Aitana camina tras Nomat, todavía recuperándose del shock de la puñalada de Moon. Por el camino recoge dos bits del suelo y los guarda en un bolsillo, volviendo a tener cinco.
—Oye, chicos... muchas gracias. Por estar ahí.
—No hay que darlas, Aitana —responde Twilight—. Si necesitas algo, o quieres hablar...
Aitana sonríe ante la amabilidad de la unicornio y camina con ellos a través de la puerta tres. Tenía que recuperarse y seguir luchando por salir, ¡no podía rendirse! Pero también veía que pronto debería enfrentarse a su pasado... pero siempre podía esperar un poco, ¿verdad?
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