Unos pequeños saltos en la grupa de Dial hicieron que dejase sus pensamientos a un lado. Ahora, por obligación, era responsable de la pequeña Fiona. Parecía ser que su madre era una alicornio, aunque también podía ser imaginación de la potrilla. "¿Estará su madre también en el laberinto? ¿Qué voy a hacer si no la encuentro? No estoy preparado para ser padre."
Fiona seguía saltando sobre la grupa de Dial, no con mucha fuerza, pero era molesto.
Dial dijo entre dientes:
