"Ugh, quiero pasar aquí el menor tiempo posible", pensé, apartando mi crin empapada de delante de mis ojos para poder ver con claridad. Sin esperar más, me sumergí para recuperar la gema gastada e introduje un bit en la puerta número 3.
"Puerta tres... o como te llames", comencé, como si la puerta pudiera entenderme telepáticamente y yo no estuviera luchando por aguantar la respiración debajo del agua. "Tú no me gustas y yo no te gusto, ¡pero me vas a revelar tu secreto esta vez!"
Crucé la puerta número 3 de nuevo, preguntándome si sería teletransportado una vez más y, si ese era el caso, si aparecería donde pensaba...