Cuando llegaron a la siguiente celda, Dial estaba preocupado. "¿Qué habría pasado con Cute? Seguramente esté bien pero..." Estaba preocupado por su situación y la de Cute. Se dio cuenta de lo bien que le caía, de lo mucho que se divirtieron y que sufrieron juntos. No... no era lo mismo que con el resto de ponies con los que había estado. Había algo más.
Unos pequeños saltos en la grupa de Dial hicieron que dejase sus pensamientos a un lado. Ahora, por obligación, era responsable de la pequeña Fiona. Parecía ser que su madre era una alicornio, aunque también podía ser imaginación de la potrilla. "¿Estará su madre también en el laberinto? ¿Qué voy a hacer si no la encuentro? No estoy preparado para ser padre."
Fiona seguía saltando sobre la grupa de Dial, no con mucha fuerza, pero era molesto.
Dial dijo entre dientes:
¿Por qué a mi?