"Este es el primer fanfic de MLP: FiM que me he atrevido a escribir, me ha llevado unos días, y espero que os guste
"Era una madrugada bastante tranquila, muy próxima al amanecer, sólo el sonido del tren correr por los raíles destrozaba la calma de fuera, la verdad, es que es agradable escuchar los sonidos de mi alrededor, sobre todo para alguien que no puede producir su propio sonido. Me llamo Loud Off, y soy mudo.
Estaba en el tren que me llevaba a un sitio conocido como Ponyville, en busca de un trabajo en el que pudiera ser de utilidad, ya, que no es sencillo tener uno cuando tienes el gran fallo de ser mudo. Poco a poco, podía apreciar como el sol se elevaba mientras la luna se escondía entre las montañas de Equestria, alzándose el cielo en un vivo color azul que me desperezaba a través de los cristales de la ventanilla, y a lo lejos, pude apreciar Ponyville, aproximándome a una nueva oportunidad.
- ¡Próxima parada, Ponyville! -exclamaba el supervisor a voces desde la puerta del fondo del vagón.
No tardamos mucho hasta que el tren se detuvo, con algo de brusquedad, provocando que mi maleta de equipaje cayera sobre mi cabeza, y colgase de mi cuerno, por sí no lo había mencionado, soy un unicornio, lo cual, me facilitaba algunas labores, o la comunicación gracias a mi magia, aunque no la controlaba muy bien.
Cuando el tren se detuvo por completo, recogí mi equipaje, y, tímidamente, bajé del vagón en la estación de Ponyville. Una vez afuera, miré aquel modesto pueblo a mi alrededor, dando pasos lentos y seguros, mirando a mi alrededor con una mirada nerviosa a través de mis gafas, intentando encontrar un sitio donde buscasen a un empleado.
-Me pregunto si aquí podré conseguir un buen trabajo. -me decía mentalmente a mi mismo.
Como no tenía voz, constantemente me imaginaba como podía ser, si sería fuerte, suave, aguda, o grave, eso, al menos me daba un poco de ilusión, pero... No, no debería decirlo, y menos mostrarlo.
De pronto, me llegó un fuerte olor a algo que se estaba cocinando muy cerca de aquí, era un olor penetrante y dulce, tan dulce que podía sentirlo en el paladar, lo cual, se me hacia la boca agua. Atraído por ese hipnótico y atrayente olor, me puse frente a un local llamado Sugar Cube Corner, pensé que podía preguntar si tenían un puesto libre, y de paso, comprar de esos dulces.
Entré al local abriendo despacio la puerta, el olor se hizo cada vez más intenso, dándome bastante hambre. Me fijé en los dos ponis que se encontraban tras el mostrador, uno amarillo y bastante alto, y una celeste, más baja y rolliza.
-Buenos días, bienvenido al Sugar Cube Corner. -decía aquella Pony bajita, con una voz tan melosa como el olor a dulce.
No dije nada, simplemente, sonreía mientras miraba el local de un lado a otro, ambos ponis me miraban algo extrañados, lo cual, me puso en un pequeño compromiso, así pues, me senté sobre mis cuartos traseros y empecé a mover mis cascos, como si intentase decir algo, pero parecían no entenderme.
Ambos, se miraban preguntándose que me pasaba, como si nunca hubieran visto a un Pony mudo. No me quedó más remedio que hacer uso de mi magia y sacar de mi pequeña maleta una pizarra y una tiza, empezando a escribir en él "buenos días"
-Oh, entiendo, buenos días. -decía el Pony alto y amarillo. - ¿Qué querías?
Rápidamente, volví a escribir en la pizarra, esta vez la frase, "me preguntaba si están buscando nuevo personal".
Ambos, me miraron con cara de preocupación, una mirada que casi siempre recibía cuando veían que no podía hablar.
-Lo siento joven, pero ahora bien de ayudantes. -decía aquella Pony azulada.
Me decepcioné un poco, ya que, al ser la primera parada en este nuevo pueblo, no pude hallar el empleo que buscaba.
-Oye cielo, no te desanimes. -volvía a decirme la amable Pony azulada. -Mira, para que te animes, puedes comprar lo que quieras a mitad de precio.
Si, bueno, eso me animó un poco, y seleccione una bolsa con dos grandes magdalenas con chispas de chocolate. Cuando estaba a punto de cogerlo, de pronto se escuchó una buena explosión provenir del interior de la tienda, lo cual hizo retumbar el establecimiento, y, curiosamente, acompañado de una extraña lluvia de confetis y serpentinas, las cuales acababan colgando de mi cuerno.
-¡Señores Cake, ya tienen adornado el pastel para el catering! -decía la voz de una Pony desde el interior de la cocina.
-Pinkie, ¿has vuelto a usar tu cañón?
Mire hacia la cocina asombrado, y de esta, salió una Pony de color rosa con una alborotada melena fucsia, espolvoreada con los confetis de antes. No le presté demasiada atención, porque me pareció que estaba un poco loca.
Cuando me disponía a coger aquella bolsa de magdalenas, se abalanzó sobre mi, provocando que diéramos unas cuantas vueltas por el suelo, hasta que se colocó sobre mí, observándome de arriba a abajo como sí me estuviera estudiando.
- ¡Hola!, ¿eres nuevo por aquí? -me preguntaba con una sonrisa, ¿agradable? Si, agradable.
Como era de esperar, no pude responderle.
-Oh, ¡creo que he sido muy rápida! Me llamo Pinkie Pie, ¿cómo te llamas?
Intenté recuperar rápidamente la pizarra y la tiza para poder responderle, pero como estaba sobre mi, apenas podía moverme.
-Perdona, ¿me has oído? ¿Cómo te llamas? -volvió a preguntar aquella locuela Pony.
-Pinkie, no creo que pueda responderte. -decía la Pony azul.
-¿Por qué no? ¿Te ha comido la lengua el gato? -tras preguntarme eso, metió su pezuña en mi boca, sacándome la lengua, y volviéndola a soltar.
-No Pinkie, es que es mudo. -decía el Pony amarillo y alto.
Aquella Pony, Pinkie, se sorprendió un poco y se quitó de encima de mí, lo cual me permitió recuperar la pizarra y la tiza, y sobre todo, queriendo ocultar mi Cutie Mark.
- ¡¿Cómo es eso de no poder hablar?! Yo no aguantaría estar sin hablar ni un segundo, estaría a punto de estallar si no pudiera hablar, sería como... AAAAHHH!!!!!
Me empezaba a sentir algo nervioso, me gustaba apreciar los sonidos, pero había que admitir que esa Pony era muy escandalosa. Rápidamente cogí mi maleta junto a mi pizarra, e intenté salir de ahí, pero cuando crucé el umbral de la puerta, sentí como alguien tiraba de mi cola, era nuevamente aquella loca potra.
-Espera, no te vayas, todavía tengo que hacerte una fiesta de bienvenida. -decía Pinkie.
Se me saltó el corazón cuando lo dijo aquello, e intenté salir corriendo, ya que no era muy dado a las fiestas, pero aquella Pony tenía más fuerza de la que aparentaba, eso, o realmente yo era muy débil.
- ¡Vamos, así te podré presentar a todos en Ponyville!
Ya no podía aguantarlo más, así pues, tire con fuerza, consiguiendo que me soltase, y salí corriendo por la calle, pero podía oír a esa Pony siguiéndome muy de cerca.
- ¡Oye, espera, todavía no te he presentado a nadie! -gritaba Pinkie.
Por el amor a Celestia, esa loca Pony no parecía rendirse, me seguía casi muy de cerca, y cada vez me sentía más nervioso, y eso, en mi caso, no era bueno, mi cuerno empezó a brillar por sí solo, y tras de mí, se elevó una puerta que le cortó el paso a esa loca de Pinkie Pie, y dándome la oportunidad de esconderme en un seto.
- ¡Auch! ¿eh, donde se ha metido? -decía ella mirando a todos lados mientras la puerta se desvanecía. -¡Eh, nuevo Pony, ¿donde estas?!
Me mantuve oculto hasta que finalmente, se largó, y tras ello, salí despacio y corrí un poco para alejarme de aquel lugar, aunque me había puesto nervioso, a decir verdad, me había parecido divertido, empezar de esta nueva forma en un nuevo lugar, no estaba mal.
Cuando creía que ya todo estaba calmado, me entró de nuevo el hambre, esta vez, más fuerte que antes, normal, me había ido sin poder comprar esas magdalenas con chispas de chocolate. No me quedó más remedio que volver a buscar algún sitio donde comprar algo, quizá no una bolsa de magdalenas, pero algo bueno seguro.
Anduve por la calle hasta que encontré un puesto donde vendían manzanas, a falta de pan, buenas son tortas, ¿no? Me aproximé para poder comprar una, pero entonces, cuando estuve cerca tres pequeñas potras corrieron delante de mi, y provocó que me tropezase, cayendo de golpe contra el puesto, boca abajo, provocando un ligero desastre. Cuando recuperé la noción, me percaté de que una joven potra que me observaba extrañada.
- ¿Estás bien? ¿Te has hecho daño? -me preguntaba.
De la misma forma que intenté comunicarme con los Cake en el Sugar Cube Corner, intenté comunicarme con ella usando mis cascos, pero como los Cake, no me llegó a entender.
- ¿Te pasa algo en las pezuñas, tesoro? -me volvió a preguntar.
Resoplé un poco, y volví a hacer uso de la pizarra, escribiendo esta vez "Si, estoy bien". Aunque, esa potra se quedó algo extrañada al verme usar una pizarra para comunicarme.
-Eh... ¿Te pasa algo en la voz?
Perfecto, otra que no se enteraba de la historia, no se percató de que era mudo, y eso era algo bastante frustrante, pero aún así, sólo negué con la cabeza.
-Entonces, ¿eres tímido? -volvió a preguntar.
Hice uso nuevamente de mi pizarra y le contesté "no es eso"
-Por el amor de... ¿Por qué no me contestas?
Si antes Pinkie me pareció tonta, esta no se enteraba bastante de la situación, así que se lo dejé algo más clarito, escribiendo en la pizarra "¡Que soy mudo!" Finalmente, pareció entenderme.
- ¡Oh! Perdona, no me había dado cuenta, es que me recuerdas un poco a una amiga que tampoco es mucho de hablar. -me contestaba. -Me llamo Applejack.
Intenté enderezarme y a ayudar a recoger el desastre que había provocado.
- ¿Y tú, cómo te llamas?
Tras recoger un poco, volví a hacer uso de mi pizarra, escribiendo mi nombre, "Loud Off"
- ¿Loud Off? Vaya nombre más raro. -contestaba Applejack.
No hice mucho caso, ya que me dediqué a recoger lo poco que quedaba tras terminar. Volví a escribir, esta vez con un "Perdón por el desastre"
- ¡Ah! No te preocupes, tesoro. -me contestó, en eso, me lanzó una de las manzanas. -Quédatela, por ayudarme a recoger.
La cogí entre mis cascos como pude, pero se me veía algo nervioso, no podía aceptar algo así sin pagar, así que intenté devolvérsela.
-No te preocupes, puedes quedártela, por las molestias.
Acabé aceptando, pero más por que mi estómago tenía sus propias ideas, rojo, hice a un lado la vista de Applejack.
-Me parece que tu estómago es más sincero. -decía ella con una leve risilla.
Esbocé una pequeña sonrisa tímida, agradecido por el regalo, dándole un buen bocado a aquella gran y jugosa manzana, bendita Celestia, me sabía a gloria. Al poco, me despedí de Applejack, y continué mi camino, intentando encontrar un buen puesto de trabajo, mi siguiente parada, y creo que debió de haber sido la primera, era en el ayuntamiento, ya que, si alguien sabía si podía ser útil, era ahí.
No tardé en encontrar el ayuntamiento, ya que era un edificio bastante destacable en el pueblo, al llegar, entre dentro del edificio, esperando que hubiese alguien que me pudiera guiar, pero al ver a todos ocupados, no me quedó otra que salir y volver a lo mejor en otro momento, no me gustaba estorbar a los demás cuando trabajaban, me hacia sentir incómodo. Así pues, decidí volver a mercado a intentar preguntar si alguien estaba contratando a alguien, pero en la mayoría, todos me daban la misma respuesta, un no, al principio pensé que realmente no necesitaban ayuda, pero luego, empecé a pensar que los ponis no querían contratarme por no querer aprender a comunicarse conmigo de la forma que me comunicaba con ellos.
-A este paso, no conseguiré trabajo. -me decía a mí mismo sentado en el suelo a los pies de un árbol.
Di un largo suspiro y anduve un poco cabizbajo por la calle, estando más atento al suelo que a lo que realmente ocurría a mi alrededor. Pero aún así, no tarde en volver a escuchar un sonido familiar.
- ¡Oye, nuevo! -decía aquella chillona voz.
Maldita sea, era de nuevo Pinkie Pie, y ya la tenía encima, no me dio tiempo a poder esquivarla, dado que se volvió a abalanzar sobre mi como una loca, volviendo a acabar bajo ella, pero yo boca abajo contra el suelo.
-Por fin te encuentro, te estaba buscando para llevarte a tu fiesta de bienvenida. -decía ella con una sonrisa dibujada en la cara.
Asustado, intenté escaparme, pero sin éxito, ya que tiraba de mi cola sin soltarme.
-No seas tímido, si vas a disfrute.
Resignado, me dejé arrastrar, al resto de los ponis, no les parecía extrañarle el comportamiento... ¿Psicópata?, por parte de Pinkie, si no, más bien normal.
Estuvo arrastrando de mi hasta que llegamos a una especie de granja, llena de manzanas de todo tipo, tan... ¿Grandes y jugosas? ¿Dónde había visto ese tipo de manzanas antes? Estaba seguro de que las había visto antes, y muy reciente.
No tardamos en llegar al granero de aquella granja llena hasta arriba de manzanos, una vez allí, me arrastro dentro, y, cuán grande fue mi sorpresa al ver a tantos ponis reunidos en aquel lugar, era algo que me abrumaba, y me ponía algo nervioso.
- ¡Bienvenido a tu fiesta de bienvenida a Ponyville, nuevo! -decía Pinkie, bastante eufórica.
El resto de ponis, gritaban alegres por la fiesta, como si la cosa fuera realmente con ellos, algo que, realmente no entendía, por los nervios, la punta de mi cuerno empezaba a brillar delicadamente.
- ¡Ven, te presentaré a mis amigas! -decía Pinkie, empujándome la espalda con su cabeza.
La primera en presentarme, fue a dos pegasos, una amarilla de melena rosada, y a otra celeste con las crines coloridas.
- ¡Nuevo, te presento a Fluttershy y Rainbow Dash!
- ¡Encantado de conocerte, nuevo! -decía Rainbow
-Ho... Hola. -decía tímidamente Fluttershy.
La verdades que, a diferencia de Rainbow y de Pinkie, ella me resultaba más relajada a la hora de hablar, y eso estaba bien para variar de tanto bullicio. Nuevamente, Pinkie volvió a empujarme hasta colocarme frente a otra unicornio, de pelaje blanco, y aparentemente esponjoso y las crines bien peinadas.
- ¡Ella es Rarity, ella es muy entendida en la moda, cuando necesites algo, ella lo hará!
-Encantado ricura, es un placer conocerte.
Y una vez más, volvió a empujar de mi, y esta vez, hasta una alicornio de pelaje morado, por un momento pensé, que si era un alicornio, sólo podía tratarse de una princesa, dado que sólo ellas eran alicornios.
-Y esta es mi amiga, la princesa Twilight.
Ella se volteó, que sorpresa me llevé al comprobar, que, pese a ser una alicornio, eran en apariencia tan normal como todos los ponis que había visto en Ponyville, fue una sorpresa bastante agradable, y la verdad, es que llenó de calma el momento.
-Encantado de conocerte... Perdona, creo que no me han dicho tu nombre, ¿cómo te llamas?
De la euforia que sentía en el momento, y de la tranquilidad que había recibido al verla, intenté decírselo por mi cuenta, pero, idiota de mi, que hasta por un momento, había olvidado que era mudo, y la vergüenza que pasé al intentar decir mi nombre, y no producir ningún sonido, fue abrumadora.
La música se detuvo en seco, y todos los presentes se me quedaron mirando extrañados.
- ¿Estás bien? -preguntó nuevamente Twilight.
Nervioso, miré a todos lados empezando a ponerme más nervioso, y el brillo de mi cuerno, empezaba a ser más fuerte, ocupando aquel fulgor más de mi cuerno.
- ¡Oye nuevo, que te está preguntando! -decía Rainbow revoloteando casi a mi lado, como si estuviera enfadada.
Eso no ayudó mucho, si no lo empeoraba.
-Cálmate Rainbow... -decía Fluttershy, intentando separarla de mi, como si pudiera ver lo nervioso que me estaba poniendo.
Pero pese a la ayuda de la tímida pegaso, el resto de Ponys se me quedaban mirando, y cuchicheando. Pero poco a poco, empezaban a apreciar el fulgor de mi cuerno, algo que les dejaba algo atónitos.
-Oye, ¿va todo bien? -preguntó Twilight.
Intentando concentrarme, intenté coger mi tiza y mi pizarra, para intentar escribir lo que me pasaba, pero antes de poder rozar la tiza contra la pizarra, esta empezó a girar rápidamente, cayendo al suelo y empezando a convertirse en un gigantesco cristal de tiza, que empezaba a ocupar gran parte del granero por dentro, algo que asustó a todos, ya que los cristales de tiza, crecían afilados y puntiagudos, como una especie de barricada.
- ¿¡Qué crees que haces!? -me gritaba Rainbow colocándose sobre uno de los afilados trozos de tiza.
Empecé a sentir como el corazón me latía con energía, sintiéndome muy nervioso, y no parecía que fueran a escucharme.
- ¿Estáis todos bien? -preguntó Twilight extendiendo sus alas.
Tras comprobar que todos estaban bien, volteó asombrada la mirada al enorme cristal de tiza.
-Eso es... Magia de materialización... -decía asombrada la princesa. - ¿Cómo... Cómo ha...?
No pude soportarlo más, e intenté salir corriendo por la puerta, pero, nada más salir, me tropecé de nuevo con Applejack, con suerte, frenando a tiempo antes de provocar otro desastre.
- ¿Loud Off? ¿Qué haces aquí? -me preguntó.
En seguida, miró al interior del granero mirando el enorme cristal de tiza.
- ¿Qué demonios ha pasado? Loud... ¿Has sido tu? -me miraba con preocupación.
Más nervioso, salí corriendo de la granja, aproximándome al bosque más cercano, no, sin empezar a derramar algunas lágrimas de vergüenza.
Twilight, comenzó a deshacer el gran cristal de tiza, hasta que por fin volvió a ser la pequeña e insignificante tiza que fue al principio, cayendo sobre mi rayada pizarra.
- ¿Qué es lo que ha pasado? -preguntó Applejack cuando la cosa parecía haberse resuelto.
-No sabría explicarte. -contestó Twilight. -Estábamos haciendo una fiesta para el nuevo, y de pronto, al sacar esta tiza, realizó un hechizo de materialización sobre ella, creando el cristal de antes.
- ¿El nuevo? -preguntó nuevamente Applejack.
-Si... Ese unicornio maleducado y psicópata. -dijo Rainbow. -Ni siquiera le dijo su nombre a Twilight cuando se lo preguntó.
- ¿Un unicornio? De casualidad, ¿no sería azul y usaba gafas?
-Ese mismo, el que acaba de salir corriendo. -respondió Rarity.
Applejack, se sorprendió bastante.
-Yo sé quien es, ese Pony se llama Loud Off.
Todas, se quedaron mirando a Applejack.
- ¿De qué conoces a ese psicópata? -preguntó Rainbow.
-Lo conocí esta mañana en mi puesto en el mercado cuando se tropezó con Applebloom y las otras. -contestó. -Cayó sobre mi puesto y lo recogió todo.
- ¿Y cómo es que a ti te dijo su nombre y a Twilight no le respondió? -preguntó Rarity.
-Por que Loud Off es mudo.
Al oír aquella notica, todas se quedaron algo patidifusas, no se esperaban esa respuesta.
-Por eso no respondía. -dijo Twilight llevándose e casco a la cara, desviando la mirada al suelo. -Tal vez sea por eso que sabe usar magia de materialización, ha tenido que aprenderla para comunicarse.
-Un momento Applejack. -interrumpió Rainbow Dash. -Si es mudo, ¿cómo sabes su nombre?
-Usaba esa pizarra para comunicarse. -contestó.
-Disculpa Pinkie Pie, pero... ¿Tu sabías que Loud Off era mudo? -le preguntó Fluttershy.
Pinkie, se encogió de hombros.
-Eh... Puede que ese sea un dato que debía haber dicho antes de realizar la fiesta y mandar las invitaciones. -contestaba con una sonrisa de locuela.
- ¡Eso es lo primero que se dice! -dijeron todas a la vez a Pinkie.
-Debe de estar muy nervioso por lo ocurrido. -decía Fluttershy mirando la puerta del granero. - ¿A dónde habrá ido?
-Será mejor que nos separemos para localizarle. -decía Rainbow.
-No será necesario, yo vi a donde se dirigía. -dijo Applejack. -Salió corriendo hacia el bosque Ever Free.
- ¡Oh! No debe de conocer lo peligroso que es el bosque Ever Free. -exclamaba Rarity. -Debemos encontrarlo antes de que sea demasiado tarde.
Mientras, corrí todo lo que pude hasta que entré bien hondo en el bosque, jadeando del cansancio y sentado a los pies de un árbol, rompiendo a llorar, tapando mi cara con los cascos.
-La he fastidiado... -me decía a mismo. -Me deben de odiar.
Pese a ser mudo, gimoteaba sin control por haber echado a perder todo, seguro que ahora todos tendrían miedo de mi. No podía parar de llorar, mi cara se empapaba entre mis lágrimas de decepción, y auto compasión.
De pronto, escuché un ruido leve, como si alguien pisase ramas, acompañado de un fuerte olor, algo nauseabundo y, por Celestia, penetrante. Me giré a todas direcciones buscando el lugar de donde provenía ese asqueroso olor, hasta que me percate de tres pares de brillantes ojos entre la maleza, seis ojos que se aproximaban a mi, acechadores. Cuando las figuras se descubrieron de entre la maleza, pude ver que se trataban de tres lobos de madera.
Empecé a retroceder despacio mientras mantenía la mirada puesta en ellos, pero cada vez se acercaban más, echando su aliento nauseabundo sobre mi. Al ver que cada vez estaban más cerca de mi, me giré para salir corriendo, pero los lobos salieron corriendo tras de mi, dándome alcance.
Los nervios, provocaron que mi magia se alíen de control, provocando que las raíces de los árboles salieran como espinas del suelo, dificultando el paso a los lobos, pero aún así, me seguían muy de cerca.
Jadeaba de agotamiento por la carrera de antes, y las fuerzas me empezaban a abandonar, hasta que, sin darme cuenta, acabé llegando a un barranco, y tuve que detenerme en seco. Los lobos de madera, se acercaban a mi, agazapandose, dispuestos a asaltarme. Cuando el primero se dispuso a saltar sobre mi, una centella azul lo golpeó, desmontándolo, al abrir los ojos, pude ver a Rainbow Dash sobre los despojos de aquel lobo de madera.
- ¿Estas bien, nuevo? -me preguntó.
Por un momento, ni siquiera supuse como reaccionar, pero acaba asintiendo levemente, asombrado.
-Es hora de repartir caña a estos lobos.
Rainbow se lanzó contra los lobos pero estos la enfrentaban perfectamente, deshaciéndote de ella casi de inmediato. Al poco, no tardaron en aparecer Twilight y las demás, quienes se enfrentaron también a los lobos de madera, por otra parte, Fluttershy apareció tras de mi, volando, intentando levantarme, pero apenas podía.
- ¡No puedo...! -decía haciendo esfuerzo.
Viendo a todas defendiéndome, provocó un sentimiento nuevo en mi, el compañerismo que nunca había tenido, y eso, me hizo querer intentar protegerlas, así pues, me deshice de entré los cascos de Fluttershy y fui a socorrer a las demás, que que podría usar por primera vez mi magia, para ayudar.
Uno de los lobos, intentó abalanzarse sobre Twilight, pero en eso, lancé mi magia sobre él, deshaciéndolo. Tomé aire, jadeando un poco, mentiría si dijera que no estaba nervioso, ni asustado. El lobo restante al percatarse de ser el último, empezó a aullar, esto, provocó que los restos de sus compañeros se juntasen con él, haciéndolo más grande, lo cual, me preocupó.
El cuerpo, empezó a temblar como una hoja, aquella cosa era demasiado grande, e imponente, de sus fauces segregaba una espesa savia y un nauseabundo olor a moho.
- ¡Loud, chicas, es hora de salir corriendo! -gritaba Twilight.
Al oírlo, salí corriendo junto a ellas, pero el gigantesco lobo de madera, nos seguía bien de cerca, teníamos que ir esquivando ramas y rocas para evitar tropezarnos, pero el lobo simplemente, atravesaba los obstáculos como si fueran de papel.
Entre los temblores que se ocurrían con las embestidas del lobo de madera, provocó que de los árboles cayeran gruesas ramas, intentábamos esquivarlos, pero caían muy seguidos, y era bastante complicado.
Sin darnos cuenta, una de las ramas cayó, atrapando tanto Rainbow Dash como a Applejack, me percaté y frené, no podía dejarlas ahí a merced del lobo de madera, así que volví por ellas.
- ¡Loud, no! -decía Twilight.
El lobo se disponía a devorarlas de un bocado, pero en eso, le arrojé una roca entre los ojos, lo cual, centró su atención en mi.
- ¿Qué haces aquí? -decía Rainbow.
- ¡Loud, vete, no eres rival para este bicho! -decía Applejack.
Empecé a concentrarme en mi magia, haciendo brillar mi cuerno con intensidad mientras el lobo se acercaba a mi despacio y gruñendo, cuando el lobo se encontraba bien cerca de mi, desaté mi magia, de pronto, se empezó a escuchar el sonido de una sierra girar, cuando el lobo se percató del sonido, pudo ver sobre él una gran sierra circular girando sobre él, lo cual le asustó, y provocó que saliera huyendo.
Cuando se largó, deshice la sierra y levanté la rama de encima de Rainbow y Applejack, dejándolas salir, una vez que se apartaron, arrojé la rama un poco a un lado.
-Vaya, eso ha sido impresionante. -decía Rainbow bastante impresionada.
-Debo decir, que eso ha sido algo que no esperaba. -continuaba Rarity. -Hacer aparecer una sierra sobre el lobo de madera ha sido ingenioso.
-Has sido muy valiente, Loud. -admiraba Twilight.
Me volví hacia ellas y empecé a mover los cascos para intentar comunicarme con ellas, intentaba decirles "No ha sido nada", pero nuevamente, parecía que no me entendían, empezando a ponerme cabizbajo.
-Ha sido mucho lo que has hecho por nosotras. -dijo Twilight.
Me sorprendí bastante ante la respuesta de Twilight, y no fui el único, las chicas estaban impresionadas.
-Twilight... ¿Cómo has...? -decía Fluttershy sorprendida.
-Lenguaje de signos, aprendí un poco en Canterlot cuando estudiaba con la Princesa Celestia. -respondió. -Loud, supongo que, como no muchos conocen el lenguaje de signos, usabas tu pizarra para escribir lo que querías decirle, ¿no?
Asentí repetidas veces, esbozando una pequeña sonrisa.
-Dime una cosa, ¿cómo aprendiste la magia de materialización? -me preguntó.
Empecé a responderle, a la vez que ella traducía.
-"Mi abuelo me la enseñó para poder comunicarme con los Ponys, también se las enseñó a mis dos hermanitas, que lo usaban para animarme y yo para defenderlas" -traducía Twilight.
Todas se quedaban impresionadas.
-Pero ¿por qué la usaste contra nosotras en la fiesta en Sweet Apples Acres? -preguntó Dash.
Volví a responder.
-"Pese a que soy un unicornio, no domino del todo esta magia, soy bueno creando, pero a partir del dibujo" -traducía Twilight mientras mostraba mi Cutie Mark.
Pude mostrarle a todas mi Cutie Mark, que era un lápiz sobre un papel en blanco.
-Entonces tu talento es el dibujo, ¡genial! -decía Pinkie.
Volví a comunicarme con ellas con el lenguaje de signos.
-"Vine a Ponyville para encontrar un nuevo trabajo desde Trotingham, pero no consigo ninguno, por mi problema" -volvió a traducirme Twilight.
Todas se me quedaron viendo un poco preocupadas por mi historia, entonces, Applejack se me acercó.
-Me vendría bien tener a alguien como tu trabajando en mi campo de manzanas. -me dijo Applejack. -Quiero decir... Levantaste esa rama casi como si nada, seguro que tienes unas potentes patadas.
La cara, se me iluminó ampliamente.
-Nos costará a mi y a mi familia el entenderte, pero seguro que serás de ayuda. -declaro Applejack.
-Espera. -dijo Fluttershy acercándose a mi.
Cuando Fluttershy se colocó frente a mi, me colocó en el cuello mi vieja pizarra a modo de collar.
-Lo recogí después de que te fueras, pensé que lo necesitarías.
Tras verlo, no pude evitar darle un gran abrazo tanto a Applejack, por haberme dado un sitio donde trabajar, y a Fluttershy, por devolverme mi pizarra, y luego, a Twilight, por lograr entenderme.
Tras esa aventura en el bosque Ever Free, Applejack, me llevó hacia Sweet Apple Acres, en donde me presentó a su familia, la abuelita Smith, Big Macintosh, Big Mac para los amigos, y la pequeña Applebloom, esta última, me recordaba mucho a mis dos hermanas.
Applejack, les explicó mi problema, y todos estuvieron dispuestos a hacerme la estancia más cómoda. Lo primero que hice, fue instalarme en una habitación que me habían ofrecido dentro de la casa de la familia Apple, en esta ocasión, Applebloom me ayudó a colocar las cosas que había traído en mi maleta, sólo se trataban de mi caja de tizas, mi cuaderno de dibujo, mis utensilios de dibujo, y la fotografía en la que salía yo con mis hermanitas y mi abuelo.
- ¿Tus hermanas y tu estáis muy unidos? -preguntó Applebloom.
Asentí, y le escribí en mi pizarra "son toda mi familia, junto a mi abuelo". Al rato, me reuní con Big Mac en el huerto, colocándome el arado en la grupa, explicándome que quería comprobar que tan fuerte era, comencé a andar por el campo con el arado a cuestas, la verdad, es que era bastante pesado, y me costaba algo, pero podía tirar de ella, Big Mac, se quedaba a mi lado para comprobar que tan bueno era trabajando en el arado, y me ayudaba cuando cometía un error, era agradable trabajar con Big Mac, aunque no hablara mucho.
Tras pasar, la prueba con Big Mac, me acerqué a los campos de manzanas con Applejack, y me dijo que quería comprobar la potencia de mis patadas. Me colocó frente a unos cuantos manzanos con los cestos bajo ellos, fui uno por uno, coceándolos, provocando que más de la mitad de las manzanas de cada árbol.
-Impresionante, muy impresionante. -decía Applejack. -Si te esfuerzas mucho, podrás vaciar un árbol de una coz.
Me sentí muy feliz de aquel comentario por parte de Applejack, por primera vez, me empezaba a sentir útil de verdad, era un buen trabajo y una familia muy agradable, tanto como la mía en Trotingham.
Venir a Ponyville, fue una buena decisión, no había empezado con buen casco, pero todas las locuras ocurridas aquel día, no las cambiaría por nada, pues había conocido a nuevos y buenos amigos, y una familia divertida y unida.
Sentí, que aquí en Ponyville, mi vida sólo acababa de empezar, y que días como el de hoy, sólo eran el comienzo, y que algunas nuevas aventuras, así como nuevos amigos, se harían presentes muy pronto.
