[ROL] El fin de los ponis (PARTIDA) (COMPLETO)

[Pandora]

La unicornio ilusionista, llamada Quaver Note, se acercó a la batponi. La miraba. Fijamente. Y sin miedo.

"¿Qué co*o...? ¿Por qué me está mirando?"

"Debe de querer algo de nosotras."

"Eso me inquieta incluso más."

"Mira, te está dejando espacio. Dale una oportunidad. A lo mejor te pide que caces a más perros..."

- ¿Qué quieres? -preguntó secamente Minerbat, sin llegar a ser del todo borde. Primero había que escuchar lo que tenía que decir.

[McDohl]

Quaver Note notó que la pegaso se alteraba ligeramente. La contestación con que le obsequió era la confirmación de que, al menos, parecía algo más calmada después de su roce con Sharp.

Pero para la unicornio, era preciso preguntarle por "eso" ahora que ambas dos, Minerva y su otro yo, tenían el recuerdo claro.

La unicornio materializó un grupo de perros joyeros los cuales se veían sorprendidos por la pegaso. Cada ataque de su versión ilusoria desvanecía a uno de los perro, hasta quedar ella sola. Quaver Note aumentó el tamaño de Minerva y mostró que, pese a que había terminado el combate, la pegaso tenía cortes y magulladuras.

Sin embargo, cuando cesó la ilusión, Quaver Note señaló a Minerva. Ella estaba intacta... o parecía estarlo.

El cuerno de la unicornio se iluminó antes de materializarse una cruz roja sobre su cabeza, seguida de una interrogación. ¿Realmente la pegaso estaba bien? y si lo estaba... ¿como había conseguido salir totalmente indemne de aquel asalto?

[Pandora]

Al parecer, la unicornio preguntaba sobre las posibles heridas que hubiera podido sufrir durante la cacería. Minerbat parpadeó unos instantes, porque realmente no había prestado atención a su estado físico tras el enfrentamiento. Abrió las alas, mirándolas con detenimiento. Aún tenía restos de sangre de perro seca en las membranas y sobre el pelaje, pero parecían estar bien. Tras aletear un par de veces, comprobó que sus alas estaban intactas.

-Mis alas están bien -informó, sintiéndose extraña.

Después procedió a tocarse distintas zonas del cuerpo y a mover las patas, sacudiéndolas para comprobar si había heridas en proceso de curación. Ciertamente se curaba bastante más rápido de lo normal, pero aun así, era mejor hacer comprobaciones. Notó cierto escozor en una de las patas traseras y sobre los flancos, y tras girarse comprobó que tenía pequeñas magulladuras y algún que otro corte sin gravedad. Hasta que no se había puesto a pensar en ello no habían empezado a molestarla.

-Parece que sí que tengo algunas heridas... Pero sanarán en algunas horas... No tienes por qué perder el tiempo conmigo -plegó las alas de nuevo, sintiéndose incómoda. No estaba acostumbrada a mantener conversaciones con nadie aparte de Minerva, y se ponía violenta cuando se sentía incómoda-. Puedes, eh... Ir a atender a alguien más ahora.

"Dale las gracias por preocuparse."

"Ni de p*ta coña."

"Al menos lo he intentado." Minerva puso los ojos en blanco -de manera metafórica.

[HeyThereNana]

Viendo cómo sus compañeros se hablaban entre ellos, Nana decidió investigar el terreno. Al pasar había notado que el suelo era blando y que crecían pequeños tallos de un color extraño. Acercó su hocico al suelo y olió la tierra. Era rojiza y blanda y olía a hierbabuena. Había leído sobre ella, aunque era la primera vez que la veía,a pesar de la distancia recorrida. Se decía que era buena para hacer cataplasmas y acababa hasta con las peores infecciones si se combinaba con el zumo de una fruta ácida. Escarbó con sus patas y reunió un montón. Fue cogiendo tallos del suelo. Eran pequeños brotes verdes que habían empezado a salir sin demasiada fuerza aún y se habían quedado petrificados cuando acabó la vida, presentando ahora un aspecto marrón y desgastado, pero bastaban. Se hizo con ellos una pequeña alforja y metió allí la tierra apelmazada. Quizá fuera útil más adelante.

[McDohl]

Quaver Note suspiró aliviada al ver que la pegaso parecía encontrarse practicamente ilesa salvando algunos ligeros cortes. Notó del mismo modo que le costaba mantener una conversación y no quería que se sintiese presionada o incómoda, así que, haciendo caso a su sugerencia, reanudó su marcha hacia el campamento...

No sin antes hacer sendas reverencias a modo de agradecimiento. La unicornio era consciente de que gracias a su personalidad agresiva habían conseguido salir con vida de aquella aldea en ruinas, además de ser la que a mayor peligro se había expuesto... del mismo modo, el autocontrol que efectuaba su otro yo le había frenado de convertir aquello en una masacre, quien sabe si de consecuencias que no se podrían haber remediado. Pero Quaver Note no tenía modo de poder tratar con aquella parte de la pegaso, ya que parecían ser escasos los momentos en los que tomaba el control. Lógico, en un mundo tan hostil. Tendría que esperar su momento de poder darle las gracias a ella también.

[Volgrand]

[quote="HeyThereNana";p=298464]Viendo cómo sus compañeros se hablaban entre ellos, Nana decidió investigar el terreno. Al pasar había notado que el suelo era blando y que crecían pequeños tallos de un color extraño. Acercó su hocico al suelo y olió la tierra. Era rojiza y blanda y olía a hierbabuena. Había leído sobre ella, aunque era la primera vez que la veía,a pesar de la distancia recorrida. Se decía que era buena para hacer cataplasmas y acababa hasta con las peores infecciones si se combinaba con el zumo de una fruta ácida. Escarbó con sus patas y reunió un montón. Fue cogiendo tallos del suelo. Eran pequeños brotes verdes que habían empezado a salir sin demasiada fuerza aún, pero bastaban. Se hizo con ellos una pequeña alforja y metió allí la tierra apelmazada. Quizá fuera útil más adelante.[/quote]


OFF: NAna, mundo sin sol y vegetación, ¿recuerdas? Tallos verdes va a ser que no.
Por otra parte: Espero a que la escena de Sharp Eye y Mad Fire se solucione y pasamos al siguiente paso de la aventura

[Sharpo]

Cuantas cosas nuevas... No sabia que había gente como yo que se dedicaba a preservar cosas. Veo superficialmente las cosas en los anaqueles y cajas artesanales. Hasta que escucho la voz de Sharp como un rugido de una fiera en su cueva. Se me saltan de los bolsillos los tornillos y las tuercas de los bolsillos periféricos de los bolsos y de un salto rápido me alejo cabizbajo pero raudo.

Me alejo en la periferia del campamento para disimular el miedo de Sharp, aunque con aquel salto lo he dejado muy evidente... De mis bolsos mastico un hongo de mis provisiones como una botana para pasar las penas.

[edgareo]

Mad seguía pensativo, contemplando aquel elemento que le encantaba. Sonreía con añoranza mientras recordaba la primera vez que encendió una hoguera. Ahogó una risa, mientras levantaba la vista y observó como Paper salia escopetado del carro de Sharp. Vio que estaba sola, y cerró los ojos, levantándose y comenzando a trotar a paso lento hacia el carro de la pegaso, acabando por llegar y sonriendo, mientras esperaba

[Quetzal]

Sharp se queda tensa cuando ve que Pale Paper se aleja como con miedo del carro. Quizá fuera algo brusca, pero prefería sin duda que nadie muriera si podía evitarlo.

Se acerca inmediatamente a su carro para ver si está bien y si quedan todas sus cosas en su sitio, soltando un suspiro cuando comprueba que sí. Entonces ve a Mad Fire acercarse...
"Oh... perdona por lo de antes. Es algo complicado y peligroso, mejor no muevas este carro sin mi permiso, por tu bienestar y tal..." Luego se frota la pata y le mira algo avergonzada. "¿Puedes venir en un rato?, tengo que preparar un par de cosas... Tranquilo, no es nada malo." Termina, con media sonrisa.

Dicho eso, retira la lona y empieza a sacar lo que necesita.
"En serio, quiero que sea una sorpresa."

[edgareo]

Mad asintió, la curiosidad le embargaba, pero esperar un rato más no le iba hacer daño. Tras despedirse con una sonrisa, se acercó hacia la hoguera, y devolvió de nuevo la vista al fuego, mientras pensaba.

[Sharpo]

Sharp se acerca a mi y la miro de reojo, lo ideal es que no haga nada brusco... ¿Peligroso? No había visto nada de peligroso, o al menos no lo tocaría. Fui un descortés al llegar y indagar por mi cuenta. Aunque ya no quiero ir a entrar ahí, a lo mejor me golpeara si toco algo que es suyo y que no deba tocarlo, igual que mi padre con su cuarto de estudio... Me quede callado frente a ella, aunque hasta ahora no he hablado mucho (hasta creo que piensan que soy mudo)... Termino de engullir aquel hongo con sabor a ceniza y me limpio el hollín de la cara con las mangas de mi ropa. Tras terminar con asear parcialmente mi rostro me enrollo para mantener el calor corporal y mirar la oscuridad perdida del bosque. No quiero ir a ese fuego...

[edgareo]

Tras un rato contemplando aquel cálido fuego, Mad volvió a levantarse y miro hacia el carro de Sharp, acercándose para ver si ya estaba

[McDohl]

Quaver Note se acerca al campamento, pero al intuir lo que va a suceder, prefiere retirarse a escribir en su archivador... no sin antes dejar caer una mantita sobre Pale Paper al cual detecta algo apartado de la hoguera.

[Quetzal]

El carro yacía solitario sin nadie alrededor. Al acercarse Mad Fire, dos finas humaredas provienen de los laterales ocultando un poco el carro como una cortina de humo.
De pronto, empieza a sonar no muy fuerte pero sin aviso una melodía

Por entre la neblina aparece una figura, casi al ritmo de la música. A los pocos segundos se aprecia a Sharp Eye.
Está muy diferente. Viste un precioso vestido, si bien algo deslustrado, ajado por los bordes y un par de obvios remiendos, porta un zapato verde. También se ha cambiado las vendas por otras rosas y esmeralda que casi hacen juego con el vestido, se ha maquillado muchas de las manchas de su pelaje y arreglado cola y crin por un peinado más acicalado con más cintas rosas. Sus ojos bordeados por una fina línea negra que en puntos parece un borrón.

La pegaso baila alrededor del ígneo unicornio moviendo patas, cabeza y alas, al tiempo que realiza un playback con la música de fondo.
Durante el beat final, extiende sus alas mostrando el nombre Mad Fire en sus plumas, la punta de cada una manchada con colores formando un sucio arcoíris.
"¿Te gusta?" Pregunta a Mad Fire, una vez termina la vieja canción con un suave chirrido. "¿Qué tal me quedó?"