Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor]

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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Mensaje por Marquis Perhaps » 30 Jun 2015, 17:22

¿Quien tiene palomitas?

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En resumen:
-spoiler o indirecta de EQG2
-el ascensor
-la familia de Pinkie Pie
- el cabreo de Rainbow Dash and feels
-el ascensor
- el odio

Y las campanadas ?
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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Mensaje por LloydZelos » 05 Jul 2015, 02:47

PAREN LAS PUTAS ROTATIVAS

Vamos a ver si lo he entendido. Acabo de tener una conversación existencial con Flash, aderezada con toque maestro-alumno oriental (me he imaginado sentado en postura de meditación) en la que me ha hablado de su vida. Gracias a esa conversación he empezado a empatizar con él y le he despedido con respeto. Y TIENE SENTIDO. MIER-

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Aparte de felicitarte por destruir el tejido de la realidad, tienes mis putos dieces solo por esto. Eso sí: pasado trágico, ser superguay con todo el mundo... sep, el Gary Stu continúa. Todo en orden, el universo vuelve a su cauce tras este breve incidente :roto2:

Tras el inicio de las relaciones en el capítulo anterior, todos nos estábamos preguntando cómo las ibas a desarrollar a partir de ahora. En tu caso no me voy a meter mucho porque no conozco tus tejemanejes sentimentales, pero ya te puedo decir que la mía con Pinkie la has clavado con un martillo neumático a pila nuclear. No me he vuelto ningún imbécil, hablamos de nuestros problemas y dudas como siempre y ella está en modo afectivo esperable: como siempre, pero de un modo ligeramente diferente. Y luego hay escenas cómicas o auténticamente descacharrantes derivadas de la confianza, el vínculo y nuestra comicidad combinadas como estas:
-¿Desorganizadas?-sugirió Lloyd.

-¿Descolocadas?-hizo lo propio Pinkie.
-Je, intenta decir eso diez veces y a toda pastilla…-la sugirió en ese momento Lloyd, divertido.

-¡Vale! Si no aprendes a estudiar ¿cómo vas a estudiar lo que tienes que estudiar? Si no aprendes a estudiar ¿cómo vas a estudiar lo que tienes que estudiar?

Rápidamente los dos se liaron a hablar y a hablar, sin prestar atención a nada más
Por su parte Pinkie y Lloyd seguían con su perorata, aunque entre medias llegaron a asentir con la cabeza y a levantar sus pulgares hacia arriba.
Es que son perfectas en todos los sentidos, puñetas :qmeparto: Y Rainbow siendo una japuta como siempre :sisi3:

La aparición de Discord cerrando clubes como quien mata a lo campero gente en el CoD ha sido escalofriante. No le han temblado las manos al cabrón: ha cerrado hasta el club de baloncesto, uno de los deportes rey en América. Nosotros nos hemos librado de milagro, pero a cambio nos hemos comido un ragerino de Rainbow importante y a mi casi me arranca la cabeza la tía. Su rotura al final es más que comprensible, dado que los deportes son su vida, e impacta cosa mala verla llorar así mientras aporrea el cristal, con el añadido de abrazarse a sus amigas sudando de todo. Un muy buen retrato de hasta dónde te puede llevar la desesperación, que encima continúa a lo largo del capítulo (y agravado por sus malas notas).

El tema de conocer a los suegros es algo que acojonaría al más pintado, y esta no es la excepción. Y encima no me queda otra:
-Bueno, en realidad te lo digo porque el otro día, comentándoselo a mis padres, les hablé de ti y se mostraron particularmente interesados… ¡y ahora quieren conocerte!

-¿Eh?

-¡Sí! ¿No es genial?

-¿Eh?

-Ya sé que es un poco precipitado, pero les dije que mañana te pasarías a comer… ¿no te importa, verdad?

-Eh…

-¡Genial! ¡Si te soy sincera yo también tengo muchas ganas de que les conozcas! Mi madre se mostró sorprendida al principio, y mi padre también, de hecho la idea fue suya…

-¿Eh?

-Y también quiero que conozcas a mi hermana mayor, y a mis hermanas pequeñas… ¡va a ser un día estupendo! ¿No crees?

-Eh…

-¡Qué bien! ¡Oh, Lloydi, estoy tan feliz!-exclamó la chica, abrazándose a un incrédulo Lloyd.
11/10, mejor diálogo de la historia, premio Nóbel de literatura :sisi3: En serio, esta escena mata de risa por la vendida, por la inocencia de ella... y porque es escalofriantemente creíble por la sobrecarga neuronal. Ay, en qué líos me metes, chica, por muy buenas intenciones que tengas. Vas construyendo poco a poco mi miedo dentro y fuera de la historia magistralmente, con puntazos para reflejar mi nerviosismo como este:
El camino hacia la casa de Pinkie parecía darse en una cuesta con una inclinación del 80%, o al menos esa era la sensación que le daba a Lloyd. A cada paso que daba notaba como si sus pies fueran de plomo, y al contrario que Pinkie, que iba muy animada, él se sentía cada vez más y más nervioso.
Me acordé de esta puñetera escena de Toradora:

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:elrisas: :elrisas: :elrisas:

Y para serte sincero, la casa de Pinkie llega a ser independiente en vez de un apartamento y hubiese visto esto en mi cabeza seguro al llegar, junto con el plus de pensar "en ese jardín reposará mi cadáver":

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No me esperaba un piso, y la decoración austera y clásica junto con los olores exóticos forman un muy buen conjunto. He de decirte que has retratado a todos y cada uno de los miembros de la familia muy fielmente, dando un respiro con la madre (que estoy seguro que en cabrearse será la peor) y poniendo al padre como el típico guardián. He de hacer un alto con él por su escena, que me ha parecido muy bien hecha ya que son las preguntas que un padre haría para asegurarse con quién está saliendo no solo Pinkie (que encima es el diamante de la familia), sino cualquiera de sus hijas. Y encima con esa respuesta por mi parte, muy acertada y preciosa. Ahora solo queda seguir tratándola bien, o moriré de forma espantosa por parte de toda esa familia. Que por cierto, dada la cantidad de amenazas directas e indirectas por la preocupación por el bienestar de Pinkie, estoy seguro de dos cosas: la quieren muchísimo, y la liada cuando las Dazzlings hagan de las suyas va a ser fortísima y llena de pena.

Siguiendo con el tema, Maud está impecable. No hace falta decir nada más. Y la parejita, aparte de tocahuevos en extremo por el comentario de "me esperaba otra cosa" ( :/ ), me recordaron un huevo a ESTAS:

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En definitiva, toda la escena en el hogar Pie te ha quedado como se supone que debe ser la primera visita del novio de su hija: con miedo latente en el aire causado por la fuerza del amor familiar, que luego va evolucionando en labor detectivesca, más tarde cordialidad, afecto por quien la hace feliz hasta acabar en normalidad (esa conversación en el salón) y los nunca sobrantes elogios a la cocina de la madre, y esta vez totalmente justificados, me encanta el estofado.

El baile de San Valentín era muy esperado, y debo decir que te ha quedado bordado. La primera canción no la conocía y me ha encantado y la segunda nunca supe su título hasta esta lectura, conque gracias. Con los atuendos te has coronado, llevando ambas unos vestidos preciosos que les sientan de fábula y convirtiéndome dentro y fuera de la historia en fan total de la coleta esponjosa, absolute perfection achieved :sisi3: Es un afianzamiento en las relaciones muy bueno en una escena enternecedora y romántica (hablo de todo, pero sobre todo de tu conversación con Sunset) sin caer en la moñería más absoluta. De hecho:
-Hola chico guapo…-murmuró ella nada más verle, con gesto pícaro.

-Hola bella dama-murmuró Lloyd, sin poder salir de su asombro.

-¿Me vas a sacar a bailar?

-Yo te saco a donde tú quieras.
:sweetiebelle: + :qmeparto: En serio, ¿cómo lo haces para hacer una escena romántica y descojonante a la vez, maldito cabrón? Lo he dicho antes y lo repito ahora: una relación llena de risas y amor, como debe ser con esta chica a la que amo. Llévate un saco de cinco kilos de aplausos del ochenta y seis, te lo has ganado.

Pero no solo has hecho un momento para el amor, también está el animar a Rainbow a toda costa con el "corro de la patata" :roto2rie: Es una escena cómica y tierna al mismo tiempo centrada en la amistad, con una muy buena reflexión por parte de Fluttershy (y una patada en la boca a los enfermos del "shipping grupal porque son amigas, deeeeeeeeeeeeeeeeeerp") y en la que por fin se consigue recuperar a la tsundere tocahuevos egocéntrica que todos conocemos y que no querríamos perder. Todo un acierto.

Finalmente, volvemos con Discord. El cabrón impone que da gusto, aunque se esté metiendo un lingotazo de chocolate. Entre otras cosas por la escena: el fuego, la bata de todo un señor, el sillón, los trofeos-un momento.
El ambiente de su estudio destacaba sobre todo por su opulencia, con maderas selectas en las paredes, en las cuales colgaban cabezas de animales de todo tipo, desde un ciervo hasta una cabra. También tenía animales a escala reducida como un león, una serpiente o un murciélago. La luz era tenue y una chimenea al fondo crepitaba lentamente.
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Con esta parte del capítulo las cosas se tornan muy interesantes argumentalmente, pues por fin enlazas con la trama de la película, dando un muy buen motivo para el evento musical (dado que en ella NO SE EXPLICÓ JAMÁS :rdfacehoof: ). Y el tío sigue dándole vueltas a nuestros expedientes. Nos huele el culo a pólvora y estoy seguro de que el consejo escolar volverá a golpear :S

Un capítulo que no llega a la altura del anterior (porque despertó un nivel de feels supersaiyano), pero que es muy bueno por si solo tanto en comedia como en romance, amistad y familia. Y ahora a darte brillo, que tener el mono es mú malo y todos tus clientes lo estamos padeciendo duro. Pls :S
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El Caos es la fuerza que mueve el universo. Es un gran error pensar que puede controlarse o eliminarse.
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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Mensaje por Sg91 » 15 Jul 2015, 23:05

Capítulo 11
¡¡Bola!!


Durante las siguientes semanas los últimos retazos del invierno se fueron derritiendo mientras que una cálida primavera comenzaba a hacerse con las calles del pueblo, envolviendo los árboles de unas verdes y frondosas hojas y cubriendo de flores el césped del parque.

Como el buen tiempo acompañaba, durante las tardes aprovechábamos para tirarnos en el césped del campus haciendo nada, dejando pasar el tiempo hasta las clases de por la tarde; la fresca brisa del invierno aún presente y la suave calidez de los rayos del sol de primavera era una combinación de lo más peculiar que hacía la estancia en el césped aún más agradable si cabía. Elegíamos un lugar apartado, cerca de un nogal, y allí nos tirábamos las horas muertas descansando, hablando de banalidades y hasta poniéndonos profundos de vez en cuando.

-Ah, esto es vida…

-Di que sí, Rainbow, podría tirarme aquí todo el día…

-Os recuerdo que en una hora tenemos clase de informática-comentó Applejack, mordiendo una brizna de hierba.

-Ah, prefiero curarme en salud…

-Lo dices como si no te importara…-observó Sunset, apoyada en mi hombro.

-Qué va, sólo lo digo por decir…

-En ese caso digas lo que digas no tiene importancia, por mucho que tú digas… a no ser que lo digas por sí mismo, en ese caso sí que importa, a no ser que lo que digas sea lo contrario-apuntó Pinkie, la cual estaba apoyada en el regazo de Lloyd.

-No, digas lo que digas da igual, porque en realidad no importa-murmuró el chico, ajustándose las gafas.

-Pero si no dices nada, a no ser que realmente te importe, digas lo que digas daría igualmente igual.

-No, tendría que darte igual, porque entonces lo dirías…

A partir de ahí los dos se desataron y comenzaron a divagar ellos solos, mientras que los demás los observábamos, divertidos; aunque Applejack llegó a comentar.

-La próxima vez me quedo callada.

-Tiendes a desencadenar acontecimientos, querida.

-Y eso a veces es bueno-añadió Rainbow.

-Bueno, depende de para qué…

-Para no aburrirnos es ideal…

De alguna forma la vida parecía haberse simplificado para todos, incluyéndonos a Lloyd y a mi; desde que salíamos con nuestras respectivas novias todo parecía estar a un nuevo nivel, y lo demás dejaba de ser tan importante. Incluso la rutina se había instalado entre nosotros, lo cual parecía ser malo en cierta medida, pero en cuanto a título personal se refería no me importaba tanto.

De lunes a viernes nos levantábamos a las siete, íbamos a la cafetería a desayunar algo y nos metíamos a clase con el resto de las chicas; teníamos clase de ocho a once y media, luego un recreo de media hora hasta las doce. Esos recreos solían variar mucho, de vez en cuando los pasábamos con las chicas, o bien nos íbamos al club a hablar con los chicos de allí, de reunión en caso de necesidad o para coordinarnos un poco con futuras actividades.

De doce a una teníamos una clase más, normalmente gimnasia, al menos los martes y los jueves, y luego venía el recreo largo de dos horas, comiendo entre medias y relajándonos después. Finalmente, de tres a cinco teníamos las últimas clases.

A partir de las cinco lo normal era ir al Sugarcube Corner para tomar algo, aunque esto podía variar dependiendo de cada uno. La jornada acababa en la residencia haciendo las tareas, o al menos intentándolo, y vagueando un rato hasta que nos metíamos en la cama y vuelta a empezar.

Los fines de semana eran más flexibles en comparación, aunque normalmente todas las mañanas solían estar ocupadas ya que trabajábamos hasta poco después de las cuatro, a no ser que los Cake decidieran no abrir por las razones que fueran, cosa que pasaba de cuando en cuando, aunque no era una constante ni nada parecido.

-Este viernes no hay clase ¿verdad?-comentó Rarity en un momento dado.

-Sep, es día libre-asintió Applejack.

-¿Ah, sí?-inquirió Rainbow.

-Sep, parece ser que hay una celebración o algo por el estilo, no me acuerdo qué era exactamente.

-Genial entonces…

-Por cierto ¿dónde está Fluttershy?-inquirió Pinkie en ese momento.

-Creo que está de reunión con los del club de animales, por suerte ese tampoco acabó cerrando.

Al poco rato de comentarlo, la aludida reapareció acompañada ni más ni menos que con el Capitán Planeta y los planetarios, los cuales se veían particularmente azorados.

-Hombre, Fluttershy… ¿Qué te pasa, Capitán? Te veo nervioso…-murmuró Pinkie, extrañada.

-Eh, sí bueno, veréis, tenemos un problemilla…

-No, corrijo, tú tienes un problemilla en realidad-le espetó Paisley, molesta.

-¿Por qué, qué ha pasado?

-Pues que el Capitán es un bocazas, eso ha pasado-soltó Green Cycle.

-Sí, vale, es culpa mía ¿queréis dejarlo ya?

Nos miramos entre todos, algo extrañados, y al ver esto el capitán suspiró y comenzó a explicarse.

-A ver ¿os acordáis que desde el año pasado llevábamos quejándonos porque estaban construyendo ese campo de golf en pleno bosque?

-Sí…

-Vale, pues aun a pesar de todo, las obras han seguido adelante y el campo ya está terminado. Justo ayer fuimos a quejarnos yendo hacia el club de campo, que por cierto es horrible, y una vez allí… digamos que me calenté de más.

-¿De más, sólo de más?-inquirió en ese momento Paisley.

-Sí, bueno, un poco más que eso, para ser sincero. El caso es que reté a ese estirado endogámico ricachón de mierda de Blueblood a un juego de golf con tal de que destinara parte de los beneficios de ese horrible campo a obras benéficas, dado que las obras ya son de por sí irreversibles…

-¿¡Qué?!-soltamos todos, alucinados.

-¿Verdad que es para matarle?

-… y el caso es que no tengo ni idea de jugar al golf, y yo me he comprometido, y estoy jodido, y no sé qué hacer, y… oh, dios, ayudadme por favor-masculló el chico, visiblemente agitado.

-Lo comprendemos, dulzura, y lo sentimos por ti, pero me temo que ninguno de nosotros sabe jugar al golf…

-Yo sí-anuncié entonces yo.

Inmediatamente después todo el mundo clavó la vista en mí, al tiempo que muchas opiniones comenzaban a surgir.

-¿Ah, sí? No me dijiste nada, cielo…-murmuró Sunset.

-Bueno, nunca salió el tema, por lo que…

-¿Golf? ¿En serio? Pero si es de pijos…

-Rainbow, por favor, un poco de tacto…-la llamó la atención Rarity.

Antes de que pudiera decir nada más, el capitán se adelantó, mirándome con ojos de cordero degollado, y murmuró.

-Oh, Sg, sé que puede parecer precipitado pero… ¿me ayudas, por favor?

Por un momento quise pedirle tiempo muerto, pero era tal la mirada que me estaba echando que al final tuve que comentar.

-A ver, sí, sé jugar al golf, pero te advierto que no he vuelto a jugar desde hace mucho, y tampoco soy ningún Tiger Woods…

-Bueno, pero eso es lo de menos, tan solo necesito que me enseñes, eso es todo.

-Bueno, podría… ¿para cuándo es ese juego?

-Este viernes.

-¿¡Este viernes!? ¿¡Pasado mañana?!

-Eh… ¿sí?

-Pues me temo que milagros yo no hago, tío…

Aunque no lo pareciera, jugar al golf era mucho más complejo de lo que aparentaba a simple vista; es un deporte de mucha técnica que requiere de mucha práctica, imposible de afinar en menos de dos días.

-¡Pero necesito aprender a jugar para pasado mañana!

-Lo siento, pero es que eso que me pides es imposible, yo necesité varias semanas y la ayuda de un profesor cualificado para aprender a hacer el swing…

-¿Swing? ¿Qué es eso?

Ante eso no pude evitar rodar los ojos y soltar un exasperado suspiro. Tal y como lo pintaba que él aprendiera a jugar para el viernes iba a ser misión imposible. La única posibilidad que veía era que yo jugase por él, y dado que ya me había comprometido a ayudarle, lo menos que podía hacer era hacerlo.

-Está bien, hagamos una cosa… yo jugaré por ti, aunque no te prometo nada, eso sí.

-¿Qué? ¿Lo harías de verdad?-inquirió el capitán, incrédulo.

-Claro, después de todo me está entrando el mono, y no me vendría mal volver a salir al campo…

-¡Oh, gracias, Sg, de verdad, te debo una!-exclamó el chico, dándome une espontáneo abrazo.

-Sí, sí, no es nada… aunque antes habría que hablarlo primero con ese tal Blueblood.

Dado que aún nos quedaba clase decidimos dejarlo para por la tarde, quedando en el sitio a eso de las seis y media.

De camino a clase, los demás me estuvieron comentando.

-Estoy orgullosa de ti, eres tan bueno y siempre dispuesto a ayudar…-murmuró Sunset, cogiéndome del brazo y dándome un beso en la mejilla.

-Sí, bueno, no estoy seguro de si eso es una virtud o un defecto, pero a veces no puedo evitarlo, me sale solo…

-Pues claro que es una virtud, querido ¿cómo va a ser lo contrario?

-Depende de cómo se mire, Rarity…

-Así que golf… suena tan aburrido como pinta, la verdad.

-Gracias por los ánimos, Rainbow…

-¡Esto es genial, vamos a ver a Sgi jugando al golf! ¿No es emocionante?-inquirió Pinkie.

-Bueno, eso depende si nos dejan pasar o no…-remarcó Lloyd acertadamente.

-No os preocupéis, haré que nos admitan a todos.

El resto de horas pasaron con algo más lentitud, quizás por el hecho de que iba a volver a jugar a mi deporte preferido después de tanto tiempo, aunque por otro lado ese detalle en concreto también me preocupaba, ya que los tiempos en secano solían pasar factura a la hora de volver a salir al campo. Aun así preferí no pensar en eso y me centré en las clases, para ver si así pasaban antes.

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Una vez que la jornada escolar terminó nos dirigimos a coger el autobús que nos dejaría cerca del club de campo, ya que se había construido una carretera que llevaba hasta el mismo, con una línea integrada que salía del centro del pueblo. En menos de cinco minutos nos plantamos allí, pudiendo observar cómo era el lugar.

La casa era todo lo que me esperaba y todo lo que no me esperaba también; imitaba de forma acertada al diseño clásico de las casas-club más típicas, aunque poseía un toque bastante moderno, muy chic y vanguardista, quizás demasiado vanguardista, ya que rompía con la estética del bosque en el que se enclavaba. Las paredes eran blancas, el techo era plano y poseía dos pisos y una terraza en lo más alto. Sin duda el tío no había reparado en gastos.

-Qué pijería…

-Oh, cielos, qué estilo, me encanta…

-Es horrible… pobres animalitos del bosque…

-Estoy contigo, Fluttershy, es fea como el culo-soltó Applejack, sin tapujos.

-¡Es curiosa! ¿Tú qué opinas, Lloydi?

-Muy recargada, demasiado ostentosa, no encaja para nada con el bosque.

-Sí, estaba pensando exactamente en lo mismo…

Pasada la verja, y tras una fuente junto a la entrada, vimos al Capitán Planeta y los planetarios, esperándonos.

-Ya estamos aquí ¿y el estirado?-inquirí.

-Dentro, supongo que no le importará que entremos…

Aun así tentamos a la suerte y nos adentramos en la casa-club; al igual que por fuera, por dentro se veía igual de ostentosa o incluso más, con amplias estancias y salones. Vimos a varios operarios colocando algunos muebles y otros enseres, bajo la atenta supervisión de Blueblood.

-Esas estatuillas allí, junto al pasillo. Y cuidado con ellas que son de mármol de carrara, ni todos sus sueldos juntos serían capaces de pagarlas.

Nuestros pasos resonando en el suelo de mármol le alertaron, y nada más vernos, nos espetó.

-Pero bueno ¿Quién os ha dado permiso para entrar aquí? Sólo los socios tienen permitida la entrada.

-Aún no está abierto…-le espeté.

-Razón de más para que no desgastéis el suelo con vuestros burdos calzados.

Por un momento me entraron ganas de reventarle la bola que tenía por cabeza con una madera del cinco, y a juzgar por el denso silencio supuse que los demás también, aunque preferí guardarme mis comentarios para mí.

-Aunque espera, sí, tú eres aquel chico que osó desafiarme… ¿vienes a retractarte de tu sentencia de humillación?

-No, viene a validarla-le espeté por mi parte.

-Cállate, gordito, contigo no estaba hablando-me soltó entonces él.

El resto quiso contestar, Sunset la primera, pero por mi parte alcé una mano para cortarles y me dirigí yo mismo a él, enervado.

-Mira, gominitas, por muy rico que seas no voy a dejar que me insultes así sin más y te vayas de rositas ¿vale? Tenía intención de ser cortés y considerado, pero como vas en plan “yo molo más” pues yo también voy a molar. Voy a jugar por el Capitán contra ti porque me lo ha pedido, y porque me apetece ponerte en tu sitio a base de palos… de golf, por supuesto.

Por un momento hubo un denso silencio en el cual todos me miraron incrédulos; por su parte Blueblood me miró de arriba abajo, sopesando la situación. Lo cierto era que me esperaba una reacción más exagerada por su parte tras mi repentino ataque verbal, pero para mi sorpresa se lo tomó tremendamente bien, tan bien que incluso llegó a comentar.

-Vaya, vaya, encuentro todo esto particularmente interesante… ¿y crees que podrías vencerme en un juego completo de nueve hoyos?

-Bueno, no tengo absolutamente nada que perder, la verdad…

-Ya… ¿y cuál es tu hándicap?

Y ahí estaba, la pregunta de oro, la estaba esperando de hecho; el caso es que yo no suelo calcularlo puesto que nunca he jugado lo que se dice en serio, y siempre he visto innecesario hacerlo ya que mi juego es muy casual. Por un momento pensé en inventarme una cifra que me maquillara un poco, pero al final preferí decirlo tal cual.

-No suelo calcularlo.

-Que no sueles… ¡ja, ja, ja!-rió Blueblood con un toque de malicia en su tono.

Aun así preferí no amedrentarme y me quedé callado, mirándole con desdén.

-Bueno, en tal caso será un placer machacarte…

-Lo que tú digas, pero con una condición-comenté entonces.

-¿Sí?

-No tengo mis palos conmigo, por lo que necesitaré que me prestes un set completo…

-Sin problemas.

-… y una cosa más. Dejarás que ellas salgan al campo con nosotros, incluyendo a él, que será mi caddie-añadí justo después, señalando a las chicas y luego a Lloyd, el cual soltó.

-¿Que seré tu qué?

Antes de que el chico pudiera decir nada más, Pinkie le dio un leve pisotón que le dejó callado. Blueblood miró al grupo como quien mira la pintura secarse hasta que finalmente se pronunció.

-Muy bien, aunque ellos no entran de ninguna forma-comentó, refiriéndose al Capitán y los planetarios.

Por un momento quise negarme, pero en cuanto capté la mirada que ellos me echaban, sin apenas darle importancia, murmuré.

-Está bien… ¿para cuándo sería?

-Oh, este mismo viernes.

-¿Este mismo viernes?-repetí yo, algo alarmado.

-Oh, pero por supuesto, este mismo viernes inauguro, así que será un evento por todo lo alto, con público y todo. Espero que no te avergüence mucho el estar rodeado de personas que claramente son mejores que tú siendo testigos de tu futuro ridículo cuando te aplaste en el green.

-Bueno, primero tendríamos que ver quien aplasta a quien ¿no?

-Oh, jo, jo, por supuesto que sí… y para que veas que soy una persona generosa, dejaré que te lleves hoy mismo un set de palos, ya sabes, para que practiques un poco. Con suerte puede que llegues a calcular tu hándicap antes de salir al campo y todo.

Para entonces mis nervios estaban a flor de piel y me estaba aguantando las ganas de soltarle un sopapo, pero me contuve como pude. Como bien prometió me obsequió con un set de palos metidos en su correspondiente bolsa que me llevé conmigo en cuanto salimos de la casa de vuelta al pueblo.

Nada más salir de allí Lloyd fue el primero en hablar.

-Espera, espera ¿Y qué es exactamente lo que tengo que hacer como caddie?

-El caddie es el que ayuda, aconseja y da apoyo moral al jugador.

-¿Qué? ¿Y cómo se supone que voy a hacer todo eso?

-Tranquilo, te introduciré los conceptos más básicos.

Antes de que el chico pudiera decir nada más, Applejack se le adelantó y comentó.

-Dulzura, te voy a ser franca: ole tus huevos.

-Ya ves-soltó Rainbow.

-Querido, he de decirte que sabes imponerte.

-Ese es mi hombre-me alabó mi chica, guiñándome un ojo.

-Agh, dejadlo ya, que entonces me lo creo…

La vuelta al pueblo fue algo más tranquila, aunque el Capitán me lo estuvo agradeciendo constantemente. Por mi parte trataba de mantenerme confidente, aunque por otro lado no podía evitar pensar en todo el tiempo que llevaba sin jugar. Fue por eso por lo que al día siguiente después de las clases estuve practicando un poco en la parte más alejada del parque, en compañía de las chicas, mientras aprovechaba para enseñarle a Lloyd los fundamentos básicos de los palos.

-Vale, empezaremos por los palos más inmediatos. Los driver, también llamados madera a secas o madera de calle, ya que antiguamente eran de madera, son estos palos de cabeza redonda y abultada, se usan para empezar el juego partiendo del green de salida. En este set hay tres: el uno, el tres y el cinco, cada uno con distintos grados de inclinación para llegar más lejos e impulsar la bola con mayor o menor potencia. Son los palos más difíciles de usar y los que más práctica requieren.

-Ajá… ¿y sales así sin más con ellos?

-No, como ves la pala es lo suficientemente alta como para poder impulsar la bola con mayor eficacia, por lo que es necesario poner la bola a la misma altura y así aprovechar al cien por cien la capacidad del palo. Para ello se usa un tee, que sirve de soporte para tal efecto, son estos de aquí-expliqué, sacando unos pocos.

-¿De colores?-inquirió Lloyd, al ver la variedad.

-Simple detalle de estética, aunque viene bien para distinguirlos cuando salen volando. Antes eran de madera, de hecho siguen habiendo de madera, aunque son los que se rompen con más facilidad ante golpes fuertes.

-Ya veo… ¿y estos que están numerados de forma escalonada?

-Esos son los hierros, los palos que se usan durante el resto del juego para llevar la bola hasta el green final donde está el hoyo. Cada uno posee más o menos inclinación para llegar más alto y más lejos, de esta forma el hierro nueve es el que más alto eleva la bola y el que menos alcance posee, mientras que los más largos como el seis o el cuatro son los que más lejos la lanzan y los que menos alto la elevan. Son los más polivalentes y flexibles de todos y los que más juego dan a la hora de recorrer las calles del campo.

-Ajá… ¿y estos tan cortos?-quiso saber Lloyd, sacando un par de palos mucho más cortos que los hierros cortos.

-Esos son los wedge, unos palos con inclinaciones únicas cuyo uso es mucho más específico. El P wedge sirve para acercarse al green cuando se está a cien metros o menos del mismo, y el S wedge se usa para salir de los bunkers de arena cuando caes en uno.

-Ya veo… ¿y este tan plano?

-Ese es el putter, es el que se usa para meter la bola en el hoyo. Es el palo más personal de todos y quizás el más importante, no lo parece pero un buen pateo es la clave del golf.

-Vaya, sabes un montón para ser un jugador casual…-comentó en ese momento Sunset.

-Bueno, la mayoría son cosas que se aprenden por el camino y a base de práctica y más práctica. ¿Qué más? Ah, sí, algunas normas de etiqueta, por ejemplo las chuletas…

-¡Huy, chuletas! ¡Me está entrando hambre! ¿De qué son, de cerdo?-inquirió Pinkie, particularmente animada.

-Vaya ¿también se hacen picnics en el golf? Quién lo diría…-murmuró Applejack, extrañada.

-Para chuletas las mías, soy una maestra… al menos cuando las hacía, claro-se apresuró a aclarar Rainbow, algo azorada.

-Eh… no, no me refiero a esas chuletas… me refiero a estas chuletas.

Me aparté por un momento para hacer el swing con un hierro, llegando a golpear de refilón la hierba y sacando un buen pedazo que voló hacia delante.

-Esas chuletas han de ser repuestas inmediatamente después para mantener el campo en óptimas condiciones. Si no se hiciera, éste estaría lleno de hoyos y en un estado lamentable-expliqué.

-Ah, ya veo, como cuando Winona se pone a escarbar en el jardín delantero, odio cuando hace eso-comparó Applejack.

-Cuánta finolería, por favor…-comentó Rainbow.

-Luego tenemos los búnkeres, si la pelota acaba en uno de ellos tras sacarla se debe rastrillar por las mismas razones, ya que a la hora de que otros jugadores quieran sacar sus bolas la arena removida dificultaría la tarea.

-Ni que de repente estuviéramos haciendo jardinería…

-Cuando se juega con más personas en el campo, muchas veces algunos pueden ir más rápidos que otros; cuando esto pasa y tienes más gente detrás de ti, lo ideal es dejarles pasar para evitar congestionar la circulación en el campo e ir a tu propio ritmo, respetando las pausas.

-Hombre, eso es bastante obvio de por sí…-opinó Applejack.

-En una situación parecida en la cual vas por detrás de alguien, siempre que lances tu bola y esta vaya a caer cerca de donde están más personas, se debe gritar bola para alertar a esas personas que hay una bola en juego, y así evitar posibles golpes.

-Eso suena un poco peligroso…-murmuró Fluttershy.

-Lo es, de hecho ha habido accidentes debido a casos parecidos, aunque en estos supuestos el seguro también es importante.

-Eso y un abogado, porque vamos…-añadió Rainbow.

-Se denomina dropar la bola al soltarla en un punto específico cuando ésta se encuentra empotrada o injugable dependiendo de las circunstancias. Un golpe al aire siempre cuenta como tal, al menos si tenías intención de golpear la bola, en caso contrario, y si llegas a golpearla de refilón, se incurre en sanción. Otras sanciones como el mover la bola con o sin intención se pueden aplicar, aunque también depende de la situación…

Antes de que pudiera seguir, Rainbow soltó un gruñido exasperado y exclamó.

-¡Agh, qué rollo, ya vale de tanta monserga, enséñanos cómo darle a la bola!

-Je, no es tan fácil como lo pintas, Rainbow…

-Ya, claro, dame un palo, voy a darla tan fuerte que va a acabar en el quinto pino.

-¡Ja! Vale, toma.

Sin dudarlo en ningún momento, y toda chula ella, Rainbow cogió el driver tres y se colocó de cualquier forma, con las piernas juntas y totalmente recta, y no solo eso, sino que cogió el palo sin ningún tipo de cuidado, montando una mano encima de la otra. El swing fue un desastre y acabó golpeando el suelo de lleno, haciendo temblar la varilla del palo y notándolo inmediatamente después. No pude evitar soltar una carcajada.

-¡Auch! ¡Muy gracioso!-me espetó ella.

-¡Es que lo estás haciendo todo mal! Lo primero, abre esas piernas, anda, no mucho, y centra la bola entre ellas-la indiqué, usando un palo para tal efecto.
Una vez colocada seguí indicándola.

-Estás muy recta, inclínate un poco y flexiona ligeramente las rodillas.

En cuanto estuvo situada continué, esta vez enfocándome en el agarre.

-Ahora, el grip del palo está mal, debes sujetar la parte superior de la empuñadura con la mano izquierda y la inferior con la derecha, nivela el peso sobre tus dedos y coloca el meñique de la derecha entre el índice y el medio de la izquierda, con ambos pulgares sujetando la parte central.

Por un momento la chica se hizo un lío y tuve que ayudarla un poco, colocando sus manos apropiadamente.

-Vale, a la hora de hacer el swing y levantar el palo, el brazo izquierdo debe mantenerse inmóvil mientras que el derecho compensa la fuerza hacia delante cuando se baja. No se debe apartar la vista de la bola en todo momento hasta que se golpea y se debe permanecer inmóvil en todo momento, sin levantarse ni agacharse para no fallar el tiro.

Aunque, aun a pesar de seguir al pie de la letra mis instrucciones, Rainbow acabó por levantarse en pleno backswing, llegando a rozar la bola por su parte superior y errando el tiro de una forma muy típica de los principiantes.

-¡Agh, mierda, mi mano!-masculló la chica, frotándose la palma de su mano izquierda.

-Sí, es lo que tiene el swing, el rozamiento, por eso se usa guante.

-Préstame el tuyo, quiero volver a intentarlo.

Me quité por un momento el guante y se lo di a Rainbow, la cual lo volvió a intentar, golpeando esta vez en el suelo; la bola salió disparada hacia arriba y arrancó una chuleta enorme que cayó al lado de Fluttershy.

-¡Agh, maldición!

-Te has agachado…

-¡Sí, ya me he dado cuenta! ¡Este palo es horrible!

-Pero porque has pretendido empezar con un driver, los principiantes empiezan practicando con palos más cortos, como con los hierros ocho o nueve.

-¡Bah, esto es un asco, todo tuyo!-exclamó ella, algo molesta y devolviéndome el guante y el palo.

-¡Oh, oh, ahora yo, ahora yo, por fa!-exclamó Pinkie, toda animada.

-Está bien, pero te aconsejo empezar con el hierro nueve.

-¡Vale!

Y así, en un visto y no visto, todas las demás se apuntaron también a intentar golpear por primera vez, con resultados dispares; para ser su primera vez Pinkie no lo hizo nada mal, elevando la bola a gran altura, aunque no llegó muy lejos. La siguiente en probar fue Rarity, quien no tuvo tanta suerte y golpeó al aire unas cuantas veces, aunque eso no la paró y lo siguió intentando hasta que finalmente lo consiguió, aunque la salió un golpe un tanto flojo en cuanto a fuerza se refería. Applejack fue también con intención de golpear duro, como Rainbow; la costó un poco, pero finalmente consiguió dar un golpe decente que mandó la bola bien lejos, para consternación de Rainbow.

-¡Oh, venga ya!

-Te rindes demasiado pronto, dulzura…

Fluttershy era la que más reticente estaba a coger un palo, pero al final, alentada por las demás, decidió intentarlo. Además la aconsejé que empezara con el P wedge, un palo que siempre se amoldaba a las manos más inexpertas. La costó mucho más, ya que no ponía mucha fuerza a la hora de hacer el swing, por lo que optó por un medio swing sencillito que la permitió golpear la bola suavemente. No fue nada asombroso, pero la animó bastante.

Sunset también lo intentó, siendo ayudada principalmente por mí cuando lo necesitaba; al principio la costó un poco, puesto que movía mucho las caderas al subir el palo, pero la ayudé a corregirlo y finalmente consiguió realizar un buen golpe.

-No ha estado nada mal…

-Genial, se siente estupendo cuando la golpeas bien…

-¿A que sí? El sonido característico cuando lo haces también ayuda, ese seco clac siempre suena como si fuera agua de mayo.

-¿Y cómo suena cuando golpeas con el driver?-inquirió Pinkie, curiosa.

-Un seco clic que suena aún mejor incluso.

-Oh, ¿podemos verlo? Inténtalo, aquí tú eres el experto.

-Bueno, lo intentaré, aunque no os prometo nada, los drivers son muy exigentes…

-Lo dices como si el palo estuviera vivo…-murmuró Lloyd, ceñudo.

-Huy, pues casi, casi…

Como me venía bien practicar un poco con ellos para las salidas, me preparé a conciencia para tratar de golpear la bola de forma decente; al contrario que con los hierros, la separación de piernas tenía que ser algo más amplia para compensar la largura del palo. Muchos jugadores profesionales suelen alinear la bola hacia la izquierda y apoyar la mayor parte del peso en la pierna izquierda con la finalidad de darla más impulso, aunque yo prefería mantenerme más equilibrado para asegurar el golpe, aunque luego fuera un completo desastre. Respiré pausadamente, sin apartar la vista de la bola, mientras hacía varios amagos con el palo, jugando con las muñecas. Inspiré y, al mismo tiempo, comencé a subir el palo hasta que alcanzó el punto más alto tras mi nunca; inmediatamente después expiré y lo bajé, concentrándome en la bola. Un seco clic resonó en mis oídos y clavé la vista en la bola, la cual rasgó el aire hacia delante en una perfecta línea recta. Tras de mí oí as las chicas lanzando exclamaciones de asombro y felicitándome por tan buen golpe.

-¡Uauh, qué fuerte!

-¡Impresionante!

-¡Bien hecho!

-Bueno, bueno, he tenido suerte, la verdad, espero seguir teniéndola para mañana.

-¡Pero si ha sido un golpe perfecto! ¿Por qué no ibas a volverlo a hacer?-inquirió Sunset.

-Esto es muy relativo, a veces aciertas, das buenos golpes, y otras veces te salen unos desastres que te hacen querer esconderte bajo tierra. Me ha pasado muchas veces, y algo me dice que mañana habrá algunos de estos, pero muchos más de los otros, nunca fallan.

-Oh, vamos Sgi, no digas eso, seguro que lo haces genial-murmuró Pinkie.

-Sí, se nota que sabes de esto, seguro que consigues poner en su sitio a ese despreciable de Blueblood-aseguró Applejack con vehemencia.

-No lo digas muy alto, Applejack, solo por si acaso…

El resto de la tarde pasó enseguida y, en cuanto dieron las siete, todos nos retiramos a nuestras respectivas casas. Por nuestra parte volvimos a la residencia y ya allí aproveché para limpiar y adecentar los palos para mañana.

-Te veo algo así como pensativo y tal…-me comentó Lloyd en un momento dado.

-Sí, bueno, es por lo de mañana… si te soy sincero no creo que vaya a poder ganar a ese gominas.

-¿Por qué no? Sabes un huevo sobre golf, y golpeas bien además…

-Ya, pero el problema es que juego muy poco. Quizás si practicara más podría estar a su nivel, pero no siempre me es posible salir al campo, y cuando lo hago es en contadas ocasiones. Mi juego es muy endeble en comparación con el jugador más constante.

-Bueno, pero aun así tienes nivel, puede que tengas alguna oportunidad…

Sin embargo yo no estaba tan seguro, quedándome en silencio por unos breves segundos antes de volver a hablar, aunque cambiando de tema.

-Por cierto, no hemos vuelto a saber nada de nada sobre esas tres y nuestro misterioso amigo…

-Ah, qué va, mis pesquisas están atascadas, si te soy sincero… ya no sé qué pensar-admitió Lloyd.

-Aun así es raro ¿no? Todo está muy tranquilo… demasiado tranquilo.

-Ya, lo sé, y tampoco hemos vuelto a contactar con nadie más al otro lado. Cosa que me preocupa.

Por un momento los dos nos quedamos callados, pensando en nuestras propias cosas. Aunque por mi parte se refería, el juego de mañana lo ocupaba todo. Habíamos quedado a las diez de la mañana, cuando empezaría el juego. No podía evitar sentirme un poco nervioso después de todo. Esa noche me costó un poco más conciliar el sueño.

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El despertador sonó a las ocho, puesto que habíamos quedado previamente en el centro comercial con las chicas antes de dirigirnos al club para comprar ropa para ese mismo día, ya que la indumentaria en el golf debía de ser muy específica y apropiada por propias normas. No había que ir excesivamente formal, pero era necesario llevar un buen porte por razones de estética. Dado que Lloyd y yo íbamos a participar activamente en el campo, optamos por sendos polos de colores fríos, para no pasar mucho calor, y unos vaqueros no muy gruesos para tal efecto; por mi parte me compré una gorra de media visera blanca que complementaba todo el conjunto, mientras que Lloyd optó por una gorra azul.

Las chicas también se pusieron guapas y formales, con camisas de franela frescas, pantalones de pana cortos y pañuelos para la cabeza, al menos por parte de Rarity.

Una vez allí la casa club destacaba por estar bastante llena, sobre todo de personas con mucho capital. Vimos mucha ropa de diseño, polos carísimos y mucha clase, aderezada con unos toques de pijotería y superioridad bastante pronunciados. Nada más llegar a la puerta un gorila ensutado en un traje negro y con pinganillo en una oreja nos paró.

-Alto ahí chicos ¿A dónde creéis que vais?

-Venimos al juego de inauguración, soy el oponente de Blueblood.

El segurata me miró de arriba abajo, con gesto ceñudo, a lo que yo me apresuré a añadir.

-Puede preguntarle a él mismo si quiere, a no ser que al final se lo haya pensado mejor…

Algo mosca el hombre se apartó un momento y estuvo hablando por el pinganillo hasta que al final se acercó a nosotros y nos dejó pasar.

-El señor les espera a usted y a su caddie junto a los probadores. Señoritas, ustedes pueden esperar en el jardín hasta que comience el juego.

Antes de separarnos las chicas nos desearon suerte, teniendo un breve momento con nuestras respectivas novias.

-Mucha suerte, seguro que le ganas, te estaré animando.

-Gracias, cielo, a ver si me llega un poco.

Frente a eso la chica me dio un fugaz beso en los labios y murmuró.

-¿Mejor?

-Sí, mucho mejor…

Los dos nos reímos tontamente y ella se apartó mientras me dirigía al piso de abajo; por su parte Pinkie también le deseó suerte a Lloyd.

-Mucha suerte, Lloydi, yo también te estaré animando.

-Eh, Pinkie, en realidad quien juega es Sg…

-Ya, pero tú estarás ahí con él, ayudándole, apoyándole, dándole moral… y eso es importante también.

-Sí, supongo…

Antes de que pudiera decir nada más, Pinkie le dio otro fugaz beso en los labios, al tiempo que comentaba.

-Eres un poco envidioso… te lo iba a dar de todas formas.

-Lo estaba esperando, no lo voy a negar.

Ambos se rieron con confidencia y Lloyd fue el siguiente en bajar al vestuario, donde se cambió con la ropa que se compraron previamente antes de dirigirse allí.

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Por su parte las chicas se dirigieron al jardín mientras esperaban, donde la gran mayoría de los asistentes se encontraban; algunos iban vestidos muy formalmente, mientras que otros habían preferido por un estilo más deportivo aunque sin abandonar ese toque de finura, elegancia y distinción. Rarity estaba ojo avizor, tomando notas mentalmente.

-Oh, cielo santo, cuánta clase, sólo los elitistas son tan exigentes… a gente como ésta apunto yo, chicas…

-Pfr, gran cosa, lo único que veo son snobs estirados que se creen mejores que los demás sólo porque tienen dinero…-murmuró Rainbow, con tonito.

-Rainbow Dash…-la espetó la modista.

-¿Qué? Después de todo tiene razón, aquí no hay más que ricachones pijos que sudan de todo y de todos porque pueden…-argumentó Applejack, también con tono obvio.

-Di que sí, Jack…

-Ahí le has dao, tía-asintió la chica de campo, chocando un puño con su amiga.

Rarity quiso contestar, pero en ese momento una voz conocida para las seis inquirió.

-¿Chicas? ¿Qué estáis haciendo aquí?

Todas las aludidas se dieron la vuelta, encontrándose con dos caras aún más conocidas.

-¡Ah, directora Celestia!

-¡Y vicedirectora Luna! ¿Qué están haciendo aquí?-inquirió Sunset, un tanto confusa.

Ambas directoras iban vestidas formalmente, sobre todo Celestia, que llevaba un conjunto blanco consistente en una blusa azul cielo y una falda blanca ajustada, aunque Luna había optado por algo más sencillito y cómodo: una camisa rosada, un pantalón corto de color beige y unas zapatillas de deporte blancas.

-Hemos venido a la inauguración, nuestro sobrino nos ha invitado… pero esa no es la cuestión, la cuestión es ¿Qué estáis haciendo vosotras aquí?-corrigió Celestia, algo mosca.

-Esto… bueno, la cosa es…

-¡Oh, poca cosa, Sgi va a competir contra Blueblood y Lloydi va a ser su caddie!-exclamó Pinkie tan tranquilamente.

-¿Lo qué?

-¡Sí! ¡Miren, están ahí, ya han salido!

Tanto Celestia como Luna giraron la cabeza hacia el campo, viendo entonces a los aludidos junto a su sobrino, el cual parecía estar a punto de comenzar la presentación.
(Continúa en el siguiente mensaje)

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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Mensaje por Sg91 » 15 Jul 2015, 23:27

(Continúa del anterior mensaje)


Una vez que estuvimos cambiados y listos para el juego salimos al jardín, donde Blueblood nos estaba esperando con un micro en su mano; sin decirnos nada comenzó a hablar enseguida.

-Bienvenidos todos a la inauguración del club de campo Canterlot, lo primero de todo es darles las gracias por su asistencia, me congratula ver a caras conocidas y bien avenidas por aquí, siempre es estupendo estar rodeado de gente a la que sabes que estás al mismo nivel.

Por nuestra parte tanto Lloyd como un servidor tuvimos que reprimir una mueca de desagrado, mientras que Blueblood continuaba como si tal cosa.

-Sé que en un principio la inauguración tan solo iba a ser una pequeña y cordial fiesta, junto con un paseo por el recién inaugurado campo, aunque al final me surgió un repentino oponente que cambió gratamente el desarrollo de los acontecimientos. Les presento a Sg91 y su caddie, LloydZelos, denles un somero aplauso, no se les vaya a subir a la cabeza…

Mucha gente rió la gracia como tontos, mientras que nosotros le fulminábamos con la mirada.

-El juego constará de nueve hoyos, como es lógico, y será el primero en jugarse en este campo, por lo que estamos más que agradecidos. Ahora cojan sus copas y sus canapés y pongámonos en marcha hacia el primer hoyo.

Sin decir nada más, y con Blueblood encabezado la marcha, nos dirigimos al tee de salida del primer hoyo, el cual tenía unos 320 metros de distancia, siendo un par cuatro, y constaba de una alargada calle que giraba levemente a la izquierda justo por la mitad, bastante llana y sin obstáculos de ningún tipo, rodeada de hierba alta de un color más oscuro y una hilera de pequeños arbustos plantados en tierra rojiza. El primero en salir fue Blueblood siendo él el propietario, saliendo desde las marcas blancas, cosa que llamó la atención a Lloyd.

-¿Qué son esas marcas blancas?

-Marcas de salida que se usan por diferentes graduaciones; las blancas suelen ser usadas por jugadores profesionales, mientras que las rojas las usan señoras y niños, las azules señoras profesionales y las amarillas los caballeros, normalmente de hándicap estándar o bajo.

-O sea que te toca amarillo-obvió él.

-Mismamente.

Por un momento observamos a Blueblood comenzar el juego, realizando un muy buen swing y dando un limpio golpe con su característico clic, mandando lejos a la bola, la cual fue recta por la calle y cayendo cerca de la mitad de la misma. La gente aplaudió el golpe con entusiasmo, al tiempo que Blueblood se recreaba un poco.

-Gracias, gracias, muchas gracias, sus aplausos siempre son importantes para mí…

Por mi parte me situé en las marcas amarillas, un poco más atrás de las blancas, y me preparé; indiqué a Lloyd que me pasara el driver cinco junto con tee y una bola, concretamente una Boomerang 9.

-Recuerda siempre el nombre de la bola, es importante a la hora de buscarla-añadí yo.

Desde donde estaba llegué a ver a las chicas cerca del green, acercándose a la primera fila para vernos mejor; Pinkie exclamó.

-¡¡Ánimo, Sgi!!

-¡¡Tú puedes, Sg!!-hizo lo propio Applejack.

-¡¡Dale fuerte por mí!!-añadió Rainbow.

Sin embargo fueron acalladas enseguida por el resto de personas, las cuales las chistaron con fuerza, incluso Luna y Celestia, que también estaban allí, las reprendieron.

-¡Chicas, comportaos un poco, por favor!

Por mi parte me centré, respirando suavemente y mirando a la bola; como la última vez inspiré, espiré y golpeé; esta vez sonó algo más apagado, pero en vez de salir recta describió una amplia curva hacia la derecha, cayendo en la calle del hoyo contrario, y mucho más atrás de la de Blueblood. La gente murmuró lacónicamente, hubo unos pocos aplausos, principalmente de las chicas, y Blueblood soltó una divertida risita.

-Mierda, p*to slice…-mascullé, devolviéndole el palo a Lloyd.

-¿El qué?

-Slice, se da cuando un tiro se tuerce a la derecha, a veces me sale, a veces no, pero nunca he conseguido corregirlo del todo.

-¿Y ahora qué?

-Seguir jugando desde donde está la bola, hay que devolverla a la calle, pásame el hierro siete.

Era en un momento como ese cuando el golf pasaba a ser entretenido, al menos para mí. El reto de seguir intentándolo y acabar el hoyo, por mucho que me costara, siempre me había gustado, además del propio hecho de jugar.

Como Blueblood iba en cabeza el siguiente en golpear fui yo, haciéndolo desde la calle contraria; esta vez el golpe fue mucho mejor, consiguiendo devolverla a la calle principal y cayendo cerca de la de Blueblood, el cual fue el siguiente en lanzar. Haciendo gala de una técnica muy trabajada, el gominas golpeó de forma impecable, haciendo una aproximación del copón y dejándola justo en el borde del green. De nuevo otra tanda de aplausos resonaron en el aire, dejando claro quién era el favorito.

-j*der, se ha acercado en nada…-murmuró Lloyd.

-Sí, se nota que tiene un nivel muy superior…-asentí, sin poder evitar sentirme algo intimidado.

Aunque Lloyd lo notó enseguida, apresurándose a decir.

-Pero eso no significa nada, acabamos de empezar, seguro que le alcanzas enseguida.

-Bueno, veamos…

Fui el siguiente en golpear, conservando el siete en todo momento; el golpe fue bueno, pero esta vez la pelota viró hacia la izquierda, alejándose un poco del green y cayendo en hierba alta.

-j*der, si no es el slice es el hook, maldita sea…

-Déjame adivinar, el hook se da si se desvía a la izquierda…-asumió Lloyd.

-Sí, aunque normalmente tiendo más al slice que al hook, todo sea dicho. Pásame el P.

En el siguiente golpe Blueblood se coronó metiendo la bola en el hoyo tras un gran golpe y un poco de impulso que ayudó a la bola a caer seguidamente en el hoyo.

-j*der, menudo comienzo, con un birdie…-murmuré yo, acercándome a la bola.

-¿Birdie?

-Un golpe por debajo del par; dos golpes por debajo se denomina eagle, y tres, albatros.

-Tú llevas tres…-contó Lloyd.

-Sí, intentaré llegar al par…

Dado que no estaba muy lejos del green, y este era tan llano como el resto de la calle, opté por un golpe algo más suave y mejor dirigido; la bola botó suavemente en el green y rodó hacia el hoyo. Por un momento parecía que se metería y acabaría en par, pero al final pasó al lado del borde y ni se inmutó, rodando un poco más y deteniéndose prácticamente al lado. No pude evitar soltar un gruñido de frustración.

-¡¡Huy, casi!!-se oyó a Pinkie exclamar.

-¡Pinkie Pie, haz el favor de comportarte!-la reprendió por su parte Celestia.

Blueblood no hizo ningún comentario, aunque me miró con aires de autosuficiencia. Con un suave pateo la metí en el hoyo, pero ya no era un par.

-Empiezo con un bogey, genial…

-No me lo digas, un golpe por encima-obvió Lloyd rápidamente.

-Sí, los bogeys son siempre bogeys, y se doblan, triplican o cuadriplican dependiendo de cuan mal juegues…

-Bueno, quedan ocho hoyos, pueden pasar muchas cosas…

-Sí, ahí tienes razón…

El siguiente hoyo era muy similar, también de par cuatro, aunque comenzaban a haber obstáculos, como un bunker a mitad de camino; Blueblood demostró nada más empezar una gran destreza con los drivers, aunque por desgracia yo no tuve tanta suerte. El golpe fue bueno, pero fue con hook, y encima le di tan fuerte que al final la bola acabó saltando la muy corta valla que separaba el campo del bosque, lo cual significó una sola cosa.

-¡Fuera de límites, penalización de un golpe para Sg91!-exclamó el marshall, que nos acompañaba en todo momento.

-Solicito bola provisional-murmuré yo, resignado.

-Concedida, puede hacerla de juego si no la encuentra.

-Sea, no perdamos más tiempo.

Con una bola nueva, esta vez una Nike 5, la dropé en el punto más cercano al sitio donde perdí la anterior y seguí jugando. Para entonces Blueblood ya estaba dos golpes de ventaja frente a mí, y ya era imposible que llegara al par, por lo que me enfoqué en acortar lo más posible la trayectoria. Por suerte pude evitar el bunker, aunque esta vez el green me volvió a traicionar, puesto que se encontraba ligeramente inclinado hacia la izquierda. Como resultado la aproximación se me quedó cortísima y al patear la bola acabó desviándose debido a esto, lo que me sumó dos golpes más, acabando con un doble bogey.

-Este juego va a ser muy largo…-suspiré mientras nos dirigíamos al siguiente hoyo.

-Ah, venga ya, tan solo hemos empezado… nunca antes te había visto tan negativo, tío…-comentó Lloyd, un tanto chocado.

-No soy negativo, soy realista, no es lo mismo.

Lloyd se quedó callado, como pensativo, mientras que yo me sumía en mis propios pensamientos.

El hoyo tres era un pelín más corto, aunque seguía siendo un par 4, y no solo eso, sino que tenía un bunker a la derecha a pocos metros del tee de salida y otro más a mitad de calle situado justo en el centro, como si estuviera ahí para j*der. Blueblood tuvo un patinazo con un golpe cojonudo pero que le llevó directamente hasta ese mismo bunker. Por mi parte conseguí salvarme, aunque principalmente porque me quedé un poco más atrás. Aun a pesar de su desliz, el gominas sacó la bola del bunker con mucha fuerza, adelantándose un poco más. Por mi parte conseguí adelantarle gracias a un buen golpe con el hierro siete que me dejó cerca del green. Los dos hicimos una buena aproximación, quedándonos más o menos parejos y a igual distancia del hoyo. Por unos poquísimos centímetros yo fui el siguiente en tirar, golpeando con la suficiente fuerza para no quedarme corto; sin embargo me salió demasiado fuerte y, nada más llegar, la bola hizo una vistosa corbata, en la cual rodeó el borde, haciendo amago de entrar, pero saliendo inmediatamente después debido al impulso que llevaba, errando el tiro. Me llevé las manos a la cabeza, desesperándome por momentos.

-¡¡No te rindas, Sgi!!

-¡¡Haz que me sienta orgullosa!!

-¡Chicas, por favor!-exclamó Celestia.

-Señoritas, o se callan o las echo, decidan-las reprendió por su parte el marshall, un tanto molesto.

Aunque por un golpe menos, ese bogey me dolió especialmente, sobre todo por la maldita corbata. Si había algo más molesto en el golf, ese algo eran las corbatas.

El hoyo cuatro era quizás el más corto de todos, solo con 100 metros de distancia, siendo un par 3; giraba un poco a la derecha y al lado del green, el cual estaba inclinado ligeramente hacia abajo, había un bunker con un árbol justo en medio del mismo. En este hoyo no hacia ninguna falta salir con un driver, por lo que opté por un hierro 9. El resultado fue otro tiro con slice que hizo que la bola cayera en bunker, un tanto alejado del borde. Por su parte Blueblood se coronó con un hoyo en uno aprovechando la ligera pendiente del green, creciéndose un poco más si cabía ante los aplausos y alabanzas que recibía.

-Gracias a todos, gracias, sé que me queréis…

-Agh, es insoportable, soy tú y le lanzo un bolazo entre ceja y ceja…-masculló Lloyd, molesto.

-Sí, pero por desgracia está penado por la ley… pásame el S, anda.

Sacar la bola del búnker no fue muy complicado, haciéndolo a la primera y saliéndome un ligero slice que al final me vino bien, ya que se me colocó muy bien y bastante cerca del hoyo. Previamente tuve que rastrillar antes de continuar, aunque por suerte el pateo fue sencillo, consiguiendo el par de ese hoyo sin mucha dificultad.

-Bien, bien, par, de seguro que remontas a partir de aquí…

-No lo digas muy alto…

-Ah, venga ya, te estás pareciendo a mí cuando llegamos aquí por primera vez, y luego yo soy el señor ajo…

-No me mezcles churras con merinas, no es el mismo…

-Lo que quiero decirte es que, aunque no seas tan bueno, no significa que no puedas hacerlo.

Por un momento quise decir algo, pero en ese instante llegó mi turno para salir en el siguiente hoyo; el cinco parecía ser más largo que el resto, aunque en realidad era la impresión que la cerrada curva situada poco antes del green causaba. Justo en la misma curva, la cual tenía forma de cuenca hacia abajo, un pequeño arroyo fluía hacia el otro lado del campo, alimentando un lago cercano. En el primer tramo de la calle, no muy lejos del tee de salida, un poste eléctrico hacía bulto como obstáculo, y el green se encontraba rodeado por dos búnkeres a cada lado del mismo. El par estaba en cuatro.

Desde que empecé había estado saliendo con el driver cinco, haciéndolo más o menos bien, aunque me daba la sensación que hasta ahora me había estado quedando un tanto corto, por lo que opté por algo un poco más largo tras observar detenidamente la calle y la curva.

-Pásame el driver tres-le indiqué a Lloyd en un momento dado.

-¿Cambias? ¿Cómo así?

-Mis razones tengo, el tres por favor.

Sin decirme nada más, Lloyd me entregó el palo, me coloqué, inspiré, expiré y golpeé. Esta vez el golpe fue más directo, la bola no fue tan alta y, como bien me esperaba, el maldito slice volvió a surgir, pero esta vez jugó a mi favor; la bola rasgó el aire pasando al lado del poste, evitándolo con mucha clase, y cayendo justo al lado del borde de la cuenca del arroyo, poco antes de que empezara la inclinación y un poco más adelante de Blueblood. Esta vez hubo unos pocos más aplausos que antes, además de los respectivos ánimos por parte de las chicas.

-¡Así se hace, Sg!

-¡Ese Sgi, como mola, se merece una ola!

Para entonces Celestia dejó de intentarlo, comentando de seguido.

-Si os echan ya no es cosa mía…

Para el siguiente golpe Blueblood hizo un approach cojonudo metiendo la bola en el green desde donde estaba y dejándola a escasos metros del hoyo, arriesgando bastante y encima saliéndole bien; por mi parte preferí obrar con más cautela, lanzando la bola con un hierro seis que aseguró un tiro más al raso y dejando la bola cerca del green. Aunque para entonces el gominas me llevaba una ventaja muy amplia, aún más después de hacer otro birdie como el del primer hoyo. Traté de ir a por el par, pero el green me volvió a traicionar, quedándome esta vez con un triple bogey que me hizo querer morirme de la vergüenza. La gente apenas aplaudía, y aún menos después de semejante cagada en el green, habiendo muchos murmullos y alguna que otra risita que apenas se molestaron en ocultar. Y encima Blueblood aprovechó para comentarme como quien no quiere la cosa.

-Sabes que puedes abandonar si así lo deseas…

-Y una mierda abandono, pienso seguir hasta el final-le espeté.

-Como quieras, aunque nunca pensé que llegaría a ver a alguien que le gustase hacer el ridículo…

Para entonces requería de todo mi autocontrol para no estallar, pero en ese momento una mano se posó en mi hombro y oí a Lloyd decirme.

-Pasa de él, no merece la pena, tan solo concéntrate en jugar y pasártelo bien…

-Lo intento, Lloyd, de veras que lo hago…

El camino hacia el siguiente hoyo se hizo pesado, sintiéndome cada vez más apático, aunque en ese momento me sonó el móvil y vi que se trataba de Sunset que me estaba hablando por wasap.


Sunset
Vamos, cielo, alegra esa cara, lo estás haciendo genial…
Sg
No hace falta que lo enmascares, sé cuándo lo estoy haciendo mal…
Sunset
Pero esto no te lo digo porque quede bonito o algo parecido, para mí eres un ganador
Sg
Eso es una gilipollez, nunca me he considerado tal cosa
Sunset
Oh, venga ya, eso no es algo que tú me dirías…


Por un momento levanté la vista y la miré, al mismo tiempo que ella hacia lo mismo; en ese mismo instante nuestras miradas se encontraron, diciéndonos todo en nada. Una sonrisa se dibujó en su cara antes de volver a escribir.


Sunset
Da igual si ganas o pierdes, para mí siempre serás un ganador

Sunset
Y además, me gusta esa cara de seriedad que pones cuando golpeas, te da un aire muy varonil ;)
Sg
Huy, varonil, me gusta cómo suena eso…
Sunset
Ji, ji…
Sg
Tú sí que sabes cómo animarme… gracias, cielo :)
Sunset
;)


El hoyo seis era especialmente complicado; era el segundo más corto, con apenas 120 metros de largo, aunque no era precisamente por eso el hecho de que fuera complicado. Los tees de salida estaban situados en una zona elevada, a mitad de calle el lago que antes vimos ocupaba gran parte del espacio, y justo después se encontraba el green, junto a una pequeñísima porción de calle. Y aunque era un par tres, alguien como Blueblood podría ventilárselo en dos golpes incluso.

Como bien predije, el gominas no tuvo ningún problema a la hora de cruzar el lago, cayendo en green y muy cerca del hoyo además. Por mi parte lo intenté manteniendo el driver tres, pero me quedé demasiado corto al rozar el suelo con el palo y la bola cayó al agua.

-¡Obstáculo de agua, penalización de un golpe para Sg91!-indicó el marshall.

En este caso podía dropar una bola nueva cerca del lugar donde esta cayó, cosa que hice, dejándola caer cerca de la orilla. Por un momento miré al green al otro lado de la orilla, sopesando posibilidades. Fue entonces cuando Lloyd opinó.

-Teniendo en cuenta que estás tan cerca del agua, el hierro nueve podría ayudarte a salvarla…

-Sí, es una opción, aunque…

Mi mente divagó a toda velocidad, pensando en una sola cosa.

-Pásame el hierro cuatro.

-¿Qué? ¿Hierro cuatro? Pero…

-Tú hazlo.

Un tanto extrañado Lloyd me hizo entrega del palo y por mi parte me centré más que nunca; clavé la vista en la bola y, por un momento, nos quedamos solos ella y yo. No pensé en nada, dejando la mente en blanco y dejando que fuera el palo el que me guiara. Inspiré, expiré, golpe.

La bola salió volando casi al raso, describiendo una cerrada curva hacia abajo, al tiempo que se dirigía directamente hacia el agua, quedándose corta por unos ínfimos centímetros de la orilla del lago. Fue entonces cuando la bola entró en contacto con la superficie del agua, botando sobre la misma y elevándose hacia arriba, salvando el resto de centímetros y cayendo en el green; brincó sobre el corto césped, al tiempo que el impulso la hacía acercarse cada vez más al hoyo, que no estaba muy lejos de donde había caído. Fue entonces cuando rodó hasta el mismo borde, entrando en el hoyo justo después.

Por primera vez una oleada de aplausos y vítores se dirigieron hacia mí, al tiempo que esbozaba una gran sonrisa en mi cara; las voces de las chicas coreando mi nombre se podían oír desde donde estaba, incluso pude llegar a ver la desencajada cara de Blueblood, que no se esperaba para nada un golpe así. Por su parte Lloyd también expresó su asombro.

-¡Uauh! ¿¡Cómo has hecho eso?!

-Es cuestión de golpear lo suficientemente fuerte la bola… y un poco de suerte también, no lo voy a negar.

-¿¡Lo has hecho otras veces?!

-Sep, con esta ya van cuatro en total, aunque es más difícil de lo que parece.

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Entre el público muchos se habían quedado impresionados, sobre todo las chicas.

-Vale, tengo que admitirlo, eso ha sido asombroso-admitió Rainbow, alucinada.

-¡Uauh! ¿Habéis visto como ha botado la bola sobre el agua? ¿Cómo lo habrá hecho?-se preguntó Pinkie, aún sin creérselo.

-Bueno, en realidad es bien sencillo, ha sido como lanzar una piedra plana sobre el agua-comparó Sunset.

-Pero una piedra plana rebota sobre el agua porque es plana, la bola es redonda ¿cómo explicas entonces lo de la bola?-inquirió Applejack, ceñuda.

Ante eso Celestia quiso responder, pero Sunset se adelantó explicando.

-No necesariamente, por cómo ha rebotado la bola ha debido ir lo suficientemente rápida y liftada como para rebotar sobre la superficie del agua. El agua es un material líquido, y su superficie posee cierta tensión que, al liberarla, es capaz de empujar cuerpos sólidos hacia arriba si estos van lo suficientemente rápido y caen de forma lo suficientemente plana como para desplazar el agua hacia atrás en el proceso.

-Yo no lo podría haber explicado mejor… muy bien, Sunset-la alabó Celestia.

La chica no dijo nada, aunque no pudo evitar enrojecer ligeramente, al tiempo que recibía una mirada orgullosa por parte de la directora.

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Aun a pesar de tan buen golpe, ya que conseguí llegar al par de una forma magistral, Blueblood volvió a hacer un birdie que le colocó aún más delante si cabe de mí. Aunque los ánimos que mi novia me mandó a distancia calaron en mí y no dejé que eso me empañara la satisfacción de tan buen golpe, por lo que continuamos con el juego.

El hoyo siete era de los tres más largos del campo, con un total de 420 metros, siendo un par 4; desde el tee de salida se saltaba una parte del lago que antes libramos y luego la calle serpeaba como una serpiente, con un par de búnkeres dispuestos a cada lado y otro lago centrado, un poco más alargado y no tan grande como el anterior. Aquí ambos salimos bastante bien, aunque con tan mala fortuna que mi bola acabó golpeando a la de Blueblood, moviéndola a un lado, lo cual significó una sola cosa.

-¡Bola en reposo movida, penalización de un golpe para Sg91!-indicó el marshall, para mi desgracia.

Blueblood repuso su bola y siguió jugando, acercándose un poco más al green.

-j*der, aquí te penalizan a la mínima…-comentó Lloyd en un momento dado, mientras nos dirigíamos hacia la bola.

-Ya, las normas son muy estrictas en ese sentido, si la causa hubiera sido otra como el viento o un animal, no hubiera pasado nada, se repone la bola y ya está.

-Pero tú no tienes ningún control del comportamiento de la bola una vez que cae…

-Ya, pero sí que lo tengo en cuanto a dónde va a caer ya que para eso golpeo, además, el golpe es mío, por lo que he sido yo el causante, así que…

-Pues vaya…

-Ya, es una jodienda… pásame el cinco.

El siguiente golpe me salió bastante recto, era toda una suerte que no hubiera casi viento ese día, aunque para entonces el calor comenzaba a apretar cada vez más, por lo que entre golpe y golpe nos refrescábamos un poco bebiendo agua y echándonosla en el cuello. Ese hoyo acabó con sendos pares por ambas partes, manteniéndose la puntuación casi inalterada y con Blueblood sacándome una amplia distancia.

El hoyo ocho era el segundo más largo, con 430 metros de distancia y un par cuatro nada desdeñable; esta vez la calle era más recta y con casi nada de obstáculos, salvo un pequeño bunker cerca del green. Aquí tuve más dificultades ya que el slice volvió a hacer acto de presencia, desviándome la bola y ocultándola de la vista entre los densos matorrales, por lo que nos tocó ir a buscarla en menos de cinco minutos antes de que me la declaran perdida. Pudimos encontrarla, de hecho fue Lloyd quien la vio.

-¡Ah, aquí está!

-¿Dónde?

-¡Aquí, entre estos dos arbustos!

-A ver… oh, mierda-mascullé al verla.

La muy escurridiza se encontraba justo entre los troncos de los arbustos, haciendo prácticamente imposible jugarla desde donde estaba.

-Está injugable…

-Hombre, es obvio, tan solo hay que sacarla y seguir…

-Ya, pero el caso es que se penaliza un golpe-añadí yo, con consternación.

-¿¡Qué, otra?! ¿No se puede sacar y ya está?-inquirió Lloyd, chocado.

-Sí, pero siempre se penaliza.

-¡Ah, venga ya, con esto ya llevas más de cinco golpes por encima!

-Sí, ya lo sé…

Sin otra cosa que poder hacer excepto resignarme, salí un momento y exclamé hacia el marshall.

-¡Bola injugable!

-¡En ese caso golpe de penalización para Sg91! ¡Drope cuando esté listo!

Siguiendo sus instrucciones dropé la bola unos pocos metros delante del sitio donde cayó y continué jugando, sabiendo de sobra que no llegaría al par. Para entonces el hecho de que no iba a ganar era más que evidente, y aunque por un lado me molestaba por el hecho de que estaba jugando por el Capitán, por otro lado me lo esperaba de alguna u otra forma. Otro bogey volvió a engrosar mi marcador, mientras que Blueblood se mantuvo con otro cómodo par.

Finalmente el hoyo nueve era el más largo de todos, con un total de 450 metros, siendo un par cinco. Al igual que los anteriores era bastante recto, aunque éste tenía la particularidad de ser el más irregular, con pequeñas colinas y elevaciones a lo largo de toda la calle, incluyendo el green. Debido a esto la salida la hice con el driver uno para llegar lo más lejos posible, mientras que fui avanzando con los hierros más largos para acercarme lo antes posible al green, donde tanto Blueblood como yo conseguimos llegar al par.

En cuanto el juego finalizó la gente aplaudió, satisfecha por el resultado obtenido; el marshall estuvo calculando el total de golpes, ya que se había encargado de ello, para finalmente proclamar al evidente ganador.

-El ganador del juego de inauguración es Blueblood con un total de treinta puntos sobre el total; Sg91 queda en segundo lugar con un total de cuarenta y tres puntos.

-¡Ja! ¿Qué te dije? Podría haberlo hecho incluso con los ojos cerrados…-se vanaglorió el aludido.

-Sí, sí, lo que tú digas, gominas…

-Oh ¿siento acaso un poco de resquemor? Fuiste tú el que quisiste jugar por ese zarrapastroso, asumiendo el riesgo de hacer el ridículo, cosa que al final has hecho.

-Bueno, es posible, pero al menos ya sabemos quién sabe hacer cabrillas en el agua con la bola…-murmuré por mi parte.

-Bah, eso ha sido pura suerte, y hasta tú lo sabes.

Quise responder, particularmente molesto, pero en ese momento las chicas salieron en mi defensa ellas solas.

-¿Y qué si su graciosa majestad ha ganado? Será muy rico y tal, pero nunca tendrá la suficiente humildad que Sg tiene-le espetó Rarity.

-¡Eso, de todos los aquí presentes, cualquiera es más agradable que usted, incluido él!-hizo lo propio Pinkie.

-¡Puede que le haya ganado, pero al menos lo ha intentado, y solo por eso ya ha ganado algo!-añadió Sunset.

No pude evitar emocionarme más de la cuenta al oír sus palabras, aunque al final preferí cortar por lo sano antes de que la cosa fuera a más.

-Gracias por vuestro apoyo, chicas, pero creo que no merece la pena gastar saliva en este intento de persona. Vámonos ya, necesito un vaso de agua con azúcar cuanto antes.

El regreso al pueblo no fue triunfal ni nada por el estilo, pero las chicas me estuvieron felicitando de todas formas, alabando sobre todo mi cabrilla sobre el agua del hoyo seis. En la plaza nos encontramos de nuevo con el Capitán Planeta y los planetarios, los cuales nos estaban esperando para conocer el resultado del juego. No hubo falta decirle nada, en cuanto el Capitán vio mi cara lo supo al instante, aunque aun así me habló de todos modos.

-Sg, aunque no hayas ganado quiero agradecerte lo que has hecho por mí, me has ayudado sin pedirme nada a cambio, por lo que si necesitas algo, lo que sea, aquí estoy.

-Ah, no ha sido nada, de verdad.

Nos dimos la mano con efusividad y, tras eso, nos fuimos todos al Sugarcube Corner a tomar algo. Por mi parte preferí no darle tanta importancia al hecho de que hubiera perdido y opté por quedarme con los mejores golpes y aprender de ellos, sobre todo de la cabrilla. Aun a pesar de todo, el día se veía más brillante que nunca.

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Esa misma noche una luna cuarto menguante iluminaba débilmente los callejones del pueblo, allí donde las luces de las farolas no alcanzaban a alumbrar. Para Kurt Marshall esa era la patrulla más aburrida de todas, puesto que nunca pasaba nada. El pueblo de Canterlot destacaba sobre todo por ser particularmente tranquilo, desde primera hora de la mañana hasta últimas horas de la madrugada, por lo que su trabajo se concretaba principalmente en patrullas tranquilas, tráfico y poco más. Sin embargo el cuerpo policial no era tan grande como en una ciudad, y menos personas debían de ocupar más puestos a lo largo de todo un día. Además, las horas extras estaban siempre reconocidas, por lo que siempre era un plus.

-Bueno, si no hay nada esta noche puede que vuelva temprano… voy a llamar a Flash-pensó Kurt, haciendo mano de su móvil en cuanto paró frente a un semáforo en rojo.

El chico no tardó mucho en responder a la llamada, cogiendo el teléfono al poco rato.

-Hola papá.

-Hola Flash ¿Cómo estás?

-Bien, acabo de cenar… ¿no tenías patrulla esta noche?-recordó el chico.

-Sí, estoy en ello, aunque puede que vuelva dentro de poco, esto está muy tranquila y dentro de poco se termina mi ronda, así que…

-Oh, genial, he dejado un poco de sobras por si vienes con hambre.

-Gracias, hijo, vete ya a la cama si quieres, no hace falta que me esperes.

-Está bien, hasta luego, papá.

La llamada duró el mismo tiempo que duró el semáforo en rojo, por lo que Kurt aceleró inmediatamente después tras colgar.

Aunque no fue el único contacto, al poco rato por la radio de la policía se pudo oír una voz comentando.

-A todas las unidades, respondan.

-Kurt Marshall desde la veinticinco, recibido.

-Marshall, me vienes de madre, han llamado hace escasos momentos desde la veintiséis comentando que han visto algo raro cerca de una tienda de ultramarinos, ¿puedes ocuparte?

-Recibido, me pongo a ello.

Kurt encendió las luces, aunque no la sirena, y aceleró para llegar lo antes posible. Giró a la derecha en la siguiente intersección, llegando a la tienda tirando todo recto y bajándose del coche.

-Bueno, a ver qué tenemos por aquí.

Al lado de la tienda había un callejón el cual podía hacer las veces de ruta de escape, por lo que se armó de su linterna y se internó en él para investigar. No había signos de que hubieran intentado entrar por delante forzando la persiana, aunque no hubiera sido el mejor método, por lo que entrar por detrás era la opción más sensata. No perdió la vista de su casaca igualmente por si las moscas, al tiempo que alumbraba el callejón con la linterna, buscando algo que se saliera de lo común.

Llegó a un estrecho patio donde había varios contenedores junto a una escalera de incendios y poco más; en ese momento algo se movió detrás de estos y Kurt se puso en alerta.

-¿Quién está ahí?-inquirió en voz alta, alumbrando hacia delante.

Pudo distinguir un esponjoso pelo anaranjado saliendo de detrás de uno de los contenedores, además de una voz mascullando.

-Mierda…

-¡Venga, quien quiera que sea que esté ahí que salga ya, y despacio!

Pocos segundos después tres figuras se deslizaron de entre los contenedores, dejando a la vista tres chicas que se veían un tanto descuidadas; vestían muy de sport, con vaqueros algo rajados y unas sudaderas un tanto ajadas y descoloridas. Su aspecto tampoco daba una buena impresión, parecía que no se habían lavado en días.

-¿Qué hacéis por aquí a estas horas de la noche?-inquirió Kurt, extrañado.

Por un momento ninguna de las tres contestó, mirando para otro lado; la de pelo anaranjado parecía ser la más mayor, mientras que las otras dos parecían ser las más pequeñas.

-¿Qué pasa, se os ha comido la lengua el gato?

El silencio le volvió a responder, además de cierta mirada de desdén por parte de la chica de pelo naranja. Kurt dejó escapar un bufido, algo molesto.

-Muy bien, vuestra documentación.

Fue entonces cuando las chicas parecieron reaccionar, tomando la delantera la del pelo naranja y hablando por primera vez.

-No la tenemos.

-¿Que no la tenéis?-repitió el hombre, incrédulo.

-No, la perdimos hace tiempo.

Llegados a ese punto Kurt se quedó aún más incrédulo si cabía; ¿cómo era posible que tres chiquillas desamparadas no tuvieran su documentación consigo? Y además ¿de dónde habían salido?

-Está bien, quedaos ahí un momento, no os mováis.

Sin perderlas de vista en ningún momento, Kurt hizo mano de su radio portátil y murmuró.

-Central, aquí Kurt Marshall desde la veintiséis, cambio.

-Te oigo Marshall, cuéntame, ¿has encontrado algo?

-Ya tanto que he encontrado, hay aquí tres chicas que parezcan que vivan en la calle sin documentación ni señas de ningún tipo.

-¿Qué? ¿Qué edad tienen?

-No lo sé con exactitud, aunque la más mayor parece tener unos veinte o veintiún años, las otras dos parecen tener menos, las echo unos dieciséis o diecisiete.

-¿Y dices que viven en la calle?

-Tienen toda la pinta, van vestidas muy pobremente… me parece todo muy raro.

-Sí, desde luego… tráelas a comisaria, a ver si podemos averiguar quiénes son.

-Recibido, corto.

Tras la conversación Kurt se acercó a ellas y las indicó.

-Muy bien, chicas, os voy a pedir que me acompañéis un momento ¿vale?

-¿Qué? Pero si nosotras no hemos hecho…

Antes de que la chica de pelo violeta pudiera decir nada más, la de pelo naranja la acalló enseguida con un disimulado pisotón, al tiempo que seguían de cerca a Kurt, el cual se dirigió al coche patrulla. Las tres se subieron detrás y permanecieron en silencio durante casi todo el trayecto. En un momento dado, Kurt trató de sonsacarlas algo más.

-Vamos a necesitar saber vuestros nombres ¿podríais decírmelos?

Por un momento las tres no parecieron querer decirlo, pero finalmente lo hicieron.

-Adagio Dazzle.

-Aria Blaze.

-Sonata Dusk.

-Vale, gracias chicas.

Una vez que llegaron a la comisaría les tomaron sus huellas dactilares y reunieron todos los datos posibles para cotejarlos en la base de datos. Pero para su infinita sorpresa descubrieron algo que les dejó incrédulos.

-Vale, esto es raro, no hay ni una sola referencia de ellas en ningún lado, legalmente estas chicas no existen-anunció un agente, perplejo.

-¿Qué? Eso es absurdo ¿has mirado en la base de datos estatal?

-¡He mirado en todas, incluida la nacional! No están, simplemente no están.

-Pero eso es ridículo…

-¡Ya lo sé! ¿Y qué quieres que haga?

Ambos agentes se quedaron en silencio por un momento, sopesando las posibilidades.

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Mientras tanto, Sonata, Aria y Adagio se encontraban esperando en una sala aparte, visiblemente aburridas; aunque Adagio era la única que conservaba un gesto serio e incluso pensativo. En ese momento Aria comentó.

-Agh, no entiendo qué estamos haciendo aquí, Adagio, podríamos habernos deshecho de ese tipo cuando tuvimos la ocasión.

-Sí, una rápida canción hubiera resuelto el problema-asintió Sonata.

Sin embargo la chica no contestó, perdida en sus pensamientos; esto molestó a Aria, la cual la espetó.

-Eh, tierra llamando a Adagio, aterriza…

-Cállate, Aria, estoy pensando-soltó ella, con tono tranquilo.

-¿Ah, sí? ¿Y por cuanto más tiempo? Me aburro, tengo hambre, quiero irme de aquí, vámonos.

-No.

-¿Y por qué no?

Ante eso Adagio soltó un exasperado suspiro, dirigiéndose a ella inmediatamente después.

-¿Es que aún no lo entiendes? ¿Realmente quieres volver ahí fuera, a pasar hambre sin un sitio donde caerte muerta? Os estoy dando una oportunidad…

Antes de que pudiera decir nada más la puerta se abrió, entrando un hombre totalmente diferente al que les trajo allí; era de mediana edad, de facciones rectas, pelo castaño oscuro y barba desarreglada y sin afeitar. Se sentó delante de ellas, mirándolas con cara de circunstancia y mirando una serie de papeles, sin decirlas nada. En un momento dado habló.

-Vale, en toda mi carrera como inspector no había visto nada parecido. Chicas, os voy a hablar con franqueza: no existís.

Ante esa afirmación las tres arrugaron el ceño, extrañadas, aunque Sonata exclamó enseguida.

-¡Pues claro que existimos, estamos aquí, delante de usted!

-Ya, ese es el quid de la cuestión, muchacha, que estáis aquí, pero al mismo tiempo no estáis aquí-explicó el hombre, levantando una ficha.

-¿A qué se refiere?-inquirió Adagio, intrigada.

-Que no existís legalmente. Lo cual es, de por sí, una contradicción. Necesito que seáis sinceras y me contestéis una serie de preguntas ¿de acuerdo?

Adagio tan solo asintió levemente con la cabeza, asumiendo la palabra sin que las demás la tuvieran que decir nada. El inspector fue el primero en hablar.

-Muy bien, primera pregunta ¿de dónde sois?

Aria dejó escapar un leve bufido, a lo que Adagio contestó rápidamente.

-De un lugar muy lejano.

Ante eso el inspector frunció el ceño, comentando de seguido.

-¿Te crees que eso es una repuesta?

-Si se lo dijera no me creería.

-¿Y por qué no iba a hacerlo?

Ante eso Adagio no dijo nada más, quedándose callada. Las demás también guardaron silencio, mirando hacia otro lado. Por su parte el inspector optó por continuar.

-Bueno, siguiente pregunta: ¿sois familia?

Adagio levantó la cabeza, mirándole fijamente con expresión austera, y finalmente respondió.

-No.

-¿Y qué hay de ellas?-quiso saber el inspector, refiriéndose a Aria y Sonata.

-Están a mi cargo, son mi responsabilidad.

El inspector frunció el ceño, un tanto extrañado, mientras tomaba notas mentalmente.

-¿A qué te dedicas?

-Hago de todo un poco, ellas me ayudan.

-¿Me estás diciendo que no están escolarizadas?

-No ¿para qué?

-Te das cuenta que eso es ilegal ¿verdad?

Por su parte Adagio no dijo nada, mirándole con contundencia; el inspector la sostuvo la mirada por unos breves segundos hasta que finalmente dijo.

-Disculpadme un momento.

El inspector salió de la sala, encontrándose con una figura familiar delante de él.

-Comisario…

-Donelly… ¿y bien?

-No están por la labor, además, es todo muy raro con ellas… quiero creer que se han escapado de casa todas juntas o algo parecido, pero aun así no tiene mucho sentido.

-O sea que estamos ante tres chicas, dos de ellas sin escolarizar, sin nadie que se ocupe de ellas y sin existencia legal…

-Ni yo lo hubiera podido resumir mejor-asintió Donelly, con gesto serio.

El comisario se quedó callado, barajando opciones, hasta que finalmente se pronunció.

-Desde nuestro punto de vista no podemos hacer nada más, salvo ponerlas a disposición de los servicios sociales, ellos decidirán qué hacer con ellas.

-¿Cree que las ayudarán?

-Claro, de hecho es su obligación… al menos las darán un sitio donde parar, educación y una comida caliente. Cierto es que es un caso excepcional y particularmente extraño, pero nuestro cometido termina a partir de aquí. ¿Quién las encontró?

-El agente Kurt Marshall, durante su ronda nocturna.

El comisario se apuntó el nombre en la cabeza, pensando aparte.

-Ya es muy tarde para llamar a los servicios sociales, que pasen la noche aquí si eso, ya me encargaré yo de explicarlas todo.

-Pues si no hay nada más yo me retiro ya, señor-indicó en ese momento Donelly.

-Sí, gracias Donelly, hasta mañana.

Por su parte el comisario observó a las tres chicas desde el otro lado del cristal, con gesto inquisitivo y sin saber muy bien qué pensar de toda esa extraña situación. Afuera una noche cerrada se echaba sobre el pueblo, con una luna cuarto menguante por corona.

Te voy a escribir toda enterita... cachito a cachito... con todo lujo de detalles...
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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Mensaje por Marquis Perhaps » 19 Jul 2015, 16:28

Un buen capitulo , con un par de esferas dándonos a conocer el deporte del Golf. En parte se me hizo un poco pesado pero no has perdido la "calidad".

Y este capítulo me recordó que, una vez jugue al golf llegué a lanzar la bola a 30 m jejeje. Hace mas de 9 años de eso.
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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Mensaje por LloydZelos » 19 Jul 2015, 17:19

Los capítulos temáticos sobre algo que sabe hacer el autor es algo que he visto a veces en self-inserts, y normalmente suelen ser una gran mierda coñazo incomprensible en los que los susodichos muestran sus habilidades de Gary Stu al tiempo que chulean. Por suerte, te las has apañado para hacer amena esta experiencia mediante constantes explicaciones para los profanos y constantes desvíos de atención hacia el ascoputer de Blueblood. De verdad, daban ganas de incrustarle un palo en la frente :ajwhine: Además, ha sido todo un acierto el que pierdas: el pijo era alguien demasiado acostumbrado y experimentado en ese deporte, no hubiese sido lógico ganar. Aun así, has metido algún buen golpe y el tremendo momento del rebote sin que desentonasen, para que no fuese una total humillación. Y nos ha servido para ver a las chicas de esport, junto con varios momentos graciosos ("Si os echan yo no quiero saber nada" :elrisas: ) y la cariñosa escena de ánimos.

Es un episodio muy slice of life, cosa que se continúa corroborando con la escena del vagueo filosófico. Me encanta que sigas metiendo esos momentos de confidencialidad y esparcimiento entre Pinkie y yo, son la risa y muy acertados :sisi1: De todas formas, hay un acelerón importante de trama al final con la escena de las Dazzlings. Ya sabemos por qué la lía tanto Flash, le viene de familia :roto2: Y además, ¿me estás diciendo que hubiese bastado con nada más llegar ir a comisaría sin documentación para evitarnos todo el paripé, el anónimo y el Consejo? Yo te asesino :@

En fin, parece que las cosas se van a liar muchísimo a partir de ahora, con estas tres en el instituto. Buen capítulo gracias a tu forma de narrarlo, y esperando el siguiente con un hype bestial dado que ya vamos a entrar de lleno en la trama de la película o casi.
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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Mensaje por Sg91 » 03 Ago 2015, 18:34

Capítulo 12
¿¡Pero esto qué es?!


-Vale, entonces ¿por qué estamos aquí exactamente?-inquirió en ese momento Lloyd, extrañado.

-De por sí es raro que Celestia nos llame así sin más en pleno recreo…-asentí yo, igual de extrañado.

-Ni idea, queridos, algo querrá comentarnos-supuso Rarity.

-¡Pues que sea rápido, el recreo no dura mucho, por desgracia!-murmuró Rainbow, un poco molesta.

Aunque por el momento no parecía que fuera a empezar, puesto que el salón de actos aún estaba la mitad de lleno, faltando bastante más gente por llegar. Estaba siendo un recreo tranquilo, como cualquier otro, habíamos terminado de comer y nos estábamos dirigiendo a nuestro rincón de relax cuando, en un momento determinado, la voz de Celestia anunció por megafonía que nos reuniéramos todos los alumnos en el salón de actos, puesto que al parecer quería hacernos un anuncio importante. Nosotros fuimos de los primeros en llegar, tomando asiento en las primeras filas del patio de butacas. Poco a poco el resto de alumnos de otros cursos fueron llegando, teniendo que esperar unos quince minutos más. Una vez que todo el mundo estuvo presente, Celestia hizo acto de aparición junto a su hermana Luna; a una señal suya todo el mundo fue guardando silencio hasta que finalmente Celestia habló.

-Buenas tardes a todos. Supongo que os estaréis preguntando que por qué os hecho llamar en medio de un recreo…

Frente a eso mucha gente asintió por lo bajo, extendiéndose una ola de murmullos por todo el lugar; antes de que la cosa fuera a más, Celestia retomó el hilo.

-El caso es que necesitaba que todos estuvierais juntos para anunciar lo que tengo que anunciar, puesto que nos concierne a todos. Supongo que sabréis que debido a ciertas cuestiones económicas nos vimos obligados a cerrar algunos clubes para poder subsanar las cuentas del instituto…

Mucha gente dejó escapar gruñidos y murmullos quejumbrosos que resonaron bastante por todo el salón de actos; por su parte Rainbow no dijo nada, pero esbozó un gesto molesto en su cara.

-Bueno, pues dado que necesitamos dinero para poder reabrir cuanto antes todos esos clubes, el consejo escolar nos ha recomendado que organicemos un festival musical en el cual todos vosotros podéis participar si os apetece.

La noticia cogió por sorpresa a muchos de los presentes, reaccionando esta vez de manera positiva; Celestia se siguió explicando.

-El festival tendrá carácter benéfico y los beneficios recaudados de él se destinarán para tapar agujeros y así poder reabrir todos esos clubes que se vieron afectados por los recortes. Como ya he dicho, todos los que deseéis participar con vuestras bandas sois más que bienvenidos, por lo que podréis aportar también a la causa.

Los murmullos se fueron extendiendo de nuevo por todo el salón, dejando a mucha gente notablemente animada. Y, de igual forma, a Rainbow también se la veía inspirada.

-Aún queda una semana para el festival, por lo que tendréis tiempo para juntaros entre vosotros, organizar vuestros grupos e inscribiros. Si al final alguien se anima tiene que diseñar también su propio emblema que represente a su banda, así como un cartel aparte para ayudar a promocionar el evento-continuó Celestia dando detalles.

Para entonces la gente ya estaba lo suficientemente emocionada, siendo curioso que los que más lo estaban eran todas aquellas personas cuyos clubes habían cerrado, aunque en realidad era bastante obvio si se pensaba fríamente. Y, de igual manera, Rainbow no se hizo de rogar una vez que volvimos a nuestro rincón de relax.

-Decidido, participaremos en el festival.

-¿Participaremos? ¿Cómo que participaremos?-repitió Rarity.

-Sí, aquí la única que ha decidido nada eres tú, aparentemente-añadió Applejack, con sorna.

-Oh, vamos, está más que claro, necesito participar en ese festival para que mis clubes reabran, es la oportunidad perfecta.

-Hombre, a mí también me gustaría que el club de costura volviera a abrirse…-comentó Rarity.

-Pues más que suficiente entonces… vamos, Rarity, únete a mi banda-la animó Rainbow.

-Bueno, por mí vale, aunque si sólo somos dos…

-¿Y qué si somos dos? El resto no tienen que participar si no quieren, después de todo sus clubes no cerraron… al menos el de Lloyd y Sg-recordó la chica.

Por nuestra parte no hicimos ningún comentario puesto que así era, aunque en ese momento oímos un débil murmullo que nos llamó a todos la atención; nos giramos y vimos a Fluttershy con cara de circunstancia.

-¿Qué pasa, dulzura?-inquirió Applejack.

-Oh, bueno, es que… no quise deciros nada para no preocuparos, pero es que mi club también cerró, y, bueno…

Antes de que la chica pudiera decir nada más, Rainbow se adelantó y murmuró.

-Pues hala, ya somos tres ¿alguien más?

-Por mi parte no, ya que no estaba en ningún club, pero si necesitáis mi ayuda yo os la puedo dar-se ofreció Applejack.

-Gracias, Applejack, tu ayuda será muy bienvenida…

-¡Huy y yo, y yo, por fa, siempre he querido formar parte de una banda, es una de las pocas cosas que aún no he hecho!-exclamó Pinkie en ese momento.

-¡Cuatro! ¿Alguien da más?

Por mi parte no dije nada, ya que nunca me había considerado ningún dandi de la música, nunca antes había tocado ningún instrumento, y cantar, lo que se dice cantar, no lo hacía particularmente bien. Lloyd tampoco hizo ademán de decir o aportar algo, por lo que supuse que estaba en las mismas que yo. Aunque por un momento vi que Sunset quiso decir algo, pero al final se quedó callada, sin decir nada más. La quise preguntar, pero en ese justo momento lo que quedaba de recreo se pasó rápidamente, oyendo la campana a lo lejos que anunciaba el fin del mismo y el comienzo de las clases de la tarde.

El tema de la banda no volvió a salir hasta después de clases, mientras tomábamos algo en el Sugarcube Corner; aunque intenté hablar con Sunset justo después para preguntarla por qué se quedó callada, ella se excusó diciendo que tenía tarea atrasada que hacer y no vino con nosotros a tomar algo. Eso me dejó particularmente extrañado, aunque preferí no presionarla, apuntándome mentalmente hablar con ella esa misma noche.

-Vale, ahora necesitamos decidir y organizar un poco los instrumentos que cada una vamos a tocar. Si mal no recuerdo conservo una vieja guitarra mía que tocaba hace mucho, yo puedo ser la guitarrista y vocalista-sugirió Rainbow.

-Oh, pues ahora que lo comentas yo tengo mi bajo en el garaje muerto de risa desde hace varios años, podría ser un buen momento para rescatarlo-recordó Applejack.

-Bajo, me gusta, muy flexible para el ritmo de fondo, genial Applejack… ¿y qué hay de vosotras, chicas?-inquirió Rainbow, dirigiéndose a las demás.

-Oh, déjame sorprenderte, querida, he pensado en algo que va a quedar divino en cuanto lo veas-aseguró Rarity.

-Lo cierto es que no sé qué puede quedar divino en tu caso, Rarity…

-Oh, eh… bueno, el caso es que aún no he pensado en nada, déjame que me lo piense, igual tengo algo en casa…-murmuró Fluttershy, algo insegura.

-Bueno, tenemos una semana, aunque no te demores mucho, eso sí… ¿y tú, Pinkie?

-¡Oh, no tengo ni la más absoluta idea!-exclamó ella animadamente.

-¿Eh? ¿Y eso que significa?

-¡Que no tengo nada que tocar, claro! El caso es que nunca me he decidido por ningún instrumento en específico, he tocado y probado muchos, sí, pero ninguno me ha llamado la suficiente atención, eso es todo.

-Bueno, vale, pero necesitas un instrumento para la banda, Pinkie-la recordó Rainbow.

-Lo sé, aunque ya te digo que no se me ocurre nada, al menos por ahora…

-Bueno, yo te puedo ayudar a encontrar un instrumento que te encaje-anunció en ese momento Lloyd.

-Oh ¿lo harías, Lloydi? ¡Ah, ya sé, podríamos tocar juntos! ¿Qué me dices?-inquirió ella, particularmente animada por la idea.

-Eh… bueno, el caso es que me encantaría, pero no estoy particularmente ducho en ninguno en concreto…

Los demás seguían hablando de todo un poco, pero yo seguía perdido en mis propios pensamientos, sobre todo preocupado por Sunset. Sabía que algo la había molestado, pero aun así se fue tan repentinamente… ¿Qué era lo que quería decir? ¿Y por qué se fue así sin más? En ese momento vimos a Vinyl entrar en el sitio con sus cascos puestos, moviendo la cabeza rítmicamente; en cuanto pasó a nuestro lado la saludamos fugazmente, al tiempo que ella pedía un muffin sin apenas abrir la boca y se marchaba por donde había venido.

-Bueno, en ese caso está decidido, somos cinco y por ahora tenemos una guitarra acústica y un bajo. Necesitamos un nombre, eso sí-comentó en ese momento Rainbow.

-Oh, querida, déjame a mí diseñar el logo, me aseguraré de que sea perfecto-pidió Rarity.

-Vale, pero en ese caso el nombre lo decidiré yo… ¿Qué os parece Las Rainbooms?-sugirió la chica en ese momento.

-Rainbooms… me gusta, tiene estilo, suena bien, Rainbooms…-repitió Rarity.

-Aunque por ahora necesitaremos practicar, hace tiempo que no toco el bajo…-comentó en ese momento Applejack.

-No os preocupéis, en cuanto vaya a registrar el grupo pediré también la sala de música para ensayos.

Las chicas siguieron hablando sobre el tema, aunque yo apenas escuchaba, puesto que hice mano del móvil y estuve hablando con Sunset.


Sg
Te estás perdiendo los batidos…
Sunset
Ya, es una pena, pero es que tengo trabajo atrasado…
Sg
¿Seguro? :fshuh:
Sunset
Claro, ya sabes que me lo tomo muy en serio…
Sg
Pero normalmente te administras muy bien el tiempo y apenas tienes problemas al respecto…
Sunset
Ya, bueno, pero esta vez se me ha acumulado un poco…
Sg
Oh, vamos cielo, algo te pasa, no me lo niegues…
Sunset
Es una tontería…
Sg
Sabes que puedes contármelo, siempre voy a escucharte. Para eso estoy.

Hubo un breve momento en el cual Sunset se quedó callada, hasta que finalmente contestó.
Sunset
Está bien, aunque… ¿podríamos hablarlo mejor en persona? Lo prefiero así
Sg
Claro ¿te viene bien quedar ahora?
Sunset
Sep, pásate por casa si eso
Sg
Bien, voy para allá

Por mi parte preferí no esperar más, apuré el batido y me excusé, dejando al grupo debatiendo sobre los siguientes instrumentos. Afuera la tarde se echaba sobre el pueblo, pintándolo de un color naranja pardo.

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Esa misma tarde después de clase Rainbow estaba que no paraba; llevaba consigo un estuche de guitarra e iba a paso ligero, dejándonos a nosotros muy atrás.

-¡Espera, Rainbow, más despacio!-la llamó Rarity.

-¡No hay tiempo de ir despacio, tenemos que hacer esto antes de esta semana, mi guitarra no está en condiciones de tocar nada!

-¡Pero si ni siquiera nos has explicado cual es el problema!

-¡Lo veréis en cuanto lleguemos!

-Eso si llegamos…-masculló Lloyd, algo cansado.

Por mi parte me mostraba preocupado, aunque no era por eso precisamente; hasta el momento Sunset no había hablado con ellas aun a pesar de que la había alentado a hacerlo. En ese momento me encontraba hablando con ella por wasap, tratando de no quedarme muy atrás.

Sg
¿Dónde estás, cielo? Pensaba que ibas con ellas…
Sunset
Las vi tan estresadas que no quise meterme. Además, no vi el momento para hablar con ellas…
Sg
Oh, vamos, ya hemos hablado de eso…
Sunset
Lo sé, cariño, lo sé, dame un tiempo ¿vale?
Por mi parte dejé escapar un quejumbroso suspiro, algo molesto por su actitud; aun a pesar de mis esfuerzos por que hablara con las chicas, no se atrevía a pedirlas si podía entrar en la banda. Por alguna extraña razón pensaba que no la correspondía a ella pedírselo, aun a pesar de que tan solo tenía que hacerlo y punto.

-¿A qué viene esa cara?-inquirió Lloyd en ese momento.

-Se trata de Sunset… ¿no te lo conté?

-No ¿el qué exactamente?

Quise decir algo, pero en ese momento Pinkie nos llamó.

-¡Lloydi, Sgi, por aquí!

Apretamos el paso hasta que finalmente llegamos a una tienda de música que no conocíamos, aunque una cara que sí que era conocida se encontraba al otro lado del mostrador; nada más vernos se quitó los cascos y exclamó.

-¡Hey, chicos! ¿Qué pasa? ¿Te has pensado eso que te dije, Rainbow?

-Hola Vinyl, sí, a ver si me puedes hacer un buen precio…

-Claro, veamos cómo está la vieja.

Antes de que pudiéramos decir nada, Rainbow abrió el estuche, revelando una vieja y andrajosa guitarra; una cuerda incluso llegó a romperse debido a la tensión.

-Oh, cielos, qué desastre…-murmuró Rarity.

-Sí, bueno, hacía tiempo que no la tocaba… ¿y bien, cómo lo ves?-inquirió Rainbow.

-Bof, muy ajada, tía…

-Sí, eso ya lo sé, me refiero al precio de descuento del que me hablaste-la recordó la chica.

-Oh, sí, perdona… bueno, teniendo en cuenta el estado en el que se encuentra, no te compensaría gran cosa, la verdad-explicó Vinyl.

-Ya… ¿no tendrás alguna oferta que me pueda permitir por un casual?

-Bueno, mira si quieres, mis padres reponen cada semana, puedo mirar en el almacén si no encuentras nada.

-Genial, gracias Vinyl.

Las chicas estuvieron mirando una guitarra que le pegase a Rainbow mientras que nosotros hablábamos por lo bajo.

-¿Y bien, qué ha pasado con Sunset?

-El otro día estuvimos hablando y me comentó que en un principio quiso unirse a la banda, pero al final no lo hizo porque consideraba que no la correspondía pedirlas tal cosa-revelé yo.

Ante eso el chico se quedó con una cara de incredulidad total, al tiempo que decía.

-¿Qué? ¿Y eso por qué?

-Eso fue lo mismo que la dije yo, intenté convencerla de que lo hablara con ellas, pero aun y con todo… no sé por qué se muestra tan esquiva con un tema así, no tendría por qué, se supone que ya está todo atado y bien atado entre ellas.

-¿Y no te dijo nada más?

-No, intentaré hablar de nuevo con ella, aunque es raro…

Lloyd quiso decirme algo, pero en ese momento una voz conocida exclamó.

-¡Yo la vi primero, Rainbow Dash!

-¡Ya, claro! ¿Y qué más, Trixie? ¡Búscate otra!

-Chicas, chicas, calmaos, pedid otro modelo igual a Vinyl y ya está-sugirió Applejack en ese momento.

-No, me temo que ese es el único modelo de guitarra de doble mástil disponible, mi padre la consiguió de traca en un festival de música punk, aunque no la vende ni a tiros-informó ella.

-¡En ese caso me la quedo yo que la he visto primero!-comentó Trixie, tirando de ella.

-¡Y una mierda, trae acá, es mía!

-A ver, a ver, tranquilas, no seáis crías, ¿por qué no os la rifáis con una pequeña competición?

-¡Ah, buena idea, Applejack! ¡Te reto, Trixie, a ver quién tiene los dedos más rápidos!

-Oh, vas a lamentar el haber desafiado a la gran y poderosa Trixie, Dash…

Antes de lo esperado, las dos se enzarzaron en un duelo musical en la que la una trataba de superar a la otra en cuanto a técnica y sonido.

-Je, si es que son como niñas…-comenté por lo bajo en un momento dado.

-¿Y qué esperabas? ¿Un entendimiento mutuo amistoso?-inquirió Lloyd, divertido.

-También es verdad…

Por un momento Trixie parecía conseguir superar a Rainbow, aunque esta rasgó las cuerdas con fuerza, haciendo sonar tres potentes acordes; fue entonces cuando todo se volvió muy raro como mínimo. Un aura eléctrica brillante rodeó a Rainbow al tiempo que ésta tocaba, transformándola de golpe; la crecieron las alas en la espalda, dos orejas de poni surgieron en su cabeza y el pelo la creció desmesuradamente, imitando una cola. Hasta la guitarra cambió de color, volviéndose de un azul brillante y con estampados amarillos de su marca en el mástil, que se volvió rojo. Las demás la miraban maravilladas mientras que nosotros hacíamos lo propio pero con cara de incredulidad total aderezada con un poco de pánico y algo de ajismo a partes iguales. En cuanto alcanzó su punto álgido en el aire, Rainbow se dejó caer hacia el suelo, provocando una mini explosión de colores hacia todas las direcciones en cuanto aterrizó. Por un momento no hubo nada, pero justo después las demás dejaron escapar gritos de euforia y júbilo, como quien no quiere la cosa. Aunque justo en ese momento se acordaron de nosotros y se giraron por un momento, para vernos inmersos en una marea de estupor e inquietud importantes. La primera en hablar fue Rainbow.

-Eh, esto… no es lo que parece.

-¿¡Que no es lo que parece?!-repetimos nosotros a coro.

-¡Tiene su explicación!-añadió Rarity.

-¡¿Ah, sí!?

-¡No es nada raro, Lloydi, en serio, por favor, no te enfades!-murmuró Pinkie, preocupada.

-¡Pero, pero, pero! ¿¡Cómo, por qué, cuándo, dónde?!-inquirió Lloyd, sin apenas lograr montar frases enteras.

-Vale, primera pregunta: ¿Qué co*o ha sido eso? Segunda pregunta: ¿por qué pareces un poni? Tercera pregunta: ¿por qué nadie aquí se extraña como mínimo incluyendo a Vinyl y a Trixie? Cuarta pregunta: ¿¡Qué co*o está pasando?!-mascullé yo por mi parte, un tanto asustado.

-Es… una larga historia-murmuró Rainbow, no muy segura de qué decir.

-Si nos dejáis que os expliquemos…-añadió Applejack.

Lloyd y yo nos miramos por un momento, no muy seguros de qué decir o qué hacer a continuación; estaba más que claro que sabíamos que se podían transformar, ya se vio en la primera película, aunque de la forma que lo había hecho Rainbow, con tan solo tocar, no lo habíamos visto nunca. Y así, en frío, no tenía mucho sentido. Además, como reacción y distracción había quedado perfecta.

-Por favor, Lloydi, sé que parece una locura, pero es real, déjame que te explique…-murmuró Pinkie, acercándose a él.

Por un momento los dos nos relajamos y no dijimos nada, esperando una explicación; aunque en ese momento Rarity habló.

-Será mejor que lo hablemos de una forma más privada… si no os importa.

-No te preocupes, tía-murmuró Vinyl, quitándole hierro al asunto.

-Como si fueran a creer a la gran y poderosa Trixie fuera del instituto ¿sabes?-añadió Trixie, sin remilgos.

Aprovechando la situación, Rainbow al final se quedó con la guitarra que usó en el enfrentamiento, dejando la de doble mástil para Trixie, aunque esta no pudo comprársela puesto que valía doce mil dólares. La transformación de Rainbow se deshizo al poco rato, como si nada hubiera pasado.

Como estábamos cerca fuimos a casa de Rarity, que en esos momentos se encontraba vacía. Una vez allí nos sentamos en el salón y nos estuvieron explicando todo lo que ya sabíamos, aunque omitiendo interesantemente el origen de toda esa magia. Por nuestra parte nos mostramos mínimamente impresionados para no llamar demasiado la atención. Una vez que estuvimos situados, Lloyd fue el primero en hablar para hacerlo más creíble.

-Vale, a ver si lo he entendido… de repente sois unas chicas mágicas porque un poni mágico vino de un mundo paralelo donde todo el mundo es un poni mágico y dejó una huella aquí, impregnando el ambiente con magia.

-Eh… sí, básicamente, lo has pillado rápido-asintió Pinkie.

-¿Por qué?-soltó en ese momento él.

-¿Cómo?

-¿Que por qué? Quiero decir ¿por qué pasa esto, cómo es posible?

-Buena pregunta, querido, no tenemos ni idea…

-Pero espera ¿ya os había pasado esto antes? Lo dudo, lo hubiéramos visto-comenté yo en ese momento.

-Bueno, no de forma tan evidente, aunque personalmente llegué a sentir algo raro cada vez que canturreaba en la ducha o estando a solas en mi habitación, tarareando alguna canción-comentó Rarity.

-¿Ah, sí?-inquirieron el resto de chicas.

-Sí, bueno, aunque fue de forma muy fugaz, era como una sensación de cosquilleo, no me transformaba ni nada, aunque sentía a mi pelo brillar y mis orejas estremecerse, era extraño.

-¿Y hasta ahora no nos has dicho nada?-inquirió Applejack, ceñuda.

-Bueno, no lo consideré importante… hasta ahora, claro. ¿No os ha pasado a ninguna de vosotras?

Antes de que nadie más pudiera hablar, Fluttershy comentó en ese momento.

-Oh, pues… ahora que lo dices… yo también he llegado a sentir algo raro en mi espalda cada vez que tarareaba algo por lo bajo, justo como tú, Rarity…

-¿Applejack?-inquirió Rainbow justo después.

-Nope, nada de nada.

-¿Y tú, Pinkie?-quiso saber Lloyd, ceñudo.

-Tampoco, y si hubiera habido algo os lo hubiera dicho igualmente, eso desde luego.

Por un momento hubo un breve silencio entre todos, antes de que yo sacara unas rápidas conclusiones.

-Vale, entonces teniendo en cuenta todo esto, parece ser que esa magia residual, por así llamarla, surge cuando cantáis o tocáis música… curioso.

-Yo no lo llamaría curioso ¿sabes?-saltó Lloyd en ese momento.

-¿Ah, no? ¿Y cómo lo llamarías?

-Yo lo llamaría… conveniente.

Ante eso fruncí el ceño, un tanto extrañado, aunque Pinkie aprovechó para hacer un apunte.

-¡En cualquier caso está todo aclarado! ¡Hey, Lloydi, igual si encuentro un instrumento que me pegue puede que yo también me transforme! ¿No sería eso genial?

-Eh… bueno, no sé, todavía no trago del todo el hecho de que seáis unas chicas mágicas…

Ante eso la chica se quedó un tanto rustleada, llegando a esbozar una preocupada mirada ante su afirmación, aunque el chico no tardó casi nada en corregirse.

-Pero eso no significa que no te trague a ti, eso sí… recuerda que eres mi dulce algodón de azúcar.

-Oh, y tu mi dulce bombón de licor… déjame que te coma.

Los dos se dieron mimos y arrumacos cariñosos, cosa que Rainbow comentó.

-Agh, qué empalagosos sois a veces…

-Envidiosa…-murmuró por su parte Applejack.

El chiste sirvió para relajar un poco el ambiente y hacerlo más distendido, riéndonos un poco; aunque por mi parte no me quedaba del todo claro ciertas cosas, en realidad tanto Lloyd como yo sabíamos de dónde provenía esa magia y por qué había acabado allí, aunque por un momento pensé que quizás el no preguntarlo lo haría sospechoso per se, por lo que preferí ir sobre seguro en ese aspecto.

-Bueno, por muy inverosímil que parezca es cierto puesto que lo hemos visto… aunque hay algo que no me queda claro, según vosotras apareció una chica mágica que impregnó el ambiente con su magia, vale, pero… ¿por qué apareció exactamente?

Por un momento todas se quedaron calladas, mirándose entre sí y viendo enseguida qué era lo que estaba preguntando. Rarity fue la primera en hablar.

-Veras, querido… dado que después de todo al final habéis acabado sabiéndolo, creo que merecéis saber el resto de la historia. Sobre todo tú.

-¿Yo? ¿Por qué yo?

-Porque el resto de la historia tiene mucho que ver con Sunset. Verás, ella hizo mucho más que ser una simple bravucona.

Aunque yo ya lo sabía, y Lloyd también, en todo momento me hice el ignorante y entre todas me estuvieron explicando la historia. Me mantuve en esa línea en todo momento, haciéndome el sorprendido cuando la situación lo ameritaba.

-Entonces… Sunset es una poni.

-Sí.

-Y se convirtió en una diablesa…

-Me temo que sí.

Hubo otro breve silencio en el cual las chicas me miraron un tanto preocupadas, Rarity se apresuró a decir.

-Hubiera preferido que hubiese sido Sunset la que te lo hubiera explicado, aunque… bueno, supongo que lo entenderá.

Yo tan solo asentí con la cabeza, quedándome pensativo. Aun así prefería hablarlo con ella, aunque solo fuera para decirla que me habían contado todo, por lo que quedé con ella por wasap al lado de su casa, en un pequeño parque colindante.

A los pocos minutos esperando vi a Sunset acercándose a mí al trote, visiblemente feliz.

-¡Hola cielo!-me saludó ella, dándome un rápido beso en los labios.

-Hola…

Enseguida la chica notó el tono con el que la saludé e inquirió extrañada.

-Eh ¿Qué te pasa, a qué viene esa cara?

Ante eso dejé escapar un corto suspiro, escogiendo las palabras apropiadas para decirla lo que tenía que decir.

-Me lo han explicado todo, Sunset.

Al principio la chica no entendió del todo mis palabras, aunque al final algo se olió y su gesto se torció, mostrando una mueca preocupada.

-¿Qué quieres decir?

De forma resumida la expliqué lo que había pasado hace escasos minutos, incluyendo todo lo que Rarity me había revelado; para entonces ella ya estaba lo suficientemente nerviosa y visiblemente azorada, esbozando un gesto triste.

-Es culpa mía… todo es culpa mía-masculló entonces, con lágrimas en los ojos.

-No, cielo, no digas eso…

-No, no me digas tú eso, sabes que es cierto, fui yo quien lo echó todo a perder, fui yo quien se convirtió en un monstruo…

-Pero…

-Yo… yo… lo siento mucho, de verdad… si no quieres seguir estando conmigo lo entenderé…

-¿Pero qué dices? Pues claro que quero seguir estando contigo, te quiero, Sunset-murmuré con contundencia, cogiéndola de la mejilla.

-Pero… después de todo lo que he hecho… ¿vas a seguir queriéndome así sin más?-masculló ella, apartando la mirada.

-¡Pues claro que sí! ¡Y no soy el único que lo hace! ¡Tienes a cinco maravillosas amigas que siempre estarán ahí para ti, y me tienes a mí, cariño! Y por supuesto que seguiré queriéndote, yo me he enamorado de la Sunset buena, dulce y comprensiva, no de aquella Sunset que se metía con los demás.
Ante eso la chica esbozó una tierna sonrisa, aunque sin borrar esa triste expresión de su cara.

-Sé que me quieres, pero aun así… ¿realmente merezco todo lo que tengo ahora después de todo lo que he hecho? La amistad de mis amigas, tu amor y cariño…

-Oh, vamos, cielo, no pienses más en eso, lo hemos hablado más veces…

Aun a pesar de eso la chica no pudo evitar soltar unas lágrimas y yo la abracé, tratando de consolarla. Ella se echó sobre mi hombro y siguió llorando, llegando a musitar entre medias un sentido lo siento. Preferí no decirla nada y seguí abrazándola, tratando de aliviar su pena. Sobre nuestras cabezas el cielo se nublaba poco a poco, trayendo consigo un leve viento de poniente.

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Tras el descubrimiento de todo el asunto de la magia por nuestra parte, el resto de la semana previa al festival pasó más rápidamente de lo que nosotros mismos hubiéramos esperado. El resto de chicas fueron buscando unos instrumentos que las encajaran, Applejack quiso rescatar su bajo, aunque con tan mala fortuna que su abuela acabó vendiéndolo en una venta de garaje a la tienda de empeños de Flim y Flam.

-¿Y cómo es que tu abuela acabó vendiendo tu bajo?-inquirió en ese momento Rarity, mientras nos dirigíamos para allá.

-Pues porque pensaba que no lo volvería a tocar, y yo tampoco, pero ahora con todo esto de la banda…

-No te preocupes, Jackie, seguro que te lo devuelven si les explicas que ha sido un error-murmuró Pinkie, animada.

-Yo no estaría tan seguro…-comentó en ese momento Lloyd.

-¿Y por qué no, Lloydi?

-Esos dos son unos peseteros de cuidado, dudo mucho que se desprendan así sin más de cualquiera de las cosas que tengan allí.

Aunque yo opinaba igual que Lloyd, las chicas parecían tener más fe, apretando el paso para llegar antes; durante el camino, Lloyd y yo estuvimos hablando.

-Entonces… ¿hablaste con Sunset?

-Sí, la pobre sigue estando muy insegura de todo, incluso llegó a pensar que no seguiría con ella debido a lo que pasó.

-¿En serio?

-Sí, parece ser que todo lo ocurrido la pesa más de lo que yo mismo hubiera esperado.

-Pero si lo hablasteis más veces mucho antes de que descubriéramos todo el rollo este de la magia…

-Ya, pero aun así… He intentado animarla, sugiriéndola que comente a las chicas que la dejen unirse a la banda, pero ahora evita el tema. Por ahora prefiero no presionarla.

Lloyd quiso decir algo, pero en ese momento llegamos a la tienda, donde Flim y Flam ya nos estaban dando la bienvenida a su manera. Applejack trató de recuperar su bajo por el mismo precio que ellos se lo compraron a su abuela, dos dólares, pero ellos trataron de encasquetarla mil dólares alegando costes de transporte y demás absurdeces.

-¿Pero qué costes de transporte ni qué ocho cuartos? ¡Es un p*to bajo, se puede llevar a la espalda!-exclamé yo.

-¡Pues precisamente, joven, un servidor padece un dolor de espalda atroz, comprenderá usted que eso es peor que forzar la voz!

-¿Qué?

-¡Mil dólares es el precio final, yo creo que no está nada mal!-opinó Flim.

-¿Pero que se creen ustedes, que soy rica?-inquirió Applejack, molesta.

Por un momento parecía que no habría manera de recuperar el bajo, pero en ese momento Pinkie le comentó algo a Lloyd en voz baja, a lo que él abrió mucho los ojos al tiempo que decía.

-Dime que lo tienes.

-Espera, creo que sí.

Estuvo rebuscando un momento en sus bolsillos, aunque enseguida se dio cuenta de una cosa.

-Espera, no tengo bolsillos… un segundo.

Fue entonces cuando se llevó la mano a su pelo, revolviéndoselo durante unos segundos, y sacando un cheque descuento de esa misma tienda.

-¡Ah, aquí está!

Lloyd se la quedó mirando por unos breves segundos, como embobado, hasta que finalmente murmuró.

-¿Te he dicho ya que te quiero?

-Oh, claro que sí, tontín.

Lloyd cogió el cheque, se adelantó y murmuró.

-Aquí tienen un cheque descuento que me dieron la última vez que estuve aquí ¿por cuánto se lo pueden descontar?

Tanto Flim como Flam se miraron con un gesto que no me gustó nada; el bigotudo lo cogió por un momento, hablando con su hermano por lo bajo, hasta que finalmente murmuró.

-Lo sentimos mucho, joven, pero este cheque ha dejado de tener validez.

-Una lástima, pardiez, pero qué le vamos a hacer.

-¿¡Cómo?! ¿Dónde pone ahí que haya dejado de tener validez?-inquirió el chico, molesto.

-Estos cheques siempre tienen un límite de tiempo para su uso, más de tres meses invalida su uso.

-Eso es redundantemente redundante… y muy caradura-les espetó Pinkie, molesta.

-¡Además, ese es mi bajo, y lo puedo demostrar!-añadió Applejack.

-¿Ah, sí? ¿Y cómo lo vas a hacer?-quiso saber Flam.

Antes de que el hombre pudiera decir nada más, la chica le arrebató el bajo de sus manos, se lo colgó y empezó a tocar con gran habilidad y destreza; sus dedos corrieron raudos, rasgando las cuerdas. En cuanto hizo sonar tres acordes seguidos, hubo un destello y, antes de que lo supiésemos, se dio otra transformación. El pelo de Applejack creció desmesuradamente, surgiendo la cola, un amplio flequillo, además de las orejas de poni y el cambio estético del bajo. Incluso llegó a haber un fuerte viento provocado por las ondas del bajo, que se amplificó por efecto de la magia presente. En cuanto pasó tanto Flim como Flam miraban estupefactos a Applejack, al igual que Lloyd y yo, aunque las chicas la alabaron, quedándose encantadas.

-Agh, no me acostumbro a esta mierda…-masculló Lloyd, por lo bajo.

-Bueno, es… colorido-murmuré yo.

-Había olvidado lo permisivo que sueles ser en ocasiones…

-Meh, me adapto rápido. Aunque es curioso, la transformación se ha dado tras tocar tres acordes seguidos y ascendentes, justo como lo hizo Rainbow…

Aun y con todo, Flim y Flam se lo tomaron sorprendentemente bien teniendo en cuenta que una chica se había transformado enfrente de ellos, dispuestos a cobrarla de más si era necesario. Ante esa situación Lloyd y yo nos adelantamos y les pusimos las cosas claras.

-Mirad, usureros de medio pelo, le vais a devolver el bajo a Applejack por las buenas o…

-… o bien podemos llegar a un acuerdo ¿verdad que sí, hermano?-se adelantó Flim.

-¡Por supuesto que sí! ¡Los acuerdos son siempre nuestra mejor mano!

-¿Qué tipo de acuerdo?-inquirió Applejack, ceñuda.

-Oh, nos vendría bien un poco de promoción…

Sin otro remedio, Applejack aceptó las condiciones, en las cuales tenía que promocionar la tienda con su bajo y vestida de plátano. Aun a pesar del ridículo la cosa funcionó y la devolvieron el bajo sin mayores incidentes, salvo las constantes burlas de Rainbow cada vez que pasaba por allí.

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Aunque costó un poco verlo al principio, Pinkie también acabó encontrando un instrumento que se adaptara bien a su energía y dinamismo; hasta el momento había estado probando unos cuantos, entre ellos el saxofón, el triángulo y hasta el teremín, con el cual había demostrado tener mucha mano.

-Es tan mágico… prueba tú también, Lloydi, es genial…

-Sí, la verdad es que suena muy bien, aunque lo malo es que no sé cómo puede encajar en la banda…

-Ya, lo sé, yo también lo he pensado. Lo cierto es que hasta ahora todo lo que he probado no es muy práctico para tocar en una banda.

-Bueno, es cuestión de seguir probando, seguro que hay algún instrumento por ahí que sea perfecto para ti.

-¿Y cuál puede ser? No se me ocurre ninguno…

En ese momento sonó el reloj que anunciaba el fin del tiempo de práctica, por lo que tenían que dejar libre el aula de música para los siguientes que la requirieran.

-Se nos acabó el tiempo, vayamos ya a comer, igual los demás nos pueden dar algunas ideas-sugirió Lloyd.

-Está bien, vamos.

El camino hacia la cafetería fue rápido y fugaz, se pasaron primero por la barra para que la abuela Smith les sirviera la comida y luego nos localizaron donde normalmente nos sentábamos siempre. Nada más llegar Rainbow inquirió.

-¿Y bien? ¿Qué tal?

-Nada de nada…

-¿Qué? Pinkie, te recuerdo que en menos de cuatro días comenzará el festival, necesitamos tener a toda la banda al completo para entonces…

-Lo sé, Rainbow, lo sé, pero aún no he encontrado nada que me guste-murmuró Pinkie, tamborileando sus dedos en la mesa.

-La he estado ayudando a encontrar algo que encaje en la banda, se la da bien tocar todo tipo de instrumentos, pero todos los que hemos visto apenas se ajustan en el contexto de una banda-reveló Lloyd.

-¿Seguro que habéis considerado todos los instrumentos?-inquirí yo en ese momento.

-Sí, creo que sí… ¿lo hemos hecho, Lloydi?

-Sí, al menos con todos los que el club de música tiene a su disposición… menos mal que ese no cerró.

-¿Y qué tenían en el club?

-Pues tenían algunos de cuerda como violines, arpas y liras, algunos de viento como flautas dulces y transversales y saxofones y algunos de percusión como el triángulo, pero ninguno se adecua muy bien a lo que es la banda en sí.

-¿Y no tenían nada de membranófonos?

-¿Membra qué?

Antes de decirle nada le señalé a Pinkie, la cual se entretenía ella sola tamborileando sus dedos en la mesa, aunque había ampliado su repertorio y ahora también estaba marcando el ritmo con los cubiertos tanto en los platos, en su vaso, en la bandeja y hasta en la propia Rainbow Dash, la cual la espetó que parara con gesto molesto. Fue entonces cuando Lloyd lo comprendió.

-¡Pues claro, membranófonos! ¡La batería!

-Ahí le has dao.

Esa misma tarde nos trajeron una batería que conseguimos que otra de las bandas nos prestara y Pinkie estuvo practicando con ella; en cuanto tuvo las baquetas en su poder las giró en sus manos y comenzó a golpear con ellas los tambores de forma rítmica y rápida, descargando sobre ellos su inagotable energía. Al principio no pasó nada, todo era normal, aunque en un momento dado llegó a tocar una escala ascendente hasta acabar golpeando un platillo; inmediatamente después su cuerpo entero comenzó a brillar, al tiempo que el pelo la crecía hacia abajo, formando la cola, y sus orejas la salían en la cabeza, de forma algo más desapercibida. Una vez que terminó con su performance Pinkie jadeó debido al cansancio, aunque con un gesto de alegría en su cara. Las chicas la alabaron, aunque Lloyd la miraba con un poco de recelo, a lo que ella se acercó a él y le preguntó.

-¿Y bien? ¿Cómo me veo?

-Un poco rara…

-Oh, pero sigo siendo mona ¿no?

-Sí, bueno, la verdad es que sí…

-Ji, ji, lo sabía…

Aun a pesar de todo Lloyd no hizo más comentarios y la transformación se deshizo al poco rato, volviendo la chica a su estado original enseguida. Aunque por mi parte se refería había algo que me intrigaba. Hasta ahora todas habían acabado transformándose tocando una serie de notas específicas, concretamente unos tres acordes concatenados y ascendentes. Quizás solo fuera una coincidencia, aunque en las siguientes transformaciones pude cerciorarlo un poco más.
En el caso de Fluttershy, que al final acabó agenciándose una pandereta de forma muy casual, fue ligeramente diferente ya que su instrumento era el más distinto de todos. Al ser un instrumento autorresonador o idiófono, ya que su pandereta tan solo tenía varios aros y sin una superficie que tocar, poseía una única tonada, lo que hacía imposible ejecutar acordes con él. Aun así la transformación se dio igualmente tras agitarla intensamente según me contó Rarity con todo detalle, puesto que fue la única que estaba allí en el momento en el que tocó.

Por su parte Rarity también me ayudó a sostener un poco más la teoría de los acordes; en un principio la muy cachonda pensó en utilizar un piano de cola, pero al final se decantó por un keytar, con el cual realizar un acorde era mucho más sencillo. De hecho en su caso fue ligeramente distinto, puesto que ejecutó una rapidísima escala de do a do hasta acabar con un rápido y corto acorde antes de iniciar su transformación.

Aunque, por su parte se refería, Lloyd se mostraba un tanto escéptico con mi teoría de los acordes musicales.

-No sé yo, tiene pinta de que no se va a explicar en ningún momento…

-¡Pero los acordes musicales podrían ser algo plausible! Piénsalo, la música es un conjunto de sonidos organizados, el sonido se desplaza a través de ondas, las cuales se trasladan a través del aire y la materia, reverberando en los objetos sólidos. Quizás esas ondas de sonido interfieren con la magia residual que hay en el ambiente, estimulándola y haciéndola surgir-expliqué mi teoría.

Por un momento Lloyd me miró con el ceño fruncido y expresión austera, comentando justo después.

-¿Tú que eras, documentalista o físico?

-Documentalista, pero lo bueno que tiene el manejar información es que eventualmente te la acabas aprendiendo.

Aun y con todo el tiempo seguía su curso y ahora tan solo quedaba un par de días antes de que el festival comenzara; todas las bandas apuntadas comenzaban a terminar con los ensayos y se notaba que todo el mundo estaba emocionado y con ganas de que el evento comenzara.

Por nuestra parte se refería no podíamos evitar pensar que todo estaba muy tranquilo y calmado; Celestia y Luna no nos habían vuelto a llamar, del consejo escolar nunca más se supo y de esas tres aún menos. Aun así preferíamos no pensar sobre ello, centrándonos en el presente. Esa tarde las nubes se arremolinaban desde el norte, amenazando con una incipiente lluvia.

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Mientras tanto, reunidas en su despacho, Celestia y Luna ultimaban preparativos previos al festival musical.

-Vale, todas las bandas apuntadas están listas para actuar ¿Qué hay de los horarios?

-Todos fijados, mañana los mandaré a imprimir.

-Vale ¿Qué hay de los patrocinadores, has conseguido esa cobertura que me comentaste?

-Sí, por suerte sí, los Cake están dispuestos y los hermanos Flim y Flam también, aunque me han pedido un plus por contrato…

-Esos condenados peseteros… ¿estás segura de esto, Luna?

-Sí, déjamelo a mí, ya me las ingeniaré como sea…

Ambas se quedaron en silencio durante unos breves minutos, manejando papeleo y leyendo facturas; en un momento dado, Celestia comentó.

-Ah, por cierto, he abierto tres matrículas extraordinarias para tres alumnas nuevas.

-¿¡Que?! ¡¿Más gorrones?!-masculló Luna.

-Esta vez no, el otro día unos funcionarios de los servicios sociales me pidieron que abrieran las matriculas para tres chicas que, al parecer, no parecen estar escolarizadas. Esta vez paga el estado, por lo que no hay de qué preocuparse.

-Menos mal… ya solo faltaban tres irregularidades más, como si no tuviéramos suficientes.

-Ya, lo sé, pero con todo esto del festival no he tenido ni tiempo de mirarlo…

-¿Cuándo se incorporan a las clases?

-Dentro de un par de días, justo cuando empieza el festival.

-Ah, bien… a ver si terminamos con esto antes de plegar, estoy cansada.

Afuera las nubes ya habían alcanzado el pueblo, comenzando a tapar el cielo poco a poco; al fondo varios rayos coronaron las nubes, resonando los truenos en la distancia.

Te voy a escribir toda enterita... cachito a cachito... con todo lujo de detalles...
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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Mensaje por Marquis Perhaps » 03 Ago 2015, 21:26

Y el Canon se rompió cuando Vinyl Habló ! , También has redactado muy bien el corto de Vinyl

Por otra parte , momento WTF de vosotros 2 Lloyd y tú ante la transformación de Rainbow dash te ha quedado de lujo.

Flim Flam Peseteros como siempre.

Aparecerá Twilight ? eso lo veremos en el próximo episodio !
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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Mensaje por LloydZelos » 17 Ago 2015, 19:00

Vuelve el rageooo :roto2rie: Sabía que nos iba a saltar el pantallazo azul mental con la transformación, y te ha quedado muy fielmente representada la reacción. Has aprovechado para meter los cortos (salvo el de Fluttershy que era una quedada privada con Rarity por su larga amistad y el de la modista supongo que por no pecar de reiterativo) y que no aburran a pesar de desarrollarse casi igual, con añadidos que no estorban. De hecho, HA VUELTO EL BOMBÓN DE LICOR, DEMOS GRACIAS :bmsi: :trixieparty: Muy buena escena, ya no solo por eso, sino por rescatar el vale y retratar tan bien el poder único de Pinkie.

Enlazando con ello, intuía que iba a haber escenas con nuestras chicas respecto al pastel magicaloide, y así ha sido. En mi caso una búsqueda del instrumento adecuado para Pinkie y una acertada reacción a su metamorfosis (además de ser de las furrificaciones más "discretas", sigue siendo ella y la quiero igual), y en tu caso un esperable momento feels en el que se puede sentir la angustia de Sunset, junto con alivio por aceptarla a pesar de su pasado.

Tu teoría sobre las transformaciones es curiosa, eso te lo concedo, pero como yo mismo digo, seguramente se quede en un "BECAUSE YEEEEES", visto además cierto corto de FG. Y tiene un fallo: la pandereta, ahí no hay acordes que valgan.

El festival va a dar comienzo, nosotros no tenemos nada que aportar al no dominar un instrumento, y nos quedan dos días de paz mientras una conveniente tormenta de rayos y truenos anuncia la llegada de las petardas del mal. Damas y caballeros, agárrense, que son los últimos días de nuestra particular Pompeya y la lava de feels va a tragársela toda :(
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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Mensaje por agustin47 » 17 Ago 2015, 19:46

Se me olvidó comentar el último capítulo, mygosh. Bueno, lo haré simple, y además aprovecho y hago referencia fácil y ultraconocida, todo en uno. Winter is coming.
Los milagros no son gratuitos.

La ignorancia a veces puede significar felicidad, y en este caso, la nuestra resulta ser una verdadera bendición.


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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Mensaje por Sg91 » 18 Ago 2015, 11:32

Capítulo 13
Ya no quiero tu querer


Ese viernes era un tanto atípico, y no era para menos puesto que era el día previo al festival; debido a esto sólo habría clase por la mañana y esa misma tarde iba a haber una fiesta de inauguración en el gimnasio con todas las bandas que iban a participar.

Por su parte las chicas ensayarían un poco más durante el recreo para pulir del todo su técnica antes de que empezara el festival. Por nuestra parte nosotros estaríamos allí en las gradas, animándolas y siendo parte del público.

-Bof, no me apetece nada dar hoy clase…-comentó en ese momento Lloyd, mientras íbamos para allá.

-Ya, ni yo, pero hay que ir, nosotros no estamos en ninguna banda, así que…-le recordé.

-Agh, si lo que querían era dar el día libre a las bandas para que terminasen de practicar ya nos lo podrían haber dado también a nosotros ¿no?

-Ya, hubiera sido ideal, pero…

Aun así a nosotros nos tocaba chapar, aunque al menos sólo sería por la mañana. Nada más llegar a clase pudimos ver que íbamos a ser muy pocos, puesto que mucha gente se había apuntado al festival; las chicas no estaban y la clase lucía casi vacía sin ellas. Contándonos a nosotros ni siquiera llegábamos a ser diez personas.

-Espera ¿y Sunset?-inquirió en ese momento Lloyd.

-Estuve hablando con ella el otro día, tratando de animarla, y al final pude convencerla de que al menos la pidiera a las chicas que las dejara ayudarlas en lo de la banda. Ellas aceptaron y ahora está con ellas como asistente, lo que la permite estar fuera-revelé yo.

-j*der, pues podríamos haber hecho lo mismo ¿no?-apuntó él acertadamente, con gesto molesto.

-Ya, pero no se me ocurrió…

Ante eso Lloyd se dio un sonoro facepalm que resonó por toda la clase, al tiempo que yo trataba de mantener la compostura.

-Buenos días, chicos-saludó en ese momento Luna, entrando en clase.

Muchos de los presentes respondieron al saludo con un seco y aburrido murmullo apagado, a lo que ella comentó de seguido.

-Bueno, que poco entusiasmo ¿no?

-¿En serio tenemos que dar clase, subdirectora Luna?-inquirió en ese momento un chico que se sentaba en primera fila.

-Sí, claro, hoy es día lectivo…

-¡Pero falta media clase!

-Sí, pero porque están ensayando para mañana ¿Cuál es el problema?

-Pues que se perderán la parte del temario que veamos hoy ¿no cree que es mejor que la veamos todos juntos?-sugirió otro.

-Vaya, realmente me dejáis asombrada, repentinamente os ha dado un ataque de solidaridad grupal por lo que veo…-murmuró Luna, frunciendo el ceño.

-Hombre, es lo suyo, después de todo somos los Wondercolts de Canterlot-añadió un chico a nuestro lado.

-Sí, espíritu de equipo, somos una piña.

Por nuestra parte no dijimos nada, aunque nos lanzamos una sagaz mirada. Sin embargo Luna nos vio y en ese momento inquirió.

-¿Y vosotros dos, chicos? ¿Creéis que deberíamos dar clase o librar hoy?

Por un breve momento no supimos qué decir, aunque Lloyd fue el primero en hablar.

-Bueno, teniendo en cuenta que en clase nos solemos apoyar en los demás cuando nos saltamos algo en los apuntes o no llegamos a pillar algo, creo más conveniente respetar el constante trabajo en equipo y en común que suele ser el dar clase en esta asignatura en particular.

-Ajá… ¿y usted, Sg91?

-Eh… bueno, por mi parte opino que esto de las clases reducidas suelen ser buenas puesto que al ser menos atendemos mejor, aunque por otro lado opino que no es justo adelantarnos en el temario sólo porque los demás tengan que ensayar. En ese sentido estoy de acuerdo con Lloyd.

-Entiendo… está bien, hagamos una cosa, votemos todos juntos. Quien esté a favor de dar clase hoy, que levante la mano.

Salvo dos excepciones por las filas de delante, nadie más levantó la mano, cosa que nos dejó bastante tranquilos.

-Vale, los que estén en contra de dar clase hoy, que hagan lo mismo.

Ya ahí el resto, y entre ellos nosotros dos, levantamos la mano, siendo una amplia y holgada mayoría. Ante eso Luna murmuró.

-Bueno, pues a raíz de los resultados de esta votación está claro lo que debemos hacer…

Por un momento todos esperamos a que simplemente lo dijera, comenzando a recoger nuestras cosas, pero entonces murmuró.

-… daremos clase porque así está estipulado en las actas de hoy, porque soy la vice directora y, por esa misma razón, porque yo lo digo. Así que venga, sacad vuestros apuntes que seguiremos con la guerra filipino-estadounidense.

Todo el mundo, incluidos nosotros, soltó un suspiro de resignación mientras volvíamos a coger nuestras cosas.

-Bueno, había que intentarlo…-murmuré yo.

-Sí, supongo…-hizo lo propio Lloyd, con gesto molesto.

Dado que hacía poco que había terminado la guerra entre España y Estados Unidos, en la cual los filipinos habían ayudado de buena cuenta a nuestros compatriotas puesto que habían sido una colonia antes, Estados Unidos tomó represalias contra los filipinos porque consideraban que eran incapaces de autogobernarse, además de que necesitaban ser civilizados y educados de acuerdo a las reglas de la santa iglesia, que tanto bien había hecho a las colonias de todo el mundo. Aunque Luna lo explicó de forma algo más imparcial, claro.

-Aunque fueron más bien débiles y muy someras las justificaciones de Estados Unidos por entrar en la guerra, fue un disparo efectuado por un soldado americano contra un soldado filipino, que en ese momento cruzaba un puente en dirección hacia San Juan del Monte, el detonante de la guerra. McKinley trató de justificarlo argumentando que los insurgentes habían atacado Manila, aunque por aquel entonces ya habían comenzado a haber hostilidades debido al disparo que antes mencioné. Sin embargo jamás se emitió ningún tipo de declaración de guerra, por lo que el acto fue mucho más casual de lo que en un principio podía parecer.

Por mi parte tomaba apuntes a toda velocidad mientras que Lloyd se enfocaba en coger sólo los detalles importantes; luego los cotejábamos para ver si nos faltaba o sobraba algo, complementándonos mutuamente. De esta forma las clases de historia no se hacían tan tediosas y eran más llevaderas, y la de ese día pasó de forma más rápida.

La siguiente clase fue lengua con Harswhinny, la cual se dio mucha prisa por aclarar por su parte que hoy habría clase sí o sí.

-Que conste que aunque falte media clase debido a los ensayos daremos clase igualmente, así que ya podéis ir sacando esas frases que os dejé por hacer, empezaremos corrigiéndolas.

Como éramos pocos al final acabamos saliendo todos a hacerlas y luego estuvimos viendo algo de literatura con la generación perdida, un conjunto de escritores estadounidenses desperdigados por toda Europa y con una visión muy pesimista del mundo debido a los efectos de la Gran Depresión.

-Tras el gran desastre que supuso el crac del 29, muchos de los escritores que vivieron durante esta época quisieron quejarse reivindicando justicia social y condenando la codicia de los bancos y los políticos. Un buen ejemplo de esto son Las uvas de la ira de John Steinbeck, con el que se desquitó de lo lindo condenando a los bancos y ensalzando el esfuerzo de la clase obrera, en un intento por, según sus propias palabras, colocarles la etiqueta de la vergüenza a los codiciosos cabrones que han causado esto, sin abandonar el hecho de que tras la tormenta siempre viene la calma, con un toque esperanzador al final. Sin embargo otros como John Dos Passos se enfocaron más en el pesimismo de la situación, reflejando el inmovilismo social de la época, sobre todo con Manhattan Transfer.

Como ejemplo leímos un fragmento de ambas novelas mientras los íbamos analizando de acuerdo a las características literarias de cada uno y haciendo un comentario de texto, junto con opiniones subjetivas de cada uno, todo ello para entregar.

Finalmente, y para acabar con una mañana redonda, matemáticas vino con un Cranky Doodle especialmente tocapelotas, siendo una hora de tedio, dolor y desesperanza a partes iguales. Al menos se hacían llevables cuando estaba Sunset a mi lado, pero ahora tan sólo tenía a Lloyd conmigo, el cual tampoco es que estuviera especialmente encantado.

-La suma o adición de varias matrices iguales se podría interpretar como una operación binaria, y no es estrictamente necesario que sean cuadradas, dado que la forma de las mismas no influye en el resultado. Con el producto se calcula mediante aplicaciones lineales, teniendo en cuenta sobre todo el valor de cada cuerpo.

Las once y media llegaron para mi eterna gratitud y salimos de allí rápidamente, sin esperar a que el propio Cranky nos dijera nada.

-Por Dios, qué horrible es todo…-mascullé yo, muerto de sueño.

-Ya ves, al menos ya podemos relajarnos aunque sólo sea un poco… ¿Qué tenemos luego?

-Educación física, creo…

-Maravilloso.

Dado que Spitfire empezaba la clase a la hora justa, y teniendo en cuenta que las chicas seguirían practicando, optamos por ir a cambiarnos a los vestuarios para luego ir directamente a clase. Entre medias la estuve preguntando a Sunset por wasap cómo les iba.

Sg
¿Qué tal todo, cielo?
Sunset
Bien, muy bien, las chicas siguen practicando, aunque ahora yo voy a ir a hacer un tour introductorio a unas chicas nuevas que vienen hoy
Sg
Ah, genial…
Sunset
¿Qué tal las clases? ¿Nos hemos perdido mucho?
Sg
No realmente, Luna nos ha troleado de lo lindo, eso sí, y Cranky ha ido a por nosotros a saco. Por lo demás, ha sido tranquilo. Ahora toca educación física, espero no acabar en una caja.
Sunset
Ánimo. ¿Te llamo luego si eso y vamos a comer juntos?
Sg
Vale

Normalmente el primer recreo solía pasar más rápidamente que el segundo, por lo que enseguida nos dirigimos al patio mientras que los demás se retiraban al interior del instituto. Al igual que las otras clases esta también fue reducida, cosa que no ablandó ni un ápice a Spitfire, la cual empezó dándonos caña haciéndonos correr varias veces en torno al campo para calentar. Tras el calentamiento nos puso en parejas y nos pegó otro tute practicando flexiones y estiramientos varios que a mí casi me descoyuntan. Y lo peor era que no podía quejarme puesto que Spitfire me reprendía.

-¡Vamos, Sg, más brío a ese ritmo, tienes que esforzarte, un, dos, un, dos, enséñame de qué estás hecho!

-De goma, no te jode…-mascullé por lo bajo, tratando de elevar el tórax, al tiempo que Lloyd me sujetaba las piernas.

-Solo la falta llamarte recluta patoso…-murmuró Lloyd, divertido.

-Ya, y luego me acuesto esta noche con un fusil de repetición, intento pegarte un tiro y luego me pego yo un tiro… lo cual no lo veo como un mal plan en estos momentos-resoplé yo.

-No hables que es peor.

Quise responder con sorna, pero preferí dejarlo así, puesto que en parte llevaba razón. No obstante luego le tocó a él, permitiéndome a mí darme un respiro, aunque efímero.

Finalmente estuvimos jugando al futbol aprovechando que éramos pocos y con equipos reducidos; la sugerí a Spitfire arbitrar yo el partido, pero ella se negó en redondo y me obligó a jugar. La campana sonó al poco rato y pude respirar tranquilo, dirigiéndonos a los vestuarios de seguido.

-Bof, estoy hambriento…-comenté yo en ese momento.

-Ya, y yo… duchémonos y vayamos a comer ¿sabes si las chicas están ya allí?

-Sunset me dijo que me llamaría…

Nada más decirlo el móvil me comenzó a sonar con su característico y ruidoso tono de llamada que le puse, siendo precisamente el canto de llamada del songbird de Bioshock Infinite. Cogí y murmuré.

-Hola cielo…

-Hola cariño ¿dónde estáis?

-Yendo para los vestuarios, nos arreglaremos un poco e iremos para allá, danos como unos diez minutos. ¿Estás en la cafetería?

-Estoy yendo para allá, he terminado con el tour que te comenté…

-Ah, sí ¿Qué tal con esas chicas nuevas?

-No lo sé, se han comportado de una forma muy rara conmigo…

-¿Y eso?

-No estoy segura, estaban como esquivas, como si me conocieran de algo, no sé…

-Bueno, lo hablamos luego si eso… te veo ahora ¿va?

-Vale, hasta ahora, te quiero.

-Y yo a ti.

En cuanto llegamos a los vestuarios nos dimos una rápida ducha y nos cambiamos, dejando el chándal en una mochila aparte que luego llevamos a nuestras respectivas taquillas, teniendo que separarnos puesto que estaban lejos la una de la otra; por mi parte tuve que subir al primer piso y girar a la izquierda, metiendo la combinación y dejándolo todo allí. En cuanto cerré la puerta una figura horriblemente familiar me sorprendió, dándome un susto de muerte y pegando un auténtico chillido.

-Oh, perdona, lo siento, no quería asustarte… soy nueva aquí y me he perdido un poco, me llamo Adagio ¿y tú?

Por un momento no pude evitar esbozar una mirada horrorizada, puesto que no me esperaba encontrarme con ella aquí y ahora; no llevaba puesta su ropa de calle, había sustituido su vieja sudadera y sus raídos vaqueros por un conjunto violeta de lo más llamativo y atrevido, que remarcaba muy bien su figura. Por un momento traté de serenarme y no llamar la atención, murmurando de seguido.

-Ah, esto… Sg, Sg91…

-Así que Sg… y cuéntame, Sg ¿sabes dónde puedo encontrar la cafetería?-inquirió ella, mirándome de arriba abajo y con tonito sensual.

-La… la cafetería… está abajo, en la planta baja, por la izquierda, todo recto, sin pérdida…

Trataba de hacer frases enteras, pero por alguna extraña razón no lo conseguía; quizás fuera por la extrema congoja que sentía en esos momentos, que me atenazaba y apenas me dejaba hablar. O igual era por la manera en que Adagio me miraba, cada vez me sentía más y más embobado con su sola presencia, incluso me dio la sensación de que movía sus caderas rítmicamente.

-Muchas gracias… ¿puedo hacerte una pregunta, Sg?-inquirió ella entonces.

-Eh… sí, sí, supongo…

-Verás, antes me ha parecido oír una melodía de lo más peculiar, muy aguda, muy característica, muy… metálica. El caso es que la oí hace mucho tiempo, en cierto lugar, y me dio la sensación de que tal vez tú puedes saber cuál es…

-Ah… ¿yo? ¿Y por qué yo?

-Ah, no lo sé, dímelo tú…-murmuró ella, casi en un susurro y acercándose a mí.

-Eh… esto… no sé de qué me hablas…-mascullé por mi parte, echándome hacia atrás hasta encontrarme con mi taquilla.

-Oh, claro que sí lo sabes, tonto… porque fuiste tú ¿verdad? Jamás me olvidé de esas notas…

-¿Qué notas?

-Unas notas que sonaban así…

Y entonces, antes de que pudiera decir nada más, o tratar de escapar, Adagio comenzó a cantar; y no cualquier cosa, no, qué va. Las notas del canto de llamada del songbird comenzaron a sonar de manera hipnótica y hechizante, sumiéndome poco a poco en un sopor del que me fue imposible salir. Al tiempo que las cantaba Adagio también contoneaba sus caderas, acercándose un poco más a mí y rozando su pelvis contra la mía, mareándome un poco más. Aunque no se quedó sólo ahí, sino que continuó con su canto, acercándose a mi oído y susurrándome las últimas notas. Justo después sentí un intenso escalofrío recorriéndome la espalda y, al segundo siguiente, no hubo nada.

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-Hey Lloydi, estamos ya aquí ¿vais a venir?

-Sí, ahora mismo, dejo las cosas en la taquilla y voy para allá.

-¡Genial, pues te esperamos!

Lloyd colgó justo después y se dio un poco más de prisa por llegar cuanto antes a su taquilla, silbando animadamente el estribillo de Ambiguous de Gardinelia, del opening de Kill la Kill.

Llegó enseguida a su taquilla, introdujo la clave y dejó sus cosas en ella, mientras iba ordenando un poco el interior; en eso estaba cuando, en ese justo momento, notó como unas manos se posaban en sus ojos, tapándole la vista.

-¿Pinkie? ¿Qué haces aquí?-inquirió él, dándose la vuelta.

Sin embargo se encontró con alguien a quien no se esperaba encontrar ni en todos los días de su vida; una sonriente y encantadísima Sonata le miraba fijamente, exclamando.

-¡Lloyd! ¡Cuánto me alegro de volver a verte!

Por su parte el chico se mostró completamente chocado y horrorizado a partes iguales, llegando a esbozar una cara muy difícil de adivinar de por si debido a la impresión. Por su parte Sonata estaba muy cambiada, al menos en cuanto a ropa se refería, ya que vestía con un conjunto de lo más llamativo, con falda y chaqueta a juego.

-So… So… So…

-¡Sí, soy yo, Sonata! ¡Te acuerdas de mí! ¡Oh, eres un amor!-exclamó la chica, dándole un abrazo.

-So… So… eh… no…

-¡Oh, Lloyd, si supieras cuanto me acordaba de ti cada vez que iba al Taco Bell! ¡Podemos ir hoy después de clase!

-Eh… ah… me…

-¡Qué bien, estoy tan contenta, podemos ponernos un poco al día, contarnos cómo nos ha ido, pasar tiempo juntos! Porque… bueno, lo he estado pensando mucho desde entonces, fuiste muy amable conmigo, ese gesto fue muy especial para mí…

-Eh… ¿eh?

-Quería decirte que… yo…

Sin embargo la chica no pudo continuar, puesto que vio algo que la dejó un tanto extrañada; en el lado de dentro de la puerta tenia colgada una foto en la que aparecía él y Pinkie en un gesto cariñoso y lleno de amor. Sonata la cogió, un tanto confusa, e inquirió.

-¿Quién es esta?

-Eh… es… una amiga-consiguió mascullar el chico.

-Pero os estáis rozando las mejillas… y estáis dados de la mano.

-Porque es una buena amiga…

Sin embargo Sonata no parecía muy convencida, llegando a ver enseguida lo que pasaba; por un momento su cara mostró tristeza y desasosiego, pero luego cambió por una más seria y molesta. Fue entonces cuando estrujó la foto y masculló.

-No… Lloyd será mío…

-¿¡Eh?!

Al segundo siguiente Sonata abrió la boca y comenzó a cantar un ritmo que le era muy familiar, concretamente el estribillo de Ambiguous de Gardinelia. Nada más escuchar su voz pudo notar cómo sus músculos se desentumecían, al tiempo que su mente comenzaba a nublarse cada vez más y más. Con cada nota que ella cantaba, menos control tenía sobre sus pensamientos, como si estos comenzaran a perder sentido y disolverse en su mente, mientras que la voz de Sonata se iba adueñando poco a poco de su voluntad. Lo último que oyó fue la risita divertida de la chica antes de caer en la más absoluta nada.

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Tanto Sunset como las demás tenían motivos más que suficientes como para estar mínimamente preocupadas; de buenas a primeras las tres chicas nuevas habían entrado en la cafetería de forma arrolladora, se habían puesto a cantar, y ahora todo el mundo se comportaba como si estuviera en un casting de American Idol o algo por el estilo. Para Sunset estaba más que claro que ellas habían sido las causantes de tan extraña situación, y en esos aciagos momentos, odiaba tener razón.

Por otro lado no sólo el resto de los alumnos se comportaban como capullos, sino que la directora Celestia y la subdirectora Luna también parecían haber acabado presas de tan extraño comportamiento.

-¡Todo el mundo parece estar como hechizado!-comentó en ese momento Fluttershy.

-No todo el mundo…-recordó Pinkie.

-Sí, nosotras estábamos ahí y no nos ha afectado-asintió Applejack.

-No estoy segura de qué clase de magia oscura habrán utilizado esas tres, pero sea lo que sea no puede ser una coincidencia-murmuró Sunset, pensativa.

-Pero espera ¿Qué hay de Sg y Lloyd? No han aparecido desde entonces…

Eso también era una de las cosas que más preocupaba sobre todo a Sunset y Pinkie; aunque las dijeron que vendrían a comer no aparecieron, y hasta el momento no habían vuelto a verles.

-Será mejor que le llame-murmuró Sunset, sacando su móvil.

-Sí, yo también-hizo lo propio Pinkie.

El teléfono marcó enseguida y estuvo esperando durante unos breves segundos hasta que finalmente descolgaron al otro lado.

-Cielo ¿dónde estás? Estoy muy preocupada, las chicas de las que te hablé antes no son trigo limpio, han hechizado a todo el mundo.

-Oh, vaya, vaya, así que eras tú con quien hablaba… qué agradable coincidencia.

Esa voz cogió por sorpresa a Sunset, la cual se quedó en el sitio, incapaz de creérselo.

-Tú… ¿Qué haces con su móvil?-inquirió ella, con furia.

-Oh, simplemente comenzó a sonar y decidí cogérselo, ya que él está un poco… ocupado-murmuró Adagio.

-¿Qué has hecho con él?

-Oh, nada serio, un poco de esto, un poco de aquello… aunque tengo que admitir que es todo un manitas, tú ya me entiendes.

Esa frase dejó del todo descolocada a Sunset, la cual sintió como si la hubieran atravesado el corazón con una estaca.

-Pero no te preocupes por él, está en buenas manos, hemos congeniado muy bien… ¿verdad que sí, querido?

-Sí, señora…-oyó en ese momento la estática y mecánica voz de Sg.

Para entonces Sunset notaba como si estuviera ardiendo por dentro de pura furia, llegando a musitar.

-Maldita bruja, déjale en paz, no te ha hecho nada…

-Oh, qué palabras más hirientes y desconsideradas… no te ayudarán a recuperar a tu querido Sg, eso desde luego. Y por ahora nosotras llevamos la delantera, así que… ¿qué vais a hacer ahora? Pensad rápido.

Y, tras esas palabras, colgó, dejándola con la miel en los labios. Para entonces las demás la miraban extrañadas, a lo que ella suspiró con pesar y murmuró.

-Tienen a Sg…

-¡Y también tienen a mi Lloydi! ¡Eso no se hace, no se va por ahí robando los novios de las demás, mala bruja, desconsiderada!-exclamó Pinkie, con rabia.

-En ese caso tenemos que hacer algo, no podemos quedarnos de brazos cruzados-insistió Rainbow.

-Ya ¿y el qué? ¿Qué podemos hacer nosotras?

-¡Pues enfrentarnos a ellas! Ya nos las vimos antes con la magia negra, ¡démoslas un buen repaso!

-Sí, pero para eso necesitamos estar todas juntas… y Twilight tardará otras treinta lunas en volver. Si pudiésemos comunicarnos con ella…

Ese comentario de Rarity dio que pensar a Sunset, la cual rumió la situación detenidamente; esas tres se habían salido con la suya y ahora tanto su novio como el de Pinkie habían acabado en sus garras, sin posibilidad alguna de salir de su hechizo. Si por un casual pensaron que eso las pararía, iban claro, aunque Sunset no podía evitar pensar de más, como normalmente la diría Sg. Quería ayudar a sus amigas y recuperar a su novio, y en un momento como ese necesitaban refuerzos, por lo que decidió enseguida.

-Sé de una manera con la que podemos contactar con la princesa Twilight.

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Mientras tanto, en la habitación de ambos chicos de la residencia de estudiantes, Adagio, Sonata y Aria, acompañadas de unos hechizados Lloyd y Sg, dejaban pasar el tiempo de forma muy relajada. Adagio se dejaba hacer por Sg, el cual se encontraba haciéndola un masaje de pies, mientras que por su parte Sonata se encontraba siendo masajeada en los hombros por Lloyd. Ambos chicos tan solo estaban a lo suyo con la mirada perdida y completamente alienados, enfocado cada uno en su tarea.

-Ah, sí, esto es vida… los dedos, cariño, no te dejes los dedos-indicó Adagio.

-Sí, señora-murmuró Sg con voz mecánica.

-Huy, qué bien Lloyd, eres todo un experto… un poco más abajo.

-Como desees, mi dulce taco.

-Oh, qué cosas me dices…

Aria era la única que no llegaba a ser agasajada por los muchachos, mirando a sus compañeras con recelo.

-Y decidme ¿pensáis quedároslos?

-Huy, por mi parte sí, siempre quise tener alguien que me sirviera y con el que jugar un poco…-masculló Adagio, con los ojos cerrados.

-¿Noto algo de celos por tu parte, Aria?-inquirió entonces Sonata, divertida.

-Bueno, siempre podemos compartirlos un poco… aunque eso sí, que eso no interfiera con los masajes, por favor.

-¡No, nada de eso! Si se trata de jugar siempre puedo conseguirme mi propio juguete, no soy ninguna envidiosa.

-Como quieras.

Hubo un breve momento de silencio, roto de vez en cuando por alguna que otra indicación por parte de ambas chicas a sus ahora sirvientes hechizados. En un momento dado Aria preguntó.

-¿Creéis que con una canción bastará para tener a todo el mundo bajo control?

-Sí, no creo que haya ningún problema, después de todo nunca lo ha habido. Aunque bien podemos pasarnos esta tarde por el instituto, hay una fiesta de inauguración previa a la ahora batalla, por lo que nos vendrá bien para reconocer un poco el terreno. Aún nos falta ubicar esa magia ecuestriana, eso sí-explicó Adagio.

-¿Aún sigues creyendo que está aquí?

-Huy, sí, desde luego. Y algo me dice que la tenemos más cerca de lo que pensamos.

-¿Ah, sí?

-Sí. Sg, querido.

-¿Sí, señora?

-Si fuiste tú quien llegaste a descubrirnos aquella vez en el polígono industrial, es obvio pensar que, de alguna forma, sabías de nosotras. Quiero que me lo cuentes todo.

Sg asintió con la cabeza mecánicamente, cogiendo aire y empezando a hablar. La sonrisa de Adagio se fue pronunciando más y más con cada palabra que salía de su boca.

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Sunset abrió los ojos de golpe, sintiendo como si algo dentro de ella saltara por puro instinto; se reincorporó con gesto pesado y dejó escapar un seco suspiro, palpándose la cabeza. Estaba siendo una noche de perros y la estaba costando un mundo dormir. Hace pocos minutos volvió de la cocina después de hablar con Twilight, y ahora la chica había vuelto a su saco de dormir, con el cuaderno de Fluttershy entre sus brazos. Todas las demás seguían en sus correspondientes sitios, durmiendo a pierna suelta. Rainbow roncaba como un camionero y Rarity silbaba levemente cada vez que espiraba por la boca. Sin embargo notó cierta ausencia en la cama y vio entonces que Pinkie no estaba. Se levantó con cuidado para no despertar a nadie y salió de la habitación hacia el pasillo.

La casa se encontraba sumida en un silencio sepulcral, los ruidos de la noche apenas se oían y el pasillo se encontraba en penumbra; por un momento la pareció haber visto algo en el salón y se acercó para comprobarlo, descubriendo a Pinkie sentada en el sofá con gesto triste y alicaído. Tenía la cabeza apoyada sobre sus rodillas en un gesto sobrio y austero, incluso verla así se la antojó extraño. La escasa luz de la luna se colaba por las ventanas abiertas, dejando el lugar en penumbra.

-Hey, Pinkie…

-Ah, hola Sunset…

-¿Qué te pasa? ¿Por qué no estás en la cama?

-No puedo dormir… y supongo que tú tampoco.

Por un momento las dos se miraron fijamente, diciéndoselo todo en nada. Sunset se sentó a su lado cruzando sus piernas, mirándola con gesto comprensivo.

-Yo también estoy preocupada por él. Pienso en lo que esas brujas podrían estar haciéndole y me hierve la sangre. Aunque no entiendo por qué han ido a por ellos. ¿Cómo pudieron saber que estábamos saliendo?

-Bueno, estamos en un instituto, normalmente se suele saber todo de casi todo.

-Puede, pero aun así… no tiene mucho sentido.

Las dos se quedaron en silencio durante unos breves segundos antes de que Pinkie retomara el hilo de la conversación.

-A mí lo que me da miedo es que no lo consigamos y esas brujas se salgan con la suya. Temo no volver a ver a mi Lloydi…

-Eh, vamos, no digas eso, seguro que con Twilight de nuestro lado lo conseguiremos.

-¿Y cómo estás tan segura? No es por ser mala amiga ni nada por el estilo, pero desde que ha llegado noto a Twilight un tanto perdida, como si no supiera bien lo que tuviera que hacer. Y últimamente Dashie está de una crecida subida…

-Pero sabes que Rainbow siempre está de una crecida subida…

-Ya, pero aun así…

Esta vez fue Pinkie quien enmudeció, sumiendo a ambas en un repentino silencio. Por su parte Sunset también se quedó callada, pensando en algo que decirla para tratar de animarla.

-Bueno, es posible que esas tres tengan a Lloyd y a Sg, pero míralo así. Ellas nos los han arrebatado por medio de un hechizo, pero no tendrán la oportunidad de conocerlos como los conocemos nosotras. ¿Qué es lo que más te gusta de Lloyd?

Esa pregunta hizo reaccionar a Pinkie, la cual sonrió por primera vez y hablando inmediatamente después.

-Me gusta sobre todo esa seriedad que tiene, que en realidad es una doble pared sobre la que esconde su lado más alegre y cariñoso y que sólo yo soy capaz de romper. Y cada vez que lo consigo es cuando los dos estamos en sintonía, entendiéndonos mutuamente. Ése es mi Lloydi.

Sunset sonrió, contenta por haberlo conseguido, pero en ese momento Pinkie saltó.

-¿Y tú? ¿Qué es lo que más te gusta de Sgi?

Ante esa pregunta la chica esbozó otra sincera sonrisa, contestando de seguido.

-Lo bueno que es con todo el mundo y lo dispuesto que está siempre a ayudar a los demás. Siempre estuvo ahí para mí, sin desfallecer en ningún momento, tratando de animarme y hacerme sentir mejor. Si no hubiera sido por él todo hubiera sido más complicado. Le debo tanto…

Las dos chicas se quedaron calladas, recordando todos esos buenos momentos compartidos con ambos chicos y animándose un poco más.

-Es por eso por lo que debemos intentarlo ¿no crees? Quiero recuperar a mi novio, y no dejaré que unas sirenas amargadas me lo quiten. ¿Qué me dices?-inquirió Sunset.

-¡Cuenta conmigo, hermana!-asintió Pinkie por lo bajo.

Ambas se rieron con confidencia, al tiempo que la rosada abrazaba a Sunset, susurrando después.

-Gracias Sunny…

-No, gracias a ti, Pinkie, por ser mi amiga…

-Oh, pues claro que sí, tontita.

Tras esa conversación las dos volvieron a la habitación, volviendo Pinkie a su cama y Sunset a su saco de dormir, consiguiendo conciliar esta vez el sueño. Una luna cuarto menguante coronaba el cielo desde la ventana, observándolas dormir.

Image

Esa misma noche el superintendente Discord esperaba una llamada, aunque los acontecimientos más recientes no le dejaban apenas centrarse. En un momento dado el teléfono comenzó a sonar y Discord lo descolgó, oyendo una grave voz al otro lado.

-¿Y bien?

-Técnicamente va bien, aunque ha habido un cambio de última hora.

-¿Un cambio? ¿Cómo que un cambio?

-Sí, aunque es un simple detalle, ahora ya no es un festival musical sino una batalla de bandas.

-¿Batalla de bandas? ¿Cómo así, quien ha decidido eso?

-La propia Celestia por recomendación de unas nuevas estudiantes, según me ha contado. Aunque la he encontrado algo más seca que en otras ocasiones, todo sea dicho.

-Bueno, sea, después de todo cobraremos igualmente, así que…

-Sí, los patrocinadores ya están en la lista, solo falta que empiece el evento.

-Bien, mantenme informado.

Tras esa rápida conversación Discord colgó y se recostó en su sillón, pensando en posibilidades. A su lado y en una mesita, las fichas de tres chicas se encontraban abiertas, junto a dos fichas más, en las que se podía ver tanto a Lloyd como a Sg. Afuera, el pueblo de Canterlot dormía.
Última edición por Sg91 el 26 Ago 2015, 18:27, editado 1 vez en total.

Te voy a escribir toda enterita... cachito a cachito... con todo lujo de detalles...
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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Mensaje por agustin47 » 18 Ago 2015, 12:51

Yyyy... llegó la tormenta.
Los milagros no son gratuitos.

La ignorancia a veces puede significar felicidad, y en este caso, la nuestra resulta ser una verdadera bendición.


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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Mensaje por Sg91 » 04 Sep 2015, 12:47

Capítulo 14
Taste the rainbow, madafaca!!!


Esa mañana amaneció serena y tranquila, como preludio a un gran y glorioso día en el que solo ellas tendrían cabida; aunque ya llevaban un tiempo durmiendo en la suavidad y comodidad de una cama, a Adagio aún la costaba un poco acostumbrarse a despertar bien, tranquila y realmente descansada. Se reincorporó en la cama y vio a Sg agazapado a su lado, durmiendo como un bendito. En la otra cama vio a Sonata y Aria durmiendo tranquilamente, con Lloyd justo en el centro de ambas, al tiempo que Sonata le sostenía entre sus brazos y con la cabeza apoyada en su pecho. Adagio esbozó una sonrisita mordaz, pensando de seguido.

-Así que tus propios juguetes ¿eh, Aria?

Decidiendo dejarlas dormir un poco más se dirigió al baño y se estuvo acicalando un poco, duchándose y vistiéndose; una vez que estuvo lista consultó la hora, eran las ocho y cuarto, y en quince minutos empezaría la batalla, por lo que decidió despertar tanto a Aria como a Sonata.

-Hey, chicas, despertad ya…

-Oh, cinco minutos más…-masculló Sonata, agarrándose un poco más fuerte a Lloyd.

-No, vamos, que en breve comenzará la batalla y nosotras tenemos que estar ahí también, tenemos una magia que recuperar.

-Ya voy…-murmuró Aria, reincorporándose.

-Tú también, Sonata…

-Jo, un poquito más…-murmuró la chica, abrazando un poco más fuerte a Lloyd.

En ese momento a Adagio se la ocurrió algo y ordenó con voz imperiosa.

-Lloyd, arriba.

Nada más oírlo el chico se despertó como un resorte y se quedó delante de ella, con cara de dormido, las sábanas colgando de la cintura y pose dejada. Sonata se quejó enseguida.

-¡Eh, oye, Lloyd es mío, tú tienes a Sg!

-Sí, pero no te levantabas, así que…

Ya desvelada, y un tanto molesta por ello, Sonata no tuvo más remedio que ponerse en movimiento y fue hacia el baño, acompañando a Aria. Por su parte Adagio las estuvo esperando en compañía de Lloyd y Sg, al cual despertó justo después. Los dos habían dormido con lo puesto y sus ropas se veían arrugadas y un tanto descuidadas, aunque eso a ella la daba igual. En ese momento se encontraba pensando en muchas cosas, muy lejos de allí, y los dos chicos eran la menor de sus preocupaciones.

Aun a pesar de que ya habían acumulado bastante energía negativa desde lo de ayer aún quedaba el premio gordo, y eso era la magia ecuestriana que esas siete chicas guardaban en su interior, aunque el problema es que esta estaba protegida por un sello muy fuerte que radicaba en la fuerza de voluntad de cada una. Ahora que tenían a esos dos en su poder, romper el sello de Sunset Shimmer y Pinkie Pie sería mucho más sencillo, aunque no podían bajar la guardia. Debían de hacerlo bien, un paso en falso podría suponer la diferencia entre ganar o perder. Y perder no entraba dentro de sus posibilidades.

-Ya estamos-anunció Aria, saliendo del baño vestida y lista.

-Muy bien, en ese caso vamos allá.

Salieron de la habitación con Sg y Lloyd a su lado y se dirigieron hacia el instituto con paso firme y mirada determinada; Sonata iba agarrada del brazo de Lloyd, con carita alegre, mientras que Sg seguía de cerca a Adagio, la cual apenas le prestaba mucha atención. Parecía estar más centrada en lo que la rodeaba, como si estuviera buscando a algo o a alguien.

Las pruebas iban a darse en el gimnasio, donde se había montado un improvisado escenario y donde muchas más personas se encontraban ya allí, expectantes. Muchos de ellos seguían discutiendo acaloradamente entre sí, lo cual para Adagio era como música para sus oídos. Subieron a las gradas más altas cerca del escenario mientras que Adagio seguía oteando el lugar. Aria se dio cuenta de esto e inquirió.

-¿Qué buscas, Adagio?

-Estoy vigilando por si veo aparecer a esas siete… además de a cierta persona.

Giró la cabeza en dirección al escenario y, entre bastidores, llegó a distinguir cierta figura que la era familiar. Sin mediar palabra cogió a Sg del brazo y se lo llevó con ella, aunque Sonata, al ver que se movía, inquirió.

-¿A dónde vas?

-A mirar una cosa, quedaos aquí.

Se coló por detrás y vio a Celestia y a Luna conversando entre sí, llegando a captar retazos de la conversación.

-¿Hablaste con el consejo entonces?

-Sí, creí prudente informarles de los cambios de última hora, no han puesto ninguna pega.

-Menos mal, temía que se pusieran reticentes o algo por el estilo…

-¿El consejo?-se preguntó Adagio, extrañada.

En ese momento ambas mujeres se retiraron momentáneamente y Adagio aprovechó para sacar algo de información de su principal informante.

-Sg, querido, sé un amor y cuéntame a qué se referían esas dos acerca del consejo ¿quieres?-inquirió ella al chico, cogiéndole de la barbilla.

-Sí, señora. El consejo escolar es el que regula y coordina todo lo relacionado con todos los colegios e institutos a su cargo, es la autoridad máxima y competente en cuanto a educación se refiere-explicó Sg, con voz mecánica.

-Ajá ¿y sabes algo más?

-Sí, lo preside el presidente Sombra, Chrysalis es su secretaria, Don Tirek lleva las cuentas y el superintendente Discord es el que supervisa todos los institutos a su cargo.

Adagio rumió todos esos nombres en su cabeza, quedándose con ellos rápidamente; ninguno de ellos la decían nada, sí que la interesaba saber dónde estaba tal consejo, aunque por el momento lo más importante e inmediato se centraba en la magia ecuestriana.

-Fabuloso, gracias querido, ahora volvamos con las chicas, ya me harás un masaje luego ¿vale?

-Sí, señora.

Regresaron a las gradas justo a tiempo para ver a su objetivo entrando por la puerta; nada más verlas Adagio actuó deprisa.

-Sg, querido ¿te acuerdas de ese masaje que te comenté? Házmelo ahora, anda, me noto el cuello algo cargado...

-¡Huy a mí también, Lloyd, por fa!-añadió Sonata.

-Sí, señora…-murmuró Sg, poniéndose detrás de ella.

-Lo que tú me mandes, mi dulce taco-hizo lo propio Lloyd.

Desde donde estaban sentadas se podía ver todo desde arriba, al igual que desde abajo también se podían ver sin mucha dificultad las gradas superiores; tanto Sunset como Pinkie vieron como sus respectivos novios agasajaban a sus captoras, al tiempo que estas las saludaban en un gesto de cordialidad fingida. La chica de pelo rosa esbozó una molesta mirada, tratando de no parecer demasiado enfadada, y por parte de la chica de pelo rojo fuego obtuvieron una seria y retadora mirada, cargada de un buen kilo de rencor. No fue gran cosa pero al menos las tenían donde querían.

-No parecen haberse amilanado mucho…-comentó Aria de forma pasiva.

-Dalas tiempo, ya verás como eventualmente acabarán cediendo... ay, así, justo ahí, querido, un poco más abajo…

Una vez que todos estuvieron presentes, Celestia y Luna dieron comienzo a la batalla señalando a ellas y agradeciéndolas la fabulosa idea de convertir el festival en algo más emocionante, según palabras de la propia Celestia. Tras la introducción, la vice directora Luna mostró una pizarra en la cual se reflejaban todas las bandas inscritas y su disposición en la competición. Los primeros en lucirse serían los integrantes de la banda de Photo Finish y las Snapshots, compuesto por la fotógrafa oficial del instituto y sus dos compañeras, Violet Blurr y Pixel Pizzaz.

Su actuación consistió en una combinación de melodía y coreografía bastante buenas, con unos ritmos muy electrónicos y pegadizos. Photo Finish era la cantante principal, mientras que las otras dos hacían los coros y la música base.

Pon fotos en tu vida
Shot, shot, shot
De noche y de día
Shot, shot, shot
Tu objetivo en la mira
Shot, shot, shot
Dispara y déjate llevar
¡Yay! ¡Flash, flash, flash!


Su actuación fue bien recibida y una ovación se extendió por todo el gimnasio, aunque ellas tres apenas aplaudieron.

-Agh, es absurda e innecesariamente reiterativa, no tienen sentido del ritmo-masculló Aria, con gesto aprensivo.

-A mí me ha gustado, los coros los hacían bien… ¡shot, shot, shot!-canturreó Sonata, divertida.

-Bah, a ti te gusta todo…

Adagio apenas habló puesto que se encontraba centrada viendo las siguientes rondas; a ellas aún las quedaba un par de rondas más, aunque entre medias se encontraba la ronda en la que las Rainbooms tocaban por primera vez, concretamente la tercera, entre MC Snips y DJ Snazzy Snails y Derpy y las Pony Pickers. Fue entonces cuando se la ocurrió algo y aprovechó que habían terminado su actuación para acercarse a ellas. Dejó a Sg con las demás y bajó varios niveles de las gradas hasta llegar a ellas.

-¡Así me gusta, chicas, fuerza interpretativa, estoy orgullosa de vosotras!-exclamaba Photo Finish, con un marcado acento finés.

-Seguro que pasamos a la siguiente ronda…-murmuró Violet Blurr, emocionada.

-Los dejaremos a todos pasmados y listos para inmortalizar sus tristes caras en el anuario-hizo lo propio Pixel Pizzaz.

Antes de que Photo Finish pudiera decir nada más, Adagio se adelantó y exclamó.

-¡Enhorabuena, chicas! Sin duda alguna tenéis lo que hay que tener para seguir adelante en la competición. Ganas de ganar, de enseñar a todos estas pobres almas cómo se oye y se siente la verdadera música… tú eres Photo Finish ¿verdad?

-¡Así es! ¿Quién lo pregunta?-inquirió la aludida.

-Alguien que arde en deseos de ver cómo subes hasta lo más alto... y medirme contigo, desde luego, buscamos unos rivales a nuestra altura, y creemos que vosotras sois las contrincantes perfectas.

-¡Por supuesto! ¡Yo, Photo Finish, capturo momentos, hago brillar y fabrico estrellas! ¡Nadie más debería brillar salvo yo y mis chicas!

-Pero para eso debéis asegurar que ganáis… y algo me dice que esas Rainbooms serían capaces de hacer lo que sea con tal de ganar, incluso de hacer trampas. ¿Por qué no las enseñáis quien manda aquí dándolas a probar un poco de su propia medicina?

Para entonces los ojos de las tres chicas brillaron en un destello verdoso, aunque en Photo Finish apenas se notó debido a que llevaba puestas sus gafas. Justo después la fotógrafa se levantó, con gesto determinado, y exclamó.

-¡Photo Finish se encargará! ¡Snapshots, nos vamos!

Las tres chicas se levantaron y abandonaron el lugar, al tiempo que Adagio reía maliciosamente.

-¡Y a continuación, MC Snips y DJ Snazzy Snails!-anunció la voz de Celestia en ese momento.

Adagio regresó con los demás, sin quitar ojo del nuevo grupo que, con toda seguridad, podría ayudarla un poco más en la consecución de sus objetivos. Aunque para su sorpresa resultó ser mucho más malo y patético de lo que ella misma hubiera pensado, lo que la dio un amplio margen de maniobra para con ellos.

Oh sí, Snips y Snails ya están aquí
Me llaman MC Snips y eso no es mentira, por eso siempre me gusta estar de gira
Yo soy Snazzy Snails, me gustan las ballenas, cuando voy a la playa me dejo la melena


Aunque el beatbox que hacían era más o menos decente las rimas no pegaban para nada y se notaba que apenas estaban bien pensadas. El silencio era tan denso que se podía cortar con un cuchillo, muchos se reían por lo bajo y otros ocultaban la vista por vergüenza ajena, aunque Sonata y Pinkie Pie parecían ser las únicas que lo estaban disfrutando.

Apenas no duró más de dos minutos, retirándose inmediatamente después en medio de un denso silencio y sentándose en el extremo inferior de las gradas, un tanto abatidos.

-Madre del amor hermoso, eso ha sido horrible-masculló Aria, medio asqueada.

-¿Qué dices? El beatbox les ha salido bien, tenía ritmo…-argumentó Sonata.

-Agh, contigo no voy a hacer carrera nunca, Sonata…

Adagio fue la única que no opinó, aunque no perdió la oportunidad de acercarse a ellos en cuanto tuvo la oportunidad, llegando a captar retazos de su conversación.

-Jo, ni un solo aplauso… ¿qué hemos hecho mal?-decía Snips, algo decepcionado.

-¿Aún lo preguntas? ¡Te olvidaste de las rimas, tío! ¡Tuve que salir del paso de la mejor forma posible!-exclamó Snails, con gesto molesto.

-Ah, sí, naranjas ¿no?-le espetó su amigo, con desdén.

-¡Ah, venga ya, esto no hubiera pasado si te hubieras aprendido bien las rimas!

-¡No soy yo el que va en plan nigga! ¿Sabes? ¡No eres más blanco porque no puedes!

Snails quiso responder, cada vez más enfadado, pero en ese justo momento Adagio se interpuso, calmándoles.

-Oh, vamos, chicos, no os peleéis, una buena banda siempre tiene que estar unida…

-¡Sí, claro, y también tiene que ser aplaudida!-incidió Snips, con rencor.

-Bueno, los principios siempre son difíciles, pero tenéis que estar juntos y hacer frente a las críticas, sólo así podréis mejorar. Porque, si me lo preguntáis a mí, opino que tenéis mucho potencial…

-¿Tú crees?-inquirió Snails, esperanzado.

-¡Claro que sí! Todo el mundo puede cantar si se lo propone, y veo en vosotros esas ganas de salir y comeros el mundo ¿tengo razón?

-¡Si, claro, queremos ganar!-exclamó Snips.

-¡En ese caso tenéis que seguir intentándolo, sin flaquear! Aunque puede que haya un problema…

-¿Problema? ¿Qué problema?

-Las Rainbooms, ese grupito va a saco, quieren ganar a toda costa, sin importar qué, sin tener en cuenta los sentimientos de nadie… humillando a la gente si hace falta. Humilladlas a ellas para que vean lo mal que se siente.

Para entonces los ojos de ambos chicos brillaron intensamente en un destello verdoso, levantándose de seguido y echando a correr entre bastidores sin que nadie más les viera. Adagio tan solo sonrió malévolamente.

-Niños… son los más fáciles de influenciar.

Regresó con los demás antes de que Celestia anunciara la siguiente banda.

-¡A continuación, las Rainbooms!

-¿Qué has estado haciendo, yendo de aquí para allá?-inquirió Aria en cuanto ella regresó.

-¡Sí, apenas has estado atenta!-apuntó Sonata, abrazando a Lloyd por la espalda.

-Oh, no os preocupéis, tan solo estaba allanando un poco el camino…

La actuación de las Rainbooms empezó muy bien, con un tema pop de lo más resultón; aunque enseguida comenzaron a haber extrañas ocurrencias que trastocaron bastante el transcurso del número. Un foco pareció volverse loco y un par de imanes hicieron estragos en el ritmo de fondo, incapacitando a una de las cantantes. Aunque nadie prestó atención a eso puesto que todo el mundo estaba demasiado ocupado odiando el resultado como para pensar con claridad, gracias sobre todo al hechizo que pesaba sobre todos los asistentes. Ante esa tesitura Adagio tan solo sonrió un poco más, satisfecha por el resultado.
Aunque en cuanto terminaron su número las Rainbooms desaparecieron de la vista y no las volvieron a ver; esto preocupó un poco a Adagio, la cual prefería tenerlas controladas en todo momento, por lo que decidió enseguida, levantándose.

-¿A dónde vas?-quiso saber Aria.

-Querrás decir vamos, esas siete ya no están aquí, y eso no me gusta. Arriba, tenemos que volver a encontrarlas.

-¿Qué? ¡Oh, pero nos perderemos la siguiente actuación!-murmuró Sonata, algo contrariada.

-Me da igual, vamos, arriba.

Las tres salieron del gimnasio por una puerta cercana al escenario, al tiempo que se oía a la voz de Celestia decir.

-¡A continuación, Derpy y las Pony Pickers!

Una vez fuera, y en uno de los pasillos laterales, Adagio se organizó rápidamente.

-Muy bien, separémonos y busquémoslas, no pueden haber ido muy lejos. Sonata, sé que esto te costará, pero te voy a pedir que vigiles a tu querido Lloyd y no le pierdas de vista.

-¡Por supuesto que no! ¿Por qué asumes lo contrario?-inquirió ella, agarrando con fuerza al infrascrito.

-A mí lo que me sorprende es que lo preguntes…-murmuró Aria, con gesto hiriente.

Sonata quiso responderla, pero Adagio las cortó antes de que empezaran siquiera.

-Suficiente, no es momento para peleas, quiero que os centréis ¿de acuerdo? Aria, si las ves avísame enseguida, Sonata, tú… tan solo no llames mucho la atención ¿vale?

-¡Muy bien!

A una señal suya las tres se separaron y comenzaron la búsqueda; llevándose a Sg consigo, Adagio peinó los pasillos cercanos al gimnasio por si se encontraban por allí. Aunque para su sorpresa se encontró con alguien mucho más interesante en un pasillo en penumbra.

-Oh, vaya, mira quien tenemos aquí, querido…

Una enfadada y dolida Sunset la devolvió una mirada llena de odio y rencor, aunque no pudo evitar esbozar un gesto preocupado al ver a Sg con ella.

-No te saldrás con la tuya…

-Oh ¿por qué? ¿Porque tú no pudiste?

Ante esa puya Sunset no pudo evitar dejar escapar un gesto dolido, sintiendo como si una vieja herida que se suponía cerrada volvía a abrirse de golpe.

-Lo sé todo acerca de ti… y no precisamente por parte del instituto, qué va, sé muchas más cosas que ni siquiera tú sabes…

-Me da igual, he cambiado, ahora soy una mejor persona-la espetó ella, molesta.

-Oh ¿estás segura de eso? Sg, querido ¿te da la sensación de que está segura de lo que dice?

-No, señora…

Ante eso el gesto de Sunset se arrugó un poco más, espetándola de seguido.

-Déjale en paz, él no te ha hecho nada, no tiene nada que ver con esto…

-Ah, pero eso es lo que tú te crees… ahora me dirás que le conoces bien ¿verdad?

-Más que tú seguro.

-Ja, ja, ja, lo dudo mucho. Aquí tu querido y amado novio no es quien dice ser, en realidad lo que conoces de él no es más que humo y espejos. Te ha tenido engañada desde que llegó aquí y tú no te has dado ni cuenta.

-¿De qué me estás hablando? Por supuesto que le conozco, es cariñoso y bueno, sólo quieres hacerme dudar…

-Oh, no sabes las ganas que tengo de explicártelo todo… pero no ahora, no es el momento ni el lugar, tu querido Sg ahora me pertenece y, tengo que decírtelo, tiene unas manos mágicas que hacen maravillas en mi espalda.

Para entonces Sunset requería de todo su autocontrol para no estallar, matando con la mirada a Adagio y mirando de forma implorante a su alienado novio.

-Eres una maldita bruja…

-Oh, gracias, me halagan tus palabras, pero me temo que no harán que él vuelva a ti. Recuerda que ahora me pertenece-murmuró Adagio, abrazando por los hombros a Sg, el cual miraba a la nada con ojos vacíos, como si estuvieran sin vida.

Esa situación comenzaba a hacer dudar a Sunset, la cual se sentía impotente y sola en un momento como ese, sin saber bien lo que hacer. Por su parte Adagio se recreó un poco más, comentando de seguido.

-Oh, me encanta esa carita de impotencia tuya, me lo está diciendo todo. Puede que hayas cambiado, Sunset Shimmer, pero sabes que en realidad sigues estando sola. Tus supuestas amigas te dan de lado, ni siquiera te han pedido que formes parte de su banda, ni siquiera se lo pediste cuando tuviste la ocasión… qué penita me das.

Fue en ese mismo instante cuando Sunset sintió como si la hubiera asestado una puñalada por la espalda, incapaz de responder a semejante puya. Adagio sonrió socarronamente, subiéndose aún más a la parra.

-Pero bueno, si según tú sois tan amigas… te dejo que lo medites. Vámonos, querido.

Los dos se marcharon de allí, dejando a una hundida Sunset en medio del pasillo en penumbra; para entonces la chica se sentía cada vez más y más confundida, incapaz de pensar en nada más. Y el hecho de que Sg, hasta ahora su mayor confidente, ya no estaba con ella, la dio más motivos para sentirse más y más perdida. No pudo evitar dejar escapar unas pocas lágrimas, llorando débilmente.

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Por su parte Sonata y Lloyd recorrían el pasillo superior, buscando a las Rainbooms, aunque la chica no estaba del todo segura de si estarían allí.

-¿Crees que estarán por aquí? Digo yo, no he visto a nadie más en toda esta parte del instituto-murmuró ella, algo perdida.

Ante esa pregunta Lloyd tan solo asintió con mirada perdida y gesto en blanco, mientras era llevado por Sonata, la cual iba de su brazo sin despegarse de él en ningún instante. En ese momento pasaron al lado de uno de los baños, la puerta se abrió sorpresivamente y una maraña de pelo rosado salió del mismo, aunque fue esta quien los vio a ellos primero.

-¡¡Lloydi!! ¡Tú, vieja bruja!

Sonata se dio la vuelta y se encontró cara a cara con Pinkie, la cual la miraba con gesto enfadado y molesto a partes iguales.

-Oh, vaya, vaya, mira quien tenemos aquí… precisamente te estábamos buscando.

-¡Suelta a mi Lloydi ahora mismo! ¡Te parecerá bonito, robarme a mi novio como si fuera un simple objeto!

-¿Tu Lloydi? No, me parece que te equivocas, ahora es mi Lloydi, y haré lo que quiera con él.

-Huy, si no fuera porque tenemos que estar todas juntas, te… te…

-¿Qué me harías? ¿Me pegarías? ¿Me insultarías? Oh, eso es tan poco propio de ti… Pinkie Pie, la alegre y pizpireta Pinkie Pie, la festiva y siempre feliz Pinkie Pie…

-¡Ya basta! ¡No me hables como si me conocieras, Lloydi sí que me conoce, a diferencia de ti!

-Oh, pero es por eso mismo… además, según tú crees conocerle cuando en realidad no es así. Tu queridísimo y amado Lloydi no es quien crees que es, tan solo es una sombra de lo que tú crees que es. Pero yo sí que lo sé. Sé mucho más que tú.

-¡Mentira, es todo mentira! ¡Mientes como una bellaca!

-Oh, pero yo no miento, y pronto averiguarás por qué… será entonces cuando sepamos quién miente aquí.

Para entonces Pinkie estaba tan alterada que apenas podía pensar con claridad; ver a Lloyd a su merced, sin que ella pudiera hacer nada por recuperarlo, la hacía hervir la sangre. Fue entonces cuando, en un intento desesperado por hacerle reaccionar, la chica se echó sobre él, exclamando.

-¡¡Lloydi, no dejes que te domine, sabes quién soy, despierta por favor, vuelve conmigo!!

-¡Eh, apártate de él! ¡Lloydi, deshazte de ella!-ordenó Sonata, con gesto enfadado.

Sin despeinarse en ningún instante, el chico acató ciegamente las órdenes de su carcelera y empujó a la chica rosada, la cual trastabilló hacia atrás, cayendo al suelo duramente. Ese gesto dejó helada a Pinkie, la cual sentía como si la hubieran atravesado el corazón con una lanza, la cual sintió como su pelo perdía vitalidad de golpe.

-Llo… Lloydi…

-¿Lo ves? No puedes hacer nada por recuperarlo, está bajo mi control total… al igual que todo el mundo cuando hayamos acabado aquí. Tan solo espera un poco y verás que siempre he tenido razón. Vámonos, Lloydi.

Sintiéndose más impotente que nunca, Pinkie les vio marcharse, al tiempo que en su mente se iba repitiendo ese mismo instante en el cual la persona que más quería en el mundo, aparte de sus amigas, la empujaba y la rechazaba de ese modo. Sabía que estaba hechizado, pero el simple gesto en sí la había dolido mucho más de lo que ella misma hubiera llegado a pensar que lo haría. Sin poder hacer nada más, Pinkie se quedó tirada en el suelo, apoyando su cabeza en sus rodillas y sin poder evitar llorar desconsoladamente.
-Lloydi…

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Las tres se reencontraron de nuevo al lado del gimnasio, cuando en ese momento Celestia anunciaba por megafonía su turno.

-¡A continuación, las Dazzlings!

-Muy bien chicas ¿preparadas?-inquirió Adagio, con gesto decidido.

-Sí-murmuró Aria, secamente.

-¡Huy sí, sí! ¿Qué vamos a cantar?-quiso saber Sonata, emocionada.

-Da igual lo que cantemos mientras nos dé un poco más de poder… así también aseguramos al resto.

-Muy bien ¿aunque qué vamos a hacer con ellos?-quiso saber Aria, señalando tanto a Lloyd como Sg.

-Bueno, se me está ocurriendo algo… Sg, cariño, sigue los movimientos de Aria ¿de acuerdo? Y tú, Lloyd, haz lo mismo pero con Sonata.

-Sí, señora…

-Lo que usted me mande, señora…

Sin perder más tiempo los cinco salieron al escenario, al tiempo que empezaban a cantar y a bailar; de fondo, tanto Lloyd como Sg seguían todos sus movimientos, adaptándose a la coreografía fácilmente por efecto del hechizo y ayudando un poco más a su consecución, alelando aún más tanto a todos los alumnos y como a Luna y Celestia, las cuales las miraban extasiadas. El resto de alumnos seguían el ritmo moviendo su cabeza en perfecta sincronía, mientras que un humillo verde comenzaba a brotar de todos los asistentes, fundiéndose con el ambiente y dando el pego fácilmente como si fuera un efecto de humo. Tan alienados estaban todos que nadie se percató de la incipiente risa malvada por parte de Adagio en cuanto terminaron su canción, haciéndose un poco más poderosas.

A partir de ahí el ambiente se caldeó mucho más y las siguientes actuaciones se sucedieron una detrás de otra muy rápidamente. En cuanto las Dazzlings terminaron comenzó la segunda ronda, avanzando más rápidamente debido sobre todo a la fiera competitividad que impregnaba el ambiente. Todas las bandas se afanaban por avanzar y opacar a sus rivales de alguna u otra forma, ya fuera mediante la música o las letras de las propias canciones.

Snips y Snails lo volvieron a intentar de nuevo con otras rimas, poniendo todo su empeño en ello por ganar y tratando de sobrepasar a un Bulk Biceps dispuesto a todo con su pequeño violín.

Oh, sí, vamos a poner orden en el escenario
Nuestras rimas son potentes y prominentes, muy candentes
Te quemarán, abrasarán, escupirán, escurrirán
No las podrás parar


Sin embargo Bulk no se hizo de rogar, frotando las cuerdas con estridencia y marcándose un gran solo de violín que consiguió opacar las pobres rimas de ambos niños, siendo vencidos fácilmente.

En la siguiente actuación la banda de Flash se enfrentó a la del Capitán Planeta y los planetarios, los cuales habían escogido un ritmo salsero muy particular, acompañándolo con maracas, una guitarra española y un pequeño timbal.

Déjame llevarte al escenario y vacilar, cuando suenen las maracas no descansarás
Corre niña corre y corre baila este rumbón, cuando suenen las maracas tú verás que vacilón


Por su parte la banda de Flash optó por un ritmo más frenético y rockero, con grandes tonadas gracias sobre todo al empeño de Flash, que tenía en su cara una expresión de total desafío, dispuesto a todo con tal de ganar.

Corre, mira y ven, ya nada podrás hacer
Suena la música y sientes como si fueras a perecer
No lo intentes más, ríndete, no ganarás
¡Flash Drive está en el escenario y va a arrasar!


Esa última tonada se subió hasta las nubes, haciendo temblar los altavoces y apagando a los planetarios, que no pudieron hacer nada ante el poderío vocal de Flash y sus fuertes ritmos.

Los siguientes en enfrentarse fueron precisamente las Rainbooms y Octavia Melody, la cual iba ella sola junto con su violonchelo. Las chicas parecían estar reprimiéndose por algún motivo, aunque entre Twilight y Rainbow llevaban la voz cantante en todo momento, siendo más prominente en ese sentido la de la propia Rainbow, que con un buen solo de guitarra consiguió desbancar por completo a Octavia, cuyo violonchelo no tuvo nada que hacer.

La siguiente actuación se dio entre Lyra y Bon Bon contra Trixie y las Ilusiones, estando acompañada por sus amigas Fuchsia Blush y Lavander Lace. Por su parte Lyra y Bon Bon optaron por un dueto a piano que, si no hubiera sido un dueto, hubiera sido un baile pegado por lo menos, puesto que ambas se veían de lo más unidas, en todos y cada uno de los sentidos de la palabra. Y el caso es que la letra también encajaba de cierta forma.

Unidas hasta el final, nada nos separará
Sin temer, sin dudar, sin pensar
Porque somos amigas y nada más


Por su parte Trixie fue mucho más directa y precisa, con ritmos frenéticos y muy elaborados, acompañados de unos muy buenos ritmos de su guitarra que hicieron morder el polvo a Lyra y Bon Bon.

Grande y poderosa siempre seré
Mis ritmos te harán temblar, lo sé
Nada puede parar mi grandiosidad
Cuando la veas matará tu curiosidad


De la misma forma las rondas fueron avanzando poco a poco, en la cual las Dazzlings derrotaron sin muchas dificultades a Flash Drive, haciendo rabiar a Flash, al tiempo que Trixie también conseguía mantenerse al igual que las Rainbooms, los cuales acabaron encontrándose irremediablemente cerca de la semifinal.
Para entonces Adagio y los demás esperaban a su turno, aunque esta vez se decidiría quién ganaría esa ronda, si Trixie o las Rainbooms. Hasta ahora Trixie había mostrado muchas ganas de ganar a toda costa, y aun a pesar de los intentos de Adagio por frenar a las Rainbooms éstas habían conseguido seguir adelante, sin flaquear. Sin embargo Trixie parecía haber sacado la artillería pesada con Ases en la manga, mostrando mucha iniciativa y poderío.

Tengo ases en la manga, y me debéis creer, y os dominaré porque yo tengo poder

Trixie alargó la tonada todo lo posible y lanzó el raspador, acabando con un gran juego de luces que la hizo lucir un poco más, gustando bastante tanto a Luna como a Celestia.

-Meh, tiene técnica, pero la falta empeño…-murmuró Aria, secamente.

-¡A mí me gusta! Trabaja muy bien los ritmos y las tonadas, es melódico… tengo ases en la manga…-canturreó Sonata por lo bajo.

-Agh, es imposible que critiques algo, todo te parece bien-la espetó Aria, un tanto molesta.

-¡Pero es que realmente me gusta! ¿Tú que piensas, Adagio?

Adagio se quedó un breve momento callada, pensando en otra cosa completamente distinta, hasta que finalmente habló.

-Pienso que veo a esa Trixie muy decidida a ganar… y eso puede ser bueno y malo al mismo tiempo.

Las dos chicas se quedaron un tanto extrañadas ante esa declaración, comentando Sonata de seguido.

-¿Y eso por qué? ¿Puede algo ser bueno y malo al mismo tiempo?

-Claro que sí, pensadlo, que Trixie desee con tanto fervor ganar significa que nuestro hechizo es más fuerte que nunca, pero esto también implica que podría ser capaz de ganar a las Rainbooms cuando tenemos que ser nosotros los que nos enfrentemos a ellas en la final.

-Bueno, pero eso depende también de la actuación de las Rainbooms ¿no? Después de todo Trixie está bajo la influencia de nuestro hechizo, podemos hacer que baje un poco el tono si lo necesitamos-argumentó Aria, siguiendo esa misma lógica.

-Puede, pero después de todo también puede que nos venga bien tanto tesón por su parte… veamos cómo actúan las Rainbooms.

-¡A continuación, las Rainbooms!-anunció Celestia en ese momento.

Las tres se quedaron calladas, atendiendo a la actuación de sus rivales. Aunque para sorpresa de Adagio esa actuación en concreto resultó ser un ataque de ego y soberbia por parte de Rainbow Dash, la cual se lució como nunca lo había hecho hasta el momento, teniendo un momento estelar. Tan estelar fue que, por un instante, a Adagio la pareció ver un extraño brillo en su cabeza que hizo acentuar un poco más su sonrisa.

-Eso es, dejadme veros un poco mejor…

Sin embargo, antes de poder ver mejor nada más, Sunset Shimmer apareció de improviso interrumpiendo de golpe la actuación. Para Adagio esto fue toda una sorpresa, pero enseguida comprendió que ahora estaban en problemas.

-Maldición…

-¿Qué pasa? ¿No ha sido eso bueno acaso?-inquirió Aria, con el ceño fruncido.

-¡Pues claro que no! ¿No lo veis? ¡Una incidencia así las dejará fuera de la competición con toda seguridad! ¡Tienen que enfrentarse a nosotras a toda costa si queremos apoderarnos de su magia!-masculló Adagio, molesta y preocupada a partes iguales.

-Bueno, en ese caso hablemos con la directora y la vice directora y que cambien de opinión…-sugirió en ese momento Sonata, con tono obvio.

Fue entonces cuando Adagio y Aria se miraron por un momento, visiblemente sorprendidas, hasta que finalmente la primera habló.

-Vaya, Sonata, no pensaba que fueras a decir algo tan acertado en todo el día…

-Sí, por una vez voy a dar la razón a Adagio.

Sin perder más tiempo se escabulleron sin que las vieran llevándose a Lloyd y Sg consigo y buscaron a ambas mujeres, encontrándolas entre bastidores y deliberando entre ellas.

-Con semejante interrupción no es posible ni siquiera valorar nada…-comentaba Celestia.

-Pues sí, además, teniendo en cuenta que se trataba de Rainbow Dash la canción tampoco apuntaba a ser ningún canto al compañerismo precisamente…-hizo lo propio Luna.

Antes de entrar en escena dejaron a ambos chicos en el pasillo, aunque a la vista, para asegurarlos. En cuanto estuvieron listas salieron de su escondite y se acercaron a ellas cantando una leve melodía que sirvió para desconectarlas durante unos breves y valiosos segundos; sus ojos se envolvieron en un aura verde y Adagio comenzó a murmurar entre nota y nota.

-Las Rainbooms merecen ganar…

-Sí, después de todo no lo han hecho tan mal…-hizo lo propio Aria.

-Sed buenas y dadlas una oportunidad-añadió Sonata, sonriendo.

Tras eso las tres se apartaron y, en cuanto dejaron de cantar, Luna y Celestia volvieron a la normalidad, aunque con un pequeño añadido.

-Entonces las Rainbooms ¿no?-inquirió la directora, como alelada.

-Eh… sí, claro, claro…-asintió su hermana, igual de turbada.

Una vez que estuvo hecho tan solo tuvieron que esperar al anuncio oficial, saliendo brevemente al escenario para saludar a sus rivales.

-Nos veremos esta noche, Rainbooms, no sabéis las ganas que tenemos-murmuró ella con elocuencia antes de retirarse del escenario.

En cuanto salieron afuera pudieron oír con claridad los silbidos y abucheos del público, agrandando un poco más la sonrisa de Adagio.

-Oh, sí, ¿oís eso chicas? Es la situación perfecta…

-Sí, aunque… ¿cómo vamos a hacer exactamente para apropiarnos de la magia de esas siete?-quiso saber Aria, un tanto escéptica.

-Bueno, esas siete están a punto de caramelo, tan solo necesitan un empujón…

Adagio se asomó un momento al gimnasio, viendo a Trixie y sus amigas con un cabreo monumental muy presente en ellas, mezclado con un poco de rabia y desilusión a partes iguales.

-… y creo que ya sé quién se lo puede dar.

(Continúa en el siguiente mensaje)

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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Mensaje por Sg91 » 04 Sep 2015, 13:08

(Continúa del anterior mensaje)


Esa misma tarde las chicas ultimaban los preparativos para la noche, mientras que Spike se entretenía él solo con un hueso de lana que Fluttershy le había dado desde que llegaron allí por primera vez. Parecía mentira, pero cada vez que estaba allí en su ya conocida forma de perro sus sentidos cambiaban completamente, pasando de sus ya bien sabidos instintos draconianos o unos más perrunos. En consecuencia todo lo que tuviera forma de hueso le llamaba poderosamente la atención, además de poseer un muy fino olfato y un agudo oído. Sin embargo en esos justos momentos el hueso de lana acaparaba toda su atención, mordiéndolo frenéticamente y sacudiéndolo cada dos por tres.

-Será posible, no me explico que esta chorrada me llene tanto…-pensó él, un tanto confuso.

Hasta ahora había estado dando tumbos por todo el escenario, y en ese justo momento se encontraba detrás de un altavoz bastante grande que le ocultaba de la vista; en una de las sacudidas el hueso salió disparado y Spike fue a por él, pero en cuanto lo cogió vio que las chicas no estaban, y en su lugar había un hueco en el suelo por donde, aparentemente, habían caído. Se ocultó por un momento y entonces vio a Trixie y sus amigas, dándose cuenta enseguida lo que había ocurrido.

-Hasta nunca, chicas-murmuró la chica con tono mordaz, al tiempo que la trampilla se cerraba y dejando a las chicas atrapadas dentro.

-Oh, no…-pensó Spike, preocupado.

Como Trixie y las suyas se quedaron allí durante unos breves minutos estuvo esperando a que se marcharan para poder salir de allí sin que la vieran; desde su escondite también llegó a ver de forma fugaz a esas tres sirenas observándolas desde lejos y acompañadas de unos alienados Sg y Lloyd, aunque se retiraron enseguida al cabo de unos breves minutos, al igual que Trixie y sus amigas.

Una vez que estuvo todo despejado Spike salió de su escondite y se acercó a la trampilla, llamando a sus amigas.

-¡Twilight, chicas! ¿Me oís?

Sin embargo su voz no parecía llegar más allá de las rendijas, por lo que llamarlas quedó en nada. Vio entonces la palanca que una de las amigas de Trixie accionó para abrir la trampilla y se acercó a ella para intentar algo, pero en su forma perruna poco o nada pudo hacer. Por un momento sintió cómo los nervios comenzaban a atenazarle, pero entonces recordó los consejos para relajarse que Twilight le enseñó por parte de Cadance y, por un instante, se pudo aclarar un poco.

-Vale, tengo que sacarlas de allí como sea… si hay un hueco bajo el escenario debe de haber otra forma de acceder a él, dudo mucho que la trampilla sea la única forma de entrar.

Partiendo de esa suposición decidió rodear toda la estructura del escenario y, por suerte, consiguió encontrar una puerta de servicio en la parte trasera del mismo.

-¡Ajá, lo sabía! Aunque… oh, diablos.

Para su desgracia la puerta era bastante alta y no conseguía llegar hasta el pomo de la puerta, por lo que estaba en las mismas.

-Necesito a alguien que me ayude a abrirla… aunque espera, todo el mundo está hechizado, nadie podrá ayudarme por mucho que se lo pida.

Aun así su única posibilidad en esos momentos era eso mismo, y aunque sabía que no serviría de mucho decidió intentarlo igualmente. Regresó al instituto, que no estaba muy lejos de allí, y estuvo buscando a alguien que no pareciera estar bajo los efectos del hechizo. Nada más llegar a los patios traseros se encontró con Flash y sus amigos, los cuales parecían estar discutiendo acaloradamente.

-¡No me puedo creer que hayamos perdido! ¡Es inexplicable, con todo lo que me he esforzado!-mascullaba Flash, visiblemente molesto.

-¡Con lo que nos hemos esforzado! ¡Nosotros también estamos aquí, Flash!-le espetó Brawly Beats, el batería.

-¡Sí, siempre te pones el primero, tío, un poquito de consideración!-hizo lo propio Ringo, con gesto molesto.

-¡Ya, pero soy yo el vocalista principal y el que compone y escribe las letras, sin mí no haríais gran cosa!

-¡Oh, usted perdone, majestad, me olvidaba de su indómita capacidad de liderazgo!

-¡¿Eso es sorna?!

-j*der, macho, te cuesta pillarlo ¿eh?

Como estaba claro que de esos tres no conseguiría nada Spike continuó con su búsqueda, llegando a pensar de refilón.

-Menudo imbécil, no entiendo por qué Twilight está tan embobada con él.

De los patios traseros pasó al delantero, viendo allí a varios grupos de gente hablando entre sí, todos ellos discutiendo entre sí haber perdido. Cerca de la estatua vio a Lyra y a Bon Bon bastante nerviosas.

-¡Te dije que tocáramos otra cosa, pero a ti te dio por esa estúpida canción!

-¡Pero si la dimos el visto bueno entre las dos, me dijiste que sí!

-¿Qué dices? ¡Te dije que mirásemos más opciones, pero tú te emperraste!

-¡Perdona, pero aquí quien se emperró en ponerse pastelosa fuiste tú!

Un poco más adelante, sentadas en las escaleras, vio a Derpy y sus amigas en ese mismo plan.

-¡No es justo, con lo que me costó dominar la sierra! ¡Nadie valora nada de lo que hago!

-¡Lo que pasa es que son todos una panda de ignorantes sin cerebro, lo alternativo es el futuro, salvará al mundo de la música!

-¡Sí, el resto de géneros son muy mainstream, están agotados, no tienen nada que hacer contra las nuevas tendencias!

En una esquina vio también al Capitán Planeta y los planetarios, con los ánimos bastante caldeados.

-¡Os dije que hiciéramos algo original, pero tuvisteis que decantaros por copiar las letras de ese artista latino, seguro que ha sido por eso por lo que hemos perdido!

-¡Oh, venga ya, seguro que sólo lo conocen en su casa! ¿Odín? ¿Quién se llama así hoy en día?

-¡Es Latinoamérica, allí usan nombres del siglo pasado! ¡Además, lo que hemos hecho está mal, atenta contra las leyes de la propiedad intelectual!

-¡Bah, como si valieran algo hoy en día, están ahí para cortar nuestros derechos y lo sabes!

-¡No marees ahora la perdiz, estamos hablando de por qué hemos perdido!

Aprovechó que la puerta estaba abierta y en el vestíbulo vio a Photo Finish junto a sus amigas, las cuales parecían estar de lo más atacadas.

-¡Esto es un desastre, inconcebible, inadmisible!

-¡Me parece que ya sé quién va a decorar la esquina de la vergüenza en el anuario de este año!

-¡Oh! ¿Hablas por ti?

-¡No, si quieres hablo de los de 1º C!

Al otro lado del vestíbulo Snips y Snails seguían la misma tónica que el resto.

-¡No debí dejar que escribieras tú las rimas, no tienes sentido del rap!

-¡Mira quién habla, el que no tiene ni idea de hacer beatbox!

-¿¡Perdona?! ¡Puestos a comparar mi beatbox fue lo mejor de todo nuestro repertorio!

-¡Por favor, si ni siquiera nadie se fijó en eso!

También vio a otros más apartados que no discutían, como Octavia o Bulk Biceps, pero que no hacían más que maldecir por lo bajo e ignorar a los demás, incluyendo a Spike, el cual trató de llamar su atención de alguna u otra forma.

-¡Por favor, tienes que ayudarme, mis amigas están atrapadas!

-Esos ignorantes, no saben nada de arte, ni de cómo suena la verdadera música… todo es ruido y estridencia, no tienen ni idea…-mascullaba por lo bajo Octavia, sin oír a Spike.

Aunque, en ese justo momento, una figura que le era familiar apareció de un pasillo, dirigiéndose a Octavia quitándose unos cascos previamente.

-¡Hey, Octi, no te había visto hasta ahora! ¿Qué tal la competición?

-¡Pues mal, claro, por supuesto que mal! ¿Cómo va a ser si no?-le espetó la chica, molesta.

-Uoh, tranqui Octi, tía, tú no sueles alterarte tanto…

-¡Oh, por supuesto que no, pero porque normalmente no me dan razones! ¡Pero ahora sí que hay razones para enfadarse!

-Eh… ¿vale?

-¿¡Eso es todo lo que tienes que decir?! ¡¡Muchas gracias entonces, Vinyl, tu apoyo significa mucho para mí!!

-¡Pero si ni siquiera me has explicado qué ha pasado!

-¿¡Y tú que crees que ha pasado?! ¡¡Piensa un poco, cerebro de mosquito!!

-¡Eh, oye, yo no te he insultado!-exclamó Vinyl, esta vez verdaderamente molesta.

-¡Es que pareces tonta! ¿¡Qué crees que ha pasado, a ver?!

-¡Oye, mira, no sé a qué viene todo este mal rollo por tu parte, pero definitivamente esta no eres tú! ¿Qué te pasa, Octi, desde cuando eres tan competitiva?

-¡¡Desde que vi que tenía una oportunidad de triunfar, no como tú!!

-¡¡Ah!! ¿¡Perdona?! ¡¡Que yo haya decidido no participar en la batalla esa no quiere decir que no tenga aspiraciones!!

-¡¿Y qué sabes tú de eso si solo sabes hacer ruido?!

-¡¿¡Qué?!! ¡¿Y ahora atacas mi música?! ¡¡Vale, ya está, se acabó!! ¿¡Quién eres tú y que has hecho con Octi!?-masculló Vinyl, realmente enfadada y cogiendo a Octavia de los hombros.

-¡¡Soy yo, cerebro de mosquito!!

-¡¡No, no eres tú, la Octi que yo conozco nunca me insultaría así sin más y nunca se comportaría como una zorra pretenciosa desesperada por llamar la atención!!

Fue en ese justo instante cuando, en un visto y no visto, algo zumbó delante de ella, resonando una sonora torta por todo el pasillo; las gafas de Vinyl se cayeron en el proceso y los ojos rojos de la chica se volvieron acuosos por efecto del golpe, además de tener la mejilla izquierda ligeramente enrojecida. Con la cara desencajada debido a la sorpresa y la incredulidad, Vinyl giró la cabeza y miró fijamente a los ojos de una Octavia llena de ira y rencor, con la mano levantada y lágrimas en los ojos. Por un momento no hubo nada, pero justo después Octavia habló con voz temblorosa.

-No vuelvas a hablarme nunca más…

Tras eso la chica cogió y se fue pisando fuerte, desapareciendo escaleras arriba. Por su parte Vinyl se quedó clavada en el sitio, moviéndose hasta la pared y dejándose caer hasta sentarse en el suelo, mirando a la nada con mirada perdida.

En ese momento tan delicado Spike, que había presenciado toda la discusión, cogió las gafas de la chica y se acercó a ella para dárselas. Vinyl las aceptó sin decir nada y las cogió, sin ponérselas. El perro, preocupado por ella, decidió hablar.

-Asumo que era una buena amiga…

Ante eso Vinyl giró la cabeza, mirándole brevemente, y musitó.

-Sí… no entiendo… ella nunca se comportaba así… no sé… por qué…

-Yo sí lo sé.

-¿Eh?

-Sé por qué tu amiga se comportaba así… aunque aclárame algo ¿no has participado en la batalla?

-No, no me interesaba para nada, se lo dije en su momento…

-Pero entonces… ¿no escuchaste cantar a las Dazzlings?

-No, las vi que cantaban algo el otro día en la cafetería, pero normalmente cuando estoy sola siempre estoy con los cascos, escuchando mi música…

Fue entonces cuando Spike lo comprendió al instante, comentando de seguido.

-Entonces… no estás hechizada.

-¿Hechizada?

-Sí, esas tres, las Dazzlings, no son lo que parecen ser, son tres sirenas venidas de Ecuestria que se alimentan de la energía negativa que producen con sus canciones-la reveló él.

-Entonces… Octi…

-Sí, está hechizada, como todos los demás.

-Ya veo, ya decía yo que todo el mundo se comportaba como un capullo, pero no entendía a que venía tanta mierda…

-¡Podemos hacer que todo el mundo vuelva a la normalidad, pero para eso necesito que me ayudes a rescatar a mis amigas, están encerradas en un hueco bajo el escenario!

-Ah, sí, sé dónde me dices, ese es el almacén donde guardan el atrezo y demás aparejos, sé dónde está la llave, la guardan en mantenimiento.

-¡Genial! ¡Vamos entonces!

Sin dudar en ningún momento Vinyl se repuso enseguida, poniéndose las gafas, y echando a andar con Spike a su lado, el cual comentó de pasada.

-Gracias por ayudarme.

-Oh, no es nada, aunque parece que ahora depende de nosotros ¿no?

-Sí, aunque me esperaba algún tipo de reacción rara de tu parte, no sé…

-¿Bromeas? Si sé quién eres, tú eres aquel perro parlante de aquella chica mágica que apareció en el baile de otoño.

-Ah, vale, veo que al menos alguien nos recuerda…

-Como para no hacerlo…

Y así, charlando animadamente, los dos se dirigieron a mantenimiento en busca de la llave del almacén del escenario. Afuera la gente seguía discutiendo.

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Al mismo tiempo, las Dazzlings esperaban al enfrentamiento final esa noche haciendo tiempo en la residencia; como había sido un día largo, tanto Aria como Sonata optaron por descansar un poco, aunque Adagio no podía dormir. Se levantó de la cama, dejando a los demás dormir, y salió al pasillo, donde estuvo caminando hasta llegar a un pequeño salón cercano donde había varios sofás, una televisión apagada, varias máquinas expendedoras, un dispensador de prensa y revistas y un ventanal desde donde se podía ver gran parte del instituto. La chica se quedó allí, observándolo en silencio y con actitud pensativa.

-Te veo un poco agitada…

Adagio se dio la vuelta ante esa sorpresiva voz y vio a Aria mirándola con gesto inquisitivo.

-No es nada, tan solo pensaba sobre lo que haremos a continuación una vez que hayamos terminado aquí…

Por un momento Aria no dijo nada, pensando en lo que Adagio la había dicho.

-¿Y qué haremos entonces?

Adagio abrió la boca para hablar, pero entonces se encontró con que no tenía nada y no supo qué decir. Aria se dio cuenta enseguida e inquirió.

-No lo sabes ¿no?

Aunque algo reticente a admitirlo al principio, finalmente la chica murmuró.

-No… no lo sé.

-¿Acaso dudas de nuestro éxito?

-¡No, claro que no! Es solo que… quiero asegurarme que, una vez que tengamos de vuelta nuestra magia, todo salga bien para vosotras.

-Y para ti también, este es nuestro esfuerzo después de todo. Estamos juntas en esto.

Adagio tan solo asintió con la cabeza, sin decir nada más y quedándose callada. Aunque al cabo de poco tiempo comentó.

-Descansa un poco, necesitaremos estar lucidas para esta noche.

-En ese caso tú también deberías ¿no?-añadió Aria, con tonito obvio.

Ante eso Adagio la miró de refilón, ocultando como podía un gesto un tanto sorprendido ante ese comentario.

-Ahora voy yo, ve yendo tú.

Aria no dijo nada más y se alejó, ocultándose de la vista en cuanto giró por el pasillo. Adagio se quedó allí un rato más hasta que finalmente siguió sus pasos en dirección hacia la habitación.

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El resto de horas pasaron rápidamente y las tres se dirigieron al escenario donde la gente ya estaba comenzando a juntarse; todo el instituto estaba allí, a punto de caramelo, y eso era algo que ellas tres sabían muy bien. Lloyd y Sg iban en todo momento con ellas, sin separarse en ningún momento.

La primera en actuar sería Trixie y su banda, por lo que ellas esperaron pacientemente tras bastidores a que terminaran. Ases en la manga volvió a sonar, esta vez con mucha más fuerza y dinamismo que la última vez, claro indicativo de que el hechizo acuciaba a Trixie a ganar. Aunque a esas alturas eso no preocupaba a ninguna de las tres, puesto que dentro de poco obtendrían el premio gordo. Adagio no dejaba de mirar todo el rato a las rendijas de la trampilla, esperando a ver surgir la tan ansiada magia.

-¿Dará resultado? Está tardando un poco…-comentó Aria, algo impaciente.

-Sí, ya verás como sí, tan solo espera.

-Agh, lo sé, pero es que tanta espera me está matando…

Adagio no podía decir que no a eso, aunque en ese momento prefirió guardarse sus comentarios, permaneciendo en silencio. Para entonces la canción de Trixie estaba a punto de acabar.

Tengo ases en la manga y me debéis creer, que os dominaré, porque yo tengo poder

Como la última vez, Trixie alargó la tonada todo lo que pudo y puso la puntilla con una serie de fuegos artificiales justo al final, quedando de lo más vistoso. Una vez que terminó con su actuación bajaron del escenario, no sin antes dirigirse a ella con tonito pretencioso.

-Intentad superarlo.

Ante eso Adagio comentó con preocupación fingida.

-Oh, vaya, no sé si podremos…

Las tres se rieron tontamente, como quien no quiere la cosa, aunque justo en ese momento Adagio vio algo y las mandó callar. Y es que de las rendijas de la trampilla comenzó a salir un humillo verdoso traslúcido que emanaba una energía sin parangón. La sonrisa de las tres chicas se ensanchó al máximo.

-Muy bien, chicas, llegó el momento… ¿preparadas?

-Huy, sí…-masculló Aria, con ganas.

-¡Sí, sí! ¿Metemos otra vez a Lloydi y Sg en la actuación?-inquirió en ese momento Sonata, igual de animada.

-No, esta vez es serio, mejor que esperen aquí, entre bastidores.

Justo después Adagio se acercó a Sg, haciéndole arrumacos varios y dirigiéndose a él.

-Muy bien Sg, querido, ahora pórtate bien y quédate aquí mientras nosotras nos encargamos de todo ¿vale? Cuando terminemos tendré un regalo muy especial para ti…

Esas últimas palabras las pronunció en un alargado susurro en su oído, junto con un pequeño y juguetón lametón en la oreja.

-Sí, señora…-asintió el chico, con voz mecánica.

Por su parte Sonata hizo lo mismo con Lloyd.

-¿Has oído, Lloydi? Quédate aquí, pórtate bien y quizás yo también tenga algo muy especial para ti…-susurró la chica, dándole un lametón en una mejilla.

-Lo que tú me mandes, mi dulce taco.

Una vez que tuvieron todo listo las tres salieron al escenario al tiempo que la música comenzaba a sonar y ellas empezaban a cantar; el humillo verde flotaba en el aire alrededor de ellas creando un ambiente de lo más peculiar, al tiempo que sus colgantes brillaban en un halo de luz roja, absorbiendo toda la magia al son de la música y su canto. Captando la atención del público en menos de un minuto si quiera y notando cómo la magia comenzaba a fluir a través de ellas, comenzaron a cantar de verdad.

Este es nuestro show, quedaros y sabréis
Es nuestro momento, el vuestro se acabó


Para entonces las tres podían notar cómo su cuerpo comenzaba a estremecerse, reuniéndose la magia en un solo punto y comenzando a actuar en ellas. Aprovecharon ese mismo momento para asegurar al cien por cien a la multitud lanzando sobre ella una ondas de color rojo que los dejaron completamente idiotizados.

La onda sentirás, muy cerca estallará
No os podréis marchar, aquí os queréis quedar


Fue en ese justo instante cuando notaron como la magia estallaba en su interior, comenzando a transformarse y flotando en el aire, sintiendo cómo el sopetón de energía sacudía sus cuerpos, cambiándolos. Adquirieron unas pequeñas alas que se asemejaban a sus aletas dorsales originales, aunque también las surgieron unas orejas de poni y su pelo creció un poco más, asemejándose a una cola.

-Agh, atributos de poni ¿por qué?-oyó en ese momento Adagio a Aria en su cabeza, con tono molesto.

-Magia de ponis, quizás sea por eso… no te desconcentres-la reprendió por su parte ella, telepáticamente.

Aprovechando el momento siguieron cantando al mismo tiempo que se iban transformando.

Nos adorareis, y debéis amarnos
No nos ignoréis, nos recompensareis
Nos necesitas, escucha y mira
Nada nos detendrá


Era en ese momento cuando Adagio podía sentir cómo su vieja fuerza volvía a estar con ella, sintiéndose eufórica y con ganas de cantar constante y frenéticamente. Las dudas sobre qué hacer que sentía horas antes se disiparon, comenzado a ver algo en su cabeza. Primero el pueblo, peinando todas sus calles, y sin dejarse ningún solo hueco. Luego, la ciudad, la cual estaba a unos pocos kilómetros de allí, siguiendo todo recto la carretera hacia el norte. Y, a partir de allí, el estado entero. Y luego el país. Y, ya que estaban, el mundo entero.

-¡Sí! ¡¡Sí!! ¡¡Ahora sí!! ¡¡Nos recordarán, aunque no sea en Ecuestria!! ¡¡El mundo sabrá que alguna vez llegamos a existir!!-pensó Adagio, pletórica.

Miró por un momento tanto a Aria como a Sonata, las cuales estaban igual de pletóricas que ella. Fue entonces cuando, por primera vez, esbozó una sincera y radiante sonrisa, pensando en lo más hondo de su ser.

-Por fin podré cumplir con mi promesa…

Por un breve instante se perdió en sus propios recuerdos. Pero entonces, en ese mismo momento, notó cómo una magia muy parecida a la suya surgía de improviso, junto con un canto.

Oh, oh oh-oh-oh, la música está en ti
Oh, oh, oh-oh-oh


Justo después le siguió un breve pero potente solo de guitarra, mientras que el canto resonaba por todo el lugar, despertando por un momento a todos los alumnos.

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Oscuridad, todo estaba envuelto en una negrura que no me dejaba ver ni oír nada. Era como si no existiera, sentía cómo respiraba, cómo mi corazón latía, pero no había nada más. Aunque intentaba pensar con todas mis fuerzas no podía sacar nada en mi mente, la cual parecía estar abotargada. Esa opresiva sensación seguía ahí, y no me dejaba hacer absolutamente nada. Ni siquiera gritar.

Pero entonces, en ese mismo instante, un rayo de luz iluminó por un segundo esa oscuridad. Fue cuando pude oír algo.

La música está en ti

Esa melodía inundó mis sentidos, los cuales comenzaron a despertar.

No necesito que me aclamen al cantar
No estoy buscando aquí la popularidad

Solo he venido aquí, para traeros
la música, la música
la que llevo en mi interior

La escucharás (¡Sí!)
Y seré libre.
Lo soltaré, (¡Todo!)
Y que suceda.

Está en nuestro interior,
Y la música hablará.
¡Y lo liberará!


Esa música fue como un soplo de aire fresco, la oscuridad se retiró y la luz regresó, tambaleándome por un momento y estando a punto de caerme, pero me apoyé a tiempo en un altavoz y pude evitarlo.

-Agh, mierda… ¿dónde estoy?-mascullé yo, algo mareado.

Giré la cabeza y vi entonces a Lloyd a mi lado, igual de desorientado que yo.

-¿Qué co*o ha sido eso? ¿Qué ha pasado?-inquirió el chico.

-No lo sé, recuerdo que… ¡ah, mierda, son ellas, están aquí!-mascullé entonces, recordándolo todo de golpe.

-¿De qué me…? ¡Ah, j*der, espera, sí, Sonata, no!-hizo lo propio Lloyd.

Fue entonces cuando levantamos la vista y vimos a esas tres flotando en el aire y semi transformadas.

-Oh, mierda…-musitó Lloyd.

-¡No, espera, mira allí, en la colina!-exclamé yo, señalando al fondo.

-¿Qué? ¡Ah, son las chicas! ¿Y Vinyl?-inquirió Lloyd, extrañado.

-Sí, aunque ¿soy solo yo o tiene lo más parecido a un cañón de bajos?

-¿Pero qué rayada es esta?

Sin embargo, en ese mismo instante, oímos a Adagio comentar en voz alta.

-Así que las Rainbooms quieren convertir esto en una verdadera batalla de bandas… pues que empiece.

Fue entonces cuando comenzaron a cantar, sintiendo enseguida cómo la oscuridad regresaba y dejándonos completamente off en meros segundos.

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¿Cómo era posible? ¿Cómo habían podido escapar esas siete? Todas esas preguntas se agolpaban en la mente de Adagio, que no tardó nada en reaccionar, cantando de seguido.

No os lo esperareis, pronto lo veréis
Vamos a acabar con vosotras sin dudar


Gracias a esos versos todo el mundo volvió a caer sumido en un control total, mientras que, entre las tres, comenzaban a concretar algo rápido.

-¡Oh, maldición! ¿Qué hacemos, qué hacemos?-inquirió Aria, telepáticamente.

-¡Calmarnos, eso lo primero! Ahora mismo estamos a tope, podemos usar nuestra propia voz para frenarlas-sugirió Adagio rápidamente.

-Vale ¿ideas?-quiso saber Sonata, un poco nerviosa.

Adagio tan solo necesitó unos pocos segundos para sacar algo que las pudiera servir.

-Figuras astrales, así evitamos tener que acercarnos ¡ahora!

Tan solo hizo falta pensar un poco, de un fogonazo color rojo intenso proveniente de sus colgantes surgieron tres figuras astrales de las tres chicas pero en su forma original, la de tres sirenas de Ecuestria.

De esa forma estuvieron manteniendo a raya a las Rainbooms y luchando contra ellas mano a mano, usando grandes cantidades de magia condensada en ondas de choque con formas de todo tipo. Trataron de separarlas y combatirlas una a una, pero en cuanto tuvieron la ocasión se reagruparon y combinaron sus voces, consiguiendo ponerlas en jaque. Fue en ese momento cuando Adagio se percató de que Sunset Shimmer estaba apartada, lo que era aún mejor.

-Je, ya sabía yo que esa chica no valía para nada, es demasiado débil-se dijo a sí misma, vanagloriándose por ello.

Sin embargo, y para su súbita sorpresa, vio que la lanzó una desafiante mirada, comenzando entonces a cantar.

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De nuevo envuelto en esa densa oscuridad, aunque esta vez consciente de lo que ocurría, traté por todos los medios de zafarme de ella, pero esta no me dejaba apartarla por mucho que lo intentaba.

-¡Agh, maldita sea, déjame salir!-grité con todas mis fuerzas en lo más profundo de mi mente.

Aunque, en ese instante, pude distinguir una preciosa voz que me era familiar cantando no muy lejos de allí.

Nunca me destruiréis a mí, no romperéis esta parte de mí
Mis amigas me apoyarán, no canto para ser más popular


-Sunset…-susurré entonces.

A mi alrededor la oscuridad comenzó a diluirse poco a poco, mientras que ecos de su hermosa voz comenzaban a resonar cada vez más y más alto, combinada además con otra voz que también me era familiar.

Ahora debéis saber, que no podéis vencer
Nuestra música está a punto de estallar
Intentareis luchar, de nuestra parte está la luz de la amistad


La oscuridad a mi alrededor comenzó a resquebrajarse poco a poco, dejando entrar una luz muy brillante e intensa que me dejó ciego por unos instantes, teniendo que cubrirme los ojos.

Está en nuestro corazón, veréis la música estallar
Porque juntas lucharemos contra la oscuridad


Fue en ese mismo instante cuando un fuerte resplandor multicolor peinó mi mente, despejándola por completo y volviendo al mundo real junto con Lloyd.

-¡Uouh!-mascullé yo, echándome hacia atrás.

-¡Ostia, qué subidón!-hizo lo propio Lloyd.

Vimos entonces que tanto las Dazzlings como las sirenas flotantes se habían quedado rezagadas justo delante de nosotros, como si se las hubiera acabado las pilas o algo por el estilo. En la colina pudimos ver a las chicas imbuidas en un aura brillante, aunque eso no fue todo, puesto que pude ver cómo Sunset se envolvía ella también en la misma, sin dejar de cantar. Comprendí al instante lo que pasaba y esbocé una gran sonrisa, sintiéndome tremendamente orgulloso de ella.

-Esa es mi niña…-mascullé por lo bajo, sin poder evitarlo.

-¡Ostia!-exclamó Lloyd, genuinamente asombrado.

Al mismo tiempo la letra de su canción resonaba en nuestra mente, cantándola junto con ellas, como si me la supiera de toda la vida.

Cantaremos la canción, bailaremos sin parar
La amistad es nuestra fuerza, cantar, cantar

Está en nuestro corazón, veréis la música estallar
Porque juntas lucharemos contra la oscuridad

Cantaremos la canción, bailaremos sin parar
La amistad es nuestra fuerza, cantar, cantar, cantar


Para entonces el aura brillante se alzó sobre las nubes y se concretó en la figura de un enorme alicornio brillante con la crin y cola de color arcoíris. Por mi parte me expresé con fuerza.

-¡¡Oh, sí!!

Por su parte, Lloyd se expresó a su manera.

-¿¡Pero qué cojones?!

Aunque antes de que pudiéramos decir nada más, el etéreo alicornio disparó un enorme arcoíris en dirección hacia las sirenas, al tiempo que nosotros nos cubríamos tras un altavoz.

-¡¡Su p*ta madre!!-exclamó Lloyd, flipado.

-¡¡Oh, sí, eso es!! ¡¡Taste the rainbow, madafacas!!-grité con todas mis fuerzas y tremendamente emocionado.

La luz multicolor inundó el escenario, al tiempo que las figuras astrales de las sirenas se hacían pedazos, pudiendo además oír como los colgantes en sus cuellos se resquebrajaban hasta acabar destrozados.

En cuanto la luz pasó nos asomamos y vimos a las interfectas recogiendo los pedazos e intentando cantar, aunque para nuestra sorpresa comenzaron a desafinar de manera particularmente horrible.

-Ostias…-comentó Lloyd.

-j*der, las abandonó el repertorio parece ser-hice yo lo propio.

De igual forma el resto de estudiantes las abuchearon, lanzándolas de todo, desde fruta hasta gelatina en bloque, cayendo una a nuestro lado.

-¿Gelatina en bloque? ¿Quién co*o se trae gelatina en bloque a un concierto?-quiso saber Lloyd, chocado.

-Pues alguien con mucho dinero, porque vamos, ochenta dólares en el wal-mart-comenté de seguido, mirando la etiqueta.

-j*der…

Las Dazzlings, ya desprovistas de todo poder, salieron corriendo por el otro lado del escenario y pudimos salir nosotros, apareciendo de repente ante todo el mundo, aunque apenas nos hicieron mucho caso. Aunque sí que llegamos a ver a ciertas dos personas corriendo hacia nosotros con los brazos abiertos y recibiéndolas de igual forma en cuanto subieron al escenario. Abracé con todas mis fuerzas a Sunset y la besé con ganas, al tiempo que Lloyd y Pinkie hacían lo mismo. Ésta vez la gente nos hizo más caso, dejando escapar un "oooh" digno de la serie de comedia más costumbrista, y empezando a corear justo después: “¡Qué bonito, qué bonito, qué bonito!” Ante eso tan solo nos reímos con ganas, volviéndonos a dar otro beso y esta vez aplaudiendo todo el mundo.

-Pero bueno, qué escándalo, madre mía, reservaos un poco…-comentó en ese momento Applejack con tonito, subiendo al escenario junto con las demás.

-¡Eso, eso, iros a un hotel!-exclamó Rainbow.

-Oh, por favor chicas, dejadles disfrutar, el reencuentro siempre es la parte más bonita-comentó Rarity.

-Cierto es que después de todo lo que ha pasado es reconfortante…-murmuró Fluttershy.

La única que no dijo nada fue Twilight, la cual nos miraba con curiosidad, llegando a comentarme enseguida.

-Nos conocemos, creo.

-Sí, hace ya varios meses, en el baile de otoño, cuando Flash te presentó.

-Ah, sí… aunque a ti no te conozco.

-No, soy LloydZelos, encantado-murmuró él.

Por un momento Sunset cogió uno de los pedazos de los colgantes, comentando de seguido.

-Esto explica por qué eran tan importantes para ellas…

-Sí, y ahora que hemos podido neutralizar su poder tan sólo son tres adolescentes inofensivas-añadió Twilight.

Quise decir algo, aunque en ese momento oímos una voz familiar exclamar.

-¡Rainbooms para siempre!

En un visto y no visto, Flash apareció de improviso y dio un gran abrazo a Twiligh, al tiempo que decía.

-¡Eso ha sido increíble!

Por un momento hubo un breve instante en el cual las demás se rieron tontamente, aunque yo miré al par ceñudo y Lloyd comenzó a gruñir por lo bajo. Aunque, antes de que hubiera nada más, Trixie apareció de improviso entre los dos, cortándolos de golpe.

-¡Puede que hayáis derrotado a las Dazzlings, pero nunca tendréis la sorprendente y explosiva habilidad de la gran y poderosa Trixie!

Tras eso hizo explotar una bomba de humo y se esfumó rápidamente.

Estuvimos hablando un rato más, principalmente de quien sustituiría a Twilight, siendo la propia Sunset demostrando una gran técnica con la guitarra.

-Vaya, cielo, no me dijiste nada…-murmuré yo, anonadado.

-Bueno, nunca surgió la ocasión-dijo ella, guiñándome un ojo.

Finalmente nosotros dos nos retiramos, ya que en ese momento nos sentíamos cansadísimos, como si nos hubiera pasado por encima una apisonadora. Sunset supuso que era por efecto de la magia que nos había tenido prisioneros, cosa que confirmó la propia Twilight, por lo que nos despedimos de ellas, las cuales nos dijeron que nos llamarían mañana.

Mientras nos dirigíamos para la residencia, comenté.

-Bof, qué día más largo…

-Ya ves, estoy agotado, no sabía que estar agilipollado cansaría tanto…

Nada más llegar, en cuanto tocamos la cama nos dormimos al instante. Afuera, el resto del pueblo dormía.

Te voy a escribir toda enterita... cachito a cachito... con todo lujo de detalles...
Sg91
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