Se que sonara a pego, pero voy a poner aqui, lo que escriba por libre, antes de dormir o bien en algun momento de inspiracion que quiera relatar historias sueltas, que me llamen sin mas. Realmente me apetecia compartirlo a ver que tal, e ire poniendo pequeñas cosas, algunas quizas sin acabar o que no, para distraeros unos minutos, a ver.
Este es el primero, ha sido esta noche, me ha salido sin mas al escuchar esto: https://www.youtube.com/watch?v=f9SPSTx ... gz4ufrVCYQ
Y ha salido esto, escrito en apenas veinte minutos.
La princesa de bosques cálidos
Sobre recias y altas montañas se situa un reino, en la espesura de colores cálidos, envuelto en el cántico del viento y de las hojas danzando en el aire, hasta que terminan sus pasos, en el follaje de nuestra tierra, cubierta por las secas y hermosas hojas que ya en su día bailaron al son de la brisa.
Duros inviernos y veranos han azotado su hogar. Envidiada ha sido las reliquias de su reino, a pesar de que la presencia de este, pasa desapercibida, como su nombre en las mentes ajenas a este lugar. Una hermosa gobernante tuvieron, de resplandecientes cabellos de miel y pelaje crema. De dulce corazón y buena fe, pero ignorante y temerosa al fin y al cabo.
Cuando la danza de las hojas era titubeante y temblorosa, un inminente peligro sus magos y videntes observaron. Los ojos de la princesa se estremecieron al ver su sombra, tan escalofriante como el fin del baile otoñal que da la bienvenida al gélido invierno. A través de las murallas de nuestra ciudad, decenas de armadura echaban ojo avizor ante una silueta oscura que se aproximaba entre la belleza de nuestros cálidos bosques.
Un dia llegó, un dia próximo al invierno. Un extranjero, de tierras lejanas, llegó a nuestro hogar. Vestía con gracia, humilde en prendas sin duda, portando un gran sombrero de campo, todo destacable por sus anaranjados y rojizos tonos que tan bien se camuflaban entre los alrededores. Portaba una flauta, la agarraba celoso con sus cascos, tocando con ella una deleitosa música que acariciaba nuestros oídos y parecía ser cosa de brujas. No lo pensamos entonces…¿Fue esa dulce melodía la que hizo temblar la caída de las hojas? “¿Cómo puede serlo” dijimos incrédulos.
El forastero pidió audencia con nuestra soberana. Desconfiados tenia a los miembros de la alta sociedad y enamorados a los de la plebe, tal vez por sus ropas, de poca importancia resultaba. Los soldados de nuestra guardia, acorazados en sus mallas y placas de ocre y plata, llevaron al extraño ante su majestad. La música que desprendía su instrumento se volvía mas agitada conforme contemplaba la enormidad de la morada de su eminencia. Cálido en el invierno, fresco en el verano y seguro, como un anhelado hogar para cualquier indigente, que se deja abrasar ante el fuego del sol y deja calar sus huesos ante las frígidas puñaladas del invierno.
La princesa, sentada en su lujoso trono, portando las prendas reales de fina seda, hojas selectas del paso del otoño y radiantes ojos dorados, recibió al desconocido. Dicho poni se inclinó, respetuoso. Los ojos de su alteza temblaron de terror, al ver los ojos del forastero, que brillaban con pálida tonalidad, se asustó. Fingir trató, educada fue, mas su miedo era evidente por sus mas cercanos súbditos.
“Que os trae a nuestra tierra” había preguntado su majestad.
“Solo un hogar su altísima soberana. El invierno se acerca, y por estos lares no tiene piedad. Meramente os reclamo cobijo en estas firmes paredes, para no morir ante él.”
El extraño se arrodilló, quitándose su exaltado sombrero y mostrando su crin y pelaje, blanca y plateado respectivamente. Su escuálida piel y débiles patas reflejaban sufrimiento de arduos viajes.
Los súbditos se miraban confundidos, la princesa no cesaba en mirar a su invitado. Su presencia daba a nacer en el reluciente corazón de la princesa una gruesa capa de hielo que la carcomía. Sus magos, brujos y soldados de mayor rango, coincidían en expulsar a aquel poni, ya que…¿Y si era la sombra que amenazaba según la premonición? Pero incluso por ese frío, que derivaba en inseguridad, en el pensamiento de su majestad, ella dudaba y temía por su destino. Debía decidir, entre la seguridad de su reino o la muerte de un solo poni, venido de tierras lejanas, todo en base a una sospecha. ¿Qué hacer? Un denso silencio se apodero de los murmullos entre los plebeyos y aquel extraño, viéndose expulsado, a la intemperie justo en la llegada del invierno, trató de convencer a la dulce princesa.
“Por favor, majestad. Si me dais refugio del desgarrador frío, yo os ofreceré mi música. No es mucho…pero es todo lo que puedo dar a cambio de mi petición.”
El forastero agarró su flauta y comenzó a tocar, llenando la sala del trono con una suave melodía, exquisita ante el oído de todos los presentes. Sin embargo, extraño fue que, su majestad, carecía de buena respiración. Una ventisca se desató en su interior, sombras con garras que plagaban su mente…Ella no escuchaba una bella sinfonía, sino un estruendoso cantar maldito. Y al alzar su mirada y ver al extraño, observó una maliciosa sonrisa en su rostro.
La soberana gritó a rebosar de pánico, ordenó fríamente que se lo llevaran y lo expulsaran de su reino. Aquel poni ni se molestó en resistirse, se lo llevaron por los grandes portones de bronce hacia los bosques otoñales, al tiempo que nuestra amada princesa unicornio, subía las escaleras circulares de la mas alta torre, para encerrarse en sus aposentos, perseguida por sombras. Sombras nacidas de aquella flauta y que la aterran sin demora.
Todos sintieron miedo por su princesa. Intentaron hablar con ella, pero no recibían respuesta, salvo llantos profundos entre los muros de su recámara, repleta de preciados tesoros que no le ofrecían alivio ante su tormento.
Y en las afueras…donde la brisa corría arrancando las hojas para bailar, un forastero sonreía, cruzando el lugar y tocando su flauta, haciendo estremecer la danza otoñal que preparaba la bienvenida al invierno.
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Como veis, lo que puede salir en poco tiempo, con algo de ambientacion y un momento de inspiracion que sale sin mas. Te dejas llevar y te sale una idea que sin querer la desarrollas. Honestamente profundidad hay poca como puede verse, pero si uno se para y piensa algunas cosas podria hacer perfectamente un fic sin querer y disfrutar con ello. Salen de donde menos te lo esperas. Cosas simples que luego las piensas y decoras se convierten en grandes ideas y tramas. No imaginais lo sencillo que sale cuando te sale, nunca mejor dicho, jaja.
Evidentemente es mil veces mejorable, podria pararme en detalles, describiendo la ciudad y demas, eso por supuesto, pero el objetivo es...ver como sale en poco tiempo y del tiron, sin pensar mucho. De hecho esto muchas veces es util, ya que poniendo de ejemplo este cachito, si yo tras escribirlo, lo veo y profundizo, y voy mejorando detalles y añadiendo cosas tras haberlo escrito, pues me saldria una maravilla o una pedazo idea sin mas. Incluso me gustaria animaros que si, os apetece compartir algo de este plan, pura escritura libre en poco tiempo y que te salga sin mas, lo hagais, porque de ahi puede salir algo.
Espero que no tenga fallos y os llame la atencion, un saludo ^^ y animo para que escribais.