Aitana, tras haber recogido todas las gemas que pudo de la anterior sala "Oceano", como ha decidido apodarlas, se dirige a la puerta número cuatro. Se ve obligada a usar otro bit para abrirla, pero valdrá la pena si al atravesarla sale a una sala con menos agua. Sólo espera que su compañero no se haya hecho daño con la caída.
—¡¿Blup?!
Aitana nada hacia arriba y sale a la superficie. A su lado, su compañero Firestone lucha por nadar, mientras grita su incapacidad para hacerlo.
—¡Eh, estoy aquí, agárrate! —El semental se agarra a la arqueóloga—. Mira, haremos una cosa: vamos a la puerta número cinco, quiero comprobar si este laberinto es como me imagino. Pero por el camino vamos a recoger algunas de estas gemas para ti, ¿vale? Y si no te importa dame un bit, que tuve que usar dos para sacarte de la otra sala.