El sol se alzaba sobre las montañas rojas que rodeaban la ciudad, un nuevo día amanecía y los ruidos de los trabajos de esta empezaban a escucharse. La verdad es que era una bonita vista para ver nada mas levantarse.
Me encontraba aun admirando las vistas cuando escuche a Rezlak gritando con aquella voz tan grave suya.
-Ryuka! Baja de una vez! Aquí hay alguien esperando para conocerte!
-Voy! Dame un segundo!-Respondí rápidamente mientras recogía arco y el carcaj que deje encima de la mesa el día anterior, tras sujetarme el arco a la espalda junto al carcaj, me ate el cinturón que traía incorporado la funda para la daga y baje rápidamente.
Cuando llegue abajo, la visión del orco que acompañaba a Rezlak me dejo bloqueada, ya que su aspecto era cuanto menos impactante. Tenia ante mi a un orco enorme, quizá un palmo mas grande que los otros orcos que había conocido hasta el momento, el único que recordaba con esa altura era a Tralla, pero a diferencia de el, cuya mirada era mas serena y tranquila, este tenia una mirada mucho mas salvaje.
En cuanto a su apariencia, vestía una especie de armadura en tonos oscuros, aparentemente muy resistentes, junto a unas hombreras en los mismos tonos las cuales tenían agujeros en los cuales se veía un brillo verde. Colgadas de su cintura, se podía ver un hacha de una mano a cada lado, apoyado de forma vertical en el suelo, estaba su arco, un grueso arco rojo que aparentaba estar cubierto de escamas, con dos cabezas de dragón talladas en los extremos. La escena la completaba un enorme raptor azulado, el cual se mantenía su lado mirando a su alrededor
-Bien Ryuka, este es Sajon, el cazador del que te hable ayer, estaba en la ciudad por suerte, por lo que fue fácil localizarlo.
Le extendí la mano al orco con una sonrisa-Hola, soy Ryuka, encantada-
Sajon se agacho un poco para alcanzar mi mano y devolviendo me la sonrisa me la estrecharme la mano-Encantado igualmente, puedes llamarme Sajon y mi compañero se llama Kraf- el raptor dándose por aludido dio una especie de grito a modo de saludo
-Bueno, ya basta de presentaciones- interrumpió Rezlak- Si no tenéis inconvenientes, querría que formarais equipo, ya que Ryuka le vendrá bien pasar tiempo con un cazador experimentado y tu necesitas a alguien que te cubra las espaldas ahí afuera
-Por mi bien- respondí casi al instante- sera una buena forma de entrenar y practicar
Sajon se lo pensó un poco mas, pero respondió poco después- Bueno, parece buena idea, se agradecerá no estar solo casi todo el tiempo, ya que normalmente estoy solo con Kraf y el no habla.
Decidido entonces- asintió Rezlak- Ryuka, tienes que recoger alguna cosa?- preguntó mientras me miraba
-No, lo llevo todo encima- respondí tras revisar que llevaba la placa metálica encima.
-Bien entonces, partid cuando queráis- con un ademan se despidió y se dispuso a irse, pero se volvió para dirigirnos unas ultimas palabras- Recordad que podéis venir a entrenar cuando queráis, las puertas las tenéis abiertas.
Tras despedirnos de Rezlak, Sajon y yo partimos seguidos por Kraf, aunque lo apropiado seria decir que yo seguía a Sajon, pues no sabia a donde nos dirigíamos.
Al poco tiempo, llegamos a lo que parecía ser la zona principal de la ciudad, a juzgar por la cantidad de gente que podía verse por todos lados, al avanzar pude ver un poste con varias flechas de madera, para indicar donde estaba cada cosa, aunque no me dio tiempo a mirar mucho, solo que la zona era conocida como “El Valle del Honor”
Seguimos caminando hasta llegar a una muralla, la cual atravesamos por una especie de túnel que había construido en esta, tras cruzarle, nos encontramos fuera de la ciudad, aquí la cantidad de gente era mucho menos, pero no faltaban los guardias patrullando por la zona o apostados en la salida.
-Bueno Ryuka, tengo que ir a Trinquete a recoger unas recompensas, el camino es un poco largo, espero que tengas buenas piernas- Esto ultimo lo dijo con una sonrisa socarrona
-No creo que este tan lejos, seguro que exageras-dije esperando que así fuera- Venga! En marcha
Tras esto, partimos hacia Trinquete