Dios mío, Pika, eso nunca. En verdad te digo, que todos estamos solos. Aquellos en quienes más confiamos quizá un día ya no estén en tu vida, o simplemente no puedan estar cuando los necesites, para que quede claro. Nadie está a salvo, y por ello necesitamos a alguien, alguien en quien creamos poder confiar, para hacernos la ilusión de que no lo estamos. Lo siento, yo no sé dar palabras de esperanza, sólo palabras de consuelo mezquino, porque se basan en conocer que la miseria no sólo es propia sino común. Lo siento de nuevo, estoy divagando.
Lo que vengo a querer decir es algo que mejor no debería decir. Yo mismo no creo que haya un sentido a la vida, si no es en todo caso para dejar un legado que dure por los siglos de los siglos. Lo que atempera el desasosiego de la conciencia de la realidad es la felicidad. La vida no es sino una búsqueda permanente de la felicidad, queriendo esquivar la dura verdad y un combate por legar algo a este mundo en un intento de vencer esa misma verdad. Es un reto, un arcade infinito en el que lo más a que se aspira es la euforia de ir delante y a dejar una puntuación máxima en el registro para aquellos que vendrán después.
No puedes irte aún, no puedes haber creado tu legado. Te sugiero que busques ese entretenimiento en otras partes. Prueba nuevas cosas, busca nuevas experiencias. No hagas como yo, que sigo parado regodeándome sileciosamente en mi miseria (y no, no voy a hablar más de ello aquí). Prueba a hacer un cambio. A tu edad y aún en la mía, un cambio que sería radical de necesidad. Verás, yo sufrí hace poco una crisis, relacionada sobretodo con los estudios, que enlazó luego con otra más personal. Pero la dura de verdad fue la primera. Me sentí frustrado, fracasado, confuso y desesperado. Al principio estaba desorientado, atontado, no sabía qué hacer. Al cabo de un tiempo, decidí que lo mejor sería romper con todo, e irme lejos durante un tiempo. Pero eso es casi imposible sin pasta. Yo no tenía eso y tú tampoco creo que lo tengas. Entonces fui a un psicólogo, me activé, aunque poco, dado que ya te he dicho que estaba en otra crisis algo más personal, y mira. No se puede decir que sea verdaderamente feliz, pero no me importa demasiado. Miro el futuro con curiosidad e interés.
Quizá podrías ir a un psicólogo tú también, o buscar por tu cuenta una solución. El cambio es la salida, la solución. No tiene por qué ser un gran cambio, pero debe ser uno significativo. Un cambio de hábitos. Este post ha sido raro. Ha sido deprimente al principio, ha querido ser esperanzador luego y al final no sé qué ha salido. No sé si te será de ayuda. Sólo te pido una cosa: un abrazo. Tarde o temprano, las cosas irán a mejor. Es lo que tiene que "sólo puedan ir a peor", que en realidad a peor no pueden ir. Pero si llegas al extremo, antes que nada ven aquí a hablarlo, o coge un tren a cualquier parte. A Madrid, a Valencia, a Barcelona, donde haya un brony que te acoja un tiempo. Ese será suficiente cambio, estoy seguro, y tendrás alguien que te apoye mucho más cerca aún. Y tal como te he pedido, el abrazo!
