Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor]

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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Mensaje por Sg91 » 11 May 2015, 23:16

Capítulo 9
Blanca Navidad
Las montañas Rocosas se formaron durante la orogénesis cenozoica y fueron marcadas profundamente por la glaciación cuaternaria, además de por ciertos fenómenos volcánicos, lo que propicia la aparición de todo tipo de materiales sedimentarios y minerales como oro, plata, plomo, cinc, cobre, carbón y hasta petróleo. Posee también un núcleo central de rocas cristalinas que favorece la aparición de piedras preciosas como diamantes. Su pico más alto es el monte Elbert con 4401 metros de altitud.

El examen de geografía era uno de los últimos de todos junto con el de matemáticas; este se me estaba dando bastante bien, pude completar sin problemas los dos mapas que se nos proporcionaron, tanto el geográfico como el fluvial, y ahora estaba contestando a las preguntas teóricas de respuesta corta.

Esa semana estaba siendo una de las más ocupadas de todas puesto que los exámenes siempre meten presión, aunque yo soy de los que siempre se lo toman todo con mucha calma, de forma muy parecida a la de Lloyd. En cuanto a las chicas cada una lo llevaba a su manera: Pinkie era la más despreocupada de todas, casi tanto como yo, mientras que a Rainbow la costaba centrarse un poco más.

Este examen en concreto no me había preocupado lo más mínimo, puesto que siempre se me había dado bien geografía; aunque el que me daba auténtico pavor era el de esta tarde, el último de todos, el horror, el infierno en la tierra. Putos números de mierda…

-Os quedan quince minutos-anunció en ese momento la señora Fillyway, la profesora de geografía.

Ese aviso hizo que se reencauzaran mis pensamientos y volví al examen, el cual estaba casi terminado, tan solo me quedaban las últimas preguntas. Tras contestar un par de preguntas relacionadas con la demografía de Alaska y una última pregunta acerca del clima en California lo repasé todo rápidamente, incluyendo los mapas, antes de que se acabara el tiempo.

En cuanto dio la hora, la señora Fillyway anunció el fin del examen.

-Muy bien, se acabó el tiempo, dejad de escribir.

Inmediatamente después se pudo oír un buen montón de bolis cayendo en las mesas, aunque el rasgueo de uno en concreto justo a mi siniestra se me antojó profundamente familiar.

-Señor LloydZelos, he dicho que deje de escribir, no se lo vuelvo a repetir.

Ante esa tajante frase el aludido soltó el boli y miró hacia delante con expresión airada.

-Siempre igual ¿eh? En fin, pasadlos hacia delante.

Los exámenes se movieron rápidamente y, en cuanto estuvieron en su poder, la señora Fillyway indicó.

-Muy bien, estarán corregidos en una semana, podéis retiraros.

Todo el mundo se levantó casi a la vez, abandonando el aula y dirigiéndose afuera para disfrutar de la nieve; por nuestra parte nos reagrupamos en el pasillo, siendo Pinkie la primera en hablar.

-¡Solo queda uno, solo queda uno! ¿Qué tal os ha salido?

-Bueno, decente-murmuró Rainbow, sin muchas ganas de hablar.

-Especialmente bien, la verdad-asintió Applejack, animada.

-Bien, realmente no ha sido muy complicado…-murmuró Fluttershy a media voz.

-Ha estado bien, sí-asentí por mi parte.

-Uno de los más fáciles, si me distáis-opinó Sunset.

-Sin problemas, queridos-dijo Rarity, con convicción.

Para entonces el único que no habló fue Lloyd, el cual parecía estar muy lejos de allí.

-¿Y tú que tal, Lloydi?

-¿Eh? Ah, sí, bien supongo…

Por un momento nos miramos entre todos, algo preocupados por él; desde que empezó la semana de exámenes Lloyd había estado un tanto distante, como si hubiera algo que me molestase. Intenté hablar con él hace poco, pero tan solo me contestó que estaba concentrado con los estudios y nada más. Pinkie por su parte también lo intentó, ya que desde la fiesta sorpresa de Sunset se la veía más cercana y cariñosa con él, pero apenas logró sonsacarle algo más.
En ese momento, para aliviar un poco el ambiente, Pinkie comentó.

-Eh, una cosa, ya que el último examen no es hasta esta tarde ¿Qué os parece si hacemos una guerra de bolas nieve?

-¡Eh, eso sí que mola, me apunto!-exclamó Rainbow, animándose de golpe.

-¡Vayamos por equipos, cuatro vs cuatro!-sugirió Applejack.

-¡Elijo primer!

Dado que Rainbow y Applejack siempre estaban compitiendo por lo que fuera, las dos hicieron de líder de cada facción y estuvieron eligiendo a quien meter en su equipo. Rainbow optó por Fluttershy, Pinkie y Lloyd, mientras que Applejack escogió a Rarity, Sunset y a mí. Una vez que los equipos estuvieron dispuestos salimos al patio, el cual estaba cubierto de nieve.

Durante las últimas semanas las nevadas habían estado a la orden del día y habían dejado buenas capas de nieve fresca, perfecta para hacer muñecos de nieve, esculturas de hielo por las noches, ya que de madrugada helaba tanto que la nieve acababa congelándose, y por supuesto, guerras de bolas de nieve. Se notaba que la navidad estaba a la vuelta de la esquina.

Mi equipo y yo elegimos un buen sitio donde hacernos fuertes, entre Applejack, Rarity, Sunset y yo levantamos un muro que nos sirviera de parapeto y dejamos que la cruenta lucha empezara.

Era en esos momentos cuando nuestros buenos años se reducían automáticamente y parecía que volvíamos a tener entre doce o trece años, pasándolo pipa jugando con la nieve y encima con la mejor compañía. De alguna forma ya daba igual que nos encontrásemos donde nos encontrásemos, momentos como esos hacían que la estancia en el instituto Canterlot de por sí mereciese la pena.

-¡Cuidado, Sunset, a tus nueve!-exclamé yo, al ver que Pinkie se acercaba de avanzadilla.

-¡¡Ja, os tengo!!-masculló Pinkie, con una bola de nieve enorme entre su manos y a punto de lanzarla.

Actué rápido y la lancé un proyectil hacia ella, pero en ese momento Lloyd apareció de improviso y la interceptó, lanzándome otra en el proceso. Me hice a un lado para esquivarla, pero entonces Pinkie lanzó su enorme bola hacia Sunset, pillándola desprevenida. Sin pensarlo siquiera me lancé hacia delante y recibí el proyectil en su lugar, dándome en toda la cara y sintiendo la crudeza del invierno en mis carnes.

-¡¡Sg!!-exclamó Sunset, inclinándose sobre mí.

-No te quedes parada, ataca…-mascullé yo, con la cara adolorida.

Ante eso la chica se envalentonó, cogió un buen puñado de nieve, la amasó bien y se la lanzó a Pinkie desde abajo, llegando a golpearla en la barbilla. La chica rosada se tambaleó hacia atrás, perdiendo el equilibrio, pero Lloyd fue más rápido y la sostuvo entre sus brazos antes de que cayera.

-¿Estás bien, Pinkie?-inquirió él.

La chica, aún algo mareada, se reincorporó y masculló.

-¡¡Sin piedad!! ¡¡No nos quitarán nuestra libertad!!

Tras ese grito los demás se lanzaron contra nosotros, en un ataque frontal directo, al tiempo que nosotros también cargábamos contra ellos con nuestras armas en alto. El encontronazo se tradujo en una buena trompada, cayéndonos todos al suelo sin tiempo siquiera de atacar. Por un momento nos quedamos allí, tirados, exhaustos y sin decir nada. Pero al segundo siguiente nos empezamos a reír con fuerza, dejándonos llevar por la situación.

-Bueno, lo podemos dejar en empate…-sugirió Applejack, entre risas.

-Normalmente te diría que narices, pero bueno, te lo dejaré pasar-murmuró Rainbow, entre divertida y seria.

Una vez que la contienda terminó nos metimos de nuevo en el instituto para descansar un rato y seguir estudiando para el examen de esa tarde; durante la semana que duraba los exámenes no había clase, puesto que estos ocupaban la mayor parte del tiempo, por lo que muchos aprovechaban para apurar las últimas horas y repasar antes del examen. Personalmente yo no solía hacer eso, desde mi experiencia lo consideraba bastante arriesgado ya que me había pasado más de una vez: al haber repasado previamente al examen, todo lo anterior aprendido fue alterado, liándome y cagándola de forma sistemática haciendo el examen.

Aunque como el examen de matemáticas era el último, siendo el horror supremo para muchos, yo incluido, las más versadas en números como Rarity y Sunset estuvieron ayudando a los menos duchos, como Dash y yo, a dar los últimos coletazos antes de las cuatro de la tarde.

Comimos algo rápido, aprovechando que en época de exámenes hay buffet libre, y nos fuimos a una de las salas de estudio de la segunda planta, donde pudimos estar a gusto mirándonos las cosas, o al menos intentándolo.

-Bof, no entiendo como os puede gustar tanto numero junto, qué mareo…-masculló Dash en un momento dado, estirándose vistosamente.

-Di que sí, Rainbow-murmuré yo, chocando un puño con ella.

-Oh, venga, si no lo intentáis mal vamos…-murmuró Rarity.

-Sé que no te gusta esto, Sg, pero haz un esfuerzo, sé que puedes hacerlo-me animó por su parte Sunset.

No pude evitar que se me subieran ligeramente los colores, y en parte tenía razón; hasta ahora la chica me había estado ayudando cuando más lo necesitaba, sobre todo con esta materia, por lo que me armé de valor y me dispuse a seguir.

-Muy bien, hagámoslo.

-Vaya, menuda inyección de moral, Sg, cualquiera diría que algo te motiva…-murmuró entonces Rainbow, mirándome divertida.

-Muy graciosa, Dash…-la espeté yo, algo cortado.

-Bueno, bueno, haya paz, sigamos con las matrices… ¿qué era lo que no os quedaba claro?-inquirió Rarity, cortante.

El resto de horas se pasaron rápidamente y, a una hora del examen, por mi parte dije basta, siguiendo mi propio código. El resto apuraron hasta los últimos minutos, incluyendo Lloyd, que se encontraba extrañamente callado.

Entrar en el aula fue como entrar en otra dimensión; Cranky Doodle ya estaba allí, esperando, y me lanzó una larga mirada que se me antojó simplemente demencial.

-j*der, este cabrón va a por mí…-mascullé por lo bajo.

-Tranquilo, ignórale, tan solo concéntrate en el examen y recuerda todo lo que hemos visto-murmuró Sunset, con gesto tranquilizador.

-Sí… gracias, Sunset.

Ante eso ella tan solo me sonrió dulcemente antes de sentarse en su sitio, imitándola justo después; Lloyd se dejó caer pesadamente en su silla, mirando a la pizarra con gesto vacío, lanzándole por mi parte una mirada inquisitiva. Sin embargo, él no me devolvió el gesto.

-Muy bien, vamos a empezar, recordad que tenéis hora y media para realizar el examen. Las preguntas las podéis hacer en el orden que queráis y recordad que me tenéis que entregar los papeles en sucio también. No quiero lápices en las hojas de respuesta, así que ya sabéis. Podéis usar la calculadora.
El silencio posterior cayó como una losa pesada, y antes de que me pudiera dar cuenta, el examen había empezado; tratando de ignorar los nervios que me atenazaban me enfoqué en el examen y entré en modo concentración.

Durante todo el tiempo que duró el examen mi cerebro trabajó a toda velocidad, aplicando todo lo que Sunset y Rarity nos habían estado enseñando; la punta del boli estuvo danzando durante toda la hora y las teclas de la calculadora echaban humo debido al uso. El silencio era tan denso que solo se oía el rasgueo de los bolis y lápices sobre el papel y el tecleo casi constante de las calculadoras. Los demás se veían tan concentrados como yo, hasta Rainbow lo estaba, que ya era decir mucho. Apenas miré a mi alrededor, tan solo me concentré en los números, teniendo que aparcar la animadversión que sentía por ellos y centrándome como nunca.

La hora y media se me antojó larguísima, pero finalmente el examen finalizó a una orden de Cranky Doodle; tuve el tiempo muy justo para repasarlo todo, dejándome por el camino algunas cosas de las que no estaba muy seguro, pero asegurándome igualmente de que el resto estuviera de alguna forma bien.
Una vez que todos los exámenes volvieron con Cranky Doodle, éste nos largó rápidamente y todos salimos en estampida, anunciando oficialmente el fin de la semana de exámenes. En cuanto alcanzamos el pasillo Sunset se dirigió a mí.

-¿Qué tal te ha salido?

-Bien, creo que bien, espero aprobar.

-Me alegro… seguro que lo consigues.

Ante sus ánimos yo tan solo la sonreí, muy agradecido por todo su apoyo; en ese momento Pinkie exclamó.

-¡Sí, por fin, se acabó, ahora sí! ¡Vayamos a celebrarlo al Sugarcube Corner!

-¡Me apunto!-exclamó Rainbow, animándose enseguida.

-¡Di que sí, hermana!-hizo lo propio Applejack.

-Yay…-murmuró Fluttershy.

Aunque el único que apenas habló fue Lloyd, el cual seguía tan callado como antes. Por su parte Pinkie trató de animarlo una vez en la cafetería, con chistes varios y sustos repentinos. Eso le hizo reaccionar un poco más, pero siguió tan apagado como esa misma mañana.

Estando allí tomando nuestros batidos, una vocecilla familiar exclamó en ese momento.

-¡Applejack! ¿Ya has terminado con los exámenes?

Todos nos giramos y vimos entonces a la pequeña Apple Bloom al lado de su hermana, acompañada tanto de Sweetie Belle como de Scootaloo.

-¡Ah, hola Apple Bloom! Sí, claro, ¿por qué?

-Es que quería pedirte que nos ayudaras para la obra de teatro que vamos a hacer para el último día, la señorita Cherilee me pidió que te lo dijera, ya que necesita toda la ayuda posible.

Todos los años, y antes de las vacaciones de navidad, el último día se dejaba libre en plan festival en el que tanto los niños de primaria como algunos de los cursos superiores, e incluso de los nuestros, hacían obras de teatro, cantos, bailes y otros espectáculos para amenizar el último día antes de irnos todos de vacaciones. Todo el que quisiera podía participar y no había límite de ningún tipo.

-¡Por supuesto! Ahora que hemos terminado nos vendrá bien relajarnos un poco ¿Qué me decís, chicas?-inquirió en ese momento Applejack, dirigiéndose al resto.

-¡Por supuesto que sí, querida! Yo diseñaré lo que haga falta-asintió Rarity, encantada.

-¡Contad conmigo también!-asintió Rainbow.

-¡Por supuesto!-hizo lo propio Pinkie, toda emocionada.

-¿De qué va a ser la obra?-pregunté, curioso.

-Vamos a hacer una versión de Cuento de navidad, Scootaloo, Sweetie Belle y yo vamos a hacer de fantasmas de las navidades, yo voy a ser el de las navidades pasadas-reveló Apple Bloom.

-¡Yo voy a ser el de las navidades presentes!-anunció Sweetie Belle, emocionada.

-Y yo el de las futuras-añadió Scootaloo, no muy animada.

-¿Y quién hace de Scrooge y Jacob Marley?-inquirió en ese momento Lloyd, rompiendo su silencio.

-Scrooge creo que iba a ser Diamond Tiara… y Jacob Marley Silver Spoon-reveló Sweetie Belle.

-Vaya, muy propio…-comenté yo por lo bajo, cosa a la que Lloyd tan solo asintió con la cabeza.

-¡En ese caso contad con nosotras!

-¡Genial, gracias Applejack!

El caso es que la idea me recordó bastante a lo que se solía hacer en mi colegio durante todas las navidades, sin poder evitar sentir cierta morriña que traté de ocultar como buenamente pude. Después de todo era navidad, y era una época de alegría o de gozo… al menos normalmente.

Estuvimos un rato más hablando con ellas y finalmente las chicas se retiraron, al tiempo que nosotros poníamos rumbo hacia la residencia. De camino, pasando entre el hueco libre de nieve de las aceras, le hablé a Lloyd.

-Has estado muy callado hoy ¿hay algo que te preocupe?

-¿Eh? Ah, no, estoy cansado, eso es todo…

-¿Seguro? No pareces muy convencido…

-Sí, seguro.

-Ah, venga ya, eso no te lo crees ni tú, llevas unos cuantos días en ese plan. ¿Qué te pasa, tío? Echo de menos tus sarcásticos y biliosos comentarios-murmuré yo, divertido.

-Hay veces que pienso que eres un poco masoca tú…

-Es posible… venga, sabes que puedes contármelo.

-Ya te he dicho que no es nada, no seas pesado.

-Vamos, venga, no seas así conmigo…

-Que no.

Por mucho que lo intenté el tío no soltó prenda y estuvimos así durante todo el tiempo que duró el camino de vuelta hacia la residencia. Encima de nuestras cabezas las nubes se arremolinaban lentamente, dejando escapar unos cuantos copos de nieve.

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-¡Muy bien, el escenario está listo! ¿Qué hay de la iluminación?

-Todo preparado, señorita Cheerilee…

-Vale, a ver, escena, escena… ¡Silver Spoon! ¿Estás preparada?

-Sí, señorita Cheerilee…-murmuró una hastiada Silver Spoon.

-¡Agh, no, espera! ¿Dónde está Diamond Tiara? ¡Sin ella no podemos empezar la escena!

-Estoy aquí…

Antes de que la señorita Cheerilee pudiera decir nada más, Applejack se adelantó y la calmó.

-Señorita Cheerilee, relajase, saldrá bien, han estado practicando, no veo por qué iban a hacerlo mal.

-Ah, tienes razón, perdona Applejack, pero tiendo a ponerme nerviosa…

-No lo piense más, señorita Cheerilee, después de todo estamos aquí para ayudar.

-Sí, y os lo agradezco inmensamente, sin vosotros hubiera sido más complicado.

-Ah, ya ve usted.

Aunque algo pesado al principio, ayudar en la obra de teatro resultó ser mucho más gratificante de lo que parecía, y ahora que las niñas iban a salir a escena se notaba aún más. Todos pusimos un poco de nuestra parte y ahora podíamos ver por nosotros mismos el resultado.

Los trajes habían sido diseñados por Rarity, teniendo un cuidado especial con los de su hermana y sus amigas; Applejack estuvo ayudando de todo un poco, siendo su ayuda una parte importante a la hora de montar el decorado al ser toda una manitas. Tanto Rainbow como Fluttershy, Pinkie y Sunset ayudaron con algunas decoraciones y por nuestra parte le pedimos ayuda a algunos de nuestros compañeros del club, resultando en un éxito rotundo; Atomic Adam nos ayudó con el sistema de audio y luz, haciendo de técnico de sonido.

-¡Muy bien, todos listos! ¡Salimos a escena en breve!

Dado que estaban a punto de empezar, nosotros desalojamos rápidamente los bastidores para sentarnos en la fila más cercana al escenario; a mi diestra se sentó Lloyd, con gesto sobrio, y a mi siniestra Pinkie comía palomitas, esperando a que la función empezara.

-¿Estáis nerviemocionados, lo estáis? Porque yo sí…

-Oh, yo estoy deseando ver cómo lucen los vestidos que diseñé-admitió Rarity.

-¡Que empiece ya, que me aburro!-exclamó por su parte Rainbow.

Al cabo de unos breves minutos las luces se apagaron y comenzó la función; en las primeras escenas se vio a Tiara asumiendo bastante bien el papel de Scrooge, junto con Featherweight, que hacía de Bob Cratchit.

-¡Pero señor Scrooge, necesito un aumento para dar una cena de navidad decente a mi familia!

-¡Paparruchas! ¡Suficiente tengo pagándote lo que te pago y tú apenas te esfuerzas! ¡Más brío a esa pluma, Cratchit!

El escenario estaba muy bien recreado y con un fondo dibujado en papel cartón, cortesía de las briosas manos de Fluttershy; además, Sunset la había estado ayudando con los colores.

Varias escenas después llegó la visita de Jacob Marley a Scrooge, en la cual Tiara se encontraba agazapada en la cama, al tiempo que Silver Spoon aparecía envuelta en una tela traslúcida de color celeste, simulando muy bien su apariencia etérea y fantasmal, junto con varias cadenas colgadas de sus hombros. Los ojos de Rarity brillaron como chiribitas al verla.

-¡Oh, Scrooge, te espera un eterno tormento si no cambias tu forma de ser!-masculló en ese momento Spoon, con voz grave y cavernosa, agitando sus cadenas.

-¡Marley, amigo! ¿Qué quieres de mí?-inquirió Tiara, temblando.

-Esta noche recibirás la visita de tres fantasmas que te ayudarán a ver lo malo de tus acciones. Escúchales, atiende a lo que te enseñen, no acabes como yo… aun puedes salvarte.

-¡No, vete, tan sólo eres una alucinación, márchate!

-Recuerda mis palabras, Scrooge…

En ese momento un ventilador oculto al otro lado del escenario se encendió y Spoon se retiró tras la brisa que éste levantó, quedando especialmente bien.

-Ya os dije que quedaría genial-apuntó en ese momento Rainbow.

-¡Sí! ¡Qué suerte que la señorita Spitfire nos hiciera el favor de traer ese ventilador gigante de la base aérea de los Wonderbolts!-asintió Pinkie, emocionada.

En la siguiente escena Scrooge recibió la visita del primer fantasma; Apple Bloom apareció entonces envuelta en un vestido muy luminoso que hacía reflejar la luz, la cual se atenuó para dar sensación de ambiente antiguo y pasado.

-Genial, Adam es un máquina jugando con la luz-comenté yo en ese momento.

-Sí, desde luego-afirmó Lloyd.

-Oh, Scrooge, es una verdadera lástima. Una vez, hace ya tiempo, hubo bondad en tu corazón. Pero ahora pareces haber olvidado lo que alguna vez la vida te dio. Quizás sea bueno que te enseñe como eras.

La transición se hizo rápidamente cambiando el fondo, al tiempo que más personajes entraban en escena; durante la visión del pasado muchos otros niños hicieron de extras y otros personajes secundarios, entre ellos destacaban Dinky haciendo de Belle.

Tras las escenas de las visiones la siguió otra en la que Scrooge y el fantasma conversaban antes de que éste desapareciera.

-¿Y qué si alguna vez fui feliz? Al menos ahora tengo un negocio que me sustenta y dinero, mucho dinero con el que me pago mis caprichos.

-¿Y esos caprichos te hacen verdaderamente feliz? ¿No te hizo alguna vez feliz el amor que sentiste por Belle? Ella verdaderamente te quiso, y tú la pagaste su amor con dinero. No es lo que tenemos lo que nos hace verdaderamente felices, Scrooge, sino lo que somos.

-¡Bah, paparruchas, paparruchas! ¡Vete, fuera de mi vista, no quiero que me digas más!

Apple Bloom se retiró lentamente, haciendo gala de una gran interpretación que hasta emocionó a su hermana.

-Esa es mi hermanita, qué bien lo hace… ¿no te parece, Big Mac?-comentó Applejack a su hermano, que estaba sentado a su lado.

-Eh… sep.

La siguiente escena fue el primer contacto entre Scrooge y el fantasma de las navidades presentes, saliendo Sweetie Belle a escena, la cual llevaba una túnica roja con bordados blancos y dorados, además de una corona de laurel. Y además se metía en el personaje desde el principio, riéndose entre frase y frase.

-¡Hola, Scrooge! ¡Soy el fantasma de las navidades presentes! ¡La fiesta y el jolgorio son mis banderas, puesto que es navidad! ¡Y no hay nada mejor que celebrar la navidad con todos aquellos a los que más quieres! ¿Y tú, Scrooge? ¿No tienes a nadie con quien celebrarla?

-¡Bah, paparruchas! ¿Quién quiere celebrar la navidad? Es una tradición estúpida que solo me hace perder dinero…

-Ah, pero no todos tienen los mismos estándares que tú… y con muy poco que tienen, aun así se contentan. Quizás tengas que verlo por ti mismo para comprender lo que te estoy hablando.

Las siguientes escenas se concretaron rápidamente, resumiendo muy bien lo que el fantasma le quería enseñar a Scrooge, incluyendo la fiesta de navidad en casa de su sobrino Fred Scrooge, el cual lo interpretaba Pipsqueak. Aunque la escena crucial fue en casa de los Cratchit. Featherweight reapareció acompañado por unos cuantos potrillos más, que hacían tanto de la mujer y los hijos de Bob, entre los que se encontraban Twist, Zipporwhill, Noi, Buton Mash y Shady Daze; aunque el papel estrella se lo llevó Rumble, haciendo de Tiny Tim.

-Siempre es bueno poder estar todos juntos un año más, en familia-comentó en un momento dado Twist, que hacía de la mujer de Bob.

-Sí, y aunque no sea una gran cena siempre es bonito estar con los que te quieren-añadió Zipporwhill, haciendo de hija mayor.

-Bueno, bueno, aun a pesar de todo seguimos juntos, y hay que agradecer al señor Scrooge por todo lo que ha hecho por nosotros-recordó Spoon, metiéndose en el papel.

-¿En serio, padre?

-Sí ¿cómo puedes decir eso de semejante sabandija?-masculló Twist, llena de rabia.

-¡Martha, por favor! Es verdad que el señor Scrooge no es que sea el mejor hombre, pero he estado trabajando para él durante cuatro años, y me ha pagado, aun y con todo. Si no fuera por él, estas navidades serían muy distintas. Y estoy dispuesto a sacrificarme por vosotros, como buen padre que soy. Es por eso por lo que quiero dar las gracias al señor Scrooge.

Justo después entró en escena Rumble haciendo de Tiny Tim, apoyado en una muleta, y haciendo un gran papel.

-Sí… gracias al señor Scrooge tenemos algo que comer y estamos todos juntos. Que Dios le bendiga.

Tan bien lo hacía que llegué a ver por allí algunas caras enternecidas e incluso miradas vidriosas entre la multitud; aunque en ese momento vi que Lloyd se levantaba, sin decir nada.

-¿Estás bien?-le pregunté.

-Sí, sí, solo voy al baño.

Aunque al principio me pareció notar algo raro en su voz me centré de nuevo en la obra, para no perderme mucho más. No obstante hacía rato que no oía a Pinkie comer palomitas, giré la cabeza y entonces vi su sillón vacío, cosa que me extrañó sobremanera.

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En la zona superior del acceso al salón, a mano derecha, los baños se encontraban abiertos, siendo estos mixtos debido al reducido espacio; Lloyd entró en ellos y se inclinó sobre uno de los lavabos, con gesto alterado. Abrió el grifo y se mojó un poco la cara, en un intento por serenarse un poco. Al secarse la cara oyó entonces una voz familiar en la puerta que decía.

-Lloydi…

El aludido se dio la vuelta y vio a Pinkie, la cual le miraba con gesto preocupado.

-Ah, Pinkie… ¿Qué haces aquí?

-Vine a verte… ¿estás bien, Lloydi?

-Eh, sí, claro, es solo que hace calor ahí dentro, quería refrescarme un poco…

Ante eso la chica esbozó una triste mirada, clavando la vista en el suelo.

-Sé que algo te pasa, pero no se lo quieres decir a nadie… ni siquiera a mí. ¿Por qué, Lloydi? Todos estamos preocupados por ti. Y yo echo de menos al serio pero divertido Lloyd que siempre me hace reír…

Sus palabras hicieron reaccionar al chico, el cual esbozó una triste mirada; Pinkie se acercó a él y le cogió de una mano, al tiempo que le echaba una inquisitiva mirada. Finalmente Lloyd se rindió y soltó un quejumbroso suspiro, mirando a Pinkie y hablando de seguido.

-Todas las navidades las paso en compañía de mi familia, desde que empiezan hasta que acaban. Me gusta especialmente ir con ellos de tiendas y disfrutar de la cena, todos juntos. Pero este año no va a poder ser, porque estamos aquí, y… bueno…

Ante eso Pinkie tan solo sonrió, comprendiendo un poco mejor al chico.

-Ya veo, entiendo cómo te sientes. Debe ser duro separarte de tu familia en unas fechas tan señaladas. Si yo tuviera que irme lejos de aquí y celebrar la navidad sin ellos, yo también estaría triste. Pero míralo así, nos tienes a todos nosotros. A las chicas, a Sg, a mi… somos como una gran familia. Y, por supuesto, celebraremos la navidad todos juntos. De hecho, mira, podemos hacer eso mismo. Podemos quedarnos en casa de Fluttershy, por ejemplo, y pasar la Nochevieja todos juntos. ¿Qué me dices?

-Ah, bueno, suena como un buen plan…

-En ese caso no tienes por qué estar tan triste, tontín… vamos, alegra esa cara-murmuró Pinkie, haciéndole sonreír ella misma con sus dedos índices.

Ante eso el chico dejó escapar una risita tonta, sin poder evitarlo.

-Ah, mira, así está mejor.

-Gracias, Pinkie…

Ella tan solo sonrió y el chico la devolvió el gesto, sin decirse nada más. Ambos regresaron al salón de actos, sin darse cuenta siquiera que seguían dados de la mano.

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Apenas habían pasado poco más de cinco minutos cuando Lloyd regresó, sentándose a mi lado con gesto algo más tranquilo.

-¿Mejor?-inquirí.

-Sí… mucho mejor-asintió él, algo más animado.

Por mi parte me quedé más tranquilo, aunque aún me encontraba un tanto confuso por la desaparición de Pinkie; fui a preguntar a Rarity, que era la que se sentaba a su siniestra, cuando de repente vi a la interfecta de vuelta en su sitio, retomando sus palomitas.

-¡Ah, hola Sgi! ¿Quieres palomitas?-inquirió ella, sonriente.

-Eh… no, esto… ¿dónde, cuándo…? ah, ¿Qué más da? -me dije entonces, prefiriendo evitar un muy posible dolor de cabeza.

El segundo acto terminó enseguida y comenzó el tercero, en el cual el fantasma de las navidades futuras hacia presencia; haciendo honor al cuento original, y ayudados por las luces y las sombras, la entrada de Scootaloo se hizo de tal manera que pareciera que surgiera de la sombra de Tiara. La niña llevaba puesta una densa toga negra que la tapaba completamente, sin dejarla ver el rostro, aunque se había blanqueado las manos con pintura en espray lavable para verse aún más intimidante.

-¿Eres tú el espíritu de las navidades futuras?-inquirió Tiara, con voz temblorosa.

Scootaloo por su parte tan solo asintió muy levemente, casi no parecía que lo hubiera hecho.

-Si hay algo que más temo ahora es tu presencia, por lo que por favor, muéstrame el futuro más inmediato.

Las siguientes escenas fueron más rápidas que el resto, aunque hubo un añadido extra que no estaba en el original, en el cual dos sepultureros, interpretados por Snips y Snails, entablaban una conversación en el cementerio, siendo oídos por Scrooge.

-¿Has visto esa nueva tumba de ahí? La colocaron hace escasos días y nadie la ha ido a visitar ni una sola vez.

-Sí, parece que el que está ahí enterrado es una persona non grata o algo así, un tipo particularmente rico que no daba a los demás.

-Pobre diablo, incluso muerto nadie más se acuerda de él… aunque supongo que por una buena razón.

-Desde luego, me pregunto por qué…

Tras eso los dos se alejaron riéndose socarronamente, dejando a Scrooge solo en la escena, acompañado por el fantasma.

-Espíritu ¿Quién es? ¿Quién es el tipo que está enterrado allí?

El espíritu tan solo alzó un brazo, señalando hacia la tumba; Scrooge se acercó hasta ella, comprobando horrorizado que se trataba de la suya propia.

-¡No! ¡¡Por favor, espíritu, dime que esto es un posible futuro, que no un futuro real!! ¡¡Te lo suplico, dime que puedo salvar al pequeño Tim!!

Sin embargo el espíritu no dijo ni hizo nada, tan solo siguió señalando a la tumba; fue entonces cuando las luces comenzaron a cambiar y a parpadear, indicando confusión y caos, al tiempo que una luz roja se enfocaba en la tumba. Por su parte Tiara lo remató exclamando.

-¡¡No, por favor, dame una segunda oportunidad, ahora veo que he hecho mal, no dejes que me consuma el olvido!! ¡¡Por favor, espíritu!!

La transición entre esa escena y la siguiente fue clave, las luces se apagaron de golpe y durante ese breve lapso de tiempo se cambió todo, desencadenando la última y final parte, que se sucedió rápidamente.

Una vez que la obra llegó a su fin todos nos levantamos, aplaudiendo con fuerza; había sido una gran interpretación y había quedado especialmente bien, sobre todo en cuanto a actuación se refería. Y, por supuesto, en cuanto a decoración y attrezzo se refería también había quedado de fábula.

Las tres pequeñas actrices se reencontraron después con sus hermanas, las cuales las felicitaron efusivamente.

-¿Qué tal he estado, qué tal he estado?-inquirió Apple Bloom.

-¡Genial, esa es mi hermanita, ven aquí!-exclamó Applejack, abrazándola.

-¿Y yo, Rarity, y yo?

-Oh, pues fabulosa, querida, como bien me esperaba.

La única que no parecía demasiado contenta era Scootaloo, cosa de la que Rainbow se percató.

-¿Y esa cara tan larga, enana?

-Ah, es que apenas he hecho nada, tan solo he tenido que salir, estar de pie y señalar…

-¿Bromeas? A mí me ha gustado tu actuación.

-¿En serio?

-¡Pues claro! Te veías intimidante con esa toga, hasta yo me hubiera cagado de miedo si me hubiera encontrado contigo así de repente.

-¿En serio, tú, Rainbow Dash, cagándote de miedo sólo por eso?-inquirió Scootaloo, ceñuda.

-Eh, vamos, la intención es lo que cuenta. Además, si no hubieras sido tú, nadie más lo habría hecho y no hubieran podido hacer la obra. Fuiste parte de ella, y te mereces las mismas felicitaciones que los demás.

Ante eso Scootaloo sonrió, feliz, y le dio un rápido abrazo a la chica, la cual aceptó el gesto sin reticencias.

El festival duró toda la mañana y, una vez que acabó, las clases se acabaron y las vacaciones oficialmente empezaron; de camino hacia el Sugarcube Corner para celebrar el éxito de la obra, Pinkie llegó a comentar.

-¡Hey, chicos! ¿Qué os parece si este año celebramos el año nuevo todos juntos?

-Vaya, esa es una idea interesante, aunque… yo por mi parte tenía intención de celebrarlo con mi familia-comentó Applejack en ese momento.

-Oh, bueno, pero he pensado que quizás podríamos probar algo nuevo… venga, animaos, serán unas navidades diferentes.

-Bueno, se podría hacer, aunque… ¿Qué opináis, chicas?-quiso saber Applejack.

-A mí me gusta la idea, aunque primero tendría que consultarlo con mis padres-murmuró Rarity, pensativa.

-Yo igual-añadió Fluttershy.

-Por mí adelante, me mola la idea-asintió Rainbow.

-¡Genial! Aunque prefiero esperar a que me lo confirméis, chicas.

-Sin problemas, querida, en cuanto sepa algo te digo.

-¿Y vosotros chicos?-inquirió en ese momento Pinkie, mirándonos.

-Oh, por mi genial, al menos no pasaremos la navidad solos ¿y tú qué dices?-quise saber yo, mirando a Lloyd.

-Me parece perfecto, hagámoslo-asintió él con seguridad.

Por mi parte me sorprendió verle tan predispuesto, aunque no le dije nada. Después de todo era navidad, y aunque no estuviéramos en casa para celebrarla en familia, bien podría valer celebrarla entre amigos. De cierta forma esas vacaciones de navidad se perfilaban únicas, y personalmente quería ver cómo se desarrollaban. De entre las nubes grises cargadas de nieve se llegaron a colar varios rayos de sol, incidiendo sobre la nieve y reflejando la luz.

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Ese 31 de diciembre estaba siendo una velada perfecta; al final, tras muchos dimes y diretes, tanto Rarity como Fluttershy pudieron ir a la cena, e incluso la propia Fluttershy consiguió poner su casa para que pudiéramos hacerla sin problemas. En ese sentido sus padres se mostraron muy comprensivos y arreglaron un poco la casa, además de hacer sus propios planes para no molestarnos.

En cuanto a la cena se refería hubo de todo un poco: jamón cocido, pollo con salsa de arándanos, puré de patatas, ensalada, canapés varios, pan dulce relleno de pasas… no faltaba de nada, todos habíamos aportado algo, aunque la que más fue Applejack, trayendo una tarta de manzana hecha por su abuela que nos supo a gloria bendita.

-Madre mía, Applejack, tu abuela es una artista… y tú también-añadí yo, agradecido.

-Oh, me alegro de que os guste, la ha preparado con todo su amor, como normalmente hace.

-Y el pollo con arándanos está de muerte-comentó Lloyd.

-Gracias, Lloyd, querido, mi madre es una especialista con el pollo.

-¿Y qué hay del pan dulce? ¿Te gusta el pan dulce?-inquirió Pinkie en ese momento.

-Sí, te ha salido especialmente bien.

A eso Pinkie se puso contentísima, abrazando fugazmente a Lloyd. Nada más verlo, a Rainbow la dio su vena graciosa.

-Bueno, Lloydi, cómo te las traes ¿eh?

-Casi tanto como tú, Dash-masculló él, algo molesto.

-Hombre, al menos yo intento ser más críptica, ya sabes…

Lloyd quiso responder, particularmente colorado, pero en ese momento Pinkie intercedió.

-Oh, Dashie, deja de molestar al pobre Lloydi…

-¿Molestar? ¿Quién ha hablado de molestar? Yo tan solo estoy ayudando a Lloyd como buena amiga que soy…-murmuró ella, como quien no quiere la cosa, al tiempo que cogía un canapé y se lo llevaba a la boca.

Por mi parte dejé escapar una pequeña risita, a lo que Lloyd me miró con desdén. Aunque para entonces Rainbow cambió de objetivo.

-Y cuéntame, Sg, ¿contemplas mucho los atardeceres últimamente?

En ese momento estaba dando un sorbo al cava, llegando a absorberlo repentinamente y saliéndome por la nariz. Ante eso Rainbow tan solo se rió con estridencia.

-Ja, ja, muy graciosa, Dash, me parto la caja contigo…-mascullé yo, entre tosidos.

-¿Estás bien, Sg? Toma, bebe un poco de agua-murmuró Sunset, dándome un vaso lleno.

-Ay, ya deja de meterte con ellos, Rainbow-la reprendió Rarity.

Durante el resto de la cena estuvo más tranquilita, aunque sin poder evitar soltar algún que otro chiste jocoso.

Tras el postre quedaban menos de veinte minutos para la medianoche; por la tele estaban retransmitiendo en directo la situación en Times Square, en Nueva York, el cual ya estaba a rebosar y con la bola expectante en lo alto del One Times Square.

-¡Faltan quince minutos! Hey, Rainbow, ¿me ayudas a preparar el ponche de huevo para brindar?-la sugirió Applejack.

-¡Vale, vamos!

Las dos se dirigieron a la cocina rápidamente para aprovechar el tiempo; aunque, en un momento dado, Rarity exclamó.

-¡Oh, cielo santo, Fluttershy, querida, tu vestido!

La aludida se miró por un momento, descubriendo entonces que tenía un manchurrón en la parte superior del pecho.

-Oh, vaya, qué desastre, debí mancharme comiendo el postre… lo siento, Rarity-masculló ella, dado que el vestido era suyo.

-No te preocupes por eso, querida, aunque hay que lavar eso enseguida, no puedo dejar pasar semejante atentado contra la imagen personal. Vamos al baño, vamos.

Las dos se dirigieron al baño del piso superior, dejándonos solos tanto a Lloyd, Sunset y a mí, viendo la tele; Sunset y yo estábamos sentados en el sofá, mientras que Lloyd, por su parte, permanecía de pie apoyado en el respaldo del mismo. Aunque el chico se percató enseguida de cierta ausencia e inquirió.

-Eh ¿y Pinkie?

Nada más decirlo oyó a la voz de la chica llamándole desde el otro lado de la casa.

-¡Lloydi!

-Ve a ver que quiere ¿no?-le sugerí entonces.

-Sí, ya sabes cómo es, igual te quiere dar una sorpresa-añadió Sunset, divertida.

A eso el chico decidió enseguida ir a ver qué quería, dejándonos a nosotros dos solos.

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Lloyd salió al pasillo principal al lado del recibidor y llamó a Pinkie al no verla por ningún lado.

-¿Pinkie?

Fue entonces cuando pudo oír la risa de la chica un poco más adelante, en la sala de estar colindante al salón; el chico entró en ella, pero esta se encontraba vacía.

-¿Pinkie?

La decoración en esa sala era bastante cuca, con mesas con tapetes de encaje, propio de una salita del té, y con fotos varias de la familia de Fluttershy. Una vistosa lámpara de araña colgaba del techo, sobre la mesa principal de cristal.

-¡Lloydi!

El aludido alzó la vista, mirando hacia donde había oído ese llamado, viendo la puerta que daba al pasillo contiguo al principal; apretando el paso se dirigió hacia ella, y en cuanto estuvo bajo su dintel, una figura rosada apareció de improviso, dándole un buen susto.

-¡Agh! ¡Pinkie, no me des estos sustos!

La chica tan solo se rió tontamente, mirándole con una sonrisita pilla y un gesto de complicidad en sus ojos, sin decirle nada. Lloyd se quedó un tanto extrañado ante su comportamiento.

-¿Estás bien? ¿Sucede algo?

Sin embargo la chica siguió callada, mirándole fijamente y conservando todo el rato esa sonrisita divertida. Aún más extrañado si cabía, Lloyd la lanzó una inquisitiva mirada, alzando una ceja. A eso Pinkie tan solo sonrió un poco más, llegando a lanzar una fugaz mirada hacia arriba. Lloyd hizo lo mismo justo después y entonces la vio.

Una rama de muérdago se encontraba colgada del dintel de la puerta, balanceándose levemente, expectante. Fue entonces cuando el chico comenzó a enrojecer, mirando entonces a Pinkie. Abrió la boca para decir algo, pero antes de que pudiera decir nada, Pinkie se inclinó hacia delante, posando sus labios sobre los del chico. Por un momento el tiempo se paró, sobre todo para Lloyd, que sintió como su corazón se disparaba. El momento se alargó una eternidad, o al menos esa era la sensación para él, al tiempo que la chica incidía un poco más. Por un momento pudo jurar que sus labios sabían a fresa, comprobándolo él mismo justo después. Nada más había en ese momento, tan solo estaban ellos dos, solos, disfrutando del instante.

Pinkie fue la primera en romper el beso, viendo ella misma que Lloyd se había quedado paralizado de la impresión, con una carita que la hizo reírse tontamente. Sin embargo no se preocupó por su súbita parálisis. Sin decir nada se acercó a él y le susurró al oído.

-¿No me vas a dar un beso?

Lloyd reaccionó inmediatamente después, cogiendo de las mejillas a Pinkie, y devolviéndola el beso. Esta vez fue mucho más apasionado y lleno de amor, transmitiendo en él todo lo que sentían. Las palabras se volvieron insuficientes e incluso inservibles, diciéndoselo todo en nada. Sus labios conectados eran más que suficientes. Y fue entonces cuando todo cambió.

Finalmente, tras un par de minutos que parecieron horas, los dos se separaron, mirándose fijamente sin necesidad de decirse nada y haciéndose mimos de cuando en cuando. Pinkie le dio un beso a Lloyd en la punta de la nariz y él la imitó, riéndose tontamente inmediatamente después.

En cuanto los dos acaramelados se repusieron de su momento de amor, Pinkie le hizo señas a Lloyd para que la siguiera, llevándole hasta una pequeña escobera, de donde sacó una caña de pescar. En cuanto el chico vio lo que colgaba del cebo esbozó una maliciosa sonrisa, al tiempo que miraba a Pinkie con expresión confidente.

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La retransmisión en directo del Times Square empezó a aburrirnos enseguida y al final acabamos viendo videos chorras en YouTube con mi móvil, desafiando a la batería y su integridad; normalmente ver videos en YouTube sería lo último que haría estando con Sunset, pero al final ella misma le gustó la idea y al final nos acabamos adaptando enseguida.

En ese momento nos entreteníamos viendo un video en el que un gatito se había metido en un jarrón proporcionalmente más pequeño a su tamaño, y nos partíamos la caja debido a su alto grado de diabetes concentrado en cinco minutos de puro jolgorio.

-¡Ay, qué bueno!-exclamó Sunset, muerta de risa.

-¡Ya ves! Siempre lo he pensado, internet está compuesto básicamente de videos de gaticos y de ostias-argumenté yo.

-Completamente de acuerdo.

Los dos nos reímos, divertidos, y nos volvimos a centrar en el video; sin darnos cuenta siquiera, llegamos a acercar nuestras caras al punto de tocarnos con las mejillas. Fui a decir algo, cuando de repente oímos un extraño ruido por encima de nuestras cabezas, muy parecido al del carrete de una caña de pescar.

Levantamos la vista y vimos entonces una rama de muérdago enganchada a un sedal en forma de cebo, colgando justo encima de nuestras cabezas. Siguiendo el hilo y la caña vimos también que el que la sostenía era ni más ni menos que un puñetero y tocapelotas Lloyd, el cual sonreía socarronamente, acompañada de una divertida Pinkie Pie.

Quise decir algo, pero en ese momento Sunset me llamó la atención, mirándome con un gesto inquisitivo en su rostro y las mejillas encendidas; por mi parte no pude evitar ponerme nervioso, pero aun así la sostuve la mirada con firmeza. Por un momento no hicimos ni dijimos nada, pero entonces la chica se inclinó hacia mí y yo la imité, hasta que finalmente nos encontramos en un suave y dulce beso. Mi corazón se desbocó, al tiempo que noté como sus suaves labios rozaban con los míos, en una marea de sentimientos desbordados tanto por su parte como la suya. No nos separamos en ningún momento, alargando el beso y el momento todo lo posible, perdiéndonos en él y en nuestros sentimientos, que ahora nos acompañaban.

Me pareció una eternidad, pero finalmente rompimos el beso, mirándonos con las mejillas enrojecidas y sendas sonrisas de felicidad grabadas en nuestros rostros. No nos hizo falta decir nada, tan solo nos volvimos a besar con mucho amor y delicadeza, envolviéndonos en nuestros brazos y dejando pasar el tiempo.

Por su parte, el dúo dinámico no terminó ahí con su pesca y luego se movió hasta la puerta de la cocina, esperando al momento apropiado; tanto Applejack como Rainbow salieron juntas, llevando consigo sendas bandejas con dos jarras de ponche de huevo y varios vasos.

-¡Qué buena pinta tiene! Me muero por probarlo-comentó Rainbow, en un momento dado.

-Huy, si, y yo, además, le he añadido un chorrito de sidra-añadió Applejack, guiñándola un ojo de manera confidente.

Nada más saberlo la cara de Rainbow cambió a una de pura felicidad, quiso decir algo, pero en ese momento ambas oyeron el ruido del carrete y se quedaron quietas por un momento. En cuanto vieron de lo que se trataba Applejack dejó escapar un respingo, al tiempo que Rainbow no pudo evitar ponerse colorada. Ambas chicas se miraron por un momento, sin decirse nada. Por su parte Applejack la provocó imitando a una gallina, a lo que Rainbow se enfadó brevemente y se acercó a ella con decisión; pero en el último momento se achantó y tan solo le dio un rápido y seco pico en los labios, echando a correr hacia el salón inmediatamente después con la cara totalmente roja.

-¡¡Pero bueno!! ¿¡Qué mierda de beso es ese?! ¡Vuelve aquí y dame uno como dios manda!

Rainbow, en cuanto se desocupó las manos, le dedicó un corte de mangas y desapareció de la vista.

-¿¡Será posible?! ¡Rainbow Dash, sé una mujer y dame un beso decente!-masculló Applejack, dejando la bandeja en la mesa y yendo tras ella.

Pinkie y Lloyd tan solo se reían con contundencia, al tiempo que oían a Rainbow Dash gritar desde el piso de arriba.

-¡¡Pinkie Pie, Lloyd, esta os la guardo!!

Aunque el resto de minutos pasaron enseguida y al final nos reunimos todos en el salón, con el ponche preparado, y a escasos minutos de iniciar el nuevo año. Por la tele la gente se encontraba bastante emocionada, y la bola estaba a punto de bajar. En cuanto inició la cuenta regresiva, ésta comenzó a descender, mientras que todo el mundo iba siguiendo a coro los números restantes. Incluso nosotros, desde casa, también nos unimos.

Finalmente, tras el segundo uno, la bola alcanzó el punto más bajo; el reloj de pie del salón marcó medianoche, tocando las campanas para indicarlo. En Nueva York miles de fuegos artificiales silbaron en el aire y todos exclamamos.

-¡¡Feliz año nuevo!!

Inmediatamente después brindamos, le dimos un largo sorbo al ponche, y tanto Lloyd como yo besamos a nuestras novias, sin sorprender absolutamente a nadie.

-¡¡Bueno, ya era maldita hora!!-exclamó Rainbow.

-¡¡Aleluya!!-hizo lo propio Applejack.

-¡¡Oh, queridos, por fin, pensaba que no os atreveríais nunca!!

-Me alegro muchísimo por vosotros…-murmuró Fluttershy, tan feliz como los demás.

Tras los besos y las felicitaciones de año nuevo llegó el momento de los regalos; por mi parte sorprendí a Sunset con unos pendientes con la forma de su marca de belleza.

-Te vi la última vez mirándolos en la joyería del centro comercial y les pregunté si hacían personalizaciones-expliqué yo.

-¡Son preciosos, me encantan! ¡Gracias, cielo!-exclamó ella, dándome otro beso.

Aunque el beso no fue lo único que me dio, puesto que justo después me sorprendió ella a mi regalándome un móvil nuevo, concretamente un huawei blanco precioso que me dejó totalmente KO.

-Como últimamente te quejabas tanto de este viejo móvil tuyo, pues decidí darte una sorpresita-argumentó ella.

-Pero, pero… ay, madre, te lo agradezco inmensamente, cielo, pero es que… te ha debido de costar un riñón.

-¡Que va! Con los puntos acumulados que tenía se me ha quedado en muy buen precio, tuve mucha suerte.

Ante eso tan solo pude darla un gran abrazo, además de otro beso, esta vez más fuerte y apasionado.

En cuanto a Lloyd, este regaló a Pinkie un megáfono de tamaño medio con filtros de voz y una correa para llevarlo colgado en la muñeca. La chica rosada se puso loca de contenta al verlo, agradeciéndoselo con un vistoso beso y un delantal de lo más vistoso en el que se podía leer Besa al cocinero. Pinkie obedeció sin rechistar.

Las demás se regalaron cosas de todo tipo, Rarity recibió de Fluttershy una tela especial de cachemira de color violeta y con destellos celestes, mientras que la modista regaló a la tímida chica un libro sobre veterinaria y medicina para animales. Applejack regaló a Rainbow unas gafas de aviación nuevas, y la chica de pelo multicolor hizo lo propio con un pañuelo de seda rojo con su nombre bordado en él.

Fue entonces en una situación como esa cuando todo se concretó, los detalles perdieron importancia y ambos supimos que había llegado ese momento en el que alguna vez llegamos a pensar. Ya daba igual que estuviéramos en el mundo de Equestria Girls y que nos encontráramos lejos de casa. Esas habían sido las mejores navidades de nuestras vidas, y nada ni nadie nos quitaría ese momento, ni siquiera Celestia o el Consejo Escolar. Teníamos a grandes amigas con nosotros y a alguien muy especial que nos acompañaba. Y no pedíamos más para ser más felices de lo que ya nos sentíamos ahora. Afuera se podían oír los silbidos de los petardos y fuegos artificiales que se lanzaban desde muchos puntos del pueblo; la débil luz de la luna entre las nubes bañaba con su luz los primeros copos de nieve del nuevo año.
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PD.
Spoiler:
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Te voy a escribir toda enterita... cachito a cachito... con todo lujo de detalles...
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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Mensaje por RedVixenFur » 12 May 2015, 02:36

Spoiler:
"En cuanto los dos acaramelados se repusieron de su momento de amor, Pinkie le hizo señas a Lloyd para que la siguiera, llevándole hasta una pequeña escobera, de donde sacó una caña de pescar. En cuanto el chico vio lo que colgaba del cebo esbozó una maliciosa sonrisa, al tiempo que miraba a Pinkie con expresión confidente."
Mi imagen mental de Lloyd en este momento es riéndose a carcajada limpia, malvadamente, con rayitos, música tétrica y todo esto por dentro XDDD
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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Mensaje por agustin47 » 12 May 2015, 02:47

Ay que me... ay... ay... tú quieres matarme. No tienes ni idea... bueno, si, sabes perfectamente el tiempo que llevo esperando esto junto con Lloyd porque te ha dado la tabarra día si y noche también, pero aún así... my gosh, ha sido aún mejor de lo que me esperaba! Ha tenido mil detalles de los que Lloyd y yo con tanta esperanza comentábamos, simplemente genial. El feeling. El jodido feeling. Y ahora el hype mortal. Diossss.....
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La ignorancia a veces puede significar felicidad, y en este caso, la nuestra resulta ser una verdadera bendición.


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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Mensaje por edgareo » 12 May 2015, 16:02

Me has dejado desencajadocon este capitulo

Aunque ciertamente me esperaba ciertas cosas :sisi1:


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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Mensaje por Marquis Perhaps » 12 May 2015, 17:48

- Lloyd ¿ Deseas a Pinkie Pie como tú Legítima esposa tras leer este capítulo?

-

- Y tú Pinkie Pie ¿Deseas a Lloyd Zelos como tú futuro esposo ?

-

-----------------------

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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Mensaje por Sr_Atomo » 13 May 2015, 06:29

Me ha encantado este capítulo, incluso un poquitín más que como me han encantado los demás capítulos de "Bronies".

Eres un maldito crack, Sg91 :)
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Échale un vistazo a mi fanfic "Parallel Stories" y opina.
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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Mensaje por LloydZelos » 16 May 2015, 21:35



DETENGAN A ESTE HOMBRE POR ASESINO EN SERIE, POR FAVOR
Vamos a ver por dónde empiezo, porque el capítulo tiene más tela que una celebración de boda en un palacio de un sultán persa.

Los exámenes siguen siendo una constante, y un buen punto de tensión como buena vida de estudiantes que llevamos (y sigo el último, lo apruebo :sisi3: ). El de matemáticas con Cranky se me hace especialmente de temer solo por su ominosa presencia, pero tú encima tienes el problema con los números... claro que, al ser el ATARDECER del curso, pues puede hacerse un esfuerzo, ¿no? :roto2rie: El tener a Sunset de tutora es una buena manera de que ella haga algo por ti y demuestre que puede ayudar a los demás, así que por mi parte cero quejas.

La batalla de bolas de nieve bastante intensa, logras transmitir muy bien la sensación de dinamismo, aunque he echado en falta a una Fluttershy acojonada por ahí o corriendo a ciegas con una bola en la mano :sisi1: Me han gustado los "momentos guardaespaldas" en los que se ve patente el acercamiento, Pinkie es muy bestia y el choque epiridículo del final me ha recordado a la carga de los Vengadores en el escenario nevado del trailer de la segunda película a cámara lenta, pero espejado y con hostión :qmeparto:

Que haya esa obra de teatro no es ninguna sorpresa, y te ha quedado muy bien redactada, transmitiendo muy bien las sensaciones de la obra original y las emociones de sus personajes, con el mítico "¡paparruchas!" y el siniestro añadido de Disney de los sepultureros (eso sí, no entendí por qué pusiste a Rumble de Tiny Tim cuando Pipsqueak da más el pego como niño pequeño desvalido). Debo decir que pensé que ibas a ponerme a mi como Scrooge para que a medida que transcurría la obra fuese dándome cuenta en mi interior de que si solo iba a tirar mierda todo el rato de dónde estábamos y no valoraba lo que tenía iba a quedarme sumido en la soledad y la amargura (con momento "realización que te hace quedarte momentáneamente en blanco y helado"), pero no habría quedado bien dado que estoy adaptado y ya llevo tiempo sin quejarme por todo. No. En su lugar has hecho algo muy emotivo que voy a comentar a continuación de forma diferente a como estoy acostumbrado: el audiocomentario. Cito un texto que hay que leer con la música que pongo justo antes, para ambientar... y aconsejo seguir escuchándola en el propio comentario de la cita.
Spoiler:
-Lloydi…

El aludido se dio la vuelta y vio a Pinkie, la cual le miraba con gesto preocupado.

-Ah, Pinkie… ¿Qué haces aquí?

-Vine a verte… ¿estás bien, Lloydi?

-Eh, sí, claro, es solo que hace calor ahí dentro, quería refrescarme un poco…

Ante eso la chica esbozó una triste mirada, clavando la vista en el suelo.

-Sé que algo te pasa, pero no se lo quieres decir a nadie… ni siquiera a mí. ¿Por qué, Lloydi? Todos estamos preocupados por ti. Y yo echo de menos al serio pero divertido Lloyd que siempre me hace reír…

Sus palabras hicieron reaccionar al chico, el cual esbozó una triste mirada; Pinkie se acercó a él y le cogió de una mano, al tiempo que le echaba una inquisitiva mirada. Finalmente Lloyd se rindió y soltó un quejumbroso suspiro, mirando a Pinkie y hablando de seguido.

-Todas las navidades las paso en compañía de mi familia, desde que empiezan hasta que acaban. Me gusta especialmente ir con ellos de tiendas y disfrutar de la cena, todos juntos. Pero este año no va a poder ser, porque estamos aquí, y… bueno…

Ante eso Pinkie tan solo sonrió, comprendiendo un poco mejor al chico.

-Ya veo, entiendo cómo te sientes. Debe ser duro separarte de tu familia en unas fechas tan señaladas. Si yo tuviera que irme lejos de aquí y celebrar la navidad sin ellos, yo también estaría triste. Pero míralo así, nos tienes a todos nosotros. A las chicas, a Sg, a mi… somos como una gran familia. Y, por supuesto, celebraremos la navidad todos juntos. De hecho, mira, podemos hacer eso mismo. Podemos quedarnos en casa de Fluttershy, por ejemplo, y pasar la Nochevieja todos juntos. ¿Qué me dices?

-Ah, bueno, suena como un buen plan…

-En ese caso no tienes por qué estar tan triste, tontín… vamos, alegra esa cara-murmuró Pinkie, haciéndole sonreír ella misma con sus dedos índices.

Ante eso el chico dejó escapar una risita tonta, sin poder evitarlo.

-Ah, mira, así está mejor.

-Gracias, Pinkie…

Ella tan solo sonrió y el chico la devolvió el gesto, sin decirse nada más. Ambos regresaron al salón de actos, sin darse cuenta siquiera que seguían dados de la mano.
Desde que me pones callado y en las nubes respecto a algo al principio del capítulo yo pensaba que todavía andaba rumiando lo que pasó mientras ayudaba a Pinkie a preparar la tarta de Sunset en el anterior, sopesando lo que me importa frente a que no soy de ese mundo para decidir si dar el paso o no. Pero al final ha resultado algo muy lógico y que hasta ahora no se había tocado: la nostalgia y la melancolía por el hogar perdido, acentuada por estas fechas y que me acaban de romper por dentro con la escena familiar de la casa de Cratchitt. Para una persona normal puede ser duro, pero siendo como soy tan familiar, me ha tenido que pesar como una losa y dejarme el ánimo hecho un cisco. Vas desenrollando el hilo poco a poco a lo largo del capítulo, con mis esparcimientos ,la preocupación general, la tuya con interrogatorio fútil y finalmente con la de Pinkie que es aún más cercana desde la fiesta por motivos obvios, la cual ha intentado averiguar qué me pasa y animarme a base de chistes, sustos graciosos y organizar una guerra de bolas de nieve. Un verdadero sol de chica que brilla al máximo en esta escena en los baños, llegando a ir a verme apesadumbrada y, frase especialmente bonita y que da mucha penita junto con el lamento de que ni con ella lo hablo, echando de menos "a quien siempre le hace reír", acompañado de un gesto tan silencioso pero locuaz como quedárseme mirando mientras me coge la mano, paciente, sin forzar. Llegar a organizar una Nochevieja entre todos para que no me sienta solo es enternecedor, demuestra que no ha perdido su humor con lo de hacerme sonreír aunque sea estirándome la boca, y lo de seguir inconscientemente de la mano es el remate final de una escena que desborda cariño, empatía y melancolía.

Esto ya es cosa mía, pero como lector de "Canción de hielo y fuego" yo habría descrito los platos de la cena a un nivel obscenamente enfermizo :roto2: Como sea, has plasmado bastante bien una comida típica de esas fechas, con cosas tan típicas como el puré de patatas y el pollo con arándanos (el cual no he probado en la vida y por el que sentía curiosidad, así que gracias :sisi3: Y encima es una celebración en la que todo el mundo ha aportado algo, lo cual la hace aún más especial. Claro que ni en estas fechas Rainbow deja de ser una perfecta hijaputa, como bien ha demostrado en la biblioteca, lo del pan dulce (comprometedoramente tierno el momento) o la TREMENDA frase de contemplar los atardeceres, que me destruyó por completo :qmeparto:

Lo que viene a continuación... no quiero estropearlo con un intento de comparación exagerada de las mías. Simplemente dejaré una música de triple combo navideña+romántica+feliz y las citas.
Lloyd salió al pasillo principal al lado del recibidor y llamó a Pinkie al no verla por ningún lado.

-¿Pinkie?

Fue entonces cuando pudo oír la risa de la chica un poco más adelante, en la sala de estar colindante al salón; el chico entró en ella, pero esta se encontraba vacía.

-¿Pinkie?

La decoración en esa sala era bastante cuca, con mesas con tapetes de encaje, propio de una salita del té, y con fotos varias de la familia de Fluttershy. Una vistosa lámpara de araña colgaba del techo, sobre la mesa principal de cristal.

-¡Lloydi!

El aludido alzó la vista, mirando hacia donde había oído ese llamado, viendo la puerta que daba al pasillo contiguo al principal; apretando el paso se dirigió hacia ella, y en cuanto estuvo bajo su dintel, una figura rosada apareció de improviso, dándole un buen susto.

-¡Agh! ¡Pinkie, no me des estos sustos!

La chica tan solo se rió tontamente, mirándole con una sonrisita pilla y un gesto de complicidad en sus ojos, sin decirle nada. Lloyd se quedó un tanto extrañado ante su comportamiento.

-¿Estás bien? ¿Sucede algo?

Sin embargo la chica siguió callada, mirándole fijamente y conservando todo el rato esa sonrisita divertida. Aún más extrañado si cabía, Lloyd la lanzó una inquisitiva mirada, alzando una ceja. A eso Pinkie tan solo sonrió un poco más, llegando a lanzar una fugaz mirada hacia arriba. Lloyd hizo lo mismo justo después y entonces la vio.

Una rama de muérdago se encontraba colgada del dintel de la puerta, balanceándose levemente, expectante. Fue entonces cuando el chico comenzó a enrojecer, mirando entonces a Pinkie. Abrió la boca para decir algo, pero antes de que pudiera decir nada, Pinkie se inclinó hacia delante, posando sus labios sobre los del chico. Por un momento el tiempo se paró, sobre todo para Lloyd, que sintió como su corazón se disparaba. El momento se alargó una eternidad, o al menos esa era la sensación para él, al tiempo que la chica incidía un poco más. Por un momento pudo jurar que sus labios sabían a fresa, comprobándolo él mismo justo después. Nada más había en ese momento, tan solo estaban ellos dos, solos, disfrutando del instante.

Pinkie fue la primera en romper el beso, viendo ella misma que Lloyd se había quedado paralizado de la impresión, con una carita que la hizo reírse tontamente. Sin embargo no se preocupó por su súbita parálisis. Sin decir nada se acercó a él y le susurró al oído.

-¿No me vas a dar un beso?

Lloyd reaccionó inmediatamente después, cogiendo de las mejillas a Pinkie, y devolviéndola el beso. Esta vez fue mucho más apasionado y lleno de amor, transmitiendo en él todo lo que sentían. Las palabras se volvieron insuficientes e incluso inservibles, diciéndoselo todo en nada. Sus labios conectados eran más que suficientes. Y fue entonces cuando todo cambió.

Finalmente, tras un par de minutos que parecieron horas, los dos se separaron, mirándose fijamente sin necesidad de decirse nada y haciéndose mimos de cuando en cuando. Pinkie le dio un beso a Lloyd en la punta de la nariz y él la imitó, riéndose tontamente inmediatamente después.

En cuanto los dos acaramelados se repusieron de su momento de amor, Pinkie le hizo señas a Lloyd para que la siguiera, llevándole hasta una pequeña escobera, de donde sacó una caña de pescar. En cuanto el chico vio lo que colgaba del cebo esbozó una maliciosa sonrisa, al tiempo que miraba a Pinkie con expresión confidente.
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La retransmisión en directo del Times Square empezó a aburrirnos enseguida y al final acabamos viendo videos chorras en YouTube con mi móvil, desafiando a la batería y su integridad; normalmente ver videos en YouTube sería lo último que haría estando con Sunset, pero al final ella misma le gustó la idea y al final nos acabamos adaptando enseguida.

En ese momento nos entreteníamos viendo un video en el que un gatito se había metido en un jarrón proporcionalmente más pequeño a su tamaño, y nos partíamos la caja debido a su alto grado de diabetes concentrado en cinco minutos de puro jolgorio.

-¡Ay, qué bueno!-exclamó Sunset, muerta de risa.

-¡Ya ves! Siempre lo he pensado, internet está compuesto básicamente de videos de gaticos y de ostias-argumenté yo.

-Completamente de acuerdo.

Los dos nos reímos, divertidos, y nos volvimos a centrar en el video; sin darnos cuenta siquiera, llegamos a acercar nuestras caras al punto de tocarnos con las mejillas. Fui a decir algo, cuando de repente oímos un extraño ruido por encima de nuestras cabezas, muy parecido al del carrete de una caña de pescar.

Levantamos la vista y vimos entonces una rama de muérdago enganchada a un sedal en forma de cebo, colgando justo encima de nuestras cabezas. Siguiendo el hilo y la caña vimos también que el que la sostenía era ni más ni menos que un puñetero y tocapelotas Lloyd, el cual sonreía socarronamente, acompañada de una divertida Pinkie Pie.

Quise decir algo, pero en ese momento Sunset me llamó la atención, mirándome con un gesto inquisitivo en su rostro y las mejillas encendidas; por mi parte no pude evitar ponerme nervioso, pero aun así la sostuve la mirada con firmeza. Por un momento no hicimos ni dijimos nada, pero entonces la chica se inclinó hacia mí y yo la imité, hasta que finalmente nos encontramos en un suave y dulce beso. Mi corazón se desbocó, al tiempo que noté como sus suaves labios rozaban con los míos, en una marea de sentimientos desbordados tanto por su parte como la suya. No nos separamos en ningún momento, alargando el beso y el momento todo lo posible, perdiéndonos en él y en nuestros sentimientos, que ahora nos acompañaban.

Me pareció una eternidad, pero finalmente rompimos el beso, mirándonos con las mejillas enrojecidas y sendas sonrisas de felicidad grabadas en nuestros rostros. No nos hizo falta decir nada, tan solo nos volvimos a besar con mucho amor y delicadeza, envolviéndonos en nuestros brazos y dejando pasar el tiempo.
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Estas escenas tienen tantísimo que comentar que, honestamente, no sé si podré abarcarlo todo. El jugueteo de seguir la voz y risa de Pinkie por la casa le pega demasiado, al tiempo que aprovechas para describir más a fondo la casa de Fluttershy (honestamente, me esperaba que utilizases la de Pinkie o la de Applejack, pero también es cierto que hubiese sido más complicado tenerlas para nosotros). Como siempre, seguir un sonido desconocido que te va guiando por un camino es una trampa de las que te avisaría el almirante Ackbar con un megáfono en la oreja, y me la como de lleno... pero es todo lo contrario a una situación aciaga. Esos adecuadísimos gestos pillos y cómplices, acompañados de mis "wtf" corporales, van creando tensión que alcanza su punto máximo al revelarse de qué va todo eso: una rama de muérdago colgando del dintel, presumiblemente recién puesta ahí por la interfecta. La sorpresa da paso a la acción con ese beso que me deja absolutamente petrificado y que, tanto en sí como las emociones que provoca (me encanta el recurso de decir que se ha parado el tiempo en una situación crítica, tanto para lo bueno como lo malo, y la sensación de aislamiento respecto a todo el universo es increíblemente romántica), describes con absoluta perfección. Pero la situación alcanza su cénit cuando, sin perder su lado divertido, me pregunta al oído esa frase tan bonita cargada de amor, humor y esperanza. El beso posterior es infinitamente precioso y tierno, empezando por el acto amoroso de coger de las mejillas pero sobre todo, y como bien dices, porque no hace falta que nos digamos nada. Los actos hablan por sí solos y cambian todo en un instante, y este precioso y mágico momento recibe los retoques finales con caricias y pequeños besos cargados de amor e inocencia.

El troleo ideado por mi ahora novia está tan cargado de mala leche y, al mismo tiempo, buenas intenciones, que es absolutamente demencial en el buen sentido, me da un puntazo extra de "Cupido, el pescador Cabrón" y actúa como el empujón final que necesitábais Sunset y tú (buen gusto con los vídeos de gatetes, por cierto). Es una escena algo más simple en su ejecución, pero que en absoluto desmerece, puesto que está cargada de nerviosismo, dudas e inocencia, sobre todo por parte de Sunset, que te pregunta todo sin decirte nada con las mejillas al rojo en una muestra monísima de timidez. El beso en sí está cargado de sentimiento (buena manera de ensalzarla con lo de los labios suaves, y revelador lo de los sentimientos "que ahora acompañaban" que dice mucho con poco), y vuestras caras de felicidad hacen una escena preciosa, junto con la repetición del acto ahora que ya vuestra relación ha cambiado también.

Y, por si fuera poco, encima hacemos un trolleo bestial a Rainbow en venganza por todas sus putadas, con Applejack acentuándolo ("sé una mujer y dame un beso decente" :qmeparto: ). Lo que me da miedo es eso de que nos lo guarda... ¿se estará marcando un farol o nos la liará en el futuro? :S

La parte más tranquilita y festiva llega con las campanadas de fin de año y la entrega de regalos (cómo os las gastáis Sunset y tú, ricachones :roto2: ), tras un brindis en el que me extrañó algo que nadie se sorprendiese de lo mío con Pinkie, dado que nunca hasta este capítulo nadie del grupo aparte de ti había dicho nada ni había hecho bromas al respecto. Supondré que no hay que explicar absolutamente todo y que ocurren cosas "fuera de cámara". Aun así, es una escena cargada tanto de humor (le voy a dar la razón a Rainbow por una vez con lo que exclama) como de felicidad, y a partir de ahora toca ver cómo se desarrollan las nuevas relaciones, dado que esto solo es un paso más en el camino, no el final (muchas historias terminan con los personajes admitiendo sus sentimientos pero no mostrando su relación, por lo que ansioso y encantado). Los regalos me han gustado, por fin sabemos el destino del megáfono y ese delantal es ideal.

El párrafo final es un cierre perfecto acompañado de un ambiente de festividad y paz, con la revelación de que ya nos da igual estar ahí dado que lo que importa no es el dónde, sino el cómo. Y vaya "cómo": tenemos cosas que hacer, un trabajo, amigos y unas novias maravillosas. Habría que ser gilipollas para seguir quejándose. Estamos altísimo en la montaña de la felicidad... por lo que el golpe del karma cuando el Consejo Escolar y las Dazzlings actúen será durísimo. Hemos trabajado muy duro para llegar hasta aquí y no nos han regalado nada (salvo el anónimo que nos tiene cogidos por los huevos y que en cualquier momento nos puede j*der todo si quiere), por lo que carpe diem.

Gracias por un capítulo tan maravilloso.
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El Caos es la fuerza que mueve el universo. Es un gran error pensar que puede controlarse o eliminarse.
LloydZelos
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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Mensaje por Sg91 » 23 Jun 2015, 00:08

Capítulo 10
Por corbata


Las vacaciones de navidad pasaron muy rápidamente, más de lo que nos hubiéramos esperado, aunque desde entonces para Lloyd y para mí los días eran únicos e irrepetibles, y por muy buenas razones. Desde que empezamos a salir con nuestras ahora respectivas novias todo parecía cambiar para bien, dándole una perspectiva completamente diferente a todo.

Nada más volver a clase los profesores nos entregaron las notas, con resultados dispares para unos y para otros; aun a pesar de que lo intenté con todas mis fuerzas, en matemáticas me caí con un 4,5 doliéndome especialmente. Aun así Sunset me animó en todo momento, añadiendo que me ayudaría para recuperarla, puesto que ella había aprobado y con notaza además. El resto de asignaturas me salieron mucho mejor, especialmente lengua y geografía, e incluso llegué a aprobar educación física, cosa que me sorprendió gratamente ya que pensaba que Spitfire me iba a catear y meter el doble de caña.

A Lloyd tampoco se le dio nada mal, al contrario que yo consiguió aprobar matemáticas sin problemas, aunque no tuvo tanta suerte en geografía e historia.
En cuanto a las chicas los resultados fueron mucho más variados, Sunset fue la que obtuvo la media más alta de toda la clase, seguida de Rarity y después de Fluttershy, Pinkie, Applejack y por último Rainbow, la cual no tuvo tanta suerte como los demás. Aunque obtuvo una matrícula de honor en educación física, y unas muy buenas referencias por parte de Spitfire, las matemáticas y otras como lengua, filosofía o geografía se la cayeron estrepitosamente, dejándola muy desanimada.

-j*der, soy un desastre, no valgo para esto…

-Oh, vamos dulzura, no digas eso, puede que no tengas el mismo método que estudio que los demás, pero eso no te hace una incompetente.

-¡Pero es que no me ha servido de nada! ¡Intento estudiar como normalmente lo haría cualquiera, pero no consigo memorizar nada! ¡Me es imposible!

-Igual es porque no consigues enfocar bien tu forma de estudio… ¿cómo lo haces para estudiar?-inquirió Sunset, particularmente interesada.

-Pues me miro los apuntes, los subrayo e intento memorizarlos, pero me es complicadísimo, no consigo retener nada…

-¿Dónde sueles estudiar?

-En mi habitación…

Ante eso Sunset se quedó pensativa, rumiando algo en su cabeza, hasta que finalmente habló.

-Me gustaría ver tu habitación ¿podría?

Esa petición cogió con la guardia baja tanto a Rainbow como a los demás, aunque yo alcé una ceja, pensando en posibilidades.

-Eh… sí, supongo, no veo por qué no.

Aprovechando la coyuntura Rainbow nos invitó a venir con ella y pasar un rato en su casa, aceptando de igual forma.

Mientras nos dirigíamos para allá aproveché para acercarme a Sunset, cogiéndola de la cintura y murmurando por lo bajo.

-Creo saber por qué tanto interés por ver su habitación…

-¿Ah, sí? ¿Y por qué, a ver?-inquirió ella, curiosa.

Abrí la boca para hablar, pero al final opté por algo mejor.

-Bueno, no, mejor lo dejo para después, a ver si he acertado.

-Pero no sabes en lo que he pensado…

-Ya, pero algo me lo dice.

-Huy, cuanto misterio…

Los dos nos reímos tontamente, llegando a compartir un gesto cariñoso entre los dos.

-¿Qué cuchicheáis tanto?-inquirió en ese momento Dash.

-Ay, déjalos tranquilos Rainbow ¿no ves que se están dando amor?-murmuró Applejack, divertida.

-¿Y lo monos que están juntos? Hacéis una pareja ideal, queridos-añadió Rarity.

Ante tantos halagos Sunset se abrazó a mí, como si posara para una foto, al tiempo que yo la cogía por la cintura, acercándola a mí. En ese momento Pinkie saltó comentando.

-¡Hey! ¡Podríamos hacer un concurso en plan la pareja más mona! ¡Seguro que Lloydi y yo os ganamos!

-Bueno, eso habría que verlo…-comenté yo, como quien no quiere la cosa.

-Pues oye, por mi parte no me importaría…-murmuró Lloyd, mirándome con gesto retador.

Aun a pesar de esa puya lo dejamos estar y llegamos enseguida a casa de Rainbow, que no estaba muy lejos del instituto, cerca de la plaza del ayuntamiento. La chica fue la primera en entrar, dejándonos pasar inmediatamente después.

-Mis padres no están en casa, así que podremos estar a nuestras anchas-comentó una vez dentro.

-Bueno, aunque primero prefiero ver tu habitación…-remarcó Sunset.

-Claro, está al fondo a la derecha.

Acompañando a ambas chicas, entramos en ella, la cual era lo más parecido a un santuario al deporte y a la competición; en las paredes colgaban varios posters de los Wonderbolts, un par de banderas de los Wondercolts de Canterlot, y varias fotos en las que salía la propia Rainbow participando en competiciones deportivas varias. En una estantería se podía observar la colección completa de Daring Do, aunque lo que más destacaba era una gran hilera de trofeos y premios en la balda más alta. En un escritorio junto a una ventana había un ordenador con la pantalla en modo espera, y se podía oír a la CPU trabajando en modo pasivo.

-¿Ahí es donde estudias?-inquirió Sunset.

-Sí, claro.

La chica se acercó al escritorio para verlo mejor; una pila de papeles y cuadernos se amontonaban en el lado izquierdo, junto a una bebida isotónica vacía y varios lápices y bolis. El teclado del ordenador se encontraba justo al lado junto al ratón. Sunset lo movió brevemente para que la pantalla se encendiera, mostrando la interfaz del emule descargando varios archivos a la vez. El gesto en mi cara se torció, sin poder evitar opinar.

-¿Emule? ¿En serio?

-¿Qué pasa? Así es como me descargo mis juegos y películas…-murmuró Rainbow, con voz queda.

-Dash, yo solo te digo que las redes P2P las carga el diablo…

-¿Y cómo quieres que me descargue nada entonces, genio?

-Descarga directa de toda la vida…

Antes de que pudiera decir nada más, Sunset me echó una reprobatoria mirada al tiempo que murmuraba.

-Cielo…

-Oh, perdona, nena…

Tras ese rápido inciso, Sunset no tardó nada en pronunciarse.

-Vale, me temo que en estas condiciones es complicado llevar un estudio eficaz. Tienes demasiadas distracciones a tu alrededor y no aprovechas bien el espacio. Yo que tú me replantearía reordenar tu escritorio, Rainbow… y la habitación ya de paso.

-Espera, espera ¿hablas en serio?-inquirió la aludida, alucinada.

-Claro, el espacio de estudio es importante, es donde memorizas y aprendes lo que estudias…

-Sunset, no te lo tomes a mal, pero suenas como una cerebrito…-comentó Rainbow, algo confusa.

La chica esbozó una mueca exasperada, aunque antes de que pudiera contestar Rarity salió al paso.

-A ver, querida, Sunset tiene razón, las cosas aquí están un poco… ¿Cómo decirlo sin que suene mal?

-¿Desorganizadas?-sugirió Lloyd.

-¿Descolocadas?-hizo lo propio Pinkie.

Ante eso Rainbow esbozó una inquisitiva mirada, sin saber a dónde querían llegar a parar.

-Mira, dulzura, te lo voy a resumir: tu habitación es un desastre-soltó Applejack.

-¡Oye, de eso nada, mi habitación es como un templo, es perfecta!-exclamó ella, molesta.

-Pues lo será para ti…

Antes de que Rainbow pudiera responder, Sunset retomó el hilo para evitar que se perdiera del todo.

-El punto es que este entorno es el menos apropiado para estudiar, Rainbow. Si lo que quieres es sacarte las siguientes evaluaciones y recuperar el resto yo de ti me replantearía cambiar tu forma de estudiar.

-¿Y cómo se supone que voy a hacer eso? No se me ocurre otra forma de estudiar que no sea la mía propia… aunque no valga para nada-masculló ella por lo bajo, algo resentida.

Sunset fue a responderla, pero yo me adelanté comentando.

-Fácil, mediante técnicas de estudio.

Hubo un breve silencio durante el cual todos me miraron brevemente hasta que Sunset habló.

-Te lo estabas guardando para ahora ¿no?

-Por supuesto-la dije yo, sacándola la lengua de forma juguetona.

-¿Técnicas de estudio?-repitió Rainbow, extrañada.

-Claro, formas de aplicar y mejorar tu forma de estudiar, estuve haciendo un curso interno durante varias semanas en mi anterior instituto, y funcionan, todo sea dicho.

-Sí, de hecho gran parte de colegios e institutos poseen unas clases de apoyo en la mayoría de los casos, y el nuestro no es menos, así que…-añadió Sunset.

-Bof, no sé… ¿más clases sólo para aprender a estudiar? Pues vaya…-murmuró Rainbow, contrariada.

-Oh, vamos, dulzura, con esa actitud no vas a llegar a ninguna parte…

-Applejack tiene razón, Dashie, si no aprendes a estudiar ¿cómo vas a estudiar lo que tienes que estudiar?-inquirió Pinkie acertadamente.

-Je, intenta decir eso diez veces y a toda pastilla…-la sugirió en ese momento Lloyd, divertido.

-¡Vale! Si no aprendes a estudiar ¿cómo vas a estudiar lo que tienes que estudiar? Si no aprendes a estudiar ¿cómo vas a estudiar lo que tienes que estudiar?

Rápidamente los dos se liaron a hablar y a hablar, sin prestar atención a nada más; Rarity tomó la palabra justo después.

-Mira, querida, estoy de acuerdo con los demás, tienes que cambiar tus métodos de estudio, y por mi parte estoy dispuesta a ayudarte a redecorar tu habitación. Además, estoy segura de que los demás estarán dispuestos a ayudarte…

-¡Claro!

-¡Por supuesto que sí!

-No lo dudes, dulzura.

-Ya sabes que yo siempre estoy dispuesta a ayudarte, Rainbow…

Por su parte Pinkie y Lloyd seguían con su perorata, aunque entre medias llegaron a asentir con la cabeza y a levantar sus pulgares hacia arriba. Ante tanto apoyo Rainbow acabó por acceder.

-Ah, está bien, lo haré… gracias, chicos, de verdad.

-Hey ¿para qué están los amigos si no?

Antes de que alguien pudiera decir nada más, Pinkie exclamó.

-¡Ah, ahora, ahora, abrazo en grupo!

De golpe y porrazo, entre ella y Lloyd asió a todo el mundo en un gran abrazo, con Rainbow en el medio. El gesto duró poco menos de cinco o seis segundos, antes de que la chica de pelo multicolor se desembarazara del resto mascullando.

-¡Agh, vale, yo también os quiero, pero ya sabéis que necesito mi espacio!

Ante eso los demás nos reímos confidentemente, uniéndose Rainbow al poco rato. Afuera el día comenzaba a declinar, con varias nubecillas coronando el cielo.

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Rainbow
¿Dónde estáis?
Lloyd
Estamos llegando, dadnos unos minutos de nada

Sg
Es que Lloydi no se decidía sobre qué ropa ponerse…
Pinkie
Oh, Lloydi, no hace falta que te pongas guapo para mi…
Lloyd
Ya, pero para ti sólo lo mejor de lo mejor ;)
Pinkie
Awwww ^^

Rainbow
Ah, iros a un hotel…
Lloyd
Rainbow… ¬ ¬
Rainbow
XDDD

En ese momento llevábamos un poco de prisa, y no era por nada. Dado que habían reabierto el nuevo centro comercial, ya que había estado cerrado durante las navidades por obras tras reventar varias tuberías debido al frío, habíamos quedado ese mismo día para ir a comer todos juntos aprovechando que era sábado y que el comienzo del trimestre había sido mucho más suave de lo esperado. Rainbow había empezado a asistir a clases de técnicas de estudio, siendo ayudada también por Sunset, la cual la estuvo reorganizando sus horarios para que aprovechara mejor el tiempo de trabajo. Por su parte Rarity la estuvo aconsejando para reordenar su habitación, poniendo la mesa más cerca de la ventana, la cama apuntando hacia el norte y el resto de cosas en distintos lugares, excepto las baldas, que pesaban demasiado para ser movidas.

Tras una rápida carrera desde la parada del autobús hasta la puerta llegamos al lugar, dirigiéndonos hacia los ascensores para subir a la tercera planta, donde habíamos quedado.

-¿Qué hora es?-inquirió en ese momento Lloyd, todo apurado.

-Las dos menos cuarto…

-¡Genial, cuarto de hora tarde!

-Oh, vamos, tampoco es para tanto…

-¡Oh, sí, porque a ti te encanta llegar tarde!

-¡Ah, venga ya, somos españoles, estamos acostumbrados a llegar tarde!

-¡Sí, claro, porque tú lo digas!

Vimos los ascensores justo delante de nosotros, situados justo en el centro del lugar, aunque había una cola de narices para entrar.

-¡Agh, gente, mucha gente!-exclamó Lloyd.

-¡No, espera, mira el de ahí!-comenté en ese momento al ver el de una esquina, al lado de los baños.

Nada más verlos, y porque la naturaleza es así de oportuna, comencé a sentir unos retortijones bastante serios que me dejaron doblado.

-¡Agh!

-¿Qué pasa?

-Mierda, necesito ir al baño… ve subiendo tú, dilas que ahora voy-mascullé yo, apretando el paso.

-Pues sí que…-murmuró Lloyd por lo bajo.

Al pasar justo al lado las puertas del ascensor se abrieron, saliendo de él varias personas, pero yo tenía otro destino en mente, metiéndome de cabeza en los baños. Perdí a Lloyd en cuanto doblé la esquina hacia su interior.

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Por su parte Lloyd apretó el paso al ver que el ascensor había llegado, metiéndose en él rápidamente, clicando la tercera planta y machacando el botón de cierre de puertas. Estas comenzaron a cerrarse, pero en ese justo momento oyó a una voz demasiado familiar exclamar al otro lado.

-¡Un momento, un momento!

Un pie se interpuso a tiempo, las puertas se abrieron de nuevo, revelando a una persona engominada y non grata.

-¡Anda, Lloyd, qué sorpresa!-exclamó Flash.

Por su parte el aludido no dijo nada, tan solo esbozó una asesina mirada que apenas trató de ocultar.

-¿Subes?

Lloyd quiso contestar, pero tan solo le salió un seco gruñido. En ese momento el interfecto se encontraba solo, por lo que se podía permitir contestarle con una genuina y adusta indiferencia aderezada con un poco de odio reprimido. Sin embargo Flash entró en el ascensor y clicó la tercera planta, hablando de seguido.

-Bueno, yo también, he quedado con mis amigos para tomar algo en el Burger…

Lloyd prefirió no decir nada, aunque la idea de compartir el ascensor con él no le hacía ni la más mínima gracia; por un momento deseó que más gente entrara, pero la divina providencia no estaba por la labor en ese momento y las puertas se cerraron con ellos dos dentro. El ascensor comenzó a subir, aunque le dio la sensación de que en ese momento el armatoste pesaba un quintal y tardaba mucho más en ascender. Un denso y abrumador silencio se instaló entre los dos, con alguna que otra mirada de odio que Lloyd le lanzaba por el rabillo del ojo. Sin embargo Flash se mostró particularmente hablador, comentando de seguido.

-Y cuéntame ¿Qué tal los exámenes?

Por un instante Lloyd no quiso responder, pero por alguna extraña razón llegó a mascullar.

-Bien.

-Ah, me alegro… yo también bien, la verdad.

El gesto de Lloyd se torció, dibujando una mueca de asco reprimido y sin decir nada. El número de piso en la pantalla superior al cuadro de botones mostró un dos, a Lloyd le pareció que había pasado una eternidad. Flash quiso decir algo, pero en ese momento el ascensor dio un bandazo, las luches se apagaron e, inmediatamente después, la de emergencia se encendió, alumbrando débilmente el interior del habitáculo. En cuanto comprendió lo que había pasado, Lloyd musitó.

-Vamos no me jodas.

Se acercó a los botones y clicó el tercero con ansias y furia reprimida, pero el ascensor no se movió.

-Vaya, qué mala pata, parece que se ha ido la luz…-murmuró Flash, contrariado.

-Gracias, capitán obvio…-pensó Lloyd en lo más hondo de su ser, cogiendo su móvil.

Pero, para su infinito horror, no había cobertura ahí dentro. Flash también sacó el suyo para confirmarlo de nuevo.

-El mío tampoco tiene…

-De nuevo, gracias capitán obvio…-musitó Lloyd, desesperándose por momentos.

-Vamos a tener que esperar a que vuelva la luz… no vamos a poder usar la alarma tampoco…

-No, sí que se puede, normalmente estas alarmas suelen tener una batería propia…-obvió Lloyd, apretando el botón.

Nada más hacerlo un insistente y agudo pitido comenzó a resonar por el hueco, oyéndose seguramente fuera. Lloyd miró con desdén a Flash, el cual no dijo nada, visiblemente cortado.

Dado que había que esperar igualmente a que les rescataran, Lloyd se sentó en el suelo sin decir nada, tratando de ignorar el hecho de que se había quedado encerrado en el ascensor con el único pero que le ponía a ese mundo. Flash le imitó al poco rato y estuvieron callados durante unos breves minutos que parecieron horas.

Finalmente, y tras varias miraditas fugaces, Flash abrió la boca, cosa que Lloyd vio; por un instante el chico pidió a lo más sagrado que no le hablara, pero al final lo hizo.

-Eh… ¿puedo hacerte una pregunta, Lloyd?

El aludido contuvo como pudo un suspiro exasperado, sopesando las posibilidades. No sabía cuándo les iban a sacar de allí, y el suplicio por el que estaba pasando no era comparable ni a la peor de sus pesadillas. Por alguna extraña razón el chico asintió levemente con la cabeza, haciéndole un gesto para que hablara de una maldita vez.

-Está bien, a ver… sé que no te caigo bien ¿vale? Es algo que se te nota, y no es que te lo esté echando en cara, tus razones tendrás, pero es que siempre me he preguntado… ¿por qué? Te lo pregunto porque personalmente siempre intento caer bien a todos ¿sabes? Siempre trato de hacer amigos y congeniar. Sé que es algo un poco tonto, ya que no siempre le puedes caer bien a todo el mundo, pero es que… contigo siento que no he hecho nada malo en particular, quiero decir… agh, no sé si me explico…

Para entonces Lloyd estaba que no se lo creía, con una cara de estupefacción total grabada en su rostro. Pensaba que Flash no podía llegar a cuotas tan altas de tontuna e ingenuidad, pero esto le sobrepasaba. Aunque por otro lado le extrañaba, ya que encima parecía ser genuino. Tratando de no espetarle nada grosero por pura consideración, teniendo en cuenta sobre todo que el chico se había sincerado de alguna u otra forma, Lloyd abrió la boca y masculló.

-Flash… ¿Cuál es tu propósito?

-¿Eh? ¿Propósito?

-Sí ¿Qué es a lo que aspiras, cuál es tu meta, qué fin tienes en la vida?

El chico de pelo engominado se quedó un tanto extrañado ante esas preguntas, no muy seguro de por qué se las preguntaba. Pero finalmente, tras unos breves instantes, Flash respondió.

-Bueno, siempre he querido ser un guitarrista famoso… desde pequeño me ha gustado la música.

-Ah, ya, claro… ¿y nada más?

Flash le miró fijamente por unos instantes, como si de repente se hubiera acordado de algo, hasta que murmuró.

-Sí… principalmente por mi madre.

Esa revelación cogió con la guardia baja a Lloyd, el cual le miró con gesto sorprendido. Al notar esto, Flash suspiró y continuó relatando.

-Ella siempre me apoyó, estuvo ahí para mí, animándome incluso cuando todo parecía que no funcionaría. Desde siempre he sido un chico muy inseguro y torpón, me gustaba mucho la música, quería llegar a ser un gran guitarrista, pero no siempre me salía bien. Era en esos momentos cuando mi madre siempre me animaba para que no me rindiera, apoyándome para que superara mi inseguridad y persiguiera mi sueño. Incluso ahora, que no está conmigo, sigo adelante por ella. Porque se lo prometí en su día.

Para entonces la voz del chico se quebró ligeramente, llegando a observar un ligero brillo en sus ojos. Lloyd, que no se esperaba para nada una revelación parecida, se apresuró a contestar.

-Lo siento, perdona, no era mi intención…

-No, no pasa nada, después de todo no lo sabías. No es algo de lo que hable con todo el mundo, pero… como me lo has preguntado, he preferido contestar.

-Aun así no tenías por qué…

-Nada, después de todo siempre es bueno hablarlo. Incluso ahora lo sigo hablando con mi padre cuando tenemos la ocasión. Hace que me acuerde de ella y es como si volviera a estar conmigo. Antes me dolía, pero he aprendido a verlo de otra forma. Ahora es hasta reconfortante.

Por un momento todo parecía cambiar, como si lo demás dejara de tener sentido; por un lado Lloyd no se esperaba para nada algo así, pero por otro lado también se esperaba algo así. Y aunque pareciera un tanto trillado y muy visto, encajaba de todos modos. Después de todo, ahora sabía algo de él. Al menos ahora no era una pared en blanco.

-No te sientas mal, en serio. Ya te digo que fue una fase, yo era pequeño, y por aquel entonces me costó mucho más. Si no hubiera sido por mi padre, quizás ahora no estuviera hablando contigo o me hubiera molestado en intentar conocerte.

-¿Querías conocerme?-repitió Lloyd, extrañado.

-Claro, siempre intento conocer a todo el mundo, sobre todo después de que mi madre se fuera. Aparte de animarme con lo de la guitarra, también me alentaba a hacer más amigos, ya que cuando era pequeño era tan inseguro que incluso eso mismo me hacía echarme atrás a la hora de conocer a otras personas. Para mí, mi madre era mi heroína. Incluso ahora lo sigue siendo.

Para entonces Lloyd podía notar como el odio que sentía por el nuevo Flash Sentry cambiaba por entendimiento y simpatía; parecía cosa de brujería, pero era así. Ya no encontraba motivo para odiarle por ser un cliché andante, que lo seguía siendo, pero al menos ahora tenía color. Aunque el hecho de que se hubiera fijado así sin más en Twilight aún le chirriaba.

-Entonces supongo que también tendrías problemas con las chicas ¿no?

-Ah, sí, bueno, la verdad es que con ellas siempre he sido muy tímido. La primera en fijarme fue Sunset, ya que cuando la conocí parecía ser tan tímida como yo. Pero al final resultó ser una fachada. Sé que ahora ha cambiado, y me alegro por ella, pero eso tan solo fue humo. Aunque por lo que sé está saliendo ahora con Sg ¿no?

-Ah, sí…

-Bueno, si él ha conseguido conectar con ella mejor que yo, pues estupendo. Me alegro por ambos, por supuesto. Ah, y tú estás saliendo con Pinkie Pie ¿verdad?

-Sí, desde año nuevo…

-Vaya, enhorabuena, debe ser como una fiesta cada día…

-Sí, básicamente.

Los dos chicos se rieron con confidencia. Si alguna vez le hubieran dicho a Lloyd que se encontraría en una situación semejante con alguien como Flash, nunca se lo hubiera creído ni en todos los días de su vida.

El chico quiso indagar un poco más, pero en ese momento las luces del ascensor volvieron a lucir, y este retomó su ascenso; ambos se pusieron en pie y, tras unos breves segundos, las puertas se abrieron.

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Cuando se fue la luz yo me encontraba en el baño, y al poco rato pude oír la alarma del ascensor resonar. Obvié entonces que Lloyd se había quedado encerrado y fui a buscar a las chicas para ponerlas sobre aviso, además de buscar ayuda. Por lo que pudimos saber la corriente se había sobrecargado, provocando el apagón, aunque los de mantenimiento se movieron deprisa para arreglarlo. Un técnico nos atendió amablemente, usando una llave para reactivar al ascensor en cuanto regresó la luz.

En cuanto las puertas se abrieron Lloyd salió acompañado de cierta persona que no me esperaba ver; nada más verle Pinkie se lanzó sobre él, envolviéndole en un rápido abrazo.

-¡¡Oh, Lloydi, gracias al cielo, estaba tan preocupada!!-exclamó la chica.

-Tranquila, estoy bien…

-Menos mal… ¡ah, hola Flash!

-Hola Pinkie… gracias por ayudarnos-añadió el chico, dirigiéndose al técnico.

-De nada, chaval, es mi trabajo.

Flash se despidió rápidamente de nosotros, aunque antes de que se fuera Lloyd se adelantó y le llamó.

-Flash…

-¿Si?

Sin decirle nada, Lloyd le tendió la mano y Flash se la dio con efusividad, cosa que me dejó completamente muerto. Una vez que se fue me acerqué a Lloyd y le espeté.

-Vale ¿quién eres tú y qué has hecho con Lloyd?

-Que soy yo, leñe… luego te explico-me espetó por lo bajo.

-Huy, sí, ya lo creo que sí, por la cuenta que te trae-añadí yo, alucinado.

No obstante Lloyd no parecía darle mayor importancia, cosa que me dejaba aún más flipado, aunque al final lo dejé estar puesto que tenía hambre y estábamos allí para ir a comer, por lo que las preguntas podían esperar. Mientras tanto, el centro comercial reanudaba su actividad tras el apagón.

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-Vale, entonces podemos afirmar con seguridad que muchos de los ports apestan… al menos los que menos dinero invierten en ellos.

-Bueno Adam, eso es relativo, hay veces que aunque las compañías de turno tienen dinero suficiente como para hacer uno en condiciones, deciden hacer un truño enorme sólo para favorecer a las versiones superiores… y te podría decir un buen ejemplo, Sombras de Mordor para old gen-murmuré yo, con conocimiento de causa.

-Ya, vale, pero porque el desarrollo de ese juego se centró en la next gen-comentó en ese momento Scribble Dee.

-En ese caso ¿para que se molestan en hacer un port mierdoso?-obvié yo, particularmente molesto.

-Por puras ventas, para aprovechar el tirón, because money básicamente-murmuró Lloyd, con voz queda.

-También…

Adam fue a decir algo, pero en ese momento alguien llamó a la puerta.

-Adelante.

En cuanto la puerta se abrió dos figuras familiares se entrevieron en su umbral, una en concreto hizo que se nos cayera el alma a los pies.

-¿Qué club es este, Celestia?

-El de tecnología… chicos, el superintendente Discord ha venido de inspección, quiere echar un vistazo a los clubes ¿os importa que esté por aquí?

-No, para nada directora, pueden pasar-asintió Adam.

Sin embargo a nosotros sí que nos importaba, y mucho, pero no tuvimos más remedio que apechugar, mientras notábamos como se nos subían a la garganta.

Celestia fue la primera en entrar, seguida de Discord, el cual se encontraba ojeando unos papeles.

-Así que el club de tecnología… ¿y qué hacéis aquí, si se puede saber?

-Oh, pues charlamos sobre tecnología, ya sabe, videojuegos, ordenadores, tabletas, móviles…-informó Adam.

El ceño de Discord se torció, mirando a su alrededor y viendo todo lo que teníamos.

-¿Todo esto lo ha pagado la administración?

-Oh, no, que va, todo lo que ve aquí lo hemos ido reuniendo poco a poco, son aportaciones propias…

-¿De veras?-inquirió Discord, levemente impresionado.

-Sí, no es gran cosa, pero con poco que tenemos nos basta.

Los ojillos rojos de Discord regresaron a los papeles, pensando en vete tú a saber qué; en un momento dado levantó la vista y clavó la mirada en nosotros, lo que hizo que contuviéramos la respiración.

-Bueno, dado que no sois muchos y parece que no suponéis un gasto desmesurado, puedo considerar mantener este club. Felicidades, otros no han tenido tanta suerte.

Esa repentina revelación nos dejó a todos particularmente sorprendidos a la par que extrañados, sobre todo a nosotros; no habíamos vuelto a ver a Discord desde aquella vez en el hall, y de alguna forma nos esperábamos que fuera a tomar represalias o algo por el estilo. Sin embargo todo parecía ir bien. El misterioso anónimo no había vuelto a contactar con nosotros desde la última vez, ni Luna ni Celestia nos habían vuelto a llamar, y todo se conservaba en una tranquila calma que nos tranquilizaba e inquietaba a partes iguales.

-Qué raro es todo, me esperaba que hiciera algo con respecto a nuestra situación…-comenté yo en un momento dado, mientras volvíamos a clase.

-Ciertamente, aunque me llama la atención lo que ha dicho sobre los clubes-murmuró Lloyd a media voz.

Llegamos a clase enseguida, aunque nada más entrar oímos la voz de Rainbow gritar.

-¡¡No me pidas que me calme, Applejack, no puedo estar calmada, no cuando tres clubes que yo llevaba han cerrado así sin más!!

-¡Ya te he dicho que lo siento, dulzura, pero es que te cabreas tu sola!

-¡¡Que me cabreo…!! ¡¡Gracias por tu apoyo, Applejack, me estás ayudando mucho!!

Fluttershy se encontraba no muy lejos de la puerta, viéndose algo intimidada por la bronca que las dos estaban montando; nos acercamos a ella para preguntarla qué estaba pasando.

-Fluttershy ¿Qué ha pasado?

-No lo sé muy bien, estábamos hablando cuando de repente Rainbow entró hecha una furia, parece ser que han cerrado varios clubes deportivos que ella dirigía. Applejack trató de calmarla, pero ahora Rainbow la ha tomado con ella.

Por un breve momento los dos nos miramos, recordando lo que Discord comentó. Justo después otro grito nos desvió la atención.

-¡¡Applejack, llevo tres años al frente de esos clubes, el año pasado conseguimos ganar la Junior Cup y la Liga Juvenil con los chicos de futbol y baloncesto, los trofeos están en el hall, y ahora van y me los cierran así sin más, sin ningún tipo de explicación!! ¡¡No es justo!! ¿¡Quién es el responsable?!

-¿A qué viene todo este alboroto?-inquirió Rarity, entrando en ese momento en clase acompañada de Sunset y Pinkie.

-Rainbow está cabreada porque han cerrado varios de sus clubes…-explicó Lloyd.

-Oh, cielos ¿a ella también?-masculló Rarity.

-¿A ti también, Rarity?-obvié yo.

-Sí, el club de costura también ha cerrado, me lo acaban de contar Naomi y Norman… parece ser que el superintendente Discord está haciendo inspección y cerrando los clubes que más gastos generan.

-Ah, claro, entonces es por eso por lo que no ha cerrado el nuestro…

-¿¡Cómo?!-musitó en ese momento Rainbow, dándose la vuelta y mirándonos con furia reprimida.

-Oh, mierda…

Antes de que pudiéramos decir nada más, la chica se acercó a nosotros pisando fuerte, cogiendo de los hombros a Lloyd y dirigiéndose a él con contundencia.

-Repite eso.

-A ver, Rainbow, deberías calmarte un poco…-balbuceó Lloyd, algo acongojado.

-Lloyd, te lo estoy pidiendo buenamente, repite lo que acabas de decir.

-Eh, a ver, comprendo que estés enfadada, pero enfadarte aún más no va a solucionar nada…

-¡¡Ese no es el punto, Lloyd!! ¡¡Me ha parecido oír comentar a Rarity que el superintendente Discord está cerrando los clubes que más gastan, pero por alguna extraña razón el vuestro no ha cerrado!! ¿¡Por qué?!

-¡¡Rainbow Dash, ya basta, estás haciendo una montaña de un grano de arena, el club de tecnología es más pequeño que la gran mayoría de los clubes deportivos, es normal que gasten más!!-obvió Rarity con contundencia.

-¡¡Pero tienen más méritos, han ganado competiciones, han descalificado a otros institutos, y todo gracias a mí, a mí!! ¡¡Es mí esfuerzo, y así me lo pagan!! ¡¡Esto no va a quedar así!!

Sin decir nada más, Rainbow salió de clase a paso ligero y hacia una más que segura expulsión indefinida.

-Ay, dios, se va a liar…-masculló Lloyd.

-¡Tenemos que detenerla! ¡¡Rainbow, no lo hagas Rainbow!!-exclamó Rarity, echando a correr tras ella y siguiéndola nosotros inmediatamente después.

Sin embargo en esos instantes Rainbow estaba tan cabreada que solo veía lo que tenía delante, avanzando cual elefante desbocado armado con un cañón y dispuesto a arrasar con lo que fuera. Tratamos de detenerla, pero mucho antes de lo esperado la chica llegó hasta el hall, donde Discord y Celestia se encontraban hablando entre sí.

-¡¡Usted!!-gritó Rainbow nada más verle.

Discord levantó la mirada, conservando un porte y una seriedad que hubiera desarmado a cualquiera, pero Rainbow no se mostró reacia en ningún momento.

-¿Sí, señorita?

-¿¡Con qué derecho se cree a cerrar los clubes de fútbol, baloncesto y balonmano sin consultarme a mi primero?!

-¿Y usted es…?

-¡¡Rainbow Dash, la capitana de esos equipos!!

-Rainbow Dash… ah, sí, me parece que no tuvimos la ocasión de hablarlo porque… oh, claro, porque no estaba presente-murmuró Discord con una frialdad apabullante, mientras consultaba sus papeles.

-¡¡Nadie me avisó, ni siquiera usted!!-le espetó Rainbow Dash, cada vez más cabreada.

-Oh, mis más sinceras disculpas, señorita Dash, pero no es cosa mía si los coordinadores de los clubes no se leen las notificaciones y circulares que la administración manda…

Ante eso Rainbow se quedó repentinamente desarmada, sin saber cómo responder. Celestia, que en ese momento comenzaba a sudar frío, aprovechó para intervenir.

-Rainbow Dash, siento que haya pasado esto, pero tienes que entenderlo, hemos tenido que cerrar los clubes porque la administración necesita ahorrar dinero.

-¡¡Ya, claro, y por eso deciden cerrar lo que ha conseguido que esas vitrinas de allí se vean tan vistosas!! ¿¡No?!-la espetó la chica, cargando contra ella.

-Señorita Dash, si no es usted lo suficientemente madura como para comprender que el instituto no gira en torno a sus logros, entonces estos no son tan relevantes como usted piensa que son-masculló entonces Discord.

Esas palabras golpearon duro a Rainbow, la cual se quedó con una cara desencajada, sin poder decir ni hacer nada más. Por nuestra parte estábamos helados, las chicas no decían nada, y tanto Lloyd como yo nos encontrábamos flipados ante la impasibilidad y frialdad de Discord, el cual miró a Celestia y murmuró.

-Que conste que esto quedará reflejado en el expediente.

La directora tan solo asintió levemente, la cual taladró a Rainbow con la mirada en un gesto en el que se podía leer: en mi despacho después de clase.

Inmediatamente después tanto ella como Discord se retiraron, y una vez sola Rainbow se acercó a las vitrinas, contemplando los trofeos que en ella se exponían; en su cara multitud de sentimientos encontrados se reflejaban en muecas que eran tanto fáciles como difíciles de identificar. Justo después comenzó a aporrear el cristal con rabia, al tiempo que se dejaba caer al suelo y gruesos goterones se asomaban en sus ojos; las chicas se movieron rápido y fueron a confortarla, nada más llegar a su lado Rainbow se lanzó sobre ellas y lloró sobre el hombro de Rarity, al tiempo que las demás se congregaban a su alrededor en un abrazo lleno de consolación. Por nuestra parte nos quedamos a una distancia prudencial, aún chocados por todo lo que había pasado.

-Ostia p*ta…-masculló Lloyd por lo bajo.

-Ya ves…

Los sollozos de Rainbow resonaban por todo el hall y los pasillos, llamando la atención y haciendo que mucha gente se congregara para ver lo que había pasado, encontrándose con algo nunca antes visto. Aunque en ese momento la chica se encontraba demasiado dolida como para que la importara. Afuera Discord y Celestia hablaban duramente entre sí. El día se volvió más frío que nunca.

(Continúa en el siguiente mensaje)

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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Mensaje por Sg91 » 23 Jun 2015, 00:21

(Continúa del anterior mensaje)

Tras el incidente Rainbow fue expulsada de forma cautelar, cosa que la chica aceptó sin más. No fue permanente ni nada por el estilo, tanto solo fue durante diez días, aunque para entonces el daño ya estaba hecho y el orgullo de la chica había sido profundamente herido. Desde entonces se encontraba bastante desanimada y visiblemente deprimida. Por nuestra parte siempre íbamos a verla después de clase para animarla y durante los fines de semana salíamos a dar una vuelta y a tomar algo al Sugarcube Corner después de trabajar, pero no resultaba tan efectivo como en un principio pensamos. Ni siquiera los videojuegos o el deporte, que era lo que más la gustaba, conseguían animarla lo suficiente como para borrar el permanente gesto de consternación que se instaló en su cara desde entonces. Era muy raro verla así, ya que de alguna forma nos habíamos acostumbrado a verla más activa y con esa constante sonrisita de confidencia que la mayoría de las veces solía esbozar. Y este detalle en concreto era lo que más dolía a Pinkie especialmente.

-Oh, vamos Dashie, tienes que animarte, no puedes estar así siempre…

-Déjame en paz, Pinkie, no estoy de humor…

-¡Pero alguna vez tienes que animarte! ¡Vamos, esa no es la Rainbow Dash que yo conozco!

-La Rainbow Dash que tú conoces ya no está, Pinkie… por favor, déjame tranquila.

Aunque Pinkie era incisiva la gran mayoría de las veces, ver así a la que siempre había sido su compañera de bromas y diversiones también la desanimaba un tanto; sin embargo al menos ahora tenía a alguien con quien hablarlo.

-Oh, Lloydi, estoy tan preocupada por Dashie… por más que lo intento ella me rechaza, a veces me da la sensación de que ya no me quiere como amiga.

-Eh, vamos, sabes que eso no es verdad, y también sabes cómo es Rainbow. La verdad siempre duele, y cuando te lo hacen ver de esa forma duele aún más…

-¡Todavía no me puedo creer que el supernintendo Discord haya sido tan malo con ella!

-Sí, lo cierto es que ha sido particularmente cruel… pero no te desanimes, lo único que podemos hacer por ahora es darla un tiempo, quien sabe, igual al final sale de su depresión ella sola.

-Sí, supongo que tienes razón… gracias, Lloydi, te quiero mucho…

-¿Sí, mucho, mucho?

-Como la trucha al trucho.

Ambos se rieron tontamente, dándose un suave beso en los labios. Justo después Pinkie reaccionó.

-¡Ah, por cierto, dentro de poco va a ser San Valentín!

-Ah, sí, todavía tengo que mirarme un traje…

-Bueno, en realidad te lo digo porque el otro día, comentándoselo a mis padres, les hablé de ti y se mostraron particularmente interesados… ¡y ahora quieren conocerte!

-¿Eh?

-¡Sí! ¿No es genial?

-¿Eh?

-Ya sé que es un poco precipitado, pero les dije que mañana te pasarías a comer… ¿no te importa, verdad?

-Eh…

-¡Genial! ¡Si te soy sincera yo también tengo muchas ganas de que les conozcas! Mi madre se mostró sorprendida al principio, y mi padre también, de hecho la idea fue suya…

-¿Eh?

-Y también quiero que conozcas a mi hermana mayor, y a mis hermanas pequeñas… ¡va a ser un día estupendo! ¿No crees?

-Eh…

-¡Qué bien! ¡Oh, Lloydi, estoy tan feliz!-exclamó la chica, abrazándose a un incrédulo Lloyd.

El chico quiso pronunciarse, pero la vio tan emocionada y feliz que se sintió incapaz de negarse o algo parecido. Y ahora, cumpliendo como un hombre, debía de enfrentarse a su destino.

-Bueno, por fin la hora de comer… aunque espera, tú ahora vas a ir a conocer a tus suegros ¿no?-recordé en ese momento, mientras salíamos de clase.

-Sí… deséame suerte-masculló Lloyd, visiblemente nervioso.

-Oh, vamos, seguro que no es tan malo… el detalle de los suegros siempre ha sido muy estereotipado, no tiene por qué ser así.

-Ya, pero no puedo evitar pensar lo contrario…

-Nada, fuerza y honor, ya verás cómo vuelves de una pieza-le animé, dándole un toque en el hombro.

-Eso espero…

Antes de llegar a la cafetería Pinkie reapareció, ya que había ido al baño, y cogió del brazo a Lloyd al tiempo que decía.

-¡Ya estoy lista! ¿Nos vamos?

-Ah, claro…

-¡Bien! ¡Nos vemos luego, chicos!-exclamó Pinkie.

-¡Hasta luego, queridos!

-¡Buena suerte!-añadió Applejack.

Les vimos alejarse hacia la puerta principal y, una vez que se fueron, me pregunté en voz alta.

-¿Le irá bien?

-Seguramente-asintió Sunset, a mi lado.

-Bueno, eso depende, la familia de Pinkie es muy… especialita, por así decirlo, y que conste que lo digo en el buen sentido-comentó Applejack.

-¿Ah, sí?

-Huy, no sabes nada, Sg…

Ante ese comentario me quedé un tanto extrañado, llegando a pensar si le iría realmente bien. Aunque preferí aparcar mis pensamientos un rato mientras nos dirigíamos a comer.

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El camino hacia la casa de Pinkie parecía darse en una cuesta con una inclinación del 80%, o al menos esa era la sensación que le daba a Lloyd. A cada paso que daba notaba como si sus pies fueran de plomo, y al contrario que Pinkie, que iba muy animada, él se sentía cada vez más y más nervioso. Al principio trataba de hacer que no fuera muy evidente, pero al final Pinkie lo notó e inquirió.

-Hey ¿Qué te pasa, Lloydi, a qué viene esa cara? ¿No estás emocionado por conocer a mis padres?

-Bueno, es eso mismo, Pinkie, es que… no es que no quiera conocerles, seguro que son encantadores, es solo que… estoy un poco nervioso.

-¡Ah! Oh, no seas tonto, no veo motivos para estar nervioso… estoy segura de que les encantarás tanto a mis padres como a mis hermanas-murmuró ella, quitándole hierro al asunto.

-Seguro… aunque espera ¿no están tus hermanas en el instituto también?

-Oh, sí, normalmente se quedan a comer, pero como era una ocasión especial, ya que venias tú, pues también se han unido. En cuanto le dije a mi hermana mayor, Maud, que estábamos saliendo, se mostró particularmente interesada por conocerte, casi tanto como mi padre.

-Ah, qué bien…

-¿A que si? No puedo esperar a que les conozcas… ¡vamos, vamos!-exclamó Pinkie echando a correr y arrastrando consigo a Lloyd.

Tras una rápida y movidita carrera llegaron finalmente a casa de Pinkie, la cual se encontraba dos calles más abajo del Sugarcube Corner, en un bloque de apartamentos de no más de cinco pisos. El portal era pequeño y una estrecha escalera les llevó hasta el tercer piso, donde había un par de puertas justo al lado del descansillo.

-¡Es aquí! Espera que saque las llaves…-murmuró Pinkie, rebuscando en el bolsillo pequeño de su mochila.

Para entonces el corazón de Lloyd martilleaba en su pecho, aunque no estaba muy seguro de si era por el cansancio tras la carrera o por los nervios que le atenazaban. En cuanto Pinkie abrió la puerta, pudo distinguir un curioso aroma a madera, incienso y tela antigua. Se le antojó un tanto extraño, pero familiar al mismo tiempo.

-¡Ya estamos en casa!-canturreó Pinkie, al tiempo que entraba en el recibidor.

Lloyd la siguió inmediatamente después, contemplando la decoración de la casa; tanto el suelo como parte de las paredes eran de madera, una madera vieja que crujía bajo su peso. La otra parte de las paredes estaba recubierta por un papel de color azul grisáceo y con motivos florales dorados. Una encimera de madera de caoba que le daba un aspecto antiguo rematada con un pequeño espejo en la pared contigua le dio la bienvenida; Pinkie dejó sus llaves en un pequeño recipiente de vidrio, donde había muchas más cosas.

En ese momento una figura apareció tras una puerta, saludando a Pinkie.

-Hola cariño…

-¡Mami! ¡Ah, mira, mira, este es LloydZelos! ¡Lloydi, te presento a mi madre, Cloudy Quartz!

-Encantado-saludó el chico.

-Ah, así que tú eres el famoso Lloyd… encantada de conocerte, querido-murmuró Cloudy Quartz, esbozando una encantadora sonrisa.

La mujer era una señora de por lo menos unos cincuenta y tantos años, de complexión delgada pero con buen porte; su pelo era de color grisáceo oscuro, lo tenía recogido en un moño. Sus ojos eran de un color similar a los de Pinkie, azules claros, y escondía su mirada tras unas delgadas gafas para ver de cerca, las cuales las tenía colgadas del cuello con una cadeneta dorada. Vestía cual ama de casa, con una estola de lana negra y blanca a cuadros, y un colgante dorado en su cuello.

-Bueno, bueno, si supieras qué sorpresa cuando Pinkie nos anunció que estaba saliendo contigo… no nos lo esperábamos para nada, de repente nuestra pequeña Pinkie se ha hecho mayor-murmuró Cloudy Quartz, toda animada.

-Oh, mamá…-comentó la aludida, algo turbada.

-Pero bueno, es estupendo que hayas podido venir… ¿te gusta el estofado?

-Ah, sí, claro…

-Bien entonces, le estoy dando un último hervor… cuando esté listo os aviso ¿vale?

-¡Genial! ¡Gracias mami!-exclamó Pinkie, dándola un beso.

Cloudy Quartz se retiró en dirección a la cocina, dejándoles a ellos en el recibidor; por ahora la cosa iba bien para Lloyd, la mujer le había parecido encantadora, y por un momento empezaba a pensar que no iba a ser tan duro como en un principio pensó.

-Ay, mi madre, como cocinera no la gana nadie… ¡ah, voy a presentarte a mi padre, ven!

Dejándose guiar por ella, recorrieron un estrecho pasillo, el cual estaba decorado por una serie de cuadros en los que se podía ver formaciones rocosas, sedimentos y rocas de todo tipo. En cuanto vio que Lloyd los miraba, Pinkie comentó.

-¡Son de mi padre! Es geólogo y colecciona fotos de paisajes en ese plan, no es algo que me llame mucho la atención, pero mi hermana mayor Maud sí que quiere seguir sus pasos.

-Ya veo…

-¡Ven, su despacho es este de aquí!

Llegaron al lado de una puerta a la que Pinkie llamó antes de entrar.

-Adelante-indicó una grave voz al otro lado.

Pinkie fue la primera en entrar, seguida del propio Lloyd, el cual contempló lo que le rodeaba; el lugar era como la sección de geología de un museo de historia natural, un montón de estanterías conservaban en su interior muestras de rocas de todo tipo, así como piedras preciosas y otros elementos que no alcanzaba a identificar.

-¡Papi!

-¡Pinkie, mi pequeña amatista!

Ambos se abrazaron rápidamente, al tiempo que su hija se dirigía a él inmediatamente después.

-Papi, te presento a LloydZelos, mi novio. Lloydi, este es mi padre, Igneous Rock.

-Encantado, señor…-murmuró el chico, ocultando como podía su nerviosismo.

-Ah, así que éste es el chico… encantado-hizo lo propio el hombre, dándole la mano con efusividad.

Igneous Rock era un hombre de la edad de su mujer, algo más alto y de complexión algo más robusta; de pelo grisáceo y cetrino, sus ojos eran de color cobre claro, e inspiraban fortaleza y tesón. Vestía muy formalmente, con un traje algo anticuado, con cuellos alisados, una pequeña corbata negra y un sombrero de igual color.

-Tenía ganas de conocerte, Lloyd, en cuanto Pinkie nos dijo que estaba saliendo contigo fue toda una sorpresa para nosotros.

-Ah, bueno, pues… aquí estoy-murmuró el chico, algo cortado.

-Sí… aquí estás…

Hubo un muy breve silencio entre los dos que fue roto inmediatamente después por Pinkie, la cual comentó.

-Voy a dejar las cosas en mi habitación, os dejo un rato.

En cuanto la chica desapareció tras la puerta, el gesto de Igneous se pronunció un poco más, mirando fijamente a Lloyd.

-Así que estás saliendo con mi hija…

-Eh… sí, así es…

Por un momento el hombre no dijo nada, mirándole de arriba abajo mientras asentía levemente; justo después se dio la vuelta, en dirección hacia la ventana que había tras su escritorio, mientras iba comentando.

-Supongo que no hace falta que te diga que Pinkie es una chica muy especial. Es de las más pequeñas de mis hijas, y para mí siempre ha sido mi ojito derecho. La quiero como quiero al resto de mi familia, y espero que también reciba tanto amor de tu parte como el de la nuestra propia.

-Por supuesto, señor, no lo dude.

-Bien, eso es bueno. Un hombre de ideas seguras, eso me gusta, aunque me gustaría saber más de ti, Lloyd. Cuéntame ¿Qué significa para ti alguien como Pinkie?

Antes de contestar, el chico se pensó muy bien sus palabras, hablando enseguida.

-Si hay algo por lo que me fijé en ella es su constante alegría, esas ganas de divertirse y hacer felices a los demás. Siempre dispuesta a ayudar, a conocer a todo el mundo, a esparcir su alegría allá por donde va… me ilumina cada día y me inspira a ser como ella. Fue eso mismo lo que hizo que me enamorara de Pinkie.

Tras esas palabras el silencio posterior fue un poco más ligero y no se sintió tan denso e incómodo. Igneous se dio la vuelta, mirándole fijamente, y llegando a esbozar una ligera sonrisa. Se acercó hasta él y puso una mano en su hombro izquierdo, al tiempo que decía.

-Eres sincero, Lloyd, y eso te honra. Me alegro que Pinkie esté saliendo con alguien como tú. Estoy seguro de que la harás muy feliz.

-Así lo haré siempre, señor-aseguró él, con seguridad.

-Bien… aunque eso sí. Si me entero que mi hija no es feliz por las causas que sean, me encargaré personalmente de que no vuelva a suceder. Tenlo muy presente.

Para entonces Lloyd podía notar como si algo le atorara la garganta, impidiéndole decir nada. Aunque Igenous tan solo sonrió, dándole dos toquecitos en la mejilla, mientras comentaba.

-Pero bueno, estoy seguro de que no hará falta.

A eso Lloyd negó levemente con la cabeza, sin atreverse a abrir la boca. En ese justo momento Pinkie entró de nuevo en el despacho, relajando el ambiente de golpe.

-¡Ya estoy aquí! ¡Vamos, Lloydi!

Los dos se despidieron de él y, una vez en el pasillo de nuevo, Pinkie inquirió.

-¿Qué tal con mi padre? Majo ¿verdad?

-Sí, encantador…-musitó Lloyd.

-Genial… ¿quieres ver mi habitación?

-Vale, vamos.

La habitación de Pinkie era todo lo que no se esperaba y lo que se esperaba también; era la única de toda la casa que no seguía con el mismo patrón de diseño y rompía con la decoración clasista que el resto tenía. Las paredes estaban pintadas de un color rosa salmón, con estampados de colores, globos, serpentinas y demás elementos festivos. La lámpara del techo tenía forma de globo y la luz que proyectaba era de un color azulado. Al lado de la ventana un escritorio se encontraba lleno de libros, cuadernos y hojas en blanco y en sucio; justo al lado había otro escritorio donde un ordenador de sobremesa se encontraba apagado. En la cama había varios peluches, entre ellos el de un caimán que le era familiar.

-¿Qué te parece?-inquirió ella, cogiendo el peluche de Gummy.

-No está mal, es cuca… te pega.

-¿Lo dices por el rosa?

-También.

Ante eso los dos se rieron tontamente, al tiempo que Pinkie jugueteaba con el peluche de Gummy. Aunque en ese momento oyeron la voz de Cloudy Quartz llamando a Pinkie, la cual reaccionó enseguida.

-Esa es mi madre, igual necesita ayuda… voy a ver que quiere.

-¿Quieres que vaya y os ayudo?-se ofreció Lloyd.

-No, tranquilo, aquí tú eres el invitado… ahora vuelvo.

Pinkie se ausentó un momento y él estuvo esperando, contemplando la decoración del cuarto de la chica. Aunque en un momento dado le dio la sensación de que le estaban observando, por lo que giró la cabeza y vio entonces a dos pequeñas figuras agazapadas a ambos lados de la puerta; dos chicas algo más pequeñas que Pinkie se encontraban mirándole atentamente, sin decir ni hacer nada. Lloyd decidió romper el hielo y las saludó.

-Hola.

Las dos chicas se miraron por un momento hasta que finalmente una de ellas habló.

-¿Eres tú el novio de Pinkie?

-Sí, soy LloydZelos, encantado.

De nuevo otro breve silencio se instaló entre los tres antes de que la primera en hablar lo volviera a hacer, presentándose.

-Marble Pie.

-Limestone Pie.

Ambas chicas eran muy parecidas entre sí, aunque con diferencias apreciables; Marble tenía el pelo de un color gris caliza, mientras que el de Limestone era mucho más clarito. Los ojos de Marble eran violetas, mientras que los de su hermana eran más acaramelados. Las dos parecían tener la misma edad, unos catorce o quince años.

-Me esperaba otra cosa…-comentó entonces Limestone, para la eterna sorpresa del chico.

-Yo también… pero bueno, si Pinkie le quiere…

-Sí, y mientras cuide de ella y la haga feliz...

Lloyd quiso decir algo, pero Marble le cortó secamente con una simple mirada; justo después, habló.

-Queremos mucho a Pinkie. No nos defraudes y hazla feliz.

Y tras eso, las dos se retiraron sin decir nada más, dejando a un desconcertado Lloyd en la habitación de Pinkie.

Marble y Limestone desaparecieron tan pronto como aparecieron y no las volvió a ver, ni siquiera cuando salió un momento al pasillo; aunque en ese momento un ruidito a su diestra le llamó la atención, se giró y entonces vio un pequeño peñasco al lado de la puerta contigua a la habitación de Pinkie. Lloyd lo cogió por un momento, con la extraña sensación de que le sonaba de algo, pero en ese momento una plana voz le dijo.

-¿Podrías devolverme a mi mascota, por favor?

Lloyd se giró y vio entonces a una cara familiar carente de toda emoción, mirándole fijamente. Sus ojos violáceos oscuros parecían verlo todo, su pelo recto y meticulosamente cortado la daba un aspecto sobrio y muy austero, y llevaba puesto un atuendo muy similar al que llevaba cuando era una poni.

-Ah, claro, toma…-murmuró el chico, tendiéndola el peñasco.

La chica lo aceptó y lo dejó en la palma de su mano, comentando justo después.

-Boulder y yo estábamos jugando cuando apareciste… soy Maud, la hermana mayor de Pinkie. Asumo que tú eres LloydZelos, su novio.

-Ah, sí, soy yo, encantado.

Maud le miró de arriba abajo, como si le estuviera estudiando con la mirada, sin perderse ni un solo detalle. En un momento dado habló.

-Pinkie me ha hablado mucho de ti. Desde que te conoció está mucho más feliz, cosa que me agrada bastante. Para mí lo más importante es que mi hermana sea feliz. Y mientras siga siendo así, yo me conformo.

Hubo un breve silencio en el cual los dos se quedaron callados, sosteniéndose la mirada fijamente; el gesto imperturbable de Maud le ponía extrañamente nervioso, y lo hizo aún más en cuanto se pronunció de nuevo.

-Aunque eso sí. Si me entero que mi hermana no es feliz por los motivos que sean, tomaré cartas en el asunto. ¿Está claro?

Para entonces Lloyd comenzaba a sudar frio, asintiendo rápidamente sin atreverse a decir nada. En ese momento Pinkie reapareció, comentando de seguido.

-¡La comida ya casi está! ¡Ah, ya has conocido a mi hermana! ¿Qué tal, Maudie?

-Bien, Pinkie…

Sin decir nada más Maud se retiró a su habitación y no la volvieron a ver.

-Oh, Maudie, no es de muchas palabras con gente que no conoce, pero luego se suelta y no para…

-Ya, ya…-murmuró Lloyd, aun un poco chocado.

Finalmente, tras unos pocos minutos más de espera, la comida estuvo lista y esta transcurrió de una manera más relajada y distendida; de primero hubo sopa de ajo y de segundo el estofado de carne, que supo particularmente bien a Lloyd, alabando las cualidades cocineras de Cloudy Quartz, la cual se quedó encantada. Durante toda la comida estuvieron hablando de todo un poco, Igneous tuvo unas cuantas preguntas para Lloyd, mientras que el resto de la familia se enfocó en cosas más triviales. Los nervios que al principio atenazaban a Lloyd se fueron disipando hasta que finalmente se relajó del todo.

Después de comer estuvieron un rato más hablando en el salón, aunque no fue durante mucho tiempo, puesto que Lloyd y Pinkie tenían que volver a clase.

-Bueno, Lloyd, pues ha sido todo un placer conocerte-murmuró Cloudy Quartz.

-Ah, el placer ha sido mío… gracias por la comida.

-Oh, no ha sido nada, vuelve cuando quieras.

Tras las despedidas los dos regresaron a la calle, dirigiéndose de nuevo hacia el instituto.

-¡Y dime, dime! ¿Qué te ha parecido mi familia?-inquirió Pinkie, cogiendo del brazo a Lloyd.

-Unas personas de lo más agradables… y tu madre cocina de miedo.

-¿Lo ves? Ya te dije que no hacía falta que estuvieras tan nervioso…

Lo cierto era que tenía razón, al final no había sido tan terrible como en un principio pensó, todos y cada uno de sus miembros querían mucho a Pinkie, y aunque prefirió guardarse los comentarios tanto de Igneous como Maud, Lloyd supo sin ningún atisbo de duda que ahora era parte de la familia y había superado la prueba. Volvieron al instituto dados de la mano y más animados que nunca.

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Esa noche era especial, y no era para menos, puesto que no todos los institutos solían hacer un evento especial por el día de San Valentín; de forma parecida al baile de otoño, los alumnos se vestían formalmente y bailaban con sus parejas en una velada de lo más tranquila y romanticona. Y dado que nosotros dos podíamos presumir de pareja en esos momentos, pues que mejor que ir.

-¿Estás ya?

-Espera, me he hecho un lio con la pajarita…

-Eso te pasa por ir en plan clásico, haber tirado de corbata, como yo.

-Vaya, gracias por el cumplido…

-A ver ¿quieres que te ayude?

-No, no hace falta, casi lo tengo, espera.

Los trajes habían sido un encargo especial de Rarity, y por alguna extraña razón, la chica pensó que a Lloyd le quedaría bien la pajarita. En un principio el mío también llevaba, pero yo preferí una corbata, cosa que a Rarity no le importó.

-Ahora… vale, podemos irnos-anunció Lloyd, desde el baño.

-Muy bien, pues vámonos.

El paseo desde la residencia hasta el instituto no nos llevó más de diez minutos, llegando enseguida; muchos alumnos ya estaban allí, esperando a que comenzara el evento. Pudimos ver a Vinyl preparando todo el tinglado vestida muy elegantemente, cosa que nos chocaba ver en ella. Rarity ya estaba allí, vestida para la ocasión, y nada más vernos nos saludó con todo su encanto.

-¡Oh, queridos, os veis fabulosos! Ya sabía yo que había acertado con tu tiro, Lloyd…

-Gracias, Rarity, tú también te ves divina.

-Oh, qué adulador… reserva fuerzas para cuando veáis a las chicas-nos aconsejó ella, con una sonrisita.

-Ah, es verdad, también te encargaste de los vestidos suyos ¿no?-recordé yo.

-Huy, sí, y algo me dice que no te va a dejar indiferente lo que he preparado para Sunset, Sg…

-Estoy deseando verla…-admití por mi parte, algo ansioso.

-Estarán aquí en breve.

Mientras esperábamos llegamos a ver incluso a Celestia y a Luna, que eran las que solían organizar este evento todos los años, además de a caras conocidas como a Atomic Adam, Scribble Dee o al Capitán Planeta y los planetarios.

Tras varios minutos de espera las primeras en venir fueron Flutershy acompañando a Rainbow, la cual seguía de bajón aun a pesar de que ya se había reincorporado a las clases, y acompañadas por una Pinkie que dejó tonto a Lloyd en cuanto la vio. La rosada llevaba puesto un vestido de lana color verde limón que la complementaba muy bien y resaltaba su figura; se había recogido en parte el pelo, formando una esponjosa coleta que la quedaba particularmente bien.

-Hola chico guapo…-murmuró ella nada más verle, con gesto pícaro.

-Hola bella dama-murmuró Lloyd, sin poder salir de su asombro.

-¿Me vas a sacar a bailar?

-Yo te saco a donde tú quieras.

Pinkie se rió tontamente, mientras que la música comenzaba a sonar y los dos se adelantaban. Por mi parte seguí esperando junto a Rarity y las demás.

-¿Por qué estamos aquí? No pinto nada en una noche como esta…-murmuró Rainbow, con gesto apático.

-Oh, vamos Dashie, me prometiste que me acompañarías…-la recordó Fluttershy.

-Sí, y aun no comprendo por qué has venido exactamente…

Ante eso Fluttershy se quedó callada, visiblemente dolida. Fui a decir algo cuando un acento sureño que nos era familiar exclamó.

-¡Hey, chicos, ya estamos aquí!

Me di la vuelta y, por un momento, creí haber visto un ángel. Sunset se encontraba ensutada en un vestido que brillaba como si fuera de serpentina, pero eso no era todo; poseía unos tonos de color que lo hacían ver como un atardecer, con violáceos oscuros en la parte superior y con naranjas intensos en la parte inferior, fundiéndose entre los dos y con una graduación entre color y color perfecta. Se había maquillado un poco, dándose algo de colorete en las mejillas, y se había recogido el pelo en dos pequeñas coletas que la hacían ver aún más guapa si cabía. Llevaba puestos además los pendientes que la regalé por navidad. Mi mandíbula se desencajó desde el primer momento en que la vi, recreándome en la vista.

-Hola… ¿Qué tal estoy?-inquirió ella, acercándose a mí.

-Estás… preciosa-musité, alelado.

-Oh, gracias, tú también estás muy guapo. ¿Vamos?

-Vamos.

Sunset me cogió del brazo y salimos a la pista para bailar un rato. El resto de las chicas admiraron desde la distancia el vestido, el cual llamaba poderosamente la atención, dejando atontados a los chicos y encantadas a las chicas.

-Madre mía, Rarity, te has superado…

-Lo sé, estoy orgullosa de ese vestido, es mi mejor obra y con diferencia.

Siguiendo la línea de una noche tan especial, Vinyl optó por algo más propio de un evento como ese, aunque me sorprendió gratamente su elección de un jazz romanticón de la mano de un Nat King Cole que le quedaba como anillo al dedo. En ese momento sonaba Unforgettable en dúo con su hija Natalie Cole.
Unforgettable, that's what you are
Unforgettable though near or far
Like a song of love that clings to me
How the thought of you does things to me
Never before has someone been more
La gran mayoría de las parejas se habían concentrado en la zona más central del gimnasio, bailando al mismo ritmo que las melodiosas voces de los Cole marcaban. Aunque fuera jazz, el tono y el ritmo eran perfectos para bailarlo como si fuera un lento; asiendo a Sunset de la cintura y ella de mi cuello, los dos nos movíamos rítmicamente, sin despegar la mirada del uno del otro.

-Esta noche sí que está siendo inolvidable ¿no crees?-inquirió ella en un momento dado.

-Sí, y contigo en ella lo es aún más. En serio, estás preciosa…

-Oh, en realidad el mérito es de Rarity… además, la estuvo ayudando esa chica joven a la que está enseñando, una tal Coco Pommel, la chica lo vale.

Por el rabillo del ojo pude ver a Lloyd bailando con Pinkie, los cuales se hacían arrumacos de vez en cuando.
Unforgettable in every way
And forever more, that's how you'll stay
That's why, darling, it's incredible
That someone so unforgettable
Thinks that I am unforgettable too
La música se concretó en un dueto entre trompeta y piano que se complementaban entre sí de manera sublime.

-¿Sabes? Nunca llegué a pensar que volvería a sentirme así, de esta forma…-murmuró Sunset.

-¿A qué te refieres?

-A sentirme así de feliz… sobre todo después de todo lo que pasó.

-Eh, vamos, ya lo hemos hablado más veces. Lo que importa es el ahora…

-… y lo que voy a hacer después, lo sé.
Unforgettable in every way
And forever more, that's how you'll stay
That's why, darling, it's incredible
That someone so unforgettable
Thinks that I am unforgettable too
Para entonces no hacía falta que dijéramos nada más, los dos lo sabíamos, y veíamos innecesario decirlo con palabras. Un lento, apasionado e inolvidable beso lo dijo por nosotros, al tiempo que la música lo hacía aún más especial. No muy lejos de allí Pinkie y Lloyd también concretaban su amor en hechos más que en palabras.

El resto de la velada transcurrió de forma más animada, sin abandonar en ningún momento ese ambiente de amor en el aire; Nat King Cole siguió sonando, esta vez con algo más movido como lo era su tema L-O-V-E, haciendo a Vinyl indistinguible. Aunque no todos estaban por la labor.
-Bah, no veo más que una empalagosa pastelosidad a mi alrededor ¿podemos irnos ya?-inquirió Rainbow, algo cansada.

-Oh, vamos dulzura, ¿no quieres que salgamos a bailar?-sugirió Applejack.

-¿Para qué? Ninguna de nosotras tenemos con quien hacerlo…

-Te equivocas, querida.

De golpe y porrazo Fluttershy, Rarity y Applejack sacaron a Rainbow a la pista, bailando todas juntas y formando un pequeño corro en torno a ella para que no escapara.

-¡Eh! ¿Qué hacéis? ¡Dejadme salir!

-¡No hasta que cambies esa cara de ajo por otra más alegre, dulzura!
Love is all that I can give to you
Love is more than just a game for two
Two in love can make it
Take my heart and please don't break it
Love was made for me and you
-¡Oh, por favor, no seáis tan condescendientes conmigo! ¡Ni que estuviéramos saliendo entre todas o algo parecido!-masculló la chica, sin poder ocultar un incipiente sonrojo.

-No seas tonta, Dashie, sabes que no lo decimos en ese sentido…

-Fluttershy tiene razón, querida, además, San Valentín no es solo un día para los enamorados, también es un día para celebrar entre amigos que se quieren. Y nosotros te queremos, Rainbow, como las que más.

-¡No lo podría haber expresado mejor, dulzura!
L is for the way you look at me
O is for the only one I see
V is very, very extraordinary
E is even more than anyone that you adore can
Esa repentina declaración dejó un tanto ofuscada a Rainbow, la cual notaba su cara arder, aunque por otro lado comenzaba a sentirse un poco mejor al recibir todo el cariño de sus amigas.

-¡Eugh, no es por nada, pero eso suena muy gay!

-¡Mira, eso es algo que la Rainbow que yo conozco diría, creo que vamos bien, Rare!-exclamó Applejack, particularmente animada.

-¡Ya lo creo que sí, querida!
Love is all that I can give to you
Love is more than just a game for two
Two in love can make it
Take my heart and please don't break it
Love was made for me and you
Love was made for me and you
Love was made for me and you
Costó un poco, pero finalmente Rainbow entró al ambiente y se dejó llevar, llegando a superar su apatía contagiada por todo el cariño y amor de sus amigas.

-Gracias por animarme, chicas, de verdad…

-Eh, para eso estamos, dulzura…

-Te queremos, Rainbow, no lo olvides.

Por un momento la chica multicolor ignoró sus estándares y se dejó abrazar por sus amigas en un gesto lleno de amor y confianza. A su alrededor, más amor flotaba en un ambiente cada vez más y más romántico. Afuera, una luna menguante brillaba en lo alto del cielo, desprendiendo una tenue luz.

Image

Mientras tanto, en un lugar distante y apartado, el superintendente Discord no estaba particularmente animado; ni siquiera el haberse puesto cómodo con su bata favorita de franela, sentado en su sillón preferido y saboreando una copa de su chocolate preferido le ayudaba a verlo mejor. Aun a pesar de las medidas que había tomado en el instituto Canterlot, las cifras seguían muy desequilibradas. Las obras de reparación de la fachada sin el previo consentimiento del consejo y a cargo de la administración local habían mermado mucho la liquidez del instituto, y aun a pesar del cierre de los clubes con más gasto, seguía habiendo un agujero importante en las finanzas.

-j*der, Celestia, esto es lo que pasa cuando te gastas más de la mitad del presupuesto en los clubes…-masculló Discord, mirando los papeles.

Con gesto exasperado, movió la copa de chocolate que tenía en su mano antes de darla un breve sorbo, saboreando su intenso sabor. El ambiente de su estudio destacaba sobre todo por su opulencia, con maderas selectas en las paredes, en las cuales colgaban cabezas de animales de todo tipo, desde un ciervo hasta una cabra. También tenía animales a escala reducida como un león, una serpiente o un murciélago. La luz era tenue y una chimenea al fondo crepitaba lentamente.

En un momento dado el teléfono comenzó a sonar con insistencia y Discord lo cogió estirando el brazo izquierdo.

-¿Y bien?-inquirió una grave voz al otro lado nada más descolgar.

-Me temo que vamos a tener que tomar medidas más drásticas, la situación apenas ha mejorado.

-Discord, me estoy impacientando de verdad, te recuerdo que me dijiste que una intervención en los clubes sanearía las cuentas. Dame un motivo para no tener que mandar una carta de despido a esa mentecata de Celestia…

-A ver, no nos precipitemos, cierto es que Celestia no ha sabido muy bien administrar la contabilidad de los clubes, pero aún podemos hacer algo por rectificar la situación.

-Ilumíname.

-Podemos organizar algún tipo de evento que recaude dinero para tapar el agujero correspondiente a los clubes. Y para incentivar a los alumnos podemos hacer también que ellos también se involucren en dicho evento.

-Ajá ¿y qué sería exactamente?

-Aún no lo he pensado, aunque no estaría mal algún tipo de evento musical o algo por el estilo…

Un breve y denso silencio se instaló entre los dos antes de que la grave voz volviera a hablar.

-Bueno, mientras funcione… confío en tu criterio, Discord, no me decepciones.

-No lo haré, señor, tiene mi palabra.

-Bien… estaremos en contacto.

Acto seguido Discord colgó y se quedó mirando los papeles con gesto pensativo; dos de ellos eran sendas actas de nacimiento en las que se podía ver las fotos de dos chicos, uno era rubio con los ojos castaños y el otro era castaño de ojos más claros. Ambas actas tenían el sello del ayuntamiento pegadas en ellas, con la firma de la alcaldesa puesta en ella, aunque la letra no coincidía en ningún momento con la de la titular.

-Muchachos, muchachos ¿Quiénes sois en realidad?-pensó Discord, dando otro sorbo a la copa de chocolate.

El crepitar del fuego era el único sonido en la habitación, calentando el lugar y protegiéndolo del frío del exterior, empañando ligeramente las ventanas.

Te voy a escribir toda enterita... cachito a cachito... con todo lujo de detalles...
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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Mensaje por RedVixenFur » 23 Jun 2015, 10:09

E'selente capítulo, me rechupo los dedos. El terror en la casa de los Pie es palpable, más para una persona como yo que aborrece el tema familia. Y podrías haber aprovechado el tirón del meme de RD "DO I LOOK ANGRY?!!", me dejaste esperando por él XD

Plus: Yo, cada vez que algún amigo se emperreta en sacarme a alguna discoteca. Everytime. #relatable
[quote="Sg91";p=274835]
De golpe y porrazo Fluttershy, Rarity y Applejack sacaron a Rainbow a la pista, bailando todas juntas y formando un pequeño corro en torno a ella para que no escapara.

-¡Eh! ¿Qué hacéis? ¡Dejadme salir!

-¡No hasta que cambies esa cara de ajo por otra más alegre, dulzura!

[/quote]
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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Mensaje por agustin47 » 23 Jun 2015, 16:30

Como siempre, nada más que decir más que bravo y hype.
Los milagros no son gratuitos.

La ignorancia a veces puede significar felicidad, y en este caso, la nuestra resulta ser una verdadera bendición.


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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Mensaje por Volgrand » 24 Jun 2015, 02:45

Frases célebres:
se había quedado encerrado en el ascensor con el único pero que le ponía a ese mundo
Una frase que algún día tengo que plagiarte en alguno de mis escritos.
-Bueno, en realidad te lo digo porque el otro día, comentándoselo a mis padres, les hablé de ti y se mostraron particularmente interesados… ¡y ahora quieren conocerte!

-¿Eh?

-¡Sí! ¿No es genial?

-¿Eh?

-Ya sé que es un poco precipitado, pero les dije que mañana te pasarías a comer… ¿no te importa, verdad?

-Eh…

-¡Genial! ¡Si te soy sincera yo también tengo muchas ganas de que les conozcas! Mi madre se mostró sorprendida al principio, y mi padre también, de hecho la idea fue suya…

-¿Eh?

-Y también quiero que conozcas a mi hermana mayor, y a mis hermanas pequeñas… ¡va a ser un día estupendo! ¿No crees?

-Eh…

-¡Qué bien! ¡Oh, Lloydi, estoy tan feliz!-exclamó la chica, abrazándose a un incrédulo Lloyd.

El chico quiso pronunciarse, pero la vio tan emocionada y feliz que se sintió incapaz de negarse o algo parecido. Y ahora, cumpliendo como un hombre, debía de enfrentarse a su destino.
Lloyd es el auténtico héroe americano.
-Aunque eso sí. Si me entero que mi hermana no es feliz por los motivos que sean, tomaré cartas en el asunto. ¿Está claro?
Pasen las amenazas del padre. Las de las dos hermanas pequeñas también. Pero una amenaza de Maud Pie a mi me los pondría por corbata.


El romance sigue siendo de esa raza de pasteloso que sienta bien al cuerpo, aunque esto se aproxima peligrosamente al clop. Curioso estoy por ver qué harás en el momento cumbre :P.

Y este Discord... a ver la que va a liar :D.
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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Mensaje por Sr_Atomo » 25 Jun 2015, 12:25

Muy pero que muy buen capítulo. Me ha encantado... el único "pero" es... no, Flash Sentry en el ascensor no, sino en todo caso la conversación de las hermanas menores de Pinkie... me parecen unas frases por parte de ellas demasiado adultas para su edad. Pero ni siquiera eso (que probablemente haya sido cosa de mi imaginación) estropea lo más mínimo la magnificencia de este capítulo, que se coloca en la misma línea de calidad y buen hacer que el resto del fanfic.
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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Mensaje por horwaith » 29 Jun 2015, 20:13

tan bueno como sueles hacerlos, me encantan unas cuantas cosas que ya te he dicho en otra parte y como empiezas a tomar partido en hacer lo que se prevé desde hace tiempo. Quiero más porque me he quedado con las ganas al leer este
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