Capítulo 12
¿¡Pero esto qué es?!
-Vale, entonces ¿por qué estamos aquí exactamente?-inquirió en ese momento Lloyd, extrañado.
-De por sí es raro que Celestia nos llame así sin más en pleno recreo…-asentí yo, igual de extrañado.
-Ni idea, queridos, algo querrá comentarnos-supuso Rarity.
-¡Pues que sea rápido, el recreo no dura mucho, por desgracia!-murmuró Rainbow, un poco molesta.
Aunque por el momento no parecía que fuera a empezar, puesto que el salón de actos aún estaba la mitad de lleno, faltando bastante más gente por llegar. Estaba siendo un recreo tranquilo, como cualquier otro, habíamos terminado de comer y nos estábamos dirigiendo a nuestro rincón de relax cuando, en un momento determinado, la voz de Celestia anunció por megafonía que nos reuniéramos todos los alumnos en el salón de actos, puesto que al parecer quería hacernos un anuncio importante. Nosotros fuimos de los primeros en llegar, tomando asiento en las primeras filas del patio de butacas. Poco a poco el resto de alumnos de otros cursos fueron llegando, teniendo que esperar unos quince minutos más. Una vez que todo el mundo estuvo presente, Celestia hizo acto de aparición junto a su hermana Luna; a una señal suya todo el mundo fue guardando silencio hasta que finalmente Celestia habló.
-Buenas tardes a todos. Supongo que os estaréis preguntando que por qué os hecho llamar en medio de un recreo…
Frente a eso mucha gente asintió por lo bajo, extendiéndose una ola de murmullos por todo el lugar; antes de que la cosa fuera a más, Celestia retomó el hilo.
-El caso es que necesitaba que todos estuvierais juntos para anunciar lo que tengo que anunciar, puesto que nos concierne a todos. Supongo que sabréis que debido a ciertas cuestiones económicas nos vimos obligados a cerrar algunos clubes para poder subsanar las cuentas del instituto…
Mucha gente dejó escapar gruñidos y murmullos quejumbrosos que resonaron bastante por todo el salón de actos; por su parte Rainbow no dijo nada, pero esbozó un gesto molesto en su cara.
-Bueno, pues dado que necesitamos dinero para poder reabrir cuanto antes todos esos clubes, el consejo escolar nos ha recomendado que organicemos un festival musical en el cual todos vosotros podéis participar si os apetece.
La noticia cogió por sorpresa a muchos de los presentes, reaccionando esta vez de manera positiva; Celestia se siguió explicando.
-El festival tendrá carácter benéfico y los beneficios recaudados de él se destinarán para tapar agujeros y así poder reabrir todos esos clubes que se vieron afectados por los recortes. Como ya he dicho, todos los que deseéis participar con vuestras bandas sois más que bienvenidos, por lo que podréis aportar también a la causa.
Los murmullos se fueron extendiendo de nuevo por todo el salón, dejando a mucha gente notablemente animada. Y, de igual forma, a Rainbow también se la veía inspirada.
-Aún queda una semana para el festival, por lo que tendréis tiempo para juntaros entre vosotros, organizar vuestros grupos e inscribiros. Si al final alguien se anima tiene que diseñar también su propio emblema que represente a su banda, así como un cartel aparte para ayudar a promocionar el evento-continuó Celestia dando detalles.
Para entonces la gente ya estaba lo suficientemente emocionada, siendo curioso que los que más lo estaban eran todas aquellas personas cuyos clubes habían cerrado, aunque en realidad era bastante obvio si se pensaba fríamente. Y, de igual manera, Rainbow no se hizo de rogar una vez que volvimos a nuestro rincón de relax.
-Decidido, participaremos en el festival.
-¿Participaremos? ¿Cómo que participaremos?-repitió Rarity.
-Sí, aquí la única que ha decidido nada eres tú, aparentemente-añadió Applejack, con sorna.
-Oh, vamos, está más que claro, necesito participar en ese festival para que mis clubes reabran, es la oportunidad perfecta.
-Hombre, a mí también me gustaría que el club de costura volviera a abrirse…-comentó Rarity.
-Pues más que suficiente entonces… vamos, Rarity, únete a mi banda-la animó Rainbow.
-Bueno, por mí vale, aunque si sólo somos dos…
-¿Y qué si somos dos? El resto no tienen que participar si no quieren, después de todo sus clubes no cerraron… al menos el de Lloyd y Sg-recordó la chica.
Por nuestra parte no hicimos ningún comentario puesto que así era, aunque en ese momento oímos un débil murmullo que nos llamó a todos la atención; nos giramos y vimos a Fluttershy con cara de circunstancia.
-¿Qué pasa, dulzura?-inquirió Applejack.
-Oh, bueno, es que… no quise deciros nada para no preocuparos, pero es que mi club también cerró, y, bueno…
Antes de que la chica pudiera decir nada más, Rainbow se adelantó y murmuró.
-Pues hala, ya somos tres ¿alguien más?
-Por mi parte no, ya que no estaba en ningún club, pero si necesitáis mi ayuda yo os la puedo dar-se ofreció Applejack.
-Gracias, Applejack, tu ayuda será muy bienvenida…
-¡Huy y yo, y yo, por fa, siempre he querido formar parte de una banda, es una de las pocas cosas que aún no he hecho!-exclamó Pinkie en ese momento.
-¡Cuatro! ¿Alguien da más?
Por mi parte no dije nada, ya que nunca me había considerado ningún dandi de la música, nunca antes había tocado ningún instrumento, y cantar, lo que se dice cantar, no lo hacía particularmente bien. Lloyd tampoco hizo ademán de decir o aportar algo, por lo que supuse que estaba en las mismas que yo. Aunque por un momento vi que Sunset quiso decir algo, pero al final se quedó callada, sin decir nada más. La quise preguntar, pero en ese justo momento lo que quedaba de recreo se pasó rápidamente, oyendo la campana a lo lejos que anunciaba el fin del mismo y el comienzo de las clases de la tarde.
El tema de la banda no volvió a salir hasta después de clases, mientras tomábamos algo en el Sugarcube Corner; aunque intenté hablar con Sunset justo después para preguntarla por qué se quedó callada, ella se excusó diciendo que tenía tarea atrasada que hacer y no vino con nosotros a tomar algo. Eso me dejó particularmente extrañado, aunque preferí no presionarla, apuntándome mentalmente hablar con ella esa misma noche.
-Vale, ahora necesitamos decidir y organizar un poco los instrumentos que cada una vamos a tocar. Si mal no recuerdo conservo una vieja guitarra mía que tocaba hace mucho, yo puedo ser la guitarrista y vocalista-sugirió Rainbow.
-Oh, pues ahora que lo comentas yo tengo mi bajo en el garaje muerto de risa desde hace varios años, podría ser un buen momento para rescatarlo-recordó Applejack.
-Bajo, me gusta, muy flexible para el ritmo de fondo, genial Applejack… ¿y qué hay de vosotras, chicas?-inquirió Rainbow, dirigiéndose a las demás.
-Oh, déjame sorprenderte, querida, he pensado en algo que va a quedar divino en cuanto lo veas-aseguró Rarity.
-Lo cierto es que no sé qué puede quedar divino en tu caso, Rarity…
-Oh, eh… bueno, el caso es que aún no he pensado en nada, déjame que me lo piense, igual tengo algo en casa…-murmuró Fluttershy, algo insegura.
-Bueno, tenemos una semana, aunque no te demores mucho, eso sí… ¿y tú, Pinkie?
-¡Oh, no tengo ni la más absoluta idea!-exclamó ella animadamente.
-¿Eh? ¿Y eso que significa?
-¡Que no tengo nada que tocar, claro! El caso es que nunca me he decidido por ningún instrumento en específico, he tocado y probado muchos, sí, pero ninguno me ha llamado la suficiente atención, eso es todo.
-Bueno, vale, pero necesitas un instrumento para la banda, Pinkie-la recordó Rainbow.
-Lo sé, aunque ya te digo que no se me ocurre nada, al menos por ahora…
-Bueno, yo te puedo ayudar a encontrar un instrumento que te encaje-anunció en ese momento Lloyd.
-Oh ¿lo harías, Lloydi? ¡Ah, ya sé, podríamos tocar juntos! ¿Qué me dices?-inquirió ella, particularmente animada por la idea.
-Eh… bueno, el caso es que me encantaría, pero no estoy particularmente ducho en ninguno en concreto…
Los demás seguían hablando de todo un poco, pero yo seguía perdido en mis propios pensamientos, sobre todo preocupado por Sunset. Sabía que algo la había molestado, pero aun así se fue tan repentinamente… ¿Qué era lo que quería decir? ¿Y por qué se fue así sin más? En ese momento vimos a Vinyl entrar en el sitio con sus cascos puestos, moviendo la cabeza rítmicamente; en cuanto pasó a nuestro lado la saludamos fugazmente, al tiempo que ella pedía un muffin sin apenas abrir la boca y se marchaba por donde había venido.
-Bueno, en ese caso está decidido, somos cinco y por ahora tenemos una guitarra acústica y un bajo. Necesitamos un nombre, eso sí-comentó en ese momento Rainbow.
-Oh, querida, déjame a mí diseñar el logo, me aseguraré de que sea perfecto-pidió Rarity.
-Vale, pero en ese caso el nombre lo decidiré yo… ¿Qué os parece Las Rainbooms?-sugirió la chica en ese momento.
-Rainbooms… me gusta, tiene estilo, suena bien, Rainbooms…-repitió Rarity.
-Aunque por ahora necesitaremos practicar, hace tiempo que no toco el bajo…-comentó en ese momento Applejack.
-No os preocupéis, en cuanto vaya a registrar el grupo pediré también la sala de música para ensayos.
Las chicas siguieron hablando sobre el tema, aunque yo apenas escuchaba, puesto que hice mano del móvil y estuve hablando con Sunset.
Sg
Te estás perdiendo los batidos…
Sunset
Ya, es una pena, pero es que tengo trabajo atrasado…
Sg
¿Seguro?
Sunset
Claro, ya sabes que me lo tomo muy en serio…
Sg
Pero normalmente te administras muy bien el tiempo y apenas tienes problemas al respecto…
Sunset
Ya, bueno, pero esta vez se me ha acumulado un poco…
Sg
Oh, vamos cielo, algo te pasa, no me lo niegues…
Sunset
Es una tontería…
Sg
Sabes que puedes contármelo, siempre voy a escucharte. Para eso estoy.
Hubo un breve momento en el cual Sunset se quedó callada, hasta que finalmente contestó.
Sunset
Está bien, aunque… ¿podríamos hablarlo mejor en persona? Lo prefiero así
Sg
Claro ¿te viene bien quedar ahora?
Sunset
Sep, pásate por casa si eso
Sg
Bien, voy para allá
Por mi parte preferí no esperar más, apuré el batido y me excusé, dejando al grupo debatiendo sobre los siguientes instrumentos. Afuera la tarde se echaba sobre el pueblo, pintándolo de un color naranja pardo.
Esa misma tarde después de clase Rainbow estaba que no paraba; llevaba consigo un estuche de guitarra e iba a paso ligero, dejándonos a nosotros muy atrás.
-¡Espera, Rainbow, más despacio!-la llamó Rarity.
-¡No hay tiempo de ir despacio, tenemos que hacer esto antes de esta semana, mi guitarra no está en condiciones de tocar nada!
-¡Pero si ni siquiera nos has explicado cual es el problema!
-¡Lo veréis en cuanto lleguemos!
-Eso si llegamos…-masculló Lloyd, algo cansado.
Por mi parte me mostraba preocupado, aunque no era por eso precisamente; hasta el momento Sunset no había hablado con ellas aun a pesar de que la había alentado a hacerlo. En ese momento me encontraba hablando con ella por wasap, tratando de no quedarme muy atrás.
Sg
¿Dónde estás, cielo? Pensaba que ibas con ellas…
Sunset
Las vi tan estresadas que no quise meterme. Además, no vi el momento para hablar con ellas…
Sg
Oh, vamos, ya hemos hablado de eso…
Sunset
Lo sé, cariño, lo sé, dame un tiempo ¿vale?
Por mi parte dejé escapar un quejumbroso suspiro, algo molesto por su actitud; aun a pesar de mis esfuerzos por que hablara con las chicas, no se atrevía a pedirlas si podía entrar en la banda. Por alguna extraña razón pensaba que no la correspondía a ella pedírselo, aun a pesar de que tan solo tenía que hacerlo y punto.
-¿A qué viene esa cara?-inquirió Lloyd en ese momento.
-Se trata de Sunset… ¿no te lo conté?
-No ¿el qué exactamente?
Quise decir algo, pero en ese momento Pinkie nos llamó.
-¡Lloydi, Sgi, por aquí!
Apretamos el paso hasta que finalmente llegamos a una tienda de música que no conocíamos, aunque una cara que sí que era conocida se encontraba al otro lado del mostrador; nada más vernos se quitó los cascos y exclamó.
-¡Hey, chicos! ¿Qué pasa? ¿Te has pensado eso que te dije, Rainbow?
-Hola Vinyl, sí, a ver si me puedes hacer un buen precio…
-Claro, veamos cómo está la vieja.
Antes de que pudiéramos decir nada, Rainbow abrió el estuche, revelando una vieja y andrajosa guitarra; una cuerda incluso llegó a romperse debido a la tensión.
-Oh, cielos, qué desastre…-murmuró Rarity.
-Sí, bueno, hacía tiempo que no la tocaba… ¿y bien, cómo lo ves?-inquirió Rainbow.
-Bof, muy ajada, tía…
-Sí, eso ya lo sé, me refiero al precio de descuento del que me hablaste-la recordó la chica.
-Oh, sí, perdona… bueno, teniendo en cuenta el estado en el que se encuentra, no te compensaría gran cosa, la verdad-explicó Vinyl.
-Ya… ¿no tendrás alguna oferta que me pueda permitir por un casual?
-Bueno, mira si quieres, mis padres reponen cada semana, puedo mirar en el almacén si no encuentras nada.
-Genial, gracias Vinyl.
Las chicas estuvieron mirando una guitarra que le pegase a Rainbow mientras que nosotros hablábamos por lo bajo.
-¿Y bien, qué ha pasado con Sunset?
-El otro día estuvimos hablando y me comentó que en un principio quiso unirse a la banda, pero al final no lo hizo porque consideraba que no la correspondía pedirlas tal cosa-revelé yo.
Ante eso el chico se quedó con una cara de incredulidad total, al tiempo que decía.
-¿Qué? ¿Y eso por qué?
-Eso fue lo mismo que la dije yo, intenté convencerla de que lo hablara con ellas, pero aun y con todo… no sé por qué se muestra tan esquiva con un tema así, no tendría por qué, se supone que ya está todo atado y bien atado entre ellas.
-¿Y no te dijo nada más?
-No, intentaré hablar de nuevo con ella, aunque es raro…
Lloyd quiso decirme algo, pero en ese momento una voz conocida exclamó.
-¡Yo la vi primero, Rainbow Dash!
-¡Ya, claro! ¿Y qué más, Trixie? ¡Búscate otra!
-Chicas, chicas, calmaos, pedid otro modelo igual a Vinyl y ya está-sugirió Applejack en ese momento.
-No, me temo que ese es el único modelo de guitarra de doble mástil disponible, mi padre la consiguió de traca en un festival de música punk, aunque no la vende ni a tiros-informó ella.
-¡En ese caso me la quedo yo que la he visto primero!-comentó Trixie, tirando de ella.
-¡Y una mierda, trae acá, es mía!
-A ver, a ver, tranquilas, no seáis crías, ¿por qué no os la rifáis con una pequeña competición?
-¡Ah, buena idea, Applejack! ¡Te reto, Trixie, a ver quién tiene los dedos más rápidos!
-Oh, vas a lamentar el haber desafiado a la gran y poderosa Trixie, Dash…
Antes de lo esperado, las dos se enzarzaron en un duelo musical en la que la una trataba de superar a la otra en cuanto a técnica y sonido.
-Je, si es que son como niñas…-comenté por lo bajo en un momento dado.
-¿Y qué esperabas? ¿Un entendimiento mutuo amistoso?-inquirió Lloyd, divertido.
-También es verdad…
Por un momento Trixie parecía conseguir superar a Rainbow, aunque esta rasgó las cuerdas con fuerza, haciendo sonar tres potentes acordes; fue entonces cuando todo se volvió muy raro como mínimo. Un aura eléctrica brillante rodeó a Rainbow al tiempo que ésta tocaba, transformándola de golpe; la crecieron las alas en la espalda, dos orejas de poni surgieron en su cabeza y el pelo la creció desmesuradamente, imitando una cola. Hasta la guitarra cambió de color, volviéndose de un azul brillante y con estampados amarillos de su marca en el mástil, que se volvió rojo. Las demás la miraban maravilladas mientras que nosotros hacíamos lo propio pero con cara de incredulidad total aderezada con un poco de pánico y algo de ajismo a partes iguales. En cuanto alcanzó su punto álgido en el aire, Rainbow se dejó caer hacia el suelo, provocando una mini explosión de colores hacia todas las direcciones en cuanto aterrizó. Por un momento no hubo nada, pero justo después las demás dejaron escapar gritos de euforia y júbilo, como quien no quiere la cosa. Aunque justo en ese momento se acordaron de nosotros y se giraron por un momento, para vernos inmersos en una marea de estupor e inquietud importantes. La primera en hablar fue Rainbow.
-Eh, esto… no es lo que parece.
-¿¡Que no es lo que parece?!-repetimos nosotros a coro.
-¡Tiene su explicación!-añadió Rarity.
-¡¿Ah, sí!?
-¡No es nada raro, Lloydi, en serio, por favor, no te enfades!-murmuró Pinkie, preocupada.
-¡Pero, pero, pero! ¿¡Cómo, por qué, cuándo, dónde?!-inquirió Lloyd, sin apenas lograr montar frases enteras.
-Vale, primera pregunta: ¿Qué co*o ha sido eso? Segunda pregunta: ¿por qué pareces un poni? Tercera pregunta: ¿por qué nadie aquí se extraña como mínimo incluyendo a Vinyl y a Trixie? Cuarta pregunta: ¿¡Qué co*o está pasando?!-mascullé yo por mi parte, un tanto asustado.
-Es… una larga historia-murmuró Rainbow, no muy segura de qué decir.
-Si nos dejáis que os expliquemos…-añadió Applejack.
Lloyd y yo nos miramos por un momento, no muy seguros de qué decir o qué hacer a continuación; estaba más que claro que sabíamos que se podían transformar, ya se vio en la primera película, aunque de la forma que lo había hecho Rainbow, con tan solo tocar, no lo habíamos visto nunca. Y así, en frío, no tenía mucho sentido. Además, como reacción y distracción había quedado perfecta.
-Por favor, Lloydi, sé que parece una locura, pero es real, déjame que te explique…-murmuró Pinkie, acercándose a él.
Por un momento los dos nos relajamos y no dijimos nada, esperando una explicación; aunque en ese momento Rarity habló.
-Será mejor que lo hablemos de una forma más privada… si no os importa.
-No te preocupes, tía-murmuró Vinyl, quitándole hierro al asunto.
-Como si fueran a creer a la gran y poderosa Trixie fuera del instituto ¿sabes?-añadió Trixie, sin remilgos.
Aprovechando la situación, Rainbow al final se quedó con la guitarra que usó en el enfrentamiento, dejando la de doble mástil para Trixie, aunque esta no pudo comprársela puesto que valía doce mil dólares. La transformación de Rainbow se deshizo al poco rato, como si nada hubiera pasado.
Como estábamos cerca fuimos a casa de Rarity, que en esos momentos se encontraba vacía. Una vez allí nos sentamos en el salón y nos estuvieron explicando todo lo que ya sabíamos, aunque omitiendo interesantemente el origen de toda esa magia. Por nuestra parte nos mostramos mínimamente impresionados para no llamar demasiado la atención. Una vez que estuvimos situados, Lloyd fue el primero en hablar para hacerlo más creíble.
-Vale, a ver si lo he entendido… de repente sois unas chicas mágicas porque un poni mágico vino de un mundo paralelo donde todo el mundo es un poni mágico y dejó una huella aquí, impregnando el ambiente con magia.
-Eh… sí, básicamente, lo has pillado rápido-asintió Pinkie.
-¿Por qué?-soltó en ese momento él.
-¿Cómo?
-¿Que por qué? Quiero decir ¿por qué pasa esto, cómo es posible?
-Buena pregunta, querido, no tenemos ni idea…
-Pero espera ¿ya os había pasado esto antes? Lo dudo, lo hubiéramos visto-comenté yo en ese momento.
-Bueno, no de forma tan evidente, aunque personalmente llegué a sentir algo raro cada vez que canturreaba en la ducha o estando a solas en mi habitación, tarareando alguna canción-comentó Rarity.
-¿Ah, sí?-inquirieron el resto de chicas.
-Sí, bueno, aunque fue de forma muy fugaz, era como una sensación de cosquilleo, no me transformaba ni nada, aunque sentía a mi pelo brillar y mis orejas estremecerse, era extraño.
-¿Y hasta ahora no nos has dicho nada?-inquirió Applejack, ceñuda.
-Bueno, no lo consideré importante… hasta ahora, claro. ¿No os ha pasado a ninguna de vosotras?
Antes de que nadie más pudiera hablar, Fluttershy comentó en ese momento.
-Oh, pues… ahora que lo dices… yo también he llegado a sentir algo raro en mi espalda cada vez que tarareaba algo por lo bajo, justo como tú, Rarity…
-¿Applejack?-inquirió Rainbow justo después.
-Nope, nada de nada.
-¿Y tú, Pinkie?-quiso saber Lloyd, ceñudo.
-Tampoco, y si hubiera habido algo os lo hubiera dicho igualmente, eso desde luego.
Por un momento hubo un breve silencio entre todos, antes de que yo sacara unas rápidas conclusiones.
-Vale, entonces teniendo en cuenta todo esto, parece ser que esa magia residual, por así llamarla, surge cuando cantáis o tocáis música… curioso.
-Yo no lo llamaría curioso ¿sabes?-saltó Lloyd en ese momento.
-¿Ah, no? ¿Y cómo lo llamarías?
-Yo lo llamaría… conveniente.
Ante eso fruncí el ceño, un tanto extrañado, aunque Pinkie aprovechó para hacer un apunte.
-¡En cualquier caso está todo aclarado! ¡Hey, Lloydi, igual si encuentro un instrumento que me pegue puede que yo también me transforme! ¿No sería eso genial?
-Eh… bueno, no sé, todavía no trago del todo el hecho de que seáis unas chicas mágicas…
Ante eso la chica se quedó un tanto rustleada, llegando a esbozar una preocupada mirada ante su afirmación, aunque el chico no tardó casi nada en corregirse.
-Pero eso no significa que no te trague a ti, eso sí… recuerda que eres mi dulce algodón de azúcar.
-Oh, y tu mi dulce bombón de licor… déjame que te coma.
Los dos se dieron mimos y arrumacos cariñosos, cosa que Rainbow comentó.
-Agh, qué empalagosos sois a veces…
-Envidiosa…-murmuró por su parte Applejack.
El chiste sirvió para relajar un poco el ambiente y hacerlo más distendido, riéndonos un poco; aunque por mi parte no me quedaba del todo claro ciertas cosas, en realidad tanto Lloyd como yo sabíamos de dónde provenía esa magia y por qué había acabado allí, aunque por un momento pensé que quizás el no preguntarlo lo haría sospechoso per se, por lo que preferí ir sobre seguro en ese aspecto.
-Bueno, por muy inverosímil que parezca es cierto puesto que lo hemos visto… aunque hay algo que no me queda claro, según vosotras apareció una chica mágica que impregnó el ambiente con su magia, vale, pero… ¿por qué apareció exactamente?
Por un momento todas se quedaron calladas, mirándose entre sí y viendo enseguida qué era lo que estaba preguntando. Rarity fue la primera en hablar.
-Veras, querido… dado que después de todo al final habéis acabado sabiéndolo, creo que merecéis saber el resto de la historia. Sobre todo tú.
-¿Yo? ¿Por qué yo?
-Porque el resto de la historia tiene mucho que ver con Sunset. Verás, ella hizo mucho más que ser una simple bravucona.
Aunque yo ya lo sabía, y Lloyd también, en todo momento me hice el ignorante y entre todas me estuvieron explicando la historia. Me mantuve en esa línea en todo momento, haciéndome el sorprendido cuando la situación lo ameritaba.
-Entonces… Sunset es una poni.
-Sí.
-Y se convirtió en una diablesa…
-Me temo que sí.
Hubo otro breve silencio en el cual las chicas me miraron un tanto preocupadas, Rarity se apresuró a decir.
-Hubiera preferido que hubiese sido Sunset la que te lo hubiera explicado, aunque… bueno, supongo que lo entenderá.
Yo tan solo asentí con la cabeza, quedándome pensativo. Aun así prefería hablarlo con ella, aunque solo fuera para decirla que me habían contado todo, por lo que quedé con ella por wasap al lado de su casa, en un pequeño parque colindante.
A los pocos minutos esperando vi a Sunset acercándose a mí al trote, visiblemente feliz.
-¡Hola cielo!-me saludó ella, dándome un rápido beso en los labios.
-Hola…
Enseguida la chica notó el tono con el que la saludé e inquirió extrañada.
-Eh ¿Qué te pasa, a qué viene esa cara?
Ante eso dejé escapar un corto suspiro, escogiendo las palabras apropiadas para decirla lo que tenía que decir.
-Me lo han explicado todo, Sunset.
Al principio la chica no entendió del todo mis palabras, aunque al final algo se olió y su gesto se torció, mostrando una mueca preocupada.
-¿Qué quieres decir?
De forma resumida la expliqué lo que había pasado hace escasos minutos, incluyendo todo lo que Rarity me había revelado; para entonces ella ya estaba lo suficientemente nerviosa y visiblemente azorada, esbozando un gesto triste.
-Es culpa mía… todo es culpa mía-masculló entonces, con lágrimas en los ojos.
-No, cielo, no digas eso…
-No, no me digas tú eso, sabes que es cierto, fui yo quien lo echó todo a perder, fui yo quien se convirtió en un monstruo…
-Pero…
-Yo… yo… lo siento mucho, de verdad… si no quieres seguir estando conmigo lo entenderé…
-¿Pero qué dices? Pues claro que quero seguir estando contigo, te quiero, Sunset-murmuré con contundencia, cogiéndola de la mejilla.
-Pero… después de todo lo que he hecho… ¿vas a seguir queriéndome así sin más?-masculló ella, apartando la mirada.
-¡Pues claro que sí! ¡Y no soy el único que lo hace! ¡Tienes a cinco maravillosas amigas que siempre estarán ahí para ti, y me tienes a mí, cariño! Y por supuesto que seguiré queriéndote, yo me he enamorado de la Sunset buena, dulce y comprensiva, no de aquella Sunset que se metía con los demás.
Ante eso la chica esbozó una tierna sonrisa, aunque sin borrar esa triste expresión de su cara.
-Sé que me quieres, pero aun así… ¿realmente merezco todo lo que tengo ahora después de todo lo que he hecho? La amistad de mis amigas, tu amor y cariño…
-Oh, vamos, cielo, no pienses más en eso, lo hemos hablado más veces…
Aun a pesar de eso la chica no pudo evitar soltar unas lágrimas y yo la abracé, tratando de consolarla. Ella se echó sobre mi hombro y siguió llorando, llegando a musitar entre medias un sentido lo siento. Preferí no decirla nada y seguí abrazándola, tratando de aliviar su pena. Sobre nuestras cabezas el cielo se nublaba poco a poco, trayendo consigo un leve viento de poniente.
Tras el descubrimiento de todo el asunto de la magia por nuestra parte, el resto de la semana previa al festival pasó más rápidamente de lo que nosotros mismos hubiéramos esperado. El resto de chicas fueron buscando unos instrumentos que las encajaran, Applejack quiso rescatar su bajo, aunque con tan mala fortuna que su abuela acabó vendiéndolo en una venta de garaje a la tienda de empeños de Flim y Flam.
-¿Y cómo es que tu abuela acabó vendiendo tu bajo?-inquirió en ese momento Rarity, mientras nos dirigíamos para allá.
-Pues porque pensaba que no lo volvería a tocar, y yo tampoco, pero ahora con todo esto de la banda…
-No te preocupes, Jackie, seguro que te lo devuelven si les explicas que ha sido un error-murmuró Pinkie, animada.
-Yo no estaría tan seguro…-comentó en ese momento Lloyd.
-¿Y por qué no, Lloydi?
-Esos dos son unos peseteros de cuidado, dudo mucho que se desprendan así sin más de cualquiera de las cosas que tengan allí.
Aunque yo opinaba igual que Lloyd, las chicas parecían tener más fe, apretando el paso para llegar antes; durante el camino, Lloyd y yo estuvimos hablando.
-Entonces… ¿hablaste con Sunset?
-Sí, la pobre sigue estando muy insegura de todo, incluso llegó a pensar que no seguiría con ella debido a lo que pasó.
-¿En serio?
-Sí, parece ser que todo lo ocurrido la pesa más de lo que yo mismo hubiera esperado.
-Pero si lo hablasteis más veces mucho antes de que descubriéramos todo el rollo este de la magia…
-Ya, pero aun así… He intentado animarla, sugiriéndola que comente a las chicas que la dejen unirse a la banda, pero ahora evita el tema. Por ahora prefiero no presionarla.
Lloyd quiso decir algo, pero en ese momento llegamos a la tienda, donde Flim y Flam ya nos estaban dando la bienvenida a su manera. Applejack trató de recuperar su bajo por el mismo precio que ellos se lo compraron a su abuela, dos dólares, pero ellos trataron de encasquetarla mil dólares alegando costes de transporte y demás absurdeces.
-¿Pero qué costes de transporte ni qué ocho cuartos? ¡Es un p*to bajo, se puede llevar a la espalda!-exclamé yo.
-¡Pues precisamente, joven, un servidor padece un dolor de espalda atroz, comprenderá usted que eso es peor que forzar la voz!
-¿Qué?
-¡Mil dólares es el precio final, yo creo que no está nada mal!-opinó Flim.
-¿Pero que se creen ustedes, que soy rica?-inquirió Applejack, molesta.
Por un momento parecía que no habría manera de recuperar el bajo, pero en ese momento Pinkie le comentó algo a Lloyd en voz baja, a lo que él abrió mucho los ojos al tiempo que decía.
-Dime que lo tienes.
-Espera, creo que sí.
Estuvo rebuscando un momento en sus bolsillos, aunque enseguida se dio cuenta de una cosa.
-Espera, no tengo bolsillos… un segundo.
Fue entonces cuando se llevó la mano a su pelo, revolviéndoselo durante unos segundos, y sacando un cheque descuento de esa misma tienda.
-¡Ah, aquí está!
Lloyd se la quedó mirando por unos breves segundos, como embobado, hasta que finalmente murmuró.
-¿Te he dicho ya que te quiero?
-Oh, claro que sí, tontín.
Lloyd cogió el cheque, se adelantó y murmuró.
-Aquí tienen un cheque descuento que me dieron la última vez que estuve aquí ¿por cuánto se lo pueden descontar?
Tanto Flim como Flam se miraron con un gesto que no me gustó nada; el bigotudo lo cogió por un momento, hablando con su hermano por lo bajo, hasta que finalmente murmuró.
-Lo sentimos mucho, joven, pero este cheque ha dejado de tener validez.
-Una lástima, pardiez, pero qué le vamos a hacer.
-¿¡Cómo?! ¿Dónde pone ahí que haya dejado de tener validez?-inquirió el chico, molesto.
-Estos cheques siempre tienen un límite de tiempo para su uso, más de tres meses invalida su uso.
-Eso es redundantemente redundante… y muy caradura-les espetó Pinkie, molesta.
-¡Además, ese es mi bajo, y lo puedo demostrar!-añadió Applejack.
-¿Ah, sí? ¿Y cómo lo vas a hacer?-quiso saber Flam.
Antes de que el hombre pudiera decir nada más, la chica le arrebató el bajo de sus manos, se lo colgó y empezó a tocar con gran habilidad y destreza; sus dedos corrieron raudos, rasgando las cuerdas. En cuanto hizo sonar tres acordes seguidos, hubo un destello y, antes de que lo supiésemos, se dio otra transformación. El pelo de Applejack creció desmesuradamente, surgiendo la cola, un amplio flequillo, además de las orejas de poni y el cambio estético del bajo. Incluso llegó a haber un fuerte viento provocado por las ondas del bajo, que se amplificó por efecto de la magia presente. En cuanto pasó tanto Flim como Flam miraban estupefactos a Applejack, al igual que Lloyd y yo, aunque las chicas la alabaron, quedándose encantadas.
-Agh, no me acostumbro a esta mierda…-masculló Lloyd, por lo bajo.
-Bueno, es… colorido-murmuré yo.
-Había olvidado lo permisivo que sueles ser en ocasiones…
-Meh, me adapto rápido. Aunque es curioso, la transformación se ha dado tras tocar tres acordes seguidos y ascendentes, justo como lo hizo Rainbow…
Aun y con todo, Flim y Flam se lo tomaron sorprendentemente bien teniendo en cuenta que una chica se había transformado enfrente de ellos, dispuestos a cobrarla de más si era necesario. Ante esa situación Lloyd y yo nos adelantamos y les pusimos las cosas claras.
-Mirad, usureros de medio pelo, le vais a devolver el bajo a Applejack por las buenas o…
-… o bien podemos llegar a un acuerdo ¿verdad que sí, hermano?-se adelantó Flim.
-¡Por supuesto que sí! ¡Los acuerdos son siempre nuestra mejor mano!
-¿Qué tipo de acuerdo?-inquirió Applejack, ceñuda.
-Oh, nos vendría bien un poco de promoción…
Sin otro remedio, Applejack aceptó las condiciones, en las cuales tenía que promocionar la tienda con su bajo y vestida de plátano. Aun a pesar del ridículo la cosa funcionó y la devolvieron el bajo sin mayores incidentes, salvo las constantes burlas de Rainbow cada vez que pasaba por allí.
Aunque costó un poco verlo al principio, Pinkie también acabó encontrando un instrumento que se adaptara bien a su energía y dinamismo; hasta el momento había estado probando unos cuantos, entre ellos el saxofón, el triángulo y hasta el teremín, con el cual había demostrado tener mucha mano.
-Es tan mágico… prueba tú también, Lloydi, es genial…
-Sí, la verdad es que suena muy bien, aunque lo malo es que no sé cómo puede encajar en la banda…
-Ya, lo sé, yo también lo he pensado. Lo cierto es que hasta ahora todo lo que he probado no es muy práctico para tocar en una banda.
-Bueno, es cuestión de seguir probando, seguro que hay algún instrumento por ahí que sea perfecto para ti.
-¿Y cuál puede ser? No se me ocurre ninguno…
En ese momento sonó el reloj que anunciaba el fin del tiempo de práctica, por lo que tenían que dejar libre el aula de música para los siguientes que la requirieran.
-Se nos acabó el tiempo, vayamos ya a comer, igual los demás nos pueden dar algunas ideas-sugirió Lloyd.
-Está bien, vamos.
El camino hacia la cafetería fue rápido y fugaz, se pasaron primero por la barra para que la abuela Smith les sirviera la comida y luego nos localizaron donde normalmente nos sentábamos siempre. Nada más llegar Rainbow inquirió.
-¿Y bien? ¿Qué tal?
-Nada de nada…
-¿Qué? Pinkie, te recuerdo que en menos de cuatro días comenzará el festival, necesitamos tener a toda la banda al completo para entonces…
-Lo sé, Rainbow, lo sé, pero aún no he encontrado nada que me guste-murmuró Pinkie, tamborileando sus dedos en la mesa.
-La he estado ayudando a encontrar algo que encaje en la banda, se la da bien tocar todo tipo de instrumentos, pero todos los que hemos visto apenas se ajustan en el contexto de una banda-reveló Lloyd.
-¿Seguro que habéis considerado todos los instrumentos?-inquirí yo en ese momento.
-Sí, creo que sí… ¿lo hemos hecho, Lloydi?
-Sí, al menos con todos los que el club de música tiene a su disposición… menos mal que ese no cerró.
-¿Y qué tenían en el club?
-Pues tenían algunos de cuerda como violines, arpas y liras, algunos de viento como flautas dulces y transversales y saxofones y algunos de percusión como el triángulo, pero ninguno se adecua muy bien a lo que es la banda en sí.
-¿Y no tenían nada de membranófonos?
-¿Membra qué?
Antes de decirle nada le señalé a Pinkie, la cual se entretenía ella sola tamborileando sus dedos en la mesa, aunque había ampliado su repertorio y ahora también estaba marcando el ritmo con los cubiertos tanto en los platos, en su vaso, en la bandeja y hasta en la propia Rainbow Dash, la cual la espetó que parara con gesto molesto. Fue entonces cuando Lloyd lo comprendió.
-¡Pues claro, membranófonos! ¡La batería!
-Ahí le has dao.
Esa misma tarde nos trajeron una batería que conseguimos que otra de las bandas nos prestara y Pinkie estuvo practicando con ella; en cuanto tuvo las baquetas en su poder las giró en sus manos y comenzó a golpear con ellas los tambores de forma rítmica y rápida, descargando sobre ellos su inagotable energía. Al principio no pasó nada, todo era normal, aunque en un momento dado llegó a tocar una escala ascendente hasta acabar golpeando un platillo; inmediatamente después su cuerpo entero comenzó a brillar, al tiempo que el pelo la crecía hacia abajo, formando la cola, y sus orejas la salían en la cabeza, de forma algo más desapercibida. Una vez que terminó con su performance Pinkie jadeó debido al cansancio, aunque con un gesto de alegría en su cara. Las chicas la alabaron, aunque Lloyd la miraba con un poco de recelo, a lo que ella se acercó a él y le preguntó.
-¿Y bien? ¿Cómo me veo?
-Un poco rara…
-Oh, pero sigo siendo mona ¿no?
-Sí, bueno, la verdad es que sí…
-Ji, ji, lo sabía…
Aun a pesar de todo Lloyd no hizo más comentarios y la transformación se deshizo al poco rato, volviendo la chica a su estado original enseguida. Aunque por mi parte se refería había algo que me intrigaba. Hasta ahora todas habían acabado transformándose tocando una serie de notas específicas, concretamente unos tres acordes concatenados y ascendentes. Quizás solo fuera una coincidencia, aunque en las siguientes transformaciones pude cerciorarlo un poco más.
En el caso de Fluttershy, que al final acabó agenciándose una pandereta de forma muy casual, fue ligeramente diferente ya que su instrumento era el más distinto de todos. Al ser un instrumento autorresonador o idiófono, ya que su pandereta tan solo tenía varios aros y sin una superficie que tocar, poseía una única tonada, lo que hacía imposible ejecutar acordes con él. Aun así la transformación se dio igualmente tras agitarla intensamente según me contó Rarity con todo detalle, puesto que fue la única que estaba allí en el momento en el que tocó.
Por su parte Rarity también me ayudó a sostener un poco más la teoría de los acordes; en un principio la muy cachonda pensó en utilizar un piano de cola, pero al final se decantó por un keytar, con el cual realizar un acorde era mucho más sencillo. De hecho en su caso fue ligeramente distinto, puesto que ejecutó una rapidísima escala de do a do hasta acabar con un rápido y corto acorde antes de iniciar su transformación.
Aunque, por su parte se refería, Lloyd se mostraba un tanto escéptico con mi teoría de los acordes musicales.
-No sé yo, tiene pinta de que no se va a explicar en ningún momento…
-¡Pero los acordes musicales podrían ser algo plausible! Piénsalo, la música es un conjunto de sonidos organizados, el sonido se desplaza a través de ondas, las cuales se trasladan a través del aire y la materia, reverberando en los objetos sólidos. Quizás esas ondas de sonido interfieren con la magia residual que hay en el ambiente, estimulándola y haciéndola surgir-expliqué mi teoría.
Por un momento Lloyd me miró con el ceño fruncido y expresión austera, comentando justo después.
-¿Tú que eras, documentalista o físico?
-Documentalista, pero lo bueno que tiene el manejar información es que eventualmente te la acabas aprendiendo.
Aun y con todo el tiempo seguía su curso y ahora tan solo quedaba un par de días antes de que el festival comenzara; todas las bandas apuntadas comenzaban a terminar con los ensayos y se notaba que todo el mundo estaba emocionado y con ganas de que el evento comenzara.
Por nuestra parte se refería no podíamos evitar pensar que todo estaba muy tranquilo y calmado; Celestia y Luna no nos habían vuelto a llamar, del consejo escolar nunca más se supo y de esas tres aún menos. Aun así preferíamos no pensar sobre ello, centrándonos en el presente. Esa tarde las nubes se arremolinaban desde el norte, amenazando con una incipiente lluvia.
Mientras tanto, reunidas en su despacho, Celestia y Luna ultimaban preparativos previos al festival musical.
-Vale, todas las bandas apuntadas están listas para actuar ¿Qué hay de los horarios?
-Todos fijados, mañana los mandaré a imprimir.
-Vale ¿Qué hay de los patrocinadores, has conseguido esa cobertura que me comentaste?
-Sí, por suerte sí, los Cake están dispuestos y los hermanos Flim y Flam también, aunque me han pedido un plus por contrato…
-Esos condenados peseteros… ¿estás segura de esto, Luna?
-Sí, déjamelo a mí, ya me las ingeniaré como sea…
Ambas se quedaron en silencio durante unos breves minutos, manejando papeleo y leyendo facturas; en un momento dado, Celestia comentó.
-Ah, por cierto, he abierto tres matrículas extraordinarias para tres alumnas nuevas.
-¿¡Que?! ¡¿Más gorrones?!-masculló Luna.
-Esta vez no, el otro día unos funcionarios de los servicios sociales me pidieron que abrieran las matriculas para tres chicas que, al parecer, no parecen estar escolarizadas. Esta vez paga el estado, por lo que no hay de qué preocuparse.
-Menos mal… ya solo faltaban tres irregularidades más, como si no tuviéramos suficientes.
-Ya, lo sé, pero con todo esto del festival no he tenido ni tiempo de mirarlo…
-¿Cuándo se incorporan a las clases?
-Dentro de un par de días, justo cuando empieza el festival.
-Ah, bien… a ver si terminamos con esto antes de plegar, estoy cansada.
Afuera las nubes ya habían alcanzado el pueblo, comenzando a tapar el cielo poco a poco; al fondo varios rayos coronaron las nubes, resonando los truenos en la distancia.