MLP: Sin Fronteras. Acto 1 - La gema del espejo. (CAP 4)

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MLP: Sin Fronteras. Acto 1 - La gema del espejo. (CAP 4)

Mensaje por narutobilbao » 24 Ene 2016, 18:56

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Hola chicos y chicas. No se si muchos se acordaran de mi, pero he regresado para haceros saber que ya hay contenido nuevo en relación a mi fic. Fic que en su día subí el prologo en este foro, y me gustaría continuarlo ahora que tengo varios capítulos escritos y tiempo para ello.

Lo primero que quiero decir al respecto, es que se trata de una historia de 3 actos (tres fanfics. 3 partes. 3 temporadas... llamadlo X), y aquí os traigo la primera parte de esta gran historia.

Para comenzar, una pequeña sinopsis.
"Herbal, un unicornio con un oscuro pasado, aparece un buen día en casa de una cebra llamada Zecora. Sin embargo, parece que es reacio a relacionarse con los demás. En medio de todo el caos y el desconcierto, deberá de aprender a superar sus miedos y a afrontar su futuro, mientras descubre todo lo que la mágica tierra de Equestria tiene que enseñar."

Y ahora sin mas dilación, procedo a publicaros el primer capitulo. Para que no quede un post megalargo de buenas a primeras, lo pondré dentro de la etiqueta "Spoiler" y sera así de ahora en adelante.
Sin mas que decir, espero que os guste y si es así, dejéis vuestros comentarios.

Muchas gracias por vuestro apoyo por adelantado.

PD: Aunque el fic lo categorizo como las etiquetas colocadas arriba, no todos los capítulos tratan temas de esa ambientación oscura.
Spoiler:
Capitulo 1: Un nuevo mundo

-Vamos, no tengas miedo. Te garantizo que no muerdo. -Decía la misteriosa hembra.

-Yo... esto... quisiera... -Herbal no atinaba a decir una frase entera. Estaba temblando como un flan mientras miraba a todas partes preocupado. -Quisiera... saber...

-¿Donde estas? -Termino la hembra del pelaje a rayas. -Te encuentras en mi humilde morada pequeño unicornio, en lo más profundo de un bosque misterioso. El bosque Verdur lo llaman, donde las flores crecen libremente y donde tranquilamente los animales habitan.

Herbal estaba totalmente perdido con esa explicación, no le sonaba de nada un lugar así. Pero continuó preguntando con voz temblorosa.

-Y tu... ¿quien... eres...?

-Zecora es mi nombre, pequeño unicornio. Preparar remedios y pociones naturales es mi especialidad, mas todo lo que uso es de una calidad excepcional. -Dijo riéndose un poco y acercándose a él para tenderle un casco. -¿Cómo te llamas?

-Yo... no lo se... -Su incertidumbre y sorpresa se desvanecieron con la pregunta de la hembra que se hacía llamar Zecora dando paso a una sensación que ya había tenido poco antes. Empezaba a recordar lo acontecido instantes antes de llegar a donde estaba. Se mostraba realmente deprimido y dejaba caer unas pocas lagrimillas.

-No llores pequeñín, Zecora cuidara de ti. Estoy seguro de que algo horrible te ha sucedido, mas ocultarlo no ayudara a solucionar lo acontecido. -Al ver que Herbal no le tomaba el casco y se hacia un pequeño ovillo, decidió sentarse a su lado y abrazarlo.

-Mi nombre... no me acuerdo de él. Solo recuerdo... mi mote...-decía entre sollozos.

Cada palabra que decía, estaba cargada de un dolor indescriptible en su corazón. Se había salvado el solo a costa de las vidas de sus amigos, y él lo sabía.

-Herbal-dijo finalmente tras meditarlo unos segundos.

-¿Herbal has dicho? Es un nombre bonito. Quizás no sea tu nombre verdadero, pero sin duda da el pego. -Decía intentando tranquilizar al pobre unicornio mientras lloraba a moco tendido.

-¿Me contarías qué ha pasado? Quizás pueda ayudar a arreglarlo.

-No... no puedes... nadie puede. -Se empezaba a notar frustración y enfado en sus palabras. -¡Es todo inútil! ¡Nada tiene sentido!

Se levantó del suelo y echó a correr en dirección a la puerta con un claro deseo de desaparecer.

-No es de sabios correr a ciegas, te recomiendo que te tranquilices y vuelvas.

Zecora intentaba de todas las formas posibles hacer entrar al recién llegado Herbal en razón, pero era inútil, el estaba totalmente confundido y estresado.

-¡Que sabrás tu! Yo... ¡todo es mi culpa!-exclamó mientras se alejaba a galope de aquella misteriosa cabaña de madera hasta desaparecer entre las ramas de los arboles del bosque Verdur.
Zecora no pudo hacer más que quedarse mirando el sendero que había tomado, y tras unos pocos segundos, pensativa, sonrió y volvió a sus tareas.

-Te esperaré, pequeño unicornio, no podrás afrontarlo solo.

Herbal corría y corría, pero estaba tan angustiado y apenado que ni siquiera miraba hacia donde iba. Estaba solo en algún lugar desconocido para él, y ni siquiera sabía si se toparía con sirvientes de la malvada reina Celestia. Ni siquiera podía confiar en nadie, y eso no ayudaba a su débil mente.
Estaba tan absorto en sus pensamientos corriendo con los ojos cerrados que no vio el gran lago al cual se aproximaba y, como es de esperar, cayó de morros contra el agua al no hacer pie en tierra firme. El susto que se llevó fue enorme, pero no tardó en nadar hacia la superficie.

-Dónde... ¿dónde estoy? ¿Sigo en el bosque?

Miró a su alrededor, ante él se mostraba un precioso claro con muchos árboles grandes que dejaban pasar los rayos del sol directamente al lago.

-Es precioso... este lugar es... impresionante...-masculló sin dar crédito a lo que veía.

-Oye, ¿estás bien? ¿Te has hecho daño?

Herbal se asusto al oír aquella voz masculina tan cerca de él y empezó a girarse muy lentamente hacia el lugar de donde provenía la voz. Un poni terrestre de pelaje verde y crines azules claritas estaba a escasos metros de él agachado en tierra firme. La cara de pánico de Herbal no tenia precio.

-¡Ah! ¡Aléjate! ¡No me hagas daño!

El otro poni se quedo anonadado ante las suplicas del unicornio, pero intento tranquilizarle y continuar hablando.

-¿Hacerte daño? ¿Por qué motivo querría yo hacerte daño a ti? Tranquilo, nadie va a hacerte nada, te lo prometo-añadió con una sonrisa en su cara.

-¿De verdad? ¿No te han mandado los subordinados de la reina?

-La... ¿reina?

El poni de pelaje verde no entendía un pimiento de lo que decía Herbal.

-Si... la suma reina Celestia... ¡Debes conocerla!

-Lo siento... pero debes estar equivocado. En estas tierras no hay ninguna reina, debes estar refiriéndote a la princesa Celestia-murmuró, mirándole con cierta incertidumbre.

-¿Princesa? pero... no es posible...en Equestria gobiernan la Suma Reina Celestia y la emperatriz Luna...

Herbal estaba tan sorprendido como el recién conocido. No se explicaba cómo alguien podía negar lo evidente.

-¿Suma reina? ¿Emperatriz?, ¿De qué estás hablando? Hasta donde yo sé, Celestia y Luna son princesas que gobiernan desde Canterlot. Te has tenido que dar un buen golpe en la cabeza-comentó empezándole a mirarle un poco raro, como si pensara que le faltaba un tornillo.

-No es posible... sé de primera mano que Celestia y Luna son malvadas gobernantes...

Herbal miraba al suelo repitiéndose lo que él sabía que era verdad.

-¿Malvadas? Me estas empezando a preocupar, las princesas son benevolentes y amables. -Le comento el misterioso poni.

-... no es verdad...

Herbal se negaba a pensar en la mínima posibilidad de que las gobernantes fueran buenas. Fuese a donde fuese que le mandara el portal que activó, no podía haber hecho ese cambio radical.

-... quisiera hablar un poco mas contigo, pero para eso... Debes salir del agua. Te resfriarás si sigues mucho más tiempo en ella-remarcó, tendiéndole una pata.

Herbal vaciló mucho ante la idea de aceptar su ayuda, pero finalmente se dejó ayudar un poco y agarro el casco de aquel poni que se ofreció a ayudarlo.

-Así está mucho mejor. Me llamo Great Thrill, vivo en una casita bastante cerca de este bosque. ¿Cómo te llamas tú?-Inquirió el poni de tierra mientras veía como se secaba el llamativo unicornio.

-Herbal...-Murmuró cabizbajo.

-Bueno... y ¿dónde vives? -Tuvo que formular otra pregunta, pues Herbal no parecía dispuesto a hablar por voluntad propia.

-No me acuerdo...

Great Thrill estaba empezando a mosquearse un poco con la actitud que el unicornio mostraba.

-... Oye, escucha Herbal, quiero ayudarte. -Se paró a pensar un poco. -Te prometo que no te haré nada malo.

-Nadie puede ayudarme, y es mejor que... ¿eh?

La atención de Herbal se dirigió a un detalle que no había visto hasta entonces. A su alrededor había muchísimas flores de muchísimos colores que florecían en los arbustos de aquel claro.

-Son... flores... y son preciosas...

-¿Qué? ¿Hola? ¡Te estoy hablando!

Great Thrill trataba de llamar la atención de Herbal, pero era inútil, el unicornio había encontrado algo que le llamaba mucho más la atención. Se quedó mirándolo fijamente mientras él se acercaba a un arbusto para apreciarlas más de cerca.

-Nunca había visto flores así... están llenas de vitalidad... llenas de energía... -Acercó su hocico para olerlas.

Great Thrill se fue acercando a él después de convencerse de que el unicornio tenía un trastorno grave. Decidió seguirle el juego.

-Sí, desde luego son preciosas. Las flores de Equestria son las más bonitas del mundo.

De nuevo, Herbal le miro totalmente anonadado.

-¿Cómo has dicho? ¿Preciosas? En todos los lugares que yo he estado... no había flores ni medianamente bonitas...

-¿Te estás quedando conmigo? En toda Equestria hay flores así... bueno, en todos sitios menos en Appleloosa, que está en un desierto...-respondió Great Thrill dándole vueltas a lo que el unicornio le contaba.

-¡Pero bueno! ¡Te estoy diciendo que jamás he visto flores así de bonitas, en Equestria no hay flores bonitas! Están todas marchitas...

El poni de tierra tomo aire, cerró los ojos y contó hasta diez en bajo, luego abrió los ojos de nuevo.

-Vamos a ver, Herbal. ¿Me quieres contar lo que pasa? Solo pretendo ayudarte. Confía un poco en mí...

Vaciló muchísimo, tardo algo como 30 segundos en decir una palabra, pero finalmente, decidió confiar en él.

-De acuerdo...

-¡Por fin! ¿Qué te parece si vienes a mi casa y me lo cuentas todo?

-¡No! -No quiero ir a casa de nadie... te lo contare... aquí...-Contestó Herbal aterrado, acercándose muchísimo a los arbustos floridos, como buscando la protección de las flores.

-Oh, bueno... de acuerdo... aquí también valdrá.

Se sentó y miró a Herbal a la espera de que hiciese lo mismo. El unicornio cogió unas pocas flores y se sentó con ellas flotando.

-Me he escapado de una prisión y...

Pudo ver como Great Thrill empezaba a asustarse, lo cual solo propició que se pusiera más nervioso aun.

-¿Que has hecho que?

Fue un grito considerablemente alto. La sorpresa en la cara de Great Thrill podía verse desde Canterlot.

-Herbal... ¡eso es delito!

-¿Como que delito? ¡Me raptaron cuando no era más que un potrillo! Ya ni me acuerdo de mis padres... ¡Tampoco me sé mi verdadero nombre! ¡Cualquier cosa es mejor que estar encerrado en una cárcel y estar sujeto a experimentos dolorosos a diario!

Según hablaba, más se enfadaba. No se daba cuenta de que estaba diciendo absolutamente todo.

Great Thrill estaba boquiabierto, no daba crédito a nada de lo que estaba oyendo.

-Además, ¡nadie me quería allí dentro! -Cada vez gritaba mas, soltando todo lo que tenia dentro de sí mismo. Se le escapaban lagrimillas mientras narraba su pasado. -Solo tuve dos amigos... y murieron... ¡fueron asesinados mientras escapaban conmigo! -Estaba a punto de romper a llorar... su voz se hacía más suave de nuevo. -Asesinados... por mí...

Si Great Thrill estaba anonadado con solo la primera parte de su narración, con la segunda parecía que estaba muerto, que se había quedado en el sitio helado.

-Adelante... ríete... piensa que estoy loco...

-Herbal... yo...

-No tengo nada más que decir... -Cogió sus flores con magia y se dio la vuelta para irse por el sendero que había venido.

-¡Espera! Por favor... escúchame... -Great Thrill sonaba muy triste. Conmovido. -Me resulta... difícil de creer... pero... quizás si sea posible... esto... que haya prisiones... así... y sobre lo otro... bueno... lo siento mucho...

-Déjalo Great Thrill... No tienes que engañarme... sé que no me crees lo más mínimo... Pero te garantizo que es verdad... y si tu tuviste la suerte de que no te raptaran... pues me alegro por ti... pero yo no puedo ya confiar en nadie... primero esa tal Zecora... ahora tu... -Comenzó a andar cabizbajo.

Great Thrill se había quedado sin palabras. Quería creer en ese unicornio rayado, pero sabía a ciencia cierta que no existía un lugar así, y también sabía que las princesas eran buenas. No pudo hacer más que quedársele mirando mientras él se alejaba poco a poco con la cabeza agachada.

Tras caminar un buen rato observando la impresionante vitalidad que rebosaba ese bosque y meditar mucho la situación, Herbal llego a la conclusión de que sea donde sea que estuviese, debía estar muy lejos de casa, en algún lugar donde probablemente la corrupción de las reinas no hubiera llegado. Era una posibilidad ínfima, pero ese tal Great Thrill consiguió hacer que valorase esa pequeña posibilidad.

-Es imposible. Lo mire como lo mire, no es posible que haya una parte de Equestria fuera del control de las reinas. Incluso escuche que el imperio de cristal había caído... Pero entonces... ¿Dónde estoy? -Las dudas se acumulaban en su cabeza. Había demasiadas cosas que no tenían sentido. Para Herbal solo existía una verdad, y era que el asesinó a sus únicos amigos antes de escapar.
Había perdido la noción del tiempo. Estaba empezando a anochecer y aun estaba dando vueltas por el bosque. No fue hasta que escucho a unos búhos ulular cuando se percato de su situación. Estaba
perdido y desorientado.

-Genial. Y encima me pierdo... -Agachó sus orejas y suspiro. -Quizás no debí de rechazar la ayuda de esos dos ponis... ¡soy idiota! Si no me hubiese separado del camino, quizás pudiese volver a la casa de aquella poni.-En ese momento, empezó a notar un ligerísimo olor raro. -¿Eh? ¿Qué es... ese olor? apenas lo percibo, pero... parece el aroma de un flor... aunque no me suena de nada ese aroma. Y además... viene por varios sitios. -Se le ocurrió la mejor idea de toda la tarde. -¿Y si... uso mi magia para rastrear el olor y localizar su verdadero origen?
Su cuerno se ilumino en un suave color verde claro, aunque no tardo la punta del mismo nada en volverse de un color rosado. -Ya veo... parece una mezcla entre Zinia y Rosa Cereza. Y viene... por allí. -Reanudo la marcha mientras rastreaba el olor con ayuda de su propia magia. Para su sorpresa, acabo en un jardín. Debía pertenecer a alguien, puesto que estaba detrás de una casa de madera. 

-¡Guau! ¡Cuántas flores! ¡Y están muy bien cuidadas! -No cabía en sí de gozo. Para él, era como un paraíso. De repente recordó la hora que era. -¡Oh si! voy a preguntar a ver si me dejan alojarme aquí esta noche. -Se dirigió a la puerta y llamo a la misma. Se percato de unas extrañas mascaras que colgaban de la parte frontal de la casa. -Me resultan extrañamente familiares... ¿Donde las habré visto?

En ese instante, se abrió la puerta.

-Vaya, vaya. El pequeño unicornio ha regresado... ¿Qué te trae por aquí? ¿Acaso estas perdido y desorientado?

La cara de asombro de Herbal no tenia precio. Se acobardo un poco al saber que había vuelto a la casa de aquella poni rayada como él, pero sabía que no tenía ningún lugar más al que ir, así que se armo de valor. -Yo... venia en busca... de cobijo...

La yegua sonrió ligeramente antes de hablar. -Adelante, esperaba que volvieras, puedes quedarte aquí cuanto quieras.

-¿En... en serio?

-Por supuesto que sí, no puedo dejarte en la calle así.

-Muchas gracias... -Se limitó a entrar en la casa sin decir nada más.

Una vez dentro, Zecora sirvió un caldo de verduras que había preparado al acobardado unicornio y después se sentó ante él. -Bueno es que hayas vuelto, sé que si me cuentas lo que ocurre, ayudarte puedo.

-Bueno... veras... si te soy sincero... -Dio un enorme suspiro.- Ya no se qué pensar... es todo tan... raro... No me creerás... al igual que el poni que conocí en el lago...

-No hay nada que temer. En Zecora puedes confiar y creer. -Le tomó de la pata y se la abrazo con las suyas, luego, sonrió. Esto provoco el sonrojamiento de Herbal. -¡Uy! Disculpa mis maneras,
solo quería hacerte ver que podías confiar en esta cebra.

-Eh... ¿perdón? ¿Has dicho... cebra? ¿No eres... una poni de tierra?

- jajaja. No pequeñín, no soy una poni de tierra. Soy una cebra de una tribu lejana. De la tierra de las cebras.

Herbal no daba crédito a lo que oía. Era la primera cebra que conocía. -Una cebra... eres la primera... que conozco...

-Es de suponer, mucho por Equestria no nos dejamos ver. jaja. Pero volviendo al tema, puedes confiar en esta cebra.

-De... acuerdo... allá va. Me escape de una prisión... ¡pero te prometo que no soy un criminal! -levantó la voz preocupado. Zecora simplemente asintió. -Me raptaron de pequeño... me forzaron a
experimentos dolorosos... ni siquiera me acuerdo de mi nombre... Además, mate a mis propios amigos antes de escapar...

La cara de Zecora era todo un poema. Parecía muy asustada. Lo cual hizo estremecerse a Herbal. -Que atroz noticia, desde luego es digna de una pesadilla.

-No me crees, ¿verdad? Es lógico... después de todo... quien va a creerse que exista una cárcel así...

-Mentiría si dijera que no resulta difícil de creer, sin embargo, en tu mirada sinceridad puedo ver. -Se la veía muy pensativa.- Si no es mucha molestia, me gustaría saber cómo llegaste hasta esta caseta.

-Use un portal que me trajo aquí... desde la prisión...

A Zecora parecía habérsele desencajado la mandíbula, tenía la boca abierta de sorpresa. -¿Un portal has dicho? ¿Cómo que un portal? -Por un momento, parecía que se iba a comer al unicornio.

-Eh... esto... si... un portal... mágico...relájate... por favor... me das miedo... -Se cubría la cabeza con sus cascos aterrado.

-¿Eh? ¡Oh! Discúlpame por mi arrebato... no pretendía causarte un infarto. -Se empezaba a calmar. -Pero me resulta muy extraño lo de ese portal, en mi vida en Equestria no había oído nada similar... -Vacilo bastante al decir esas palabras.

-No es... nada... no te preocupes...

-Cuéntame un poco más, así podre ayudarte sin dudar. -De repente la curiosidad de Zecora sobre Herbal había aumentado.

-Bueno... todo es culpa de las reinas... todo lo que recuerdo era caos y destrucción...

-Lamento decirte que tenemos princesas gobernando, no hay malvadas reinas en el mandato. -Se apresuro a decir Zecora.

-¿Cómo has sabido que eran... malvadas...? Yo no lo he mencionado... -Asustado.

-¡Oh! No... no tengas miedo... lo he... supuesto... Esta tierra se ha visto atacada por reinas en su momento.

Herbal tenía algo de miedo, pero según Zecora hablaba, el se relajaba. Era como si la voz tranquila de Zecora lo tranquilizase como si de una voz cercana se tratara. -Perdona... me puse un poco nervioso... sin embargo... hay una cosa que me tiene confundido... -Zecora se limito a asentir en esa ocasión, dando a entender a Herbal que podía hablar sin miedo. -¿Por qué os empeñáis en decir que las reinas no solo son buenas, sino que son princesas? Antes un poni que conocí, ahora tu... ambos decís lo mismo... ¡pero yo se que son malvadas reinas! ¡Tiranas!

-Herbal... no sé bien como decirte esto... no es que no te crea, pero eso que dices aquí, no puede ser cierto. Durante años la paz ha reinado, y jamás se han oído de esos casos. -Intentaba explicárselo de la mejor manera posible, pero Herbal simplemente no podía creerse eso.

-¡Pero eso no es lo que yo recuerdo! Nuestras versiones son tan diferentes... ¡Casi parece que seamos de mundos diferentes! Pero no es posible, Equestria solo hay una.

Al escuchar las palabras de Herbal, empezó a pensar. -Quizás no estés tan equivocado, ¿podrías darme más datos sobre ese portal? algún sentido le podremos hallar.

-Recuerdo... que alguien le disparo magia en el momento en el cual salte dentro... lo habíamos configurado para ir algún lugar seguro fuera de la prisión... pero es que ni las flores, ni las plantas son iguales... este lugar rebosa vitalidad...

-La única explicación que le veo, es que el portal se reconfiguró me temo. Quizás llegaste a otra Equestria, por raro que parezca. -Dubitativa.

-¿Otra... Equestria? -Pregunto sorprendido por el disparate que Zecora había soltado. -¿Es acaso eso posible?

-Bueno, no lo sé con certeza, pero es lo único que me ronda la cabeza. En cualquier caso, hace nada que has llegado, deberías descansar y con el tiempo buscar el significado.

-No sé qué decir... ¿me crees? ¿En serio?

-Si. Cosas muy raras he presenciado, pensándolo bien, no me parece algo descarriado. -Le dedicó una dulce sonrisa. -Tendrás un hogar siempre que desees, la cabaña de Zecora estará aquí para lo que necesites.

-Muchas gracias... esto... eres muy amable... -Agacho la cabeza algo avergonzado. -No estoy acostumbrado a los ponis así...

-No te preocupes. -Seguía sonriendo. -Tienes una cama en el fondo de la casa, duerme mucho y descansa.

-De acuerdo... perdón por las molestias... -Se disculpo agachando la cabeza y se dirigió a la cama que le había indicado. Una vez se hubo tumbado, empezó a pensar en todo lo que había pasado ese día. -¿Realmente es esta otra Equestria? ¿Se puede confiar en los ponis de este lugar? Son tantos problemas... tantas dudas... y mi otro yo... -Se acurruco e intento conciliar el sueño.

Zecora de mientras, camino a la otra punta de la casa y miro por la ventana al cielo, triste y pensativa. -¿Sera esta una señal tuya, hermana? Sea así o no... entiendo cual es mi papel... debo proteger a este unicornio... cueste lo que cueste...
Última edición por narutobilbao el 26 Abr 2016, 07:46, editado 3 veces en total.
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Re: MLP: Sin Fronteras. Acto 1 - La gema del espejo. (CAP 1)

Mensaje por Sasir96 » 25 Ene 2016, 00:32

Me ha gustado mucho, y no he visto fallos (lo cual es raro, al ultimo que lei llegué a encontrarle 50 en 10 caps)
Y la verdad, tienes mi interes.
Me ha encantado algunos momentos como lo de zecora en plan "tu cuenta, si estoy curada de espanto" y 30 secs despues su cara era un poema o lo de
"Cómo has sabido que eran... malvadas...? Yo no lo he mencionado...

-¡Oh! Emm...¡no soy sospechosa"
(Vale, no dice eso, pero hubiera molado :) )
Y si mantienes este sentido del humor y este ritmo narrativo, probablemente me enganche

PD:"En verdur no crecen ni las hierbas ni las flores, pero por algun motivo las flores sí"
Despues de esa charla sobre flores tenia que ponerlo:P
Si te aburres, puedes mirar mis fics y tal
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Re: MLP: Sin Fronteras. Acto 1 - La gema del espejo. (CAP 1)

Mensaje por narutobilbao » 25 Ene 2016, 01:44

[quote="Sasir96";p=305397]Me ha gustado mucho, y no he visto fallos (lo cual es raro, al ultimo que lei llegué a encontrarle 50 en 10 caps)
Y la verdad, tienes mi interes.
Me ha encantado algunos momentos como lo de zecora en plan "tu cuenta, si estoy curada de espanto" y 30 secs despues su cara era un poema o lo de
"Cómo has sabido que eran... malvadas...? Yo no lo he mencionado...

-¡Oh! Emm...¡no soy sospechosa"
(Vale, no dice eso, pero hubiera molado :) )
Y si mantienes este sentido del humor y este ritmo narrativo, probablemente me enganche

PD:"En verdur no crecen ni las hierbas ni las flores, pero por algun motivo las flores sí"
Despues de esa charla sobre flores tenia que ponerlo:P[/quote]

Gracias por el comentario ^^ a ver si mas gente se anima a leer esto :D
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Re: MLP: Sin Fronteras. Acto 1 - La gema del espejo. (CAP 2)

Mensaje por narutobilbao » 31 Ene 2016, 23:05

Bueno, para dar caza al punto donde voy en facfiction.net, publico el capitulo 2 al de una semana del primero (alli subo cada 2 semanas). Espero que os guste y que comenteis ^^
Spoiler:
Capitulo 2: Confianza y voluntad

-¿Quién... quién está ahí? ¡Muéstrate! -Herbal oía como algo se movía a través de la oscuridad que lo rodeaba. Ante él, se mostraba un bosque frondoso y muy sombrío el cual no permitía ver más allá de 2 cascos delante de él. En respuesta a su pregunta, solo se escucho una perversa y maléfica risa. -¡Deja de reírte! ¿Qué es tan gracioso?

-Tú lo eres... -La risa maléfica de antes se convirtió ahora en un susurro de una voz masculina. El susurro se oía en todas las direcciones haciendo imposible determinar una posición concreta.

-¿Yo? ¿Qué quieres decir? ¿Quién eres? -El asustado unicornio miraba hacia todos lados, pero era inútil, no era capaz de ver a nadie, solo sentía una presencia en el lugar.

-Eres lamentable... -De repente, una fuerza mágica empezó a hacer surgir unas enredaderas a los cascos del pobre unicornio las cuales lo fueron alzando y apretando con rapidez.

Herbal solo podía gritar en busca de ayuda, pero nadie llegaba en su auxilio, cada vez le quedaban menos aire y fuerzas. -So... socorro... que alguien... me ayude... por... favor... -Las enredaderas seguían devorando su cuerpo ocultándolo entre ellas mientras el sentía como toda su fuerza se escapaba de su cuerpo.

-¿Herbal? ¡Herbal, reacciona! -Una voz empezaba a oírse a lo lejos, pero cada vez que repetía esas palabras, se empezaba a escuchar más cerca. Finalmente, el unicornio sintió un golpetazo en su cabeza.

-¡Au! ¡Eso duele! -Exclamó mientras tenía los ojos cerrados debido al dolor que sentía bajo su cuerno. -¿Quién eres? ¡Deja ya de esconderte! -Volvió a repetir cuando abrió sus ojos de nuevo, pero para su sorpresa, se encontraba en la cabaña de la cebra que se hacía llamar Zecora y la misma estaba frente a él con una cara que denotaba mucha preocupación.

-¿Quizás quieras contarme lo sucedido? Parecías completamente asustado y perdido. En mi vida había visto semejante sufrimiento y agonía, algo me dice que era una horrible pesadilla. -Deducía la cebra mientras esperaba la respuesta del unicornio el cual aun estaba mirando alrededor en busca de un resquicio de aquello que había visto instantes antes., pero mirase donde mirase, no parecía haber ocurrido nada raro.

-Yo... no sé qué ha pasado... me acosté aquí... y cuando desperté, estaba perdido en un bosque muy siniestro. Algo me acechaba... se reía de mi... no entiendo nada de nada. -Se llevaba los cascos a su cabeza creyendo volverse loco.

-Una pesadilla desde luego, ninguna duda tengo de ello. Pero ahora tranquilo puedes estar, a fe mía que nadie te vendrá a molestar. -Intentaba calmarle con unas dulces caricias en su crin. -Si no es mucho molestar, quizás quieras compartir tu pesar. En tan vil pesadilla, ¿cuál era la verdadera agonía? -Tumbada a su lado, le miraba expectante.

-Pues... no lo sé muy bien... fue todo muy rápido. Primero, escuché una risa alrededor mío, pero no podía ver a nadie. Después, la risa se convirtió en una voz terrorífica que me dijo que era... como fue... ¿lamentable? Sí, eso fue. -Mientras narraba los acontecimientos, Zecora solo miraba atenta al unicornio, el cual aun mostraba confusión y cierto miedo. -Después, unas enredaderas me empezaron a sujetar y a apretar... notaba como mis fuerzas escapaban de mi cuerpo... como si fueran absorbidas por algo... Lo siguiente que recuerdo es escuchar una voz, y recibir un golpe en mi cabeza...

-Eso ultimo mi culpa es, estaba preocupada y no sabía qué hacer. Espero no haberte hecho mucho daño, garantizo que no pretendía darte ese golpetazo. -Se disculpaba la cebra. -Desde luego es una pesadilla terrible, quizás su origen sea aquel acontecimiento que me contaste.

-Es posible... -Miraba deprimido al suelo al recordar todo lo que paso el día anterior.

Con intención de animar y cambiar de tema, Zecora se levanto del sitio y empezó a caminar hacia otra sala. -Bueno, no merece ahora la pena pensar en ello. Espera un gran día por delante, así que ven a desayunar, no vaya a ser que te quedes con hambre.

En ese momento, Herbal miro hacia la ventana más cercana sorprendido. Había estado mirando en todas direcciones, pero no se había percatado de que ya era de día. Se levantó y miró a través de la pequeña ventana. Desde allí pudo ver el pequeño huerto que la cebra poseía, así como los trozos de cielo que se veían entre las copas de aquellos enormes arboles del Bosque Verdur. Seguía sin poder creerse que estuviera en otro mundo diferente. Luego reparó en las preciosas flores que había cerca del huerto y empezó a sonreír. -Ojalá pudiera encontrar un lugar donde solo hubiera flores bonitas... donde nadie más pudiera molestarme... sería tan feliz... al menos nadie podría destrozarme mas...

En ese instante, la cebra entró en la habitación de nuevo. -Pero bueno, ¿es que no me oyes? El desayuno está servido, alimentarte bien debes. -El unicornio, que al oírla había vuelto a la tierra, se giró y asintió antes de ponerse en camino hacia la cocina junto a ella. Mientras tanto, el se preguntaba que le depararía aquel día en aquel bosque misterioso con aquella yegua misteriosa.

Tras desayunar, momento durante el cual no hubo ninguna conversación entre ellos salvo unas pocas preguntas que Zecora hacia a Herbal que este contestaba brevemente, ella empezó a preparar el caldero para hacer alguna mezcla, tal y como era habitual, entendió que era mejor dejarle tiempo para sí mismo. Sin embargo, fue en este momento cuando el unicornio empezó a observar lo que hacía movido por la curiosidad de saber que era exactamente lo que la cebra que la daba cobijo hacía en su día a día.

-¿Es curiosidad eso que siento? Tus ojos me dicen que estas perplejo. -Zecora, le había estado observando de reojo mientras el no quitaba ojo al caldero.

-Bueno... un poco... -Desvió su mirada rápidamente, pero al ver que no había una respuesta, volvió a mirar con un poco mas de confianza. -Esto... Zecora... -La cebra levantó la cabeza y le miró. -¿Puedo... ayudarte con algo...? Sé que mi actitud está siendo... difícil de tratar... pero no quiero sentirme un lastre.

Ante tal proposición, Zecora se quedo perpleja. No se esperaba que el poni tímido que había conocido el día anterior, se le ofreciese para ayudar. -Bueno... si ayudar es lo que quieres... recoger ingredientes por el bosque debes, aunque... -Le miro con cierta inseguridad. -¿Sabes acaso como hallar, las plantas y hongos que voy a necesitar?

Los ojos de Herbal se iluminaron al escuchar la palabra "plantas", parecía otro poni. -¡Por supuesto! Aunque no lo parezca, soy un gran conocedor de plantas y flores. Incluso puedo usar mi magia para modificar las propiedades naturales de las mismas. -Realmente se le veía entusiasmado por poder ayudar con algo que él sabía bien como hacer.

-Eso es sorprendente desde luego, aunque predecible según tu cutie mark veo. -Y era verdad, Herbal poseía una flor con pétalos azules como cutie mark. -No obstante... ¿Serás capaz de los hongos hallar?

-Bueno, no soy experto en hongos... pero si hay algo que pueda hacer, deseo hacerlo. Al menos... podre pagarte que me des cobijo... no tengo ni un solo bit... -Miro entonces a su cutie mark y con algo más de confianza... -Sí, definitivamente lograre hacerlo. -La cara de Herbal no lograba ocultar su nerviosismo, sin embargo a breves intervalos de tiempo, se podía apreciar entusiasmo y decisión.

-De acuerdo. Pero ante el menor atisbo de peligro o duda, quiero que vuelvas en busca de consejo o ayuda. No quiero que te sobre esfuerces en un lugar que no conoces. -Le pasó una lista. -Aquí están las plantas y hongos que necesito, ¿reconoces todas? ¿Requieres consejo?

Herbal repasó varias veces las plantas que necesitaba encontrar, parecía convencido de poder cumplir su pequeña tarea, aunque luego repaso la sección de hongos, y su expresión cambio considerablemente. -Conozco todas estas plantas, por suerte no son muy raras, no creo que tarde en encontrarlas, sin embargo... con respecto a los hongos... no tengo ni idea. je je...

Zecora soltó un gran suspiro y se giró para coger varios hongos. -Lo imaginaba... aquí tienes muestras de los hongos que necesito, llévatelas y búscalas con ahínco. -Le dio las muestras y le asintió con la cabeza.

-De acuerdo, no te fallaré. Prometo... hacer esta tarea bien... o eso espero... al menos... -Decía cada vez más en bajo mientras caminaba hacia la salida. Zecora se limito a desearle suerte y siguió con su caldero no sin antes soltar otro suspiro.

El día era inmejorable, por entre las copas de los arboles del bosque Verdur se filtraban rayos de sol que junto con las sombras que generaban algunos de los mismos, hacían la travesía por el bosque muy agradable, además, corría una brisilla que movía dulcemente las crines del unicornio.

-La verdad es que este lugar es muy tranquilo... quizás... este sea el lugar que necesito para olvidarme de todo mi pasado... aquí no hay una atmosfera cargada de dolor, sangre y sufrimiento... los árboles y plantas se ven tan vivos... y esa cebra me cuida a pesar de que no me conoce... realmente no sé si será de fiar... pero es innegable que presenta un aura de paz y completa tranquilidad...

Tanto tiempo pase en aquel lugar.
Frío, solitario, y lúgubre sin par.
No es extraño que ahora a mi parecer.
Todo lo que me rodea, sospechoso pueda ser.

Las flores crecen libres, no hay opresión.
Puede que sea esto, lo que más buscaba yo.
Aun no sé si en ellos podre confiar.
Pero es cierto que este sitio rebosa tranquilidad.

Es un lecho de paz.
Un lugar donde vivir sin nada que ocultar.
Es un lecho de paz.
El lugar perfecto para todo olvidar.

Sin miedo a mostrarte como eres.
Sin miedo a pensar ni a opinar.
En esta tierra que habitan estos ponis.

En este gran lecho de paz.

En este gran lecho de paz.


Mientras paseaba por el bosque alegre en busca de los ingredientes que Zecora le había encargado al tiempo que cantaba una canción, se percató de un rastro que brillaba en el suelo y que se adentraba entre unos arbustos bastante altos. Curioso, se acerco un poco a ellos.

-¿Qué es esto? -Lo olfateó. -Um, me suena este olor, no recuerdo donde ni cuando, pero me resulta familiar y reconfortante. -Guiado por un sentimiento muy agradable, decidió seguir el rastro hasta su origen.

El olor de aquel rastro se intensificaba con cada paso que daba, y cada vez se sentía más atrapado por él. Era una sensación tan agradable, tan familiar... simplemente cautivante para el unicornio. Parecía fascinado, hasta el punto en el cual parecía no saber a dónde iba.

De repente, de entre unos árboles, empezó a aparecer una criatura con forma de planta carnívora, y Herbal iba directo hacia ella, totalmente cautivado por el olor de aquel rastro que estaba persiguiendo.

-¿Papá? ¿Mamá? ¿Sois vosotros? -Al unicornio se le quedaron los ojos como platos. -¿Qué estáis... haciendo aquí...? -Estaba a punto de llorar.

Justo en ese instante, la criatura que había aparecido ante él, dirigió sus cepas lentamente hacia él con la firme intención de atraparlo.

-Os he echado tanto de menos... sí, volvamos juntos a casa... -El unicornio seguía cautivado en aquella ilusión, y caminaba hacia la planta sin detenerse mientras esta acercaba sus 2 cepas a él.

-¡Cuidado!, ¡Aléjate de ahí! -Gritó una voz al tiempo que se abalanzaba sobre Herbal con intención de alejarle de las cepas. -¡Tienes que despertar!, ¡Vamos!, ¡Reacciona! -Por mucho que gritase, el unicornio seguía sin hacer ni caso, seguía atrapado. -Mierda... no quería llegar a esto... perdóname... -Le propinó una gran bofetada con el casco provocando que Herbal finalmente volviera en sí.

-¿Eh?, ¿Qué está...? ¿Mamá? ¿Papá? -miraba a todos lados, pero no los veía, no se encontraba ni siquiera en el mismo lugar donde recordaba estar, y para colmo, tenía sobre si al mismo poni que le encontró el día anterior. -¡Tú! ¿Qué estas... haciendo?

-Ya hablaremos luego, ahora debemos alejarnos corriendo de aquí, esto es muy peligroso. -Se apresuró a decir Great Thrill. -Esa planta tiene intención de devorarnos. -Señalándole a herbal el lugar donde aquel ser había aparecido.

-¿De dónde ha salido eso? -Parecía aterrado ante aquel ser monstruoso.

-No lo sé, estaba paseando por el bosque cuando te he visto caminar directamente hacia ella, y luego te has puesto a hablar tu solo... ¿No veías el monstruo? -En ese momento la planta lanzó su cepa hacia la pata de Great Thrill a toda velocidad consiguiendo golpearle y hacerle una herida. -¡Ah! ¡Tenemos que irnos... ya!

-No... no puedes moverte, así no podemos huir. -Nervioso y alterado, Herbal estaba a punto de un ataque de nervios.

-No digas tonterías... esto no es nada... -Dijo Great Thrill mientras se levantaba y empezaba a caminar cojeando lejos de la planta. -¿Ves? Estoy genial... uf. -La planta disparó de nuevo su cepa hacia Great Thrill, que no estaba aun lo suficientemente lejos para evitarlo y no estaba mirando a la planta.

-¡Cuidado! -Herbal se lanzó en un impulso a interponerse entre la cepa y el poni terrestre, mientras iluminaba su cuerno para generar un escudo mágico. La cepa reboto en el escudo, dando tiempo a ambos ponis de alejarse de allí sin mayor problema.

-Ha estado cerca. Esas plantas son muy peligrosas... -Decía entre gemidos de dolor Great Thrill mientras se agarraba su pata trasera izquierda con los cascos delanteros.

-Pero... ¿De dónde había salido? Yo encontré un rastro que desprendía un olor muy familiar, y después me encontré con mis padres... y después te vi a ti, y mis padres ya no estaban... y esa planta... ¿Qué ha sucedido?

-Ahora lo entiendo todo. Estabas atrapado en un hechizo. Una ilusión. Esas plantas carnívoras no son capaces de moverse del sitio, por lo tanto para atraer a sus presas, usan una sustancia que segregan con un poder mágico para hacer que el poni o criatura que lo huela sufra alucinaciones. De esa manera, estarían indefensos, y la planta podría devorarlos sin ninguna complicación. -
Parecía convencido de lo que decía. Herbal estaba alucinando.

-Entonces... mis padres... -El unicornio parecía a punto de romper a llorar.

-En efecto. No están aquí. Lo que viste no era real, sino una ilusión. -Seguía retorciéndose de dolor. -Lo siento mucho.

-Gracias por salvarme... Muchas gracias... de verdad... -Decía un desilusionado y triste Herbal.

-No ha sido nada, todo ha salido bien. Además, como futuro guardia real, es mi deber proteger a los demás. -Reía amistosamente para calmar la situación, pero no tardo en volver a quejarse de dolor.

-¡Oh! Tu pata... déjame... ayudarte. Como compensación... -Dirigió su cuerno hacia la pata herida del poni terrestre y con un tenue brillo verde claro, empezó a tratar y a sanar la herida provocada por la cepa de aquel monstruo.

-¿Esto es... magia de curación? -Great Thrill estaba patidifuso y con los ojos abiertos como platos. -¿Eres un sanador? No hay muchos ponis con ese tipo de magia por estas tierras.

-Sí, bueno... no, bueno... puede. Quiero decir... no sé si esta magia es rara o no, desde muy jovencito poseo este tipo de magia... además, no solo puedo curar heridas... sino que además... mi magia se especializa... en... bueno, es una tontería... -Estaba nervioso y algo avergonzado en ese momento, como si tuviera miedo de que se riera de él.

-Adelante, dilo sin miedo. -Great Thrill se mostraba atento y comprensivo.

-El trato con las plantas, sus aromas y los pólenes de las mismas. Incluso puedo hacer que las flores marchitas recuperen su color... a veces... -Agachaba su cabeza, para ocultar que estaba rojo como un tomate, pero no le sirvió de mucho.

-Guau... Eso es... sorprendente... -Great Thrill cada vez estaba más sorprendido con el curioso unicornio rayado que tenía enfrente. -Desde luego es una magia... diferente. No necesariamente mala o desagradable claro.

-¿Tu... crees? -Le miro con la cabeza agachada por la vergüenza.

-Sí, seguro que con esa magia eres capaz de traer mucha felicidad a los ponis. A mí al menos... me gusta como suena. -Concluyó sonriente el poni terrestre justo antes de probar a mover su pata trasera. -¡Mira, ya está curada! Eres realmente un grandioso sanador. Muchas gracias... esto... ¿Herbal te llamabas, no?

-Sí... así es... no tienes porque agradecerme... no ha sido nada... Esto... yo tenía una tarea que hacer... así que... me tengo que ir... -Se apresuro a decir y a levantarse.

-¡Espera! Déjame ayudarte por favor. Me has caído muy bien, y yo... quiero ser tu amigo. -Herbal se quedo sorprendido ante esa declaración mientras que el terrestre le sonreía con una de sus mejores y más sinceras sonrisas.

-Bueno... es un poco precipitado... aunque... si quieres ayudarme... puedes venir... -No estaba nada convencido sobre ese tema de ser su amigo, solo le recordaba a sus compañeros de la prisión y era justo lo que él quería olvidar. Puso una cara tristona.

-¿Sucede algo? ¿He dicho algo que no debía? Lo siento... no pretendía hacer daño. -Confesó honestamente Great Thrill.

-No pasa nada... acabemos con esto cuanto antes... por favor... -Comenzó a caminar cabizbajo, pero volviendo a prestar atención a las diferentes plantas y a los ingredientes que Zecora le había solicitado.

-Debemos recolectar todo lo que aparece en esa lista, ¿me equivoco? -Dedujo al ver sacar la lista. -Yo sé moverme bastante bien por este bosque, déjame ser tu guía. ¿Qué es lo que necesitamos? -Se puso a su lado y comenzó a guiarle por el bosque.

Al cabo de una larga hora, habían sido capaces de localizar y recolectar todos y cada uno de los ingredientes que aparecían en la lista y volvieron a la casa de Zecora. El viaje de camino a ella había sido bastante más silencioso de lo que cabria esperar entre dos ponis que estaban colaborando. Herbal fue el encargado de llamar a la puerta de la cebra.

-Herbal, amigo mío, veo que a pesar de la hora que es, has logrado el cometido. Temía que algo te sucediese, me alegro de sano y salvo verte. -Fue entonces cuando reparó en la presencia de su acompañante. -¿Es este poni tu amigo? Veo que las cosas mejor de lo esperado han ido.

-En efecto señorita Zecora, mi nombre es Great Thrill, conocí a Herbal en el bosque. -Dijo mientras se guardaba para sí mismo el encontronazo con la planta carnívora.

-Bueno... no sé si es demasiado precipitado considerar una amistad... -Volvía a mostrarse cabizbajo.

Zecora fue capaz de ver que algo más había sucedido con solo analizar las expresiones. -Bueno, es un placer conocerte, los... compañeros de Herbal bienvenidos son en mi casa siempre. Pasad dentro por favor, para recuperar fuerzas la comida debéis tomar mientras aun conserve el calor.

Los dos ponis pasaron dentro de la casa de la cebra y se sentaron en la mesa a comer en un sospechoso silencio. -Y bueno, ¿qué tal ha ido? ¿Muchos problemas habéis tenido? -Rompía el hielo Zecora.

Ambos ponis se cruzaron miradas esperando una respuesta del otro. -No... no ha habido... problemas... ¿verdad que no, Herbal? -Pregunto Great Thrill pasándole la bola al unicornio, el cual, sorprendido, se atraganto con las verduras que estaba comiendo.

-No suenas muy convencido... ¿me estáis ocultando lo sucedido? -Zecora empezaba a dudar seriamente de la credibilidad del terrestre.

-En realidad... él me salvo... de ser devorado... -murmuro Herbal acobardado, avergonzado y entristecido.

-¿Devorado has dicho? ¿Cuál fue el peligro de tan horrible desenlace? -Se mostraba muy preocupada la cebra. Herbal lo único que pudo hacer ante los gritos de preocupación de ella fue esconderse haciéndose una bola.

-Señorita Zecora, por favor, no se enfade. Yo se lo explicaré todo. -se apresuró a tranquilizar el ambiente Great Thrill. -Encontré a Herbal mientras seguía un rastro que al parecer encontró en el suelo. Ese rastro era un cebo de una planta carnívora del bosque, el había caído bajo su ilusión, y creyó ver a sus padres. No obstante, era la planta la cual generaba esa ilusión y justo cuando esta le iba a agarrar con sus cepas para devorarlo, yo intervine para salvarle.

-Menuda historia tan horrible... -no era capaz de ocultar su horror.

-No cabe la menor duda, señorita. -confirmo el poni terrestre. -Pero ya está todo en orden y es mejor no ahondar en problemas del pasado. Ahora Herbal y yo somos amigos, y eso es lo que de verdad importa.

-Yo aun no he dicho que sea tu amigo... -Corto de golpe el pequeño unicornio que seguía hecho una bola.

-Herbal... dame una oportunidad... te lo pido. Realmente me has caído bien... Los amigos se apoyan en necesidad... y creo que tú necesitas apoyo.

-Que sabrás tú de lo que necesito... -empezaba a enfadarse de nuevo.

-Haya paz compañeros, seguro que esto en paz resolver podemos. -Rimaba la cebra al ver el problema que había ante ella. No obstante, sonreía, veía la posibilidad perfecta justo ante ella. -
Herbal, ¿por qué no cuentas a nuestro invitado tus problemas? Estoy segura de que a gusto sentirte puedas.

-No es de su incumbencia... quiero olvidarme de todo... ¡No quiero recordar! -Gritaba a pleno pulmón, mientras dejaba tras de sí un silencio sepulcral.

-Herbal... sé todo lo que te pasó... me lo contaste en el lago... y en su momento no tuve la ocasión de decirte... que te creo... que siento haber reaccionado así ante ti... Quiero ayudarte... a olvidar todo lo que has sufrido... te lo suplico, déjame ser tu amigo...

-El poni terrestre esta en lo cierto, para olvidar tu pasado y deshacerte de tus males, tu corazón abrir y vivir experiencias nuevas debes.

-Herbal, dame al menos una oportunidad... si después de ella, no estás convencido de que mi amistad te puede ayudar... no volveré a insistir. -Rogaba agachándose Great Thrill.

-Zecora... ¿estás convencida de que me puede beneficiar? -La miraba esperando su consentimiento y aprobación.

-Totalmente, querido amigo. -Asintió la cebra. -Y por favor, si no es mucho pedir, me gustaría que dejaras de consultarme estas cosas a mí. Por supuesto que podrás pedirme consejos, todos los que quieras, mas las respuestas importantes, por ti mismo hallar debes.

-Bueno... no estoy seguro de entender... pero... está bien... daré una oportunidad... a la amistad... -Se giró a Great Thrill. -Siento haber... reaccionado así...

-Entonces... ¿me aceptas como amigo? ¡Qué alegría me das! -El poni terrestre no cabía en sí de gozo. -Puedes confiar en mí, te ayudare en cualquier cosa que necesites. Como futuro miembro de la guardia real, es mi deber ayudar a todo aquel que lo necesite. Más aun si son mis amigos. -Reía amigablemente mientras esbozaba una sonrisa.

-Gracias... hare lo mejor que pueda... para no decepcionar... -Decía en voz baja Herbal.

-¿De qué hablas? No vas a decepcionar a nadie. Escucha, una verdadera amistad se forja en base a la confianza y la voluntad. Siempre y cuando confiemos el uno en el otro, y tengamos la voluntad de cambiar y mantener la amistad, jamás nos podremos decepcionar. -Terminó su discurso con una sonrisa.

-Suenas... casi como ella... y me gusta cómo suena... -Esbozó Herbal una leve sonrisa. -Es muy pronto aún para decir nada... pero me salvaste... así que confiare en ti...

-Así es como debe ser, que la amistad que ante mí se ha forjado, por los siglos de los siglos dure. -Dijo Zecora mientras miraba a la curiosa pareja ante ella.

-Ya se, Herbal, ¿quieres que te muestre el resto del bosque? Sé donde hay flores muy bonitas. -Le sugirió Great Thrill con mucho entusiasmo, sugerencia a la cual Herbal reaccionó con igual entusiasmo. Cada vez que se hablaba de plantas y flores se emocionaba.

-¡Por supuesto! Adoro las flores. Guíame hacia ellas. -Sonreía con una cara inocente, pero dulce.

-Pasáoslo bien, y tened cuidado, no vaya a ser que se repita el acontecimiento. Yo estaré aquí el resto del día, volved si necesitas cualquier cosilla. -Les avisó la cebra, a lo cual ambos asintieron y después salieron de la casa.

Cuando se fueron, Zecora aprovecho para acercarse a la ventana que estaba más cerca de la cama, cogió un pequeño colgante y empezó a mirar al despejado cielo.

-Míralo... parece que ya ha encontrado una de las llaves que le curará... Estoy convencida de que te gustaría saberlo... seguiré vigilándolo...
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Re: MLP: Sin Fronteras. Acto 1 - La gema del espejo. (CAP 2)

Mensaje por Sasir96 » 01 Feb 2016, 00:40

Bueno, mi opinion sobre el cap:
Ha estado bien, y pinta como buen nivel pa videojuego, con su jefe y todo XD
Ahora en serio, tengo interes, y salvo una intervencion de zecora en la que no encontré rima, no veo fallos de momento (ni si quiera sé si eso se puede llamar fallo)
Si te aburres, puedes mirar mis fics y tal
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Re: MLP: Sin Fronteras. Acto 1 - La gema del espejo. (CAP 3)

Mensaje por narutobilbao » 07 Feb 2016, 21:03

Hola a todos componieros. Aqui os traigo el tercer capi de mi fanfic. En esta ocasion ponemos a nuestros protas camino de Baltimare para conocer a alguien que sera vital para su aventura... Teneis ganas? Pues adelante.
Como siempre os pido, comentar vuestra opinion ^^

Spoiler:
Capitulo 3: Nada que un dulce no pueda arreglar

-Oye, Herbal. ¿Cómo así te gustan tanto las flores y las plantas? ¿Es por algún motivo concreto? -Preguntaba con curiosidad Great Thrill mientras paseaban bajo la sombra de los arboles del bosque.

-Pues, para ser sincero... no lo sé bien. Solo sé que me gustan y que se me da muy bien tratarlas. -Mientras miraba alrededor en busca de flores. Su voz denotaba un ligero sentimiento de tristeza.

-¿No lo sabes? ¿Tiene que ver con lo que pasó? -Según preguntaba, se dio cuenta de que era un tema delicado. -No pretendo molestar... no te sientas forzado a responder.

-No te preocupes. No es nada...

-Bueno, déjame contarte un poco sobre mi entonces. Vivo en una casa a las afueras de este bosque, hacia el oeste, aunque realmente naci en un pueblo pequeñito llamado Hoofeldor, cerca de Baltimare. Mi mayor sueño es entrar en la guardia real y poder servir a toda Equestria. Por si no se ha notado, me encanta ayudar a los demás. jejeje. -Reía mientras caminaba.

-La guardia real... la guardia real que yo conozco... no ayuda a nadie. Solo se limitan a proteger a aquellos capaces de pagar todos los impuestos... -Denotaba cierta rabia al decirlo, provocada sin duda por la impotencia.

-¿Quieres decir... a los ricos? ¿A los de la alta sociedad? -Great Thrill estaba intrigado en todo esto de la Equestria de Herbal y en sus ojos se podía sentir el ansia de saber más.

-Sí. Todo aquel que no pudiese formar parte de dicho grupo, era sometido por la guardia. -Empezaba a enfadarse de verdad, cada vez se sentía más impotente. -A aquellas familias que no podían mantener un estatus social importante, se les solían quitar sus hijos y se les llevaba a una prisión para ser usados como conejillos de indias...

-Herbal... -El terrestre no sabía que decir, estaba sin palabras.

-¿Eh?, ¡Oh! Perdona... cuando recuerdo mi tierra... siento cosas que no quiero sentir... -El enfado que tenia, se estaba tornando en tristeza, una vez más debido a la impotencia.

-No, no te preocupes, está bien que te liberes. -Se puso a su lado y pasándole la pata por encima de su lomo, intento consolarle. -A veces, es bueno soltar todo lo que uno lleva dentro, y para cosas así, existen los amigos, los buenos amigos.

Sorprendido por la comprensión de su nuevo amigo, Herbal no pudo evitar, soltar lágrimas en los cascos de Great Thrill. -Yo solo quiero paz... Quiero vivir en un mundo donde lo malo no exista... Quiero hacer algo para cambiar la situación, pero... ¡no puedo! No tengo la fuerza suficiente para nada...

El poni terrestre no tenia palabras para consolar a su amigo, estaba empezando a venirse abajo también. Pero entonces, se le ocurrió una idea. -Oye... Herbal... escucha. ¿Y si en un futuro... te ayudo a hacer tu sueño realidad? Claro que ahora no tenemos lo que hace falta para ello... ni tampoco somos numerosos... pero cuando llegue el momento, podrás contar conmigo. Para lo que sea.

Mientras el unicornio sentía los abrazos de compasión de su amigo, no pudo evitar mirarle a la cara. -¿Lo dices en serio? ¿Quieres ayudarme? Me acabas de conocer y es una cosa que no te atañe para nada... ¿Por qué quieres ayudarme? Es algo muy peligroso...

-Escucha Herbal, los amigos se ayudan entre sí. Quizás no pueda ayudarte mucho, pero entiendo que tu causa es noble. Y como amigo tuyo que soy, hare todo lo que esté en mi mano para ayudar. Recuerda, la confianza es una de las cosas más básicas de la amistad. -Intentaba infundir confianza y esperanza dentro del corazón del unicornio.

-Y otra vez... vuelves a sonar como ella... cuando dices esas cosas, te pareces mucho a mi amiga. -El corazón y la mente del pobre unicornio estaba dividido. Sabía que la única manera de lograr recuperarse, era mediante la compañía y ayuda de los demás ponis de ese mundo, pero al mismo tiempo, sabía que el hecho de privar a sus dos amigos de la libertad, fue culpa suya. -no se ya que pensar, ni que creer... Lo siento.

-¡Oh! No te disculpes, me ha hecho mucha ilusión oír tu historia, porque ahora te conozco un poco mejor, y eso hace que tenga más ganas aun de ayudarte. Tomate tu tiempo para asimilar las cosas... estos acontecimientos aun están muy vivos en tu cabeza. -Una vez dicho eso, decidió que lo mejor sería cambiar el tema. -Oye... me ha entrado un poco de gula, me apetece algo dulce, ¿a ti?

-Pues ahora que lo dices... es posible que un poco sí. ¿Pero donde hay algo dulce? -Preguntaba al ver que no había tiendas alrededor, ni en el camino que habían tomado.

-Bueno, habrá que acercarse a Baltimare. Esta bastante cerca, hacia el oeste de aquí, así que no te preocupes, si lo que te ronda la cabeza es si volveremos antes de que anochezca, la respuesta es sí.

-Si tú lo dices... -Decía Herbal con cierta incertidumbre. -Vamos, te sigo.

Y así, ambos ponis pusieron rumbo a la ciudad de Baltimare, la primera gran ciudad que Herbal visitaría en esa otra tierra. Baltimare. Estaba atacado de los nervios y aunque al principio logro disimularlo, según se acercaban a la ciudad le costaba mas no levantar las sospechas y preocupaciones de su nuevo amigo. Llego un momento en el cual su nerviosismo era tan palpable, que acabo tropezándose con sus propias patas, provocando que el terrestre se diera la vuelta sobresaltado.

-¡Oye! ¿Estás bien? -Preguntaba inseguro mientras le miraba, aun con la cabeza estampada contra el suelo. ¿Te has hecho daño?

-Sí, estoy perfectamente. -Intentaba sonar convincente mientras se levantaba poco a poco del suelo. -No es como si estuviera nervioso ni nada por el estilo. -Según terminó de hablar, se llevó un casco a la boca.

-Nervioso, ¿eh? -Le ayudaba mientras era incapaz de contener una carcajada. -No te preocupes, nadie te hará daño en Baltimare, vamos a movernos por zonas que conozco, y los ponis con los que vamos a tratar son muy agradables. Confía en mí.

-Es solo que es la primera ciudad que visito en esta tierra. -Confesó al fin el unicornio mientras proseguían el camino. -Es normal que tenga nervios, ¿no?

-Por supuesto que sí. Es completamente lógico, pero mira desde aquí. -Acababan de llegar a un punto del camino donde se podía ver Baltimare desde una perspectiva muy amplia. Se veían edificios altos y no tan altos, pegasos que volaban de aquí para allá y otros que charlaban alegremente en el cielo. -Aun nos queda un poco para llegar, ¿pero te parece que esos pegasos son malos ponis? ¿Crees que Baltimare parece malvada?

-No, la verdad es que no lo parece. De hecho, no se parecen a los pegasos que yo conozco, no llevan ni armaduras ni armas. -Sorprendido, pues no se esperaba que Baltimare aparentase ser una ciudad tranquila.

-Bueno, espero que esto sea suficiente para que estés calmado. Baltimare es una ciudad tranquila. -Sonreía Great Thrill mientras lo decía.

-Bueno, eso de tranquila... podría discutirse. -Sonó una voz femenina detrás de ellos, voz ante la cual, ambos se giraron. Una poni terrestre de color verde menta y crines rosadas que portaba dos alforjas les observaba desde el camino que habían dejado para mirar el paisaje. -No esperareis que una ciudad grande como Baltimare sea tranquila, ¿verdad? Estamos hablando de una gran ciudad, siempre hay mucho ajetreo. -empezó a reír dulcemente.

Ambos ponis se quedaron inmóviles ante la presencia de la terrestre. Herbal, se escondía detrás de Great Thrill por miedo a que aquella yegua fuera a hacerle daño, así que fue el segundo el que tuvo que hablar en nombre de ambos.

-Discúlpame, no pretendía decir eso. Suelo venir a menudo a Baltimare, sé que es una ciudad poblada y activa. Yo estaba hablando de otra cosa. -Se explicaba Great Thrill con bastante soltura.

-No pasa nada. Escuché parte de vuestra conversación por mera casualidad, no tenía ni idea de que estuvieseis hablando de otra cosa. -Volvió a sonreír aquella poni, pero al fijarse en el aterrado unicornio, se limitó a preguntar. -¿He interrumpido algo importante? Tu amigo parece estar bastante nervioso.

-¡Oh! Eso... bueno... -Buscaba una respuesta convincente para dar, a la par que protegiese la identidad y secretos de Herbal. -Es muy tímido. No se lo tengas en cuenta. -Intentaba disimular la incomodidad del momento.

La poni terrestre soltó una risita picarona mientras les miraba. -No os preocupéis, yo solo estaba de paso. No quiero interrumpir... vuestros asuntos... -Esta vez estaba mostrando mirada inquietante.

Ambos ponis entendieron a la perfección lo que la yegua estaba pensando, y se pusieron rojos como tomates. -¡No es lo que estas pensando! -Gritaron a la vez.

La poni terrestre no pudo evitar soltar una carcajada mientras proseguía su camino. -Claro. Todo poni dice eso siempre. Buenas tardes a ambos. -Se despidió mientras se reía.

Tras unos segundos de silencio incomodo, Great Thrill rompió el silencio. -Bueno... mejor será que sigamos nuestro camino hacia Baltimare... solo recuerda lo que hemos hablado antes, nadie hará nada malo en la ciudad. -Se dio la vuelta para volver al camino que les llevaba hacia la gran ciudad de Baltimare. -Y no tomes en serio lo que esa yegua ha dicho... ha malinterpretado todo... -Por mucho que lo tratara de ocultar, el sonrojo y la vergüenza que sentía era inocultable.

-No te preocupes... hare todo lo posible por olvidarlo... -Se sinceraba Herbal mientras los dos proseguían su camino.


No tardaron más de veinte minutos en llegar a la ciudad de Baltimare, tan abarrotada como siempre. Ponis que viajaban en taxi de lado a lado, ponis que paseaban, ponis que volaban por entre los edificios... el bullicio estaba garantizado en aquella gran ciudad.

-¡Por fin hemos llegado! Bienvenido a Baltimare. -Decía emocionado Great Thrill. Aunque al ver que no había respuesta, se giro para comprobar que su compañero no había desaparecido. -¿Herbal?

El pobre unicornio estaba temblando como un flan al ver a tantos ponis juntos. Simplemente no podía creerse que aquellos ponis se llevasen tan bien entre ellos y en paz, para su débil mente, estaban simplemente actuando como si fueran amigos.

-¡Oye! ¡Reacciona! -Sacudía su pata ante los ojos del unicornio.

-¿Eh? perdona... Me quede... paralizado. La última vez que vi tantos ponis juntos fue en la prisión... -Se explicaba con un tono de voz bastante bajo.

-Venga amigo mío, no tengas miedo, no estés preocupado por ello ahora, hemos venido a comer unos deliciosos dulces y a divertirnos. -Le animaba Great Thrill intentando evitar los temas que pudieran sacar a flote los dolorosos recuerdos del unicornio. -¿Confías en mi?

-Si... confió en ti... pero es que es todo tan súbito... tan rápido... dame un poco de tiempo para habituarme a todo esto. No es fácil... -Refunfuñando por la insistencia de su amigo.

-Lo siento, comprendo lo duro que es para ti. Mi último interés aquí es que tu estés mal, pero no puedes quedarte aquí quieto sin más, debes afrontar poco a poco todo esto. -Le dio un pequeño empujón por los flancos para que caminara. -Vamos, la tienda que quiero mostrarte esta cerca. Si al final y todo vas a tener suerte y no entraremos mucho en la población. -Se echó a reír mientras se ponía a su lado.

Según caminaban por la ciudad, ambos se dieron cuenta de que varios ponis se les quedaban mirando por la calle, algunos de ellos con unas caras un tanto raras, pero no fueron más allá de las miradas, cuando ellos se alejaron de la zona, volvieron a sus quehaceres sin mayores distracciones.

El panorama se repetía calle tras calle y Herbal empezaba a alterarse. No le gustaba que le observaran de esa manera, le hacía sentirse cobarde y amenazado. En respuesta y por impulso, busco cobijo pegándose al poni terrestre que lo acompañaba. Este también había percibido las miradas de los demás ponis, e intento disimular su nerviosismo. -Todo irá bien, te lo prometo. Nadie te hará daño. -Repetía cada poco tiempo para el unicornio.

Finalmente, llegaron a su destino. -Bueno, pues ya estamos aquí Herbal. El 'Riche Caramel'. Una tienda en la cual he comido dulces más de una vez. Entremos. -Sugería el poni terrestre al ver que Herbal estaba incomodo ante las miradas del resto.

-Si... vamos... rápido...

El interior de la tienda era bastante espacioso, aunque modesto. Disponía de 3 mesas a la izquierda de la entrada que se colocaban a la larga hasta llegar al fondo de la tienda. A su lado, el mostrador, en el cual no había poni alguno. Se podía ver una pequeña puerta corredera detrás del mostrador, lugar del cual provenía un delicioso olor a azúcar aromatizado. La tienda solo tenía en ese momento un cliente, que como era de esperar, giro su cabeza hacia los recién llegados y puso cara de sorpresa.

-Menudo recibimiento... primera ciudad que piso... y no hacen más que mirarme raro... -Soltó un suspiro que denotaba la tristeza del unicornio.

-Venga, seguro que no es nada. ¿Qué quieres tomar? Esta tienda se especializa en caramelos y dulces pequeños. -Great Thrill trataba de quitar hierro al asunto, aunque tenía una ligera sospecha de cuál era el motivo de las miradas. -Yo creo que me decanto por unos macarons de chocolate.

-Um... ¿hay algo de vainilla? -Preguntaba Herbal.

-Eh, sí, creo que sí. Una vez vi a uno encargar algo de vainilla. Si es que les quedan, ¿te pido unos pocos?

-Vale. -Se quedo quieto en el sitio sin saber qué hacer ni decir.

-¿Por qué no vas eligiendo sitio? Sé que no hay mucho donde elegir, pero en algún lugar nos tendremos que sentar a comerlos. -Great Thrill era consciente de por qué el unicornio no reaccionaba, y también estaba seguro de porque todos le miraban raro, pero no era el momento adecuado para ello, tenía que calmarlo y lo más importante, mostrarse firme y seguro.

Herbal en respuesta, fue en silencio hacia una mesa de las que estaban libres, cabizbajo y casi con el rabo entre las piernas. Fue en ese instante en el cual se confirmaron las sospechas de Great Thrill, los ponis miraban extrañados a Herbal.

La espera fue larga para el unicornio rayado. Se pasó casi todo el rato mirando por la ventana que tenia al lado, pero cuando desviaba la mirada hacia el otro cliente presente, siempre se encontraba con su mirada o intentando mirar a otro lado que no fuera él con el fin de pasar desapercibido, pero al fin Great Thrill se interpuso entre ambos sentándose en la silla que estaba enfrente de Herbal.

-Ya está todo. Aquí tienes, eran una galletas caramelizadas con esencia de vainilla. Te he comprado diez, saboréalas, porque tienen una pinta riquísima. -Dejó sobre la mesa un plato de galletas y otro de macarons que desprendían olor a chocolate.

-Muchas gracias. -Mostró una leve sonrisa mientras cogía una galleta para comérsela.

-No hay porque darlas. Los amigos están para cosas así. -Mostraba también la sonrisa característica suya. -Por cierto, ya descubrí porque nos miraban así de raro.

Con sorpresa e intriga, Herbal miraba a Great Thrill. -¿Qué crees que es? ¿He hecho algo malo?

-No, no has hecho nada, pero creo que... ahora que pienso en ello... eres el primer unicornio rayado que conozco. Por estas tierras no hay ponis rayados. Las rayas... las llevan las cebras. Como Zecora. -Le explicaba con cierto temor a un bajón emocional por parte del unicornio. -El hecho de que te miren por la calle, se debe a que eres un caso excepcional.

-Lo sabia... es por mi... seguro que piensan que soy un monstruo, un bicho raro... -Se metía dos galletas a la boca al mismo tiempo.

-No, no creo que sea eso tampoco. Piénsalo, no han huido de nosotros, ni ha pasado nada más. Seguro que no es nada grave. -Comía otro macaron mientras intentaba tranquilizarle.

-¿Tú crees que algún día se me aceptara en tu mundo? De momento no ha pasado nada... pero tengo miedo... mucho. -Herbal volvía a entrar en depresión.

-Venga, anímate. Yo te prometí que todo iría bien, y cuando prometo algo, lo cumplo. Solo necesitas tiempo. Es tu segundo día en este mundo, ¿no? Date al menos un tiempo antes de juzgar. Yo siempre estaré a tu lado, y Zecora no te va a abandonar tampoco.

-Supongo... sois lo único que tengo...

En ese momento se abrió la puerta del local y una voz femenina resonó por toda la tienda. -Ya he vuelto, Cherry. Todos los recados hechos.

Los tres clientes en la tienda se giraron para ver quién era aquella poni que había gritado nada más entrar. Para sorpresa de Herbal y Great Thrill, se trataba de la misma yegua que se habían topado antes de llegar al pueblo.

-Gracias por tu ayuda Minty. Siempre es un placer tenerte cerca. -Otra yegua rosa con crines azules salió de la cocina de la tienda agradeciendo encarecidamente a la yegua que se hacía llamar Minty.

-No es nada, querida prima. -En ese momento se giró para irse, no sin antes dar un vistazo a los clientes. Entonces se sorprendió, sonrió y se acerco a los más alejados en el local. -¡Eh! Yo os conozco. -Soltó una leve risilla. -Estabais mirando el horizonte desde el camino hacia Baltimare, en el bosque.

-No esperábamos verte por aquí. Supongo que tu a nosotros tampoco. Antes no hemos tenido ocasión de presentarnos. Me llamo Great Thrill, soy de Hoofeldor. Y este aquí, se llama Herbal, es...

-¿Tu novio? No os preocupéis, no tengo nada en contra de ello. -Se echó a reír.

Ambos ponis abrieron los ojos como platos y gritaron al unisonó en desacuerdo con las palabras de Minty. -¡No somos novios! ¡Somos amigos!

-Vale, vale. Entendido queda. -Seguía soltando una leve risa. -No os alteréis. Me llamo Minty, soy de Alto Terre. Soy una repostera especializada en caramelos. No somos muy conocidos, así que viajo por Equestria para expandir el negocio familiar.

-Un placer. Como ya he dicho yo soy Great Thrill y el se llama Herbal. -Volvió a repetirse.

-Hola, ¿os importa que me siente aquí con vosotros? -sin esperar la respuesta, se sentó. -Vaya, eres el primer unicornio rayado que veo. Pensé que solo las cebras eran rayadas. -Se estaba fijando en Herbal detenidamente.

-Sí, bueno... pues ya conoces a uno. -Ligeramente molesto por las palabras de la yegua terrestre.

-Bueno, no sería tan raro si alguno de tus padres fuera una cebra. ¿Lo son? Nunca he conocido a ninguna cebra.

Herbal agachaba la cabeza casi llorando al oír como Minty sacaba el tema de sus padres, así que Great Thrill intervino susurrando acompañado de un gesto de silencio. -No saques ese tema...

-Mil perdones. No quería causar malestar. Ya sé, toma, ¿quieres caramelos? Son elaborados por mí, y están deliciosos. -Le ofreció a Herbal una bolsa llena de caramelos de diferentes sabores con intención de animarlo, pero este no solo no había terminado sus galletas, sino que no parecía por la labor de animarse.

-No pasa nada... no podías saberlo... -Trataba de quitarle hierro al asunto el propio unicornio, pero no mostraba ni el más mínimo atisbo de bienestar.

Minty se paró a pensar un momento y finalmente lanzó una pregunta al unicornio.

-Oye, ¿cuánto te gustan los dulces? ¿Cuál es tu sabor favorito?

La pregunta pilló desprevenido al rayado unicornio. -Esto... vainilla... y mucho, me gustan mucho... ¿Por qué lo preguntas?

Minty sonrió y se dirigió hacia el mostrador, donde la tendera Cherry estaba observando la escena. -Cherry, un extra especial de vainilla para mi amigo por favor. Apuntalo a mi cuenta.

-Así que un extra especial, ¿eh? Marchando. -Le guiño el ojo a la terrestre de pelaje verde menta.

-¿Que pretendes, Minty? -Preguntaba Great Thrill mientras observaba con curiosidad al mismo tiempo que Herbal.

-Veréis, en nuestra familia siempre se han transmitido unas lecciones para que las apliquemos en nuestro día a día y en nuestro trabajo como fabricantes de dulces y caramelos. Y es hora de que os demuestre algunas de ellas. -Se subió en una mesa cercana y empezó a recitarlas. -Lección número uno. Siempre que alguien necesite que le alegren el día, debes hacer tu mejor esfuerzo como fabricante de dulces por animarlo.

Tanto Herbal como Great Thrill miraban atónitos a la terrestre mientras ponía especial énfasis en las palabras que decía altas y claras.

-Lección número dos. Debes saber distinguir que necesita cada cliente en cada momento dependiendo de su estado de ánimo. Y por último, y no por eso menos importante... Lección número tres. No hay nada que un buen dulce no pueda arreglar. -Esto último lo decía señalando directamente al unicornio.

-¿Y... exactamente qué quieres decir con todo esto? -Se preguntaba Great Thrill totalmente confundido y desorientado.

-Quiero decir, que mi deber como repostera, caramelera, y como nueva amiga de Herbal, es animarle de la mejor manera posible que se, que en este caso es mediante los dulces de nuestra familia. -Se explicaba con mucho orgullo.

-¿Caramelera? ¿Eso existe? - Preguntaba el poni terrestre sorprendido por la palabra que se acaba de inventar Minty. -Más importante aún, ¿cómo es eso posible?

-Muy sencillo. Me ha bastado con una pregunta sencilla para saber el dulce perfecto para Herbal, su sabor favorito. -Bajaba de la mesa mientras se acercaba hacia el mostrador. -Si combinamos la vainilla con una selección de caramelos de frutas silvestres y le añadimos a la mezcla la masa de los macarons que mi prima domina, queda uno de los dulces de vainilla más esponjosos y sabrosos de toda Equestria.

Justo en ese momento, Cherry salía de la cocina con la masa y la vainilla completamente mezclada. Solo faltaba combinarlo con los caramelos de Minty. El tamaño de aquel dulce de vainilla era considerable, hasta el punto de dejar boquiabiertos a ambos ponis.

Mientras ambas primas se dedicaban a decorar el dulce con los caramelos de diversos colores, Minty empezó a recitar una línea de lo que parecía una canción. -Si añades algo muy dulce, alegría lograras.

A lo cual, Cherry continuo diciendo. -Y como en una dulce fantasía, muy feliz tú serás. -Ambas se miraron y sonrieron mutuamente mientras colocaban un caramelo de un color rojo intenso en la punta de aquel mega macaron de vainilla con caramelos de frutas silvestres.

-Bueno, aquí lo tienes, Herbal. Adelante, pruébalo y disfrútalo. Te garantizo que esto te levantara el ánimo. -Su mirada mostraba completa convicción en que el trabajo entre su prima y ella había quedado insuperable.

-Esto... Guau... No sé qué decir... ¡Es enorme! -No salía de su asombro. Le llevo unos cuantos segundos darle un mordisco a aquella monstruosidad de macaron. Tanto Great Thrill como ambas primas esperaban la reacción del unicornio. El cual se había quedado en silencio masticando.

-Minty... ¿En serio crees que habrá funcionado? -Susurraba Cherry a su prima con preocupación.

-Hemos seguido las instrucciones y lecciones de la familia, querida prima. No debería de ir nada mal. -Le contestaba quitando hierro al asunto.

Finalmente, Herbal abrió los ojos y siguió comiendo cada vez con más gula. Entre mordisco y mordisco, dejaba ver una muy leve sonrisa y alguna lagrimilla. -Esta... rico.

Minty no pudo contener su alegría y abrazo a su prima al instante de oír aquellas palabras. -¡Lo hemos logrado! ¡Ha funcionado!

-Si... supongo que si... -A diferencia de su prima, Cherry no estaba nada convencida.

-¿En serio esto puede subir la moral de los ponis? -Se acercó y dio un mordisco a aquel macaron. -Está rico, sí, lo mismo opino. -A diferencia de Herbal, Great Thrill parecía muy contento.

-No nos deis las gracias, no ha sido nada. -Dijo Minty mientras miraba sonriente a ambos al tiempo que se zampaban el macaron.

Al rato de habérselo acabado entre los dos machos y reposar la tripa un poco, llego el momento de despedirse, pues estaba anocheciendo y debían volver al bosque Verdur. -Bueno Herbal, tenemos que ir volviendo al bosque, se nos ha ido un poco la hora. Zecora debe estar muy preocupada.

-Tienes razón, aun no estoy preparado para pasar la noche fuera... tengo que volver a la cabaña cuanto antes. -Se levantó dispuesto a salir y justo en ese instante, apareció a su lado Minty una vez más.

-Me alegro de que estés mejor. Nos llevo mucho trabajo hacer eso, aunque pareciese que no. Sabía que no podía fallar. -La yegua mostraba una sincera sonrisa de oreja a oreja.

-Minty... gracias. Tanto tú como tu prima os habéis esforzado tanto por mí... aun sin conocerme, me habéis tratado como si vuestro amigo fuera. -Le costaba mucho decir esas palabras, pues aun ni el mismo tenía claro si estaba haciendo lo correcto. -En todo este tiempo que he permanecido en este local, he visto que por muy difícil que me resulte creerlo, hay ponis agradables que merece la pena conocer. -De repente, dudo unos instantes sobre que decir a continuación. -Y por cierto... no te tomes esto a mal... pero no ha sido vuestro regalo lo que me ha hecho alegrarme. Lo siento.

-Herbal... -Minty no sabía que decir, estaba sin palabras.

-Tenía miedo de hacer amistades en este mundo... pero Zecora, Great Thrill, Cherry y tú, los cuatro me habéis ayudado. Eso es lo que me ha alegrado de verdad... Has logrado, que me sienta querido, y te lo agradezco. -Herbal dedico una sonrisa a la yegua terrestre. -Muchas gracias por el macaron también. Parece que después de todo, un buen dulce sí que anima a cualquiera. Ahora debo irme. Adiós. -Se dio media vuelta para salir por la puerta.

-Adiós Herbal. Amigo mío. Me alegro al menos de haber podido alegrarte la tarde. -Se la notaba algo triste, aunque disimulaba su tristeza con una sonrisa, y cuando se hubieron ido, no pudo sino entrar en la cocina y subir al piso de arriba, triste y pensativa ante la mirada de preocupación de Cherry.
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Re: MLP: Sin Fronteras. Acto 1 - La gema del espejo. (CAP 3)

Mensaje por Sasir96 » 07 Feb 2016, 23:02

Ha estado muy bien, y la verdad es que no habia pensado lo de que herbal sea un hijo de cebra (ahora para que zecora sea su tia o algo asi)

Minty me parece un personaje muy carismático, y eso de "¿Sois novios?" Me ha matao XD

Aunque en el fondo es logico, dos machos viajando, uno muy pegado al otro, luego los ves comiendo dulces juntos... oye, estos dos al final se hacen novios ¿no?

Y bueno, eso que me ha gustado mucho, y la parte final de herbal y minty ha sido genial

PD:eso de "todo se arregla con dulces" puede darle problema al diabetico que se cruce con ella :)
Si te aburres, puedes mirar mis fics y tal
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Re: MLP: Sin Fronteras. Acto 1 - La gema del espejo. (CAP 4)

Mensaje por narutobilbao » 26 Abr 2016, 07:45

Bueno. Hola a todos. Despues de mucho tiempo he decidido continuar actualizando las entradas de mi fanfic aqui tambien. (Mi plataforma principal es fanfiction.) Deje de subir capitulos aqui porque en realidad me quede sin contenido que subir, y ahora dispongo de 5 nuevos capitulos que mostraros. Asi que volvere a ir publicandolos poco a poco para aquellos interesados. Os recomiendo pasaros por fanfiction si quereis ir actualizados. :D

Sin mas dilacion, el capi 4 ya esta aqui ^^ Espero que os guste.
Spoiler:
Capitulo 4: Doble Alma

-¿Qué? ¿Qué aprender de mí quieres? -Durante el desayuno junto a Herbal, este se mostró interesado en las labores cotidianas de la cebra para sorpresa de la misma.

-Sí, por favor. Me encantaría aprender de usted. Enséñeme, se lo pido por favor. -Rogaba el unicornio con determinación dejando sin habla a la cebra, que miraba atónita la situación.

-¿A qué se debe este cambio tan repentino? ¿Algo que deba saber ha ocurrido? -No podía más que preguntarse qué le habría picado al unicornio para que este, de la noche a la mañana, experimentase un cambio en su actitud tan drástico.

-Bueno... verá, como le dije, desde que estuvimos en Baltimare... sinceramente... creo que empiezo a ver este mundo de otra manera... -Pese a que se estaba abriendo, Zecora no conseguía ver el punto del unicornio, así que intentó explicarse mejor. -Lo que quiero decir es que después de ver lo que pasó... y lo que ha pasado durante estos últimos días... creo que empiezo a confiar en los demás. Empiezo a sentirme a gusto... querido...

Zecora sonreía al escucharle decir esas palabras, nada la podía llenar más de felicidad que oír que su pequeño invitado estaba empezando a verlo todo desde el punto de vista adecuado.

-Además, mientras viva aquí con usted... debo compensarla de alguna manera... y mi talento con las plantas y las flores puede serle de mucha utilidad.-Se estaba avergonzando, se ponía colorado mientras le explicaba. -Por eso, señora Zecora... déjeme ser su aprendiz. Deseo saber más acerca de las pociones, remedios naturales y propiedades de las plantas. -El entusiasmo que estaba mostrando Herbal era totalmente extraño para la experimentada cebra. Este casi se le arrodilla en su ruego.

-Levántate Herbal, no hay motivo para arrodillarse. Me alegra ver que feliz estas tras los días que pasaste. Lo primero que he de decir, es que no tengo problema en enseñarte, pero tu total concentración he de requerirte. ¿Estás dispuesto a esforzarte en pos de la sabiduría que puedo enseñarte? -Zecora empezaba a recuperar su talante y pensaba que no sería mala idea para el unicornio adquirir más conocimientos en la materia.

-Estoy totalmente dispuesto señora Zecora. Hare cuanto me pida. -Los ojos del unicornio estaban brillando con ilusión.

-De acuerdo entonces. Empezaremos al instante. -Se dio la vuelta para ir a preparar el caldero, pero a medio camino se giró para decirle una cosita mas. -Y por cierto, no me llames señora, maestra es más apropiado para la situación. -Parecía que Zecora estaba deseando ser maestra de alguien, porque cuando menciono la palabra "maestra", empezó a sonreír de una manera que nunca lo había hecho.

-¡Estupendo! -Se levantó de un saltito y apresuró a llegar al caldero. Zecora no daba crédito a lo que estaba viendo, costaba creer que el mismo unicornio que conoció días atrás, fuese el mismo que estaba ante ella en ese instante, sin embargo, su felicidad era notable. Se alegraba tanto de que Herbal empezase a abrirse a los demás ponis, que casi tira por error uno de sus tarros más valiosos, un tarro con un brillo celeste intenso. -¿Qué es eso? -Reparó en el tarro brillante.

-Es algo que una vieja amiga me regalo, en caso de que algún día lo necesitase. No te preocupes por ello. -Decía sonriente mientras echaba un líquido verdoso en el caldero. -Estar concentrado es más importante, si el arte de las pociones aprender quieres. -Le llamaba la atención al ver que no apartaba los ojos de aquel tarro.

Herbal asintió y volvió a centrarse en el caldero y en las acciones que la cebra estaba haciendo. No tenía mucha idea de las diferentes esencias y líquidos que estaba usando, y tampoco es que entendiese muy bien lo que Zecora le explicaba.

-¿Eso qué va a echar ahora es diente de león? -Atinó a decir al reconocer por fin una de las plantas que llevaba la cebra.

-Sí, Herbal, mi aprendiz. Si combinamos el diente de león con la esencia de judías marinas y un poco de escama de cela, una poción para curarse de las hemorragias y las mordeduras de timberwolf queda. -Herbal estaba tan entusiasmado con la idea que se arrimó demasiado a la mezcla.

-¡Huele bastante mal! Ugh. ¿Siempre huele así de mal? -Puso cara de asco mientras con una pata intentaba alejar el mal olor de su hocico provocando así la risa de Zecora.

-No todos los brebajes gozan de buen olor, mas su eficacia es probada contra todo dolor. Pronto te acostumbraras, te lo puedo asegurar. Sigamos ahora pues con decisión, solo de esa manera aprenderás la lección.

Zecora dedicó varias horas de la mañana enseñando y explicando normas, usos y procedimientos de las pociones e ingredientes, pero Herbal aunque contento de recibir lecciones de algo que le llamaba la atención, parecía saturado y algo confundido entre tantas cosas que la cebra le decía. Al cabo de un rato, alguien llamó a la puerta de la cabaña.

-¡Señorita Zecora! Soy Great Thrill, ¿puede salir Herbal un momento? -Gritaba el poni terrestre desde el otro lado de la puerta con un tono de voz alegre.

-Vaya, ¿quién tenemos aquí? Parece que tu amigo ha venido a por ti. -Reía dulcemente la cebra. -Puedes descansar, mañana el aprendizaje retomarás.

-Muchas gracias por todo, maestra. Voy a salir a ver que quiere Great Thrill. -Se despedía de Zecora mientras caminaba hacia la puerta.

-Ey, colega. ¿Qué tal la mañana? -Sonreía Great Thrill mientras le ponía el casco en su costado una vez había salido de casa.

-Bueno, bastante bien. Zecora me está enseñando a hacer pociones y remedios naturales. Es bastante duro aprenderse todo lo que hace falta, me duele la cabeza y todo, pero estoy decidido a aprender.

-Eso está muy bien Herbal. Además, tu talento tenía que ver con las flores y las plantas, ¿verdad? Seguro que acabas sacándole partido de alguna manera. ¿Quieres venir a mi casa? Tengo algo que enseñarte. -Ofreció de repente el poni terrestre al en ese momento sorprendido unicornio.

-¿Eh? Bueno... no sé qué decir... así de repente... -Dudó ligeramente de si debía ir, pero entonces recordó la promesa que se hizo esa noche a sí mismo. -De acuerdo... iré. Confío en ti.

-¡Estupendo! Me alegra oír que estas abriéndote poco a poco. Entre amigos no debería haber problemas de confianza. -Reía amigablemente Great Thrill. -En marcha. Está a las afueras del bosque. Sígueme.

Durante el camino hacia la casa del poni terrestre, Herbal decidió contar todo lo que había pensado la noche anterior. -Esta noche he estado pensando mucho en todo lo que ha sucedido últimamente... ya sabes, desde que llegue aquí. Y aunque sigue dándome miedo el mundo en sí y lo que los demás ponis puedan hacer... creo que en Zecora y en ti puedo confiar sin problema. Lo único que deseo es que todo vaya bien... que no pase nada malo...

Al escucharle esas palabras, Great Thrill no pudo evitar abrazarle y dedicarle unas palabras de relajación. -Te garantizo que todo irá bien. Nadie te hará daño y jamás nos separaremos. Te lo prometo por mi futuro puesto de guardia real. Además... quizás te olvides de alguien más...

-¿De alguien... más? ¿Minty? No sé si contarla estaría bien... quiero decir, sí, es una buena yegua. Hizo todo lo que pudo para levantarme el ánimo; pero ella misma lo dijo, es una yegua que vive en otro lugar y que solo vino a esta zona a hacer un trabajo. -Tenía la sensación de estar equivocándose de palabras, así que intentó por unos segundos guardar silencio y volver a replantear su argumento. -Lo que intento decir es que no es como Zecora o tú, que siempre estaréis aquí para mí...

Cuanto más oía al unicornio, peor se sentía Great Thrill. –Ya, bueno, sí que lo dijo, pero... eso no quiere decir que no pueda ser tu amiga. Hay algo que siempre se me ha enseñado a mí, y es que da igual la distancia, un amigo es un amigo.

-Es difícil, Great, es difícil... -Terminaba un poco cabizbajo Herbal mientras proseguían el camino a casa del poni terrestre.

Estuvieron caminando por aquel precioso bosque durante poco menos de media hora hasta que a lo lejos se vio una casita pequeña bastante discretita la cual no estaba rodeada de arboles, de hecho, se vislumbraba una explanada bastante bonita.

-Bueno, Herbal, bienvenido a mi casita. Como puedes ver es pequeña y muy modesta. No encontraras nada del otro mundo, pero espero que te sientas a gusto. Tengo una sorpresita para ti, por eso te he hecho venir. -Mientras la señalaba al tiempo que se acercaban.

-¿Una sorpresa? ¿Qué tipo de sorpresa? -Se empezó a acobardar.

-Nada malo, confía en mí. Te gustará la sorpresa, estoy convencido.

Según entraban en la casa, se empezó a extender un delicioso aroma dulce. Y una cara conocida asomó desde la cocina.

-Hola de nuevo Great Thrill. -Era Minty. Verla en la casa de Great Thrill descolocó por completo a Herbal. Ella, al ver que el unicornio también estaba allí, sonrió y saludo también. -Hola a ti también Herbal. ¿Qué tal el día?

-¿Minty? ¿Qué estás...? -Herbal estaba tan sorprendido que no pudo terminar la pregunta, así que Minty la terminó por él.

-¿Haciendo aquí? Bueno, quería volver a ver a mis amigos. -Siempre con una sonrisa de oreja a oreja.

-Minty se presentó hace cosa de dos horas aquí, quería hablar contigo de algo. Así que, fui a buscarte. -Explicaba el poni terrestre. -Esta era la sorpresa.

-Bueno, en realidad, quería hablar con ambos, no solo con él, Great. Se te ve mucho mejor que ayer, Herbal, estoy contenta por ello. -Decía sonriente la yegua.

-Muchas gracias por el interés. –murmuró algo sonrojado el unicornio.

-Quería deciros que pronto me tengo que volver a Alto Terre con mi familia. Ya os dije que vine aquí para ayudar a mi prima Cherry con sus tareas. Antes de irme quería volver a veros, para que esto no fuese una simple amistad de un día. -Mientras hablaba, empezaba a coger un tono un poco más serio. -Quiero que nuestra amistad perdure, y aunque tenga que irme, quiero que sepáis que os llevare siempre en mi corazón.

-Es una pena oír eso Minty, justo después de conocernos... -Great Thrill sonaba apenado.

-Pero no os preocupéis, hasta mañana que tengo que poner rumbo a casa, he decidido pasarlo con vosotros. Me parece lo más apropiado. Además, no será la última vez que nos veamos. Aunque este lejos, algún día volveremos a coincidir. -Seguía hablando Minty.

-Ya veo... -La voz de Herbal era casi inapreciable de lo bajo que estaba hablando. -Después de todo da igual si es por mí o por temas personales de los demás. Siempre que conozco a alguien éste acaba desapareciendo de mi vida...

-¿Herbal? ¿Qué... quieres decir? -Minty estaba sorprendida por las palabras del unicornio, no sabía a qué se refería.

-Quiero decir que da igual cuantos amigos haga. Quiero decir que estoy cansado de ver cómo se van ante mis ojos. ¡Quiero decir que siempre pierdo a los ponis que me importan! ¡Sea por lo que sea! -Se estaba empezando a alterar, con lágrimas en los ojos y cada vez levantando más la voz.

-¡Herbal, por favor, relájate! -El poni terrestre trataba desesperadamente de tranquilizar al enfurecido unicornio, pero era inútil, estaba ofuscado por su propia rabia.

-Yo solo quiero amigos que puedan estar para mí, no quiero ver como mis amigos se van por su cuenta. Ya he visto a buenos amigos mo... desaparecer. ¿Por qué después de conocernos debes irte?¿Tan poco significo para tí? -Gritaba cada vez mas enfadado.

-Pero yo... yo solo... no es eso, Herbal... -Minty se sentía terriblemente atacada y confundida. No tenía ni idea de a que se estaba refiriendo, ni porque lo decía.

-Da igual, dejadme solo. Me voy. -Se soltó a la fuerza del poni terrestre que le agarraba y salió corriendo en dirección al bosque.

El silencio se hizo en la casa mientras Great Thrill aun se estaba levantando y Minty observaba patidifusa y triste lo que acababa de suceder. Trataba de asimilarlo, pero no conseguía hacerlo.

-¿Qué he hecho? ¿He dicho algo malo? -Acabó rompiendo el silencio Minty.

-No, no lo has hecho, es solo que el caso de Herbal es muy delicado. Te lo contaré todo, como amiga suya debes saberlo. -Great Thrill por fin se había incorporado y se había sentado en el suelo cabizbajo. -Puede no parecerlo, pero viene de otro mundo. De otra Equestria. Una Equestria donde las cosas son muy duras para todos los ponis... y a él le separaron de sus padres a una muy temprana edad. No los ha visto desde entonces.

-Vaya... eso es muy duro... Ahora entiendo su reacción del otro dia... me siento fatal. -Minty estaba abatida, sin ganas de nada.

-Aún hay más Minty. Resulta que cuando lo raptaron, consiguió hacer dos amigos, solo dos. Y cuando se iban a escapar los tres juntos... él fue el único que se salvó. -Concluyó Great Thrill con una cara larguísima.

-¡Santa Celestia! ¡Es horrible! -Su depresión se había tornado preocupación y terror. -Claro... por eso decía lo de que siempre perdía a sus amigos... porque yo... me tengo que ir... ¿No?

-Lo más seguro. Alguien que ha tenido una vida tan dura, tiene una mente y un corazón muy frágil. Seguramente se siente frustrado por conocer a alguien al que considerar amigo y no poder hacer nada por retenerle. -El poni terrestre llegó a una conclusión bastante razonable.

-¿Y qué hacemos ahora? No sabemos dónde ha ido, y no quiero que piense eso. Porque no es verdad. No me voy para siempre. Y lo más importante, no es su culpa. -Preguntaba sin saber qué hacer.

-Tenemos que encontrarle. Aun no sabe defenderse solo en este mundo, si se topase con algo o alguien más, podría ser peligroso. Creo que será mejor que yo me adentre en el bosque a buscarle, tú vete a avisar a Zecora. Creo que es lo mejor. Prometí protegerle de todo. Zecora es una cebra que vive en una cabaña de madera siguiendo el sendero de la izquierda desde aquí fuera.

-De acuerdo... mucha suerte... -Concluyó Minty la conversación antes de salir al galope hacia dicha cabaña.

-No hagas ninguna locura, Herbal. No hagas ninguna locura... -Se repetía una y otra vez Great Thrill mientras galopaba mirando en todas las direcciones. -¿Dónde te has metido?

Los arboles se sucedían, uno tras otro, pero no parecía haber rastro de Herbal por ninguna parte, casi parecía como si se hubiera esfumado. Se planteó el lugar al cual pudo haber ido, pero concluyó que con su conocimiento de ese mundo, probablemente no hubiera ido a ningún lugar concreto, sino que habría echado a correr por correr, sin rumbo alguno.
Justo en ese instante, escuchó un grito de poni macho venir desde el noroeste de su posición. Era la voz de Herbal. -Al fin te encuentro... Ya voy Herbal. -Echó a correr en dirección al sonido.

Great, se plantó ante una cueva. No se veía nada dentro ya que había pura oscuridad, pero sabía que su amigo estaba dentro, así que se lanzó al rescate del unicornio.

-¡No se ve nada de nada, demonios! Si tuviese magia... -Protestaba el poni terrestre mientras caminaba por la cueva a oscuras con tan mala suerte, que pocos segundos después, acabó cayendo por un agujero que había en el suelo. -¡Aaaaaaaaah! -Gritaba el terrestre mientras caía por él. Por suerte, aquel agujero hacia un camino en forma de tobogán natural, así que no sufrió apenas heridas cuando llego al final del mismo. A su izquierda, se encontraba un aterrado Herbal bajo la tenue luz de su propio cuerno, parecía mirar fijamente hacia delante, tan absorto por lo que fuera que le daba miedo que no reparó en la presencia de su amigo.

-¡Herbal!, he venido a por ti amigo, menos mal que estas bien... no deberías haber salido así corriendo. -Le reprochaba Great Thrill mientras él seguía inmóvil y temblando.

-Gre... Great... ayuda... monstruos... -Por fin parecía que Herbal había reaccionado al reproche de su amigo terrestre, pero en vez de para disculparse o quejarse era para rogar ayuda.

-¿Qué? ¿Monstruos? ¿Dónde? -Por mas que se esforzaba, sus ojos al no estar acostumbrados aun a la oscuridad de aquella cueva, no eran capaz de ver ninguno monstruo.

-Justo... enfrente de mí... son muchos... -Cada vez se notaba que estaba más alterado. Demasiado alterado como para pensar con claridad.

En ese instante, 4 gusanos de tierra del tamaño de 3 ponis aproximadamente se empezaron a mover hacia ellos lentamente. Los colmillos que tenían en la boca eran enormes y afiladísimos, un solo mordisco de aquellos gusanos podría arrancar cualquier miembro a cualquier cuerpo viviente. O lo que era peor, su tamaño permitía sobradamente engullir a ambos ponis. Era una batalla que ninguno de los dos estaba listo para afrontar.

-¡Santa Celestia! ¡Son enormes! ¿Es acaso esta su madriguera? -Great retrocedía junto al unicornio, pero no tardaron en chocar con la pared de roca que tenían a su espalda. No había escapatoria alguna de los gusanos que cada vez se acercaban más y más, lentamente, dejando escapar un poco de algo parecido a baba por sus colmillos. -¿Herbal? ¡Reacciona! ¡Tenemos que hacer algo, y rápido!

No había respuesta, el unicornio parecía estar totalmente paralizado de miedo. No gesticulaba más que su cara de terror. En ese instante de pánico total, una voz empezó a hablar a Herbal, proveniente de todos los lugares al mismo tiempo.

-Eres lamentable... No eres capaz de nada... -Se reía la voz misteriosa. -Mírate... temblando como un flan, como si fueras una presa a punto de ser cazada... ah, que es cierto, es justo lo que te pasa ahora.

-¡Herbal! ¡Cuidado! -Great Thrill intentaba desesperadamente llamar la atención de Herbal, pues uno de los gusanos se acercaba peligrosamente a él, pero al ver que este no reaccionaba, no le quedó más remedio que poner su propia vida en peligro para salvarlo. -¡Ya voy!

Echó a correr y se abalanzó sobre el unicornio empujándolo y desviándolo de la trayectoria de ataque del gusano. Por suerte, Herbal pesaba bastante poco en comparación con el terrestre, así que pudo maniobrar decentemente mientras lo alejaba de los gusanos, que seguían lentamente.

-Tan lamentable que un desconocido tiene que salvarte... pero sabes que pasara... -Seguía hablando aquella voz misteriosa, aunque esta vez, el unicornio, si pudo reaccionar. Es como si aquellas palabras que había oído hubieran hecho despertar algo en su interior.

-Quiero proteger... lo importante... -Dijo Herbal en un momento de shock, haciendo inconscientemente que Great se girara, dando la espalda a los gusanos.

-¿Herbal? ¡Has vuelto en ti! ¡Menos mal! Ya creía que... -Con toda esta distracción, uno de los gusanos se había acercado tanto a Great que, ante la sorpresa del mismo, no pudo evitar por completo una embestida de uno de los gusanos, pues se lanzó con un pequeño impulso sobre él, haciéndole una herida en la pata trasera con uno de sus colmillos. -¡Aaaaaah!, ¡Mi pata! -El terrestre cayó al suelo inmóvil a unos cuantos metros del gusano que lo atacó. El grito además, atrajo la atención de todos los gusanos, y estos fueron a por la presa fácil. -Herbal... Corre... Sálvate tú...

Al escuchar esas palabras de agonía de su amigo, Herbal empezó a recordar una sensación desagradable, sabia donde había oído algo así... -No... No... Otra vez no... -Le empezaron a salir las lágrimas.

-Y así... vas a perder a otro "amigo", jajaja. -Las risas que el unicornio oía resonaban en su cabeza. -A no ser... que me cedas el control... puedo salvaros y lo sabes... ¿o quizás no? Jajaja.

-Herbal, ha sido un placer... rápido, aprovecha la distracción... puedes huir con tu magia... -Great cada vez mas débil, rogaba a su amigo que lo abandonara.

Entre las suplicas de su amigo terrestre para que huya, las palabras que él le estaba recordando, y la voz que le atormentaba, el unicornio sentía que le iba a explotar la cabeza. Lo que empezó con miedo se tornó en impotencia y, a su vez, esto derivó en rabia. Y con un grito desgarrador desde lo más profundo de su corazón, una explosión de magia oscura empezó a salir de su cuerpo subiendo hacia el techo de la cueva y rompiendo el mismo para acabar en el cielo.

-No voy a huir... Voy a salvar a mi amigo... -Según Herbal decía estas palabras, Great pudo contemplar con sus propios ojos como el cuerpo de su amigo unicornio empezaba a cambiar de color. Las crines se le alborotaron mas y su mirada de terror se había tornado pura rabia. - ¡Voy a acabar con todo! -Gritaba en un tono de potro enloquecido.

-Herbal... ¿Qué te ha... pasado? -Great no era capaz de reconocer a su amigo. -No será... ugh... mierda... -Acorralado y sin fuerzas para luchar, podía ver como se acercaba su muerte, cerrando sus ojos esperaba el golpe de gracia. Sin embargo, el golpe no llegaba... aun era capaz de identificar los sonidos que oía, y lo que oía le indicaba que se había iniciado un combate de verdad.

Cuando abrió los ojos, se encontró con que tres de los cuatro gusanos estaban muertos en el suelo con graves heridas mágicas, y pudo presenciar como el cuarto gusano, explotaba en mil pedazos tras recibir un hechizo de magia procedente del cuerno de Herbal. No podía dar crédito a lo que veía... Había acabado con la vida de los cuatro depredadores él solo. La fuerza que emanaba de él era inmensa. Finalmente, el unicornio se giró hacia Great y se acercó a él lentamente y fulminándolo con la mirada.

-Así que tú eres el tal Great Thrill, ¿no? Mírate, en el suelo, moribundo por el veneno de esos gusanos... Lamentable. -Reía mientras pronunciaba esas palabras.

-¿Quién eres? ¿Dónde está mi amigo? -Para entonces, a Great ya le había quedado cristalino lo que había pasado. Aunque su amigo estaba físicamente delante de él, no era el caso mentalmente.

-Soy yo, Herbal. -Imitaba la voz dulce y tímida del unicornio. -No tengas miedo Great, yo te protegeré... -Volvía a reír.

-¡Devuélveme a mi amigo! o sino... ¡ugh! -Se le iba la fuerza por la boca, era incapaz de terminar dos frases seguidas.

-O sino... ¿qué? -con voz amenazante, se acercó hasta ponerle un casco en su cabeza. -¿Sabes qué? Voy a matarte con mis propios cascos... y ¿sabes que será lo mejor de todo? Que yo no cargare con la culpa... jajaja. -La risa del enloquecido unicornio verde oscuro era ahora audible mucho más clara que antes.

-Eres un... monstruo... -Apenas articulando palabras debido al pisotón del unicornio.

-Y encantado de serlo... ¡Muere! -El cuerno se iluminaba en un color intenso preparando un conjuro mágico.

En ese momento, alguien se abalanzó sobre el unicornio cayendo desde el techo que había abierto. Una yegua rayada portando una alforja que brillaba en un color azul celeste y un artefacto de apariencia tribal había saltado encima del unicornio sin el menor ápice de duda o de miedo. Era Zecora.

-Vaya, vaya... así que la famosa cebra hace aparición... mejor... dos cadáveres son mejor que uno. -Decía desafiante Herbal en su locura.

-No, nadie más debe morir, la sangría que has comenzado acabara aquí. -Rimaba Zecora al tiempo que con un rápido movimiento de casco, le colocaba el artefacto tribal en su cuerno. Al instante, el cuerno empezó a soltar pequeños rayos mágicos... parecía una especie de inhibidor.

Sorprendentemente, el unicornio seguía riéndose, a pesar de no ser capaz de usar magia... ¿o era simplemente que no quería? En vista de la situación, el unicornio desistió en hacer fuerza y con una enorme sonrisa fulminó a la cebra.

-Muy bien, muy bien, tú ganas, oh todopoderosa Zecora. Pero siempre estaré aquí, viviré aquí, y pronto todos moriréis ante mí. Cuando menos lo esperéis... absorberé toda vuestra vida. -Declaraba el unicornio ante la fiera mirada de la cebra y la aterrada mirada de Great y Minty que acababa de llegar a socorrer de urgencia al terrestre.

-Mucha boca tienes, mas poco te resistes. Pronto un cambio habrá, que te haga recapacitar. -Zecora terminaba su rima con una sonrisa en su cara, algo que desconcertó al enloquecido unicornio.

-Lo que usted diga... "maestra". -Con esa última frase sarcástica, el cuerpo del unicornio empezó a volver a la normalidad, recuperando así su color verde claro en favor del verde oscuro y la normalidad en sus crines. Cuando hubo recuperado la forma normal, Herbal, abrió los ojos confundido y desorientado.

-¿Dónde... estoy? ¿Qué ha pasado? -Al ver a Zecora sobre él, exclamó en plena sorpresa. -¿Maestra Zecora? -Justo después empezó a mirar alrededor, viendo toda la sangre y los cuerpos de los gusanos tirados en el suelo. -¿Qué ha sucedido? -Al final, reparó en sus dos amigos, en una esquina. Great seguía dolorido y Minty no era capaz de detener el veneno ni la hemorragia, aunque si había logrado retenerla. Ver todo el lugar destruido, y su amigo herido, provocó que el unicornio se viniera abajo, dándose cuenta de lo que había sucedido.

-No hay tiempo para explicar, debemos de esta cueva escapar. Más gusanos podrían venir, y esta batalla alargar. Herbal, ahora no debes decaer, cuando lleguemos a casa, todo vamos a esclarecer. -Zecora intentaba infundir algo de ánimo en el emocionalmente destrozado unicornio, el cual con un apenas notable movimiento de cabeza, asintió.

-¡Señorita Zecora! No consigo detener la hemorragia, ¿Qué hago? -La voz de Minty sonaba muy alarmada.

-De las heridas del terrestre me hare cargo, a ti acompañar a Herbal te encargo. -La respondió la cebra mientras se acercaba a ellos.

-De acuerdo. Confíe en mí. -Se acercó al trote a Herbal. -Herbal... vamos a casa... juntos. -Se podía sentir aun los restos de la magia oscura que se acababa de liberar, así como la depresión por la cual el unicornio estaba pasando. Teniendo eso en cuenta, intentaba sonreír para calmarlo. El unicornio, simplemente asintió, levantándose y acompañando a la terrestre hacia la casa de Zecora.

Fuera todavía hacia sol, parecía como si nada hubiera pasado. Ambos ponis caminaban uno al lado del otro, aunque Herbal no podía mantenerse por completo por sí mismo y era ayudado por su amiga Minty. El camino estaba siendo incómodamente silencioso, aunque al cabo de un rato, el unicornio rompió el silencio.

-Minty... ¿Qué ha pasado?

-No lo sé bien, Herbal. No lo sé. -Respondió sinceramente. -Saliste corriendo de casa de Great, yo fui a avisar a Zecora... y después una columna de magia se alzó brevemente en el cielo. Cuando llegamos a la cueva... -Le miró apenada y algo asustada. -Tú no eras... tú. No se mas.

-Así que realmente pasó... me dominó una vez mas... -El pesar del unicornio era enorme. Se sentía impotente. Minty no entendía aquellas palabras. -Great... ¿estaba bien?

-Si... creo. Estaba envenenado y creo que tenía heridas en las patas traseras.

-Empiezo a recordar más cosas. Caímos por un agujero... los gusanos nos rodearon... y el sufrió daños protegiéndome. Luego ya... no sé lo que pasó... no recuerdo nada. -Se notaba que quería llorar.

-No es tu culpa que él este malherido, Herbal. No te eches la culpa. Él te protegió... y tú... lo protegiste. -Decidió intentar calmar la situación y quitar peso a la ya enorme carga que llevaba el unicornio. -Seguro que esos gusanos os querían comer... solo luchasteis por vosotros. Eso está bien.

-Ya... pero no lo protegí como yo... sino como... otra cosa... quien sabe que hubiera podido hacerle si no llegáis a aparecer...

Minty no supo responderle, y guardó silencio el resto del camino hasta que finalmente llegaron a la cabaña.

-Bueno, ya hemos llegado. Quizás deberías descansar un poco. Te ayudaré a acercarte a la cama. -Minty se ofrecía muy servicialmente a ayudar.

-Me siento mareado y exhausto... quizás tengas razón. -Todo lo acontecido había agotado mentalmente al pobre unicornio verde. -Gracias.

Una vez se acostó, no tardó apenas tres minutos en caer dormido. Pese a todo, no tenia buena cara, así que la yegua terrestre decidió quedarse a su lado hasta que Zecora y Great volviesen a casa. Como amiga, era lo correcto, y lo sabía.

Cuando anocheció Herbal se despertó y todos, tras regresar de la cueva, se reunieron en la sala central de la cabaña para tratar el asunto de lo acontecido. Great tenía las patas traseras vendadas, pero no parecía correr ningún peligro letal. Su cara en cambio le mostraba asustado y traumado. Minty, estaba a su lado ayudándolo a cenar. Zecora por su parte, investigaba unos antiquísimos libros en busca de algo.

-Bueno chicos, sé que duro ha sido, pero ¿podéis contarme lo sucedido? Creo haber encontrado algo que nos pueda ayudar, a lo que sea que haya ocurrido no vuelva a pasar. -Zecora por fin parecía haber encontrado lo que buscaba.

-Cuando huí de la casa, entre en una cueva, y cuando me caí por un agujero, acabé ante cuatro gusanos de tierra enormes. -Comenzó Herbal.

-Yo fui tras él, preocupado. Y cuando llegué, me encontré en su misma situación-Great miraba a ambos asustado.

-Los gusanos nos querían atacar, y yo estaba paralizado... –murmuró él, agachando la cabeza avergonzado.

-Y yo lo protegí, cuando me vi en peligro Herbal me ayudó. -Sonreía ligeramente el terrestre.

-No recuerdo que pasó después, yo solo quería ayudar. Deseaba ayudar. Pero no soy fuerte, y deseé con todas mis fuerzas ser más fuerte. -Empezaba a frustrarse de nuevo.

-Eliminaste a los gusanos Herbal, me salvaste. Pero estabas como poseído, y cuando no quedaba ninguno quisiste matarme...-Se entristeció el terrestre también.

-¡No era mi intención! ¡Yo jamás mataría a nadie! -Gritaba Herbal.

-Lo sé. Sé que no eras el Herbal que yo conocí, sino aquel otro. No te guardo rencor, porque somos amigos. -Volvió a sonreír tímidamente, parecía que hablar el problema le estaba ayudando a volver a sentirse bien, aunque aun se le notaba que estaba mal.

-Fue cuando llegamos nosotras. Todo acabó entonces. -Concluyó Minty. -Y por cierto, no te guardo rencor yo tampoco, aun no sé bien que fue eso que te paso, pero yo sigo confiando en ti.

-Noto algo en mi corazón, algo en mi interior que quiere salir. Me atormenta por las noches, está cargado de odio, de rencor. Se manifiesta cuando estoy en un estado de shock y al borde de la muerte o cuando deseo con mucha fuerza proteger a aquellos que me importan-Explicó Herbal a la interesada yegua. - O al menos así ha sido las dos veces que ha pasado.

-Una doble alma. Posees dos entidades, dos partes opuestas de ti en tu interior, que luchan por ver cuál es la superior. -Acabó diciendo Zecora tras escuchar y meditar sobre lo acontecido. -De acuerdo con este libro, es un fenómeno inusual que puede afectar a cualquier poni por igual. Por suerte, tu alma bondadosa predomina, pese a que eso más rabia a la otra instiga.

-¿Dos Herbals? ¡Eso es fascinante! -Exclamó Minty.

-Y bastante peligroso, si el alma predominante no posee la fuerza suficiente la contraria se hará paso. -Añadía Zecora leyendo de su libro.

-Todo empezó antes de venir aquí. No sé qué hacer para impedir que pase algo así ¿Qué hare si vuelve a suceder? -Herbal preocupado.

-No temas mi pequeño aprendiz, algo de ayuda tengo para tí. En este libro se habla de un método para controlar dicha fuerza, mas su dificultad requiere de igual entereza. -Las palabras de Zecora consiguieron que los tres ponis la miraran expectantes.

-¿En serio hay algún método para controlarlo? -Herbal sentía como un pequeño rayo de luz empezaba a vislumbrarse para él.

-Sí, pero todavía pronto es para tí. Unos requisitos previos has de cumplir. -La cebra proseguía su explicación. -Solo cuando hayas conseguido lo que tu otro tu quiere destruir, podrás afrontar este reto así.

-¿Y qué es lo que más quiere destruir? -Preguntaba Great algo más animado.

-Solo él puede saberlo. -Zecora concluía.

-Yo no lo sé, no entiendo por qué me atormenta así...-Herbal no parecía tener idea de que era lo que faltaba.

-Entonces debes descubrirlo, tarde o temprano, encontraras la respuesta que te permitirá afrontarlo. -La cebra dejó una cuestión aún más grande en la cabeza del unicornio.

-Pero nosotros te ayudaremos. Puedes contar para lo que sea con nosotros. -Minty trataba de animar a Herbal. A lo cual, Great asintió.

-Creo que tengo mucho en lo que pensar, gracias por la ayuda. Voy a acostarme otra vez. -Herbal se levantó triste, y tras despedirse de ellos, se encerró en su habitación. Saber que tenía que descubrir aquello que su otro yo quería destruir a toda costa, el miedo a caer en una situación similar a la de ese día, era demasiado para él. Sin embargo, necesitaba descansar, confiaba en que quizás si soñaba con él, quizás lograse alguna respuesta.
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