Capítulo 30
El golpe de Securoserv (2ª parte)
El golpe de Securoserv (2ª parte)
-¿Estás lista, Rainbow?
-Sí, claro.
-Vale, repasemos el plan una vez más, queda poco para llegar a la ensenada de Paleto, por lo que te dejaré al lado del acceso al muelle para que recojas el minisubmarino. Una vez lo tengas…
-… me dirigiré al lugar usando las coordenadas, encontrándonos allí y preparándonos para la inmersión.
-Exacto, tras eso nos sumergiremos y nos dirigiremos directamente hacia el lugar donde se encuentra el pecio, el cual está situado a unos ciento veinte metros de distancia, no muy profundo por suerte. Tras eso…
-… vosotras buscareis el contenedor bueno, lo abriréis, sacareis lo que haya dentro y yo lo cargaré.
-Eso es, y finalmente emergeremos hasta la superficie y ya allí nos dirigiremos al norte, donde nos estará esperando Sunset para recoger lo que sea que haya que llevar.
-Lo sé, Twilight, lo sé, en serio, no te agobies tanto…
-Sí, está todo bastante claro de hecho, simplemente vamos a rescatar lo que queda del arsenal de un grupo paramilitar organizado de un barco hundido a unos cien metros de profundidad, no es gran cosa.
-Di que sí, Pinkie.
-Si es que te ahogas en un vaso de agua, cariño…
-Habla por ti, Rares, al menos tú y Fluttershy estaréis allí arriba tan tranquilas y campantes.
-Bueno, bueno, no hay mal que por bien no venga, Jackie, al menos veremos cosas nuevas ¿no es eso genial?
-Pinkie tu forma de ver el mundo me fascina…
Aun a pesar de que habían repasado el plan un montón de veces, Twilight seguía recordándolo a quien fuera en caso de que no hubiese quedado del todo claro. En ese momento se encontraban atravesando el túnel que pasa bajo Fort Zancudo y quedaban menos de diez kilómetros para llegar a su destino. Iban todas en la camioneta surfer de Fluttershy, puesto que al ser seis pocos coches podían acomodar a todas en un mismo espacio, por lo que esa era la mejor opción, teniendo que improvisar varios asientos en la parte posterior de la camioneta.
Dado que Fluttershy no había dicho absolutamente nada desde que salieron de Los Santos, Rainbow decidió darla un poco de conversación para hacerla hablar.
-Hey, Fluttershy ¿dónde conseguiste esta tartana? Está claro que ha visto mejores días…
-Era de mi padre, me lo llevé conmigo cuando hui de él, por aquel entonces estaba decente, aunque los años no la han tratado muy bien, aparte de que no tengo mucha idea de mecánica…
-Ya veo, ya. Quizás en Los Santos Customs puedan hacer algo por ella…
Por su parte Fluttershy no dijo nada más y se centró en la carretera, ya que era ella quien conducía. Los siguientes kilómetros pasaron rápidamente, cruzando un poco más adelante el puente de Cassidy Creek hasta que finalmente llegaron al punto donde se situaba el muelle, justo delante del parque natural del monte Chiliad. Fluttershy se detuvo en el arcén y Rainbow bajó del coche, Twilight se dirigió a ella antes de irse.
-Vale, a partir de aquí sigues tú sola, nosotras iremos hasta Paleto a prepararnos, cuando llegues al lugar avísanos.
-Bien.
-¿Podemos pasarnos a saludar a mi hermana? ¡Por fa, por fa, así os la presento!-exclamó Pinkie en ese momento.
-Por última vez, Pinkie, no, tenemos cosas que hacer.
-Jo…
La chica se despidió de ellas y las observó alejarse del lugar hasta que desaparecieron tras la siguiente curva en rasante; una vez sola Rainbow se preparó para cruzar la autopista, por suerte no había mucho tráfico a esas horas de la mañana, por lo que pudo pasar sin arriesgarse mucho.
Al otro lado de la carretera había un camino de tierra que llevaba hasta a una pequeña explanada que daba al mar donde había unos cuantos coches aparcados; en la esquina frontal había unas escaleras de madera que bajaban hasta el nivel inferior del acantilado, donde el muelle de búsquedas son sonar se encontraba, viéndolo desde arriba antes de bajar. Consistía en un alargado y ancho muelle junto a una pequeña casita situada en el extremo inferior del mismo, justo al lado de las escaleras. Había gente allí, sobre todo bañistas y familias que habían venido a pasar una agradable mañana de sábado, hasta había pescadores en el extremo superior del muelle.
Rainbow bajó las escaleras y se dirigió directamente a la casita de información, justo al lado de la entrada vio a un hombre de mediana edad, de pelo moreno, facciones algo desgastadas y barba de pocos días sin afeitar, de ojos claros y gesto duro. Vestía con un bañador de color beige y una camisa azul abierta. Se encontraba sentado en una mesa leyendo el periódico y tomando una cerveza junto a una mujer de su edad, de ojos igual de claros que él, pelo castaño liso y facciones algo más cuidadas. Vestía con un bikini rojo intenso.
-Oh, qué bien se está aquí, disfrutando de la naturaleza y lejos de la ciudad…
-Sí, esto es lo más parecido a lo que siempre quisimos cuando vinimos a vivir aquí, deberías considerarte afortunada, querida.
-Desde luego, aunque sería incluso mejor si me hubieras dicho que habías comprado este lugar, esposo mío…
-No surgió la oportunidad hasta que tú misma me lo comentaste, ya sabes, lo de la casa en la playa y todo eso. Esto es lo más parecido que puedo ofrecerte.
-Está bien, Michael, tan solo recuerda decírmelo antes de decidir nada ¿vale?
-Lo que tú digas, Amanda, mi amada esposa…
El ceño de Rainbow se frunció, pensando en una posibilidad, hasta que finalmente se acercó e inquirió.
-Perdonen, estoy buscando al dueño, un tal Michael De Santa…
-Soy yo. ¿En qué puedo ayudarla?-inquirió el aludido, dejando el periódico en la mesa y dirigiéndose a ella.
-Sí, he venido por lo del minisubmarino, una amiga estuvo hablando con usted recientemente…
-Ah, así que tú eres la del minisubmarino… vale, ven conmigo.
Rainbow siguió a Michael hasta el otro lado del muelle, junto a un pequeño acceso inferior estaba lo que habían estado buscando durante todo ese tiempo. Era pequeño, no más grande que un camión de tamaño medio, de color amarillo, y con una ventana con forma de burbuja donde se encontraba la cabina de mando, además de varias barras de sujeción, dos potentes focos y un propulsor pequeño pero potente adosado al propio timón.
-Ahí está, la esclusa de aire tiene autonomía para estar sumergido unas diez horas seguidas, aunque al haber contratado solo unas doras y media no será muy relevante, a no ser que asciendas y desciendas muy de seguido estando sumergida ya que usa el aire almacenado en los tanques para ello. En el caso de que se te acabe el oxígeno emerge de nuevo y el sistema recargará los tanques automáticamente-explicó Michael con todo detalle.
-Muy bien.
-Disfruta de las vistas, son bastante buenas…
Rainbow quiso decir algo, pero en ese momento dos voces se alzaron sobre ellos cerca de allí; un chico y una chica veinteañeros se encontraban subidos en una moto de agua discutiendo acaloradamente.
-¡j*der, Jimmy, no la zarandees tanto, me voy a caer!
-¡Yo no tengo la culpa de que existan las olas, sujétate a mí!
-¡Eugh, no, paso, no has vuelto a hacer ejercicio desde la semana pasada y se nota!
-¡Ya estás volviendo a sacar mis defectos, Tracey, recuerda que yo también puedo decir muchas cosas sobre ti!
-¡Ni se te ocurra!
-Como… no sé, por ejemplo lo zorra que eres…
-¡Que te jodan! ¡Papá, Jimmy me ha llamado zorra!
-¡Ya basta, vosotros dos! ¿Es que no sois capaces de disfrutar de un agradable día de playa familiar propiciado por vuestro benevolente y poco inflexible padre? ¡Demostradme que sois capaces de llevaros bien!
-¡Es ella que sólo saber sacarme defectos!
-¡No, es él el que me insulta!
Ante eso Michael rodó los ojos, al tiempo que mascullaba.
-Oh, por todos los… mira, no te conozco de nada, pero te voy a dar un consejo: nunca tengas hijos.
-Descuide, nunca he tenido intención de tenerlos.
-Bien, sabia decisión, con eso ya demuestras ser una chica lista, no como la lerda de mi hija. En fin, lo dicho, que te diviertas.
-Gracias.
Tras eso Michael se retiró y la chica abordó el minisubmarino a través de la escotilla superior; una vez en la cabina de mandos arrancó el motor y se puso en movimiento hacia mar abierto.
Esa zona en concreto de la ensenada de Paleto se caracterizaba por ser bastante accidentada, llena de peñascos y riscos que sobresalían del agua, por lo que tuvo que pilotar con precaución, yendo a un ritmo más lento de lo normal. Una vez que pasó la zona accidentada encaró el mar abierto y aceleró, dirigiéndose hacia el oeste sumergido a poca distancia de la superficie mientras admiraba la inmensidad del océano pacífico.
La costa oeste siempre ha destacado por tener gran variedad de fauna y flora marina, propiciada sobre todo por sus aguas más o menos cálidas gracias a su cercanía con el ecuador. La corriente de San Andreas, la cual atravesaba toda su costa de norte a sur, también influía en ese aspecto, trayendo las aguas frías del ártico que se mezclaban con las más cálidas del sur, conformando un agua templada que tendía a ser cálida durante los veranos y mucho más fría durante los inviernos. Gracias a esto esa parte del pacifico era el hogar de muchas y muy variadas especies marinas, entre ellas multitud de peces de las más variadas categorías, así como delfines, los cuales vio saltando cerca de la superficie y rodeándola de vez en cuando, orcas nadando en la distancia, rayas y tortugas, entre muchas otras. En cuanto a flora se refería también era bastante amplia, destacando sobre todo la presencia de algas rojas y pardas decorando el fondo marino.
El minisubmarino no era precisamente rápido, pero con constancia y algo de paciencia el viaje se hacía más o menos llevadero, aunque no tanto como a Rainbow le hubiera gustado.
-Bof, ya podrían haber puesto una radio o un reproductor a esto, madre mía…-pensó la chica, algo aburrida.
Tuvo que tirar del reproductor de su propio móvil para aliviar parte del aburrimiento. Finalmente llegó al lugar siguiendo las coordenadas en el radar, aunque las demás ya estaban allí, viendo la quilla del dinghy desde donde estaba, además de la cuerda del ancla que lo mantenía sujeto, y emergiendo de seguido.
-Vale, os veo-indicó ella desde su pinganillo.
-¿Dónde estabas? ¡Llevamos esperando casi tres cuartos de hora!-exclamó en ese momento Applejack.
-Eh, oye, yo no tengo la culpa de que esto no vaya más rápido ¿vale? yo también me he aburrido de camino hacia aquí-argumentó ella.
-Vale, ya, tranquilidad, ahora que Rainbow ha llegado podemos empezar. ¿Listas, chicas?-inquirió en ese momento Twilight, ensutada en su traje de neopreno y cargando consigo su botella de oxígeno, además de las gafas especiales, el respirador y las aletas.
-Sí, supongo…-murmuró Applejack, con tono nervioso.
-¡Uuuh, genial, estoy tan nerviemocionada! ¿Y vosotras, y vosotras?-inquirió por su parte Pinkie.
Las tres se sentaron en los bordes de la lancha y tanto Rarity como Fluttershy se despidieron de ellas antes de que se sumergieran.
-Buena suerte, queridas.
-Me dais un poco de envidia… pero igualmente buena suerte.
Tras eso las tres se sumergieron tirándose de espaldas y empezaron a bucear moviendo las aletas para impulsarse; Twilight fue la primera en comunicarse con las demás.
-Muy bien, por lo que veo el minisubmarino tiene agarradores, por lo que podemos aprovecharlos. Comienza a sumergirte, Rainbow.
-Oído cocina.
Las tres se dirigieron hasta el aparato y se agarraron a él, al tiempo que este comenzaba a sumergirse hacia las profundidades. La inmersión fue lenta pero constante, al tiempo que una ristra de burbujas salía de la parte superior de los compresores junto a la escotilla. La luz del día se colaba a través del agua provocando un efecto curioso a la misma, como si fuera una densa cortina, dándola un aspecto de lo más vistoso.
-Vaya, menudas vistas…-murmuró Applejack, asombrada.
-Aún estamos cerca de la superficie, por lo que se ve bien, puede que la visión se oscurezca más abajo, ten preparadas las luces, Rainbow-indicó Twilight.
-Descuida.
Como bien dijo la chica la luz se fue apagando poco a poco conforme bajaban, al tiempo que muchos colores se iban diluyendo e imperando un tono mucho más frío y azulado. Pasaron al lado de varios bancos de peces, los cuales se alejaron en cuanto las vieron acercarse, lo que las permitió observarlos mucho mejor. Las cuatro chicas observaron fascinadas su alrededor.
-Uauh, es casi mágico…-murmuró Pinkie, extasiada.
-Sí, la verdad es que es bonito…-asintió Twilight con vehemencia.
-Vaya…-susurró Applejack, igual de encantada que Pinkie.
Al contrario que la luz, la presión iba aumentando poco a poco conforme iban descendiendo, notándolo las tres chicas que iban fuera del minisubmarino.
-Bof, la presión empieza a notarse…-comentó Applejack en ese momento.
-Sí, por ahora no es muy molesto ¿Qué indica el barómetro, Rainbow?-quiso saber Twilight.
-La presión es de una atmósfera y pico.
-No es muy excesivo, tenemos botellas de aire comprimido y los trajes adecuados, por lo que deberíamos estar bien. Aun así debemos vigilar bien nuestro estado, respirad lentamente y no os forcéis, dejad que el minisubmarino os lleve. ¿A cuanta profundidad estamos?
-Ciento veinte.
-Deberíamos llegar ya…
Al poco rato de decirlo comenzaron a avistar restos metálicos esparcidos por el lecho marino, lo que evidenciaba la cercanía del pecio; tras unos pocos minutos más finalmente llegaron al lugar, viendo el enorme barco dado la vuelta y con la quilla panza arriba. La superestructura estaba parcialmente destruida, donde tenía que estar el puente de mando ahora había un enorme y enmarañado amasijo de hierros, y lo mismo pasaba con la parte delantera de la proa, la cual se encontraba aplastada y prácticamente destrozada. El resto del cuerpo estaba más o menos intacto, aunque se podía notar las consecuencias del golpe en cuanto alcanzó el fondo. A su alrededor se extendía prácticamente la totalidad de la carga, con un montón de contenedores esparcidos por todo el fondo marino.
-Vale, ya estamos aquí, según la foto que me proporcionó Sunset buscamos un contenedor de color rojo oscuro, enciende las luces, Rainbow.
Los focos delanteros del minisubmarino se encendieron, alumbrando parte del lugar; la luz proveniente de arriba se encontraba algo apagada, por lo que se hacía de cierta forma necesario. Enseguida se dieron cuenta de que había más de un contenedor de varios colores, cosa que Applejack remarcó rápidamente.
-Espera, aquí hay más de un contenedor rojo, ¿cómo sabremos cual es el bueno?
-Tranquilidad, el que buscamos tiene además el logo de Securoserv en él, un triángulo rojo con un ojo blanco en él.
Con esa nueva información estuvieron buscando dicho logo en los contenedores rojos con los que se encontraban, dejando que fuera Rainbow la que les acercara hasta ellos; estuvieron un buen rato buscando entre los tantos contenedores que allí había hasta que encontraron uno el cual estaba semi hundido en el lecho, probablemente debido al impacto tras la caída. En cuanto las luces lo enfocaron pudieron ver el logo en el costado que no estaba hundido.
-¡Ahí está!
-Bien, lo encontramos. Vayamos a abrirlo.
Las tres dejaron el minisubmarino y se acercaron al contenedor, observándolo en el proceso; la mitad de las puertas se encontraba hundida, pero la otra mitad no.
-Podemos abrir esta mitad si desenganchamos las bisagras de este lado-observó Twilight.
-¿Y cómo hacemos eso?-inquirió Applejack.
-Tenemos el instrumental adecuado, pásame el soplete submarino, lo tengo a mi espalda.
Applejack hizo mano de él y se lo dio a Twilight, la cual empezó a soldar las juntas de las bisagras, las cuales por suerte no eran muy grandes; sólo con la superior tardó sus buenos minutos, mientras que Pinkie y Applejack se encargaban de la inferior. En un momento dado Twilight inquirió.
-¿Cómo vais, chicas?
-Ahí vamos, poco a poco, se está empezando a soltar.
-Bien… ¿y vosotras, como os sentís?
-Bien… más o menos.
-¿Seguras? Si os sentís mal por lo que sea decídmelo y volvemos arriba de inmediato.
-Sí, tranquila, estamos bien.
-Vale, recordad, respirad suavemente.
Los siguientes minutos condicionaron los resultados posteriores, aunque en un momento dado oyeron un sonido apagado que pareció reverberar por todo el lugar, deteniéndolas en seco.
-¿Qué ha sido eso?-inquirió Applejack, asustada.
-No ha sonado muy lejos-apuntó Pinkie.
-Sí, parece… esperad…
Por un momento no hubo nada, pero inmediatamente después lo volvieron a oír, pudiendo distinguir un agudo y hasta melódico sonido apagado resonando por toda la densidad del agua, casi inaudible. Miraron a su alrededor, extrañadas, pero en ese momento Rainbow comentó.
-Chicas… justo arriba.
Las demás alzaron la vista y entonces la vieron. Una solitaria pero ociosa ballena jorobada nadaba sobre el pecio, a escasos metros de donde estaban; su imponente y enorme figura se recortaba sobre el casco deformado del barco, el cual era mucho más grande, pero apenas se la podía comparar en ese sentido. Su panza blanca contrastaba con la parte superior de su cuerpo, algo más oscura. La ballena jorobada nadaba lánguidamente moviendo su enorme cola, al tiempo que ese sonido casi imperceptible volvía a reverberar, evidenciando que era ella la que lo emitía. Todas se quedaron extasiadas al verla, incluso Rainbow aprovechó e hizo todas las fotos posibles con su móvil para no perder ni un solo detalle.
En ese justo momento Rarity contactó con ellas desde la superficie.
-¿Cómo va todo por allí abajo, queridas?
-¡Os estáis perdiendo una visión increíble!-exclamó Pinkie.
-¿El qué, qué hay?
-¡Una ballena!
Fue entonces cuando la voz de Fluttershy sonó de improviso mascullando.
-¿¡Qué?! ¡Oh, cielo santo, entonces debéis estar viendo un ejemplar de ballena jorobada, qué suerte, aquí en San Andreas hay un montón! ¡Qué envidia!
-Tranquila, Flutters, he sacado un montón de fotos, en cuanto volvamos te las enseño-la prometió Rainbow.
Estuvieron observando un rato más a la ballena, viéndola pasar, pero enseguida retomaron el trabajo, ya que no entraba dentro de sus planes permanecer mucho tiempo bajo el agua con las condiciones de presión atmosférica presente.
Mientras tanto, en la superficie, Rarity y Fluttershy vigilaban por si las moscas, aunque realmente no había nada que vigilar, salvo ellas no había nadie más en varios kilómetros a la redonda, y la costa se recortaba en la distancia desde donde se encontraban. La chica tímida se encontraba algo tristona, ya que la hubiera encantado ver a la ballena más de cerca.
-Oh, no pasa nada, cariño, Rainbow te ha prometido que te traería las fotos.
-Ya, pero no es lo mismo. Siempre he querido ver las ballenas más de cerca, tan solo he podido verlas desde la distancia.
-Bueno, quien sabe si más adelante podrás sumergirte tú también…
Ante eso la chica no dijo nada y hubo un breve silencio por parte de las dos, tan solo roto por el sonido de las olas, las cuales bamboleaban la lancha. En un momento dado Rarity comentó.
-Por lo que veo te gustan mucho los animales…
-Sí, me encantan, siempre he estado más en sintonía con ellos y con la naturaleza que con otras personas. De cierta forma era de esperar, después de todo no he hecho más que hacer cosas malas estando con otras personas, pero aun así me sigue pesando.
Ante eso Rarity la miró con cierta comprensión, hablando después.
-De cierta forma te comprendo.
-¿De veras?
-Sí, después de todo nunca es fácil, y sé qué es lo que sientes. Después de todo a mí también me ha pasado.
Esa revelación cogió por sorpresa a Fluttershy, la cual miró a Rarity de cabo a rabo, inquiriendo de seguido.
-Entonces… ¿tú también has…?
La chica fue incapaz de seguir, pero aun así Rarity no lo tuvo en cuenta, comentando de seguido.
-Fue hace mucho tiempo ya, cuando era algo más joven. Mi padre me enseñó a disparar y a defenderme, siempre con el propósito de no tener que recurrir a ello salvo en caso estrictamente necesario. Un día ese caso me asaltó una noche, cuando volvía del centro, en forma de un matón de tres al cuarto; no supe si lo intentó por darle un golpe al cartel, o bien por simple diversión, pero yo me defendí sin dudar. Estuvo a punto de matarme, por lo que no me quedó otra. Sé muy bien lo duro que es apretar el gatillo, y nunca es fácil decidir cuándo quitarle la vida a una persona. Sin embargo son los momentos cuando no apretamos el gatillo lo que nos definen, y no al contrario. Esa es la ligera diferencia.
Las palabras de Rarity calaron hondo en la chica, la cual la miró con cierta admiración grabada en su rostro. Por su parte la reina de la droga la sonrió y ella la devolvió el gesto. Pero entonces vio algo tras ella que la cambió el gesto, cosa que Rarity enseguida vio.
-¿Qué pasa?
La chica se dio la vuelta y entonces vio una aleta dorsal nadando cerca de ellas, a pocos metros de distancia, y comprendiéndolo perfectamente.
-Oh, no… ¿hay tiburones aquí?
-Sí, el gran tiburón blanco de San Andreas, estuvo al borde de la extinción en estas costas en los años noventa, pero al final pudieron recuperar la especie y ha proliferado mucho desde entonces.
-Oh, no, no, ¿qué podemos hacer? Podría alcanzar a las demás…
Fluttershy miró a su alrededor, visiblemente preocupada, y entonces vio otra aleta dorsal no muy lejos de allí, habiendo entonces dos. Con esos dos tiburones rondando por esa zona en cuanto las chicas emergieran estarían en peligro de ser atacadas por ellos, por lo que decidió actuar. Su rostro dibujó un gesto decidido y se dirigió a Rarity.
-Recoge el ancla y prepárate para irnos.
-¿Qué, irnos? Pero…
-Tenemos que alejarles de aquí antes de que emerjan.
-Ya, pero ¿cómo pretendes hacerlo?
Antes de que Rarity pudiera decir nada más, Fluttershy cogió un cuchillo que formaba parte del equipo y se sentó junto a la borda, cortándose la mano izquierda y sacándola hacia afuera, la cual comenzó a sangrar profusamente. La chica contuvo como pudo un gemido de dolor, al tiempo que apretaba la mano, haciendo que la sangre cayera al agua. Rarity al principio se preocupó al verla cortándose la mano, pero entonces lo comprendió; miró hacia un lado y vio que los tiburones comenzaban a moverse mucho más deprisa.
-Vamos, arranca-masculló la chica.
Rarity obedeció y arrancó en cuanto el ancla emergió, saliendo la lancha disparada hacia el norte; la sangre de Fluttershy comenzó a formar un reguero en el agua, al tiempo que los tiburones comenzaban a seguirlo atraídos por su intenso olor. Por su parte la chica apretaba con fuerza los dientes y con lágrimas en los ojos, tratando de ignorar el intenso dolor y centrándose más en ayudar a sus amigas. Miró hacia atrás y vio las dos aletas dorsales yendo tras ellas siguiendo el rastro que iba dejando.
Tras unos pocos minutos a toda marcha Fluttershy se dirigió a Rarity.
-¡Aquí, para aquí!
La lancha se detuvo y la chica siguió con la mano fuera de la misma, dejando que la sangre se amontonara; las aletas llegaron enseguida y comenzaron a rodearlas con expectación. Rarity, preocupada por la situación, comentó.
-Así está bien, querida, vámonos antes de nos ataquen, además, estás sangrando mucho.
-Espera un poco más, con suerte puede que atraigamos a otros tiburones cercanos y así podremos asegurar el perímetro.
Tras unos pocos minutos más ensangrentando el agua, la chica finalmente retiró la mano y Rarity la socorrió, aplicando presión sobre la herida mientras la vendaba. En un momento dado Fluttershy habló.
-Vámonos ya de aquí, en un momento esto estará infestado.
-Sí, será lo mejor ¿estás bien?
-Sí, no te preocupes, luego me mojo un poco con el agua del mar, eso ayudará.
Una vez que Fluttershy estuvo curada Rarity se puso a los mandos de nuevo y volvieron a la zona de inmersión, dejando atrás la sangre de la chica, la cual comenzó a atraer a más tiburones cercanos enseguida, aunque para entonces ellas ya se habían ido.
El abrir el contenedor tomó más tiempo de lo esperado, pero finalmente lograron desencajar la bisagra inferior entre todas y la puerta lateral se desprendió, pudiendo acceder al interior del contenedor. Allí encontraron una caja hermética bastante grande, casi del tamaño del minisubmarino, aunque no tan alta ni tan ancha en comparación. Entre las tres la sacaron de allí para poder engancharla en la parte inferior del minisubmarino usando varias correas que tenía adosadas.
-Mantente por encima, Rainbow, necesitamos espacio-indicó Twilight.
-Sí, descuida. ¿Cómo vais?
-Yo bien… ¿chicas?
-También bien, sin problemas-contestó Applejack.
-Vale ¿Pinkie?
La chica por un momento no contestó, cosa que preocupó enseguida a las demás, sobre todo a Rainbow; Applejack se acercó a ella y la zarandeó.
-¡Pinkie! ¡Pinkie! ¿¡Estás bien?!
Fue entonces en ese mismo instante cuando la chica reaccionó, contestando con voz apagada.
-Ah, sí… no… no sé. Me siento… mareada…
Su contestación puso nerviosas a todas rápidamente, aunque Twilight trató de mantenerse tranquila en la medida de lo posible y transmitirla a las demás.
-No, no, tranquilas, no os pongáis nerviosas, seguid respirando lentamente. Pinkie, agárrate al minisubmarino, respira despacio y no te duermas. Applejack, ayúdame a terminar de sujetar esto, y Rainbow, prepárate para emerger.
-Vale.
Mientras la chica preparaba el minisubmarino, entre Twilight y Applejack terminaron de asegurar la caja y, una vez que estuvo enganchada, se agarraron al aparato y Twilight dio la señal.
-Vámonos, Rainbow.
-Oído cocina.
Al punto el minisubmarino comenzó a ascender mientras expulsaba aire por sus tubos inferiores, dejando atrás el pecio del Ocean Motion, el cual comenzó a difuminarse su gran figura en las turbias aguas del pacífico. El ascenso se sintió lento, y no era para menos, puesto que cargaba consigo una caja hermética además de a tres chicas agarradas a su armazón, aunque al menos la presión iba decreciendo conforme ascendían. Aun así Pinkie no parecía mejorar, sintiéndose aún mareada, cosa que preocupaba a las demás, aunque Twilight comentó al respecto.
-Era algo que le podía pasar a cualquiera de nosotras tres, estos trajes están diseñados para soportar grandes presiones pero hasta cierto punto, no hemos estado expuestas a una presión demasiado grande por fortuna, pero el problema es que el oxígeno respirado de la botella es devuelto en forma dióxido de carbono al espirar, y dado que a grandes presiones se concentra más y el traje transpira mucho menos, se da cierta descompensación que puede llegar a afectar negativamente al organismo. Hubiera sido mucho peor si nuestras botellas hubiesen sido de oxígeno a presión, ya que se expelería mucho más rápido, pero por suerte eran de oxígeno comprimido.
-Ya veo, por eso nos decías que respiráramos lentamente-observó Applejack.
-Exacto, para no generar tanto dióxido de carbono tan rápidamente.
-Twilight, para serte sincera no me entero de nada cuando te pones en plan técnica, pero si dices que Pinkie está en peligro, en ese caso me daré toda la prisa posible por ascender-argumentó Rainbow en ese momento.
Ante eso la aludida tan solo comentó.
-Gracias por tu franqueza, Rainbow.
Finalmente, y tras varios minutos más ascendiendo sin parar, alcanzaron la superficie y el viento y la luz del sol incidieron sobre ellas nada más salir del agua. Vieron a pocos metros de allí la lancha con Rarity y Fluttershy, la cual se acercó hasta ellas y las ayudaron a subir a las tres.
-¡Quitadla a Pinkie la máscara, las gafas y todo!-indicó Twilight mientras subía.
Entre todas descargaron a la chica y la recostaron en un lado de la lancha, al tiempo que Twilight se acercaba a ella y comprobaba su estado.
-Hey Pinkie ¿me oyes?
-Sí…-murmuró la chica, algo mareada.
-Vale ¿Cuántos dedos ves?-inquirió ella, mostrándola cuatro.
El ceño de la chica se frunció, tratando de enfocar bien, hasta que finalmente murmuró por lo bajo.
-Cuatro…
-Vale, se pondrá bien, por ahora solo necesita respirar aire limpio, acostadla. Respira hondo, Pinkie.
La chica obedeció diligentemente, cogiendo aire intensamente y expeliéndolo de igual forma para limpiar su organismo. Tras eso Twilight se dirigió a Rainbow, la cual había salido de la cabina y se encontraba justo encima de la parte superior del minisubmarino, junto a la escotilla abierta.
-¿Cómo está Pinkie?-inquirió la chica, con semblante preocupado.
-Se pondrá bien, no te preocupes, ahora nos dirigiremos al punto de extracción, llamaré en breve a Sunset. He pensado que para ir más rápido podríamos remolcarte, ya que he visto que es un poco lento.
-Sí, me vendría bien, la verdad. ¿Tenéis cuerdas por ahí?
-Sí, aquí tenemos un par.
Entre las dos ataron sendas cuerdas a la parte inferior de la lancha y a los agarraderos superiores del minisubmarino para remolcarlo. Una vez que estuvo todo listo llamó a Sunset.
-¿Sparkle?
-Tenemos el paquete ¿a dónde nos dirigimos?
-Me encuentro a unas pocas millas de donde estáis hacia el norte, puedo veros ¿nos veis?
La chica alzó la vista y pudo ver la figura de un barco de tamaño medio con una grúa incorporada, no muy lejos de donde estaban.
-Sí, te veo.
-Vale, pues acercaos aquí, elevaremos el minisubmarino con la grúa.
-Bien.
Tras esa rápida conversación se pusieron en movimiento, arrastrando consigo el minisubmarino y yendo a una velocidad algo más lenta que de costumbre, pero lo suficientemente rápido como para llegar enseguida. Durante el camino estuvieron hablando de todo un poco, viendo enseguida la mano vendada y ensangrentada de Fluttershy y preguntando al respecto.
-Oh, esto ha sido para alejar a unos tiburones que había rondando por aquí…
-¿¡Qué?! ¿¡En serio te cortaste la mano solo por eso?!
-Pues claro, no podía dejar que os hicieran daño, pero tampoco quería hacerles daño a ellos, por lo que opté por algo más rápido…
-Vaya, Fluttershy, eso ha sido muy temerario por tu parte…
-¿Verdad que sí? la cierto es que ha sido muy valiente-la alabó Rarity.
-Tampoco ha sido para tanto…-murmuró la aludida, enrojeciendo ligeramente.
-¿Qué dices? ¡Ha sido increíble! Eres asombrosa, Flutters-asintió Rainbow.
Ante todos esos halagos la chica tan solo sonrió, contenta y feliz por ser reconocida de esa forma. Tras unos pocos minutos de travesía finalmente llegaron hasta el barco-grúa, desatando las cuerdas para que la grúa pudiera alzar el minisubmarino. Para la lancha lanzaron un cabo para que no se alejara y tras eso las lanzaron una escala para que pudieran subir.
-Buen trabajo, lo habéis conseguido, lo cierto es que me dejáis impresionada-admitió Sunset, mientras que varios hombres de la tripulación manipulaban la caja.
-Sí, bueno, por suerte no hemos sufrido complicaciones, aunque Pinkie ha acabado un poco mareada debido a la presión.
-Ya… ¿está bien?
-Sí, sí lo está…
Al principio no se dio cuenta, pero en cuanto lo hizo no tardó casi nada en recalcarlo, ciertamente chocada.
-Espera… ¿te has preocupado por nosotras?
Esa frase golpeó en toda la cara, la cual no supo muy bien qué contestar al respecto, aunque al final murmuró atropelladamente.
-Bueno, sí ¿y qué si lo hago? Después de todo os necesito a todas en forma para el próximo golpe…
Por su parte Twilight no dijo nada, mirando fijamente a Sunset y pensando en posibilidades remotas, pero finalmente lo dejó estar y se dirigió a las demás para ver cómo estaba Pinkie. Por su parte la pelirroja tan solo esbozó un extrañado gesto y fue a atender sus propias cosas.
Todas las chicas se estuvieron relajando un poco mientras los hombres de Sunset trabajaban, para entonces Pinkie ya se encontraba mucho mejor, con su organismo limpio, aunque aún se sentía un pelín mareada. Fluttershy se acercó a la barandilla y contempló la inmensidad del pacífico, al tiempo que las costas de San Andreas se recortaban en la distancia. Por suerte todo había salido bien aun a pesar del inconveniente de los tiburones, por lo que se podía decir que todo había salido estupendamente.
Sin embargo en un momento dado llegó a ver recortándose en la distancia las figuras de varias lanchas acercándose rápidamente hacia ellas desde el sur; al principio no le dio mucha importancia, pero en cuanto vio que eran más de tres enseguida se preocupó, ya que iban todas muy juntas. Algo inquieta se dirigió a las demás para avisarlas.
-Esto… chicas, no sé por qué, pero hay un montón de lanchas dirigiéndose hacia aquí…
Twilight al verlas las estuvo observando con el ceño fruncido, comenzando a sentir una incipiente sensación de emergencia que iba en aumento con cada segundo que pasaba. Las lanchas avanzaban a gran velocidad, en poco menos de quince minutos las habrían alcanzado del todo.
-¿Quiénes son?-inquirió en ese momento Rarity, acercándose.
-No lo sé, pero me dan muy mala espina. Será mejor que avise a Sunset. ¡Sunset!
Al poco rato la aludida se presentó.
-¿Qué pasa?
-Esas lanchas de allí que se acercan a todo trapo, eso pasa.
Ante eso la chica reaccionó frunciendo el ceño y haciendo mano de unos binoculares, observando con detenimiento la situación. Al cabo de unos breves segundos masculló.
-Mierda…
-¿Qué pasa?
-Que no ha colado, eso pasa.
-¿Qué? Pero… ¿Quiénes son?
-¡Merryweather! ¡Aquí se va a liar parda, preparaos para atacar, vamos, vamos!
Aún algo confusa por lo que sucedía, Twilight bajó un momento a la lancha para coger las armas, las cuales estaban bajo los asientos junto a una mochila, donde estaba guardada la munición. Rarity, Twilight y Fluttershy se armaron rápidamente, al tiempo que el resto de la tripulación y la propia Sunset también lo hizo, listos para defenderse.
-¿Qué es todo esto, Sunset?-inquirió Twilight en un momento dado.
-¡Ya te lo he dicho, Merryweather!
-¡Sí, vale, lo que quiero decir es qué están haciendo aquí! ¿No se suponía que habían perdido la licencia para operar en suelo estadounidense?
-¡Así es, pero el caso es que no estamos en suelo estadounidense!
Fue entonces cuando Twilight lo comprendió, ya que estaban al menos a unas quinientas millas de distancia de la costa, siendo el límite de doscientas millas de zona económica exclusiva para cada país. Por lo que, a efectos prácticos, realmente no estaban en suelo estadounidense sino en aguas internacionales, por lo que podían pulular por allí sin ningún tipo de consecuencias.
-Oh, no… ¿y por qué están aquí?
-¡Pues porque evidentemente no ha colado el intento de encasquetarle la culpa a Securoserv! ¡Hay que librarse de ellos, preparaos, esos guerrilleros no se andan con chiquitas!
En poco menos de cinco minutos los tuvieron prácticamente encima y comenzaron a disparar desde las lanchas; tanto ellas como Sunset y el resto de la tripulación del barco comenzaron a disparar y en menos de un segundo se armó la marimorena. Dado que Rainbow tan solo pudo conseguir tres armas las demás se quedaron rezagadas para evitar salir dañadas, dejando el tiroteo a las más experimentadas. Las armas tronaban y las balas silbaban, al tiempo que las primeras lanchas comenzaban a reventar, pero en su lugar siguieron viniendo más en un goteo que no hizo más que empezar. Tanto Sunset como Rarity y Twilight se cubrían tras la barandilla de cubierta, mientras que Fluttershy se replegó hacia la cubierta superior para disparar desde allí y tener un mayor rango, precisamente su especialidad. Haciendo gala de una puntería de lo más precisa, iba frenando las lanchas que venían de lejos, mientras que las demás junto con el resto de la tripulación se encargaban de frenar los que más se acercaban.
Sin embargo Rainbow se mostraba un tanto molesta por no poder ayudar, quedándose relegada a tan solo observar.
-Maldita sea, debí coger toda la remesa aunque luego me llamasen la atención…
-No te apures, dulzura, después de todo tenemos que cuidar de Pinkie, aún no se siente del todo bien-la recordó Applejack.
La chica quiso decir algo, pero en ese momento oyeron unos pasos tras ellas y, en cuanto se dieron la vuelta, vieron a un soldado de Merryweather apuntándolas con una pistola semiautomática; Rainbow actuó de seguido y se echó sobre él en una improvisada carga arriesgada, placándole de seguido y haciéndole soltar el arma, la cual cogió Applejack. El soldado trató de golpearla como respuesta, pero Rainbow se agachó a tiempo y luego contraatacó asestándole un izquierdazo, para luego rematar con un gancho hacia arriba con el puño derecho, lanzándole hacia atrás de golpe. El soldado impactó contra la barandilla y salió disparado hacia atrás, cayendo al agua en el proceso; pero entonces de un cabo apareció otro soldado armado con una ametralladora de combate y con cara de pocos amigos.
-¡Se acabó lo que se daba, payasos, os vais a arrepentir, nadie más robará a Merryweather!-masculló, dirigiéndose a ellas.
Echando el resto Rainbow le encaró y trató de golpearle con todas sus fuerzas, pero el guerrillero la esquivó con facilidad y acto seguido la asestó un duro culatazo que la hizo caer al suelo con una visible brecha en la frente.
-¡No, Dash!-exclamó Applejack.
-¡Dashie!-hizo lo propio Pinkie.
-¡Di adiós!-masculló por su parte el guerrillero, apuntándola al pecho.
Sin embargo, y antes de que llegara a disparar, Applejack no se lo pensó en ningún instante y le disparó con su nueva conseguida pistola semiautomática, muy parecida, sino igual, a la que ya tenía. El soldado se tambaleó hacia atrás, soltando su potente arma seriamente herido, tropezándose con la barandilla y cayendo al agua junto con su compañero. Una vez que pasó el peligro las dos se acercaron a Rainbow, la cual se levantó atropelladamente con la cara ensangrentada.
-¿¡Estás bien, Dash?!
-Sí, sí, solo es un rasguño…
-¿¡Un rasguño?! ¡Te han dejado la cara hecha un cristo!
Antes de que la aludida dijera algo una voz se alzó sobre la algarabía, al tiempo que se comenzaba a oír un ruido de aspas acercándose en la distancia.
-¡Helicóptero a las seis en punto, es un buzzard, agachaos!
Acto seguido una intensa balacera peinó casi toda la cubierta, al tiempo que Rainbow, Pinkie y Applejack se echaban al suelo. En cuanto la refriega cesó levantaron la vista y vieron a un helicóptero ligero de ataque cargando otra andanada; Pinkie miró al aparato, a los tipos que les acechaban, y a la herida que Rainbow había recibido. Fue entonces cuando esbozó por primera vez en su vida un gesto de ira y, sin mediar palabra, tomó la ametralladora de combate, apuntó hacia el helicóptero y antes de disparar musitó.
-Nadie hace daño a mis amigas.
Al segundo siguiente comenzó a disparar y la ametralladora rugió, al tiempo que las balas silbaban en el aire e impactaban sobre la carrocería del helicóptero, dañándolo sistemáticamente. El piloto se dio cuenta de que estaba expuesto y viró hacia un lado para evitar salir más dañado, pero entonces Fluttershy aprovechó ese instante para apuntar y disparar para aprovechar el movimiento y la acción del viento. Tan solo necesitó una bala, dando justo en el blanco. El piloto se derrumbó sobre la palanca de mando y el aparato de desestabilizó, dando un bandazo hacia abajo y cayendo en picado sobre varias lanchas que, en ese momento, habían llegado a modo de refuerzos. La explosión resultante fue tremenda, al tiempo que las lanchas también reventaban y esparcían sus restos en el agua.
Tras esa última explosión sobrevino la calma más absoluta, cesando los disparos y tan solo oyéndose las olas chocando contra la borda del barco. Pinkie soltó el arma y se abrazó a sí misma, con la vista fija en el suelo, al tiempo que Applejack la sostenía.
-Ya, ya está, dulzura, ya ha pasado, tranquila…
Ante eso la chica tan solo se abrazó a ella y respiró entrecortadamente, al tiempo que Rainbow también trataba de tranquilizarla. Twilight se presentó al poco rato.
-¿¡Estáis todas bien?!
-Sí, estamos bien…
-¡Estás sangrando, Rainbow!
-¡No es nada, solo ha sido un culatazo, estoy bien!
-¿Bien? ¿Y qué la pasa a Pinkie?
-¿Viste la ráfaga que peinó el helicóptero?
-Sí…
-Fue ella.
Eso pilló por sorpresa a Twilight, que no se esperaba para nada semejante revelación, y trató de tranquilizarla ella también. Las demás se reunieron y Sunset también, la cual aprovechó para mediar en la situación.
-Vale, parece que ya no hay más, pero por precaución nos vamos a retirar ya, tenemos el paquete, por lo que devolveremos el minisubmarino al agua.
Eso hizo recordar cierto detalle a Rainbow, la cual comentó.
-¡Oh, mierda! ¿Cómo está?
-Intacto, por increíble que parezca.
-Uauh, menos mal… iré a devolverlo.
-Vale, vosotras dirigíos a la costa, tenéis un vehículo de huida en la playa de Paleto junto al muelle, usad ese para no levantar sospechas y volveos a la ciudad con él, creo que no hace falta decir que tendréis que pasar desapercibidas por un tiempo…
-Sí, descuida. Iremos a recogerte al muelle-añadió Twilight, dirigiéndose a Rainbow.
-Vale.
A partir de ahí todas actuaron con celeridad, Rainbow se volvió a meter en el minisubmarino tras tratarse rápidamente la herida de la frente y la bajaron al agua, sumergiéndose de seguido y dirigiéndose hacia el sur. Las demás regresaron a su lancha y se dirigieron hacia la costa a toda velocidad, dejando atrás el barco, el cual también se puso en movimiento rápidamente.
El regreso a la costa transcurrió en un denso silencio, tan solo roto por el ruido de la lancha chocando contra las olas; Pinkie siguió un poco alterada, pero poco a poco comenzó a calmarse, aunque en todo momento se quedó inusitadamente callada, lo cual preocupó un poco a las demás.
Finalmente llegaron a la playa de Paleto tras casi media hora de travesía, embarrancando la lancha en la arena; junto al muelle vieron entonces una autocaravana Camper.
-Debe ser esa, bien pensado, siendo seis no cabríamos en cualquier cosa-observó Twilight.
Tanto ella como Applejack y Pinkie se metieron dentro para cambiarse y quitarse los trajes de buceo, guardándolos en el armario y vistiéndose con sus ropas normales; tras eso Twilight ocupó el asiento del conductor con Rarity como copiloto mientras que las demás se acomodaban detrás, al tiempo que arrancaba y dejaban atrás el pueblo para volver a Los Santos.
-Bueno pues ya está, golpe dado, otro más-suspiró Rarity.
-Sí, aún me cuesta creer que hayamos podido sumergirnos a esa profundidad sin mayores problemas-apuntó Applejack.
-Muchas cosas podrían haber salido mal, pero por suerte no fue a peor. Al menos Pinkie se ha recuperado ¿no?-inquirió Twilight, mirando hacia atrás.
-De eso probablemente sí, aunque de lo otro ya no estoy tan segura, dulzura.
Y es que la chica permanecía disonantemente callada, sentada en la cama del fondo junto al baño sin decir ni una sola palabra; preocupada por ella Fluttershy se acercó hasta quedar a su lado, cogiéndola de la mano y mirándola atentamente. Pinkie la miró y entonces, en un momento dado, habló.
-Es a esto lo que te referías aquella vez ¿no?
Fluttershy no dijo nada, entendiendo enseguida a lo que se refería y asintiendo levemente con la cabeza; Pinkie miró al suelo con un gesto difícil de discernir, pero entonces la tímida chica se pronunció.
-Es duro, lo sé mejor que nadie. Pero piensa que, si no hubiera sido por ti, probablemente no hubiera tenido un ángulo óptimo para derribar al helicóptero, así que de cierta forma me ayudaste y, al mismo tiempo, nos ayudaste a todas. No voy a quitar hierro al asunto, después de todo es lo que es, pero si algo he aprendido de todo esto es que hacemos lo que hacemos para sobrevivir, no porque queremos o por pura diversión. Después de todo, son los momentos cuando no apretamos el gatillo lo que nos definen, y no al contrario.
Las palabras de la chica hicieron reaccionar a Pinkie, la cual, tras sopesarlas bien en su cabeza, finalmente aceptó el hecho en sí, regresando entonces su sonrisa que tanto la caracterizaba y dando un gran abrazo a Fluttershy, la cual se lo devolvió con la misma fuerza que ella. Rarity las observó esbozando una dulce sonrisa.
En cuanto llegaron a la curva al lado del muelle Twilight se hizo a un lado, viendo a Rainbow apoyada en una valla de madera cercana; esta al verlas en la autocaravana se acercó a ellas e inquirió.
-¿Y esto?
-El vehículo de huida. Sube, anda-la indicó Rarity.
Rainbow abordó la autocaravana y se sentó con las demás, informándolas de la devolución del minisubmarino.
-Bueno, pues ya está, he pagado al tal De Santa, se ha puesto un poco metiche en cuanto me ha visto la brecha, pero al menos he podido excusarla, más o menos.
-Vale, pues con eso el golpe sí que está cerrado, nos volvemos a Los Santos, y recordad, ahora toca pasar desapercibidas un par de días, así que no hagáis nada relevante-recordó Twilight.
-Je, sí, ya, como si todo lo que hiciéramos fuera relevante, como lo de hoy-murmuró Rainbow, cínica.
-¡Dashie!-exclamó entonces Pinkie, abrazándola.
-¡Pinkie! Hey ¿estás bien?
-¡Sí, perfectamente, ahora sí! ¡Vamos a celebrar nuestro nuevo éxito, pon Non-Stop-Pop FM, Twi, me encanta esa emisora!-exclamó la chica, sacando varias cervezas de la nevera y repartiéndolas, aunque las únicas que no bebieron fueron Twilight, que estaba conduciendo, y Fluttershy, que directamente no bebía, aunque no dijo que no a un refresco de piña.
El ambiente se relajó y se volvió más distendido, al tiempo que por todo el habitáculo comenzaba a sonar Lady hear me tonight de Modjo. Fue en ese mismo instante en el que todo lo demás dejó de existir, no había nada, ni barcos hundidos, ni paquetes, ni minisubmarinos ni guerrilleros queriendo matarlas. Tan solo estaban ellas compartiendo unas cervezas y hablando de todo un poco, Rainbow también aprovechó para enseñar a Fluttershy las fotos de la ballena jorobada. Twilight las observó por el retrovisor, llegando a esbozar una sonrisa. Al menos estaban todas bien, eso era lo importante.
La autocaravana siguió rodando por la autopista de Great Ocean en dirección a Los Santos, quedando aún un buen trecho de viaje por delante. Un radiante sol brillaba en lo más alto del cielo, alumbrando San Andreas.