Mi nueva vida [Slice Of Life] [aventura] (Saga 4 y FINAL)

[horwaith]

perfecto final y si, es tan cabezota como para no escuchar. Me encanta la madre y como has hecho para conseguir que Loud Off se disculpe; espero con ganas lo siguiente que hagas

[EdoNova]

[quote="horwaith";p=201641]perfecto final y si, es tan cabezota como para no escuchar. Me encanta la madre y como has hecho para conseguir que Loud Off se disculpe; espero con ganas lo siguiente que hagas[/quote]

Muchas gracias horwaith deseaba dar un final decente a la saga. Con estoy doy por cerrada la saga de la alquimia, en cuanto acabe con el spin-off ALAS CRUZADAS, tocará la saga nueva

Una cosa, la continúo aquí o abro discusión nueva?

[Mishiro]

Me ha gustado mucho el capítulo final. Un bonito reencuentro madre-hijo que da un buen cierre a la "saga".

Espero con interés el spin-off entre Dust y Rainbow Dash.

[EdoNova]

[quote="Mishiro";p=202142]Me ha gustado mucho el capítulo final. Un bonito reencuentro madre-hijo que da un buen cierre a la "saga".

Espero con interés el spin-off entre Dust y Rainbow Dash.[/quote]

Muchas gracias Mishiro, significa mucho para mi viniendo de uno de los que me ha seguido desde el principio

[EdoNova]

Tengo una duda, para la saga dos (y el Spin-Off), lo sigo aquí o abro discusión nueva?
Es por el tema de administradores

[EdoNova]

Bueno, ahora si, doy por terminada la SAGA DE LA ALQUIMIA. Tras unos días unificando todos los capítulos en un solo archivo PDF, he conseguido subirlo al servidor de MEGA para poder ofreceros, ya corregido y en bonito, la historia completa de la primera saga. Haré lo mismo con las otras dos y el Spin-Off, que espero que os gusten de verdad.

https://mega.co.nz/#!kYomWSSD!FqSR78wqk ... Az-kU-sUyw" onclick="window.open(this.href);return false;

Espero que disfrutéis nuevamente, y las veces que hagan falta de ésta historia

[Angelus-Y]

Muchisimas gracias por tomarte la molestia, asi podre leer por el mismo PDF y tenerlo en caso de carecer de internet. Gracias de nuevo ^^.

[EdoNova]

[quote="Angelus-Y";p=203078]Muchisimas gracias por tomarte la molestia, asi podre leer por el mismo PDF y tenerlo en caso de carecer de internet. Gracias de nuevo ^^.[/quote]

De nada. aún así espero tus respuestas tras cada capítulo

[EdoNova]

Bueno, con éste Spin-Off, doy por terminada de forma definitiva la SAGA DE LA ALQUIMIA, he tenido más dificultados para escribir éste capítulo, ya que se centra sólo y exclusivamente en un OC mío (Dust Typhoon) y Rainbow Dash, sabéis que en la historia, he ido mencionando en segundo plano una relación que crecía entre ellos, pero nunca hice hincapié, pues bien, aquí os la traigo para que la disfrutéis. Espero que os guste.

Para los que queráis tenerla junto a la SAGA DE LA ALQUIMIA, aquí os dejo un link para descargar el archivo PDF: https://mega.co.nz/#!BA4gQIyT!5XuQyFS4z ... KX4xf-tOGA" onclick="window.open(this.href);return false;

Disfrutad del fic:



ALAS CRUZADAS

Rainbow se encontraba sobre volando Ponyville tras pasar la mañana moviendo nubes de un lado a otro, despejando el cielo. Ahora mismo, deseaba relajarse, pero no sabía si ir al lago, o tumbarse en una nube, o irse a casa a leer uno de sus libros de Daring Doo.

Mientras sobrevolaba, pudo ver en tierra a Dust en el campo de entrenamiento de los pegasos.
- ¿Y éste que hace? -se preguntaba a sí misma.

La cerúlea pegaso se posó en una nube, observándolo toquetear el medidor de alas.
-Bien... Esto por aquí... Y ya. -decía Dust preparando el medidor de alas.

Tras prepararlo se colocó en sus cascos unas herraduras y se colocó en la línea de salida. Empezó a batir sus alas con fuerza alzando el vuelo. Comenzó a volar por la pista a una velocidad bastante media, no parecía tan rápido como mostraba ser. Al llegar al otro lado de la pista, comprobó el medidor de alas.
-Cinco punto seis... No está mal, voy mejorando. -decía Dust mientras apuntaba en una libreta la puntuación.
- ¡Jajajajajaja! ¡¿Sólo cinco punto seis?! -reía ruidosamente Rainbow desde la nube.

Al oír la risa de Rainbow Dash, Dust alzó la vista hasta encontrar a Rainbow, partiéndose de risa sobre la nube.
- ¿Se puede saber de qué te ríes? -le preguntó Dust desde el suelo.
-Nada, que es una puntuación de risa. -le respondió Rainbow.
-Ah... ¿Eso crees? -le dijo en tono amenazante. - ¿Por qué no bajas y echamos una pequeña carrerita?

Rainbow soltó una ligera carcajada al oírle.
-Sería como correr contra un potrillo de cinco años.
-Entonces no te supondrá ningún problema el ganarme en una carrera. -decía muy convencido el pegaso amarillo.

Rainbow dudó un momento, pero finalmente aceptó.
-Muy bien, gana el primero que dé una vuelta completa a la pista.
-Me parece bien... Sólo déjame que me ponga más... Cómodo.

Dicho esto, Dust se quitó las herraduras que llevaba puestas.
-Una... Dos... ¡Tres!

Los dos pegasos salieron disparados, lo cual impresionó a Rainbow, había visto a Dust ir lento hace rato, ¿cómo era posible que ahora posible que pudiera igualarla en velocidad?
- ¡¿Pero cómo...?!
-Sorprendida, ¿eh? Llevaba puesto unas herraduras de veinte kilos cada una. -le respondía Dust. -No está mal para un potrillo de cinco años, ¿eh?
- ¡Eres un tramposo! -le replicó Rainbow.
-De eso nada.

Ambos pegasos tomaban cada vez más impulso, atravesando la pista a gran velocidad. Se podía, incluso, oír como el viento era cortado a su paso. Al llegar a la meta, ambos dieron su mayor esfuerzo por adelantar al otro, pero finalmente Rainbow adelantó a Dust, haciéndole morder el polvo.
- ¡Si, he ganado, chúpate esa! -le decía Rainbow a Dust.

Dust, jadeaba tras cruzar la meta.
-Si... Como sea, me has ganado. -decía mientras iba a recoger sus herraduras.
-Vamos jamelgo, admite que soy la mejor. -le decía burlón la cerúlea pegaso.
-Si...la mejor sin esforzarte. -le replicaba Dust.

Aquel comentario, hirió el orgullo de Rainbow, quién no esperaba semejante rapapolvos.
- ¿De qué vas? Te he ganado limpiamente.

Dust se acercó al contador de alas, observando el marcaje de Rainbow Dash.
-Lo que suponía... Dieciséis de fuerza de alas. -decía Dust. -No está mal para una pegaso que se esfuerza poco en mejorar.
- ¿Otra vez con esas? -decía Rainbow un poco más enfadada. - ¿Se puede saber que tienes en mi contra?
-Yo nada, pero parece ser que la gran y dura Rainbow no se esfuerza por mejorar sus habilidades.

Nuevamente, ese comentario la hirió, pero parecía más que antes.
-¿Se puede saber qué te pasa conmigo? Eres un mal perdedor.

Dust no contestó, simplemente empezó a recoger las cosas. Tras recoger, empezó a alzar el vuelo, dejando atrás a Rainbow.
-¿Pero qué le pasa? -se preguntaba. -Ese potro tiene un grave problema.

De pronto, Dash pisó algo, al bajar la vista pudo ver el cuaderno de notas de Dust, el cual tenía apuntado una serie de números.
- ¿Qué es esto? -decía mientras se sentaba en el suelo.

Comenzó a ojearlo.
-Son puntuaciones... A ver... Cinco kilos: siete punto ocho, cinco kilos: nueve punto cero...

Continuó leyendo hasta que llegó a los veinte kilos.
-Veinte kilos: cinco punto seis... Esto es la puntuación de hoy. -decía mientras lo veía.

Rainbow pensó un poco sobre la reacción de Dust, por un momento pensó que era normal, pero por otra parte, lo veía como borde al tratarla así.
-Vale, se esfuerza cada día, eso explica por qué es tan rápido cuando se quitó esas herraduras. -se decía a sí misma. - ¿Y qué es eso de que no me esfuerzo? Será imbécil...

Rainbow alzó el vuelo dirigiéndose a casa, pensando un poco en lo que había pasado.
- ¿Qué no me esfuerzo en mejorar? ¡Ja! ¿Qué sabrá ese? Soy la única capaz de hacer el Sonic Rainboom, y me ha llevado años hacerla cuando quiera.

En cuanto llegó a casa echó un vistazo al buzón, encontrando una carta especial, sellado por el logotipo de los Wonderbolts.
- ¡Madre mía, de los Wonderbolts! -decía admirando. - ¡¿Qué será, me nombraran por fin Wonderbolt!? ¡¿Una cena de gala con ellos?!

Con entusiasmo, abrió el sobre, sacando la carta del interior y leyéndola detenidamente.
-"A la señorita Rainbow Dash: preséntese inmediatamente en el despacho de la comandante Spitfire, se requiere su presencia". -decía leyéndola en voz alta. - ¿Qué querrán tan urgente?

Inmediatamente, volvió a alzar de nuevo el vuelo dirigiéndose a Cloudsdale. No tardó mucho en llegar, pero su paso por Cloudsdale fue temporal, su verdadera parada era la academia de los Wonderbolts.

Al poco llegó a la pista de aterrizaje, recibida por los jefes de pista.
-Bienvenida, Rainbow Dash. -le decía uno de ellos. -La comandante Spitfire le espera en su despacho.
-Gracias, ya conozco el camino. -le respondió Rainbow.

Al llegar a la puerta del despacho de Spitfire, la golpeó levemente un par de veces.
-Adelante. -dijo Spitfire al otro lado de la puerta.

Rainbow abrió la puerta, entrando con cuidado al despacho.
-Vaya... Rainbow Dash, es un placer volver a verte. -le decía Spitfire cruzando los cascos sobre la mesa de su despacho.
-He venido inmediatamente leí la carta. -respondía Rainbow casi de inmediato. - ¿De qué se trata?

Spitfire apoyó su cabeza sobre sus cascos, apoyando éstos sobre la mesa, guardando silencio durante unos segundos.
-Verás Rainbow Dash, hemos decidido llegar a un acuerdo con las fuerzas aéreas de los grifos y hacer una división especial. -explicaba Spitfire. -Pero el comandante Guts tiene que firmar este documento.

Al decirlo, Spitfire arrojó sobre la mesa una carpeta. Rainbow la tomó y la abrió.
-Tu trabajo consistirá en llevarlo a salvo al campo de maniobras de los grifos con uno de los miembros en prácticas de los Pegasos de Rescate. -le explicaba Spitfire.
- ¿Me va a acompañar uno de esos "alas blandas"? -preguntó Rainbow.
-A mí tampoco me hace gracia. -respondió. -No es que no confíe en ti, pero los Pegasos de Rescate están preparados para lo que sea.
-Con el debido respeto, no necesito que alguien esté pendiente de mi cola. -respondió Rainbow.

De pronto, llamaron a la puerta.
-Tarde, aquí está tu compañero. -respondía Spitfire. - ¡Adelante!

Al abrir la puerta, Dust entró.
-Dust Typhoon, miembro en prácticas de los Pegaso de Rescate, presente. -decía.

Al oír su la voz de Dust, Rainbow se giró, y éste, al verla, se sorprendió.
- ¡¿Tu?! -decían los dos al unísono, señalando al otro con el casco.
-Vaya, ¿os conocéis? -preguntó Spitfire.
-Si... Más o menos... -respondía la cerúlea pegaso.
-Como sea, vuestra misión está clara. Tenéis que ir al campo de maniobras de los grifos, y entregarle el documento al comandante Guts. -les decía Spitfire. -Dust Typhoon, tu trabajo consistirá en asistir a Rainbow Dash.
-Entendido. -afirmaba el joven pegaso.
-Y el tuyo, Rainbow Dash, será el de llevar el documento al campo de prácticas de los grifos.
-Entendido, pero... -Rainbow vio de reojo a Dust. -Permiso para quejarme, señora.
-Denegado. -negó Spitfire. -Partis en una hora. Podéis iros.

Tras ello, Dust y Rainbow salieron del despacho de Spitfire. Nada más cerrar la puerta, la tensión que había entre ellos se podía palpar.
-Que sepas que no me hace ninguna gracia esto. -le decía Rainbow a Dust.
-Pues mira, a mí tampoco. -dijo Dust alejándose.
- ¿A dónde vas?
-A prepararme, en una hora saldremos, así que habrá que estar listos.

Rainbow refunfuñó un poco ante la arrogancia de Dust, pero en parte tenía razón, así que se fue a prepararse antes de partir.

A la hora, ambos Ponys se preparaban para partir en la pista de despegue. Spitfire, se aproximaba a ellos.
-Muy bien, ya tenéis vuestras instrucciones. -les dijo.

Acto seguido, tomó la carpeta con el documento de su bolsa y se la colocó a Rainbow en su maleta.
- ¿Puedo confiar en vosotros? -les preguntó.
- ¡Si, señora! -respondieron ambos.
-Bien... ¡En marcha!

De pronto, tanto Rainbow Dash como Dust Typhoon emprendieron el vuelo, surcando el inmenso cielo rumbo al Este. Durante el trayecto, ambos Ponys mantenían el silencio, pero lo que no podían evitar, era cruzar las miradas de vez en cuando. Eso a Rainbow la ponía nerviosa.
-Muy bien, éste es el plan, vamos al campo de maniobras de los grifos, entregamos el documento, nos volvemos y aquí no ha pasado nada. -decía Rainbow.

Dust no decía nada, sólo volaba.
- ¿Me estás escuchando? -le volvió a decir.
-Si... Tranquila...
-En serio, ¿cómo puedes ser tan borde?
-Vaya... Lo dice la potra que se rió de mi insignificante cinco punto seis de alas...

Rainbow calló un momento, recordando la puntuación que tenía el cuaderno de Dust. Ese silencio extrañó al pegaso de crines azules.
-Que raro, ¿la gran y espectacular Rainbow Dash se ha quedado callada? -decía Dust.

Rainbow le miró de reojo.
-En fin... Acabemos con esto... Luego hablaremos debidamente.

Dust se impresionó al oírla hablar de esa forma... Más relajada, intentando ser más cercana. Por un momento vio a Rainbow de una forma distinta, bajo esa fachada de chica dura, igual había una Pony más tierna.

Tras unas horas de vuelo, la noche acabó alcanzando a los dos pegasos, los cuales descendieron para empezar a preparar el campamento.
-Voy a buscar algo de leña, en seguida vuelvo. -decía Dust mientras andaba al interior del bosque.
-Esta bien...

Dust dejó su alforja al lado de su saco, mientras que Rainbow preparaba la suya y ojeaba nuevamente el documento. De pronto, algo le llamó la atención de Rainbow, algo que brillaba un poco con la luz de la luna en la alforja de Dust.
- ¿Qué es esto? -se preguntaba.

Se acercó y pudo ver una especie de pequeño libro, tan grande como su casco. La curiosidad le invadió de repente, no pudo evitar echarle un vistazo. Al abrirlo pudo apreciar que, aquel libro, era más bien un diario.
-"Hoy me puse a entrenar por mi cuenta en el campo de entrenamiento, fue una sorpresa al ver que Rainbow Dash me estaba observando". -leía con interés. -"Me sentó un poco mal que se riera de mi esfuerzo, pero escuchar su voz me gustó, al menos sé que me observa".

Eso sorprendió a Rainbow.
- ¿Qué es todo esto? -se decía a sí misma. -"No sé en qué estaba pensando cuando la reté en una carrera, por un momento pensé que podría impresionarla si alcanzaba su nivel, pero por cabezonería me puse chulo. Obviamente no pude ganarla. No sé por qué me enfadé, pero al haberlo fastidiado, no me quedó más remedio que seguir con la actuación. Realmente odio haberme enfadado con ella, si supiera lo mucho que la admiro..."

Al llegar a esa línea, Rainbow se detuvo impresionada.
-Él... ¿Me admira? -se decía incrédula.

Rainbow empezó a oír un batir de alas que se aproximaba a ella desde el bosque, así pues, rápidamente guardó el diario de Dust dentro de sus alforjas. Dust apareció del interior del bosque, cargando entre sus cascos un buen montón de leña.

Al acercarse al círculo de piedras que formarían la hoguera, Dust dejó caer la leña al lado, acercándose luego a sus alforjas para buscar las piedras para encenderla.
-Una por aquí... Y la otra por aquí...

Rainbow se mantuvo alejada, tapándose con el saco de dormir.
- ¿Te ocurre algo? -le preguntó al verla tapada hasta el cuello.
-N... No... -respondió Rainbow.
- ¿Te vas a acostar sin cenar?
- ¡Déjame tranquila!

Dust calló al oírla, refunfuñando un poco.
-Muy bien, pues buenas noches.

Antes de dormir, Dust encendió unas pequeñas y controladas ascuas para no pasar frío.

A Rainbow le costaba un poco dormir por lo que había visto en aquel pequeño diario, ¿era posible que realmente Dust pensase eso de ella? Por otra parte, ¿había cambiado su forma de verlo?

La noche se siguió sucediendo hasta que finalmente el alba rompió con la oscuridad. La pequeña hoguera que Dust prendió anoche, había quedado reducida a cenizas y ascuas.

El primero en levantarse fue Dust, quien volvió a echar un vistazo en sus alforjas, parecía estar revisando algo antes de emprender de nuevo el viaje.

Al final sacó un par de panes.
-Arriba dormilona, tenemos que desayunar antes de irnos. -decía Dust manteniendo aquella actitud.
-Ya voy... -decía Rainbow desperezándose, frotándose el ojo con el casco para quitarse las legañas.

Ambos se acercaron a las ascuas, empezando a desayunar aún adormilados. Rainbow, evitaba cruzar la mirada con el joven pegaso.
-Tenemos que llegar hoy al campo de maniobras de los grifos antes del anochecer. -decía Rainbow. - ¿Crees que podrás mantener mi ritmo?
-Ponme a prueba. -le respondió Dust.
-Esa es la actitud que esperaba. -respondía la pegaso de crines coloridas.

Tras desayunar, ambos pegasos alzaron el vuelo nuevamente, retomando el vuelo hacia el campo de maniobras de los grifos.

Durante el viaje, ambos se metieron por una cordillera impregnada de nubes densas y espesas, debían tener cuidado, pues las montañas estaban envueltas en las nubes, podían correr el riesgo de chocharse, o peor aún, dañarse las alas.
- ¡Rainbow, hay que reducir! -le advertía Dust. - ¡Un error aquí podría ser fatal!
- ¡Está bien! -respondía Dashie.

Sin qué los dos lo supieran, eran vigilados desde la cordillera por unos "invitados indeseables".
-Parece que ese par de Ponys son los que llevan el documento al comandante Guts. -decía una voz ronca y áspera.
-Esos asquerosos Wonderbolts nos menosprecian al enviar a dos pegasos. -decía una voz más chillona. -Jefa, ¿atacamos de una vez?
-Por supuesto, maniobras de ataque a mi orden.

Dust y Rainbow empezaron a adentrarse en el valle de la cordillera, sin percatarse de que estaban siendo seguidos desde arriba. No fue hasta que, gracias a Rainbow, divisaron dos enormes sombras sobre ellos.

La joven pegaso cerúlea intentó alzar la vista hacia el cielo para identificar aquellas sombras sobre ellos, éstas se trataban de dos enormes grifos, y uno de ellos se precipitaba sobre Dust.
- ¡Dust, cuidado! -gritaba Rainbow.

Sin poder percatarse a tiempo, el más grande de los dos grifos se dejó caer sobre Dust. Esto lo desestabilizó, provocando que Dust cayese en círculos entre el banco de nubes.
- ¡Dust!

Rainbow intentó ir a por él, pero otro grifo la sujetó con fuerza cerrando sus alas con sus garras.
- ¡No tan rápida, preciosa! -decía el otro grifo.
- ¡Suéltame! -decía Rainbow.

Ambos grifos se la llevaron por encima de la cordillera.

Mientras tanto, Dust se recuperaba poco a poco del pequeño impacto que recibió.
-Ah... Madre mía... Es como si me hubiera peleado con Brave Heart... -decía quejándose un poco.

Alzó la vista y pudo ver a los dos grifos llevándose a Rainbow Dash con ellos.
-Pensé que los grifos estaban de acuerdo con el trato... Deben de ser de la oposición. -se decía Dust así mismo. -Menos mal que no he caído sobre mis alas... Habría sido fatal.

Se las masajeó un poco para aliviarlas de la caída. Acto seguido, sacó sus gafas de piloto de sus alforjas, colocándoselas.
-Esos grifos se van a enterar de quién soy yo.

Mientras tanto, los grifos cargaban a Rainbow hacia una cueva en lo más alto de la cordillera, atrapando la contra el suelo y atándola de alas y patas.
- ¡Soltadme, y os demostré lo que es el dolor de verdad! -decía Rainbow.
- ¡Calla Pony! -decía uno de los grifos. -Nos vamos a divertir contigo.
- ¡Jefa, ¿qué hacemos con ésta pajarita?! -decía el que parecía más fuerte.

Una silueta se dejó ver de entre las sombras, era de una grifo bastante esbelta.
-Quitadle el documento y arrojadla al vacío. -decía aquella grifo.

Esa voz le resulto extrañamente familiar a Rainbow. Los grifos la despojaron de sus alforjas y se prepararon para arrojarla al vacío.
- ¡Esperad! -decía Rainbow. - ¡Gilda!

La grifo que se mantenía en las sombras se sorprendió al oírla.
-Adiós, Pony. -decía aquel grifo a punto de lanzarla al vacío.
- ¡Raizor, alto! -dijo aquella grifo desde las sombras.

La grifo comenzó a salir de entre las sombras, demostrando ser una vieja amiga de Rainbow.
- ¿Dash? -decía sorprendida aquella grifo. - ¡Soltadla!

Los grifos, sorprendidos, dejaron a Dash en tierra. Gilda se acercó a ella, sin dejar de mostrar una pose de superioridad.
-Sabía que eras tú. -decía Rainbow desde el suelo.
- ¿Así qué eres tú la que traía el tratado al comandante Guts? -le preguntó Gilda.
-No era la única. -le respondió. -Tus amigos han derribado a mi compañero.

Eso sorprendió un poco a Gilda.
- ¡¿En qué momento os dije que podías derribarlos?!
- ¡Jefa, sólo nos estábamos divirtiendo un poco! -le respondía Raizor.
- ¡¿Y qué hubiera pasado si el que derribasteis tenía el documento?! -le recriminaba Gilda. - ¡Sois estúpidos!

Los dos, empezaban a gruñir.
- ¿Eres la jefa de la oposición? -le preguntó Rainbow a Gilda.
-Así es. -afirmó Gilda. -No estamos de acuerdo con la alianza con los Wonderbolts, y el comandante Guts no quiere escucharnos, así que tomamos medidas contra ello.
- ¿Boicoteando el tratado?
-Exacto.
-Jefa, ¿podemos arrojarla? -le preguntaba Raizor.
-Podéis hacer lo que queráis.

Ambos grifos sujetaron a Rainbow Dash, preparándose para lanzarla nuevamente al vacío. Dash intentó forcejear sus ataduras para liberarse, pero le era imposible.
- ¡Pensé que habías cambiado tu actitud, que aún quedaba algo de mi vieja amiga en ese emplumado orgullo tuyo! Pero veo que me equivoqué. -le decía la joven pegaso mientras la arrastraban.
-Scratch tírala tu esta vez, te cedo la diversión. -le decía Raizor a su compañero.
-Será un placer.

Scratch la sujetó de las crines de la cola, colgándola al vacío.
- ¿Tus últimas palabras?
- ¡Raizor, Scratch, alto! -gritaba Gilda aproximándose a ellos.

Tomó a Rainbow antes de que éstos la soltasen al vacío, metiéndola de nuevo en la cueva, algo que impresionó a los otros dos grifos.
-Sabía que dentro de ese plumón estaba mi vieja amiga. -decía Rainbow entre las garras de Gilda.
- ¡¿Se puede saber que hace, jefa?! -quejaba Scratch.
- ¡Se supone que el objetivo era hacerse con el documento y atrapar a los testigos! -continuaba Raizor.
-Cambio de planes, nos llevamos el documento, a los testigos, o mejor dicho, la testigo, la dejaremos en los límites de Canterlot. -rectificaba Gilda.
- ¡Nos hemos dejado las plumas para esto! -quejaba Scratch. - ¡¿Y ahora no vamos a poder divertirnos?!
- ¿Me estáis desafiando? -decía Gilda.
-No jefa, es sólo que creo que te vamos a destituir de tu puesto.

Raizor y Scratch se fueron acercando a Gilda con aviesas intenciones.
- ¿Qué vais a hacer?
-Lo mismo que a esa pegaso. -contestó Raizor abalanzándose sobre Gilda.

Raizor atrapó las alas de Gilda, imposibilitando que escapase a la vez que, Scratch, ataba a Gilda de patas y, luego, de alas, además de su pico para impedir que lo usase para cortar las cuerdas.

Tras ello, ataron a ambas espalda contra espalda.
-Bien, me temo que las cosas han tomado un giro inesperado. -declaraba Raizor tomando las alforjas de Rainbow. -Destruiremos el documento, pero antes, eliminaremos a los testigos.
-No seréis capaces. -decía Rainbow desafiante.
- ¡Oh! ¿Deseas comprobarlo? -continuaba Scratch, sujetando la cara de Rainbow.
- ¡Soltadlas! -decía una misteriosa voz en la boca de la cueva.

Los grifos se voltearon al oír aquella voz, apartándose de la vista de Rainbow y Gilda. La sorpresa de Rainbow fue enorme al comprobar que el dueño de aquella voz era Dust Typhoon.
- ¡Dust! ¡Estás bien! -decía Rainbow aliviada.
- ¡¿Tu!? -decía asombrado Raizor. - ¡No puede ser, pero si Scratch te derribó!
-Pues estoy aquí, como puedes comprobar. -decía Dust con tono chulesco. -Podemos hacer esto fácil, las soltáis y hacemos como que aquí no ha pasado nada... O podemos solucionarlo por las malas.

Ambos grifos rieron ante la "amenaza" de Dust.
- ¿Y cómo sería por las malas? -decía Scratch.

Dust soltó una sonrisa burlona, rebuscando en sus alforjas, sacando el dossier del documento.
- ¡¿Pero qué...?! -decía Raizor asombrado. - ¡¿Cómo es posible que tengas el documento?!
-Lo he llevado yo todo el tiempo. -respondió Dust.

Rainbow se quedó impresionada, pensó que Dust había sido muy hábil, pero a la vez un cotilla al cogerlo de sus alforjas.
-Os reto a una carrera por la cordillera. -decía Dust de nuevo. -Si gano soltáis a las chicas y dejáis que nos vayamos tranquilos hacia el campo de maniobras de los grifos.

Raizor y Scratch soltaban una ligera risa al oírle.
- ¿Y qué pasará si pierdes?

Dust sonrió.
-Si pierdo os entregaré el documento y podéis hacer conmigo lo que queráis, podéis arrancarme las plumas o despeñarme al vacío, lo que queráis.
- ¡Dust, no lo hagas! -le decía Rainbow.
-Trato hecho. -decía Raizor.

Los grifos sujetaron a las chicas y alzaron el vuelo. Dust los siguió hacia una especie de pista entre las montañas, los grifos dejaron caer sobre una nube, aún atadas, a Rainbow y Gilda, quienes serían las testigos de la carrera.
-Las normas son las siguientes. -declaraba Dust. -Ganará el primero que cruce la meta, pero no vale dañar las alas del otro.
-Me parece bien. -contestó Raizor. -Yo seré el que vuele contra ti.
-Pues cuando tu amigo quiera darnos la señal, podemos empezar.

Dust y Raizor se colocaron en posición, batiendo un poco sus alas antes de que Scratch diera la señal.
- ¡Adelante! -gritaba Scratch.

Dust y Raizor comenzaron a volar con fuerza. Pese a su gran tamaño, Raizor era bastante rápido.
-Lo siento Pony, pero creo que esta carrera será mía. -decía Raizor borracho de confianza.

Dust no decía nada, sólo se mostraba seguro mientras seguía volando, ganando terreno poco a poco. Llegaron a la primera curva de la carrera, la cual se hallaba entre dos pequeños picos que se alzaban entre las nubes.

Raizor, fue el primero en tomar la curva, seguido, ya muy de cerca, por Dust.
-Vaya, la pequeña mosca cree poder enfrentarse al furioso huracán. -decía Raizor burlón.
- ¿Corres o te inventas un monólogo? -contestaba Dust.

Raizor gruñó ante el comentario del joven pegaso, tomando algo más de impulso, pero sin dejar a Dust atrás.

Dust empezó a estar parejo con Raizor, cabeza con cabeza.

Durante la carrera, llegaron a un arco de piedras, lo cual, era la mitad del recorrido. Rainbow y Gilda miraban expectantes la carrera.
- ¡Vamos Dust, sigue! -clamaba Rainbow.

Dust empezaba a adelantar a Raizor poco a poco, pero éste, le sujetó de la cola, tirando de él.
- ¡Tramposo! -quejaba Dust.
- ¡Dijiste nada de dañar alas, no dijiste nada de tirar de las colas! -respondía Raizor entre risas.
-Muy bien... Si esas tenemos...

Dust se colocó bien sus gafas de piloto y se elevó un poco, tomando el viento de cola de las corrientes de aire. Extendió sus alas y comenzó a girar su cuerpo sobre sí mismo. A medida que giraba, se podía apreciar que las nubes y las corrientes giraban cerca de su cuerpo, formándose algo parecido a un ciclón, cubriendo el cuerpo de Dust.
- ¿Qué es eso? -decía impresionada Rainbow.

El pequeño ciclón empezó a alcanzar a Raizor, quién no escapaba de su asombro.
- ¡¿Qué demonios...?!
- ¿Sorprendido? -le decía Dust. -Te presento el Thyboom.

Raizor aunó energía para intentar ganar terreno, pero le era casi imposible. Sólo quedaba una cueva en la cordillera, y luego, la recta final. Ambos tomaron la curva con rapidez, el tifón de Dust dejaba tras de sí una estela de nubes mientras giraba hiendo ambos parejos en la curva.

Ahora era la recta final, el final de la carrera. Rainbow miraba eufórica aquella carrera junto a Gilda, no esperaban aquel evento en medio de la carrera.
- ¡Ánimo Dust!

El pequeño ciclón comenzó a dejar a Raizor atrás, tomando un impulso importante.
- ¡No! -gritaba Raizor al ver que lo dejaba atrás.

El grifo intentó sujetar nuevamente a Dust, pero la fuerza del ciclón sólo consiguió empujarle hacia atrás, estampándole en uno de los muros de la cordillera.

Al cruzar la meta Dust frenó, al pararse, el ciclón estalló en una bomba de aire disipando las nubes de la cordillera.
- ¿Qué... Qué ha pasado? -decía Scratch sin salir del asombro.

Dust se aproximó a la nube en donde se encontraban Rainbow y Gilda.
-Un trato es un trato. -decía exigente Dust. -Suéltalas.

Scratch se rehusó al principio.
-Mira amigo, ¿ves a tu compañero? -le preguntaba. -No lo he tocado y ha acabado estampado contra las rocas, puedes intentarlo y acabar como él, o puedes soltarlas ya e irte con el orgullo intacto.
- ¿Cómo puedo fiarme de ti? -decía Scratch.
-No tienes opción.

Al escucharle, Scratch se alejó volando. En eso, Dust sacó de sus aflojar una pequeña navaja, cortando con cuidado las ataduras de Rainbow y Gilda.
-Bueno, ya estáis a salvo. -decía Dust.
-Impresionante chaval. -decía Gilda.
- ¿Por qué llevabas tu el documento? -le preguntó Dust. - ¿Cuándo lo tomaste?
- ¿Yo? Yo nunca he llevado el documento.

Nuevamente, Rainbow se impresionó.
- ¿Pero entonces...?
-Me estaba tirando un farol, necesitaba que pensasen que yo tenía el documento para que me prestasen atención.
-Muy inteligente, chico. -decía Gilda tomando a Dust bajo su garra.

Rainbow tomó sus alforjas y pudo comprobar que era cierto, el dossier continuaba dentro.
-Entonces... ¿Qué es lo que hay en esa carpeta?
-Fotos autografiadas de Vinyl Scratch, mi DJ favorita. -respondió Dust.

Rainbow lo comprobó, era verdad, sólo eran fotos de Vinyl.
-No preguntaré por que las llevas...

Rainbow se dirigió a Gilda.
- ¿Nos vas a detener ahora?

Gilda dio un largo suspiro bajando la cabeza.
-No... Pero tampoco puedo presentarme ahora ante el comandante Guts. -respondió Gilda. -Lo mejor será que no me vea.
-De eso nada, tú vas con nosotros. -quejaba Dust. -Le hablaremos bien de ti, así seguro que será más comprensible.
-En serio, no...
-Vamos Gilda, estaremos contigo. -le decía Rainbow colocando su casco sobre su lomo. -No hace falta que te preocupes.
-...Está bien Dash, iré con vosotros.

Los tres alzaron el vuelo hacia el campo de pruebas de los grifos, terminando de cruzar la cordillera. Al otro lado, se podía ver el asombroso campo de maniobras de los grifos, un enorme campo de entrenamiento, tan preparado como el de los Wonderbolts.

En eso, dos grifos se acercaron a Rainbow, Dust y Gilda.
-Identifíquense, por favor. -decía uno de los grifos.
-Somos Rainbow Dash y Dust Typhoon, venimos de parte de los Wonderbolts. -decía Rainbow.
-Les esperábamos. -respondía el otro grifo. -Acompáñenos, el comandante Guts les espera en el campo de maniobras número tres.

Los tres se dirigieron al campo de maniobras, tal y como le habían dicho, en él se encontraba el comandante Guts, un gran y viejo grifo que, pese a su edad y canosas plumas, se mostraba firme y fuerte.
-Comandante Guts, ha llegado el documento. -decía uno de los soldados que acompañaban a Rainbow y compañía.
- ¡Maravilloso! -decía Guts acercándose a ellos. -Vaya Gilda, tu por aquí. Creía que te habías unido a la oposición.
-De hecho, nos ha ayudado a que el documento llegué de una pieza. -decía Dust.

Guts sonrió un poco.
-Entiendo... Bien, supongo que traéis con vosotros el documento que la comandante Spitfire quería que firmase, ¿no?
-Así es. -respondía Rainbow.
-Bien, vayamos a mi despacho para firmarlo.

Mientras andaban, Gilda se acercó a Dust.
-Eh canijo. -le decía. -Gracias por cubrirme las alas.
-No es nada. -respondía Dust. - ¿Eres amiga de Rainbow, no?

Gilda no supo que responder.
-Si quieres devolverme el favor, sólo intenta solucionar las cosas con ella.
-Lo intentaré. -respondió Gilda.

Tras la firma del documento, Dust y Rainbow se preparaban para volver a Cloudsdale y entregar el documento firmado a Spitfire.
- ¿Listo para volver? -le preguntó Dash a Dust.
-Cuando tu lo estés.
-Dash...

Rainbow se giró al oír la voz de Gilda, quién se acercaba a ella.
- ¿Qué pasa?
-Dash... Con respecto a lo que pasó la última vez en Ponyville... Quería pedirte perdón. -le contaba Gilda.
- ¿Cómo puedo fiarme de tu palabra? -le preguntó la joven pegaso.

Gilda echó un vistazo a Dust.
-Por que tu amigo me ha dado la oportunidad de poder redimirme. -le contestó.

Rainbow esbozó una sonrisa.
-Deberás volver un día para pedirle disculpas a mis amigas.
-Dalo por hecho, Dash. -contestó Gilda.

Ambas chocaron sus alas a modo de saludo.
-Por cierto, tú y Dust hacéis buena pareja. ¿No te has planteado tenerlo como novio?

En ese instante, Rainbow recordó aquella página del diario de Dust.
- ¡Cállate!

Gilda río levemente.
-Buena suerte Dash.
-Y a ti también.

Tras la despedida, tanto Dust como Rainbow, alzaron el vuelo, cruzando la cordillera de vuelta a casa.
-Oye Dust, ¿dónde aprendiste ese truco?
- ¿El Thyboom? Bueno... No estoy seguro, es algo que puedo hacer desde pequeño. Pero de aprenderlo... No sé.
-Vaya... Un talento de los que aparecen con poca frecuencia. -admiraba Rainbow.

Al volver a casa esa noche, Rainbow estuvo pensando en el comportamiento de Dust, ¿por qué había parecido ser más cercano si antes parecía ser un borde? Quizá le costase relacionarse al principio.
- ¿Y ahora por qué no puedo sacármelo de la cabeza? -se preguntaba a sí misma. -Vale, se esfuerza en ser cada vez mejor... Pero yo también... ¿Por qué me dijo aquello ayer?

Rainbow se estaba empezando a molestar, golpeando varias veces la almohada con los cascos.
- ¡Idiota!
____________________…____________________

Días más tarde, tras recoger a las pequeñas Crusaders y las hermanas de Loud del imperio de cristal, Dash estuvo hablando con Dust un poco. Su corazón latía un poco con fuerza mientras lo hacía, sin darse cuenta, acabó coqueteando con él. Tras eso se alejó volando, no sin sentir vergüenza por lo que hizo.
- ¡Madre mía, madre mía, madre mía! ¡¿Pero qué he hecho?! -decía Rainbow sin creérselo. - ¡Me sentía como una tonta y he dicho lo primero que se me ha ocurrido!

Se dirigió rápida a casa de Fluttershy para hablar con ella, necesitaba soltarlo.
-Y eso es todo. -decía Rainbow tras contarle todo a Fluttershy.

Fluttershy no supo que contestar.
-Bueno... No soy una experta en eso, pero... ¿Rainbow, estás enamorada?

Las alas de Rainbow se tensaron ante ese comentario.
- ¿Enamorada, yo? ¡Qué tontería!
-Deberías dejar que los demás sepan cómo te sientes exactamente. -le respondía Fluttershy.
-Como has cambiado desde que eres "Mami Fluttershy"
-Un poco... Pero creo que ha sido para bien. -le respondía. -Cuidar de Greeny me ha ayudado a... Volverme un poco más extrovertida.

Rainbow se apoyó sobre el sillón, refunfuñando un poco.
-Es posible que le esté viendo mejor...
- ¿Y qué piensas hacer?

Rainbow calló un momento, raspando el reposabrazos con el casco.
-No lo sé... Quizá debería dejar pasar el tiempo a ver qué pasa...
-Ay...

Tras la charla con Fluttershy, Rainbow se dirigió a casa mirando al suelo mientras volaba.
- ¿De verdad me he enamorado de Dust? -se preguntaba Dash. -No, ¡qué tontería! Es... Es sólo mi amigo...

Aquella tarde, Rainbow se recostó en su cama mirando al techo,sin poder sacarse lo que le dijo a Dust de la cabeza.
- ¿Por qué le dije eso? ¡Por todos los Ponys! ¡Acabaré siendo igual de estúpida que él!

Desde su ventana, pudo apreciar como cruzaba el cielo una extraña silueta amarilla. Al asomarse, pudo ver a Dust surcar el cielo en dirección al campo de entrenamiento.
- ¿Qué va ha hacer...? -se preguntaba Rainbow a sí misma.

Desde lejos, Dash siguió a Dust hasta el campo de entrenamiento. Una vez ahí, Dust preparó el equipo para volver a entrenar.
-Esto por aquí... Esto por acá... Y listo...

Tras dejarlo todo listo, se volvió a colocar aquellas pesadas herraduras. Rainbow le observaba desde lo alto de una nube.
-Vamos Dust... Supera ese cinco punto seis de la última vez. -decía Rainbow agitando levemente sus alas.

Dust extendió sus alas, inhalando y exhalando un par de veces. El joven pegaso tomó impulso y empezó a volar, parecía más rápido que la última vez, pero le costaba mover sus patas con los veinte kilos en cada casco.
- ¡Ánimo Dust! -gritaba Rainbow.

El corazón le latía con fuerza mientras veía a Dust coger más impulso. Cuando cruzó la meta, se quitó los cascos y fue a comprobar el medidor de alas.
-Siete punto cero.
-Bien... -decía Rainbow desde su nube.
-Puedes dejar de esconderte.

Al oírle, Rainbow se quedó pálida durante unos pocos segundos, pero salió de la nube y se acercó a Dust.
- ¿Cómo sabías que estaba ahí?
- ¿En serio? ¿Ése "¡Ánimo Dust!" no te dice nada?

Rainbow rió un poco avergonzada.
-Ah... Lo has oído...

Dust esbozó una sonrisa de reojo.
-Gracias por los ánimos.
-No es nada.

Dust se estaba preparando para recoger todo cuando Rainbow le lanzó una toalla sobre la cabeza.
-Siento lo de aquel día. -le dijo mientras se acercaba. -No debí burlarme de aquella puntuación.
-No le des importancia.
- ¿Sabes...? No lo haces nada mal, para ser un ala blanda.
-Tú tampoco lo haces mal para ser una ala ruda.

Ambos cruzaron sus miradas, unas miradas cómplices que parecían decirse de todo, el rojo carmesí de los ojos de Dust se clavaban en los ojos magenta de Rainbow, y la respiración de ambos parecía entre cortada.
-Gracias por los ánimos, Rainbow.
-No ha sido nada. -contestó. -Oye... ¿Qué te parece si entrenamos juntos de vez en cuando?

Eso sorprendió a Dust, pues no se lo esperaba.
-Será un placer.

_____________________…____________________

Meses más tarde, Dust y Rainbow se encontraban a menudo cuando no tenían nada que hacer. Sus "citas" por lo general eran en el campo de entrenamiento, en donde Dust entrenaba junto y bajo la supervisión de Rainbow Dash.
- ¡Vamos Dust, seguro que eres capaz de dar otra vuelta al campo! -gritaba Rainbow animándolo.

Dust continuó dando vueltas al campo, ésta era la octava vuelta cargando las herraduras de veinte kilos por casco, pero aquellos meses habían dado sus frutos. Tras terminar la última vuelta, Dash comprobó la puntuación.
- ¡Ocho punto uno! No está nada mal.

Dust jadeaba agotado, en eso, Rainbow se le acercó con una cantimplora de agua.
-Toma, te la has ganado.

Dust comenzó a tomar del agua mientras descansaba.
- ¡Ah...! Qué bien...

Dash, empezó a ver a Dust de forma diferente a aquel día en el que se pelearon, tenía un don para unir a los demás como ya demostró aquella vez con Gilda, pero pensó que no sólo podía unir a otros Ponys, si no que podía unir a otros a él.
- ¿Te aparece volar un poco para relajar esas alas? -le preguntó Rainbow.
-Eso ni se pregunta.

Ambos alzaron el vuelo elevándose todo lo alto que sus alas le permitían, Equestria podía verse casi por completo desde aquella asombrosa altura.
-Siempre que quiero despejarme, subo hasta aquí. -decía Rainbow.
-No me extraña. -le contestó Dust. -Tienes una asombrosa vista de, prácticamente, toda Equestria.

Rainbow le tomó del casco, cosa que sorprendió bastante a Dust.
-Te lo diré una vez, así que escúchame.

La joven pegaso cerúlea tomó aire mientras Dust la veía.
-Desde hace un tiempo... He empezado a admirarte. No sé qué es lo que siento exactamente, pero me das calma y emoción a la vez, y éste tiempo que hemos pasado entrenado ha sido muy divertido, me lo paso genial contigo Dust, y empiezo a verte mucho más que mi mejor amigo, y digo amigo por que las mejores son mis amigas.

Dust no supo que decir, por un momento había dejado de batir las alas, pero rápidamente volvió a moverlas.
-Vaya... Lo cierto es que no me lo esperaba. -respondía Dust colorado, mezclándose el amarillo de su cuerpo con el sonrojo de sus mejillas.
- ¿Y...?
- ¿"Y" qué?

Esto molestó un poco a Rainbow.
- ¡¿No piensas decir nada?!
-Pues...

Rainbow le fue a dar un golpe con su casco libre en la cabeza, pero antes de llegar, Dust la tomó entre sus cascos, abrazándola.
-Yo también te he empezado a ver más que a una de mis mejores amigas. -le decía susurrando. -Te he admirado desde hace mucho, desde que hiciste el Sonic Rainboom aquella vez cuando éramos potros.

Aquello tomó por sorpresa a la joven pegaso.
-Aquello fue totalmente asombroso. -continuaba. -Es cierto que no sé cuándo y cómo aprendí el Thyboom, pero tras verte hacer el Sonic Rainboom sólo soñé con igualarte y alcanzar el cielo de la misma manera que tu.
- ¿Alcanzar el cielo...?
-Si... Por qué para mí, eres tan hermosa como el inmenso cielo.

Las mejillas de Rainbow se pusieron de un intenso color rojo mientras terminaba de escuchar las palabras de Dust. Avergonzada, apartó la vista, pero sin dejar de soltar una sonrisa bobalicona bajando ligeramente la cabeza, acto que Dust aprovechó para besarle la frente.

Rainbow no se esperaba aquello, y tras sentir el cálido tacto de los labios de Dust sobre su frente, alzó sola cabeza, mirando a Dust.
-Eres un idiota... -le contestó.
-Tal vez.
- ¿Quieres probar una cosa nueva? -le preguntó.
- ¿El qué?

Rainbow, sujetó fuertemente a Dust y empezó a caer en picado, tomando cada vez más impulso.
- ¡Empecemos a girar, Dust! -le decía emocionada Rainbow.
- ¡Vamos allá!

Ambos pegasos empezaron a girar mientras caían al vacío, las corrientes de aire empezaban a formarse en las puntas de sus alas a la vez que una estela se formaba a su alrededor. El sonido empezaba a ser ensordecedor, pero no les importaba, ambos empezaron a verse a los ojos mientras sonreían. Poco a poco, sus labios se fueron acercando al del otro, el momento culminante fue cuando la estela empezó a ser cubierta por el tifón que ambos formaban y, a escasos kilómetros del suelo, alzaron el vuelo nuevamente, como cuando un canto rebota sobre la superficie de un lago.

Aquello provocó algo único, una explosión arco iris, acompañado de una bomba de aire, inundó el cielo equestriano en varias hondas multicolores, pero el rebote trajo consigo una pequeña estela de colores que volvió a elevarse al cielo, poco a poco, aquella estela empezó a disiparse, de ella, aparecieron Dust y Rainbow fuertemente abrazados, besándose el uno al otro.

Lentamente sus labios se fueron separando, y Rainbow aprovechó para recargar su cabeza en el pecho de Dust, sonrojada y cálida.
-Ha sido genial... -decía Rainbow. - ¿Cómo podemos llamar a eso?
- ¿Qué te parece... Rain-Thyboom?
-Perfecto...

FIN DE ALAS CRUZADAS

[EdoNova]

Bueno, ¿qué os ha parecido el Spin-Off?

[Mishiro]

Como te comenté, me ha gustado bastante. Algunas escenas pasan un poco rápido y la Rainbow del final queda un poco fuera de personaje, pero en esencia, está bastante bien y me ha gustado.

[horwaith]

esta muy bien, no se le puede pedir que sea mas largo por ser un one-shot pero es que yo alargo todas las cosas un pelin demasiado y al final de one-shot no tiene nada

[EdoNova]

Muchas gracias a los dos por los comentarios La verdad es que me he extendido más de lo que realmente quería, pero creo que obtuve el resultado apetecible

Tengo una duda, para la saga nuevo, continúo aquí o creo una discusión nueva?

[horwaith]

lo que quieras, aunque si hay detalles que no sabes contar sin que se haya leido esto, seria mejor aqui. Si sabes decirlos, puedes en otro tema