Capítulo 9
Blanca Navidad
Las montañas Rocosas se formaron durante la orogénesis cenozoica y fueron marcadas profundamente por la glaciación cuaternaria, además de por ciertos fenómenos volcánicos, lo que propicia la aparición de todo tipo de materiales sedimentarios y minerales como oro, plata, plomo, cinc, cobre, carbón y hasta petróleo. Posee también un núcleo central de rocas cristalinas que favorece la aparición de piedras preciosas como diamantes. Su pico más alto es el monte Elbert con 4401 metros de altitud. Blanca Navidad
El examen de geografía era uno de los últimos de todos junto con el de matemáticas; este se me estaba dando bastante bien, pude completar sin problemas los dos mapas que se nos proporcionaron, tanto el geográfico como el fluvial, y ahora estaba contestando a las preguntas teóricas de respuesta corta.
Esa semana estaba siendo una de las más ocupadas de todas puesto que los exámenes siempre meten presión, aunque yo soy de los que siempre se lo toman todo con mucha calma, de forma muy parecida a la de Lloyd. En cuanto a las chicas cada una lo llevaba a su manera: Pinkie era la más despreocupada de todas, casi tanto como yo, mientras que a Rainbow la costaba centrarse un poco más.
Este examen en concreto no me había preocupado lo más mínimo, puesto que siempre se me había dado bien geografía; aunque el que me daba auténtico pavor era el de esta tarde, el último de todos, el horror, el infierno en la tierra. Putos números de mierda…
-Os quedan quince minutos-anunció en ese momento la señora Fillyway, la profesora de geografía.
Ese aviso hizo que se reencauzaran mis pensamientos y volví al examen, el cual estaba casi terminado, tan solo me quedaban las últimas preguntas. Tras contestar un par de preguntas relacionadas con la demografía de Alaska y una última pregunta acerca del clima en California lo repasé todo rápidamente, incluyendo los mapas, antes de que se acabara el tiempo.
En cuanto dio la hora, la señora Fillyway anunció el fin del examen.
-Muy bien, se acabó el tiempo, dejad de escribir.
Inmediatamente después se pudo oír un buen montón de bolis cayendo en las mesas, aunque el rasgueo de uno en concreto justo a mi siniestra se me antojó profundamente familiar.
-Señor LloydZelos, he dicho que deje de escribir, no se lo vuelvo a repetir.
Ante esa tajante frase el aludido soltó el boli y miró hacia delante con expresión airada.
-Siempre igual ¿eh? En fin, pasadlos hacia delante.
Los exámenes se movieron rápidamente y, en cuanto estuvieron en su poder, la señora Fillyway indicó.
-Muy bien, estarán corregidos en una semana, podéis retiraros.
Todo el mundo se levantó casi a la vez, abandonando el aula y dirigiéndose afuera para disfrutar de la nieve; por nuestra parte nos reagrupamos en el pasillo, siendo Pinkie la primera en hablar.
-¡Solo queda uno, solo queda uno! ¿Qué tal os ha salido?
-Bueno, decente-murmuró Rainbow, sin muchas ganas de hablar.
-Especialmente bien, la verdad-asintió Applejack, animada.
-Bien, realmente no ha sido muy complicado…-murmuró Fluttershy a media voz.
-Ha estado bien, sí-asentí por mi parte.
-Uno de los más fáciles, si me distáis-opinó Sunset.
-Sin problemas, queridos-dijo Rarity, con convicción.
Para entonces el único que no habló fue Lloyd, el cual parecía estar muy lejos de allí.
-¿Y tú que tal, Lloydi?
-¿Eh? Ah, sí, bien supongo…
Por un momento nos miramos entre todos, algo preocupados por él; desde que empezó la semana de exámenes Lloyd había estado un tanto distante, como si hubiera algo que me molestase. Intenté hablar con él hace poco, pero tan solo me contestó que estaba concentrado con los estudios y nada más. Pinkie por su parte también lo intentó, ya que desde la fiesta sorpresa de Sunset se la veía más cercana y cariñosa con él, pero apenas logró sonsacarle algo más.
En ese momento, para aliviar un poco el ambiente, Pinkie comentó.
-Eh, una cosa, ya que el último examen no es hasta esta tarde ¿Qué os parece si hacemos una guerra de bolas nieve?
-¡Eh, eso sí que mola, me apunto!-exclamó Rainbow, animándose de golpe.
-¡Vayamos por equipos, cuatro vs cuatro!-sugirió Applejack.
-¡Elijo primer!
Dado que Rainbow y Applejack siempre estaban compitiendo por lo que fuera, las dos hicieron de líder de cada facción y estuvieron eligiendo a quien meter en su equipo. Rainbow optó por Fluttershy, Pinkie y Lloyd, mientras que Applejack escogió a Rarity, Sunset y a mí. Una vez que los equipos estuvieron dispuestos salimos al patio, el cual estaba cubierto de nieve.
Durante las últimas semanas las nevadas habían estado a la orden del día y habían dejado buenas capas de nieve fresca, perfecta para hacer muñecos de nieve, esculturas de hielo por las noches, ya que de madrugada helaba tanto que la nieve acababa congelándose, y por supuesto, guerras de bolas de nieve. Se notaba que la navidad estaba a la vuelta de la esquina.
Mi equipo y yo elegimos un buen sitio donde hacernos fuertes, entre Applejack, Rarity, Sunset y yo levantamos un muro que nos sirviera de parapeto y dejamos que la cruenta lucha empezara.
Era en esos momentos cuando nuestros buenos años se reducían automáticamente y parecía que volvíamos a tener entre doce o trece años, pasándolo pipa jugando con la nieve y encima con la mejor compañía. De alguna forma ya daba igual que nos encontrásemos donde nos encontrásemos, momentos como esos hacían que la estancia en el instituto Canterlot de por sí mereciese la pena.
-¡Cuidado, Sunset, a tus nueve!-exclamé yo, al ver que Pinkie se acercaba de avanzadilla.
-¡¡Ja, os tengo!!-masculló Pinkie, con una bola de nieve enorme entre su manos y a punto de lanzarla.
Actué rápido y la lancé un proyectil hacia ella, pero en ese momento Lloyd apareció de improviso y la interceptó, lanzándome otra en el proceso. Me hice a un lado para esquivarla, pero entonces Pinkie lanzó su enorme bola hacia Sunset, pillándola desprevenida. Sin pensarlo siquiera me lancé hacia delante y recibí el proyectil en su lugar, dándome en toda la cara y sintiendo la crudeza del invierno en mis carnes.
-¡¡Sg!!-exclamó Sunset, inclinándose sobre mí.
-No te quedes parada, ataca…-mascullé yo, con la cara adolorida.
Ante eso la chica se envalentonó, cogió un buen puñado de nieve, la amasó bien y se la lanzó a Pinkie desde abajo, llegando a golpearla en la barbilla. La chica rosada se tambaleó hacia atrás, perdiendo el equilibrio, pero Lloyd fue más rápido y la sostuvo entre sus brazos antes de que cayera.
-¿Estás bien, Pinkie?-inquirió él.
La chica, aún algo mareada, se reincorporó y masculló.
-¡¡Sin piedad!! ¡¡No nos quitarán nuestra libertad!!
Tras ese grito los demás se lanzaron contra nosotros, en un ataque frontal directo, al tiempo que nosotros también cargábamos contra ellos con nuestras armas en alto. El encontronazo se tradujo en una buena trompada, cayéndonos todos al suelo sin tiempo siquiera de atacar. Por un momento nos quedamos allí, tirados, exhaustos y sin decir nada. Pero al segundo siguiente nos empezamos a reír con fuerza, dejándonos llevar por la situación.
-Bueno, lo podemos dejar en empate…-sugirió Applejack, entre risas.
-Normalmente te diría que narices, pero bueno, te lo dejaré pasar-murmuró Rainbow, entre divertida y seria.
Una vez que la contienda terminó nos metimos de nuevo en el instituto para descansar un rato y seguir estudiando para el examen de esa tarde; durante la semana que duraba los exámenes no había clase, puesto que estos ocupaban la mayor parte del tiempo, por lo que muchos aprovechaban para apurar las últimas horas y repasar antes del examen. Personalmente yo no solía hacer eso, desde mi experiencia lo consideraba bastante arriesgado ya que me había pasado más de una vez: al haber repasado previamente al examen, todo lo anterior aprendido fue alterado, liándome y cagándola de forma sistemática haciendo el examen.
Aunque como el examen de matemáticas era el último, siendo el horror supremo para muchos, yo incluido, las más versadas en números como Rarity y Sunset estuvieron ayudando a los menos duchos, como Dash y yo, a dar los últimos coletazos antes de las cuatro de la tarde.
Comimos algo rápido, aprovechando que en época de exámenes hay buffet libre, y nos fuimos a una de las salas de estudio de la segunda planta, donde pudimos estar a gusto mirándonos las cosas, o al menos intentándolo.
-Bof, no entiendo como os puede gustar tanto numero junto, qué mareo…-masculló Dash en un momento dado, estirándose vistosamente.
-Di que sí, Rainbow-murmuré yo, chocando un puño con ella.
-Oh, venga, si no lo intentáis mal vamos…-murmuró Rarity.
-Sé que no te gusta esto, Sg, pero haz un esfuerzo, sé que puedes hacerlo-me animó por su parte Sunset.
No pude evitar que se me subieran ligeramente los colores, y en parte tenía razón; hasta ahora la chica me había estado ayudando cuando más lo necesitaba, sobre todo con esta materia, por lo que me armé de valor y me dispuse a seguir.
-Muy bien, hagámoslo.
-Vaya, menuda inyección de moral, Sg, cualquiera diría que algo te motiva…-murmuró entonces Rainbow, mirándome divertida.
-Muy graciosa, Dash…-la espeté yo, algo cortado.
-Bueno, bueno, haya paz, sigamos con las matrices… ¿qué era lo que no os quedaba claro?-inquirió Rarity, cortante.
El resto de horas se pasaron rápidamente y, a una hora del examen, por mi parte dije basta, siguiendo mi propio código. El resto apuraron hasta los últimos minutos, incluyendo Lloyd, que se encontraba extrañamente callado.
Entrar en el aula fue como entrar en otra dimensión; Cranky Doodle ya estaba allí, esperando, y me lanzó una larga mirada que se me antojó simplemente demencial.
-j*der, este cabrón va a por mí…-mascullé por lo bajo.
-Tranquilo, ignórale, tan solo concéntrate en el examen y recuerda todo lo que hemos visto-murmuró Sunset, con gesto tranquilizador.
-Sí… gracias, Sunset.
Ante eso ella tan solo me sonrió dulcemente antes de sentarse en su sitio, imitándola justo después; Lloyd se dejó caer pesadamente en su silla, mirando a la pizarra con gesto vacío, lanzándole por mi parte una mirada inquisitiva. Sin embargo, él no me devolvió el gesto.
-Muy bien, vamos a empezar, recordad que tenéis hora y media para realizar el examen. Las preguntas las podéis hacer en el orden que queráis y recordad que me tenéis que entregar los papeles en sucio también. No quiero lápices en las hojas de respuesta, así que ya sabéis. Podéis usar la calculadora.
El silencio posterior cayó como una losa pesada, y antes de que me pudiera dar cuenta, el examen había empezado; tratando de ignorar los nervios que me atenazaban me enfoqué en el examen y entré en modo concentración.
Durante todo el tiempo que duró el examen mi cerebro trabajó a toda velocidad, aplicando todo lo que Sunset y Rarity nos habían estado enseñando; la punta del boli estuvo danzando durante toda la hora y las teclas de la calculadora echaban humo debido al uso. El silencio era tan denso que solo se oía el rasgueo de los bolis y lápices sobre el papel y el tecleo casi constante de las calculadoras. Los demás se veían tan concentrados como yo, hasta Rainbow lo estaba, que ya era decir mucho. Apenas miré a mi alrededor, tan solo me concentré en los números, teniendo que aparcar la animadversión que sentía por ellos y centrándome como nunca.
La hora y media se me antojó larguísima, pero finalmente el examen finalizó a una orden de Cranky Doodle; tuve el tiempo muy justo para repasarlo todo, dejándome por el camino algunas cosas de las que no estaba muy seguro, pero asegurándome igualmente de que el resto estuviera de alguna forma bien.
Una vez que todos los exámenes volvieron con Cranky Doodle, éste nos largó rápidamente y todos salimos en estampida, anunciando oficialmente el fin de la semana de exámenes. En cuanto alcanzamos el pasillo Sunset se dirigió a mí.
-¿Qué tal te ha salido?
-Bien, creo que bien, espero aprobar.
-Me alegro… seguro que lo consigues.
Ante sus ánimos yo tan solo la sonreí, muy agradecido por todo su apoyo; en ese momento Pinkie exclamó.
-¡Sí, por fin, se acabó, ahora sí! ¡Vayamos a celebrarlo al Sugarcube Corner!
-¡Me apunto!-exclamó Rainbow, animándose enseguida.
-¡Di que sí, hermana!-hizo lo propio Applejack.
-Yay…-murmuró Fluttershy.
Aunque el único que apenas habló fue Lloyd, el cual seguía tan callado como antes. Por su parte Pinkie trató de animarlo una vez en la cafetería, con chistes varios y sustos repentinos. Eso le hizo reaccionar un poco más, pero siguió tan apagado como esa misma mañana.
Estando allí tomando nuestros batidos, una vocecilla familiar exclamó en ese momento.
-¡Applejack! ¿Ya has terminado con los exámenes?
Todos nos giramos y vimos entonces a la pequeña Apple Bloom al lado de su hermana, acompañada tanto de Sweetie Belle como de Scootaloo.
-¡Ah, hola Apple Bloom! Sí, claro, ¿por qué?
-Es que quería pedirte que nos ayudaras para la obra de teatro que vamos a hacer para el último día, la señorita Cherilee me pidió que te lo dijera, ya que necesita toda la ayuda posible.
Todos los años, y antes de las vacaciones de navidad, el último día se dejaba libre en plan festival en el que tanto los niños de primaria como algunos de los cursos superiores, e incluso de los nuestros, hacían obras de teatro, cantos, bailes y otros espectáculos para amenizar el último día antes de irnos todos de vacaciones. Todo el que quisiera podía participar y no había límite de ningún tipo.
-¡Por supuesto! Ahora que hemos terminado nos vendrá bien relajarnos un poco ¿Qué me decís, chicas?-inquirió en ese momento Applejack, dirigiéndose al resto.
-¡Por supuesto que sí, querida! Yo diseñaré lo que haga falta-asintió Rarity, encantada.
-¡Contad conmigo también!-asintió Rainbow.
-¡Por supuesto!-hizo lo propio Pinkie, toda emocionada.
-¿De qué va a ser la obra?-pregunté, curioso.
-Vamos a hacer una versión de Cuento de navidad, Scootaloo, Sweetie Belle y yo vamos a hacer de fantasmas de las navidades, yo voy a ser el de las navidades pasadas-reveló Apple Bloom.
-¡Yo voy a ser el de las navidades presentes!-anunció Sweetie Belle, emocionada.
-Y yo el de las futuras-añadió Scootaloo, no muy animada.
-¿Y quién hace de Scrooge y Jacob Marley?-inquirió en ese momento Lloyd, rompiendo su silencio.
-Scrooge creo que iba a ser Diamond Tiara… y Jacob Marley Silver Spoon-reveló Sweetie Belle.
-Vaya, muy propio…-comenté yo por lo bajo, cosa a la que Lloyd tan solo asintió con la cabeza.
-¡En ese caso contad con nosotras!
-¡Genial, gracias Applejack!
El caso es que la idea me recordó bastante a lo que se solía hacer en mi colegio durante todas las navidades, sin poder evitar sentir cierta morriña que traté de ocultar como buenamente pude. Después de todo era navidad, y era una época de alegría o de gozo… al menos normalmente.
Estuvimos un rato más hablando con ellas y finalmente las chicas se retiraron, al tiempo que nosotros poníamos rumbo hacia la residencia. De camino, pasando entre el hueco libre de nieve de las aceras, le hablé a Lloyd.
-Has estado muy callado hoy ¿hay algo que te preocupe?
-¿Eh? Ah, no, estoy cansado, eso es todo…
-¿Seguro? No pareces muy convencido…
-Sí, seguro.
-Ah, venga ya, eso no te lo crees ni tú, llevas unos cuantos días en ese plan. ¿Qué te pasa, tío? Echo de menos tus sarcásticos y biliosos comentarios-murmuré yo, divertido.
-Hay veces que pienso que eres un poco masoca tú…
-Es posible… venga, sabes que puedes contármelo.
-Ya te he dicho que no es nada, no seas pesado.
-Vamos, venga, no seas así conmigo…
-Que no.
Por mucho que lo intenté el tío no soltó prenda y estuvimos así durante todo el tiempo que duró el camino de vuelta hacia la residencia. Encima de nuestras cabezas las nubes se arremolinaban lentamente, dejando escapar unos cuantos copos de nieve.
-¡Muy bien, el escenario está listo! ¿Qué hay de la iluminación?
-Todo preparado, señorita Cheerilee…
-Vale, a ver, escena, escena… ¡Silver Spoon! ¿Estás preparada?
-Sí, señorita Cheerilee…-murmuró una hastiada Silver Spoon.
-¡Agh, no, espera! ¿Dónde está Diamond Tiara? ¡Sin ella no podemos empezar la escena!
-Estoy aquí…
Antes de que la señorita Cheerilee pudiera decir nada más, Applejack se adelantó y la calmó.
-Señorita Cheerilee, relajase, saldrá bien, han estado practicando, no veo por qué iban a hacerlo mal.
-Ah, tienes razón, perdona Applejack, pero tiendo a ponerme nerviosa…
-No lo piense más, señorita Cheerilee, después de todo estamos aquí para ayudar.
-Sí, y os lo agradezco inmensamente, sin vosotros hubiera sido más complicado.
-Ah, ya ve usted.
Aunque algo pesado al principio, ayudar en la obra de teatro resultó ser mucho más gratificante de lo que parecía, y ahora que las niñas iban a salir a escena se notaba aún más. Todos pusimos un poco de nuestra parte y ahora podíamos ver por nosotros mismos el resultado.
Los trajes habían sido diseñados por Rarity, teniendo un cuidado especial con los de su hermana y sus amigas; Applejack estuvo ayudando de todo un poco, siendo su ayuda una parte importante a la hora de montar el decorado al ser toda una manitas. Tanto Rainbow como Fluttershy, Pinkie y Sunset ayudaron con algunas decoraciones y por nuestra parte le pedimos ayuda a algunos de nuestros compañeros del club, resultando en un éxito rotundo; Atomic Adam nos ayudó con el sistema de audio y luz, haciendo de técnico de sonido.
-¡Muy bien, todos listos! ¡Salimos a escena en breve!
Dado que estaban a punto de empezar, nosotros desalojamos rápidamente los bastidores para sentarnos en la fila más cercana al escenario; a mi diestra se sentó Lloyd, con gesto sobrio, y a mi siniestra Pinkie comía palomitas, esperando a que la función empezara.
-¿Estáis nerviemocionados, lo estáis? Porque yo sí…
-Oh, yo estoy deseando ver cómo lucen los vestidos que diseñé-admitió Rarity.
-¡Que empiece ya, que me aburro!-exclamó por su parte Rainbow.
Al cabo de unos breves minutos las luces se apagaron y comenzó la función; en las primeras escenas se vio a Tiara asumiendo bastante bien el papel de Scrooge, junto con Featherweight, que hacía de Bob Cratchit.
-¡Pero señor Scrooge, necesito un aumento para dar una cena de navidad decente a mi familia!
-¡Paparruchas! ¡Suficiente tengo pagándote lo que te pago y tú apenas te esfuerzas! ¡Más brío a esa pluma, Cratchit!
El escenario estaba muy bien recreado y con un fondo dibujado en papel cartón, cortesía de las briosas manos de Fluttershy; además, Sunset la había estado ayudando con los colores.
Varias escenas después llegó la visita de Jacob Marley a Scrooge, en la cual Tiara se encontraba agazapada en la cama, al tiempo que Silver Spoon aparecía envuelta en una tela traslúcida de color celeste, simulando muy bien su apariencia etérea y fantasmal, junto con varias cadenas colgadas de sus hombros. Los ojos de Rarity brillaron como chiribitas al verla.
-¡Oh, Scrooge, te espera un eterno tormento si no cambias tu forma de ser!-masculló en ese momento Spoon, con voz grave y cavernosa, agitando sus cadenas.
-¡Marley, amigo! ¿Qué quieres de mí?-inquirió Tiara, temblando.
-Esta noche recibirás la visita de tres fantasmas que te ayudarán a ver lo malo de tus acciones. Escúchales, atiende a lo que te enseñen, no acabes como yo… aun puedes salvarte.
-¡No, vete, tan sólo eres una alucinación, márchate!
-Recuerda mis palabras, Scrooge…
En ese momento un ventilador oculto al otro lado del escenario se encendió y Spoon se retiró tras la brisa que éste levantó, quedando especialmente bien.
-Ya os dije que quedaría genial-apuntó en ese momento Rainbow.
-¡Sí! ¡Qué suerte que la señorita Spitfire nos hiciera el favor de traer ese ventilador gigante de la base aérea de los Wonderbolts!-asintió Pinkie, emocionada.
En la siguiente escena Scrooge recibió la visita del primer fantasma; Apple Bloom apareció entonces envuelta en un vestido muy luminoso que hacía reflejar la luz, la cual se atenuó para dar sensación de ambiente antiguo y pasado.
-Genial, Adam es un máquina jugando con la luz-comenté yo en ese momento.
-Sí, desde luego-afirmó Lloyd.
-Oh, Scrooge, es una verdadera lástima. Una vez, hace ya tiempo, hubo bondad en tu corazón. Pero ahora pareces haber olvidado lo que alguna vez la vida te dio. Quizás sea bueno que te enseñe como eras.
La transición se hizo rápidamente cambiando el fondo, al tiempo que más personajes entraban en escena; durante la visión del pasado muchos otros niños hicieron de extras y otros personajes secundarios, entre ellos destacaban Dinky haciendo de Belle.
Tras las escenas de las visiones la siguió otra en la que Scrooge y el fantasma conversaban antes de que éste desapareciera.
-¿Y qué si alguna vez fui feliz? Al menos ahora tengo un negocio que me sustenta y dinero, mucho dinero con el que me pago mis caprichos.
-¿Y esos caprichos te hacen verdaderamente feliz? ¿No te hizo alguna vez feliz el amor que sentiste por Belle? Ella verdaderamente te quiso, y tú la pagaste su amor con dinero. No es lo que tenemos lo que nos hace verdaderamente felices, Scrooge, sino lo que somos.
-¡Bah, paparruchas, paparruchas! ¡Vete, fuera de mi vista, no quiero que me digas más!
Apple Bloom se retiró lentamente, haciendo gala de una gran interpretación que hasta emocionó a su hermana.
-Esa es mi hermanita, qué bien lo hace… ¿no te parece, Big Mac?-comentó Applejack a su hermano, que estaba sentado a su lado.
-Eh… sep.
La siguiente escena fue el primer contacto entre Scrooge y el fantasma de las navidades presentes, saliendo Sweetie Belle a escena, la cual llevaba una túnica roja con bordados blancos y dorados, además de una corona de laurel. Y además se metía en el personaje desde el principio, riéndose entre frase y frase.
-¡Hola, Scrooge! ¡Soy el fantasma de las navidades presentes! ¡La fiesta y el jolgorio son mis banderas, puesto que es navidad! ¡Y no hay nada mejor que celebrar la navidad con todos aquellos a los que más quieres! ¿Y tú, Scrooge? ¿No tienes a nadie con quien celebrarla?
-¡Bah, paparruchas! ¿Quién quiere celebrar la navidad? Es una tradición estúpida que solo me hace perder dinero…
-Ah, pero no todos tienen los mismos estándares que tú… y con muy poco que tienen, aun así se contentan. Quizás tengas que verlo por ti mismo para comprender lo que te estoy hablando.
Las siguientes escenas se concretaron rápidamente, resumiendo muy bien lo que el fantasma le quería enseñar a Scrooge, incluyendo la fiesta de navidad en casa de su sobrino Fred Scrooge, el cual lo interpretaba Pipsqueak. Aunque la escena crucial fue en casa de los Cratchit. Featherweight reapareció acompañado por unos cuantos potrillos más, que hacían tanto de la mujer y los hijos de Bob, entre los que se encontraban Twist, Zipporwhill, Noi, Buton Mash y Shady Daze; aunque el papel estrella se lo llevó Rumble, haciendo de Tiny Tim.
-Siempre es bueno poder estar todos juntos un año más, en familia-comentó en un momento dado Twist, que hacía de la mujer de Bob.
-Sí, y aunque no sea una gran cena siempre es bonito estar con los que te quieren-añadió Zipporwhill, haciendo de hija mayor.
-Bueno, bueno, aun a pesar de todo seguimos juntos, y hay que agradecer al señor Scrooge por todo lo que ha hecho por nosotros-recordó Spoon, metiéndose en el papel.
-¿En serio, padre?
-Sí ¿cómo puedes decir eso de semejante sabandija?-masculló Twist, llena de rabia.
-¡Martha, por favor! Es verdad que el señor Scrooge no es que sea el mejor hombre, pero he estado trabajando para él durante cuatro años, y me ha pagado, aun y con todo. Si no fuera por él, estas navidades serían muy distintas. Y estoy dispuesto a sacrificarme por vosotros, como buen padre que soy. Es por eso por lo que quiero dar las gracias al señor Scrooge.
Justo después entró en escena Rumble haciendo de Tiny Tim, apoyado en una muleta, y haciendo un gran papel.
-Sí… gracias al señor Scrooge tenemos algo que comer y estamos todos juntos. Que Dios le bendiga.
Tan bien lo hacía que llegué a ver por allí algunas caras enternecidas e incluso miradas vidriosas entre la multitud; aunque en ese momento vi que Lloyd se levantaba, sin decir nada.
-¿Estás bien?-le pregunté.
-Sí, sí, solo voy al baño.
Aunque al principio me pareció notar algo raro en su voz me centré de nuevo en la obra, para no perderme mucho más. No obstante hacía rato que no oía a Pinkie comer palomitas, giré la cabeza y entonces vi su sillón vacío, cosa que me extrañó sobremanera.
En la zona superior del acceso al salón, a mano derecha, los baños se encontraban abiertos, siendo estos mixtos debido al reducido espacio; Lloyd entró en ellos y se inclinó sobre uno de los lavabos, con gesto alterado. Abrió el grifo y se mojó un poco la cara, en un intento por serenarse un poco. Al secarse la cara oyó entonces una voz familiar en la puerta que decía.
-Lloydi…
El aludido se dio la vuelta y vio a Pinkie, la cual le miraba con gesto preocupado.
-Ah, Pinkie… ¿Qué haces aquí?
-Vine a verte… ¿estás bien, Lloydi?
-Eh, sí, claro, es solo que hace calor ahí dentro, quería refrescarme un poco…
Ante eso la chica esbozó una triste mirada, clavando la vista en el suelo.
-Sé que algo te pasa, pero no se lo quieres decir a nadie… ni siquiera a mí. ¿Por qué, Lloydi? Todos estamos preocupados por ti. Y yo echo de menos al serio pero divertido Lloyd que siempre me hace reír…
Sus palabras hicieron reaccionar al chico, el cual esbozó una triste mirada; Pinkie se acercó a él y le cogió de una mano, al tiempo que le echaba una inquisitiva mirada. Finalmente Lloyd se rindió y soltó un quejumbroso suspiro, mirando a Pinkie y hablando de seguido.
-Todas las navidades las paso en compañía de mi familia, desde que empiezan hasta que acaban. Me gusta especialmente ir con ellos de tiendas y disfrutar de la cena, todos juntos. Pero este año no va a poder ser, porque estamos aquí, y… bueno…
Ante eso Pinkie tan solo sonrió, comprendiendo un poco mejor al chico.
-Ya veo, entiendo cómo te sientes. Debe ser duro separarte de tu familia en unas fechas tan señaladas. Si yo tuviera que irme lejos de aquí y celebrar la navidad sin ellos, yo también estaría triste. Pero míralo así, nos tienes a todos nosotros. A las chicas, a Sg, a mi… somos como una gran familia. Y, por supuesto, celebraremos la navidad todos juntos. De hecho, mira, podemos hacer eso mismo. Podemos quedarnos en casa de Fluttershy, por ejemplo, y pasar la Nochevieja todos juntos. ¿Qué me dices?
-Ah, bueno, suena como un buen plan…
-En ese caso no tienes por qué estar tan triste, tontín… vamos, alegra esa cara-murmuró Pinkie, haciéndole sonreír ella misma con sus dedos índices.
Ante eso el chico dejó escapar una risita tonta, sin poder evitarlo.
-Ah, mira, así está mejor.
-Gracias, Pinkie…
Ella tan solo sonrió y el chico la devolvió el gesto, sin decirse nada más. Ambos regresaron al salón de actos, sin darse cuenta siquiera que seguían dados de la mano.
Apenas habían pasado poco más de cinco minutos cuando Lloyd regresó, sentándose a mi lado con gesto algo más tranquilo.
-¿Mejor?-inquirí.
-Sí… mucho mejor-asintió él, algo más animado.
Por mi parte me quedé más tranquilo, aunque aún me encontraba un tanto confuso por la desaparición de Pinkie; fui a preguntar a Rarity, que era la que se sentaba a su siniestra, cuando de repente vi a la interfecta de vuelta en su sitio, retomando sus palomitas.
-¡Ah, hola Sgi! ¿Quieres palomitas?-inquirió ella, sonriente.
-Eh… no, esto… ¿dónde, cuándo…? ah, ¿Qué más da? -me dije entonces, prefiriendo evitar un muy posible dolor de cabeza.
El segundo acto terminó enseguida y comenzó el tercero, en el cual el fantasma de las navidades futuras hacia presencia; haciendo honor al cuento original, y ayudados por las luces y las sombras, la entrada de Scootaloo se hizo de tal manera que pareciera que surgiera de la sombra de Tiara. La niña llevaba puesta una densa toga negra que la tapaba completamente, sin dejarla ver el rostro, aunque se había blanqueado las manos con pintura en espray lavable para verse aún más intimidante.
-¿Eres tú el espíritu de las navidades futuras?-inquirió Tiara, con voz temblorosa.
Scootaloo por su parte tan solo asintió muy levemente, casi no parecía que lo hubiera hecho.
-Si hay algo que más temo ahora es tu presencia, por lo que por favor, muéstrame el futuro más inmediato.
Las siguientes escenas fueron más rápidas que el resto, aunque hubo un añadido extra que no estaba en el original, en el cual dos sepultureros, interpretados por Snips y Snails, entablaban una conversación en el cementerio, siendo oídos por Scrooge.
-¿Has visto esa nueva tumba de ahí? La colocaron hace escasos días y nadie la ha ido a visitar ni una sola vez.
-Sí, parece que el que está ahí enterrado es una persona non grata o algo así, un tipo particularmente rico que no daba a los demás.
-Pobre diablo, incluso muerto nadie más se acuerda de él… aunque supongo que por una buena razón.
-Desde luego, me pregunto por qué…
Tras eso los dos se alejaron riéndose socarronamente, dejando a Scrooge solo en la escena, acompañado por el fantasma.
-Espíritu ¿Quién es? ¿Quién es el tipo que está enterrado allí?
El espíritu tan solo alzó un brazo, señalando hacia la tumba; Scrooge se acercó hasta ella, comprobando horrorizado que se trataba de la suya propia.
-¡No! ¡¡Por favor, espíritu, dime que esto es un posible futuro, que no un futuro real!! ¡¡Te lo suplico, dime que puedo salvar al pequeño Tim!!
Sin embargo el espíritu no dijo ni hizo nada, tan solo siguió señalando a la tumba; fue entonces cuando las luces comenzaron a cambiar y a parpadear, indicando confusión y caos, al tiempo que una luz roja se enfocaba en la tumba. Por su parte Tiara lo remató exclamando.
-¡¡No, por favor, dame una segunda oportunidad, ahora veo que he hecho mal, no dejes que me consuma el olvido!! ¡¡Por favor, espíritu!!
La transición entre esa escena y la siguiente fue clave, las luces se apagaron de golpe y durante ese breve lapso de tiempo se cambió todo, desencadenando la última y final parte, que se sucedió rápidamente.
Una vez que la obra llegó a su fin todos nos levantamos, aplaudiendo con fuerza; había sido una gran interpretación y había quedado especialmente bien, sobre todo en cuanto a actuación se refería. Y, por supuesto, en cuanto a decoración y attrezzo se refería también había quedado de fábula.
Las tres pequeñas actrices se reencontraron después con sus hermanas, las cuales las felicitaron efusivamente.
-¿Qué tal he estado, qué tal he estado?-inquirió Apple Bloom.
-¡Genial, esa es mi hermanita, ven aquí!-exclamó Applejack, abrazándola.
-¿Y yo, Rarity, y yo?
-Oh, pues fabulosa, querida, como bien me esperaba.
La única que no parecía demasiado contenta era Scootaloo, cosa de la que Rainbow se percató.
-¿Y esa cara tan larga, enana?
-Ah, es que apenas he hecho nada, tan solo he tenido que salir, estar de pie y señalar…
-¿Bromeas? A mí me ha gustado tu actuación.
-¿En serio?
-¡Pues claro! Te veías intimidante con esa toga, hasta yo me hubiera cagado de miedo si me hubiera encontrado contigo así de repente.
-¿En serio, tú, Rainbow Dash, cagándote de miedo sólo por eso?-inquirió Scootaloo, ceñuda.
-Eh, vamos, la intención es lo que cuenta. Además, si no hubieras sido tú, nadie más lo habría hecho y no hubieran podido hacer la obra. Fuiste parte de ella, y te mereces las mismas felicitaciones que los demás.
Ante eso Scootaloo sonrió, feliz, y le dio un rápido abrazo a la chica, la cual aceptó el gesto sin reticencias.
El festival duró toda la mañana y, una vez que acabó, las clases se acabaron y las vacaciones oficialmente empezaron; de camino hacia el Sugarcube Corner para celebrar el éxito de la obra, Pinkie llegó a comentar.
-¡Hey, chicos! ¿Qué os parece si este año celebramos el año nuevo todos juntos?
-Vaya, esa es una idea interesante, aunque… yo por mi parte tenía intención de celebrarlo con mi familia-comentó Applejack en ese momento.
-Oh, bueno, pero he pensado que quizás podríamos probar algo nuevo… venga, animaos, serán unas navidades diferentes.
-Bueno, se podría hacer, aunque… ¿Qué opináis, chicas?-quiso saber Applejack.
-A mí me gusta la idea, aunque primero tendría que consultarlo con mis padres-murmuró Rarity, pensativa.
-Yo igual-añadió Fluttershy.
-Por mí adelante, me mola la idea-asintió Rainbow.
-¡Genial! Aunque prefiero esperar a que me lo confirméis, chicas.
-Sin problemas, querida, en cuanto sepa algo te digo.
-¿Y vosotros chicos?-inquirió en ese momento Pinkie, mirándonos.
-Oh, por mi genial, al menos no pasaremos la navidad solos ¿y tú qué dices?-quise saber yo, mirando a Lloyd.
-Me parece perfecto, hagámoslo-asintió él con seguridad.
Por mi parte me sorprendió verle tan predispuesto, aunque no le dije nada. Después de todo era navidad, y aunque no estuviéramos en casa para celebrarla en familia, bien podría valer celebrarla entre amigos. De cierta forma esas vacaciones de navidad se perfilaban únicas, y personalmente quería ver cómo se desarrollaban. De entre las nubes grises cargadas de nieve se llegaron a colar varios rayos de sol, incidiendo sobre la nieve y reflejando la luz.
Ese 31 de diciembre estaba siendo una velada perfecta; al final, tras muchos dimes y diretes, tanto Rarity como Fluttershy pudieron ir a la cena, e incluso la propia Fluttershy consiguió poner su casa para que pudiéramos hacerla sin problemas. En ese sentido sus padres se mostraron muy comprensivos y arreglaron un poco la casa, además de hacer sus propios planes para no molestarnos.
En cuanto a la cena se refería hubo de todo un poco: jamón cocido, pollo con salsa de arándanos, puré de patatas, ensalada, canapés varios, pan dulce relleno de pasas… no faltaba de nada, todos habíamos aportado algo, aunque la que más fue Applejack, trayendo una tarta de manzana hecha por su abuela que nos supo a gloria bendita.
-Madre mía, Applejack, tu abuela es una artista… y tú también-añadí yo, agradecido.
-Oh, me alegro de que os guste, la ha preparado con todo su amor, como normalmente hace.
-Y el pollo con arándanos está de muerte-comentó Lloyd.
-Gracias, Lloyd, querido, mi madre es una especialista con el pollo.
-¿Y qué hay del pan dulce? ¿Te gusta el pan dulce?-inquirió Pinkie en ese momento.
-Sí, te ha salido especialmente bien.
A eso Pinkie se puso contentísima, abrazando fugazmente a Lloyd. Nada más verlo, a Rainbow la dio su vena graciosa.
-Bueno, Lloydi, cómo te las traes ¿eh?
-Casi tanto como tú, Dash-masculló él, algo molesto.
-Hombre, al menos yo intento ser más críptica, ya sabes…
Lloyd quiso responder, particularmente colorado, pero en ese momento Pinkie intercedió.
-Oh, Dashie, deja de molestar al pobre Lloydi…
-¿Molestar? ¿Quién ha hablado de molestar? Yo tan solo estoy ayudando a Lloyd como buena amiga que soy…-murmuró ella, como quien no quiere la cosa, al tiempo que cogía un canapé y se lo llevaba a la boca.
Por mi parte dejé escapar una pequeña risita, a lo que Lloyd me miró con desdén. Aunque para entonces Rainbow cambió de objetivo.
-Y cuéntame, Sg, ¿contemplas mucho los atardeceres últimamente?
En ese momento estaba dando un sorbo al cava, llegando a absorberlo repentinamente y saliéndome por la nariz. Ante eso Rainbow tan solo se rió con estridencia.
-Ja, ja, muy graciosa, Dash, me parto la caja contigo…-mascullé yo, entre tosidos.
-¿Estás bien, Sg? Toma, bebe un poco de agua-murmuró Sunset, dándome un vaso lleno.
-Ay, ya deja de meterte con ellos, Rainbow-la reprendió Rarity.
Durante el resto de la cena estuvo más tranquilita, aunque sin poder evitar soltar algún que otro chiste jocoso.
Tras el postre quedaban menos de veinte minutos para la medianoche; por la tele estaban retransmitiendo en directo la situación en Times Square, en Nueva York, el cual ya estaba a rebosar y con la bola expectante en lo alto del One Times Square.
-¡Faltan quince minutos! Hey, Rainbow, ¿me ayudas a preparar el ponche de huevo para brindar?-la sugirió Applejack.
-¡Vale, vamos!
Las dos se dirigieron a la cocina rápidamente para aprovechar el tiempo; aunque, en un momento dado, Rarity exclamó.
-¡Oh, cielo santo, Fluttershy, querida, tu vestido!
La aludida se miró por un momento, descubriendo entonces que tenía un manchurrón en la parte superior del pecho.
-Oh, vaya, qué desastre, debí mancharme comiendo el postre… lo siento, Rarity-masculló ella, dado que el vestido era suyo.
-No te preocupes por eso, querida, aunque hay que lavar eso enseguida, no puedo dejar pasar semejante atentado contra la imagen personal. Vamos al baño, vamos.
Las dos se dirigieron al baño del piso superior, dejándonos solos tanto a Lloyd, Sunset y a mí, viendo la tele; Sunset y yo estábamos sentados en el sofá, mientras que Lloyd, por su parte, permanecía de pie apoyado en el respaldo del mismo. Aunque el chico se percató enseguida de cierta ausencia e inquirió.
-Eh ¿y Pinkie?
Nada más decirlo oyó a la voz de la chica llamándole desde el otro lado de la casa.
-¡Lloydi!
-Ve a ver que quiere ¿no?-le sugerí entonces.
-Sí, ya sabes cómo es, igual te quiere dar una sorpresa-añadió Sunset, divertida.
A eso el chico decidió enseguida ir a ver qué quería, dejándonos a nosotros dos solos.
Lloyd salió al pasillo principal al lado del recibidor y llamó a Pinkie al no verla por ningún lado.
-¿Pinkie?
Fue entonces cuando pudo oír la risa de la chica un poco más adelante, en la sala de estar colindante al salón; el chico entró en ella, pero esta se encontraba vacía.
-¿Pinkie?
La decoración en esa sala era bastante cuca, con mesas con tapetes de encaje, propio de una salita del té, y con fotos varias de la familia de Fluttershy. Una vistosa lámpara de araña colgaba del techo, sobre la mesa principal de cristal.
-¡Lloydi!
El aludido alzó la vista, mirando hacia donde había oído ese llamado, viendo la puerta que daba al pasillo contiguo al principal; apretando el paso se dirigió hacia ella, y en cuanto estuvo bajo su dintel, una figura rosada apareció de improviso, dándole un buen susto.
-¡Agh! ¡Pinkie, no me des estos sustos!
La chica tan solo se rió tontamente, mirándole con una sonrisita pilla y un gesto de complicidad en sus ojos, sin decirle nada. Lloyd se quedó un tanto extrañado ante su comportamiento.
-¿Estás bien? ¿Sucede algo?
Sin embargo la chica siguió callada, mirándole fijamente y conservando todo el rato esa sonrisita divertida. Aún más extrañado si cabía, Lloyd la lanzó una inquisitiva mirada, alzando una ceja. A eso Pinkie tan solo sonrió un poco más, llegando a lanzar una fugaz mirada hacia arriba. Lloyd hizo lo mismo justo después y entonces la vio.
Una rama de muérdago se encontraba colgada del dintel de la puerta, balanceándose levemente, expectante. Fue entonces cuando el chico comenzó a enrojecer, mirando entonces a Pinkie. Abrió la boca para decir algo, pero antes de que pudiera decir nada, Pinkie se inclinó hacia delante, posando sus labios sobre los del chico. Por un momento el tiempo se paró, sobre todo para Lloyd, que sintió como su corazón se disparaba. El momento se alargó una eternidad, o al menos esa era la sensación para él, al tiempo que la chica incidía un poco más. Por un momento pudo jurar que sus labios sabían a fresa, comprobándolo él mismo justo después. Nada más había en ese momento, tan solo estaban ellos dos, solos, disfrutando del instante.
Pinkie fue la primera en romper el beso, viendo ella misma que Lloyd se había quedado paralizado de la impresión, con una carita que la hizo reírse tontamente. Sin embargo no se preocupó por su súbita parálisis. Sin decir nada se acercó a él y le susurró al oído.
-¿No me vas a dar un beso?
Lloyd reaccionó inmediatamente después, cogiendo de las mejillas a Pinkie, y devolviéndola el beso. Esta vez fue mucho más apasionado y lleno de amor, transmitiendo en él todo lo que sentían. Las palabras se volvieron insuficientes e incluso inservibles, diciéndoselo todo en nada. Sus labios conectados eran más que suficientes. Y fue entonces cuando todo cambió.
Finalmente, tras un par de minutos que parecieron horas, los dos se separaron, mirándose fijamente sin necesidad de decirse nada y haciéndose mimos de cuando en cuando. Pinkie le dio un beso a Lloyd en la punta de la nariz y él la imitó, riéndose tontamente inmediatamente después.
En cuanto los dos acaramelados se repusieron de su momento de amor, Pinkie le hizo señas a Lloyd para que la siguiera, llevándole hasta una pequeña escobera, de donde sacó una caña de pescar. En cuanto el chico vio lo que colgaba del cebo esbozó una maliciosa sonrisa, al tiempo que miraba a Pinkie con expresión confidente.
La retransmisión en directo del Times Square empezó a aburrirnos enseguida y al final acabamos viendo videos chorras en YouTube con mi móvil, desafiando a la batería y su integridad; normalmente ver videos en YouTube sería lo último que haría estando con Sunset, pero al final ella misma le gustó la idea y al final nos acabamos adaptando enseguida.
En ese momento nos entreteníamos viendo un video en el que un gatito se había metido en un jarrón proporcionalmente más pequeño a su tamaño, y nos partíamos la caja debido a su alto grado de diabetes concentrado en cinco minutos de puro jolgorio.
-¡Ay, qué bueno!-exclamó Sunset, muerta de risa.
-¡Ya ves! Siempre lo he pensado, internet está compuesto básicamente de videos de gaticos y de ostias-argumenté yo.
-Completamente de acuerdo.
Los dos nos reímos, divertidos, y nos volvimos a centrar en el video; sin darnos cuenta siquiera, llegamos a acercar nuestras caras al punto de tocarnos con las mejillas. Fui a decir algo, cuando de repente oímos un extraño ruido por encima de nuestras cabezas, muy parecido al del carrete de una caña de pescar.
Levantamos la vista y vimos entonces una rama de muérdago enganchada a un sedal en forma de cebo, colgando justo encima de nuestras cabezas. Siguiendo el hilo y la caña vimos también que el que la sostenía era ni más ni menos que un puñetero y tocapelotas Lloyd, el cual sonreía socarronamente, acompañada de una divertida Pinkie Pie.
Quise decir algo, pero en ese momento Sunset me llamó la atención, mirándome con un gesto inquisitivo en su rostro y las mejillas encendidas; por mi parte no pude evitar ponerme nervioso, pero aun así la sostuve la mirada con firmeza. Por un momento no hicimos ni dijimos nada, pero entonces la chica se inclinó hacia mí y yo la imité, hasta que finalmente nos encontramos en un suave y dulce beso. Mi corazón se desbocó, al tiempo que noté como sus suaves labios rozaban con los míos, en una marea de sentimientos desbordados tanto por su parte como la suya. No nos separamos en ningún momento, alargando el beso y el momento todo lo posible, perdiéndonos en él y en nuestros sentimientos, que ahora nos acompañaban.
Me pareció una eternidad, pero finalmente rompimos el beso, mirándonos con las mejillas enrojecidas y sendas sonrisas de felicidad grabadas en nuestros rostros. No nos hizo falta decir nada, tan solo nos volvimos a besar con mucho amor y delicadeza, envolviéndonos en nuestros brazos y dejando pasar el tiempo.
Por su parte, el dúo dinámico no terminó ahí con su pesca y luego se movió hasta la puerta de la cocina, esperando al momento apropiado; tanto Applejack como Rainbow salieron juntas, llevando consigo sendas bandejas con dos jarras de ponche de huevo y varios vasos.
-¡Qué buena pinta tiene! Me muero por probarlo-comentó Rainbow, en un momento dado.
-Huy, si, y yo, además, le he añadido un chorrito de sidra-añadió Applejack, guiñándola un ojo de manera confidente.
Nada más saberlo la cara de Rainbow cambió a una de pura felicidad, quiso decir algo, pero en ese momento ambas oyeron el ruido del carrete y se quedaron quietas por un momento. En cuanto vieron de lo que se trataba Applejack dejó escapar un respingo, al tiempo que Rainbow no pudo evitar ponerse colorada. Ambas chicas se miraron por un momento, sin decirse nada. Por su parte Applejack la provocó imitando a una gallina, a lo que Rainbow se enfadó brevemente y se acercó a ella con decisión; pero en el último momento se achantó y tan solo le dio un rápido y seco pico en los labios, echando a correr hacia el salón inmediatamente después con la cara totalmente roja.
-¡¡Pero bueno!! ¿¡Qué mierda de beso es ese?! ¡Vuelve aquí y dame uno como dios manda!
Rainbow, en cuanto se desocupó las manos, le dedicó un corte de mangas y desapareció de la vista.
-¿¡Será posible?! ¡Rainbow Dash, sé una mujer y dame un beso decente!-masculló Applejack, dejando la bandeja en la mesa y yendo tras ella.
Pinkie y Lloyd tan solo se reían con contundencia, al tiempo que oían a Rainbow Dash gritar desde el piso de arriba.
-¡¡Pinkie Pie, Lloyd, esta os la guardo!!
Aunque el resto de minutos pasaron enseguida y al final nos reunimos todos en el salón, con el ponche preparado, y a escasos minutos de iniciar el nuevo año. Por la tele la gente se encontraba bastante emocionada, y la bola estaba a punto de bajar. En cuanto inició la cuenta regresiva, ésta comenzó a descender, mientras que todo el mundo iba siguiendo a coro los números restantes. Incluso nosotros, desde casa, también nos unimos.
Finalmente, tras el segundo uno, la bola alcanzó el punto más bajo; el reloj de pie del salón marcó medianoche, tocando las campanas para indicarlo. En Nueva York miles de fuegos artificiales silbaron en el aire y todos exclamamos.
-¡¡Feliz año nuevo!!
Inmediatamente después brindamos, le dimos un largo sorbo al ponche, y tanto Lloyd como yo besamos a nuestras novias, sin sorprender absolutamente a nadie.
-¡¡Bueno, ya era maldita hora!!-exclamó Rainbow.
-¡¡Aleluya!!-hizo lo propio Applejack.
-¡¡Oh, queridos, por fin, pensaba que no os atreveríais nunca!!
-Me alegro muchísimo por vosotros…-murmuró Fluttershy, tan feliz como los demás.
Tras los besos y las felicitaciones de año nuevo llegó el momento de los regalos; por mi parte sorprendí a Sunset con unos pendientes con la forma de su marca de belleza.
-Te vi la última vez mirándolos en la joyería del centro comercial y les pregunté si hacían personalizaciones-expliqué yo.
-¡Son preciosos, me encantan! ¡Gracias, cielo!-exclamó ella, dándome otro beso.
Aunque el beso no fue lo único que me dio, puesto que justo después me sorprendió ella a mi regalándome un móvil nuevo, concretamente un huawei blanco precioso que me dejó totalmente KO.
-Como últimamente te quejabas tanto de este viejo móvil tuyo, pues decidí darte una sorpresita-argumentó ella.
-Pero, pero… ay, madre, te lo agradezco inmensamente, cielo, pero es que… te ha debido de costar un riñón.
-¡Que va! Con los puntos acumulados que tenía se me ha quedado en muy buen precio, tuve mucha suerte.
Ante eso tan solo pude darla un gran abrazo, además de otro beso, esta vez más fuerte y apasionado.
En cuanto a Lloyd, este regaló a Pinkie un megáfono de tamaño medio con filtros de voz y una correa para llevarlo colgado en la muñeca. La chica rosada se puso loca de contenta al verlo, agradeciéndoselo con un vistoso beso y un delantal de lo más vistoso en el que se podía leer Besa al cocinero. Pinkie obedeció sin rechistar.
Las demás se regalaron cosas de todo tipo, Rarity recibió de Fluttershy una tela especial de cachemira de color violeta y con destellos celestes, mientras que la modista regaló a la tímida chica un libro sobre veterinaria y medicina para animales. Applejack regaló a Rainbow unas gafas de aviación nuevas, y la chica de pelo multicolor hizo lo propio con un pañuelo de seda rojo con su nombre bordado en él.
Fue entonces en una situación como esa cuando todo se concretó, los detalles perdieron importancia y ambos supimos que había llegado ese momento en el que alguna vez llegamos a pensar. Ya daba igual que estuviéramos en el mundo de Equestria Girls y que nos encontráramos lejos de casa. Esas habían sido las mejores navidades de nuestras vidas, y nada ni nadie nos quitaría ese momento, ni siquiera Celestia o el Consejo Escolar. Teníamos a grandes amigas con nosotros y a alguien muy especial que nos acompañaba. Y no pedíamos más para ser más felices de lo que ya nos sentíamos ahora. Afuera se podían oír los silbidos de los petardos y fuegos artificiales que se lanzaban desde muchos puntos del pueblo; la débil luz de la luna entre las nubes bañaba con su luz los primeros copos de nieve del nuevo año.
PD.
Spoiler: