Dos jóvenes de 22 y 17 años, llamados Kanako y Kaku respectivamente, se encontraban hablando en un consultorio médico, aunque no era ninguna consulta, ya que cerraban a las 6:00 PM y ambos eran conocidos y amigos del pueblo.
Al parecer, Kaku había notado a Kanako triste y ausente, y estaba animándola e intentando conocer que ocultaba.
-Está bien, te contaré algo, aunque prometí no volver a hablar de ello.- La chica bajó la cabeza con una expresión triste.
-Te escucho.- Contestó Kaku con seriedad.
-Esto sucedió hace 5 años… en aquella noche de verano que no quiero recordar…-
-No te fuerces si no quieres.-
-No te preocupes… siento que es algo que debo contarte…. Por ella.
-S-sí.- Contestó el joven con voz dudosa.
-En aquel entonces tenía 17 años… mi hermana Sanae tenía 16… ella fue con un joven de su misma clase. Me acuerdo, que ese día íbamos al parque de atracciones. Ella me invitó a ir, pero tenía una cosa que hacer y llegué tarde….- Los ojos de Kanako se empezaron a humedecer, y su voz empezó a temblar.-ella estaba esperándolo…-
7 de julio de 2006. 15:36 PM.
Me encontraba haciendo las compras con mi hermana pequeña en el supermercado… ella escogió su comida favorita; curry.
-¡Realmente no puedo esperar para comerlo esta noche!.- Dijo con su usual modo alegre.
-Ya veo.- Contesté fríamente.
La sonrisa de Sanae cambió a una expresión triste. No debí haberle contestado así… yo… la amo. Tan solo… siento que me he vuelto fría estos años… soy todo lo contrario a ella.
-¿Te ocurre algo?- Dijo ella, preocupándose por mi.
-No, olvida eso,- Reí. –Como sea, ¿siempre te ha gustado el curry, no es así?- Le pregunté.
-¡Sí!- Contestó con excitación. –El curry es la comida favorita de Sanae. Siempre procuro comerlo una vez al mes… aunque el mes pasado no lo comí, así que realmente Sanae está deseando comerlo esta noche… cuando llegue a casa.- Sanae sonrió.
Usualmente, ella se refería a si misma en tercera persona…
-Ya veo… te prepararé el mejor curry que hayas probado, te lo prometo.- Le dije con una sonrisa en la cara…. Pero quizás nunca debí decir eso.
-Oye, hermana, ¿vendrás con nosotros al parque de atracciones? Solo estará hasta mañana.-
-Mmmmm…. ¿Que no es una cita entre tu y Makoto?.- le dije, riéndome de ella.
-¡NO!- Sanae se sonrojó. –Él es un idiota.-
-Como puedes decir eso con una sonrisa en tu cara… bueno, está bien, iré esta tarde.- Le contesté.
-¿De verdad? ¿Me lo prometes?- Ella empezó a dar saltos de alegría.
-Te lo prometo, iré esta tarde… aunque no es algo para que estés tan feliz, ¿no?- Le pregunté.
-Todo lo contrario.- Me respondió. –Casi nunca compartimos tiempo juntas por lo nuestros padres, así que Sanae está realmente feliz.-
-Tienes razón… últimamente me he vuelto arisca y distante.-
-¡Eso no es cierto!- Exclamo mi hermana pequeña. –Si te hubieses vuelto distante y lejana, no irías con nosotros.- Ella sonrió.
-Supongo-.
De repente, alguien llamó a la puerta.
-Ah, debe ser Makoto, bueno, hermana, te veo esta tarde.-
-Vale, te llamaré.- Le contesté.
Luego vi como se iba… su silueta fundiéndose con la luz del sol, sus pisabas haciéndose cada vez más distantes… pero… no podía hacer nada… yo no sabía nada….
7 de julio de 2006. 19:22 PM
Se me había hecho tarde… seguramente, mi hermana pequeña volvería a las 8, para la cena, pero… se lo prometí… que iría con ella.
Tenía un recado que hacer con un amigo, y se me fueron las horas, así que salí corriendo hacia el parche de atracciones.
Ya estaba cerrando… casi todas las atracciones estaban cerradas, y ya casi no había nadie, solo permanecía abiertos algunos puestos de comida y las atracciones de parejas.
Contacté por teléfono a mi hermana pequeña, y, casi al instante, llegó hasta donde estaba yo.
-Llegas tarde.- Contestó extrañada.
-Lo siento… tuve que hacer algo, y cuando me di cuenta…!Lo siento!-
-No te preocupes… al fin y al cabo estás aquí con Sanae… comamos algodón de azúcar.-
A pesar de decirme eso, la notaba triste. Así que le dije algo… algo que nunca debí decir…
-Si quieres… mañana estaré todo el día contigo… en este parque.-
-¿De verdad?- Su cara se alegró enseguida. –¡Gracias, hermanita! Sanae está muy feliz-
-Por cierto… ¿y tu amigo?- Le pregunté.
-Él… fue al baño, ¡ah!-. Dijo como si se percatara de algo. –Ahí viene.- Dijo, señalando a una silueta.
La silueta era sin duda la de Makoto. Un chico bajito, y delgaducho, que siempre llevaba una boina en la cabeza, como la de los conductores de taxis.
-Lo siento, había bastante cola en el baño.- contesto el chico, con su usual voz aniñada.
-No pasa nada.- Contestó mi hermana.
De repente, sentí un horrible aire frío… algo que nunca jamás sentí antes… algo que me hizo temblar.
-¿Estás bien?- Me preguntó Makoto.
-S-sí.- Le contesté con una voz temblorosa… realmente estaba bien, solo que ese frió repentino… fue como una señal de mal augurio. Aunque no les conté nada.
Miré el reloj y ya eran las 19:35. Faltaban 25 minutos para que el parque cerrara por completo.
-Bien, vayamos a alguna atracción rápido, esto va a cerrar.-
-Sí.- Contestó Makoto.
-Realmente, Sanae quiere montarse a aquello con su hermanita.- Dijo mi hermana pequeña, señalando a una atracción que decía “Túnel de la amistad”
-Pero… ya está cerrado ¿No?-
-No te preocupes, le prometiste a Sanae que irías con ella mañana ¿no?- Dijo Ella, muy feliz
-Sí.- Le contesté.
-Bueno, vayamos al puesto de algodón. Dijo Makoto.
-Te pondrás gordo.- Le dije yo, burlándome de él.
-Vaya, hermanita, no seas tan cr---.
De repente.
La voz de Sanae se quebró, y su rostro se transformó de alegría a absoluto dolor.
-Aaah… q-q-n-….- Sanae empezó a intentar hablar, pero no podía…
No podía respirar… Su cara se estaba poniendo palida, y sus rodillas callerone n el suelo… ella empezo a agarrarse la garganta…
-Sanae, ¿Qué te pasa? ¡SANAE!- Gritaba Makoto…
La cara de Sanae… de mi hermana pequeña… usualmente alegre…. Estaba palida… y su rostro expresaba un dolor infernal.
Ella… estaba muerta. Lo supe desde el momento en el que sus ojos se empezaron a poner en blanco y cayó sin fuerzas al suelo, temblando violentamente.
Yo no pude hacer nada… estaba paralizada… aterrada… aun si quisiera moverme… no podía…
-¡SANAEEEEEE!- Makoto, su mejor amigo, gritaba sin poder parar la cascada de lagrimas que atravesaba sus mejillas…
Yo estaba paralizada… cuando quise darme cuenta… estaba en una esquina de mi habitación… con mis ojos secos… mi madre me dijo que había pasado una semana… ella tenía grandes ojeras y voz temblorosa… yo no podía hablar… me dolía….
Ya había pasado los días del funeral y del entierro, pero yo no me di cuenta… yo… era como un muerto viviente… No había comido nada… ni bebido nada… ni me había movido… ni para ir al baño… era como si mi cuerpo se hubiese detenido durante días.
Mi madre me dijo, que la razón por la que no podía hablar, era porque me puse a gritar… muy fuerte… sin parar… esperando que todo fuese un mal sueño… pero… pero… no lo era… grité hasta que mi voz se quebró y me perdí el sentido…
7 de julio de 2011. 20:36 PM.
-Esa es la historia…- En ese momento Kanako rompió a llorar de manera violenta.
-Ya… veo…- Kaku también tenía lagrimas en sus ojos.
-Yo me hice medico por esa razón… no pude salvar la vida de mi hermana pequeña…-La voz de Kanako estaba rota, pero continuó hablando. -…Así que al menos, quiero salvar vidas…-
-Quizas…- Kaku empezó a sollozar… -Ella te haya estado esperando…- durante todo este tiempo.-
-Vaya… ¿Te has emocionado?- Eres una buena persona pero… como ya te dije… no hay manera… de que pueda acercarme a ese lugar…. Cada vez que me acerco…- Kanako empezó a estremecerse. -…Siento una opresión en mi pecho…-
-Iré contigo… han pasado 5 años… ella estará deseando verte…-
Kanako dejó de llorar y puso una cara seria.
-¡¿Qué demonios sabes tu?! ¡Ni siquiera estabas en el pueblo cuando eso ocurrió! ¡Deja de jugar conmigo!- Gritó muy enfadada.
-Porque… la vi en el parque… siento que ella no podrá descansar hasta que te encuentres con ella. ¡Por favor, déjame acompañarte al parque!-
-Eres un crío insolente, ¿no?... está bien, iré… pero si esto es una broma… no te lo perdonaré, jamás…-
-Gracias… ¿nos vamos?-. dijo Kaku.
Ambos salieron de casa, en dirección al parque de atracciones. Kaku miró su reloj, y vió que eran las 9:00 de la noche, una hora en la que el parque estaba cerrado y no había nadie.
En ese momento recordó el “pasadizo secreto” que le enseño Sanae, un pasadizo que sería ideal usarlo ahora, ya que todas las entradas estaban cerradas con llave.
A mitad del camino, cuando la gran noria iluminada de un rojo tenue ya podía divisarse a lo lejos, Kanako paró repentinamente, agarrándose el pecho
-¿Estas bien?- Preguntó el joven.
-Es esta opresión otra vez… no me deja respirar… tal vez no debería haber…---.
-¡Aguanta! Tenemos que ir… si quieres puedo agarrarte la mano… no dejaré que te pase nada, te lo prometo.-
-E…esta bien… ya me estoy tranquilizando…- Dijo mientras su respiración se iba normalizando.
El pasadizo estaba entre unos arbustos, era bastante pequeño, pero ambos podrían pasar con facilidad.
Kaku le hizo una señas a Kanako y ambos se arrodillaron para pasar por la verja ligeramente levantada, oculta entre el verde de los pequeños setos. Kaku se hizo un pequeño rasguño en el brazo, pero nada más interesante pasó hasta que cruzaron al otro lado… el parque estaba vacío, pero misteriosamente, las atracciones estaban encendidas… era como si el parque en sí les estuviera esperando.
Pero allí no había nadie.
-¡IMBECIL! ¡Aquí no hay nadie! Sabía que no podía confiar en ti….- Dijo Kanako con lágrimas en los ojos.
En ese momento, Kaku vio una silueta conocida que le llamaba con la mano… y que salió corriendo.
-No. Ella si está. Sígueme.-
Kaku continuó persiguiendo a esa sombra por el parche, hasta que se paró delante de una de las atracciones. El joven levantó la vista y vio el nombre de la atracción, “Túnel de la amistad.”
-Esto es…- Dijo Kanako, comenzándose a emocionar.
-No, eso no es lo importante… mira quien está delante de ti…-
Como si de repente hubiese aparecido una cosa perdida, Kanako se sorprendió al ver a una silueta… pero no podía ver quien es, ya que la luz de la atracción hacía sombra en su cara.
Kanako empezó a acercarse a esa silueta, pero fue detenida por Kaku.
-Creo que a ella le haría ilusión si la llamases…- le dijo el joven.
Kanako empezó a sollozar, y de su boca salio un nombre…
-¿Sanae?- Preguntó emocionada.
Hubo unos eternos segundos de silencio, hasta que una voz los detuvo… una voz que no era ni de Kanako, ni de Kaku.
-¿Herma… Hermanita?- Dijo esa silueta… que iba acercándose poco a poco, y que se reveló como Sanae.
Kanako rompió a llorar, y, gritando el nombre de su hermana pequeña, corrió a abrazarla.
-¡SANAEEE!-
-Si… Sanae está aquí… hermanita…-
La emoción del momento hizo que el mismo Kaku empezara a llorar.
-Sanae-chan… por fin ella regresó…- Dijo Kaku con una inusual voz temblorosa.
-Sí…- Contestó Sanae emocionada. –Te he estado esperando 5 años… cada día… hasta que regresaras.-
-¡LO SIENTO! Yo no podía acercarme…- Dijo Kanako gimoteando.
-Lo sé… no te preocupes…-
-Además… no pude salvarte…-
-No hubieses podido hacer nada…-Sanae empezó a llorar. –En ese momento, Sanae estaba muy malita, pero ni ella misma lo sabía.-
-Sanae… yo… me hice médica…-
-Lo sé… haces un trabajo admirable… Sanae está muy orgullosa de ti.-
-¡SANAE!- Kanako berreó el nombre de su hermana, abrazándola con más fuerza.
-¿Qué?- Se preguntó Sanae. –Esa falta de respiración constante que sentía Sanae… se está quitando…- Sanae empezó a lagrimear… -Puede que Sanae ya se esté yendo para siempre…-
Kaku y Kanako se impactaron al oír eso…
-¡NO! ¡NO TE VAYAS!- Gritó violentamente Kanako.
-No quiero… irme…- Sanae empezó otra vez a llorar.
-Vamos… subamos a esta atracción… te lo prometí hace 5 años ¿recuerdas?- Preguntó, llorando.
-Te acuerdas… Sanae está muy feliz…- El cuerpo de Sanae empezó a brillar, y a emitir partículas de luz.
-¡NOOOO! ¡Subamos a la atracción…!- Kanako cada vez estaba llorando con más fuerza.
A pesar de que jalaba a Sanae del brazo, ella estaba rígida, con la mano extendida hacia el cielo.
-¿¡Que acaso no era una promesa!? ¡NO TE VAYAS!- Gritó Kanako.
-Está bien… realmente… lo que quería… era despedirme de ti…-
-¡SANAE!- Gritó Kaku en lagrimas.
-Gracias… Kaku… gracias a ti… Sanae…- Sanae dejó de hablar por un momento, y en ese momento, su mano extendida al cielo empezó a evaporarse en millones de partículas blancas. –Vaya… Sanae ya se tiene que ir…- Sanae se emocionó.
-¡SANAE! ¡TE QUIERO! ¡NO TE VAYAAAAAAAAAS!- Kanako empezó a abrazar con fuerza a Sanae.
-Adios… Kanako… mi querida hermana mayor…-
-¡SANAEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!-
En el momento en que Kanako gritó su nombre, Sanae se desvaneció del todo, haciendo que Kanako cayera al suelo, totalmente desconsolada.
Kaku también cayó al suelo, llorando.
Y en ese momento, ambos se acercaron el uno al otro, y se abrazaron, llorando desconsoladamente…
8 de julio de 2011. 7:20 AM
Al día siguiente, Kaku salió de su casa, como usualmente hacía para ir a la escuela, sin embargo, salió más temprano, ya que iba a pasar delante de la consulta para ver como se encontraba Kanako.
A mitad del camino, una extraña perrita blanca comenzó a seguirlo…
-Oye… vete de aquí… fuera, fuera…- Dijo mientas le hacía aspavientos a la perra.
La perra ladró en respuesta.
-Demonios… ¿Qué pasa con esta perrita?-
Eventualmente, el joven y el perrito llegaron a la casa-consulta de Kanako, allí, se encontraba ella, limpiando la entrada, con una cara feliz.
-Hola, Kanako-
-Oh, hola, Kaku... ¿Qué es esto?- Kanako señaló a la perra, que se había acercado a sus piernas. –Que linda.-
-Me lleva siguiendo desde hace rato…- Contestó Kaku. –Como sea, ¿Cómo estas?-
-Muy contenta… me hace feliz que ella esté bien… y ver este perrito, me hace recordar algo muy feliz…-
-Algo feliz… dices…-
Kanako afirmó, y comenzó a contarle una historia del pasado, una historia de hace varios años atrás…
14 de junio de 2001. 16:57 PM
Estaba viendo un anime de fantasmas con Sanae. Recuerdo que era el episodio final, y el protagonista, un fantasma, se reencarnaba en un halcón. Entonces ella me preguntó algo
-Hermanita… ¿crees en la reencarnación?… Sanae sí cree.- Dijo la pequeña.
-Supongo.- Contesté.
-¿En que animal te quisieras reencarnar?-
-Mmmmm… supongo que en un zorro…o un ave…- Dije.
-Ya veo… yo me reencarnaría en un perro.-
-¿Por qué?-
-Para agarrar tu pata con mi boca, y estar siempre junto a ti…- Sanae sonrió.
8 de julio de 2011. 7:28 AM
-Esa es la historia.-
-Vaya…- Contestó Kaku, sorprendido.
-¿No es curioso? – Mencionó Kanako.
-Ya veo ¿Cuidaras de ella?- Preguntó Kaku.
-Por supuesto, idiota…-Kanako rió –Mi cuerpo se siente muy bien… no hay duda de que…-
En la lejanía, una silueta transparente se encontraba mirando a la pareja. Era Sanae. Estaba trasparentada, con un brillo dorado, y sonriendo…
-Veo que no te has olvidado de eso… Sanae-san esta muy feliz, así que… cuida mi alma… hermanita.-
Después de decir eso, Sanae se desvaneció para siempre. Kanako miró en dirección a donde estaba Sanae, aunque ella no podía verla.
-¿Algún problema?- Dijo Kaku.
-No… solo que… ya sé como llamaré a esta perrita.-
-¿Sanae… verdad?-
Kanako afirmó y empezó a reír, mirando al horizonte del sol naciente con una sonrisa