Gertrud sale al pasillo y tú la sigues en silenio. Pero, a los pocos metros oís unos pasos y Gertrud te empuja a una esquina, escondiéndote. Entones la oye susurrar alarmada.
-¡Gorek! ¿Qué haces aquí?
-Demonios, Gertrud, ¡sabía que ibas a hacerlo! Escucha, Golday está interrogando a la pegaso enferma, y no tardará en ver que algo va mal. ¡Todavía puedes echarte atrás!
-¡No, Gorek! ¡Esto está mal, y tú lo sabes! -vuelve a bajar la voz hasta un susurro-. No tienes que ayudarme, puedo hacerlo sola.
-Sola... ya. Mira, los ponis me dan igual, pero te voy a ayudar. Si te atrapan no correrás mejor destino que ellos.
En ese momento Gertrud retrocede un poco y deja que Gorek avance, el cual te ve.
-Saldremos por la salida sur, y volaremos hacia el bosque. Ahí podrás escapar, poni. ¿Entendido?