Debo decir que esta versión está bajo la primera revisión, así que seguramente tenga bastantes fallos. A pesar de ello, es el capítulo que está más próximo a ser publicado. Tengo pensado que se traduzca al inglés (por aquello de llegar a más gente y tal), pero también dejar una versión en español. ¡Ah! La revisión la está llevando a cabo un amigo que ha dejado el capítulo con un estilo más profesional y más épico, aunque a cambio él aparece como co-autor (el cambio que ha hecho, engrandeciendo el capítulo, simplemente es brutal). Su nombre: Daniel Campos Fernández.
Ahora bien, he puesto el tag [ALL] porque el fanfic es un poco más oscuro que la serie original o, mejor dicho, es menos inocente. A lo largo de los diferentes capítulos se va recrudeciendo un poco, pero por el momento sin pasar por algo que una persona de 13 años no haya visto en la televisión... pero sin perder el espíritu que ha hecho de la serie original algo tan grandioso. Aunque, para ser más exactos, lo podría definir como: [Aventura], [Comedia], [Crossover] (con la serie original), [Triste], y [Amor].
Sinopsis introductoria: Al noroeste de Equestria, entre la Dragon MT. y las Drakenridge Mountains, se yergue orgullosamente un decadente pueblo minero. Allí, seis yeguas entablarán una gran amistad" (siguiendo el mapa no oficial que se puede ver en http://hlissner.deviantart.com/art/Eque ... -253465186 (si lo bajáis se verá más grande)).
Dibujo realizado para la ocasión por la gran Taila_Fox. Mil millones de gracias.
Nota de editado: Agradezco inmensamente la ayuda de Unade para la corrección de esta parte del capítulo 1x01.
Y, sin más dilación, procedo a poneros las primeras 12,5 páginas de 25 páginas que tiene el capítulo completo (vamos, más o menos la mitad), poniendo la segunda parte unos posts más abajo:
Spoiler:
MY LITTLE PONY
PARALLEL STORIES
Chapter 1x01
Northwest Mines Town
1ª Parte
Una pequeña pila de monedas, eso era lo único que tenía Shiny Eyes sobre su casco. La dorada pegaso miraba desconsolada esa montañita de bits.
—Una venta, solo una venta en este pueblo. Además, esa blanca unicornio con la Cutie Mark de tres diamantes me ha hecho enseñarle casi toda la mercancía. Ahora tendré que recoger de nuevo e irme a otro pueblo a ver si tengo más fortuna. No lo comprendo, sé que mis joyas son buenas —se quejó en voz baja.
Su Cutie Mark así lo indicaba: dos anillos entrecruzados formando un corazón. Pero no tenía suerte. De los tres últimos pueblos visitados solo había vendido una diadema aquí, en Ponyville. Y de buen seguro se había debido a la fiesta y a la euforia por la victoria ante Nightmare Moon. Lo peor de todo es que la unicornio había tenido la osadía de regatear el precio. Y Shiny Eyes tuvo que aceptarlo. Todo fuera por continuar con su costumbre de comer al menos una vez al día.
Resopló, guardó las monedas en el zurrón sobre sus cuartos traseros y se atusó su crin roja como el rubí. Empezó a recoger las joyas desparramadas sobre los estantes de su carrito e incluso por el suelo entre las serpentinas. Aprovechó el momento para apartar de la parte superior de su carromato una gran cantidad de confeti y dos matasuegras que alguien había olvidado. Una vez hubo terminado se enganchó las cinchas del carrito y, elevándose un poco hacia el cielo gracias a sus alas, tomó impulso suficiente para mover el puesto.
Shiny Eyes volaba lenta pero constante sobre el camino que partía de Ponyville. Le daba igual qué pueblo sería el siguiente siempre que no hubiese estado ya. Sabía que algún día la suerte cambiaría y encontraría la felicidad. O al menos un acomodo suficiente para pagar el carrito que, ya ajado por el traqueteo y el polvo de los viajes, aún distaba bastante de ser completamente suyo.
Era un carro bastante corriente. De su parte inferior salían dos piezas de madera que hacían las veces de barra y, pasando por argollas, unas cinchas de cáñamo que se usaban para tirar de la carretilla. Solo llamaba la atención la parte superior, que consistía en una suerte de aparador negro con ribetes dorados, clavado a la parte inferior para evitar que se moviese. El mismo disponía de múltiples cajones en cuyo interior estaba la mercancía. De cada uno de ellos partía un asa dorada de labrado fino que únicamente se podía sujetar con la boca. Un motivo de seguridad, se decía Shiny Eyes, aunque en realidad sabía a ciencia cierta que era un error de montaje.
Sus ojos de iris blanquecino, que daban significado a su nombre, miraron hacia el cielo. Empezó a imaginar una vida mejor. Se figuró en el palacio de Canterlot, asistiendo a la Princesa Celestia sobre joyas. Se imaginó volando libre en el cielo, sin una carga en forma de carrito y deudas. Incluso se vio sobre una gigantesca montaña de monedas, portando un casco espacial (pues tal era la altura de la montaña) mientras dejaba caer monedas a condes, duques, caballeros y marqueses que suplicaban un poco de su dinero para comprar ejércitos, palacios, bibliotecas y pueblos enteros. E incluso aparecía la Princesa Celestia para pedirle dinero para todo el reino; a todos ellos, Shiny Eyes les daba el dinero de buen grado, pues sabía que era para el bien de todos.
Súbitamente dos ráfagas fugaces a su lado la sacaron de su ensueño. Casi la derriban junto al carrito. Eran una pegaso celeste y una anaranjada poni de tierra haciendo una carrera. Apenas eran ya visibles cuando el eco de sus gritos llegó hasta los oídos de Shiny Eyes:
—¡Eres una lenta, Applejack!
—¡Te he dicho mil veces que no vale volar, Rainbow Dash!
La dorada pegaso se bamboleó varios segundos hasta que el carrito se estabilizó. Finalmente se aseguró de que no había peligro mirando atrás. Entonces retomó su camino elevándose un poco y adquiriendo velocidad para poder mover el carro.
Recién llegada noche se apartó a un lado del camino. Tras quitarse las cinchas, sacó un almohadón del carro y se dispuso a dormir. Pero se levantó sobresaltada: algún día le robarían por olvidadiza. Tomó con la boca unos hilos transparentes atados a un estante y los ató a sus orejas, alas, cola, patas y crin. De abrir alguien un estante, ella se enteraría inmediatamente.
Al día siguiente, nada más despuntar el día, se levantó y, recogiendo todos sus enseres, marchó rauda a su destino, hacia ninguna parte. Entonces llegó a un cruce de caminos y paró. No sabía qué ruta tomar. Lo único claro era no volver atrás, así que dejó que el azar eligiese su destino. Tomó una rama del borde del camino y la erigió en mitad de la encrucijada, sujetando la punta con su casco. Allí donde apuntase al soltarla, marcharía. Resulto ser a la derecha. Ese sería su destino. Y nada más ocurrió en todo el día, ni al siguiente, ni al otro, ni en todo el resto de su viaje que la condujo hasta un pueblo minero.
La villa, rodeada por un erial rocoso, tenía sus casas bajas. Eran de tonos oscuros (morados y negros) y parcas en adornos. Aún así, dando un vistazo a las pocas calles que tenía, se apreciaba mucho bullicio. Una multitud de ponis iban de aquí para allá, entrando y saliendo de casas, establecimientos y tiendas. Algunos, de vez en cuando, entraban en un túnel que había al final del pueblo. Parecía la entrada de la mina. ¿De qué clase sería? ¿De metal? ¿De espejos? Shiny Eyes se sobresaltó e imploró para sí que no fuera de joyas o nadie querría comprarle nada. Tragó saliva y entró en el poblado.
Miraba de un lado a otro mientras buscaba un sitio donde establecer el puesto. Pero se paró al dirigir la vista al cielo. Suspendido a gran altura había un cúmulo de nubes estáticas. Shiny pensó que era muy curioso y raro encontrar un pueblo de pegasos sobre un pueblo minero. Sin embargo, no observó ningún poni alado que ascendiese o bajase de allí.
Finalmente encontró un hueco entre una casa y una herrería. Allí se instaló. Antes de abrir el puesto se adelantó un poco y preguntó a un poni por la mina. La respuesta la llenó de abatimiento: “Es de joyas, las mejores joyas de toda Equestria”.
Resignada, decidió reemprender la marcha. Quizás a la capital. Sí, iría hacia la capital. Seguramente allí haría más ventas. Aunque la competencia era fuerte, Shiny Eyes confiaba en su propio trabajo de orfebrería, pues ella misma era la encargada de engarzar las joyas en los anillos, colgantes, diademas y gargantillas. Fue entonces cuando, totalmente ensimismada por su sueño de grandes ventas, tiró demasiado fuerte de una de las cinchas y una de las argollas se rompió. A punto de llorar por tan mala suerte, decidió entrar en la herrería que tenía al lado. Se animó a si misma pensando que por una vez no tendría que recorrer media ciudad para encontrar a un herrero.
En lugar de una puerta, la herrería tenía una gran apertura de la que surgían dos mostradores de piedra con el género expuesto: picos, palas, martillos, puntas varias e incluso armas de filo y aplastantes. Shiny Eyes los curioseó por un momento y entró.
En la oscuridad reinante, solo rota por el fuego avivado y las chispas, apenas se distinguía la sombra de una yegua. Aquel espectro agarró un martillo con su pata y dio dos golpes al trozo de metal al rojo que acababa de calentar. Tomó unas tenazas con el casco y puso el metal en el agua, que se quejó siseando unos momentos.
Shiny Eyes saludó tímidamente. La sombra le pidió, mediante un gesto, que aguardase, y se acercó a una cuerda al fondo de la herrería. Jalándola con la boca, las persianas subieron rápidamente, haciendo un fuerte ruido y dejando entrar una intensa luz que forzó a Shiny Eyes a entornar los ojos.
El espectro resultó ser una poni de tierra de un marrón muy oscuro, como una madera de ébano desgastada por el tiempo y el polvo. Sus ojos negros escudriñaban a la recién llegada. Su crin, azul oscuro, estaba recogida con una coleta al igual que su cola. La Cutie Mark en sus cuartos traseros, un yunque y un martillo, parecían indicar que llevaba bastante tiempo en la herrería. Sus músculos esculpidos por aquel duro trabajo también despejaban cualquier duda.
—Bien, tenemos tiempo hasta que se enfríe el nuevo pico... ¿qué deseas? —dijo la herrero tratando de sonreír al tiempo que se limpiaba los cascos en su extraño peto gris. Era una especie de mandil que empezaba en una gargantilla y cruzaba el pecho hasta llegar al costillar, sujeto por dos cintas que salían de la base y se entrelazaban en la espalda. En las patas delanteras, desde el hombro hasta las rodillas, tenía una protección del mismo material.
—Tengo un carro aquí al lado. Se le ha roto una de las argollas de sujeción. ¿Cuánto cobrarías por el trabajo? —preguntó Shiny con una sonrisa algo nerviosa. La herrero entornó aún más los ojos y se echó a reír:
—¡Ah!, una argolla. No es difícil. No te preocupes, no te cobraré mucho y haré un trabajo excelente. Supongo que eres forastera, así que me esforzaré y así quizás obtenga más clientes si hablas de mí por ahí —se paró un momento a pensar—. Es más, por el mismo precio voy a arreglarte también la otra, para que estén a la par y tarden mucho más en fallar.
—¡Oh, muchísimas gracias! —exclamó la pegaso, aliviada—. Por cierto, mi nombre es Shiny Eyes y acabo de llegar al pueblo, pero desgraciadamente me iré en breve. Aquí no hay sitio para mí.
—Encantada. Yo soy Shadow Hammer, y soy la herrero de este pueblo. Sí, las minas que hay al final de esta calle son las famosas Northwest Mines, las del noroeste de Equestria, entre las Drackenridge Mountains y la Dragon Mountain. Desde aquí servimos joyas de gran calidad al resto de Equestria. Y vaya si son de gran calidad, tanta que apenas doy abasto arreglando picos y palas, y eso que —Shadow se acercó a Shiny Eyes— mi trabajo es superior. Yo no soy de esas ponis que gustan de presumir, pero un trabajo inferior habría empeorado la extracción. De hecho he visto fracasar a muchos herreros desde aquí mismo por el simple hecho de que preferían la rapidez a la calidad —la cara de Shadow Hammer cambió entonces con sobresalto—. ¿Pero por qué dices que no hay sitio para ti aquí? Siempre hay sitio para todos aquí.
Shiny no pudo responder porque en ese momento irrumpió una poni de tierra blanca como la nieve, sujetando un papel en la boca. Sin soltarlo, balbuceó:
—”Shad’ou Ammer, esesito etto ugetemette” —sus ojos azules como el cielo casi se salían de sus órbitas y su crin negra como la noche parecía encresparse por momentos. Incluso su Cutie Mark, un libro de tapa roja y dos dagas entrecruzadas por detrás, parecía moverse por la tensión.
—Vale, vale, tranquila, Knowledge —cortó la herrero—. Calma. Déjame ver qué quieres y ponte a la cola, hoy tengo ya bastante trabajo.
Ésta refunfuñó durante unos instantes. Finalmente dejó caer la hoja sobre el casco de la herrero, respiró profundamente y repitió de forma más sosegada:
—Shadow Hammer, necesito esto urgentemente. Es el modelo de una punta de lanza ceremonial que se usaba en las recepciones reales hace algo más de trescientos años.
A raíz de lo que acababa de escuchar, Shiny Eyes no pudo evitar recrear en su mente una singular escena: Un soldado blanco con armadura entra en el salón de recepción del palacio de Canterlot, portando una lanza con tiras de seda en vivos colores. Se dirige hacia el centro de la estancia ante la estupefacción de los presentes. Tira la lanza al aire y, haciendo una cabriola, la vuelve a tomar en el salto con sus cascos delanteras, aunque ya no viste su armadura real sino un tu-tú rosa de bailarina. Aún sin caer, el soldado-bailarín da vueltas a la lanza, primero sobre una pata, luego sobre la otra, después sobre el cuerpo y sobre la cabeza. Termina aterrizando mientras la sostiene en equilibrio sobre su hocico. Se hace el silencio mientras empieza a sudar, sonriendo nerviosamente. Entonces la sala entera irrumpe en aplausos y vítores al soldado.
—Knowledge —la herrero devolvió a Shiny a la realidad—, si es un arma ceremonial sabes perfectamente que no la haré con prisas —Shadow Hammer se quedó pensativa durante un instante, poniendo el casco en su barbilla y mirando al techo—. Eso son dos días, luego podrás venir a recogerlo —miró detenidamente el papel—. Hmmm... Sí. A pesar de las estrías de adorno que hay por toda la hoja, creo que en dos días estará.
Knowledge sonrió como una potrilla feliz y comenzó a alabar las virtudes de Shadow, mientras ésta la miraba con indulgencia. Shiny Eyes las interrumpió, pues debía marcharse y quería saber si había algún hotel en el pueblo donde poder descansar.
—Sí, yo sé dónde está el hotel —respondió la blanca poni de tierra—. De hecho voy para allá, tengo mi casa al lado. Si quieres te acompaño. Y bueno, me presento. Yo soy Undying Knowledge, aunque todos aquí me llaman Knowledge. Soy la historiadora de Northwest Mines Town.
—Encantada, yo soy Shiny Eyes —respondió la pegaso y a continuación se ruborizó—. Yo soy... bueno... vendedora de joyas.
Shadow entendió entonces su prisa en marchar del pueblo. Se giró para volver a sus quehaceres mientras Knowledge y Shiny partían hacia el hotel. Entonces la historiadora estiró al máximo sus orejas, poniéndose en alerta:
—Esto… —comentó la blanca yegua—, deberías saber que… este es un pueblo minero de joyas… y…
—Sí, lo sé —interrumpió Shiny Eyes—, por eso no me voy a quedar mucho tiempo aquí. En cuanto la herrero arregle el carrito me marcharé a buscar suerte en Canterlot. Por cierto, quisiera preguntarte algo y espero que no te lo tomes a mal: llevo ya varios años en la joyería pero nunca he oído hablar de estas minas. Sin embargo, Shadow Hammer dice que son muy famosas, ¿cómo puede ser?
—¡Ah! Es muy fácil —Knowledge se rió—. Estas minas fueron famosas hace décadas. Ahora prácticamente han caído en el olvido porque las joyas que se extraen son cada vez son más pequeñas. Todavía quedan gemas gigantescas ahí dentro, incluso del tamaño de dragones adultos, pero no se pueden sacar de una pieza. Hay que romperlas antes haciendo que pierdan muchísimo valor. Son gemas parecidas a las que sacaría cualquier unicornio de una veta de superficie, que con suerte podrían adornar un espejo en la casa de un aristócrata de Canterlot, así que cada vez nos tienen menos en consideración. Ningún unicornio de aquí conoce un hechizo para reparar una gema rota y no hay suficientes unicornios en el pueblo para sacar una entera con su magia. De hecho, si todos los ponis de tierra, pegasos y unicornios que viven aquí ayudasen en la tarea, tampoco sería posible sacarla intacta. Es una pena, porque este pueblo lograría volver al esplendor de antaño. Tal vez incluso se hiciese más grande y próspero que nunca. Pero ya ves cuántas casas abandonadas hay, la gente poco a poco se está marchando de aquí. La culpa de todo la tienen esos malditos pegasos —Knowledge entonces se detuvo un momento y reparó en que Shiny Eyes parecía molesta. Sonrió ligeramente, señaló a la ciudad de las nubes y fijó su mirada al cielo—. No, no me has entendido, no me refiero a los pegasos en general, sino a esos pegasos. Verás: ¡Buuuuuuh!
Los habitantes del pueblo giraron entonces sus cabezas para quedarse mirando a la historiadora. Entonces, volviéndolas a girar, las elevaron y abuchearon al unísono a la ciudad elevada. Shiny Eyes se fijó en todos. Ponis de tierra, unicornios e incluso pegasos abucheaban por igual. Knowledge miró de nuevo a Shiny Eyes:
—¿Lo ves? Esos pegasos de ahí arriba no quieren saber nada de nosotros. Se creen demasiado importantes como para dejarse ver aquí abajo. Si ellos quisieran, podríamos sacar entre todos varias gemas enormes a la vez. Pero no quieren mezclarse con nosotros.
—¿Y por qué no sube alguien y se lo pide? —preguntó la joyero con un brillo en los ojos, pues se veía ya como mensajera—. Quizás hablando comprendan la situación y bajen. Si este pueblo tiene problemas, a ellos también les afecta.
—Verás —Knowledge se sentó y adoptó una postura solemne—, hasta hace unos cien años todos vivíamos más o menos en armonía, aunque nosotros éramos vasallos de los pegasos que habitan en esa ciudad de nubes. Nosotros les entregábamos joyas y ellos cuidaban de nosotros y nos proporcionaban lluvia. Todo iba bien hasta que sufrimos un gran ataque por parte de los tigres de piedra para saquear la mina —la historiadora observó la mirada de terror que puso Shiny al escucharlo y trató de tranquilizarla—. No te preocupes, se llaman así porque comen piedra, no porque su cuerpo sea de ese material. En todo caso, les pedimos ayuda, pero nadie respondió. De hecho fue tanta la frustración que, a raíz de aquél capítulo, no se dejó subir a ningún pegaso para hablar con ellos. Lógicamente, ocurrió hace cien años, estamos hablando de nuestros antepasados, pero desde aquel ataque nadie ha ido allí arriba y ellos no han bajado. Ni siquiera salen a formar lluvia. Menos mal que vino desde Canterlot parte del Ejército Real de la Princesa Celestia. Nos salvaron del ataque de esos horribles tigres de piedra. Bueno, a nosotros no, a nuestros antepasados.
Shiny trató de hablar de nuevo, impaciente por su idea, pero Knowledge la interrumpió levantándose de un salto y tirando de ella hacia el otro lado de la calle. Se pararon delante de un puesto callejero formado por cuatro palos de madera y una tabla. La parte delantera estaba cubierta por una tela negra con dibujos de estrellas amarillas y una chistera. Una joven unicornio gris oscuro hacía preparativos, poniendo un sombrero de copa y una varita encima de la mesa, casualmente los mismos motivos de su Cutie Mark. La potrilla, mostrando sus brillantes ojos amarillos y una sonrisa de oreja a oreja, animó a ambas a acercarse.
—¿Quieres ver mi último truco, Knowledge? —dijo—. Creo que esta vez ya lo domino.
Ésta la saludó y asintió sonriendo, a la vez que hizo señales a la dorada pegaso para que le acompañase. La historiadora, seguida de la vendedora de joyas, se acercó al puesto.
—Veréis, voy a sacar un conejo… no… mejor una piedra de esta chistera. No hay ningún conejo por aquí pero piedras tenemos por todos lados. Por favor —señaló a Shiny Eyes—, ¿podrías escoger una piedra que te guste? Es para demostrar que no hay trampa ni cartón. Serás mi ayudante, señorita… ¿cuál es tu nombre?
—Soy Shiny Eyes, y me dedico a…
—Gracias, gracias, Shiny, te llamaré Shiny. Yo soy Flashing —la interrumpió mientras daba un codazo de complicidad a Knowledge—. Nunca se dice el nombre completo de las ayudantes, ya lo sabes…
Knowledge sonrió devolviéndole un guiño, pues lo sabía gracias a las muchas veces que había sido su asistente. Shiny Eyes tomó una piedra parecida a un corazón, aunque le faltaba un trozo. Estaba segura de que no había otra piedra igual en toda la zona. Se lo dio a Flashing, quien la aceptó gustosamente con teatral agradecimiento. La potrilla puso la piedra sobre la mesa, junto a la varita, tomó la chistera con la boca y, dándole la vuelta, con el ala hacia abajo, se lo pasó a Shiny para que lo comprobase. Ésta lo hizo intentando averiguar si había un doble fondo o alguna otra trampa. Una vez satisfecha, devolvió el sombrero a la unicornio.
Flashing, algo angustiada, deseó para sí misma que el truco saliera bien esta vez. Se atusó nerviosa su corta crin azul, con una fina franja rosa que parecía la sombra de su pequeño cuerno. Se armó de valor. Con la boca soltó la piedra dentro de la chistera. Se la escuchó golpear contra el fieltro. Entonces animó a las dos espectadoras para que comprobasen que la piedra seguía dentro. Efectivamente, allí estaba.
—Yeguas y Sementales —exclamó—, me complace presentarles mi último truco mágico: voy a hacer desaparecer esta piedra y después volverá a surgir de las profundidades del abismo de la magia.
—Claro, usando el cuerno y el hechizo de tele-transporte, cualquier unicornio puede hacerlo —susurró Shiny Eyes a Knowledge.
—No, ella no lo hace así —respondió esta—. Fíjate bien.
Flashing tosió para llamar la atención y preguntó si podía continuar. Ambas afirmaron con la cabeza. La unicornio inclinó entonces la chistera para que se volviese a ver la piedra bailoteando en el fondo. Dejó el sombrero en su sitio, sobre la mesa, tomó la varita con el casco delantero derecho y, moviéndose para mostrar sus flancos y ratificar sus palabras, dijo en voz alta:
—Nada por aquí, nada por allá… ¡ALAKAZAM!
Y golpeó el ala de la chistera con la punta de la varita. Cuando Shiny Eyes y Knowledge miraron el interior de la chistera, descubrieron que estaba vacía. La piedra había desaparecido. Entonces, con una sonrisa satisfecha de oreja a oreja, Flashing volvió a enseñar sus flancos y repitió:
—Nada por aquí, nada por allá… ¡ALAKAZAM!
Y volvió a golpear el ala de la chistera con la punta de la varita. Seguidamente la soltó y la dejó rodar unos centímetros sobre la mesa. Tomó la chistera con la boca y la volteó sobre los cascos de Knowledge, que ya sabía qué hacer a continuación. Del interior de la chistera se deslizó una piedra que fue a parar a los cascos de la historiadora. Shiny se fijó en el guijarro. Era el mismo que había escogido poco antes, y así lo testificó con un movimiento afirmativo de su cabeza. En ese momento tanto Knowledge como Flashing se fundieron en un abrazo, con la mesa del puesto entre las dos, contentas por la buena ejecución del truco. Tras las efusiones, Knowledge hizo las presentaciones oficiales:
—Flashing, mi amiga se llama Shiny Eyes, y… verás… fabrica joyas —en ese momento los ojos de Flashing empezaron a brillar, como si hubiese recibido las mejores noticias que podría algún poni esperar—. Shiny, mi amiga unicornio se llama Flashing Hooves. Es la mejor hechicera de trucos mágicos de toda Equestria.
—La mejor y la peor, todos aquí sabemos que no hay ninguna otra hechicera “profesional” de trucos mágicos en toda Equestria… —Flashing mostró una tristeza que cambió enseguida por una cara radiante—, y para seguir siendo la mejor tengo que seguir aprendiendo y fabricando trucos nuevos. Me tienes que dejar ver ese manual que tienes en tu casa, Knowledge.
—Ya sabes que cualquier cosa de mi casa está disponible para ti, Flashing —Knowledge estaba orgullosa de la pequeña unicornio—. Y ahora, si nos disculpas, le seguiré enseñando Northwest Mines Town a Shiny Eyes.
—Por supuesto, por supuesto —y, hablando en voz baja, aunque con suficiente fuerza para que se enterasen en el nivel más bajo de la mina, Flashing replicó—. Por fin lo he conseguido. Por fiiiin. ¡Ah! —Flashing volteó su cabeza, dirigiéndose hacia Shiny Eyes—. Tú y yo, amigas para siempre, ¿de acuerdo?
Shiny asintió, pero agachó la cabeza un poco asustada y abrumada. Knowledge y Shiny Eyes dejaron el puesto rumbo al final de la calle, aunque la historiadora se dio la vuelta para guiñarle un ojo. Flashing se lo devolvió acompañado de una sonrisa.
—¡Y otro truco mágico que consigue a la perfección nuestra hechicera-unicornio Flashing Hooves! —gritó Knowledge a los cuatro vientos.
Todos los ponis en los alrededores giraron la cabeza hacia el puesto de la unicornio y se acercaron cuchicheando, con ganas de ver el espectáculo que volvía a preparar Flashing desde el principio. Shiny Eyes se alegró de que aquella unicornio fuese tan querida allí.
—Knowledge… —exclamó Shiny Eyes, cambiando su expresión—. Estaba pensando que, la verdad, no parece tener mucho mérito la magia que ha hecho Flashing… De hecho, conozco unicornios capaces de lanzar conjuros de tal forma que parece que están haciendo otra cosa… Pero, de todas formas, me ha extrañado cómo ha realizado el truco, con esos movimientos tan raros... Nunca he visto nada parecido. Así que dime… ¿Cómo lo ha hecho?
—Eso es lo bueno, que no se sabe cómo lo hace —Knowledge sonrió—. Por eso es tan fantástica en los trucos mágicos. Además se gana la vida así, animando y sorprendiendo a todo el mundo, por eso se esfuerza tanto —e hizo una pausa para medir sus palabras—. Verás, Flashing no puede usar la magia. No sabe.
—¿Cómo que no sabe? ¿Acaso no es la magia algo propio de los unicornios, incluso a corta edad, como lo es la Cutie Mark para todos los ponis?
—Sí, eso es cierto... casi siempre. Pero cada cierto número de generaciones hay un unicornio que nace sin magia, y no puede desarrollarla. A ese tipo de unicornios se les conoce como “Unicornios neutros”. Y Flashing es una de ellos —explicó Knowledge.
—¡Auh!… qué pena, pobre potrilla —Shiny se puso triste.
—No te preocupes, Flashing es muy fuerte —la historiadora sonrió—, seguramente más de lo que nunca seremos nosotras. En vez de desanimarse, ha elegido hacer este tipo de “magia” para sorprendernos y animarnos a todos. Mira atrás, ahí la tienes asombrando a todos. Lo dicho, es mucho más fuerte de lo que imaginamos.
Estaban llegando ya a las últimas casas del pueblo cuando Knowledge se paró.
—Bien —dijo la historiadora, señalando la siguiente casa—. Ese edificio es el hostal, y aquí es donde vivo yo. ¿Te apetece tomar un té? Me interesaría conocer tu historia, y tal vez pueda ponerte al día de lo que sucede por aquí —exclamó. Shiny lo agradeció de veras, pues no había comido en horas.
Ésta se quedó sorprendida por la decoración. En la pared izquierda había una inmensa cantidad de libros de todos los tamaños y también papiros. En el muro de enfrente, según se entraba al edificio, había retratos de todos y cada uno de los ponis de tierra, unicornios y pegasos que vivían en Northwest Mines Town. Pero lo que más sorprendió a Shiny estaba en la pared de la derecha: un tapiz inmenso que recreaba una lucha entre unos ponis alados, junto a otros con cuernos, contra unos seres de color aguamarina con grandes colmillos.
—Representa la batalla de la que te hablé —explicó la historiadora—. Éstos, los ponis, son los guardianes del Reino de Equestria, enviados desde Canterlot; y éstos otros, los monstruos, son los tigres de piedra que atacaban Northwest Mines Town día sí y día también. Aquí arriba, en esta esquina del tapiz, está la ciudad de nubes. Como puedes observar, no hay ningún pegaso bajando. De hecho —tomó una lupa—, si te fijas en la ciudad, no verás pegaso alguno haciendo tareas ni asomándose. Tal fue el desprecio que nos hicieron. Pero en fin, son cosas del pasado, aunque si yo pudiese volar, hace tiempo habría subido a decirles cuatro cosas.
Se dirigieron a otra habitación. Al llegar al umbral, Shiny Eyes se quedó petrificada. Las cuatro paredes estaban repletas de lanzas, mazos, látigos y otras armas. Incluso había dos pequeños cañones apuntándose entre sí. Y todo estaba acompañado de carteles indicando qué tipo de arma era, la fecha histórica de su existencia y un resumen de sus características. Knowledge se rió y le explicó que estaban todas inutilizadas. Era historiadora, y estas armas eran parte de la Historia de Equestria.
—Cierto es que pertenecen a una parte muy oscura de ella, pero a veces la Historia es oscura —exclamó—. Son lo que fuimos, son lo que somos y, si los olvidamos, serán lo que seremos. Por eso las colecciono, para no olvidar jamás…
Shiny Eyes asintió y su rostro se relajó. Algo le decía que Knowledge no era peligrosa. Es más, ese algo le decía que podría llegar a ser una buena aliada, o incluso una gran amiga. Esa forma de quitar importancia a la contemplación de algo tan terrorífico como un arsenal era algo a tener en cuenta, y de forma muy positiva.
—Bueno —aclaró la blanca poni de tierra—, muchas de estas armas son réplicas hechas por Shadow Hammer, con su sello de calidad, aunque otras son auténticas…
Shiny se fijó en una repisa vacía. Únicamente contenía un paño para evitar que el polvo se acumulase, y una pequeña nota ilegible a esa distancia, lo que hizo que se acercase.
—¿Elementos de la Armonía? —estaba a escasos centímetros de la nota. Su cara denotó preocupación—. El caso es que me suena muchísimo.
—Eso es algo que espero tener en un futuro —Knowledge se ruborizó—, cuando ya no sea necesario. Bueno, más bien son “seis Elementos” lo que espero tener pronto —la historiadora bajó la mirada hacia el suelo y empezó a rozar su casco contra el suelo—. Son aquellos con los que las Guardianas de los Elementos vencieron a Nightmare Moon…
—¡Uy! —Shiny se sorprendió—, entonces seguramente estén a buen recaudo en el Palacio de Canterlot bajo la atenta mirada de la Princesa Celestia, custodiada por cien leales soldados y encerrada bajo mil llaves… ¿No sería más cauto hacer unas copias de esos Elementos?
—Ese es el problema —la historiadora seguía preocupada—. Salvo la Princesa Celestia, la Princesa Luna y las seis Guardianas de los Elementos, nadie en Equestria sabe ni siquiera qué son exactamente. La única forma de completar mi colección es viendo con mis ojos esos Elementos de la Armonía. Pero desde Northwest Mines Town, veo extremadamente difícil tener acceso a esas armas. Incluso he enviado peticiones a Palacio para que hagan dibujos o fotografías, pero parece ser que todos los permisos son denegados por la Princesa Celestia, para evitar que se hagan imitaciones que puedan ser encantadas y creen un caos en Equestria.
—Es comprensible que no dejen hacer imitaciones. Imagina que una malvada unicornio muy poderosa tiene acceso a una de esas imitaciones y crea unos Elementos de la Desarmonía, tan poderosos como los originales. Sería un peligro para todos.
—Lo sé, lo sé —Knowledge alzó la mirada—. Es algo que no puedo reprochar en absoluto a la Princesa Celestia. Por eso las copias serían imperfectas intencionadamente. De todas formas, la única forma que se me ocurre para obtener información es rogando a la Princesa, y para ello tendré que ir a Canterlot a pedir humildemente una audiencia real —la historiadora miró hacia el cielo a través de la ventana—. Es muy tarde. Vamos a tomarnos ese tentempié que te prometí.
* * *
La noche hacía su aparición cuando Shiny Eyes salió de la casa. Se despidieron y se dirigió hacia el hostal, mirando a su alrededor: Northwest Mines Town estaba agonizando y, de seguir así, en unos pocos años se convertiría en un pueblo fantasma. Una pena, pues la mina aún podía dar mucho de sí. Quizás ella tuviese la solución a ese asunto. Además estaba cansada de ir de un lado para otro intentando vender sin éxito las joyas de su carrito. Miró tristemente hacia la herrería y vio su carro atado con cadenas a la pared. “Por lo menos no me tengo que preocupar de que me roben las joyas, pues es mucho más fácil entrar en la mina y coger una joya más grande y de mejor manufactura sin esfuerzo”, pensó.
Entró en el hostal y vio tras el mostrador la espalda de un poni de tierra amarillo brillante que ordenaba unas cartas. Tenía una morada crin repeinada y una Cutie Mark que mostraba un timbre de hotel. Delante del mostrador aguardaba una pegaso de color amarillo pálido. Lucía una crin color lavanda y recogida dentro de un casco de aviador con las gafas sobre la visera, dejando ver sus verdes ojos. Portaba unas alforjas que hacían juego con el color del pelaje, tapando por completo su Cutie Mark. Junto al cierre de las alforjas, estaba el logotipo cosido de la empresa de correos de Equestria. Definitivamente era la cartero de Northwest Mines Town.
—Buenas noches, quisiera una habitación —dijo Shiny Eyes, adelantándose un poco.
—Lo lamento, señorita —el hotelero ni siquiera se dio la vuelta—. Estamos completos.
—¿Completo? Pero si… —Shiny Eyes agachó la cabeza—. Y ahora, ¿qué hago? —dijo en voz baja.
—Ya te dije que no era buen momento para hacer reformas —la pegaso-cartero miró de forma un poco autoritaria pero compasiva al hotelero, que ya se había dado la vuelta y miraba con sus agradables ojos azules.
—Sí, lo sé, Feather, pero había que hacerlas en el piso de arriba, se estaba cayendo a pedazos. Y algún día podría ocurrir una desgracia… ¡Ya sé! —el hotelero miró a Shiny Eyes y seguidamente devolvió la mirada a la cartero—. ¿Por qué no habilitáis una casa vacía para que la señorita pueda pasar la noche? De verdad que no tengo ninguna habitación libre.
—Siempre la misma historia, Disarming. Nunca haces nada por ti mismo —la pegaso-cartero frunció el ceño mirando fijamente a los ojos del hotelero—. Y no sé cómo lo haces, pero siempre consigues lo que quieres…
—No os peleéis, por favor —Shiny Eyes se adelantó un poco, mirando alternativamente a la pegaso y al poni de tierra.
—Por favor… —Disarming sonrió de oreja a oreja, mezclando una expresión infantil, agradable, despreocupada y a la vez malvada.
Era una sonrisa realmente encantadora. Shiny Eyes nunca había visto nada igual y dejó correr sus ensoñaciones. Tenía ganas de abrazar a ese poni de tierra y ponerle suavemente la cabeza sobre el regazo, mientras le acariciaba la crin. Incluso...
—¡Está bien! ¡Lo haré! —la pegaso-cartero sacó a Shiny Eyes de su trance—. Pero por favor, deja de hacer eso, sabes que no me gusta cómo me siento cuando pones esa cara. Y a pesar de saberlo, sigues haciéndolo. Cuando te dije antes que no sabía cómo lo haces, era mentira. Así es como lo haces. Con esa estúpida expresión siempre logras que todo el mundo haga lo que quieres. Y es aún más efectiva si tus víctimas son yeguas.
Tomando de un casco a Shiny Eyes, que no quería perderse la sonrisa que aún emergía de la cara de aquel adorable poni, salieron fuera del hostal. Una vez en la calle, la pegaso la miró fijamente a la cara:
—¡Eoh, Eoh! —la cartero agitó sus cascos delante de Shiny—. Estás en la calle, ya no estás ahí dentro. Vuelve en ti —volvió la mirada hacia el hotel—. Este Disarming Smile es todo un caso. Menos mal que es un buen poni y no tiene mala intención, que si no… Bueno, ¿dónde están mis modales? Soy Fast Feather y, como habrás supuesto por mi indumentaria y sobre todo por este dibujo —señaló el logotipo de las alforjas—, soy una pegaso-cartero de Equestria.
—En… encantada —Shiny todavía seguía bajo el influjo de la angelical sonrisa—. Yo soy Shiny Eyes y he tenido un día horrible. Soy vendedora de joyas y… —sonrió ligeramente, presa del nerviosismo— y… he recalado en este curioso pueblo. Al comprender que no tenía posibilidad de vender nada, he intentado salir, pero se me ha averiado el carrito… y ahora no hay habitaciones… y encima tengo que molestar a los demás para que me ayuden.
—No te preocupes —Feather sonrió—. Ayudarte con la casa no me supone ningún problema. Lo que me ha molestado ahí dentro ha sido cómo me lo ha pedido. Y pensar que aún sigo cayendo en su influjo —Fast Feather pateó el suelo de la frustración—. Ya sé lo que haremos, ¿te parece bien que elijamos una casa vacía y entre unos cuantos lo adecentemos para que te puedas quedar unos días? Incluso te dejaremos los enseres que puedas necesitar.
—¡Oh, muchísimas gracias! —la mirada de la joyero se volvió más brillante que nunca, embargada por la emoción y el agradecimiento.
—Vamos pues —la cartero empezó a andar hacia el centro del pueblo—. No quiero que la primera noche aquí la pases al raso.
Las dos pegasos se dirigieron a una casa que estaba un poco más cerca de la mina. Una vez allí, Fast Feather hizo ademán de llamar a la puerta, pero antes de hacerlo se giró hacia Shiny Eyes y le advirtió en voz baja que no se asustase y que se colocara al lado derecho de la entrada. No sin antes suspirar, la pegaso-cartero llamó a la puerta.
—Ya voy, ya voy —sonó una voz femenina dentro de la casa. Se oyeron pisadas dirigiéndose a la puerta y Fast Feather volvió a llamar—. Que ya voy, qué impaciencia, ni que fuese una pegaso para abrir tan rápido —Fast Feather sonrió y se dispuso a llamar por tercera vez, pero las pisadas habían cesado y la puerta comenzó a abrirse.
Shiny Eyes emitió un hipido de asombro: en el umbral de la puerta estaba una unicornio, aunque realmente ya no tenía mucho de ello. Su cuerno estaba roto casi por la base. Entonces se dio cuenta de que la protuberancia, además de rota, estaba limada. La unicornio era de color rosa, un rosa precioso. Su crin era blanca y muy larga, aunque Shiny Eyes no podía precisar su longitud, pues apenas veía el costado de su cabeza, aunque sí podía ver perfectamente ese ojo de un deslumbrante iris rojizo que miraba fijamente a la pegaso-cartero. Ese ojo hacía que Shiny Eyes se sintiese inquieta.
—Buenas noches, Gentle Colors —dijo la pegaso—. Sé que seguramente estás con la meditación, pero necesitamos tu ayuda.
El ojo rojo de Gentle Colors se movió ligeramente, escrutando a Shiny Eyes, aunque la cabeza siguió fija al frente, lo que hizo que la joyero se estremeciese.
—¿Para qué necesitáis mi ayuda? —el ojo de Gentle Colors seguía analizando a Shiny Eyes.
—Verás —explicó Feather—, mi amiga, aquí presente, necesita un sitio donde pasar la noche y Disarming Smile está completo.
—Ese bobalicón siempre tiene el hostal completo, no es ninguna novedad —respondió Gentle Colors, mientras su ojo seguía fijo en Shiny Eyes, aunque el resto de su cara cambió de expresión, siendo ahora más indulgente con ella.
—Me ha pedido adecentar una casa vacía para que ella no duerma a la intemperie —la pegaso-cartero sonrió.
—Te habrás negado, ¿no? —preguntó Gentle, mirando de nuevo a la cartero—. Que ese hotelero duerma en el suelo por una vez en su vida y deje su habitación libre para ella —el inquisitivo ojo de la unicornio volvió a fijarse en Shiny durante un instante.
—Sí, bueno… —Feather miró al suelo, avergonzada—, me negué al principio. Pero él usó “la Expresión” conmigo. Y tuve que acceder para que lo dejara de hacer. ¡Pero que conste en acta —la pegaso-cartero elevó la pata delantera izquierda y el casco de la otra pata delantera se la colocó sobre el corazón, haciendo un juramento— que ya no me afecta en absoluto! De hecho tuve que hacerlo porque vi que afectaba demasiado a otra yegua que estaba allí —entonces miró hacia Shiny, al igual que lo volvió a hacer el ojo de Gentle.
—Y queréis que yo os ayude a adecentar la casa, ¿no? —preguntó la unicornio.
—Eso es, siempre las pillas al vuelo, Gentle Colors —Feather puso una cara no haber roto nunca un plato.
—De acuerdo —ésta sentenció—, dejadme un minuto para prepararme. Id mientras tanto a elegir una casa —entonces la unicornio se dio la vuelta, cerrando la puerta.
Eligieron una vivienda un poco más cerca de la mina, en la misma parte de la calle, y empezaron a dirigirse hacia ella.
—Perdonad —un poni de tierra de color marrón y con la crin y la cola del mismo color que Fast Feather se les estaba acercando—, he visto que habéis estado hablando con Gentle Colors y parece ser que necesitáis ayuda. ¿Os puedo echar un casco en algo? —el semental se incorporó y habló con solemnidad—. Si tres son multitud, cuatro pueden ser una fiesta.
Shiny miró extrañada a ese poni de tierra. Estaba segura de que lo había visto antes en algún sitio, aunque no recordaba dónde. Quizás en Canterlot, cuando ella era una potrilla sin Cutie Mark, o puede que en Hoofington, o en Fillydelphia… o hace unos días en Ponyville. Cerró los ojos intentando recordar, pero cuando los abrió una sonrisa recorría su cara. Había comprendido el problema: el aspecto de ese poni era muy común en Equestria. Por todos lados, aquí y allá, habría varios ponis prácticamente iguales. Era el precio a pagar por tener un aspecto tan anodino.
—Por supuesto, Wise Words —Fast Feather sonrió—. Siempre eres bienvenido para ayudarnos a hacer las tareas, y las haces tan bien que da gusto.
—No me halagues tanto —Wise Words miró al suelo, ruborizado—, vas a hacer que me sonroje y que actúe torpemente.
—Tienes razón —la pegaso-cartero se rió—. Por cierto, esta yegua es Shiny Eyes, recién llegada y necesitada de nuestra ayuda.
—Encantada —dijo Shiny Eyes, tendiendo un casco al poni.
—Shiny Eyes, éste “elemento” —Fast Feather golpeó suavemente con el codo el costado del poni de tierra— es Wise Words. Un gran amigo de todos, y muy amigo en especial de Gen…
—¡Para, para! —el semental se puso alerta, mientras sus mejillas se ponían excesivamente rojas—. No sigas, te lo ruego. Si continúas, me daré la vuelta y me iré.
—Sí, para luego volver a los cinco minutos —la risotada de Fast Feather resonó bastante alto—. Porque sabes que “ella” va a estar, es algo que no puedes evitar. Pero tienes razón, no voy a continuar porque te necesitamos y porque siempre me has caído bien. Tus consejos me han servido alguna que otra vez.
Wise Words asintió cerrando los ojos y estrechó el casco de Shiny Eyes. Entonces los tres emprendieron la marcha en silencio en busca de la casa vacía. La joyero se fijó en la Cutie Mark de Wise: un círculo amarillo con una carita feliz parecida a un poni visto de frente, como dibujado por un niño, del que salía un bocadillo de escritura y, dentro de él, un corazón rojo también feliz.
Apenas habían llegado a la casa elegida cuando oyeron una tos simulada detrás de ellos, haciendo que los tres se giraran al unísono. Gentle Colors estaba allí, volteada hacia su izquierda, de tal forma que solo se le veía el costado derecho. Shiny Eyes se extrañó sobremanera. Quizás fuese la iluminación, pero juraría que Gentle Colors antes era de color rosa. Sin embargo, el color que veía ahora en la unicornio era el de un vivo naranja. Fast Feather miró a Shiny Eyes y le susurró sin apenas voz que no se asustara. Shiny Eyes volvió a mirar a Gentle Colors y observó su larga crin, totalmente blanca, que ondeaba al viento, y su Cutie Mark, que estaba formado por dos partes divididas por una diagonal ascendente, siendo el dibujo de la parte superior izquierda una luna blanca en cuarto menguante, y el de la parte inferior derecha un radiante sol amarillo.
—Mirad a quién he encontrado por el camino —dijo Gentle Colors con un gesto serio.
A su lado había un poni de tierra de cuero color verde, y era el motivo por el que ella estaba girada. Éste empezó a mirar a todos lados, moviendo sus pequeños y verdosos ojos de una manera rápida y constante durante unos pocos segundos. Después volvió a fijar sus iris al frente, totalmente impasible.
—Sí, puedes ayudarnos, Look Talker —Fast Feather asintió agradecida—. Nos vendrá muy bien tu ayuda.
El poni verde volvió a mirar, esta vez hacia la Cutie Mark de Shiny Eyes. Ésta se dio cuenta al momento e instintivamente se movió ruborizada, intentando ocultar su costado. Entonces Look Talker volvió a mover los ojos hacia todos lados.
—Sí, tienes razón —Wise Word dijo con rapidez, dejando notar nerviosismo—. Los colores de su Cutie Mark y los de su cuerpo curiosamente coinciden. Los aros dorados lo hacen con el color de su cuero, los chatones blancos prácticamente coinciden con el color de sus claros ojos y los rubíes son tan rojos como su crin.
Shiny Eyes se veía abrumada y completamente desconcertada al haberse convertido en el centro de atención. Bajó la mirada y quiso acabar con todo. Quería acostarse ya y dormir. Estaba muy cansada, tanto física como anímicamente.
—Por favor, por favor, estáis asustando a nuestra invitada —dijo Gentle Colors, que miraba de frente a Shiny Eyes.
Lo que vio la vendedora de joyas, al alzar la mirada de nuevo, nunca lo habría imaginado. Gentle Colors era una unicornio totalmente singular. Su parte izquierda era rosa, pero su parte derecha era naranja, cuya unión a lo largo de su cuerpo coincidía en perfecta simetría. En la cabeza de Shiny Eyes resonaba la imagen de la cabeza de Fast Feather diciendo “No tengas miedo”, alternándose con la imagen de la cabeza de Gentle Colors cada vez más cerca… e hizo lo único que no quería hacer: se rió locamente, en alto, de forma histérica. Gentle Colors alzó su mentón mirando hacia Fast Feather, que respondió a su vez con una sonrisa y un encogimiento de hombros.
CONTINUARÁ...
Por cierto, el capítulo ya está escrito. De hecho ahora mismo estoy escribiendo el capítulo 1x13, aunque el 1x16 ya lo escribí.
Espero que os guste leerlo tal como me ha gustado a mí escribirlo. Y feliz año nuevo a todos
Nota de Editado: Os pongo dibujos de todos:
Spoiler:
Disarming Smile (el hotelero)
Fast Feather (la pegaso-cartero)
Flashing Hooves (la prestidigitadora)
Gentle Colors - Parte izquierda
Gentle Colors - Parte derecha
Look Talker (el que no puede hablar)
Magic Sales (la vendedora de artículos mágicos y no mágicos)
Muffled Yell (la jefa de mineros)
Shadow Hammer (la herrero)
Shiny Eyes (la joyero y "protagonista" de este capítulo)
Undying Knowledge (la historiadora)
Wise Words (el que dice frases)
IMPORTANTE
Leed primero viewtopic.php?f=11&t=997&start=90#p203653
Aquí están los links:
DROPBOX
Spoiler:
Capítulo 1x01 - https://www.dropbox.com/s/1skho52ajqaxh ... 201x01.pdf
Capítulo 1x02 - https://www.dropbox.com/s/8ackq8isw9eyf ... 201x02.pdf
Capítulo 1x03 - https://www.dropbox.com/s/b46ovmcchae2b ... 201x03.pdf
Capítulo 1x04 - https://www.dropbox.com/s/l8fytiucu8ik2 ... 201x04.pdf
Capítulo 1x05 - https://www.dropbox.com/s/q931jufcgjk7s ... 201x05.pdf
Capítulo 1x06 - https://www.dropbox.com/s/cbyv7j3k9fnhg ... 201x06.pdf
Capítulo 1x07 - https://www.dropbox.com/s/yw51nsjqrsot7 ... 201x07.pdf
Capítulo 1x08 - https://www.dropbox.com/s/a0ggd5g42dt63 ... 201x08.pdf
Capítulo 1x09 - https://www.dropbox.com/s/16ars94f29m7w ... 201x09.pdf
Capítulo 1x10 - https://www.dropbox.com/s/q5h7cs5kn4tsy ... 201x10.pdf
Capítulo 1x11 - https://www.dropbox.com/s/tvyr948w6smyv ... 201x11.pdf
Capítulo 1x12 - https://www.dropbox.com/s/vckeh6udfw3kd ... 201x12.pdf
Capítulo 1x13 - https://www.dropbox.com/s/qtm1evnlixhib ... 201x13.pdf
Capítulo 1x14 - https://www.dropbox.com/s/0jk5jkd3yr3ri ... 201x14.pdf
Capítulo 1x15 - https://www.dropbox.com/s/ldu69jg8msoa8 ... 201x15.pdf
Capítulo 1x16 - https://www.dropbox.com/s/i3mxrbwfyws1e ... 201x16.pdf
Capítulo 1x02 - https://www.dropbox.com/s/8ackq8isw9eyf ... 201x02.pdf
Capítulo 1x03 - https://www.dropbox.com/s/b46ovmcchae2b ... 201x03.pdf
Capítulo 1x04 - https://www.dropbox.com/s/l8fytiucu8ik2 ... 201x04.pdf
Capítulo 1x05 - https://www.dropbox.com/s/q931jufcgjk7s ... 201x05.pdf
Capítulo 1x06 - https://www.dropbox.com/s/cbyv7j3k9fnhg ... 201x06.pdf
Capítulo 1x07 - https://www.dropbox.com/s/yw51nsjqrsot7 ... 201x07.pdf
Capítulo 1x08 - https://www.dropbox.com/s/a0ggd5g42dt63 ... 201x08.pdf
Capítulo 1x09 - https://www.dropbox.com/s/16ars94f29m7w ... 201x09.pdf
Capítulo 1x10 - https://www.dropbox.com/s/q5h7cs5kn4tsy ... 201x10.pdf
Capítulo 1x11 - https://www.dropbox.com/s/tvyr948w6smyv ... 201x11.pdf
Capítulo 1x12 - https://www.dropbox.com/s/vckeh6udfw3kd ... 201x12.pdf
Capítulo 1x13 - https://www.dropbox.com/s/qtm1evnlixhib ... 201x13.pdf
Capítulo 1x14 - https://www.dropbox.com/s/0jk5jkd3yr3ri ... 201x14.pdf
Capítulo 1x15 - https://www.dropbox.com/s/ldu69jg8msoa8 ... 201x15.pdf
Capítulo 1x16 - https://www.dropbox.com/s/i3mxrbwfyws1e ... 201x16.pdf
MEGA
Spoiler:
Capítulo 1x01 - https://mega.co.nz/#!NQEQ2aZY!FvkM48Eht ... -MQWtgY9rs
Capítulo 1x02 - https://mega.co.nz/#!wZMgRDwL!rH0XA0Zqw ... nl7RIOwnEU
Capítulo 1x03 - https://mega.co.nz/#!kdt23DyZ!3VAssQAgg ... 1HveCq6LQM
Capítulo 1x04 - https://mega.co.nz/#!0I9G3YBA!5kt_BLYao ... DnOtIxYTkA
Capítulo 1x05 - https://mega.co.nz/#!gUdzGapY!L2IWzCB_D ... GkR2WqOUus
Capítulo 1x06 - https://mega.co.nz/#!5dtXQToa!Q7kzYyS5D ... NhVDJN2qBY
Capítulo 1x07 - https://mega.co.nz/#!wcsCkDRK!BaiXEkqme ... 27gRkw8nn0
Capítulo 1x08 - https://mega.co.nz/#!hY1x3KRL!18Dgzgv09 ... yRo6XzS3nA
Capítulo 1x09 - https://mega.co.nz/#!1NVXHQIZ!xurZYC75y ... SRx708lNSQ
Capítulo 1x10 - https://mega.co.nz/#!ARcVwK5T!R38CxdabL ... WFn94tdnds
Capítulo 1x11 - https://mega.co.nz/#!REtimCbT!cxrZNf267 ... q2U3KJY9v0
Capítulo 1x12 - https://mega.co.nz/#!sNFmmDCC!fIGvkbIh0 ... z_iy4czJs8
Capítulo 1x13 - https://mega.co.nz/#!1It3yAYJ!lEvgNyQuU ... xiX1dJpu6Q
Capítulo 1x14 - https://mega.co.nz/#!cA0H2T6I!obkkK2edG ... G3Vx9N3zNE
Capítulo 1x15 - https://mega.co.nz/#!4c1iiYzZ!Z75a_KrEW ... e4kCvx12b8
Capítulo 1x16 - https://mega.co.nz/#!tAcmnBTZ!wKJjNE4Sj ... ooPjvg_qA4
Capítulo 1x02 - https://mega.co.nz/#!wZMgRDwL!rH0XA0Zqw ... nl7RIOwnEU
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Capítulo 1x06 - https://mega.co.nz/#!5dtXQToa!Q7kzYyS5D ... NhVDJN2qBY
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Capítulo 1x09 - https://mega.co.nz/#!1NVXHQIZ!xurZYC75y ... SRx708lNSQ
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Capítulo 1x14 - https://mega.co.nz/#!cA0H2T6I!obkkK2edG ... G3Vx9N3zNE
Capítulo 1x15 - https://mega.co.nz/#!4c1iiYzZ!Z75a_KrEW ... e4kCvx12b8
Capítulo 1x16 - https://mega.co.nz/#!tAcmnBTZ!wKJjNE4Sj ... ooPjvg_qA4
FANFICTION
Muchas gracias y perdón por las molestias.
Nota de editado: Capítulo 1x11 resubido con unos cambios. También se refleja en el post correspondiente.