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Tradiciones invernales
Dos fogatas se habían encendido en la calle del pueblo; una en la entrada y otra en la mina. Más o menos en el centro de la calle, había un escenario improvisado y algunos ponis iban subiendo y realizando diferentes actuaciones. Blanca lo veía extraño, en invierno podía ver a todos los ponis por la calle y en el escenario, mientras que antes de la nevada inicial no había tanta actividad. Hannai estaba en el escenario girando en circulos en el aire cada vez más rápido, haciendo una demostración de su "Tornado ventisca", cuando Blanca tomó la decisión de preguntar a Flisy, que, según tenia entendido, era la única de sus amigas que llevaba toda su vida en el pueblo, y lo sabría mejor qus nadie. Cuando la actuación terminó y todos se fueron a comer a las mesas con comida recién hecha que el dueño del restaurante estaba montando, la blanquecina pegaso se acercó a hablar con la maga.
-Filsy, ¿tienes un momento? Necesito preguntarte algo -Blanca y Flisy se sentaron en una de las muchas mesas en el extremo de la calle opuesto al escenario.
-Claro -respondió la maga. -¿Qué me quieres preguntar?
-Me gustaria saber por qué hacemos todo esto en invierno y no en otras épocas del año -explicó la blanquecina pegaso.
-Eso… Es una historia larga, y Hannai me matará si te lo cuento… Y supongo que ya no tendría sentido mentirte -intentó excusarse la maga. -Si quieres seguir viva mañana mejor será que solo pienses que nos apetece hacerlo así.
-Eso va a ser muy difícil, aunque entonces supongo que se lo preguntaré a Hannai…
-Definitivamente deseas morir joven -comentó Apple Sugar, que se sentó junto a Blanca y Flisy. -Si no te molesta, no tienes porque preguntar para obtener respuestas que a nadie gustan.
-Uf… Parece que realmente no queréis que sepa el motivo… En fin, ¿qué se le va a hacer? No preguntaré más, me limitaré a disfrutar -aceptó a regañadientes la blanquecina pegaso, aunque en el fondo iba a preguntar a Yara y a Hannai el motivo.
Una vez todos los ponis hubieron terminado de comer las actuaciones se retomaron. La primera actuación fue de una potrilla de crines rosas y negras, pelaje blanco y ojos morados claros, que llevaba un sombrero y un chaleco, ambos algo abultados. Blanca no había visto a esa potrilla nunca en el pueblo, y pensó que se habría mudado allí recientemente. La cutie mark de la potrilla era una luna roncando, y su actuación simplemente fue una canción de cuna cantada con su dulce y aguda voz. La mayoría de los ponis estuvieron a punto de dormirse por la canción, pero soo unos pocos lo hicieron.
-Bien, antes de continuar las actuaciones -los miembros del consejo subían al escenario mientras Apple Sugar hablaba.
-Como muchos sabemos -continuó Yara.
-Mañana en este pueblo se organiza una acampada en la montaña -explicó Strong Rock.
-Y los ponis que nombremos ahora han sido elegidos para ir, no pueden renegar -concluyó Golden Hair.
-Quien sea nombrado debe subir al escenario -dijeron a la vez los miembros del consejo. -Blanca, Dreaming Mary, Splash Hannai, Apple Sugar, Night Light, Ladalare.
Todos los miembros del consejo menos Apple Sugar bajaron del escenario. Blanca, la potrilla de la canción de cuna, Hannai, Night Light, y un pegaso de crines azules metalizadas, pelaje azul claro y ojos azules oscuros, con una cutie mark de un cofre del tesoro, subieron al escenario.
-Nosotros partiremos mañana a la montaña y acamparemos allí, volveremos tres días después -anunció Apple Sugar.
El grupo de ponis elegidos bajó del escenario y las actuaciones continuaron mientras ellos se sentaban en una de las mesas que seguían allí a hablar.
-Vale, aquí no todos nos conocemos, pero eso no será un problema, ¿sí? -comentó Ladalare.
-Como me apetece ir de acampada en invierno a una montaña nevada en la que… -Hannai comenzó la frase con sarcasmo y no llegó a terminarla, parecía asustada.
-No va a haber avalanchas, está comprobado, y en caso de que se diera alguna, podrías salir volando a toda máquina hasta aquí -la tranquilizó Apple Sugar.
-Si tú lo dices… -aceptó Hannai.
Así comenzaron los preparativos para partir al día siguiente. Entre Apple Sugar y los miembros del consejo consiguieron tiendas de campaña, y cada uno de los otros elegidos para la acampada recogió lo que él mismo necesitaría.
Cuando la mañana del día siguiente llegó, los seis campistas estaban en la entrada del pueblo, dispuestos a emprender la marcha. Apple Sugar estaba recibiendo ordenes e instrucciones de el consejo para el viaje mientras el resto de l@s viajer@s se despedían de l@s habitantes del pueblo.
Varios minutos después, el grupo salió del pueblo y comenzó a rodearlo por la derecha.
-Ahora tenemos que ir… hacia allí -Hannai miraba un mapa y señalaba en una dirección.
-Hannai, estás mirándolo al revés -replicó Ladalare. -Es por allí.
Los seis siguieron la dirección del semental hasta que se adentraron en un bosque de árboles nevados.
-¿Podemos descansar un poco? -preguntó Dreaming Mary.
-No sé, estamos muy cerca… -replicó Apple Sugar.
-Venga, son potrillas y necesitan descansar más, en unos minutos continuamos… -propuso Night Light.
-Además yo también necesito descansar -añadió Blanca.
-Está bien, pero solo unos minutos -terminó aceptando la granjera.
L@s seis dejaron sus cosas en el suelo y se sentaron en un pequeño circulo un rato. A los diez minutos o así estaban de nuevo en marcha.
-¿Y hacéis esto todos los años? -preguntó Blanca, que temblaba de frio.
-Aja -respondió Hannai, que llevaba una alforja en equilibrio sobre el hocico mientras revoloteaba, para mantenerse entretenida.
-Hannai, se te va a caer -dijo Ladalare.
-Cierto, ¿no podrías entretenerte de otra forma? -preguntó Apple Sugar mientras giraban para bordear una cascada congelada que colgaba desde un saliente de roca.
-¿Cómo cual? -replicó la potrilla.
-Podríamos contar chistes -propuso Night Light.
-¡Empiezo yo! -afirmó Apple Sugar. -Esto son dos fuertes sementales muy amigos que juegan un día a retarse. Uno de los dos embiste un muro y le dice al otro:
-Te reto a que no puedes embestir con más fuerza que yo el muro.
El otro acepta, se prepara para embestir… ¡Y va y atraviesa la pared!
Todos se echaron a reir mientras continuaban, aunque Blanca parecia… extrañada.
-¿Cómo conoces ese chiste, Apple Sugar? -inquirió la blanquecina pegaso. -Yo juraría que lo escuché una vez en la escuela para unicornios superdotados de Canterlot.
-¿Estudiaste allí? -se sorprendió Hanai.
-Un día un unicornio de Manehattan se pasó la tarde contando historias graciosas como esa -explicó la granjera, ignorando la pregunta de la potrilla.
-Entiendo, y respondiendo a tu pregunta, Hannai… -Blanca movió ligeramente las puntas de su ala y las alforjas de los seis levitaron en el aire.
-¡Waw, eso mola! -exclamó Dreaming Mary, hablando por primera vez desde que la eligieron para la acampada.
-Gracias -las alforjas de los seis volvieron a su lugar.
-¿Algún otro chiste? -inquirió Night Light.
-Yo tengo uno -respondió Ladalare. -Esto es un potrillo llamado Jaimito que va con su abuelita paseando y recoge una moneda del suelo, a lo que su abuela le dice:
-No cogas del suelo, que están sucias.
Cuando vuelven a su casa la abuela de Jaimito resbala y se cae al suelo. Pide ayuda al potrillo, pero este le dice:
-No se cogen cosas del suelo, abuelita.
De nuevo los seis se echaron a reir cuando la temperatura comenzó a descender. Entre el manto de nuves del cielo, pudieron ver como se oscurecia y comenzaban a aparecer las primeras estrellas nocturnas.
-Creo que deberíamos montar ya las tiendas y continuar por la mañana -comentó Night Light.
Todos asintieron y Blanca y Night Ligh montaron las tres tiendas para dos que habían llevado mientras Ladalare y Apple Sugar encendían una fogata y Hannai y Dreaming Mary conversaban animadamente. Una media hora después los seis estaban alrededor de la fogata tomando unas manzanas con algunas bayas y zumo de uvas.
-Esto está delicioso -comentó Dreaming Mary.
-Gracias -dijeron Blanca y Apple Sugar, que se habían encargado de condimentar ligeramente las bayas y de hacer el zumo.
Para más comodidad, la potrilla de dulce voz se quitó el sombrero y el chaleco, quedando solo con una bufanda, y para sorpresa de Blanca, Dreaming Mary era una alicornio. La blanquecina pegaso abrió tanto la boca que los otros cinco presentes estaban seguros de que la mandíbula le llegaría al suelo.
-Ah, claro -dijo Night Light. -Debe ser la primera vez que ves a la verdadera Dreaming Mary, ¿no?
-Aja -añadió Hannai.
-La primerísima -afirmó Blanca.
-No pasa nada, es normal -dijo la potrilla alicornio. -No te asombres tanto, ¿vale?
-Sí -Blanca necesitó usar sus dos cascos delanteros y su ala para poder cerrar la boca.
Sus cinco "amigos" rieron y poco después todos se preparaban para echarse a dormir. Apple Sugar se ofreció para vigilar y para mantener el fuego encendido. A Blanca le sonó familiar que la granjera se quitara el sombrero y deshiciera sus trenzas para cambiarlas por dos coletas recogidas con lazos dorados, aunque no recordaba el porqué. Todos menos la granjera se fueron a dormir a las tiendas mientras el manto de nubes del cielo comenzaba a disiparse dejando ver un hermoso manto estrellado.
Tras unas horas Blanca se despertó sin sueño y decidió salir de la tienda a relevar a Apple Sugar. Para su sorpresa, la granjera estaba en equilibrio de una pata sobre una rama de un árbol sin hojas.
-Buenas noches -dijo Apple Sugar, mirando a la blanquecina pegase.
-Buenas noches -repitió Blanca. -¿Por qué estás...?
-Porque me gusta -por alguna extraña razón, aquella respuesta le resultó familiar.
FLASHBACK DE BLANCA
Una potrilla pegaso de una sola ala de crines y pelaje blancos y ojos azules claros despertó en su habitación compartida de la escuela para unicornios superdotados de Canterlot. Era medianoche y todo parecía... ¿normal? No, algo no encajaba... Y es que mechones de crines rojas colgaban desde… ¿un hasta del ventilador del techo? Batió su ala como pudo ayudándose apoyando las patas en rugosidades de la pared hasta subir a una de las hastas del ventilador. Aleteando para mantener el equilibrio, vio a una potrilla de crines rojas recojidas en dos coletas atadas con lazos, pelaje azulado y ojos color crema estaba en equilibrio sobre una pata en un hasta del ventilador leyendo un libro que mantenía en equilibrio sobre el hocico.
-¿Qué haces, Yamy? -inquirió Blanca.
-Leer -respondió la llamada Yamy.
-¿Por qué así? -preguntó la blanquecina potrilla.
-Porque me gusta -respondió la potrilla de las coletas.
FIN DEL FLASHBACK
La blanquecina pegaso recordó entonces que había salido de la tienda para ver si la granjera quería descansar y que ella la relevara.
-¿Quieres ir a descansar? -preguntó Blanca. -Puedo relevarte si quieres.
-No hace falta, estoy bien -respondió Apple Sugar.
-Está bien -aceptó la blanquecina pegaso y se volvió a meter en la tienda.
-Me parece que no te acuerdas, muñeco de nieve -susurró Apple Sugar para luego reir por lo bajo.
El resto de la noche transcurrió normal, y al amanecer todos estaban alrededor de la fogata, aunque cierta granjera dormía.
Fin chapter 1x07