Mientras me duchaba... Bueno, técnicamente fue dejar caer el agua por mi cuerpo ponificado porque no tenía ni idea de cómo iba a lavarme la crin sin dedos. Tendré que preguntarlo, no quiero ir con la crin hecha un asco a ver a mi querida Luna. Al salir, me eché una toalla por encima y conseguí (aún no sé cómo) secarme, aunque la crin me quedó despeinada y mal secada. Miré a mi alrededor buscando un cepillo, y me fijé en que, al lado del elegante lavabo, había un armario. Tal vez allí hubiera algo que pudiera ponerme para verme un poco mejor.
Dentro había numerosos trajes y accesorios, de vivos colores y también sobrios, con muchos adornos y sin ellos. Después de mirar detenidamente cada prenda, opté por una sencilla capa de tul de color añil, muy vaporosa y suave, además de añadir a mis patas cuatro brazaletes que eran casi similares a los que me gustaba colocar de adorno cuando creé a esta ponificación. Intenté colocarme el broche de la capa lo mejor que pude y salí del baño.
Me llevé una agradable sorpresa al encontrarme de nuevo a Fluffle, a la cuál sonreí. Max me explica que ha aparecido porque sí, por su lógica del elemento del taco. Todo muy normal, sí señor. Me pregunta por la ropa y le explico lo del armario. Acto seguido se encamina al baño, y antes de que entre le doy un azote en el clop con mi cola, lo que hizo que se sonrojase y me mirase con los ojos como platos.
-¡Alegra esa cara, co*o, que soy yo! Tanta timidez y tanta seriedad... ¡Estamos en Equestria y vamos a cenar con Luna! ¡Venga, sonríe! -le reproché. Después sonreí y me puse a hacer el PFUDOR con Fluffle.