Para despejar tu mente de la conversación anterior y de tus pensamientos, que no te animaban demasiado, empezaste a jugar con tu lusus.
Así que te encontrabas bastante distraída de los sonidos que procedían del portátil, hasta que llego un punto, en el que pensaste que quizás fuera urgente y paraste de jugar con Lua, que al parecer no se tomo muy bien la parada repentina, y mientras te sentabas de nuevo, levantando la tapa de tu portátil, tu lusus se puso a darte golpes con la cola en las piernas.
Le contaste lo sucedido a tus amigos, que al parecer les había ocurrido lo mismo.