Tragué saliva, haciendo una larga pausa. ESO sí que era una voz que me daba miedo. Sin embargo, ya no tenía forma de salir de donde me había metido... Aunque me fue imposible recuperar el tono jovial, conseguí sonar bastante desenfadada:
- Oh, vaya, sólo quería relajar un poco la tensión. Dudo que algún pony caiga a estas alturas en una trampa como esta, pero ahí sigues... ¿Y de verdad no te ha gustado mi interpretación de la valiente Colgate contra la terrible Nightmare Moon? Ah, por cierto, me llamo Colgate. Encantada.
Empezaba a apreciar las paredes más que nunca. Muy bonitas, sí señor. Y sólidas. Capaces de separar a una yegua temerosa de... algo. Moon tuvo una idea genial con esto de colocar paredes, sin duda.
Recé a quienquiera que fuera la diosa que creó el aroma mentolado para que el pony estuviera lo suficientemente desesperado para hablar como para seguirme la conversación.