Detallicos: My Little Pony: La Película
MensajePublicado: 17 Ago 2018, 23:17
"Detallicos" es un compendio de observaciones que analizan los fragmentos individuales, aspectos del diseño y demás rasgos que forman My Little Pony Friendship is Magic.
Recuerdo, y no con mucha alegría, el episodio Gift of the Maud Pie de la temporada seis de My Little Pony Friendship is Magic. Es un capítulo muy desorientado que giraba alrededor de la idea de hacerse regalos entre hermanas, lo cual me parecía algo interesante que podía dar juego a algo tierno y sincero. Pinkie quiere regalar a su hermana una bolsa para guardar piedras pero encuentra tiendas cerradas. Y, como la vida da muchas vueltas, en lugar de poner a Rarity haciendo esa bolsa o algo nuevo para sorprender a Maud, decide no hacer nada. Es un episodio que daría para un montón de párrafos de quejas imparables acerca de ese rasgo creativo de Rarity que anula el guionista para servir a la historia y otro montón de quejas acerca de que ahora lo más importante en la vida de Pinkie no es ni su familia ni sus amigos ni sus ganas de hacer feliz a Ponyville, sino su cañón de las fiestas. O al menos dicen que lo es de forma explícita, porque tampoco recuerdo muchos episodios donde saliera ese cañón y dejara caer esa idea. Es un objeto cuyo valor está en su empleo y correspondiente resultado. Hasta ahí llega su importancia. Es trastocar un personaje porque sí, porque hay que cobrar rápido y esperar al siguiente encargo.
Dejando a un lado esos constantes cambios procedurales en los personajes comparables a las temporadas modernas de Los Simpson, es un capítulo que podía haberse contado en diez minutos, pero dura veintidós minutos porque tienen que repetir chistes y a Pinkie Pie retratada como una neuras cacofónica. Al igual que las escenas de disparos y tortas, el ritmo y el montaje es algo que se da por sentado, que no hay por qué darle vueltas a la cabeza. Pero al igual que con las tortas y disparos, se puede hacer bien o mal. La acción en Los Vengadores destaca y sorprende por su creatividad, agilidad y la relación entre los personajes y el mundo que les rodea, pero la de Transformers 3 de Michael Bay no porque ves chatarra en slow-motion, hongos anaranjados de explosiones y no sientes en ningún momento tensión, además de no saber generar interés. Gift of the Maud Pie no destaca por el ritmo. El guionista le mete varias subtramas porque todos los episodios duran veintidós minutos, pero ninguno está justificado alrededor de estos personajes que hemos ido conociendo a lo largo de estos años. No me habría molestado tanto si no fuera porque debido a eso dejé de seguir la serie durante un buen par de meses. Dicho esto, no les culpo ya que están demasiado ceñidos a ese formato como para trastocar la duración con libertad y, quizás, narrar una historia que se adapte a lo que quiere el equipo creativo. O quizás sea que le gustan dejar las cosas tan espesas como la selección de campeones de League of Legends, quién sabe.
En el minuto 13 de una película de ponis de colores de una hora y treinta y nueve minutos vemos el detonante de la historia. La comandante Tempest quiere la magia de las princesas de Equestria, pero Twilight acaba huyendo. Es la única que queda. Si la captura, recuperará su cuerno. Al mismo tiempo, la princesa de la amistad debe buscar ayuda para salvar a Equestria. Es conciso. Sabemos que Tempest encontrará al alicornio como sea para recibir una recompensa. Sabemos que Twilight está en una aventura contrarreloj. Es suficiente conflicto para llevar a la protagonista a nuevas ciudades, regiones y personajes con sus amigas tanto como a la antagonista. No tiene subtramas desligadas a la trama principal o que se sienta de relleno. No tiene a Matt Damon hablando de la cultura pop para quitarle importancia al planeta rojo y que sea una épica de tres horas. No es una adaptación cinematográfica de un librito de Tolkien partido en tres películas ya de por sí largas. Simplemente acepta la sencillez de una historia y juega con ella y con sus personajes tanto en sus momentos de comedia como de tensión y de drama. Y eso se traduce en una aventura movidita de una hora y media.
Ser conciso implica que quieres llevar a alguna parte tus personajes. Lost in Translation trata sobre un hombre que viaja a Japón para protagonizar un anuncio, pero aprovecha el rasgo de estar perdido ahí para que sintamos que estamos explorando un nuevo lugar con Bill Murray y Scarlett Johansson. Es un relato sencillo y no necesita más subtramas ajenas para ser excelente. El Renacido, al contrario que Marte, mostraba cómo un hombre intentaba sobrevivir de una situación imposible en un mundo peligroso. La clave está en saber aprovechar la idea base. My Little Pony: La Película muestra a Twilight peregrinando más allá de Equestria con sus amigas en busca de los hipogrifos, pero también muestra a Tempest yendo en su busca acompañada de un pelotón. Esa sensación de contrarreloj hace que la audiencia pueda estar atenta a qué puede pasar, si Twilight es capturada o no. Primero porque la alicornio puede acabar desesperándose por encontrar problemas de personajes raros que no conoce (Capper intentó venderlas, así que esa desesperación se refuerza). Eso se traduce en medidas desesperadas como robar el orbe mágico de la reina Novo que también tiene ese prejuicio de Twilight. Segundo, Tempest tiene un diseño visual que impone y ya desde el principio detiene a tres alicornios. Las chicas ya saben cómo se las gasta. Hay que ponerse en marcha.
Esa tensión es difícil de transmitir puesto que depende tanto del contexto de la película como de los recursos del equipo realizador. El tercer acto de La Guerra de las Galaxias funcionaba porque ponía a Luke en una trinchera expuesto a unos cazas imperiales queriendo derribarles. Al mismo tiempo, el planeta Yavin estaba a unos minutos de ponerse en el punto de mira de la Estrella de la Muerte. Si una escena no funciona, acaba siendo eliminada. Y en el caso de la animación, la animática es la escena eliminada. Por eso la planificación de una obra de animación conlleva más tiempo, exige más precisión y hay que preguntarse constantemente si una escena, contexto, frase o personaje contribuye a algo o nada, porque eso es dinero y esfuerzo invertido. Disney tiene una escena eliminada de Frozen donde Elsa y Anna conversan en el cuarto de la reina. Es una escena muy entrañable y que revela una achuchable relación entre las dos hermanas, pero se descartó porque ya se estableció que Elsa no tuvo ningún tipo de contacto social y porque esa relación ya se mostró en los primeros minutos de la película. Desconozco qué escenas se eliminaron de My Little Pony: La Película, pero imagino que las descartaron por no contribuir nada a la obra.
Todos los fans de Friendship is Magic tienen mínimo un problema con esta cinta. Les entiendo ya que personalmente le veo al menos dos inconvenientes significativos. Pero no veo al montaje como uno de ellos (sobretodo considerando que tiene unos planos generales que dan para escritorios del ordenador). Al menos quitaría la escena del desierto porque me parece demasiado larga y así vemos a Twilight y sus amigas en ese pueblo (dejaría un plano general del desierto). También quitaría a Grubber porque no hace absolutamente nada y así hacer de las apariciones de Tempest mucho más icónicas y temibles. Pero al menos no me distrae como Gift of the Maud Pie, que siempre se va por las ramas, trastoca personajes previamente establecidos y acaba cansándome. Por contraposición acabo volviendo a este largometraje. Si no hubiera ido al grano o tenido personajes simpáticos y divertidos, habría sido una cinta olvidable. Le debe mucha de su gracia a gran parte del montaje. Eso y un guión que entiende a sus personajes, cosa que se agradece a estas alturas de la vida.
Recuerdo, y no con mucha alegría, el episodio Gift of the Maud Pie de la temporada seis de My Little Pony Friendship is Magic. Es un capítulo muy desorientado que giraba alrededor de la idea de hacerse regalos entre hermanas, lo cual me parecía algo interesante que podía dar juego a algo tierno y sincero. Pinkie quiere regalar a su hermana una bolsa para guardar piedras pero encuentra tiendas cerradas. Y, como la vida da muchas vueltas, en lugar de poner a Rarity haciendo esa bolsa o algo nuevo para sorprender a Maud, decide no hacer nada. Es un episodio que daría para un montón de párrafos de quejas imparables acerca de ese rasgo creativo de Rarity que anula el guionista para servir a la historia y otro montón de quejas acerca de que ahora lo más importante en la vida de Pinkie no es ni su familia ni sus amigos ni sus ganas de hacer feliz a Ponyville, sino su cañón de las fiestas. O al menos dicen que lo es de forma explícita, porque tampoco recuerdo muchos episodios donde saliera ese cañón y dejara caer esa idea. Es un objeto cuyo valor está en su empleo y correspondiente resultado. Hasta ahí llega su importancia. Es trastocar un personaje porque sí, porque hay que cobrar rápido y esperar al siguiente encargo.
Dejando a un lado esos constantes cambios procedurales en los personajes comparables a las temporadas modernas de Los Simpson, es un capítulo que podía haberse contado en diez minutos, pero dura veintidós minutos porque tienen que repetir chistes y a Pinkie Pie retratada como una neuras cacofónica. Al igual que las escenas de disparos y tortas, el ritmo y el montaje es algo que se da por sentado, que no hay por qué darle vueltas a la cabeza. Pero al igual que con las tortas y disparos, se puede hacer bien o mal. La acción en Los Vengadores destaca y sorprende por su creatividad, agilidad y la relación entre los personajes y el mundo que les rodea, pero la de Transformers 3 de Michael Bay no porque ves chatarra en slow-motion, hongos anaranjados de explosiones y no sientes en ningún momento tensión, además de no saber generar interés. Gift of the Maud Pie no destaca por el ritmo. El guionista le mete varias subtramas porque todos los episodios duran veintidós minutos, pero ninguno está justificado alrededor de estos personajes que hemos ido conociendo a lo largo de estos años. No me habría molestado tanto si no fuera porque debido a eso dejé de seguir la serie durante un buen par de meses. Dicho esto, no les culpo ya que están demasiado ceñidos a ese formato como para trastocar la duración con libertad y, quizás, narrar una historia que se adapte a lo que quiere el equipo creativo. O quizás sea que le gustan dejar las cosas tan espesas como la selección de campeones de League of Legends, quién sabe.
En el minuto 13 de una película de ponis de colores de una hora y treinta y nueve minutos vemos el detonante de la historia. La comandante Tempest quiere la magia de las princesas de Equestria, pero Twilight acaba huyendo. Es la única que queda. Si la captura, recuperará su cuerno. Al mismo tiempo, la princesa de la amistad debe buscar ayuda para salvar a Equestria. Es conciso. Sabemos que Tempest encontrará al alicornio como sea para recibir una recompensa. Sabemos que Twilight está en una aventura contrarreloj. Es suficiente conflicto para llevar a la protagonista a nuevas ciudades, regiones y personajes con sus amigas tanto como a la antagonista. No tiene subtramas desligadas a la trama principal o que se sienta de relleno. No tiene a Matt Damon hablando de la cultura pop para quitarle importancia al planeta rojo y que sea una épica de tres horas. No es una adaptación cinematográfica de un librito de Tolkien partido en tres películas ya de por sí largas. Simplemente acepta la sencillez de una historia y juega con ella y con sus personajes tanto en sus momentos de comedia como de tensión y de drama. Y eso se traduce en una aventura movidita de una hora y media.
Ser conciso implica que quieres llevar a alguna parte tus personajes. Lost in Translation trata sobre un hombre que viaja a Japón para protagonizar un anuncio, pero aprovecha el rasgo de estar perdido ahí para que sintamos que estamos explorando un nuevo lugar con Bill Murray y Scarlett Johansson. Es un relato sencillo y no necesita más subtramas ajenas para ser excelente. El Renacido, al contrario que Marte, mostraba cómo un hombre intentaba sobrevivir de una situación imposible en un mundo peligroso. La clave está en saber aprovechar la idea base. My Little Pony: La Película muestra a Twilight peregrinando más allá de Equestria con sus amigas en busca de los hipogrifos, pero también muestra a Tempest yendo en su busca acompañada de un pelotón. Esa sensación de contrarreloj hace que la audiencia pueda estar atenta a qué puede pasar, si Twilight es capturada o no. Primero porque la alicornio puede acabar desesperándose por encontrar problemas de personajes raros que no conoce (Capper intentó venderlas, así que esa desesperación se refuerza). Eso se traduce en medidas desesperadas como robar el orbe mágico de la reina Novo que también tiene ese prejuicio de Twilight. Segundo, Tempest tiene un diseño visual que impone y ya desde el principio detiene a tres alicornios. Las chicas ya saben cómo se las gasta. Hay que ponerse en marcha.
Esa tensión es difícil de transmitir puesto que depende tanto del contexto de la película como de los recursos del equipo realizador. El tercer acto de La Guerra de las Galaxias funcionaba porque ponía a Luke en una trinchera expuesto a unos cazas imperiales queriendo derribarles. Al mismo tiempo, el planeta Yavin estaba a unos minutos de ponerse en el punto de mira de la Estrella de la Muerte. Si una escena no funciona, acaba siendo eliminada. Y en el caso de la animación, la animática es la escena eliminada. Por eso la planificación de una obra de animación conlleva más tiempo, exige más precisión y hay que preguntarse constantemente si una escena, contexto, frase o personaje contribuye a algo o nada, porque eso es dinero y esfuerzo invertido. Disney tiene una escena eliminada de Frozen donde Elsa y Anna conversan en el cuarto de la reina. Es una escena muy entrañable y que revela una achuchable relación entre las dos hermanas, pero se descartó porque ya se estableció que Elsa no tuvo ningún tipo de contacto social y porque esa relación ya se mostró en los primeros minutos de la película. Desconozco qué escenas se eliminaron de My Little Pony: La Película, pero imagino que las descartaron por no contribuir nada a la obra.
Todos los fans de Friendship is Magic tienen mínimo un problema con esta cinta. Les entiendo ya que personalmente le veo al menos dos inconvenientes significativos. Pero no veo al montaje como uno de ellos (sobretodo considerando que tiene unos planos generales que dan para escritorios del ordenador). Al menos quitaría la escena del desierto porque me parece demasiado larga y así vemos a Twilight y sus amigas en ese pueblo (dejaría un plano general del desierto). También quitaría a Grubber porque no hace absolutamente nada y así hacer de las apariciones de Tempest mucho más icónicas y temibles. Pero al menos no me distrae como Gift of the Maud Pie, que siempre se va por las ramas, trastoca personajes previamente establecidos y acaba cansándome. Por contraposición acabo volviendo a este largometraje. Si no hubiera ido al grano o tenido personajes simpáticos y divertidos, habría sido una cinta olvidable. Le debe mucha de su gracia a gran parte del montaje. Eso y un guión que entiende a sus personajes, cosa que se agradece a estas alturas de la vida.