Miré fijamente al pony desconocido de la sala. ¿Cómo había podido quedarse dormido en una situación como esa?
- ¿Hola? - llamé, manteniendo un tono suave para no despertar al semental bruscamente.
El pony siguió durmiendo profundamente, por lo que opté por acercarme silenciosamente hacia él y agitar su cuerpo con una pezuña, primero suavemente; luego, más vigorosamente. No hubo suerte. ¿Sería otra trampa del laberinto, una magia que te dejara dormido para siempre? Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo al pensar en ello.
- Está dormido como un tronco... - informé a mis dos componieros, trotando hacia ellos.
Giré la cabeza para observar al pony durmiente, con la boca abierta de par en par a la vez que emitía unos fuertes ronquidos. Y sus dientes, que... "No, Colgate, no está bien mirar las bocas de los ponies así como así", me reproché a mí misma. Aunque, quizá, si no se enteraba... y, por el amor de Celestia, ¿era eso sarro? Seguro que con una inspección más cercana podría saberlo. Incapaz de resistir más mi impulso, me acerqué de nuevo al semental. Sería un vistazo rápido, nada más...
Cuando acabé, ignorando todo comentario de mis componieros alentándome a seguir adelante y no perder más tiempo, dejé uno de los kits promocionales en las pezuñas de mi improvisado cliente. Sonreí, contemplando el mensaje de la bolsa:
[quote]CLÍNICA DENTAL COLGATE
¡Luce una sonrisa tan brillante como el sol!
1482342 PONYVILLE
[/quote]
Había estado a punto de elegir el eslogan: "¡Luce una sonrisa tan brillante que Celestia no sabrá qué elevar al amanecer!", pero lo cambié en el último momento para evitar problemas con la realeza. El nuevo me resultaba muchísimo más soso, pero qué se le iba a hacer.
Sin querer perder más tiempo en la celda hice una seña a mis compañeros, recogí un bit del suelo y lo introduje por la puerta 2.