Re: La leyenda de Adenror [Adventure] (capítulo 11, 1ª parte
MensajePublicado: 25 May 2015, 14:36
por Mishiro
Gracias por vuestros comentarios, he aquí el resto del capítulo:
Capítulo 11. Encuentros (escena 4)
Capítulo 11. Encuentros (escena 5)
Capítulo 11. Encuentros (escena 6)
Capítulo 11. Encuentros (escena 4)
Spoiler:
A Rarity le encantaba cocinar. La elaboración de refinados y sabrosos platos, igual que la confección y la costura, era una labor destinada a la satisfacción de necesidades que, aún siendo cotidianas, incluso relativamente mundanas, permitía la expresión, si se le dedicaba la atención y el esfuerzo requeridos, de la más alta excelencia personal. La selección de los mejores ingredientes, el cuidado de los utensilios empleados, el cierto encanto del rítmico sonido del cuchillo troceando las verduras, el trabajo delicado para eliminar las esporas venenosas de las setas de Niskono, la preparación de la salsa con el tomate y la soja como ingredientes centrales, el rayado del queso… Las labores en la cocina, además, que terminaban con el perfecto y bien cuidado emplatado, se complementaban con la disposición de la mesa, la buena colocación de la cubertería, la correcta disposición de los añadidos y el final toque de elegancia con que las servilletas, erguidas en forma de cisnes orgullosos, remataban la obra total.
Estaba ocupada en ello la unicornio, con su habitual diligencia y sin dejar de pensar al tiempo en el delicado encargo que tenía entre cascos cuando, de improviso, la ventana de la cocina se abrió con estruendo, dando paso a una Rainbow Dash que llevaba lo que a primera vista se podría haber tomado como un disfraz de Daring Do, además de una gran bolsa en uno de sus costados como si estuviese a punto de emprender algún importante viaje o expedición. Antes de que Rarity tuviera la posibilidad de reprocharle sus formas, aquella empezó a hablar con gran agitación:
-¡Oh, menos mal que a ti si te encuentro en casa! ¡Rápido, Rarity, prepara tus cosas, que hoy hay planes urgentes! ¡Hoy vamos a emprender una importante misión!
-Eh… ¿Disculpa, querida? No entiendo a lo que te refieres. ¿Misión? ¿Qué misión? ¿De qué planes estás hablando? No sé en que andas metida, pero yo no entraré ahí-le replicó, realmente más desconcertada que molesta, en parte por estar ya acostumbrada a las rudas maneras de la pegaso.
-¿Es que no te acuerdas de lo que os conté ayer sobre las extrañas ruinas que hay ocultas a apenas unos veinte minutos de vuelo de aquí? ¡Tenemos que hacer algo y con urgencia!-le espeto la pony arco iris-No podemos quedarnos de cascos cruzados con esa amenaza acechándonos a todos desde las sombras. ¡Hay que actuar y hay que actuar ya!
-Ejem…-Rarity hizo su mejor esfuerzo por mantener la calma y la compostura-Rainbow Dash, aunque encuentro que tu afán por…protegernos del mal allá dónde se encuentre puede ser evaluado como admirable, me temo que, formas algo descorteses aparte, no puedo ayudarte. Es más, tú misma admitiste que Twilight, que de todas nosotras es la más experta en cuanto a temas de magia se refiere, no ha considerado que tales ruinas sean una amenaza inminente. Y si me disculpas, estoy preparando lasaña al estilo del chef Tasty Cook.
-¿Al qué?
-Al estilo del chef Tasty Cook, autor de esta magnífica y útil guía-le muestra un libro-Se titula “Grandes recetas para pequeñas cocinas” y es un muy completo recetario que contiene los mejores platos de la gastronomía de Canterlot. Algunos ingredientes son difíciles de encontrar aquí, en Ponyville, pero el resultado compensa por el esfuerzo.
-¿Eh?... Oye… No he venido a hablar de eso… ¿Es que no me has escuchado?
-Desde luego que te he escuchado, querida… ¿Quieres recalcar algo que temas que no haya captado lo suficiente mi atención?
La pegaso observó, casi con incredulidad y desespero, como su amiga continuaba atendiendo a su receta con total tranquilidad, como si ella no estuviera allí. Realmente aquello la sacaba totalmente de quicio. ¿Por qué nadie era capaz de tomársela en serio? Ni siquiera sus amigas. “No… Twilight es la experta y que a ti casi te conviertan en pegaso frito no es nada que la pueda contradecir…” Si fuera por ella, casi volvería sola a aquella caverna a conseguir las pruebas que demostrasen que tenía razón, pero, teniendo que tratar con extrañas fuerzas mágicas, había decidido que tendría más oportunidades si la acompañase un unicornio. Descartada su estudiosa amiga por motivos evidentes, sólo la modista quedaba como única candidata…aunque la misma Rainbow admitía para sí que no era la acompañante ideal para tal tipo de expedición.
-Twilight estaría de acuerdo en que hay que intervenir cuanto antes si hubiera estado con Pinkie y conmigo en aquel horrible lugar, por eso quiero volver para traer evidencias de lo que digo y…-hizo una breve pausa antes de soltar la “bomba”-…y para ello creo que es posible…que necesite que de la ayuda de un unicornio. A pesar de mi conocida genialidad, he de reconocer que todo eso de la magia y lo que hacéis los unicornios con vuestros cuernos se me escapa un poquito.
-¿Así que lo que “hacemos los unicornios con nuestros cuernos”, eh?-le replicó la modista, recalcando las palabras de su amiga.
-Bueno. Tú me has entendido.
-¿Y por qué acudes a mí? Yo soy una modista, una esteta cuya vocación es ir tras la belleza, la armonía y la perfección, nada que ver con esa engorrosa tarea que propones, mi querida Rainbow.
-Pero…-buscó aquella una forma de intentar convencerla-También eres una luchadora y hemos combatido y enfrentado juntas peligros como los de Nigthmare Moon o Discord. Y desde luego eres más fuerte de lo que pareces, ¿o te has olvidado de Tom?-río ligeramente la pegaso al recordar aquel asunto.
-¡Acordamos que nunca más se mencionaría!-protestó Rarity, aún avergonzaba por aquello.
-Bueno, bueno… Eso no tiene importancia para el tema que nos ocupa… La cuestión es que hay una posible amenaza y debemos ir a investigar y cuánto más tiempo perdamos hablando, peor.
-Hay muchas amenazas potenciales, Rainbow Dash, el bosque Ever Free está repleto de ellas, pero no por eso vamos allí sin ninguna razón de peso. Y, para mí, si a Twilight no le parece necesario, tampoco yo lo considero pertinente. Y, si me disculpas, seguiré con mis tareas.
-Te repito que Twilight no vio lo que yo, se está equivocando y mucho.
-Sólo tengo que decir, por si no ha quedado ya claro, que no dejaré de mi lado mis ocupaciones para ir a explorar una sucia, horrible y polvorienta cueva con el único fin de satisfacer tu capricho. Y es mi última palabra.
-¡Oh, venga ya!-la pony arco iris empezaba a impacientarse-¡Sólo te preocupa despeinarte cuando nos encontramos ante la posible destrucción de toda Equestria!
-Venga, eso mismo digo yo…-le replicó Rarity mientras seguía con sus preparativos culinarios-Que aumentes la paranoia de tus delirios no hará que tengas más argumentos para defenderlos.
-¡Pues ahí te quedas y ojala se te queme…lo que sea que prepares!-gritó a modo de despedida, enojada antes de marcharse de nuevo por la misma ventana-… ¡Por Celestia! ¡Todos han perdido el buen juicio menos yo!-vociferó mientras sobrevolaba Ponyville a gran velocidad, sin rumbo y verdaderamente, sin saber qué hacer ni a dónde dirigirse.
Finalmente decidió posarse en una nube, rumiando su descontento y su frustración mientras volvía a hacer un recorrido mental de todos los unicornios a los que conocía y meditaba con cuáles tendría bastante confianza para pedirles que la acompañasen a una misión tan arriesgada. La lista era muy corta y no había ninguno que cumpliese del todo con la segunda condición… Y estaba dándole vueltas a aquello cuando percibió que alguien más se posaba sobre la nube.
-Vaya, vaya… ¿A quién encuentro casualmente por mi puntual paseo por Ponyville sino a mi colega?-escuchó una firme voz que había oído por primera vez muy recientemente.
-¿Y a quién esperabas, Lightning?-se acercó para encarar a la pegaso arco iris a su interlocutora, una yegua de pelaje turquesa y crin bicolor ámbar y oro. Se trataba de Lightning Dust, con quien había coincidido en las pruebas de acceso al intenso curso de instrucción que los wonderbolts ofertaban en verano.
Ambas ponies se quedaron quietas durante unos segundos, mirándose mutuamente como desafiándose… Hasta que finalmente las risas acabaron con la aparente tensión y ambas chocaron amistosamente sus cascos.
-¡Vaya! ¿Qué haces tú por aquí?-le preguntó Rainbow-Te hacía en Cloudsdale.
-Y estaba, pero decidí tomarme una pausa en mi entrenamiento para venir a Ponyville a hacerle una visita a mi futura compañera en los Wonderbolts.
-¿Futura compañera? ¿Acaso tú ya has recibido la notificación de que pasaste la prueba?
-Pues no, están yendo más lentos que una panda de tortugas lisiadas con las evaluaciones… Irónicamente para ser un equipo famoso entre otras cosas por la velocidad de sus miembros… ¡Pero, por Celestia, Rainbow! ¿No viste a los otros? Eran un espectáculo lamentable, una lección voladora de lo que no debe ser un Wonderbolt del primero al último. Fuimos las únicas, las únicas que dimos la talla. Si no nos admiten las primeras y con puntuación de sobra es que están locos.
-Bueno… Cuando pienso en ello… Me doy cuenta de formas en que quizá lo habría hecho mejor. Aunque es verdad que los demás… No se lucieron demasiado.
-Sí. Eso es cierto. Nosotras podríamos haberlo hecho mejor, pero no importa ante el hecho de que los demás apenas tienen margen para haberlo hecho peor-rió-Lo único engorroso es todo el tiempo que nos tendrán esperando antes de empezar la instrucción… Se me hace eterno. ¿A ti no?
-Desde luego.
-Y tú y yo tenemos que estar juntas-le dio una palmadita en el lomo a Rainbow de forma amistosa-Tú y yo somos el futuro de los Wonderbolt. Además, de que lo adecuado es que una pegaso tan fantástica como yo tenga una amiga que pueda estar a su altura y tú eres esa. ¡Lo vamos a pasar genial!
-¡Seguro!-asintió la pegaso de crin arco iris, que se encontraba más animada por aquella charla con Dust.
-¿Qué me dices? ¿Una carrerita hacia Cloudsdale o te raya demasiado ser la segunda?-le desafió.
-Me raya volar dormida, sí…-le replicó, sonriéndole mientras la encaraba igualmente-Y me encantaría darte una lección de vuelo, pero… Ahora mismo estoy ocupada.
-¿Ocupada, disfrazada o acobardada?-la picó nuevamente la pegaso turquesa.
-Rainbow Dash no conoce lo que es el miedo.
-¡Demuéstralo!
-¡Cuándo quieres y dónde quieras!-finalmente recogió el desafió.
-Vamos a tu casa para que dejes ese fardo y mientras pensaré un circuito apropiado para machacarte, Dash-aleteó Lightning, empezando a alejarse y poniéndose en camino.
-¡Ja! ¡A mí luego no me vengas llorando!-le espetó Rainbow al pasar a su lado, en dirección a su casa, seguida por Lightning.
Estaba ocupada en ello la unicornio, con su habitual diligencia y sin dejar de pensar al tiempo en el delicado encargo que tenía entre cascos cuando, de improviso, la ventana de la cocina se abrió con estruendo, dando paso a una Rainbow Dash que llevaba lo que a primera vista se podría haber tomado como un disfraz de Daring Do, además de una gran bolsa en uno de sus costados como si estuviese a punto de emprender algún importante viaje o expedición. Antes de que Rarity tuviera la posibilidad de reprocharle sus formas, aquella empezó a hablar con gran agitación:
-¡Oh, menos mal que a ti si te encuentro en casa! ¡Rápido, Rarity, prepara tus cosas, que hoy hay planes urgentes! ¡Hoy vamos a emprender una importante misión!
-Eh… ¿Disculpa, querida? No entiendo a lo que te refieres. ¿Misión? ¿Qué misión? ¿De qué planes estás hablando? No sé en que andas metida, pero yo no entraré ahí-le replicó, realmente más desconcertada que molesta, en parte por estar ya acostumbrada a las rudas maneras de la pegaso.
-¿Es que no te acuerdas de lo que os conté ayer sobre las extrañas ruinas que hay ocultas a apenas unos veinte minutos de vuelo de aquí? ¡Tenemos que hacer algo y con urgencia!-le espeto la pony arco iris-No podemos quedarnos de cascos cruzados con esa amenaza acechándonos a todos desde las sombras. ¡Hay que actuar y hay que actuar ya!
-Ejem…-Rarity hizo su mejor esfuerzo por mantener la calma y la compostura-Rainbow Dash, aunque encuentro que tu afán por…protegernos del mal allá dónde se encuentre puede ser evaluado como admirable, me temo que, formas algo descorteses aparte, no puedo ayudarte. Es más, tú misma admitiste que Twilight, que de todas nosotras es la más experta en cuanto a temas de magia se refiere, no ha considerado que tales ruinas sean una amenaza inminente. Y si me disculpas, estoy preparando lasaña al estilo del chef Tasty Cook.
-¿Al qué?
-Al estilo del chef Tasty Cook, autor de esta magnífica y útil guía-le muestra un libro-Se titula “Grandes recetas para pequeñas cocinas” y es un muy completo recetario que contiene los mejores platos de la gastronomía de Canterlot. Algunos ingredientes son difíciles de encontrar aquí, en Ponyville, pero el resultado compensa por el esfuerzo.
-¿Eh?... Oye… No he venido a hablar de eso… ¿Es que no me has escuchado?
-Desde luego que te he escuchado, querida… ¿Quieres recalcar algo que temas que no haya captado lo suficiente mi atención?
La pegaso observó, casi con incredulidad y desespero, como su amiga continuaba atendiendo a su receta con total tranquilidad, como si ella no estuviera allí. Realmente aquello la sacaba totalmente de quicio. ¿Por qué nadie era capaz de tomársela en serio? Ni siquiera sus amigas. “No… Twilight es la experta y que a ti casi te conviertan en pegaso frito no es nada que la pueda contradecir…” Si fuera por ella, casi volvería sola a aquella caverna a conseguir las pruebas que demostrasen que tenía razón, pero, teniendo que tratar con extrañas fuerzas mágicas, había decidido que tendría más oportunidades si la acompañase un unicornio. Descartada su estudiosa amiga por motivos evidentes, sólo la modista quedaba como única candidata…aunque la misma Rainbow admitía para sí que no era la acompañante ideal para tal tipo de expedición.
-Twilight estaría de acuerdo en que hay que intervenir cuanto antes si hubiera estado con Pinkie y conmigo en aquel horrible lugar, por eso quiero volver para traer evidencias de lo que digo y…-hizo una breve pausa antes de soltar la “bomba”-…y para ello creo que es posible…que necesite que de la ayuda de un unicornio. A pesar de mi conocida genialidad, he de reconocer que todo eso de la magia y lo que hacéis los unicornios con vuestros cuernos se me escapa un poquito.
-¿Así que lo que “hacemos los unicornios con nuestros cuernos”, eh?-le replicó la modista, recalcando las palabras de su amiga.
-Bueno. Tú me has entendido.
-¿Y por qué acudes a mí? Yo soy una modista, una esteta cuya vocación es ir tras la belleza, la armonía y la perfección, nada que ver con esa engorrosa tarea que propones, mi querida Rainbow.
-Pero…-buscó aquella una forma de intentar convencerla-También eres una luchadora y hemos combatido y enfrentado juntas peligros como los de Nigthmare Moon o Discord. Y desde luego eres más fuerte de lo que pareces, ¿o te has olvidado de Tom?-río ligeramente la pegaso al recordar aquel asunto.
-¡Acordamos que nunca más se mencionaría!-protestó Rarity, aún avergonzaba por aquello.
-Bueno, bueno… Eso no tiene importancia para el tema que nos ocupa… La cuestión es que hay una posible amenaza y debemos ir a investigar y cuánto más tiempo perdamos hablando, peor.
-Hay muchas amenazas potenciales, Rainbow Dash, el bosque Ever Free está repleto de ellas, pero no por eso vamos allí sin ninguna razón de peso. Y, para mí, si a Twilight no le parece necesario, tampoco yo lo considero pertinente. Y, si me disculpas, seguiré con mis tareas.
-Te repito que Twilight no vio lo que yo, se está equivocando y mucho.
-Sólo tengo que decir, por si no ha quedado ya claro, que no dejaré de mi lado mis ocupaciones para ir a explorar una sucia, horrible y polvorienta cueva con el único fin de satisfacer tu capricho. Y es mi última palabra.
-¡Oh, venga ya!-la pony arco iris empezaba a impacientarse-¡Sólo te preocupa despeinarte cuando nos encontramos ante la posible destrucción de toda Equestria!
-Venga, eso mismo digo yo…-le replicó Rarity mientras seguía con sus preparativos culinarios-Que aumentes la paranoia de tus delirios no hará que tengas más argumentos para defenderlos.
-¡Pues ahí te quedas y ojala se te queme…lo que sea que prepares!-gritó a modo de despedida, enojada antes de marcharse de nuevo por la misma ventana-… ¡Por Celestia! ¡Todos han perdido el buen juicio menos yo!-vociferó mientras sobrevolaba Ponyville a gran velocidad, sin rumbo y verdaderamente, sin saber qué hacer ni a dónde dirigirse.
Finalmente decidió posarse en una nube, rumiando su descontento y su frustración mientras volvía a hacer un recorrido mental de todos los unicornios a los que conocía y meditaba con cuáles tendría bastante confianza para pedirles que la acompañasen a una misión tan arriesgada. La lista era muy corta y no había ninguno que cumpliese del todo con la segunda condición… Y estaba dándole vueltas a aquello cuando percibió que alguien más se posaba sobre la nube.
-Vaya, vaya… ¿A quién encuentro casualmente por mi puntual paseo por Ponyville sino a mi colega?-escuchó una firme voz que había oído por primera vez muy recientemente.
-¿Y a quién esperabas, Lightning?-se acercó para encarar a la pegaso arco iris a su interlocutora, una yegua de pelaje turquesa y crin bicolor ámbar y oro. Se trataba de Lightning Dust, con quien había coincidido en las pruebas de acceso al intenso curso de instrucción que los wonderbolts ofertaban en verano.
Ambas ponies se quedaron quietas durante unos segundos, mirándose mutuamente como desafiándose… Hasta que finalmente las risas acabaron con la aparente tensión y ambas chocaron amistosamente sus cascos.
-¡Vaya! ¿Qué haces tú por aquí?-le preguntó Rainbow-Te hacía en Cloudsdale.
-Y estaba, pero decidí tomarme una pausa en mi entrenamiento para venir a Ponyville a hacerle una visita a mi futura compañera en los Wonderbolts.
-¿Futura compañera? ¿Acaso tú ya has recibido la notificación de que pasaste la prueba?
-Pues no, están yendo más lentos que una panda de tortugas lisiadas con las evaluaciones… Irónicamente para ser un equipo famoso entre otras cosas por la velocidad de sus miembros… ¡Pero, por Celestia, Rainbow! ¿No viste a los otros? Eran un espectáculo lamentable, una lección voladora de lo que no debe ser un Wonderbolt del primero al último. Fuimos las únicas, las únicas que dimos la talla. Si no nos admiten las primeras y con puntuación de sobra es que están locos.
-Bueno… Cuando pienso en ello… Me doy cuenta de formas en que quizá lo habría hecho mejor. Aunque es verdad que los demás… No se lucieron demasiado.
-Sí. Eso es cierto. Nosotras podríamos haberlo hecho mejor, pero no importa ante el hecho de que los demás apenas tienen margen para haberlo hecho peor-rió-Lo único engorroso es todo el tiempo que nos tendrán esperando antes de empezar la instrucción… Se me hace eterno. ¿A ti no?
-Desde luego.
-Y tú y yo tenemos que estar juntas-le dio una palmadita en el lomo a Rainbow de forma amistosa-Tú y yo somos el futuro de los Wonderbolt. Además, de que lo adecuado es que una pegaso tan fantástica como yo tenga una amiga que pueda estar a su altura y tú eres esa. ¡Lo vamos a pasar genial!
-¡Seguro!-asintió la pegaso de crin arco iris, que se encontraba más animada por aquella charla con Dust.
-¿Qué me dices? ¿Una carrerita hacia Cloudsdale o te raya demasiado ser la segunda?-le desafió.
-Me raya volar dormida, sí…-le replicó, sonriéndole mientras la encaraba igualmente-Y me encantaría darte una lección de vuelo, pero… Ahora mismo estoy ocupada.
-¿Ocupada, disfrazada o acobardada?-la picó nuevamente la pegaso turquesa.
-Rainbow Dash no conoce lo que es el miedo.
-¡Demuéstralo!
-¡Cuándo quieres y dónde quieras!-finalmente recogió el desafió.
-Vamos a tu casa para que dejes ese fardo y mientras pensaré un circuito apropiado para machacarte, Dash-aleteó Lightning, empezando a alejarse y poniéndose en camino.
-¡Ja! ¡A mí luego no me vengas llorando!-le espetó Rainbow al pasar a su lado, en dirección a su casa, seguida por Lightning.
Spoiler:
-Vaya… Así que tienes la edición completa y comentada en catorce volúmenes de la “Historia de la Vida y Obras de Star Swirl el Barbudo” de Night Allknow...-comentó Fogsun, interesado, mientras revisaba con la mirada los libros apilados en las largas y cargadas estanterías.
-Así es-asintió Twilight, no sin orgullo-Fue un regalo especial de la Princesa Celestia por haber terminado con éxito mi primer curso en la academia de magia.
-Vaya…-se limitó a decir el unicornio, continuando con su visual registro-…en conjunto parece que tienes una buena selección aquí.
-Oh, eso intento-le respondió la pony morada, contenta de la aprobación de Fogsun. Realmente en aquellos pocos días había aprendido a apreciar su opinión y ahora que, a raíz de invitarle junto a su amigo Ear a comer a su casa, le tenía en su cuarto, había estado especialmente interesada en mostrarle que ella compartía su amor por los libros y por los estudios mágicos a qué ambos se dedicaban-Aunque desde que me instalé en la biblioteca de Ponyville no he necesitado adquirir más libros por mi cuenta.
-Oh, claro, es comprensible-asintió su interlocutor-Ya que tendrás a tu disposición los del fondo de la biblioteca y los que ésta adquiera para sí.
-Así es…y sobre todo porque, la verdad, aunque es la biblioteca pública del pueblo… Bueno… No va nadie casi nunca a solicitar ningún libro…-comentó Twilight con extrañeza-Lo único reseñable es un amiga mía, Rainbow Dash, que sacó un ejemplar de todas y cada una de las novelas de Daring Do… Ejemplares que parece que no va a devolver, la verdad…
-En la biblioteca de Ponytown pasó algo similar con algunos libros…Yo ayudaba al señor Lybook en ella cuando era pequeño, antes de irme a Canterlot a estudiar en la academia de Celestia.
-¡Oh! ¿De verdad?-se interesó en aquel detalle del pasado de Fogsun. No le conocía de mucho, pero no se tardaba en notar que no solía prodigarlos-Me hubiese encantado hacer algo parecido… Yo de pequeña en Canterlot pasaba casi todo mi tiempo libre en una pequeña librería que había cerca de casa… Habría querido llevármelos todos a mi cuarto-añadió con una pequeña risa de complicidad.
-Te entiendo. Yo soñaba con mudarme a veces a la biblioteca y estaba todo lo que podía en ella. Lo prefería a estar en casa. Allí nunca tenía la bastante tranquilidad. Sobre todo por mi hermana. Es muy alborotadora.
-Oh, ¿así que tienes una hermana?
-Sí. Un hermano y una hermana mayores…-le respondió mecánicamente mientras examinaba otro de los libros de Twilight. No parecía ponerse nervioso como en la vez anterior en que le había hecho preguntas personales, pero estaba claro que no se encontraba cómodo con ello. La unicornio empezó a reflexionar sobre cómo llevar la conversación hacia el punto que le interesaba, pues una de las razones por las que había querido llegar a Fogsun allí para hablar a solas era la extraña visita de la princesa Luna de por la mañana. Tenía que hablar con Fog sobre el profesor Knowling para ver si le daba sentido a las preguntas de la alicornio.
-Dijiste que tu madre se había dedicado al estudio de los aydara como haces tú… ¿También tus hermanos?
-No, mis hermanos no se dedican a esto-fue la seca respuesta.
-Así que tú eres el único que ha seguido los pasos de tu madre, ¿eh? ¿Y tus hermanos qué hacen? ¿Se han interesado por otros campos de la magia tal vez?
-No les interesa mucho la magia, realmente.
-Oh… Me resulta extraño… Pero supongo que no es tan raro… Tengo una amiga, Rarity, a la que realmente tampoco le presta mucha atención, más allá de algunos hechizos que le resultan útiles… Aunque yo creo que sería lo normal que todos los unicornios sintieran fascinación por aquello que realmente nos caracteriza… Pero no es así. En fin…-a pesar de lo que esperaba, su interlocutor no parecía prestarle en ese momento mucha atención ni para asentir con un monosílabo que detonara que la estaba escuchando-… ¿Conociste al profesor Knowling al entrar al Celestium?-aprovechó el cambio de tema para sacar a colación el que le interesaba.
-No. La verdad es que le conocí bastante tiempo después, tras acabar mis estudios básicos como alumno y empezar mis primeros proyectos, cuando ya me había decantado por la magia aydara como especialidad. Entonces estaba en el departamento del profesor Oldworld, concentrándome en análisis de textos, en paleografía, diplomática, epigrafía y numismática… En todo aquello en que se hubiesen inscrito o escrito jeroglíficos aydara.
-Interesante… ¿Y por qué decidiste cambiar al departamento del profesor Knowling?
-Realmente no fue una decisión mía. Es decir, corrijo, no fue una iniciativa mía.
-¿Y entonces de quién fue?
-Del mismo profesor Knowling. Por lo visto les llamaron la atención algunos de mis trabajos sobre epigrafía aplicada a la excavación arqueológica. O eso fue lo que dijo.
-¡Oh! ¿Has trabajado alguna vez en algún proyecto arqueológico?-la curiosidad intelectual de Twilight fue demasiada como para evitar eludir aquel tema para centrarse en preguntar sólo sobre Knowling-¡Suena realmente fascinante.!
-Eso me parecía a mí también-asintió Fogsun-Por eso me apunté como voluntario a las excavaciones en las antiguas ruinas de la ciudad aydara de Cherady.
-¿Y qué tal fue la experiencia?
-…bueno…-el unicornio desvió la mirada por un momento-…tuvo sus momentos interesantes y otros aburridos. La exploración de las ruinas del gran castillo de la reina Platina fue sin duda lo más llamativo-añadió, pareciendo querer alejar el tema de la conversación de sí mismo.
-¿La reina Platina?-le preguntó con interés Twilight, intentando mantener viva la conversación.
-Platina fue la soberana de Hiponia entre el 358 y el 378, tras la marcha y misteriosa desaparición de su antecesora, la reina Calipso y el ascenso al trono de Fogking II. Abandonó la capital tradicional de Ádralon para instalar su sede de poder en una ciudad de nueva creación, que no era otra que Cherady, en la costa oriental, donde construyó su gran fortaleza, estableció el Centro Alquímico Aydara más importante de su época y dio un gran impulso al estudio de la alquimia del agua.
-Interesante-asintió Twilight, que había escuchado con atención las palabras de Fogsun-¿Y…qué sueles hacer en el departamento del profesor Knowling?
-La verdad es que volví a centrarme en mis estudios sobre la escritura aydara, aunque ahora más enfocado a la magia práctica y a los experimentos en el laboratorio. El profesor me hace algún encargo de vez en cuando, normalmente el análisis de algún ideograma complejo que desconozca… Pero no es usual.
-Dijiste que…el profesor Knowling era muy reservado con su trabajo… ¿Alguna vez le has ayudado en él?
-No. Nunca me lo ha pedido y yo tampoco estoy muy interesado, la verdad.
-¿Y por qué no?-le extrañaron a la unicornio aquellas palabras.
-El profesor está volcado desde hace mucho tiempo, como te dije, en el estudio de la pirámide de Adenror…y sinceramente, en su momento pude observar con detalle uno de los fragmentos y… No tengo ningún interés en ese objeto.
-¿Cómo puede ser, a pesar de su misterio y de lo que estuvimos hablando el otro día? Parece una pieza importante en la historia de Hiponia como para no despertar “ningún interés…
-Sin embargo… En mí no lo hace. Y, en confianza, te diré algo, más que potencial, yo veo un gran peligro en esa pieza. Por lo que pude notar… Su materia, su estructura… Son marcadamente diferentes de cualquier otra cosa que he visto… Sino fuera por los ideogramas grabados en su superficie, ni siquiera estaría seguro de que fuera obra de la alquimia aydara.
-Y el profesor Knowling… ¿Comparte tu criterio?-le preguntó, con interés, la unicornio, pensando que había dado con el rastro adecuado y que el asunto de aquella pirámide estaba relacionado, casi con seguridad, con el motivo por el que la princesa Luna iba tras el profesor.
-Supongo que no, pero no podría asegurarlo.
-Vaya…-dándose por satisfecha de momento con aquella información, Twilight decidió cambiar de tema para no levantar sospechas-…por cierto, al final tendremos que ir en el tren nocturno, ¿no? Ear me ha comentado antes que ante la inesperada orden de Knowling, no pudo conseguir un billete a una hora mejor.
-Sí, así es… Vamos a tener que ir en uno de esos incómodos vagones-dormitorio.
-En fin… Sólo decir que lamento las molestias que te pueda causar… Yo podría perfectamente seguir en Canterlot el tiempo que fuese preciso, no sé por qué a Knowling se le ocurrió lo de enviarte a Ponyville y mucho menos su repentina urgencia.
-Pues ya somos dos… Pero no te preocupes, Twy, nada de eso es culpa tuya.
-Gracias, Fog-le sonrió la unicornio, mientras intentaba no pensar en las formas tan cercanas que en tan poco tiempo habían adoptado ambos en el trato mutuo.
Y estaba a punto de replicarle algo su interlocutor cuando, precedida del sonido de unos cascos contra ella, la puerta del cuarto se abrió para dar paso al hocico de Velvet.
-Disculpad que os interrumpa, pero la comida ya está en la mesa y no hay que dejar que se enfrié, ¿verdad?-les dijo con su mejor sonrisa.
-¡Oh! Ahora mismo vamos…-asintió Twilight, dirigiéndose hacia el pasillo seguida de Fogsun. Su madre espero junto a la puerta a que el unicornio pasara y saliera del cuarto hacia el comedor antes de decirle en voz baja a su hija-Al final resulta que tu amigo sí es bastante mono, ¿eh?
-Eh…-se sorprendió la joven pony lavanda ante aquella inesperada salida-Bueno, supongo. Ya te dije que…no me fijo en esas cosas… Así que no lo sé.
-Seguro que no lo sabes-el tono de Velvet no podía ser más divertido ante aquella curiosa situación.
-¡Te digo que no!-insistió Twilight mientras se precitaba a paso rápido por el pasillo, en pos de Fogsun, que ya bajaba las escaleras. Su madre la siguió al poco, casi teniendo que esforzarse para contener la risa.
-Así es-asintió Twilight, no sin orgullo-Fue un regalo especial de la Princesa Celestia por haber terminado con éxito mi primer curso en la academia de magia.
-Vaya…-se limitó a decir el unicornio, continuando con su visual registro-…en conjunto parece que tienes una buena selección aquí.
-Oh, eso intento-le respondió la pony morada, contenta de la aprobación de Fogsun. Realmente en aquellos pocos días había aprendido a apreciar su opinión y ahora que, a raíz de invitarle junto a su amigo Ear a comer a su casa, le tenía en su cuarto, había estado especialmente interesada en mostrarle que ella compartía su amor por los libros y por los estudios mágicos a qué ambos se dedicaban-Aunque desde que me instalé en la biblioteca de Ponyville no he necesitado adquirir más libros por mi cuenta.
-Oh, claro, es comprensible-asintió su interlocutor-Ya que tendrás a tu disposición los del fondo de la biblioteca y los que ésta adquiera para sí.
-Así es…y sobre todo porque, la verdad, aunque es la biblioteca pública del pueblo… Bueno… No va nadie casi nunca a solicitar ningún libro…-comentó Twilight con extrañeza-Lo único reseñable es un amiga mía, Rainbow Dash, que sacó un ejemplar de todas y cada una de las novelas de Daring Do… Ejemplares que parece que no va a devolver, la verdad…
-En la biblioteca de Ponytown pasó algo similar con algunos libros…Yo ayudaba al señor Lybook en ella cuando era pequeño, antes de irme a Canterlot a estudiar en la academia de Celestia.
-¡Oh! ¿De verdad?-se interesó en aquel detalle del pasado de Fogsun. No le conocía de mucho, pero no se tardaba en notar que no solía prodigarlos-Me hubiese encantado hacer algo parecido… Yo de pequeña en Canterlot pasaba casi todo mi tiempo libre en una pequeña librería que había cerca de casa… Habría querido llevármelos todos a mi cuarto-añadió con una pequeña risa de complicidad.
-Te entiendo. Yo soñaba con mudarme a veces a la biblioteca y estaba todo lo que podía en ella. Lo prefería a estar en casa. Allí nunca tenía la bastante tranquilidad. Sobre todo por mi hermana. Es muy alborotadora.
-Oh, ¿así que tienes una hermana?
-Sí. Un hermano y una hermana mayores…-le respondió mecánicamente mientras examinaba otro de los libros de Twilight. No parecía ponerse nervioso como en la vez anterior en que le había hecho preguntas personales, pero estaba claro que no se encontraba cómodo con ello. La unicornio empezó a reflexionar sobre cómo llevar la conversación hacia el punto que le interesaba, pues una de las razones por las que había querido llegar a Fogsun allí para hablar a solas era la extraña visita de la princesa Luna de por la mañana. Tenía que hablar con Fog sobre el profesor Knowling para ver si le daba sentido a las preguntas de la alicornio.
-Dijiste que tu madre se había dedicado al estudio de los aydara como haces tú… ¿También tus hermanos?
-No, mis hermanos no se dedican a esto-fue la seca respuesta.
-Así que tú eres el único que ha seguido los pasos de tu madre, ¿eh? ¿Y tus hermanos qué hacen? ¿Se han interesado por otros campos de la magia tal vez?
-No les interesa mucho la magia, realmente.
-Oh… Me resulta extraño… Pero supongo que no es tan raro… Tengo una amiga, Rarity, a la que realmente tampoco le presta mucha atención, más allá de algunos hechizos que le resultan útiles… Aunque yo creo que sería lo normal que todos los unicornios sintieran fascinación por aquello que realmente nos caracteriza… Pero no es así. En fin…-a pesar de lo que esperaba, su interlocutor no parecía prestarle en ese momento mucha atención ni para asentir con un monosílabo que detonara que la estaba escuchando-… ¿Conociste al profesor Knowling al entrar al Celestium?-aprovechó el cambio de tema para sacar a colación el que le interesaba.
-No. La verdad es que le conocí bastante tiempo después, tras acabar mis estudios básicos como alumno y empezar mis primeros proyectos, cuando ya me había decantado por la magia aydara como especialidad. Entonces estaba en el departamento del profesor Oldworld, concentrándome en análisis de textos, en paleografía, diplomática, epigrafía y numismática… En todo aquello en que se hubiesen inscrito o escrito jeroglíficos aydara.
-Interesante… ¿Y por qué decidiste cambiar al departamento del profesor Knowling?
-Realmente no fue una decisión mía. Es decir, corrijo, no fue una iniciativa mía.
-¿Y entonces de quién fue?
-Del mismo profesor Knowling. Por lo visto les llamaron la atención algunos de mis trabajos sobre epigrafía aplicada a la excavación arqueológica. O eso fue lo que dijo.
-¡Oh! ¿Has trabajado alguna vez en algún proyecto arqueológico?-la curiosidad intelectual de Twilight fue demasiada como para evitar eludir aquel tema para centrarse en preguntar sólo sobre Knowling-¡Suena realmente fascinante.!
-Eso me parecía a mí también-asintió Fogsun-Por eso me apunté como voluntario a las excavaciones en las antiguas ruinas de la ciudad aydara de Cherady.
-¿Y qué tal fue la experiencia?
-…bueno…-el unicornio desvió la mirada por un momento-…tuvo sus momentos interesantes y otros aburridos. La exploración de las ruinas del gran castillo de la reina Platina fue sin duda lo más llamativo-añadió, pareciendo querer alejar el tema de la conversación de sí mismo.
-¿La reina Platina?-le preguntó con interés Twilight, intentando mantener viva la conversación.
-Platina fue la soberana de Hiponia entre el 358 y el 378, tras la marcha y misteriosa desaparición de su antecesora, la reina Calipso y el ascenso al trono de Fogking II. Abandonó la capital tradicional de Ádralon para instalar su sede de poder en una ciudad de nueva creación, que no era otra que Cherady, en la costa oriental, donde construyó su gran fortaleza, estableció el Centro Alquímico Aydara más importante de su época y dio un gran impulso al estudio de la alquimia del agua.
-Interesante-asintió Twilight, que había escuchado con atención las palabras de Fogsun-¿Y…qué sueles hacer en el departamento del profesor Knowling?
-La verdad es que volví a centrarme en mis estudios sobre la escritura aydara, aunque ahora más enfocado a la magia práctica y a los experimentos en el laboratorio. El profesor me hace algún encargo de vez en cuando, normalmente el análisis de algún ideograma complejo que desconozca… Pero no es usual.
-Dijiste que…el profesor Knowling era muy reservado con su trabajo… ¿Alguna vez le has ayudado en él?
-No. Nunca me lo ha pedido y yo tampoco estoy muy interesado, la verdad.
-¿Y por qué no?-le extrañaron a la unicornio aquellas palabras.
-El profesor está volcado desde hace mucho tiempo, como te dije, en el estudio de la pirámide de Adenror…y sinceramente, en su momento pude observar con detalle uno de los fragmentos y… No tengo ningún interés en ese objeto.
-¿Cómo puede ser, a pesar de su misterio y de lo que estuvimos hablando el otro día? Parece una pieza importante en la historia de Hiponia como para no despertar “ningún interés…
-Sin embargo… En mí no lo hace. Y, en confianza, te diré algo, más que potencial, yo veo un gran peligro en esa pieza. Por lo que pude notar… Su materia, su estructura… Son marcadamente diferentes de cualquier otra cosa que he visto… Sino fuera por los ideogramas grabados en su superficie, ni siquiera estaría seguro de que fuera obra de la alquimia aydara.
-Y el profesor Knowling… ¿Comparte tu criterio?-le preguntó, con interés, la unicornio, pensando que había dado con el rastro adecuado y que el asunto de aquella pirámide estaba relacionado, casi con seguridad, con el motivo por el que la princesa Luna iba tras el profesor.
-Supongo que no, pero no podría asegurarlo.
-Vaya…-dándose por satisfecha de momento con aquella información, Twilight decidió cambiar de tema para no levantar sospechas-…por cierto, al final tendremos que ir en el tren nocturno, ¿no? Ear me ha comentado antes que ante la inesperada orden de Knowling, no pudo conseguir un billete a una hora mejor.
-Sí, así es… Vamos a tener que ir en uno de esos incómodos vagones-dormitorio.
-En fin… Sólo decir que lamento las molestias que te pueda causar… Yo podría perfectamente seguir en Canterlot el tiempo que fuese preciso, no sé por qué a Knowling se le ocurrió lo de enviarte a Ponyville y mucho menos su repentina urgencia.
-Pues ya somos dos… Pero no te preocupes, Twy, nada de eso es culpa tuya.
-Gracias, Fog-le sonrió la unicornio, mientras intentaba no pensar en las formas tan cercanas que en tan poco tiempo habían adoptado ambos en el trato mutuo.
Y estaba a punto de replicarle algo su interlocutor cuando, precedida del sonido de unos cascos contra ella, la puerta del cuarto se abrió para dar paso al hocico de Velvet.
-Disculpad que os interrumpa, pero la comida ya está en la mesa y no hay que dejar que se enfrié, ¿verdad?-les dijo con su mejor sonrisa.
-¡Oh! Ahora mismo vamos…-asintió Twilight, dirigiéndose hacia el pasillo seguida de Fogsun. Su madre espero junto a la puerta a que el unicornio pasara y saliera del cuarto hacia el comedor antes de decirle en voz baja a su hija-Al final resulta que tu amigo sí es bastante mono, ¿eh?
-Eh…-se sorprendió la joven pony lavanda ante aquella inesperada salida-Bueno, supongo. Ya te dije que…no me fijo en esas cosas… Así que no lo sé.
-Seguro que no lo sabes-el tono de Velvet no podía ser más divertido ante aquella curiosa situación.
-¡Te digo que no!-insistió Twilight mientras se precitaba a paso rápido por el pasillo, en pos de Fogsun, que ya bajaba las escaleras. Su madre la siguió al poco, casi teniendo que esforzarse para contener la risa.
Spoiler:
A pesar de sus esfuerzos para conseguir aparentar calma, el profesor Knowling no podía evitar dejar a la vista parte de su nerviosismo mientras, de cara a lo que se decía a sí mismo que era un “repliegue táctico”, retiraba y guardaba en cajas los libros y demás utensilios de su despacho que esperaba le resultasen útiles y que por ello quería tener a casco. Aunque en aquellos momentos no tenía del todo despejada la mente para tener claro cuáles podían serle prácticos y cuáles no… De lo que sí estaba seguro era de qué no podía permanecer sin moverse y sin tomar precauciones.
Aún estaba confuso sobre a lo que podría haber sucedido y en su perfil más optimista se quería decir a sí mismo que el sueño que había tenido no era para nada significativo… Pero estaba lejos de convencerse de ello. De alguna manera, todas las defensas que había tomado para que su subconsciente no le delatara de cara a los poderes de la princesa Luna, parecían haber fallado… Eso no significaba que la alicornio de la noche hubiera sido consciente de su sueño… Muchos ponies soñaban cada noche y no acudía a todos, siendo alertada sobre todo por las pesadillas, lo que no era el caso… E incluso, se decía a sí mismo, aunque Luna hubiera visto su sueño… No tenía por qué haber consecuencias… Aunque sin duda las habría… Mientras tramitaba y proyectaba sus planes para el futuro inmediato, dónde ponerse a resguardo de represalias desde palacio sin dejar de atender su objetivo oculto en Ponyville, no dejaba de temer que en cualquier momento una escuadra de soldados apareciera llamando a su puerta para detenerle y llevarle a una oscura mazmorra.
Por ello, cuando alguien llamo de improviso a la puerta, apenas se contuvo a tiempo de evitar alzar un escudo mágico a su alrededor, como si temiera que le fueran a atacar de repente y sin previo avisto… Cuando recuperó el autocontrol, respiró pausadamente para mantener una apariencia calmada y que no le temblara la voz:
-¿Quién es?-preguntó, esperando oír en respuesta la metálica y seca voz de un soldado.
-Brown, abre la puerta-para su asombro, era una voz femenina que no había oído en mucho tiempo-Soy yo, Fogsea, Fogsea Dremtly.
-Adelante-le dio paso, abriendo la puerta e intentando parecer sereno, aunque no ocultando su sorpresa. Aquella no era precisamente una pony a la que esperase encontrar llamando a su puerta-Hacía mucho tiempo que no nos veíamos, Fogsea.
-Lo sé, Brown, y no estoy aquí por una visita de cortesía.
-Ya suponía que no venías a compartir un café ni a hablar de los viejos tiempos… ¿Qué es lo que quieres? Estoy muy ocupado.
-Entonces permíteme que vaya directa al grano… ¿Quieres explicarme qué son esas prácticas de campo en Ponyville? ¿Acaso te sobra presupuesto y no sabes dónde gastarlo?
-La arqueología del valle de Canterlot es una especialidad que precisamente está despuntando en los últimos tiempos, como demuestran los artículos publicados en varias revistas especializadas de trabajos en Mareville, Trotingville, Blue Lake Town… Y siempre es un buen ejercicio abrirse a experimentar con otros campos, en lugar de obcecarse con la propia especialidad y quedar ciego a todo lo demás-le replicó. Se había preparado aquella respuesta para cualquiera a quien se viera obligado a responder…y la verdad es que él mismo se habría podido convencer de que era sincera.
-¿Es que te parece que tener que adiestrar a una alumna, que pusieron a tu cargo y no al suyo, por muy inteligente que ésta sea, no es ya bastante ocupación como para poner más trabajo sobre su lomo?
-Debe ser que tengo más confianza que tú en las capacidades de tu hijo, por lo visto-quiso desviarle del tema.
-Yo confió en Fog, pero te has excedido. Además, después de lo que ocurrió en Cherady…
-Ponyville no es Cherady, ¿qué puede pasar? En Ponyville no se va a encontrar una cripta aydara, ¿cómo podría haberla?-le replicó, encogiéndose de hombros mientras no podía evitar reír por dentro ante la ironía de aquello-Ni nada que pueda suponer el más mínimo riesgo.
-Ya…-a pesar de toda su desconfianza para con Knowling, admitía para sí que aquello le parecía correcto-…espero que estés en lo cierto.
-Estoy en lo cierto. Recuerda que aquí el especialista en arqueología aydara soy yo. Si fuera una cuestión acerca de…no sé...alquimia aplicada al cultivo de margaritas, entonces te pediría tu opinión-le dijo sin ocultar su visión despectiva respecto al trabajo de su interlocutora-¿Por qué, qué tal están tus flores? Si es que tu marido granjero aún te permite tener tu jardín de juegos.
-¿Pretendes ser gracioso, Brown? De momento, de los dos, yo soy la única que ha logrado hacer una aportación útil y demostrable sobre los logros de la alquimia aydara. Tus altos estudios sobre grandes artefactos de poder de momento han llegado a… ¿Cómo decirlo? Absolutamente nada.
Encajado golpe por golpe, ambos se miraron un momento con disgusto compartido. Sólo tras unos breves instantes de tensión, Knowling optó por intentar atacar aquella situación.
-Bueno… Como te he dicho, estoy muy ocupado ahora mismo… Así que si no tienes ningún tema más que quieras que tratemos… Lo mejor será que cada cual vaya a atender sus propios asuntos.
-…sí. Parece que es lo mejor…-asintió también Fogsea al cabo de unos segundos, empezando a alejarse en dirección a la puerta.
-Y…señorita Dremtly…
-Hace mucho tiempo que soy la señora Wheat, profesor Knowling.
-Pues que la señora Wheat pida cita antes de volver por sorpresa a este despacho.
-El profesor Knowling demostrará gran carencia de visión si una futura visita de la señora Wheat le toma “por sorpresa”-le replicó antes de irse, cerrándose tras de sí y quedándose con la última palabra-Engreído clasista.
Aún estaba confuso sobre a lo que podría haber sucedido y en su perfil más optimista se quería decir a sí mismo que el sueño que había tenido no era para nada significativo… Pero estaba lejos de convencerse de ello. De alguna manera, todas las defensas que había tomado para que su subconsciente no le delatara de cara a los poderes de la princesa Luna, parecían haber fallado… Eso no significaba que la alicornio de la noche hubiera sido consciente de su sueño… Muchos ponies soñaban cada noche y no acudía a todos, siendo alertada sobre todo por las pesadillas, lo que no era el caso… E incluso, se decía a sí mismo, aunque Luna hubiera visto su sueño… No tenía por qué haber consecuencias… Aunque sin duda las habría… Mientras tramitaba y proyectaba sus planes para el futuro inmediato, dónde ponerse a resguardo de represalias desde palacio sin dejar de atender su objetivo oculto en Ponyville, no dejaba de temer que en cualquier momento una escuadra de soldados apareciera llamando a su puerta para detenerle y llevarle a una oscura mazmorra.
Por ello, cuando alguien llamo de improviso a la puerta, apenas se contuvo a tiempo de evitar alzar un escudo mágico a su alrededor, como si temiera que le fueran a atacar de repente y sin previo avisto… Cuando recuperó el autocontrol, respiró pausadamente para mantener una apariencia calmada y que no le temblara la voz:
-¿Quién es?-preguntó, esperando oír en respuesta la metálica y seca voz de un soldado.
-Brown, abre la puerta-para su asombro, era una voz femenina que no había oído en mucho tiempo-Soy yo, Fogsea, Fogsea Dremtly.
-Adelante-le dio paso, abriendo la puerta e intentando parecer sereno, aunque no ocultando su sorpresa. Aquella no era precisamente una pony a la que esperase encontrar llamando a su puerta-Hacía mucho tiempo que no nos veíamos, Fogsea.
-Lo sé, Brown, y no estoy aquí por una visita de cortesía.
-Ya suponía que no venías a compartir un café ni a hablar de los viejos tiempos… ¿Qué es lo que quieres? Estoy muy ocupado.
-Entonces permíteme que vaya directa al grano… ¿Quieres explicarme qué son esas prácticas de campo en Ponyville? ¿Acaso te sobra presupuesto y no sabes dónde gastarlo?
-La arqueología del valle de Canterlot es una especialidad que precisamente está despuntando en los últimos tiempos, como demuestran los artículos publicados en varias revistas especializadas de trabajos en Mareville, Trotingville, Blue Lake Town… Y siempre es un buen ejercicio abrirse a experimentar con otros campos, en lugar de obcecarse con la propia especialidad y quedar ciego a todo lo demás-le replicó. Se había preparado aquella respuesta para cualquiera a quien se viera obligado a responder…y la verdad es que él mismo se habría podido convencer de que era sincera.
-¿Es que te parece que tener que adiestrar a una alumna, que pusieron a tu cargo y no al suyo, por muy inteligente que ésta sea, no es ya bastante ocupación como para poner más trabajo sobre su lomo?
-Debe ser que tengo más confianza que tú en las capacidades de tu hijo, por lo visto-quiso desviarle del tema.
-Yo confió en Fog, pero te has excedido. Además, después de lo que ocurrió en Cherady…
-Ponyville no es Cherady, ¿qué puede pasar? En Ponyville no se va a encontrar una cripta aydara, ¿cómo podría haberla?-le replicó, encogiéndose de hombros mientras no podía evitar reír por dentro ante la ironía de aquello-Ni nada que pueda suponer el más mínimo riesgo.
-Ya…-a pesar de toda su desconfianza para con Knowling, admitía para sí que aquello le parecía correcto-…espero que estés en lo cierto.
-Estoy en lo cierto. Recuerda que aquí el especialista en arqueología aydara soy yo. Si fuera una cuestión acerca de…no sé...alquimia aplicada al cultivo de margaritas, entonces te pediría tu opinión-le dijo sin ocultar su visión despectiva respecto al trabajo de su interlocutora-¿Por qué, qué tal están tus flores? Si es que tu marido granjero aún te permite tener tu jardín de juegos.
-¿Pretendes ser gracioso, Brown? De momento, de los dos, yo soy la única que ha logrado hacer una aportación útil y demostrable sobre los logros de la alquimia aydara. Tus altos estudios sobre grandes artefactos de poder de momento han llegado a… ¿Cómo decirlo? Absolutamente nada.
Encajado golpe por golpe, ambos se miraron un momento con disgusto compartido. Sólo tras unos breves instantes de tensión, Knowling optó por intentar atacar aquella situación.
-Bueno… Como te he dicho, estoy muy ocupado ahora mismo… Así que si no tienes ningún tema más que quieras que tratemos… Lo mejor será que cada cual vaya a atender sus propios asuntos.
-…sí. Parece que es lo mejor…-asintió también Fogsea al cabo de unos segundos, empezando a alejarse en dirección a la puerta.
-Y…señorita Dremtly…
-Hace mucho tiempo que soy la señora Wheat, profesor Knowling.
-Pues que la señora Wheat pida cita antes de volver por sorpresa a este despacho.
-El profesor Knowling demostrará gran carencia de visión si una futura visita de la señora Wheat le toma “por sorpresa”-le replicó antes de irse, cerrándose tras de sí y quedándose con la última palabra-Engreído clasista.