((Pesao Quetzal, que estaba en el móvil xD))
[quote="Quetzal";p=301108]Sharp Eye agita su casco derecho vendado mientras negaba.
"Qué casualidad. ¿Un grupo de grifos que aparecen en la otra parte del mundo (y por alguna razón ningún poni supo de eso) confían en Celestia para encontrar a ese tal Skamash? Y aún mejor, envían un mensaje justo antes del apocalipsis advirtiendo del suceso. Llámame loca, pero creo que esto es demasiado perfecto para ser verdad. Aquí hay mantícora encerrada, los grifos nos odiaban instintivamente, preferirían vernos morir, ese mensaje tiene un doble propósito. Como traer a Celestia o alguna de sus Paladinas a esos lares. La excusa perfecta para una trampa. Un sólo día y el mundo se fue a la m¡erda."
Está bastante cabreada, pero resopla, se cruje el cuello y se sienta de nuevo, respirando profundamente.
"¿Sabemos algo más? ¿Tenemos leyendas o crónicas que puedan corroborar esto?"[/quote]
—Ya te digo que no hemos podido averiguar nada —respondió High Pitch—. Pero sí que pensamos como tú que es demasiada casualidad, por eso creemos que alguien debería investigarlo. Pero no creo que los Grifos buscaran el fin del mundo.
—No, desde luego —afirmó Brown Blur—. Tengo entendido que los grifos adoraban al sol o algo por el estilo, creo que lo tenían en su bandera. Y su raza ha sufrido mucho con la hecatombe, sería estúpido provocar algo que les iba a dañar tanto.
[quote="HeyThereNana";p=301223]Mientras los escuchaba hablar, Nana se estremeció. Siempre había querido saber acerca de aquel día, y esta parecía una buena oportunidad. Ignorando las preguntas de Sharp, se lanzó. "Claro que sí. Contad conmigo. Para todo lo que sea necesario."[/quote]
El caso es que a Nana se le ha despertado algo en el cerebro al escuchar el nombre de Skamash. ¿Dónde lo había escuchado antes? ¿Dónde?
Era muy pequeña entonces, apenas podía recordarlo. Recordaba el olor de su madre, su pelaje y su voz... y las figuras que adornaban su casa. Mamá no le dejaba jugar con ellas, "no son juguetes, cariño", decía. A veces le hablaba de esas figuras, le contaba cosas de ellas.
Había una que le llamó la atención, como un águila con cuatro patas, jamás en su corta vida había visto algo similar. Su madre se acercó.
—¿Te gusta, Nana? —dijo, acercando la figurita con delicadeza—. Este es una deidad Grifo; es Skamash, el...
—¡El dios del Sol! —dice Nana al caer en la cuenta—. ¡Skamash, el dios Grifo del Sol!