Me he demorado, pero por fin he llegado a una de las sagas que me parecían más interesantes de presentaros. Ésta vez, voy a intentar que sea una saga más oscura que las dos anteriores, los personajes crecen acorde con los años y las experiencias, y en el caso de mis personajes no iba a ser diferente, así pues, espero que disfrutéis esta nueva saga, la penúltima dentro del universo de Equestria, ya que después, tendremos el final en el mundo de Equestria Girls...
La caída del sol. 1º parte: El sol negro.
Hasta hoy no había vuelto a tener miedo a la oscuridad. Mamá me decía de pequeño que el miedo a la oscuridad es solo el miedo a lo desconocido, a lo que no entendemos, no debemos tenerle miedo, pero debemos respetarla, pues es quien atesora nuestro temor y angustia y, a veces, el miedo puede ser tu mayor enemigo, y puedes volverte a su vez tu peor enemigo. Nunca pude imaginar que tuviera tanta razón, pues nadie me dijo que acabaría siendo el esclavo de las sombras.
Habían pasado cinco años desde el gran Torneo de los Tres Equinos, todos habían crecido, Applebloom se había hecho una joven Pony hecha y derecha, Scootaloo había crecido y sus alas ya podían levantarla del suelo, Sweetie Belle había aprendido a usar mejor su magia, Shine se había graduado en la escuela de unicornios superdotados, y por ultimo, Greeny había conseguido su Cutie Mark, era bastante peculiar, era una llave de color bronce sobre un corazón, aun no sabíamos que intentaba representar, pero ella estaba orgullosa de ella.
Mientras tanto, yo estaba en Canterlot. Atendiendo a un par de clientes que tenía en la ciudad. Desde lo ocurrido en el torneo, era cada vez más popular, la fama conseguida me precedía, pero prefería ser más conocido por mis obras que por mis acciones.
Tras salir de la casa de uno de mis clientes, me dirigí al café Troting Golden, tenía una cita, pero no con mi esposa Applejack, era... Una sorpresa.
- ¡Hola Loud! -decía una voz conocida.
Alcé la vista y pude ver a Rarity. La saludé moviendo el casco fuertemente de lado a lado.
- ¿Qué tal, querido? -me preguntó. - ¿Que tal tu trabajo?
Le respondí usando el lenguaje de signos, hace un tiempo decidí usar mas a menudo el lenguaje de signos de nuevo, solo usaba la telepatía con los clientes y mi familia.
-Bueno, ¿estas listo para aquello? -me volvió a preguntar. -Ya sabes, el regalo para Applejack.
Asentí entusiasmado, llevaba tiempo deseando hacerle este regalo a Applejack, quería algo elegante para ella, y Apple Core, qué hicieran juego entre ellas.
-Entonces vamos, se de algunas boutique en las que pueden haber cosas interesantes para las dos.
Durante las siguientes dos horas anduvimos de tienda en tienda, buscando algo para Applejack y mi pequeña, la decisión fue algo complicada, pero finalmente conseguimos encontrar algo en la vigésima boutique que visitamos.
-Nos ha costado mucho encontrarlo, pero ya la tenemos. -me dijo Rarity. -Applejack va a estar divina con ese vestido, ¡y Apple Core va a estar adorable!
-"Gracias Rarity" -le dije. -"De no ser por ti no sabría ni por donde empezar"
-Sabes que no es nada Loud.
Nada más salir del local, empezamos a notar como se oscurecía rápidamente, era muy extraño, apenas serian las doce y media del mediodía, ¿de donde venía toda esa oscuridad?
Rarity y yo pudimos ver a muchos Ponys corriendo nerviosos y asustados por la calle, pero de pronto, de entre los callejones, aparecían extrañas criaturas negras de ojos luminiscentes y formas amorfas.
- ¡Por Celestia, ¿qué son esas cosas?! -preguntó Rarity impresionada.
Las criaturas atravesaban a los Ponys en la calle, pero no los herían, eran como sombras que corrían al libre albedrío.
-No lo entiendo... No los hieren, pero les da igual atravesarlos o esquivarlos, ¿a dónde van?
Era cierto lo que decía Rarity, ¿qué buscaban esas criaturas? De pronto, cuando quisimos darnos cuenta, la oscuridad empezó a cernirse cada vez más sobre nosotros. Di un vistazo hacia el cielo, pensando que sería una gran nube o algo similar, pero lo que vi, me dejó sin palabras.
Comencé a llamar la atención de Rarity tocándola insistentemente con el casco, cuando por fin obtuve su atención, le señalé el cielo, pude apreciar como se llevaba el casco a la boca de la impresión al ver aquello... El sol... El sol estaba siendo tragando por una gigantesca sombra, y muy rápido.
- ¡Debemos avisar a las chicas!
-"¡Applejack y Apple Core están en los jardines de palacio!" -le dije a Rarity, e inmediatamente salí corriendo hacia allí, dejando caer las bolsas.
Rarity las recogió, y corrió conmigo hacia el palacio. Pudimos ver a las criaturas de sombras dirigirse a palacio a toda velocidad. A medida que el sol se oscurecía, las formas amorfas que poseían se volvía más claras y legibles, parecían enormes reptiles de piel oscura a rayas, cuyos rostros iban cubiertos por una especie de máscara ósea, unas fuertes patas traseras y unas muy inapreciables garras delanteras. Las criaturas chillaban como si hubieran encontrado algún animal herido que fuera una presa fácil mientras se dirigían a palacio.
-"¡Sean lo que sean, hay que detenerlas!"
- ¡¿Pero cómo?!
En ese instante, mi cuerno comenzó a brillar con fuerza, apareciendo frente a nosotros un circulo de alquimia, y de este, el relámpago de Zuk'Baen lanzándose contra el suelo. La energía comenzó a correr por los adoquines y, al poco tiempo, se alzó el cuerpo de Zuk'Baen bajo nuestros cascos, elevándonos junto a su cabeza.
-Vaya Loud... Para una vez que te pido el día libre, y Canterlot esta invadido de... ¿Lagartijas súper crecidas? Y además, el sol esta negro... ¿Qué habéis estado haciendo? -preguntaba Zuk'Baen entre risas burlonas.
- ¡No es el momento de andar entre burlas! -dijo Rarity.
-Vaya, la señorita se ha enfadado. -dijo. -Muy bien, ¿a dónde?
- "¡Al palacio de Canterlot!"
-Muy bien, ¡abran paso!
Zuk'Baen comenzó a abrirse paso por las calles de Canterlot mientras que, su energía, electrocutaba a aquellas criaturas. Finalmente, conseguimos llegar a palacio, los guardias, tanto pegasos como unicornios, hacían lo imposible para que aquellas criaturas no accedieran al interior de palacio.
En cuanto llegamos, la enorme garra de Zuk'Baen azotó el suelo, provocando que las criaturas se centrasen en él. Del cuerpo de Zuk'Baen empezaban a centellear relámpagos de forma irregular, parecían que fueran a cernirse sobre ellos en cualquier momento.
-Me temo que para esta noche tendremos lagartija frita para cenar. -dijo burlesco el Zax'shaal. -Con guarnición de especias exóticas de los jardines de palacio.
Las criaturas huyeron despavoridas de los jardines ante la amenaza de Zuk'Baen. Cuando se alejaron lo suficiente, Zuk'Baen nos ayudo a bajar de su cabeza, acercándonos a los guardias.
- ¡¿Qué ha pasado?! -preguntó Rarity.
- ¡No lo sabemos, la princesa Celestia repentinamente cayó enferma! -dijo uno de los guardias.
- ¡Y de pronto, el sol se volvió negro y esas criaturas empezaron a aparecer! -comentaba el otro guardia.
- ¿Cómo? ¿Así sin más? -dijo Rarity sin creérselo.
-Hemos avisado a la princesa Twilight, ya debe de estar en camino.
-"¿¡Y mi esposa!? ¿¡Y mi hija!?"
-Están dentro, en los aposentos de la princesa Luna, junto a la princesa Celestia y el resto de amigas de la señorita Applejack. -volvió a comentar el guardia.
- ¡Loud, Rarity!
Oí aquella voz provenir desde el cielo que nos llamaba, pude ver a Dust dirigiéndose hacia nosotros, acompañando al carruaje de la princesa Twilight, siendo esta acompañada por Ruby y Brave Heart.
-Hemos venido en cuanto recibimos el aviso. -dijo Twilight con angustia. - ¡Veo que Canterlot también ha sido invadido por esas criaturas!
- ¿También? ¿Eso significa que Ponyville...?
Brave Heart asintió.
-La guardia real de Ponyville está manteniendo a raya a esos bichos. -dijo Brave Heart quitándose el casco. -Pero parecen tener un objetivo en concreto, están haciendo todo lo posible por llegar a palacio.
-"¿A palacio? ¿Por qué?" -pregunté.
-A eso mismo hemos venido, a averiguarlo. -respondió Dust.
-Lo primero es lo primero. -intervino Ruby. -Debemos comprobar como está su majestad.
-Guardias, guíennos hacia los aposentos de la princesa Luna. -ordenó Brave Heart.
- ¡A sus ordenes, sargento Brave Heart! -dijo el soldado.
Anduvimos a paso ligero por los pasillos de palacio, las velas iluminaban el camino hacia los aposentos de Luna, los cuales eran vigilados por un par de Bat-Ponys, atentos de que esas criaturas no se acerca. Uno de los soldados se les acercó, y les dijo:
-Venimos a comprobar el estado de la princesa Celestia.
-Pasen, espero que podías solucionar esto. -contestó el Bat-Pony.
Ambos guardias abrieron la puerta despacio, a través de ella pudimos apreciar los aposentos de la princesa Luna, un cuarto azul pastel apagado, con enormes y mullidos cojines y cortinas lavandas, y en la cama de la princesa Luna, se encontraba postrada Celestia, jadeando y sudando de fiebre mientras la rodeaban nuestras amigas Pinkie Pie, Rainbow Dash, Fluttershy y Applejack, quien tenía a Apple Core entre sus patas, temblando de preocupación.
Al verla, Twilight fue rauda hacia la cama,mal preocupación ante el estado de su maestra la preocupaba.
- ¡Princesa! -le decía. -Celestia, ¿qué te ocurre?
Con esfuerzo, Celestia comenzó a abrir los ojos, sus pupilas estaban algo dilatadas, y apenas conseguía mantener el ojo inmóvil. Finalmente, pudo deslumbrar a Twilight entre las manchas borrosas que apreciaba.
- ¿Twi... Twilight...? -la llamó.
-Si princesa, soy yo. -le respondió.
- ¿Se encuentra bien, princesa? -preguntó Fluttershy preocupada.
- ¿Qué... Qué está ocurriendo afuera...? -volvió a preguntar la princesa.
Nadie supo que responder ante esa pregunta.
Cansados de esperar, entramos Rarity, Dust, Ruby, Brave Heart y yo a la habitación. Al percatarse, Apple Core me llamó con voz temblorosa.
-Pa... Papá... -dijo.
Al oírla, Applejack dirigió su mirada hacia nosotros, quienes nos acercábamos despacio y preocupados ante el estado de la princesa.
-Loud... Chicos... Menos mal que estáis bien. -nos dijo.
-"¿Vosotras estáis bien?" -le pregunté a Applejack, mientras acariciaba la cabeza de Apple Core.
-Si, esas criaturas no nos han hecho nada. -respondió.
- ¡Ha sido extraño! -intervino Pinkie. -De repente de las sombras empezaron a aparecer aquellas criaturas, al principio parecían gusanos, pero luego...
Pinkie empezó a emitir una pequeña serie de extraños ruidos con la boca, intentado explicar lo sucedido.
-Si... Como sea, la cuestión es que, desde que se desmayó la princesa, ha estado así. -nos decía Rainbow.
- ¿Eso es todo lo que sabéis? -preguntó Ruby. -Es extraño.
-Disculpe, princesa Luna. -dijo Dust. - ¿Usted sabe algo al respecto?
-Tal vez... Pero no estoy segura. -respondió llevándose el casco al mentón. -Esto nunca había pasado, el sol nunca se había tornado negro hasta hoy, y no se trata de un eclipse, no he alzado la luna aún.
- ¿No es un eclipse? -preguntó nerviosa Twilight.
Celestia tosió débil, cosa que llamó la atención de Twilight, entonces, guardando un poco de silencio, pudimos apreciar algunas débiles palabras que la soberana intentaba decirnos.
-...Quet... Zal... Coalt... -decía de forma casi inapreciable.
Aquel nombre, sorprendió a Luna.
- ¿Cómo? -dijo sin salir de su asombro. - ¡¿Hermana, que ocurre con la diosa Quetzalcoalt?!
Al oír la pregunta de Luna, todos nos quedamos mirándola sorprendidos, incluso Twilight, quien aún sujetaba el casco de su maestra.
- ¿La diosa Quetzalcoalt? -preguntó Rainbow. - ¿Quién es ella?
-Luna, si sabes algo, deberías decírnoslo. -dijo Twilight.
Luna suspiró y bajó la cabeza.
-La diosa Quetzalcoalt fue quien le otorgó a Celestia el don del Sol.
Aquella respuesta nos dejó de piedra, ¿cómo era eso posible?
-Cuando mi hermana y yo éramos más jóvenes, encontramos de casualidad un extraño y frondoso reino en lo más profundo de una vergel jungla. -nos explicaba. -Aquel reino se trataba de Maya.
Estábamos sorprendidos ante la explicación de Luna, y a la vez intrigados.
-Un momento, Luna. -le pidió Twilight. -He estudiado todos los reinos que hay fuera de Equestria, incluso he estudiado este mundo usando mi globo terráqueo. Pero nunca he encontrado un reino con ese nombre.
-Mi hermana y yo decidimos mantener oculto el paradero de aquel reino por petición de la diosa, cuando ésta le otorgó a mi hermana el poder del Sol.
Luna continuó narrando su relato.
-En aquel reino encontramos una gigantesca pirámide de roca en medio de la jungla, ahí se alzaba el altar a la diosa del sol, Quetzalcoalt, quien tenía como guardianes a cinco seres muy similares a nosotros, los alicornios, pero tenían partes de otros elementos. -narraba Luna. -Celestia demostró ante la diosa ser digna de portar el poder del Sol que ostentaba, así que la diosa decidió otorgarle una pequeña parte de su poder, y otorgarle un Sol propio al reino de Equestria.
Todos escuchábamos atentos aquel relato, parecía tan imposible como increíble, ¿realmente existía alguien más poderoso que Celestia? ¿Alguien capaz de generar un Sol propio a un reino?
-Sin embargo, entre los guardianes de la diosa, hubo uno que se negaba rotundamente a que la diosa le entregase a Celestia una parte de ese poder, un alicornio cuyas plumas resplandecían como el oro y su crin brillaba como el fuego. -continuaba replantando Luna. -Desafío a su creadora, y ésta le desterró a un lugar llamado...
-Xibalba... -dijo una profunda y penetrante voz que parecía proceder de todas partes a la vez.
Luna se quedó petrificada al oír aquella voz, mientras que nosotros mirábamos a todas partes intentando hallar al dueño de semejante voz.
Una risa maquiavélica y lenta empezó a sonar tras un breve silencio, parecía que se reía de nosotros. Apple Core se aferró a nuestras patas temblando de miedo.
-Papá... Tengo miedo...
-"Tranquila cielo" -le decía. -"Estamos contigo"
-Jajajaja... Veo que tras más de tres milenios no te has olvidado de mi... Princesa Luna... Cómo has crecido... ¿Ya no te gusta ser Nightmare Moon?
- ¡¿Quién eres?! -preguntó Brave Heart.
- ¡Muéstrate! -continuó Rainbow.
-Vaya... Tenéis un grupo muy encantador aquí reunido, es una lástima que sea la ultima vez que Celestia tenga una reunión como esta. -decía la voz.
Con un poco de esfuerzo, Celestia se levantó sobre su cama aún sudando y jadeando, intentamos que volviera a acostarse, pero nos lo impidió.
-Parece que aún tienes fuerzas para levantarte, Celestia.
-Magec... Prime... -llegó a decir Celestia.
- ¿Te acuerdas de mi? Eso alivia mi ennegrecido corazón...
Las puertas de la habitación de Luna se abrieron de par en par, los cuatro soldados que custodiaban la entrada yacían inconscientes en el suelo. Una densa niebla oscura, acompañada con un olor a azufre y ceniza, y del fondo del pasillo que llevaba hacia los aposentos de Luna, una intensa luz roja se aproximaba hacia nosotros junto con un sonido ensordecedor de unos cascos que se aproximaban.
A los pocos segundos, un enorme alicornio negro, con enormes y oscuras alas de dragón, una crin de fuego, un prominente cuerno acompañado de dos más pequeños a cada lado del mismo, en su boca asomaban dos colmillos, y sus ojos eran de rojo intenso que perforaba el alma. Todos estábamos aterrados ante su presencia, su sola presencia nos llenaba de miedo, temblábamos como hojas mecidas por el viento.
-Hace mucho tiempo que nadie me llamaba por ese nombre... Justamente... Desde que mi madre me desterró a ese vertedero de almas llamado Xibalba. -comentaba aquel alicornio.
- ¡¿Tu?! ¡¿Tu has montado todo esto?! -le gritaba Luna. - ¡¿Cómo te atreves Magec Prime?!
- ¡Ni se te ocurra llamarme así, princesa Luna! -le gritaba. - ¡Una hereje no tiene el derecho de llamarme por el nombre que mi madre me dio!
- ¿Qué haces aquí...? -le preguntó Celestia con esfuerzo.
El alicornio rió levemente ante la pregunta de Celestia.
-Vine a terminar lo que ninguno de mis heraldos ha podido hacer... Matarte...
- ¿Matarla? ¿Heraldos? -preguntó Twilight desconcertada.
- ¡¿De qué heraldos hablas?! -preguntó Dust.
-Debería presentarme a lo nuevos presentes... -dijo el alicornio. -Yo soy... Shade Soul... Fui yo quien transformó el dulce corazón de un joven unicornio en uno oscuro y de piedra, logrando esclavizar a todo un imperio...
Las chicas captaron rápidamente esa referencia, era la historia del Rey Sombra, antiguo soberano del Imperio de Cristal.
-Yo fui quien convenció a una estúpida bestia de robar la magia de todos los Ponys herejes de Equestria.
Aquella referencia era la de Tyrek.
-Yo fui quien engañó a una joven esfinge de robar una de las magias más poderosas de este mundo para matarte...
Reconocí aquella explicación, era Neferis, sin duda.
-Y yo fui quien llenó el corazón débil de una infeliz princesa, transformándola en Nightmare Moon... -decía refiriéndose a la antigua princesa Luna. - ¡Todo eso para matarte y recuperar el dominio del Sol que le pertenece a madre! La diosa Quetzalcoalt... Y todos han fallado.
Celestia intento incorporarse sobre la cama para hacer frente al alicornio llamado Shade Soul.
-Quet... Quetzalcoalt me brindó este poder... Pensando que yo le daría un uso noble. -le respondía Celestia con esfuerzo.
El alicornio volvió a reír.
- ¿Sabes qué, Celestia? Durante el tiempo que estuve encerrado en Xibalba tuve que hacerle frente a un enorme número de demonios y criaturas de sombras... He conseguido hacerme con el control de ese estercolero... Y he aprendido algunos trucos aquí y allí, como esto...
De su sombra empezó a materializarse una especie de lanza hecha de sombra, haciéndola girar a su alrededor.
-He aprendido a manipular las sombras, y traer desde ellas a todas las criaturas de Xibalba a este mundo.
-N-no te saldrás con la tuya... Magec Prime... -le decía Celestia mientras sus patas luchaban por sostenerla.
-Ya lo veremos... Y por cierto... Me llamo Shade Soul...
Dicho eso, el alicornio oscuro lanzó la lanza hacia Celestia. No me preguntéis por qué, pero instintivamente me lancé en medio de la trayectoria de la lanza, materializando rápidamente un escudo para proteger a la princesa Celestia, pero la lanza atravesó el escudo sin romperlo, como si fuera solo aire o vapor, salvé a la princesa, pero no corrí mejor suerte, la lanza me atravesó el pecho.
- ¡Loud! -gritaban todos.
- ¡Papá!
Era raro, no sentía dolor, pero era como si el corazón me fuera a estallar...
Anduve un par de pasos hacia el alicornio, jadeando entre cortada mente mientras mi vista empezaba a perderse, podía oír a todos mis amigos intentando llamarme, pero sus veces parecían lejanas mientras que empezaba averno todo negro.
-Que poco inusual... -dijo Shade Soul.
- ¡¿Qué le has hecho?! -gritaba Applejack.
- ¡¿Qué le has hecho a nuestro amigo?! -le gritaba Brave Heart.
- ¿Yo? Lo ha hecho él solito...
Las sombras empezaban a remolinarse a mi alrededor, cubriéndome por completo y tapándome de la vista de los demás.
-Con lo débil que estaba vuestra princesa habría podido matarla fácilmente... Pero vuestro amigo se ha puesto en medio.
- ¡¿Qué le va a pasar?! -decía Rarity nerviosa.
-Esa lanza ennegrecerá el corazón de vuestro amigo, y lo transformará en un sirviente a mis cascos...
Sentía un dolor insoportable, como si mi cola se estirase, que algo brotase de mi espalda y mis cascos, la cabeza me iba a estallar y mi boca tenía un gusto ferroso, mi cuerpo parecía hundirse sobre sí mismo.
Cuando las sombras se disiparon de mi alrededor, mis amigos pudieron ver a un Pony completamente diferente a lo que era al principio, el color azul de mi pelaje hacia sido sustituido por un color oscuro, encima de mi Cutie Mark había aparecido una especie de fauces negras que parecían devorarla en cualquier momento, las crin de mi cola había desaparecido, dando lugar a una larga cola, mis cascos se habían vuelto blancos y habían brotado garras, en mi espalda sobresalían tres vértebras que formaban una especie de escudo sobre mi lomo, las crines de mi cabeza estaban alborotadas y mi cuerno estaba completamente desfigurado, y en mi cabeza había brotado una calavera que hacia de casco, de las cuales se podían ver mis ojos, oscurecidos y cambiados por unos de dragón, y por último, de mi boca brotaban dos largos colmillos.
-Vamos pequeño... Déjame oír tu rugido... -me decía Shade Soul.
Como si fuera una marioneta, le empecé a hacer caso.
-Loud... ¡No lo hagas! -me decía Ruby.
- ¡Papá! -me llamaba Apple Core.
Salvo la voz de Shade Soul, el resto de sonidos que oía a mi alrededor sonaban difusas, lejanas, me estaba destrozando por dentro.
A la petición de Shade Soul, empecé a intentar lanzar un rugido, pero no podía emitir un sonido.
-Así que eres mudo, ¿verdad? -dijo el alicornio oscuro. -Vamos a solucionarlo... Abre la boca...
Sin poder rechazar su orden, abrí la boca. De pronto, sentí como algo entraba por ella, algo que me escocía la garganta y me provocaba un dolor insoportable. Comencé a toser fuertemente, agitando mi cola de un lado a otro.
-Ahora... Ruge...
CONTÍNUARÁ