La espera de un capítulo protagonizado por Scootaloo fue enorme por todos los fans de My Little Pony. Para empezar, porque no habíamos visto jamás un capítulo protagonizado por ella. Apple Bloom ya tuvo unos cuantos y Sweetie Belle protagonizó uno de los capítulos más entrañables y paradójicos de la serie, "Sisterhooves Social". ¿Entonces dónde está nuestro pollo favorito? Otra razón fue porque queríamos ver un capítulo donde ella y Rainbow Dash desarrollaran una fina conexión entre las dos pegasos. De lo poco que vimos entre ellas fue en un par de chistes de un par de capítulos: "Ponyville Confidential" (uno de los capítulos que más en serio tomó al público) y "Owl's Well that Ends Well" (un capítulo infravalorado y que me recuerda benévolamente al desarrollo de Toy Story). ¿Pero hubo algo más además de lo presentado? Los guionistas nos escucharon, pensaron un guión que le gustara tanto a niños como a adultos (yo lo llamo "ponerse las pilas de PIXAR") y crearon una maravilla.
En los primeros minutos captamos enseguida la base del capítulo: Scootaloo quiere pasar más tiempo con Rainbow Dash. Con la idea de Applejack de montar una acampada, decide avisar a la pegaso celeste para entretenerse con sus amigas. Scootaloo lo pasaría en grande si no fuera por un detalle: Le dan miedo las historias de terror que cuenta Dashie. El conflicto está ahí y de verdad queremos ver a Scootaloo superarlo. La vemos sumergida en unos gags muy divertidos (digno de mención el instante del tronco hueco) y, sobretodo, en sus momentos del subconsciente. Esta última parte no pude evitar pensar en una escena del montaje final de Blade Runner: Concretamente, la escena donde Deckard sueña con un unicornio trotando por un idílico bosque. Repentinamente aparece Luna y Scootaloo la confiesa que tiene miedo de que Rainbow Dash se entere de su temor hacia sus terroríficas historias y que no la aceptaría por no estar a su altura. ¿Consejo que le da? Debemos controlar nuestros miedos, afrontarlos y reconocer que los tenemos.
En un último tercio insuperable y una conclusión altamente satisfactoria, Rainbow Dash conecta con Scootaloo y confiesa que cuando tenía su edad, sintió también miedo al escuchar estas historias. Con esto, la pegaso celeste decide pasar mucho más tiempo con Scootaloo. Un momento verdaderamente emotivo para su condición de serie infantil.
"Sleepless in Ponyville" me ha parecido un capítulo muy completo. Tiene todo lo que ofrece un buen capítulo de una buena serie. Los gags humorísticos son memorables y graciosos (Sweetie Belle y Rarity ganan por goleada, especialmente la primera, con algunas referencias a "Sisterhooves Social"), los detalles inquietantes son admirables (Scootaloo y su incapacidad para dormir tranquila), sus referencias al subconsciente son fantásticas (esa referencia a Blade Runner con la princesa Luna rescatada la ponen en buena forma) y sobretodo cuenta con humor y con un toque muy justo de drama un tema preocupante incluso para adultos: Miedo. El miedo a veces nos aleja de nuestros seres queridos si no lo confesamos. Y esto lo demuestra con claridad y presentando consecuencias. Ahí empatizamos con Scootaloo. Es la primera vez que vemos a un pequeño poni en una situación peligrosa, no de un poni ya crecido. Tiene un desenlace tierno y satisfactorio incluso para quienes veíamos dónde irían los tiros. Y me atrevo a decir que, al igual que "One Bad Apple", puede ganar muchísimo tras unos cuantos visionados. Dicho esto, me parece no sólo el mejor capítulo de esta temprana temporada, sino también de los mejores de toda la serie, junto con "Party of One" y "Call of the Cutie". Muchas gracias, Corey Powell.