*Bitte Pie se ve chapoteando en el agua de nuevo*
-Me siento cada vez más como un pez- dice con cierto cansancio.
*Nada por la sala con la intención de escuchar a través de las puertas pero no hay nada que oir.
-Al menos no estamos en la misma de antes, creo.
-Macdolia, ¿tienes algún plan? Yo no sabría si coger la 2 o la 1... ¿Tú qué crees?
-Nos estamos quedando sin bits y creo que la puerta 3 nos separaría así que no tenemos muchas opciones.
"La pegaso no tardó en darse cuenta, ese rugido y esas agresiva voz no eran de su preciado amigo... eran de otra cosa... sin embargo, por otra parte, escuchó unos trotes
-¿Hola? ¿Lyra? ¿Alguien? ¿Quien está ahí? ¿Puedes oír a Rarity o al monstruo que acaba de gritar?- Preguntó."
Peachy Pie
Mira la cantidad de ponies
Hay uno de cada especie y dos estan bien arreglados
Recuerda haber visto uno antes
El de la camisa
Se acerca lentamente al pony encamisado
Lo observa unos momentos
Se acerca más
Lo mira a los ojos
Parece que otra vez no reacciona
Lo patea
Se acerca al pony del traje
Empieza a observarlo
Solté un pequeño grito de alegría y me dispuse a galopar hacia uno de los pequeños tesoros que había repartidos por el suelo. ¡Por fin una celda que no estaba inundada! ¡Y con bits de sobra!
"¡Y con suelo resbaladizo!", recordé mientras mi húmedo cuerpo deslizaba sin control. Tras patinar unos segundos, caí sobre mi trasero en el suelo. Y, entonces, hice lo único que cabría esperar en esa situación: reí. Comencé a rodar mientras soltaba carcajadas y jugueteaba con los bits de la sala usando mi telequinesis y mis propias pezuñas. Me pareció oír la voz lejana de Rarity, pero la ignoré; ¡ahora mismo era el pony más feliz de todo Equestria y no me importaba nada ni nadie más!
Tardé unos minutos en recuperarme e incorporarme con cuidado de no volver a resbalarme. Inspeccioné las puertas; ¿qué camino tomaría? Entonces, una voz desconocida interrumpió mis pensamientos:
-¿Hola? ¿Lyra? ¿Alguien? ¿Quien está ahí? ¿Puedes oír a Rarity o al monstruo que acaba de gritar?
¿Cómo? ¡¿Lyra estaba en el laberinto también?!
- ¡Hola! - respondí.- ¡Me llamo Colgate! ¿Quién eres? ¡Y sí, puedo oír a Rarity desde aquí! Y has dicho... - tragué saliva, el pánico apareciendo en mi rostro.- ¡¿Monstruo?!