Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor]

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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Mensaje por Sr_Atomo » 12 Dic 2014, 08:40

Ya sé por qué Discord lo sabe... y es porque os ha visto en este mundo, SG91 y LloydZelos.

He aquí la prueba:

Spoiler:
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Si, es el Discord que aparece abajo a la derecha del foro...
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Échale un vistazo a mi fanfic "Parallel Stories" y opina.
Sr_Atomo
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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Mensaje por LloydZelos » 14 Dic 2014, 20:26

Acabo de acordarme de algo...

[quote="Volgrand";p=216444]¡ALEJAOS DE LOS CONEJOS; INSENSATOS!


Nos lo advirtió :rarwhy:
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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Mensaje por Sg91 » 30 Dic 2014, 19:37

Capítulo 6
Do a barrel roll!



Había algo, un no sé qué, que me reconcomía desde que descubrimos la existencia de Discord y el Consejo Escolar malvado. Y no lo digo solo por la posibilidad de que nos pillaran y echaran del instituto, sino por algo más que no alcanzaba a comprender. Había pasado ya casi una semana desde que Celestia habló con Discord y hasta ahora no había habido ningún tipo de consecuencia para nosotros. La vida seguía, el trabajo también y dentro de nada tendríamos un parcial de historia que me daba miedo hacer.

-¡Muchas gracias! ¿Cuánto es?

-Todo en su total unos treinta dólares.

Al menos el trabajo me ayudaba a pensar en otra cosa y a distraerme; en ese momento le estaba entregando un pedido a ni más ni menos que a Rose, Lily y Daisy, las cuales se encontraban trabajando en su floristería. Pagaron religiosamente y luego me regalaron una rosa para que me la llevara. Qué majas.

Como ese era el último pedido hasta el momento, opté por llamar a Lloyd para preguntarle si había más pedidos en el horno.

-Hey ¿cómo va eso?

-Ah, hola, hay un par de pedidos nuevos, pero los estamos haciendo, en cuanto los tengamos te doy un toque.

-Vale…

-Ah, por cierto, cuando puedas recuérdame que tengo que hablar contigo sobre algo importante y que no me había dado cuenta hasta ahora-añadió él.

-Vale, solo espero que no se me olvide a mí…

Esa mañana había amanecido clara y despejada, un leve viento frío proveniente del este peinaba las calles, arrastrando consigo las hojas de los árboles del otoño. Opté por esperar un poco dando una vuelta por allí y con la rosa en una mano, ya que no tenía donde meterla. Al pasar al lado de una tienda de reprografía, me di de bruces con alguien, viendo después contra quien me había chocado.

-¡Ah, perdona Sunset, no te había visto!

-Oh, Sg, no pasa nada, iba distraída…

Por un momento la observé un poco mejor y vi que iba ataviada en un abrigo de lana que le quedaba muy bien; llevaba consigo un buen montón de papeles en una carpeta.

-¿A dónde vas con todo eso?-inquirí yo, curioso.

-Había venido a imprimir unas cuantas cosas… oh, que rosa más bonita ¿es para mí?-observó ella, en ese momento.

Fue entonces cuando me di cuenta de que me había quedado con el brazo extendido, con la rosa delante de ella.

-Ah… sí, claro, puedes cogerla…

-Oh, muchas gracias…-agradeció ella, cogiéndola y oliéndola.

Por un momento hubo un breve silencio en el cual ninguno de los dos dijimos nada; yo, por romper el hielo, pregunté.

-¿Cómo llevas historia?

-Bueno, ahí va… el temario es muy extenso, y no es fácil aprendérselo entero. No puedo con las fechas, no se me queda ninguna.

-Ah, yo no me las aprendo, si te soy sincero…

-¿Ah, no? ¿Y cómo haces para contarlo todo sin fechas?

-Lo cuento todo de una forma más narrativa, se me da mejor así; además, mientras menciones los detalles importantes…

-Oh, bueno, podría intentarlo de esa forma…

-Pruébala, a mí siempre me funciona…

Justo en ese momento me llamaron al móvil y supe que había trabajo por hacer.

-Bueno, te dejo que hay más pedidos que repartir.

-Vale…

-¿Vienes esta tarde a tomar algo?

-Claro, nos vemos luego.

-Genial, chao.

Tras las despedidas me puse de nuevo en camino a la cafetería, volviendo a la carretera y pegándome a la derecha todo lo posible; un poco más adelante había un semáforo en rojo, por lo que tuve que parar al lado de un Chevrolet camaro que me era familiar. No fue hasta que se bajó la ventanilla cuando vi de quien se trataba.

-Hombre, Flash ¿Qué tal?

-Hola Sg, hacía tiempo que no hablaba contigo… ¿Qué tal todo?

-Aquí tío, currando de repartidor… bonito coche, por cierto.

-Gracias, me lo regaló mi padre por mi cumpleaños. Por cierto, quería hablar contigo de una cosilla…

-Tú me dirás…

-El otro día me encontré con Lloyd cerca del instituto y… j*d*r, tío, me parece que no le caigo bien, aunque no entiendo por qué ¿has hablado con él últimamente?

Ante eso alcé la ceja de forma inquisitiva, quedándome ciertamente extrañado; y no por el hecho en sí, sino por la forma en que me lo preguntaba.

-¿A qué te refieres exactamente? Paramos en la misma habitación de la residencia, por si no lo sabías…

-Ya, ya, lo sé, te lo pregunto por si él te había comentado algo…

Cada vez que Flash hablaba yo me quedaba más y más confuso, sin saber a dónde quería llegar a parar; aunque de alguna forma me lo imaginaba, no me terminaba de encajar del todo por qué me lo decía. Decidí cortar por lo sano.

-Pues mira, a mí no me ha dicho nada… pregúntale a él si eso.

-Ya, bueno…

Para entonces yo ya quería salir corriendo de allí, sin ningunas ganas de hablar con él. Ese semáforo estaba tardando demasiado en cambiar.

En ese momento, en el carril de al lado, oí de sopetón una música apagada; giré la cabeza y entonces me encontré con un coche de colores fríos que me resultaban tremendamente familiares. Justo después la ventanilla del lado derecho se abrió, oyéndose con más fuerza unos ritmos dubstep de lo más molones, además de cierta chica de pelo azul marino y gafas ahumadas.

-¡Flash Sentry, tío, menudo buga te gastas!

-¡Hola Vinyl! Oí que ibas a asistir a la fiesta de Halloween ¿estás preparando algo especial?-inquirió Flash.

-¡Ya lo creo que sí, tío, esperad a oír lo que tengo preparado, lo vais a flipar! ¿Quién es tu amigo?

-Ah, soy Sg, Sg91…-me presenté yo, ocultando mi flipe como buenamente podía.

-¡Vinyl Scratch, encantada, aunque también me conocen como DJ-Pon3, mi nombre artístico! ¡Tú eres nuevo! ¿Verdad? no me suenas mucho…

-Sí, llegué hace pocas semanas…

-¡Entonces no te puedes perder la fiesta de Halloween de este año! ¡Va a asistir todo el instituto, yo me voy a encargar de la música y Pinkie Pie me va a ayudar con las decoraciones!

-Ah ¿conoces a Pinkie?-inquirí, curioso.

-¡Claro que sí, es la tía con más marcha de todo el instituto Canterlot! ¿Quién no la conoce si estás matriculado allí?

-Sí, eso también es verdad…

En ese momento el semáforo cambió a verde, después de unos minutos que me parecieron horas.

-¡Verde y a correr! ¡Nos vemos, tíos!-exclamó Vinyl, antes de acelerar y despedirse de nosotros.

-Sep, hay que moverse, hablamos en otro momento Sg-me dijo Flash.

-Venga, hasta luego…

Vinyl siguió todo recto, Flash torció a la derecha y yo a la izquierda. Me resultaba ciertamente chocante encontrarme con una situación tan cotidiana y corriente en un entorno en el cual yo era un elemento sobrante, por así decirlo. Aunque fuera Flash Sentry, y por muy raro que pudiera sonar, hablar con él era agradable y se le notaba que era un buen chaval. Pero claro, todo lo que sé de él es inversamente proporcional a lo que sé de las chicas, por poner un ejemplo. Y eso mismo no ayudaba para nada.

Llegué a la cafetería al poco rato y dejé la bici en el pasillo, al tiempo que llamaba a Lloyd.

-¿Ya están esos pedidos?-inquirí, entrando en la cocina.

-Casi, dame unos minutos-pidió Lloyd, vigilando el horno.

Vi entonces que ni Pinkie ni los Cake estaban allí, por lo que pregunté.

-¿Dónde están Pinkie y los Cake?

-Han ido un momento al súper a comprar algunas cosillas de emergencia, se nos ha acabado la harina y la maicena…

-Ah, bien… ¿qué era lo que me querías comentar, por cierto?

-Ah, sí… ¿tú con que compañía tenías contratada la tarifa del móvil?

-Con Orange ¿por?

-Yo con Movistar… pero piensa por un momento ¿cómo es posible que podamos seguir llamando, mandando y recibiendo mensajes de WhatsApp si nosotros estamos aquí?-comentó entonces él, muy acertadamente.

El detalle me dio que pensar y me dejó un tanto rustleado en el sentido de que razón no le faltaba.

-Ostias, pues…

Por un momento saqué el móvil y lo miré; cobertura había, también tenía conexión de datos disponibles, y podía llamar también puesto que antes había llamado a Lloyd yo mismo. ¿Cómo era posible?

-Joder, bien pensado, no se me había ocurrido…

-Ya, a mí tampoco hasta que recordé que mi tarifa incluía megas de internet limitados…

-Pues resulta curioso… pero espera ¿y si está relacionado? Hasta ahora tan solo hemos podido contactar con los demás a través del ordenador, el móvil e internet en general, podría ser la clave para salir de aquí…-observé yo.

-Ya, vale, pero en ese caso ¿cómo podríamos hacerlo?

Llegados a ese punto no supimos bien como contestar a esas preguntas y nos quedamos en silencio, sin saber bien qué pensar.

En un momento dado, Lloyd habló.

-Bueno, al menos tenemos algo… y por muy raro que parezca, nuestras tarifas sigan operativas aunque nosotros estemos en otra dimensión.

-Te das cuenta que eso suena como excusa pobre y mal justificada de fic de tercera ¿verdad?-comenté yo, como quien no quiere la cosa.

-Ya ¿y que más quieres? Estar aquí ya es de por sí lo suficientemente raro…

Ante eso tan solo asentí, sin decir nada más. Justo después tanto los Cake como Pinkie regresaron del supermercado con la compra ya hecha.

-¡Lloydi, hemos vuelto! ¡Hola Sgi!

-Hola Pinkie…

-Ah, por cierto, no os había dicho nada porque quería que fuera una sorpresa, pero dentro de una semana será la fiesta de Halloween y sería genial, estupendo y fantasbuloso que vosotros vinierais también…

-Suena bien, me apunto…-asintió Lloyd.

-¡Genial! ¿Y tú, Sgi?

-Bueno, supongo que también… además, viniendo para acá conocí a la DJ que llevaría la música, así que…

-¡Ah! ¿Has conocido a Vinyl? ¡Esa tía mola muchísimo, su música es genial, hemos hecho cosas juntas! ¡Ya veréis, va a ser la fiesta de Halloween más genial y terrorífica de todas!-exclamó la chica, abrazándonos a los dos a la vez.

-No lo dudo…-mascullé yo.

-Sí, lo estoy deseando…-hizo lo propio Lloyd, tratando de respirar.

-Muy bien, chicos, dejad las fiestas para otro momento y seguid trabajando que hay más pedidos…-nos azuzó la señora Cake justo después.

A los pocos minutos salieron un par de tartas del horno y yo me fui a repartirlas mientras que los demás seguían trabajando. Afuera, el día comenzaba a nublarse ligeramente.






-Joder, estoy nervioso…-masculló Lloyd, moviendo la pierna todo el rato.

-¿Lo dices porque es la primera vez que haces un examen de historia de Estados Unidos o porque no has estudiado una mierda?-inquirí yo.

-A ver, lo he intentado, otra cosa es que luego no sepa contestar…

-Ya, eso es lo malo…

-Me da hasta miedo… Pinkie ¿cómo son los exámenes de Luna?-inquirió Lloyd justo después.

-Huy, a veces va a pillar y pregunta cosas muy concretas… y como te pongas a contarla tu vida o no contestes a la pregunta, te lo tacha todo sin miramientos.

Ante eso, Lloyd dejó escapar un bufido y dejó caer la cabeza sobre el pupitre, quedándose en esa pose; Applejack opinó poco después.

-Bueno, no es muy malo si has estudiado… a la vicedirectora Luna no le gustan nada los vagos.

Por mi parte quise decir algo, pero en ese momento la aludida entró en clase con una carpeta llena de papeles bajo el brazo.

-Buenos días, chicos… espero que estéis preparados…

Por su parte, Lloyd dejó escapar un leve gemidito.

-Ya sabéis cómo va esto, pero os lo repito por si alguien no se ha enterado. El examen tiene cinco preguntas, dos largas de desarrollo y tres de respuesta corta. Quiero respuestas claras, directas y concisas, si no, no puntúo. Ah, y cuidad las faltas de ortografía, recordad que una resta un punto, dos otros dos, y tres suspende el examen con un cuatro aunque esté impoluto.

Por mi parte alcé las cejas con gesto curioso; esa era una norma propia de los exámenes de selectividad, no de un examen parcial de instituto.

-Recordar también que si aprobáis este examen se libera parte del temario para que así tengáis menos que estudiar para el final, así que espero poner muchos dieces… pasadlos para detrás, por favor.

El examen consistía en una hoja impresa con las preguntas y otras tres grapadas en las que escribir todo el contenido; en cuanto Applejack me pasó el taco, cogí uno y pasé el resto, mirando la hoja de las preguntas justo después.

1.-Batalla de Saratoga. (2 puntos)

2.-Guerra Civil. Causas y consecuencias. (2 puntos)

3.-Explique brevemente el Motín del Té. (2 puntos)

4.-Defina y explique brevemente la Doctrina Monroe. (2 puntos)

5.-Explique en qué consistía el plan Anaconda y las consecuencias que tuvo. (2 puntos)


El caso es que me dejó un tanto sorprendido; lo del plan Anaconda y el motín del Té eran dos preguntas casi regaladas, ya que llegamos a verlo en clase con bastante detalle y me dejó un tanto extrañado que Luna se pusiera tan facilona con dos preguntas. Pero vamos, cuatro puntos regalados siempre eran bien recibidos, así que…

Lo de la batalla de Saratoga era mucho más específico y sí que tenía más chicha; esta batalla fue una de las tantas que hubo durante la guerra de independencia, y la primera y decisiva gran victoria de las trece colonias sobre el reino de Gran Bretaña. Tratando de aislar a Nueva Inglaterra del resto de las colonias para luego presionarlas desde el sur, el general Burgoyne remontó el Hudson desde Montreal, cometiendo el inmenso error de dividir a sus tropas pensando que así la presión sería mayor. Los colonos también se dividieron, haciéndose luego fuertes en cuanto se reagruparon, aislando a Burgoyne y los suyos en Nueva Inglaterra, saliéndole el tiro por la culata. Tuvo que rendirse poco después y permaneció preso hasta el fin de la guerra.

Evidentemente no me acordaba de todo, y aun a pesar de que los detalles eran importantes, me encontré muy limitado en ese aspecto y opté por poner todo lo que me sabía.

La pregunta de la guerra Civil era relativamente sencilla; los confederados se sentían más progres que nadie y les dijeron a los de la Unión que no necesitaban sus esclavos, declarando su independencia. A los confederados les sentó mal y les dio por declararles la guerra, siendo una de las más crueles y sangrientas de todo el país. Evidentemente no se lo puse así, pero lo aderecé un poco con detalles que me acordaba; quise inventarme un poco, pero preferí no tentar a la suerte.

La doctrina Monroe era una americanada como la copa de un pino; atribuida a James Monroe, pero realmente concebida por John Q. Adams, era esencialmente América para los americanos. Aunque de forma más detallada, establecía que cualquier intervención de los estados europeos en América seria visto como un acto de agresión que requería de la intervención de los Estados Unidos. Definió muy bien la política exterior a lo largo de todo el siglo XIX y XX, primero con dudas, y luego con gran entusiasmo y patriotismo por parte del pueblo llano. Viva América. Pero sirvió más bien de poco, porque luego todo dios en Europa se puso a intervenir desde las Malvinas hasta Nicaragua, sudando de la doctrina ampliamente. f*ck América.

El resto del examen era más bien sencillo, pero teniendo en cuenta las palabras de Pinkie y las de la propia Luna, traté de ponerle tanto detalle como me fue posible.

A Lloyd le noté bastante apurado en casi todo momento, parecía tener problemas con algunas preguntas; traté de ayudarle como buenamente pude, pero resultaba complicado que Luna no nos pillara, ya que estaba ojo avizor todo el rato, y apenas apartaba la mirada de nosotros dos.

Lancé varias miradas al resto de chicas para ver cómo les iba a ellas; a Rarity se la veía particularmente concentrada, escribiendo a buen ritmo. Applejack escribía unas cuantas líneas y luego paraba, para luego volverse a poner a escribir al poco rato. Rainbow estuvo un buen rato sin escribir nada, haciendo malabares con el boli entre sus dedos, hasta que finalmente se puso a escribir lentamente. Fluttershy mantenía un ritmo más lento pero constante, sin apenas parar. Pinkie escribía alegremente, al tiempo que tamborileaba los dedos en la mesa y movía la cabeza rítmicamente; tuve que contenerme un poco para no reírme. A Sunset por su parte se la veía casi tan concentrada como Rarity, o puede que un poco más, escribiendo a un ritmo más fluido y lanzado.

Las dos horas y media de clase volaron enseguida, obligándome a repasar rápidamente el resto de preguntas; unos pocos minutos antes de que diese la hora, Luna anunció.

-Vale, ya casi es la hora, dejad de escribir.

Nada más decirlo, la mayoría de la gente soltó sus bolis y paró; pero Lloyd trató de apurar los últimos segundos al máximo.

-Señor LloydZelos, he dicho que deje de escribir…-murmuró Luna con voz queda.

El chico soltó el boli y alzó la mirada, dejando a la vista una expresión un poco airada.

-Muy bien, pasadlos hacia delante.

Los exámenes pasaron de manos hasta llegar todos a Luna, guardándolos en la misma carpeta en la que vinieron. La campana sonó pocos segundos después.

-Para la semana que viene estarán todos corregidos, el próximo día seguiremos con el temario. Hasta luego.

Una vez fuera y en pleno recreo, nos juntamos todos para sacar nuestras propias conclusiones y disipar dudas; personalmente no me gusta intercambiar información después de un examen, ya que luego me rustleo cosa seria y me agobio pensando en todo lo que está mal, pero me quedé igualmente para ver qué comentaban las demás.

-Bueno ¿qué tal?-inquirió Rarity, rompiendo el hielo.

-Fatal…-masculló Rainbow, un tanto molesta.

-Lo secundo…-añadió Lloyd justo después.

-Bueno, bien, yo creo que apruebo…-comentó Applejack.

-Pues… bueno, no ha sido muy difícil, creo que bien…-murmuró Fluttershy, a media voz.

-A mí me ha salido bastante bien… ¿soy solo yo o Luna lo ha puesto muy fácil esta vez?-quiso saber Rarity, un tanto intrigada.

-Sí, desde luego, normalmente suele ser más incisiva en los exámenes finales, a mí también me ha salido bien-asintió Sunset, particularmente animada.

-¡No ha estado mal! ¡Me ha salido especialmente bien la del Saratoga, usé una canción para aprendérmela, fue muy divertido!-exclamó Pinkie, toda alegre.

Vaya, así que era eso lo del tamborileo y el ritmo con la cabeza…

-¿Y tú que tal, Sg?-inquirió en ese momento Applejack.

-Oh, bien, no me ha salido tan detallado como me esperaba pero lo fundamental está puesto, así que…

-¡Genial, un parcial menos! ¡La semana que viene tenemos uno de lengua antes de la fiesta de Halloween! ¡Qué ganas tengo de ir!-exclamó Pinkie, dando saltitos.

-Sí, genial… id yendo para allá, voy a pasar un momento por la taquilla…-murmuró Lloyd, algo alicaído.

-¡Vale Lloydi, te esperamos!

-¿Quieres que te acompañe?-le sugerí yo.

-No, está aquí al lado, tranquilo.






Lloyd se separó del grupo, torció a la derecha en el siguiente pasillo y siguió la numeración de las taquillas hasta llegar a la suya, la 325. Justo al lado había una abierta, sin poder ver de quien era, pero en cuanto se acercó a la suya la otra se cerró, dejándose ver a cierta persona non grata para él. Y, para su desgracia, esta le vio.

-Ah, hola Lloyd ¿Qué tal todo?

El aludido se le quedó mirando con cara de pan, sin apenas pestañear y comenzando a respirar con fuerza; Flash le miró con cara de circunstancia, sin saber bien qué decir.

-¿Qué tal te ha salido el examen? ¿Bien?

Lloyd no contestó, si acaso tan solo dejó escapar un leve gruñido apagado, sin saber bien cómo contestarle o decirle algo sin que le entraran ganas de clavarle un boli en el bazo. Flash le miraba cada vez más y más asustado, sin comprender por qué le miraba así.

-Eh… bueno, veo que no estás de humor, si eso hablamos en otro… momento…

El chico se apartó de él a trompicones y se fue de allí rápidamente en cuanto se aseguró de que no le veía. Una vez solo, Lloyd trató de calmarse respirando profundamente tres veces y, en cuanto estuvo mejor, abrió su taquilla para dejar algunas cosas. Pero para su sorpresa se encontró en su interior cierto elemento que no estaba ahí la última vez que miró. Un pequeño sobre blanco sin nada apuntado en él yacía en el suelo de la taquilla. Extrañado como mínimo, lo cogió, lo abrió y sacó de él un papel en el cual se podía leer una nota escrita con recortes de periódico que rezaba.

Os han pillado, necesitáis mi ayuda. Ve esta noche a la caseta de mantenimiento y busca un sobre blanco escondido tras el armario de las herramientas.

Lloyd se quedó a cuadros, esferas, triángulos y romboides en cuanto leyó esa extraña nota. ¿Alguien les ayudaba? ¿Quién? ¿Y quién podría haberse enterado de su secreto? Miles de preguntas rondaban por su mente, y todas ellas sin ninguna respuesta. Optó por dejarlo en ese momento y hablarlo luego con Sg, dejando las cosas en la taquilla y guardándose esa extraña nota en la mochila, sin poder quitarse de la cabeza de quien podría ser ese insólito anónimo.





Esa misma tarde, en cuanto volvimos del café en el Sugarcube Corner, me puse a hacer los deberes que nos habían mandado ese mismo día; resultaba particularmente extraño volver a hacer ejercicios de bachiller desde el punto de vista de un universitario que ya estaba en tercero de grado. Aunque desde que volvimos notaba a Lloyd más nervioso de lo habitual, por lo que le pregunté.

-Hey, te noto un poco apagado ¿tan mal te salió el examen?

-No, no es por el examen… quería esperar a este momento para enseñártelo, mira lo que encontré en mi taquilla esta mañana.

Desdoblé un papel que me tendía y me quedé anonadado tras leer lo que en él había escrito.

-Espera, espera ¿qué? ¿Quién nos ha podido descubrir? ¿Y por qué nos ayuda?

-No tengo ni zorra, lo he estado pensando durante todo el día y no se me ocurre a nadie que pudiera habernos descubierto… pero si te fijas bien nos dice que nos han pillado, no que quien quiera que sea el que nos lo manda nos ha pillado, por lo que tiene que ser alguien que sepa de antemano todo-explicó Lloyd.

-Pero eso complica aún más las cosas, hemos sido cautelosos desde que llegamos aquí, es imposible que alguien nos haya descubierto… a no ser que…

-¿A no ser que qué?

-El otro día llegó Discord y estuvo supervisando a Celestia y a Luna… ¿y si por un casual han sido ellos los que nos han descubierto?-sugerí.

-Pero eso no tiene sentido, en ese caso habrían actuado y ya debiéramos estar de patitas en la calle… y en tal caso, los únicos que lo sabrían serian exclusivamente ellos tres, tampoco tiene sentido que sea uno de esos tres el que nos quisiera ayudar ahora.

-Es verdad, no tiene sentido se mire por donde se mire… y aun así alguien nos quiere ayudar ¿por qué? Oh dios, no entiendo nada…

-Yo tampoco, temo que pueda ser una trampa, pero tendremos que ir esta noche a la caseta de mantenimiento, no nos queda otra si queremos descubrir qué demonios está pasando aquí-murmuró Lloyd, casi sin opciones.

-¿Por qué siento que me acojono ahora?-me pregunté en voz alta.

-Porque tienes motivos para hacerlo…-me contestó Lloyd con una cara muy seria.

Esa misma noche esperamos a que todo el mundo en la residencia se acostara y nos escabullimos entre las sombras para dirigirnos a la caseta de mantenimiento, la cual estaba situada al otro lado de los terrenos del instituto. La caseta era una muy parecida a los módulos que se solían usar en obras y demás sitios similares, aunque era un poco más larga y tenía un tejadillo a dos aguas. Ambos nos esperábamos que se encontrara cerrada o algo por el estilo, pero para nuestra eterna sorpresa descubrimos que la puerta estaba abierta, con la llave puesta al otro lado de la cerradura y con una notita pegada a ella que rezaba.

Cerrad y dejadla bajo la piedra al lado del árbol

-¿¡Qué?! Vamos no me jodas, esto es ridículo…-masculló Lloyd.

-Quien quiera que sea este tipo sabe cosas que cualquiera no sabría… es imposible que sea alguien que conozcamos…-pensé yo en voz alta.

-Bueno, eso no importa ahora, veamos ese armario…

Alumbramos el interior con los flashes de nuestros móviles a modo de linterna y exploramos el sitio en busca de dicho armario; no costó mucho dar con él puesto que estaba al otro lado de la caseta, apoyado en la pared de enfrente. Nos acercamos al armario y lo alumbramos de cerca, según la nota el sobre estaba tras éste, y había un hueco lo suficientemente grande entre el armario y la pared en el cual dejar algo delgado y pequeño. Lloyd alzó una mano y la metió en él mientras lo alumbraba con el móvil.

-Ah, veo algo…

-Genial, sácalo de ahí…

Sin mucho esfuerzo Lloyd sacó un sobre blanco de tamaño grande, en el cual había una serie de papeles que también sacó; los alumbré con mi móvil para verlos mejor y descubrimos anonadados que se trataban de sendas actas de matriculación sin rellenar. Junto a ellas venía una nota que decía.

Rellenadlos y dejadlos aquí mañana por la noche sin falta

-Vale, esto sí que es ridículo…-soltó Lloyd, sin creérselo.

-Lo sabe… sabe que estamos aquí sin permiso, y aun así nos lo está dando. No tiene sentido…

-Para nada, pero es que aun así… ¿Quién es este tío, por qué nos ayuda, cómo ha podido saberlo? ¡¡No entiendo nada, j*d*r!!-masculló Lloyd, con rabia.

Por mi parte me quedé callado, sopesando posibilidades, y dándome cuenta de que no llegaba a ninguna parte de ninguna manera.

-Bueno, vale, pero míralo fríamente, nos está dando la oportunidad de quedarnos aquí indefinidamente, deberíamos aprovecharla ¿no crees?

Ante eso Lloyd miró de nuevo los papeles, no muy convencido, pero finalmente murmuró.

-Sí, la verdad es que esto nos podría arreglar la vida, al menos a largo plazo… está bien, pero pienso descubrir quién nos está ayudando, eso tenlo por seguro.

-Sí, claro, yo también.

Decidimos no quedarnos más tiempo para evitar llamar la atención y nos fuimos de allí, no sin antes cerrar la puerta y dejar la llave en el sitio indicado. De alguna manera los acontecimientos habían dado un giro inesperado, y ahora una extraña y anónima persona nos estaba ayudando a que no nos echaran a patadas de allí. Por un lado era de agradecer, pero por otro nos inquietaba con buena razón, ya que eso significaba que alguien en el pueblo sabía que no éramos de ese mundo. Esa vez tardamos mucho más en dormirnos por obvias razones.







Esa noche la luna se encontraba en cuarto menguante, y su fina figura apenas llegaba a alumbrar nada; el párking de un motel de mala muerte a las afueras del pueblo se encontraba poco iluminado debido a esto, y de todas sus ventanas, sólo una mostraba luz en su interior. Dos figuras encapuchadas se encontraban agazapadas en torno a la llama de una débil y parpadeante vela, sin dirigirse la palabra. En un momento dado, una de ellas habló.

-Tengo hambre, Adagio…

-Yo también, pero al menos no me estoy quejando constantemente como una llorica. Haz el favor de madurar, Sonata…

Tras esa reprimenda ninguna de las dos volvió a hablar, sumiéndose en un denso silencio; en un momento dado la puerta se abrió y una tercera chica entró en escena. Adagio se puso en pie e inquirió.

-¿Y bien? ¿Has podido acercarte?

-Sí y no…-murmuró la chica, descubriéndose una vez dentro.

-¿Sí y no? ¿Qué significa eso de sí y no?

-Es un instituto como otro cualquiera, no tiene gran cosa… ha sido fácil colarme y fisgonear, pero no he visto nada destacable.

-¿Qué? ¿Eso es todo?

-Sí ¿qué más querías?

El ceño de Adagio se frunció ampliamente, matando con la mirada a la chica y sintiendo cómo su cabreo aumentaba por momentos.

-¿Que qué más quería? Pues mira, dado que tú misma me imploraste hasta el hartazgo que te dejara ir a ti, yo decidí complacerte pensando que igual Aria se esforzaría al verla tan inspirada, y me traería algo sustancial. Pero ahora vienes aquí con toda tu chulería, y me dices que qué más quería…

Tras esa perorata ninguna de las dos volvió a hablar y Aria tragó saliva, sin poder evitar sentirse más nerviosa de lo habitual. Adagio siguió atravesándola con la mirada, tratando de contenerse.

-Siempre has sido igual de chulita, Aria, que si tú esto, que si tú aquello… siempre queriendo mandar. Pero no todos saben hacerlo… y se ha dejado más que claro quién sabe mandar aquí.

Las mejillas de Aria se encendieron como brasas, mirando hacia otro lado, como si quisiera huir de la reprochadora mirada que Adagio la estaba echando. Una condescendiente sonrisa se dibujó en la cara de Adagio, la cual habló justo después.

-Dado que Aria no ha sido capaz de traerme una respuesta satisfactoria, serás tú la que se encargue de ir a vigilar ese instituto, Sonata. Y creo que no hace falta remarcar que quiero que vuelvas con buenos resultados.

-Ah… ¡sí, Adagio!-exclamó Sonata, con gesto feliz.

-Muy bien…

Aria no volvió a decir nada más, sin embargo miró a Sonata con un gesto de absoluto desprecio dibujado en su cara; ni Adagio ni la propia Sonata se percataron de esto. Afuera, una nube cubrió la delgada luna, oscureciendo un poco más el ambiente.

Te voy a escribir toda enterita... cachito a cachito... con todo lujo de detalles...
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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Mensaje por edgareo » 31 Dic 2014, 01:45

Como siempre, awesomenoso X33
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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Mensaje por taila_fox » 31 Dic 2014, 02:56

uh! quiero más, quiero más! Estoy nervioscitada por ver como sigue ésto >3<!
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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Mensaje por LloydZelos » 31 Dic 2014, 03:31

Genial capítulo de desarrollo argumental, con mayormente el regalazo misterioso de las actas de matriculación que me hace devanarme la cabeza pensando en quién podrá ser. Aunque también está el punto importante del funcionamiento de nuestros móviles because yes y Flash sospechando cosas a raíz de mi comportamiento (he podido sentir mis válvulas de presión a punto de ceder con el irónico hecho de que nuestras taquillas estén tan próximas :ppmad: ). Buena y extraña escena con los coches, parecía una conversación aleatoria de GTA :sisi1:

Por otra parte, auque ya lo sabes, me has dado verdadero miedo con lo del cabezazo contra la mesa y apurar al máximo antes de entregar el examen, ya que ambas cosas son muy típicas en mi en exámenes y no te lo había dicho nunca. Sal de mi cabeza, que te vas a hacer daño :sisi3: Ha estado muy divertido ver cómo se desenvolvía cada una, sobre todo Pinkie con su canción (acertadísimo). No tengo mucho más que decir, salvo que espero esa supuesta fiesta de Halloween con hype y miedo, tanto del bueno como del "socorro". Respecto a tu momento con Sunset, bueno...

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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Mensaje por agustin47 » 31 Dic 2014, 11:10

No sé por qué, imagino a Lloyd en esa situación en un examen. También me imagino y pienso en quien podría ser el que les ayuda, o si en algún momento Flash y Lloyd podrían ser amigos. Si eso ocurriera... Oh, Dios, eso sería demasiado para mi ser :qmeparto:
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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Mensaje por Marquis Perhaps » 31 Dic 2014, 20:54

Excelente todo el capítulo , en mi opinión la mejor parte o escena fue el encentro con Flash Sentry con Lloyd. Esas ganas de quemarle vivo se comparten en parte. Escena Sg91 Y Sunset muy bien detallada y muy bien cuidada . Listo para Zarpar :discordok:
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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Mensaje por neizan » 10 Ene 2015, 23:33

Gran fic. No me gusta mucho el mundo de Equestria Girls y tampoco conozco a los protagonistas de la historia, pero he de admitir que me enganché.
Le das un toque original a la historia y captas la personalidad de los personajes yo creo que perfectamente.
Mola. :lyclap:
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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Mensaje por Sg91 » 07 Feb 2015, 00:07

Capítulo 7
Espeluznantemente delicioso


-Sg91 ¿quiere hacer el favor de terminar con el ejercicio? Le estamos esperando…

Me quería morir. En serio. En esos momentos me estaba acordando de por qué era de letras. Las clases de matemáticas eran una auténtica tortura para mí y encima, en esa ocasión, a Cranky Doodle se le había ocurrido sacarme a mí a la pizarra para que resolviera una función delante de todo el mundo. Putos números de mierda… Ante mí danzaban los siguientes números dispuestos de la forma más mareante posible.

x3 * (x2 -25)

Más de tres años sin ver absolutamente nada de matemáticas pasaban factura y todo eso me sonaba a chino; todas las clases hasta el momento habían pasado conmigo de cuerpo presente y nada más. Y con Lloyd pasaba algo similar. Di varios toquecitos en la pizarra con la tiza, sintiéndome desesperado. Ante esa tesitura, Cranky Doodle suspiró y murmuró con asco.

-Por favor, que alguien le eche una mano a Sg91…

A veces me daban ganas de darme la vuelta y decorarle su amargada cara con mi puño. En ese momento oí a alguien ponerse a mi lado y vi que se trataba de Sunset, la cual cogió una tiza y me susurró.

-Tranquilo, no le hagas caso…

-Gracias Sunset…

-Bueno, hasta ahora me has estado ayudando, así que me toca a mí ayudarte ¿no?

Ante eso no pude evitar sonreírla levemente, al tiempo que ella me respondía con el mismo gesto; acto seguido escribió la solución directamente justo debajo, siendo tal que así.

x5-25x3

-¡Bien, eso es, por fin! Siéntense, por favor…

Los dos volvimos a nuestros asientos, pero Cranky Doodle aprovechó para comentar mientras volvía a la pizarra.

-Va a tener que trabajar mucho más si quiere aprobar conmigo, señor mío.

Aproveché que él estaba de espaldas para dedicarle un rápido corte de mangas antes de volver a sentarme. Tanto las chicas como el resto de compañeros que me vieron se me quedaron mirando con cara incrédula.

-Que me prueben que me falta razón…-mascullé por lo bajo una vez en mi sitio.

-Desde luego…-murmuró Lloyd, con gesto cansado.

Desde que recibimos aquel misterioso anónimo que se ofrecía a ayudarnos Lloyd apenas descansaba, ya que había estado ocupado tratando de desentrañar el misterio de quien podría ser esa persona. Se había hecho un cuadro con sus sospechosos más y menos probables, tratando de encontrar algún tipo de relación que les uniera. En cuanto a lo del anónimo en sí rellenamos las actas de matriculación y las dejamos donde estaban la noche siguiente. Y hasta ahora, ya que no había vuelto a contactar con nosotros.

-En fin… ¿alguna idea de quién puede ser nuestro hombre?-inquirí por lo bajo.

-O mujer, en estos momentos todo es posible… estoy entre algunas de las personas que componen la secretaría, pero hasta ahora no he encontrado nada que los relacione entre sí. Ninguno de ellos nos conoce, pero quiero abarcar todas las posibilidades.

-Ya… ¿y qué hay de Luna o Celestia?-inquirí.

-Totalmente descartadas, no tiene sentido que nos ayudaran así sin más…

-¿Seguro? ¿Y si tienen alguna razón oculta que nosotros no sabemos?

-Del todo, eso que dices es ridículo, y por una razón muy simple…

Antes de que pudiera decirme nada más, Cranky Doodle soltó de golpe.

-Señor LloydZelos, usted será el siguiente en hacer la próxima función…

El aludido se quedó con cara de circunstancia, mirando brevemente a la nada antes de levantarse con gesto desganado.

-Lo siento…-murmuré yo por lo bajo.

-Na, tranquilo, de esto sí que me acuerdo…

Y así fue, puesto que la próxima función, bastante similar a la anterior, fue resuelta por el chico sin mayores complicaciones; por un momento me dio hasta envidia y todo.

El resto de la clase pasó pesadamente, por un momento me dio la sensación de que el segundero del reloj de clase se movía como si pesara un quintal y todo a mi alrededor se diluía hasta desaparecer. Pero en realidad tan solo me estaba quedando dormido, por lo que di una cabezada y traté de mantenerme despierto.

El salir de clase y el posterior recreo me sentó de maravilla, y en cuanto el aire fresco del pasillo me golpeó la cara me desperté; se notaba que empezaba a refrescar, estando el invierno un poquito más cerca.

-Hey chicas ¿ya habéis pensado de qué os vais a disfrazar para la fiesta de Halloween?-inquirió Pinkie en un momento dado.

-Bueno, dado que va a ser una noche terrorífica he pensado en un par de opciones… pero no os las voy a decir, tendréis que esperar hasta la fiesta para ver solo una-comentó Applejack, esbozando una zalamera sonrisita.

-Oh, qué pena… pero es intrigante, eso me gusta.

-Yo he pensado en algo que sea terrorífico y a la vez glamuroso… y creo haber encontrado la clave-murmuró Rarity justo después.

-¡Genial! ¿En qué has pensado?

-Creo que voy a hacer como Applejack y guardarme la sorpresa hasta el final… quiero sorprenderos. ¿Y tú, Rainbow?

-Meh, aún no lo he pensado… no sé, ya veré, yo también quiero causar una buena impresión. Aunque para este año tienes que venir, Fluttershy…

Al oír eso la chica se encogió sobre sí misma, mostrándose bastante asustada con la idea.

-Oh, no, no creo que vaya, ya sabéis que no me gusta la noche de Halloween…

-¡Oh, venga ya, eso no es más que la excusa de siempre! ¡Tienes que venir, Fluttershy, todos vamos a estar ahí!

-Rainbow, déjala tranquila, sabes que lo dice por algo…-la recordó Applejack.

-¿Y cómo es que no te gusta la noche de Halloween, Fluttershy?-inquirió en ese momento Lloyd, para aparentar.

Evidentemente los dos sabíamos por qué la chica no salía durante esa noche, pero aun así nos venía bien como fachada.

-Pues porque es una noche de miedo, y a mí no me gusta el miedo… hay monstruos por las calles que te dan sustos, y…

-Pero si solo son personas disfrazadas…-obvié yo, justo después.

-Ya, lo sé, pero aun así…

-¡Tonterías! ¡Irás conmigo y te ayudaré con tu disfraz!-decidió Dash justo después.

-Si es que… ¿y vosotros dos, chicos? ¿Tenéis pensado ya de qué os disfrazaréis?-quiso saber Applejack.

Antes de contestar nos miramos por un momento, pensando en lo mismo. Lloyd fue el primer en hablar.

-La verdad es que no…

-Además, yo no soy muy de disfrazarme, prefiero hacer cosplay…-añadí yo.

-Mira, hacer cosplay no me importaría…-anunció Lloyd, con voz animada.

-Oh, pues en ese caso podemos hacer algo para la ocasión… ¿Qué te parece algo a lo Silent Hill?-le sugerí yo.

Antes de que Lloyd pudiera opinar, Applejack se adelantó con el ceño fruncido e inquirió.

-¿Cosplay? ¿Y qué diferencia hay con la de disfrazarse? Más o menos es lo mismo ¿no?

-Me alegra que me hagas esa pregunta, Applejack, y la respuesta es…

-… no-terminó Lloyd por mí.

-¿Ah, no?

-No, tú cuando te disfrazas lo haces de algo genérico, como por ejemplo, de pirata. Pero cuando haces cosplay, lo haces de algo más específico. Por seguir el ejemplo de pirata, se podría hacer cosplay de Jack Sparrow…

-Pero aun así tú sigues disfrazado de pirata; no entiendo la diferencia…-murmuró Applejack, extrañada.

-Eso es porque te enfocas en el detalle del disfraz. Hacer cosplay no es solo disfrazarse y ya, sino meterte en el personaje elegido, imitarlo, convertirte en él-explicó Lloyd justo después.

El detalle dio que pensar tanto a Rarity como a Applejack, las cuales se veían mucho más aclaradas en ese aspecto; hasta Sunset parecía estar rumiando algo por sí misma.

En ese momento oímos un pitido proveniente de megafonía, sucedido por la voz de la vicedirectora Luna anunciando.

-LloydZelos y Sg91, por favor, preséntense en el despacho de la directora.

Los dos nos miramos preocupados, pensando en muchas cosas en ese justo momento; por su parte, las chicas tan solo nos miraron curiosas.

-Os llaman ¿no vais a ir?-inquirió Pinkie, curiosa.

-Eh… sí, claro, ahora vamos, a ver qué quieren…

Nos despedimos de ellas y, mientras nos dirigíamos para allá, fuimos conjeturando entre nosotros.

-Ay, dios, ya me está dando miedo ¿qué querrán?-me pregunté yo.

-Bueno, tranquilo, sabíamos que este día llegaría tarde o temprano… ensayemos lo que hemos hablado-sugirió Lloyd.

-Oh, sí, entonces: la empresa de transportes ha cerrado repentinamente y ha dejado nuestras cosas desatendidas…

-¿Nombre?

-EasyTrans, miré en las páginas amarillas y luego cotejé los datos en internet, cerró recientemente, nos puede servir.

-Vale, un error en el servicio dejó nuestro equipaje sin facturar, se perdió y acabó dando vueltas hasta terminar en Seattle-continuó Lloyd.

-Eso es, y como ahora la empresa ha cerrado no puede pedir ningún tipo de transferencia, el equipaje se queda en objetos perdidos esperando a ser recuperado.

-Perfecto, puede funcionar, al menos de momento…

-Ya, otra cosa es que se pongan a mirarlo en serio, pero bueno, podemos confiar en lo contrario…

Nuestro tren de pensamiento conjunto tuvo que dar un parón, puesto que nos encontramos enseguida frente al despacho de Celestia; llamé a la puerta y oímos su voz indicando.

-Pasad.

Abrimos la puerta y nos encontramos con una estampa bastante desalentadora; Celestia nos miraba con una expresión adusta, con las manos juntadas formando un arco sobre su mesa, mientras que Luna nos lanzó una analizadora y ceñuda mirada, como si hubiera algo que la molestara. Nos quedamos en silencio por unos breves segundos, pero al final tomé la palabra y pregunté.

-¿Nos llamaba, directora Celestia?

-Sí… sentaos chicos, por favor.

Sin decir nada, ambos nos sentamos mientras que las dos nos seguían lanzando esas juzgantes y analizadoras miradas que no hacían más que ponernos sumamente nerviosos. Justo después, Celestia habló.

-Bueno, chicos, os he llamado para hablar con vosotros de vuestra excepcional situación aquí en el instituto. Hasta ahora el programa de becas de ayuda os ha estado proveyendo con todos los materiales posibles para que os pudierais incorporar al curso, pero como bien comprenderéis, estas becas tienen un límite de uso, ya que la secretaría tiene que destinar bien los fondos del instituto. ¿Cómo lleváis el proceso de recuperar vuestro equipaje?

-Pues verá, directora, precisamente queríamos hablar con usted puesto que las cosas se nos han complicado aún más-murmuré yo.

Ese anuncio cogió por sorpresa a Celestia, pero Luna tan solo arrugó el ceño un poco más, sin quitarme la vista de encima.

-¿Y eso por qué? ¿Qué ha ocurrido?

-La empresa de transportes con la que nosotros habíamos venido al pueblo, EasyTrans, ha cerrado por motivos que aún desconocemos y han dejado desatendido por completo la devolución de nuestros equipajes-comenzó a explicar Lloyd.

-Les preguntamos entonces que quien se encargaría de devolvernos nuestras cosas, pero resulta que las habían extraviado aún más debido a un fallo en la organización y, por caprichos del destino, las maletas habían acabado en Seattle. Ni ellos saben cómo ha ocurrido. Nosotros nos quedamos flipando-murmuré yo, para darle más dramatismo.

-Pero ahora, como han cerrado, nadie quiere tomar responsabilidades y nuestras cosas se han quedado allí, en la oficina de objetos perdidos. Hemos pensado en demandar, pero entre que la empresa ha cerrado y en Seattle nos dicen que debemos abonar nosotros los gastos de envío, cosa que nos parece ridícula puesto que las cosas son nuestras, pues seguimos en las mismas.

El silencio posterior fue un tanto denso, con la dura mirada de Luna taladrándonos; al poco rato, Celestia tomó la palabra.

-Vaya, pues… menuda calamidad…

-Cuéntenos algo que no sepamos…

-Vale, en ese caso mostradnos los recibos del viaje-pidió Luna entonces.

-No podemos, los dejamos guardados en una de las mochilas, están en Seattle-me excusé yo, como buenamente pude.

-¿Una mochila? ¿Y facturáis el equipaje de mano aparte, cuando podríais haberlo traído con vosotros?-apuntó Luna con contundencia.

-Bueno, pero no sabíamos que esto iba a pasar, ha sido algo completamente fortuito…

-Ya, claro, y supongo que vuestra documentación también la teníais en la mochila…

-Ehm… bueno, sí, la mía por lo menos sí…-murmuré yo, algo cortado.

-Je, que conveniente…

Ante ese comentario por parte de Luna, Lloyd saltó comentando.

-¿Ah, sí? ¿Y eso por qué? Nosotros no hemos pedido nada de esto ¿vale?

-¿Me está faltando al respeto, señor LloydZelos?-inquirió Luna, repentinamente enfadada.

-¿Cuál de los dos realmente?-contestó Lloyd, con gesto molesto.

Antes de que la cosa fuera a más, Celestia decidió mediar en la situación.

-A ver, a ver, tranquilidad, por favor, no saquemos conclusiones precipitadas…

-¿Ah, no? pues no es por nada, directora, pero a mí me da la sensación de que nos están culpando de algo sobre lo que no teníamos ningún control…

-No, a ver, lo que mi hermana quería decir…

-¡Ya está bien, Celestia! ¡No tiene sentido que sigamos con esta parafernalia, esto es así de simple! ¡O demuestran que todo lo que dicen es cierto o son expulsados!

A partir de ese punto, tanto Lloyd como un servidor procurábamos mantener los nervios al mínimo y mostrarnos genuinamente molestos, aunque la situación no ayudaba para nada.

-¡Esto es de nota, y encima eso! ¡No tenemos por qué aguantar esto y que se nos tache de mentirosos!-exclamó Lloyd, levantándose.

-¿Ah, no? ¿Y entonces dónde están vuestros expedientes? ¿Dónde está la documentación relativa a vuestro traslado, dónde están vuestras actas de matriculación? ¡Seguramente en ningún lado, porque no existen!-hizo lo propio Luna, particularmente enfadada.

Antes de que alguien pudiera decir nada más, alguien llamó a la puerta inmediatamente después y Celestia murmuró.

-Adelante.

La puerta se abrió, entrando en ese momento una mujer de mediana edad que me era familiar; su piel era blanca, vestía cual secretaria, su pelo era moreno, recogido en un moño con un pasador rojo y sus ojos eran de color café. Llevaba puesto un pin con la forma de una pluma estilográfica y un tintero y tenía consigo una carpeta que abrió antes de dirigirse a Celestia.

-Directora, vengo del registro, he encontrado algo que creo que debe ver…

-¿De qué se trata, Raven?

-No sé cómo o por qué se nos pasó, pero justo ayer encontré un par de actas de matriculación que no figuraban en el fichero de matrículas tramitadas.

Esa revelación cogió por sorpresa tanto a Luna como a Celestia, aunque nosotros tratamos de vernos igual de sorprendidos que ellas; por su parte, Lloyd arrugó el ceño, mirando fijamente a Raven con mirada escrutadora.

-Déjame verlas…-pidió Celestia.

Raven se las entregó y la directora los estuvo leyendo junto con su hermana, la cual tenía un gesto de incredulidad grabado en su cara. Celestia por su parte se mantenía con una expresión neutra, leyendo detenidamente el contenido de las actas.

-Esta debe de ser vuestra letra…

-Sí, lo es, me acuerdo por sus exámenes…-murmuró Luna, algo chocada.

-Según la fecha de entrada fue hace poco antes del comienzo del curso… ¿dónde estaban exactamente?-quiso saber Celestia, dirigiéndose a Raven.

-En el cajón de matrículas pendientes de tramitación, no entiendo cómo se deben de haber traspapelado, pero es la única explicación lógica…

Celestia no dijo nada más, tan solo siguió mirando los documentos que había ante ella conservando esa cara de póker que tanta envidia nos estaba dando; aunque en ese momento Lloyd miraba a todo y a todos con una expresión que denotaba concentración y un torrente de divagaciones internas importante. En un momento dado, la directora habló.

-Bueno, pues a la luz de estas nuevas pruebas, parece ser que vuestra situación es menos irregular de lo que parecía; aunque no entiendo cómo se nos pudo pasar algo así, todo sea dicho…

-¿Lo ven?-inquirió Lloyd, con tonito de obviedad.

Ante unas pruebas así Luna no dijo nada, aunque todavía conservaba un gesto de inseguridad en su cara.

-Y además, teniendo en cuenta esto, os debemos una disculpa… dudamos de vosotros sin ni siquiera habernos asegurado del todo. Por favor, aceptad mis más sinceras disculpas…-murmuró Celestia, algo avergonzada.

-Bueno, por mi parte la perdono, un error lo tiene cualquiera-dije yo, sin dudar.

-Supongo que yo también, aunque creo que más de una nos debe una disculpa…-puntualizó Lloyd, mirando de hito en hito a Luna.

La vicedirectora se mostró un tanto cortada, como si la diera reparo admitir su error, pero al final se disculpó.

-Siento haber sido tan impulsiva con vosotros…

Nosotros tan solo asentimos con la cabeza, sin decir nada más.

Como no había mucho más de lo que hablar, Celestia nos despidió y salimos del despacho; una vez fuera, los dos pudimos respirar mucho más aliviados.

-j*der, por los putos pelos…-bufé yo, algo apurado.

-Sí… aunque no podemos bajar la guardia ahora, no me fio de Luna, seguro que seguirá vigilándonos-argumentó Lloyd.

-Ya, bueno, al menos hemos conseguido un poco más de tiempo… y todo gracias a nuestro misterioso amigo…

Por mi parte me relajé un poco más, pero pude notar que Lloyd no tenía intención de hacer lo mismo que yo; en ese sentido le vi de lo más motivado, y tampoco le di razones para no estarlo. Después de todo, nos venía bien. Sobre todo ahora que nuestra estancia en el instituto se prorrogaba un poco más. La campana sonó justo después y nos dirigimos para clase, donde seguramente las chicas nos estarían esperando.







A veces llegaba a pensar, y con toda la razón, que el mundo conspiraba en su contra; y no solo por dejarle allí encerrado, sino porque el karma a veces era una zorra.

-Pinkie ¿Cuándo piensas venir? Me vendría bien un poco de ayuda…-masculló Lloyd al teléfono, sintiéndose más agobiado que nunca.

-¡Lo siento, Lloydi, pero me temo que voy a tardar más tiempo de lo que pensé! ¡Tenemos un lío importante en casa y mis padres no me dejan irme hasta que lo arreglemos!

-Vaya por Dios… ¿y los Cake? ¿Dónde están los Cake?

-¿No están contigo?

-No, que va, de hecho he venido a abrir y no había nadie, estoy encendiendo la cocina...

-Qué raro, a mí no me han dicho nada… ¿no han dejado ninguna nota o algo así?-inquirió Pinkie, extrañada.

-Ah, pues mira, no lo he comprobado, espera un momento…

Sin colgar estuvo comprobando la cocina por si veía algo, pero al no encontrar nada optó por ir a la barra, donde sí llegó a ver una nota puesta en la caja registradora; Lloyd la cogió y leyó en voz alta.

-A ver, aquí hay algo, dice: Lloyd, Carrot y yo nos hemos tenido que ir por motivos familiares a un pueblo cercano, nos llevamos a los niños, si ves esto no abras hoy… mira, al final no hará falta que vengas.

-Ah, pues mejor… aunque esta tarde no vamos a poder tomar nada allí, podemos ir a este nuevo centro comercial que han abierto hace poco-sugirió Pinkie.

-Vale, por mi estupendo…

-Genial… ¿está Sgi contigo?

-No, vine yo solo primero, él se quedó en la habitación haciendo un par de cosas… ahora le digo que se quede si eso.

-Vale, nos vemos luego, Lloydi…

-Hasta luego, Pinkie.

Debido al repentino cambio de acontecimientos, Lloyd prefirió apagar tanto los fogones como el horno, los cuales se estaban empezando a calentar, y se apresuró a colgar de nuevo el cartel de cerrado. Una vez que estuvo todo apagado volvió por donde vino, cerrando tras de sí y echando a andar por la acera.

-Voy a llamar a este hombre para que se quede donde está…-pensó Lloyd, sacando su móvil.

Lo cierto era que le venía bien ese repentino descanso, ya que le daba más tiempo para poder investigar sobre quien podría ser ese misterioso personaje que ahora parecía ayudarles. Tenía sus propios sospechosos, pero ninguno tenía relación alguna con ellos, por lo que tenía que profundizar aún más en ese aspecto. Aunque sus pensamientos se vieron apagados en cuanto Sg le cogió el teléfono.

-¡Sí, sí, ya voy, un momento!

-No, en realidad no, los Cake no están, tenemos el día libre.

-¿Ah, sí? Oh, genial, pues en ese caso me quedo para repasar lo de lengua, recuerda que tenemos examen el miércoles…

-Bof, qué pereza… no sé, había pensado en seguir investigando por mi cuenta, igual un paseo me despeja las ideas.

-Como veas… ¿dónde te apetece comer hoy?

-Pinkie comentó que habían abierto un nuevo centro comercial, si eso nos pasamos por allí a ver que vemos.

-Vale, te doy un toque cuando me acerque ¿a la hora de siempre?

-Sí, mismamente.

-Vale, hasta luego.

Lloyd colgó de seguido, mirando tras eso a su alrededor con una mueca de resignación dibujada en su cara. No lo parecía, pero ya llevaban varias semanas ahí atrapados y, de alguna u otra forma, todo parecía normalizarse, por así decirlo. Y es que, y aun a pesar de todo, el mundo de Equestria Girls no parecía tan plano una vez que lo veías por ti mismo. El pueblo tenía vidilla, el ambiente era muy típico, pero no por ello malo o muy malo. En el instituto algunas clases rozaban el tedio, pero era un ambiente que él ya conocía bien, por lo que se hacía más llevadero en ese sentido.

Sin tomar ninguna dirección en particular, comenzó a andar por la acera, observando todo lo que le rodeaba; a esa hora de la mañana el tráfico estaba un poco congestionado, pero se movía fluidamente. En una intersección vio a un policía controlando el tráfico mientras que varios operarios terminaban de arreglar uno de los semáforos cercanos. Aunque lo que le llamó la atención fue los colores que el policía tenía, los cuales eran terriblemente similares a unos que él conocía demasiado bien.

Aunque, para su eterna mala suerte, al poco rato tras pensarlo se dio de bruces con alguien que portaba una guitarra que le resultaba dolorosamente familiar.
Y, esta vez, no iba solo.

-Ah, hola Lloyd… que sorpresa verte por aquí…

Para entonces el chico se estaba preguntando por qué el destino era tan cruel con él; sus ojos entrecerrados se clavaron en un incomodado y dubitativo Flash, el cual parecía empezar a sudar frío. Le hubiera respondido con una adusta y absolutamente no fortuita indiferencia, pero el problema era que no estaba solo. Con él se encontraban otros dos chicos que le sonaban de haberlos visto acompañando al infrascrito en ocasiones. Uno de ellos destacaba por ir vestido cual dandi, con una camisa roja, corbata azul y chaqué blanco, en el cual se podía ver una especie de escudo tricolor. Su piel era de color morado muy claro, casi blanco, era moreno con tintes grisáceos, portaba unas gafas de sol azules y tenía un bigotito meticulosamente cortado en forma de finas tiras.

El otro era un chico alto y de complexión fortota, su tono de piel era de un amarillo pálido que complementaba unos ojos color azul cielo y un pelo de color similar. Vestía con una camiseta anaranjada en la cual se podía ver el pequeño dibujo de un tambor y dos baquetas entrecruzadas.

Debido a estos dos repentinos sujetos, Lloyd se vio obligado a forzar al menos un rápido saludo para no quedar como un amargado.

-Ah, hola Flash…

Esto cogió por sorpresa al aludido, el cual no se esperaba para nada que Lloyd le dirigiera la palabra, cosa que debió animarle, puesto que siguió hablando.

-¿No trabajabas en el Sugarcube Corner los fines de semana? El otro día me encontré con Sg por la calle y me comentó que trabajabais juntos…

-Sí, pero hoy los Cake no han abierto, así que…

-Ah, qué suerte… mira, te presento a dos buenos amigos míos, Ringo y Brawly Beats, tocan conmigo en nuestra banda, Flash Drive.

-Encantado-murmuró Lloyd, dándoles la mano rápidamente.

-Venimos de un ensayo, vamos a tocar dentro de poco en la fiesta de Halloween ¿vas a ir?

-Eh… sí, voy a ir… creo que me voy yendo ya si eso, tengo cosas que atender…

-Ah, bien pues… hasta la próxima…

Lloyd quiso irse, pero en ese momento una voz se elevó por encima del tráfico, haciéndole parar.

-¡Flash, espera!

-¡Anda, hola papá!

Ese saludo le llamó tanto la atención que le hizo mirar hacia el otro lado, viendo al policía que antes regulaba el tráfico acercándose hacia ellos al trote; al fondo el semáforo ya estaba arreglado y el tráfico circulaba con más fluidez.

-¿Qué tal hijo, ya has terminado con el ensayo?

-Sí, me vuelvo ya para casa… mira, este es LloydZelos, un chico nuevo del instituto-le presentó Flash, como quien no quiere la cosa.

-Ah, encantado, soy Kurt Marshall, el padre de Flash…-murmuró el policía, dándole la mano.

-Igualmente…

Kurt Marshall era un hombre de mediana edad, de piel y pelo muy similares a los de su hijo, vestía con un uniforme estándar de policía y ocultaba su mirada tras unas gafas de sol ovaladas.

-Bueno, llevo una mañana de lo más atareada, varios semáforos se han estropeado en esta avenida y he tenido que regular un poco el tráfico… estar en patrulla no es tan aburrido como parece-comentó.

-Genial… ¿vienes a comer luego?-inquirió su hijo.

-En principio sí, pero ya sabes cómo es esto, si te llamo no me esperes, tienes croquetas en la nevera.

-Vale, hasta luego papá.

Kurt se despidió de su hijo y se dirigió a un coche patrulla que había aparcado no muy lejos de allí; Lloyd aprovechó la coyuntura para largarse.

-Bueno, pues nos vemos luego…

-Venga, hasta luego…

Flash y sus amigos se alejaron por donde él había venido, desapareciendo al doblar la siguiente esquina. Una vez solo, Lloyd se permitió el lujo de soltar un largo bufido, mezcla directa de hastío y alivio a partes iguales. Aunque le había llamado gratamente la atención conocer al padre del origen de todos sus únicos rageos y rustleos desde que vivían allí. El detalle le daba un dato nuevo a lo poco que se sabía de él, y el hombre resultó ser todo un profesional, cosa que le era bastante grato.

Su paseo continuó, llegando a cruzar al otro lado de la calle puesto que había un tramo cortado por obras; un poco más adelante pasó al lado de una tienda a la que apenas prestó atención. Aunque no consiguió dejarla atrás, puesto que de golpe y porrazo dos altas figuras que le eran terriblemente familiares aparecieron sorpresivamente delante de él, cortándole el paso.

-¡Hey, tú!

Lloyd dio un bote hacia atrás, con los ojos muy abiertos al ver de quien se trataba.

-¡Sí, tú, joven asombrado! ¡De entre todos los peatones de esta calle, tú has sido el agraciado!

-¡Estás de enhorabuena, puesto que eres el más afortunado!

-¡Y no por nada, puesto que tenemos una oferta imposible de rechazar!

-¡Algo espectacular, sin par, sin igual!

Para entonces la cara de Lloyd era un auténtico cuadro, sin creerse lo que estaba aconteciendo delante de sus ojos.

-¡No lo dudes más, entra y verás, no lo puedes dejar escapar!

-¡Porque tenemos todo y más!

-¡¡En el Emporio Todo bajo el sol de los hermanos Flim Flam!!

La expresión en la cara de Lloyd alcanzaba en ese momento cuotas insospechadas de terror, y su único propósito era el de salir corriendo, cosa que comentó lo más rápidamente posible.

-Lo siento pero me tengo que ir, adiós.

Sin embargo, Flim le paró de golpe y anunció.

-¡Pero no puede irse así sin más, jovenzuelo, entre y reclame su premio!

-¿Qué premio?-inquirió Lloyd con miedo.

-¡El que se ha ganado con tan solo pasar! ¡Estamos de oferta y los precios se rebajan sin parar, pero con nuestra nueva promoción puede llevarse lo que quiera sin coste ni adición!-explicó Flam, ajustándose su bigote.

-¡Y aún hay más! ¡Recibirá un cheque descuento para su próxima compra en el Emporio Todo bajo el sol!

-¿Dejaría pasar esta oportunidad? ¡Vamos, mi joven amigo, no lo piense más!

Lloyd no estaba del todo seguro si echar a correr sin mirar atrás o hacerles caso; confiar en esos dos era lo último que normalmente haría, pero aun así lo reconsideró sin saber del todo por qué.

-Ah, está bien, pero más les vale que haya algo bueno…

-¡Hay todo y más en el Emporio bajo el sol! ¡Entre, por favor!

El sitio era bastante grande, y había un montón de cosas al alcance de la vista; y aunque había variedad, no veía nada que le fuera realmente útil.

-¡Recuerde que puede llevarse lo que usted quiera!-comentó en ese momento Flim.

-¡Todo y más!-añadió Flam.

Lloyd apenas les prestó la atención, contemplando todo lo que había a su alrededor. Nada le llamaba la atención, de hecho fue a irse, pero en ese momento vio algo en una de las baldas cercanas a la puerta que sí le llamó la atención; se trataba de un megáfono blanco y rojo a pilas, con filtros de voz incorporados y una cuerda para llevarlo atado a la muñeca. Lo estuvo probando un poco, viendo que funcionaba bastante bien como para ser algo que ha acabado en una casa de empeños. No necesito mucho más para decidirse.

-Me llevo este megáfono.

-¡Perfecto, es todo suyo!

-¡Y no se olvide del cheque!

Una vez que Flim y Flam le dejaron marchar, Lloyd apretó el paso para alejarse cuanto antes de la tienda, llevándose consigo lo que había elegido y guardándose el cheque en el bolsillo trasero del pantalón. Continuó su paseo sin ningún rumbo fijo, llegando entonces a la plaza del pueblo, pasando justo al lado del ayuntamiento, donde se encontró con el capitán Planeta y los planetarios, los cuales parecían estar particularmente cabreados.

-Dita sea, es increíble, así le va al país…-mascullaba el capitán.

-¿No podemos hacer absolutamente nada? Algo tiene que haber, lo que sea…-insistía Paisley.

-El problema es que ahora no nos enfrentamos a un organismo público, sino a un particular… y eso es más complicado-comentó por su parte Green Cycle.

-¿Qué es lo que ocurre, chicos?-inquirió Lloyd, con curiosidad tras sus palabras.

Los tres se percataron de la presencia del chico y le saludaron.

-Ah, hola Lloyd… pues pasa que la burocracia y el amiguismo imperan en este país de mierda y apenas nos dejan avanzar en la consecución de nuestros derechos-explicó el capitán con gesto torcido.

Antes de que el chico pudiera preguntar nada más, Green Cycle se adelantó y aclaró.

-Lo que pasa es que nos hemos enterado de que el ayuntamiento aprobó hace poco el permiso de construcción de ese campo de golf en el bosque; y eso no es todo, puesto que también nos hemos enterado de quién es ese promotor sin escrúpulos.

-¿De veras? ¿Y de quien se trata?-inquirió Lloyd, curioso.

Esta vez fue Paisley quien tomó la palabra, informando de seguido.

-Pues ni más ni menos que de Blueblood, el sobrino ricachón de la directora Celestia. Seguramente haya deslizado más que permisos en los bolsillos de la alcaldesa.

-Y eso es un problema, porque no es lo mismo presionar a un organismo público que a un particular… técnicamente porque el particular puede ignorarte directamente mientras que el organismo público te acaba por hacer caso si le estás machando constantemente-explicó con más detalle Green Cycle.

-Entiendo… ¿y ese tal Blueblood cuán rico es? ¿Rico, muy rico o asquerosamente rico?

-Hombre, no es un multimillonario ni mucho menos, pero proviene de una familia aburguesada…-reveló Paisley.

-¿Me estás diciendo que la directora es burguesa?-inquirió Lloyd, un tanto incrédulo.

-No per se, después de todo Blueblood tan solo es un sobrino lejano suyo, nada más. Aun así el tipo tiene capital, por lo que puede y quiere tocar las narices de cualquier forma posible.

-Comprendo, aunque… ¿un campo de golf?

-Caprichos de los más adinerados, supongo… después de todo, siempre dicen que el golf es un deporte de ricos.

Lloyd quiso decir algo, pero en ese momento vio una figura familiar saliendo del ayuntamiento con porte chula y mirada arrogante. En cuanto los demás se percataron de él, cogieron sus pancartas y le encararon cantando consignas de todo tipo. Blueblood esbozó un gesto de asco reprimido y masculló.

-Bof ¿aún seguís aquí?

-¡Es totalmente injusto lo que ha hecho!-le espetó el capitán, cabreado.

-¡Sí, se ha aprovechado impunemente de que no hay ninguna regulación medioambiental en esta zona!-añadió Paisley.

-Bah, pierdo el tiempo hablando con vosotros, la gente pobre… una pena que no podáis probar mi próximo campo de golf, va a estar tan a la moda y va a ser tan exclusivo y privado que vosotros no vais a poder ni pisar el césped de la entrada.

Para entonces parecía que el capitán quería encasquetarle la pancarta en la cabeza, pero los demás le controlaron antes de que cometiera una estupidez. Blueblood sonrió condescendientemente, sabiendo que había ganado desde el principio. Aun a pesar de sus palabras, antes de irse se dirigió a ellos con intenciones burlescas.

-Pero bueno, al fin y al cabo el campo se construirá… pero si lo que queréis es seguir quejándoos podéis venir hasta sus puertas cuando esté terminado.

Antes de que los planetarios pudieran decir algo más, una limusina apareció de improviso, recogió a Blueblood y se perdió calle abajo.

Lloyd estuvo hablando un rato más con ellos y luego siguió con su paseo tras despedirse previamente; entre pitos y flautas se había acabado entreteniendo mucho más de lo que le hubiera gustado y era casi la hora de comer, por lo que decidió llamar a Sg para quedar con él.

-Voy a avisar a este hombre…

Normalmente la atención se suele desviar fuertemente cuando se trata sobre todo del móvil, y si a eso se le sumaba una esquina a punto de ser doblada, era aún mejor. Lloyd lo supo enseguida, sobre todo en cuanto chocó contra alguien, aunque lo hizo de forma tan abrupta que ese alguien acabó por los suelos.

-Oh, mierda, lo siento, iba distraído, déjame que te…

Sin embargo no pudo continuar, principalmente al darse cuenta con quien se había chocado; en el suelo se encontraba ni más ni menos que Sonata Dusk, vestida con su habitual atuendo callejero que llegó a verla en aquella ocasión. Para no llamar demasiado la atención la tendió una mano inmediatamente después y la chica se la cogió, ayudándola a levantarse.

-Perdona, lo siento de veras…

-¿Dónde… dónde está mi soda?-inquirió la chica, algo mareada.

-¿Tu soda? ¿Llevabas una soda?

Ambos se pusieron a buscar a su alrededor hasta que finalmente vieron un vaso de cartón a pocos metros de allí, abierto y con el contenido desparramado por el suelo.

-Oh, vaya…

Lloyd sintió como se le subían los colores repentinamente, sin saber muy bien qué decir; por su parte Sonata no dijo nada, tan solo miró al suelo un tanto cortada.

-Siento lo de tu soda… déjame que te compense por lo menos.

-Oh, no, no hace falta…-murmuró ella.

-Para nada, es lo menos que puedo hacer…

Antes de que Sonata pudiera decir nada más, el chico miró a su alrededor, esperando encontrar un sitio donde poder comprar una soda o algo similar; fue entonces cuando sonó la campana, literal y figuradamente.

-Ah, mira, te invito a tomar algo… ¿te gustan los tacos?

-¿Tacos?-repitió ella, extrañada.

Y es que, justo delante de la otra calle, había un Taco Bell abierto. Lloyd no se lo pensó dos veces y se llevó a Sonata consigo, pensando en las posibilidades; tenía a su lado a una de las antagonistas, y se encontraba en una situación en la que podía sacarla mucha información que le ayudara a encontrar a las demás, y quizás, con mucha suerte, a salir de este mundo.

Normalmente cuando se entra en un local de comida rápida de ese tipo, el olorcillo característico de lo que allí cocinan casi siempre te suele dar la bienvenida cual sopapo en la cara o caricia en la mejilla, dependiendo de cada cual. En el caso de Sonata se tradujo en una curiosa e inquisitiva mirada, llegando a olfatear el aire con fervor.

-Oh, huele bien…

-Sí, es lo que tienen los tacos… ¿no los has probado nunca?

Ante eso Sonata tan solo negó con la cabeza, sin decir nada más; el silencio entre ellos era algo denso, por lo que Lloyd decidió romper el hielo.

-Perdona por tan abrupta invitación… soy LloydZelos, por cierto, encantado.

-Ah, yo soy Sonata… Sonata Dusk…-murmuró ella, como si le diera reparo decir su nombre.

Como nunca antes había probado los tacos, Lloyd dejó que fuera ella la que eligiera lo que quería probar, optando por un sencillo menú compuesto por tres tacos, patatas y bebida. Por parte del chico, que no le gustaba demasiado ese tipo de comida, prefirió elegir uno de los postres.

Una vez que tuvieron todo y tras pagar, buscaron un sitio donde sentarse, cerca de la ventana; Sonata aún se seguía mostrando algo tímida y reacia a hablar, pero Lloyd volvió a intentar sacar conversación.

-Y cuéntame Sonata ¿eres de aquí?

-Oh, no, no realmente, soy de… un lugar muy lejano.

Evidentemente Lloyd prefirió no escarbar, puesto que sabía y con creces de dónde era realmente, aunque la pregunta era solo para aparentar; aun así siguió preguntando.

-Ya veo… ¿llevas mucho tiempo viviendo aquí?

-Sí, bueno, llevamos viviendo unos meses ya…

Antes de que Sonata pudiera darse cuenta de su metida de pata, Lloyd remarcó.

-¿Llevamos?

-Oh… eh, sí, bueno, vivo con unas amigas mías…

-Ah… ¿y a qué te dedicas? Así a ojo pareces tener mi edad...

-Bueno, yo y mis amigas hacemos cosas de vez en cuando, un trabajito aquí, otro por allá…

Sonata no era precisamente la reina de la sutilidad, y se la notaba un tanto nerviosa, sin saber bien qué decir; para evitar tener que decir nada más, la chica cogió uno de los tacos y le dio un mordisco casi sin pensar. Acto seguido se quedó quieta por unos ínfimos momentos, abriendo mucho los ojos inmediatamente después y masticando consecutivamente, dejándose llevar por el sabor y experimentándolo. En cuanto tragó, pudo dejar escapar unas cuantas palabras llenas de gusto y placer.

-Oh, esto… está… ¡¡buenísimo!! ¡¡Jamás había probado algo tan sabroso, qué rico!!

-Vaya, me alegro de que te haya gustado…

-¡¡Ya lo creo que sí!! ¡¡Es sublime, es maravilloso, es casi mágico!! ¡¡Oh, Lloyd, gracias por invitarme a probar tan delicioso manjar!!

-Oh, bueno, ya ves tú, era lo menos que podía hacer por tirarte tu soda…

-¡¡Ah!! ¿¡A quién le importa la soda cuando tiene tacos?!

Y tras eso, y como por arte de magia, Sonata se desinhibió del todo y se abrió a Lloyd, mostrando una personalidad vivaracha, dicharachera y alegre, muy parecida a Pinkie. Parecía mentira que fuera una de las antagonistas, y su solo aspecto la hacía parecer una tonta adorable. Lloyd aprovechó la coyuntura para tratar de saber un poco más.

-¿Y ninguna de vosotras ha cursado clases en un colegio o instituto?

-No realmente, o al menos por mi parte se refiere, la más mayor de mis amigas dice que la puedo ayudar en los trabajos que nos salen, y yo siempre estoy dispuesta a ayudarla.

-¿Así sin más?

-Sí ¿por qué no? además, Adagio dice que para qué ir a clase teniendo nuestras voces…

-¿Vuestras voces? ¿También cantáis?

-Ah… sí, eso es, cantamos de cuando en cuando…-murmuró ella, nerviosamente.

-Entiendo… asumo que es algo natural para vosotras.

-Sí, realmente sí, nacimos con ello, es nuestro gran talento…

Lloyd optó por no escarbar más en ese asunto y Sonata aprovechó para darle otro mordisco al segundo taco, recreándose en su sabor. Que ellas cantaban eso ya lo sabía, y evidentemente no le convenía que le cantara algo. Aunque sí que le interesaba que le dijera dónde vivían, para así tenerlas localizadas y mantenerlas alejadas lo máximo posible del instituto. Aunque, por un momento, Sonata pareció serenarse y ella también comenzó a preguntar.

-¿Y tú, Lloyd? ¿Eres de aquí?

-No, estoy de intercambio en el instituto local…

-Oh ¿de veras? ¿Y cuál instituto es ese?

-Vaya, vaya, no parece tan tonta como aparenta…-pensó Lloyd justo después.

Seguramente lo preguntaba para saber un poco más sobre el instituto para poder acercarse a él sin levantar sospechas; Sg ya le explicó que le tienen en el punto de mira por sospechas de la propia Adagio, por lo que se lo pensó bien antes de contestar.

-El instituto Canterlot, es como un instituto provincial, no es gran cosa realmente…

-¿Ah, no?

-No…

-¿Y… no tiene nada especial?

-¿A qué te refieres?

-No sé, algo…

Ante eso Sonata no supo continuar y volvió al último taco, del cual no quedaba casi nada; se la notaba un tanto incómoda, sobre todo después de tamaña incongruencia por su parte.

-Es un instituto como otro cualquiera, no tiene nada especial, eso es todo.

-Ya…

Tras ese fallido acercamiento la chica cambió de tema y siguieron hablando un rato más, mientras se terminaba las patatas y el refresco. Aun y con todo era agradable hablar con ella, su ánimo y casi siempre constante buen humor se traducían en momentos graciosos y para nada aburridos. Si no fuera porque Lloyd sabía perfectamente que se trataba de una de las antagonistas, ni se le hubiera pasado por la cabeza pensar que Sonata fuera una mala chica ni nada parecido.

Una vez que Sonata terminó de comer, ambos se dirigieron a la salida y ya allí se despidieron.

-Jo, pues muchas gracias por todo, Lloyd, no tenías por qué invitarme, y aun así lo hiciste…

-Ah, ya hemos hablado de eso, no le des más vueltas…

Aun así la chica esbozó una tierna sonrisa y, de golpe y porrazo, cogió y le dio un rápido abrazo a Lloyd, el cual apenas lo vio venir.

-Gracias… espero volver a verte.

Sonata se despidió de él agitando la mano y se fue calle abajo andando a paso ligero. Lloyd se quedó en el sitio, algo extrañado por ese repentino gesto cariñoso, pero al menos el acercamiento había servido para algo. Con suerte puede que se olvidaran del instituto y no habría por qué preocuparse por esas tres…

En ese momento le sonó el móvil y fue a cogerlo, viendo que se trataba de Sg.

-¿Si?

-¿Dónde estás, tío? Llevo aquí desde hace un buen rato y no te veo, ni siquiera me has llamado…

-Ah, voy para allá, me he entretenido con algo. Te va a gustar lo que te tengo que contar...
(Continúa en el siguiente mensaje)
Última edición por Sg91 el 07 Feb 2015, 00:11, editado 2 veces en total.

Te voy a escribir toda enterita... cachito a cachito... con todo lujo de detalles...
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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Mensaje por Sg91 » 07 Feb 2015, 00:09

(Continúa del anterior mensaje)


Siempre he pensado que Halloween era una americanada… aunque supongo que ahora eso no valía, puesto que nos encontrábamos en el mismo sitio donde pedir dulces por la cara y lanzar huevos durante una noche está bien. Había veces en las que echaba de menos nuestra madre patria.

-¿Estás ya? Venga, que vamos a llegar tarde…

-Sí, sí, un momento, no es fácil ponerse esto…

-¿Quieres que te ayude?

-Espera, creo que lo tengo…

No había sido fácil decidir sobre qué hacer cosplay, al principio pensamos en algo a lo Silent Hill, pero al final optamos por algo que más se adaptara a un dúo antagónico que pegara bien.

-Espera, espera, tienes torcida la cabeza…

-Agh, ayúdame anda…

-Te lo he dicho antes pero no me has hecho ni caso…

No nos fue fácil, y a veces tuvimos que recurrir a tiendas, pero al final tuvimos a punto nuestros cosplays de alien y predator respectivamente; Lloyd era el cabezón y yo era el rocoso.

-Ahora…

-Bof, menos mal que opté por el cartoné… aunque algo me dice que nos vamos a asar igual.

-Hombre, lo bueno siempre tiene algún inconveniente… ¿pero molamos o no molamos?-inquirí yo, mirándonos al espejo.

-Ostias que si molamos…

La verdad era que nos lo habíamos currado bastante, y el resultado bien lo merecía. En ese momento nos sonó el móvil, alguien nos estaba hablando por el grupo.

Pinkie
Ya estoy aquí!! Os espero a todos, sabréis enseguida quien soy!! ;)

Rarity
Dame unos minutos, querida, me estoy terminando de arreglar…

Rainbow
Vais a flipar cuando veáis lo molona que estoy!! Y esperad a ver a Fluttershy, os vais a cagar de miedo!!
Lloyd
Nosotros ya estamos, vamos para allá

Sg
Cuidad de que no os cacen…
Pinkie
Esa es una pista, Sgi? :D
Sg
Puede… ;)
Applejack
Yo solo os diré que no os recomiendo coger el coche esta noche…
Lloyd
Cañonero…
Sunset
Voy a tardar un poco, chicas, he tenido un pequeño percance con el vestido… :S

Rarity
Necesitas ayuda, querida? Me puedo pasar si eso…

Sunset
No, tranquila, dadme unos minutos, intentaré arreglarlo

Por nuestra parte no esperamos más y salimos de nuestra habitación; aunque la fiesta aún no había empezado, no vimos a nadie en el pasillo. Quizás fuera porque era sábado. La fiesta iba a ser en el gimnasio del instituto y allí fue donde nos dirigimos. Dentro del instituto vimos a más gente disfrazada, aunque todos se nos quedaron mirando asombrados por nuestros cosplays; y es que, hasta ahora, éramos los únicos que habíamos optado por el cosplay, el resto de estudiantes iban disfrazados de cosas muy genéricas y manidas, como vampiros, fantasmas, hombres lobo y demás topicazos ya vistos en televisión.

-¿Has visto? Somos la ostia…-murmuré yo, divertido.

-Sí, y solo ha hecho falta ser originales…

El gimnasio no estaba muy lleno, y tan solo vimos a más topicazos hablando entre sí; la decoración estaba muy bien planteada y distribuida, había telarañas y calabazas por todas partes, además de murciélagos de plástico y luces de colores rojas y anaranjadas. No vimos a Pinkie por ningún lado.

-¿La ves?-inquirí yo, tratando de ver algo más allá de la máscara.

-No… espera, que la pregunto dónde está.

Aunque no era fácil hacer mano del móvil, sobre todo en su caso, él se las arregló mientras que yo miraba a los alrededores por si la veía. En ese momento ambos sentimos como alguien nos picaba en la espalda y nos dimos la vuelta, pero no había nadie.

-¿Te acaban de picar en la espalda?-inquirió Lloyd, algo extrañado.

-Sí… ¿a ti también?

Antes de que ninguno de los dos pudiéramos decir nada más, nos picaron de nuevo y nos dimos la vuelta, esta vez un poco quemados. Fue entonces cuando un torbellino rosa nos sorprendió repentinamente, aunque su vestimenta nos resultaba particularmente familiar.

-¡Buh! ¡Os voy a matar… de la risa!

-¡Hey, es Pinkie Quinn!-exclamé yo, divertido.

-¡La misma! ¡Como molan vuestros cosplays, chicos!

-Gracias Pinkie, el tuyo también mola…

-¡Sí, pero los vuestros molan aún más! ¡Te ves más favorecido, Lloydi!

-Qué graciosilla…

A eso Pinkie tan solo se rió tontamente, dedicándole una pequeña pero cariñosa burla al susodicho.

-Huy como te coja… me comeré tus tripas y saldré hacia fuera desde el lado de dentro-masculló Lloyd con voz sibilina y metiéndose en su personaje.

-Huy, no sé yo, señor xenomorfo, primero tendría que atraparme…-murmuró Pinkie, entonando como lo haría Harley Quinn.

-Espera y verás…

Sin previo aviso Pinkie echó a correr y Lloyd fue tras ella, mientras que yo tan solo les observé desde la distancia.

-Son como niños… tal para cual…-pensé yo, esbozando una zalamera sonrisita.

Al poco rato, oí una voz familiar a mis espaldas que decía.

-¡Ostias, pero que disfraz de predator más guapo!

Me di la vuelta y vi entonces a Vinyl vestida cual vampiresa y llevando consigo varios discos de vinilo.

-Hombre, Vinyl, me alegro de volver a verte…

-Espera ¿Sg? ¿Eres tú?-inquirió ella, alucinada.

-El mismo…

-¡j*der, tío, cómo te las gastas! ¡Tú sí que sabes, tronco!

-Pues ya ves… tú tampoco te ves mal, la verdad. ¿Estás preparando la fiesta?

-¡Sí! Empezaremos dentro de unos pocos minutos… ¿dónde está Pinkie?

-¿Pinkie Quinn? Está ocupada siendo perseguida por un xenomorfo con intenciones homicidas…

Nada más decirlo, oímos varios gritos al otro lado del gimnasio y pudimos ver a ambos peleando en el suelo y haciendo como que Lloyd se zampaba a Pinkie, pero esta se reía todo el rato, haciéndolo poco creíble.

-Vaya par…

-Desde luego… te sorprendería saber todo lo que habla Pinkie de él.

-¿Ah, sí?-inquirí yo, entre sorprendido y divertido.

-Huy, sí… le pone como oro en paño, tú ya me entiendes…

No lo vi puesto que llevaba sus gafas puestas, pero de alguna forma adiviné un confidente guiño que me dijo casi todo. Por mi parte no pude evitar reírme tontamente.

Vinyl se dirigió a su cabina mientras que yo me estuve paseando un rato, haciéndome fotos con gente que me lo pedía y esperando al resto. Una vez que terminaron con su paripé, Pinkie volvió con Vinyl para dar los últimos retoques antes de empezar y Lloyd se reencontró conmigo.

-Sois como nenes ¿lo sabes?

-Puede, pero me lo paso como un enano con ella…

-Anda, si no fuera por la máscara diríase que posees alegría contenida en la cara…

Ante eso Lloyd tan solo me miró con desdén, no lo vi, pero lo supuse de todos modos. Cada vez había más gente reunida, aunque algunos chicos se quedaron mirando hacia la entrada con sendas caras de asombro, cosa de lo que reparamos. Nos dimos la vuelta y entonces vimos a una Rarity bastante cambiada. Se había tintado el pelo y ahora era morena, había optado por alisárselo por completo y le caía hasta los hombros, dándola una apariencia muy distinta. Su vestido era tan negro como la noche, de seda, con unos largos bajos y unas mangas igual de largas. Se había pintado los labios de un rojo carmesí intenso y se había maquillado para verse un poco más pálida de lo normal.

-Bueno, bueno, bueno, pero si es Rarity Addams ¿dónde está tu Gómez?-inquirí yo, divertido.

-Oh, querido, todavía lo ando buscando… ¿os gusta? Lo he hecho yo misma.

-No nos esperábamos menos…-asintió Lloyd.

-Muchas gracias… y he de decir que os veis intimidantes, los dos.

-¿Qué sabes de las demás? ¿Vienen ya?-inquirí yo, curioso.

-Sí, Applejack decía que llegaba dentro de nada, y Rainbow y Fluttershy están de camino. Aunque de Sunset no sé nada, espero que haya podido arreglar ese percance…

No hizo falta esperar mucho a Applejack, una sombra envuelta en una densa capa y oculta tras un sombrero de ala ancha hizo acto de presencia de manera sibilina, acercándose a nosotros por detrás; aunque antes de que pudiera asustarnos, Rarity murmuró.

-Déjalo ya, Applejack, destacas demasiado…

-Dita sea… bueno, supongo que eso lo hace bien efectivo…-murmuró ella, jugueteando con un shuriken de plástico.

-¿De qué vas vestida exactamente?-inquirió Lloyd, extrañado.

En ese momento la chica alzó brevemente la mirada y pudimos entrever una máscara bastante bien hecha, que la daba un aspecto aterrador y con rasgos muy poco definidos. Parecía estar hecha de escamas y piel de serpiente, aunque a mí me resultaba extrañamente familiar.

-Vamos, no me digáis que no la habéis visto…

Hice memoria por un momento y entonces caí en la cuenta.

-¡Ah, sí, ya sé quién eres! ¡Eres el creeper de Jeepers Creepers!

Applejack esbozó una grata sonrisita, al tiempo que empezaba a silbar la famosilla canción.

-Sí, me acuerdo, aunque yo vi la segunda… muy logrado, sí señor…

-Gracias… vuestros cosplays también molan.

Rainbow y Fluttershy fueron las siguientes en llegar, la chica de pelo multicolor entró en el gimnasio de forma arrolladora, aunque el anterior apelativo ya no se le podía aplicar. Y es que llevaba puesta una peluca de color verde y con una mata de pelo similar a la de cierto personaje que conocíamos bien; vestía con un uniforme de cuero de color morado con bordes dorados y guantes y botas de color negro. Unas lentillas especiales la hacían ver unos ojos verdosos con pupilas rojas.

-¿Estáis todos preparados para el evento principal?-inquirió entonces, acercándose a nosotros.

-Vaya, vaya, mirad quién tenemos aquí… a Mane-iac Mayhem…-murmuró Applejack.

-¡La misma! ¡Y no he venido sola! ¡Contemplad al mayor de vuestros miedos!-exclamó Rainbow, metiéndose en el personaje y señalando a su lado.

-¿La nada?-inquirió Rarity, extrañada.

Fue entonces cuando Rainbow vio que se encontraba sola y no había nadie a su lado; ante eso dejó escapar un quejumbroso suspiro.

-Esperad un momento.

Volviendo sobre sus pasos hasta el pasillo, pudimos oír como discutía a media voz con cierta persona que conocíamos bien.

-¡Oh, vamos Fluttershy, sal de una vez, has arruinado la puesta en escena!

-Rainbow, por favor, no me presiones…

-¡Supéralo de una vez, no puedes vivir con miedo durante toda tu vida! ¡Sal ahí y demuestra de lo que estás hecha!

La costó un poco, pero finalmente volvieron al gimnasio, sorprendiéndonos ampliamente; la dulce, tranquila y miedosa Fluttershy se había convertido por completo, llevaba una peluca que la hacía ver morena, de largo pelo desaliñado que la caía hasta un poco más allá de los hombros. Vestía con un camisón blanco ensangrentado y llevaba consigo unas tijeras manchadas de sangre. Se había maquillado para verse más pálida y demacrada, con manchas de sangre por toda la cara. Nos miró a todos con mucho resquemor, como si la diera reparo que la viéramos así.

-Uauh, Fluttershy…-mascullé yo, algo acongojado.

-¿Os… os gusta?-inquirió ella, algo azorada.

-¡Ostias que sí, da miedo verte!-asintió Lloyd, tan impresionado como yo.

-¿A que mola? La he ayudado un poco…-comentó Rainbow, con gesto orgulloso.

-Te ves terrorífica, querida…

-Oh, hum… gracias, supongo…-murmuró la chica, a media voz.

-Aunque no acierto a averiguar quién eres, dulzura…-admitió Applejack.

-Oh, bueno, soy Bloody Mary…-explicó Fluttershy, haciendo chascar sus tijeras.

-Ah, claro… bonito detalle.

Aunque aún faltaba Sunset, en ese momento comenzó a sonar la música y la voz de Pinkie anunciar el comienzo de la fiesta de Halloween.

-¡¡Atención todo el mundo, vamos a empezar la fiesta más terrorífica y divertida de todo el año!! ¿¡Estáis todos preparados?!

Todo el mundo respondió con un rotundo sí, incluso entre la algarabía conseguimos distinguir cierto grito lleno de fuerza que conseguía alzarse entre el resto.

-¡¡Genial!! ¡¡Demos la bienvenida al viejo Jack como se merece!! ¡¡Dale fuerte, Vinyl!!

Tras su señal, la DJ comenzó a pasar algunos de sus temas dubstep, mezclados con un poco de dance y con toques de electrónica muy movidos y llenos de ritmo. Todo el mundo se desató, y nosotros no fuimos menos.

El programa para la fiesta era bastante bueno y variado; toda la velada iba a estar amenizada por la música de Vinyl, aunque entre medias habría varias actuaciones por parte de varias bandas locales, entre ellas la de Flash, Flash Drive. También habría un receso para los que quisieran ir a hacer el truco o trato con los críos, además de un concurso de disfraces. Tras eso la fiesta se prolongaría hasta bien entrada la madrugada, ya que el gimnasio estaría abierto durante toda la noche por cortesía de la directora, aunque el resto del instituto no.

Tardó un poco más de lo esperado, pero finalmente Sunset apareció haciendo gala del cosplay que menos esperábamos ver; llevaba puesto un vestido de novia medio roto y bastante ajado, se había maquillado la cara para obtener un tono azulado ceniciento y llevaba puesta una peluca de pelo ondulado y de color azul marino, con una corona de flores secas en su cabeza. Había apañado una manga de tela para parecer que su brazo derecho estuviera en los huesos, literalmente, y se había pintado una herida abierta en la mejilla izquierda. Llevaba consigo un ramo de flores seco y marchito.

-Anda mira, va vestida para la ocasión…-me comentó en ese momento Lloyd por lo bajo, picándome en el hombro.

Por mi parte preferí no echar más leña al fuego y le contesté con una adusta indiferencia. Las chicas no tardaron casi nada en opinar.

-¡Hala, Sunset, estás increíble!-exclamó Applejack nada más verla.

-¡Cómo molas, tía!

-¡Vaya, querida, quien lo diría!

-¡Eres la mejor novia cadáver del mundo!

La chica sonrió tímidamente antes de contestar a los halagos.

-Perdonad por la tardanza, pero he tenido problemas con el vestido…

-No pasa nada, querida, la espera ha merecido la pena.

-¡Es genial, estupendo y fantasbuloso! ¿Vas a participar en el concurso? Oh, pero qué digo, por supuesto que tienes que participar…-murmuró Pinkie.

-Bof, no sé, Pinkie, subir a un escenario no es algo que me apetezca hacer ahora mismo…

-¿Y por qué no, tontita? ¡Tu cosplay es genial, mereces que todo el mundo lo vea!

Antes de que Sunset pudiera decir nada más, Rarity tomó la palabra rápidamente para sacarla del apuro.

-Tranquila, querida, no tiene por qué participar si ella no quiere… además, estoy segura de que todo el mundo lo verá igualmente si se queda por aquí.

Al principio Pinkie se mostró un tanto apenada, pero luego comprendió enseguida por qué Rarity lo decía y lo dejó estar.

-Oh, bueno, en ese caso puedes hacer lo que más te apetezca…

-Gracias, Pinkie…

La aludida la dedicó una sincera sonrisita y Sunset se unió con nosotros a la fiesta.

Durante la primera hora y media vimos actuar a un total de tres bandas tocando para la ocasión, entre ellas la de Flash y sus amigos. También destacó otra en la que una chica de pelo violeta y piel azulada clara se marcó un buen tanto cantando particularmente bien un cover especial de la canción Gimme more de Britney Spears.

-Uauh, la chica de pelo violeta canta de miedo…-comenté yo, asombrado.

-La conozco, es Mystery Mint, una de las mejores vocalistas del instituto…-reveló Rarity.

-Y no por nada, por lo que oigo… ¿hay muchas bandas de este estilo en el instituto?

-Bueno, hay unas cuantas, todas están adscritas al club de música, pero cada una va por libre.

-¿Y eso?

-La mayoría de sus integrantes cantan solo por hobby y no tienen intenciones de dedicarse profesionalmente a eso, pero el club les proporciona medios para promocionarse y darse a conocer, por lo que se adscriben igualmente-explicó Rarity con detalle.

-Ya veo…

En cuanto las bandas terminaron se dio el descanso para ir a hacer el truco o trato, Pinkie fue la primera en sugerirlo, aunque salvo Lloyd y Rainbow nadie más quiso ir.

-¿No eres muy mayor para lo del truco o trato?-le comenté a Lloyd.

-¿Bromeas? Nunca se es mayor para chuches gratis…

-¡Por supuesto, eso es indudable! ¡Vamos, Lloydi, ven conmigo!

El chico no dijo que no en ningún momento y se fue con ella; asumí que no lo volvería a ver en un largo tiempo, por lo que preferí quedarme con el resto y disfrutar de la fiesta.

El ambiente estaba bastante animado y había tanto ponche como cosas para picar para los que le entrara el gusanillo; como ya habíamos cenado previamente tan solo estuve bebiendo ponche, aunque bebí de más y tuve que ir al baño al cabo de unos cuantos minutos. Aunque el instituto estaba cerrado, el pasillo contiguo al gimnasio sí que estaba abierto ya que había unos baños cerca, por lo que me vino de perlas.

-Bof, qué complicado puede ser a veces esto del cosplay en momentos tan oportunos…-mascullé a media voz, saliendo del baño.

Quise volver al gimnasio, pero en ese momento pude percibir una sombra escabulléndose al otro lado del pasillo; por un momento pensé que podría ser alguien que quisiera gastar una broma, pero lo deseché enseguida puesto que al poco rato pude oír con claridad una puerta cerrándose suavemente. Y nadie me salió al paso en ningún momento.

-Qué raro…

Por mi parte me quedé un tanto extrañado, ya que se suponía que el instituto estaba cerrado; aun así quise asegurarme y fui a comprobar la puerta, descubriendo entonces que se encontraba abierta.

-Se supone que esto está cerrado…

Eché un fugaz vistazo a través de la puerta entreabierta y distinguí la luz de la luna colándose por la claraboya del recibidor e iluminándolo débilmente; el pasillo lucía oscuro y desierto, no había nadie más allá y tampoco distinguí a ninguna otra sombra cerca.

-Quizás el bedel olvidó echar el cierre… pero aun así yo oí la puerta cerrándose con suavidad, como si alguien lo hubiera hecho expresamente para no llamar la atención. Esto es muy raro…

Fue entonces cuando me dio un extraño pálpito; ¿y si por alguna razón sí que hubiera alguien rondando por el instituto? Fruncí el ceño, dispuesto a desvelar ese inusitado misterio, y me interné en los oscuros pasillos.

Evité pasar por el recibidor al estar levemente iluminado y aproveché las sombras de los pasillos; anduve con pies de plomo, evitando hacer ruido y estando ojo avizor. En un momento como ese me lamenté no ser el auténtico predator. Eché un rápido vistazo por la planta baja y luego subí al primer piso. El silencio era sepulcral, y casi podía oír los latidos de mi propio corazón.

-No parece haber nadie… me lo debo de haber imaginado, será mejor que vuelva ya.

Quise darme la vuelta y volver por donde había venido, pero en ese momento pude percibir con claridad el sonido de algo metálico chocando contra otra superficie metálica. Y lo mejor o peor, no supe distinguirlo con claridad, es que me resultaba particularmente familiar.

-Eso ha sonado como… una taquilla cerrándose.

Por un momento abandoné mi intención de volver y apreté el paso en dirección hacia las taquillas; había allí cerca otro pasillo con una hilera de taquillas, y aún más gracioso, la mía estaba situada en ese pasillo. El pálpito me volvió a dar, esta vez con más fuerza, y dándome un motivo para andar más rápido.

En cuanto llegué al pasillo, pude distinguir de nuevo esa sombra doblando la esquina y desapareciendo tan pronto como había aparecido; sin darme cuenta siquiera fui al trote para alcanzar la esquina cuanto antes y me asomé brevemente. No había nadie.

-Maldición-mascullé por lo bajo.

Aun así lo dejé estar y me dirigí a mi taquilla, mirándola de hito en hito y con ese pálpito aun rondándome por la cabeza; sin pensarlo mucho más, hice mano de la rueda y metí la combinación para abrirla. La puerta se abrió con un ligero chirrido que pareció oírse mucho más debido al silencio reinante. No pude ver el interior puesto que el pasillo estaba sumido en una densa oscuridad, por lo que hice mano del móvil y usé su linterna para alumbrarme. Algunos de mis libros estaban ahí, junto con la bolsa de deporte con el chándal y poco más. No fue hasta que enfoqué el suelo cuando lo vi. Un sobre blanco sin nada puesto en él. En ese justo momento rememoré lo que me contó Lloyd aquella vez cuando descubrió el primer anónimo de la misteriosa persona que nos ofreció su ayuda. Tuve que quitarme los guantes para poder manipular el sobre, lo abrí y leí su contenido, el cual estaba escrito con recortes de revistas y periódicos.

Necesito más datos con los que poder ayudaros, algo parecido a una partida de nacimiento me podría venir bien. Cuando la tengáis dejadla donde la última vez.

-¿Partida de nacimiento? Vamos no me jodas…-solté de golpe y en voz alta.

Y es que no era para menos, porque en ese caso teníamos un problema… y de los gordos.

Aun así preferí no darle importancia en ese justo momento; me había ausentado más tiempo de lo previsto y puede que las chicas me estuvieran buscando, por lo que dejé el sobre en mi taquilla para no tener que llevarlo conmigo y levantar sospechas, mañana lo podía recoger igualmente. Volví tras mis pasos rápidamente, abandonando el lugar y dejándolo tan vacío como antes estaba. Ni siquiera vi a la sombra de antes observándome desde lejos.

Te voy a escribir toda enterita... cachito a cachito... con todo lujo de detalles...
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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Mensaje por Nima » 07 Feb 2015, 00:45

Cada vez se está poniendo la cosa más interesante, y me han encantado los detalles de los disfraces y la suspicacia de Luna xD Imperdible también el momento taco, es una forma de enlazarlo bastante divertida, si bien creo que ha sido un poco salida de la nada, pero ha estado genial.

Ni que decir tiene que espero el siguiente capítulo con ganas, y que mientras iba leyendo, "Bronies al borde de un ataque de nervios: La serie" se iba reproduciendo en mi cabeza xD
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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Mensaje por horwaith » 07 Feb 2015, 01:13

Buen capítulo y fic, me encanta como has insinuado las relaciones, sobretodo la que no se ha dicho de Pinkie en este. En cuanto a la pillada de la primera parte, menos mal que estaba preparado por vosotros dos, ha estado genial. A ver el siguiente, que le tengo ganas y lloyd tiene que coger la escopeta para que publiques, porque es creíble lo que has hecho y muy bueno
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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Mensaje por Sr_Atomo » 07 Feb 2015, 13:36

Impresionante, realmente impresionante. Me gusta cada vez más este fanfic, me hace sumergirme y no me suelta ni queriendo (cosa que no me apetece, alejarme de esta maravilla).

Espero con ansias la siguiente parte... :D
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Échale un vistazo a mi fanfic "Parallel Stories" y opina.
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