encimera y aprovechaba para hacer mentalmente la lista de la compra y repasar los deberes y asuntos que tenía aquel día que atender en el trabajo. Indiferente a todo ello, sentado a la mesa, un dragoncillo, terminado su desayuno a base de leche con cacao y un par de gofres de limón con gemas, estaba enfrascado en las aventuras de las “Power Ponies” y en su lucha contra la destructiva “Green Mare”. Transcurría una mañana tranquila y rutinaria.

Salvo para Twilight a la que, claramente nerviosa, podían escuchar desde la cocina marchar a paso rápido desde su cuarto al baño y desde el baño al cuarto en repetidas ocasiones hasta que, finalmente, acabó bajando presurosa las escaleras y entrando en la cocina. La crin no del todo peinada, las alforjas mal cerradas y abultadas en sus costados y su acelerada respiración eran sólo los signos más llamativos que marcaban su inquietud. Al verla, su madre no pudo evitar una sonrisa nostálgica. Le parecía aún ver a la potrilla inquieta por ir al colegio.

-¡Buenos días, cariño!-la saludó afectuosamente-Deja las mochilas y siéntate a la mesa, que el desayuno está casi listo. Hay café, zumo de naranja, algunos gofres de la tienda y estoy terminando una fuente de esas tortitas de pasto y chocolate que tanto te gustan… ¿El café lo quieres con leche y lo azúcar?-le preguntó mientras se disponía a servirle una taza.

-Oh, mamá… Realmente no era necesario que te tomarás tantas molestias…-empezó a responderle la unicornio morada-…además, apenas sí tengo algo de tiempo para el café…

-¡No, no, no!-le interrumpió de inmediato su interlocutora-Nada de eso, Twilight. Te vas a sentar y a desayunar como Celestia manda-le dijo con tono imperativo mientras terminaba de disponer las tortitas y colocaba en la mesa una humeante taza de café y un gran vaso de zumo de naranja-Y no te preocupes, no es molestia ninguna. Además, el desayuno es la comida más importante del día, así que siéntate, cálmate y come con tranquilidad.

-Bueno…supongo que puede y que no es tan tarde…-accedió la joven a hacer, o a intentar hacer más bien, lo que le pedía la otra mientras no podía evitar echar una mirada al reloj de la cocina, cuyas agujas ya habían sobrepasado las ocho y media-…pero es que tenía en mente hacer algunas cosas antes de ir al Celestium, pero, por alguna razón, se me ha hecho tarde y cómo nadie me ha avisado…-dirigió una fulminante mirada a Spike, que intentó ignorarla y defenderse escondiéndose tras su comic.

-No culpes a Spike, tesoro. Él pensaba ir a despertarte hace ya casi una hora, pero yo le dije que era mejor dejarte dormir un poco más. No necesitabas madrugar tanto y es obvio que necesitabas un poco más de sueño. Seguro que anoche te quedaste despierta hasta altas horas de la madrugada, como sueles hacer…-sonríe para sí-Ya de potrilla me hacías tener que ir muchas veces a tu cuarto a apagarte la luz, ¿lo recuerdas?

-Bueno…pero esta noche…no me quede tan tarde…y no lo hacía con tanta frecuencia de potrilla…-casi no pudo evitar cierto balbuceo, como si volviera a sentirse una niña sorprendida en falta, lo que intentó ocultar mirando a otro lado mientras se tomaba el zumo de un trago.

-Vale. Seguro que no fue tan tarde-le replicó Velvet, divertida.

-Eh…bueno…Es que ahora mismo, además, estoy enfrascada en una lectura realmente interesante-pasó Twilight a justificarse-Un libro titulado “Alquimia aydara aplicada” de Wightfor Castlehorse, donde se trata de una forma sistemática y completa, en claros apartados, los distintos usos prácticos que en el reino de Hiponia se dieron a la alquimia, desde la actividad agrícola hasta el control del clima y de las tormentas. Es algo realmente fascinante.

-Desde luego se nota que has abordado este nuevo campo de estudios con muchas ganas, ¿eh?

-La verdad es que sí. Además, Fog explica bastante bien y discutir y hablar con él es muy agradable. Hacía mucho tiempo que no mantenía charlas tan estimulantes. Ayer mismo estuvimos un largo rato hablando precisamente de la alquimia aydara de la tierra y del uso de la misma con fines agrícolas, y yo pensé, “¡Este tema le encantaría a mi amiga Applejack!”, aunque ahora que reflexionó quizá no… Su familia es muy tradicional y no usa magia en sus granjas… Cosa que no entiendo, pero, claro, lo respeto y…

-Vaya-la interrumpió antes de que se embalará en su discurso-Parece que todo marcha bien con ese joven profesor, a pesar de tus dudas iniciales-mencionó, recordando las aseveraciones críticas que había realizado su hija en la cena del sábado tras su encuentro con la princesa Celestia y tras enterarse de que no sería Knowling quien se encargara en la práctica de impartirle aquel curso extraordinario.

-Admito que me precipité en mis conclusiones… Fog es de los unicornios más inteligentes que he conocido.

-Inteligente, agradable… ¿No será también guapo?-le preguntó, mezclando cierta curiosidad con ganas de picar un poco a su hija.

-Eh…-se ruborizó con la velocidad con que se enciende una bombilla-¿A qué viene esa pregunta de repente? No tiene nada que ver con lo que estaba diciendo…

-Sólo era una pregunta normal-se excusó su madre-Además, seguro que tienes una opinión al respecto.

-Eh… No. No me he fijado en eso. No me fijo en esas cosas…

-¿En serio?-le preguntó Velvet, sonriente y claramente incrédula.

-En cualquier caso se trata sólo de un buen amigo.

-Por cierto, Twilight-intervino por primera vez Spike, alzando la mirada por encima de su tebeo-¿No ibas a preguntarle a mamá si podías invitar a Fogsun y a Ear a comer hoy?-aquella pregunta volvió a poner colorado el rostro de la joven.

-Oh, pues me parece una muy idea que quieras invitar a tu buen amigo a comer…-saltó Velvet, insinuante y casi al borde de la risa.

-Es a los dos, a Fog y a Ear, a los dos…y porque nos invitaron ayer y lo más educado es devolverles la cortesía, por eso puede que pensara en comentarte algo de ese estilo, pero no es nada más...

-Desde luego, desde luego. Y no te preocupes, claro que los puedes invitar. De hecho, hoy pensaba hacer lasaña de setas, que siempre decís que me sale perfecta, así que, ya sabes.

-Eh…gracias…mamá…

-Um…lasaña…-saltó un muy interesado Spike.

-Y…bueno…-buscó Twiligh cualquier tema que le permitiera alejar la conversación hacia otro tema menos comprometedor-¿Y papá? Supongo que ya se habrá marchado hace rato y estará en su oficina.

-Así es, de hecho hoy tuvo que salir antes porque…-antes de que pudiera continuar, unos fuertes golpes, que resonaron por toda la casa, le interrumpieron-Parece que alguien llama a la puerta… ¿Quién será?-se preguntó mientras salía de la cocina para ir a abrir.

Mientras iba tomándose el café y las tortitas, Twilight, con curiosidad, no pudo dejar de prestar atención a los sonidos que llegaban por la puerta abierta del pasillo. Le pareció escuchar, aunque no podía entender sus palabras, un tono de voz femenino, levemente grave. Le sonaba familiar, pero no lograba identificarla. Por eso no dejo de sorprenderse cuando, breves instantes después, su madre volvía a la cocina acompañada de la Princesa Luna.

-¡Princesa!-se levantó, precipitadamente, mientras Spike hacía lo mismo y ambos se postraban ante la alicornio en una reverencia.

-Eso no es necesario, Nos no estamos en visita oficial-les hizo un gesto la alicornio para que ambos se levantaran, lo que hicieron, estando tanto la unicornio como el pequeño dragón expectantes por saber por qué estaría allí la soberana de la noche-Sólo deseamos hablar un momento con la joven Twilight Sparkle. En privado y ahora.

-Oh, por supuesto, Princesa-respondió de inmediato la unicornio-Podemos hablar en mi cuarto, si le parece.

-Nos lo hallamos apropiado.

Dejando el desayuno a medias y llegando a olvidar sus prisas anteriores, la unicornio morada condujo a la oscura alicornio a su dormitorio, ansiosa por averiguar que era aquello tan importante como para que la Princesa Luna la visitara en persona y con esas maneras.

-¿Qué ocurre, Princesa?-le preguntó no bien pasaron a su cuarto y la puerta se cerró.

-En primer lugar, hemos de advertiros de que nada de lo que se diga aquí y ahora ha de trascender en ninguna circunstancia. ¿Está claro?-le preguntó Luna, directa.

-Por supuesto-asintió, comprensiva y más inquieta, Twilight.

-No tenemos mucho tiempo para hablar, pues los delegados de Saddle Arabia nos esperan, así que seremos breve…-se aclaró la garganta-Deseamos información sobre el profesor Brown Knowling.

-¿Información?-quedó perpleja su interlocutora.

-¿Le has conocido, no? ¿No es quien ha empezado recientemente a instruirte en las artes de la magia aydara? Nuestra regia hermana me lo ha comentado, así que no nos hagas perder tiempo, Sparkle.

-Pero, Princesa…Apenas sí sé algo del profesor Knowling, y sólo le he visto una vez, el domingo. Las clases me las está impartiendo un ayudante de su departamento llamado Fog…Fogsun Dremtly.

-¿Fogsun Dremtly? Nunca hemos oído semejante nombre. ¿Qué puedes decirnos sobre él?

-Eh…tampoco mucho…pero parece simpático y es un estudioso del Celestium…muy bueno en su campo, según me han dicho…-realmente Twilight no le veía ningún sentido a aquello.

-Fogsun Dremtly…-repitió en voz alta, como para sí, reflexiva, Luna-Os agradecemos tal información. Ahora hemos de marcharnos y esperamos que ignores que esta conversación ha tenido lugar.

-Eh…Claro, Princesa…-volvió a asentir, totalmente descuadrada ante aquellos precipitados hechos, mientras la alicornio, a paso rápido y sin esperar a la respuesta de la unicornio, abandonaba el cuarto para marcharse.
Capítulo 10. Poniéndose en camino (Escena 8 -)
Spoiler:
Cuando el pegaso se asomó por la puerta entreabierta al cuarto de su compañero una legión de libros sobrevolaba la estancia sin orden aparente mientras, uno a uno, los demás aún colocados en los desbordados estantes, se iban uniendo a ellos, sostenidos por la magia de Fogsun que, por lo visto, estaba a la caza de un esquivo título. El unicornio tenía expresión de claro fastidio mientras se esforzaba en intentar hacer memoria y recordar dónde estaba aquel volumen cuando lo vio por última vez.

-Oh, Earion, bien…-se dirigió a él al notar su presencia-Justo estaba a punto de llamarte. Necesito encontrar un libro…Se trata de “Magia defensiva aplicada a castillos y fortalezas”, de Castlehorse… Hay un extenso capítulo dedicado a la arquitectura aydara que quiero enseñarle a Twilight… Pero no recuerdo dónde está.

-Castlehorse… Castlehorse…-repitió Ear-Pues…me suena… Pero, oye, antes de eso, hay un algo que tengo que decirte.

-Ahora, no, Ear-le replicó Fog mientras seguía su inspección de los libros-Estoy bastante ocupado. Seguro que ese “algo” puede esperar.

-Es que ese algo no es un algo… Es un alguien…

-Ahora mismo el único alguien en el que debes pensar es en Castlehorse.

-¿Así que en Castlehorse, eh?-una inesperada voz, melodiosa y muy familiar, captó de inmediato la atención de Fogsun mientras una unicornio adulta, de larga crin rubia, pelaje beige y con una cutie mark consistente en un libro abierto y cruzado por una varita, entraba por la puerta.

-Oh,…, no esperaba para nada verte,…, mamá…-reaccionó un sorprendido unicornio mientras la recién llegada iba a su lado y le besaba cariñosamente en la frente-…no sabía que ibas a venir…a Canterlot.

-Lo cierto es que yo tampoco, ha sido una decisión de…última hora-le respondió Fogsea-Estoy aquí para dar una pequeña charla mañana en la escuela de unicornios superdotados, ya sabes, para animar a los estudiantes de último curso a que se planteen los estudios de magia aydara como una posibilidad atractiva en la que especializarse.

-Oh…-intervino Ear-Seguro que consigue interesar a muchos. ¿Les hablará de sus experimentos en alquimia agrícola?

-Bueno… He de admitir…que mis prácticas y estudios de campos en Gold Wheat Farm… No son del todo aprobados por los académicos más…ortodoxos y…por otro lado, ya sabéis que los agricultores tienden a desconfiar del uso de magia por parte de los unicornios en sus tareas agrarias… A pesar de todo, puedo presumir de que los jazmines dorados de nuestro jardincillo despiden la mejor fragancia que olfato alguno haya conocido.

-¿Pero el señor Wheat sigue sin querer que intente aplicar sus conocimientos en sus semillas, no?-le preguntó Ear.

-Ya sabes que mi padre es muy…tradicional-comentó Fogsun a modo de respuesta.

-Así es…-asintió la unicornio-Pero, no he venido a hablar de mí. ¿Por qué no me ponéis al día? ¿Sigues intentando resolver el problema del octavo cilindro de la columna de Thunderain?

-Sí… Pero he logrado cierto avance, porque he estado trabajando con uno de los nuevos textos encontrados en las cámaras interiores de Cherady que…

-¡Nos vamos a Ponyville!-saló Ear, interrumpiéndole.

-¿Cómo? ¿A Ponyville?-repitió Fogsea, perpleja ante aquellas inesperadas palabras. Ella estaba relativamente informada de lo que hacía su hijo por las cartas que éste y, más frecuentemente, Ear, le escribían, y aquello era totalmente novedoso.

-Oh. Bueno… Es una estancia temporal-intentó explicarle Fogsun con tono neutro-No he podido informarte antes porque ha sido algo que ha surgido de forma bastante precipitada. Pero no hay nada importante en ese viaje ni nada de lo que merezca la pena hablar.

-¿No merece la pena hablar de Twilight?-le preguntó Ear de forma insinuante y “acusatoria”.

-¿Twilight? Parece el nombre de una yegua… ¿Es que hay una yegua detrás de ese viaje?-Fogsea estaba repentinamente interesada, y mucho, en aquel tema.

-No es lo que Ear parece pretender decir…-quiso Fog, controlando sus nervios con esfuerzo, cortar de raíz aquella charla-Twilight es una aprendiz de la princesa Celestia a la que el profesor Knowling me ha pedido que aleccioné en magia aydara. Y ella vive en Ponyville. Esta misma mañana el profesor me ha remitido una nota en que me pedía que, esta tarde o esta noche a mucho tardar, me desplacé allí, aunque ya hemos dado unas primeras clases en el Celestium. Es una pony muy inteligente y creo que en unas semanas ya no necesitará ninguna guía.

-¡Ésta es Twilight!-saltó Ear, desapareciendo un momento para volver con una foto, algo movida pero en la que se distinguían con claridad a ambos unicornios, Twilight y Fogsun, en una actitud de charla relajada y cordial ante la puerta de un restaurante.

-¿De dónde ha salido esa foto?-le preguntó Fogsun, algo ruborizado, al tiempo que intentaba aparentar serenidad.

-La saqué ayer después de que saliéramos del restaurante, ya sabes que siempre suelo llevar mi cámara encima-se encogió de hombros el pegaso-Por si se presenta alguna ocasión de usarla-rió.

-Vaya…-examinó la unicornio con interés la imagen-… ¿Así que esa es la tal Twilight, eh? Parece una pony simpática y bastante mona.

-Concuerdo, concuerdo-le dio la razón, divertido, Ear.

-No le hagas caso a Ear, mamá… Ya sabes lo que le gusta bromar. Pero…ya que estás aquí, se me ocurre… ¿Sabes dónde quedó mi equipo de excavación, el que empleé…en Cherady?

-Oh…pues… Creo que sí, ¿por qué?-ahora era ella la desconcertada ante una insperada pregunta.

-Por Celestia sabrá qué razones, el profesor Knowling quiere que realicé algunas… ¿Cómo las llamó? “Prácticas de campo” mientras esté en Ponyville… Como si pudiera ver algo interesante allí… Fue terreno de nadie hasta la reciente colonización del gran valle de Canterlot…

-¿“Prácticas de campo” en Ponyville?-Fogsea compartía su extrañeza ante tal petición-Sí que es algo bastante extraño… Bueno… Cerca de Ponyville, si no me equivoco, está el bosque Everfree, un lugar bastante inquietante que, esconde, entre otras ruinas, un antiguo castillo donde residieron las princesas Celestia y Luna… Pero… ¿Ponyville? En fin…ya sabes que ese tal Knowling nunca me ha parecido muy sensato.

-Ya, ya… En fin… ¿Podrás enviarme el equipo a Ponyville?

-Claro… ¿En que posada te alojarás?

-Eh…-Fogsun no pudo evitar mostrar cierto nerviosismo al tener que responder aquella pregunta.

-¡Oh!-se le adelantó Ear-Nos vamos a quedar en casa de la “simpática y bastante mona” Twilight-explicó, con claro tono de insinuación que hizo que Fog deseara que la tierra abriese una boca para tragarle-La dirección es “Golden Oak Library, Ponyville”.

-Oh… ¿Así que vive en una biblioteca?-exclamó Fogsea con sorpresa fingidamente exagerada-Ese era el sueño de cierto unicornio que yo me sé cuando era potrillo… ¿Verdad?

-¿No podríamos olvidar ya este tema?
Capítulo 10. Poniéndose en camino (Escena 9)
Spoiler:
Por toda la estancia revoloteaban, en lo que la unicornio llamaba su “caos creativo”, una caterva de telas, hilos, agujas y otros instrumentos de costura. Sweetie Belle, sentada con expresión de aburrimiento sobre un taburete, contemplaba el trabajo de su hermana, a la espera de que le prestara un poco de atención.

-Eh… ¿Rarity?-intentaba que le dedicara unos momentos-Rarity… ¡Rarity!

-¡Oh, Sweetie Belle!-le respondió finalmente, sin dejar de atender el vestido en el que trabajaba, con el que no estaba lo suficientemente conforme-¿No ves que me encuentro tremendamente ocupada con un proyecto de gran importancia? Y, por cierto, ¿no deberías estar…en el colegio?

-Hoy salía antes de clase, ¿no lo recuerdas? Porque te lo dije hace una semana, te lo repetí hace dos días y te lo recordé ayer también.

-Oh, debo de haberlo olvidado, querida… ¿Y por qué no te vas a casa o a jugar con tus amigas, eh? Seguro que se te ocurren cosas mejores que hacer en cualquier otro sitio que no sea aquí.

-¡Pero pensé que podríamos hacer algo juntas! Precisamente por eso te lo he estado diciendo todo este tiempo.

-¿Y yo qué te respondía?

-Que…eh…ya veríamos.

-Pues ya vemos que hoy no puede ser-finalmente se volvió hacia su hermanita para mirarla-En serio, este es un trabajo esencial para mi futura carrera. Es vital que resulte perfectamente satisfactorio…y necesito concentración.

-Oh…dices lo mismo de todos tus pedidos, Rarity.

-Eh…todos los encargos son igualmente importantes para una modista que quiere labrarse un nombre y una reputación en este mundo. Cuando tú hayas descubierto también tu don y tu vocación, lo comprenderás.

-Pues Applejack también trabaja mucho y saca tiempo para Apple Bloom.

-Bueno, querida, no pretendería menoscabar los esfuerzos de Applejack, pero realmente su trabajo tiene puntos álgidos y puntos…más relajados. El mío, no obstante, siempre me mantiene ocupada. Cuando no estoy confeccionando, debo cumplir con la agenda social, o manteniéndome al tanto de todas las novedades que transcurren a lo largo de toda Equestria, y eso sin tener en cuenta las más sencillas actividades de mantener limpio y ordenado el instrumental de trabajo, adquirir las telas y cuidar de su calidad, conseguir gemas… Realmente me impresiona lograr dar abasto con todo ello, pero el éxito requiere siempre duros sacrificios.

-También pasas mucho tiempo en el spa.

-Bueno…no diría que es… “mucho tiempo”…pero al fin y al cabo, cualquier pony necesita relajación, mimos y cuidado de vez en cuando.

-¿Y qué pasa conmigo?

-¿Qué pasa contigo…? ¡Oh! Ya sabes que puedes acompañarme al spa siempre que quieras. ¡Podría ser fabuloso!-se emocionó la unicornio ante tal perspectiva-Compartiríamos cotilleos mientras disfrutamos de unos relajantes masajes o de la sauna, probaríamos nuevos estilos y peinados, te enseñaría algunos de mis pequeños secretos de belleza… ¡Te podría enseñar el misterio de mi extremadamente suave y sedoso pelaje!

-¡Pero no me interesa nada de eso!

-¡Oh, claro que sí, pero eres demasiado joven para darte cuenta, quizá!-le acarició la crin a su hermanita-Pero no te preocupes, que tu hermana Rarity está aquí para guiarte en la dirección adecuada.

-¿Y no podrías estar también para ir a dar una vuelta por el parque ahora?

-No insistas, Sweetie Belle. Ya sabes la respuesta.

-¿Pero a la acampada sí que vas a ir, verdad?-le preguntó con cierto tono lastimero.

-Oh… La acampada… Bueno, querida… Seguro que entiendes que el mundo… eh… salvaje… no es el lugar más idóneo para que una unicornio con estilo como yo se dedique a deambular por él…-no pudo seguir ante los ojillos casi al borde del llanto de la potrilla-Oh… Lo que quiero decir es… Que a pesar de ello… Posiblemente… Haré lo que pueda por ir…

-¡Oh! ¿Eso es que vendrás seguro, no?

-Eh…-por suerte para ella, el cristalino sonido de la campanilla, anunciando que un cliente acababa de entrar a la boutique, llegó justo en ese momento desde el piso inferior-Oh… Ya hablaremos luego de eso… Ahora he de ir a atender la tienda-se excusó mientras salía a paso rápido en dirección a las escaleras.
Capítulo 10. Poniéndose en camino (Escena 10)
Spoiler:
-Media docena de esos ricos muffins de manzana, por favor-solicitó la rubia pegaso, señalándolos en una de las baldas del improvisado puesto de los Apple, mientras no podía evitar relamerse.

-Desde luego, ¡marchando!-se los ofreció casi de inmediato, tras guardarlos en una bolsa, Applejack-Son tres bits, por favor.

-Claro, aquí tienes…-dejó las monedas sobre el mostrador, aunque con tan mala pata que una salió rodando, cayó bajo la mesa y siguió rodando por el suelo de la plaza-¡Ups! ¡Perdón!

-Menuda torpe-comentó, algo despectiva, Trixie, mientras contemplaba como el bit se alejaba del puesto. Por un momento pensé en que no le costaría mucho atraparlo con su magia, pero por otro lado, no estaba segura de estar lo bastante recuperada para usarla…y no se decidió a intentarlo.

-¡Trixie! ¿Qué tal si echas un casco en lugar de criticar?-saltó Applejack ante aquello, mientras perseguía y cogía la moneda del suelo-Gracias por tu compre, Derpy. Ten buen día-se despidió cordialmente de la pegaso mientras ésta se alejaba.

-La gran y poderosa Trixie accedió a acompañarte. Nadie dijo nada de trabajar.

-Ya me he fijado. ¿Cómo puedes pasarte tanto tiempo sin hacer nada? Yo me volvería loca.

-La Gran y Poderosa Trixie no está sin hacer nada. Eso sólo te lo parece a ti.

-¿En serio?

-La Gran y Poderosa Trixie te lo explicaría, pero es algo que escapa a tu capacidad de comprensión.

Applejack suspiró. Realmente Trixie parecía haberse levantado aquel día con la pata izquierda. O quizá ser así de desagradable era parte de su recuperación… No quería pensarlo, pero en parte parecía una evidencia. Volvió a preguntarse si era buena idea continuar con su plan original… La unicornio llevaba todo el tiempo desde que instalaron el puesto sentada a su lado, con expresión aburrida, respondiendo desganada cuando se le hablaba e ignorándolo todo en general. Por otro lado, pensaba, quizá un gesto amable como el que tenía en mente, serviría para suavizar las cosas.

Decidiéndose al final por esta última posibilidad, un rato después de terminar con casi todas las existencias, cerca del mediodía y de la hora de cierre del mercado, mientras la granjera empezaba a recoger el puesto y a subirlo todo a su carreta, se decidió a decirle a la unicornio, cuya actitud no había variado un ápice:

-¿Sabes, Trixie? He pensado que podríamos pasar por la tienda de una amiga de camino a la granja.

-A la Gran y Poderosa Trixie le trae sin cuidado siempre que no se te olvide comprar su batido.

-Te puedo asegurar que no se me olvida…-le replicó Applejack, con un gran esfuerzo de paciencia-Además… Creo que te gustará la visita. Puede que… Haya algo que te interese.

-La Gran y Poderosa Trixie lo duda mucho.

-¿Ya veremos, vale?-se limitó a decir la anaranjada pony, deseosa de que aquello no diese lugar a una disputa, mientras, tras ponerse los enganches de la carreta, emprendía el camino, arrastrándola tras de sí, seguida a paso lento por la unicornio, que iba caminando de la misma manera que en el trayecto desde Sweet Apple Acres, cabizbaja y sin ninguna curiosidad por el lugar. No tardaron en llegar a su destino, el edificio de la boutique Carrusel-Aquí es-le indicó mientras se soltaba del carro para entrar. Trixie contempló por un momento el edificio con la misma aparente falta de interés que el resto de Ponyville.

-La Gran y Poderosa Trixie no imaginaba que se trataría de una boutique…-dijo, intentando ocultar cierta sorpresa y, sobre todo, cierto interés, en su tono de voz.

-Vamos adentro-le animó, un tanto esperanzada, Applejack, mientras entraba en la tienda, seguida rápidamente por la unicornio-¿Rarity?-llamó a su amiga, al ver que no parecía estar en ese momento por allí.

-¿Tu amiga no está atendiendo su puesto?-le preguntó la maga.

-Debe estar cerca, seguro…-y, mientras Applejack empezaba a decir esto, la propia Rarity aparecía bajando por las escaleras-¿Lo ves? Aquí está.

-¡Oh, Applejack!-empezó saludándola con cordialidad, incluso ilusión. A la modista siempre le había parecido que su amiga granjera debía preocuparse “algo más” por las cuestiones estéticas y le alegro pensar por un momento que iba a hacerle caso…pero al momento vio a la pony que acompañaba a la rubia-¿Y qué se supone que hace… “esa”, aquí, contigo?

-¿“Esa”? ¿Hablas de la Gran y Poderosa Trixie?-le replicó de inmediato la aludida, con gesto de desagrado.

-¡Eh, eh! ¡Quietas ahí las dos!-se interpuso Applejack entre ambas unicornios, que se fulminaban con la mirada-Por favor, que no sois un par de potrillas, ¡por Celestia y por las herraduras de Bob el granjero!

-¿Pero acaso has olvidado lo se atrevió a hacer a mi elegante crin, Applejack?-le replicó Rarity, usando todo su auto-control para evitar alzar la voz-Una atrocidad semejante contra la estética no merece perdón de Celestia.

-La Gran y Poderosa Trixie cree que estás “verde” de la envidia por sus habilidades mágicas-saltó, con toda la saña que pudo encontrar, la maga.

-¡Oh! ¿Pero has escuchado lo que se ha atrevido a decir? ¡Es lo más ofensivo que me han dicho nunca!

-Lo que escucho…-sentenció Applejack, con seriedad y hablándole a las dos-…es a dos presuntas yeguas adultas que se comportan peor que dos potrillas en el patio del recreo.

-La Gran y Poderosa Trixie sólo ha respondido a tu amiga.

-Ejem…-se aclaró Rarity la garganta, optando por preferir ignorar en adelante la presencia de la otra unicornio y a intentar que se marchase cuánto antes-En fin, querida Applejack. ¿Qué tal si me dices qué es lo que puede tu buena amiga Rarity hacer por ti?

-…bueno…pues estaba pensando…-realmente ahora si que la granjera dudaba de su plan-…que podrías usar tu talento para hacerle a Trixie una capa y un sombrero como los que tenía.

-¿Cómo?-reaccionó, incrédula, la modista, mientras la maga se quedaba igualmente muda por la impresión-Oh, por favor… Applejack. Incluso aunque quisiera, como tu amiga, cumplirte a ti ese favor, me costaría rebajar mi talento para confeccionar una prenda tan falta de elegancia, estilo y belleza.

-La Gran y Poderosa Trixie no necesita ni quiere ningún trapo que esta modista pueda elaborar.

-¿Vais a seguir así todo el rato?-les preguntó, ya un poco cansada, Applejack-Porque entonces lo mejor será que nos vayamos…antes de que hagáis algo de lo que tengáis que arrepentiros.

-Querida Applejack, no has podido sugerir idea mejor en toda tu vida-asintió Rarity.

-La Gran y Poderosa Trixie está de acuerdo en marcharse de aquí a toda prisa-intervino también la maga mientras ambas unicornios se fulminaban mutuamente con la mirada.

-En fin…vámonos, Trixie…-suspiró Applejack mientras salía de la tienda, seguida de la unicornio. Se sentía un tanto decepcionada al no haberse imaginado que la situación iba a ser tan desagradable…-Supongo que no fue tan buena idea como creí…-intentó romper el hielo con la maga al reemprender el camino.

-La única buena idea que ve la Gran y Poderosa Trixie es la de que vayamos ahora a comprar su batido de avena.
Capítulo 10. Poniéndose en camino (Escena 11)
Spoiler:
Ante su mirada, desde la ventana de la posada, aquel pueblo que con la luz del sol de Celestia despertaba y empezaba su jornada, parecía como otros tantos que había recorrido en el pasado. El pony, tras haberse dado una rápida ducha, se terminaba de adecentar un poco mientras planeaba mentalmente sobre cuáles serían sus próximos movimientos. Como siempre, tras llegar a un nuevo lugar, debía preocuparse de tres deberes básicos. El primero, atender y velar por sus dos pequeñas hermanas; el segundo, buscar una forma de conseguir algún dinero para su sustento; y, el tercero, continuar con la misión que su linaje le había legado. Realmente aquello le preocupaba, pero el hecho de no tener alternativa le ayudaba a seguir adelante.

-… ¿Hermano?-le llegó el sonido de una vocecilla algo apagada. Detrás de él, en una de las camas, una pequeña unicornio se revolvía para destaparse mientras se estiraba para desentumecerse.

El pony se acercó a la pequeña potrilla y la ayudó a quitarse las mantas, acariciando después su crin bicolor, rosada y roja. Mientras, usaba su magia para escribir un mensaje en su pizarra: <<Shine, voy a salir a recorrer el pueblo. Quédate aquí y cuida de Greeny. ¿De acuerdo?>>.

-Sí…, Loud…-no pudo evitar un pequeño bostezo-¿Y cuánto tiempo crees que vas a tardar?

<<Poco>>, le escribió su hermano a modo de respuesta, <<no parece un pueblo grande, no debería tardar. Un par de horas a lo sumo. Espero>>

-Ya… ¿Y aquí cuánto tiempo vamos a quedarnos?-le volvió a preguntar, no sin cierto resquemor en la voz.

Loud suspiró mientras volvía a escribir: <<Ya lo sabes, Shine. El que sea necesario. Tenemos una misión que cumplir. Eso querían papá y mamá>>.

-Ya lo sé… Me lo has repetido muchas veces…La misión, la misión… O sea, que aquí… Dónde sea que estemos, tampoco me merece la pena intentar hacer amigos… Ya que quizá en uno o dos meses nos vayamos…

A modo de silenciosa respuesta, su hermano la rodeo con sus patas y la abrazo fuerte contra su pecho. Él era el primero que hubiera deseado poder darles a sus hermanas una infancia normal, una infancia alegre y feliz en un solo sitio, con una familia… Pero no estaba en su casco lograrlo. Había prometido a su madre que velaría siempre por ellas…y también que cumpliría la tarea encomendada…o mejor, que lo intentaría…aquella inacabable tarea…A veces pensaba que lo mejor era dejarla de lado y centrarse en cumplir sólo la primera…pero nunca llegaba a convencerse lo suficiente…y la inercia era un lastre pesado.

<<Todo saldrá bien. Tengo una buena perspectiva respecto a la energía que sentí cerca de este pueblo>> le escribió, queriendo ser optimista, aunque él mismo no tenía ninguna esperanza al respecto.

-Sí…seguro que sí…-asintió la joven potrilla, todavía no lo bastante despierta como para replicarle con sarcasmo pero con la misma falta de expectativas.

<<Encargaré algo de desayuno para vosotras, pero no abráis la puerta a nadie más. No salgáis de la habitación. ¿Entendido?>>

-Ya lo sé, Loud. Tranquilo. No soy una potrilla.

<<Lo sé. Eres muy mayor y responsable>>. Le dirigió Loud una sonrisa que intentaba animarla.

-Sí… Confía en mí. Cuidaré…el fuerte…

<<Eso es>>. Asintió, revolviéndole su crin con un gesto cariñoso, antes de dirigirse a la puerta.

-No tardes, Loud-le instó, casi con gesto suplicante.

Aquel le respondió con una tranquilizadora mirada antes de marcharse.

***El uso de estos últimos personajes cuenta con la aprobación y visto bueno de su creador, Edo Nova.

Re: La leyenda de Adenror [Adventure] (terminado capítulo 10

MensajePublicado: 22 Abr 2015, 14:33
por EdoNova
Loud y Shine están igualitos, igual Shine es algo mas exceptica, tengo ganas de ver como plasmas a Greeny

Re: La leyenda de Adenror [Adventure] (terminado capítulo 10

MensajePublicado: 22 Abr 2015, 14:45
por Mishiro
[quote="EdoNova";p=265320]Loud y Shine están igualitos, igual Shine es algo mas exceptica, tengo ganas de ver como plasmas a Greeny[/quote]


Gracias por tu comentario. ;)

He intentado respetar el carácter de los personajes, dentro de que sus circunstancias son distintas. Quizá eso puede explicar esa diferencia en Shine. En cuanto a cómo voy a plasmar a Greeny...Je, je, je... Ya lo descubrirás.

Re: La leyenda de Adenror [Adventure] (terminado capítulo 10

MensajePublicado: 21 May 2015, 12:21
por Mishiro
Capítulo 11. Encuentros (escena 1)
Spoiler:
Aquella mañana la princesa Luna hubo de recurrir a toda su paciencia y perseverancia para guardar las correctas formas y atender, con la diligencia y educación que se esperaba de ella, a los cotidianos asuntos de la corte. Reunión del consejo, concesión de audiencias, lectura de peticiones, otras disposiciones ordinarias acerca de la vida y del trasiego palaciego,…, múltiples ocupaciones a las que en aquellas jornadas se les unía la especial visita a Canterlot de los delegados de Saddle Arabia. Mientras, la nocturna soberana, no podía dejar de tener en mente la cuestión del profesor Knowling y de las medidas que habrían de tomarse contra él, extrañada de la aparente falta de interés que su hermana mostraba de cara a la resolución del problema, como si no tuviera ninguna gana de intervenir... Algo que ella no lo podía entender.

Tuvo que aguardar hasta casi la hora del mediodía para poder hacer un hueco en su apretada agenda regia a fin de reunirse con su hermana para abordar el asunto. En ese momento, aquella se hallaba en su gabinete, repasando varios documentos, cuando su corregente llamó a la puerta. La princesa diurna le abrió la puerta sin moverse y sin alzar apenas la cabeza del informe que leía. Ya intuía para qué quería verla Luna y tenía aspecto de recibirla más bien con resignación, como si no tuviera ninguna gana de que trataran aquella cuestión.

-Anoche logré introducirme en la mente del tal Knowling-le empezó diciendo Luna mientras cerraba la puerta tras su paso y se acercaba a su hermana para sentarse frente a ella, al otro lado de su amplia mesa-Y lo que pude ver va en consonancia con las sospechas de que, sin duda, va tras peligrosas ambiciones. Creo que deberíamos afrontar la situación con decisión y cortar el peligro de raíz y sin más dilación.

-Y supongo que tienes una sugerencia sobre cómo llevar a la práctica esa…determinación de la que hablas…-Celestia hablaba pausadamente, sin dejar su trabajo.

-Lo lógico es enviar una nutrida tropa de guardias que le encadene y le arroje a una profunda mazmorra hasta que deje de ser una amenaza-replicó su hermana de forma directa y franca.

-Desde luego es…una solución muy expeditiva…

-¿Y acaso no es lo mejor, zanjar la cuestión de la forma más rápida posible?

-No considero, hermana, que eso... “zanje” la cuestión… Sólo nos limitaríamos a esconder el problema debajo de la alfombra… Algo que he tenido que hacer en varias ocasiones en el pasado y…que nunca ha proporcionado un resultado satisfactorio a la larga.

-De acuerdo… Pero si esa no es la solución, ¿cuál lo puede ser? Porque lo que está claro es que no le podemos dejar a su aire, reuniendo más fragmentos del Adenror, si es un artefacto tan peligroso como me contaste… ¿No? Me dijiste que ya tiene cuatro y que iba tras el quinto… ¿No deberíamos asegurarnos de que estén protegidos o de arrebatarle los que ya tiene?

-Puedes confiar en mí, Luna, cuando te digo que en este tomento ya se han tomado y puesto en práctica las medidas más adecuadas y convenientes.

-¿Cómo, por ejemplo, cuáles?

-Y ya que hablamos de este asunto…-ignoró descaradamente su pregunta-…has dicho que “lograste”-recalcó con toda intención esta palabra-entrar en su mente… ¿Es que hubo alguna dificultad especial para que lo consiguieras?

-Knowling usaba defensas mágicas para dormir sin soñar y para intentar bloquear su mente a accesos ajenos. De hecho, tuve que sortear un poderoso conjuro para lograr acceder a su subconsciente, pero, con todo y pese a las dificultades, lo conseguí-le contó, no sin un deje de orgullo en la voz.

-Ya. Eso lo explica-comentó Celestia, escueta, más para sí misma que hablando con su hermana.

-¿Explica? ¿Explica qué?

-Me han notificado que el profesor Brown Knowling ha solicitado esta mañana un período de vacaciones recurriendo a sus días libres acumulados… Es muy posible, de hecho, diría que es casi seguro, que sea consciente de tu intrusión en su mente y de que vaya a actuar ahora con mucha más cautela e incluso a retirarse y esconderse, temiendo represalias por nuestra parte.

-¿No es más razón para atraparle, entonces?

-No-fue su lacónica respuesta.

-¿Quieres explicarme por qué no?

-He enviado a una de nuestras mejores unidades a mantenerle vigilado y localizado. Lo mejor que podemos hacer ahora es no presionarle, que no sepa que le estamos manteniendo bajo estrecho control, para que se confíe y actué.

-¿Para que actué? ¿Por qué querríamos que actúe? ¡Ya sabemos que es culpable! No necesitamos que se incrimine ni atraparle con los cascos en la masa.

-La situación tiene un grado de complejidad mayor del que crees, Luna.

-¿Y por qué no me la explicas, pues?-insistió ella.

-Hermana…debo decir que me parece admirable que quieras implicarte y responsabilizarte de las labores de Estado, pero… Mira. En estos asuntos que se retraen a un tiempo anterior a tu regreso… Es preferible que me dejes ocuparme a mí. Te aseguro que para todos los asuntos que surjan de aquí al futuro, participarás conmigo en todas las decisiones con total y plena igualdad.

-¿A qué viene eso ahora? ¿Qué planes puedes tener en mente que requieran que Knowling vague por ahí libre, una vez que sabemos no sólo el mal que desea, si no también que está haciendo todos los esfuerzos posibles para conseguir un arma que le permita llevarlo a efecto?

-Hay otros factores en juego que influyen en mi decisión. Knowling es sólo un engranaje de algo mayor y le necesito libre porque él me va a llevar hasta una meta mucho más esquiva e inalcanzable.

-¿Cómo? ¿Hay alguien por ahí con planeas peores que los del profesor o quizá con más poder, una amenaza oculta? ¿Por qué no me lo dijiste?

-No es eso lo que he afirmado, Luna.

-¿Entonces? ¿Qué meta es esa a la que esperas llegar por Knowling? ¿Acaso quieres que reúna los fragmentos para recuperarlos entonces o algo así…? Es lo único que veo con sentido… Pero si el Adenror es tan peligroso… Es un plan arriesgado, demasiado arriesgado.

-El plan es arriesgado y muy delicado… Pero no es exactamente lo que tú piensas.

-Empieza a resultarme algo agobiante tanto misterio…-le espetó Luna, un poco hastiada ya de no recibir las respuestas que quería a sus preguntas.

-Sólo puedo decirte que los asuntos concernientes al profesor Knowling están totalmente bajo control y que llegado el caso no podrá ser una auténtica amenaza para Equestria-afirmó Celestia con la voz más sencilla y convincente que pudo-Y ahora…-volvió a hablar antes de que su hermana le pudiera replicar-…ambas tenemos asuntos que atender y sugiero que nos pongamos a ello.
Capítulo 11. Encuentros (escena 2)
Spoiler:
Aquella larga caminata por Ponyville no cambió ni un ápice la primera impresión que aquel pueblo había causada en el unicornio el día anterior. Una sencilla aldea agrícola de coloridas casas habitada por campesinos cultivadores de la tierra, pequeños artesanos y dueños de negocios locales, a los que se les sumaban algunos pegasos encargados del clima. Debía admitir, sin embargo, que aquel lugar en particular le transmitía una agradable y singular sensación que nunca había experimentado antes en ningún otro lugar. Sin embargo, al tiempo, sobre él se cernía ahora la alargada sombra de Canterlot, que despuntaba en su montaña al fondo del horizonte. Loud nunca había estado tan cerca de la majestuosa capital de Celestia y en parte eso le incomodaba. Al contemplar las estilizadas torres que se alzaban para acariciar con sus cumbres el cielo azul, no podía dejar de tener en cuenta en su mente las advertencias siempre repetidas hasta el cansancio por sus padres.

A su alrededor, los ponies del pueblo transitaban por las calles, ocupándose de sus propios asuntos. Las tiendas estaban abiertas, en la plaza debía ser día de mercado por todos los puestos provisionales que pudo ver, algunos pegasos en el cielo regulaban las nubes…y a Loud le llamó la atención ver a una pegaso de pelaje gris comiendo muffins sobre una nube y que protagonizó un cómico momento cuando uno de sus dulces estuvo a punto de caérsele de entre las patas. Dada su mudez, prefirió seguir su habitual de tendencia de evitar relacionarse con los habitantes del lugar tanto como fuera posible, centrándose únicamente en rastrear alguna señal del hechizo que había percibido…sin demasiado éxito. Entre los pocos unicornios que pudo ver, tampoco se encontró con ninguno en cuyo cuerno logrará detectar signos de la misma magia especial que buscaba.

Como se había dicho mil veces a sí mismo antes de dirigirse hacia Ponyville, lo cierto es que en principio aquel no era un lugar en que esperase encontrar el rastro de un conjuro de pura magia aydara, tan lejos de su natal tierra de Hiponia y a la vez tan cerca de Canterlot, precisamente en un pueblo insignificante que no era más que un pequeño punto en los mapas de Equestria. Sin embargo y pesé a lo que afirmaba el sentido común, su especial sensibilidad para con la alquimia no le podía haber fallado de una manera tal… Un gran flujo de energía, como nunca la había percibido, pasó cerca de aquel pueblo… No logró detectar nada de aquel hechizo, pero estaba convencido de que era una pista real, una pista que quizá podría llegar a conducirle a la resolución de la tarea centenaria que su familia había asumido sobre sus lomos. Sólo eso le permitiría darle una vida normal a sus hermanas… Cortó tales pensamientos antes de que terminaran de tomar forma en su mente. No le gustaban las falsas esperanzas.

Abstraído un momento en aquellos pensamientos, no fue capaz de ver el gran vaso de batido que flotaba a pocos pasos de su camino hasta que chocó de lleno contra él, volcándolo totalmente y vertiendo su contenido sobre sus patas delanteras, que de repente se encontraron bañadas por una capa de batido de avena. Y antes de que pudiera terminar de darse cuenta de lo sucedido, una aguda y estrepitosa voz resonó llenando a sus oídos con irritados gritos:

-¡Por las barbas de Star Swirl! ¿Quién es el que osa interponerse en el camino de la Gran y Poderosa Trixie y arrojar al suelo su preciado batido?-ante Loud se encaró, irritada y con expresión de profundo enfado y disgusto, la maga-¡Tú! ¿Acaso es que no tienes ojos en la cara? ¿No miras por dónde vas cuándo caminas? ¿Cómo vas a compensar a la Gran y Poderosa Trixie por haberla privado de su fantástica bebida? ¿Acaso lo has pensado? ¿Y qué haces ahí callado sin disculparte todavía? ¿Tu lengua va tan mal como tus ojos? ¡Habla ya!

Loud se sintió embargado por una doble y contradictoria sensación de vergüenza y enfado ante su propia torpeza y ante la irritante y, desde su perspectiva, claramente excesiva reacción de la unicornio ante un tonto accidente. Pero mayor fue su enfado cuando, al ir a sacar su pizarra para escribir una disculpa, Trixie, ni corta ni perezosa, le doy un golpe con el casco que la tiró al suelo, junto con la tiza. Realmente no se creía haber ido a topar precisamente con una yegua tan irrespetuosa.

-¡Déjate de tonterías y responde ya a las preguntas de la Gran y Poderosa Trixie!-volvió a gritarle la maga-¿O es qué te ha dejado mudo encontrarte hocico a hocico con la mayor hechicera de toda Equestria, que no es otra que… ¡La Gran y Poderosa Trixie!

Ante aquello, realmente Loud se quedó perplejo y sin saber muy bien cómo responder. Se había encontrado a lo largo de su vida con unicornios arrogantes, pero nada como aquello. Estaba buscando rápido qué hacer antes de que aquella yegua siguiera gritando, cuando otra voz distinta intervino en la conversación:

-¡Eh, frena esos carros, guapa!-se acercó a ambos una pony de tierra que tiraba de un carro. Loud volvió la cabeza hacía ella para toparse con un flequillo rubio que coronaba unos profundos ojos verdes en los que por un segundo se quedó embobado antes de reaccionar, mientras la recién llegada hablaba con la que, en apariencia, era su “amiga”-¡Por las herraduras de Bob el granjero, Trixie! ¿Puedes explicarme que rábanos está pasando aquí y a qué vienen tantos gritos?

-¿Qué qué está pasando?-se volvió Trixie hacia ella, indignada-¡Que este pony le tira su sabroso y dulce batido a la Gran y Poderosa Trixie y ni siquiera se disculpa, el muy rufián!

-¿Eh?-vio entonces Applejack el batido volcado y las piernas del desconocido unicornio cubiertas de avena-Bueno, Trixie, estoy segura de que no ha sido adrede, no hace falta ponerse de esa manera…-la pony rubia se quedó algo desconcertada cuando Loud tomó su pizarra y, en vez de decir algo, se puso a escribir en ella.

<<Lamento mucho haber derramado el batido>>, escribió escuetamente, debatiéndose entre seguir su impulso natural a ser educado y el deseo de dar un desplante a aquella pony tan poco agradable. <<Se lo pagaré>>, añadió enseguida, para intentar ser conciliador.

-¡¿Qué se supone que haces?!-siguió gritando Trixie-¿Acaso consideras que la Gran y Poderosa Trixie no es digna de escuchar tu voz y de que le dirijas la palabra? ¡¿Quién te crees que eres?!

-¡Trixie! ¡Vale ya!-le refrenó Applejack-Que menuda mañanita llevas… ¿No ves que el pobre es mudo…? Oh… Perdona… Supongo que no debí decirlo así, de esa manera…

<<No pasa nada y, efectivamente, soy mudo>>, “asintió” Loud, dirigiéndose a la pony rubia, que le parecía mucho más razonable, agradable y…admitido sólo para sí, linda.

-¿Quieres decir aparte de ciego?-le espetó la maga, apenas conteniendo su enfado.

-¡Celestia, Trixie! Es peor lidiar contigo que con todo un rebaño de enloquecidas vacas.

-La Gran y Poderosa Trixie no tiene por qué soportar esto…-con pose orgullosa comenzó a alejarse de ambos-…ahora la Gran y Poderosa Trixie irá a…eh…-no supo como referirse a la granja, no queriendo decir “a casa” y sin encontrar otra forma de decirlo-…irá a descansar tras una mañana extenuante.

-En fin…-suspiró Applejack-Disculpa las formas de mi amiga… Está pasando un mal momento.

<<No pasa nada>>, le respondió Loud, encontrándose mucho mejor al tener ante sí ante una pony con mucha mejor actitud. <<En serio, siento mucho lo del batido de tu amiga. ¿Cuánto os debo?>>, le preguntó, queriendo ser conciliador y dejarlo todo resuelto.

-¡No te preocupes, vaquero! Por unas astillas no vamos a tirar el granero. Pero, eres nuevo por aquí, ¿no? ¿Cómo te llamas?

<<Loud Off, encant…>>, sin embargo, antes de que terminara de escribir, Applejack le sorprendió tomando su casco derecho para agitarlo con fuerza a modo de saludo.

-¡Pues encantada, Loud Off, yo me llamo Applejack! ¡A nosotros, los Apple de Sweet Apple Acres, siempre nos gusta hacer nuevos amigos!

<<Oh… Ya lo veo…>>, su tiza se movió algo temblorosa sobre su pizarra mientras su pata se siguió agitando un momento después de que Applejack le soltará.

-¿Y qué te trae a nuestro querido pueblo, vaquero? ¿Piensas quedarte entre nosotros?

<<La verdad es que mi estancia es temporal>>, le respondió escuetamente, sin querer ni poder profundizar mucho en detalles sobre su presencia en Ponyville.

-Pues espero que todo te marche bien, majete-le espetó una sonriente Applejack-Y si tienes algo que te quiebre el lomo, siempre puedes darme un grito. Aquí una servidora de usted siempre está lista para echar una pata allá dónde hagan falta-añadió con orgullo.

<<Gracias, Applejack. Lo tendré en cuenta>>, escribió Loud, devolviéndole la sonrisa. Realmente aquella pony le parecía muy agradable, a diferencia de… Repentinamente, un pequeño golpe, como de un guijarro, le dio en la cabeza. Se volvió para ver a la unicornio con expresión de fastidio y el cuerno iluminado.

-¿Vamos o qué?-se dirigió Trixie a Applejack, por lo visto cansada de esperar.

-Trixie, ¡te estás pasando ya! ¡En serio!-le regañó la rubia, al borde del enfado.

Sin embargo, Loud ya no pensaba en lo cabreado que debía estar por el hecho de que aquella grosera yegua le hubiera arrojado un guijarro. Su atención estaba centrada en la particular magia que empezó a detectar en el cuerno de la maga… La que Trixie había usado para lanzarle la pequeña piedra era común, pero bajo ella… Percibió un rastro, una pequeña chispa inconfundible de magia aydara… Aquella unicornio había estado en contacto con un artefacto producido por la alquimia… Era la única explicación a ese “residuo”… Le alegró profundamente encontrar una pista “fresca” que confirmaba que su percepción no le había engañado al llegar a aquel pueblo… Ahora la cuestión era lograr seguir esa pista.

-La Gran y Poderosa Trixie está cansada de esperar-volvió a emprender la marcha hacia Sweet Apple Acres.

-En serio que lamento este comportamiento-volvió a disculparse Applejack con el unicornio-¿Qué tal si te doy una tarta de manzana? Como gesto de bienvenida, ya sabes…y por las molestias.

<<Oh, no es necesario, Applejack, pero muchas gracias>>, le respondió enseguida Loud, mientras su mirada seguía a Trixie.

-Insisto y no podrás convencerme de lo contrario…-Applejack se soltó el arnés para ir tras el carro y sacar un pequeño paquete que le entrego a Loud-Ya verás. Si te gustan las manzanas, te encantará. Está hecha con las mejores manzanas de Equestria, las de nuestra granja, Sweet Apple Acres-Loud pudo notar que realmente había convicción y orgullo en su voz, claro que también era algo que había oído otras veces respecto de otras granjas.

<<Estoy seguro. Muchas gracias, Applejack>>.

-No hay de qué, vaquero. Y me encantaría seguir hablando, pero las labores de una buena Apple nunca acaban. ¡Nos vemos, Loud!-se despidió con un alegre guiño mientras seguía a Trixie por el camino, llevando el carro tras de sí. Loud se quedó un momento mirándola alejarse, calculando su próximo movimiento mientras no podía evitar admirar los firmes pasos de la granjera… Tenía dos buenas razones para interesarse por Sweet Apple Acres.
Capítulo 11. Encuentros (escena 3)
Spoiler:
Aquella mañana el bosquecillo que rodeaba las colinas del lago Glasshallow parecía estar sumido en su habitual tranquilidad. Las ardillas correteaban por las ramas de los árboles, los pájaros cantaban, se escuchaba el murmullo de un riachuelo cercano, la luz penetraba en quebradas ráfagas a través de las espesas copas de verdes hojas… Todo resultaba encantador y cotidiano. Pero esta supuesta falta de problemas no terminaba de convencer a cierta pegaso…

Fluttershy, por el contrario y frente a la paz que la rodeaba, recorría su cotidiana ronda con algo más de inquietud de lo acostumbrado. Después de haber notado a sus queridos animalitos en un estado de cierta ansiedad en los últimos días, la repentina calma, lejos de tranquilizarla, le causaba una mayor preocupación. Desde luego no estaba dispuesta a dejar pasar aquel asunto hasta haberlo investigado en profundidad… En el fondo aquello la asustaba y temía encontrarse con algún peligro, pero su sentido de la responsabilidad para con aquellas criaturitas indefensas le impelía a buscar respuestas.

Aquella zona del bosque le resultaba especialmente inquietante debido a la abundancia de cavernas y cuevas que había en ella. Los lagos, incluyendo el que daba su nombre al lugar, las lagunas, los ríos y las aguas subterráneas habían propiciado una tierra blanda en que los túneles y las grandes cavidades se abrían bajo tierra a modo de gigantescos hormigueros. Un oscuro mundo desconocido que se extendían a pocos metros de donde posaba sus cascos y cuya mera idea la hacía sentir escalofríos… Y precisamente por ello cada vez tenía más claro que, fuera lo que fuera lo que perturbó a los animales, si es que había algo, debía estar oculto en alguna de aquellas siniestras cavidades, como una fiera peligrosa en su guarida, quizá aguardando el momento propicio para pasar de nuevo al ataque.

Sin embargo, a pesar de tener esas sospechas, no terminaba de decidirse por la mejor vía para intervenir. Su primer impulso habría sido ir a pedir la ayuda de Twilight, pero aquella se encontraba en Canterlot y no se atrevía a pensar siquiera en ir a molestarla con lo que sin duda sería para ella un problema insignificante. Por otro lado, tampoco se encontraba cómoda con la idea de adentrarse ella sola por una de las grutas, a la aventura, menos con la idea de que un peligro se albergaba en su interior. Realmente sólo imaginarse entrar en una de aquellas cuevas hacía que se erizase hasta el último de sus cabellos. Claro que tampoco imaginaba a quién podría pedirle que la acompañase.

Estaba dándole vueltas a esta idea cuando un brusco ruido la hizo de saltar y abrazarse instintivamente al árbol más cercano. Cuando pudo recobrar la calma buscó la fuente de los ruidos y notó que llegaban de un claro cercano… Aquello le asustaba, especialmente de cara a lo que hacía un momento estaba pensando… Pero al mismo tiempo no podía dejar precisamente pasar la oportunidad de ver qué era aquello y si era por un causal lo que había provocado la inquietud en los animales en los días recientes. Tras lograr soltarse del tronco, lo que le llevó unos pausados minutos, se acercó paso a paso, escondiéndose tras los árboles, hasta el foco del sonido… Hasta que lo vio.

Lo que se encontró no era más que un curioso unicornio de pelaje verde y con unas curiosas rayas a lo largo del cuerno. Al verle, en primer lugar, no pudo evitar pensar en su amiga Rarity y en que censurable encontraría aquello. Pero en seguida dejo de fijarse en su aspecto para centrar su atención en lo que hacía… El unicornio concentraba magia en su cuerno, como tantas veces ella misma había visto hacer a Twilight, y la enfocaba hacia unas cercanas flores, que variaban bajo su influjo, adoptando estrambóticas formas y extraños colores. Y a cada cambio, el pony saltaba, haciendo crujir las ramas bajo sus cascos, mientras soltaba una risilla traviesa.

Aquello dejó a Fluttershy totalmente desconcertada… “¡Por Celestia!”, pensó, “¿para qué puede querer hacer algo así?”, aunque no podía negar que era una curiosidad realmente atrayente y bonita. Las variopintas transformaciones que el unicornio imprimía en las plantas, los tonos fosforescentes y brillantes… No podía dejar de preguntarse si no sería el paso de aquel pony lo que había alterado a los animales, al menos hasta que quizá se acostumbraron a su presencia, pero por otro lado en su actitud casi infantil y en su expresión despreocupada no veía indicios de nada malvado o preocupante. Casi estaba dudando de si acercarse o no para conocerle… Al final, no obstante, no iba a ser decisión suya. Una oportuna ramita quebrada al posar uno de sus cascos en el suelo, atrajo la atención del unicornio, que no tardó en descubrir a la pegaso y mucho en menos en dar un par de saltos ágiles, casi felinos, que le llevaron con expresión alegre hasta casi frente a una repentinamente encogida Fluttershy.

-¡Ey! ¿Qué tenemos aquí? ¿Qué hace una lindura como tú por estos parajes?-hablaba animado y decidido, con clara confianza en sí mismo-Aunque pensándolo bien, una monada como tú es lo que le faltaba a este lugar tan encantador para ser tan perfecto. ¡Toma, acepta estas flores como regalo!-le tendió un improvisado ramo con su magia de unas flores parecidas en su forma a tréboles y con los pétalos de un intenso color carmesí.

-…-aquello era lo último que sorprendida, totalmente ruborizada y encogida sobre sí misma Fluttershy se habría podido imaginar. Sólo pudo intentar retroceder y evitar mirarle, aunque por otro lado, sabía que aquello no era exactamente lo más correcto ni educado.

-¿Te ocurre algo, encanto?-le preguntó el unicornio, aparentemente poco afectado por la nada favorable reacción de la pegaso-¡No te preocupes! Si tienes algún problema, Herbal está aquí y ahora para echarte un casco. ¿No hace falta que diga que yo soy Herbal, no? Pues no te preocupes, preciosa, que aquí tienes a tu valiente unicornio, que te sacará de cualquier apuro en que te puedas encontrar. Pero, ¿qué tal si me dices tú también tu nombre?

-…eh…yo…me, me…llamo…eh…Flu…Flu…ter…shy…-respondió torpemente, por lo bajo, y evidentemente nerviosa e incómoda. Siempre le costaba hablar con los desconocidos y aquellas circunstancias no resultaban precisamente atenuantes para su timidez.

-¿Cómo has dicho, preciosa? ¿Luttershy, Treeshy? ¡Treeshy! Es un nombre bonito. Me gusta mucho. ¡Encantado de conocerte, Treeshy!-volvió a saltar, como había hecho antes por sus transformaciones, el unicornio. Realmente parecía alegre de verdad por conocerla.

-No… No… Me… Me llamo Fluttershy… Fluttershy-repitió, con su mejor esfuerzo para que pudiera entenderle.

-¿Fluttershy? ¡Oh! Claro. Un nombre mucho más apropiado para una linda pegaso-le guiñó un ojo, como con complicidad-¿Qué te parecen estas flores?-se las acerca-¿No te parecen realmente chulas? ¡Y con aroma a vainilla!

-Oh…vaya…-se asombró sinceramente ella al percibir, en efecto, el dulce aroma de la vainilla de las flores que Herbal casi sostenía con su magia pegadas a su hocico-…es…vaya…nunca había visto nada igual.

-¡Claro que no! Esta colorida magia es cosa mía, sólo mía, del gran Herbal y de su talento floral, ¿has visto mi cutie mark?-movió sus flancos para que resaltara la imagen de una flor con sus pétalos.

-Oh… Se… Se nota que se te dan bien las flores…-asintió Fluttershy.

-En particular, pero mi magia fluye por las plantas en general, para extraer de ellas lo mejor de su esencia… Es muy lioso y ni yo mismo estoy seguro, pero lo que importa es las cosas geniales que puedo hacer con ella. ¿Quieres unas amapolas naranjas con aroma a muffins recién horneados? ¡Te las puedo hacer!-se jactó, orgulloso de su talento.

-Oh…ji, ji…-río suavemente al oír aquello, sin poder evitarlo, al pensar en otra pegaso a la que sí le tentaría y mucho aquella oferta.

-Me gusta como suena tu risa. Es como una alegre y dulce música, Fluttershy… Tu nombre también me parece encantador.

-Oh…eh…gracias-realmente la pegaso se sentía sobrecogida ante tanto halago. Realmente ella no sabía cómo debía proceder ante aquello y le hubiera gustado poder pedir en ese momento su consejo a Rarity, que sí entendía de esas cosas.

-No hay de qué, linda, sólo soy sincero-aquello encendió aún más las ya coloradas mejillas de la pegaso-Por cierto, ¿eres de ese pueblo que he visto cerca, no? Ponyville, creo que se llama.

-Sí… Vivo en Ponyville.

-¡Pues me parece estupendo!-saltó nuevamente-Precisamente he pensado pasar un par de días por aquí y me vendría bien tener una guía que me orientase por el pueblo. Podrías ser tú, monada. ¿Qué me dices?

-Eh…-aquella petición la tomó totalmente por sorpresa-…esto…yo…no creo…ser…adecuada para…eso…

-¡Oh, seguro que sí! A menos que ahora mismo estés ocupada con algo entre cascos… Lo que me lleva de nuevo a mi primera pregunta, ¿qué hace una guapa pegaso como tú por aquí tan solita?

-Bueno…yo…-intentó contestar sin verse afectada por tanto cumplido-…estoy…-pensó en qué responderle, sin querer decir que buscaba lo que podía haber perturbado a los animales cuando sospechaba que la propia magia del unicornio era una posible causa de ello-…recogiendo moras-se decidió al final por una pequeña mentira.

-¡Oh! ¡Pues te deseo mucha suerte, Fluttershy!-asintió el unicornio-Pero yo voy a buscar una pastelería a hincharme de ricas ensaimadas rellenas de vainilla… ¡Um!-se relamió como si ya las tuviera ante sí.

-Oh… Pues en Ponyville hay una pastelería donde hacen dulces muy ricos…o eso creo.

-¿Cómo se llama?

-Sugarcube Corner…pertenece a los señores Cake, que son unos ponies muy simpáticos y agra…

-¡Genial! ¡Sugarcube Corner, prepárate, que allá va Herbal!-gritó, entusiasmado, mientras emprendía la marcha a paso rápido, con seguridad y alejándose como si supiera el camino con certeza.

Fluttershy, todavía algo desconcertada por aquel inesperado encuentro, sólo pude verle alejarse mientras desaparecía entre los árboles, sin hacerse aún una idea clara de qué le parecía aquel unicornio. Estaba un poco absorta, aún contemplando el lugar por el que vio por última vez a Herbal, cuando unos cascos aparecieron de repente tapando sus ojos y dejándola completamente a oscuras, al tiempo que una conocida voz resonaba en sus oídos:

-¡Fluttershy!, ¡a ver si adivinas quién soy! ¡Ji, ji, ji!

-Eh… ¿Pinkie?-casi preguntó, aunque era evidente que no se podía tratar de otra.

-¡Pues claro que soy yo!-apareció de inmediato la pony rosada frente a ella, con un curioso traje de exploradora y casi más sonriente de lo habitual-¿Qué tal, Fluttershy? ¡No esperaba verte por aquí! Aunque en realidad debería haberlo esperado, ya que tú siempre estás por el bosque para atender a los animalillos y la última vez que te vi dijiste que te tenían preocupada los de esta zona en particular porque los veías algo nerviosillos, así que era totalmente de esperar que vinieras a prestarles especial atención por lo que en realidad… ¡Sí esperaba verte aquí!

-Eh… Está bien… Supongo…-asintió Fluttershy, algo confusa-Y…esto… ¿Qué haces tú por aquí, Pinkie?

-¡Oh! ¡No te lo puedo decir tontilla!-se acerca a su oreja para susurrarle, como en confidencia-¡Es una misión secreta!-se aparta-Pero no te preocupes, pequeña, tita Pinkie se ocupa de todo.

-Pinkie, tengo un año más que tú…

-¡Todo saldrá bien!-siguió diciendo la particular pony fiestera, sin escuchar a su amiga-Pero ahora he de continuar mi épico viaje en busca de un lugar de leyenda…-añadió con tono épico.

-¿Un lugar de leyenda...?-Fluttershy estaba pensando que si el encuentro con aquel unicornio le había resultado extraño, aquello estaba siendo al guinda del pastel… Y es que Pinkie… Era Pinkie.

-¡Toma!-le tendió aquella a la pegaso un libro, que ésta pudo ver que se trataba de “Daring Do y el Arca de los Minotauros”-Para que te hagas una idea. Pero no olvides devolvérselo a Rainbow Dash para el día en que decida a su vez releerlo o devolvérselo ella a Twilight.

-De…de acuerdo…

-Y ahora te dejo, Fluttershy, ¡tengo mucho que hacer y una sola Pinkie no puede abarcarlo todo!... De momento…-dijo antes de desaparecer entre risas a saltos por el bosque.

-Y yo pensando que los animalitos se veían nerviosos…-suspiró Fluttershy.



*El uso de OCs de otros autores cuenta con la autorización expresa de los mismos.

Re: La leyenda de Adenror [Adventure] (terminado capítulo 10

MensajePublicado: 21 May 2015, 12:51
por EdoNova
Ay... Mi querido Loud por aquí XD a ver como serán las siguientes parte

Re: La leyenda de Adenror [Adventure] (terminado capítulo 10

MensajePublicado: 21 May 2015, 23:33
por narutobilbao
[quote="Mishiro";p=269475]Capítulo 11. Encuentros (escena 1)
Spoiler:
Aquella mañana la princesa Luna hubo de recurrir a toda su paciencia y perseverancia para guardar las correctas formas y atender, con la diligencia y educación que se esperaba de ella, a los cotidianos asuntos de la corte. Reunión del consejo, concesión de audiencias, lectura de peticiones, otras disposiciones ordinarias acerca de la vida y del trasiego palaciego,…, múltiples ocupaciones a las que en aquellas jornadas se les unía la especial visita a Canterlot de los delegados de Saddle Arabia. Mientras, la nocturna soberana, no podía dejar de tener en mente la cuestión del profesor Knowling y de las medidas que habrían de tomarse contra él, extrañada de la aparente falta de interés que su hermana mostraba de cara a la resolución del problema, como si no tuviera ninguna gana de intervenir... Algo que ella no lo podía entender.

Tuvo que aguardar hasta casi la hora del mediodía para poder hacer un hueco en su apretada agenda regia a fin de reunirse con su hermana para abordar el asunto. En ese momento, aquella se hallaba en su gabinete, repasando varios documentos, cuando su corregente llamó a la puerta. La princesa diurna le abrió la puerta sin moverse y sin alzar apenas la cabeza del informe que leía. Ya intuía para qué quería verla Luna y tenía aspecto de recibirla más bien con resignación, como si no tuviera ninguna gana de que trataran aquella cuestión.

-Anoche logré introducirme en la mente del tal Knowling-le empezó diciendo Luna mientras cerraba la puerta tras su paso y se acercaba a su hermana para sentarse frente a ella, al otro lado de su amplia mesa-Y lo que pude ver va en consonancia con las sospechas de que, sin duda, va tras peligrosas ambiciones. Creo que deberíamos afrontar la situación con decisión y cortar el peligro de raíz y sin más dilación.

-Y supongo que tienes una sugerencia sobre cómo llevar a la práctica esa…determinación de la que hablas…-Celestia hablaba pausadamente, sin dejar su trabajo.

-Lo lógico es enviar una nutrida tropa de guardias que le encadene y le arroje a una profunda mazmorra hasta que deje de ser una amenaza-replicó su hermana de forma directa y franca.

-Desde luego es…una solución muy expeditiva…

-¿Y acaso no es lo mejor, zanjar la cuestión de la forma más rápida posible?

-No considero, hermana, que eso... “zanje” la cuestión… Sólo nos limitaríamos a esconder el problema debajo de la alfombra… Algo que he tenido que hacer en varias ocasiones en el pasado y…que nunca ha proporcionado un resultado satisfactorio a la larga.

-De acuerdo… Pero si esa no es la solución, ¿cuál lo puede ser? Porque lo que está claro es que no le podemos dejar a su aire, reuniendo más fragmentos del Adenror, si es un artefacto tan peligroso como me contaste… ¿No? Me dijiste que ya tiene cuatro y que iba tras el quinto… ¿No deberíamos asegurarnos de que estén protegidos o de arrebatarle los que ya tiene?

-Puedes confiar en mí, Luna, cuando te digo que en este tomento ya se han tomado y puesto en práctica las medidas más adecuadas y convenientes.

-¿Cómo, por ejemplo, cuáles?

-Y ya que hablamos de este asunto…-ignoró descaradamente su pregunta-…has dicho que “lograste”-recalcó con toda intención esta palabra-entrar en su mente… ¿Es que hubo alguna dificultad especial para que lo consiguieras?

-Knowling usaba defensas mágicas para dormir sin soñar y para intentar bloquear su mente a accesos ajenos. De hecho, tuve que sortear un poderoso conjuro para lograr acceder a su subconsciente, pero, con todo y pese a las dificultades, lo conseguí-le contó, no sin un deje de orgullo en la voz.

-Ya. Eso lo explica-comentó Celestia, escueta, más para sí misma que hablando con su hermana.

-¿Explica? ¿Explica qué?

-Me han notificado que el profesor Brown Knowling ha solicitado esta mañana un período de vacaciones recurriendo a sus días libres acumulados… Es muy posible, de hecho, diría que es casi seguro, que sea consciente de tu intrusión en su mente y de que vaya a actuar ahora con mucha más cautela e incluso a retirarse y esconderse, temiendo represalias por nuestra parte.

-¿No es más razón para atraparle, entonces?

-No-fue su lacónica respuesta.

-¿Quieres explicarme por qué no?

-He enviado a una de nuestras mejores unidades a mantenerle vigilado y localizado. Lo mejor que podemos hacer ahora es no presionarle, que no sepa que le estamos manteniendo bajo estrecho control, para que se confíe y actué.

-¿Para que actué? ¿Por qué querríamos que actúe? ¡Ya sabemos que es culpable! No necesitamos que se incrimine ni atraparle con los cascos en la masa.

-La situación tiene un grado de complejidad mayor del que crees, Luna.

-¿Y por qué no me la explicas, pues?-insistió ella.

-Hermana…debo decir que me parece admirable que quieras implicarte y responsabilizarte de las labores de Estado, pero… Mira. En estos asuntos que se retraen a un tiempo anterior a tu regreso… Es preferible que me dejes ocuparme a mí. Te aseguro que para todos los asuntos que surjan de aquí al futuro, participarás conmigo en todas las decisiones con total y plena igualdad.

-¿A qué viene eso ahora? ¿Qué planes puedes tener en mente que requieran que Knowling vague por ahí libre, una vez que sabemos no sólo el mal que desea, si no también que está haciendo todos los esfuerzos posibles para conseguir un arma que le permita llevarlo a efecto?

-Hay otros factores en juego que influyen en mi decisión. Knowling es sólo un engranaje de algo mayor y le necesito libre porque él me va a llevar hasta una meta mucho más esquiva e inalcanzable.

-¿Cómo? ¿Hay alguien por ahí con planeas peores que los del profesor o quizá con más poder, una amenaza oculta? ¿Por qué no me lo dijiste?

-No es eso lo que he afirmado, Luna.

-¿Entonces? ¿Qué meta es esa a la que esperas llegar por Knowling? ¿Acaso quieres que reúna los fragmentos para recuperarlos entonces o algo así…? Es lo único que veo con sentido… Pero si el Adenror es tan peligroso… Es un plan arriesgado, demasiado arriesgado.

-El plan es arriesgado y muy delicado… Pero no es exactamente lo que tú piensas.

-Empieza a resultarme algo agobiante tanto misterio…-le espetó Luna, un poco hastiada ya de no recibir las respuestas que quería a sus preguntas.

-Sólo puedo decirte que los asuntos concernientes al profesor Knowling están totalmente bajo control y que llegado el caso no podrá ser una auténtica amenaza para Equestria-afirmó Celestia con la voz más sencilla y convincente que pudo-Y ahora…-volvió a hablar antes de que su hermana le pudiera replicar-…ambas tenemos asuntos que atender y sugiero que nos pongamos a ello.
Capítulo 11. Encuentros (escena 2)
Spoiler:
Aquella larga caminata por Ponyville no cambió ni un ápice la primera impresión que aquel pueblo había causada en el unicornio el día anterior. Una sencilla aldea agrícola de coloridas casas habitada por campesinos cultivadores de la tierra, pequeños artesanos y dueños de negocios locales, a los que se les sumaban algunos pegasos encargados del clima. Debía admitir, sin embargo, que aquel lugar en particular le transmitía una agradable y singular sensación que nunca había experimentado antes en ningún otro lugar. Sin embargo, al tiempo, sobre él se cernía ahora la alargada sombra de Canterlot, que despuntaba en su montaña al fondo del horizonte. Loud nunca había estado tan cerca de la majestuosa capital de Celestia y en parte eso le incomodaba. Al contemplar las estilizadas torres que se alzaban para acariciar con sus cumbres el cielo azul, no podía dejar de tener en cuenta en su mente las advertencias siempre repetidas hasta el cansancio por sus padres.

A su alrededor, los ponies del pueblo transitaban por las calles, ocupándose de sus propios asuntos. Las tiendas estaban abiertas, en la plaza debía ser día de mercado por todos los puestos provisionales que pudo ver, algunos pegasos en el cielo regulaban las nubes…y a Loud le llamó la atención ver a una pegaso de pelaje gris comiendo muffins sobre una nube y que protagonizó un cómico momento cuando uno de sus dulces estuvo a punto de caérsele de entre las patas. Dada su mudez, prefirió seguir su habitual de tendencia de evitar relacionarse con los habitantes del lugar tanto como fuera posible, centrándose únicamente en rastrear alguna señal del hechizo que había percibido…sin demasiado éxito. Entre los pocos unicornios que pudo ver, tampoco se encontró con ninguno en cuyo cuerno logrará detectar signos de la misma magia especial que buscaba.

Como se había dicho mil veces a sí mismo antes de dirigirse hacia Ponyville, lo cierto es que en principio aquel no era un lugar en que esperase encontrar el rastro de un conjuro de pura magia aydara, tan lejos de su natal tierra de Hiponia y a la vez tan cerca de Canterlot, precisamente en un pueblo insignificante que no era más que un pequeño punto en los mapas de Equestria. Sin embargo y pesé a lo que afirmaba el sentido común, su especial sensibilidad para con la alquimia no le podía haber fallado de una manera tal… Un gran flujo de energía, como nunca la había percibido, pasó cerca de aquel pueblo… No logró detectar nada de aquel hechizo, pero estaba convencido de que era una pista real, una pista que quizá podría llegar a conducirle a la resolución de la tarea centenaria que su familia había asumido sobre sus lomos. Sólo eso le permitiría darle una vida normal a sus hermanas… Cortó tales pensamientos antes de que terminaran de tomar forma en su mente. No le gustaban las falsas esperanzas.

Abstraído un momento en aquellos pensamientos, no fue capaz de ver el gran vaso de batido que flotaba a pocos pasos de su camino hasta que chocó de lleno contra él, volcándolo totalmente y vertiendo su contenido sobre sus patas delanteras, que de repente se encontraron bañadas por una capa de batido de avena. Y antes de que pudiera terminar de darse cuenta de lo sucedido, una aguda y estrepitosa voz resonó llenando a sus oídos con irritados gritos:

-¡Por las barbas de Star Swirl! ¿Quién es el que osa interponerse en el camino de la Gran y Poderosa Trixie y arrojar al suelo su preciado batido?-ante Loud se encaró, irritada y con expresión de profundo enfado y disgusto, la maga-¡Tú! ¿Acaso es que no tienes ojos en la cara? ¿No miras por dónde vas cuándo caminas? ¿Cómo vas a compensar a la Gran y Poderosa Trixie por haberla privado de su fantástica bebida? ¿Acaso lo has pensado? ¿Y qué haces ahí callado sin disculparte todavía? ¿Tu lengua va tan mal como tus ojos? ¡Habla ya!

Loud se sintió embargado por una doble y contradictoria sensación de vergüenza y enfado ante su propia torpeza y ante la irritante y, desde su perspectiva, claramente excesiva reacción de la unicornio ante un tonto accidente. Pero mayor fue su enfado cuando, al ir a sacar su pizarra para escribir una disculpa, Trixie, ni corta ni perezosa, le doy un golpe con el casco que la tiró al suelo, junto con la tiza. Realmente no se creía haber ido a topar precisamente con una yegua tan irrespetuosa.

-¡Déjate de tonterías y responde ya a las preguntas de la Gran y Poderosa Trixie!-volvió a gritarle la maga-¿O es qué te ha dejado mudo encontrarte hocico a hocico con la mayor hechicera de toda Equestria, que no es otra que… ¡La Gran y Poderosa Trixie!

Ante aquello, realmente Loud se quedó perplejo y sin saber muy bien cómo responder. Se había encontrado a lo largo de su vida con unicornios arrogantes, pero nada como aquello. Estaba buscando rápido qué hacer antes de que aquella yegua siguiera gritando, cuando otra voz distinta intervino en la conversación:

-¡Eh, frena esos carros, guapa!-se acercó a ambos una pony de tierra que tiraba de un carro. Loud volvió la cabeza hacía ella para toparse con un flequillo rubio que coronaba unos profundos ojos verdes en los que por un segundo se quedó embobado antes de reaccionar, mientras la recién llegada hablaba con la que, en apariencia, era su “amiga”-¡Por las herraduras de Bob el granjero, Trixie! ¿Puedes explicarme que rábanos está pasando aquí y a qué vienen tantos gritos?

-¿Qué qué está pasando?-se volvió Trixie hacia ella, indignada-¡Que este pony le tira su sabroso y dulce batido a la Gran y Poderosa Trixie y ni siquiera se disculpa, el muy rufián!

-¿Eh?-vio entonces Applejack el batido volcado y las piernas del desconocido unicornio cubiertas de avena-Bueno, Trixie, estoy segura de que no ha sido adrede, no hace falta ponerse de esa manera…-la pony rubia se quedó algo desconcertada cuando Loud tomó su pizarra y, en vez de decir algo, se puso a escribir en ella.

<<Lamento mucho haber derramado el batido>>, escribió escuetamente, debatiéndose entre seguir su impulso natural a ser educado y el deseo de dar un desplante a aquella pony tan poco agradable. <<Se lo pagaré>>, añadió enseguida, para intentar ser conciliador.

-¡¿Qué se supone que haces?!-siguió gritando Trixie-¿Acaso consideras que la Gran y Poderosa Trixie no es digna de escuchar tu voz y de que le dirijas la palabra? ¡¿Quién te crees que eres?!

-¡Trixie! ¡Vale ya!-le refrenó Applejack-Que menuda mañanita llevas… ¿No ves que el pobre es mudo…? Oh… Perdona… Supongo que no debí decirlo así, de esa manera…

<<No pasa nada y, efectivamente, soy mudo>>, “asintió” Loud, dirigiéndose a la pony rubia, que le parecía mucho más razonable, agradable y…admitido sólo para sí, linda.

-¿Quieres decir aparte de ciego?-le espetó la maga, apenas conteniendo su enfado.

-¡Celestia, Trixie! Es peor lidiar contigo que con todo un rebaño de enloquecidas vacas.

-La Gran y Poderosa Trixie no tiene por qué soportar esto…-con pose orgullosa comenzó a alejarse de ambos-…ahora la Gran y Poderosa Trixie irá a…eh…-no supo como referirse a la granja, no queriendo decir “a casa” y sin encontrar otra forma de decirlo-…irá a descansar tras una mañana extenuante.

-En fin…-suspiró Applejack-Disculpa las formas de mi amiga… Está pasando un mal momento.

<<No pasa nada>>, le respondió Loud, encontrándose mucho mejor al tener ante sí ante una pony con mucha mejor actitud. <<En serio, siento mucho lo del batido de tu amiga. ¿Cuánto os debo?>>, le preguntó, queriendo ser conciliador y dejarlo todo resuelto.

-¡No te preocupes, vaquero! Por unas astillas no vamos a tirar el granero. Pero, eres nuevo por aquí, ¿no? ¿Cómo te llamas?

<<Loud Off, encant…>>, sin embargo, antes de que terminara de escribir, Applejack le sorprendió tomando su casco derecho para agitarlo con fuerza a modo de saludo.

-¡Pues encantada, Loud Off, yo me llamo Applejack! ¡A nosotros, los Apple de Sweet Apple Acres, siempre nos gusta hacer nuevos amigos!

<<Oh… Ya lo veo…>>, su tiza se movió algo temblorosa sobre su pizarra mientras su pata se siguió agitando un momento después de que Applejack le soltará.

-¿Y qué te trae a nuestro querido pueblo, vaquero? ¿Piensas quedarte entre nosotros?

<<La verdad es que mi estancia es temporal>>, le respondió escuetamente, sin querer ni poder profundizar mucho en detalles sobre su presencia en Ponyville.

-Pues espero que todo te marche bien, majete-le espetó una sonriente Applejack-Y si tienes algo que te quiebre el lomo, siempre puedes darme un grito. Aquí una servidora de usted siempre está lista para echar una pata allá dónde hagan falta-añadió con orgullo.

<<Gracias, Applejack. Lo tendré en cuenta>>, escribió Loud, devolviéndole la sonrisa. Realmente aquella pony le parecía muy agradable, a diferencia de… Repentinamente, un pequeño golpe, como de un guijarro, le dio en la cabeza. Se volvió para ver a la unicornio con expresión de fastidio y el cuerno iluminado.

-¿Vamos o qué?-se dirigió Trixie a Applejack, por lo visto cansada de esperar.

-Trixie, ¡te estás pasando ya! ¡En serio!-le regañó la rubia, al borde del enfado.

Sin embargo, Loud ya no pensaba en lo cabreado que debía estar por el hecho de que aquella grosera yegua le hubiera arrojado un guijarro. Su atención estaba centrada en la particular magia que empezó a detectar en el cuerno de la maga… La que Trixie había usado para lanzarle la pequeña piedra era común, pero bajo ella… Percibió un rastro, una pequeña chispa inconfundible de magia aydara… Aquella unicornio había estado en contacto con un artefacto producido por la alquimia… Era la única explicación a ese “residuo”… Le alegró profundamente encontrar una pista “fresca” que confirmaba que su percepción no le había engañado al llegar a aquel pueblo… Ahora la cuestión era lograr seguir esa pista.

-La Gran y Poderosa Trixie está cansada de esperar-volvió a emprender la marcha hacia Sweet Apple Acres.

-En serio que lamento este comportamiento-volvió a disculparse Applejack con el unicornio-¿Qué tal si te doy una tarta de manzana? Como gesto de bienvenida, ya sabes…y por las molestias.

<<Oh, no es necesario, Applejack, pero muchas gracias>>, le respondió enseguida Loud, mientras su mirada seguía a Trixie.

-Insisto y no podrás convencerme de lo contrario…-Applejack se soltó el arnés para ir tras el carro y sacar un pequeño paquete que le entrego a Loud-Ya verás. Si te gustan las manzanas, te encantará. Está hecha con las mejores manzanas de Equestria, las de nuestra granja, Sweet Apple Acres-Loud pudo notar que realmente había convicción y orgullo en su voz, claro que también era algo que había oído otras veces respecto de otras granjas.

<<Estoy seguro. Muchas gracias, Applejack>>.

-No hay de qué, vaquero. Y me encantaría seguir hablando, pero las labores de una buena Apple nunca acaban. ¡Nos vemos, Loud!-se despidió con un alegre guiño mientras seguía a Trixie por el camino, llevando el carro tras de sí. Loud se quedó un momento mirándola alejarse, calculando su próximo movimiento mientras no podía evitar admirar los firmes pasos de la granjera… Tenía dos buenas razones para interesarse por Sweet Apple Acres.
Capítulo 11. Encuentros (escena 3)
Spoiler:
Aquella mañana el bosquecillo que rodeaba las colinas del lago Glasshallow parecía estar sumido en su habitual tranquilidad. Las ardillas correteaban por las ramas de los árboles, los pájaros cantaban, se escuchaba el murmullo de un riachuelo cercano, la luz penetraba en quebradas ráfagas a través de las espesas copas de verdes hojas… Todo resultaba encantador y cotidiano. Pero esta supuesta falta de problemas no terminaba de convencer a cierta pegaso…

Fluttershy, por el contrario y frente a la paz que la rodeaba, recorría su cotidiana ronda con algo más de inquietud de lo acostumbrado. Después de haber notado a sus queridos animalitos en un estado de cierta ansiedad en los últimos días, la repentina calma, lejos de tranquilizarla, le causaba una mayor preocupación. Desde luego no estaba dispuesta a dejar pasar aquel asunto hasta haberlo investigado en profundidad… En el fondo aquello la asustaba y temía encontrarse con algún peligro, pero su sentido de la responsabilidad para con aquellas criaturitas indefensas le impelía a buscar respuestas.

Aquella zona del bosque le resultaba especialmente inquietante debido a la abundancia de cavernas y cuevas que había en ella. Los lagos, incluyendo el que daba su nombre al lugar, las lagunas, los ríos y las aguas subterráneas habían propiciado una tierra blanda en que los túneles y las grandes cavidades se abrían bajo tierra a modo de gigantescos hormigueros. Un oscuro mundo desconocido que se extendían a pocos metros de donde posaba sus cascos y cuya mera idea la hacía sentir escalofríos… Y precisamente por ello cada vez tenía más claro que, fuera lo que fuera lo que perturbó a los animales, si es que había algo, debía estar oculto en alguna de aquellas siniestras cavidades, como una fiera peligrosa en su guarida, quizá aguardando el momento propicio para pasar de nuevo al ataque.

Sin embargo, a pesar de tener esas sospechas, no terminaba de decidirse por la mejor vía para intervenir. Su primer impulso habría sido ir a pedir la ayuda de Twilight, pero aquella se encontraba en Canterlot y no se atrevía a pensar siquiera en ir a molestarla con lo que sin duda sería para ella un problema insignificante. Por otro lado, tampoco se encontraba cómoda con la idea de adentrarse ella sola por una de las grutas, a la aventura, menos con la idea de que un peligro se albergaba en su interior. Realmente sólo imaginarse entrar en una de aquellas cuevas hacía que se erizase hasta el último de sus cabellos. Claro que tampoco imaginaba a quién podría pedirle que la acompañase.

Estaba dándole vueltas a esta idea cuando un brusco ruido la hizo de saltar y abrazarse instintivamente al árbol más cercano. Cuando pudo recobrar la calma buscó la fuente de los ruidos y notó que llegaban de un claro cercano… Aquello le asustaba, especialmente de cara a lo que hacía un momento estaba pensando… Pero al mismo tiempo no podía dejar precisamente pasar la oportunidad de ver qué era aquello y si era por un causal lo que había provocado la inquietud en los animales en los días recientes. Tras lograr soltarse del tronco, lo que le llevó unos pausados minutos, se acercó paso a paso, escondiéndose tras los árboles, hasta el foco del sonido… Hasta que lo vio.

Lo que se encontró no era más que un curioso unicornio de pelaje verde y con unas curiosas rayas a lo largo del cuerno. Al verle, en primer lugar, no pudo evitar pensar en su amiga Rarity y en que censurable encontraría aquello. Pero en seguida dejo de fijarse en su aspecto para centrar su atención en lo que hacía… El unicornio concentraba magia en su cuerno, como tantas veces ella misma había visto hacer a Twilight, y la enfocaba hacia unas cercanas flores, que variaban bajo su influjo, adoptando estrambóticas formas y extraños colores. Y a cada cambio, el pony saltaba, haciendo crujir las ramas bajo sus cascos, mientras soltaba una risilla traviesa.

Aquello dejó a Fluttershy totalmente desconcertada… “¡Por Celestia!”, pensó, “¿para qué puede querer hacer algo así?”, aunque no podía negar que era una curiosidad realmente atrayente y bonita. Las variopintas transformaciones que el unicornio imprimía en las plantas, los tonos fosforescentes y brillantes… No podía dejar de preguntarse si no sería el paso de aquel pony lo que había alterado a los animales, al menos hasta que quizá se acostumbraron a su presencia, pero por otro lado en su actitud casi infantil y en su expresión despreocupada no veía indicios de nada malvado o preocupante. Casi estaba dudando de si acercarse o no para conocerle… Al final, no obstante, no iba a ser decisión suya. Una oportuna ramita quebrada al posar uno de sus cascos en el suelo, atrajo la atención del unicornio, que no tardó en descubrir a la pegaso y mucho en menos en dar un par de saltos ágiles, casi felinos, que le llevaron con expresión alegre hasta casi frente a una repentinamente encogida Fluttershy.

-¡Ey! ¿Qué tenemos aquí? ¿Qué hace una lindura como tú por estos parajes?-hablaba animado y decidido, con clara confianza en sí mismo-Aunque pensándolo bien, una monada como tú es lo que le faltaba a este lugar tan encantador para ser tan perfecto. ¡Toma, acepta estas flores como regalo!-le tendió un improvisado ramo con su magia de unas flores parecidas en su forma a tréboles y con los pétalos de un intenso color carmesí.

-…-aquello era lo último que sorprendida, totalmente ruborizada y encogida sobre sí misma Fluttershy se habría podido imaginar. Sólo pudo intentar retroceder y evitar mirarle, aunque por otro lado, sabía que aquello no era exactamente lo más correcto ni educado.

-¿Te ocurre algo, encanto?-le preguntó el unicornio, aparentemente poco afectado por la nada favorable reacción de la unicornio-¡No te preocupes! Si tienes algún problema, Herbal está aquí y ahora para echarte un casco. ¿No hace falta que diga que yo soy Herbal, no? Pues no te preocupes, preciosa, que aquí tienes a tu valiente unicornio, que te sacará de cualquier apuro en que te puedas encontrar. Pero, ¿qué tal si me dices tú también tu nombre?

-…eh…yo…me, me…llamo…eh…Flu…Flu…ter…shy…-respondió torpemente, por lo bajo, y evidentemente nerviosa e incómoda. Siempre le costaba hablar con los desconocidos y aquellas circunstancias no resultaban precisamente atenuantes para su timidez.

-¿Cómo has dicho, preciosa? ¿Luttershy, Treeshy? ¡Treeshy! Es un nombre bonito. Me gusta mucho. ¡Encantado de conocerte, Treeshy!-volvió a saltar, como había hecho antes por sus transformaciones, el unicornio. Realmente parecía alegre de verdad por conocerla.

-No… No… Me… Me llamo Fluttershy… Fluttershy-repitió, con su mejor esfuerzo para que pudiera entenderle.

-¿Fluttershy? ¡Oh! Claro. Un nombre mucho más apropiado para una linda pegaso-le guiñó un ojo, como con complicidad-¿Qué te parecen estas flores?-se las acerca-¿No te parecen realmente chulas? ¡Y con aroma a vainilla!

-Oh…vaya…-se asombró sinceramente ella al percibir, en efecto, el dulce aroma de la vainilla de las flores que Herbal casi sostenía con su magia pegadas a su hocico-…es…vaya…nunca había visto nada igual.

-¡Claro que no! Esta colorida magia es cosa mía, sólo mía, del gran Herbal y de su talento floral, ¿has visto mi cutie mark?-movió sus flancos para que resaltara la imagen de una flor con sus pétalos.

-Oh… Se… Se nota que se te dan bien las flores…-asintió Fluttershy.

-En particular, pero mi magia fluye por las plantas en general, para extraer de ellas lo mejor de su esencia… Es muy lioso y ni yo mismo estoy seguro, pero lo que importa es las cosas geniales que puedo hacer con ella. ¿Quieres unas amapolas naranjas con aroma a muffins recién horneados? ¡Te las puedo hacer!-se jactó, orgulloso de su talento.

-Oh…ji, ji…-río suavemente al oír aquello, sin poder evitarlo, al pensar en otra pegaso a la que sí le tentaría y mucho aquella oferta.

-Me gusta como suena tu risa. Es como una alegre y dulce música, Fluttershy… Tu nombre también me parece encantador.

-Oh…eh…gracias-realmente la pegaso se sentía sobrecogida ante tanto halago. Realmente ella no sabía cómo debía proceder ante aquello y le hubiera gustado poder pedir en ese momento su consejo a Rarity, que sí entendía de esas cosas.

-No hay de qué, linda, sólo soy sincero-aquello encendió aún más las ya coloradas mejillas de la pegaso-Por cierto, ¿eres de ese pueblo que he visto cerca, no? Ponyville, creo que se llama.

-Sí… Vivo en Ponyville.

-¡Pues me parece estupendo!-saltó nuevamente-Precisamente he pensado pasar un par de días por aquí y me vendría bien tener una guía que me orientase por el pueblo. Podrías ser tú, monada. ¿Qué me dices?

-Eh…-aquella petición la tomó totalmente por sorpresa-…esto…yo…no creo…ser…adecuada para…eso…

-¡Oh, seguro que sí! A menos que ahora mismo estés ocupada con algo entre cascos… Lo que me lleva de nuevo a mi primera pregunta, ¿qué hace una guapa pegaso como tú por aquí tan solita?

-Bueno…yo…-intentó contestar sin verse afectada por tanto cumplido-…estoy…-pensó en qué responderle, sin querer decir que buscaba lo que podía haber perturbado a los animales cuando sospechaba que la propia magia del unicornio era una posible causa de ello-…recogiendo moras-se decidió al final por una pequeña mentira.

-¡Oh! ¡Pues te deseo mucha suerte, Fluttershy!-asintió el unicornio-Pero yo voy a buscar una pastelería a hincharme de ricas ensaimadas rellenas de vainilla… ¡Um!-se relamió como si ya las tuviera ante sí.

-Oh… Pues en Ponyville hay una pastelería donde hacen dulces muy ricos…o eso creo.

-¿Cómo se llama?

-Sugarcube Corner…pertenece a los señores Cake, que son unos ponies muy simpáticos y agra…

-¡Genial! ¡Sugarcube Corner, prepárate, que allá va Herbal!-gritó, entusiasmado, mientras emprendía la marcha a paso rápido, con seguridad y alejándose como si supiera el camino con certeza.

Fluttershy, todavía algo desconcertada por aquel inesperado encuentro, sólo pude verle alejarse mientras desaparecía entre los árboles, sin hacerse aún una idea clara de qué le parecía aquel unicornio. Estaba un poco absorta, aún contemplando el lugar por el que vio por última vez a Herbal, cuando unos cascos aparecieron de repente tapando sus ojos y dejándola completamente a oscuras, al tiempo que una conocida voz resonaba en sus oídos:

-¡Fluttershy!, ¡a ver si adivinas quién soy! ¡Ji, ji, ji!

-Eh… ¿Pinkie?-casi preguntó, aunque era evidente que no se podía tratar de otra.

-¡Pues claro que soy yo!-apareció de inmediato la pony rosada frente a ella, con un curioso traje de exploradora y casi más sonriente de lo habitual-¿Qué tal, Fluttershy? ¡No esperaba verte por aquí! Aunque en realidad debería haberlo esperado, ya que tú siempre estás por el bosque para atender a los animalillos y la última vez que te vi dijiste que te tenían preocupada los de esta zona en particular porque los veías algo nerviosillos, así que era totalmente de esperar que vinieras a prestarles especial atención por lo que en realidad… ¡Sí esperaba verte aquí!

-Eh… Está bien… Supongo…-asintió Fluttershy, algo confusa-Y…esto… ¿Qué haces tú por aquí, Pinkie?

-¡Oh! ¡No te lo puedo decir tontilla!-se acerca a su oreja para susurrarle, como en confidencia-¡Es una misión secreta!-se aparta-Pero no te preocupes, pequeña, tita Pinkie se ocupa de todo.

-Pinkie, tengo un año más que tú…

-¡Todo saldrá bien!-siguió diciendo la particular pony fiestera, sin escuchar a su amiga-Pero ahora he de continuar mi épico viaje en busca de un lugar de leyenda…-añadió con tono épico.

-¿Un lugar de leyenda...?-Fluttershy estaba pensando que si el encuentro con aquel unicornio le había resultado extraño, aquello estaba siendo al guinda del pastel… Y es que Pinkie… Era Pinkie.

-¡Toma!-le tendió aquella a la pegaso un libro, que ésta pudo ver que se trataba de “Daring Do y el Arca de los Minotauros”-Para que te hagas una idea. Pero no olvides devolvérselo a Rainbow Dash para el día en que decida a su vez releerlo o devolvérselo ella a Twilight.

-De…de acuerdo…

-Y ahora te dejo, Fluttershy, ¡tengo mucho que hacer y una sola Pinkie no puede abarcarlo todo!... De momento…-dijo antes de desaparecer entre risas a saltos por el bosque.

-Y yo pensando que los animalitos se veían nerviosos…-suspiró Fluttershy.



*El uso de OCs de otros autores cuenta con la autorización expresa de los mismos.[/quote]

Me ha resultado muy gracioso la forma en la cual Herbal participa. Su personalidad esta mezclada con la de Skie XD Quiero decir, Herbal es un poco infantil y gentil, si. XD pero no seria el típico poni que iria donde alguien asi de directo. Eso es mas propio de Skie.
Sin embargo, la mezcla me ha resultado divertida y hasta cierto punto correcta.

conclusión, un poco fuera de personaje, pero bien adaptado. Por mi, puedes seguir usándolo de esta forma. ;)

Con respecto al fragmento que he leído en este post, me ha gustado mucho como lo llevas. a ver si en verano me pongo y lo leo entero. que ahora estoy... liado XD

buen trabajo, sigue asi.