Arco de la acrobacia - Capítulo II
La cabeza del pequeño dragón era un hervidero de preocupaciones. Tenía que ser precisamente Scootaloo, protegida de Rainbow y amiga de las hermanas de dos de sus mejores amigas. Y ya no era solo el hecho de tener que acercarse en lo personal a ella y poder tener problemas con varios ponis si la cosa salía mal, sino que no era precisamente una chica accesible. En el fondo era una niña como todas las demás, pero que principalmente era una marimacho centrada en el deporte y su ídolo que pasaba de casi todo lo demás era algo que se conocía. ¿Habría alguna mano negra en algún sitio que estuviese disfrutando lanzándole contra un reto así?
—¡Señor Spike! ¿Cuándo va a hablar con ella?-le preguntó de repente Impish entre susurros.
—A ver, no es que tenga problemas para charlar con ella normalmente, pero es que lo que me estás pidiendo...
—¿Qué problema hay?
—Veamos... Para empezar, no sé nada de su familia. Es amiga de otras dos chicas que a su vez son hermanas de dos de mis mejores amigas, las cuales son portadoras de dos de los Elementos, lo que las convierte en miembros de seguridad nacional. Volviendo a ella, me da que pasa bastante del amor. Y encima está el hecho de que me gusta alguien más-dijo esto último a la par que enrojecía.
—Oooooh... Ya veo, eso podría ser un problema. Aunque no debe olvidar que toda la misión es algo profesional, no tiene nada que ver.
—¡¿Pero cómo puedes decirme que...?!
—¿Hola? ¿Hay alguien ahí?
Spike se llevó la garra a la boca, maldiciendo para sus adentros: Scootaloo le había oído, había hablado demasiado alto. Y ahora estaba empezando a caminar hacia ellos.
—¡No hay tiempo que perder, señor Spike! ¡Hable con ella ahora!
—¡Pero que yo no tengo...!
Impish le dio tan empujón que le sacó del arbusto a la fuerza, haciéndole trastabillar y casi chocarse con la pegaso, quien por fortuna pudo recular a tiempo, perpleja.
—... experiencia con estas cosas...
—¿Spike? ¿Qué hacías ahí?
—Euh... ¡Hola, Scootaloo! ¡Nada, cosas mías, definitivamente nada sospechoso! ¡Ja, jaja, ja!
—Yyyyya. ¿Qué era eso de no tener experiencia con qué?
—Ehm... Pues... ¡Oh! Sí, te comento. Resulta que estaba paseando por aquí, ¿y a quién veo? ¡A mi buena y molona amiga, Scootaloo, con su flamante cutie mark haciendo sus piruetas! Y he pensado: "Spike, tú también podrías ser así de guay si supieras hacer esos movimientos, ¿por qué no le pides que te enseñe?" Y claro, me he respondido: "Genial idea Spike, ve a hablar ahora con ella, ya que no tienes experiencia en estas cosas", pero claro, he debido de hablar conmigo mismo un poco alto...
Paró para poner la sonrisa más forzada que recordaba haber hecho nunca, intentando olvidar las gotas de sudor del tamaño de canicas que le bajaban por la frente. No podía ser como los reptiles normales, no, él era un dragón y por algún motivo su especie podía sudar, exhibiendo su inseguridad en situaciones como esta. Gracias, naturaleza. Llevar las garras a la espalda y juguetear con sus dedos tampoco ayudaba a calmar los nervios, viendo que la potrilla estaba arqueando una ceja de tal manera que parecía que en cualquier momento fuese a irse volando. La misión al garete antes de empezar.
—... ¿Quieres que te enseñe a hacer acrobacias como las que hago?
—Eh, sí, eso he dicho.
—Es raro viniendo de ti, Spike. Te hacía más de siestas, tragar y leer cómics, en general.
—Bueno, no me vendría mal cambiar un poco, y eres bastante guay.
—Gracias, pero aunque quisiera enseñarte, no puedo. Estoy practicando para el show de talentos de la escuela.
—¿Eh?
—Si, la señorita Cheerilee ha organizado para dentro de una semana una especie de concurso entre todos los alumnos, cada uno tiene que hacer algo en directo y mostrárselo a los demás. Dice que es para acercarnos más entre nosotros o algo así, pero que no hay premio. Aunque pienso ganar igual-añadió con una sonrisa confiada mientras le guiñaba un ojo.
—¿Entonces vas a montar un espectáculo de acrobacias?
—Lo vas pillando. Si, primero estoy ensayando sin nada y luego pasaré a poner obstáculos, para hacerlo más emocionante.
—Ya veo... Bueno, suerte con lo tuyo, yo me voy ya.
—Vale, ¡hasta luego!-dijo ella, montando de nuevo en su scooter y alejándose para volver a su rutina.
Spike, por su parte, volvió al arbusto donde Impish había observado toda la escena, respirando con fuerza para intentar calmar el estrés.
—Señor Spike, ¿ocurre algo? Le noto muy agobiado, no está tan suelto como decían los informes...
La miró con una mezcla de nerviosismo y pena. Tenía que decirle la verdad, no podía seguir engañada.
—Tenemos que hablar...
—¡BUAAAAAAA!
Spike no sabía dónde meterse. Se habían ido a un lugar apartado del pueblo y al final había acabado contándole a Impish toda la verdad: que llevaba leyendo un tiempo libros de autoayuda, consejos de citas e historias de conquista de chicas para tener una oportunidad con Rarity, pero que aún no había dado ningún paso al respecto, menos aún había conquistado mil chicas. Ni siquiera tenía novia. Durante su relato la cara de Impish se había vuelto cada vez más apurada, hasta romper a llorar al terminarlo, y ahora se sentía fatal.
—Lo siento...
—E-entonces... Lo que escucharon las repemoscas todas las veces que le estuvieron vigilando, los informes... ¿Todo ha sido un m-malentendido?
—Eso me temo...
—Pero... Mi mi... Mi misi... ¡BUAAAAAAAAAAAAA!
Le dio un par de palmaditas en la espalda, pero no bastó para hacerle sentir menos culpable. Vale que él no había mentido sobre nada, pero si hubiese tenido más cuidado soñando despierto y no hubiese aceptado ese contrato a la ligera, esto no estaría pasando. Además, no se sentía capaz de echarle en cara a ella, ya que técnicamente habían sido los servicios de inteligencia del Tártaro los responsables de este lío. Impish consiguió serenarse un momento para arrancar un montón de hojas gruesas de una planta del suelo y sonarse ruidosamente.
—Blegh. Encima de todo esto estoy hecha un asco...
—Lamento haberte hecho sentir así...
—No es culpa suya, pero claro, mía tampoco... Y ahora me siento mal por usted...
—No tienes que seguir llamándome de tú... ¿Y por qué te sientes mal? Podemos cancelar el contrato y punto, al no ser el "Conquistador" ya no estoy obligado a nada, ¿no?
Conocía muy bien el tipo de cara que estaba poniendo ella ahora mismo. Ese sentimiento de culpa de haber metido a alguien en un lío enorme, Rogó que no fuera nada, incluso guardó silencio por si acaso. Pero no.
—Bueno... ¿Recuerda su brazalete?
—Si, ¿por?
—Digamos que está conectado a mi broche, para que ambos sepamos dónde está el otro, así como los espíritus prófugos. Lamentablemente, eso no es todo: el contrato que firmó va más allá. También se han enlazado nuestras vidas.
—... ¿Cómo?-logró articular Spike mientras empezaba a arder de vergüenza.
—Si uno de los dos muere, el otro también.
Bien, ya no estaba avergonzado. Ahora estaba aterrorizado y más blanco que la cera.
—Y hay más: si rompe el contrato, tendrá que formar parte del personal del Tártaro durante cien años.
Igual hasta tenía que ir a que un médico le encajara la mandíbula más tarde.
—Bueno, pero ¿pero esto qué es? ¡¿PERO ESTO QUÉ ES?!
—¡Lo siento! ¡Tendría que habérselo dicho antes, pero supongo que me emocioné por poder salir a la superficie, y no creía que el Conquistador fuese a rechazar el contrato, y como ya le dije no dominaba mucho esa asignatura, y me van a despedir... y... BUAAAAAAAAAAAAAA!
Spike suspiró con fuerza, masajeándose las sienes hasta casi aplastarse la cabeza. No podía creer el follón en el que le habían metido. Esta chica no tendría malas intenciones, pero por mucha pena que le diera no se podía negar que había hecho las cosas mal. Su vida estaba en peligro, tanto física como socialmente. Estaba aterrado, no quería perder de vista para siempre a sus amistades, y mucho menos morir. Tenía miedo, tal vez más que nunca en toda su vida. Pero, como Twilight le había enseñado, tenía que ser práctico.
—¿Hay alguna forma de que contactes con tus superiores para ver si se puede anular el contrato?
—Podría intentarlo...-dijo ella entre hipidos.
Se llevó un casco a la cabeza, quitándose el broche y dejando caer una preciosa cascada de pelo negro que normalmente le habría hecho parecer más bonita, pero al tapar por completo la mitad de su cara Spike no pudo evitar reírse un poco por lo bajo, cosa que la molestó ligeramente. Se limitó a dejar el accesorio en el suelo y tocarlo con la punta de su cola, la cual emitió un suave brillo magenta al mismo tiempo que las cuencas del broche se encendían de un vibrante carmesí. Acto seguido, un holograma rojizo se proyectó desde ambas, pudiéndose ver una imagen de apariencia tridimensional de la parte superior de otra poni, seguramente súcubo también. Tenía el lateral derecho de su cabeza rapado, un piercing en la oreja adyacente y hacía un globo de chicle.
—Departamento de Asistencia y Servicio Técnico, en qué puedo ayudarleee.
—Um... Hola, me llamo Impish Wave, soy agente de campo y tengo una duda sobre contratos...
—En seguida la atendemos, por favor manténgase a la espera...
La figura desapareció de la vista, empezando a sonar una gastada música de fondo y dejando un ambiente incómodo.
—Ehm... Se ha quedado buen día-dijo Spike, intentando hacer toda la situación menos extraña.
—Si, supongo...
—Esto... Tienes un pelo muy bonito, aunque un poco largo.
—Gracias-contestó ella, sonriendo y sonrojándose levemente-, a veces molesta un poco pero no tenemos muchos peluqueros en el Tártaro. Además, me recuerda a mi madre...
Su repentino tono triste le hizo querer preguntar qué le había ocurrido, pero en ese momento volvió la misma poni que les había atendido.
—Gracias por esperar, por favor, exponga su duda sobre contratoooos.
—Em... ¿Hay alguna manera de romper un contrato de... cuál era... un contrato modelo BC-gamma?
Su interlocutora pareció leer algo tras la pregunta, seguramente tuviese un libro o algo así que ellos no pudieran ver.
—Contrato modelo BC-gamma, también conocido como "contrato de busca y captura de tercera clase". Este pacto se lleva a cabo con un habitante de la superficie con el fin de aprehender entidades de potencial destructivo de nivel individual o grupal limitado en condiciones normales. Debido a la peligrosidad del objetivo, es fácilmente cancelable y con una pena mínima únicamente para el contratador en forma de suspensión temporal de empleo y sueldo, o de clases y residencia en el caso de un estudiante.
—¡Eso quiere decir que sí que se puede hacer! ¡Genial, señor Spike!
—Buf, menos mal, buenas noticias...
—Quisiera cancelar entonces mi contrato BC-gamma entonces, por favor.
—Entendido. Apoye su cola contra el dispositivo de comunicación para poder efectuar las medidas necesarias.
Impish obedeció, y la operadora cerró los ojos un momento, pensativa, volviéndolos a abrir poco después.
—Lamento informarle de que la operación no es posible.
—¡¿Qué!? ¿Por qué?
—Tras efectuar las lecturas necesarias de la energía mágica empleada por usted recientemente, he averiguado que en efecto realizó un contrato, pero de nivel BC-omega, dirigido a la captura de amenazas nivel planetario. Debido a la naturaleza de este tipo de contrato, solo es posible romperlo vía finalización de la misión o fallecimiento de sus partes.
—No... No es posible, no he podido equivocarme, tiene que haber algún error, yo... ¡Ah, si! ¡El contratista no fue suficientemente informado! Eso lo hace inválido, ¿verdad?
—Como ya le he dicho, debido a la naturaleza del contrato...
—¡Un momento! ¡Le acaba de decir que no se me informó bien de los contenidos del contrato!-interrumpió Spike, poniéndose frente al holograma junto a Impish.
—¿Usted es el contratista?
—¡Si!
—¿Aceptó el contrato voluntariamente, sabedor del tipo de misión que se le encomendaba?
—Bueno, técnicamente se me dijo que si quería poner a prueba mis habilidades de conquista y dije que sí porque quería demostrar que valían...
—En este tipo de contrato se prioriza el conocimiento primario de la misión y su aceptación sin coacción de la misma debido a la gravedad y urgencia de la situación. Vistas las circunstancias, la cancelación del contrato queda definitivamente denegada. ¿Alguna duda más?
Ambos negaron con la cabeza, mudos.
—Que tengan un buen día.
El holograma se apagó, así como el broche, al que se quedaron mirando. Nadie se movió durante unos segundos que parecieron horas, hasta que Spike se acercó al árbol más cercano y se puso a darle puñetazos cargados de frustración, tras lo que emitió un único y desgarrador grito. Por su parte, Impish permaneció donde estaba, llorando en silencio con la cabeza gacha e incapaz de mirarle.
CONTINUARÁ
N.d.A: ¡Sorpresa! Espero que al menos algunos de vosotros se acuerde de este fic. Empezaba a estar un poco quemado de los insert de EqG del metaverso creado por Sg (no offense, simplemente hace tiempo que no hago otra cosa y quería retomar algunas de mis propias obras), así que entre eso y a modo de descanso de "El caso al galope" por lo jodido que está siendo de hacer he decidido retomar esta historia por el momento. Espero que los que la empezasteis en su día sigáis teniendo interés por ella, e incluso que atraiga a nuevos lectores. Y perdón por el hiato tan bestia.
En cuanto al capítulo en si, ha sido uno cortito y de transición, destinado a explicar alguna cosa y exponer e intentar arreglar uno de los mayores fallos del material original: lo fácilmente que acepta Keima el contrato claramente irregular, movido en parte por su ego. Spike es un niño, y ni de coña tan ahostiable en ese sentido como el lord de los harems, por lo que he querido reflejar el miedo, la frustración y la ira que podría sentir en una situación así, con pocos tintes cómicos. Y eso va también por Impish, la cual está rota por dentro por básicamente joderle la vida al dragón y estrellarse en su primera misión con un contrato erróneo y mal explicado debido a su inexperiencia.
No tardaré mucho en seguir la historia, me siento con ganas e inspirado. Permaneced atentos a Spike, el Pupas Ligón Nooblord (por ahora).
lo cierto es que tiene todos los ingredientes, y, no sé por qué, esa súcubo tan políticamente correcta me recuerda bastante a Lala Deviluke, de To Love-Ru 
Aun así la comedia está muy bien llevada, Twilight está en su salsa en todo momento hablando altaneramente y la situación de Spike promete loles muy grandes y constantes. Aunque espera, la parte contratante de...
