Spoiler:
Maldita grabadora, cada vez funcionas peor. En fin, tendré que hacer un resumen de todo, viendo que las otras grabaciones pueden perderse. Superciclo 15. Entrada primera. Informando. Hace 15 años me encontraba lejos del enjambre cuando me evacuaron. Debido a que desarrollé las características propias de los míos a temprana edad, fui enviado en mis primeros meses de adolescencia en solitario para autoformarme de cara a futuras misiones de infiltración. Los ponis me tomaron por una yegua más y terminé junto a un grupo de potrillos en uno de sus refugios. Tras el cataclismo, el enjambre partió, dejándome atrás. La última comunicación fue Equestria no posee más amor que podamos usar. No volvieron por mí, pues no dejaba de ser uno más entre millones.
Tuve que buscarme la vida, manteniendo como podía el aspecto que había adoptado. La cosa no iba mal. Al ser mi forma la de una unicornio, podía hacer magia libremente. El amor era escaso al principio, pero el hecho de que aquellos pequeños ponis solo se tenían los unos a los otros me proporcionaron con el tiempo buenas dosis de amor fraternal y con los años incluso amor sincero. Conseguí condensar parte de aquel amor para poder transportarlo en esferas de cristal, por lo que me otorgué una marca de esas suyas con dicha forma, para no desatar sospechas. Siempre pensaron que simplemente eran abalorios bonitos, los muy ingenuos. Resultaba muy útil verles actuar, ya que con algo de práctica podía imitarles en casi todo, siempre en menor nivel que lo que pudiesen hacer, pero aun así les sorprendía lo bien que les copiaba. Pero finalmente... una pegaso de rasgos vampíricos me descubrió. Estúpida pegaso. Mi tapadera saltó por los aires y me vi obligado a alejarme de los ponis antes de que tomasen represalias. No quise pararme a ver sus reacciones, pero no habrían sido difíciles de imaginar, teniendo en cuenta como hemos sido tratados siempre. No es que me queje: ellos no dejan de ser una fuente de alimento para mí.
Llevo casi dos años sobreviviendo por mi cuenta. Debo ir emboscado hasta el cuerno de ropa para que no se me identifique, pero recuperar mi aspecto original al menos me sirvió para pulir de nuevo mi vuelo y mi magia propia. Es sorprendente lo fácil que resulta manipular a los otros con labia, el aspecto adecuado y algo de magia de confusion y control, por lo que puedo ir recuperando amor en pequeñas cantidades y entre diversas razas. Cierto es que cada vez resulta mas difícil hacerse con él, pero sobreviviré... Mi raza ha abandonado Equestria pero yo haré que resurja. Necesito que los ponis recuperen su lugar como raza hegemónica, por lo que debo encontrar la cura a su extraña esterilidad. Y el día que eso suceda, su amor volverá a ser tan poderoso como para que mi poder no conozca límites. Todos lamentarán el día que me dieron de lado: TODOS.
Soldado 260885. Fin del informe. Corto.
Tuve que buscarme la vida, manteniendo como podía el aspecto que había adoptado. La cosa no iba mal. Al ser mi forma la de una unicornio, podía hacer magia libremente. El amor era escaso al principio, pero el hecho de que aquellos pequeños ponis solo se tenían los unos a los otros me proporcionaron con el tiempo buenas dosis de amor fraternal y con los años incluso amor sincero. Conseguí condensar parte de aquel amor para poder transportarlo en esferas de cristal, por lo que me otorgué una marca de esas suyas con dicha forma, para no desatar sospechas. Siempre pensaron que simplemente eran abalorios bonitos, los muy ingenuos. Resultaba muy útil verles actuar, ya que con algo de práctica podía imitarles en casi todo, siempre en menor nivel que lo que pudiesen hacer, pero aun así les sorprendía lo bien que les copiaba. Pero finalmente... una pegaso de rasgos vampíricos me descubrió. Estúpida pegaso. Mi tapadera saltó por los aires y me vi obligado a alejarme de los ponis antes de que tomasen represalias. No quise pararme a ver sus reacciones, pero no habrían sido difíciles de imaginar, teniendo en cuenta como hemos sido tratados siempre. No es que me queje: ellos no dejan de ser una fuente de alimento para mí.
Llevo casi dos años sobreviviendo por mi cuenta. Debo ir emboscado hasta el cuerno de ropa para que no se me identifique, pero recuperar mi aspecto original al menos me sirvió para pulir de nuevo mi vuelo y mi magia propia. Es sorprendente lo fácil que resulta manipular a los otros con labia, el aspecto adecuado y algo de magia de confusion y control, por lo que puedo ir recuperando amor en pequeñas cantidades y entre diversas razas. Cierto es que cada vez resulta mas difícil hacerse con él, pero sobreviviré... Mi raza ha abandonado Equestria pero yo haré que resurja. Necesito que los ponis recuperen su lugar como raza hegemónica, por lo que debo encontrar la cura a su extraña esterilidad. Y el día que eso suceda, su amor volverá a ser tan poderoso como para que mi poder no conozca límites. Todos lamentarán el día que me dieron de lado: TODOS.
Soldado 260885. Fin del informe. Corto.