Sponish Herd | Plataforma Brony de España

25/02/2014

Oscuridad. Oscuridad absoluta y silencio total. Nada parece perturbar el silencio que ocupa ese lugar tan desconocido. ¿Donde estoy?¿Estoy vivo?

-Demonios, ya sé donde estoy. Estoy en mi cama, ¡Menuda siesta más tocha! vivir en Andalucía me está afectando. Espera, ¿Es una siesta? ¿Qué hora es?

Mira el móvil(28 mensajes del grupo de LoL, los leería después). Vale, son las 8:30. De la mañana.

-¡MIERDA! Que llego tarde!

Sale corriendo de su casa, tomando el camino más rápido atravesando un pequeño bosquecillo con un parque. Pero no se encuentra las habituales escaleras sino un bosque. Un bosque enorme!

-Qué co*o...

Solo para darse cuenta de que estaba caminando en... 4 patas? Cascos?

-Nah... No jodas sere... Tiene que ser un chiste malo. Tiene que ser un chiste. Esto ocurrió en aquel fic tan malo, y en otros y...¿Dónde está mi avalancha de conejos?

Se rió recordando algunas escenas de aquel fic de Volgrand mientras esperaba volver mágicamente a su mundo. Mientras se reía, algo le dio en la cabeza y quedó inconsciente.

-Su... p*ta madre...

En lo mas profundo de everfree forest.

la luz del sol se filtra suavemente por la copa de los arboles, un inmenso roble centenario aun no ha dado sus primeras bellotas del año.
Cerca de sus raíces un pegaso rojo esta sentado en el suelo meditando con un baston entre las patas, decenas de aves se posan a su alrededor y encima suyo. cuando un cuervo entra por la foresta y se posa en su hombro graznando agitadamente.

- Un intruso en mi bosque no sera tolerado.

las palabras del pegaso son frias pero suaves.y mientras las aves alzan el vuelo el camina utilizando su bascon como apoyo hacia un destino incierto.

Un día como otro cualquiera...

Suena una suave melodía parecida a la de un piano. Abro los ojos inmediatamente y, como un gato, me estiro hacia atrás para, inútilmente, resignarme e incorporarme en la cama. Ya he pospuesto la alarma dos veces, si lo hago una más alguien no irá a clase. Y por desgracia, no puedo permitirme faltar. Abro la persiana para encontrarme un día nuboso que no amenaza lluvia. Murmuro un "me cago en la leche" antes de quitarme el edredón y a Milú de encima. Rápidamente me enfundo las zapatillas en los pies y abro la puerta del armario, cogiendo prendas al azar y vistiéndome rápido para no pasar frío. De camino a la cocina preparo un café y lo pongo a calentar mientras me peino y maquillo, cosa que no me lleva demasiado tiempo. Cuando la cafetera empieza a hacer ese gru gru gru característico que avisa de que el amargo manjar de los dioses está listo, apago el fuego y saco un vaso de la encimera, en el cual sirvo un generoso chorretón de leche condensada. Con cuidado de no quemarme sirvo el café y vuelvo de nuevo a mi cuarto, donde rehago mi mochila, metiendo un comic y sacando apuntes de asignaturas que no tocan, mientras remuevo el café concienzudamente. Respondo wassaps de manera autómata, mientras salgo por la puerta de casa (¿Llaves? Sí... Cartera... También... Móvil en la mano... ¿Tarjeta del bus? Mierda, tengo que recargarla) y me encamino a la parada, tintineando a cada paso que doy. Tras esperar al bus unos cuántos minutos (que me paso leyendo) me subo y llego al fin a la facultad, con mi música resonando en mis cascos, resoplando para desear acabar con aquella dichosa clase.

Abro las puertas dobles de la facultad y camino rápidamente por los pasillos hasta mi clase, en la cual hay una brillante estrella dorada en el marco. La miro, sorprendida de que esté ese adorno y no la etiqueta con el número de la clase, pero le resto importancia. Seguramente sea algún tipo de decoración de carnaval o similar. Suspiro de nuevo mientras golpeo el marco de la puerta con los nudillos y entro directamente mientras murmuro un "¿se puede?".

Sin embargo lo que me recibe no es el murmullo silenciado de la clase ante la llegada de un nuevo compañero, o la voz de la profesora que se interrumpe. A mi alrededor sólo hay oscuridad y una evidente falta de suelo. Empiezo a caer y, después de un grito histérico y ver que no he acabado con los sesos aplastados, me da por abrir los ojos. Todo a mi alrededor es negro, y veo la puerta por la que he entrado encima de mí, cerrándose lentamente. La estrellita brilla de nuevo, y entonces caigo en la cuenta.

- ¿Una puerta subespacial, en serio? ¿Ahora? -me froto las sienes, pensando-. Veamos... Tendría que haber otra puerta cerca... -antes de terminar siquiera de decirlo, una puerta se dibuja frente a mí, con otra estrella en el marco-. Quién me iba a decir a mí que leer comics me sería útil... -murmuro mientras giro el picaporte de la puerta.

Al abrirla el sol me deslumbra, sopla una suave brisa y unos pajarillos cantan alegremente. Vale, no sé dónde estoy, pero lo que sí sé es que no voy a llegar a tiempo a clase. Cuando mis ojos se acostumbran al sol, contemplo el paisaje que se revela a mis pies: unas colinas que van a caer a un pueblecito que me suena demasiado.

Oh. No. NO PUEDE SER VERDAD.

ESTOY. EN. EQUESTRIA.

-OHDIOSMÍOEQUESTRIAEXISTEDEVERDAD -chillo, y me tapo la boca inmediatamente, dándome cuenta de que tal vez mi grito haya sido demasiado alto-. ¿Pero cómo he llegado hasta aquí? ¿La puerta subespacial también conecta otros universos?

Mientras rezongo conmigo misma las posibilidades que han podido lograr traerme a aquel mundo mágico, miro el pequeño pueblo. Reconocía perfectamente cada casa y edificio, veía a algún que otro pegaso en el cielo y el Everfree forest a lo lejos. Y entonces oigo un raro sonido a mi espalda.

- ¿Prffrprfrr?

Me giro y frente a mí estaba el último pony al que esperaba encontrar: Fluffle Puff. La mismísima Fluffle Puff, que me miraba fijamente con una sonrisa y la lengua fuera. Sabiendo que aquella pony se saltaba a la torera las leyes de la física, lógica, y era capaz de romper la barrera del espacio, el tiempo y la propia cuarta pared, probablemente explicase por qué a ella no le resultaba rara mi presencia. Sonrío y, sacando todas mis fuerzas para no fangirlear, me agacho para quedarme a su altura.

-Buenos días, Fluffle. Hace un día precioso, ¿verdad? -recibo un *gasp* como respuesta, lo cual refuerza mi teoría: a Fuffle le parezco totalmente normal-. Siempre he tenido curiosidad... ¿Crees que puedo caber en tu pelaje?

Fluffle sonríe y mira a ambos flancos, como indicando que podía meterme. Con cuidado, me sitúo en el flanco izquierdo y meto la mano. Su pelaje es la cosa más suave que he tocado nunca, y por alguna razón... Mi mano no topa contra el cuerpo de Fluffle, sino que sigue hundiéndose más y más. Meto el otro brazo y comienzo a meter la pierna, entrando todo el cuerpo dentro del mullido pelo de Fluffle.

- ¡Prrrfprfrrrfr! -hizo una pedorreta alegre, o al menos no parecía una pedorreta de enfado.

-Fluffle, ¡tu pelaje es mágico! ¡Sencillamente mágico! -todo a mi alrededor es rosa pastel y huele a algodón de azúcar, y me permito acurrucarme unos instantes y cerrar los ojos ante aquella extraña maravilla-. Gracias, Fluffle, mi curiosidad ha quedado saciada por el momento. Voy a salir.

Recibo otro *gasp* como respuesta, mientras busco un hueco o lo que sea que me oriente para salir de aquel mar de pelo rosa. Palpando, encuentro un hueco y me impulso, cayendo de bruces contra el suelo. Vaya, qué torpe. Me froto la cabeza en la parte dolorida pero...

Mi mano no es mi mano. Mi mano es ahora un casco. Un maldito casco. Mi mano se ha convertido en un casco. Con el corazón al punto del infarto, miro a mi derecha para comprobar que tampoco tengo brazo, sino otra pata acabada en un casco, todo de color lila, o lavanda, como se prefiera. Intentando no chillar para no asustar a Fluffle, que me observa con curiosidad, intento incorporarme, pero fallo unas cuantas veces hasta que consigo mantenerme en pie con las patas temblorosas. Tras conseguir estabilizarme un poco, procedo a comprobar en qué me he convertido. Tengo el pelaje violeta, y un mechón de crin que me cae entre los ojos parece ser rojo con destellos morados, y debo tener la crin bastante larga porque la noto por el cuello. También noto bastante peso en la cola, así que debe ser muy larga también. Me pica en el lomo... Espera un momento. No me digas que tengo alas... ¿Soy una pegaso? ¿Me he convertido en una pegaso? No sé si esto está mejorando o empeorando, pero es bastante interesante.

-Fuffle, ¿qué ha pasado? ¿Por qué de repente soy una pegaso? -pregunto, intentando (sin éxito) que mi voz no suene histérica.

Por toda respuesta recibo un lametón de Fluffle en la mejilla. Empezamos bien.

Ante mis ojos,veo a aquella que tantas veces ha sido tachada de troll.La que levanta el Sol en Equestria todos los días.La que gobierna el día.

-Yo:Princesa Celestia...

Su cara de poker me hace imposible saber que está pensando.Su seria mirada y,sobre todo,el conocimiento de sus habilidades me hace alejarme de la mesita junto a la que estoy y,con total prudencia,acercarme e inclinarme ante ella.

-Celestia:Levántate.

Lentamente,me levanto y la miro.A su lado están ahora dos guardias reales.Aunque no son muy grandes,son bastante imponentes.Me pongo nervioso.

-Celestia:Eres un humano,¿cierto?

-Yo:Así es,alteza.

-Celestia:...Acompáñame.

Sigo a la Princesa.Los guardias se mantienen cerca de mi todo el tiempo,impidiéndome así huir.Aunque,la verdad sea dicha,ahora que parece que voy a obtener alguna respuesta,tampoco tengo mucha intención de salir por patas.

-Celestia:Hemos llegado.

Abre la habitación.Resultan ser sus aposentos.

-Celestia(a sus guardias):Esperad aquí.

-Guardia 1:Pero alteza...

-Celestia(sonriendo):No os preocupéis.Estaré bien.

-Guardia 2:¡A sus órdenes,alteza!

La alicornio se gira hacia mi.

-Celestia:Entra,por favor.

Entro el la habitación.Tras cerrar,me giro nervioso hacia Celestia.Me sonríe.

-Celestia:Creo que ahora podemos hablar con más tranquilidad,¿no crees?

Va hacia un cojín de puff.Con una de sus patas,me señala el que está frente al que se ha sentado.

-Celestia:Toma asiento,por favor.

Con cautela,me siento ante mi anfitriona.Con su magia hace levitar unos pasteles y unas tazas con té.Cojo mi parte.

-Celestia:¿Limón?¿Miel?

-Yo:Miel,por favor.

Me pasa un tarro.

-Celestia(mientras me preparo el té):Creo que no nos hemos presentado.Aunque parece que tu ya me conoces.

-Yo:Así es,Princesa.Mi nombre es Max.Maximillian Prower.

-Celestia:Curioso nombre.

Le devuelvo el tarro.

-Yo:Ya se que los ponies tenéis nombres diferentes y que hacen referencia a otras cosas,pero en fin...

La princesa se me queda mirando.

-Celestia:Un humano en Equestria.No vienes del Reino de Cristal,supongo.

-Yo:No.No se donde aparecí exactamente.Podía ver el castillo desde lejos,pero...No se.

-Celestia:Estabas cerca de Canterlot,pero la pegaso que te encontró dijo que parecía que llevabas andando mucho tiempo.

-Yo:Derpy Hooves...

-Celestia:¿Conoces algo de este mundo?

Asiento.

-Celestia:Es curioso.Ya sospechábamos de la existencia de mundos alternativos.Star Swirl el Barbudo ya realizó sus pesquisas en algunas de sus obras acerca de magia dimensional.Además,contamos con el espejo del Reino de Cristal.Pero esto...

Nos quedamos en silencio,siendo este interrumpido solo por el sonido del té al ser sorbido.No puedo evitar acordarme del "Gotcha" con los Cake.No puedo evitar sonreír.Pero lo extraño y,en cierto modo,turbio de la situación,hace que la sonrisa se borre de mi cara.

-Celestia:Es un caso ciertamente extraño.

Me mira a los ojos.

-Celestia:Querrás volver a tu casa,supongo.

-Yo:O,al menos,comprender lo que ocurre.

Celestia deja la taza el la mesa en la que originalmente estaba y se levanta.Yo hago lo propio.

-Celestia:Quizás en la librería de Star Swirl el Barbudo haya algo.

Salimos de la habitación.A petición de la princesa,esta vez los centinelas no nos acompañan.Pasamos unos minutos recorriendo el castillo hasta que,por fin,llegamos a la biblioteca.Al entrar,no puedo evitar soltar un "oah" de total admiración.

-Yo:Princesa...¡Esto es increíble!

La miro.Ella me sonríe.

-Celestia:Creo que me recuerdas a alguien.

-Yo:<<Ojalá pudiera ver a esa alguien antes de irme...>>

-Celestia:Vamos,Max.Busca todo lo relacionado con otros mundos.

-Yo:Pero,Princesa.No se si entenderé lo que haya escrito.Y lo que es más.Desconozco la organización de estos archivos.

-Celestia(señalando con un casco):Por allí está una de las secciones.Tómate tu tiempo.

Me dirijo a la sección correspondiente y empiezo a bichear.Por fortuna,parece que entiendo el idioma en el que están escritos.A pesar de ello,no encuentro nada que me pueda ser de ayuda.La Princesa y yo pasamos varias horas registrando los archivos sin encontrar nada que nos sirva.

-Celestia:Solo queda una sección.Acompáñame.

La sigo por un pasillo hasta que llegamos a la última sección.Es pequeña,y entre los libros hay objetos de diversa índole.

-Celestia:Si no encontramos aquí la respuesta,tendremos que seguir mañana en el castillo antiguo.

-Yo:Está bien.Y,Princesa...

-Celestia:¿Sí,Max?

-Yo:Disculpe que me meta donde no me llaman,pero...¿No tiene deberes reales?

-Celestia(tras una risilla):Luna quería probarme que era capaz de regentar el día ella sola.

-Yo(sonriendo):Ya veo...

Dicho esto,empezamos a registrar las estanterías.Cuando estoy a punto de coger el tercer volumen de una colección,toco sin querer un artefacto de forma esférica,rodeado de anillos.Este empieza a brillar.Asustado,me alejo.

-Yo:¡¡P-Prin...!!

Antes de que pueda terminar,un rayo sale despedido del orbe,lanzándome contra la pared y haciéndome perder el sentido.



Cuando recobro la consciencia,noto como cada centímetro de mi cuerpo me duele.

-Yo:<<Aay...>>

Abro los ojos durante un instante y miro a mi alrededor.Vuelvo a estar en el cuarto de Celestia.

-Yo:<<¿Qué habrá pasado?>>

Me llevo una mano a la cabeza,pues me duele horrores.Pero lo que me encuentro me hiela la sangre.Hay una estructura sólida y puntiaguda en mi frente.Además,no noto los dedos.

-Yo:¡¿Eh?!

Miro rápidamente mi mano.O lo que antes era mi mano,pues ahora no es otra cosa que un casco de color negro,seguido de una pata de color amarillo limón.Además,frente a mis ojos caen unos mechones de pelo de color rojo.O quizás debería decir de crin...

-Yo:No puede ser...

Me llevo un casco a la garganta.Mi voz suena diferente.Miro el resto de mi ahora amarillento y equino cuerpo.Patas amarillas terminadas en cascos negros.Una elegante cola roja y negra.Y,en los flancos,la imagen de una galaxia de tres brazos con un fragmento de DNA sobre ella.Empiezo a hiperventilar.Busco ayuda a mi alrededor.Veo un espejo tamaño Celestia en una de las paredes.Intento levantarme y ponerme en pie,pero ahora mismo me resulta imposible.Así que,sin más remedio,me voy arrastrando hasta que me pongo frente a la superficie reflectante.El alma se me cae a los pies a ver la imagen viva de mi ponysona,Chaos Bringer.Me toco la cara.El reflejo hace lo mismo.Es entonces cuando hago algo que nunca suelo hacer.

-Yo:¡¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHH!!!

Al llegar finalmente a un punto lo suficientemente alto como para ver el horizonte, las vistas eran impresionantes y divisé un pueblo muy peculiar.

- Debería ir allí para preguntar a alguien dónde se supone que estoy...

Así que me dirijo a ese extraño pueblo. Mientras camino cojo el móvil para ver qué hora es, pero al parecer está destrozado y al ver mi mano me doy cuenta de que tengo un poco de sangre. Tenía un maldito mordisco!

- Tal vez algún animal me haya arrastrado hasta este bosque. Nah muy improbable... Au... Duele...- Pensé

Mientras caminaba ví una casa que me resultaba familiar, era parte del interior de un árbol y habían unas cuantas máscaras típicas africanas decorando la cabaña. Empecé a tener un poco de miedo y me alejé rápidamente.
Divisé un poco de luz entre los árboles. Sonreí al saber que ya no tendría que estar más en ese bosque pero justo cuando iba a salir algo o alguien me noqueó.

Me desperté otra vez... Esta vez en la extraña cabaña de antes, la reconocí por las máscaras africanas. Estaba tirado en el suelo, no sentía el cuerpo y de repente una silueta aparece por la puerta.

- Eh! tú! quien eres?!- Exclamé

- Soy Zecora, bienvenido a mi cabaña... Dijo la silueta [Sí ya sé que Zecora habla con rimas pero yo paso]

- Eh, tu nombre me suena ¿por que estoy aqui?- Pregunté

- Eres un humano, no quiero que otros ponys se alarmen por tu presencia en este mundo. Por eso te doy esta poción. Bébetela.

Me acordé del nombre ¡Era zecora, de MLP!

- WTF Pero que p*ñetas? Que hago aquí? Esto no puede ser real!

- Pues lo es. - Dice Zecora - Así que bébete el brebaje, te convertirás en pony, para no alarmar a los demás ponys cuando te vean. Recuerda que el efecto es permanente hasta que vuelvas a tu mundo.

- J*d*r, ahora mismo! siempre quise ser un pony!

Así que me bebí aquel líquido verde. Sabía fatal, era una mezcla de tierra con cobre o algo así

- Esto te convertirá en tu yo interior con el aspecto de un pony. -Dijo la zebra- Ahora, duerme...