Mensaje por EdoNova » 17 Jul 2014, 21:31
Bueno... no he tardado tanto como la última vez, pero bueno, aquí va.
Este capítulo, se lo quiero dedicar al usuario Mishiro, por aportar la idea para este capítulo, y sobre la situación que quería que hubiera en el mismo. Mishiro, gracias por el interés prestado desde el primer capítulo, deseo de corazón que te guste a ti, y les guste a todos.
Feliz cumpleaños.
El trabajo en Sweet Apple Acres cada vez era más duro, y el estado de Applejack estaba cada vez más avanzado. Cuando llegamos a bien entrada la primavera, se podía apreciar aquella adorable tripa de embarazada, y de vez en cuando, la joven Pony granjera podía sentir algunas patadas que nuestro pequeño le daba.
Mentiría si dijese que no me emocionaba la idea de ser padre y de que, dentro de poco, nuestro hijo nacería.
Pero volviendo a lo importante, intentaba deshacerme de todos los trabajos que tenía, tanto en la granja, como los encargos que tenía como dibujante, gracias a la popularidad obtenida en la fiesta del hogar, ya que en unos días sería el cumpleaños de Greenkey.
Éste iba a ser el primer cumpleaños de Greeny desde que se mudaron conmigo a Ponyville, y quería que fuera a lo grande. Afortunadamente la abuela Smith me dejó usar el granero para realizar la fiesta, pero no iba a ser fácil.
Era una tarde unos días próximos al cumpleaños de Greeny, y yo, me encontraba en el granero, limpiando y preparando las cosas para la fiesta. Entonces, Pinkie, quien me traía unos materiales para dibujo que le había pedido.
- ¡Hola Loud! -me decía.
Al oírla, giré la vista hacia ella, encontrándome en lo alto de la escalera.
-Te traigo lo que me pediste. -me decía mientras observaba como intentaba colocar una pancarta. - ¿Qué estás haciendo?
No pude responderle, estaba usando mi magia para intentar extender la pancarta. Una vez extendida, Pinkie pudo apreciar que en ella ponía: "Feliz Cumpleaños Greeny".
Inmediatamente, Pinkie empezó a saltar de un lado a otro emocionada.
- ¡¿Va a ser el cumpleaños de Greeny!?
Mientras bajaba de la escalera, asentí.
- ¡¿Por qué no me lo habías dicho?! -me preguntaba sacudiéndome. - ¡¿Cuándo es?!
Me separé un poco de ella, situándome tras la sacudida e intentando coger mi pizarra para responderle: "Será pasado mañana, y tengo mucho trabajo por delante".
- ¡¿Puedo ayudarte?! ¡Déjame ayudarte! ¡Será divertido! -pedía insistente Pinkie Pie.
En seguida, le respondí negando con la cabeza. Esto impactó a Pinkie, no se esperaba aquella respuesta.
- ¡¿Por qué no?! -volvió a preguntarme.
Una vez más, usé mi pizarra para responderle: "Siempre me las he arreglado para hacer sólo las fiestas de cumpleaños, y no voy a cambiarlo ahora"
-Pero... ¿No tienes mucho trabajo? -me preguntó. -Llevas trabajando desde hace meses más de la cuenta, déjame ayudarte.
Volví a usar mi pizarra mi pizarra para decirle: "Eres muy amable Pinkie, pero insisto, no hace falta".
Tras responderle, recogí las cosas que me trajo y me marché a la casa.
-Ya verás, Loud, al final te voy a ayudar a hacerle la mejor fiesta de cumpleaños de su vida. -se decía Pinkie Pie a sí misma.
Durante lo que quedaba de tarde, seguí trabajando en los campos de manzanas, cargando el carro de un lado a otro.
En una de esas, Pinkie apareció del carro por sorpresa, cosa que casi hace que me salte el corazón.
- ¡Anda Loud, déjame ayudarte con la fiesta! -insistía la rosada Pony.
Volví a negar con la cabeza, y me enganché el carro, tirando de él. Esto, provocó que Pinkie cayese.
Pinkie puso pucheros, demostrando que no se iba a rendir todavía.
Cuando llegué a casa, me deshice del carro y entré en ella. Ahí, me encontré con mis hermanas, jugando con Applebloom, a los cascos de una Applejack, que llevaba puesto, por obligación de la abuela Smith, una especie de delantal.
- ¡Hola hermano! -me saludaban Shine y Greeny.
Las abracé un poco cansado, tras ello, me acerqué a Applejack.
-Hola cariño. -me decía mientras nos frotábamos el morro mutuamente. - ¿Qué tal en el campo de manzanas?
Usé mi pizarra para responderle: "Agotador cuando se está sólo".
Applejack, sonrió tímidamente. Volví a usar mi pizarra para decirle: "Estoy echo polvo cielo, pero tengo que seguir trabajando".
-Te estás esforzando mucho. -me decía acariciándome el cuerno. -Deberías descansar.
Le negué con la cabeza, y le volví a escribir: "Debo hacerlo por ella y por ti", a la vez que señalaba a Greeny con los ojos.
-Está bien, Loud. -me respondía Applejack, dándome un ligero beso en los labios. -Suerte.
Subí las escaleras y me dirigí a mi cuarto para continuar trabajando en aquel par de pedidos que tenía que entregar en un par de días.
Descargué las cosas sobre el escritorio, encendí la lámpara de éste, y empecé a trabajar.
A los pocos minutos, pude escuchar un ligero ruido provenir de mi armario. No le di mucha importancia al principio, pero lo volví a escuchar más fuerte casi de inmediato. Me levanté, y me dirigí al armario.
De pronto, de ella apareció Pinkie, acompañada con una explosión de confetis y serpentinas, y silbatos de mata suegras.
- ¡Seguro que a Greeny le gustarán estas serpentinas y confetis! -decía Pinkie. - ¡Anda, Loud, déjame ayudarte!
Miré un poco enfadado a Pinkie, y tras unos segundos de silencio, le señalé la puerta, indicándole que se fuera.
Pinkie me mostró una sonrisa avergonzada, y se fue hacia su casa. Aquello, me había hecho perder un tiempo valioso, no había tiempo que perder, tenía que terminar cuanto antes los pedidos. A medida que pasaban las horas el sueño me podía, los párpados me pesaban, y la cabeza me iba de un lado a otro, mi magia se disipaba, y finalmente, caí dormido sobre el escritorio.
A la mañana siguiente, Shine fue a buscarme para desayunar, y pudo verme dormido sobre la mesa.
- ¿Hermano? -me decía en bajito mientras aún seguía dormido.
Al comprobar que estaba dormido, se fue de nuevo a la cocina para comunicárselo a los demás. Una vez ahí, Applejack le preguntó a Shine:
- ¿Dónde está tu hermano, preciosa?
-Está en su escritorio. -le respondió. -Creo que estuvo trabajando hasta tarde.
-Ya me extrañaba a mí que no viniera a desayunar con nosotros. -señalaba la abuela Smith.
-Eh... ¡Sip! -terminaba Big Mac.
Applejack dio un prologando suspiro, y a continuación dijo:
-Chicas, iros hoy pronto a la escuela, ¿vale? Yo despertaré a Loud.
-De acuerdo. -le respondió Shine.
Tras desayunar, las chicas se dirigieron a la escuela, como bien les había pedido Applejack. Tras ello, Applejack entró a mi cuarto portando una bandeja, la cual, dejó sobre mi mesa de noche. Acto seguido, se acercó a mi para intentar despertarme.
-Eh, dormilón, despierta. -me decía, dándome después un ligero mordisco en la oreja.
Comencé a desperezarme, apreciando el agradable olor a café recién hecho. Tras situarme, elevé la vista hacia Applejack, deseando desperezarme por completo.
-Te has quedado dormido mientras trabajabas. -me decía mientras acercaba la taza de café. -Te dije que no te esforzarás tanto.
Tomé la taza con mi magia, haciendo que levitase hacia mi morro, tomando algunos sorbos de aquel oloroso y sabroso café.
-Deberías descansar un poquito más. -continuaba Applejack.
Negué, y usé mi pizarra para responderle: "No puedo, mañana es el cumpleaños de Greeny, y tu no puedes trabajar en tu estado".
Al leerlo, me golpeó con algo de fuerza la sien con su casco.
-No seas cabezota, deberías dejar que te ayuden, y no acarrear tu sólo con la situación.
Me froté la sien, y le escribí: "No pasa nada cielo, de verdad que puedo".
Ante mi respuesta, Applejack dio un largo suspiro.
-Eres un cabezota.
Se giró, y cerró la puerta de la habitación. Me puse algo nervioso al verla algo enfadada, pero pude oírla musitar al otro lado:
-Mi cabezota...
Tras oírla, no pude evitar sonreír, en el fondo, Applejack estaba a mi lado para apoyarme.
Después de desayunar, me fui a Ponyville para vender las manzanas y hablar con los clientes sobre los trabajos que me pidieron, pero aún podía sentir el cansancio.
En el puesto de manzanas, algunos clientes me ayudaban a desperezarme. Me avergonzaba el quedarme dormido ante todos, y uno a uno, les pedía disculpas.
Atendí a los clientes, entregándoles las manzanas que me pedían, pero en una de esas, uno de los clientes me colocó una enorme tarta con azúcar glaseado verde, curiosamente del mismo color de Greeny. Alcé la vista, y pude ver a Pinkie Pie esbozando una enorme sonrisa de oreja a oreja.
-Por fi, por fi, por fi, por fi... -insistía.
Di un resoplido cubriendo parte de mi rostro con el casco. Volví a alzar la vista hacia Pinkie, y le dije por mi pizarra: "Deberías irte".
- ¡De aquí no me voy hasta que aceptes! -decía sentándose frente al puesto.
Resoplé otra vez, y le escribí: "Debes irte, porque estas estorbando al resto de clientes".
Pinkie, volteó la vista hacia su espalda y pudo ver una buena fila de Ponys que esperaban para poder comprar manzanas.
-Jejeje... Lo siento... -decía quitándose de delante.
Con la cola fluyendo, Pinkie aprovechó para colocarse a mi lado, mirando a la clientela con una sonrisa, estaba empezando a sentirme incómodo por la insistencia de Pinkie Pie, pero no iba a dar mi casco a torcer.
Tras acabarse las existencias, cerré el puesto y me enganché el carro en la grupa, y empecé a andar hacia la casa de mis clientes, y a algunos de la familia Apple. Por el camino, Pinkie seguía insistiéndome.
-Por fa, por fa, por fa. -repetía soplando el mata suegras. - ¡Déjame ayudarte! ¡Te lo pido de rodillas!
Simplemente, pasé de ella. Ya en casa de mi cliente, el señor Asqueroso Rico, llamé a su puerta, tocándola un par de veces con el casco.
El mayordomo me abrió, y me invitó a entrar, dejando el carro en la entrada. Caminé hasta llegar al salón, donde el señor Rico me esperaba.
-Bienvenido, Loud Off, toma asiento por favor. -me decía.
Acercándome, usé mi pizarra para decirle: "Buenas tardes, señor Rico".
- ¿Cómo vas con el encargo que te pedí?
-"Está a punto de ser terminada" -respondía usando mi pizarra.
Rico, se quedó un poco impresionado, al ver como Pinkie, me zarandeaba ligeramente del casco, o saltar de un lado a otro.
-"Ignórela, por favor". -le decía otra vez en mi pizarra.
Estuve "hablando" con el señor rico durante un par de horas, ultimando los detalles sobre el pedido que me había realizado.
-Entonces, ¿el mes que viene podrás empezar a trabajarlo en mi casa? -me preguntó.
Asentí levemente.
-Muy bien. -me respondía el señor Rico.
Extendió su casco a un cajón de su mesa, y me dio un pequeño saco con monedas, suficiente para pagar los primeros materiales.
-Espero que con este adelanto puedas empezar.
Una vez más, usé mi pizarra para decirle: "Es usted muy amable, señor".
Tras recoger, y guardar aquellas monedas, me dispuse a irme a repartir los pedidos de la familia Apple, pero,muna vez llegué al carro, apoyé mi cabeza en él, quedándome ligeramente dormido. Pero mi pequeño momento de sueño, fue interrumpido de golpe por el bramido de una trompeta cerca de mi oído.
- ¡Loud, déjame ayudarte a hacer la fiesta de Greeny! -me decía Pinkie.
Yo, me encontraba en el suelo, recuperando el aliento por el susto que me había dado Pinkie, con el casco en el pecho, sintiendo como el corazón se me salía.
-Apuesto a que ahora me dejarás, ¿no? -me preguntaba con una sonrisa.
Me estaba empezando a enfadar de verdad, la insistencia de Pinkie, estaba empezando a ser irritante, pero debía seguir trabajando y aguantar mientras podía.
Durante todo el tiempo, en el que estuve de reparto, Pinkie no dejaba de seguirme, dando saltos, insistiéndome, y mi paciencia empezaba a agotarse.
Tras los pedidos, me dirigí al Sugar Cube Corner a recoger el pastel de cumpleaños que había encargado para el cumpleaños de Greeny.
-Buenas tardes, Loud. -me saludaba la señora Cake.
Le sonreí como pude, y usé mi magia para acercar mi pizarra, y responderle: "Buenas tardes, señora Cake. ¿Ya tiene mi pedido?"
-Si querido, acabamos de empaquetarlo. -me respondió.
Acto seguido, el señor Cake, salió de la cocina con mi encargo.
-Espero que a la pequeña Greeny le encanté esta tarta. -me decía la señora Cake.
-"Yo también". -le respondí a través de mi pizarra.
Tomé el pedido con mi magia, y me despedí, colocando cuidadosamente la tarta en el carro. Ya era hora de volver a casa, tenía que ponerme a trabajar en los últimos preparativos de la fiesta cuanto antes.
Al llegar a casa, me desenganché el carro, y entré en el granero. Tenía la preparación a poco menos de la mitad, y estaba realmente cansado. Dejé la tarta sobre una mesa, y me acerqué a las escaleras para continuar con la decoración.
Pinkie Pie, entró por la ventana en una explosión de confetis y serpentinas.
- ¡Te haré una oferta que no podrás rechazar, Loud! -me decía. - ¡Si me dejas de hacer la fiesta de Greeny, haré lo que me pidas!
Educadamente, negué con la cabeza.
- ¡Vamos, Loud, me ha costado mucho subir el cañón hasta aquí!
Colocó el cañón en la ventana, y éste se disparó, impulsándome a la otra pared. La escalera cayó sobre la mesa donde tenía colocada la tarta de Greeny, catapultándola hacia la pancarta. A partir de ahí, surgió un efecto dominó, empezando todo a caer, todo mi trabajo, arruinado.
Me coloqué frente al desastre ocasionado, aún sin poder creerme que, todo el trabajo que había hecho, se fuera por el sumidero. La paciencia se me había agotado, estaba a punto de estallar.
-Eh... Loud... Perdón... -me decía Pinkie mientras su melena empezaba a desinflarse, volviéndose lacia.
Mi cuerno, empezó a cubrirse con un aura azulada, a la vez que del suelo empezaban a elevarse trozos de rocas, me estaba conteniendo un poco, para no cometer una locura.
- ¿Loud... Estás bien? -me preguntaba Pinkie.
Con mi magia, junté las rocas rocas, escribiéndole un mensaje, el cual decía: "¡No quiero que me ayudes! Esta iba a ser una fiesta especial para Greeny, y ahora la has estropeado, ¡por favor, vete!"
Asustada por mi reacción, Pinkie dio un par de pasos hacia atrás.
-E... Está bien Loud... No te ofreceré más mi ayuda. -decía desanimada, hiéndose a casa.
Me quedé sólo en el granero, ante los destrozos de lo que iba a ser la mejor fiesta de cumpleaños para mi hermanita. Me invadían las ganas de llorar por todo un trabajo tirado a la basura pero decidí no rendirme, y empecé a trabajar de nuevo.
A la mañana siguiente, Applejack se dirigió a mi cuarto, pero al ver que no estaba, fue a buscarme al granero.
- ¿Loud? -me llamaba mientras abría la puerta. - ¿Loud, estas aquí?
Cuando abrió del todo la puerta, y dejó entrar la luz, pudo encontrarme dormido contra la mesa, y con el desastre aún por el suelo y las paredes.
- ¿Qué ha pasado aquí?
Comenzó a zarandearme levemente con sus cascos en el costado, consiguiendo así, despertarme.
-Loud, ¿qué es todo este desastre? -me preguntó.
Al decirme aquello, me levanté de golpe y mirando a mi alrededor, no había conseguido hacer nada. Sólo quería romper a llorar.
-Loud...
Dirigí mi mirada a Applejack, derrumbado, usando mi pizarra para decirle: "Esto es un desastre..."
- ¿Pero qué ha pasado? -me preguntó Applejack.
Usé el lenguaje de signos para explicarle todo lo que había ocurrido con Pinkie Pie, y como la había tratado.
- ¡¿Pero cómo has podido tratar así a la pobre Pinkie?! -me regañaba Applejack - ¡Vale que estuvieras nervioso, pero no era la forma de hacer las cosas!
Usando el lenguaje de signos, le respondí: "De verdad lo siento Applejack, no quería enfadarme de esta forma, y menos con ella".
Estaba a punto de derrumbarme del todo, cuando Applejack colocó su casco sobre mi lomo, y juntó mi frente a la suya, mientras miraba hacia el suelo.
-Oye cariño, has estado trabajando mucho últimamente, a penas has descansado debidamente. -me decía dulcemente. -No me quiero enfadar contigo, pero necesitas ayuda, y sabes que la única que te puede ayudar con esto ahora mismo es Pinkie.
Asentí, agradecido de la ayuda de Applejack.
-Vamos, te acompañaré.
Usé el carro para llevar a Applejack hacia el Sugar Cube Corner. Una vez allí, hablamos con los Cake, preguntándoles si habían visto a Pinkie. Afortunadamente ella se encontraba en su cuarto, así pues, subimos las escaleras hacia la habitación de Pinkie, una vez ahí, pudimos apreciar que la habitación estaba a oscuras.
- ¿Pinkie? -preguntaba Applejack.
-Aquí estoy... -respondía la voz de Pinkie, provenir del sillón.
Nos acercamos un poco, y el sillón empezó a girar sobre sí mismo, mostrándonos a una Pinkie con el pelo aún lacio y acariciando a su cocodrilo Goomy.
-Vaya, pero si es Loud, ¿has venido a verme? Me honra. -decía la Pinkie en un tono extraño. - ¿A qué se debe esta visita?
-Pinkie, Loud no puede más, necesita tu ayuda para tener terminada la fiesta de Greeny. -le costeaba Applejack.
-A ver si lo he entendido, vienes a mi casa, me tratas si ningún respeto, pidiendo que te preste mi ayuda para hacer la fiesta de cumpleaños de Greeny, ni siquiera me llamas "Madrina". -decía Pinkie. -No sé sí ayudarte.
Tragándome el orgullo, me puse de rodillas en el suelo, implorándole su ayuda.
-Intenta pedírmelo como se debe. -me decía Pinkie.
Nervioso, usé mi pizarra para decirle: "Pinkie, por favor, te pido tu ayuda, estaba equivocado".
-No me sirve. -me respondió. -Quiero oírtelo decir.
Me quedé un poco pálido al oírla decir eso.
-Pinkie, no seas rencorosa. -le dijo Applejack. -Sabes perfectamente que Loud es mudo. Por favor, ayúdale, está agotado.
-No, quiero que lo diga. -nos respondía Pinkie.
Entre el estrés, y los nervios, intenté por todos los medios hablar, moviendo la boca, desesperado porque de alguna forma, de mis labios saliera una palabra.
-Loud, no... -me decía Applejack preocupada.
- ¡Ja! Sabía que no podrías. -continuaba Pinkie.
Mientras lo intentaba no podía evitar llorar, sin darme cuenta, mi cuerno comenzaba a parpadear, entonces, pasó algo que nadie se esperaba.
-"¡Lo siento!"
Mi "voz", retumbó en las cabezas de Pinkie y Applejack, quienes no se esperaban aquello. Tras situarse, ambas me miraron, pudiendo apreciar que mi cuerno parpadeaba.
-"Lo siento Pinkie". -le decía mi voz en su mente. -"Me he portado mal contigo, no debí pagar el accidente contigo".
Pinkie, comenzó a verme con más interés.
-"Deseaba tanto que el primer cumpleaños de Greeny en Ponyville saliese bien... Que no he parado de trabajar". -decía mientras las lágrimas me brotaban. -"Ya no te lo pido Pinkie, te lo suplicó, por favor, ayúdame, si no es por mi hazlo por Greeny".
-Loud... -musitaba Applejack.
Pinkie, se me acercó, pudiendo apreciar poco a poco como su lacia crin, volvía a ponerse espesa y esponjosa.
- ¡Por supuesto que te ayudaré, por ti y por ella! -me decía frente a mí.
-"Gracias, Pinkie". -le agradecí.
-No perdamos el tiempo, ¡venga, tenemos una fiesta que preparar!
Al llegar la tarde, Fluttershy trajo consigo a Greeny desde su casa, pero para la sorpresa de la pegaso amarilla, la unicornio turquesa llevaba un paquete sobre su grupa.
-Greeny, ¿qué llevas ahí? -le preguntó Fluttershy.
-Es un regalo. -le respondió.
- ¡Oh, ya veo! -admiraba Fluttershy.
Cuando llegaron al granero, Fluttershy abrió las puertas. Entonces, una explosión de confetis, seguida de un bramido de mata suegras, inundó la entrada del granero. Dentro, Greeny pudo vernos a todos reunidos, a sus compañeros de clase, las chicas, mis amigos, las Crusaders, y Shine, gritando todos a la vez:
- ¡Sorpresa!
Greeny, se empezó a emocionar enormemente, abrazándose a Mopi y aguantando la vergüenza.
- ¿Qué es todo esto? -preguntó Greenkey sin dejar de sonreír.
- ¡Es tu fiesta de cumpleaños! -le decía Pinkie colocándole un gorrito.
Esto, sorprendió a la pequeña.
- ¿Mi fiesta? -preguntó.
-Así es pequeña. -le decía Brave Heart.
- ¿Qué pasa, linda? -le preguntaba Fluttershy. - ¿No sabías que se puede hacer una fiesta de cumpleaños?
-Es que cuando vivía con mi abuelo, sólo lo celebrábamos nosotros. -le respondió. -Y siempre lo preparaba Loud.
- ¿Y quién crees que la ha preparado? -decía Pinkie, cargándome a mi con los méritos. -Ha sido tu hermano quien ha organizado esto.
- ¿De verdad?
Al oír eso, Greeny corrió a por mí, abrazándome.
-Gracias, hermano.
Al oírla, froté mi rostro contra su carita.
- ¡Ah, por cierto! -decía Greeny separándose un poco, y haciendo levitar el paquete que llevaba en su lomo. -Esto es un regalo para ti de mi parte, por sacrificarte tanto por que tenga mis cumpleaños.
Greeny, me entregó el paquete, tomándolo entre mis cascos.
-Feliz cumpleaños, hermano.
Todos se quedaron asombrados, era algo que no se esperaban.
- ¡¿Qué?! -decían todos estupefactos.
-Shine, ¿es hoy también el cumpleaños de tu hermano? -le preguntaba Twilight.
-Sí.
-Pero... Loud, ¿por qué no lo dijiste? -me preguntó Applejack.
-Mi hermano siempre decía que montaba esta fiesta por los dos. -contaba Greenkey. -Pero en el fondo sabía que estaba sacrificando sus cumpleaños por mí, antes no tenía mucho dinero, y este año quería hacerle un regalo.
Me conmoví bastante, y, con mi "voz", le pude decir:
-"Gracias... Greeny..."
Todos, se asombraron al sentir mi "voz" vibrar en su cabeza.
-Hermano... ¿Has dominado el regalo que te hizo la princesa Celestia? -me preguntaba Greeny.
Asentí a la pequeña, y la ella dibujó en su rostro, una sonrisa impresionante.
- ¡Éste es el mejor cumpleaños de todos! -decía lanzándose a mi cuello. - ¡Ya puedo oír la "voz" de mi hermano!
Al abrazo, se unió Shine.
- ¡Feliz cumpleaños a los dos! -nos decía la blanquecina unicornio.
Y a continuación, Applejack me abrazó por la espalda, algo que me sorprendió un poco.
-Eres capaz de hasta sacrificar tu cumpleaños por tu hermana. -me susurraba al oído. -No tienes remedio, y por eso te quiero.
Me sonrojé un poco, acabando por responderle:
-"Y yo a ti, princesa"
-Feliz Cumpleaños... -me decía Applejack.
- ¡Venga, que no paré la fiesta! -gritaba Pinkie.
La fiesta, continuó durante horas, entre risas y juegos, hasta que finalmente, llegó la hora de cortar la tarta.
- ¡Dejen paso a la potrilla del día! -decía Applejack, llamando a Greeny.
La pequeña, se acercó a la mesa sonriendo, pero no quería empezar sin mí.
- ¿Y mi hermano?
- ¿Alguien ha visto a Loud? -preguntó Pinkie.
El silencio se hizo, pero se rompió con un pequeño ronquido, provenir desde un pequeño montón de paja apilada. Todos, dirigieron su mirada hacia donde procedía el sonido, y pudieron verme dormido sobre ese montón.
-El pobre está hecho polvo. -decía Shine.
-Se merece un buen descanso. -continuaba Ruby.
A la mañana siguiente, aún seguía dormido en el granero, pero una dulce voz fue a despertarme.
-Eh... Dormilón... Despierta ya...
Rápidamente, identifiqué aquella dulce voz, era la de Applejack. Me empecé a desperezar sonriendo, abriendo poco a poco los ojos.
Cuando los abrí por completo, ahí estaban todos, mis amigos mis hermanas, y las chicas, todos con preparativos para una fiesta de cumpleaños. Aquello, me descolocó un poco.
-"¿Qué es todo esto?" -dije con mi "voz".
-Es tu fiesta de cumpleaños. -me decía Pinkie, colocando una enorme tarta de chocolate en la mesa.
-Mira Loud, nos ha parecido muy tierno que hayas sacrificado tus cumpleaños para que Greeny pudiera tener los suyos. -decía Rainbow.
-Pero tu también mereces el tuyo. -terminaba Dust.
-Así que les dije que hiciéramos tu propia fiesta. -me decía Applejack.
- ¡Y yo la ayudé a prepararla mientras dormías! -terminaba Pinkie.
Todo ello, me llegó a lo más profundo de mi corazón, no sólo no me lo esperaba, si no que me llenó de felicidad, dejando brotar una pequeña lágrima. Para mi sorpresa, Pinkie me colocó un gorro de cumpleaños, con el dibujo de mi Cutie Mark en él.
- ¡Feliz cumpleaños atrasado, Loud! -decían todos.
Feliz, dejé que la fiesta iniciara, era la primera fiesta de cumpleaños que tenía en mucho tiempo, y la verdad, es que me lo estaba pasando muy bien. No me lo había pasado tan bien en mucho tiempo, simplemente, fue el mejor regalo que pude haber recibido por mi cumpleaños.
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otra cosa que he notado ha sido que cada vez vas afianzando más la relación entre Applejack y Loud, los cuales son tal para cual, sobre todo en este episodio, que tiene ciertas reminiscencias a aquel episodio de la primera temporada... bien, bien. En cuanto a puntuación, vas mejorando, aunque sigues poniendo comas casi al principio de cada frase ¿por qué? ya hemos hablado de eso, que caigas en el mismo error de forma seguida es un tanto contraproducente; revísalo todo de nuevo teniendo en cuenta los últimos apuntes que te di 