Contemos Creepypastas

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Contemos Creepypastas

Mensaje por Degel_Reilly » 08 Oct 2012, 20:36

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Ya que estamos en octubre, el mes de Halloween, se me ocurrio abrir este post para que contemos los mas extraños y aterradores creepypastas que conozcamos.
Ante todo, ¿que es un creepypasta?
De las palabras en Ingles Creepy (Tenebrosa) Y Pasta (La cual no se sabe el significado real, pero se toma como Paste debido a la forma en que se propagan) El resultado final en castellano seria “Texto Tenebroso enviado por internet (bastante larga, pero es imposible traducir)”. Son historias o leyendas, cuyo origen suelen ser la imaginación (Perturbada o no) de algún individuo. La forma en las que están relatadas estas historias obliga al espectador a recrear la historia en su mente lo cual causa un efecto envolvente y naturalmente tenebroso.
Existen creepypastas basados principalmente en series de television y videojuegos, algunas tan famosas como "El suicidio de Calamardo" o "Suicide Mouse".

Pues eso, vamos a postear nuestros creepypastas favoritos para pasarnoslo... de miedo. :D2

Empiezo yo con este creepypasta de Pokémon titulado: Pokémon Oro Empañado
Spoiler:
Siendo alguien que no conoce tanto de tecnología como una persona de esta generación debería, sé muy poco sobre lo que puede hacer la tecnología. Dejando de lado los e-mail, el MSN, y la descarga ocasional de algo que era inaccesible para mí de otra manera en el momento, tengo más o menos el mismo conocimiento que una persona de ochenta años pueda poseer sobre el mundo electrónico.

Por ejemplo, y la causa de esta experiencia que voy a relatar, yo no tenía idea de que alguien era capaz de hackear juegos de pokémon para hacer sus propias sub-historias en el mundo, y menos podía imaginar que era posible hacer una copia física de ese hack en un cartucho real.

Sin embargo, tuve la mala suerte de aprenderlo de una manera lo más perturbadora posible.

Cuando era más joven, Pokémon Oro fue mi primer juego de la popular franquicia. Me hice muy unido a las pequeñas criaturas que mi personaje (a quién le puse mi nombre incluso cuando elegí al personaje varón siendo yo mujer) atrapó y ocasionalmente fantaseaba con las aventuras que tendríamos en una línea de historia inventada por mi.

Eso no es muy importante ni viene al caso, de todas maneras.

Lo qué sí es importante es el hecho de que nunca abandoné mis fantasías infantiles, las memorias de ese primer juego eran demasiado adoradas por mí como para dejarlas ir. Por esa razón aún tengo mi viejo cartucho de Pokémon Oro, completo con un abuso total del glitch de copia. Sin embargo, me niego a re-comenzar mi juego, porque tengo miedo de que se pierda la magia de ese antiguo juego.

Quería jugar una partida nueva completa de la versión con la recuerdo que fui más feliz, pero cartuchos viejos son bastante difíciles de encontrar fuera de la Internet hoy en día, lo máximo que puedo encontrar en los mercados de artículos usados son juegos de GBA, y muy difícilmente de pokémon.

Afortunadamente para mí, mi abuela aún apoya enteramente mi ya antiguo amor por Pokémon y muy seguido me compra cajas de cartas, juguetes, video casetes y otros productos con los que se encuentra en sus frecuentes visitas a subastas locales. Para dejarles en claro, pocas de las cosas que me da están en buenas condiciones: cosas olvidadas hace mucho tiempo, guardadas en un mohoso sótano después de que la etapa infantil del dueño casi nunca lo están. Pero, como son regalos de una pariente muy querida, los atesoro como si estuvieran hechos de Oro (el juego de palabras no fue mi intención).

Hace muy poco, ella me dio una caja con un video casete en perfectas condiciones que contenía episodios del principio de la primera temporada, varios cientos de cartas muy usadas y maltratadas,…y un cartucho de juego de GBC sin etiqueta.

El cartucho era del familiar color dorado metálico del juego que andaba buscando. Incluso cuando la etiqueta había sido removida, y una enorme y roja X había sido dibujada en el lugar donde la pegatina solía estar, podía decir con facilidad que juego era…¿cual otro podría tener ese color? Podrán imaginar mi emoción por finalmente encontrar otra copia (Odio ordenar cosas por Internet, por lo que esto fue un enorme alivio). Agradecí a mi abuela con mucho amor y le prometí que jugaría ni bien llegara a casa, lo cual hice.

Comenzar fue un poco difícil, no porque el juego estuviera dañada, si no que le había vendido mi Gameboy Advance a mi hermano menor años atrás por algunas de sus mejores cartas de pokémon…cuando algo le pertenece a él, es difícil lograr que me lo preste. Supongo que así son las relaciones de hermanos.

Después de varios sobornos, finalmente tuve en mis manos mi antigua GBA y rápidamente introduje el juego. Escalofríos llenaron mi cuerpo mientras la animación del inicio del juego comenzó a reproducirse, enviando una ola de nostalgia sobre mí. Era bueno ver esa animación de nuevo.

El juego se abrió normalmente, la pixelada imagen de Ho-oh volando por el cielo debajo del titulo se presentó antes de dirigirme a la normal pantalla de selección. La persona que había sido dueña del juego antes que había dejado su partida en el juego, pero me importaba poco lo que alguien hizo antes que yo. Considerando la condición en la que estaban sus posesiones, debió haber sido muy joven. Mi sentido común me decía que estaba condenado a conocer un equipo lleno de Pikachus con nombres ridículos si me atrevía a abrir la partida.

Comencé un nuevo juego.

Aquí fue cuando noté que algo no estaba muy bien con el juego. La común introducción que involucraba al profesor introduciéndote al mundo de los pokémon no se mostró. En realidad, la cosa fue más o menos así:

Comenzó con una pantalla negra, que era bastante familiar considerando que así era como las versiones Oro, Plata y Cristal comenzaban. Pero, en vez de la normal ventanita de dialogo preguntando “¿Qué hora es?”, la ventana decía algo así como…

………..
…….

Los pokémon no son más que herramientas.
Usalos, y luego tíralos a la basura.
……..

La pantalla negra se desvaneció, revelando un área vacía de noche. Me parecía familiar; la recordaba vagamente como una ruta en una de las partes del principio del juego, pero como no lo había jugado en tanto tiempo, no pude darme cuenta de donde era.

En el silencio de esta escena, el sprite de tu rival –que yo, de ahora en adelante llamaré Silver, como en los juegos originales- entraba en escena desde la izquierda: Se movía un poco más lento de lo normal, como si estuviera vacilante con respecto a algo. Una vez que llego al medio, se paró y miró atrás para mirar el lugar de donde vino, luego volvió a voltearse a donde estaba yendo, y volvió a caminar hacia atrás, hacia el lugar del cual vino.

Por un momento, se paró allí mirando al lado izquierdo de la pantalla antes de que una ventana de dialogo apareciera debajo de el diciendo nada más que “…”. Después de eso, volvió a dar la vuelta, solo esta vez saliendo de la pantalla.

La escena se desvaneció para ser reemplazada por Silver parado en el lugar donde lo conoces por primera vez oficialmente, justo afuera del laboratorio del Profesor Elm. Estaba claramente en una parte un poco más avanzada del juego de lo normal, mientras se podía ver al profesor y a sus asistentes saliendo del laboratorio yendo por diferentes caminos: los asistentes dejaron la ciudad, y Elm caminó hacia abajo en la ciudad, lo que me hace asumir que se fue a su casa en el pueblo. El personaje de Gold (el protagonista usual) no se veía en ninguna parte.

Después de esa corta escena, la pantalla se quedó sobre Silver. Creí que el juego se había congelado al principio, pero finalmente me di cuenta que era capaz de moverlo. Honestamente estaba algo emocionada, Silver fue –y siempre va a ser- mi rival favorito, y era interesante que pudiera jugar siendo él.

Lo movió un poco más abajo para ver si podía explorar, pero me paraba cada vez que daba un paso más lejos del frente del laboratorio. Una ventana de dialogo saltaba diciendo “No puedo irme aún…”, y me hacía retroceder un paso. Me moví hasta el lugar donde estaba parado originalmente y me moví hacia la ventana. Funcionó como una puerta, ya que me hizo entrar en el laboratorio.

Dejando de lado el equipamiento regular –estanterías con libros, computadoras, cubos de basura, todo eso- el laboratorio estaba vacío; lo que era de esperarse ya que los empleados se habían ido minutos antes. En la mesa había una sola pokébola, y al no tener un pokémon aún, me acerqué y la tomé.

Una ventana de dialogo apareció diciendo “Obtuviste un TOTODILE” pero no se reprodujo la música usual de cuando se agarra un objeto…aparentemente, robar no era tolerado ni por el juego. Después de presionar “A”, me dio la opción de nombrar al pokémon, a lo que respondí “Sí” ya que amo ponerle apodo a estas criaturas. Cuando me llevó a la pantalla para nombrar, otra ventana de dialogo apareció, interrumpiendo el proceso de nombramiento:

“¡No le pongas nombre! Solo generarás un vínculo inútil.
No lo ames, usalo.”

Era claramente la “voz” de la misma persona que habló al principio. Lo encontré extraño…

La pantalla para nombrar se desvaneció dejándome en el laboratorio vacío, y de inmediato traté de salir por la puerta del frente, pero me detuvo Silver diciendo “No saldré por ahí…”. Otra vez, fui hacia atrás y salí por la ventana que use de entrada.

Como si las cosas no fueran ya muy extrañas, cuando salí de Pueblo Primavera para comenzar mi aventura y puse un pie en la hierba alta, era casi imposible que me atacara un pokémon salvaje. Normalmente, iría por un camino distinto para evadir la hierba más tarde durante el juego, pero al principio disfrutaba de subir el nivel de mis pokémon…por lo que no ser capaz de encontrar algo con lo que pelear era un poco frustrante.

Después de varios minutos de caminar hacia delante y atrás en los recuadros de hierba, finalmente me encontré un pokémon. Un sentret, nada fuera de lo ordinario, pero cuando iba a enviar a mi Totodile y elegir el único movimiento útil que tenía en ese momento –Arañazo-, el pokémon huyó. Estaba bastante confundida, los pokémon salvajes nunca huían…al menos no ese pokémon. Después de unos cuantos intentos más, todos los encuentros terminaron igual, por lo que decepcionada continué hasta Ciudad Cerezo.

Justo antes de entrar al a ciudad, reconocí ese área antes de la ciudad como el lugar donde Silver caminaba al principio del juego. Al entrar en la ciudad, me encontré con Gold, quien sin decir nada me desafió a una batalla. Su pokémon, Cyndaquil, ya era de un nivel un poco más alto que el mío (Todavía estaba atrapado en el nivel 5, mientras el ya estaba en nivel 7) e incluso cuando tenía la ventaja de tipo, el me venció. Antes de desmayarme, el sprite de Cyndaquil se cambió por el de Gold…se veía decepcionado.

Después de salir del centro Pokémon de Ciudad Cerezo –No lo había usado antes, pero al parecer era mi única opción-, caminé hacia el lugar donde Gold me había desafiado solo para darme cuenta que no podía volver a luchar con él a estas alturas.

El juego se estaba poniendo un poco molesto ahora: no tenía dinero, ni pokégear, ni pokédex, y era incapaz de luchar con pokémon salvajes. Afortunadamente, una vez entré en la ruta 30, había otros entrenadores con los cuales podía luchar y fácilmente vencer…aunque ninguno de ellos parecía querer hablar conmigo luego de que ganara.

Para entonces, había entrado a Ciudad Malva, pero el nivel de mi pokémon era aún muy bajo como para vencer al líder. Pero con el dinero que gané de los entrenadores con los que luché antes, pude al menos comprar algunas pociones, así que sentí que estaba listo. Los entrenadores del gimnasio eran lo suficiente débiles como para que solo me viera obligado a usar dos de las pociones que compré, y pude subir de nivel una vez. Aún así, cuando enfrenté al líder de gimnasio, probó ser demasiado para mí y perdí. Después de ganar, el hizo lo mismo que Gold…y se veía decepcionado, tal como él.

Cuando la batalla terminó, no me desmayé, sino que tuve que aguantar un sermón sobre tratar a los pokémon correctamente, de parte del líder. Una vez terminó de hablar, recibí una opción de una sola palabra: “¿Robar?”

Elegí la única opción que me daban, “Sí”.

Silver dio un paso atrás y se lanzó contra el líder, mandándolo varios cuadros hacia atrás. Otro dialogo apareció informándome que había robado la medalla del gimnasio, la MT 31, y 500 $.

Luego de eso, me desmayé.

Y así continuó el juego, siendo yo posible de vencer a los entrenadores débiles que encontraba en las rutas y en los gimnasios, pero siempre perdía contra los lideres y me veía obligado a robar sus medallas. La opción de “robar” también funcionaba en gente que normalmente te daría un objeto en el juego, y así fue como obtuve objetos clave como el Buscaobjetos, la bicicleta, el rociador de agua, MO’s y muchos más…de otra manera no me los daban.

Cualquiera con quien hablaba se negaba a devolverme la charla, saludándome solo con un escueto “…” o dándome sermones sobre como tratar correctamente a los pokémon…y también la Enfermera Joy comenzó a tratarme así. Para cuando había llegado a Ciudad Trigal, cada vez que me desmayaba, la enfermera me regañaba.

Los pokémon salvajes seguían evitándome, y si quería que mi equipo mejorara debía de esperar que las pokébolas que usara atraparan al pokémon al principio. Lo que hacía más extrañas las batallas con pokémon salvajes era que incluso cuando hacía que los pokémon se quedaran en la batalla con Mal de ojo, el pokémon se desmayaba. Literalmente. Después de usar Mal de Ojo –si podía atacar primero, ya que el pokémon enemigo a veces tenía más velocidad que el mío-, antes de que pudiera elegir otro movimiento, el pokémon salvaje se desmayaría solo.

La ventana de dialogo decía “ ¡El –Inserte nombre de pokémon- se forzó a si mismo a desmayarse!” y la batalla terminaba.

La única cosa que parecía seguir normal al menos para mí eran las batallas con el equipo Rocket. Siempre ganaba contra ellos y siempre me trataban como un niño entrometido que se metía en su camino.

El resto del juego hasta cierto punto no es muy importante. Dejando de lado ganar y robar, todo era más o menos normal. Mientras mis pokémon maduraban lentamente debido a perder frecuentemente, sí pudieron comenzar a quererme ya que los llevaba a cortarse el cabello y esas otras pequeñas cosas que hacían más grande el lazo de amistad. La última vez que me fijé, la persona que medía la felicidad del pokémon –uno de los únicos personajes que me hablaban normalmente- dijo “Esta bastante feliz”.

Creo que deben pensar que esto no es perturbador en lo más mínimo, y que debería aceptar que el hack era simplemente un juego hecho para mostrar el lado de Silver en la historia…bueno, lo acepté y lo era, pero la historia no terminó aún.

Una vez que finalmente llegué a Kanto –continuando gracias al proceso de ganar, perder y robar-, me aventuré en Ciudad Verde. En el momento que puse un pie en la ciudad, la música se cortó. Al principio pensé que era simplemente un glitch en la programación, y que de ahora en adelante iba a tener que aguantar un juego sin sonido. Pero quedándome parado un rato allí, se pudo escuchar un débil sonido que se desvaneció.

Ahora estaba seguro que la música se había arruinado, como si tratara de reproducirse, pero no podía. Pero cuando di un paso atrás hacia la ruta de la que vine, la música volvió perfectamente…era solo la Ciudad Verde la que estaba silenciosa.

Ahora estaba curioso, por lo que volví a la ciudad silenciosa y comencé a explorar. No había una persona a la vista…nadie en el exterior, nadie en las casas, ni siquiera había gente en el pokémercado y el centro Pokémon. La ciudad estaba enteramente vacía…solo el silencio y el ocasional sonido suave que todavía no podía identificar.

Cuando caminaba hacía el gimnasio, el sonido se hizo más alto. Supuse que el ruido venía de adentro, por lo que me adentré en el gimnasio. Allí adentro tampoco había nadie, pero eso era de esperarse, el gimnasio estaba vacío incluso en el juego original.

El ruido no se escuchaba aquí, pero todavía estaba mortalmente silencioso.
Camine hacia donde el líder de gimnasio acostumbraba a estar, y pasé de ese punto para chocar contra la pared de ladrillo –Hago eso a veces, me gusta el sonido- y entonces fui transportado a otra habitación…La pared escondía unas escaleras.

El lugar estaba también en silencio mortal…pero el sonido comenzó a sonar de nuevo. Era mucho más alto esta vez, y pude identificar un montón de sonidos agudísimos al azar…que juntos, sonaban como gritos.

Ahora ya deberían imaginar que mi corazón estaba latiendo muy fuerte…no soporto los gritos –o cosas que suenen como gritos- a causa de una desafortunada experiencia con una muy real casa encantada a la que fui cuando tenía tres años…pero estoy divagando.

A pesar de que mis manos temblaban y mi corazón latía insoportablemente, exploré la habitación, que estaba teñida de un rojo apagado como en Pokémon Rojo. La habitación seguía un patrón zigzagueante y los gritos sonaban al azar, algunos cortos, otros largos y exagerados…sonaba como si estuvieran torturando a alguien.

Mientras continuaba por los pasillos zigzagueantes, me encontré con varias imágenes perturbadoras: sprites de NPC’s sin cabeza, o cabezas sin cuerpos. Siempre que trataba de examinar los cuerpos, Silver decía “No mires…”

Los cuerpos y cabezas se volvieron cada vez más frecuentes a medida que avanzaba, obstruyendo el camino y dejándome poco espacio para caminar…y los gritos se hacían aún más frecuentes.

La pantalla comenzó a parpadear mientras caminaba, justo como lo hace cuando un pokémon esta envenenado…pero estaba segura de que ninguno de ellos lo estaba. Solo por si acaso abrí el menú de mi equipo para chequear. Ninguno de mis pokémon estaba envenenado, pero su salud había comenzado a disminuir. En un intento de arreglarlo, tome una súper poción de mi mochila y traté de utilizarla en Feraligatr.

Una ventana de dialogo apareció diciendo “No tendrá ningún efecto.”

Ahora estaba perturbado, sabía que nada de esto debía pasar. Sin tenerlo en cuenta, continué avanzando, esperando que cuando se desmayaran por esto, sería devuelto a un centro pokémon y las cosas volverían a la normalidad.

…Fui estupida al asumir eso…

Continué a lo largo del mórbido camino, con la pantalla parpadeando. Comencé a notar que incluso Silver caminaba más lento…No sé qué, pero algo estaba absorbiendo tanto las energías de mis pokémon como las mías.

Finalmente, Silver paró cuando la ventana de dialogo saltó para decirme que todos mis pokémon estaban desmayados…pero no decía lo que esperaba.

Decía “ESTAN TODOS MUERTOS”.

Para entonces ya estaba lista para llorar, pero no pude pararme a mi misma de intentar llegar al final de esta perturbadora experiencia…si no hacía esto ahora, simplemente me vería tentada de intentarlo nuevamente…

Finalmente, llegué a la habitación central, que estaba teñida de un profundo rojo…asumí que era para simular el hecho de que la habitación estaba llena de sangre, aunque solo había unos pocos cuerpos desparramados por ella. En el centro, había unas pocas figuras, un hombre, un pokémon inidentificable, Gold y otro pokémon que solo pude asumir que era su Typhlosion.

El Typhlosion de Gold atacó al pokémon del hombre, pero fue abatido rápidamente, haciéndose el sprite primero rojo, luego gris, y luego desapareciendo…el pokémon del hombre lo había matado.

El sprite de Silver dio un paso solo y el hombre finalmente notó su presencia.

GIOVANNI: Ah, hijo, ya llegaste. Viniste a ver la defunción de tu rival, ¿no?

Esto causo que Gold se diera vuelta para mirarte. Lo único que decía era “…”

Silver continuó moviéndose solo: Se acercó al hombre y lo golpeó, lanzándolo hacia atrás…lo cual obviamente enfureció a Giovanni.

GIOVANNI: ¿Vas a ayudarlo?
¡Te has hecho tan débil como los demás!
Si te parece que vale la pena salvarlo…
…¡quizás debería mostrarte que no tiene sentido vincularse!
¡MEWTWO, hazte cargo de él!

Mewtwo obedeció las órdenes de su creador y se acercó a Gold. Todavía no estoy muy seguro de lo que hizo en realidad, pero golpeó a Gold, causando que grite mucho más alto que antes, mientras su sprite perdía la cabeza y se desvanecía de rojo a gris.

GIOVANNI: Te dije hace mucho tiempo, Silver, que la vida se trata de manipular o ser manipulado.
Los pokémon no son más que herramientas.
Las personas no son más que herramientas.
Después de que cumplen su cometido, no sirven para nada…

MEWTWO.
¡Mátalo!

El Mewtwo no obedeció esta vez; las palabras de Giovanni debieron haberlo enfurecido. Se volteó hacía el y realmente habló.

MEWTWO: …Tú ya no eres útil…

Golpeó a Giovanni tal como hizo con Gold y Typhlosion, pero el grito que Giovanni produjo fue mucho más largo que cualquier otro que haya escuchado…Mewtwo estaba torturándolo.

Finalmente, el grito se desvaneció en la nada y el sprite de Giovanni hizo tal como el de Gold…dejando solos a Silver y a Mewtwo vivos en la habitación. Entonces Mewtwo me enfrentó, y supe…supe que no iba a durar mucho más…

MEWTWO: …Inútil…

Me golpeó, iniciando una batalla en la cual era completamente incapaz de participar. Mi sprite estaba en el lugar del pokémon, mi salud había disminuido a la mitad, pero sabía que no importaba de todas maneras. Estaba perdido. Elegí correr, pero no pude…elegí atacar, pero no había ningún movimiento que usar…Lo único que podía hacer era pararme allí mientras Mewtwo usaba Psíquico en la imagen indefensa de Silver.

Incluso con el sonido bajo, el grito que vino de Silver era perturbadoramente alto, mucho más alto que cualquiera de los anteriores. Incluso mientras la pantalla de batalla se desvanecía, el grito persistió hasta que el sprite de Silver se convirtió en rojo y luego en gris – lo qué ahora asumo que simboliza lo frío de la muerte…-…Silver, junto con Gold y todos los que fueron lo suficientemente desafortunados como para merodear por ese lugar de Ciudad Verde, estaban muertos.

La pantalla se desvaneció volviéndose negra, todo excepto el sprite de Mewtwo, que seguía en el centro de la pantalla. Mi mente paranoica inmediatamente me hizo pensar que en cualquier momento se iba a voltear a matarme de alguna manera, pero la palabra “FIN” apareció justo debajo de él, y la pantalla finalmente se volvió negra, y me devolvió a la secuencia del inicio del juego.

Todavía no estoy segura de por que hicieron este juego, porque alguien simplemente lo metió en una caja para vender y porqué resultó que yo lo encontré…Pero puedo asegurarles que no pondré mis manos en otro juego encontrado al azar…o es nuevo, o no me atreveré a tocarlo.

Este juego que acabo de describir se escapó de mi posesión desde la primera vez que lo jugué…No tengo idea de donde esta, pero espero que se este pudriendo en un pantano cualquiera. Si llegas a encontrar un cartucho con una cruz roja en donde debería estar la etiqueta…no lo juegues…la experiencia de jugarlo puede cambiarte para siempre…

Edit de Sieg: Te pongo la historia en Spoiler porque como lo pongamos todos fuera el post será demasiado tocho. :3
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Re: Contemos Creepypastas

Mensaje por Siegfriedo » 08 Oct 2012, 21:19

Muy buena iniciativa! De Pokemon precisamente conozco bastantes, dejo el de Hell Bell traducido al castellano.

Spoiler:
Después de que la cuarta generación de Pokémon lo decepcionó muchísimo, mi hermano me regaló todas sus cosas de Pokémon, molesto. Recibí cientas de cartas qué añadir a mi colección, el Blastoise de peluche que ganó en King's Island hace nueve años, y el juego de Pokémon Diamante que completamente hizo que perdiera su amor por el juego y todo lo asociado a ello. Ese capítulo de su vida se cerró tristemente mientras la mía ganó algo para continuar.

Admitiré que los juegos para la DS me decepcionaron también, había algo en ellos que hizo que la magia de los juegos se desvaneciera un poco... como una persona que creció con los originales, la generación cuatro simplemente no era "mi" Pokémon. Aún así, no iba a darle la espalda a algo que me acompañó durante mi niñez simplemente porque el juego me decepcionó un poco.

De hecho, quería Diamond. Dialga era muchas veces mejor que Palkia, y de verdad disfruté el hecho de que finalmente iba a capturarlo esta vez, en lugar de hackear para obtenerlo o cambiarlo.

Antes de que continúe, debo decirles que esto no involucra a Dialga para nada. Simplemente me gusta y originalmente quería Diamond pero me tuve qué quedar con Pearl porque mi hermano lo pidió primero.
Esto comienza con un pokémon legendario, aunque tengo la certeza de que si hubiese usado cualquier otro, el resultado habría sido el mismo... esto parecía hecho en específico para mí... de otra forma, probablemente no hubiese ocurrido... algo que de hecho, me habría alegrado.

Comencé con su juego guardado, sólo para ver todo lo que tenía. La información decía que tenía a todos los Pokémon en su Dex, incluso los que aún no salían a través de eventos wireless, lo que me recordó que él adoraba usar códigos Action Replay para mejorar su experiencia al jugar... fue probablemente la única cosa que lo llevó a quedarse con el juego por todo ese tiempo... pero incluso usar cheats llega a aburrir con el tiempo.

Luego de iniciar su juego, ví su equipo; tenía seis Rayquazas shiny de nivel 100. Como todos los pokémon que tenía, los capturó usando el tardado código 'encuentra a cualquier pokémon', donde tenías que tirar Heart Scales para indicar qué pokémon querías capturar a nivel 100. Si bien los Pokémon encontrados con este código eran igual de débiles que uno al que se le haya dado un gran número de Rare Candies, aún recuerdo como perdía frecuentemente contra estos.

Usé este código por mí misma cuando jugué Pearl por primera vez, e intercambié estos Pokémon a través de internet para incrementar mis posibilidades de ganar la lotería del juego. O al menos es lo que hacía antes de que un amigo me reprendiera y me viese forzada a iniciar sin cheats desde un principio. Si bien él no necesitaba ningún pokémon para completar su pokédex o necesitase items extra, intercambiar era siempre una experiencia divertida sólo para ver de donde venían.

Así que fuí al Global Trading Center de Jubilife City para ver qué podían darme por uno de estos Rayquazas. Sabía que los podía cambiar por cualquier cosa, pero en secreto tenía rencor contra estos seis por masacrarme tantas veces.

Ya en la red de intercambio, ofrecí uno por un Bronzong que elegí al azar de la primera lista. Claro, no podía elegir un género, pero elegí que el nivel fuese 100, para que fuera un trato más o menos justo. Luego de eso, me fuí por un rato.

Luego de no hacer nada por al menos seis horas, volví para ver si alguien me ofrecía algo por el intercambio. De inmediato me emocioné cuando comenzó la secuencia de intercambio. Sé que fue un simple Bronzong, pero aún así, me gustaba mucho el proceso. Podrías haberme mandado un Magikarp y me habría excitado por eso.

Ya saben como va el proceso; así que no explicaré las acciones. Para hacer el cuento corto, recibí un Bronzong shiny llamado 'Hell Bell'.

Me sorprendí de que me dieran un shiny a cambio, nunca obtuve un shiny al intercambiar en Pearl... pero el nombre me molestaba un poco... siendo una persona ligeramente religiosa, no me siento cómoda hablando de algo relacionado al infierno o algo así... incluso el escribir esto me hace sentir como si pudiese provocar un evento similar de nuevo... solo espero que esto funcione como una experiencia de aprendimiento para ustedes y no como algo más para mí.

Luego de salir, revisé sus stats; todo estaba en 666, su viejo entrenador era llamado 'Beelze' (algo que, de nuevo, tocó una fibra sensible en mí) y fue capturado en la Lost Tower, pero estaba dentro de una Cherish Ball.

Claramente era hackeado, pero fue lo que obtuve por ofrecer un hack.

Los stats y la información del Pokémon me asustaron un poco por el hecho de que no me gustaba el nombre o la información, pero asumí que estaba bien. Aún así, si no me gustaba, podría ofrecerlo a cambio de nuevo... fue aquí donde aceptaría un Magikarp con gusto. Pero cada vez que intentaba ponerlo en el GTS, el juego me informaba que ese Pokémon no podía ser ofrecido para intercambio.

Esto me pasó varias veces antes, cuando intentaba cambiar legendarios hackeados, así que asumiré que es algo que evita que la gente sea 'asaltada'... pero fuí capaz de cambiar ese Rayquaza, y 'Beelze' me mandó a Hell Bell... así que no sé porqué no me permitía ofrecerlo de nuevo.

Aún así, quería deshacerme de él, por lo que la única otra opción era liberarlo. Antes de ir a la PC, revisé el ítem que tenía adherido. El dueño le había añadido un correo, que siempre es divertido... aunque las elecciones de lo que hay que decir son severamente limitadas y las cartas siempre son cursis (algo que odio de la reestructuración de los juegos).

Elegí a Hell Bell y revisé el correo, y no parecía estar elaborado de forma normal, de hecho parecía como si lo hubiesen hecho letra por letra como se hacía en Gold y Silver. El mensaje solo tenía tres palabras:

"Llévame de vuelta."

No estaba segura de qué significaba. Ciertamente no podía ofrecerlo para intercambio... y aún si pudiera, no habia forma de asegurarme de que Hell Bell regresara a Beelze, así que borré el mensaje y fui a la PC para liberarlo.

Elegí la opción de 'depositar Pokémon' y seleccioné a Hell Bell para liberarlo, pero cada vez que la sprite se encogía, de inmediato volvía con un mensaje diciendo algo así como "¡Hell Bell no quiere abandonarte!"

De nuevo, esto ocurrió antes cuando estaba limpiando una caja de la PC en mi segundo juego por Pearl. Quería un poco más de espacio y decidí liberar a un Shinx que había capturado al inicio del juego, pero seguía volviendo. Pensé que era algo tierno y convertí al Shinx (ahora un Luxray) en un miembro permanente de mi equipo porque parecía agradarle mucho... pero esto era de plano molesto.

Cuando revisé a Hell Bell de nuevo, tenía otro ítem de correo... cosa que no tenía sentido pues se lo quité la primera vez. Lo abrí y leí un mensaje algo más largo:

"No puedo irme por mí mismo. Llévame de vuelta."

De nuevo, le quité el ítem y traté de liberarlo sin éxito.

Cuando intentaba depositarlo, el juego me decía que removiera el correo del Pokémon antes de depositar... lo sé. Lo hice dos veces... pero tras revisarlo de nuevo, Hell Bell tenía otro nuevo correo en su posesión.

"Lost Tower."

Finalmente se estaba volviendo más específico, algo que se me hizo relajante en lugar de sentirme algo preocupada, que es probablemente como debería haber estado. Al fin sabía donde quería ir el Pokémon... tal vez dejaría mi equipo si lo dejaba ahí. Me gustaría saber porqué este Pokémon estaba haciendo que mi juego actuara tan raro. Este pokémon estaba hackeado, no el juego... y sé que un hack decente no afecta el juego, pero uno malo puede hacer que el juego colapse... pero este no estaba haciendo nada de las dos cosas, si no más bien, algo intermedio.

Ansioso por deshacerme de él, dejé el edificio GTS y avancé por Jubilife. Estaba muy impaciente para tomar a un pokémon volador del PC, así que solo le enseñé a uno de los Rayquazas el movimiento 'Fly' y elegí usarlo. Pero cuando elegí Solaceon Town en el mapa, el juego me informó que no podía volar ahí... sabía que mi hermano había visitado la ciudad antes, y no sabía porqué no podía ir, pero no me tomé el tiempo para pensar en ello, así que solo volé a Hearthome.

No perdí tiempo en Hearthome, simplemente viajé por la ruta 209 para ir a la Lost Tower y ojalá poder deshacerme de este extraño Pokémon simplemente al llevarlo a donde quería ir.

De inmediato me dí cuenta de la falta de gente en la Ruta. De hecho, no recuerdo con quién podía enfrentarme ahí y cosas así, pero sé que al menos había unas cuantas NPCs ahí... el área estaba completamente sola.

Bueno, no completamente, había una persona moviéndose de atrás hacia adelante; la sprite de un anciano de cabello blanco.

Curioso, le hablé... y fue ahí donde las cosas comenzaron a ponerse algo raras para mí. No decía algo que tuviese sentido, simplemente repetía la misma cosa una y otra vez por un tiempo molestamente largo, así como cuando hablas con un ciclista en específico en el camino bici de Ruby, Sapphire y Emerald. Ya saben cual, el que dice que sabe de donde obtuviste la bici porque el nombre está escrito por todos lados.

"SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA "

Esto no significaba nada para mí, así que no me molesté en hablarle de nuevo, solo seguí moviéndome hacia la torre.

Una vez dentro, intenté subir las escaleras pero algo me lo impedía. Pensé que todos los pokémon hackeados habían logrado j*der mi juego, pero ese no fue el caso. Luego de un momento de silencio, el sonido de una gruesa campana de bronce comenzó a sonar lentamente (si tienes curiosidad de como se oye, inicia tu Heart Gold/Soul Silver. Esa campana es el sonido)

Luego de cuatro tañidos, la tumba en el centro de la habitación se quebró y se destrozó como si hubiesen usado Rock Smash en ella. Bajo la tumba estaba un agujero, y ya que no podía ir por las escaleras hacia arriba, caminé hacia él y caí.

Al aterrizar, caí en una plataforma similar a la que está en la Sala del Origen, donde encuentras a Arceus (no hagan como si no supiesen de qué hablo, todos hemos hackeado ese evento.) Solo que era más oscura. Mientras que la plataforma transparente era blanca y brillaba en el caso de Arceus, esta era más de un color rojo oscurecido... se veía maligna, totalmente diferente a la vibra 'sagrada' que obtienes de la Sala del Origen. Viniendo desde la plataforma había un set de escaleras anchas que parecían más bien hechas de mármol negro en lugar de blanco.

No había forma de volver (no podía volar, no podía usar excavadores y no traía Escape Ropes), así que tomé las escaleras y la campana (que ahora asumo era Hell Bell, pues Bronzong es de hecho, algún tipo de campana) continuaba sonando lentamente.

Ahora, me sentía muy mal (¿tú no lo estarías?), pero continúe subiendo las escaleras. Mientras iba más lejos, se empezó a ver como con niebla y más oscuro. Cuando alcancé el fondo, me encontré con un camino estrecho rodeado por largas fosas de lava/magma a los lados... como la cueva donde encuentras a Groudon en R/S/E, pero con mejores gráficos, de hecho.

El camino continúo en línea recta por cuarenta pasos antes de ir a la derecha por otros cuarenta y finalmente ir hacia arriba. El camino final era largo; magma burbujeante aún a los lados, y con cada paso que daba, la campana comenzaba a sonar más rápido, al menos tan rápido como una campana podía sonar... lo que era aún un tañido ominoso y lento. Aunque con cada toque, no podía hacer más que repetir lo que el NPC del viejo decía antes: "Suena. La. Campana."

Finalmente llegué al fin del camino, que era solo una plataforma pequeña de 4x4, y la campana dejó de sonar. Me pregunté qué haría ahí, pues no había nada más que hacer, ninguna forma de liberar a Hell Bell y ninguna de salir... recibí mi pregunta en la forma de una voz sin cuerpo. Una caja de diálogo salió y decía:

"Oh, ¿me has regresado a Hell Bell? De verdad lo aprecio."

Entonces apareció frente a mi sprite. Era simplemente la sprite de un 'caballero', y la sprite del equipo de Hell Bell salió de mí, parándose en el espacio entre nosotros, viéndolo. El juego entonces me informó que le había dado a Hell Bell.

Luego, algo salió en la pantalla táctil, como la parte de la trainer card donde firmas tu nombre. De nuevo, la voz habló:

"¿Te importaría decirme tu nombre para que pueda agradecerte con propiedad?"

Ahora, esto me confundió... bueno, todo lo que estaba pasando me confundía, pero esto de verdad me sacó de onda. Primero, el juego debería saber el nombre programado desde el inicio para el personaje... de hecho, no podría reconocer escritura a mano. Aún así, escribí el nombre del personaje de mi hermano, que era 'Dust'. Hice el primer movimiento; en tinta negra como normalmente lo hace y acababa de hacer una 'D' cuando la voz me detuvo:

"No, no. Tu nombre real, por favor. No puedo agradecerte con un nombre falso, tú sabes."

Mi corazón se detuvo por un segundo y se hundió en mi estómago antes de volver violentamente a mi pecho, ¿cómo demonios sabía el juego que no estaba firmando mi nombre real?

"Tu nombre real, por favor."

De nuevo, comencé a escribir. Porqué estaba poniéndole atención, mirando como se desenvolvía todo cuando tan fácilmente podía apagarlo o iniciar un juego nuevo... eso no lo sé. El pensamiento simplemente jamás apareció por mi mente. No creo que se me permitiese hacerlo.

La 'tinta' en la cual escribía ahora, era de un color rojo brillante... pero aún así escribí mi nombre completo. Nombre y apellido en el espacio que me dieron. Cuando finalicé, el hombre habló de nuevo:

"Bien, ahora sopla, por favor. No queremos que la tinta se corra."

Soplé el micrófono y la tinta cambió de brillante a un tono oscuro de rojo. No pude hacer cambio alguno luego de eso. Después, la pantalla desapareció y el hombre habló de nuevo.

"Gracias, señorita. Estará feliz de saber que ahora me pertenece."

La campana sonó dos veces más mientras mi sprite, actualmente masculina, me miró y cambió a la sprite femenina... cabello castaño, vistiendo totalmente de negro... justo como estaba yo en ese momento.

Hell Bell se movió hacia delante, poniéndose sobre mi sprite y una caja de diálogo final apareció:

"Hell Bell usó APRISIONAMIENTO"

Luego de eso... la batería de mi DS murió. Estaba sumamente confundida. Lo admito, simplemente parecía un evento torcido traido por un secreto del juego desbloqueado por un pokémon, pero ahora...

No duermo, la comida parece hacerse ceniza en mi boca, el agua no apaga mi sed, y la gente y los animales actúan como si la sombra de la muerte pasara sobre ellos cuando estoy cerca... ya no soy yo... le pertenezco a ese hombre... y a Hell Bell.

No sé qué pasó con ese Pokémon, pero si lo recibí, seguramente alguien más lo hará... tengan precaución cuando usen el sistema de cambio, por favor... y si reciben a Hell Bell... no duden en resetear. Tu Pokémon especial de evento no cuesta lo mismo que tu propia alma...
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Re: Contemos Creepypastas

Mensaje por LloydZelos » 09 Oct 2012, 11:29

Buena iniciativa, aunque me sorprende que venga de ti :roto2: Dejo uno que me encantó por su narrativa: Painend, la leyenda del Pokémon demonio. Ojo, es un TOCHO.

Spoiler:
Debo contaros que, sinceramente, comprar el nuevo juego de Pokémon Negro por Internet, ha sido la peor decisión de toda mi vida. Pronto comprenderéis por qué.

Hace un par de meses, cometí dicho error: obtuve mi juego de Pokémon Negro, comprándolo por Internet… Aquí empezó todo.

Una mañana cualquiera, tras el desayuno, el cartero llamó a mi puerta. Yo sabía perfectamente a lo que venía, pues llevaba esperando su llegada durante unas tres semanas. La paciencia infinita que tuve para conseguir el preciado (preciado, me lo parecía al principio) juego, se vio recompensada al fin. Abrí la puerta, firmé sus papeles y adquirí mi paquete. Ya desde ese momento sentía, a la par que la alegría de tenerlo, una siniestra sensación, a la que francamente no hice demasiado caso (craso error).

Nada más entrar en casa, no dije nada a nadie. Subí corriendo a mi cuarto a jugar y jugar como un poseso, no podéis imaginar con qué ganas lo iba pasando y cuánta diversión me daba hacerlo. La idea de vivir una nueva aventura Pokémon siempre me emociona…

A la hora de la merienda, descansé un poco. Tras comerme mi bocadillo, cogí mi DS y salí a jugar con mis amigos, y de paso poder presumir de mi nueva “joyita”. Casi todos mis amigos tenían ya el juego, y ya iban bastante avanzados, por lo que me molestaba un poco verles ya cercanos a su séptima medalla, alguno que otro venciendo a Mirto, en fin.. Bastante adelantados. Pero, qué deciros, el juego me parecía tan especial, que a mis ojos, aunque supiese ya qué iba a suceder más adelante, no perdía su misticismo natural. Yo era como un niño con una piñata de cumpleaños: todos sabíamos que había chuches… Pero no perdíamos la ilusión de apalear esos simpáticos muñecos.

En una de éstas, al dejar de jugar todos, nos pusimos a bromear; mis colegas con el Pokémon Blanco debatiendo contra mis amigos con Pokémon Negro, entre los cuales me encontraba yo, sobre qué juego era el mejor. Todos mostrábamos nuestros cartuchos, haciendo toda clase de tonterías y “frikadas”. Ese fue el concreto instante en el que me di cuenta de que algo no iba bien…

Por algún motivo que no comprendía, y desearía nunca haberlo comprendido, la tarjeta de mi Pokémon Negro no coincidía con la de mis otros compañeros; la pegatina del juego era diferente, no poseía los símbolos distintivos de la casa Nintendo, y el fondo era de un negro más oscuro…

En principio sólo lo vi curioso. Quizá el motivo era que, al adquirir yo dicho juego posteriormente que mis amigos, habían cambiado el modelo, o tal vez todo se debía a que yo lo compré por Internet, en otro lugar donde la fuente era distinta. Quizá simplemente su anterior dueño la había diseñado porque le gustó más así, quién lo sabría. A fin de cuentas, jugué delante de los demás y nadie vio nada distinto en él, tampoco yo me percaté de nada. Mientras os escribo esto soy bien consciente de lo ingenuos que fuimos… De lo ingenuo que fui.

Terminamos la tarde con un divertido partido de fútbol. Siempre despeja y sienta bien una buena sesión de deporte, en especial con personas que te diviertes. Tras esto, nos despedimos. Era hora de volver a casa.

Al llegar a casa, era bastante tarde. El partido se había extendido más de lo esperado, y yo me entretuve por el camino. Mi madre y yo tuvimos una discusión… Importante, para ser sutil. Acabé bastante enfadado con ella, aunque no menos que ella conmigo, y lo peor es que, de postre, tenía ahí a la pesada de mi hermana tocándome las narices: “¡Mamá tiene razón siempre!” “¡Mamá te ha reñido, chincha rabiña!” Esas frases tan profundas y que acompañan en el sentimiento, con las que siempre nos deleitan las hermanas pequeñas.

Total, que me evadí un poco del mundo, tomando una agradable ducha. Tras esto, me dispuse a cenar, sabiendo perfectamente que no podría, tras todo lo que pasó con mi madre. Estaba castigado sin ordenador, sin consolas, y evidentemente sin cenar. No era preciso decirlo.

Tan solo fue entrar en la cocina, y mi madre lo dijo todo con una sola mirada. Sin discutir ni rechistar, porque yo también estaba cansado de problemas, me subí a mi cuarto. Si se pensaba que no jugaría a mi nuevo juego de Pokémon Negro, iba lista. Contaba con la DS en mi bolsillo y una edad de adolescente perfecta para adoptar una actitud de rebeldía. Sin más preámbulos, jugué.

Proseguí con mi partida. Me llamó mucho la atención que, en el menú principal que aparece después de Reshiram y “Pulsa Start”, las letras eran de color rojo intenso. No me había dado cuenta ni me había fijado de cómo eran antes, así que di por hecho que siempre habían sido así. “¡Qué chulo!”, pensé para mis adentros. Hoy sé perfectamente que son blancas…

Al darle a la opción “Continuar”, el juego se me congeló. Genial, vamos… Un juego nuevecito, y ya tocando las narices. ¿Podría ir a peor la cosa? … Sí.

Después de dos o tres intentos más, finalmente pude continuar la partida. Me encontraba donde había guardado, en Ciudad Gres. Antes de jugar el partido, hacía ya un par de horas, acababa de superar el Gimnasio Gres y la zona del Solar de los Sueños. No me costó demasiado. Orgulloso, con mi primera medalla, seguí adelante. Nunca olvidaré el precioso detalle acuático de la fuente situada a la salida de dicha ciudad. Fue lo último que viví con normalidad de este juego…

Llegué a la Ruta 3. Allí, mientras andaba, de repente, se me abrió un cuadro de diálogo. En él, una persona que de momento no sabía quién era, me llamó. Me dijo: “¡Oye, Thor! ¡Esperaaa!”. Thor era el nombre de mi entrenador en el juego. Me suponía que estaba comenzando un nuevo espacio en el que sucede la historia, diálogos de forma lineal. Ya sabéis… Viene el profesor, el rival, mamá, sucede un combate, te entregan algo… Esas cosas que siempre sabemos que ocurrirán cuando algo nos para de repente en los juegos de Pokémon. Sin embargo, esta vez era distinto. Nada más ocurrió, podía moverme libremente por la ruta sin opresiones de ningún tipo. Busqué quien pudiera haberme llamado, quizá era un suceso del juego en el que alguien iba a darte un susto bromeando. Y vaya que si me dieron un susto, aunque no como habría deseado. En absoluto…

Debo admitir que en este momento me invadía cierto malestar. No tenía miedo, después de todo… ¿qué podía pasar? Pero el hecho de que algo fuera a pasar de repente en el juego, aunque se tratase de una tontería, siempre me daba cierta inquietud.

Volví sobre mis pasos, en busca de quien me hubiera llamado. Pasé por toda la Ciudad Gres, edificios, personas, todo. Analicé detalladamente la fuente que estaba a su lado, la gente por allí. Nada. Nada fuera de lo normal. Confuso aunque más tranquilo, me decidí a continuar. “Probablemente aparecerá más adelante, al final de la ruta”, me decía.

Al pasar una vez más por la misma ruta, en el mismo sitio… De nuevo, la llamada… “¡Oye, Thor! ¡Esperaaa!”. Vale, aquí sí que estaba asustado, hablando con franqueza. Esta vez fui más meticuloso y observé a mi alrededor. Me fijé en un detalle importante: Mi personaje dirigió la mirada al frente al cerrar el cuadro de diálogo. Allí se encontraba un anciano. Su mirada, tras lo sucedido, me invadió de temor. Supongo que en ese momento todo fue sugestión… Pero de ahí en adelante, nada fue producto de mi imaginación.

El anciano permanecía impasible y estoico, observándome. ¿Cómo sabía mi nombre? ¿Qué quería de mí? Y, lo más importante: ¿qué iba a suceder?

Armado de valor, me dirigí hacia él, y le hablé sin vacilar. Él me dijo: “¡Ah, eres tú!” … ¿Eres tú? ¿tú? ¿de qué me conocía? Tal vez se trataba de algún vidente que formaba parte de la historia… Aunque ninguno de mis amigos me había contado nada de eso. Había visto el final del juego y nada en él me encajaba con la presencia de un vidente entre los personajes. Pero bueno, me autoconvencí de ello, qué remedio.

El anciano continuó hablando: “Hemos cuidado de tus Pokémon y, ¡vaya sorpresa que nos hemos llevado!” …

Esta frase ya me sonaba más. Durante unos segundos respiré tranquilidad… “Maldita sea, es el viejo de la Guardería” me dije aliviado. Hasta que caí en la cuenta…

Acababa de llegar ahí por primera vez en toda mi partida. No había ninguna partida anterior guardada, el juego estaba completamente al principio. ¿Qué Pokémon? No había dejado ningún Pokémon… Era imposible. De nuevo el temor me invadió… Quizá ahora más que antes.

A medida que el anciano hablaba, mi miedo aumentaba: “¡Tus Pokémon tenían un Huevo!” … Si antes me aumentó la sensación de malestar, imaginaos cómo estaría ahora. ¿Qué iba a salir de ahí? Es un Huevo nacido de la nada… De ninguna parte. Era totalmente imposible que fuera mío.

Tras esto, llegó el instante que marcaría el rumbo de esta historia para siempre… Y lo sé, siempre sabré que me equivoqué al decidir…

El anciano dijo: “Todavía no sabemos de dónde lo han sacado”. Anda, amigo, yo tampoco.

“¿Lo quieres?” … Permanecí en esa pregunta durante 10 minutos aproximadamente, sin exagerar ni un poco. Poneos en situación: Sábado, madrugada, en tu cama, bajo la sábana, un silencio sepulcral en tu casa… Te ofrecen un Huevo de procedencia absolutamente desconocida. No es como esas ocasiones en las que te dicen “No sabemos de dónde ha venido” y tú sabes perfectamente lo que han hecho tu Pokémon macho y hembra. No. No había nada ni nadie que hubiera dado vida a ese Huevo tan enigmático…

“Sí”. Esa fue mi elección. Mal, muy mal. Nunca debí. “Llévatelo y no regreses con él”, me dijo finalmente el anciano. Juraría que en ediciones anteriores, el anciano de la Guardería solía ser más gentil… Pero bueno, me conformé así. Entonces decidí hablarle de nuevo… En juegos anteriores, cuando hablabas con él, te decía qué Pokémon tenías dentro de la Guardería, así como en qué grado congeniaban, para así saber si pueden criar entre sí.

Al hablarle, el anciano me dijo la frase que me dejó completamente seguro de que estaba pasando algo MUY raro. Él dijo:

“Llévalo lejos… Devuélvelo a su lugar.”

De acuerdo. Ahora pude declararme oficialmente cagado de miedo. Algo muy extraño sucedía con ese Huevo. Si era parte de la nueva trama de Pokémon Blanco y Negro, hubiera admitido que estaba muy currada. Demasiado currada. Y, desgraciadamente, no solía ser así.

Examiné mi Huevo. En sus Datos podían apreciarse muchas cosas demasiado extrañas para un simple Huevo. El primer dato parecía estar bien: “Huevo misterioso obtenido el 8-8-2011”. Lo siguiente me dejó más confuso… “Origen: Lugar lejano.” Señores, creo que todos sabemos muy bien que el Origen de todos los Huevos es “Guardería” o “Pareja Guardería” o algo así. Y la Guardería no es un lugar que digamos Lejano.

El tercer y último dato me dio lo que yo creía que era la respuesta al misterio. “Vigilando el Huevo – Parece que a este Huevo le va a costar abrirse…” Bingo. Debía tratarse de uno de los conocidos “Huevos Malos”. Ahora todas las piezas me encajaban: el juego debería haberme venido mal, y eso daba esa serie de errores tan particulares. A pesar de tener un Huevo Malo en un juego recién comprado, me sentía aliviado. Irónico, ¿no?

Por desgracia, aquí no acabó todo: me extrañó el hecho de que dicho Huevo tenía Pokérus. ¿Esto era posible? No estaba seguro, la verdad. No le di importancia. Ahora no me asustaba, a todo lo raro que veía le adjudicaba el motivo de que se trataba de un Huevo Malo. Como último detalle que captó mi interés, añado que el Huevo estaba manchado de rojo, y no de verde, como suele ser normal. Esto último me hizo pensármelo más, ya que había visto en páginas especializadas imágenes de Huevos Malos y, físicamente, eran imposibles de distinguir. No obstante, negado a ser supersticioso, seguí convenciéndome de que todo ocurría debido al posible defecto de mi juego.

Ahora, por desgracia, volvemos a los sucesos paranormales: Cerré el cuadro de Datos del Huevo, y me dirigí hacia el PC para dejarlo ahí. Todos sabemos que abrir un Huevo Malo es muy peligroso para la partida. Dejaría que se pudriese en un hueco del PC, en la última caja, en el último hueco. Sin embargo, en este momento, ocurrió algo inexplicable para cualquier juego, cualquier circunstancia y cualquier “Huevo Malo”:

“Lleva una carta”.

Lectores y lectoras: ¿Cómo narices (por no decir cojones) lleva un Huevo, aunque sea el más Malo de los Malos, una carta? Es IMPOSIBLE. Mi tranquilidad de que fuese un Huevo Malo para olvidar en el PC para siempre se desvaneció, destruida en mil pedazos. De nuevo reemplacé cordura por temor. Me puse bastante nervioso…

Apagué el PC y miré mi equipo. Sí, el susodicho Huevo llevaba una carta. Era la primera vez, y esperaba que la última, que veía el sprite de un Huevo con el símbolo de carta a su lado. Lejos de resultarme gracioso, hizo que se me encogiera el corazón.

No había aprendido la lección. En ese momento me di cuenta. Si bien la curiosidad me arrastró a aceptar ese Huevo a un extraño anciano, ahora me empujaba a leer esa carta, como el dulce aroma de una pastelería a comprar dulces bollos de chocolate. Sabes que no son saludables, pero es inevitable.

Sí. Leí esa carta. ¿Adivináis qué ponía?

“I want out of here. I need it.” – Quiero salir de aquí. Lo necesito.

Si alguna vez habéis visto películas de miedo con sobresaltos, conoceréis más que de sobra esa sensación que te invade cuando el zombie aparece de repente en la pantalla, cuando en el cine suena la música fuerte y retumbando en toda la sala tras el silencio infinito característico de las salas. Esa sensación de que las manos se congelan, y de que tu corazón daría cuanto estuviera en su mano por salir por tu garganta. La sensación del sobresalto, la tensión, quizá ansiedad. Una sensación emocionante cuando sabes que lo que sucede a tu alrededor es ficción. Cómo os envidiaba en ese momento…

Mi alma era hielo al leer esa carta. Su aspecto de por sí era ya espeluznante: Un fondo gris mate, con letras negras y profundas como la misma noche… Por si fuera poco, ya lo que ponía no es que fuese más tranquilizador. Consideraba todo lo que estaba ocurriendo una broma de pésimo gusto, si es que alguien humano estaba detrás de todo eso… Cosa que empezaba a dudar.

Si es cierto que la curiosidad mató al gato, mi gato estaba ya muerto más de sus 7 veces. Se me quitaron las ganas de hacer cualquier gesto de curiosidad desde ese momento y hasta el fin de mis días. No quería abrir ese Huevo, no quería tenerlo encima y quería quemar ese juego para jamás en mi vida volver a oír nada sobre él. Intenté dejarlo en el PC una y otra vez, una, dos, tres y mil veces, pero no era posible. Traté de quitarle la carta, pero no era posible. El juego no me daba la opción “Quitar” en el submenú de “Carta”. Sólo había “Leer” y “Salir”. Armándome de valor, volví a abrir la carta. Quería buscarle una explicación, un motivo a todo lo que estaba pasando que me sacara esa ansiedad del cuerpo.

Pero… Mi ansiedad aumentó.

La carta, sin motivo aparente, había cambiado. Ahora el fondo era negro, y sus letras eran de un color rojo tan vivo que parecía que la pantalla de mi DS sangraba…

Ponía:

“Get me out of here… Please…” – Sácame de aquí… Por favor…

Esto, lectores y lectoras, hay que vivirlo para saber qué se siente. Hablando en términos coloquiales y entendibles, el cague era de cojones. Empezaba a sospechar que todo lo que estaba sucediendo no era real. Yo me debí dormir bajo la sábana mientras jugaba, y mañana iba a ser todo normal, mi juego normal, mi vida normal, y mi ansiedad y miedo una estúpida anécdota que me dará grima hasta la hora del café del desayuno. Pero nada más lejos. Esto era bien real…

Aunque quizá os burléis de mí, tenía ganas de cerrar los ojos y esconderme, como un ingenuo niño pequeño. Que todo pasara. Una pesadilla estúpida, que el corazón no siente si los ojos no ven. Pero no podía hacer eso… Toda clase de ideas extrañas y sádicas se pasaban por mi mente. Tenía un inmenso temor a lo que pudiera pasar si apagaba la DS.

Intentando ser empático (tanto como era humanamente posible), me metí en la historia. Yo era un entrenador con un Huevo muy particular, que me pedía con todas sus ansias (las que quepan en un Huevo) que le abriese. Quién sabe, quizá ese cascarón de lunares rojos era una especie de prisión… Quizás, dentro había algo que acabaría con todo esto, un final feliz, la liberación de cual fuera el ser que yacía en el más que mencionado Huevo. Además, me lo había pedido por favor.

No me preguntéis por qué, pues todavía hoy no sabría responderos, pero sentí que debía abrirlo. Tampoco sé de dónde supe sacar tal cantidad de empatía, pero me puse en el lugar de ese Huevo. De un estúpido Huevo. Me sentí como se podría sentir él. ¿Y si un maligno cascarón fuese mi prisión? Yo también querría ser liberado. Aunque quizá hubiera utilizado medios menos escalofriantes. Sin embargo, yo debía ser el elegido y, si ese Huevo lo había mostrado así, quizá debería cumplir con mi “deber”.

Ahora bien, es bien sabida la dificultad que tienen los Huevos Malos para abrirse, y si su descripción coincidía con la de uno de ellos, quizá también lo haría su tiempo de gestación. De hecho, algunos Huevos Malos nunca se abren. Dicen que eso depende de los datos que hayas corrompido. No recuerdo haber corrompido nada… No había “metido mano” a mi juego en ninguna de sus formas posibles.

Debía intentarlo. No estaba solucionando nada diciéndome que hacerlo era difícil. Sabía bien lo que tenía que hacer, así que me puse a ello. Lo llevé conmigo allá por donde avanzaba. Completaría la historia con él en mi equipo, aunque quizá me dañase la partida. Era un riesgo que tenía asumido, lo correría.

Cuál fue mi sorpresa, cuando, al salir de la Guardería, tan solo tuve que torcer al camino de la izquierda de la Ruta 3, cuando se me abrió un cuadro de diálogo:

“…”, ponía.

Después de eso, la pantalla estuvo en negro durante unos segundos. Mientras permanecía así, pensaba que todo había terminado por fin. Tal vez ese era el final para una anécdota que contar a los amigos, el Huevo se “abrió” entre sombras, y todo acabó bien. Pero solo unos 10 segundos después, aproximadamente, salió la pantalla de eclosión del Huevo. Me llamó la atención que no empezaba a resquebrajarse como solía pasar en juegos anteriores. Estaba estático, frío, distante… No mostraba reacción aparente. Sin embargo, pasado lo pasado, el hecho de que no empezara a abrirse era lo que menos me preocupaba.

De repente, sin ningún movimiento previo, haciéndome dar un saltito sobre mí mismo del susto… El Huevo se abrió.

Ahora viene la parte más escalofriante de todo el juego. Si bien antes lo había pasado muy mal en cuanto a sustos y temores, en ese instante me di cuenta de que el auténtico pánico acababa de empezar.

De todas los Pokémon que imaginé que podrían nacer de ese Huevo, nunca se me pasó por la cabeza que fuese algo tan espantoso. Según mi teoría anterior, sobre aquello de que el interior del Huevo contenía un ser atrapado, me imaginaba algo más… esperanzador, ahí dentro. Qué deciros, un Togepi, un Pikachu… ¿Quizá un Arceus? Pero nada de eso…

El Huevo contenía… … No sé muy bien qué era. Todavía hoy sigo dudando si verdaderamente, eso era lo que yo bauticé por Zorua. Era el único Pokémon al que se me podía asemejar. Era un ser de lo más extraño. Si la intención del juego era representar un nuevo Pokémon, estaba bastante claro que se había basado en Zorua. Por ello lo llamaremos así de aquí en adelante.

No sólo la presencia de un Pokémon del tipo Siniestro en un Huevo así ya asustaba por sí sola, si es que era de ese tipo, sino también todos aquellos matices distintivos que le acompañaban. Señores, no veréis en vuestra vida un Zorua como el que yo tuve la espantosa oportunidad de ver:

En el lugar de sus orejitas, ahora habían en su cabeza unos enormes y afilados cuernos del color de la sangre más pura. A ello le acompañaban numerosas manchas de sangre, fría y repugnante sangre, repartidas entre sus patitas y su boca. Daba la impresión de que, en una vida anterior, ese despiadado ser hubiese matado sin control a todo ser que se le cruzara por delante. Sus ojos transmitían la inquietud y el ardor de las entrañas del infierno, sensación quizá acompañada por los mechones de pelo que tenía en medio de sus cuernos, ahora transformados sospechosamente en los colores de un fuego vivo e intenso. La oscuridad de su pelaje era mayor de lo normal, notoria hasta en el día más radiante.

Ya dije esta frase previamente, pero insisto: Para saber cómo me sentí, esto hay que vivirlo.

Tras eclosionar el huevo, salió un cuadro de texto. “…” . Nada más, punto (nunca mejor dicho). La pantalla verde de eclosión del Huevo desapareció sin darme siquiera la oportunidad de darle a este ser un mote. Di por hecho que la historia de terror que estaba viviendo ya tenía el nombre perfecto para él. Y no me equivocaba.

De nuevo, guiado por el estúpido espíritu de empatía y aventura (matizo severamente en estúpido), me decidí por mirar sus Datos. Solo al abrir la pantalla del menú Pokémon, ya todo era diferente.

El fondo era negro. Absolutamente. Sin ningún tipo de estampado, motivo, o decorado. Ni el más mínimo. El cuadrito de selección de cada Pokémon, que solía ser celeste, ahora era amarillo. El nombre de cada Pokémon seguía normal, afortunadamente. Aunque sinceramente, con un ser como ese en mi equipo, era incapaz de ver la tranquilidad por ninguna parte. Llamadme raro.

El cuadro de este ser era distinto. El nombre y su barra de PS no eran respectivamente blanco y verde; ambos eran rojos. Otra vez, el dichoso rojo. Era un color al que estaba cogiendo asco esa noche. Y sí, lectores y lectoras, mi pijama es rojo.

El susodicho ser se llamaba Painend. Menudo mote. Si bien junto no significa nada, es de lógica que se trata de una palabra compuesta. “Pain end” Que significa “final del dolor” o “dolor final”, refiriéndose a un dolor extremadamente intenso… Este nombre me hizo pensar en dos posibles opciones sobre la vida de Painend: O había sufrido más que nadie, y busca venganza… O peor aún, es conocido por el terrible dolor que en su día hizo sufrir a sus víctimas… ¿Por qué me ponía a pensar en esas cosas? Esto me estaba afectando demasiado.

El caso es que abrí la ficha de Painend, que tardó cerca de 20 segundos en abrirse para dejarme ver sus datos: debo decir que TODOS sus datos me dieron sus correspondientes vuelcos en el corazón.

De naturaleza, ninguna conocida. “Naturaleza despiadada”. Tócate las narices.
“Huevo recibido el 6-6-2006”. Parece ser que este demonio (visto lo visto pasé a considerarlo como tal) nació en este famoso día… Para mayor cague personal.
“Origen: The hell”. Ahora explicadme por qué venía del infierno, y por qué estaba este dato en inglés. Ojalá no hubiera seguido viéndolo.
“Eclosionado en: Ruta 3 el 8-8-2011”. Bueno, algo normal… Afortunadamente.
En la descripción del carácter (recordemos que aquí tenemos “Buen fajador, Voluntarioso, Cuerpo resistente, etc…) él tenía “…”. Sin comentarios.

“Nº Pokédex: – “. Esto no asusta, pero es ligeramente inconcluyente.
“Nombre: Painend.” Bueno, esto lo sabíamos, aunque no deja de quitar el hipo.
“Tipo: ??? .” Conservaba su tipo desde que era un Huevo.
“EO: (acojónate con esto) Lucifer.” Bueno, nada que decir.
“Nº ID: 66666”. Ojo con esto: mis demás Pokémon conservan mi ID original. Esto se debe a que ese Painend estaba siendo considerado originariamente de… Bueno, de Lucifer, por qué no decirlo.

Como dato normal, añado que se encontraba al Nivel 1. Su único dato anormal (cómo no, algo debía haber), eran sus PS. A pesar de que le quedaba 1 PS, sus PS máximos eran 66. Demasiados para un recién nacido aunque se trate de un Chansey. Ni un legendario nacería con unos PS tan elevados. Por lo demás, como más de uno habrá intuido, tenía todos sus Stats a 6. Aparentemente no tenía ninguna Habilidad Especial. Sinceramente, con ese aspecto, no creo que fuese menester tenerla. Le bastaría con asesinar a sus enemigos, supongo.

Conocía dos ataques: Uno, llamémoslo normal, porque por lo menos existe, pero un Zorua (dando por hecho que es un Zorua) no puede conocerlo; Pesadilla.
El segundo no tenía un nombre aparente. Estaba impregnado con el mismo misterio que el resto de datos de Painend. Se llamaba “???”. Si lo seleccionaba para leer su descripción, con su potencia y precisión, tan solo me encontraba con el cuadro de descripción vacío, y los otros dos valores al igual que los ataques de efecto (Pantalla Luz, Recuperación, etc…), es decir, —- y —- . Como PP, qué casualidad, lectores y lectoras: 6.

Tras haberlo analizado, solo pude llegar a una conclusión más que evidente: Este ser era más enigmático de lo que podía apreciarse a primera vista, si bien ya era extraño desde que eclosionó. No entendía demasiado bien de qué iba esto… Las sensaciones de miedo que me invadían se hacían cada vez más fuertes y cada vez me venían más continuas. Llegué a creer tonterías de la clase: “A ver si el juego me va a absorber y me mata Painend”. Es evidente que esto no sucedió, solo trato de haceros ver cómo podía sentirme para llegar a optar semejante parida como una posibilidad.

Ahora continuó el miedo. Tenía una carta.

Sabía perfectamente que, fuera lo que fuese lo que ese trozo de papel tuviera plasmado, iba a formar parte de un trauma que para mí ya tenía nombre: Painend. Visto lo visto y llegados hasta ese punto, no iba a dejar de leerla, apagar la consola y quedarme toda la noche sin dormir del terror que me tenía poseído. Si decidí ayudar a aquel Huevo, tenía que cargar con sus consecuencias, aunque fuesen venidas, literalmente, de los confines del inframundo.

Sin más dilación, abrí la carta. También tardó unos segundos en abrirse después de una larga pausa en pantalla negra. Cuando se mostró al fin, me percaté de que, por difícil que pareciera, era más espeluznante que la anterior. Si bien seguía conservando sus colores negro y rojo vivo, ahora las letras parecían “derramarse”. Como si estuviera escrito con tinta… Una tinta especial, ya imaginaréis de qué hablo. Aunque era complicado, traté de leer lo que ponía. De nuevo, un mensaje de los que congelan el corazón:

“End with this pain. Don’t leave me.”

Acaba con este dolor. No me abandones.

A medida que mi sangre se helaba poco a poco, un conglomerado de sentimientos se apoderaba de todo mi ser. Un “mix” entre angustia, pena, terror indescriptible y ganas de salir corriendo merodeaba por mi interior, haciéndome sentir tan… mal, para resumir descripciones… Sí, era puro mal lo que sentía. En todos los sentidos de la palabra.

Nunca debí empezar todo esto. Muchos lo pensaréis, me imagino. Puedo aseguraros que de haber sabido todo lo que iba a suceder, jamás hubiera vuelto a comprar un juego de Pokémon en mi vida. Tampoco volvería a comprar nada por Internet. Sin embargo, lo hecho estaba hecho. Debía ser yo quien acabara con esto.

Me pregunté qué debía hacer en ese momento. A decir verdad, aunque estaba decidido a ayudar a ese “engendro del diablo”, no sabía demasiado bien cómo hacerlo. No quería que le abandonase. ¿Acaba con este dolor? ¿Qué dolor? Y lo más importante, ¿Cómo acabo con él? Sin darme cuenta, estaba haciendo algo que no habría pensado hacer en mi vida ni loco: es como si estuviera hablando con él …

Tenía la impresión de que, sin saber demasiado bien por qué, Painend entendía lo que estaba pensando. Él sabía que yo quería ayudarle, y de alguna manera eso nos reconfortaba… A ambos. “¿pero qué estoy haciendo?” Murmuré para mis adentros. Entonces me olvidé de “contactar” con Painend, y pensé con cordura por una vez en toda la noche.

Tomé la decisión de quitarle la carta. Esta vez sí pude, para mi sorpresa. Me sorprendió gratamente el hecho de que pude quitársela, eliminarla y mirar mi equipo Pokémon sin que él tuviera una carta más, que saliese de la nada. Por fin. Salí corriendo hacia mi PC. Delante de él, me aseguré de que Painend no hubiera hecho nada extraño. Excelente, no tenía ninguna carta. Encendí el ya mencionado PC e introduje a Painend en la Caja 1. Intenté liberarlo, para después hablar con la Profesora Encina sobre lo sucedido, así un poco más calmado. Bueno, podéis imaginaros que no cayó esa breva, pero por intentarlo no perdí nada. Al darle a Liberar, y a Sí para confirmar, Painend iba desapareciendo poco a poco. Sin embargo, volvió a formarse como si nada hubiera pasado, y se me abrió de nuevo otro cuadro de texto, que decía lo siguiente.

“¡Painend te necesita!”.

Aunque esto me asustó, la verdad es que no me supuso una sorpresa. Me esperaba algún fenómeno paranormal en lo que se refería a deshacerse de semejante ser. Dejando a Painend en el PC, y sin más contemplaciones, me fui hacia el destino que me marqué: la Profesora Encina. En los juegos de Pokémon, la respuesta a los problemas suele tenerla el profesor/a correspondiente. Todavía tenía la vana esperanza de que el juego reconociera algo de lo que estaba sucediendo como acontecimiento lineal de la historia. Tonto de mí.

Continué andando hasta donde ella se encontraba, y hablé con ella. Por desgracia no me dijo nada fuera de lo normal. Menuda decepción… Bueno, poneos en el lugar del entrenador. Imagina que vas al profesor Pokémon de tu mundo y le cuentas que te han dado un Huevo de la nada que contiene un demonio. El profesor te contesta preguntándote cómo llevas la Pokédex. Evidentemente como entrenador te sientes tonto por lo que has contado y por lo que te han contestado. Como profesor, es comprensible; puede que yo también le cambiase de tema a un tipo así.

Bromas aparte, Encina no me dio respuestas concluyentes. Volví hasta la Ruta 3, donde se encontraba la Guardería, el origen de todo. Todavía hoy me resulta un lugar especial…

Aquí llega uno de los momentos más impactantes y fuertes de toda la trama, si no el que más. Lo que vi cuando encendí el PC para recoger a Painend y ayudarle, fue una imagen tan terrible y tan horrorosa que se me ha grabado en lo más profundo de la memoria. Os puedo jurar que cuando vi aquello algo en mi interior cambió drásticamente. Jamás pensé encontrarme algo así en toda mi vida. Casi puedo deciros que para mí es un trauma que aún no he superado…

No os andaré con más rodeos…


Painend se encontraba solo en el PC. Tenía 2 o 3 Pokémon capturados. No estaban. No había nada allí, salvo Painend, rodeado en la Caja 1 por terroríficas manchas de sangre. En este momento solté la consola sin poder evitarlo. Me puse a llorar… La inmensa sensación de miedo, espanto y dolor que me llenó el corazón todavía me pone los pelos de punta mientras os escribo esto.

Estuve llorando un largo rato. Sentía que odiaba con lo más profundo de mi ser a Painend… No me importaba en absoluto que esos Pokémon sean solo datos de un videojuego. Mi sentimiento se basaba en que Painend había devorado y destrozado a esos Pokémon por mi culpa… El sentimiento de culpa aún hoy me reconcome la conciencia.

Y sabía muy bien que Painend no podía tratarse de simples datos… No. Él era algo más. Algo que me atemorizaba…

Aquí, en este instante, cuando vi esa espeluznante escena, puedo declarar que fue el momento en el que más debilidad sentí… Solo quería apagar la consola y olvidarme de todo eso. Pero no podía. Painend había matado a todos mis Pokémon por dejarle a su aire. No apagaría la consola. No podía permitirle que acabase con todo mi juego. Era una cuestión personal. Algo personal.

No iba a permitirle devorar también a mi equipo. Le llevaría a donde tuviese que ir, le gustase o no le gustase. Él me pidió ayuda, y debía estar a su lado. Aquella carnicería me lo demostró.

Painend, en su sprite, estaba ahora aún más manchado de sangre. Intimidaba… Y tenía muchísimo miedo, pero no se lo demostraría. Debía ser fuerte… Fortaleza en nombre de la sangre inocente que ahora bañaba sus labios.

Saqué a Painend. Portaba una carta.

Esta vez ni me extrañé, ni me asusté, ni dudé (o por lo menos no lo di a mostrar). Abrí la carta sin titubear ni un segundo. Ya Painend no me asustaba, no era mi tormento, era mi enemigo. La carta contenía el siguiente mensaje:

“Thanks, I was hungry”.

Esta carta sí que no me asustó en ningún momento. Ni aparentemente, ni en mi interior. De hecho, ardí en cólera, odio y frustración. ¿Se estaba riendo de mí? ¿Sabía cómo me sentía? Ahora estaba convencido de que no quería ayudarle. No iba a acabar con ese dolor. Painend me había provocado un dolor irreparable y no estaba en deuda con él en absoluto.

Retiré su carta y la eliminé con ansias.

Actué con lógica, y traté de buscar una forma de purificarle. Necesitaba sacar el mal que le domaba, ese demonio… Que me hizo tanto daño.

Sospechaba que se trataba de un Zorua poseído. Dudaba mucho que se tratara de un demonio puro. Al fin y al cabo, se alimentaba, nació de un Huevo, realizaba funciones vitales. Debía ser un ser vivo. Todo podría estar originado con algo similar a los “Pokémon Oscuros”. Simplemente debía averiguar cómo “purificarlo”.

Me decanté en primer lugar a ese compañero que siempre estaba ahí, en todos los juegos, hasta en la serie: el Centro Pokémon. Tal vez ahí podrían curar su mal. Lo dudaba muchísimo, ya lo veía venir como una posibilidad bastante remota. Pero había que intentarlo todo.

Me presenté en el Centro Pokémon. Hablé con la Enfermera Joy, y entregué mis Poké Ball. Hasta aquí normal. Como ya os imaginaréis, ahí teníamos a Painend para desentonar entre esa normalidad.

Joy coloca 5 de mis Poké Balls en la máquina que utiliza para sanar a los Pokémon. La última, no. Tardó un poco más de lo normal en entregármelas de vuelta, y me dijo lo siguiente, o algo parecido:

“… … … … No puedo hacer nada por Painend… … … Dirígete a Ciudad Esmalte… … … … Busca a Anís… … … Pregunta por Anís… …”

Lejos de asustarme (a estas alturas era difícil sorprenderme), me alegró que dijese eso. Al menos ya sabía qué tenía que hacer…

Ciudad Esmalte me quedaba cerca, como ya sabréis. Continué avanzando el modo historia, si es que tenía alguna cosa clara de este juego… Superé la lucha con Cheren y algunos Plasmas (o Plastas, lo mismo da). Estaba avanzando el juego con normalidad, mientras Painend me lo permitiera… que no fue demasiado tiempo.

De repente, sin ningún motivo aparente, un cuadro de texto se me abre espontáneamente:

“Painend se ha debilitado”.

¿Qué? Aquí me quedé verdaderamente confuso. ¿A qué venía eso? Lo entendí cuando abrí el menú Pokémon…

Painend no estaba debilitado. Todo lo contrario, ahora tenía sus 66 PS. Sin embargo portaba otra carta. Fue tiempo después cuando comprendí que el mensaje que me decía que estaba debilitado era una llamada de atención. Él quería que leyese esa carta… Y en cierto modo eso me amedrentaba.

Accedí a su juego. Leí la carta. Otra frase que me arrancó el aliento:

“Don’t go there. Death… Death…”

Me hubiera encantado tener el valor para ignorar esa frase como si se tratase de basura. Tal y como quería tratar a ese maldito demonio. Pero no podía… Sentía miedo, y no podía evitarlo. Me faltaba templanza, serenidad, fuerza… Y Painend lo sabía. Tenía mucho miedo de que asesinase a mi equipo en un baño de sangre. Es más, tenía mucho más miedo… a morir.

De nuevo, una fuerza de origen misterioso me empujó hacia adelante. Al pisar Ciudad Esmalte, otra vez…

“Painend está debilitado.”

Ya sabía que quería algo. Sin embargo yo también quería algo: acabar con todo esto. Y me daba exactamente igual lo que pudiera estar diciéndome. Por desgracia no era posible hacer nada para evitarlo. Al dar un paso, me salió el mismo cuadro de texto. Otro paso, otra vez. A la cuarta vez ya no pude avanzar más. A pesar de que intentaba andar, el personaje no podía desplazarse. Se oía el ruido como de golpecito que suena cuando tratas de caminar hacia una pared. Intuyo que esto significaba que Painend había utilizado alguna fuerza para detenerme. Intenté moverme por cualquier medio, pero todo era inútil. Un ratito después, me llevé un buen sobresalto; el menú de Pausa saltó solo. Lo quité y volvía a ponerse. Está bien, indirecta captada, qué remedio… Abrí el menú Pokémon. Aunque no había retirado la carta anterior, me suponía que habría cambiado. Tampoco debía ser un genio para intuírmelo. Así era:

“Go back. Give me your blood.”
Retrocede. Dame tu sangre.

Creo que al leer esto sufrí una pequeña crisis de ansiedad. Por mucho que odiaba a Painend, que no era poco ni mucho menos, me era absolutamente imposible disimular el pánico que apresaba cada parte de mi cuerpo. Mis manos estaban muy frías y no podía evitar temblar sin control. Lectores y lectoras, nunca en mi vida había temblado en Agosto.

Pero no iba a retroceder. Eso jamás. Nunca le perdonaría lo que hizo ni al mismísimo demonio (aunque él lo fuera). Y si mi vida se iba en ello… lo haría con honor. De forma misteriosa me motivé para buscar a esa tal Anís. Todo acontecimiento del juego me daba tal miedo que cada vez que sucedía algo me daban ganas de vomitar.

Pude avanzar. Cada uno de los mensajes que me escribía era más siniestro que el anterior. Lo peor de todo es que había comprobado que hiciera lo que hiciese debía leerlos. Mensajes plasmados con sangre… A saber qué sangre, y sabéis lo que quiero decir. Sangre cada vez más oscura y densa que no aguantaba estática en la forma de la letra que quería representar. Se derramaba sin control… Cada mensaje era más difícil de leer que el anterior, como si cada vez utilizase más sangre por letra, por palabra… Por odio que probablemente sentía hacia mí.

Podía percatarme perfectamente de que Painend no estaba cómodo con lo que estaba haciendo. Y aunque quería asustarme (y lo lograba), él también tenía miedo. La corazonada de que pronto acabaría con él me armó de cierta paz y decisión en todas mis acciones.

Surgió otro movimiento en el juego. Mi personaje se detuvo. Tenía miedo, no quise mirar… Pero afortunadamente era tan solo una visita de Cheren, para darme unas bayas y hablar.

Continué en la búsqueda de Anís. Entré en varias casas hablando con todo aquel que me encontraba. Lo cierto es que, quizá por complicar las cosas, o por sencilla casualidad, Ciudad Esmalte es una ciudad con bastantes personajes. Afortunadamente no hablamos de Ciudad Porcelana.

Tras varios edificios característicos del lugar, me encontré el Centro Pokémon. Debo contaros como algo personal que no pude entrar… El trauma que me provocó pensar en lo que había hecho Painend con mis Pokémon era superior a mis fuerzas. Y aunque descubrí aquella masacre en el PC de la Guardería, los Centros Pokémon no dejan de recordármelo…

Seguí adelante. Unas vías de tren cortadas y viejas. Nada útil. Volví a la ciudad y subí. Allí encontré un edificio bastante particular. Se llamaba Café Alma. Una corazonada me dijo que debía ser aquí. No vi en la ciudad ningún otro lugar donde pudiera ser (teniendo en cuenta que no vi el Gimnasio-Museo). De hecho, así era. Lo supe antes de entrar. Justo frente a la puerta, un cuadro de texto.

“Painend está debilitado”.

Esta vez sin vacilar, abrí el menú Pokémon. Fui directamente a su carta. Leí su nuevo mensaje, que decía así:

“I’ll kill everything you love.”
Mataré a todo cuanto ames.

Creo que es más que obvio que esto se trataba de una amenaza. Una amenaza que me había llegado muy al fondo de mi corazón… Pensé en todo aquello que tengo en la vida. Mis padres, mi hermana, mis amigos, esas personas a las que quiero… La idea de ver su sangre en los labios de ese demonio me aterrorizaba bastante.

No podía permitirlo… Pero ideas terriblemente violentas circundaban en mi mente. Un terrible demonio despedazando a mi familia… El cuarto de mis padres bañado en el rojo de su sangre mientras los profundos ojos de ese diablo corrompían mi alma… Vivir solo, eternamente solo, amparado por la soledad… Y que todo ello fuera por mi culpa. No lo soportaría… Estuve a punto de apagar la consola. Otra vez dudaba… Si ese ser ponía una sola mano sobre alguien a quien amo no sé qué haría… La ira que tenía en mi interior empezaba a apagarse con las frías riadas del miedo.

En este momento me sentí muy arrepentido por haber discutido con mi madre. Por todas las cosas que le dije, por cómo la traté… A pesar de que ella me ha dado la vida. Y yo, para colmo, jugando con el diablo al juego de su vida. Al juego de perderlo todo. El azar de luchar… La única apuesta, el orgullo. Las posibles pérdidas, el amor y la felicidad.



Tras un largo rato, aposté.

Entré en esa enigmática casita. Allí no tuve que hacer demasiado. Nada más entrar, pude apreciar que se trataba de un bar (ya me lo suponía con lo de “Café”). Una mujer de vestimenta oscura y grandes gafas se me acercó andado lentamente. Me dijo palabras que, de algún modo, me trajeron una inmensa tranquilidad:

“Soy Anís. Sé a qué has venido.”

Todo lo que ocurrió a partir de entonces, fue excesivamente increíble, con tintes violentos, muy violentos. Otro repertorio de imágenes grabadas para siempre en mi memoria…

Anís tomó con cuidado la PokéBall en la que se encontraba Painend. Se podía apreciar que estaba muy oscura… Anís de nuevo habló:

“Salid todos de aquí durante un tiempo. Tú no, Thor.”

Esa frase no me inspiró tanta tranquilidad. Supuse que mi intervención debía ser estrictamente necesaria, cosa que no me hacía ninguna gracia. Cómo envidiaba a todos esos tipos que abandonaban el bar, asustados pero a salvo seguramente.

Anís comenzó con lo que quisiera que estaba haciendo. Bajó las escaleras que había a la izquierda.

“Sígueme, por favor.” Me dijo.

“¡Qué ganas!” pensé sarcástico. Pero sabía bien que debía a hacerlo. Por honor. Por venganza.

La misteriosa Anís colocó la oscurecida PokéBall de Painend en la mesa que allí había. Empezó a hablar conmigo:

“No sé por qué ha llegado a tus manos. Lo siento mucho…”.

Parece ser que ella lo conocía, y así era. Me contó una larga historia que no puedo plasmaros literalmente ya que no puedo recordarlo todo, como podréis comprender. Os haré un resumen de los datos importantes.

En efecto, Painend es un Zorua. Bueno, es y no es. Esto significa que Painend es ni más ni menos que el espíritu del Pokémon Inicial de Anís: Un Zorua. Vivió con él mucho tiempo durante su infancia. Anís, en el instituto, era víctima de numerosas burlas de sus compañeros, al ser una chica muy creyente y mística. En una ocasión, Anís se vio envuelta en una pelea bastante importante con un chico de su Instituto, del cual no quiso dar nombre. El enfrentamiento desembocó en un combate Pokémon a la fuerza. A la fuerza, porque el Zorua de Anís intervino para defenderla de ese chico. El chico utilizó también su Pokémon, un Riolu. El conflicto acabó fatal: Zorua era un Pokémon doméstico; el compañero leal y fiel de Anís. Su compañero, su amigo. No estaba capacitado para luchar, ni para concursos. No era fuerte. No era hábil. Era fiel.

Riolu asestó en una ocasión un golpe bastante directo y fuerte al pobre Zorua. Este salió levantado por los aires, y se golpeó en el aterrizaje con algunas piedras que había en el patio del Instituto. El golpe fue certero por parte de Riolu, y fatal para el pequeño Zorua contra las rocas. Su muerte llegó pocos minutos después.

Anís quedó terriblemente marcada por aquel suceso. Ver brotar la sangre de su leal compañero era la imagen más terrible y fuerte que jamás pudo imaginar presenciar. El otro chico se sentía fatal… Pidió de mil y una maneras existentes el perdón a Anís. Ella estaba llena de ira, de odio, de sentimientos oscuros. Jamás le perdonó. Cuenta la chica que el dolor que apoderó su corazón jamás ha desaparecido de él ni un ápice, ni un instante.

Muchos conoceréis la unión tan mística y especial que existe entre Pokémon y humanos juntos por amistad. Lazos irrompibles y firmes más allá del fin de los días…

Zorua, como ya sabemos, era fiel como nadie. Lo demostró. Y vaya que si lo hizo. Aún pasando a mejor vida, lloraba en los confines del cielo, porque el odio de Anís era dolor en su corazón. Cada vez que Anís recordaba a ese chico, Zorua era vilmente atravesado por dagas de empatía. Así pasó el tiempo… Y ni Anís ni Zorua pudieron más.

La pobre chica rezaba cada día por tener de vuelta a su preciado compañero. Zorua no podía aguantar más esa agonía… Y no es que llorase por las punzadas de su pecho; lloraba por saber que esas punzadas significaban que su amiga, su única amiga, su entrenadora, sufría por su culpa. Y Zorua también fue poseído por el odio de Anís…

Desterrado como ángel caído a las tierras del Inframundo, por sus sentimientos impuros y oscuros, decidió que era el momento de resurgir. Realizó un pacto de sangre con el mismísimo demonio. Le pidió volver a la Tierra. De cualquier forma, en cualquier lugar, no importaba la distancia ni el tiempo. Mataría a Riolu y a su amo… Y a todo aquel que se interpusiese.

El Rey del Inframundo vio en sus ojos su misma mirada. De alguna manera, ese pequeño Zorua poseía todo lo que él poseía: odio, rencor, maldad, oscuridad… Decidió que dejarle volver sería una forma excelente de hacerse notar en el mundo de los mortales. Era como si él mismo pudiese ir… Portado en un pequeño Zorua.

Zorua regresó de entre los muertos en forma del comienzo de la vida, de su vida. Un Huevo. Aquí entro yo: fui el elegido por él para que le llevase con aquel Riolu y aquel entrenador. El elegido para dejarle nacer… El elegido para acabar con su dolor.

Anís comprendió todo aquello con el simple hecho de hablar con la Enfermera Joy a la que le entregué a Painend. Cuando ella la llamó y le describió el aspecto de aquel ser, sintió cómo en su corazón algo se despertaba. Hacía mucho tiempo que no sentía un calor así en su interior. Desde hace muchos años; aquella vez que abrazó a Zorua por última vez.

La chica concluyó su relato con lágrimas en los ojos (o al menos eso daba a entender el cuadro de diálogos):

“Snif… Snif… …”

Tras un largo silencio, Anís tomó la PokéBall. Casi me da un infarto cuando vi en el juego cómo sacaba de ahí a Painend…

El pequeño demonio miró a Anís con curiosidad, pero con el odio distintivo que le tenía preso. Gruñía sin cesar.

“Grr.. grrrr….”

En ese momento tenía muchísimo miedo. De alguna manera pensaba que ese bichejo saldría de mi DS a matarme. Le había desobedecido en sus plegarias. Había jugado con el demonio… Y tenía mucho miedo a perder. La presencia de Anís en la sala me hacía estar ligeramente más tranquilo. Aunque tampoco creáis que demasiado…

Painend rodeó a Anís. Ella le miraba con mucha pena…

“Estás así por mi culpa… Yo te mandé mi odio hacia ellos… De corazón a corazón…”

Painend dejaba huellas de sangre con cada paso que daba. Aunque eso me daba cierto miedo y grima, la verdad es que en ese momento estaba más bien melancólico. Cómo debía sentirse Anís… Recordé el miedo que tuve a perder a un ser querido… Y ella lo había perdido, verdaderamente. Imaginar a mi hermanita pequeña hecha un demonio por mi culpa me haría morirme de pena.

Anís no pudo contenerse más. Abrazó a Painend. Podía apreciarse en el juego cómo tomaba a la criatura en sus brazos. Entonces se oyeron gruñidos y a Anís quejarse.

“Grrr… grrrrrrrrrr….” “Ay.. … ayy…”

Supuse que Painend estaba mordiendo a Anís. Sin embargo ella no le soltaba. Esta imagen me dejó de piedra… El amor que sentía por el Zorua que se encontraba debajo de ese monstruo era capaz de superar cualquier adversidad.

Pasado un rato, Anís abrazó contra su pecho a Painend. En este momento comenzaron a suceder cosas bastante chocantes:

La iluminación del bar se redujo. No dejaban de salir cuadros de texto en los que se podían leer potentes alaridos de Painend. Sentir el amor de Anís estaba haciendo mucho daño al demonio de Zorua. Painend mordía a Anís, o eso parecía, pues el suelo a sus pies empezaba a ponerse rojo brillante. Anís chillaba de dolor y lloraba, pero era fuerte. Era muy fuerte. Verla era toda una dedicatoria para la valentía y la fortaleza. El amor de esa chica era admirable.

Painend no quería rendirse; empujó a Anís, haciéndola caer al suelo. De las paredes brotaron sombras y sangre. El paisaje se estaba volviendo bastante tétrico y traumático… No podía creer nada de lo que estaba ocurriendo. Se podía oír el grito característico del Zorua original, pero bastante distorsionado con respecto al original. Daba miedo oírlo…

Anís se sentía muy triste de ver a su querido compañero así. A pesar de todo lo que le amaba y que daría lo que fuera por él, no se sentía con fuerzas para volver a tomarle en brazos. Lo cierto es que sangraba mucho y debía sentirse muy débil.

Con su último aliento, susurró unas palabras:

“Lucky… Por favor… Lucky…”

Entonces solo salieron puntos.

“… … … …”

Interpreté que se desmayó, o que estaba a punto de hacerlo. ¿Lucky? Debía ser el verdadero nombre de ese Zorua. En efecto, así era.

Esas llamadas de desesperación debieron surgir desde muy adentro de su corazón. Mucho más de lo que nadie podría imaginar nunca. Painend cayó al suelo. En redondo. Me invadió la angustia de que estuviera muerto. Ya no sabía qué pensar entre sucesos tan extraños…

Un montón de entes incorpóreas abandonaron el cuerpo de Painend… La pantalla se puso oscura unos segundos. Me apareció una frase en letras rojas sangre, derramándose y desapareciendo en la oscuridad… Decía así:

“We`ll return.” – Volveremos.

Volví al juego. Anís se había incorporado, aunque seguía herida y débil. Se acercó a Painend, que ya no debía ser llamado así: era un pobre y débil Zorua, o Lucky mejor dicho. La pesadilla había terminado.

Anís reanimó a Lucky. Este le miró con un cariño, entre un silencio en el que sobraban palabras, tan intenso… Que solo de imaginarlo hecho realidad me emocioné.

La chica, entre lágrimas de arrepentimiento, decía una y otra vez a su querido Zorua

“Perdóname… perdóname… perdóname…”

Tras un ratito así, en el que no pude evitar dejar paso a algunas lágrimas, Anís se dirigió a mí.

“Lucky murió en su día… Debe regresar.”

Sin yo manejar a mi entrenador, salimos de aquel lugar y la pantalla se puso en negro. Cuando la imagen regresó, estábamos en lo que parecía ser un puente (y que hoy sé que lo era), donde había una chica mirando hacia el horizonte. Anís bajó a Lucky de sus brazos y le dijo entre llantos:

“Debes… snif… irte…. Pero no olvides que… Snif… te querré siempre… Más allá de la eternidad…”

Lucky se aleja de Anís, con esa mujer, y ambos desaparecen. Anís rompe a llorar durante unos minutos… Pasado esto, vuelve a dirigirse a mí:

“Thor… …Gracias.”

Anís se va volando en un Pokémon. Mi menú Start se abre solo, y automáticamente guarda la partida… Al mirar mis Pokémon, tenía 5 de ellos completamente normales. ¿Ese hueco? Painend.

Muchas emociones por esa noche. Guardé la partida de nuevo y me acosté. Milagrosamente no tuve ningún tipo de pesadilla. A la mañana siguiente fui a desayunar.

Al ver a mis padres y a mi hermana, les di un beso y un abrazo a cada uno. He aprendido a valorar lo que tengo a mi lado… todo es efímero, pero la felicidad puede ser eterna.

Esa tarde de Domingo quedé con mis amigos. Sí, lectores, llevé mi consola con mi juego. No les conté nada de lo sucedido… Ni a ellos ni a nadie. Cuando les vi jugar, en un momento dado, uno de ellos se quedó muy sorprendido de lo que sucedía en el Puente Progreso. Una mujer que desaparecía misteriosamente.

Nunca sabrán quién es.

¿Y yo? Continué jugando. Cuando cargué mi partida no estaba donde había guardado. Estaba en la puerta de la Guardería…

Me llevé un gran susto al pensar que todo volvería a empezar. Sin embargo el anciano encargado no tenía nada para mí. Hoy sé que Zorua vive en paz allá donde esté, en armonía con el corazón de Anís, siempre unidos allá donde estén…

Hoy por hoy, nunca dejo de pensar en aquellas sombras que prometieron volver. Será el temor que invada mi vida para el resto de mis días. El temor del Juego del Mal.

Ah, lo olvidaba: Mis Pokémon devorados por Painend jamás regresaron. Sus cuerpos siguen en sus entrañas, su sangre en sus labios… Y su alma en sus manos.


Fuente: http://creepypastas.com/painend-la-leyenda-del-pokemon-demonio.html
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Re: Contemos Creepypastas

Mensaje por Fritz von Papen » 09 Oct 2012, 12:25

De esto puedo inferir que Satán es un gran fan de la saga de Pokémon xD


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Re: Contemos Creepypastas

Mensaje por LloydZelos » 09 Oct 2012, 12:35

Fritz von Papen escribió:De esto puedo inferir que Satán es un gran fan de la saga de Pokémon xD


Eso ya se sabía desde la segunda generación.

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Re: Contemos Creepypastas

Mensaje por Fritz von Papen » 09 Oct 2012, 17:09

Aquí os dejo, en formato video, uno de mis Creepypastas favoritos de Pokémon, Hypno's Lullaby.

[youtube]U0dehtzyY68[/youtube]


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Re: Contemos Creepypastas

Mensaje por Slaugthervk » 09 Oct 2012, 17:42

MALDITOS TODOS!!! me habeis quitado todas las que sabia de pokemon :@ , pero voy a hacer que se os hielen los "bowlins" jeje, de echo conozco una historia que lleva bastante tiempo circulando por la web sobre otro extraño suceso en un juego que seguro todos conocemos MINECRAFT!!, lo peor es que es cierto, a mi me paso :sisi3: jugando una noche...cuenta la leyenda DE..."HEROBRINE" o tambien conocido como el espiritu del hermano de Noch :zpalomita:

---------------------------------
"HEROBRINE"

Recientemente "Spawnee" en un nuevo mundo single player de Minecraft. Todo era normal al principio, así que comencé a talar arboles y a crear items en mi cajita para crear items (Workbench). Me di cuenta que algo se movía en la densa niebla (Tengo un computador muy lento, así que tengo que jugar con una pequeña "Render Distance" (Mientras mas baja esta opción, menos ves a tu alrededor, más niebla). Pensé que era una vaca, así que la perseguí, esperando poder tomar algo de cuero para la armadura.

No era una vaca. Mirándome estaba otro personaje con el skin default, pero sus ojos estaban vacíos. No vi pop-up con su nombre (o sea, el nombre que sale arriba de uno cuando juegas en línea), y doble chequee para asegurarme que NO estaba en el modo multiplayer. El no se quedo mucho tiempo, me miro y rápidamente corrió hacia la niebla. Lo perseguí por curiosidad, pero ya se había ido.

Continué con el juego, no seguro de que pensar. Mientras me expandía por el mundo vi algunas cosas fuera de lugar para lo que un "Random Map" (Mapa al azar, el juego te crea mapas al azar en cada partida) pudiese hacer. Túneles de 2x2 en las rocas, pequeñas pirámides perfectas hechas de arena en el océano y arboledas de arboles con todas sus hojas cortadas. Yo constantemente pensaba que había visto al otro "jugador" en la profunda niebla, pero nunca tuve otra buena vista de el. Intenté incrementar mi "render distance" pensando que podría ver, pero fue en vano.

Guarde el mapa y me fui a los foros para ver si alguien más había encontrado a este "Pseudo-jugador". No había nadie. Cree mi propio tema contando sobre el hombre y preguntando si alguien había tenido una experiencia similar. El post fue borrado antes de los cinco minutos. Intente otra vez, y el tema fue borrado aún más rápido. Recibí un PM de un usuario llamado "Herobrine" que contenía una palabra: "Detente". Cuando quise mirar el perfil de "Herobrine", la pagina era 404 (Típico error 404, pagina no encontrada).

Recibi un email de otro usuario del foro. El dijo que los moderadores pueden leer los mensajes de los usuarios en el foro, así que estábamos seguros usando email. Este usuario decía que el había visto al misterioso jugador también, y tenia un pequeño "directorio" de otros usuarios que decían haberlo visto también. Sus mundos estaban llenos con obvias construcciones "hechas por hombres" también, y describían que el misterioso jugador no tenia pupilas.

Cerca de un mes paso hasta que oí noticias de mi informante también. Algunos jugadores que se han encontrado al hombre misterioso echaron una mirada al nombre "Herobrine" y encontraron que ese nombre era usado frecuentemente por un jugador sueco. Después de recopilar más información, descubrimos que era que el hermano de Notch, el desarrollador del juego. Personalmente le envié un mail a Notch, y le pregunte si el tenia un hermano. Tomo un tiempo, pero el me respondió de vuelta con un mensaje muy corto:

"Tenia, pero el ya no está con nosotros"
- Notch.

No he visto al hombre misterioso desde nuestro primer encuentro, y no he notado otro cambio en el mundo mas que los que yo he hecho. Presione la tecla "Print Screen" (Para sacar foto) cuando lo vi por primera vez. Aquí está la única evidencia que tengo de su existencia.
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Y POR SI QUERÉIS UN POCO MAS...un vídeo
[youtube]Uhngi7SBsc0[/youtube]

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Re: Contemos Creepypastas

Mensaje por invisible15 » 09 Oct 2012, 18:22

Creepypastas!! Hacía tiempo que no leía algunos. El de Silver no lo conocía y el de Herobrine me lo se de memoria prácticamente :D2 .
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Re: Contemos Creepypastas

Mensaje por Degel_Reilly » 09 Oct 2012, 19:56

Lloyd me has decepcionado bastante...

Pense que el creepypasta que pondrias haria que se me pusieran los pelos como escarpias pero en vez de eso no me ha dado nada de miedo. ¿Sera que estas perdiendo tus facultades? :roto2rie:
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Re: Contemos Creepypastas

Mensaje por invisible15 » 09 Oct 2012, 20:34

Me gusta el Creepypasta de Lloyd, es bonito a mi parecer.
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Re: Contemos Creepypastas

Mensaje por Fluttershy » 09 Oct 2012, 23:38

Al leer el titulo del hilo he entrado a poner alguna de pokemon, pero ya veo que no hace falta :roto2rie: :roto2rie:
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Re: Contemos Creepypastas

Mensaje por Fritz von Papen » 10 Oct 2012, 00:15

Y aquí no acaban los Creepypasta de Pokémon! Os pongo otro que me extraña que no haya salido, el llamado Lost Silver

Spoiler:
Era la época en la que Pokémon Corazón Oro y Alma Plata iban a salir al mercado y todo dos mis amigos ya tenían apartada una copia, con la que te llegaba una figurita de Hooh o Lugia, según el juego que ordenaras. Lo más seguro es que esos juegos iban a ser de los más vendidos para DS, y que era de los que no te podían faltar en tu colección.

Como el estudiante de universidad con poco presupuesto que era, no pude apartar el juego para conseguir la figura, ni siquiera pude comprarme el juego cuando salió. Así que esperé a fin de curso para pedirlo por Amazon.

Pero no queríaesperar tanto tiempo, así que decidí volver a jugar mi cartucho de Pokémon Cristal. Busqué entre mis juegos de Game Boy, pero recordé que los habíamos vendido los juegos que ya no queríamos, para comprar el DS.

Sólo tenía mi Game Boy y algunos juegos buenos, pero ninguno de convencía. Tenía Pokémon Diamante, pero tenía ganas de jugar desde el principio, pero no quería borrar mi juego cuando iba tan avanzado. Mis amigos me recomendaron bajar el juego para emulador, pero como compartía computadora con mi hermano, no podía descargar nada.

Entonces recordé que en Gamestop vendían juegos usados, así que fui al mall. No tenían Cristal, sólo una copia de Ruby, que no me interesó mucho, porque no me gustó tanto que no estuviera tan difícil pasarlo.

Ya cuando casi me estaba por ir, vi que tenían una copia de Pokémon Plata, que era prácticamente lo mismo que cristal, excepto por las mejoras que se agregaron después. Lo compré, a 5 dóllares, una ganga.

Llegué a mi apartamento y me puse a jugar. Aquí empiezan las cosas raras.

Primero, el logo de Game Freak, que salía, pero se congelaba allí, sin avanzar. Intenté varias veces reiniciar el juego, limpiar el cartucho soplando, incluso limpiando las entradas con alcohol y un cotonete, pero no salía de la pantalla de Game Freak.

Hasta que en un intento, la pantalla se puso en negro un momento, 5 segundos más o menos. Y aparecí directamente en la pantalla donde se elige si continuar o nuevo juego, no se podía mover el cursor para elegir este útimo, pero igual, por curiosidad, iba a ver hasta dónde llegó su antiguo usuario.

Y vaya que si avanzó. Su entrenador se llamaba "...", tenía las 16 medallas, 999999 dólares, 999 horas de juego y los 251 Pokémon registrados en la Pokédex, incluídos Mew y Celebi. O había usado trucos o ese tipo era el p*to amo.

Me dirigí a mirar los Pokémon, porque debía tener un equipazo de cagarse, pero ¿qué me encuentro? 5 Unowns de nivel 5 y otro Pokémon. Ése último se llamaba "HURRY" (Date prisa).
Los Unown describían entre todos (Hay 28 tipos de Unown, cada uno con la forma de cada letra del abecedario)
la palabra "LEAVE" (Vete de aquí). "HURRY" resultaba ser un Cyndaquil de nivel 5. Con sólo 1 punto de vida restante y sólo conocía 2 ataques: Malicioso y destello (que no hacen nada). También era muy raro que ninguno de ésos Pokémon emitiese su grito característico, esto no significa que yo sea un freak que se sabe todos los diferentes gritos de los pokémones, sino que esto era muy obvio, ya que todos sonaban feo y fuera de lugar.

En cuanto a mi situación, parecía estar en Torre Bellsprout. Pero no había ni personajes, ni elementos, ni escaleras. Sólo una columna. Estuve un buen rato buscando una escalera, que resultaba estar tras la columna. Al bajar por ella. La pantalla estaba negra. Estaba cargándose? No, estaba en un sitio oscuro.

"Vale, HURRY tiene Destello. Vamos a usarlo", pensé. Me arrepentiré de esa decisión toda mi vida. A partir de ahora, y hasta el final, veréis por qué.

La habitación estaba toda pintada de rojo sangre, y tenía un camino pintado de gris. Empezó a sonar música de mi Pokégear. La música de las Ruinas Alfa (donde están los Unown).
Cada 20 pasos que daba por el camino gris, la habitación se oscurecía más, y más, y más. Hasta encontrarme con un cartel. Lo leí, ponía "TURN BACK NOW" (Da la vuelta ya).
Apareció de repente un mensaje dándome a elegir SI o NO, sin pregunta previa.

Elegí SI, y sonó un ruido como de descenso de planta. Aparecí en otra planta oscura. Me armé de valor y mandé a HURRY hacer Destello. Pero de repente aparece un mensaje: "HURRY está debilitado!"

Si no estaba envenenado ni nada. Fui a revisar mi Pokémon. Los Unown habían cambiado. Ahora eran seis (HURRY ya no estaba), todos eran de nivel 10, y sus formas describían la frase "HEDIED" (Ha muerto).

Para más acojone, la sala se iluminó, revelándose que no era más grande que 4 cuadrados, con una salida. Al salir me encontré con una hilera de tumbas, como las del Pokémon Rojo/Azul. No podía hacer nada por allí.

Llegué a la conclusión que algún tarado debió modificar el juego para hacerlo así y luego lo vendió al Gamestop haciéndolo pasar por una copia de Pokémon Plata.

Revisé de nuevo mi entrenador. Para no creerlo; A MI ENTRENADOR LE FALTABAN LOS BRAZOS Y, SEGÚN SU HISTORIAL, TENÍA 24 MEDALLAS. ¿Cómo co*o podía tener 24 medallas si hay 16 gimnasios? Definitivamente, el creador de ese hack estaba enfermo.

Seguí paseando sin rumbo, por la habitación, hasta que a mi personaje le da por hacer la animación típica de cuando usas la Cuerda Huída. Ya sabéis, cuando empieza a rotar sobre sí mismo y se eleva. Sólo que ahora descendía, hundiéndose en la tierra.

Al reaparecer, su sprite estaba blanco. En el juego, el prota está coloreado de rojo. Pero ahora parecía que lo hubiesen decolorado con lejía. Miré de nuevo su estado para ver si también era blanco. Vaya susto me llevé. Mi entrenador no sólo estaba blanco como la nieve, sino que había perdido las piernas. Encima, parecía que de sus ojos llorase sangre.
Además ahora tenía 32 medallas. Alguna relación debía haber entre el aumento de medallas y la paulatina desaparición de mi personaje.

Cuando volví a revisar mis Pokémon, cómo no, habían cambiado otra vez.

Ahora tenía 5 Unowns, que juntos leían la palabra "DYING" (Muriendo). Y además ahora tenía un Celebi al nivel 100. Pensando que por fin me tocab un Pokémon pepino, miré sus características. Para mi sorpresa, a mi Celebi le faltaba una pierna, un brazo y un ojo. Y sólo tenía un ataque: Canto Mortal.

Volví al juego. Caminé al norte un buen rato. Cuando pensé que estaría incompleto, aparecieron varios personajes masculinos y femeninos alineados. No hacían ni respondían nada. Seguí subiendo hasta encontrarme con un sprite del entrenador Red (supuestamente tu antiguo jugador de Pokémon Rojo, al que has de batir en el juego de Plata).

Al verme, iniciamos una batalla. El silencio se hizo música, pero la música de las Ruinas Alfa otra vez. Y ahora sonaba como invertida. La imagen de Red en batalla es la propia de Pokémon Rojo en el menú de ese juego, pero ahora era transparente.

Y ponía "quiere luchar!" sin nombre ni nada. Y tanto él como yo teníamos 1 Pokémon. Él vale, pero y mis Unown?

Yo saqué mi Celebi nivel 100, pensando "Me lo voy a follar vivo", cuando él saca un p*to Pikachu de nivel 255 (el máximo se supone que es 100, pero bueno). Y en la imagen parecía triste, como con lágrimas en los ojos.

Pues vamos a luchar.

-Pikachu usó MALDICIÓN! (Me parece que Pikachu no puede aprender Maldición pero bueno...)
-Celebi usó Canto Mortal! (Qué remedio)
En tres turnos, los 2 Pokémon acabaron debilitados. Pero la batalla continuaba, ahora sin poder controlar nada. Los Pokémon revivieron y volvieron a luchar.

-Pikachu usó Golpe! No fue muy efectivo.
-Celebi usó Canción Perdida! No pasó nada.
-Pikachu usó Frustración! que me dejó el Celebi a 10 puntos de vida.
-Celebi usó DIVIDIR DAÑOS! (Pero si no tenía ese ataque! En fin, los dos se quedaron mas o menos a la mitad).
-Pikachu usó Malicioso! No pasó nada.

Por usar Canto Mortal, como es normal, mi Celebi se desmayó. Pero en el texto puso: "Celebi ha muerto!"
Pikachu usó antes de acabar, otro ataque. Uno fuera del límite de 5 ataques por Pokémon.

-Pikachu usó CADENAS DEL DESTINO!

"Pikachu ha muerto!"

Según el juego, yo gané. Mi sprite reapareció y dijo "......"

Aquí casi me meé encima. Mi personaje fue repentinamente decapitado. La batalla finalizó.

Volviendo al mundo, mi personaje se había vuelto invisible.

Reaparecí en mi habitación. Había llegado a mi casa. ¿Podría ya jugar el juego como es debido? Lo dudo.

Circulando por ahí, vi que estaban todos los objetos, pero no podía usarlos. Con un poco de miedo, bajé las escaleras. En el primer piso, todo parecía normal, excepto que mi madre no estaba allí. Al salir por mi puerta, aparecí no en mi pueblo, sino en un vacío negro. Justo en frente mío estaba el sprite de mi entrenador COMPLETO. Al acercarme a él y hablarle, me dijo:

"Adiós para siempre."

Hubo una larga pausa.

El sprite desapareció.

Y yo volví a desvanecerme en el suelo, rotando.

Aparecí en un puesto lleno de tumbas. No podía moverme. Es más, no me veía. Revisé mi estado. No había ni un cacho de mi entrenador. Me quedé a 0 medallas. Y las imágenes de los entrenadores de la liga Johto que aparecen debajo habían sido sustituídos por calaveras.

¿Y mis Pokémon?

Ahora tenía 6 Unown de nivel 25. Ya imagináis el resto. Deletreaban "IMDEAD" (Estoy muerto).

Luego me dí cuenta que la habitación en la que "estaba" era una gran tumba. Seguida de otras tumbas a los lados. Apareció un texto que decía "R.I.P...."

Mi entrenador estaba muerto desde un principio, supongo. Desde años antes de derrotar a Red.

Al parecer fue un entrenador que, sin importar sus esfuerzos por lograr todas las medallas, por muy buen maestro que fuera, fue incapaz de evitar la muerte. Ese estado que nos llega a todos un día u otro.

Y es que, por mucho que lo rejugué, siempre acababa igual. No importaba lo que hiciera. Acabé asqueado y tirando el juego por ahí, pero nunca tuve el valor de tirarlo a la basura.

Al poco me llegó el Pokémon Alma de Plata. Vaya juegazo! Lo disfruté plenamente.

Pero aún no me puedo quitar de la cabeza ese maldito hack, no sólo por su extraña lección de vida, sino por el miedo de que un niño podría haber comprado un juego así, igual que yo, creyendo que era el original. Todavía es de esperar encontrar rarezas al jugar un hack bajado de internet, pero cuando compras un juego usado no.

Entonces decidí ir a quejarme a Gamestop, no para que me devolvieran el dinero, sino porque no hayan probado el juego antes de venderlo (cuando menos si se toparan con que no se puede avanzar de la pantalla de game freak en primer lugar). Les dije que el juego tenía realmente contenía un hack muy extraño. Probaron el juego, comenzó todo bien, como si estuviera nuevo, ni siquiera había un juego guardado.

Entonces decidí probarlo en mi Game Boy, delante de todos. De igual manera, corrió perfecto, sin ningún rastro del terrible hack.

No puedo dejar de pensar en lo que ese deformado juego me enseñó.

Aquí el video, por si alguien quiere gozarlo a otro nivel

[youtube]GKnCBwsa-bU[/youtube]


Disfrutadlo antes de dormir :pinkiemad:


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Re: Contemos Creepypastas

Mensaje por LloydZelos » 10 Oct 2012, 00:57

Degel_Reilly escribió:Lloyd me has decepcionado bastante...

Pense que el creepypasta que pondrias haria que se me pusieran los pelos como escarpias pero en vez de eso no me ha dado nada de miedo. ¿Sera que estas perdiendo tus facultades? :roto2rie:


Los creepypastas no están pensados sólo para dar miedo, también pueden hacerte reflexionar y sentir otras cosas. El que he puesto en concreto lo escogí por su tremenda y detallada narrativa, más destinada a transmitir inquietud y tristeza. Y créeme que conmigo lo consiguió.
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Re: Contemos Creepypastas

Mensaje por piposman » 10 Oct 2012, 02:07

[youtube]2fYMQTFHwAc[/youtube]

¿Can you feel the sunshine?

La verdad es que me descojono de estas cosas, intentan acojonar pero solo dan pena.
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