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[center]Capítulo 6: Estudio y Teoría – Tercer pueblo y desastre (Parte 1)[/center][/u][/size]
Las ponies se despertaron un día más algo tarde, raro que se despertaran ellas solas, pues quien las despertaba siempre temprano era Flowie. Ésta vez se les estaba haciendo raro, muy raro…
- Buenos días, chicas… - al despertarse Summer se percató de algo - ¿no nos falta alguien? Me alegro de que ésta vez no nos hayan despertado pero…también es extraño – Dijo Summer mientras se desperezaba y se estiraba.
- S-si – Leaf miró al sitio de Flowie, el cual estaba vacío – Flowie no está…
- Esto me da mala espina… – Pensó Freeze para sus adentros poniendo mala cara.
- ¿Te pasa algo, Freeze? Pareces preocupada - Preguntó Leaf al ver la cara que había puesto Freeze.
- ¿Eh? Ah, no, nada - Freeze miró a otro lado y se levantó de su alfombra – Es sólo que me preocupa a donde haya podido ir Flowie
Las ponies salieron de su cuarto y se dirigieron al hall, donde estaría esperándoles la princesa Luna sola con papeleo, las ponies miraron a Luna extrañadas.
- Buenos días, chicas, mi hermana ha tenido que salir de urgencia justo después de la salida del Sol, así que me encargo yo de daros la misión ésta vez – Explicó Luna.
- ¿Pero a dónde? Tiene algo que ver con Flowie, ¿verdad? – Freeze adelantó un paso algo enfadada – Luna, hablamos de Flowie anoche, ¿te ha dicho Celestia el por qué ha tenido que salir con tanta urgencia?
- F-Freeze, calma, por favor… - Suplicó Leaf al ver que a su hermana se le saltaba una lágrima pensando en lo peor, odiaba la posibilidad de perder a quien era su mentora de prácticamente toda la vida.
Luna suspiró triste también y frustrada por la respuesta que iba a decir, pues sabía que no iba a sentar nada bien a las ponies.
- Mirad, Celestia me ha hecho jurar que no os diría nada sobre el asunto, y debo cumplirlo. Lo siento mucho, chicas… - Luna miró los papeles – Me ha llegado un aviso de Pegasópolis, otro desarreglo climatológico. Por lo visto no para de haber nieve y hielo en el lugar, lo cual evidentemente es extraño porque el clima sale de allí…
Luna se bajó de su sitio, se acercó a las ponies y les lanzó un hechizo a Summer y a Leaf.
- Oh, e-es un hechizo para poder caminar encima de las nubes, ¿verdad, Luna? – Leaf reconoció el hechizo al sentirlo.
- En efecto, Leaf, así podréis aterrizar en Pegasópolis sin problemas, no le he echado el hechizo a Freeze porque ella es pegaso, con lo cual, no es necesario – Luna volvió a su sitio – Partid, ¡y mucha suerte! El carro os espera en la entrada, ya lo sabéis.
Las ponies se dirigieron a la entrada donde una vez más les esperaba el carro con los pegasos, una vez se montaron, partieron aún preocupadas por la ausencia de su mentora…y de Flowie.
Mientras tanto, en el Bosque Everfree, Celestia junto con dos guardias, estaban investigando el origen de tal cantidad de plantas, era evidente que ya no había animales, las plantas se habían apoderado del lugar.
- ¿Estáis segura de que es por aquí, majestad? – Preguntó un soldado.
- Este sitio me da muy mala espina – Dijo el otro soldado.
- Nunca había visto al bosque con tanta densidad de plantas, estoy segura de que no es del propio bosque… - Explicó Celestia.
De pronto, llegaron al claro donde se encontraba la flor negra con el estigma blanco, la cual estaba empezando a abrir su cuarto y último pétalo. Celestia y los soldados se sorprendieron al ver una flor tan grande y extraña.
- Haced guardia mientras intento quitar ésta flor, es evidente que es la causa de la aparición de todas estas plantas – Ordenó Celestia a los dos guardias.
- Sí, señora - Dijeron los guardias y guardaron la espalda a Celestia en posición por si aparecía algún contratiempo.
Celestia se acercó a la extraña flor mirándola extrañada, estaba claro que nunca había visto nada parecido en su larga vida en Equestria, pero no había tiempo para contemplaciones, tenía que quitar esa flor de ahí cuanto antes, así que usó su magia y la intentó arrancar de la tierra, pero de pronto se escucharon gritos de los guardias, a lo que la princesa giró la cabeza para ver a sus soldados atados con enredaderas.
- ¿Intentabas hacer algo, “princesa”? – Se escuchó una voz familiar.
- Esa voz… - Celestia buscó rápidamente de dónde venía dicha voz y se sorprendió al ver de quien era.
Era Flowie, quien se iba acercando poco a poco acechando a Celestia mientras la seguían más enredaderas.
- Pensé que tenías cosas más importantes que hacer con tu querido trío de aprendices que venir aquí e invadir mi precioso jardín personal – Los ojos de Flowie se oscurecieron y sus pupilas se contrajeron – pero tranquila, tengo planes para ti – Flowie acorraló a Celestia.
Luna divisó desde el hall del castillo una explosión en el fuero como si de un fuego artificial se tratase, su hermana estaba en peligro. Antes de salir Celestia del castillo hacia el bosque, ésta le dijo a Luna que si se encontraba en apuros, dispararía una bomba mágica al cielo.
- Hermana… - Luna partió volando sola en dirección a la explosión que había provocado su hermana mayor.
Mientras tanto, el trío de ponies había llegado a Pegasópolis, pero se encontraron con un contratiempo: el rey no les dejaba pasar a no ser que le ganasen en una carrera.
- ¡No hay tiempo para carreras tontas! ¿Se os va a congelar el imperio y sólo pensáis en competir? – Summer dio un pisotón en la nube frustrada.
- En efecto, debemos mantener nuestro orgullo y saber si de verdad habéis sido escogidas por la princesa Celestia o si sois unas rebeldes que quieren invadirnos – Explicó el comandante pegaso.
- Genial, nos falta la alicornio gruñona y se nos presenta mil y un problemas al entrar a Pegasópolis, ¿qué más puede ir mal? – Gruñó Summer.
- Mmm… - Leaf pensó y se la ocurrió una idea, tal vez demasiado descabellada, pero era la única salida de ese atolladero – Y si… ¿Y si Freeze echara una carrera al comandante? Al fin y al cabo, es la única pegaso entre nosotras.
- ¡¿Tú estás loca?! – Summer se acercó a Leaf de golpe juntando hocico con hocico – Freeze no sabe casi volar, solo sabe mantenerse en el aire y ¡vuela muy lento!
Un casco le toco la espalda a Summer, ésta se giró y de pronto recibió un bolazo de nieve en la cara. Del pánico que le había entrado a Summer se había olvidado completamente de que Freeze estaba con ellas, miró sorprendida a la pegaso, la cual estaba cabreada tras lo que había dicho Summer.
- Para tu información, señora “Oh, me pongo la venda antes de escalabrarme”, Luna me ha enseñado clases de vuelo avanzadas y la he ganado en más de una carrera aérea – informó Freeze a Summer sujetando otra bola de nieve con un ala – puedo ganar ésta carrera, confiad en mí, chicas – Freeze guiñó un ojo y después se fue a hablar con el comandante, no sin antes lanzar la bola de nieve hacia atrás y estamparla de nuevo ésta vez en la cabeza de Summer, a lo que Leaf no pudo evitar reírse ante la situación cómica.
- Cuando se acabe todo esto, se va a enterar – Gruñó de nuevo Summer.
- Tranquila – murmuró Leaf en la oreja de Summer – ayudaré a Freeze en la carrera, esto está ganado.
Freeze habló con el comandante aceptando su desafío, pero le pidió por favor que la carrera fuese corta para así poder solucionar el problema cuanto antes, y porque Freeze tenía poco aguante aún, aunque esto último obviamente no se lo dijo al comandante.
- Muy bien, “madame” – Dijo amablemente el comandante.
Ambos se colocaron al borde de una nube. El comandante explicó la ruta a seguir y las normas, no estaba permitido tocar al oponente y mucho menos empujarle, lo que a Freeze le dio una idea. Ella no era de perjudicar al oponente, pero éste era un caso especial puesto que se jugaba la vida de un imperio en una carrera. Leaf se colocó en la línea de salida alejada de los pegasos sujetando un trozo de nube con forma de bandera con su magia.
- En sus marcas…listos… ¡y-ya! – Leaf bajó la “nube-bandera” y ambos pegasos salieron disparados a toda velocidad.
La carrera empezó bastante reñida porque los pegasos fueron parejos durante casi toda la carrera, excepto por un fallo que tuvo Freeze al intentar esquivar una nube, porque se estampó contra ella y se quedó atascada temporalmente.
- ¿Demasiado “esponjosa”, azulada? – Se burló el comandante mirando hacia Freeze mientras sacaba la lengua.
Pero de pronto éste se comió una nube de rayos y se llevó una mini-electrocución que le dejó aturdido el tiempo suficiente para que Freeze se liberara de la nube y le adelantase. El comandante se liberó de la nube eléctrica y se dirigió velozmente hacia Freeze enfadado.
- ¡Leaf, tenemos que hacer algo o le adelantará justo en la meta! – Summer estaba muy nerviosa mientras observaba la carrera.
- Mm… - Leaf pensó un poco hasta que de pronto se la ocurrió una idea – Tengo una idea – Murmuró.
Leaf tocó su cuerno, provocó un poco de viento de dentro de Pegasópolis hacia la entrada con su magia trayendo un poco de nieve y haciendo que fuese a parar a la cara del comandante impidiéndole ver y así haciendo que Freeze ganase la carrera después de que el comandante se estampara con todas las nubes restantes hasta llegar a la meta.
- En-enhorabuena… ¿Freeze te llamabas? – suspiró profundamente el comandante – tú ganas… ¡Pero ha sido suerte! ¡Si no se me hubiese puesto esa nieve de por medio, estoy seguro de que hubiera ganado! –se intentó calmar – Esta bien, os envía la Princesa Celestia, podéis pasar.
Las ponies celebraron su victoria, pero la alegría duró muy poco, al menos hasta que entraron a Pegasópolis, la situación era muy preocupante.
No paraba de nevar, había avalanchas constantes, hielo, los pegasos estaban siempre quitando la nieve de sus puertas…sin mencionar las posibles estalactitas de los tejados de las casas.
- E-esto es horrible… - Dijo Leaf preocupada.
- No sé cuánto tiempo podremos aguantar así… - Explicó el comandante preocupado - hemos intentado buscar una solución, de hecho, la hemos encontrado, es una extraña gema que hay a lo alto de esa montaña de nube – señaló a una gran montaña en donde no se veía la cima – hemos intentado volar hasta la cima y es imposible, todos nos quedamos sin oxígeno y los pocos que han logrado llegar, esa joya los ha tirado de vuelta abajo, muchos han acabado yendo a cuidados intensivos.
- Iremos con cuidado a ver qué podemos hacer, señor comandante, no se preocupe – Leaf miró a la montaña pensando en posibles soluciones que podían tener ellas.
- Yo puedo intentar acercarme a la gema, tengo fuerza suficiente para subir esa montaña corriendo – Summer empezó a trotar como si estuviese calentando las patas – Y Leaf, ¿puedes hacerme algún hechizo para el asunto del oxígeno?
- Sin problema – Leaf asintió feliz.
Por otro lado, Freeze estaba pensativa, tenía una mala impresión de esa gema en particular, que algo iba a pasar… e iba a ser mucho peor que cuando estuvieron en Earth.
- Muy bien, ¡en marcha! – Summer y Leaf corrieron hacia la montaña de nube seguidas de Freeze, quien no se fiaba mucho.
Summer empezó a subir la montaña de nubes corriendo y cuando estaba por mitad de la montaña, dio la señal para que Leaf le activara un escudo de oxígeno. No le costó mucho subir corriendo y cuando estuvo arriba, encajo sus patas en la nube para no caerse abajo.
- ¡Ya he llegado! – Gritó Summer desde la cima.
Freeze había cogido a Leaf y habían volado hasta la mitad de la montaña para vigilar a Summer.
- ¿Qué nos puedes contar? – Preguntó Freeze.
- Esta gema es azul, muy azul… - Dijo Summer.
- ¿Y qué más? – Pregunto Freeze mirando a otro lado indignada por la respuesta tan ridícula de su hermana.
- Pues…tiene un… ¿copo de nieve? En su interior y está emitiendo magia, es evidente que es la causante del temporal tan nevado – Explicó Summer mirando la gema.
- ¿Puedes quitarla o tocarla? – Preguntó Leaf.
Summer intentó tocar la gema con su casco, pero la gema emitió otro tipo de energía e hizo que le quitase el escudo de oxígeno a Summer, al mismo tiempo que la expulsaba hacia debajo de la montaña con fuerza.
- ¡Aaaah! – Gritó Summer mientras caía.
- ¡Summer, no! – Leaf levantó a su hermana haciéndola levitar con su magia y parándola antes de que tocara las nubes. Freeze bajó a Leaf, quien sujetaba a Summer haciéndola levitar, ésta intentó dejarla en las nubes, pero veía que las atravesaba.
- ¿Por qué… atraviesas las nubes? ¿Y la magia de Luna? – Leaf cayó en la cuenta en seguida - ¡oh no! ¡La gema te ha anulado toda magia que tenías activa! – Leaf se puso a Summer en el lomo para que no cayera.
- Maldita gema… Iré yo – Se ofreció Freeze.
- Pe-pero Freeze… - Leaf intentó detenerla.
- He dicho que iré, algo me dice que tengo que lidiar con esa gema – Freeze voló hacia la cima de la montaña de nubes.
- Pero…no he podido hacerte el escudo del oxígeno… - Concluyó Leaf después de que Freeze se fuese.
En la montaña, a medida que Freeze iba ascendiendo volando, le iba resultando más pesado batir sus alas y subir, incluyendo que la presión y el oxígeno iban descendiendo, así que Freeze cogió oxígeno y subió a toda prisa hasta llega a la gema. Clavó sus patas en la montaña-nube y la observó por un momento.
La gema empezó a acercarse a Freeze lentamente, pero de pronto una planta espinosa asestó a Freeze un golpe de lleno y la tiró hacia abajo de la montaña, mientras otro tentáculo espinoso cogía la gema y se la llevaba hacia abajo.
Freeze fue cayendo de la montaña, por suerte, Leaf y Summer la vieron caer.
- ¡Noooo! ¡Freeze! – Gritó Leaf al ver a su hermana caer de la montaña semi-inconsciente.
Los pegasos la cogieron y la salvaron justo a tiempo de pegarse un golpe fatal contra las nubes. Leaf se acercó con Summer a la pegaso, quien luchaba por mantenerse consciente del golpe aún.
- Freeze, ¿estás bien? ¿y la gema? – Preguntó Summer.
- La gema… llevado… - Intentó decir Freeze.
- ¡Así es, mi pequeño trío de entrometidas! – Resonó una voz familiar por el lugar.
De repente, apareció atravesando las nubes una alicornio de color morado oscuro, ojos verdes oscuro, alas como pétalos de flor y tallos punzantes como melena y cola, su cutiemark era una flor con centro con forma de rombo, blanco con pétalos negros y tallos saliendo de ella de color verde oscuro.
- ¡¿Quién eres tú?! – Preguntó Summer intentando bajarse de Leaf, la cual no le dejó por el detalle de que podía caerse.
- ¿Seguro que no me reconoces?, ¿mm? – La alicornio miró fijamente al trío de ponies – Como siempre tan maleducadas…
De pronto las tres ponies, como si sus mentes estuvieran sincronizadas, se dieron cuenta de quién era esa peculiar alicornio.
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CONTINUARÁ
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Las ponies se despertaron un día más algo tarde, raro que se despertaran ellas solas, pues quien las despertaba siempre temprano era Flowie. Ésta vez se les estaba haciendo raro, muy raro…
- Buenos días, chicas… - al despertarse Summer se percató de algo - ¿no nos falta alguien? Me alegro de que ésta vez no nos hayan despertado pero…también es extraño – Dijo Summer mientras se desperezaba y se estiraba.
- S-si – Leaf miró al sitio de Flowie, el cual estaba vacío – Flowie no está…
- Esto me da mala espina… – Pensó Freeze para sus adentros poniendo mala cara.
- ¿Te pasa algo, Freeze? Pareces preocupada - Preguntó Leaf al ver la cara que había puesto Freeze.
- ¿Eh? Ah, no, nada - Freeze miró a otro lado y se levantó de su alfombra – Es sólo que me preocupa a donde haya podido ir Flowie
Las ponies salieron de su cuarto y se dirigieron al hall, donde estaría esperándoles la princesa Luna sola con papeleo, las ponies miraron a Luna extrañadas.
- Buenos días, chicas, mi hermana ha tenido que salir de urgencia justo después de la salida del Sol, así que me encargo yo de daros la misión ésta vez – Explicó Luna.
- ¿Pero a dónde? Tiene algo que ver con Flowie, ¿verdad? – Freeze adelantó un paso algo enfadada – Luna, hablamos de Flowie anoche, ¿te ha dicho Celestia el por qué ha tenido que salir con tanta urgencia?
- F-Freeze, calma, por favor… - Suplicó Leaf al ver que a su hermana se le saltaba una lágrima pensando en lo peor, odiaba la posibilidad de perder a quien era su mentora de prácticamente toda la vida.
Luna suspiró triste también y frustrada por la respuesta que iba a decir, pues sabía que no iba a sentar nada bien a las ponies.
- Mirad, Celestia me ha hecho jurar que no os diría nada sobre el asunto, y debo cumplirlo. Lo siento mucho, chicas… - Luna miró los papeles – Me ha llegado un aviso de Pegasópolis, otro desarreglo climatológico. Por lo visto no para de haber nieve y hielo en el lugar, lo cual evidentemente es extraño porque el clima sale de allí…
Luna se bajó de su sitio, se acercó a las ponies y les lanzó un hechizo a Summer y a Leaf.
- Oh, e-es un hechizo para poder caminar encima de las nubes, ¿verdad, Luna? – Leaf reconoció el hechizo al sentirlo.
- En efecto, Leaf, así podréis aterrizar en Pegasópolis sin problemas, no le he echado el hechizo a Freeze porque ella es pegaso, con lo cual, no es necesario – Luna volvió a su sitio – Partid, ¡y mucha suerte! El carro os espera en la entrada, ya lo sabéis.
Las ponies se dirigieron a la entrada donde una vez más les esperaba el carro con los pegasos, una vez se montaron, partieron aún preocupadas por la ausencia de su mentora…y de Flowie.
Mientras tanto, en el Bosque Everfree, Celestia junto con dos guardias, estaban investigando el origen de tal cantidad de plantas, era evidente que ya no había animales, las plantas se habían apoderado del lugar.
- ¿Estáis segura de que es por aquí, majestad? – Preguntó un soldado.
- Este sitio me da muy mala espina – Dijo el otro soldado.
- Nunca había visto al bosque con tanta densidad de plantas, estoy segura de que no es del propio bosque… - Explicó Celestia.
De pronto, llegaron al claro donde se encontraba la flor negra con el estigma blanco, la cual estaba empezando a abrir su cuarto y último pétalo. Celestia y los soldados se sorprendieron al ver una flor tan grande y extraña.
- Haced guardia mientras intento quitar ésta flor, es evidente que es la causa de la aparición de todas estas plantas – Ordenó Celestia a los dos guardias.
- Sí, señora - Dijeron los guardias y guardaron la espalda a Celestia en posición por si aparecía algún contratiempo.
Celestia se acercó a la extraña flor mirándola extrañada, estaba claro que nunca había visto nada parecido en su larga vida en Equestria, pero no había tiempo para contemplaciones, tenía que quitar esa flor de ahí cuanto antes, así que usó su magia y la intentó arrancar de la tierra, pero de pronto se escucharon gritos de los guardias, a lo que la princesa giró la cabeza para ver a sus soldados atados con enredaderas.
- ¿Intentabas hacer algo, “princesa”? – Se escuchó una voz familiar.
- Esa voz… - Celestia buscó rápidamente de dónde venía dicha voz y se sorprendió al ver de quien era.
Era Flowie, quien se iba acercando poco a poco acechando a Celestia mientras la seguían más enredaderas.
- Pensé que tenías cosas más importantes que hacer con tu querido trío de aprendices que venir aquí e invadir mi precioso jardín personal – Los ojos de Flowie se oscurecieron y sus pupilas se contrajeron – pero tranquila, tengo planes para ti – Flowie acorraló a Celestia.
Luna divisó desde el hall del castillo una explosión en el fuero como si de un fuego artificial se tratase, su hermana estaba en peligro. Antes de salir Celestia del castillo hacia el bosque, ésta le dijo a Luna que si se encontraba en apuros, dispararía una bomba mágica al cielo.
- Hermana… - Luna partió volando sola en dirección a la explosión que había provocado su hermana mayor.
Mientras tanto, el trío de ponies había llegado a Pegasópolis, pero se encontraron con un contratiempo: el rey no les dejaba pasar a no ser que le ganasen en una carrera.
- ¡No hay tiempo para carreras tontas! ¿Se os va a congelar el imperio y sólo pensáis en competir? – Summer dio un pisotón en la nube frustrada.
- En efecto, debemos mantener nuestro orgullo y saber si de verdad habéis sido escogidas por la princesa Celestia o si sois unas rebeldes que quieren invadirnos – Explicó el comandante pegaso.
- Genial, nos falta la alicornio gruñona y se nos presenta mil y un problemas al entrar a Pegasópolis, ¿qué más puede ir mal? – Gruñó Summer.
- Mmm… - Leaf pensó y se la ocurrió una idea, tal vez demasiado descabellada, pero era la única salida de ese atolladero – Y si… ¿Y si Freeze echara una carrera al comandante? Al fin y al cabo, es la única pegaso entre nosotras.
- ¡¿Tú estás loca?! – Summer se acercó a Leaf de golpe juntando hocico con hocico – Freeze no sabe casi volar, solo sabe mantenerse en el aire y ¡vuela muy lento!
Un casco le toco la espalda a Summer, ésta se giró y de pronto recibió un bolazo de nieve en la cara. Del pánico que le había entrado a Summer se había olvidado completamente de que Freeze estaba con ellas, miró sorprendida a la pegaso, la cual estaba cabreada tras lo que había dicho Summer.
- Para tu información, señora “Oh, me pongo la venda antes de escalabrarme”, Luna me ha enseñado clases de vuelo avanzadas y la he ganado en más de una carrera aérea – informó Freeze a Summer sujetando otra bola de nieve con un ala – puedo ganar ésta carrera, confiad en mí, chicas – Freeze guiñó un ojo y después se fue a hablar con el comandante, no sin antes lanzar la bola de nieve hacia atrás y estamparla de nuevo ésta vez en la cabeza de Summer, a lo que Leaf no pudo evitar reírse ante la situación cómica.
- Cuando se acabe todo esto, se va a enterar – Gruñó de nuevo Summer.
- Tranquila – murmuró Leaf en la oreja de Summer – ayudaré a Freeze en la carrera, esto está ganado.
Freeze habló con el comandante aceptando su desafío, pero le pidió por favor que la carrera fuese corta para así poder solucionar el problema cuanto antes, y porque Freeze tenía poco aguante aún, aunque esto último obviamente no se lo dijo al comandante.
- Muy bien, “madame” – Dijo amablemente el comandante.
Ambos se colocaron al borde de una nube. El comandante explicó la ruta a seguir y las normas, no estaba permitido tocar al oponente y mucho menos empujarle, lo que a Freeze le dio una idea. Ella no era de perjudicar al oponente, pero éste era un caso especial puesto que se jugaba la vida de un imperio en una carrera. Leaf se colocó en la línea de salida alejada de los pegasos sujetando un trozo de nube con forma de bandera con su magia.
- En sus marcas…listos… ¡y-ya! – Leaf bajó la “nube-bandera” y ambos pegasos salieron disparados a toda velocidad.
La carrera empezó bastante reñida porque los pegasos fueron parejos durante casi toda la carrera, excepto por un fallo que tuvo Freeze al intentar esquivar una nube, porque se estampó contra ella y se quedó atascada temporalmente.
- ¿Demasiado “esponjosa”, azulada? – Se burló el comandante mirando hacia Freeze mientras sacaba la lengua.
Pero de pronto éste se comió una nube de rayos y se llevó una mini-electrocución que le dejó aturdido el tiempo suficiente para que Freeze se liberara de la nube y le adelantase. El comandante se liberó de la nube eléctrica y se dirigió velozmente hacia Freeze enfadado.
- ¡Leaf, tenemos que hacer algo o le adelantará justo en la meta! – Summer estaba muy nerviosa mientras observaba la carrera.
- Mm… - Leaf pensó un poco hasta que de pronto se la ocurrió una idea – Tengo una idea – Murmuró.
Leaf tocó su cuerno, provocó un poco de viento de dentro de Pegasópolis hacia la entrada con su magia trayendo un poco de nieve y haciendo que fuese a parar a la cara del comandante impidiéndole ver y así haciendo que Freeze ganase la carrera después de que el comandante se estampara con todas las nubes restantes hasta llegar a la meta.
- En-enhorabuena… ¿Freeze te llamabas? – suspiró profundamente el comandante – tú ganas… ¡Pero ha sido suerte! ¡Si no se me hubiese puesto esa nieve de por medio, estoy seguro de que hubiera ganado! –se intentó calmar – Esta bien, os envía la Princesa Celestia, podéis pasar.
Las ponies celebraron su victoria, pero la alegría duró muy poco, al menos hasta que entraron a Pegasópolis, la situación era muy preocupante.
No paraba de nevar, había avalanchas constantes, hielo, los pegasos estaban siempre quitando la nieve de sus puertas…sin mencionar las posibles estalactitas de los tejados de las casas.
- E-esto es horrible… - Dijo Leaf preocupada.
- No sé cuánto tiempo podremos aguantar así… - Explicó el comandante preocupado - hemos intentado buscar una solución, de hecho, la hemos encontrado, es una extraña gema que hay a lo alto de esa montaña de nube – señaló a una gran montaña en donde no se veía la cima – hemos intentado volar hasta la cima y es imposible, todos nos quedamos sin oxígeno y los pocos que han logrado llegar, esa joya los ha tirado de vuelta abajo, muchos han acabado yendo a cuidados intensivos.
- Iremos con cuidado a ver qué podemos hacer, señor comandante, no se preocupe – Leaf miró a la montaña pensando en posibles soluciones que podían tener ellas.
- Yo puedo intentar acercarme a la gema, tengo fuerza suficiente para subir esa montaña corriendo – Summer empezó a trotar como si estuviese calentando las patas – Y Leaf, ¿puedes hacerme algún hechizo para el asunto del oxígeno?
- Sin problema – Leaf asintió feliz.
Por otro lado, Freeze estaba pensativa, tenía una mala impresión de esa gema en particular, que algo iba a pasar… e iba a ser mucho peor que cuando estuvieron en Earth.
- Muy bien, ¡en marcha! – Summer y Leaf corrieron hacia la montaña de nube seguidas de Freeze, quien no se fiaba mucho.
Summer empezó a subir la montaña de nubes corriendo y cuando estaba por mitad de la montaña, dio la señal para que Leaf le activara un escudo de oxígeno. No le costó mucho subir corriendo y cuando estuvo arriba, encajo sus patas en la nube para no caerse abajo.
- ¡Ya he llegado! – Gritó Summer desde la cima.
Freeze había cogido a Leaf y habían volado hasta la mitad de la montaña para vigilar a Summer.
- ¿Qué nos puedes contar? – Preguntó Freeze.
- Esta gema es azul, muy azul… - Dijo Summer.
- ¿Y qué más? – Pregunto Freeze mirando a otro lado indignada por la respuesta tan ridícula de su hermana.
- Pues…tiene un… ¿copo de nieve? En su interior y está emitiendo magia, es evidente que es la causante del temporal tan nevado – Explicó Summer mirando la gema.
- ¿Puedes quitarla o tocarla? – Preguntó Leaf.
Summer intentó tocar la gema con su casco, pero la gema emitió otro tipo de energía e hizo que le quitase el escudo de oxígeno a Summer, al mismo tiempo que la expulsaba hacia debajo de la montaña con fuerza.
- ¡Aaaah! – Gritó Summer mientras caía.
- ¡Summer, no! – Leaf levantó a su hermana haciéndola levitar con su magia y parándola antes de que tocara las nubes. Freeze bajó a Leaf, quien sujetaba a Summer haciéndola levitar, ésta intentó dejarla en las nubes, pero veía que las atravesaba.
- ¿Por qué… atraviesas las nubes? ¿Y la magia de Luna? – Leaf cayó en la cuenta en seguida - ¡oh no! ¡La gema te ha anulado toda magia que tenías activa! – Leaf se puso a Summer en el lomo para que no cayera.
- Maldita gema… Iré yo – Se ofreció Freeze.
- Pe-pero Freeze… - Leaf intentó detenerla.
- He dicho que iré, algo me dice que tengo que lidiar con esa gema – Freeze voló hacia la cima de la montaña de nubes.
- Pero…no he podido hacerte el escudo del oxígeno… - Concluyó Leaf después de que Freeze se fuese.
En la montaña, a medida que Freeze iba ascendiendo volando, le iba resultando más pesado batir sus alas y subir, incluyendo que la presión y el oxígeno iban descendiendo, así que Freeze cogió oxígeno y subió a toda prisa hasta llega a la gema. Clavó sus patas en la montaña-nube y la observó por un momento.
La gema empezó a acercarse a Freeze lentamente, pero de pronto una planta espinosa asestó a Freeze un golpe de lleno y la tiró hacia abajo de la montaña, mientras otro tentáculo espinoso cogía la gema y se la llevaba hacia abajo.
Freeze fue cayendo de la montaña, por suerte, Leaf y Summer la vieron caer.
- ¡Noooo! ¡Freeze! – Gritó Leaf al ver a su hermana caer de la montaña semi-inconsciente.
Los pegasos la cogieron y la salvaron justo a tiempo de pegarse un golpe fatal contra las nubes. Leaf se acercó con Summer a la pegaso, quien luchaba por mantenerse consciente del golpe aún.
- Freeze, ¿estás bien? ¿y la gema? – Preguntó Summer.
- La gema… llevado… - Intentó decir Freeze.
- ¡Así es, mi pequeño trío de entrometidas! – Resonó una voz familiar por el lugar.
De repente, apareció atravesando las nubes una alicornio de color morado oscuro, ojos verdes oscuro, alas como pétalos de flor y tallos punzantes como melena y cola, su cutiemark era una flor con centro con forma de rombo, blanco con pétalos negros y tallos saliendo de ella de color verde oscuro.
- ¡¿Quién eres tú?! – Preguntó Summer intentando bajarse de Leaf, la cual no le dejó por el detalle de que podía caerse.
- ¿Seguro que no me reconoces?, ¿mm? – La alicornio miró fijamente al trío de ponies – Como siempre tan maleducadas…
De pronto las tres ponies, como si sus mentes estuvieran sincronizadas, se dieron cuenta de quién era esa peculiar alicornio.
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