Eché un último vistazo a la puerta 3, ya decidida a seguir adelante por la 5. Esa puerta, dándome problemas desde que entré en el laberinto, impidiéndome en esos momentos rescatar a otro pony. Por ningún motivo en especial, me fijé en su símbolo. Era como si estuviera viendo desde arriba un...
"No, no es posible... Si es así, todo lo que había pensado este tiempo..."
Por más que intentaba quitarme el pensamiento de mi mente, no conseguía ver nada que contradijera esa idea. Por si fuera poco, me di cuenta de que mucho de lo que había supuesto sobre mi vieja amiga la puerta 3 no tenía ningún fundamento real. Sin poder aguantar más, compartí la idea con mis componieros.
- Firestone, Rarity, ¿qué ocurre si dejáis caer tres gotas de agua por dentro de las paredes de la parte ancha de un embudo? - pregunté.
Ambos me miraron como si acabara de hacer la pregunta más estúpida del mundo. Ignorando sus reacciones, proseguí:
- ¿Y si se dejan caer las tres gotas por la parte ancha, pero con cuidado de colocarlas justo sobre el agujero? ¿Cambiaría algo?
Mis componieros negaron con la cabeza, pero no intervinieron instándome a seguir, curiosos por lo que quería decir.
- Ahora... ¿Y si nosotros fuéramos esas tres gotas colocadas justo sobre el agujero? ¿No creéis que si cruzamos por la puerta 3 - señalé con una pezuña a la puerta en cuestión - llegaremos igualmente donde deberíamos sin separarnos?
- ¿Estás diciendo ahora que la puerta 3 no va a separarnos? - inquirió Firestone, confuso.
- Piénsalo. ¿Tienes motivos realmente para pensar que va a ocurrir también en este sentido? - argumenté. Tomé el silencio de Firestone como un "no". - Sé que no es algo de lo que tenemos muchas pruebas, pero estamos hablando de un pony atrapado tras esa puerta. ¿Estáis conmigo? ¿Cruzamos la 3?
Sonreí satisfecha al ver que tanto Firestone como Rarity asintieron. Si me equivocaba, la culpa ya no sería sólo mía.