Lyra rió al ver que Old One Eye le seguía rodando por el suelo. Por algún motivo extraño, el ver a alguien de un aspecto tan terrorífico comportarse como un poni más le hacía sentirse bien. Se giró para cruzar la puerta, pero escuchó algo que no había oído antes.
- YAY
Lyra no tuvo tiempo de girarse cuando sus piernas cedieron al súbito peso de un Old One Eye que había saltado a su espalda. Pesaba bastante más de lo que podía pesar un poni de ese tamaño. Demonios, ¡pesaba más de lo que pesaba Big Mac! Lyra iba a quejarse, pero la queja murió en sus labios. Bueno, la queja murió un poco antes, cuando el aire abandonó los pulmones de Lyra bajo el peso de su amigo. Pero Lyra quería quejarse, solo que no podía. No solo porque le costaba respirar con un poni tan pesado encima, sino que dicho poni estaba empezando a hacer cosas que hacía mucho tiempo que nadie le hacía. Cosas como mordisquearle la oreja o jugar con su cola. ¿Podría ser que Old One Eye estuviera intentando...? La mente de Lyra estaba en blanco y sus mejillas nunca habían estado tan rojas. Su amigo estaba haciendo cosas que los amigos no sulen hacer. Entonces... ¿por qué Lyra no le decía que parase?
- Rruuuuuurrrrrrrr
Una parte de Lyra no sabía que hacer, estaba totalmente perdida ante la situación. Pero otra parte confiaba en que su amigo no pasaría los límites. Además... tampoco era una sensación desagradable... más allá de la dificultad de respirar, claro.