El inicio de la tempestad, Parte 3.
Spoiler:
Los dirigibles se encontraban rodeados de pequeños discos translucidos que recibían y neutralizaban las descargas de los grifos. Pero no todas, aun los guardias con más control sobre sus cuernos no tenían la soltura con la magia como la tenía Twilight para lanzar dos hechizos tan diferentes al mismo tiempo.
Aun así ese pequeño truco desconcertaba a los grifos. Habían oído historias y todas indicaban que las batallas serian fáciles. La primera batalla ni siquiera había sido eso, el general Nergal y sus guerreros habían destrozado un pueblo y matado a todos sus habitantes mientras los patéticos soldados ponies lloraban y suplicaban por sus vidas. Incluso habían matado a un dragón que los ponies tenían como mascota. En las demás batallas solo se limitaron a cazar soldados ponies hasta que estos huían con la cola entre las patas.
Les habían dicho que tenían que esperar. Tarde o temprano un montón de ponies viajaría por las vías y en globos, presa fácil. Ni siquiera se necesitaría una emboscada, podían atacar de frente sin ningún problema. Pero no fue así. Estos ponies tenían algo diferente en su actitud. Se detuvieron, se defendieron, y ahora estaban contraatacando con toda su fuerza.
Rainbow Dash localizó un grifo. Este acababa de disparar y se encontraba mirando fijamente el dirigible que no había sido afectado. La pegaso sonrió, sería su quinto grifo del día. Nada mal para una principiante. Se lanzó directamente contra su blanco. Un buen golpe en la espalda y eso lo mandaría hacia abajo. Cuando estaba a punto de impactar al enemigo este giró un poco, no fue para ver a Rainbow, sino alguna otra cosa. A pesar de que trató de corregir su dirección era demasiado tarde y la pegaso impactó con toda su fuerza directamente contra las alas de su blanco.
Sintió la desagradable sensación de que algo se rompía bajó sus pezuñas delanteras. El grito de dolor del grifo resonó en sus oídos. Se quedó paralizada viendo cómo caía a tierra, imposibilitado para corregir su rumbo de alguna manera. Desde esa altura aun sin la intervención de un pony de tierra o un unicornio no había otro resultado posible. Lentamente el horror de lo que acababa de hacer se abría pasó en la mente de la joven pegaso.
-Le rompiste el ala, buen trabajo. Así incluso si sobreviviera a la caída jamás podría volver a volar.
Rainbow miró a su derecha. Northern Wind estaba a su lado, parecía recién salida de algún evento social en Canterlot y no de una batalla. Fresca, sin un solo cabello de su crin fuera de su lugar o una sola mancha en su armadura o su cuerpo excepto…
La mente de Rainbow funcionaba rápida pero desorganizadamente
-No puede ser Dashie- se dijo a sí misma -Ella tiene eso por alguna otra razón. Ayudo a un pony herido, eso debe de ser.
La comandante le miraba con una pequeña sonrisa. Algo que Rainbow hubiere celebrado. Pero la pegaso azul estaba más concentrada en las pezuñas de la otra pegaso. Estaban rojas y goteaban
Rápidamente su atención cambió al grifo que se acercaba a la comandante por la espalda. En una fracción de segundo esta giró y descendió un poco. Le propinó dos potentes coses al pecho. Eso era suficiente para dejar fuera de combate al grifo, pero la comandante hizo algo más. Con su pezuña delantera derecha golpeó con toda su fuerza la cabeza del grifo. Esta cayó girando incontrolablemente.
Northern Wind regresó su mirada a Rainbow Dash.
-Bueno, debo de admitir que eres…
Notó la mirada de terror y culpa en la pegaso azul
–Oh, ya entiendo, fue un accidente, y ahora te sientes mal por matar al enemigo. Patético.
Northern giró y le dedicó una última mirada desdeñosa antes de dirigirse contra otro grifo.
Rainbow Dash se quedó flotando unos segundos antes de que el ruido de una explosión la despertara. Miró a todos lados, lo que hace unos momentos le pareciera una gloriosa batalla ahora era una terrible pesadilla. El sonido de las explosiones se hizo cada vez menos fuerte en su mente, pero el de los gritos de dolor y furia aumentaba. Mirara a donde mirara podía ver los grifos y los pegasos luchando, hiriéndose y cayendo.
No soportó más.
–No, no, no, no- empezó a repetir, antes de salir volando lejos de la batalla.
Un joven grifo se mantenía planeando lejos de la acción. Las cosas se estaban poniendo feas para él y sus compañeros. Primero los ponies habían empezado a usar alguna especie de escudo o protección que reducía la efectividad de su mejor arma. Escucho rumores de que los ponies también tenían armaduras especiales a pesar de que los oficiales les habían dicho que esa era SU arma secreta. Y ahora de alguna manera se las estaban arreglando para destruir sus armaduras.
Escuchó un suave aleteo junto a él. Giró nervioso esperando enfrentarse con un pegaso. Se encontró con otro grifo.
-Ca… capitán, lo siento, solo estaba tratando de…
El grifo de mayor rango se colocó junto a él.
-Tranquilo, se ve mal ¿verdad?
El grifo joven asintió.
-Nos dijeron que correrían y se esconderían, señor, pero están contraatacando y creo que ellos también tienen armaduras especiales y no debimos atacar de frente y…
-No estoy ciego soldado, creo que lo mejor será retirarnos por el momento.
-Señor, si se retira lo más probable es que el general Nergal lo ejecute.
-Y si me quedó aquí seguramente los ponies nos mataran o capturaran a todos, y entonces lo más probable es que me ejecuten ellos. Contacte a los tenientes, nos veremos dentro de tres horas en el punto de reunión.
Rarity cayó al lodo, estaba mareada. Jamás había usado tanto su cuerno para otra cosa que no fuese confeccionar ropa o encontrar joyas. Trató de ponerse de nuevo en pie. White Thunder le ofreció una pezuña.
–No debería excederse Lady Rarity, no es sano abusar…
No terminó la frase y se arrojó sobre la unicornio. Rarity sintió un fuerte impacto y un horrible sonido la dejó sorda y desorientada. Sintió que el peso del comandante se levantaba de su cuerpo. Lo vio gritando furioso y señalando hacia el cielo, había pequeñas columnas de humo que salían de su armadura y de su cuerpo, tenía quemaduras en varias partes de este. El unicornio negro se volvió hacia ella y le habló, parecía muy preocupado.
Rarity gritó involuntariamente.
–No escucho nada, ¿Qué fue eso?
El comandante volvió a mover su boca pero Rarity solo escuchaba sonidos ahogados. Él la tomó de una pezuña y se la llevó corriendo. El cansancio de su cuerpo, la sordera y la desorientación hacían difícil que lo siguiera, pero estaba más sorprendida con el hecho de que el comandante hubiera recibido la mayor parte del impacto y pudiera seguir como si nada.
La sacó del campo de batalla y la acercó a un pony que llevaba un par de alforjas, habló algo con él, el otro pony se dirigió a ella y dijo algo. Rarity se señaló una oreja y sacudió la cabeza. El comandante dijo algo más y regresó corriendo al campo de batalla. Aun salía un poco de humo de sus quemaduras.
Los grifos empezaron a no devolver los ataques y se limitaron a esquivar. Eventualmente se esparcieron en todas las direcciones, algunos pegasos los persiguieron pero no lograron mucho antes de regresar. Después de tres horas los ponies ganaban su primera batalla en la guerra.
Mint Blast le sonrió a Applejack
–Parece que todo terminó.
Applejack le devolvió la sonrisa.
–Así parece compañero.
Con esta frase lo último que le quedaba de fuerza de voluntad le abandonó. Cayó sobre sus rodillas y empezó a llorar. Ni siquiera tenía idea de por qué lloraba. Abrió sus ojos y pasó la vista por el campo de batalla. Había cientos de cuerpos, la mayoría eran de grifos, pero podía ver a varios ponies. Los sanadores estaban en libertad de correr por todos lados buscando supervivientes. Ella seguía llorando, tratando de quitarse el lodo. Un lodo normal no le molestaría, pero lo que había humedecido la tierra no era agua, y ella había ayudado a derramarlo.
Los dirigibles aterrizaron y los unicornios empezaron a bajar. Twilight se acercó a la rampa de desembarque, Steady Step la detuvo
-No va a ser nada agradable lo que se encuentre afuera señorita, se lo puedo asegurar.
La unicornio purpura asintió lentamente.
-Lo sé pero no puedo pasarme toda la guerra escondida, tengo que encontrar a mis amigas.
Bajó la rampa, afortunadamente los dirigibles se habían posicionado en la zona en la que establecerían el campamento definitivo, lejos del campo de batalla. Pero aun así pudo ver el transporte de los heridos y de los cuerpos. Los ponies trataban con sumo cuidado y respeto a sus compañeros caídos, arrastraban como costales de basura a los grifos.
Durante un tiempo le fue imposible apartar la mirada de la escena. Finalmente decidió que el mejor lugar para empezar buscar a sus amigas seria en el dirigible de los sanadores. Ahí encontraría seguramente a Pinkie y Fluttershy. Esperaba no encontrarse con ninguna otra de sus amigas en ese lugar.
Al llegar descubrió que sus deseos no se cumplieron. Entre el caos se encontró a Rarity sentada en un rincón con una tela bañada en algún liquido aromático en la frente. Tenía una expresión distraída muy rara en ella.
-¡Rarity!, ¿estás bien?, ¿Qué te pasó?
Su amiga se le quedó viendo un rato, se señaló las orejas y gritó
–No puedo escucharte, pero no te preocupes, se me pasara.
-¿Has visto a Pinkie o a Fluttershy?
-¿Perdón?
-¿¡Has visto a Pinkie o Fluttershy!?
-¿¡Perdón!?
Los sanadores se les quedaron mirando con expresiones duras y ambas sonrieron apenadas. Zecora se acercó a ellas, provocando la alegría de Twilight.
-Tus amigas están cumpliendo con su deber, pero hay un asunto más importante que debes atender.
La llevó a un pequeño espacio en el dirigible. Twilight sintió un escalofrió, las diferentes partes de la armadura de Rainbow estaban esparcidas por el suelo. Zecora descorrió una cortina, Rainbow estaba sentada en un catre, llorando. No levantó la vista para ver quien había entrado. La mirada que mantenía clavada en el suelo estaba llena de miedo y vergüenza.
Zecora tomó una tetera y sirvió un poco de té en un pequeño vaso hecho a partir de una rama de bambú, se lo ofreció a Rainbow.
-Tómalo mientras está caliente, te ayudara a despejar tu mente. Ahora vuelve la vista hacia arriba, ha venido a visitarte una vieja amiga.
Rainbow le dio un sorbo al te y levantó la mirada. En cuanto vio a Twilight se arrojó hacia a ella y comenzó a llorar. Durante algunos minutos continuó así. Finalmente pudo hilar algunas palabras.
-No quiero, no quiero seguir con esto, no soy una asesina.
Twilight la abrazó y recargó su cabeza en la de ella.
-Lo sé Rainbow, pero las princesas nos pidieron ayuda. Sé que es difícil, pero por el bien de todos los ponies que dejamos atrás en Ponyville debemos esforzarnos.
La pegaso se separó un poco y sacudió la cabeza
-Hay otras formas de ayudar. No quiero herir a nadie.
-Lo sé, lo sé, ninguna de nosotras lo quiere. Si te hace sentir cómoda te buscaremos otra función. Pero te necesitamos aquí. Los elementos de la armonía deben de estar juntos.
-Somos elementos de la armonía, no de la guerra. No deberíamos estar aquí.
-Las princesas nos explicaron porque debemos estar en el frente. Recuerda que al principio no nos pidieron ayuda pero las circunstancias cambiaron. Toma la medicina de Zecora, descansa. Mañana estarás más calmada y podremos ver esta situación más tranquilamente.
Rainbow continúo sollozando por unos momentos antes de calmarse un poco y aceptar esperar un día o dos antes de tomar alguna decisión.
Eventualmente Applejack apareció también, causando preocupación entre sus amigas, pero rápidamente su herida fue tratada sin ninguna dificultad. Decidió no comentar nada de su colapso al finalizar la batalla para no preocupar a sus amigas. Ella y Rarity se unieron a Twilight para hacerle compañía a Rainbow, Pinkie y Fluttershy seguían ocupadas y solo podían permitirse distraerse unos segundos.
Aparecieron soldados llevando grifos prisioneros heridos, pero no a todos, solo los más graves y que tenían alguna esperanza de sobrevivir. Los sanadores recibieron instrucciones de hacer solo lo necesario para que sobrevivieran lo suficiente para ser interrogados.
Un mensajero se acercó a las ponies y realizó un saludo.
–Los comandantes solicitan la presencia de las caballeros de la orden de la corona solar para la junta que mantendrán con los capitanes.
Llegaron a una carpa enorme, muchas más estaban siendo montadas, a lo lejos podían ver enormes hogueras de las cuales no tenían la mas mínima idea del por qué.
Al entrar ambos comandantes y los capitanes de cada unidad las saludaron. Dreamycloud se acercó a Applejack y le habló en voz baja.
-¿Cómo estás?, oí de lo que pasó al terminar la batalla, no te preocupes es normal después de tu primera vez en este tipo de cosas.
-Todo está bien señora, no hay nada de qué preocuparse, mi compañero unicornio fue muy amable en ayudarme.
Northern Wind miraba fijamente a Rainbow, estaba a punto de hacer un comentario cuando notó la mirada perdida de esta. Decidió que habría un mejor momento para decirle lo que pensaba.
White Thunder fue el primero en hablar.
-Bien, tenemos muchas cosas que hacer aquí, el primer punto a tratar es la modificación a los planes que teníamos. De acuerdo a nuestro plan anterior deberíamos haber llegado a la frontera para establecer un puesto de avanzada hace aproximadamente una hora. Los exploradores nos han informado que los grifos sabotearon las vías del tren. Los ponies de tierra tendrán que seguirnos a pezuña. Esto nos haría llegar a nuestro destino mañana al medio día si estamos en condiciones de partir a las cero seiscientas. Los dirigibles de la guardia nocturna sufrieron pocos daños, tengo entendido que el de los sanadores está en perfectas condiciones. ¿En qué estado se encuentran los de la guardia diurna?
Steady Step se levantó de su asiento
–La nave insignia presenta daños medios, los otros recibieron daños entre medios y ligeros. Se encuentran en posibilidades de partir aunque no en muy buenas para entablar batalla. Si esperamos para realizar reparaciones empezando desde las cero quinientas retrasaría nuestra partida mínimo dos horas.
Northern Wind continúo.
–No estamos seguros que nos espera más adelante. Los exploradores no han podido encontrar nada pero existe la posibilidad de que mas grupos de grifos nos estén esperando. Se realizaran las reparaciones. Adicionalmente eso ayudara a la unidad de sanadores. Por cierto, ¿Dónde está la cebra?
Fluttershy levantó tímidamente la pezuña
–Di… dijo que no podía venir, lo siento. Tenemos pacientes graves que necesitan que se quede con ellos, pero me pidió que leyera esto
Sacó nerviosamente un pequeño papel que procedió a leer.
–Te… tenemos quince unicornios de ambas guardias graves, treintaicinco con heridas medias. Treinta pegasos de ambas guardias con heridas graves hmmm, solo seis con heridas medias. Cincuenta ponies de tierra con heridas graves y ochenta con heridas leves… ¿estuvo bien?, ¿me equivoque en algo?
White Thunder asintió con su cabeza
–Fue un buen informe Lady Fluttershy, muchas gracias. Necesitamos un reporte de las bajas, cada capitán se encargara de eso. El campamento debe estar totalmente montado y las guardias organizadas a mas tardar veinte minutos después de que se termine esta reunión. Sir Twilight Sparkle, recuperamos armaduras de los grifos, deberá entregar lo mas ponto posible un reporte a la comandante Northern Wind y a mi donde detalle las propiedades mágicas de estas y que podríamos esperar en un futuro ¿Algo más?
Ninguno de los asistentes dijo nada. Northern Wind asintió y tomó la palabra.
–Ahora tenemos un tema extremadamente delicado a tratar. Esos grifos nos estaban esperando. De alguna manera se enteraron de nuestra ruta. No es una ruta muy transitada y excepto por las vías del tren no hay caminos. Hay un espía, o más probablemente un traidor, en Canterlot.
Los capitanes empezaron a discutir entre ellos. Todas las ponies se sintieron impactadas por la noticia, excepto Twilight que ya había oído la conversación entre la comandante y el viejo capitán. Rainbow fue la más afectada de todas. Northern Wind levantó la pezuña para pedir silencio.
-El comandante y yo hemos decidido enviar un mensaje directamente a las princesas mediante mi mensajero personal. En este mensaje les informaremos de esta situación y les comunicaremos que ignoraremos cualquier orden no venga firmada por ellas. ¿Estamos de acuerdo?
Todos los ponies aceptaron. Northern Wind hizo una señal para que entrara su mensajero. Twilight y sus amigas se quedaron boquiabiertas. El mensajero era una pegaso gris, de crin amarilla y ojos desviados.
Derpy las miró y las saludo efusivamente. Usaba una armadura blanca con dorado que indicaba que tenía algún grado. Se acercó a la comandante, realizó un saludo y extendió su pata para recibir el mensaje.
Pinkie fue la primera en hablar
-¿Derpy?, pero… pero… pero… ¡Ella es la cartera de Ponyville! ¿Realmente está en el ejército?, ¡esto es increíble!, ¡deberíamos festejar!
Derpy asintió energéticamente, con lo que su casco se le resbaló y le cubrió los ojos. Northern Wind miró con severidad a las ponies, sabiendo leer la incredulidad en sus rostros
–La teniente Hooves tiene un historial impecable ¿o acaso alguna vez han tenido problemas con el correo en su pueblo?, no tolerare que se dude de su capacidad en mi presencia.
Derpy abrazó a la comandante. Que de inmediato se sonrojó y la apartó mientras susurraba
–Ya te he dicho que en situaciones oficiales no hagas eso.
La mensajera se plantó en frente de la comandante con el mensaje en su boca. Realizó un saludo militar, pero se golpeó el casco que salió rodando fuera del lugar de la reunión y la obligó a correr detrás de él.
El silencio duró unos segundos mientras Pinkie realizaba grandes esfuerzos para contener la risa. White Thunder tosió
–Muy bien, la mayoría tenemos trabajo que hacer, los que no les sugiero que descansen, lo necesitaran.
Todos los oficiales se retiraron. Pinkie Y Fluttershy regresaron a atender a los heridos. Twilight partió de inmediato a analizar las armaduras. Rarity se dirigió a su dirigible acompañada por Applejack. Rainbow decidió dar una pequeña caminata.
Eventualmente se encontró con un pequeño grupo de arboles que no se había visto afectado por la batalla. Logró distinguir a Derpy, sentada cómodamente sobre una piedra mientras comía un muffin. También vio a la comandante que se acercaba lentamente. Llena de curiosidad se aproximo al lugar tratando de hacer el menor ruido posible. La comandante se sentó a un lado de la mensajera y se quitó el casco
-Te he dicho antes que no hagas ese tipo de cosas mientras estamos de servicio.
-Lo siento, pero me llena de emoción que me defiendas.
-¿Qué hay de Dinky? ¿Está bien?
-Antes de partir me asegure que estuviera en un tren a Trotingham, es un pueblo pequeño y no tiene importancia estratégica, los grifos no lo atacaran.
-Excelente idea, deberías de ayudar en la estrategia, siempre has sido buena.
-No me gusta, volar y llevar mensajes es mas lo mío, ya sabes.
-De acuerdo, será mejor que partas ya, ten mucho cuidado, el caminó es peligroso. ¿Podrás hacerlo?
Derpy se acercó a Northern Wind y le dedicó un cariñoso gesto en la cabeza, lo cual despeino por completo su crin siempre perfecta.
-No digas eso, ¿acaso alguna vez te he decepcionado, hermanita?
Rainbow apenas pudo contener su gesto de sorpresa. La comandante se acomodó su crin y regresó al campamento. Derpy se quedó unos momentos sin moverse. Se colocó su casco, caminó hacia los arbustos donde Rainbow se escondía, los movió y sonrió a la sorprendida pegaso. Antes de que esta pudiera decir algo Derpy se llevo la pezuña a su armadura y sacó una carta, que le entrego a Rainbow.
-Te la hubiera dado antes, pero te fuiste al castillo y yo fui llamada al servicio, lo siento.
Después de esto sonrió de nuevo, se dio media vuelta y se elevó con una trayectoria errática.
Aun así ese pequeño truco desconcertaba a los grifos. Habían oído historias y todas indicaban que las batallas serian fáciles. La primera batalla ni siquiera había sido eso, el general Nergal y sus guerreros habían destrozado un pueblo y matado a todos sus habitantes mientras los patéticos soldados ponies lloraban y suplicaban por sus vidas. Incluso habían matado a un dragón que los ponies tenían como mascota. En las demás batallas solo se limitaron a cazar soldados ponies hasta que estos huían con la cola entre las patas.
Les habían dicho que tenían que esperar. Tarde o temprano un montón de ponies viajaría por las vías y en globos, presa fácil. Ni siquiera se necesitaría una emboscada, podían atacar de frente sin ningún problema. Pero no fue así. Estos ponies tenían algo diferente en su actitud. Se detuvieron, se defendieron, y ahora estaban contraatacando con toda su fuerza.
Rainbow Dash localizó un grifo. Este acababa de disparar y se encontraba mirando fijamente el dirigible que no había sido afectado. La pegaso sonrió, sería su quinto grifo del día. Nada mal para una principiante. Se lanzó directamente contra su blanco. Un buen golpe en la espalda y eso lo mandaría hacia abajo. Cuando estaba a punto de impactar al enemigo este giró un poco, no fue para ver a Rainbow, sino alguna otra cosa. A pesar de que trató de corregir su dirección era demasiado tarde y la pegaso impactó con toda su fuerza directamente contra las alas de su blanco.
Sintió la desagradable sensación de que algo se rompía bajó sus pezuñas delanteras. El grito de dolor del grifo resonó en sus oídos. Se quedó paralizada viendo cómo caía a tierra, imposibilitado para corregir su rumbo de alguna manera. Desde esa altura aun sin la intervención de un pony de tierra o un unicornio no había otro resultado posible. Lentamente el horror de lo que acababa de hacer se abría pasó en la mente de la joven pegaso.
-Le rompiste el ala, buen trabajo. Así incluso si sobreviviera a la caída jamás podría volver a volar.
Rainbow miró a su derecha. Northern Wind estaba a su lado, parecía recién salida de algún evento social en Canterlot y no de una batalla. Fresca, sin un solo cabello de su crin fuera de su lugar o una sola mancha en su armadura o su cuerpo excepto…
La mente de Rainbow funcionaba rápida pero desorganizadamente
-No puede ser Dashie- se dijo a sí misma -Ella tiene eso por alguna otra razón. Ayudo a un pony herido, eso debe de ser.
La comandante le miraba con una pequeña sonrisa. Algo que Rainbow hubiere celebrado. Pero la pegaso azul estaba más concentrada en las pezuñas de la otra pegaso. Estaban rojas y goteaban
Rápidamente su atención cambió al grifo que se acercaba a la comandante por la espalda. En una fracción de segundo esta giró y descendió un poco. Le propinó dos potentes coses al pecho. Eso era suficiente para dejar fuera de combate al grifo, pero la comandante hizo algo más. Con su pezuña delantera derecha golpeó con toda su fuerza la cabeza del grifo. Esta cayó girando incontrolablemente.
Northern Wind regresó su mirada a Rainbow Dash.
-Bueno, debo de admitir que eres…
Notó la mirada de terror y culpa en la pegaso azul
–Oh, ya entiendo, fue un accidente, y ahora te sientes mal por matar al enemigo. Patético.
Northern giró y le dedicó una última mirada desdeñosa antes de dirigirse contra otro grifo.
Rainbow Dash se quedó flotando unos segundos antes de que el ruido de una explosión la despertara. Miró a todos lados, lo que hace unos momentos le pareciera una gloriosa batalla ahora era una terrible pesadilla. El sonido de las explosiones se hizo cada vez menos fuerte en su mente, pero el de los gritos de dolor y furia aumentaba. Mirara a donde mirara podía ver los grifos y los pegasos luchando, hiriéndose y cayendo.
No soportó más.
–No, no, no, no- empezó a repetir, antes de salir volando lejos de la batalla.
Un joven grifo se mantenía planeando lejos de la acción. Las cosas se estaban poniendo feas para él y sus compañeros. Primero los ponies habían empezado a usar alguna especie de escudo o protección que reducía la efectividad de su mejor arma. Escucho rumores de que los ponies también tenían armaduras especiales a pesar de que los oficiales les habían dicho que esa era SU arma secreta. Y ahora de alguna manera se las estaban arreglando para destruir sus armaduras.
Escuchó un suave aleteo junto a él. Giró nervioso esperando enfrentarse con un pegaso. Se encontró con otro grifo.
-Ca… capitán, lo siento, solo estaba tratando de…
El grifo de mayor rango se colocó junto a él.
-Tranquilo, se ve mal ¿verdad?
El grifo joven asintió.
-Nos dijeron que correrían y se esconderían, señor, pero están contraatacando y creo que ellos también tienen armaduras especiales y no debimos atacar de frente y…
-No estoy ciego soldado, creo que lo mejor será retirarnos por el momento.
-Señor, si se retira lo más probable es que el general Nergal lo ejecute.
-Y si me quedó aquí seguramente los ponies nos mataran o capturaran a todos, y entonces lo más probable es que me ejecuten ellos. Contacte a los tenientes, nos veremos dentro de tres horas en el punto de reunión.
Rarity cayó al lodo, estaba mareada. Jamás había usado tanto su cuerno para otra cosa que no fuese confeccionar ropa o encontrar joyas. Trató de ponerse de nuevo en pie. White Thunder le ofreció una pezuña.
–No debería excederse Lady Rarity, no es sano abusar…
No terminó la frase y se arrojó sobre la unicornio. Rarity sintió un fuerte impacto y un horrible sonido la dejó sorda y desorientada. Sintió que el peso del comandante se levantaba de su cuerpo. Lo vio gritando furioso y señalando hacia el cielo, había pequeñas columnas de humo que salían de su armadura y de su cuerpo, tenía quemaduras en varias partes de este. El unicornio negro se volvió hacia ella y le habló, parecía muy preocupado.
Rarity gritó involuntariamente.
–No escucho nada, ¿Qué fue eso?
El comandante volvió a mover su boca pero Rarity solo escuchaba sonidos ahogados. Él la tomó de una pezuña y se la llevó corriendo. El cansancio de su cuerpo, la sordera y la desorientación hacían difícil que lo siguiera, pero estaba más sorprendida con el hecho de que el comandante hubiera recibido la mayor parte del impacto y pudiera seguir como si nada.
La sacó del campo de batalla y la acercó a un pony que llevaba un par de alforjas, habló algo con él, el otro pony se dirigió a ella y dijo algo. Rarity se señaló una oreja y sacudió la cabeza. El comandante dijo algo más y regresó corriendo al campo de batalla. Aun salía un poco de humo de sus quemaduras.
Los grifos empezaron a no devolver los ataques y se limitaron a esquivar. Eventualmente se esparcieron en todas las direcciones, algunos pegasos los persiguieron pero no lograron mucho antes de regresar. Después de tres horas los ponies ganaban su primera batalla en la guerra.
Mint Blast le sonrió a Applejack
–Parece que todo terminó.
Applejack le devolvió la sonrisa.
–Así parece compañero.
Con esta frase lo último que le quedaba de fuerza de voluntad le abandonó. Cayó sobre sus rodillas y empezó a llorar. Ni siquiera tenía idea de por qué lloraba. Abrió sus ojos y pasó la vista por el campo de batalla. Había cientos de cuerpos, la mayoría eran de grifos, pero podía ver a varios ponies. Los sanadores estaban en libertad de correr por todos lados buscando supervivientes. Ella seguía llorando, tratando de quitarse el lodo. Un lodo normal no le molestaría, pero lo que había humedecido la tierra no era agua, y ella había ayudado a derramarlo.
Los dirigibles aterrizaron y los unicornios empezaron a bajar. Twilight se acercó a la rampa de desembarque, Steady Step la detuvo
-No va a ser nada agradable lo que se encuentre afuera señorita, se lo puedo asegurar.
La unicornio purpura asintió lentamente.
-Lo sé pero no puedo pasarme toda la guerra escondida, tengo que encontrar a mis amigas.
Bajó la rampa, afortunadamente los dirigibles se habían posicionado en la zona en la que establecerían el campamento definitivo, lejos del campo de batalla. Pero aun así pudo ver el transporte de los heridos y de los cuerpos. Los ponies trataban con sumo cuidado y respeto a sus compañeros caídos, arrastraban como costales de basura a los grifos.
Durante un tiempo le fue imposible apartar la mirada de la escena. Finalmente decidió que el mejor lugar para empezar buscar a sus amigas seria en el dirigible de los sanadores. Ahí encontraría seguramente a Pinkie y Fluttershy. Esperaba no encontrarse con ninguna otra de sus amigas en ese lugar.
Al llegar descubrió que sus deseos no se cumplieron. Entre el caos se encontró a Rarity sentada en un rincón con una tela bañada en algún liquido aromático en la frente. Tenía una expresión distraída muy rara en ella.
-¡Rarity!, ¿estás bien?, ¿Qué te pasó?
Su amiga se le quedó viendo un rato, se señaló las orejas y gritó
–No puedo escucharte, pero no te preocupes, se me pasara.
-¿Has visto a Pinkie o a Fluttershy?
-¿Perdón?
-¿¡Has visto a Pinkie o Fluttershy!?
-¿¡Perdón!?
Los sanadores se les quedaron mirando con expresiones duras y ambas sonrieron apenadas. Zecora se acercó a ellas, provocando la alegría de Twilight.
-Tus amigas están cumpliendo con su deber, pero hay un asunto más importante que debes atender.
La llevó a un pequeño espacio en el dirigible. Twilight sintió un escalofrió, las diferentes partes de la armadura de Rainbow estaban esparcidas por el suelo. Zecora descorrió una cortina, Rainbow estaba sentada en un catre, llorando. No levantó la vista para ver quien había entrado. La mirada que mantenía clavada en el suelo estaba llena de miedo y vergüenza.
Zecora tomó una tetera y sirvió un poco de té en un pequeño vaso hecho a partir de una rama de bambú, se lo ofreció a Rainbow.
-Tómalo mientras está caliente, te ayudara a despejar tu mente. Ahora vuelve la vista hacia arriba, ha venido a visitarte una vieja amiga.
Rainbow le dio un sorbo al te y levantó la mirada. En cuanto vio a Twilight se arrojó hacia a ella y comenzó a llorar. Durante algunos minutos continuó así. Finalmente pudo hilar algunas palabras.
-No quiero, no quiero seguir con esto, no soy una asesina.
Twilight la abrazó y recargó su cabeza en la de ella.
-Lo sé Rainbow, pero las princesas nos pidieron ayuda. Sé que es difícil, pero por el bien de todos los ponies que dejamos atrás en Ponyville debemos esforzarnos.
La pegaso se separó un poco y sacudió la cabeza
-Hay otras formas de ayudar. No quiero herir a nadie.
-Lo sé, lo sé, ninguna de nosotras lo quiere. Si te hace sentir cómoda te buscaremos otra función. Pero te necesitamos aquí. Los elementos de la armonía deben de estar juntos.
-Somos elementos de la armonía, no de la guerra. No deberíamos estar aquí.
-Las princesas nos explicaron porque debemos estar en el frente. Recuerda que al principio no nos pidieron ayuda pero las circunstancias cambiaron. Toma la medicina de Zecora, descansa. Mañana estarás más calmada y podremos ver esta situación más tranquilamente.
Rainbow continúo sollozando por unos momentos antes de calmarse un poco y aceptar esperar un día o dos antes de tomar alguna decisión.
Eventualmente Applejack apareció también, causando preocupación entre sus amigas, pero rápidamente su herida fue tratada sin ninguna dificultad. Decidió no comentar nada de su colapso al finalizar la batalla para no preocupar a sus amigas. Ella y Rarity se unieron a Twilight para hacerle compañía a Rainbow, Pinkie y Fluttershy seguían ocupadas y solo podían permitirse distraerse unos segundos.
Aparecieron soldados llevando grifos prisioneros heridos, pero no a todos, solo los más graves y que tenían alguna esperanza de sobrevivir. Los sanadores recibieron instrucciones de hacer solo lo necesario para que sobrevivieran lo suficiente para ser interrogados.
Un mensajero se acercó a las ponies y realizó un saludo.
–Los comandantes solicitan la presencia de las caballeros de la orden de la corona solar para la junta que mantendrán con los capitanes.
Llegaron a una carpa enorme, muchas más estaban siendo montadas, a lo lejos podían ver enormes hogueras de las cuales no tenían la mas mínima idea del por qué.
Al entrar ambos comandantes y los capitanes de cada unidad las saludaron. Dreamycloud se acercó a Applejack y le habló en voz baja.
-¿Cómo estás?, oí de lo que pasó al terminar la batalla, no te preocupes es normal después de tu primera vez en este tipo de cosas.
-Todo está bien señora, no hay nada de qué preocuparse, mi compañero unicornio fue muy amable en ayudarme.
Northern Wind miraba fijamente a Rainbow, estaba a punto de hacer un comentario cuando notó la mirada perdida de esta. Decidió que habría un mejor momento para decirle lo que pensaba.
White Thunder fue el primero en hablar.
-Bien, tenemos muchas cosas que hacer aquí, el primer punto a tratar es la modificación a los planes que teníamos. De acuerdo a nuestro plan anterior deberíamos haber llegado a la frontera para establecer un puesto de avanzada hace aproximadamente una hora. Los exploradores nos han informado que los grifos sabotearon las vías del tren. Los ponies de tierra tendrán que seguirnos a pezuña. Esto nos haría llegar a nuestro destino mañana al medio día si estamos en condiciones de partir a las cero seiscientas. Los dirigibles de la guardia nocturna sufrieron pocos daños, tengo entendido que el de los sanadores está en perfectas condiciones. ¿En qué estado se encuentran los de la guardia diurna?
Steady Step se levantó de su asiento
–La nave insignia presenta daños medios, los otros recibieron daños entre medios y ligeros. Se encuentran en posibilidades de partir aunque no en muy buenas para entablar batalla. Si esperamos para realizar reparaciones empezando desde las cero quinientas retrasaría nuestra partida mínimo dos horas.
Northern Wind continúo.
–No estamos seguros que nos espera más adelante. Los exploradores no han podido encontrar nada pero existe la posibilidad de que mas grupos de grifos nos estén esperando. Se realizaran las reparaciones. Adicionalmente eso ayudara a la unidad de sanadores. Por cierto, ¿Dónde está la cebra?
Fluttershy levantó tímidamente la pezuña
–Di… dijo que no podía venir, lo siento. Tenemos pacientes graves que necesitan que se quede con ellos, pero me pidió que leyera esto
Sacó nerviosamente un pequeño papel que procedió a leer.
–Te… tenemos quince unicornios de ambas guardias graves, treintaicinco con heridas medias. Treinta pegasos de ambas guardias con heridas graves hmmm, solo seis con heridas medias. Cincuenta ponies de tierra con heridas graves y ochenta con heridas leves… ¿estuvo bien?, ¿me equivoque en algo?
White Thunder asintió con su cabeza
–Fue un buen informe Lady Fluttershy, muchas gracias. Necesitamos un reporte de las bajas, cada capitán se encargara de eso. El campamento debe estar totalmente montado y las guardias organizadas a mas tardar veinte minutos después de que se termine esta reunión. Sir Twilight Sparkle, recuperamos armaduras de los grifos, deberá entregar lo mas ponto posible un reporte a la comandante Northern Wind y a mi donde detalle las propiedades mágicas de estas y que podríamos esperar en un futuro ¿Algo más?
Ninguno de los asistentes dijo nada. Northern Wind asintió y tomó la palabra.
–Ahora tenemos un tema extremadamente delicado a tratar. Esos grifos nos estaban esperando. De alguna manera se enteraron de nuestra ruta. No es una ruta muy transitada y excepto por las vías del tren no hay caminos. Hay un espía, o más probablemente un traidor, en Canterlot.
Los capitanes empezaron a discutir entre ellos. Todas las ponies se sintieron impactadas por la noticia, excepto Twilight que ya había oído la conversación entre la comandante y el viejo capitán. Rainbow fue la más afectada de todas. Northern Wind levantó la pezuña para pedir silencio.
-El comandante y yo hemos decidido enviar un mensaje directamente a las princesas mediante mi mensajero personal. En este mensaje les informaremos de esta situación y les comunicaremos que ignoraremos cualquier orden no venga firmada por ellas. ¿Estamos de acuerdo?
Todos los ponies aceptaron. Northern Wind hizo una señal para que entrara su mensajero. Twilight y sus amigas se quedaron boquiabiertas. El mensajero era una pegaso gris, de crin amarilla y ojos desviados.
Derpy las miró y las saludo efusivamente. Usaba una armadura blanca con dorado que indicaba que tenía algún grado. Se acercó a la comandante, realizó un saludo y extendió su pata para recibir el mensaje.
Pinkie fue la primera en hablar
-¿Derpy?, pero… pero… pero… ¡Ella es la cartera de Ponyville! ¿Realmente está en el ejército?, ¡esto es increíble!, ¡deberíamos festejar!
Derpy asintió energéticamente, con lo que su casco se le resbaló y le cubrió los ojos. Northern Wind miró con severidad a las ponies, sabiendo leer la incredulidad en sus rostros
–La teniente Hooves tiene un historial impecable ¿o acaso alguna vez han tenido problemas con el correo en su pueblo?, no tolerare que se dude de su capacidad en mi presencia.
Derpy abrazó a la comandante. Que de inmediato se sonrojó y la apartó mientras susurraba
–Ya te he dicho que en situaciones oficiales no hagas eso.
La mensajera se plantó en frente de la comandante con el mensaje en su boca. Realizó un saludo militar, pero se golpeó el casco que salió rodando fuera del lugar de la reunión y la obligó a correr detrás de él.
El silencio duró unos segundos mientras Pinkie realizaba grandes esfuerzos para contener la risa. White Thunder tosió
–Muy bien, la mayoría tenemos trabajo que hacer, los que no les sugiero que descansen, lo necesitaran.
Todos los oficiales se retiraron. Pinkie Y Fluttershy regresaron a atender a los heridos. Twilight partió de inmediato a analizar las armaduras. Rarity se dirigió a su dirigible acompañada por Applejack. Rainbow decidió dar una pequeña caminata.
Eventualmente se encontró con un pequeño grupo de arboles que no se había visto afectado por la batalla. Logró distinguir a Derpy, sentada cómodamente sobre una piedra mientras comía un muffin. También vio a la comandante que se acercaba lentamente. Llena de curiosidad se aproximo al lugar tratando de hacer el menor ruido posible. La comandante se sentó a un lado de la mensajera y se quitó el casco
-Te he dicho antes que no hagas ese tipo de cosas mientras estamos de servicio.
-Lo siento, pero me llena de emoción que me defiendas.
-¿Qué hay de Dinky? ¿Está bien?
-Antes de partir me asegure que estuviera en un tren a Trotingham, es un pueblo pequeño y no tiene importancia estratégica, los grifos no lo atacaran.
-Excelente idea, deberías de ayudar en la estrategia, siempre has sido buena.
-No me gusta, volar y llevar mensajes es mas lo mío, ya sabes.
-De acuerdo, será mejor que partas ya, ten mucho cuidado, el caminó es peligroso. ¿Podrás hacerlo?
Derpy se acercó a Northern Wind y le dedicó un cariñoso gesto en la cabeza, lo cual despeino por completo su crin siempre perfecta.
-No digas eso, ¿acaso alguna vez te he decepcionado, hermanita?
Rainbow apenas pudo contener su gesto de sorpresa. La comandante se acomodó su crin y regresó al campamento. Derpy se quedó unos momentos sin moverse. Se colocó su casco, caminó hacia los arbustos donde Rainbow se escondía, los movió y sonrió a la sorprendida pegaso. Antes de que esta pudiera decir algo Derpy se llevo la pezuña a su armadura y sacó una carta, que le entrego a Rainbow.
-Te la hubiera dado antes, pero te fuiste al castillo y yo fui llamada al servicio, lo siento.
Después de esto sonrió de nuevo, se dio media vuelta y se elevó con una trayectoria errática.