Bases
-Los relatos deben ser de 500 palabras máximo.
-Fondo y modo de realización son totalmente libres, pudiendo enfocarlo como vosotros querais, pero de todas las yeguas a las que les pediriais la mano, sólo hay que escoger una, eso sí.
-Todos los relatos que hayan sido subidos antes, deben de ser retirados del hilo y mandados a mí como MP, aunque el mío lo voy a dejar como ejemplo para los que quieran participar.
-El plazo de entrega será el jueves 18 de julio hasta las nueve de la noche, mandadme vuestro relato por MP. El viernes se publicarán los relatos en el post principal, y los resultados se darán a conocer el domingo.
-El jurado estará compuesto por un servidor y Moekonya, el premio será un dibujo realizado por la misma del momento en el que el OC del ganador le pide la mano a su yegua.
-Dejadme indicado quien quereis participar para agregaros a la lista.
Lista de participantes
-Edgareo Recibido
Spoiler:
Llevaban mucho tiempo casados, de eso no había ninguna duda. Eran felices como el primer día, y nunca se cansaban de contar aquel relato a sus sobrinos. Eran de especies diferentes sí, pero eso no les detuvo. Ella estaba un poco loca, pero esa locura tan característica era algo que él adoraba. Él no era guapo, tampoco inteligente, pero había demostrado más de una vez que la quería con locura, incluso él se llegó a sacrificar en el camino. ¿Cómo que él seguía vivo? Bueno, nadie ha dicho que esta historia tenga que tener lógica, ¿verdad?
En fin, como iba diciendo, ella se enamoró de él por los continuas muestras de amor que él le daba, y seguían amándose desde aquel día en el que ella se dio cuenta de que lo amaba, y llegó el día, en el que todo cambiaría...
—¿Estás seguro que quieres dar este paso hermano?—preguntó un chico de unos 16 años de edad, alto y moreno, mientras tomaba un poco de té.
—Sin duda alguna, querido Edgar—diría el otro chico, de 20 años, exactamente igual que su hermano, pero pelirrojo— Pinkie es la mujer de mi vida...bueno, más bien yegua, en fin, ya me entiendes.
—Pero...el matrimonio es un salto muy grande y...
—No hay peros que valgan hermanito, me casaré con ella...si quiere, claro está—comentó, soltando una carcajada, mientras se acababa su té.
Mientras, en el Sugar Cube Corner, Pinkie y el resto de las mane se encontraban tomando unos pastelitos para desayunar, cuando de pronto, a pinkie le comenzaron a invadir sensaciones extrañas, que acabó con ella saltando de alegría.
—¡Por todas las manzanas Pinkie!—comentó Applejack, mirando la efusividad de su amiga— ¿Que ocurre?
—Si querida, ¿tan contenta estás con tu nuevo novio?—dijo Rarity, mientras se terminaba de limpiar restos de cupcake de su hocico.
—Bah, amor...nunca lo entenderé...—expresó Rainbow, haciendo una mueca.
-¡Edgareo me va a pedir matrimonio!—comentó esta sin cortarse ni un pelo, haciendo que las ponies que aún estaban comiendo se atragantasen.
—¡Por Celestia! ¿Cómo sabes tú eso?—preguntó Twilight, después de tomar un poco de agua.
—Corazón...¿estas segura de eso?—formuló Applejack, recogiendo el sombrero que se la había caido.
—¡Mi sentido Pinkie no para! ¡Y ya sabeis como es! ¡Hay que celebrar una gran fiesta!—Fluttershy iba a decir algo, pero fue interrumpida por el sonido de la puerta, que daba paso al chico pelirrojo—¡Edgareo! ¡Si! ¡Acepto!—gritó, exhaltada, trotando a brazos de su novio.
—Heh...de verdad que tu sentido nunca falla, ¿eh?—rió, mientras la recibia en sus brazos— De todas formas...me gustaría hacerte la pregunta así que, Pinkie, ¿quieres casarte conmigo?
—¡Y así fue como Equestria se creó!—terminó de narrar Pinkie, mientras ella y su esposo observaban a los nueve potrillos que se habían quedado dormidos escuchando la historia. Se sonrieron, y se dieron un dulce beso.
En fin, como iba diciendo, ella se enamoró de él por los continuas muestras de amor que él le daba, y seguían amándose desde aquel día en el que ella se dio cuenta de que lo amaba, y llegó el día, en el que todo cambiaría...
—¿Estás seguro que quieres dar este paso hermano?—preguntó un chico de unos 16 años de edad, alto y moreno, mientras tomaba un poco de té.
—Sin duda alguna, querido Edgar—diría el otro chico, de 20 años, exactamente igual que su hermano, pero pelirrojo— Pinkie es la mujer de mi vida...bueno, más bien yegua, en fin, ya me entiendes.
—Pero...el matrimonio es un salto muy grande y...
—No hay peros que valgan hermanito, me casaré con ella...si quiere, claro está—comentó, soltando una carcajada, mientras se acababa su té.
Mientras, en el Sugar Cube Corner, Pinkie y el resto de las mane se encontraban tomando unos pastelitos para desayunar, cuando de pronto, a pinkie le comenzaron a invadir sensaciones extrañas, que acabó con ella saltando de alegría.
—¡Por todas las manzanas Pinkie!—comentó Applejack, mirando la efusividad de su amiga— ¿Que ocurre?
—Si querida, ¿tan contenta estás con tu nuevo novio?—dijo Rarity, mientras se terminaba de limpiar restos de cupcake de su hocico.
—Bah, amor...nunca lo entenderé...—expresó Rainbow, haciendo una mueca.
-¡Edgareo me va a pedir matrimonio!—comentó esta sin cortarse ni un pelo, haciendo que las ponies que aún estaban comiendo se atragantasen.
—¡Por Celestia! ¿Cómo sabes tú eso?—preguntó Twilight, después de tomar un poco de agua.
—Corazón...¿estas segura de eso?—formuló Applejack, recogiendo el sombrero que se la había caido.
—¡Mi sentido Pinkie no para! ¡Y ya sabeis como es! ¡Hay que celebrar una gran fiesta!—Fluttershy iba a decir algo, pero fue interrumpida por el sonido de la puerta, que daba paso al chico pelirrojo—¡Edgareo! ¡Si! ¡Acepto!—gritó, exhaltada, trotando a brazos de su novio.
—Heh...de verdad que tu sentido nunca falla, ¿eh?—rió, mientras la recibia en sus brazos— De todas formas...me gustaría hacerte la pregunta así que, Pinkie, ¿quieres casarte conmigo?
—¡Y así fue como Equestria se creó!—terminó de narrar Pinkie, mientras ella y su esposo observaban a los nueve potrillos que se habían quedado dormidos escuchando la historia. Se sonrieron, y se dieron un dulce beso.
-McDohl Recibido
Spoiler:
-El Final del Viaje-
–No puede ser…
Bookmark Chronicle contemplaba lo que era el fin de su largo viaje. Sus ojos veían… pero su mente se negaba a creerlo.
–Supe desde el primer momento que no podía ser una fantasía… que ella existía de verdad. Seguí todas las pistas, recorrí todos los lugares que se mencionaba en los libros. Lo hice todo… porque estaba seguro de que ella me aguardaba al final del camino… y no me equivocaba…
“Pero no así. Así no…”
Las patas empezaron a fallarle, victimas del cansancio y de la tristeza que las inundaba. Finalmente, Bookmark se arrodilló sobre aquella lápida fría y sobria, con un pequeño epitafio escrito.
–¡Desde siempre he estado soñando con poder verte en ponisona! Quería poderte decir lo mucho que has significado para mi vida. Lo mucho que me inspiraste. Si he llegado a ser lo que soy es por ti… eras mi alma gemela… no podías ser sólo fruto de la pluma de un escritor… y aquí estabas… todo este… *snif* y yo seguí dando lo mejor de mí… por llegar aquí… y entregarte esto.
Bookmark sacó de su mochila, hecha ya girones por los múltiples viajes realizados, una cajita.
–Hice esto con una piedra preciosa que encontré en la selva, cuando seguía las pistas de aquel libro, el primero que leí…
Bookmark abrió la caja y depositó su contenido sobre la lápida: era un precioso anillo de oro con un hermoso zafiro incrustado.
–Deseaba *snif* deseaba entregártelo el día que te conociese… y contártelo todo… y pedirte que fueses mi poni muy especial y que te casases conmigo…
Finalmente, Bookmark ya no pudo soportarlo más y se desplomó a llorar desconsoladamente con la cabeza apoyada sobre aquel epitafio:
Aquí yace Daring Do
Exploradora y Aventurera
Que sus historias se perpetúen en sus libros
… … … …
Chico… deberías saber que mis historias nunca acaban mal.
–¿Eh? ¿Qué…?
Antes de que Bookmark pudiese poner en pie, alguien posó una pata sobre su grupa…
Y al girarse…
–N… no puede…
Allí estaba una poni de pelaje amarillo hansa, crin gris en diversos tonos… y la Marca de Belleza de una Rosa de los Vientos.
–¿Daring… do? P… pero tu…
La poni le puso el casco suavemente en la boca.
–Ssssh… no digas nada. Acepto encantada.
Y antes de que pudiese darse cuenta, la poni le besó apasionadamente.
--------------------------------------------------------------------------------------------
A unos metros de distancia, una pareja de ponis observaba la escena.
–Bueno… creo que aquí ya sobramos; vámonos, Derpy.
La pegaso miró con sus ojos estrábicos a su compañero, algo extrañada.
–Doctor… ¿no cree que hemos alterado demachiado la continuidad espacio-temporal trayéndola aquí? Me alegro por eche poni, pero…
El poni de tierra, de pelaje marrón y crin algo más oscura, se giró hacia su compañera mientras ambos subían a una extraña cabina azul.
–Por una vez, dejemos que todos sean felices. No podemos dejar que una historia de Daring Do termine mal, ¿no crees?
Y, tras cerrar la puerta tras de sí, la cabina desapareció.
–No puede ser…
Bookmark Chronicle contemplaba lo que era el fin de su largo viaje. Sus ojos veían… pero su mente se negaba a creerlo.
–Supe desde el primer momento que no podía ser una fantasía… que ella existía de verdad. Seguí todas las pistas, recorrí todos los lugares que se mencionaba en los libros. Lo hice todo… porque estaba seguro de que ella me aguardaba al final del camino… y no me equivocaba…
“Pero no así. Así no…”
Las patas empezaron a fallarle, victimas del cansancio y de la tristeza que las inundaba. Finalmente, Bookmark se arrodilló sobre aquella lápida fría y sobria, con un pequeño epitafio escrito.
–¡Desde siempre he estado soñando con poder verte en ponisona! Quería poderte decir lo mucho que has significado para mi vida. Lo mucho que me inspiraste. Si he llegado a ser lo que soy es por ti… eras mi alma gemela… no podías ser sólo fruto de la pluma de un escritor… y aquí estabas… todo este… *snif* y yo seguí dando lo mejor de mí… por llegar aquí… y entregarte esto.
Bookmark sacó de su mochila, hecha ya girones por los múltiples viajes realizados, una cajita.
–Hice esto con una piedra preciosa que encontré en la selva, cuando seguía las pistas de aquel libro, el primero que leí…
Bookmark abrió la caja y depositó su contenido sobre la lápida: era un precioso anillo de oro con un hermoso zafiro incrustado.
–Deseaba *snif* deseaba entregártelo el día que te conociese… y contártelo todo… y pedirte que fueses mi poni muy especial y que te casases conmigo…
Finalmente, Bookmark ya no pudo soportarlo más y se desplomó a llorar desconsoladamente con la cabeza apoyada sobre aquel epitafio:
Aquí yace Daring Do
Exploradora y Aventurera
Que sus historias se perpetúen en sus libros
… … … …
Chico… deberías saber que mis historias nunca acaban mal.
–¿Eh? ¿Qué…?
Antes de que Bookmark pudiese poner en pie, alguien posó una pata sobre su grupa…
Y al girarse…
–N… no puede…
Allí estaba una poni de pelaje amarillo hansa, crin gris en diversos tonos… y la Marca de Belleza de una Rosa de los Vientos.
–¿Daring… do? P… pero tu…
La poni le puso el casco suavemente en la boca.
–Ssssh… no digas nada. Acepto encantada.
Y antes de que pudiese darse cuenta, la poni le besó apasionadamente.
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A unos metros de distancia, una pareja de ponis observaba la escena.
–Bueno… creo que aquí ya sobramos; vámonos, Derpy.
La pegaso miró con sus ojos estrábicos a su compañero, algo extrañada.
–Doctor… ¿no cree que hemos alterado demachiado la continuidad espacio-temporal trayéndola aquí? Me alegro por eche poni, pero…
El poni de tierra, de pelaje marrón y crin algo más oscura, se giró hacia su compañera mientras ambos subían a una extraña cabina azul.
–Por una vez, dejemos que todos sean felices. No podemos dejar que una historia de Daring Do termine mal, ¿no crees?
Y, tras cerrar la puerta tras de sí, la cabina desapareció.
-Colorful Sigh Recibido
Spoiler:
Le había observado desde potrilla. Cuando se acercaba a mí terminaba morada por falta de aire y temblando hasta hacer chocar mis cascos. Tenía suerte de que él no se percata de esas cosas. Siempre pienso en lo distinta que sería mi vida si me hubiese fijado en otro poni y no en él: tan solo la anécdota divertida de cómo suspiré por un poni adulto durante toda mi infancia. Pero fue él, y observarle tantos años me hizo darme cuenta de que no es el tipo de poni en quien una jovencita debería fijarse. Aquel que merodea cuando hay problemas, que solo aparece cuando todo va realmente mal y jamás dirige una sola palabra a ningún poni. Solo, siempre tan solo, con esa mirada hundida y llena de tristeza que oculta misterios que me aterrorizan. Y aunque me haya dado cuenta de que su presencia es un mal augurio solo sueño con volver a verle en Ponyville.
... En un día como hoy, por ejemplo. Pero él no aparece cuando yo estoy en problemas. Llevo horas corriendo y, aunque detesto rendirme, no creo que pueda soportarlo mucho más. Esos estúpidos, estúpidos ponis, no tienen suficiente con verme completamente sola, también necesitan hacerme la vida imposible. Tengo auténtico terror a lo que pueda suceder si me encuentran, y apenas recuerdo por qué comenzó todo ésto. Ojalá pudiese volver a aquella dulce época en la que todo rondaba entorno a aquella figura que siempre aparecía cuando no cabía lugar a la esperanza... Suena demasiado bonito. Y muy lejano. ¿Por qué me jodí la vida? ¿Por qué pensé que le terminaría encontrando uniéndome a ésta banda? Algo impactó contra mí y caí sonoramente al suelo.
¡¡Te pillé!! Siento las maneras.
Tenía un poni sobre mí impidiéndome levantarme. Le reconocí como uno de mis perseguidores, pero...
Dabe u moeto – balbuceó mientras sujetaba con el hocico un aparato que emitía luces y extraños ruiditos. Aquello me olía mal.
¡¡Vosotros no entendéis nada, imbéciles!! ¡¡No sabéis nada de mí!! ¡¿Lo pillas?! ¡¡Vo...!!
¡Ssssssh!
Me callé en seco sin poder evitarlo. ¿Pero qué...? Le mordí en el cuello con todas mis fuerzas. Gritó exageradamente y dejó caer aquel extraño aparato al suelo.
Eso no ha sido muy sensual. Deberías practicar más.
Entonces me fijé bien en su rostro. Miré a uno de sus ojos, pausadamente, luego al otro. Eran aquellos viejos ojos de un azul como el cielo, hundidos y solitarios. Sin embargo, aquel poni no podía ser mucho más mayor que yo. Comencé a ponerme morada y entonces di una gran bocanada de aire.
¡¡Cásate conmigo!!
Le había dado justo en el blanco, tantos años habían servido para saber cómo captarle. Se quedó totalmente helado.
¿Perdona? Para, tengo que irme. Esos tipos no te seguirán más...
¡He dicho que te cases conmigo!
Hizo ademán de levantarse, pero le sujeté con fuerza. Nuestros ojos se cruzaron de nuevo. Sonrió con nostalgia. Era el Doctor, no cabía duda.
¿Te he dicho que viajo por el espacio y el tiempo?
Sonreí. Sabía que ahora jamás estaríamos solos.
... En un día como hoy, por ejemplo. Pero él no aparece cuando yo estoy en problemas. Llevo horas corriendo y, aunque detesto rendirme, no creo que pueda soportarlo mucho más. Esos estúpidos, estúpidos ponis, no tienen suficiente con verme completamente sola, también necesitan hacerme la vida imposible. Tengo auténtico terror a lo que pueda suceder si me encuentran, y apenas recuerdo por qué comenzó todo ésto. Ojalá pudiese volver a aquella dulce época en la que todo rondaba entorno a aquella figura que siempre aparecía cuando no cabía lugar a la esperanza... Suena demasiado bonito. Y muy lejano. ¿Por qué me jodí la vida? ¿Por qué pensé que le terminaría encontrando uniéndome a ésta banda? Algo impactó contra mí y caí sonoramente al suelo.
¡¡Te pillé!! Siento las maneras.
Tenía un poni sobre mí impidiéndome levantarme. Le reconocí como uno de mis perseguidores, pero...
Dabe u moeto – balbuceó mientras sujetaba con el hocico un aparato que emitía luces y extraños ruiditos. Aquello me olía mal.
¡¡Vosotros no entendéis nada, imbéciles!! ¡¡No sabéis nada de mí!! ¡¿Lo pillas?! ¡¡Vo...!!
¡Ssssssh!
Me callé en seco sin poder evitarlo. ¿Pero qué...? Le mordí en el cuello con todas mis fuerzas. Gritó exageradamente y dejó caer aquel extraño aparato al suelo.
Eso no ha sido muy sensual. Deberías practicar más.
Entonces me fijé bien en su rostro. Miré a uno de sus ojos, pausadamente, luego al otro. Eran aquellos viejos ojos de un azul como el cielo, hundidos y solitarios. Sin embargo, aquel poni no podía ser mucho más mayor que yo. Comencé a ponerme morada y entonces di una gran bocanada de aire.
¡¡Cásate conmigo!!
Le había dado justo en el blanco, tantos años habían servido para saber cómo captarle. Se quedó totalmente helado.
¿Perdona? Para, tengo que irme. Esos tipos no te seguirán más...
¡He dicho que te cases conmigo!
Hizo ademán de levantarse, pero le sujeté con fuerza. Nuestros ojos se cruzaron de nuevo. Sonrió con nostalgia. Era el Doctor, no cabía duda.
¿Te he dicho que viajo por el espacio y el tiempo?
Sonreí. Sabía que ahora jamás estaríamos solos.
-HotRoder Recibido
Spoiler:
Era de noche, Dragon Heart y Applejack estaban juntos al lado de un lago a la tenue luz de la luna. Las luciérnagas paseaban cerca del lago mientras el aire hacía que los manzanos se removieran reconfortante y suavemente...
— Vaya, qué noche tan buena hace hoy, ¿eh?
— Así es, Sugarcube. Hace una noche muy fresca y muy clara.
Ambos no pudieron evitar soltar una risilla por los comentarios tan tontos que dijeron, entonces hubo un momento de silencio. Dragon fue el primero en hablar, aclarándose un poco la garganta mientras se ruborizaba:
— Ejem... Esto no se lo he dicho a nadie... pero... estando aquí solos, me gustaría decirte una cosa...— Dijo el blanco stallion mientras miraba junto con la campesina el lago. Esta se sorprendió y miró fijamente a Dragon, que aún estaba sonrojado.
— ¿Qué me quieres decir, Dragon?— Applejack se preocupó por lo que le fuese a decir mientras sus ojos brillaban y sus mejillas se sonrojan ligeramente.
— Verás... es que yo... Me tratas muy bien y me ayudas en todo lo que puedes... y eso en parte te lo agradezco muchísimo... y...— Dragón empezó a desviar el tema principal de la conversación.
Entonces la campesina le detuvo para que no continuara y empezó a hablar. La lengua se le trababa, cosa que le hacía sonrojar más aún. En ese momento ambos se miraron y hubo un silencio sepulcral que parecía no terminar nunca. Entonces Applejack comenzó diciendo:
— ¿Q-quieres ser mi Special Somepony?— Dijo la campesina sonrojada.
Dragon estaba ilusionado: Applejack le había pedido ser su special somepony, se emocionó de alegría. Pero algo vio en el rostro de Applejack: miedo y temor por no haber escogido bien las palabras adecuadas... y arrepentimiento. Pero entonces Dragon la detuvo y continuó él:
— No era eso exactamente lo que te quería decir, sino algo mucho más importante para mí.— Dijo Dragon mientras comenzaba a sentarse de nuevo delante de su querida Applejack.
— Applejack... no quiero que solo seas mi Special Somepony... quiero también... que... que... t-te cases conmigo...— Termino de mencionar el stallion, con gran ruborización delante de su amada pony campesina, mientras con su magia le mostraba un anillo simple pero hermoso.
— Durante el poco tiempo que he estado contigo me has tratado muy bien, me has ayudado cuando más lo necesitaba, tanto moral como físicamente, y lo que siento por ti... es algo que no puedo explicar con mis palabras... te... amo.— Dijo Dragon Heart finalizando su pequeño discurso.
— Oh... Sugarcube... eso que has dicho es muy bonito... Sí, me quiero casar contigo.— Respondió Applejack mientras le acercaba la pezuña para que Dragon la obtuviera y pudiera colocar el anillo.
En ese instante ambos ponys se miraron fijamente y lentamente, con la luz de la luna al fondo, se acercaron. Applejack deseó que todo fuese más lento, pues aún no se creía lo que ocurría, hasta que finalmente sus hocicos se tocaron. Seguidamente lo hicieron sus bocas. Y el amor entre ambos fue eterno.
FIN
— Vaya, qué noche tan buena hace hoy, ¿eh?
— Así es, Sugarcube. Hace una noche muy fresca y muy clara.
Ambos no pudieron evitar soltar una risilla por los comentarios tan tontos que dijeron, entonces hubo un momento de silencio. Dragon fue el primero en hablar, aclarándose un poco la garganta mientras se ruborizaba:
— Ejem... Esto no se lo he dicho a nadie... pero... estando aquí solos, me gustaría decirte una cosa...— Dijo el blanco stallion mientras miraba junto con la campesina el lago. Esta se sorprendió y miró fijamente a Dragon, que aún estaba sonrojado.
— ¿Qué me quieres decir, Dragon?— Applejack se preocupó por lo que le fuese a decir mientras sus ojos brillaban y sus mejillas se sonrojan ligeramente.
— Verás... es que yo... Me tratas muy bien y me ayudas en todo lo que puedes... y eso en parte te lo agradezco muchísimo... y...— Dragón empezó a desviar el tema principal de la conversación.
Entonces la campesina le detuvo para que no continuara y empezó a hablar. La lengua se le trababa, cosa que le hacía sonrojar más aún. En ese momento ambos se miraron y hubo un silencio sepulcral que parecía no terminar nunca. Entonces Applejack comenzó diciendo:
— ¿Q-quieres ser mi Special Somepony?— Dijo la campesina sonrojada.
Dragon estaba ilusionado: Applejack le había pedido ser su special somepony, se emocionó de alegría. Pero algo vio en el rostro de Applejack: miedo y temor por no haber escogido bien las palabras adecuadas... y arrepentimiento. Pero entonces Dragon la detuvo y continuó él:
— No era eso exactamente lo que te quería decir, sino algo mucho más importante para mí.— Dijo Dragon mientras comenzaba a sentarse de nuevo delante de su querida Applejack.
— Applejack... no quiero que solo seas mi Special Somepony... quiero también... que... que... t-te cases conmigo...— Termino de mencionar el stallion, con gran ruborización delante de su amada pony campesina, mientras con su magia le mostraba un anillo simple pero hermoso.
— Durante el poco tiempo que he estado contigo me has tratado muy bien, me has ayudado cuando más lo necesitaba, tanto moral como físicamente, y lo que siento por ti... es algo que no puedo explicar con mis palabras... te... amo.— Dijo Dragon Heart finalizando su pequeño discurso.
— Oh... Sugarcube... eso que has dicho es muy bonito... Sí, me quiero casar contigo.— Respondió Applejack mientras le acercaba la pezuña para que Dragon la obtuviera y pudiera colocar el anillo.
En ese instante ambos ponys se miraron fijamente y lentamente, con la luz de la luna al fondo, se acercaron. Applejack deseó que todo fuese más lento, pues aún no se creía lo que ocurría, hasta que finalmente sus hocicos se tocaron. Seguidamente lo hicieron sus bocas. Y el amor entre ambos fue eterno.
FIN
-Slaughter Recibido
Spoiler:
NOTA A CIEGAS
Esa luz... siempre ahí, envolviéndolo todo. Tal vez se podría explicar con simples palabras pero yo no lo veía así... Miles de pequeños chasquidos provenían de debajo de mis patas delanteras, incluso podía sentir como el suave terciopelo del asiento me hacia cosquillas debajo de las pezuñas.
Por un instante todo quedo en silencio. Incluso todos esos pequeños ruiditos se apagaron, como si todo a mí alrededor se pusiera de acuerdo para respetar aquel momento.
Entonces lo oí...
Allí, delante mía, a escasos metros se podía captar las más dulce de las melodías del babel. Entraba por los oídos y completaba todo el circuito hasta embriagar todo mi cuerpo.
Llevo escuchando ese mismo sonido desde que tengo memoria y hoy por fin lo tengo delante... casi que puedo tocarlo. Luz y música, todo unido me parecía por primera vez en mi vida, lo más hermoso del mundo.
Había estado en muchos lugares, había visitado todos los auditorios de toda Equestria, desde Manehatten hasta Vanhoover, buscando ese sonido que captaron mis orejas cuando solo tenía 8 años.
Podéis creerme, que era él.
Mis ojos soltaron dos pequeñas lágrimas que rápidamente recorrieron mis mejillas hasta llegar a mi boca sonriente de felicidad.
Entonces cesó, después de dos horas en aquel asiento mis patas estaban entumecidas, pero el viaje había merecido la pena. Me seque las lagrimas y me puse en pata de nuevo.
La madera del suelo volvía entonces a crujir bajo mis cascos, al igual que debajo de las de multitud de ponis que presentía que habían acudido ese día a ponyville a escuchar la misma melodía que yo.
¿Cuántos de estos ponis habrán captado realmente el alma de la música?
Me entristecía la idea, y deseaba con todas mis fuerzas que así fuera. Tanta magia había tenido que captarla alguien. Note que encendieron las luces de la sala y todo poni se puso a repiquetear en el suelo, aplaudiendo emocionados.
Yo no.
Aun seguía escuchando en mi cabeza la melodía, negándome a dejarla escapar...negándome a que se acabara. Deseaba poder oírla toda mi vida. Ni siquiera conocía su rostro, ni quién era, aquel poni de la melodía en mi mundo de luz.
Tanto tiempo...tanto tantísimo tiempo... Si alguna vez habéis buscado con tanto ahínco aquellos que os ha hecho vibrar el corazón durante toda vuestra vida me entenderéis.
La sala empezó a vaciarse, poco a poco todos los pequeños Sonidos iban desapareciendo hasta que el silencio volvió a reinar.
Solo luz, sin música, ya había acabado mi sueño y todavía seguía allí, inmóvil.
Cuando ya me disponía a irme, la melodía volvió a sonar. Pero ahora no en mi cabeza sino que volvía a entrar por mis oídos, se fundía con el recuerdo aún latente en mi memoria concordando a la perfección nota por nota, en un baile místico y mágico.
Mis ojos volvieron a salpicar el suelo con mis lágrimas. Me levanté todo lo rápido que mis patas me dejaron, palpé los asientos alineados hasta dar con la calle central que llegaba hasta los pies del escenario. Subí los pequeños peldaños... La música ahora sonaba mucho más fuerte, y más, y más... Orientándome, el origen de la melodía se colocó justo delante mía.
No sé si se percataría de mi presencia, pero debía estar tocando con los ojos cerrados, sintiendo realmente las notas tal como lo hacía yo. Me alegraba que aquel lugar estuviese ya vacío, porque significaba que aquel concierto era solo para mí, que podía disfrutarlo solo yo.
- ¿Quién eres? - oí que la suave voz procedía del mismo lugar que el de la música.
- Y-yo... Yo me llamo Terdy.
Aún no sé cómo pude hablarle.
- ¿Y qué haces aún aquí? ¿No ves que ya se han ido todos?
Su voz permanecía suave, inalterable, sin dejar de tocar su violonchelo en ningún momento.
- ... Ya lo sé... Por favor, ¿podría saber tu nombre?...
Durante unos instantes dejó de tocar. Sentía que ahora me miraba. ¿Se percató acaso ya de...? Interrumpió mis pensamientos su nombre.
- Octavia, mi nombre... es Octavia.
¡¿Era una chica?! Mi cabeza dio un vuelco. No me importaba.
- Perdón... No sabía que eras...
- ¿Ciega?...
- Sí, eso, te has quedado incluso después de mi actuación... Mi música debe de gustarte muchísimo - su voz ahora me sonaba distinta, más femenina, tal vez porque antes no lo sabía - ¿Has podido captar el alma que le pongo a mi música?
Era una pregunta que no necesitaba respuesta.
- Octavia... Tu música es lo único que ha iluminado mi mundo durante toda mi vida desde que la oí por primera vez... Yo creía que nunca volvería a escucharla y sabía que ésta noche eras tú...
Octavia... El mundo se volvió nítido de repente y pude verla, delante mía, con el cabello largo color carbón y sus ojos color lavanda mirándome fijamente sonrojada.
No me importaba la respuesta, ni si era un milagro, ni le di importancia siquiera al hecho de poder verla, rodeada de luz; era el destino, el mío, desde que era una potrilla y por fin estaba allí.
- ... Cásate conmigo.
Esa luz... siempre ahí, envolviéndolo todo. Tal vez se podría explicar con simples palabras pero yo no lo veía así... Miles de pequeños chasquidos provenían de debajo de mis patas delanteras, incluso podía sentir como el suave terciopelo del asiento me hacia cosquillas debajo de las pezuñas.
Por un instante todo quedo en silencio. Incluso todos esos pequeños ruiditos se apagaron, como si todo a mí alrededor se pusiera de acuerdo para respetar aquel momento.
Entonces lo oí...
Allí, delante mía, a escasos metros se podía captar las más dulce de las melodías del babel. Entraba por los oídos y completaba todo el circuito hasta embriagar todo mi cuerpo.
Llevo escuchando ese mismo sonido desde que tengo memoria y hoy por fin lo tengo delante... casi que puedo tocarlo. Luz y música, todo unido me parecía por primera vez en mi vida, lo más hermoso del mundo.
Había estado en muchos lugares, había visitado todos los auditorios de toda Equestria, desde Manehatten hasta Vanhoover, buscando ese sonido que captaron mis orejas cuando solo tenía 8 años.
Podéis creerme, que era él.
Mis ojos soltaron dos pequeñas lágrimas que rápidamente recorrieron mis mejillas hasta llegar a mi boca sonriente de felicidad.
Entonces cesó, después de dos horas en aquel asiento mis patas estaban entumecidas, pero el viaje había merecido la pena. Me seque las lagrimas y me puse en pata de nuevo.
La madera del suelo volvía entonces a crujir bajo mis cascos, al igual que debajo de las de multitud de ponis que presentía que habían acudido ese día a ponyville a escuchar la misma melodía que yo.
¿Cuántos de estos ponis habrán captado realmente el alma de la música?
Me entristecía la idea, y deseaba con todas mis fuerzas que así fuera. Tanta magia había tenido que captarla alguien. Note que encendieron las luces de la sala y todo poni se puso a repiquetear en el suelo, aplaudiendo emocionados.
Yo no.
Aun seguía escuchando en mi cabeza la melodía, negándome a dejarla escapar...negándome a que se acabara. Deseaba poder oírla toda mi vida. Ni siquiera conocía su rostro, ni quién era, aquel poni de la melodía en mi mundo de luz.
Tanto tiempo...tanto tantísimo tiempo... Si alguna vez habéis buscado con tanto ahínco aquellos que os ha hecho vibrar el corazón durante toda vuestra vida me entenderéis.
La sala empezó a vaciarse, poco a poco todos los pequeños Sonidos iban desapareciendo hasta que el silencio volvió a reinar.
Solo luz, sin música, ya había acabado mi sueño y todavía seguía allí, inmóvil.
Cuando ya me disponía a irme, la melodía volvió a sonar. Pero ahora no en mi cabeza sino que volvía a entrar por mis oídos, se fundía con el recuerdo aún latente en mi memoria concordando a la perfección nota por nota, en un baile místico y mágico.
Mis ojos volvieron a salpicar el suelo con mis lágrimas. Me levanté todo lo rápido que mis patas me dejaron, palpé los asientos alineados hasta dar con la calle central que llegaba hasta los pies del escenario. Subí los pequeños peldaños... La música ahora sonaba mucho más fuerte, y más, y más... Orientándome, el origen de la melodía se colocó justo delante mía.
No sé si se percataría de mi presencia, pero debía estar tocando con los ojos cerrados, sintiendo realmente las notas tal como lo hacía yo. Me alegraba que aquel lugar estuviese ya vacío, porque significaba que aquel concierto era solo para mí, que podía disfrutarlo solo yo.
- ¿Quién eres? - oí que la suave voz procedía del mismo lugar que el de la música.
- Y-yo... Yo me llamo Terdy.
Aún no sé cómo pude hablarle.
- ¿Y qué haces aún aquí? ¿No ves que ya se han ido todos?
Su voz permanecía suave, inalterable, sin dejar de tocar su violonchelo en ningún momento.
- ... Ya lo sé... Por favor, ¿podría saber tu nombre?...
Durante unos instantes dejó de tocar. Sentía que ahora me miraba. ¿Se percató acaso ya de...? Interrumpió mis pensamientos su nombre.
- Octavia, mi nombre... es Octavia.
¡¿Era una chica?! Mi cabeza dio un vuelco. No me importaba.
- Perdón... No sabía que eras...
- ¿Ciega?...
- Sí, eso, te has quedado incluso después de mi actuación... Mi música debe de gustarte muchísimo - su voz ahora me sonaba distinta, más femenina, tal vez porque antes no lo sabía - ¿Has podido captar el alma que le pongo a mi música?
Era una pregunta que no necesitaba respuesta.
- Octavia... Tu música es lo único que ha iluminado mi mundo durante toda mi vida desde que la oí por primera vez... Yo creía que nunca volvería a escucharla y sabía que ésta noche eras tú...
Octavia... El mundo se volvió nítido de repente y pude verla, delante mía, con el cabello largo color carbón y sus ojos color lavanda mirándome fijamente sonrojada.
No me importaba la respuesta, ni si era un milagro, ni le di importancia siquiera al hecho de poder verla, rodeada de luz; era el destino, el mío, desde que era una potrilla y por fin estaba allí.
- ... Cásate conmigo.
-Bizarre Pony Recibido
Spoiler:
De nuevo, ella volvió a aparecer en mis sueños… ella… la princesa de la noche, Princess Luna. Con un porte tan real y a la vez tan misterioso, con una personalidad tan seria y diligente, pero con un corazón muy cálido y amable. Creo que eso fue lo que hizo enamorarme de ella. Pero… ¿Quién soy yo para comparármele? Sólo soy un simple plebeyo, no es como si pudiera casarme con ella en primer lugar, nuestras princesas cuidan muy bien de sus súbditos, pero sólo aquellos con sangre real o con un puesto de mando son dignos de casarse con ellas.
Una amiga mía de la infancia, llamada Stardust Shine, sabía toda la historia… pero a pesar de todo, nuevamente, se la estoy contando, en el bar de siempre… ¿me ayudará aliviar la depresión hablar de nuevo con ella del tema mientras tomo una copa? No lo sé. Quizás… sólo busco consejo.
–Venga vamos, ¿otra vez esa historia?– Comentó Stardust. –Twilight Sparkle hasta hace poco también era una pony normalita ¿crees que si alguien se hubiese enamorado de ella antes de su coronación ahora ya no tendría posibilidades? ¡Venga ya!–
–No es tan fácil.– Interrumpí con mi pesimismo. –Cierto que ella es princesa, pero como has dicho, se convirtió en una… en cambio, Celestia y Luna… nacieron princesas.–
–¡Eres un pony de mierda! ¡Vamos! ¡Ten un poco de agallas!– Exclamó Stardust con fuerza, jaleándome. –Como no le declares tu amor esta misma noche, lo haré yo. Le diré que le gustas y—
–¡Espera!– Grité. –¿Crees… que deba hacerlo? Yo…–
–¡Por supuesto que debes hacerlo! La vida es corta, tenemos que ser felices, si todo sale mal, vuelves a empezar, y ya esta.– Stardust parecía la otra cara de la moneda, totalmente optimista. –¡Mira, yo sigo esa filosofía de vida y soy feliz!–
No sé que cambió en mí… pero sentí que debía hacerlo. Puede que sean las persuasivas palabras de Stardust, puede que sea el alcohol que recorre mi cuerpo en estos momentos, o quizás mi propio sentido común se haya esfumado …
–Está bien, creo… que lo haré.– Dije, contagiado por el optimismo de Stardust.
–Está bien pero… ¿a que esperas? ¡Vete ya!– Stardust me llevó a la puerta del bar y me echó de él de una coz.
Ya era de noche, así que bravamente, me dirigí al lago oculto cerca del bosque Everfree, un lugar mágico, donde Luna solía estar para contemplar el reflejo de la luna sobre el agua. Me acerque silenciosamente pero ella rápidamente se volteó.
–Oh, eres tú, bienvenido Bizarre Pony.–
–Esto… princesa Luna… hay algo que siempre le he querido decir…– En ese momento saqué todo mi coraje y valentía y me lance con todo mi valor. –La amo, princesa Luna, siempre la he querido, por favor, ¡CÁSATE CONMIGO!–
Luna se sonrojó, y estuvo varios segundos en silencio… hasta que finalmente le dio una respuesta.
–Bizarre Pony... yo… siempre te he amado… por eso siempre te he esperado aquí todas las noches… ACEPTO…–
Una amiga mía de la infancia, llamada Stardust Shine, sabía toda la historia… pero a pesar de todo, nuevamente, se la estoy contando, en el bar de siempre… ¿me ayudará aliviar la depresión hablar de nuevo con ella del tema mientras tomo una copa? No lo sé. Quizás… sólo busco consejo.
–Venga vamos, ¿otra vez esa historia?– Comentó Stardust. –Twilight Sparkle hasta hace poco también era una pony normalita ¿crees que si alguien se hubiese enamorado de ella antes de su coronación ahora ya no tendría posibilidades? ¡Venga ya!–
–No es tan fácil.– Interrumpí con mi pesimismo. –Cierto que ella es princesa, pero como has dicho, se convirtió en una… en cambio, Celestia y Luna… nacieron princesas.–
–¡Eres un pony de mierda! ¡Vamos! ¡Ten un poco de agallas!– Exclamó Stardust con fuerza, jaleándome. –Como no le declares tu amor esta misma noche, lo haré yo. Le diré que le gustas y—
–¡Espera!– Grité. –¿Crees… que deba hacerlo? Yo…–
–¡Por supuesto que debes hacerlo! La vida es corta, tenemos que ser felices, si todo sale mal, vuelves a empezar, y ya esta.– Stardust parecía la otra cara de la moneda, totalmente optimista. –¡Mira, yo sigo esa filosofía de vida y soy feliz!–
No sé que cambió en mí… pero sentí que debía hacerlo. Puede que sean las persuasivas palabras de Stardust, puede que sea el alcohol que recorre mi cuerpo en estos momentos, o quizás mi propio sentido común se haya esfumado …
–Está bien, creo… que lo haré.– Dije, contagiado por el optimismo de Stardust.
–Está bien pero… ¿a que esperas? ¡Vete ya!– Stardust me llevó a la puerta del bar y me echó de él de una coz.
Ya era de noche, así que bravamente, me dirigí al lago oculto cerca del bosque Everfree, un lugar mágico, donde Luna solía estar para contemplar el reflejo de la luna sobre el agua. Me acerque silenciosamente pero ella rápidamente se volteó.
–Oh, eres tú, bienvenido Bizarre Pony.–
–Esto… princesa Luna… hay algo que siempre le he querido decir…– En ese momento saqué todo mi coraje y valentía y me lance con todo mi valor. –La amo, princesa Luna, siempre la he querido, por favor, ¡CÁSATE CONMIGO!–
Luna se sonrojó, y estuvo varios segundos en silencio… hasta que finalmente le dio una respuesta.
–Bizarre Pony... yo… siempre te he amado… por eso siempre te he esperado aquí todas las noches… ACEPTO…–
-Volgrand Recibido
Spoiler:
Una hermosa noche
El sol descendía sobre el valle. Sus tonos anaranjados bañaban el campo primaveral desde el excepcional mirador que proporcionaba el pueblo de la montaña. Era un momento de paz. El clima era cálido y el viento una suave brisa.
Pero Mulberry no se sentía tranquilo. Su corazón latía más y más rápido a medida que el astro rey dejaba paso a la luna de Nightmare Moon.
“¿Pero qué ocurre, Mulberry?”
“Nada Star, es que tengo algo que decirte.”
“¡Dímelo ya!”
“Mejor esta noche, ¿vale?”
Habían pasado muchas horas desde que le dijo eso a su amada. Unas horas que él había pasado en la incertidumbre. Llevaba semanas planeando este momento pero, ahora que se acercaba, dudaba. ¿Y si no salía bien?
El sol se puso, dando paso a la noche. Era el momento. No podía echarse atrás. Se encaminó a la parte trasera del pueblo. En ella, el torrente caía en una cascada que formaba un pequeño lago. Las flores, ignorando la falta de luz, seguían abiertas, llenando el paraje de alegres y apagados colores. La reina de la noche, la luna, despuntó sobre la montaña, llamando con ella a un séquito de estrellas que cubrió el cielo como un maravilloso tapiz.
Era una noche perfecta.
Y, junto al torrente, una poni aguardaba con nerviosismo. Su pelaje gris blanquecino resaltaba en la noche. Su melena, rubia con mechones blancos, lanzaba destellos al reflejar la luz de la luna. Sobre su lomo, una marca de belleza: Una hoja de llantén sobre la luna creciente.
Entonces ella lo vio llegar. Sus profundos, brillantes y hermosos ojos verdes se clavaron sobre el semental. Como dos esmeraldas engarzando una corona de plata. Star Whistle se acercó a su novio y le saludó rozando su cabeza contra la suya.
—¿Qué ocurre, Mulberry? Llevo todo el día preocupada.
—Eh... —dudó él— ya, perdona Star. Es que he estado pensando en... en varias cosas.
—¿Sí?
—Ehm... es que después de lo que hemos pasado —continuó él—, de lo que hemos... vivido. No se, creo que podríamos... —balbuceante, se giró alejándose un poco de Star—...vamos que te quiero Star. Y quería pedirte... ¡pero no hace falta que respondas! Es que creo que... este... ¡qué noche más bonita, ¿verdad?!
—¡Mulberry, céntrate! —le dijo Star, incapaz de seguir su balbuceo— ¿Qué te pasa?
El semental la miró. La miró y estudió sus propios sentimientos. Para él, sólo existía una respuesta. Star Whistle era la razón por la que él se había quedado en Mountain Peak. No podía concebir su vida sin ella, y por eso... debía dar este paso. Se acercó a su amada, se arrodilló y le cogió una pezuña. Su voz, temblorosa, lanzó la pregunta:
—Star, ¿quieres casarte conmigo?
La joven yegua inspiró ruidosamente y no respondió por unos segundos. Poco a poco su expresión se tornó en una sonrisa de felicidad y, con lágrimas escapando de sus ojos esmeralda, afirmó con la cabeza.
El sol descendía sobre el valle. Sus tonos anaranjados bañaban el campo primaveral desde el excepcional mirador que proporcionaba el pueblo de la montaña. Era un momento de paz. El clima era cálido y el viento una suave brisa.
Pero Mulberry no se sentía tranquilo. Su corazón latía más y más rápido a medida que el astro rey dejaba paso a la luna de Nightmare Moon.
“¿Pero qué ocurre, Mulberry?”
“Nada Star, es que tengo algo que decirte.”
“¡Dímelo ya!”
“Mejor esta noche, ¿vale?”
Habían pasado muchas horas desde que le dijo eso a su amada. Unas horas que él había pasado en la incertidumbre. Llevaba semanas planeando este momento pero, ahora que se acercaba, dudaba. ¿Y si no salía bien?
El sol se puso, dando paso a la noche. Era el momento. No podía echarse atrás. Se encaminó a la parte trasera del pueblo. En ella, el torrente caía en una cascada que formaba un pequeño lago. Las flores, ignorando la falta de luz, seguían abiertas, llenando el paraje de alegres y apagados colores. La reina de la noche, la luna, despuntó sobre la montaña, llamando con ella a un séquito de estrellas que cubrió el cielo como un maravilloso tapiz.
Era una noche perfecta.
Y, junto al torrente, una poni aguardaba con nerviosismo. Su pelaje gris blanquecino resaltaba en la noche. Su melena, rubia con mechones blancos, lanzaba destellos al reflejar la luz de la luna. Sobre su lomo, una marca de belleza: Una hoja de llantén sobre la luna creciente.
Entonces ella lo vio llegar. Sus profundos, brillantes y hermosos ojos verdes se clavaron sobre el semental. Como dos esmeraldas engarzando una corona de plata. Star Whistle se acercó a su novio y le saludó rozando su cabeza contra la suya.
—¿Qué ocurre, Mulberry? Llevo todo el día preocupada.
—Eh... —dudó él— ya, perdona Star. Es que he estado pensando en... en varias cosas.
—¿Sí?
—Ehm... es que después de lo que hemos pasado —continuó él—, de lo que hemos... vivido. No se, creo que podríamos... —balbuceante, se giró alejándose un poco de Star—...vamos que te quiero Star. Y quería pedirte... ¡pero no hace falta que respondas! Es que creo que... este... ¡qué noche más bonita, ¿verdad?!
—¡Mulberry, céntrate! —le dijo Star, incapaz de seguir su balbuceo— ¿Qué te pasa?
El semental la miró. La miró y estudió sus propios sentimientos. Para él, sólo existía una respuesta. Star Whistle era la razón por la que él se había quedado en Mountain Peak. No podía concebir su vida sin ella, y por eso... debía dar este paso. Se acercó a su amada, se arrodilló y le cogió una pezuña. Su voz, temblorosa, lanzó la pregunta:
—Star, ¿quieres casarte conmigo?
La joven yegua inspiró ruidosamente y no respondió por unos segundos. Poco a poco su expresión se tornó en una sonrisa de felicidad y, con lágrimas escapando de sus ojos esmeralda, afirmó con la cabeza.
-Pokelink Recibido
Spoiler:
“Venga... puedes hacerlo”, me mentía a mí mismo. Sabía perfectamente que no, no podía hacerlo. Era una idea ridícula. Sin embargo, a medida que pasaban los días, sabía que tenía que hacer algo al respecto. Me costaba dormir y no me concentraba en mi trabajo (y, siendo un unicornio, mi concentración es parte fundamental del trabajo). De hecho, si estaba ahí de pie, frente a la puerta que ocultaba a la yegua de mis sueños era porque mi jefe me había dicho que me tomara unos días libres para poder solucionar lo que fuera que me ocurriese. Pero mi problema no se iba a ir por sí mismo, así que cogí el primer tren con destino a Canterlot y me encaminé a mi destino. Pero las piernas me temblaron y me quedé tirado en el suelo no sé cuanto tiempo. Al final, cuando me pude levantar, ya era de noche, así que me fui a un hotel a descansar.
Cada día me acercaba más, pero siempre me acobardaba antes de llegar cerca de ella. Hoy es mi último día de permiso, así que tengo que hacerlo hoy, cueste lo que cueste. Saliendo del hotel, respiro profundamente para, acto seguido, trotar sin descanso hasta mi objetivo. Sé que, a estas horas del día, solo puede estar en un sitio. Tras un tiempo que a mí se me antoja escaso, llego a la cola. Sonrío, pensando que la mayoría tiene otras ideas en mente cuando hacen esta cola. Mientras llega mi turno, fantaseo pensando en las diferentes reacciones que podría provocarle: furia, sorpresa, enfado, alegría... cientos de escenarios suceden simultáneamente en mi mente y, pese a todo, estoy más tranquilo que nunca. Pero esa calma se rompe cuando llega mi turno. Mis fantasías se rompen en pedazos y me enfrento a la cruda realidad. Pero he llegado hasta aquí, es demasiado tarde para volver atrás.
Avancé hasta ella con la mirada en el suelo, hecho un manojo de nervios. Miré hacia arriba un instante y me quedé atrapado en sus ojos rosas, de mirada gentil y penetrante al mismo tiempo. Su pelaje blanco y puro parecía brillar como el sol mismo y su cálida sonrisa parecía invitar a olvidar todos los problemas del mundo. Sin poderlo remediar, hinqué mis rodillas frente a ella y agaché la cabeza, incapaz de mirarla durante mucho tiempo más, como temiendo ensuciarla con mis ojos.
Bien, mi pequeño poni, ¿qué te trae aquí hoy?
Sin pensarlo, saqué una caja con un anillo dentro y la abrí usando mi magia. Reuní el valor suficiente para volver a mirarla y sentí su mirada fija en mi, con una expresión inescrutable en su rostro.
- Princesa Celestia... ¿quieres casarte conmigo?
Cada día me acercaba más, pero siempre me acobardaba antes de llegar cerca de ella. Hoy es mi último día de permiso, así que tengo que hacerlo hoy, cueste lo que cueste. Saliendo del hotel, respiro profundamente para, acto seguido, trotar sin descanso hasta mi objetivo. Sé que, a estas horas del día, solo puede estar en un sitio. Tras un tiempo que a mí se me antoja escaso, llego a la cola. Sonrío, pensando que la mayoría tiene otras ideas en mente cuando hacen esta cola. Mientras llega mi turno, fantaseo pensando en las diferentes reacciones que podría provocarle: furia, sorpresa, enfado, alegría... cientos de escenarios suceden simultáneamente en mi mente y, pese a todo, estoy más tranquilo que nunca. Pero esa calma se rompe cuando llega mi turno. Mis fantasías se rompen en pedazos y me enfrento a la cruda realidad. Pero he llegado hasta aquí, es demasiado tarde para volver atrás.
Avancé hasta ella con la mirada en el suelo, hecho un manojo de nervios. Miré hacia arriba un instante y me quedé atrapado en sus ojos rosas, de mirada gentil y penetrante al mismo tiempo. Su pelaje blanco y puro parecía brillar como el sol mismo y su cálida sonrisa parecía invitar a olvidar todos los problemas del mundo. Sin poderlo remediar, hinqué mis rodillas frente a ella y agaché la cabeza, incapaz de mirarla durante mucho tiempo más, como temiendo ensuciarla con mis ojos.
Bien, mi pequeño poni, ¿qué te trae aquí hoy?
Sin pensarlo, saqué una caja con un anillo dentro y la abrí usando mi magia. Reuní el valor suficiente para volver a mirarla y sentí su mirada fija en mi, con una expresión inescrutable en su rostro.
- Princesa Celestia... ¿quieres casarte conmigo?
-Sunchild Recibido
Spoiler:
-Ya sabes por qué estoy aquí. No eres ninguna cría, y te agradezco que me permitas decirte lo que te voy a decir, ya sea porque la respuesta es sí, o por simple interés. Y es que ni siquiera pretendo que la respuesta sea "sí", pero necesito que comprendas que alguien te ama. No me mires así, ¿te crees que no me doy cuenta? A los demás podrás engañarles, pero no a mí. Veo en tus ojos la soledad de mil años, veo una tristeza insondable que ni dedicándote toda una vida de amor podría llegar a disipar.
>> No puedo decir que comprenda lo que hiciste, porque no puedo sentir la horrible sensación de no tener a nadie esperando tu llegada, de saber que a nadie le ilusiona tu presencia, de comprender que vas a vivir una eternidad sin que nadie se interese por conocerte, por saber quién eres, cómo piensas, y qué estás sintiendo.
>>Y me gustaría ser tu sonrisa. Sé que no viviré eternamente, como tú, pero podré hacerlo, si nunca me olvidas. Si, cuando yo me haya ido, recuerdas cómo te amé, si es que la respuesta es sí, o, cuanto menos, recuerdas las palabras que te dije esta noche, con los árboles y las estrellas como únicos testigos, y sonríes, y yo estoy en esa sonrisa, contigo, por siempre.
>>Sí, ya sé lo que piensas, que soy un mujeriego, que solo quiero un triunfo más. Pero no es así. De las otras sólo quería el cuerpo, pero de tí, además, quiero el alma. Quiero que nuestras almas se fundan en la eternidad, y, sobre todo, quiero que conozcas la felicidad. Ni siquiera me importa ser yo quien te la enseñe, pero me perturba saber que no eres feliz. Que no sabes lo que es tener a alguien.
>>Será difícil, lo sé, pero no me importa si sólo podemos pasar un rato juntos al día. Me da igual pasar más tiempo viéndote dormida que despierta, pues lo que quiero es estar a tu lado, y que vivas sabiendo que importas, no porque le quites trabajo a tu hermana, sino porque eres algo más. Para mí lo eres, y si lo eres para mí, lo eres para toda Equestria. La Luna y el Sol se necesitan, y, si bien pasan poco tiempo juntos, cuando lo hacen, forman una de las figuras más bellas de la naturaleza.
>>Sea cual sea la respuesta, yo estaré contigo siempre, así que, ¿me concederías el gran honor de tomarme como esposo?
Antes de darme su respuesta, clavó en mi sus ojos en los que cualquier pony vería reflejada únicamente la Luna, pero en los que yo podía ver la soledad de mil años, esa desesperación que me enamoró por completo, porque me decía, cada vez que me miraba, que comprendía que la vida, máxime la eternidad, sin amar, ni haber amado, no merecía la pena ser vivida.
>> No puedo decir que comprenda lo que hiciste, porque no puedo sentir la horrible sensación de no tener a nadie esperando tu llegada, de saber que a nadie le ilusiona tu presencia, de comprender que vas a vivir una eternidad sin que nadie se interese por conocerte, por saber quién eres, cómo piensas, y qué estás sintiendo.
>>Y me gustaría ser tu sonrisa. Sé que no viviré eternamente, como tú, pero podré hacerlo, si nunca me olvidas. Si, cuando yo me haya ido, recuerdas cómo te amé, si es que la respuesta es sí, o, cuanto menos, recuerdas las palabras que te dije esta noche, con los árboles y las estrellas como únicos testigos, y sonríes, y yo estoy en esa sonrisa, contigo, por siempre.
>>Sí, ya sé lo que piensas, que soy un mujeriego, que solo quiero un triunfo más. Pero no es así. De las otras sólo quería el cuerpo, pero de tí, además, quiero el alma. Quiero que nuestras almas se fundan en la eternidad, y, sobre todo, quiero que conozcas la felicidad. Ni siquiera me importa ser yo quien te la enseñe, pero me perturba saber que no eres feliz. Que no sabes lo que es tener a alguien.
>>Será difícil, lo sé, pero no me importa si sólo podemos pasar un rato juntos al día. Me da igual pasar más tiempo viéndote dormida que despierta, pues lo que quiero es estar a tu lado, y que vivas sabiendo que importas, no porque le quites trabajo a tu hermana, sino porque eres algo más. Para mí lo eres, y si lo eres para mí, lo eres para toda Equestria. La Luna y el Sol se necesitan, y, si bien pasan poco tiempo juntos, cuando lo hacen, forman una de las figuras más bellas de la naturaleza.
>>Sea cual sea la respuesta, yo estaré contigo siempre, así que, ¿me concederías el gran honor de tomarme como esposo?
Antes de darme su respuesta, clavó en mi sus ojos en los que cualquier pony vería reflejada únicamente la Luna, pero en los que yo podía ver la soledad de mil años, esa desesperación que me enamoró por completo, porque me decía, cada vez que me miraba, que comprendía que la vida, máxime la eternidad, sin amar, ni haber amado, no merecía la pena ser vivida.
-Air Beater
Retirado
-Acteon Drave Recibido
Spoiler:
Cuando me acepté a mí mismo y al amor que sentía, me di cuenta que el destino gobierna nuestros trotes, que vivía enamorado y que todo así había sido dispuesto. Yo, un unicornio gris, criado en la ciudad y convertido a empresario agrícola; estaba descubriendo la belleza de la vida sencilla. Y ella, desde que la conocí en Ponyville, era todo lo que para mí era ideal.
Quería darlo todo por una vida con ella. Mi alma volaba con los sueños de un futuro juntos, subiendo una gran familia, cultivando nuestras tierras y con nuestras hermanas siendo grandes amigas.
Campesina princesa, sólo ella podía ser tan especial, tan increíble, y al mismo tiempo tan humilde, tan hogareña, tan familiar. Siempre había soñado con una pony leal, firme y entregada a los suyos. Ella no necesita ropajes, tiaras o palacios, pues reluce incluso golpeando manzanos. Sencilla y magna como una estrella, yo caía atraído por la gravedad de su prístina honestidad y sus adorables formas provincianas.
En el día que enfrenté la muerte y aposté con el destino mi felicidad a mi desgracia, ella venía reluciendo como faro al náufrago, apareciendo camino a Ponyville desde el horizonte. Sus cabellos, en ésta ocasión descubiertos como el resto de su cuerpo, ondeaban al viento como bandera de una meta soñada desde siempre.
Cabellos largos, puro helio, arena fina, funde en oro, luce al día, brillantes como la vida.
- Applejack.
- ActeonDrave ! "Com'andan" los viñedos?
Yo la miré fijamente. Mis sentidos apuntaban a bajar los ojos y hablar del tiempo. Pero quería ver esas brillantes, inocentes, perennes y cercanas estrellas esmeraldas, pues ya era reo de ellas, lo era mi alma. Y lo más importante, la quería a ella, ese sentimiento valía más que la timidez. No podía bajarle la mirada en un momento tan sincero.
El tiempo se detuvo.
Y me perdí en sus ojos. Sus gradientes de color eran puros, glaciares, cuál cristal de diorita. Ver sus ojos es admirar la esperanza pura, que dicen que es verde, pero yo sé que es Applejack.
- Applejack...
Sentí una gran presión en el pecho.
Conducir a mil por hora, soplo de corriente fría, oír un ruido en noche oscura, caer de espalda a la piscina...
Broohop, nuestras pezuñas se tocaron, para ella quizás costumbre, para mi un contacto que no debía separarse.
- Cásate conmigo.
- Qué?
- Te amo, Applejack. Por favor, cásate conmigo.
Se quedó en silencio. La eternidad en un instante, mi vida a juicio en un segundo.
- Quiero ser un Apple, quiero hacerte feliz todos los días. Quiero viajar contigo, vivir contigo, verme reflejado en tus preciosos ojos. Todo lo que tengo no me es nada sin tu compañía. Que mi amanecer sea tu precioso cabello rubio, y mi ocaso sea tu cuerpo naranja atardecer. Acompáñame a Winecounty, quiero manzanos en mis tierras, sidra en mis masías y que unamos las familias. Viajaremos cada día, el mundo no tendrá secretos para nosotros. Y cuando veamos el fin del mundo, construiré otro para ti.
Quería darlo todo por una vida con ella. Mi alma volaba con los sueños de un futuro juntos, subiendo una gran familia, cultivando nuestras tierras y con nuestras hermanas siendo grandes amigas.
Campesina princesa, sólo ella podía ser tan especial, tan increíble, y al mismo tiempo tan humilde, tan hogareña, tan familiar. Siempre había soñado con una pony leal, firme y entregada a los suyos. Ella no necesita ropajes, tiaras o palacios, pues reluce incluso golpeando manzanos. Sencilla y magna como una estrella, yo caía atraído por la gravedad de su prístina honestidad y sus adorables formas provincianas.
En el día que enfrenté la muerte y aposté con el destino mi felicidad a mi desgracia, ella venía reluciendo como faro al náufrago, apareciendo camino a Ponyville desde el horizonte. Sus cabellos, en ésta ocasión descubiertos como el resto de su cuerpo, ondeaban al viento como bandera de una meta soñada desde siempre.
Cabellos largos, puro helio, arena fina, funde en oro, luce al día, brillantes como la vida.
- Applejack.
- ActeonDrave ! "Com'andan" los viñedos?Yo la miré fijamente. Mis sentidos apuntaban a bajar los ojos y hablar del tiempo. Pero quería ver esas brillantes, inocentes, perennes y cercanas estrellas esmeraldas, pues ya era reo de ellas, lo era mi alma. Y lo más importante, la quería a ella, ese sentimiento valía más que la timidez. No podía bajarle la mirada en un momento tan sincero.
El tiempo se detuvo.
Y me perdí en sus ojos. Sus gradientes de color eran puros, glaciares, cuál cristal de diorita. Ver sus ojos es admirar la esperanza pura, que dicen que es verde, pero yo sé que es Applejack.
- Applejack...
Sentí una gran presión en el pecho.
Conducir a mil por hora, soplo de corriente fría, oír un ruido en noche oscura, caer de espalda a la piscina...
Broohop, nuestras pezuñas se tocaron, para ella quizás costumbre, para mi un contacto que no debía separarse.
- Cásate conmigo.
- Qué?- Te amo, Applejack. Por favor, cásate conmigo.
Se quedó en silencio. La eternidad en un instante, mi vida a juicio en un segundo.
- Quiero ser un Apple, quiero hacerte feliz todos los días. Quiero viajar contigo, vivir contigo, verme reflejado en tus preciosos ojos. Todo lo que tengo no me es nada sin tu compañía. Que mi amanecer sea tu precioso cabello rubio, y mi ocaso sea tu cuerpo naranja atardecer. Acompáñame a Winecounty, quiero manzanos en mis tierras, sidra en mis masías y que unamos las familias. Viajaremos cada día, el mundo no tendrá secretos para nosotros. Y cuando veamos el fin del mundo, construiré otro para ti.
-Sr. Atomo Recibido
Spoiler:
MY LITTLE PONY
BERRY PUNCH
BERRY PUNCH
La primera vez que la vi quedé extasiado. Su pelaje de color cereza, así como su crin cuyo tono y forma se asemeja al vino cuando besa el cáliz de una copa, me evocaron recuerdos felices.
Debo decir que provengo de una tierra donde no solo se cultiva vino, sino que este se cuida y mima como si fuese un recién nacido. Es un caldo con mucho cuerpo, fuerte, que penetra en las venas y calienta el alma, alegrando la vida. Aún recuerdo cómo, con solo olfatear el aire, los efluvios de las vides, y sobre todo de su fruto, me hacían llorar de emoción por mi propia existencia.
Pero todo ello acabó. Nunca podré volver a mi hogar. He dejado demasiadas cosas atrás… mi familia, mis amigos y, sobre todo, mi vida. Desde que conocí la serie, había deseado con todas mis fuerzas entrar en Equestria… pero pagué por mi sueño un precio demasiado alto.
Sin embargo, de alguna forma, mi ansiedad se calma con solo contemplarla. Ella ha salvado mi vida, haciéndome renacer de mis cenizas, únicamente con su presencia. Incluso su nombre, sobre todo cuando lo dice ella, es para mí un cántico que me alcanza el corazón como si fuese una flecha del mismísimo Cupido.
Pero veo tristeza en sus ojos de color fucsia. Y sé por qué: según la mitología clásica, Baco era el dios del vino, pero también lo era de la alegría y la diversión. Aquí, en Ponyville, la diversión corre a cargo de Pinkie Pie, por lo que Berry Punch se siente vacía. Y donde antes era una diosa ahora es una simple mortal, de tal forma que solo tiene una opción: calentar su alma bebiendo vino, para así desprenderse del hastío de su desesperación.
Está atrapada en sí misma, como si estuviese dentro de un capullo cuyos hilos fuesen de acero, hiriéndola cruelmente ante cualquier atisbo de movimiento para liberarse de esa tortura. Es una prisión monstruosa, y todos y cada uno de los habitantes de Equestria han sido los tejedores de esos horribles filamentos que la aprietan y ahogan cada vez más.
Pero yo soy la llave para salvarla. Allí donde otros ven una poni alcohólica y destruida, yo siento un grito de auxilio. ¿Cómo es posible que todos estén tan ciegos?
Esta noche voy a sacarla de su prisión. Le pediré que compartamos juntos nuestras vidas. Y sé que aceptará, pues no hay otra opción posible. Porque nos necesitamos. Porque nos completamos. Porque somos uno. Y porque el destino nos ha unido.
FIN
-Pika Recibido
Spoiler:
-¿Cómo se encuentra?
El unicornio puso la pezuña sobre el cuello de la alicornio morada. Encontró un leve pulso de vida.
-Twilight parece estable.
La única iluminación de la cueva provenía de una pequeña hoguera que amenazaba con apagarse. Era el único lugar habitable que quedaba en aquella tierra helada y desértica que antes era Equestria. El unicornio pudo invocar un pequeño escudo mágico a tiempo para salvarlos a ellos dos, pero los demás…
La poni rosa acariciaba tristemente la crin de Applejack, que yacía inconsciente junto a la hoguera. Era resistente y pudo soportar el frío, pero ya solo quedaban ellos cuatro. La batalla había acabado, y habían perdido. Tres de los Elementos de la Armonía habían muerto… y el unicornio dudaba que el Elemento de la Risa volviera a hacer nunca justicia a su nombre.
-¿Qué vamos a hacer ahora?
El unicornio no supo qué contestar. La conocía desde hacía apenas unos meses, pero jamás la había visto tan triste. Y podía entenderlo. Era duro ver con impotencia cómo toda tu vida, tus seres queridos y todo lo que te hacía feliz desaparecía ante tus ojos. Le sorprendió ver que ella no derramó una lágrima, tan solo estaba ahí, con la mirada perdida, desolada.
-Ojalá hubiéramos descubierto a tiempo la forma de hacerle frente…
¿Tiempo? El unicornio llevaba un rato pensando una idea, y finalmente decidió llevarla a cabo. Comenzó a trazar un círculo en el suelo con su cuerno, ella se lanzó encima suya impidiéndolo.
-¡No lo hagas!
-Tengo que invocar el hechizo para hacerte retroceder en el tiempo. Es la única forma.
-¡Pero dijiste que estabas muy debilitado para hacerlo! Descansa antes y cruzaremos todos.
-¡Él nos encontrará en cualquier momento! ¡Olvídame a mí, los demás aún podéis salvaros!
La poni rosa sabía que tenía razón, y con gran pesar se apartó lentamente dejándole continuar.
-No quiero dejarte atrás…
El unicornio terminó el conjuro y en la pared apareció un portal azul.
-Este portal puede mandarte diez días al pasado… siete antes de que empiece todo esto –explicó, jadeante-. Ahora que sabemos cómo vencerlo podéis ganar, pero solo tenéis una oportunidad. El destino de Equestria está en tus pezuñas.
-Tú no estarás en ese plano temporal…
-No tengo fuerzas para mandar de vuelta a más de un poni. Cuando acabe buscad algún modo de rescatarme.
La poni no parecía convencida.
-Pinkie… Si todo sale bien, ¿querrías casarte conmigo?
-Tú… -su cara pasó de inseguridad a perplejidad-. ¿Desde cuándo…?
-Desde siempre. Y estoy seguro de que tú sientes lo mismo.
Y entonces Pinkie lloró. No estalló a llorar, fue un llanto algo más discreto, y con una sonrisa triste pero llena de esperanza declaró:
-Todo saldrá bien.
Cuando vio a Pinkie marcharse por el portal, cayó exhausto sin seguir pudiendo mantenerse en pie. Más tarde notó que él entraba en la cueva y supo que su vida había llegado a su fin.
Murió con una sonrisa, y la certeza de que Pinkie volvería para salvarlo algún día.
El unicornio puso la pezuña sobre el cuello de la alicornio morada. Encontró un leve pulso de vida.
-Twilight parece estable.
La única iluminación de la cueva provenía de una pequeña hoguera que amenazaba con apagarse. Era el único lugar habitable que quedaba en aquella tierra helada y desértica que antes era Equestria. El unicornio pudo invocar un pequeño escudo mágico a tiempo para salvarlos a ellos dos, pero los demás…
La poni rosa acariciaba tristemente la crin de Applejack, que yacía inconsciente junto a la hoguera. Era resistente y pudo soportar el frío, pero ya solo quedaban ellos cuatro. La batalla había acabado, y habían perdido. Tres de los Elementos de la Armonía habían muerto… y el unicornio dudaba que el Elemento de la Risa volviera a hacer nunca justicia a su nombre.
-¿Qué vamos a hacer ahora?
El unicornio no supo qué contestar. La conocía desde hacía apenas unos meses, pero jamás la había visto tan triste. Y podía entenderlo. Era duro ver con impotencia cómo toda tu vida, tus seres queridos y todo lo que te hacía feliz desaparecía ante tus ojos. Le sorprendió ver que ella no derramó una lágrima, tan solo estaba ahí, con la mirada perdida, desolada.
-Ojalá hubiéramos descubierto a tiempo la forma de hacerle frente…
¿Tiempo? El unicornio llevaba un rato pensando una idea, y finalmente decidió llevarla a cabo. Comenzó a trazar un círculo en el suelo con su cuerno, ella se lanzó encima suya impidiéndolo.
-¡No lo hagas!
-Tengo que invocar el hechizo para hacerte retroceder en el tiempo. Es la única forma.
-¡Pero dijiste que estabas muy debilitado para hacerlo! Descansa antes y cruzaremos todos.
-¡Él nos encontrará en cualquier momento! ¡Olvídame a mí, los demás aún podéis salvaros!
La poni rosa sabía que tenía razón, y con gran pesar se apartó lentamente dejándole continuar.
-No quiero dejarte atrás…
El unicornio terminó el conjuro y en la pared apareció un portal azul.
-Este portal puede mandarte diez días al pasado… siete antes de que empiece todo esto –explicó, jadeante-. Ahora que sabemos cómo vencerlo podéis ganar, pero solo tenéis una oportunidad. El destino de Equestria está en tus pezuñas.
-Tú no estarás en ese plano temporal…
-No tengo fuerzas para mandar de vuelta a más de un poni. Cuando acabe buscad algún modo de rescatarme.
La poni no parecía convencida.
-Pinkie… Si todo sale bien, ¿querrías casarte conmigo?
-Tú… -su cara pasó de inseguridad a perplejidad-. ¿Desde cuándo…?
-Desde siempre. Y estoy seguro de que tú sientes lo mismo.
Y entonces Pinkie lloró. No estalló a llorar, fue un llanto algo más discreto, y con una sonrisa triste pero llena de esperanza declaró:
-Todo saldrá bien.
Cuando vio a Pinkie marcharse por el portal, cayó exhausto sin seguir pudiendo mantenerse en pie. Más tarde notó que él entraba en la cueva y supo que su vida había llegado a su fin.
Murió con una sonrisa, y la certeza de que Pinkie volvería para salvarlo algún día.
-Stardust Dream Recibido
Spoiler:
Tres campanadas
La luz de las estrellas se deshacía en el cielo nocturno, como si la luna quisiera extender la aureola de plata que la rodea hasta los confines de la noche. Corríamos hacia el horizonte de platino sin decir una sola palabra, porque no nos era necesario. El calor de tus sentimientos ardía en el mar azul de las pupilas que me miraban fijamente, sin vacilar. Me despierto llorando, porque te amo, Shining Armor.
Las campanas del gran castillo de Canterlot dan el aviso: Shining Armor y la princesa Cadence van a casarse en pocos minutos. Pestañeo levemente antes de hacer de las sábanas un ovillo y ponerme de pie sobre mis cascos. Esta noche he vuelto tener ese sueño, y al despertarme, me da la sensación de estar encerrada en la cárcel de una torre altísima, sin que nada ni nadie pueda salvarme. Estoy desconsolada.
De todos los días tristes que he vivido, posiblemente este es el más triste de todos. El sol brilla y hace un día muy hermoso, pero la verdad es que no me apetece ir a ningún sitio. Solo deseo quedarme en casa, pensando en las estrellas, aunque no brille ninguna en el cielo, y, aunque no suelo decirlo en voz alta, en Shining Armor.
Con los cascos, me seco las lágrimas que me recorren las mejillas, pero no sirve de nada, con el siguiente repiqueteo de las campanas, regresan. El amor, el dolor y la nostalgia se entremezclan en mi corazón, casi no puedo distinguir donde comienza un sentimiento y termina el otro. Un millar de recuerdos tejen la línea difusa de mi memoria, y con ellos comienzo a preguntarme cuándo empecé a quererte.
Sacudo la cabeza, apretando los ojos con mucha, mucha fuerza, y me meto debajo de la cama, cubriéndome las orejas con las patas para no escuchar el sonido de la tercera campanada, que dará comienzo a la boda. El corazón me resuena en los oídos, como si estuviera a punto de estallar, y entonces, por un momento, un instante muy fugaz, pienso en que quizás tú hayas tenido el mismo sueño.
Me levanto tan rápidamente que me doy un golpetazo contra la madera de la cama, pero poco me importa. Salgo galopando hacia el castillo, dejando abierta de par en par la pequeña buhardilla en la que duermo. Suena la tercera campanada, pero poco me importa.
Esquivo a los guardias del castillo, corriendo a toda velocidad por los jardines y pasillos del palacio. No sé muy bien lo que se me pasa por la cabeza, pero algo me dice que no me voy a arrepentir, que por una vez en la vida estoy haciendo las cosas como debo. Ya no voy a tener más miedo.
Con lágrimas brillándome en los ojos, irrumpo en la sala en la que se celebra la boda, todos me miran. Me siento mal por hacerle esto a Cadence, pero ya no hay vuelta atrás. No sé muy bien como expresártelo, tengo el corazón latiéndome como un loco, y me tiemblan hasta las patas.
-¡Cásate conmigo!
La luz de las estrellas se deshacía en el cielo nocturno, como si la luna quisiera extender la aureola de plata que la rodea hasta los confines de la noche. Corríamos hacia el horizonte de platino sin decir una sola palabra, porque no nos era necesario. El calor de tus sentimientos ardía en el mar azul de las pupilas que me miraban fijamente, sin vacilar. Me despierto llorando, porque te amo, Shining Armor.
Las campanas del gran castillo de Canterlot dan el aviso: Shining Armor y la princesa Cadence van a casarse en pocos minutos. Pestañeo levemente antes de hacer de las sábanas un ovillo y ponerme de pie sobre mis cascos. Esta noche he vuelto tener ese sueño, y al despertarme, me da la sensación de estar encerrada en la cárcel de una torre altísima, sin que nada ni nadie pueda salvarme. Estoy desconsolada.
De todos los días tristes que he vivido, posiblemente este es el más triste de todos. El sol brilla y hace un día muy hermoso, pero la verdad es que no me apetece ir a ningún sitio. Solo deseo quedarme en casa, pensando en las estrellas, aunque no brille ninguna en el cielo, y, aunque no suelo decirlo en voz alta, en Shining Armor.
Con los cascos, me seco las lágrimas que me recorren las mejillas, pero no sirve de nada, con el siguiente repiqueteo de las campanas, regresan. El amor, el dolor y la nostalgia se entremezclan en mi corazón, casi no puedo distinguir donde comienza un sentimiento y termina el otro. Un millar de recuerdos tejen la línea difusa de mi memoria, y con ellos comienzo a preguntarme cuándo empecé a quererte.
Sacudo la cabeza, apretando los ojos con mucha, mucha fuerza, y me meto debajo de la cama, cubriéndome las orejas con las patas para no escuchar el sonido de la tercera campanada, que dará comienzo a la boda. El corazón me resuena en los oídos, como si estuviera a punto de estallar, y entonces, por un momento, un instante muy fugaz, pienso en que quizás tú hayas tenido el mismo sueño.
Me levanto tan rápidamente que me doy un golpetazo contra la madera de la cama, pero poco me importa. Salgo galopando hacia el castillo, dejando abierta de par en par la pequeña buhardilla en la que duermo. Suena la tercera campanada, pero poco me importa.
Esquivo a los guardias del castillo, corriendo a toda velocidad por los jardines y pasillos del palacio. No sé muy bien lo que se me pasa por la cabeza, pero algo me dice que no me voy a arrepentir, que por una vez en la vida estoy haciendo las cosas como debo. Ya no voy a tener más miedo.
Con lágrimas brillándome en los ojos, irrumpo en la sala en la que se celebra la boda, todos me miran. Me siento mal por hacerle esto a Cadence, pero ya no hay vuelta atrás. No sé muy bien como expresártelo, tengo el corazón latiéndome como un loco, y me tiemblan hasta las patas.
-¡Cásate conmigo!
Y eso es todo, aquí os dejo el mío para que os hagáis una idea de lo que hay que hacer y como ejemplo, por lo que no cuenta para el concurso:
Spoiler:
Ahí estaba ella, con su pose arrebatadora y esa mirada glacial que siempre desprendía cuando caminaba por todo el instituto; sé perfectamente que nos tiene a todos con los huevos por corbata, pero no me importa, eso no quita que sienta lo mismo cada vez que la veo. Y no solo por su forma de ser, sino por cómo deja entrever sus intenciones en todo momento.
Era toda una femme fatale, y diablos, eso era lo que más me gustaba de ella. Bueno, eso, y que es guapísima, claro. Esos ojos verdosos me dejaban helado, y qué decir de su pelo ondulante y llameante, como el fuego más intenso.
-Joder macho, sólo a ti se te ocurre colarte por la más peligrosa…-me comentaban mis amigos.
Y la verdad es que tenían razón, sólo a mi se me ocurren estas cosas de bombero; pero qué le voy a hacer, soy todo un apasionado, no puedo evitarlo.
-Te lo digo en serio, no sé en que andas pensando para fijarte en esa serpiente.
-¡¡Oye!! Vale que Sunset no sea ningún ejemplo de civismo, pero es por eso que me gusta tanto. Le da un aire misterioso, como si me retara a descubrir por qué es así…
-Oye, tú eres muy raro ¿lo sabias?
-No es la primera vez que me lo dicen…
Y era cierto, suelo ser un tanto extravagante para algún tipo de cosas; y en el amor, no me quedo corto.
-Sigo pensando que estás cometiendo un grave error… olvídate de ella, no vaya a ser que acabes saliendo escaldado…
-¿Por qué iba a hacer eso? Realmente quiero conocerla, llegar a tener algo con ella…
-¿Hola? Baja de las nubes muchacho ¿es que no ves que esa chica no te traerá más que problemas?
-No porque tú me lo digas… ¿y si consigo cambiarla?
-¡Ja, menuda gracia tienes a veces! Sigo pensando que vives en los mundos de yupi…
-Desde luego, éste no se quiere dar cuenta de la situación…
-¡Callaos la boca! ¡Si digo que quizás pueda cambiarla, lo haré!
-¿Ah, si? ¿Y que vas a hacer? ¿Pedirla que se case contigo?
En ese momento sentí como si me hubieran dado con un mazo en la cara; por un momento creí que solo era un farol, pero luego lo pensé con más calma. ¿Por qué no? Por intentar no perdía nada, y quien sabe si ella se lo pensaba…
Entonces me levanté, con una mirada decidida; mis amigos vieron mis intenciones e inquirieron.
-Espera, espera ¿a dónde vas?
No les escuché, tan solo me puse en movimiento, buscando a Sunset Shimmer; oí a mis amigos tratando de detenerme e insistiendo en que recapacitara, pero hice oídos sordos. Comentarios como “estás loco”, “te encaminas a tu muerte” o “no lo hagas” no hicieron mella sobre mis sentimientos, sino todo lo contrario.
La encontré entonces en medio del pasillo, marchando con la mirada encendida y ese porte que tanto me extasiaba; me puse delante de ella, cortándola el paso y mirándola a los ojos.
-¿Qué haces? ¡Aparta de mi camino!-me espetó, de mala manera.
En vez de eso, me arrodillé ante ella y la cogí de la mano; ella se quedó con una carita de incredulidad adorable. Todo el mundo nos miraba alucinados.
-Sunset Shimmer… ¿quieres casarte conmigo?
El silencio inundó el pasillo, nadie dijo ni mu, no se oyó nada; yo sostenía la mirada a Sunset, la cual clavó la vista en mí, sin creerse nada de lo que estaba pasando. Las horas se convirtieron en minutos y los minutos en segundos, esperando una respuesta que no parecía llegar…
Era toda una femme fatale, y diablos, eso era lo que más me gustaba de ella. Bueno, eso, y que es guapísima, claro. Esos ojos verdosos me dejaban helado, y qué decir de su pelo ondulante y llameante, como el fuego más intenso.
-Joder macho, sólo a ti se te ocurre colarte por la más peligrosa…-me comentaban mis amigos.
Y la verdad es que tenían razón, sólo a mi se me ocurren estas cosas de bombero; pero qué le voy a hacer, soy todo un apasionado, no puedo evitarlo.
-Te lo digo en serio, no sé en que andas pensando para fijarte en esa serpiente.
-¡¡Oye!! Vale que Sunset no sea ningún ejemplo de civismo, pero es por eso que me gusta tanto. Le da un aire misterioso, como si me retara a descubrir por qué es así…
-Oye, tú eres muy raro ¿lo sabias?
-No es la primera vez que me lo dicen…
Y era cierto, suelo ser un tanto extravagante para algún tipo de cosas; y en el amor, no me quedo corto.
-Sigo pensando que estás cometiendo un grave error… olvídate de ella, no vaya a ser que acabes saliendo escaldado…
-¿Por qué iba a hacer eso? Realmente quiero conocerla, llegar a tener algo con ella…
-¿Hola? Baja de las nubes muchacho ¿es que no ves que esa chica no te traerá más que problemas?
-No porque tú me lo digas… ¿y si consigo cambiarla?
-¡Ja, menuda gracia tienes a veces! Sigo pensando que vives en los mundos de yupi…
-Desde luego, éste no se quiere dar cuenta de la situación…
-¡Callaos la boca! ¡Si digo que quizás pueda cambiarla, lo haré!
-¿Ah, si? ¿Y que vas a hacer? ¿Pedirla que se case contigo?
En ese momento sentí como si me hubieran dado con un mazo en la cara; por un momento creí que solo era un farol, pero luego lo pensé con más calma. ¿Por qué no? Por intentar no perdía nada, y quien sabe si ella se lo pensaba…
Entonces me levanté, con una mirada decidida; mis amigos vieron mis intenciones e inquirieron.
-Espera, espera ¿a dónde vas?
No les escuché, tan solo me puse en movimiento, buscando a Sunset Shimmer; oí a mis amigos tratando de detenerme e insistiendo en que recapacitara, pero hice oídos sordos. Comentarios como “estás loco”, “te encaminas a tu muerte” o “no lo hagas” no hicieron mella sobre mis sentimientos, sino todo lo contrario.
La encontré entonces en medio del pasillo, marchando con la mirada encendida y ese porte que tanto me extasiaba; me puse delante de ella, cortándola el paso y mirándola a los ojos.
-¿Qué haces? ¡Aparta de mi camino!-me espetó, de mala manera.
En vez de eso, me arrodillé ante ella y la cogí de la mano; ella se quedó con una carita de incredulidad adorable. Todo el mundo nos miraba alucinados.
-Sunset Shimmer… ¿quieres casarte conmigo?
El silencio inundó el pasillo, nadie dijo ni mu, no se oyó nada; yo sostenía la mirada a Sunset, la cual clavó la vista en mí, sin creerse nada de lo que estaba pasando. Las horas se convirtieron en minutos y los minutos en segundos, esperando una respuesta que no parecía llegar…
GANADOR
Sí, ya sé que dejé indicado que el ganador se anunciaría mañana, pero como Moe y yo deliberamos justo ayer, creímos conveniente adelantar el día y anunciar ya el ganador.
Tras muchos dimes y diretes y opiniones encontradas, finalmente Moe y yo llegamos a un consenso y podemos anunciar ya quien es el ganador; no fue sencillo, ya que los dos coincidíamos en que todos eran relatos de gran calidad, pero como decían en Los Inmortales, solo podía quedar uno.
Por ello, nombramos como ganador de este concurso a Colorful Sigh, la cual ha conseguido un ritmo rápido y frenético, fácil de leer y con una historia divertida y entretenida; entre las otras opciones que estuvimos barajando destacan Pika, con un escenario muy interesante, Edgareo, con una premisa curiosa y que a nadie más se le ocurrió, o Slaughter, con una situación muy bonita y conmovedora. No fue fácil decidirnos, ya que muchos otros tenían distintos detalles que también nos gustaban, pero tras el análisis pertinente y la posterior deliberación, creemos que Colorful es la ganadora de este concurso.
Y eso es todo, ante todo quiero dar las gracias a todos vosotros por participar, habéis sido un montón y habéis demostrado una gran capacidad de escritura, se nota que aquí hay nivel. También quiero dar las gracias a Moe por ayudarme a organizar un poco mi primer concurso y como compañera en el jurado, ha sido muy instructivo Moe, gracias.
Y como colofón, anunciar que hemos considerado la petición de Acteon y nos hemos encargado de cerrar los relatos que habían quedado abiertos; Moe me ha dado ideas y yo las he desarrollado, espero que os guste nuestro enfoque. Y nada más, ahora… ¡a leer!
Slaughter
Spoiler:
El silencio se echó sobre nosotros como una losa pesada, me había salido del alma y no pude evitar pronunciar esas palabras; debió de quedarse muda, puesto que no dijo nada durante unos pocos segundos que, para mí, se convirtieron en horas. Finalmente llegó a hablar, murmurando entrecortadamente.
-Terdy… no sabes bien lo halagada que estoy en estos momentos… pero… yo…
Supe desde el primer momento que esto podía pasar; era, con toda seguridad, lo más probable. Yo lo sabía, y mi corazón también. Pero por otro lado, no pude evitar sentirme vacío y desamparado. A pesar de eso, tragué con lo que había y encaré el destino con la frente bien alta. En ese momento, una voz potente entró en escena diciendo.
-¡Octi, cariño, pensaba que ya habías salido!
-¡Vinyl! Ahora no, por favor, estoy hablando con…
Pero la frase se quedó inacabada, probablemente por un beso; no dije nada, no hacía falta. Tan solo podía desearle toda mi enhorabuena, y que fueran muy felices juntas.
-¿Con quién hablabas? ¿Es amiga tuya?
-Es… una admiradora, había subido para hablar conmigo…
-Tranquila, ya me iba…-murmuré, con intenciones de darme la vuelta.
Pero en ese momento, Vinyl anunció con su potente voz.
-¡Espera! ¿No quieres que te acompañemos? ¡Vamos a tomar algo juntos para conocernos mejor!
Me quedé en el sitio, con la duda persistiéndome y sin saber qué contestar; por alguna razón que ni siquiera podía argumentar, murmuré.
-Está bien…
Noté entonces que me cogía un casco para guiarme y me dejé llevar, sin pensar en nada más; es curioso cómo puede cambiar una situación de un extremo a otro, aunque las cosas no me hayan salido como yo quería. Pero aun así, estoy feliz; finalmente he podido conocer a la que estaba detrás de esa bella melodía. Y el saber que ella también era feliz, me dio más motivos para alegrarme por ella.
-Y cuéntame… ¿desde cuándo conoces a Octavia?-inquirió entonces Vinyl.
Yo tan solo sonreí y murmuré.
-De toda la vida, Vinyl… de toda la vida.
-Terdy… no sabes bien lo halagada que estoy en estos momentos… pero… yo…
Supe desde el primer momento que esto podía pasar; era, con toda seguridad, lo más probable. Yo lo sabía, y mi corazón también. Pero por otro lado, no pude evitar sentirme vacío y desamparado. A pesar de eso, tragué con lo que había y encaré el destino con la frente bien alta. En ese momento, una voz potente entró en escena diciendo.
-¡Octi, cariño, pensaba que ya habías salido!
-¡Vinyl! Ahora no, por favor, estoy hablando con…
Pero la frase se quedó inacabada, probablemente por un beso; no dije nada, no hacía falta. Tan solo podía desearle toda mi enhorabuena, y que fueran muy felices juntas.
-¿Con quién hablabas? ¿Es amiga tuya?
-Es… una admiradora, había subido para hablar conmigo…
-Tranquila, ya me iba…-murmuré, con intenciones de darme la vuelta.
Pero en ese momento, Vinyl anunció con su potente voz.
-¡Espera! ¿No quieres que te acompañemos? ¡Vamos a tomar algo juntos para conocernos mejor!
Me quedé en el sitio, con la duda persistiéndome y sin saber qué contestar; por alguna razón que ni siquiera podía argumentar, murmuré.
-Está bien…
Noté entonces que me cogía un casco para guiarme y me dejé llevar, sin pensar en nada más; es curioso cómo puede cambiar una situación de un extremo a otro, aunque las cosas no me hayan salido como yo quería. Pero aun así, estoy feliz; finalmente he podido conocer a la que estaba detrás de esa bella melodía. Y el saber que ella también era feliz, me dio más motivos para alegrarme por ella.
-Y cuéntame… ¿desde cuándo conoces a Octavia?-inquirió entonces Vinyl.
Yo tan solo sonreí y murmuré.
-De toda la vida, Vinyl… de toda la vida.
Pokelink
Spoiler:
Todo el mundo fijaba la vista en mí, como si no estuvieran del todo seguros de lo que acababan de oír; sentía que mi corazón me iba a estallar allí mismo, sin poder evitarlo. La princesa también me miraba fijamente, como si esperara que me detractara de mi petición. No pude decir nada, parecía que se me había trabado la lengua en el paladar. En ese momento, Celestia habló.
-Mi pequeño poni… ¿te gustan los plátanos?
Me quedé sin palabras, incapaz de responder a la pregunta, que, por otro lado, no tenía ni idea de a que venía. Fijó la vista en mí esbozando una pequeña sonrisa, fue entonces cuando noté un tremendo escalofrío recorriendo mi lomo.
-¿Y bien?
-Pues… esto… ¿sí?
Lo dije sin saber bien qué contestar, claro. ¿Qué se suponía que tenía que decir? Realmente me gustaban, así que no vi por qué decirla que no… O al menos eso pensé antes de ver su gran sonrisa dibujándose en su rostro. Supe al instante que debí haber contestado que no.
-Mi pequeño poni… ¿te gustan los plátanos?
Me quedé sin palabras, incapaz de responder a la pregunta, que, por otro lado, no tenía ni idea de a que venía. Fijó la vista en mí esbozando una pequeña sonrisa, fue entonces cuando noté un tremendo escalofrío recorriendo mi lomo.
-¿Y bien?
-Pues… esto… ¿sí?
Lo dije sin saber bien qué contestar, claro. ¿Qué se suponía que tenía que decir? Realmente me gustaban, así que no vi por qué decirla que no… O al menos eso pensé antes de ver su gran sonrisa dibujándose en su rostro. Supe al instante que debí haber contestado que no.
Sunchild
Spoiler:
Los dos nos sostuvimos la mirada durante unos eternos segundos que se me antojaron horas; en el momento menos indicado, ella habló.
-Mi querido poni… me siento halagada por tu petición. Pero siento decirte que ya eres el quinto pretendiente en lo que va de día, y me temo que tengo malas noticias para ti.
Se me hizo entonces un nudo en el estómago, notando como me mareaba; de alguna forma me esperaba algo así, pero una cosa era estar preparado, y otra muy distinta experimentarlo.
Luna suspiró y anunció.
-Yo… estoy saliendo con un buen amigo mío. Se llama Skippy.
Fue entonces cuando se me cayó el alma a los cascos, literalmente; fuera quien fuera ese tal Skippy, era el poni más afortunado del mundo. Y yo solo era un pringado más, claro.
-Una vez más, lo siento. Ahora tengo que irme, Skippy me espera.
No dije nada ¿para qué? Total, ya había quedado en mala posición. La vi desplegar sus alas y alejarse en la lejanía, sintiendo como mi corazón se hacía pedacitos.
-Skippy, quien quiera que seas… más te vale hacerla feliz…-pensé, tragándome mi orgullo.
Me fui de allí, arrastrando conmigo mis esperanzas, pero en ese momento me pareció oír una voz de pito que murmuraba.
-Wiiiiiiiiii.
-Mi querido poni… me siento halagada por tu petición. Pero siento decirte que ya eres el quinto pretendiente en lo que va de día, y me temo que tengo malas noticias para ti.
Se me hizo entonces un nudo en el estómago, notando como me mareaba; de alguna forma me esperaba algo así, pero una cosa era estar preparado, y otra muy distinta experimentarlo.
Luna suspiró y anunció.
-Yo… estoy saliendo con un buen amigo mío. Se llama Skippy.
Fue entonces cuando se me cayó el alma a los cascos, literalmente; fuera quien fuera ese tal Skippy, era el poni más afortunado del mundo. Y yo solo era un pringado más, claro.
-Una vez más, lo siento. Ahora tengo que irme, Skippy me espera.
No dije nada ¿para qué? Total, ya había quedado en mala posición. La vi desplegar sus alas y alejarse en la lejanía, sintiendo como mi corazón se hacía pedacitos.
-Skippy, quien quiera que seas… más te vale hacerla feliz…-pensé, tragándome mi orgullo.
Me fui de allí, arrastrando conmigo mis esperanzas, pero en ese momento me pareció oír una voz de pito que murmuraba.
-Wiiiiiiiiii.
Acteon
Spoiler:
Applejack se había quedado tan perpleja que tardó en contestarme; aun así yo esperé pacientemente su respuesta, sin alterarme lo más mínimo.
-Yo… no sé qué decir, dulzura, es todo tan bonito que… que…
La devolví la mirada, perdiéndome en esos ojos verdosos que tanto me gustaban. Por un momento no hubo nada, pero al segundo siguiente nos encontramos tan cerca que no hacía falta decir nada más; nuestros labios sellarían nuestras palabras por nosotros.
En ese momento, noté como algo duro y consistente me golpeaba en la nuca y lancé un alarido; los dos nos sobresaltamos y vimos rebotar una manzana roja cerca de nuestros cascos. Alcé la vista y vi a un gran semental rojo con otra manzana en su casco.
-¡¡Eh, tu!! ¡¡Sí, tú, el de los cuernos, aléjate de mi hermana ahora mismo!!
-Pe… pero… si yo solo…-mascullé, anonadado.
-¡¡Big Mac!! ¿¡Que se supone que estás haciendo?!-le espetó entonces ella.
Sin mediar palabra, lanzó la manzana que llevaba con él, tuve que moverme para que no acertara.
-¡¡Largo de aquí, so mugroso, zarrapastroso, zumallo!!
El gran semental rojo comenzó a correr hacia mí y me vi obligado a correr yo también; Applejack trató de pararle, pero no sirvió de mucho.
-¡¡Que no te vea rondando a mi hermana o te echo las tripas en un canasto!! ¡¡Hocicopollo, zamarro estomagante, pisamostos!! ¡¡Ojo sapo!! ¡¡Ansia rota!!
Para entonces ya me había ido zumbando de allí, pero pude oír las últimas palabras de Big Mac.
-¡¡Y no vuelvas por aquí, so pregonao!! ¡¡A usté a la mierda!!
-Yo… no sé qué decir, dulzura, es todo tan bonito que… que…
La devolví la mirada, perdiéndome en esos ojos verdosos que tanto me gustaban. Por un momento no hubo nada, pero al segundo siguiente nos encontramos tan cerca que no hacía falta decir nada más; nuestros labios sellarían nuestras palabras por nosotros.
En ese momento, noté como algo duro y consistente me golpeaba en la nuca y lancé un alarido; los dos nos sobresaltamos y vimos rebotar una manzana roja cerca de nuestros cascos. Alcé la vista y vi a un gran semental rojo con otra manzana en su casco.
-¡¡Eh, tu!! ¡¡Sí, tú, el de los cuernos, aléjate de mi hermana ahora mismo!!
-Pe… pero… si yo solo…-mascullé, anonadado.
-¡¡Big Mac!! ¿¡Que se supone que estás haciendo?!-le espetó entonces ella.
Sin mediar palabra, lanzó la manzana que llevaba con él, tuve que moverme para que no acertara.
-¡¡Largo de aquí, so mugroso, zarrapastroso, zumallo!!
El gran semental rojo comenzó a correr hacia mí y me vi obligado a correr yo también; Applejack trató de pararle, pero no sirvió de mucho.
-¡¡Que no te vea rondando a mi hermana o te echo las tripas en un canasto!! ¡¡Hocicopollo, zamarro estomagante, pisamostos!! ¡¡Ojo sapo!! ¡¡Ansia rota!!
Para entonces ya me había ido zumbando de allí, pero pude oír las últimas palabras de Big Mac.
-¡¡Y no vuelvas por aquí, so pregonao!! ¡¡A usté a la mierda!!
Stardust
Spoiler:
Ya está, ya lo he soltado; por un lado me siento mejor, pero por otro, todo el mundo me está mirando como si me hubiera escapado del manicomio local. La princesa Celestia, que en ese momento estaba leyendo los votos, dejó escapar el libro del influjo de su magia, y vi a Twilight Sparkle mirándome con la mandíbula caída y una mezcla de furia e indignación en sus ojos.
Shining me miraba como si no se lo creyera, y Cadance… me mataba con la mirada.
-¿Quién es esa? ¿¡Quién es esa?!-masculló entonces.
-¡No… no lo sé, te juro que no tengo ni idea de quién es, pocholito, en serio!-musitó el unicornio, sudando frio.
-¿¡Entonces qué hace aquí arruinando MI boda?! ¡¡Después de todo lo que ha pasado!! ¡¡Argh!! ¡¡Guardias, llévense a esta loca de aquí!!-ordenó entonces la princesa, con voz tronadora.
Al punto, una serie de guardias reales me cogieron desprevenida y me sacaron de allí a rastras.
-¡¡Y que no te vuelva a ver por aquí o lo sentirás, y mucho!!-oí gritar a Cadance, antes de salir de allí.
Por un lado, sabía que lo merecía; por otro lado, estaba más tranquila. Mi corazón ya podía descansar tranquilo, a pesar de las circunstancias. Y yendo a volandas por parte de la Guardia Real, pude descansar bien después de tanto tiempo.
Shining me miraba como si no se lo creyera, y Cadance… me mataba con la mirada.
-¿Quién es esa? ¿¡Quién es esa?!-masculló entonces.
-¡No… no lo sé, te juro que no tengo ni idea de quién es, pocholito, en serio!-musitó el unicornio, sudando frio.
-¿¡Entonces qué hace aquí arruinando MI boda?! ¡¡Después de todo lo que ha pasado!! ¡¡Argh!! ¡¡Guardias, llévense a esta loca de aquí!!-ordenó entonces la princesa, con voz tronadora.
Al punto, una serie de guardias reales me cogieron desprevenida y me sacaron de allí a rastras.
-¡¡Y que no te vuelva a ver por aquí o lo sentirás, y mucho!!-oí gritar a Cadance, antes de salir de allí.
Por un lado, sabía que lo merecía; por otro lado, estaba más tranquila. Mi corazón ya podía descansar tranquilo, a pesar de las circunstancias. Y yendo a volandas por parte de la Guardia Real, pude descansar bien después de tanto tiempo.
Y, para acabar, el mío
Spoiler:
Sostuve en todo momento la mano de Sunset, la cual se me antojó suave y delicada; ella me miraba sin poder creérselo, al igual que todos los que me rodeaban. Esperé una respuesta, pero ella tan solo apartó su mano de mí; quiso decir algo, pero no le salió nada. Sus esbirros, Snips y Snails, también estaban incrédulos.
Finalmente, Sunset se marchó de allí sin decir nada, quedándome yo hincado en el suelo; todo el mundo comenzó a cuchichear, pero no me importaba. Sabía perfectamente que podía pasar, y pasó. Me levanté de allí, con mis amigos mirándome fijamente.
-Qué huevos, macho…-murmuró uno de ellos.
Asentí sin decir nada y me fui de allí, pensando en mis cosas.
Desde entonces, vivo rodeado de chismes y cotilleos, miradas acusadoras y ojos escrutadores; aunque todo eso llegó a terminar esa noche, tras el nombramiento de la nueva como princesa de ese año del baile de otoño. Todo eso fue antes de que el origen de mis sueños se desvelara a sí misma como algo que ni yo me esperaba. Mentiría si dijera que no me había afectado; jamás podía llegar a pensar que Sunset llegara a hacer algo semejante. Y lo más gracioso era que aún sentía algo por ella.
Todo el mundo se encontraba bailando y celebrando que al final se había resuelto el problema; no sabía todos los detalles, pero según pude averiguar, la nueva había tenido algo que ver. Pero eso me daba igual. Caminaba por los pasillos, cabizbajo, pensando en improbabilidades. En ese momento oí unos pasos enfrente de mí y alcé la vista. Allí estaba ella, toda sucia y desaliñada, mirándome fijamente. Los dos nos miramos por un momento, sin decir nada.
-No estoy enfadado contigo-murmuré.
La chica bajó la vista, con los ojos vidriosos; me acerqué a ella y la cogí de la mano.
-¿Quieres bailar conmigo?
Fue entonces cuando dejó entrever una pequeña sonrisa en sus labios y susurró.
-Vale.
No había música, pero eso daba igual; bailamos otro tipo de música, de esa que solo oyen los que la quieren oír. La noche siguió su curso, como otra cualquiera. La luna brilló en lo alto del cielo, acompañada de un ligero destello.
Finalmente, Sunset se marchó de allí sin decir nada, quedándome yo hincado en el suelo; todo el mundo comenzó a cuchichear, pero no me importaba. Sabía perfectamente que podía pasar, y pasó. Me levanté de allí, con mis amigos mirándome fijamente.
-Qué huevos, macho…-murmuró uno de ellos.
Asentí sin decir nada y me fui de allí, pensando en mis cosas.
Desde entonces, vivo rodeado de chismes y cotilleos, miradas acusadoras y ojos escrutadores; aunque todo eso llegó a terminar esa noche, tras el nombramiento de la nueva como princesa de ese año del baile de otoño. Todo eso fue antes de que el origen de mis sueños se desvelara a sí misma como algo que ni yo me esperaba. Mentiría si dijera que no me había afectado; jamás podía llegar a pensar que Sunset llegara a hacer algo semejante. Y lo más gracioso era que aún sentía algo por ella.
Todo el mundo se encontraba bailando y celebrando que al final se había resuelto el problema; no sabía todos los detalles, pero según pude averiguar, la nueva había tenido algo que ver. Pero eso me daba igual. Caminaba por los pasillos, cabizbajo, pensando en improbabilidades. En ese momento oí unos pasos enfrente de mí y alcé la vista. Allí estaba ella, toda sucia y desaliñada, mirándome fijamente. Los dos nos miramos por un momento, sin decir nada.
-No estoy enfadado contigo-murmuré.
La chica bajó la vista, con los ojos vidriosos; me acerqué a ella y la cogí de la mano.
-¿Quieres bailar conmigo?
Fue entonces cuando dejó entrever una pequeña sonrisa en sus labios y susurró.
-Vale.
No había música, pero eso daba igual; bailamos otro tipo de música, de esa que solo oyen los que la quieren oír. La noche siguió su curso, como otra cualquiera. La luna brilló en lo alto del cielo, acompañada de un ligero destello.
muy buenos, el de Sunset Shimmer no me lo esperaba en verdad y el de Pinkie ha sido con un toque...pinkie 
