Al final resulta que el Spin-Off se va a prolongar bastante, así que lo intentaré dividir en 3 partes para que no sea tan pesado. No pensé que me fuera a explayar tanto con la historia de Shine Comet... pero seguro que antes de verano daré comienzo a la saga 3, sin más preámbulos, os presento la primera parte del Spin-Off
Querida Maestra
Llantos de guerrera
Me llamo Shine Comet, y soy una pequeña unicornio. Desciendo de una familia que siempre ha usado una misteriosa magia que nos permite moldear la materia de nuestro alrededor a nuestro antojo. Desde pequeña siempre la había oído mencionar como Magia de Materialización, pero desde que llegué a Ponyville, hace casi tres años, la he oído ser nombrada como alquimia.
La primera vez que la escuché ser nombrada de esta forma fue cuando me inicié con mi maestra, la princesa Twilight. Todo empezó en aquel incidente de una noche de la Hearth's Warming Eve, hacía cuatro años que había perdido a mis padres, e intenté dar vida a dos Ponys desde cero, pero mi magia por aquel entonces no era buena, y me llevé una buena charla por parte de mi hermano mayor, Loud Off. Desde aquel día, Twilight me tomó bajo sus alas, queriendo ayudarme a perfeccionar mi dominio sobre la alquimia, pero desgraciadamente los libros de la biblioteca del castillo, y la biblioteca de Canterlot, no disponen de la suficiente información sobre nuestra magia.
Como todos los días, me dirigía con entusiasmo hacia el palacio de Twilight para que siguiera enseñándome más acerca de la magia y como poder controlarla mejor, pero esa mañana me llevaría una sorpresa inmensa.
Al llegar a las puertas del castillo, toqué a la puerta con entusiasmo, y como cada día, Spike me abría.
- ¡Buenos días, Shine! -me decía Spike.
- ¡Hola Spike! Vengo a mis clases con la princesa.
-Claro, acompáñame.
-Gracias.
Comencé a seguir a Spike por el pasillo de cristales que llevaba hasta la biblioteca del castillo. Por el camino podía ver a los guardias reales, se mantenían firmes y bien quietos, Brave Heart realmente sabia mantener a los guardias bien disciplinados, era asombroso, parecían estatuas y no otros Ponys.
Finalmente llegamos a la biblioteca del palacio, cuando entré pude ver a Twilight, parecía estar ultimando algunos documentos importantes.
-Hola Twilight. -le dije.
-Oh... Hola Shine. -me contestó de una forma un poco fría y distante.
No le di mucha importancia a su respuesta.
- ¿Qué vamos a estudiar hoy? -le pregunté. - ¿Más documentos de Starswirl el barbudo? ¿O quizás hagamos mas practicas sobre mi magia? O quizás...
-No te daré más clases durante un tiempo.
Al oírla decir eso, sentí un fuerte escalofrío recorrerme todo el lomo, solo quería desear que esas palabras no fueran reales.
- ¿Qué...? ¿Será una broma, verdad? -le pregunté.
Twilight me dirigió una mirada un poco preocupada a la vez que intentaba extender sus alas. Finalmente me respondió.
-He aprobado una solicitud que te permita estudiar por un tiempo en la escuela de unicornios superdotados, en Canterlot.
No supe que decir, lo primero que sentí fue pánico.
- ¿Qué? ¡¿Por qué?!
-He hecho todo lo que he podido para enseñarte lo más básico. -me dijo. -Ya puedes realizar hasta dos materializaciones de forma simultánea, pero te falta base, y sé bien que ahí podrás desarrollarte mejor.
- ¿Vas a dejar de ser mi maestra? -le pregunté un poco aterrada ante la idea.
Twilight me lo negó. Comenzó a acercarse hacia mi mientras la miraba.
-No dejaré de ser tu maestra, Shine... Pero esto es todo cuanto puedo hacer, allí podrás desarrollar mejor tu magia. -decía cubriéndome con una de sus alas.
-Pero... ¿Nos lo vamos a poder permitir?
-Vas en el nombre de una princesa, todos los gastos y el alojamiento están pagados.
Nuevamente, otro escalofrío me recorrió el lomo.
- ¿A... Alojamiento?
-Así es... Deberás vivir en Canterlot. -me dijo. -He hablado con la decana, te han conseguido una habitación.
-Pero... ¿y mi familia? ¿Mis hermanos, mi madre, mi sobrina? ¿Cómo contactaré con ellos?
Twilight me soltó y se dirigió a una pajarera que se encontraba al otro lado de la biblioteca, dentro, había un pequeño mochuelo de plumaje pardo, era tan pequeño que casi parecía un polluelo.
-Este es Eurípides, es un mochuelo especializado en la mensajería, y tu nueva mascota.
El pequeño mochuelo ululó cuando se aproximó a mi, saltando sobre mi lomo batiendo rápidamente sus alas, pero eso no quita a el asombro que aun mantenía.
-Pero... ¿Por qué me haces esto Twilight? -le pregunté. - ¿Ya no quieres que sea tu alumna?
Impresionada, Twilight colocó un casco sobre mi cabeza, acariciando mi crin colorada.
-No digas tonterías, por supuesto que quiero que seas mi alumna, y seguir enseñándote. -me dijo. -Pero en la escuela para unicornios superdotados podrás desarrollarte mejor.
No supe que responder en aquel momento.
-Cada vez que necesites hablarme puedes escribirme una carta y dejar que Eurípides me la entregue. -me explicó. -Recibirás una respuesta esa misma noche.
Suspiré resignada, estaba claro que no iba a hacer que cambiara de opinión.
-Ve ha hacer las maletas Shine... Partirás mañana a Canterlot. -me dijo. -Shine... Estoy orgullosa de ti.
Esas palabras llamaron mi atención, mentiría si dijera que no estaba triste, pero a la vez estaba feliz por esas palabras, y a la vez estaba asustada, no sabia ni como me sentía en ese momento, pero sin darme el lujo de dejar que Twilight viera mis lágrimas, deje la biblioteca con Eurípides ululando sobre mi lomo.
Al salir al pasillo Brave Heart pudo verme, se acercó a mi sin que le diera mucha importancia mientras mi rostro miraba al suelo. Seguramente era obvio, así que Brave Heart me preguntó:
- ¿Estás bien, Shine?
Evité que me viera directamente a la cara, no quería que me viera llorar, tenía demasiado orgullo como para permitir que nadie, salvo mi hermano, viera mis lágrimas.
- ¿Shine, hay alguien en casa? -volvió a preguntarme.
-Déjame en paz. -le respondí.
- ¿Qué te pasa? Vamos, sabes que me puedes contar lo que sea.
- ¡Déjame!
Al levantarle la voz, simplemente eché a correr, haciendo que Eurípides me siguiera volando. Al salir del castillo solo pude correr, corrí y corrí sin prestar demasiada atención a mi alrededor, hasta que, finalmente, tropecé con un piedra y caí al río. Eurípides volvió a posarse sobre mi grupa mientras ululaba, su tono parecía preocupante, pero a mi me daba lo mismo, no quería irme a vivir a Canterlot, pero tampoco quería decepcionar a mi maestra. Aprovechando que mi rostro se encontraba en el río, empecé a permitir que mis lágrimas se vertieran, creyendo que así las disimularía.
- ¡Shine, ¿estás bien?! -me dijo una voz familiar.
Al oírla, alcé la vista hacia donde se hallaba la voz, era la abuelita Smith, que volvía a casa junto a Big Mac.
-A-Abuelita...
- ¿Qué haces ahí, potranca?
La abuela Smith se acercó al carro que tiraba Big Mac y sacó de el una manta, invitándome a meterme en ella.
-Ven, o pillarás un resfriado.
Resignada, me acerqué a ella y dejé que me secara, permanecí inmóvil, sin entrar en contacto visual con ella en ningún momento, pero ella sabia que me pasaba algo sin tan siquiera musitar una palabra.
-Sube al carro, te llevaremos a casa.
-Gracias...
Al subirme, Big Mac volvió a tirar del carro, momento que Eurípides aprovechó para posarse en el mismo a mi lado.
- ¿Y ese mochuelo?
-Es Eurípides, mi nueva mascota.
El silencio volvió a reinar en ese momento mientras apartaba la mirada de la abuelita Smith, pero en el fondo sabía que no iba a poder ocultárselo.
-A ti te pasa algo, Shine. -me dijo.
- ¿Tanto se me nota?
-Hace falta estar ciega para no verlo. -volvió a decirme. -Cuéntame que te pasa...
Sin mediar palabra me lance a sus cascos, empezando a llorar mientras el cuerpo me temblaba.
- ¡No quiero irme! -gritaba mientras rompía en llanto. - ¡Twilight me ha inscrito en la escuela de unicornios superdotados, pero tengo que irme a vivir a Canterlot en lo que dure! ¡No quiero abandonar a mi familia, pero no quiero decepcionar a mi maestra! ¡No sé qué hacer!
No podía parar de llorar, solo podía desahogarme mientras la abuela Smith me acariciaba el lomo mientras temblaba.
-Eres una buena potrilla, Shine... Pero si Twilight piensa que es mejor para ti como maestra deberías hacerle caso. -me decía intentando secarme las lagrimas mientras apartaba algunos mechones de mi crin de mi rostro. -Deberías tomar esa oportunidad.
-Pe-pero...
Nuevamente, la abuela tomó mi rostro entre sus cascos y me volvió a secar las lagrimas, en ese entonces, mi rostro ya estaba enrojecido por mi llanto y mis lágrimas.
-Nosotros estaremos bien, tu hermano nos ayuda entre encargo y encargo, y Greeny se pasa para cuidar y jugar con Apple Core. Por no mencionar que está Big Mac.
-Pero yo...
- ¡Pero nada! -me interrumpió. -Shine, te mereces esta oportunidad para mejorar, acéptala, nosotros estaremos bien.
-Gracias abuelita... -dije lanzándome a sus cascos nuevamente, no podía parar de llorar aunque quisiera.
Cuando llegué a casa les conté a todos lo que me había dicho Twilight, la reacción de todos fue su total apoyo, Loud y Applejack parecían estar muy orgullosos, Greeny y Applebloom estaban felices por ello, la abuela me sonreía, de no ser gracias a su apoyo aún seria un amasijo de nervios sin saber que hacer. Gracias abuela Smith, de verdad.
-○-
A la mañana siguiente tenía las maletas ya preparadas, mi hermano me había hecho con su magia una alforja nueva para llevar los libros, y cuando fui a buscar la maleta donde tendría todo lo demás, pude verlas a todas salir de la habitación.
- ¿Qué hacéis? -pregunté.
-Nada en especial, tesoro. -me dijo Applejack.
-Ya lo descubrirás. -me dijo la abuela Smith.
En ese momento, pude oír el carruaje llegar a la puerta de la casa, ya era la hora de irme.
-Bueno... Es la hora... -dije mientras tomaba la maleta con mi magia.
-Buena suerte, Shine. -me dijo Applebloom. -Sweetie Belle y Scootaloo te mandan saludos.
Dicho eso, me puso por encima la capa de las Crusaders.
-Para que no te olvides de nosotras, hermanita.
Me emocioné bastante, pero no quería que me vieran llorar como una potrilla.
-Gracias, Applebloom.
Bajé las escaleras y me presenté delante de la puerta, ahí estaban dos pegasos de la guardia real de Celestia esperando para llevarme a la escuela.
-Bueno... Ya me voy... -decía mientras Euripides se posaba sobre mi cuerno.
-"Buena suerte Shine" -me decía Loud, mi hermano. -"No te metas en líos, no estaré ahí para cuidarte"
- ¡N-no necesito que me cuides! -le dije.
Me subí en el carruaje mientras les miraba.
-Os escribiré cuando me instale.
- ¡Buena suerte! -me decían todos.
Inmediatamente, el carruaje comenzó a elevarse, podía ver Sweet Apple Acres y parte de Ponyville desde las alturas, y como Canterlot me aproximaba cada vez más. Había estado un par de veces mas, pero ahora... Tendría que vivir ahí, para mi era como una gran jaula.
-○-
Los guardias me dejaron frente a las puertas de la escuela, era impresionante, enorme, sus jardines estaban llenas de arbustos y árboles, una fuente por cada lado y una gran fuente central que muchos Ponys rodeaban para llegar a las puertas.
Al bajar del carro y coger mis maletas me aproximé a las puertas, podía ver a muchos Ponys pequeños que iban acompañado de sus madres que les dejaban bien arreglados mientras portaban sus uniformes. Aunque tenía a mi madre, admito que tenía algo de envidia, y solo podía continuar mientras avanzaba, hasta que algo llamó mi atención. Habían dos chicas que estaban amedrentando a otra mas joven que ellas.
-Vaya... Una novata. -decía una de ellas.
-No te creas que, por ser nueva, vas a recibir un buen trato aquí. -decía la otra.
-Y-yo...
La pequeña estaba asustada, podía verla temblar sus pequeñas patas mientras esas dos se reían de ella.
-No te oído bien, Pudding. -decía aquella unicornio molesta.
-Creo que debemos hacerte entender quienes mandan aquí.
- ¡Dejadla en paz! -dije saliendo a la defensa de la pequeña.
Las dos Ponys me dirigieron la mirada, a lo que solo pude responder con una mirada airada.
- ¿Y quién se supone que eres?
-La que te dará una coz como no la dejes en paz. -le respondí.
Ambas empezaron a reírse mientras se acercaban.
- ¿Qué te crees que eres, una heroína? -me decía una mientras se burlaba de la capa de las Crusaders que llevaba puesta. - ¿Crees que vamos a dejar en paz a esta novata por que tu lo digas?
- ¿No os da vergüenza meteros con los más pequeños? -le pregunté.
-Me temo que no entiendes la jerarquía de esta escuela. -me decía la otra. -Las nuevas callan, mientras que las avanzadas podemos mirarlas por encima del hombro. Y tu no eres la excepción.
Intentaron empujarme, me aparté a tiempo, dejando que ellas dos se chocasen.
-Oh, ¿en serio? No me digas. -dije de forma burlona. -Hagamos una cosa, yo os dejo a vosotras en paz si a cambio dejáis a la pequeña tranquila... Digamos que... Desde hoy hasta siempre.
- ¡¿Nos subestimas?! -volvieron a decirme. - ¡Somos estudiantes de segundo año, nos debéis un respeto, novata!
-Respeta a los demás si quieres que te respete.
- ¡Pero serás...!
Me percaté que su cuerno comenzó a centellear con fuerza, sin tiempo para reaccionar, dejé que me impactase y tirase al suelo.
-Así aprenderás cual es tu sitio, plebeya. -me decían mientras se largaban.
Me levanté un poco con esfuerzo, mi maleta, mi alforja y la capa que me habían dado Applebloom y Greeny.
-Mu-muchas gracias... -me dijo la pequeña unicornio.
-No ha sido nada. -le dije. -No podía dejar que se metieran con alguien así.
-Me llamo Pudding, ¿quién eres?
-Me llamo Shine Comet, pero todos me llaman Shine. -le respondí.
En ese momento, sonó la campana para que acudiésemos todos al salón, debíamos oír el discurso de bienvenida a la escuela inculcada por la decana y la princesa Celestia.
-Nos llaman, te veré en otro momento. -le dije a Pudding.
-Hasta luego.
-○-
Tras dar un buen paseo por la escuela acabé por encontrar el salón de actos, ahí estaban dando un largo y soporífero discurso, podía verlo en las caras de los demás Ponys. Intenté colarme con cuidado para que el resto de Ponys no me vieran y prestar atención, pero mi suerte seria truncada.
- ¿Qué haces ahí, Shine Comet? -me dijo una voz regia y familiar.
Alcé la mirada y pude ver a la princesa Celestia frente a mi. Su voz había llamado la atención del resto de alumnos de la escuela, quienes me miraban fijamente arrastrándome por el suelo como una oruga, estaba muerta de vergüenza.
- ¿Ocurre algo, su alteza? -le preguntó la decana.
-No, no se preocupe. -le dijo. -Shine, acompáñame, por favor.
Los alumnos, asombrados, empezaron a cuchichear entre ellos al ver como la princesa se dirigía a mi con tanta naturalidad, pero aún con todo, la seguí. Al salir del salón, Eurípides volvió a hacer acto de presencia, posándose sobre mi lomo para limpiarse las plumas.
-Me alegro de haberte encontrado. -me decía Celestia.
-Es un placer volver a verla, majestad. -le dije.
-No hace falta que seas tan cordial conmigo, os conozco a ti, a tus hermanos y a tu madre, ¿recuerdas?
-Es la costumbre.
Tras un pequeño paseo, llegamos a una puerta de madera con grabados dorados. Celestia la abrió y me invitó a pasar, era un despacho muy luminoso, con un gran ventanal que daba a los jardines de la entrada, en la misma, posada sobre un viejo perchero para pájaros, se encontraba un fénix, seguramente sería la mascota de la princesa.
-He visto lo que has hecho al llegar. -me dijo.
- ¿A qué se refiere?
-Ayudaste a aquella Pony de forma desinteresada, incluso rehusaste en usar tu magia para ello. -me dijo. -Lo cual me alegro, si hubieras usado tu magia de materialización sobre alguien, es muy probable que algunos padres pidiesen explicaciones.
-Podía encargarme de la situación sin necesidad de usar la magia. -le respondí.
-En esta escuela no estás para eso, ¿verdad? -me preguntó sonriendo. -Twilight me puso al corriente de tu llegada, será un placer tenerte como alumna en esta escuela.
Apenada, aparté la mirada. Solo podía pensar en mi familia, a la que había dejado atrás en Ponyville.
-No eres la única que deja a su familia atrás. -me dijo. -Todos los Ponys que entrar en esta escuela deben permanecer lejos de sus padres durante varios días... Hemos tenido que aprender a tratar con cada alumno, los hay problemáticos que solo quieren volver a casa, y los hay fuertes que se enfrentan a todos los problemas.
- ¿Me comprende?
-Así es. Shine, no dudes en venir a buscarme cuando necesites hablar, Luna y yo estaremos encantadas de escucharte y ayudarte. De momento, ven, tenemos que darte tus uniformes y ponerte unas herraduras para la escuela.
-He-he-¡¿herraduras?!
-○-
Tras ponerme aquel uniforme me sentía rara, estaba acostumbrada a que Rarity, Fluttershy, o incluso Applejack muy de vez en cuando, intentasen ponerme vestidos, pero aquellos eran cómodos, ligeros y bonitos, el uniforme era pesado, incomodo y soso, no soy de ponerme vestidos, pero este me molestaba horrores, por no mencionar que el herrero de la escuela era un animal, me ha hecho daño al ponerme las herraduras. Me incomodaba andar con ellas, hacían bastante ruido.
Celestia me acompañó hasta la clase, pero por alguna extraña razón, no iba con las de primer año.
-Princesa, nos hemos pasado las clases del primer año.
-No vas a las clases de primer año. -me respondió. -Twilight me ha estado mandando informes detallados sobre tus progresos en Ponyville.
- ¿Entonces?
-Irás al segundo año, ese es ahora tu lugar, Shine.
Mentiría si dijera que lo esperaba, ¿de verdad, al segundo año? No podía creérmelo.
Al llegar al aula, Celestia dio un par de toques a la puerta, entonces abrió y me petrifiqué al ver la sala. Era una gran aula, los pupitres estaban escalonados de tal forma que todos pudiéramos ver la enorme pizarra que cubría la pared. La profesora, era una Pony pegaso de no muy mayor, pero tampoco muy joven, tenía el pelaje canela y las crines oscuras, pero sus ojos eran dorados y preciosos. Lo más asombroso, era su Cutie Mark, era una pizarra y una tiza, por un momento me hizo recordar a mi hermano cuando llevaba su pizarra.
-Buenos días, su alteza. -contestó aquella Pony.
-Buenos días profesora Calima.
Aquella Pony me miró fijamente a través de sus grandes gafas.
- ¿Quién es esta potrilla tan encantadora?
-Es Shine Comet. Es la alumna de la princesa Twilight.
Al escuchar el nombre de una de las princesas, los compañeros del aula empezaron a cuchichear entre ellos, y yo solo podía intentar esconderme tras el dintel de la puerta, no podía enfrentarme a la situación.
-Ya sabe como tiene que tratarla. -le dijo Celestia a la profesora.
-Descuide, tengo fama de saber tratar con los alumnos.
-No dudo de ello. Shine, pasa.
Tragué saliva y volví a entrar al salón, intentando no tener contacto visual con los demás alumnos, pero aún así, podía oírles hablar sobre mi.
-Confío en que sabrá enseñarla, aprende muy rápido cuando la materia le interesa. -le decía Celestia.
- ¡Oh! En ese caso, haré todo lo que esté en mis cascos para que esté interesada en mis clases.
-Confío en ello. Mucha suerte, Shine.
-Gracias, majestad.
Al cerrar la puerta, la profesora Calima extendió una de sus alas y me acogió bajo de ella, era muy cálida. Me invitó a ponerme a su lado junto al atril donde impartía la clase.
-Bueno alumnos, hoy tenemos a una alumna nueva. -decía la profesora. -Lleva medio año estudiando en Ponyville con la princesa Twilight, lo cual le ha ayudado a empezar a estudiar aquí saltándose un año. Preséntate, cielo.
Me aclaré un poco la garganta y me sacudí un poco el uniforme.
-Ho-hola... Me llamo Shine Comet, aunque mis amigas me suelen llamar Shine.
Algunos Ponys me saludaron de forma inmediata, eran muy simpáticos. No podía decir lo mismo de los demás, quienes no separaban la vista de sus libros.
-Puedes tomar asiente en la tercera fila, querida. -me decía Calima. -Llegas justo a tiempo para la primera lección.
Tal y como decía la profesora, había un asiento libre. Al meterme en la fila, pude notar como me pisaban la cola, al girarme pude ver quien había sido, eran las dos Ponys que molestaban antes a Pudding.
-Ten cuidado, no te tropieces, Shine... -me decía una de ellas en voz burlona.
Cascos... Deseaba hacerlas pagar por ello, pero no podía usar mi magia. De la nada, una tiza salió volando y pasó justo en medio de esas Ponys, golpeando y rompiéndose en la pesa del de detrás.
- ¡Señoritas Bubblegum y Tinker Bell, hagan el favor de comportarse en clase! -les decía la profesora.
Ambas Ponys callaron de inmediato, no esperaba que la profesora Calima tuviera semejante puntería para atravesar la tiza entre ellas sin darles. Conseguí tomar asiento, me encontraba entre dos Ponys unicornio, una potranca y un potro, la potranca estaba dibujando, cosa que me recordó a mi hermano, ella llevaba una gafas, su crin era de color café, sus ojos eran magenta y su pelaje de color miel.
Al rato, se percató de que miraba su dibujo con interés.
- ¿Pasa algo? -me preguntó con voz melosa.
- ¡Oh! Perdón, es que...
- ¿Te gusta lo que trabajo? -volvió a preguntarme.
Asentí.
-Puedes mirar. -decía arrastrando con cuidado el folio por la mesa.
Era un dibujo impresionante, gracias a Loud había aprendido a ser más observadora en los detalles, y este dibujo parecía haberse hecho con pinturas, pero ella solo tenía lápices de colores normales.
- ¿Son lápices de agua?
-Si, ¿los conoces?
-Mi hermano trabaja con esos lápices para sus obras. -le dije. -Me llamo Shine Comet.
-Yo soy Pallet Chroma, encantada. -me respondió.
- ¿Ya has hecho una amiga, Pallet? -le preguntó al potro que estaba a mi lado.
Aquel potro era otro unicornio, igual que Pallet Chroma, tenía los ojos verdes, la crin oscura y el pelaje azul.
-Lapis, te presento a Shine. -decía Pallet.
-Encantado, soy Lapislázuli, pero todos me llaman Lapis.
-Encantada.
De pronto, la profesora Calima alzó el vuelo hacia tal punto en que toda la clase pudiera verla.
-Bien clase, ahora se os irán repartiendo los libros que deberéis usar durante todo el semestre, tened cuidado de no perderlos, os serán muy valiosos durante el curso, y será la piedra angular para vuestra formación.
Tras decir aquello, un grupo de cuatro Ponys unicornio entró al aula, cada uno portaba un montón de libros diferentes, los cuales empezaron a repartir.
-Estos libros son Magia de protección de nivel 2, Iniciación a la magia, Guía de hechizos de Starswirl el Barbudo, y Magias ancestrales y Amuletos mágicos. -explicaba Calima. -Pero en esta escuela no solo cultivamos la mente, también se debe cultivar el cuerpo, por lo tanto, tendremos también clases en las que saldremos a jugar entre todos e incluso a dibujar.
¿Dibujar? Eso llamó mi atención, las asignaturas y las actividades parecían interesantes.
-De momento, iremos al patio a jugar. -decía Calima descendiendo y acercándose a su atril, parecía buscar algo, finalmente, sacó un balón. -De momento, ¿quién quiere jugar al Balón Prisionero?
Los potros de la clase empezaron inmediatamente a alzar sus cascos con interés, parecían realmente ansiosos por querer salir a jugar con la profesora, no les culpo, estarían mucho tiempo alejados de sus padres, a lo mejor jugar nos ayudaría a relajarnos.
-○-
En el patio la profesora hizo personalmente los equipos, me sentí segura, estaba en el mismo equipo que Lapis y Pallet, a quienes podía considerar mis amigos, me lo pasé en grande, pero todo cambió cuando al caer la noche tenía que ir a la habitación.
Me tocó en la misma habitación que Pallet, al menos estaba tranquila al tener a una amiga a mi lado. La habitación estaba repartida de tal forma que cada una tuviéramos nuestras mesas, nuestras camas y nuestros armarios. Una vez ahí, deshice mi alforja, dentro tenía una foto de mi familia, toda ella, un juego de pergaminos, una pluma y un tintero.
Al ver la foto, Pallet se quedó mirándola con interés.
- ¿Es tu familia, Shine? -me preguntó.
-Si...
-Tu papá y tu mamá son muy jóvenes.
- ¿Mi papá y mi...? ¡Oh, no! -dije entre una pequeña risilla! No son mis padres, son mi hermano y su esposa, Applejack.
- ¡¿Tu hermano?!
-Si, y esa potrilla verde es mi hermana pequeña, y esa unicornio bicolor es Apple Core, mi sobrina. -le decía. -Mi madre es esa unicornio de color agua que hay tras mi hermano.
-Es preciosa. -dijo. - ¿Y ese Pony rojo es tu padre? -volvió a decir señalando a Big Mac en la foto.
-Ese es Big Mac, el hermano de Applejack. -respondí. -Mi padre... Hace ya siete años que murió.
-... Lo siento, Shine. -me dijo apenada.
-No pasa nada. Mi familia esta ahí siempre, he crecido gracias a ellos.
En ese instante, Eurípides entró por la ventana, posándose sobre el cabezal de la cama.
- ¿Tu mascota?
-Si, me la dio mi maestra antes de venir. -le respondí. - ¿Ya has cenado, Eurípides?
El mochuelo se limpiaba las alas mientras ululaba, parecía indiferente a mi pregunta.
-Es un poco pasota, ¿no?
-Si... Pero ahora es parte de mi familia. -le respondí.
En eso llamaron a la puerta, era la profesora Calima, que esta noche se encargaría del turno de noche para vigilar que nadie saliera.
-Fuera luces, chicas. -nos dijo. -Hay que irse a dormir.
Casi de forma automática, Pallet se había metido entre las sabanas de su cama, bostezando prolongadamente.
-Buenas noches, Shine.
-Buenas noches...
Antes de irme a dormir, decidí deshacer la maleta grande, supuestamente ahí tenía mantas y algunas gorras que traje para que no me diera el sol, pero lo que vi bien bajo las mantas me dejó impresionada, había una especie de cajita.
- ¿Qué es esto?
Abrí la caja y casi me quedé sin respiración al ver lo que había dentro, había media tarta de manzana y un tenedor, unos dibujos y unas cartas. Tomé la primera carta, era de Greeny.
-"Shine, buena suerte en tu nuevo cole, las chicas y yo te estaremos animando desde casa, ya sabe, las Cutie Mark Crusaders siempre permanecen juntas".
Tras leerla, tomé la siguiente, esta era de mi hermano.
-"Te he protegido y cuidado durante tanto tiempo que casi no he podido ver a la Pony en la que te has ido convirtiendo. Se que mejorarás mucho en Canterlot, pórtate bien". Loud... Eres un tonto...
La siguiente era de Applejack.
-"Sé que conseguirás aprobar todos los exámenes que se te pongan por delante, mucho animo. Apple Core te manda saludos"
Otra más, esta era de Applebloom y las chicas.
-"Nunca te olvides de nosotras, te echaremos de menos, pero no te desesperes, te visitaremos pronto para que no te sientas sola". Gracias Applebloom...
La siguiente carta que tomé era de la abuelita Smith.
-"Te he preparado esta tarta de manzana para que te acuerdes de todos nosotros, no te la comas de golpe, saboréala, todos hemos puesto un poco de nuestro parte para hacerla, incluso tu madre"
Tomé la tarta con cuidado junto al tenedor de plástico, entonces, bajo la tarta había una ultima carta.
- ¿Y esto?
La tomé con cuidado y pude verla con claridad, era de la princesa Twilight.
-"Querida Shine, sé que he podido parecer muy fría contigo en nuestra última reunión, pero mi deber como maestra es conseguir hacerte mejorar, me duele tener que separarme de ti para ello, de verdad quisiera experimentar como sales adelante en esta prueba por mis propios ojos, pero mis deberes reales me lo impiden. Siempre me tendrás para ayudarte y guiarte por el camino correcto, no dejaré de ser tu maestra, pero antes que todo ello, soy una amiga para ti. Estoy orgullosa de ti Shine. Te quiere: Twilight Sparkle, tu amiga, tu maestra."
La lagrimas empezaron a correr por mi cara como un torrente, empapando aquella ultima carta mientras comía de la dulce tarta de manzana de la abuela Smith. Sentía un nudo en la garganta que me dificultaba tragar los trozos, pero no podía detenerlo, solo podía llorar mientras saboreaba la tarta y recordaba a todos. Al terminarme la tarta, me tapé con la manta mientras abrazaba las cartas, quedándome dormida profundamente mientras decía:
-Quiero volver a casa...